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Facultad de Filosofía y Letras

Universidad de Buenos Aires

EUGENE ENRIQUEZ

EDUCACION Y FORMACION
Aportes desde una teoría de la Institución y las organizaciones

Serie Los Documentos


De la Carrera de Formación de Formadores
ENRIQUEZ, E. “EDUCACION Y FORMACION” 2009

INDICE
EDUCACION Y FORMACION
Aportes de una teoría de la Institución y las organizaciones

CAPITULO I:
I. EDUCACION, FORMACION Y TERAPIA
1. Introducción
Una interrogación
2. La educación, la formación y la terapia
Sobre la educación
Sobre la formación
Formación y tipos de saber
Acerca de la terapia, la regulación acompañante y la regulación esencial

CAPITULO II
II.INSTITUCIÓN Y ORGANIZACIONES
1. Las instituciones
El origen de la institución ( o acerca de "Totem y Tabú")
Canalización de la agresión y construcción de la unidad: el fantasma de lo
único
Concreción de un proyecto y una tarea
Cuatro notas para definir la institución
2. Las organizaciones
Organizaciones de producción y organizaciones voluntarias
Organizaciones voluntarias, organizaciones de producción e instituciones

3. Una Tipología de las organizaciones


3.1. Introducción
3.2. La organización-institución, sistema cultural, simbólico e imaginario

3.3. Cinco formas de organización


La organización carismática
La organización burocrática
La organización cooperativa
La organización tecnocrática
La organización estratégica
La organización democrática

CAPITULO III
III.LA FORMACION Y LOS FORMADORES
1. Introducción: Tres Perspectivas Sobre La Formación
2. El Formador
La garantía de una experiencia exitosa
La función de rechazo, el interdicto estructurante
La función de referencia
La posibilidad de humor acerca de sí mismo
El reconocimiento de su posición institucional
3. Algunas Condiciones De La Formación
La intimidad y la necesidad de una alianza positiva
Acerca de una relación de formación “suficientemente buena”

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ENRIQUEZ, E. “EDUCACION Y FORMACION” 2009

4. El Proceso De La Formación
Sus rasgos
Sus Propósitos Fundantes

BIBLIOGRAFIA

OTRAS OBRAS DEL Dr. EUGENE ENRIQUEZ EN CASTELLANO

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ENRIQUEZ, E. “EDUCACION Y FORMACION” 2009

Sección II

INSTITUCIONES Y ORGANIZACIONES
Dinámica De Lo Imaginario Y Lo Simbólico 1

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El texto de este capítulo corresponde a la desgrabación del Seminario de Doctorado dictado por el
Dr.Enriquez en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA en el año 2000.

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1. La institución

Ayer traté de mostrar las semejanzas y diferencias entre educación, formación y


terapia y hoy voy a interrogarme más particularmente respecto de las instituciones en la
medida en que todas las actividades de las que hablé se desarrollan generalmente en
instituciones y por consiguiente, el estudio de las instituciones es esencial para entender
la dinámica de la formación y su imaginario.

El origen de la institución (o acerca de "Totem y Tabú")

Voy a empezar de una forma que tal vez les despierte la curiosidad, pues para
hablar de las instituciones voy a comenzar refiriéndome a la obra de Freud, "Tótem y
tabú". Creo que esa obra plantea muy bien la cuestión del nacimiento de las
instituciones. Como ustedes saben Freud plantea una hipótesis central: la existencia en
los tiempos prehistóricos de una horda primitiva dirigida por un macho todopoderoso
que tenía el monopolio del poder sexual y mantenía a los hijos bajo su dominio sin que
éstos tuviesen el derecho de expresar sus propios deseos. No hay que olvidarse que
Freud toma esta hipótesis de Darwin y que Darwin la elabora a partir de
investigaciones de los etnólogos. Lo importante en su hipótesis es que plantea el
problema siguiente: un día los hijos se conjuraron, se rebelaron, mataron al padre y se
lo comieron. La hipótesis de esta comida en común viene de una serie de estudios
hechos por el inglés Robertson Smith. Smith estudia en distintas culturas este tipo de
grandes comidas que la gente hace en conjunto y se asombra frente a dos hechos: al
comienzo de estas comidas la gente está triste y después de la comida expresan un
sentimiento de alegría y satisfacción. El animal que se mata y come no es cualquier
animal, es el animal emblema de la tribu. Su caza normalmente prohibida durante todo
el resto del año, es exigida como excepción una vez por año al conjunto del grupo.
Robertson Smith había observado este fenómeno sin poder explicarlo. Freud toma estos
datos y arriesga su hipótesis: la cacería que hace en conjunto toda la tribu reproduce un
acontecimiento sucedido en tiempos prehistóricos. En ellos efectivamente el jefe de la
horda había sido asesinado por sus hijos que lo odiaban y admiraban. Esos mismos
hijos después del asesinato son invadidos por un sentimiento de culpa que procuran
controlar idealizando al padre muerto y haciendo de él, el tótem de la tribu. Por lo tanto
el animal comido en el banquete es el símbolo del padre asesinado.
Dos cuestiones son de gran interés en esta hipótesis de Freud: por una parte la
idea de que hace falta un acto, en la que retoma la idea de Goethe en el "Fausto": "al
comienzo era la acción" contrapuesta a la frase bíblica: "al comienzo era la palabra".
Dicho de otra forma, hace falta que al principio haya un acto que produzca una
situación irreversible y permita a los hijos entrar en la historia. Este acto es tan violento
que, aun cuando hayan estado muy satisfechos de haberlo cometido, los hijos no
pueden soportarlo y experimentan lo que Freud designa como ambivalencia, estar
satisfecho y al mismo tiempo insatisfecho. A partir del momento en que la gente se
siente culpable empieza a renunciar al motivo del acto en cuestión y en vez de
compartir las mujeres deciden, al contrario, intercambiarlas con otras tribus iniciando
así complejas relaciones de intercambio en esa y otras áreas. Dicho de otro modo,
ocurre una paradoja muy bien expresada en una frase freudiana y comentada en muchos
libros: "la humanidad empieza con un crimen cometido en común".
Estas son ideas muy fuertes: al comienzo era el crimen; pero, al mismo tiempo,
solo se convierte en ser humano renunciando luego al crimen e invistiendo a la persona

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asesinada de una serie de cualidades que no tenía en realidad y lo erigen en el dios de la


tribu. Esto legitima las acciones de los individuos que ya no son acciones arbitrarias
sino la continuación de lo que imaginariamente deseaba el padre.
A partir del momento en que la gente entra en un sistema de intercambio -
intercambio de mujeres, intercambio de bienes, intercambio de fiestas- se comienzan a
establecer reglas, los hombres comienzan a tener obligaciones, normas morales e
instituciones que se ocuparán de cuidar que la existencia sea pacífica.
Es una hipótesis, naturalmente, nadie puede saber lo que sucedió en tiempos
prehistóricos, pero, al mismo tiempo, es una hipótesis muy interesante porque por un
lado permite explicar lo que no entendía Smith - es decir esta comida donde se come a
quien no se debía asesinar- y por otro porque ilumina una serie de sentimientos que se
encuentran en los mitos. Casi todos ellos acuerdan en ubicar en el origen, la violencia.
Para tomar un ejemplo simple y muy conocido. Ustedes saben que en el mito
griego del comienzo del mundo se narra que al principio había conjuntos unidos,
pegados unos con otros que hacían el amor en forma absolutamente continua, por un
lado Urano -el cielo- y por otro lado Gaia - la tierra -, y que los niños que nacían eran
asfixiados por sus padres, no llegaban a salir, a desprenderse de esa unidad. También en
este mito un día los hijos se rebelan bajo el mando de Cronos, el Tiempo, que castra a
Urano. Urano herido, empieza a gritar, hace un movimiento brusco y se separa de Gaia
y Cronos hace entrar a los hijos en la Historia. Incluso en este mito esta la idea de que
la humanidad empieza con sangre. Y para completarlo se sabe que Cronos después
toma los malos hábitos de su padre, se come a sus hijos (nosotros sabemos muy bien
que el tiempo es lo que nos come todos los días) y se desencadena una nueva rebelión
de los hijos. Ahora es Zeus (Júpiter) el que castra a Cronos y ocupa su lugar.
Podríamos dar ejemplos de otros mitos, pero es interesante ver como en la
mayoría de ellos, sobre todo en los europeos, no conozco mucho los demás, está la idea
del comienzo de la humanidad en medio de violentas relaciones de fuerzas en las que,
justamente, se origina la necesidad de establecer reglas para impedir el conflicto, la
puja y el lugar del todopoderoso. Levis Strauss, etnólogo, dice: "no se sabe si sucedió -
hablando de la hipótesis freudiana-, pero es verosímil que exprese un viejo sueño de la
humanidad, impedir que alguien sea todopoderoso, ponerse bajo la protección de ese
todopoderoso que por este motivo se nos torna favorable y poder establecer entre
nosotros lazos más igualitarios.
Hay otra explicación muy interesante del filósofo Castoriadis: a través de esta
conjura aparece el nacimiento de una pequeña sociedad que se pretende democrática,
que no desea tener a alguien todopoderoso y en consecuencia trata de hacer desaparecer
esta idea y que, naturalmente, no lo logra en forma perfecta porque está obligada a
encontrar a un dios a partir de esta persona todopoderosa asesinada. De todas maneras,
dice Castoriadis, esto alude a una primera etapa de la humanidad en búsqueda de
relaciones más igualitarias. Para no complicar demasiado voy a agregar un solo autor
más.
Rene Girard dice en "La violencia y lo sagrado", aun cuando no es para nada
freudiano: "Tótem y tabú es el único libro de Freud que vale la pena leer" porque el
análisis de una cantidad muy grande de mitos antiguos muestra siempre esta idea: al
comienzo esta relación de fuerzas, esta especie de caos primitivo, esta rivalidad
fundamental que la humanidad naturalmente busca eliminar para lograr relaciones
estabilizadas entre la gente.
En cuanto a mí no sé si es cierta o no la hipótesis freudiana pero siempre dije
que era exacta no en cuanto a la idea de que hubiera una única horda al comienzo

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(incluso el mismo Freud dice que es verosímil pensar que hubiera varias porque sino no
hubiera podido haber intercambio de mujeres con las otras tribus), sino porque me
parece sumamente apasionante para explicar otra serie de fenómenos.
Es lo que trato de demostrar en mi libro que se llama "De la horda al Estado"
que todavía no fue traducido en la Argentina mientras los brasileños sí lo tradujeron
(ríe). ¿Por qué insisto sobre esta hipótesis? Porque permite advertir una serie de
fenómenos que suceden no en la época de los mitos o en la época del caos primitivo
sino también en los tiempos históricos. Solamente voy a mencionar dos ejemplos que
todos conocen.
En la época de la Revolución francesa no era necesario objetivamente matar al
rey pero había que matarlo porque era justamente el símbolo de esas antiguas
autoridades omnipotentes, aun cuando él mismo era un rey débil. El rey fuerte había
sido Luis XIV, pero ¿quién hubiera podido asesinarlo? Lo importante es que hay que
matar a la persona en tanto símbolo de otra cosa y ¿símbolo de qué? Símbolo del
sometimiento a una ley por encima nuestro porque el rey, teóricamente, era elegido por
Dios. Si se mata al rey esto significa que todos nosotros, juntos, nos volvemos
responsables. Somos nosotros quienes hacemos las leyes y que nos salvarán o nos
destruirán a todos juntos. Eso no implica que desaparezca la idea de Dios, pero Dios no
tiene más que una relación privada con el corazón de cada uno de nosotros, ya no es
quien ha instituido al rey para dirigir a todos.
Para tomar otro ejemplo histórico también muy conocido. No era realmente
necesario cuando tuvo lugar la revolución comunista en 1917 matar al zar y a toda su
familia, pero si lo era en un plano simbólico para decir: ahora somos nosotros los
responsables de nuestra vida. Naturalmente no podemos saber lo que sucedió cuando se
fundó la humanidad pero cada vez que un pueblo quiso comportarse como si estuviese
de nuevo en el principio, se vio obligado a tomar este camino. Esto tiene consecuencias
sumamente importantes pues precisamente son las instituciones sociales las que
normalmente van a permitir vivir en un mundo que ya no sea un mundo de relaciones
de fuerza sino, por el contrario, un mundo donde haya reglas morales y valores. ¿Cuál
es el punto paradójico de esta historia? Es precisamente que las instituciones surgen
después de un crimen cometido en común, tienen el rol de evacuar la violencia original,
pero, al mismo tiempo, la expresan en forma oculta. Esto significa que en las
instituciones siempre hay una especie de contrario muy fuerte, no hay una institución
que sea perfecta, totalmente buena. En esta violencia que se ejerció contra lo otro
siempre hay algo que permanece. Por otra parte, cuando se observa en la vida cotidiana
el nacimiento de las instituciones se observa que una institución toma el lugar de otra a
la que trata de destruir y que ciertas maneras de ser, de pensar, siempre son expresiones
que de alguna manera eliminaron otras formas de pensar o de existir.
Voy a tomar un ejemplo muy simple sobre este punto. Tenemos la costumbre de
pensar y razonar de un cierto modo, una forma racional que nos viene desde Sócrates y
Platón, una forma de pensar relativamente lógica, sistemática y que siempre trata de ir
de las causas a las consecuencias. Hace ya unos 20 años los trabajos de los grandes
especialistas en Grecia antigua demostraron que antes, los griegos, no pensaban en
absoluto de ese modo en la vida cotidiana sino en forma mucho más intuitiva y que
Platón, Sócrates y Aristóteles hicieron desaparecer esa antigua forma de pensar de la
vida cotidiana. Esta forma de pensar antigua fue llamada por algunos analistas
franceses "la inteligencia astuta", que según el mito tenía origen en una diosa que se
llamaba Metisa quien sabía proceder por analogías, a través de metáforas, alegorías,
poniendo en relación cosas que parecen no poder ser relacionadas, usando la asociación

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libre de ideas y otros elementos que no puedo desarrollar extensamente aquí. Esta
diosa, Metisa , era en particular la diosa de los navegantes (Ustedes saben que alguien
que navega a vela no puede ser sistemático debe estar siempre listo para la adaptación
inmediata). Los navegadores actuales, por otra parte, siguen funcionando de este modo
y por eso se llamaba a eso la "inteligencia astuta". Una inteligencia más intuitiva, más
aguda, que fue de alguna forma retomada en la obra de Freud, ya que él dice en el
comienzo de "La Interpretación de los sueños" "he tomado partido por las
supersticiones populares en contra de la ciencia positiva", en la medida que la ciencia
positiva le parecía ser extremadamente reduccionista.
Ya que les hablé de Metisa lamentablemente les tengo que contar su fin trágico.
Zeus que quería ser el rey de los reyes no soportaba que hubiese otra diosa, además,
para colmo mujer, que pudiese contrabalancear su poder y en un momento de descuido
de Metisa -lo que era raro, pero lo tuvo- se la comió y esto le permitió ser el dios
racional y el dios astuto a la vez. Lo que es interesante para nosotros es darnos cuenta
que hay una forma de pensar a la que estamos acostumbrados, pensar por regularidades,
a través de las leyes físicas, por principios de causalidad, etc., que permitió el
desarrollo de nuestra ciencia moderna pero no existía en absoluto en otra época y que la
institución, esta vez, de un cierto modo de pensar se hizo a través de la destrucción de
otra forma de pensar. Como lo dice por otra parte Freud: "lo que fue evacuado,
rechazado, siempre vuelve un poco y vuelve naturalmente en los mitos, en los sueños,
en los lapsus, en los actos fallidos y en todas las pasiones humanas”. Hoy funcionamos
siempre como si hubiera en nosotros, por un lado, el ser racional y por otro el ser más
pasional, más Metisa, de cierto modo devaluado. (Se dice "esto es intuición femenina".)
Retomemos, el surgimiento de las instituciones siempre es violento y por eso
digo: no se puede vivir sin instituciones y al mismo tiempo las instituciones siempre
tienen un aspecto asfixiante. Y si insistí tanto en cuanto a "Tótem y tabú" es para
recordar esta violencia institucional que nunca puede ser expresada totalmente, pero
cuya expresión vive como amenaza.

Canalización de la agresión y construcción de la unidad: el fantasma de lo


único

El primer mecanismo fuerte de la construcción de una institución es lo que


podríamos llamar el rechazo y la canalización de las pulsiones agresivas y amorosas.
Ahora voy a entrar más en detalle.
Se entiende muy bien por qué hay que rechazar las pulsiones agresivas.
Precisamente esas pulsiones agresivas eran muy fuertes antes de que existiera esa
institución y su expresión podría causar autodestrucción institucional. Se sabe que hay
pulsiones agresivas, el problema entonces es tratar de canalizarlas en trabajo
productivo, en la competencia con los demás, en la creación inventiva (en la medida en
que toda creación es también una agresión respecto de lo que sucede antes), en formas
que permitan conservar el potencial de la pulsión agresiva, garantizando al mismo
tiempo la aceptación de todos. Por ejemplo en una clase se hará que los alumnos
compitan entre ellos -los mejores, los que no son tan buenos-, pero también cuidando
de no hacer demasiadas diferencias para impedir que terminen odiándose. Este es un
problema general de nuestra civilización porque la canalización de las pulsiones
agresivas a través del trabajo también le da un impulso muy fuerte al mundo de la
empresa capitalista por el lado de la búsqueda de la ganancia máxima.

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También hay que rechazar y canalizar las pulsiones amorosas. Es imposible que
exista una institución sin que haya un mínimo de libido entre nosotros, no
necesariamente un gran amor pero sí por lo menos elementos de simpatía, camaradería,
a veces de ternura, es decir todo lo que Freud llamó "libido sublimada". Se ve
claramente que si el amor no es sublimado, si hay efectivamente una corriente amorosa
muy fuerte entre nosotros y cierta gente, eso puede introducir rivalidades violentas,
puede introducir los celos, la envidia, el resentimiento. Por eso es importante que este
amor entre nosotros sea un amor atemperado.
Estas violencias, estos resentimientos pueden ser muy peligrosos para el grupo,
en cambio estos sentimientos atemperados que podemos tener entre nosotros permiten
que haya un lazo entre nosotros y al mismo tiempo nos protegen de una excesiva
invasión de unos por los otros. Diría que todas las instituciones plantean el problema
del rechazo y la canalización, lo logran mejor o peor. Es decir que a veces hay
pulsiones agresivas que se terminan expresando, puede haber chivos expiatorios en una
clase por ejemplo, también puede haber personas preferidas unas por otras, lo que
plantea algunos problemas en esta armonía que tratamos de crear. Luego voy a volver a
estos puntos con más detenimiento.
Ahora quisiera pasar a un segundo mecanismo que me parece esencial. ¿Por
qué rechazar y canalizar todas estas pulsiones? Para tratar de hacer algo que se
constituya en una unidad fuerte. Podríamos decir que en toda institución está el
fantasma de lo único de una identidad compacta, de la idea de gente pensando y
sintiendo lo mismo, y de un grupo fuertemente unido de modo que pueda proteger a la
institución contra todos los demás. En toda institución hay un aspecto totalitario y por
eso escribí que toda institución tenía tendencia a convertirse en la institución "divina".
Pongamos algunos matices en estos términos de "divino". Nos portamos como si
fuéramos todos totalmente los hijos de esta institución y tuviésemos que identificarnos
completamente con ella y por lo tanto tener una especie de creencia completa en la
bondad de la institución. Es una creencia, tal como creer en dios, naturalmente con
muchos matices; pero el mecanismo de creencia es fundamental y existe en muy
numerosas instituciones.
Voy a dar un ejemplo. Soy profesor de la Universidad París VII. París VII no
quiere decir mucho, no es muy valorizante ya que en París hay trece universidades
distintas. Hace unos años el Presidente de la Universidad dijo "tenemos que encontrar
un nombre prestigioso" y se hizo una reflexión conjunta sobre el nombre que se le
podía poner. Se decide elegir el nombre de Denis Diderot, el fundador de la primera
enciclopedia que existiera jamás. Al elegir este nombre ¿cuál era el imaginario que
había atrás? Era que nuestra universidad era la universidad enciclopédica, que era la
mejor de todas. A raíz del bautismo durante tres días hubo toda una serie de
conferencias, la universidad se abrió a toda la Nación para que todos pudieran venir y
para mostrar hasta qué punto éramos una hermosa universidad.
Hace 20 o 30 años ¿qué era ser profesor? Era tratar de enseñar bien y ayudar a
los estudiantes a desarrollar sus posibilidades. Actualmente, por suerte, esto no ha
desaparecido totalmente, pero un buen profesor en la óptica actual es el que sabe
vender bien la imagen de la universidad. Cada vez que vuelvo a París, ya que viajo
mucho al extranjero, mi Presidente o algunos de mis colegas me dicen: "¿hiciste notar
que nuestra Universidad es la mejor de Francia?", esto corresponde en algo al estilo
institución divina. De algún modo la idea es que estemos todos contentos de estar
juntos, que nos identifiquemos todos unos con otros, que luchemos contra los demás,
digo: la universidad X es mala, la Z también. Esta tendencia unificadora es muy fuerte

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en el mundo moderno y naturalmente plantea muchos problemas, primero porque no es


cierto, todas las instituciones tienen sus defectos y el hecho de no ver los defectos hace
que se caiga en la ilusión. Además, en general, formamos parte de distintas
instituciones; se puede formar parte de una universidad, de una familia, de un partido y
puede haber conflictos de lealtad en relación a estas distintas instituciones. Si hace un
rato decía que esto tenía un aspecto totalitario es porque los regímenes totalitarios han
vivido estos fantasmas de lo único y quisieron -lográndolo más o menos- que la gente
fuera igual una con otra, que todo el mundo fuese igual. Hay que observar muy bien
este fantasma de lo único, es una tentación permanente. Efectivamente, si estamos
todos unidos no tenemos problemas entre nosotros y sí en cambio tenemos dinamismo,
tenemos entusiasmo y al mismo tiempo tenemos, como los caballos, anteojeras. Esta
tentación es muy fuerte en todas partes. Incluso a nivel político, en las democracias, se
ve a menudo a una cantidad de jefes de gobierno decir que los oponentes están en
contra de la Nación. Ustedes saben muy bien lo que pasó acá. Se actúa como si los
opositores estuvieran contra la hermosa unidad y en ese momento ya no son
considerados opositores sino enemigos, lo que plantea todos los problemas que ustedes
conocen tan bien.

La concreción de un proyecto y una tarea

Un tercer punto importante es que a pesar de todo la institución tiene que


enfrentarse a la realidad, no puede conformarse con estos fantasmas de lo único que
responderían de algún modo al placer de ser parte de lo mejor. Toda institución tiene
que hacer cosas concretas pero, al mismo tiempo que hace estas cosas concretas,
siempre trata de hacer aparecer que lo que hace es mejor de lo que es. Por ejemplo un
hospital que funciona bien sin embargo tiene una serie de defectos - intervine lo
suficiente en muy buenos hospitales como para saber que tienen defectos-, es decir que,
efectivamente, en realidad tratan de atender a la gente de la mejor manera pero esto se
hace en detrimento del cansancio de mucha gente, en particular de los empleados y las
enfermeras. Aunque sea muy bueno de todas maneras nunca es tan bueno como lo es en
el discurso que desarrolla el propio hospital. Entonces, confrontación con la realidad
porque la institución está hecha para confrontarse a la realidad, pero, al mismo tiempo,
posibilidad de embellecer la realidad.
P.- Si entiendo bien el planteo las instituciones se terminan transformando, tal
cual como entiendo su idea, en aparatos de producción artificial de creencia, ¿cuál es
el punto de vista suyo y en que se diferencia de los planteos de Michel De Certeall?,
¿cómo lo plantea desde su pensamiento? Y la otra pregunta: ¿el mercado es una
institución? Porque en el mercado, por lo menos en la versión de los economistas
estándar, los sujetos aparecen como fundamentalmente egoístas y descreídos, ¿cómo
se puede sostener una institución que pone a sus miembros en lucha, legitima e
institucionaliza la agresión como formadora de vínculo social? ¿Cómo el mercado
puede generar lazo social si su axioma, su postulado, sus principios, son la
legitimización de la desconfianza, el egoísmo y en última instancia, la agresión?
E.- La primera pregunta es simple, en cambio la segunda es enorme. El primer
aspecto es muy simple porque no hay diferencias sobre lo que piensa De Certeall y lo
que pienso yo. Desarrollé mucho la idea, e iba a hablar de eso también, que las
instituciones desarrollan lo que llamo “artefactos” fundados en la creencia que apuntan
a aumentar la creencia al mismo tiempo. Pensamos lo mismo.

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La segunda pregunta es muy difícil porque la idea del mercado se basa en una
ficción. Se habla de una ley atemporal, la ley de la oferta y la demanda ajena a los
hombres. Eso es una ficción pues el mercado es una creación de los hombres y todos
los economistas serios saben actualmente que no necesariamente hay correlación entre
la oferta y la demanda. Por ejemplo si una empresa baja sus precios para que haya más
demandas esto va a provocar que otras empresas bajen los precios para también tener
más demanda. Esto va a producir un efecto de encadenamiento que terminará en costos
superiores a sus ganancias y los llevará a quebrar. Pueden llegar a tener precios tan
baratos que es escandaloso para la gente, sin embargo la gente va a ir y va a comprar.
Como los productos que venden cuestan más que el precio de venta, en un año puede
equilibrarse pero entre tanto esto provoca déficits tan grandes en las empresas que no
alcanza el tiempo para un reacomodar, puede darse una caida y las empresas pueden ir
cayéndose en cadena. Hubo muchísimos ejemplos. Se sabe también que hay empresas
que venden mucho más caro y que en algunos casos esto le da a la gente la impresión
de comprar productos buenos porque son caros. Los ricos compran y hacen que estas
empresas tengan ganancias absolutamente desmedidas, gigantescas. Si tomamos como
ejemplo los productos de lujo en Francia ya sean los relojes Cartier, etc., mientras más
caros son más se venden. Conozco gente que me dice "mirá el reloj Cartier que me
compré, me costó muchísimo". Por otra parte el mercado es una institución que la
mayor parte del tiempo ha sido sostenida por los Estados. Hay un muy buen libro sobre
el tema . Su autor, el economista austríaco Polanyi trabaja sobre la gran transformación
y muestra muy bien cómo se instituyó el mercado. Responde a su pregunta cuando trata
de demostrar que si cada uno busca su vicio egoísta va a producirse un equilibrio entre
los deseos egoístas que va a traer más felicidad y beneficios a todos. Es el principio del
capitalismo.
La teoría de Adam Smith trata de explicar como esto se arregla a través de la
acción de una mano invisible: el mercado. Él dice: voy a comprar siempre donde me
convenga más, voy a vender donde más me convenga y como los demás van a hacer lo
mismo y yo no vendo lo mismo que lo que vende el otro, al final de todo vamos a
llegar, aunque haya pequeñas crisis temporarias, a lo que Walras llamó "El equilibrio
general". En definitiva todos van a encontrar la mejor solución para adaptarse unos con
los otros. Esto se combina en esa época con una idea de orden moral: cuanto más uno
se ocupa de economía uno se ocupa de cuestiones suaves, porque cuando uno se ocupa
de economía no se ocupa de tener poder. Hay una frase muy linda de Montesquieu que
dice "las naciones civilizadas que son tranquilas comercian mucho y todas las naciones
que comercian mucho se convierten en naciones civilizadas". En la idea de comercio
está la idea de intercambio y no la idea de relación de fuerzas. Atrás de esto está la idea
de que el intercambio entre la gente es semejante al intercambio de bienes. Por eso al
referirme a "Tótem y tabú" señalé que en un cierto momento las tribus empiezan a
intercambiar. Intercambian mujeres, servicios, productos, fiestas (hacen fiestas
reciprocas) e intercambian palabras. Eso es lo que hace que desde mucho tiempo atrás
se homologue el intercambio de palabras con el intercambio de los bienes o servicios
pues mientras se comercia no se hace la guerra. Da también esta idea el desarrollo del
gran economista inglés Keynes. El tenía una frase muy interesante: "mejor ser déspota
con la cuenta bancaria que ser un déspota con otras personas". No digo que sea verdad,
pero hay una filosofía que dice: la libertad política es lo mismo que la libertad
económica. Y si toman el primer gran teórico de las libertades del mundo moderno, el
ingles Locke, quien tuvo mucha influencia porque fue el principal redactor de una
constitución, verán que en sus desarrollos se encuentran ideas del “bill of right” inglés

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y de la declaración de independencia norteamericana. Por esto podemos decir que


Locke tuvo una influencia enorme en la concepción de las libertades que surgen en el
siglo XVIII y rigen nuestra vida actual. Ahora bien, Locke hace una asimilación entre
las libertades políticas y económicas. Lo voy a citar textualmente, dice: "la primera
libertad es la libertad de emprender", es decir la primer libertad es la de ser un
emprendedor, un empresario, de crear algo y esta libertad le permite a la gente
convertirse en propietario y cuando uno es propietario de los bienes puede ser
propietario de sí mismo. Según Locke, si alguien no tiene propiedad, no tiene capital,
no tiene nada, aun cuando sea teóricamente libre desde el punto de vista político puede
ser explotado por los otros desde el punto de vista económico y por consiguiente, no es
realmente libre porque hace un trabajo esclavo. Aun cuando teóricamente sea libre,
tenga derechos, se comporta en realidad como un esclavo. Locke iba mucho más allá y
decía "es por esto que no se le puede dar el derecho del voto a los que no sean
propietarios", porque la gente que no es propietaria va a votar como le digan los
políticos o los patrones, va a ser manipulado. El hombre realmente libre es el que
triunfa en la vida. Para Locke, que por otro lado tenía ideas de igualdad, decía "todo el
mundo debe poder convertirse en propietario". Hay una teoría sobre los sentimientos
morales en Locke... El decía "todos tienen que ser capaces de ser dinámicos, de crear
algo y convertirse en propietarios de algo alguna vez". Y lo que es sumamente
interesante actualmente es que hay pensadores por ejemplo franceses, gente socialista,
que retoman esta idea planteándose cómo hacer para que todo el mundo pueda ser
propietario. Por ejemplo tratando de instituir un salario mínimo para todo el mundo,
haga lo que haga, trabaje o no trabaje, de forma tal que todos sean propietarios de un
mínimo.
Su pregunta es muy compleja pero es muy interesante, porque es cierto que uno
se puede preguntar si alguien que no tiene nada no corre el riesgo de ser
extremadamente manipulado. No conozco el tema aquí en la Argentina, pero en Brasil
veo muy bien lo que sucede en el momento de las elecciones. Los políticos se
precipitan en las favelas, hacen casas, llevan agua corriente, hacen obras y logran que
los voten. Después hacen o no hacen, pero durante años no hay ningún político en las
favelas y 6 meses antes de las elecciones importantes van todos. Lo que demuestra que
hay un problema que no es fácil. Se puede decir y es lo que pienso yo, que
efectivamente todo ser humano tiene que tener los mismos derechos y las mismas
posibilidades de libertad, pero lamentablemente esto es solo teórico porque en realidad
hay situaciones de tal desigualdad que hay algunos que tienen verdadera libertad y los
otros ninguna. Lo que dice Mandeville "vicio privado, virtud pública" no es la realidad,
pero todavía seguimos viviendo bajo esa filosofía de siglo XVIII que fue combatida por
Marx. Marx escribió cosas muy lindas sobre esta cuestión del comercio pacífico
diciendo que en realidad tal vez no existía y las relaciones eran de “bandidaje”, pero en
este mundo de ultraliberalismo en el que vivimos hoy Marx quedó de lado y hemos
vuelto al pensamiento del siglo XVIII. Al mismo tiempo hay elementos verdaderos y
cuando hay crisis dice que son crisis temporarias y todo va a terminar por arreglarse
como si hubiera una especie de regulación económica espontanea. Cuando no es
totalmente espontanea, retomando a Keynes, el Estado puede hacer algo a través de su
intervención económica para rever las cosas. Es muy interesante saber que Keynes
formaba parte de un grupo de pensadores donde había muchos psicoanalistas ingleses.
Hay muchas páginas de Keynes donde se ve la influencia del psicoanálisis. Por ejemplo
en las que sostiene que hay que crear sociedades donde el individuo tenga la menor
cantidad de sentimientos agresivos con respecto a los demás. Él pensaba que esto se

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lograría gracias a la economía mientras que yo desarrollé mucho la idea de que la


economía en realidad es una relación de fuerzas. La visión liberal niega esta relación de
fuerzas. En forma rápida no podría decir más, pero esto no nos ha alejado demasiado en
la medida que muestra como las instituciones pueden ser tan fuertes aun cuando sean
imaginarias. Hay unas páginas muy interesantes de Marx cuando habla del fetichismo
de la mercadería, en las que dice que en estos casos los seres humanos se relacionan
entre sí como si fueran mercaderías y que eso es un enorme fantasma que pasa por
arriba nuestro pero en el que sin embargo creemos.
Retomemos el plan en el que estabamos antes de las preguntas, volvamos a las
instituciones y en ellas al rechazo y la canalización de las pulsiones, al fantasma de lo
único, al problema del principio de realidad y agreguemos ahora la consideración de un
cuarto mecanismo esencial: todo eso no podría funcionar si no existiera un discurso
sobre el amor que nos une. Voy a precisar un poco.
Como ya vimos, hay una idealización y sacralización del objeto como si el
objeto institución fuera de algún modo nuestro tótem, pero ¿por qué esta tendencia a
sacralizar el objeto? Porque se supone que hay un amor recíproco que viene del objeto
hacia nosotros, es decir que la institución nos ama, que va a recompensar nuestros
esfuerzos, que reconoce lo que hacemos, que toma en cuenta la mayoría de nuestros
deseos.
Quisiera aclarar algo inmediatamente. Naturalmente esto es falso porque entre
una institución y un ser humano no hay simetría, estamos en un contrato leonino entre
alguien que tiene todo el poder y otro sin ningún poder. Es un poco escandaloso lo que
voy a decir pero efectivamente una institución casi nunca puede devolvernos todo lo
que le dimos. Freud lo dice muy bien en "El porvenir de una ilusión": "¿acaso será
posible un día devolverle a los hombres todo lo que se les quitó al no permitirles
satisfacer sus instintos?". Por eso dice que en todas las instituciones hay ilusión y
creencia. Se cree que la institución nos ama y por eso se trabaja y se hacen cosas aun
cuando en nuestro interior sepamos que esto no es demasiado cierto. Desde que vengo a
América latina me sorprende la conciencia profesional que tienen los profesores
universitarios tanto en Brasil como en Argentina a pesar de lo mal pagos que están y
sus malas condiciones de trabajo. Tengo la impresión que le dan a la institución
universitaria mucho más de lo que la institución les da. En Francia no estamos muy
bien pagos pero sí mucho mejor que ustedes y se trabaja mucho menos que aquí. Cada
vez que quieren hacer que trabajemos más los bloqueamos.
P.- En las instituciones no todos tienen el mismo status, ¿entonces no hay gente
que también saca su beneficio al pasar por las instituciones? No creo que sea tan
unilateral, que siempre una institución le saque a la gente, creo que también hay gente
que utiliza a las instituciones para sacar y posicionarse en otras funciones. ¿Cómo
entraría esto en esta teoría que parece tan cerrada?
E.- No plantea problemas. La institución nos ama, a cambio yo la amo también,
pero hay gente que sabe amar haciendo su propia ganancia. En toda institución hay
gente que sabe aprovechar a la institución. En el discurso de la institución está incluida
esta idea: "vamos a recompensar a los mejores". Normalmente se debe recompensar a
todo el mundo, pero los mejores son más recompensados que los demás y por lo tanto
yo puedo tratar de ser el mejor y lo puedo hacer de varias formas: trabajando más,
siendo más competente, pero también manipulando gente: teniendo relaciones
personales con gente que tiene el poder, siendo totalmente obediente a mi jefe -que
mientras más sumiso soy más me va a querer- hasta el día que pueda tratar de matarlo.

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ENRIQUEZ, E. “EDUCACION Y FORMACION” 2009

Hay un juego en la institución y esto las instituciones lo saben muy bien. Se


trata de hacer las cosas de modo de recompensar mejor a los que nunca cuestionan a la
institución, a los que nunca cuestionan el poder que existe en la institución, a los que,
por lo tanto, son relativamente obedientes y están conformes. Normalmente en una
institución los individuos originales o muy autónomos son mal vistos, o incluso dejados
de lado, porque no juegan el juego de decir: estamos todos bien y vamos a hacer durar
las cosas en el mismo estado. No hay contradicción.
Tomo un ejemplo que no es grato. Tomemos lo que fue el funcionamiento del
partido nazi bajo Hitler. Él pedía que todos le obedecieran y elegía a sus colaboradores
más próximos entre los que tenían un cierto tipo de inteligencia pero le eran devotos
hasta la muerte, estaban listos a sacrificarse totalmente por él y lo decían. A cambio de
esto les dió una parte de su poder. Hay que tener en cuenta que la institución se encarna
en una o en una pequeña serie de personas y por eso ellos van a elegir las personas a
quienes recompensar particularmente entre los que podríamos llamar fieles absolutos.
Para tomar un ejemplo menos desagradable. De Gaulle que no era tan malvado
como Hitler, solamente soportaba individuos a quienes él llamaba "incondicionales"
que estaban de acuerdo con él y nunca lo cuestionaban. Por eso es que los
acontecimientos de 1968 lo asombraron mucho. Todos los informes que le daban estos
“incondicionales” decían que las cosas estaban muy bien. De Gaulle elegía gente
simplemente porque le gustaba. Se cuenta una anécdota muy divertida sobre su jefe de
custodia al que quería mucho porque era un verdadero boxeador. Un día decidió
nombrarlo embajador de Francia en Bolivia. Fue un escándalo. Pero De Gaulle dijo:
"sí, yo quiero hacerlo embajador". Hay un juego de seducción recíproca en la
institución. Digo "la institución" pero en la institución hay individuos y hay
interacciones.
P.- ¿Este juego institucional que describe se relacionaría con la tensión que
Freud retoma en "El malestar en la cultura", entre hacer el propio deseo, cumplir con
el mandato de la libido y responder las exigencias de la cultura para, a la vez, ser
amado y aceptado?
E.- Sí. Hay otro texto de Freud esencial, "Psicología de las masas y análisis del
Yo". En él muestra muy bien como cada uno en la institución va a colocar aquello que
encarna la institución en el lugar del ideal de su propio yo. Ese objeto puede ser un
hombre, puede ser el Führer, pero también puede ser una causa, una ideología general o
la ideología de la misma institución. Ustedes saben muy bien cómo Freud muestra que
si he interiorizado bien ese objeto y los otros miembros de la institución también lo han
interiorizado, nos vamos a identificar mutuamente unos con otros, lo que refuerza el
fantasma de lo único. Pero eso es también porque uno cree que el jefe o la institución
ama a todos. Hitler lo decía textualmente: "amo a los alemanes y detesto a los judíos y
a los comunistas". El decía: esto es lo que yo amo. A menudo y en forma un poco más
liviana actualmente hay muchos hombres políticos diciendo a la gente reunida "los
quiero a todos". A veces se equivocan. Una vez Reagan llegó a Arkansas por ejemplo y
creía que estaba en Texas y dijo "amo a toda la gente de Texas" (risas). No funcionó
muy bien (risas). Estamos muy influenciados por esto, aun cuando nos riamos estamos
mucho más influenciados de lo que pensamos. Recuerdo cuando Giscard d’ Estaing
llegó a la presidencia de Francia. Había hecho una campaña electoral extraordinaria
diciendo que miraba a Francia al fondo de los ojos, que trataba de tocar el corazón de
cada francés. Usaron además enormes afiches donde estaba él con su hija un poco más
abajo que estaba admirándolo. Y la gente dijo: este hombre al que su hija quiere tanto

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ENRIQUEZ, E. “EDUCACION Y FORMACION” 2009

debe ser el adecuado, sobre todo en un periodo en que los padres tienen tantas
dificultades para que los hijos los quieran.
Por eso hace muchos años propuse el concepto de "control del amor".
Se puede hacer control de resultados, de aptitudes, pero también se puede hacer control
de amor y muy a menudo en muchas instituciones los de mayor jerarquía tratan de ver
si la gente que está un poco más abajo siguen queriéndolos y admirándolos. Siempre el
amor es muy difícil de manejar, plantea muchos problemas.
P.- En los ejemplos de De Gaulle y de Hitler; en ambos casos ellos encarnaban
la institución de la Nación. La institución es un imaginario que se encarna y hay
grupos de poder que manipulan esta necesidad de la creencia en la institución...
E.- Sí, pero quisiera dar un matiz sobre esta idea de manipulación, porque decir
"manipulación" supone que la gente que manipula sabe siempre muy bien lo que está
haciendo y no es justamente así. A veces hay verdadera manipulación, pero también
está el hecho que esta gente sabe decir o hacer en algún momento lo que los otros
inconscientemente esperan de ellos. Tomemos el ejemplo de la Nación. La Nación es
objeto del orden de lo imaginario en la medida en que la creencia en la Nación se va
forjando lentamente a través de imágenes muy diversas, pero al mismo tiempo no es
solamente imaginario porque está la tierra, la lengua en común, las tradiciones, lo que
hace posible que a veces no se quiera manipular sino decir o hacer lo que los demás no
se atreven a hacer pero quieren que otros hagan. Puedo decir esto: nunca estuve
espontáneamente a favor de De Gaulle, siempre voté en contra de él, pero analicé muy
bien el fenómeno De Gaulle, escribí sobre él. Efectivamente cuando De Gaulle va a
Inglaterra y dice: "Francia perdió una batalla pero no perdió la guerra" no era sino un
oscuro oficial desconocido. Está solo frente a muchos dispuestos a aceptar el régimen
protegido por los nazis. En ese momento De Gaulle no tiene ninguna capacidad de
manipulación ya que es un general de brigada temporario... Hay distintos tipos de
grados en el ejército: general de brigada, de división, de cuerpo armado, de ejército y
mariscal. Por un lado está el mariscal Petain que firmó el acuerdo con los alemanes.
Frente a él, un pequeño general de brigada temporario que casi nadie sabe quién es,
totalmente desconocido. Se puede decir de alguna forma que fue un acto un poco loco
el suyo porque normalmente se podía esperar que nadie lo siguiera y sin embargo dice
algo que afecta a una cierta cantidad de personas. En ese momento hace algo bastante
extraordinario, se instituye él mismo, solo, como el representante legítimo de la
verdadera Francia y no de la Francia que aceptó la capitulación ante Alemania. El
hecho de decir "existo y voy a hacer algo" es oído por la gente que necesitaba de este
tipo de institución, necesitaban creer que algo distinto a la derrota era posible. Es por
eso que una cierta cantidad de gente, al principio muy pequeña, se le reune.
Quise dar este ejemplo para demostrar como no siempre es manipulación y sí en
cambio muchas es expresar, en lo que se dice, necesidades que están esperando ser
dichas.
P.- Al imaginario hay que alimentarlo también.
P.- Creo que un claro ejemplo de esto está en la definición liderazgo, como una
función del grupo. En este caso, De Gaulle logra captar una necesidad de Francia que
no está de acuerdo con la capitulación y por lo tanto puede expresar esto. En este
sentido tiene la capacidad de tomar algo que fue un mensaje no expresado antes, y en
estas palabras lo dice. Ahí se empieza a constituir en un líder. No es un líder que se
impone como puede ser Hitler. En ese caso su nacimiento nace de una función en el
sentido de una necesidad del grupo que él capta y hace suya.

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ENRIQUEZ, E. “EDUCACION Y FORMACION” 2009

E.- Estoy de acuerdo con lo que decís, lo único es que no es tan simple la
oposición entre De Gaulle y Hitler, porque Hitler también expresaba muchas cosas que
querían y expresaban los alemanes. También cuando Hitler funda el partido nazi en
Munich son 6 personas.
P.- Pero Alemania también había estado mortificada y había sido vencida.
E.- Habían tenido una gran crisis económica, había sido derrotada, el régimen
democrático que se había instituido era extremadamente débil, los militares tenían
mucho poder. Estoy de acuerdo con decir que es una función de liderazgo, pero la
cuestión es saber si va a haber alguien que pueda expresar eso, entender por qué esa
persona tiene la fuerza para asumir luego las funciones, porque la realidad es que le
habían ganado a Francia. Francia había perdido, no era tan obvio que pudiera
constituirse una respuesta diferente.
De lo que se trata es de saber si, en este ejemplo, no es algo más que liderazgo
sino la existencia en la gente de la necesidad de pensar que pueden convertirse en algo
más importante que lo que son. Porque diría que un punto fundamental de cada
institución y que todavía no traté es que en cierta medida jugando con la creencia,
jugando con la ilusión, la institución trata también de llevarnos para arriba, de
elevarnos. Se les dice a los alumnos que trabajando y estudiando van a ser
recompensados, van a ser los mejores. En un partido se les dice a los militantes que el
hecho de ser fieles y trabajar les va a permitir no solamente contribuir al triunfo de la
causa sino que la causa se tendrá aún más valiosa.
Por eso insistía tanto sobre el aspecto institucional y no sobre el aspecto del
liderazgo individual, si bien existe. De Gaulle le dice a la gente: si ustedes vienen
conmigo van a salvar a Francia, se convertirán de algún modo en héroes. La institución
hace que la gente se convierta de alguna manera en pequeños héroes por más pequeños
que sean adentro de la institución.
P.- Sigo con los dos ejemplos. La que estaba amenazada, perdida, muerta, era
la Nación y lo que este movimiento logra es reconstituir la institución que los ama, la
protección de la institución, esa es la fuerza de la causa, ¿no?
E.- Sí. No es solamente la fuerza del hombre sino la de la causa que él defiende.
P.- Y es al mismo tiempo la fuerza de cada uno, en el caso de De Gaulle,
porque frente a la derrota cada uno de los franceses está derrotado y él, al tomar ese
sentimiento y enfrentarlo de esa manera, también restituye a cada uno esa parte en la
cual cada uno se sentía derrotado.
E.- Restituye a cada uno el poder, el honor, es decir a cada uno de los que
quiere recibirlo.
P.- Cuando se produce lo instituyente, lo fundacional, ¿no hay también una
especie de catalización de lo libidinal y no solamente un manejo ilusorio?
E.- Sí, por eso decía que no hay forzosamente manipulación. En los casos que
cité está efectivamente el hecho de que esta nueva institución que se crea le devuelve a
la gente algo que había perdido. Habían perdido el honor, el sentido del poder y esta
persona se los devuelve, es decir les promete: si me siguen se los voy a devolver.
P.- Obviamente no conozco el liderazgo de De Gaulle, pero en otros fenómenos
de liderazgo de masa me da la impresión que no hay una centración tanto en el poder
que se le atribuye al líder de devolver algo sino que el líder hace ver que lo que se
creía perdido o hace asumir que lo que se creía perdido no se había perdido.
E.- Sí, también. Lo que hace que esto funcione es que hay muchas cosas que
suceden simultáneamente. Si retomo el caso de De Gaulle, aunque no lo conozcan
mucho, hasta el nombre de De Gaulle fue un elemento esencial. De Gaulle es el nombre

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ENRIQUEZ, E. “EDUCACION Y FORMACION” 2009

antiguo de Francia, Galia: la Galia, la Gaulle. Si se hubiera llamado de otra forma no


hubiera tenido el mismo efecto. Hay un montón de variables que funcionan
simultáneamente. De la bomba atómica se dice que hace falta una masa crítica, que
haya un montón de neutrones y ahí explota. Tiene que haber una serie de elementos que
funcionen, sino no anda.
P.- Voy a leer una frase suya de ayer: “los problemas están planteados de
manera compleja y hay que tratar de rendir cuenta de la mejor manera de esta
complejidad" y me parece que es justamente esto lo que en este ejemplo estuvimos
analizando.
E.- Es lo que estamos tratando de hacer juntos.

Cuatro notas para definir las instituciones

Ayer abordamos el problema del nacimiento de las instituciones y también


varios mecanismos esenciales para el funcionamiento de la institución, pero en
definitiva no definí lo que era una institución. Voy a tratar hoy de aclarar lo que la
institución es y, paralelamente, de distinguirla de las organizaciones de producción así
como también de las organizaciones e instituciones voluntarias. Después voy a tratar de
demostrar que sigue habiendo, a pesar de esta distinción tan estricta, relación entre
estos tres conjuntos de los que hablé el otro día. Esto nos va a permitir, en una segunda
etapa, analizar mejor los problemas organizacionales.
Podemos partir de un primer punto que en sí constituye una definición simple
de las instituciones: la institución es lo que da el comienzo, lo que establece y lo que
forma.
En la definición formal de la institución ya se encuentra planteado el problema
del origen y de la génesis. El problema de la permanencia, la duración de la institución,
se denota a través de la expresión "lo que establece". Al mismo tiempo la definición
hace lugar al problema de la formación, es decir de la socialización de los individuos
que viven en el seno de la institución.
Se puede agregar algo más a esta definición. Toda institución tiene como
objetivo influir sobre la regulación global de la sociedad, hacer durar esta regulación y
asegurar su transmisión. Por eso podemos decir que el saber popular que dice “la
familia y la escuela son instituciones” está en lo cierto. Si tomo como ejemplo la
familia observo que aun cuando las formas familiares evolucionan en modo muy
marcado, esto no quiere decir que la familia no siga siendo una marca de la civilización
occidental. La ruptura de esta idea de familia tiene repercusiones no sólo dentro del
marco familiar sino en el conjunto de la sociedad. Por ejemplo, el que los padres ya no
sepan muy bien cómo educar a sus hijos no sólo tiene una influencia en el núcleo
familiar sino además en la manera en que estos niños van a comportarse después en la
sociedad.
Dicho en otros términos, se puede decir que hay institución cuando tenemos
grupos que tienen leyes de funcionamiento, sistema de reglas, modos de transmisión y
cierta influencia sobre el funcionamiento de una sociedad. Desde este punto de vista
también podemos decir que el ejército es una institución y que el Estado puede ser
considerado como la institución de las instituciones. Lo fundamental es entender que si
pensamos en una institución estamos tocando el funcionamiento social en general. Esto
me lleva a considerar más detalladamente algunas características.
Diría que las instituciones se fundan, se basan sobre un saber, un sistema de
valores y de acciones que tienen fuerza de ley y que, por lo menos en un primer

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ENRIQUEZ, E. “EDUCACION Y FORMACION” 2009

momento, se presentan como verdaderas. La cohesión de una institución está dada por
un saber teorizado y teóricamente indiscutible, por ejemplo el pensamiento teológico en
la iglesia, la doctrina de la iglesia. O por ejemplo para los chicos, las materias que se
enseñan en la escuela. Cuando se crece las materias son discutibles, pero cuando los
chicos están en la escuela se les dice: esta es la verdad, no otra cosa. Esto nos conduce
a plantear el problema siguiente: en la medida en que estas nociones fundamentales de
la institución se plantean como indiscutibles, si uno empieza a interrogarse sobre el
valor de la institución no se cuestiona sólo el valor de la institución sino la institución
en su propio funcionamiento. Cuando un católico empieza a preguntarse si los dogmas
son verdaderos o falsos, su facultad de creer en esta institución -la Iglesia- queda
cuestionada y esto lo lleva a preguntarse si esta institución en definitiva es tan válida
como parece.
Un segundo punto fundamental que deriva del primero: Este saber que tiene
fuerza de ley tiene que ser internalizado en comportamientos concretos, es decir, no
debe ser simplemente un modo de instaurar las cosas sino que debe penetrar en lo más
profundo de nuestro ser. Dicho de otro modo, la obediencia no debe provenir de una
exigencia, de una presión externa sino que, por el contrario, debe derivar de la
interiorización de un ideal. Si soy un verdadero creyente de la religión X no se debe a
que haya presiones externas como en el tiempo de la inquisición, sino que se debe a que
me identifico con los valores de esta religión. Quiero decir que en toda institución hay
en cierto modo un tipo de relación de sumisión pero que es, al mismo tiempo, una
sumisión activa. Diría que es una sumisión que se hace a veces con cierto entusiasmo.
Se ve claramente que cuando los valores ya no son internalizados o cuando empiezan a
ser cuestionados, la institución empieza a quebrarse.
Un tercer punto que me parece fundamental es que todas las instituciones giran
en torno a una persona que ocupa un lugar central y toda institución plantea entonces el
problema de la paternidad, en términos de la idea de dios, del padre de familia, del jefe
de la Nación o del jefe guerrero, etcétera. Las instituciones siempre plantean el
problema de la paternidad y de la filiación y diría que no puede ser de otra manera ya
que lo que da origen a todo -retomando las palabras bíblicas- es el verbo creador. Hago
algo y digo que voy a hacerlo. El ejemplo que di ayer de la declaración de De Gaulle
cuando dijo "sigo y seguiré en la guerra, únanse a mí” plantea oficialmente que algo
nuevo va a crearse. Si miráramos atentamente, en todas las instituciones hay textos
fundamentales. Tenemos los 10 mandamientos, los Evangelios, el discurso de
Napoleón o "Mi lucha" de Hitler. Pido disculpas por la mezcla.
Una institución existe también por la posibilidad de consultar textos y preceptos
y ahí vemos la conexión entre paternidad y saber. El padre es el que detenta el saber y
profiere este saber y los hijos son aquellos que se identifican con el padre, que lo toman
como un ideal, que se fusionan con él para justamente llegar a estar un día en el lugar
del padre o si no lo alcanzan a ocupar para ser dignos por lo menos de ser hijos de tal
padre. Es innegable que a cualquier creyente católico le gustaría estar en el lugar de
Cristo pero tiene que tratar, en la vida cotidiana, de ser digno de la palabra de Cristo.
Ayer vimos la relación de las sociedades primitivas con el tótem fundador.
Dado que el tótem es en sí mismo el padre idealizado luego de haber sido asesinado, es
el que da la legitimidad al conjunto de acciones de la tribu. Esto plantea efectivamente
un problema interesante, es decir: ¿hay instituciones que puedan crearse de manera
colectiva?, ¿puede haber un grupo paterno o hay que tener siempre una figura central
que encarne de algún modo el conjunto de necesidades de la colectividad? Diría que
este es un problema esencial en nuestras sociedades: ¿es posible crear instituciones que

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ENRIQUEZ, E. “EDUCACION Y FORMACION” 2009

no sean jerárquicas? Vamos a tratar de ir analizando. Es un problema naturalmente


difícil.
En cuarto lugar: A partir del momento en que las instituciones existen,
apuntan a establecerse, a mantenerse y tienen entonces tendencia a reproducirse.
Efectivamente los padres tratan que sus hijos sean a su imagen y semejanza, los
docentes tratan de hacer buenos alumnos según su concepción; por supuesto se sabe
que no es una reproducción idéntica, en cada generación aparecen nuevas cosas, pero
las instituciones más sólidas y rígidas tienden a que la reproducción sea lo más fiel
posible.
Observemos por ejemplo a los fundamentalistas musulmanes que tratan de
volver a la lectura detallada y precisa del Corán. En la Iglesia Católica en cambio, la
posibilidad y existencia de concilios permite que el dogma evolucione. Durante mucho
tiempo no hubo casi evolución en la Iglesia Católica, la adaptación a los cambios del
mundo se produce a través de los concilios y de las encíclicas. Aun cuando uno piense
que la adaptación podría ser mayor, es necesario advertir una de las razones de peso por
las cuales las organizaciones tratan de reproducirse: cuando evolucionan mucho, se
adaptan mucho, su dogma despierta menos adhesión, corren el riesgo de perder muchos
fieles.
Vuelvo a tomar el ejemplo de la Iglesia Católica. Cuando el Papa Juan XXIII
intentó hacer una actualización tratando de democratizar la Iglesia, dándole mucho más
poder a las distintas asambleas -conozco el problema de cerca porque colaboré- la
conclusión fue que cada vez había menos personas que querían ser curas, cada vez
había más curas que dejaron los hábitos y se hicieron psicoanalistas o psicosociólogos.
En mi grupo había muchos curas que estudiaron para psicosociólogos (risas y bullicio).
Voy a hacer un paréntesis.
El grupo de intervención psicosociológica que fundé con varios ex sacerdotes,
entre otros problemas fue denunciado por los integristas católicos por el peligro de
disolver la Iglesia. No queríamos ni disolverla ni reafirmarla, la mayoría de nosotros
éramos o no creyentes o marxistas, pero sí estabamos de acuerdo en que había que
hacer evolucionar una institución que era antigua y ortodoxa. Pero es cierto que cuando
una institución se flexibiliza hay más controversias, más discusiones y entonces la fe es
menos rígida y tiene menos peso. Hay menor obediencia.
Para terminar con este ejemplo. No por nada el Papa actual que como cualquier
sacerdote polaco tenía una visión muy estricta de las cosas, retomó las riendas y
desaceleró el proceso de apertura de la iglesia aun cuando tiene concepciones sociales
relativamente progresistas. A partir de ahí, por lo menos en los países europeos, hubo
un renacimiento de la fe catolica.
Me extendí sobre este ejemplo para demostrar hasta qué punto las instituciones
tienen dificultades en la adaptación y por qué son rígidas, pues si no son
suficientemente rígidas corren el riesgo de disolverse progresivamente.
Este es sin lugar a dudas el problema de la escuela en nuestros días, también el
de la universidad y el de todas las instituciones educativas, sobre todo porque para
poder reproducirse hay que socializar a los individuos según la concepción de la
institución, darles una educación y una formación, diría, coherente con los principios de
la institución, lo que convierte al problema de la educación y la formación en un
problema central de la institución.
Se podría hasta definir una institución porque asegura un proceso educativo;
en la Iglesia se aprende el catequismo, en la familia se aprenden los buenos modales, en
la escuela se aprende a hacer un buen alumno y así sucesivamente. No se puede pensar

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ENRIQUEZ, E. “EDUCACION Y FORMACION” 2009

en una institución que no asegure una formación que garantice la continuidad de la


institución y permita la transmisión a una generación futura. Esta transmisión debe,
naturalmente, integrarse en los comportamientos o conductas de las demás personas
para que ellas mismas puedan después tomar a cargo los preceptos de la institución.
Uno puede preguntarse si en todos los miembros de una institución no hay cierto grado
de alienación con la institución. Si tomamos como base la definición de alienación de
Piera Aulagnier: "hay alienación cuando hay no solo sumisión interiorizada a una ley
exterior sino cuando el fiel se convierte en el portavoz de esta fe" contestaremos
afirmativamente. Hay alienación no solo cuando uno está sometido a una ley
profundamente interiorizada sino cuando nos volvemos su portavoz y esto hace que nos
convirtamos en el héroe de esta fé.
Para dar un ejemplo más simple y más divertido en niños chiquitos. Cuando un
niño pequeño interioriza la ley “no hay que hacerse pis”, no lo hace más y se convierte
en el portavoz de ella cuando ve a un compañerito que lo hace y le dice: “sos sucio, eso
no se hace, te hiciste pis”. No solo la internalizó sino además se convierte en el
portavoz de esta ley.
Como ven lo difícil en este problema es que hay un grado de alienación
necesario para poder vivir en la institución, pero la alienación puede volverse total si
nunca me pregunto sobre los dogmas, si tengo una fe totalmente fiel, si habida cuenta
de esto cometo las acciones, aun las más terribles, sin preguntarme nada. En la
obediencia debida, la obediencia de los militares es así: “Las órdenes las recibí de mis
superiores, pienso que si me daban ordenes tenían razón y no había porqué desobedecer
si se trataba de una orden razonable. La frase de los jesuitas: "soy sumiso como un
cadáver, soy sometido como alguien que no puede pensar". La expresión de los
católicos jesuitas es: "debo hacerlo como si fuera un cadáver", dicho de otro modo:
debo impedir que funcione mi cerebro.
P.- En realidad los jesuitas son la izquierda dentro de la iglesia católica,
entonces ¿cómo se entendería esto?
E.- Pero el principio de los jesuitas, tal como fue definido por Ignacio de
Loyola, es "debo obedecer como si fuera un cadáver". Si las ordenes que se dan son
buenas no es grave pero si son malas es terrible, pero es absolutamente correcto lo que
usted dice porque justamente en la Iglesia Católica donde más se da la reflexión es
entre los jesuitas y al mismo tiempo en la doctrina jesuítica está incorporado este
principio. Felizmente las instituciones son, en general, menos monolíticas de lo que
declaran ser, pero a veces lo son realmente y citábamos el caso de los militares.
Como ven el problema difícil de la pertenencia en cualquier institución es hasta
qué punto se puede estar alienado de manera, diría, normal. Voy a hacer un parentesis
con respecto a este término de "alienación", que siempre está visto desde un punto de
vista negativo, peyorativo. Como lo demostraron desde este punto de vista tanto Lacan
como Levi Strauss, hace falta un grado de alienación necesario para vivir en sociedad,
es decir que hay cierto grado de alienación social necesaria que permite tomar en
cuenta a los demás. Alienarse significa estar ligado con gente del exterior y entonces
cierto grado de alineación social impide la aparición de la alienación patológica, el
quedar alienado por fantasmas personales incontrolables. Pero entre la alienación
normal para vivir en sociedad y la alienación total -la sumisión total- hay una diferencia
importante, aunque es muy fácil pasar de una a otra sin darse cuenta. Ahí reside
también otra dificultad de la institución. La institución no podría durar si sus miembros
no tuvieran cierto grado de alienación. Si la alienación es total la institución se vuelve

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ENRIQUEZ, E. “EDUCACION Y FORMACION” 2009

totalitaria, impide la libre expresión de cada uno de nosotros y corre el riesgo de


destruirse.
P- No estaría muy de acuerdo con esta definición de alienación, porque a mi me
parece que en realidad lo que puede permitir el vínculo social es un vínculo de ligazón
y la alineación -"a" es negativo y "lienación" tiene que ver con la ligazón- y en
realidad la define por la no ligazón. Creo que se da otro tipo de proceso que no es
igual a la alienación.
E.- Globalmente estaría de acuerdo con lo que dice. El vínculo fundamental se
crea por el amor, la libido, el trabajo conjunto y el reconocimiento mutuo. En eso estoy
de acuerdo. Sin embargo veo para considerar lo que dicen Lacan y Levi Strauss: hay
formas de vínculo social que son formas a las que estamos ligados fuertemente unos a
otros y en las que estamos alienados en el sentido estricto del término en la medida en
que no somos responsables nosotros mismos de nuestro propio destino. Este vínculo no
es el vínculo normal interactivo. Es un vínculo que se impone desde el exterior, que
interiorizamos, no es este vínculo espontáneo que tenemos unos con otros. Quizás
podría aclararlo mejor al retomar otra distinción.
L. Dumont, un etnólogo y sociólogo francés, escribió dos libros excelentes y les
dio un título latino, uno se llama "Homo ieracticus", en él habla del sistema de castas en
la India. El otro "Homo (?)" toma el tema de la invención de las democracias. Establece
una distinción que para mi es demasiado fuerte pero interesante entre lo que llama
sociedades "holistas" y sociedades "individualistas". En las sociedades holistas cada
persona del conjunto no se define por sí misma sino por su lugar en el sistema. Para dar
un ejemplo fácil. Marcel Granet es un etnólogo que había estudiado la antigua sociedad
china y relata que un hombre estaba tan enamorado de su mujer que cuando su mujer
falleció decidió casarse con la hermana porque no amaba a esta mujer como un sujeto
humano sino como una persona de una familia bien educada. Que fuera ella o su
hermana era lo mismo. La idea que en una sociedad holista se tiene del individuo no
tiene nada que ver con la que tenemos nosotros en nuestra sociedad. En estas
situaciones el vínculo es justamente de alienación, es decir que estamos definidos no
como seres humanos sino como los que ocupan un lugar en la sociedad. Somos brujos,
guerreros, cazadores, etc., y en definitiva es la manera en que nos ubicamos en el
conjunto lo que nos permite existir ya que si en el conjunto no nos aceptan más,
quedamos afuera, lo único que nos queda es morir pues ninguna otra tribu nos aceptará.
Uno de los más lindos trabajos de Marcel Mauss, que fue uno de los fundadores de la
etnología francesa, demostraba que en un grupo de este tipo cuando se piensa que
alguien va a morir tiene que morirse y no se puede hacer nada aun cuando no esté
enfermo. Son sociedades que existen, que perduran. Naturalmente aun en estas
sociedades holistas también existen vínculos que se establecen a través de la líbido, el
amor y el trabajo.
En las sociedades individualistas como las nuestras donde cada individuo está
considerado como sujeto estamos definidos de manera totalmente diferenciada y
creamos vínculos los unos con los otros. El vínculo fundamental de nuestra sociedad es
ese, pero como esto podría ir en cualquier dirección y quizás no haya manos invisibles
que muevan los hilos, se producen reagrupamientos en las instituciones que permiten
un menor grado de alienación pero que son, en definitiva, alienación. Cuando nos
ponemos a pensar, pensamos según la sociedad individualista, pero las sociedades
holistas existen también, y refuerzan estos lazos de sumisión perfectamente aceptados
ya que en alguna medida el individuo no se vé a sí mismo fuera del conjunto. Aquí por
ejemplo cada uno de nosotros sabemos que formamos parte de una institución pero no

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quedamos reducidos a la institución de la que formamos parte. Hay una parte nuestra
que expresa la síntesis o el conflicto de las instituciones que hay en nuestro interior y
hay una parte nuestra que está fuera de toda institución. Lo que comenté de Lacan y
Levi-Strauss no está muy desarrollado, se encuentra en dos textos nada más que me
resultan interesantes. El texto de Lacan sobre la agresividad en psicoanálisis que nunca
volvió a retomar es uno de los textos más viejos, 1948, de la época en que todavía no se
había hecho lacaniano, cuando todavía tenía cierta capacidad de modestia. Como lo
conocí puedo hacer un chiste sobre Lacan. El trabajo de Levi Strauss es la introducción
a las obras de Marcel Mauss, donde retoma la idea de Lacan y las desarrolla. Retomé
esta idea en mi texto sobre el imaginario social, porque me parece que hay un grado de
alienación necesaria para el funcionamiento de todas las instituciones. El peligro que
conlleva es la aparición de una alienación social total y el consecuente riesgo para las
sociedades democráticas de caer del lado de las sociedades totalitarias. Dicho de otro
modo, la idea que desarrollé y expuse varias veces y que a veces suscitó el escándalo,
es que los estados totalitarios no son radicalmente diferentes a las sociedades
democráticas, usan elementos de la democracia, pero los llevan a su extremo. Parece un
poco pesimista lo que digo, pero me da la impresión que está ya ampliamente probado
el aspecto sumamente frágil de las sociedades democráticas que, justamente, pueden
caer con facilidad en la dictadura o en el totalitarismo.
Como valor creo que es preferible en nuestras sociedades desarrollar este tipo
de vínculos con la líbido, el amor y el trabajo. Además Freud lo decía muy bien y de
manera muy simple: "en definitiva un individuo normal es un individuo que es capaz de
amar y trabajar, capaz de tener relaciones afectivas que tienen en cuenta los intereses de
los demás". Como ven Freud siempre enfocó este tipo de problemas. Cuando habla de
este modo, está pensando en nuestro tipo de sociedad, en cambio cuando se ocupa de
sociedades primitivas como en "Tótem y tabú" muestra hasta qué punto la gente tiene
un modo de pensamiento común o está tomada por la omnipotencia de las ideas, por su
relación con el ideal totémico. No usa el término, pero muestra sociedades mucho más
alienadas que las nuestras.
No pretendo que estén de acuerdo, pero ¿mi explicación fue clara? Este tema
lleva a un verdadero problema existencial: hasta qué punto debemos estar alienados
para reconocer a los demás y hasta qué punto tenemos que estar libres para poder
establecer con ellos nuevas relaciones. Un problema del ser humano: estar pegado a
algo y por otra parte ser libre. Si está demasiado pegado deja de existir y si es
completamente libre se vuelve megalómano, hace cualquier cosa o puede volverse loco.
Lo que estoy tratando de plantear es que en este punto se juega un problema
fundamental.
P.- ¿Como si la alienación fuera parte necesaria de la personalidad para vivir
con el otro?
E.- Es muy complejo. Imaginemos que Nilda 2 sea mi esposa. Somos dos seres
separados. Ella tiene ganas de hacer cosas que yo no tengo ganas de hacer y al revés.
Podemos encontrar ciertos puntos de acuerdo pero hay cosas que ella va a querer que
yo de ninguna manera quiero y sin embargo voy a terminar aceptando hacerlas porque
quiero conservar este vínculo fundamental con ella. Esto en un nivel consciente. Pero
en un nivel inconsciente es todavía más justo. Puedo aceptar cosas que no me gustan de
ella porque me recuerda que estas cosas las acepté de mi madre, etcétera. Hay cierto
grado donde uno puede ver que el otro está en nosotros y en cierta medida el
psicoanálisis permite ver que este otro existe. Al reconocerlo podemos impedir que nos
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Nilda es la Profesional que se ocupa de la traducción simultánea

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invada sin expulsarlo total y definitivamente. Podríamos yendo más lejos hasta llegar a
decir: un verdadero análisis, logrado, sería un psicoanálisis en el que yo sería yo
plenamente y además donde reconocería que los otros tienen una importancia para mi,
que viven en mí, que a veces me siento un poco extranjero en mí mismo y es por eso
que si puedo pensarme como extranjero en mí mismo, puedo descubrir en el otro algo
similar a lo que yo tengo. Esto fue muy bien explicado en dos libros, uno de Julia
Kristeva que se llama: "Extranjero en sí mismo" y otro de Paul Ricoeur que se llama
"Sí mismo como otro". No sé yo muy bien quién soy pero habida cuenta de esto puedo
reconocer en el otro, otro mí mismo.
P.- Quisiera hacer un comentario sobre la alienación. Me parece que el
concepto que usted desarrolló es más amplio que la definición que citó de Piera
Aulagnier. En esa definición, ella hace referencia a la internalización y a la defensa.
En cambio en lo que usted desarrollo después hace alusión a la trama de relaciones
inconscientes intersubjetivas y grupales. Ahí es claro que el lazo social implica
alienación, en cambio la definición de Piera Aulagnier da más lugar a duda o a
cuestión, porque la alienación necesaria no siempre es consciente, es inconsciente y
muchas veces no implica defensa, funciona como un extrañamiento de sí.
E.- Es cierto. Lo que puedo decir es que tengo tendencia a utilizar algunos
conceptos y a ampliarlos un poco. El concepto de Piera me interesó mucho. No sé si lo
saben pero trabajamos juntos y lo que me pareció interesante es esta función de
portavoz ... pero a ella le interesaba menos este conjunto de relaciones sociales que a
mí me interesan tanto.
P.- ¿Las defensas pueden ser los mecanismos defensivos que toman las
instituciones para evitar justamente el sufrimiento que nos produce la institución
cuando nos aliena? Por ejemplo, en salud, en enfermería o los cirujanos cuando
objetivan al paciente para no tener una relación afectiva que les provoca tanto
desgaste. ¿Ese sería el concepto de defensa?
E.- En la definición de Piera no insisto tanto en el aspecto de la defensa sino
justamente en esta adhesión profunda de la persona con esta instancia prohibitoria que
la aliena. Sobre este aspecto de la defensa voy a hablar después cuando trate de analizar
en qué aspectos las instituciones se cristalizan en organizaciones particulares. Entonces
voy a citar alguna serie de mecanismos de defensa que me parece importante señalar.
Un par de cosas para terminar con esto de las instituciones. Esta transmisión e
internalización implica de manera oculta, disfrazada, una presión fuerte. Cuando los
preceptos o los interdictos de una institución no están internalizados, entonces la
institución puede vengarse y expresar la violencia que queda en ella y que parecía
haber desaparecido. Si efectivamente en una institución familiar, quizás un poco
antigua, el padre no es obedecido por el hijo puede ejercer una sanción sobre él. Los
que detentan el poder paterno pueden siempre sancionar los comportamientos que no
les parecen adecuados. Hay una violencia en la institución que queda enmascarada,
pero que reaparece cada vez que hay una tentativa de transgresión de esta institución
porque en ese momento la institución se defiende contra la posibilidad de quebrarse.

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