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PRIMERA LECTURA
Yo Los tomaré de las naciones, y los recogeré de todos los países y los traeré a su propia tierra. Y
esparciré sobre ustedes agua limpia, y serán purificados de todas sus impurezas; y de todos sus
ídolos los limpiaré.
Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes; y quitaré de su carne el
corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Y pondré dentro de ustedes mi espíritu, y haré
que anden en mis estatutos y que guarden mis juicios y los pongan por obra. Y habitarán en la
tierra que di a sus padres; y ustedes serán mi pueblo, y yo seré su Dios.
PALABRA DE DIOS
SALMO
Después de su Pasión, Jesús se manifestó a ellos dándoles numerosas pruebas de que vivía, y
durante cuarenta días se les apareció y les habló del Reino de Dios.
En una ocasión, mientras estaba comiendo con ellos, les recomendó que no se alejaran de Jerusalén
y esperaran la promesa del Padre: "La promesa, les dijo, que yo les he anunciado. Porque Juan
bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo, dentro de pocos días".
Los que estaban reunidos le preguntaron: "Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de
Israel?"
Él les respondió: "No les corresponde a ustedes conocer el tiempo y el momento que el Padre ha
establecido con su propia autoridad.
Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en
Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra"
PALABRA DE DIOS
Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las
puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a
vosotros.» Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de
alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os
envío yo.»
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les
perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»