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442 ESTUDIOS DE CULTURA NÁHUATL

Susan Kellogg, Law and the Transfarmatian af Aztec Culture. 1500-1700,


Norrnan and London: University ofOklahorna Press, 1995, p. XXXIII+285.

Este extraordinario libro lleva al lector a través del México-Tenochti­


tlan del periodo inmediato a la conquista en el siglo XVI vía las
leyes indígenas mexicas y las cortes españolas. Concentrándose en
el papel que jugó la legislación española en numerosos aspectos
de la vida diaria, la autora examina varias áreas: la vida del macehual,
el ciudadano común, durante los dos primeros siglos de dominio
colonial, el impacto de la ley en las relaciones de género, los
patrones de comportamiento, la organización familiar y de paren­
tesco, la posesión y transmisión de la propiedad; de hecho, la
transformación cultural experimentada por la mayoría de los indí­
genas que residían en Tenochtitlan durante el periodo que va de
1500 a 1700.
Kellogg contrasta la Tenochtitlan de la preconquista, cuya
belleza, organización y pulicia o buen gobierno sorprendió a los
conquistadores españoles (por ejemplo, las entusiastas descripcio­
nes de Díaz del Castillo y Cortés), y la situación, pocos años más
tarde, cuando los conquistadores habían destruido gran parte de
este esplendor y construido una nueva ciudad sobre sus ruinas. Sin
embargo, Kellogg enfatiza "un proceso de transformación cultural
en el cual los indígenas tomaron tanto de las tradiciones y prác­
ticas prehispánicas como de las prácticas y valores españoles para
crear una nueva síntesis cultural" (p. XXII). En este libro es impor­
tante el papel que tuvo la ley en el proceso de destrucción y re­
construcción (p. XXVI).
Este trabajo es el resultado de la investigación de Susan Kellogg
en archivos de México, España y los Estados Unidos. Los docu­
mentos examinados están en español y náhuatl. Consultó 73 pro­
cesos presentados en la Real Audiencia de la Ciudad de México en
el periodo comprendido entre 1536 a 1700. El libro se divide
en dos partes: la primera sobre, fuentes y textos legales, que cubre
"Actores en los archivos" (p. 3-36), Y "Dramas sociales como narra­
tivas" (p. 37-82); en la segunda parte se discute la historia social
de la vida diaria con los siguientes temas: "La ley y la transforma­
ción del papel de la mujer"; "Testamentos, propiedad y gente" y
"La ley y el cambio en la estructura familiar" (p. 85-219).
Kellogg empieza su texto afirmando que, aunque la población
mexica de Tenochtitlan y Tlatelolco a menudo ha sido tratada
como exótica y única, ella la ve, en cambio, como gente que fOljó
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una sociedad fascinante, "una sociedad que es comprensible en el


contexto de las sociedades indígenas mesoamericanas y norteame­
ricanas pero con sus características particulares" (p. xm).
Puesto que el tema del libro es la ley, es interesante ver como
los indígenas mexicanos la usaron para desafiar la norma española
y, en ocasiones, inclusive ganar importantes victorias legales, tanto
a las autoridades españolas, como a individuos e instituciones (p.
XXIV). Aunque los mexicanos de tiempos prehispánicos tenían
tribunales y un sistema judicial formal, el control social dependía
mayormente de la organización familiar, mayordomos, agrupacio­
nes de artesanos e inclusive de sanciones sobrenaturales por com­
portamiento. En lo que se refiere a derechos de propiedad, antes
de la conquista e incluso después de ésta, la propiedad se basaba
en concesiones de los tl,atoques o caciques y el uso de documentos
pictóricos. Estos manuscritos eran reconocidos como instrumen­
tos legales pero es natural que este sistema legal fuera transformado
cuando España impuso sus nuevas instituciones legales sobre las
preexistentes (p. XXVI).
Considerando los registros de la Real Audiencia como una
valiosa fuente de información acerca de la historia social y cultural
de los pueblos indígenas del centro de México durante la época
colonial temprana, Susan Kellogg descubre que estos documentos
revelan una serie de transformaciones fundamentales de la socie­
dad indígena entre los siglos XVI Y XVIII que incluyen cambios en
el papel de los sexos, la propiedad y la estructura familiar y de
parentesco; aspectos que no habían sido adecuadamente conside­
rados. Ella retrata el lado humano de la ley y, mientras los antro­
pólogos, etnohistoriadores, e historiadores sociales han visto la ley
como "un sistema de reglas, una forma de resolución de conflictos,
un sistema de control social, una forma de argumento y retórica,
y un depósito de información", la autora tiene diferentes perspec­
tivas. Ella ve la ley como "una arena de conflicto cultural en la cual
los conceptos cambiantes de familia, género y propiedad, eran
impugnados" (p. 3,4). Ella enfatiza la creación de una transforma­
ción cultural en la que tanto las tradiciones y prácticas prehispánicas
como los valores y tradiciones de España eran tomados en cuenta
por los indígenas.
Los procesos consultados por Kellogg están tanto en náhuatl
como en español y se encuentran en archivos en México, España
y Estados Unidos. Ella examina la ley como un drama social, en
el que la Real Audiencia es el escenario y los participantes en los
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procesos son el elenco; estos son los jueces, los abogados, los liti­
gantes y los testigos (p. 11-33). En este capítulo la autora nos da
algunos ejemplos interesantes de procesos en los cuales los indí­
genas eran litigantes y testigos, aunque los oficiales indígenas y
españoles tenían papeles significativos.
Explica la posición de los oidores, jueces civiles de la Real
Audiencia, quienes eran altamente respetados. Originalmente ve­
nían de España, tenían el más alto título en leyes y contaban con
años de experiencia legal. Kellogg señala, sin embargo, que los
litigantes indígenas rara vez dependían de los abogados, simple­
mente hacían sus declaraciones delante de los escribas y presen­
taban sus quejas a los oficiales españoles o indígenas (p. 13).
Los indígenas generalmente contrataban abogados de status
medio, llamados procuradores, los cuales tenían menos experien­
cia que los abogados, estos habían estudiado formalmente leyes y
habían sido admitidos a la práctica legal por la Audiencia, que a
su vez era el consejo del virrey (p. 21). Durante los años que
siguieron inmediatamente a la conquista muchos mexicas llevaban
sus casos a los oficiales indígenas locales antes que dirigirse a la
Real Audiencia. Estos oficiales indígenas tenían acceso a los textos
en náhuatl que detallaban la reglamentación española acerca de
sus investigaciones y cómo debían ellos llevarlas a cabo. Sin embar­
go, muchos oficiales indígenas continuaban tomando sus decisio­
nes jurídicas basados en prácticas locales (p. 22). Kellogg afirma
que "durante los siglos XVI Y XVII, el alto status social casi predecía
el éxito en los procesos legales" y que los indígenas de élite, cuan­
do se enfrentaban a las clases más bajas, ganaban siete de cada
diez procesos (p. 29). En un cierto momento se llegó a afirmar
que el sistema legal estaba prejuiciado en contra de los españoles.
Muchos de los casos llevados, aparentemente la mayoría, se refe­
rían a reclamos de tierra. Numerosos propietarios no tenían títulos
de propiedad sobre su tierra, debido a que la propiedad se remon­
taba a los lazos de parentesco, aunque en tiempos prehispánicos
y principios de la colonia los tlacuilos o escribas, mantenían regis­
tros pictóricos. Reconocemos algunos de éstos como el Códice Techia­
loyan, elaborados especfficamente como títulos de propiedad ba­
sados en genealogías. Estos fueron hechos principalmente en lo
que hoyes el Estado de México durante el siglo XVII.
La autora presenta muchos casos legales, que involucran fre­
cuentemente a personajes con nombres en náhuatl tales como
Quauhtli, Xocotzin, Tenoch, Coat~ Coyotl, Macui~ Tiacapan, Cahualixtla,
entre otros (p. 16-17). Muchos casos fueron ganados por mujeres.
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 445

De hecho, Kellogg trata a profundidad el "paralelismo de género"


en tiempos prehispánicos, cuando hombres y mujeres ocupaban
posiciones complementarias en muchas esferas; a excepción de los
puestos más altos en la política, la economía y la religión. Después
de la conquista, sin embargo, el sistema legal español, así como
la ideología cristiana, trajo muchos cambios en los derechos de la
mujer, Después de 1650 las mujeres fueron frecuentemente repre­
sentadas por sus esposos y "fueron reducidas al status legal de
menores" (p. 31-33).
Un capítulo completo está dedicado a "La ley y la transforma­
ción del papel de la mujer" (p. 85-104). Esta reveladora sección es
la introducción a la segunda parte: "La historia social de la vida
diaria". Susan Kellogg basa su texto en un cuidadoso análisis de
las crónicas coloniales, juicios y testamentos. En esta historia social la
autora describe cotidianas pero reveladoras acciones del México
prehispánico, tal como el enterramiento del cordón umbilical del
recién nacido. El cordón umbilical de las niñas se enterraba den­
tro del hogar, cerca del fogón; mientras que el del niño se enviaba
a enterrar en el campo de batalla. El lugar de enterramiento del
cordón umbilical se considera simbólico de los papeles masculinos
y femeninos en la esfera donde las actividades primarias eran más
plenamente expresadas. Los objetos que se daban al recién nacido
durante los ritos relacionados al nacimiento también identificaban
la ocupación a la que se esperaba dedicaría el infante su vida. Estos
incluían armas miniaturas para varones de familias de élite, instru­
mentos de trabajo para aquellos que no lo eran y husos y telares
miniaturas para niñas de todas las clases (p. 89-90). Los papeles de
hombres y mujeres se describen a lo largo de su ciclo de vida.
La conquista española causó naturalmente muchos cambios en
la vida de los nativos mexicanos. Nos puede sorprender que aproxi­
madamente a partir de 1530 a 1580, especialmente en las áreas
urbanas, el status de las mujeres nahuas se elevó. Considerando
que en este periodo el número de mujeres superaba al de hom­
bres, éstas con frecuencia ocupaban posiciones de autoridad en
sus hogares, entre sus parientes, y en sus entidades políticas; y por
un corto tiempo, un "altamente maleable sistema legal reforzó la
autonomía de la mujer" (p. 104). Sin embargo, la legislación es­
pañola cambió la vida de los mexicas y de otros pueblos del país.
La ley y el género jugaron un papel prominente en esta transfor­
mación; ejemplos de esto son: el control de los grandes mercados
de la Ciudad de México, anteriormente en poder de hombres y
mujeres, pasó de las manos de los mexicas a las de los españoles.
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La actitud paternalista y protectora hacia los indios desapareció al


ponerse más énfasis en los procedimientos y tecnicismos legales.
Los indios usaban los juzgados para defenderse de las injusticias,
y aunque antes de 1585 la costumbre antigua tenía autoridad moral,
después de esta fecha raramente se utilizaba. Sin embargo, aún
ganaban muchos pleitos pero poco a poco dependieron más del
uso de los conceptos legales españoles (p. 107).
En los capítulos 4 y 5, Susan Kellogg discute el efecto que tuvo
sobre la gente la nueva costumbre de escribir testamentos y su
influencia sobre familias e individuos. "La ley y el cambio en la
estructura familiar" (Capítulo 5) aporta una profunda discusión de
este tema. En la sociedad prehispánica, los grupos de parentesco
jugaron un papel fundamental en actividades económicas, rituales
y de derechos de propiedad. Los lazos de parentesco perdieron
mucha importancia mientras que la familia nuclear la adquirió.
Estos cambios afectaron las relaciones familiares y su vínculo con
la sociedad. Ejemplo de estos cambios se muestran en el significa­
do del lenguaje (la definición de algunos términos en náhuatl por
ejemplo), en algunos casos legales reportados, y en la discusión de
la vida de una familia Tenochca-Mexica (p. 168-180).
El libro explica cómo la legislación española al principio de la
Colonia tuvo un profundo efecto en la vida diaria de la gente de
Tenochtitlan, y cómo esta ley sirvió como instrumento de transfor­
mación y adaptación cultural en la vida de la población indígena.
En sus conclusiones, Susan Kellogg contrasta la violenta resistencia
de la población nativa en algunas áreas contra las autoridades
españolas y sus colaboradores indígenas, es evidente principalmen­
te en el área maya y los Andes, con el ajuste llevado a cabo en
México Tenochtitlan. Es claro que en algunos momentos había
rebelión y a menudo violencia, pero en la antigua capital mexica
hubo un "complejo y desigual proceso de acomodo cultural y ne­
gociación". Kellogg está consciente del riesgo de que se le inter­
prete que la población indígena colaboró en su propia subordina­
ción; implicación que es falsa. Fue cierto, sin embargo, que "una
fuerte presencia española estableció exitosos mecanismos para cana­
lizar y neutralizar la resistencia indígena". La autora no pasa por
alto los devastadores levantamientos después de la conquista, la
evangelización española y la imposición de un nuevo sistema legal
(p. 211-213), pero afirma que su libro sugiere un factor amplia­
mente ignorado de la conquista: el éxito de España en el Valle de
México al establecer un sistema legal que influenció y alteró las
creencias y el comportamiento indígena y canalizó y difundió el
descontento nahua.
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Existe tal riqueza en este material que es difícil escoger las


mejores partes. Es impresionante el logro de la autora al discutir
los muchos aspectos acerca de la vida, ley e historia social de los
mexicas. El texto siempre interesante, nunca aburrido, viene
adicionado de un mapa, un glosario, diez tablas de testamentos y
17 diagramas genealógicos.
Law and the Transformation of Aztec Culture. 1500-1700 es una
importante contribución a nuestro conocimiento de la vida del
ciudadano común de México-Tenochtitlan en la época anterior y
posterior a la Conquista.

DORlS HEYDEN

con la colaboración de
DANIELA RODRÍGUEZ HERRERA

DURDlCA SÉGOTA, Valores Plásticos del Arte Mexica, México, Universidad


Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Estéticas,
1995, 240 p.

Una de las tareas más fascinantes que pueda tener el arqueólogo


y el historiador incluido, claro, el historiador del arte, es hacer
"hablar" a los objetos para que nos informen de la sociedad que
los hizo, de su organización, del mundo espiritual y del mundo
económico en que se regían, de sus sueños y de sus posibilidades.
Pero la elocuencia de los objetos (sea una vasija, un monolito, un
cuadro o un simple guijarro) depende de la habilidad del que lo
interroga, de su sensibilidad y de su imaginación. Sólo así se
entiende que un poeta como Octavio Paz, al ver una máscara de
Tláloc grabada en cuarzo transparente, susurre:

Aguas petrificadas.

El viejo Tláloc duerme, dentro,

soñando temporales

Con la atención quizás en otro punto, pero si se puede con


idéntico oído, el que interroga a los objetos del pasado también
debe llegar a aquello que no entregan a simple vista.
Durdica Ségota, al igual que Paz, concentró su atención en una
imagen de Tláloc para emprender su estudio Valores Plásticos del
Arte Mexica. Es inusual que un investigador busque la comprensión

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