You are on page 1of 12

Trabajo practico de Introducción al Derecho

Lección 20
APLICACIÓN, INTERPRETACION E INTEGRACION DEL
DERECHO

APLICACIÓN DEL DERECHO

Aclaraciones.

Es una vieja cuestión dentro del campo de la Filosofía del


Derecho plantearse qué actividad realizan los jueces y tribunales
cuando aplican el Derecho.

A partir de la época en que fueron promulgados los sucesivos


códigos de leyes, la doctrina del siglo XIX y principios del siglo XX
pasó a considerar que el Ordenamiento Jurídico era completo, sin
lagunas, coherente y capaz, por tanto, de resolver cualquier caso
que se pudiera plantear por extraño que pareciera. Asociada a esa
idea surgía otra según la cual los jueces carecían en absoluto, ya
no solo de discrecionalidad, sino también de iniciativa, reduciéndose
su función a un mero automatismo lógico en que, dadas unas
circunstancias fácticas particulares (premisa menor) y una conducta
genérica definida en la letra de la ley (premisa mayor), solo cabía
una conclusión silogística, un fallo perfecto.

No obstante los años, los hechos y la doctrina posterior, se


han encargado de poner en tela de juicio semejante concepción.

Tanto Ross como Kelsen o Hart señalan los problemas que


plantea la aplicación de las normas por los tribunales, y reflejan la
falsedad de los ideales de un sistema normativo coherente,
completo y operativo.

La aplicación del derecho significa su tránsito desde una regla


general a una decisión particular o, como dice Kelsen, de una grada
superior a una grada inferior, y el proceso espiritual que acompaña
a la aplicación es la interpretación, que se da no solo en las
sentencias judiciales o resoluciones administrativas, sino que
también se aplica o interpreta la Constitución en el proceso
legislativo, los tratados internacionales o normas del Derecho
Internacional cuando son aplicados internamente, en las normas
individuales, también los ciudadanos mediante su conducta y,
finalmente, la interpretación que realiza la ciencia jurídica(que es
interpretación, aunque no aplicación). A las reglas o principios que
guían a los tribunales en el tránsito de la regla general a la decisión
particular, Ross lo llama “método jurídico” y, en el caso de la
aplicación de la aplicación del derecho formulado, “interpretación”.

La actividad que realiza el juez no es mecánica, sino que se


encuentra con toda una serie de problemas derivados de la
imprecisión y ambigüedad propias del lenguaje natural en que esta
formulado el derecho, otros problemas se refieren a la
determinación del derecho aplicable y, finalmente, problemas de
hecho, como los de prueba y calificación. El juez debe tomar una
decisión en la cual no solo cuenta el conocimiento de la ley, sino
también la actitud valorativa de la conciencia jurídica, una actividad
que Ross llama emotivo-volitiva.

Por tanto, analizaremos en primer lugar los problemas


referentes a la interpretación y posteriormente, el tipo de actividad
que realiza el juez en la aplicación del derecho y los factores que
intervienen en las mismas.

La aplicación del derecho. Ma Cinta Espuny

http://serbal.pntic.mec.es/AParteRei/cinta2.pdf

Bibliografía
 ROSS, Alf: Sobre el derecho y la justicia. Eudeba Editorial
Universitaria de Buenos Aires, Buenos Aires, 1970.
 KELSEN, Hans: Teoría pura del Derecho. Universidad
Nacional Autónoma de México. Mexico. 1979.
 HART, H.L.A.: El concepto de Derecho. Abeledo-Perrot.
Buenos Aires.
 DWORKIN, Ronald: Los derechos en serio. Ariel Derecho.
Editorial Ariel, S.A.. Barcelona. 1984.
 NINO,Carlos Santiago: Introducción al análisis del
Derecho. Ariel Derecho. Editorial Ariel, S.A.. Barcelona.
1991.
 MORESO, Josep Joan: La teoría del Dret de H.L.A.Hart.
(Herbert versus Hércules). Institut de Ciències Politiques i
Socials. WP núm. 14. Barcelona. 1990.

Concepto.
http://teoria-del-derecho.blogspot.com/2007/12/concepto-y-tipos-de-aplicacin-del.html

Para tener una idea aproximada del concepto de “aplicación


del Derecho”, conviene tener presente que toda norma jurídica
contiene (y es) un programa o plan de conducta para los sujetos a
quienes va destinada.

Por tanto, cuando el comportamiento de esos sujetos se ajusta al


plan establecido en la norma, entonces es cuando se está
produciendo la verdadera aplicación de esa norma.

Ahora bien, tal aplicación puede concretarse en alguno de estos


3 diferentes momentos:

1. Cuando el sujeto directamente obligado realiza de forma


voluntaria la conducta establecida en la norma.
2. Cuando ese sujeto, tras haber incumplido inicialmente
la norma, adapta su comportamiento a la sanción
impuesta por el órgano competente.
3. Cuando cualquiera de los órganos que tienen
competencia para ello dicta alguna disposición o
decisión jurídica de desarrollo (aplicación) de una ley o
norma superior.

Cualquiera de estas situaciones ha de ser considerada como


supuesto en que se está produciendo una genuina aplicación de
la normatividad jurídica. Y, por tanto, ha de aceptarse la
conclusión de que la aplicación del Derecho ofrece dos
manifestaciones básicas:

 el cumplimiento que llevan a cabo los particulares, y


 la ejecución (aplicación propiamente dicha) por parte de
los órganos jurisprudenciales.

Parece que el sentido genuino del cumplimiento es la


realización del Derecho por parte del propio obligado
(independientemente de que sea un sujeto privado o público). En
cambio, ejecución o aplicación sería la realización o concreción
del Derecho llevada a cabo por una instancia u órgano
diferente del sujeto al que va directa y primariamente destinada la
norma.

Ahora bien, según el carácter de las instancias u órganos


jurídicos estatales, puede hablarse de dos tipos de aplicación
del Derecho: la aplicación judicial y la aplicación no-judicial.

Se produce una aplicación no-judicial del Derecho cuando


los actos de concreción o ejecución de lo regulado con carácter
general en la norma jurídica vienen realizados por autoridades u
órganos administrativos, es decir, por órganos que actúan en
nombre del Poder Ejecutivo.

Se da, en cambio, una aplicación judicial del Derecho


cuando la concreción de las normas jurídicas generales es
realizada por los jueces.

El Debate sobre la Relación entre la Creación y la


Aplicación del Derecho
http://teoria-del-derecho.blogspot.com/2007/12/el-debate-sobre-la-relacin-entre-la.html
Introducción

Las diversas normas jurídicas que integran un determinado Derecho


histórico constituyen una realidad dinámica. Tienen su propio ciclo
vital dentro del que destacan tres grandes fases:

 el nacimiento o aparición.

 la realización o acción efectiva sobre el sistema de las


relaciones sociales.

 la desaparición o pérdida definitiva de su virtualidad


normadora.

En relación con el proceso de creación y aplicación del


Derecho parece que hay sólo dos posiciones doctrinales dignas de
consideración:

 Por un lado, la que afirma la diferencia y separación tajante


entre la actividad que crea el Derecho y la actividad que aplica
ese Derecho a los casos particulares de la vida social.

 Por otro lado, la posición que por uno u otro camino termina
negando dicha diferencia y separación.

La teoría clásica de la aplicación del Derecho

Es una doctrina que propugnaba la estricta separación entre las


funciones de “creación” y “aplicación” del Derecho, asignando la
primera a los órganos legisladores y la segunda a los jueces.

Al mismo tiempo, con el fin de garantizar a los ciudadanos una


mayor seguridad jurídica, exigía de los jueces que se limitasen a
aplicar con ciega y estricta fidelidad el Derecho contenido en las
leyes, absteniéndose de cualquier tipo de actuación discrecional o
arbitraria.
La teoría de la determinación

Frente al dogma del divorcio entre la creación y la aplicación del


Derecho, se encuentra la teoría que concibe el orden jurídico como
una estructura de niveles o escalones normativos que están unidos
entre sí por un nexo de derivación progresiva, de suerte que el paso
de uno a otro constituye, de alguna forma, un proceso de
determinación.

Según esta teoría, los diversos elementos integrantes de un


ordenamiento jurídico constituyen una unidad dinámica, en cuanto
que están unidos por una relación de producción o derivación; y es
precisamente esa relación la que permite referir todas las normas
vigentes a un único centro jurídico: la norma fundamental.

En consecuencia, el tránsito de un escalón normativo a otro, sea


cual sea el nivel del ordenamiento en que se produce, se debe
siempre a una actividad en la que están simultáneamente presentes
el aspecto de la aplicación de una norma anterior y el aspecto de la
producción o creación de una nueva norma.

Y, por tanto, no resulta fácil seguir manteniendo la vieja tesis de la


separación tajante entre la creación y la aplicación del Derecho,
puesto que la creación de todas las normas que nacen bajo el techo
supremo de la norma fundamental es también un acto de aplicación
del procedimiento creador y del contenido regulativo contenidos en
alguna norma superior.

Teorías de la voluntad

Las llamadas “teorías de la voluntad” se oponen a la radical


separación entre la creación y la aplicación del Derecho por cuanto
asumen el postulado de que los jueces no son autómatas que
transforman normas y hechos en sentencias, sino que realizan
siempre una actividad valorativa y decisoria que, en consecuencia,
es también inevitablemente creadora.
Sin embargo, estas teorías no rechazan la diferencia entre las
normas generales establecidas por los legisladores y las normas
particulares o individualizadas establecidas por los jueces, ni
tampoco rechazan la distinción entre la creación de las normas
generales y la aplicación de tales normas a los casos singulares de
la vida real, aunque la mayoría de los autores afirman
expresamente que ésta última tienen siempre dimensión creadora.

Los Elementos Controvertidos: Hechos y Normas


http://teoria-del-derecho.blogspot.com/2007/12/los-elementos-controvertidos-hechos-y.html

En la actualidad, la concepción mecánica de la actividad


judicial y la visión de las sentencias como un silogismo han sido ya
enérgicamente repudiadas por la casi totalidad del pensamiento
jurídico.

Se reconoce de forma generalizada que la obra de los órganos


judiciales no consiste simplemente en subsumir bajo una norma
general el caso particular planteado y en sacar seguidamente, a
modo de conclusión silogística, la sentencia pertinente.

En consecuencia, se piensa hoy más bien que la actividad judicial


aporta siempre algo nuevo, ya que se realiza sobre un terreno (el de
los hechos y las normas) que tiene alto grado de elasticidad,
movilidad y ambigüedad, de modo que le resulta inevitable aclarar y
precisar aspectos que no aparecen explicitados ni en las normas
generales ni en los hechos jurídicos.

La tarea esencial de todos los procesos de aplicación judicial del


Derecho radica en determinar el tratamiento jurídico que ha de
darse a un hecho concreto de la vida social. Pero esa tarea obliga al
juez a realizar cuatro actividades parcialmente distintas y
aparentemente separadas:

1. constatación del hecho,

2. búsqueda de la norma aplicable,


3. calificación jurídica del hecho, y

4. resolución conforme a Derecho.

De estas cuatro actividades, la más importante es sin duda la


última. Sin embargo, no serán abordadas en este momento más
que las 3 primeras.

Los hechos

Los hechos pueden ser considerados los responsables directos del


inicio de los procesos de aplicación del Derecho. Así, la tarea más
apremiante de quienes intervienen en esos procesos es establecer
la calificación jurídica de los hechos.

Esa calificación es casi siempre enormemente dificultosa y


complicada, por requerir una considerable cantidad de trámites de
comprobación y valoración.

Lo primero que tendrán que hacer quienes intervienen en la


solución de la cuestión litigiosa será comprobar y determinar cuál ha
sido y cómo se ha producido realmente ese hecho en su dimensión
estrictamente empírica de suceso o conducta social.

Pero esta tarea es casi siempre complicada debido a las múltiples y,


a menudo, contradictorias versiones que suelen dar los distintos
testigos presenciales de un hecho. De ahí que una de las grandes
dificultades en el intento de calificación jurídica de los hechos sea la
búsqueda y valoración de las diferentes pruebas que permitan
establecer de forma precisa los hechos que se trata de juzgar.

Ahora bien, esa tarea no queda resuelta cuando han sido


recopilados todos los datos y circunstancias del hecho. Será
necesario seleccionar aquellos datos y circunstancias del mismo
que son verdaderamente relevantes a los efectos de su calificación
jurídica, marginando los que resulten manifiestamente
intrascendentes. Ello supone una escrupulosa labor de ponderación
de los aspectos que han de ser considerados o no como relevantes.
Tampoco será sencilla la calificación jurídica, una vez que ese
hecho haya sido depurado de los rasgos y adherencias que han de
considerarse como no significativos a efectos de la calificación. En
efecto, la calificación implica la determinación de la precisa relación
de correspondencia que une al hecho empírico ya depurado con
alguno de los múltiples hechos-tipo (compraventa, alquiler,
homicidio, asesinato, etc.) que están incorporados como modelos a
las normas generales.

Ahora bien, esa delimitación comporta una determinación inicial, al


menos aproximativa, de la norma general que deberá serle
aplicada. Por tanto, la calificación jurídica del hecho conlleva, en
principio, para el juez la elección del marco normativo de referencia
al cual se establece la calificación.

Las normas

La elección de las normas que van a ser utilizadas como medida


jurídica para la valoración de los hechos sometidos a juicio es una
tarea crucial en el camino de la aplicación jurisdiccional del
Derecho.

La búsqueda de la norma que puede y debe aplicarse al caso


concreto planteado supone la realización de una amplia y compleja
gama de actividades cognoscitivas y valorativas. Así, no es extraño
que, al menos en principio, puedan ser aplicadas varias normas a la
solución del conflicto, sea de forma concurrente, sea de forma
excluyente.

Por otra parte, ninguna norma general se acopla casi nunca del
todo al caso concreto debatido, pues su regulación es por
necesidad genérica y abstracta.

La elección de la norma exige, a su vez, la realización de complejas


operaciones de interpretación a través de la maraña de sentidos
que pueden ser asignados a la norma.
Los jueces cuentan, gracias a los conocimientos y la experiencia de
la profesión, con un cierto sentido innato de orientación que les
hace dirigir instintivamente la búsqueda hacia el correspondiente
sector normativo, de modo que sólo situaciones de flagrante
ignorancia o inexperiencia pueden llevarle a vagabundear por el
ordenamiento jurídico a la caza y captura del tipo de regulación que
corresponde al hecho planteado. Pero esa ventaja inicial no es
suficiente para enfrentarse con garantía de éxito a la principal
dificultad: identificar la norma (o normas) directamente aplicables,
precisando el sentido que tiene en relación con el caso al que se va
a aplicar. Sobre todo, si se da la circunstancia de que existe más de
una norma aplicable o de que, por el contrario, no exista ninguna
norma general que haya previsto la regulación de ese caso (lagunas
jurídicas).

Para la elección de la norma que debe ser aplicada al caso


sometido a su jurisdicción resulta siempre imprescindible emitir un
juicio sobre la efectiva adecuación entre el caso y la norma. Y ese
juicio no está directamente contenido en las leyes, sino que ha de
ser formulado por el juez.

Así pues, las distintas “operaciones” que el juez lleva a cabo en el


proceso de aplicación del Derecho, no constituyen una mera
actividad mecánica. Por el contrario, su intervención supone
siempre la aportación de algún factor nuevo y propio, siendo
inevitablemente innovadora y creativa.

Resumen
http://teoria-del-derecho.blogspot.com/2007/12/resumen_3987.html

El contenido de esta sección puede concentrarse en los


siguientes puntos:

1. La aplicación o realización del Derecho dentro del sistema de


las relaciones sociales puede realizarse en estos dos niveles:
o el del cumplimiento espontáneo por parte de los sujetos
obligados, y

o el del cumplimiento forzoso que terminan imponiendo de


forma coactiva los respectivos órganos jurisdiccionales.
Este recibe el nombre de “ejecución” o, más
simplemente, “aplicación judicial”.

2. Contra lo que afirmaba la doctrina tradicional del liberalismo,


la “creación” y la “aplicación” del Derecho no deben ser
entendidas como actividades temporal y funcionalmente
separadas, sino más bien como momentos complementarios
de una actividad única en la que están simultáneamente
presentes el aspecto de la aplicación y el de la creación, como
ha proclamado expresamente Kelsen.

3. Según las “teorías de la voluntad”, las resoluciones judiciales


que aplican las normas jurídicas generales a los casos
particulares no son resultado de una simple derivación
silogística, sino que incluyen una considerable multiplicidad de
actuaciones y decisiones que no están previamente
determinadas en esas normas y que son puestas como actos
de la voluntad de los jueces.

Carácter complejo de la aplicación.

Problemas principales que plantea.


INTERPRETACION DEL DERECHO.

You might also like