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Fuentes
textuales e iconográficas
Aurora Miguel Alonso
Traducciones latinas
Todas estas ediciones fueron conocidas sin duda por Andrés Laguna. Su
vida itinerante por Europa a lo largo de veinte años, sus estudios juveniles en
París, donde conoció a Ruelle, Gesner, Jarava, su deambular por Flandes y
Alemania, su fructífera estancia en Roma y Venecia, sirvieron para contactar
con muchas personas que mantenían sus mismas inquietudes intelectuales, y
con quienes sin duda intercambió opiniones respecto a sus publicaciones y a la
evolución que el texto de Dioscórides iba teniendo en las sucesivas ediciones.
Incluso mantuvo criterios discrepantes en diversos puntos del texto, ya que,
cuando él inició su traducción al castellano, prefirió trabajar sobre textos
manuscritos a los que había tenido acceso durante su estancia en Italia.
La primera edición fue la que llevó a cabo Jean Ruelle en París, 1516.
Ruelle era profesor de medicina de París y gran amigo del humanista y
bibliotecario Guillaume Budé. Andrés Laguna lo conoció como profesor en su
estancia en París, y consta que siguió sus publicaciones con enorme interés.
En su edición sigue el texto de la primera edición aldina, la única que se había
publicado hasta entonces. La traducción de Ruelle se publica una veintena de
veces a lo largo del siglo XVI, si bien fue mejorada progresivamente por los
diferentes editores que la utilizaban para su publicación. Se abandonó
definitivamente en 1598, por la edición bilingüe de Saracenus.
«Hay algunos autores griegos que han tratado este tema [la
botánica]. Entre ellos, Crátevas, Dionisio y Metrodoro han
utilizado una fórmula muy seductora, pero que no hace más
que demostrar la dificultad con que tropezaron. En efecto, han
reproducido las plantas en colores y han escrito debajo sus
efectos. Pero la pintura misma es engañosa, pues los colores
son muy numerosos, sobre todo si se quiere rivalizar con la
naturaleza, y está demasiado alterada por los diversos azares
de la copia. Además, no es suficiente pintar cada una de las
plantas en un periodo único de su vida, puesto que cambian
de aspecto con las cuatro estaciones del año.
Andrés Laguna fue, en el campo de la ciencia del siglo XVI, una de las
figuras españolas más relevantes; formó además parte de la corte del
emperador Carlos V, entró en la casa del cardenal Mendoza y fue médico del
papa Julio III. Son muy pocos los datos que se conocen sobre su persona o su
actividad. Todavía se especula sobre la fecha de su nacimiento y muerte, o el
lugar de su fallecimiento. Apenas se conservan documentos autógrafos. En
realidad, prácticamente todo lo que se sabe de él es lo que él mismo nos ha
dicho de su persona y de su actividad como médico y como intelectual, y
precisamente en diversos lugares de la obra que estamos comentando, bien en
los preliminares y apéndices, bien en los mismos comentarios. Es por lo que
tendremos que acudir constantemente a las diferentes partes de la obra para
conocer los avatares de su propia publicación.
Preliminares:
Textos finales:
(Epístola nuncupatoria).
(Epístola nuncupatoria).
Este comentario, y muchos otros a lo largo del texto, nos dan a conocer que
Laguna no dio por terminado el trabajo de recopilación de datos hasta el
último momento, hasta el día en que cada capítulo salía de las prensas. Su
intención era, además, revisar periódicamente su obra, por lo que pidió a
(Fin de la Tabla).
Tan importante como las fuentes textuales de Andrés Laguna son las
iconográficas. La Materia medicinal de Dioscórides-Laguna está ilustrada con
648 grabados xilográficos, a la manera como era costumbre en toda Europa
desde hacía una década. Los grabados están situados mayoritariamente en los
cuatro primeros libros; sólo hay cinco en el libro quinto y tres en el libro
sexto. Esto se debe exclusivamente a que en estos libros se abandona la
temática botánica y se abordan temas más difíciles para la representación
gráfica, vinos y minerales en el libro quinto y venenos en el último.
En 1554, cuando Andrés Laguna llega a Amberes, el impresor Jan van der
Loë estaba imprimiendo el Cruydeboeck de Rembert Dodoens, y para esta
edición, nos dice C. Clair 29 «adquirió los grabados en madera que habían
servido para el Herbal de Leonardo Fuchs. El Cruydeboek de Dodoens
apareció en 1554 con aquellos grabados y unos doscientos más, especialmente
tallados para la obra, que en total reunía 707». Los grabados utilizados por
van der Loë eran los que el impresor de Basilea Isingrin mandó hacer en 1545
para sus ediciones en 8.º de Fuchs. Estos tacos se los compró el impresor
parisino Jacques Gazeau, y con ellos imprimió una traducción francesa en
1549. Y estos mismos tacos los utilizó posteriormente Juan Lacio, el impresor
del Dioscórides-Laguna, para publicar la traducción de Juan Jarava Historia
de yervas y plantas de Leonardo Fuchsio. López Piñero (1994) ha estudiado
en detalle las coincidencias de la obra de Laguna y de Jarava, y enumera una
veintena de grabados comunes en los dos libros, por partir ambos de los tacos
de Leonhart Fuchs.
Nos encontramos quizá aquí con una de las razones por las que Andrés
Laguna vino a Flandes para imprimir su edición. Si nos detenemos en la
secuencia de sus obras, comprobamos que Laguna no fue un autor fiel a un
impresor a lo largo de su vida. Los «pies de imprenta» de sus obras nos dicen
que publicó en Lyon, París, Colonia, Estrasburgo, Basilea, Venecia, Roma,
Amberes, Alcalá... Para cada obra buscaba el impresor adecuado, y en el caso
de la obra que estamos estudiando fue el flamenco Juan Lacio. Es posible que
su idea primitiva fuera hacer su publicación aprovechando, al menos en parte,
los tacos de Fuchs. Pero Mathioli editó susCommentarii... ilustrados (1554), y
la belleza de sus grabados, su «estilo italiano» le cautivó y decidió copiarlos
«diligentemente»; pero no todos, sólo «aquellas [plantas] que fueron bien
entendidas y sacadas al natural de las verdaderas».
Si seguimos a Dubler, las reproducciones copiadas a Mathioli fueron unas
550, mientras que de las cien restantes, en unos casos aprovechó los tacos de
Fuchs, y en otros, cuando no encontró reproducción satisfactoria, o esta
reproducción no existía, los mandó grabar siguiendo su propio
dibujo: «añadimos otras muchas dibujadas por nuestra industria, de aquellas
que conocimos por la campaña».
Hay que partir del hecho de que Mathias Gast mantuvo relaciones
profesionales con Flandes a lo largo de toda su vida. En 1553 todavía figura
en un documento como editor en Amberes de una obra de Martín Nucio, si
bien en 1554 aparece en Salamanca y en 1555 debía estar ya casado con
Lucrecia Junta. Entre 1558 y 1561 estuvo residiendo en
Amberes «posiblemente [por] intereses comerciales en dicha ciudad» 30.
Mathias Gast llevó a cabo otras dos ediciones, 1566 y 1570, las tres en siete
años, lo que da idea del éxito que tuvo la Materia medicinal en España. En
1586 su yerno Conrado Bonardo, que se hizo cargo del taller al fallecimiento
de la viuda de Gast, realiza, en su primer año de actuación en solitario, la
última edición del Dioscórides en español del siglo XVI. Utilizó de nuevo los
tacos traídos de Amberes, cada vez más gastados. De esta edición sólo se ha
localizado hasta ahora un ejemplar en la biblioteca particular del Dr. Teófilo
Hernando31, uno de los investigadores españoles que más tiempo ha dedicado
a la figura de Andrés Laguna.
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