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La libertad es un derecho natural de la persona, sin importar la edad, sexo o cualquier

otra diferencia de cualquier índole. Gracias a la libertad podemos realizar aspiraciones:


un mejor nivel de vida, formar a los hijos para que aprendan a tomar mejores
descisiones, buscar un lugar adecuado para vivir, participar de manera activa en
beneficio de la sociedad, llevar una vida congruente con la moral y la ética en todo el
quehacer profesional, buscar una educación de calidad... pero estos son los efectos de
la libertad, no la libertad misma.

La libertad puede entenderse como la capacidad de elegir entre el bien y el mal


responsablemente. Esta responsabilidad implica conocer lo bueno o malo de las cosas
y proceder de acuerdo con nuestra conciencia, de otra manera, se reduce el concepto
a una mera expresión de un impulso o del instinto.

Toda decisión se enfrenta a la consideración de lo bueno y lo malo, del beneficio o el


perjuicio de una acción. Si no se realiza este juicio se puede incurrir con facilidad en un
error pues se hace un uso irresponsable de la libertad. Al igual que en otros aspectos
de nuestra vida, el abuso se convierte en un actuar conforme a nuestros impulsos, sin
reconocer barreras, límites, moral o ética, es decir, se convierte en libertinaje.

El mal uso o abuso de este derecho, simpre tendrá repercusiones en nuestros


semejantes. Es inconcebible pensar que nuestro poceder es independiente y único, no
podemos obrar como si fuéramos los únicos en el mundo o imponer sin ton ni son
normas a las cuales deben sujetarse los que nos rodean; si por alguna razón alguien
con autoridad o poder de cualquier índole afecta abusando "libremente" en perjuicio
del prójimo, está olvidando las bases y principios que le han otorgado esas
capacidades para el servicio, bienestar y desarrollo de los demás.

Tal es la magnitud de la libertad, que ni Dios la condiciona o restringe, pues forma


parte de nuestra naturaleza; sus mandamientos son una guía con la cual se puede ser
más humano, nada parecido a un condicionamiento, pues se nota por las acciones, que
todos tenemos la capacidad de aceptar o rechazar lo propuesto, de asumirlo con
alegría o rechazarlo abiertamente, haciendo lo que mejor nos parece; sin que en este
momento se juzgue si esa aceptación o menosprecio sea bueno o malo, podemos
afirmar nuevamente que siempre estaremos ejerciendo nuestro derecho de ser Libres.

La Libertad no se construye. No es como en el caso de virtudes como la perseverancia,


la fortaleza o la paciencia que requieren de un esfuerzo constante y continuo para
hacer de ellas una parte integral de nuestra vida. La libertad se ejerce de acuerdo con
los principios fundamentales que nacen en la conciencia, en la familia y en la sociedad,
es ahí dónde este valor se orienta, forma, educa y respalda, forjando personas
íntegras.

Puede ocurrir que nuestra libertad se vea obstruída por cualquier motivo, lo peor sería
dejarnos llevar por el desánimo o el pesimismo, la Libertad siempre estará latente en
nuestro ser y en nuestra mente. Siempre contaremos con la libertad de elegir cómo
nos afectan las circunstancias. Nuestra libertad, aún cuando sea obstruída, permanece
en nuestro interior cuando elegimos si lo que nos ocurre nos derrota, o permanecemos
de pie. Desgraciadamente es en condiciones adversas cuando se considera en toda su
magnitud el valor que reside en la Libertad. Por eso mismo se defiende la libertad de
expresión, de traslado, de decidir por aquello que nos traiga un beneficio, de trabajar
donde se prefiera o de elegir lo mejor para la familia o para la sociedad.

Podemos percibir mejor la libertad en nuestra vida diaria en muchos aspectos: En el


momento que procuramos enseñarle a los demás (hijos, empleados, padres, amigos,
etc.) a considerar lo bueno y lo malo de cada acto; cuando tenemos acceso a distintos
medios de comunicación y encontramos que se puede expresar opiniones con respeto
y educación; Cuando usamos correctamente de servicios públicos.

Reflexionar en la libertad es una oportunidad para considerar lo que tenemos, cómo lo


aprovechamos o desaprovechamos, lo que hemos hecho y dejado de hacer. Vivir
libremente es respetar, y al mismo tiempo es decidir, es ejercer un derecho.

madre de Jesús de Nazaret, fue una mujer judía de Nazaret de Galilea que, según diversos
pasajes neotestamentariospertenecientes al Evangelio de Mateo, al Evangelio de Lucas y a
los Hechos de los Apóstoles, como también distintos textos apócrifos tales como
el Protoevangelio de Santiago, vivió entre fines del siglo I a.C. y mediados del siglo I d.C.
También el Corán (siglo VII), libro sagrado del islam, la presenta como madre de Jesús (Isa),
bajo su nombre árabe, Maryam o Miriam.
La presencia de María en el cristianismo primitivo no fue la de una simple testigo, sino la de
una personalidad cualificada y en más de un sentido única, partícipe singular de un momento
clave de la Historia de la salvación, la encarnación de Jesucristo,5 y copartícipe de otros dos,
la crucifixión y muerte de Jesús,6 y la conformación de la primera comunidad cristiana orante
inmediatamente antes de la venida del Espíritu Santo en Pentecostés.78
El Evangelio de Mateo9 y el Evangelio de Lucas10 presentan a María como una
joven virgen cuando, en la Anunciación, supo que estaba encinta por obra del Espíritu Santo,
sin concurso de varón. Por esto, a menudo se la llama la «Virgen María», o simplemente «la
Virgen», en las Iglesias católica, ortodoxa, copta, en la Comunión anglicana y en
otras denominaciones cristianas.
En las Iglesias católica y ortodoxa se le atribuyen facultades de intercesión ante Jesucristo,
siguiendo a san Ireneo de Lyon (siglo II) y lo narrado en el Evangelio de Juansobre su
intervención en las bodas de Caná.11 En las Iglesias antes citadas, la devoción a ella se
manifiesta a través de expresiones diversas, que van desde declaraciones dogmáticas y
doctrinales marianas, hasta oraciones a ella dedicadas, y títulos con los que se la identifica,
tales como «Madre de Dios», o su correspondiente término en griego, «Theotokos», este
último adjudicado a ella tempranamente en el Concilio de Éfeso de 431 y muy utilizado por la
Iglesia ortodoxa. También se la llama «Bienaventurada Virgen María», en línea con el texto
evangélico:
Historia de Fátima
Fátima y El Escapulario
Los Niños De Fátima

La historia de Fátima comienza realmente en


el año de 1916, cuando los trés niñitos, Lucía,
una niña de nueve años, Francisco, un niño de
ocho y Jacinta, una niñita de seis años; fueron al
valle de la Cova de Iria cerca de la aldea de
Fátima en Portugal. Este era un día común,
cuando los niños llevaban sus obejas a pastar.
En este día en particular al principio de la
primavera de 1916 empezó a llover, por lo
tanto, los niños subieron por un lado de la
colina al sur del valle hasta una cueva natural, llamada "Cabeço". Allí terminaron
sus juegos, almorzaron, y como era la costumbre en todo Portugal, se arrodillaron
a decir el Rosario.

El Ángel De Portugal

Antes de terminar el Rosario sintieron un viento fuerte y al mirar, notaron una


luz extraña a lo lejos sobre el valle. Mientras la observaban, la luz se acercaba
más y más hacia el sitio donde ellos estaban arrodillados y finalmente, vino hasta
la misma entrada de la cuevita. Ahí la luz tomó la forma de un muchacho joven
como de quince años. "No teman" dijo la criatura de la luz, "Yo soy el Ángel de
la Paz, recen conmigo." Luego, postrándose con su frente tocando el suelo, le
enseñó a los niños la oración que dice lo que está mal en el mundo hoy en día.
Esta es la oración que el Ángel de la Paz le dio a los niños de Fátima: "Dios mío,
Os creo, Os adoro, Os confo y Os amo. E imploro perdón por los que no Os
creen, Os adoran, Os confian y Os aman". Trés veces consecutivas el Ángel
repitió la oración, una oración en la cual, el cielo pide que de la tierra suban
oraciones de Fe, Esperanza y Amor -- los tesoros que todos recibimos en el
bautismo. "Recen así", dijo el Ángel cuando se retiraba. Los corazones de Jesús y
María están atentos a vuestras súplicas."
Dos veces más en el verano de 1916 el Ángel visitó a los niños. La segunda
vez que vino, los niños estaban jugando cerca del pozo detrás de la casa de Lucía.
De pronto, sin avisar, apareció preguntando: "Que hacen? Recen, recen sin cesar;
ofrescan oraciones y sacrificios al Todopoderoso. " Lucía confusa por las
palabras, se atrevió a preguntar: "Pero cómo -- cómo debemos sacrificarnos?" A
lo que el Ángel contestó: "En todo lo que hagan ofrezcan un sacrificio a Dios
para pagar por los pecados que le ofenden, sobre todo, acepten con sumisión los
sufrimientos que Dios les vá a mandar."

Más tarde en el valle, las niñas se lo explicaron a Francisco quien había visto
el Ángel pero no pudo oir su voz. "Pero como debemos sufrir?" dijo Francisco,
"No estamos enfermos. Tenemos suficiente para comer y un sitio para vivir."
Pero pronto aprendió su significado, cuando su hermano mayor se enlistó en el
ejercito pelfando de la segunda guerra mundial. Igualmente la pequeña Jacinta se
deprimió por la preocupación en su hogar y los cuentos de muerte en el campo de
batalla, igual al problema en la familia de Lucía, cuando su padre comenzó a
gastar todo su dinero en las tabernas, y extendía sus bracitos y lloraba diciendo;
"Señor, Os ofrecemos todos estos sufrimientos para la converción de los
pecadores." Entonces empezaron a comprender el significado de sufrir y el gran
misterio del pecado.

Reparación

A fines del verano, el Ángel vino a "El Cabeco" donde estaban rezando, esta
cueva fué santificada debido a su primera visita. En su mano sostenía un Cáliz y
sobre él, una Hostia sangrando. Arrodillándose dijo la conmovedora oración: "O
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Epíritu Santo, Os adoro y ofrezco el
preciocísimo cuerpo, sangre, alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en los tabernáculos en el mundo, en reparación por las injurias,
sacrilegios é indiferencias por los cuales Él es ofendido. Y por los méritos
infinitos de Su Sagrado Corazón y del Inmaculado Corazón de María, Os imploro
por la converción de los pobres pecadores." Luego, dando la Hostia a Lucía y el
contenido del Cáliz a Francisco y a Jacinta dijo: "Tomad y bebed del Cuerpo y
Sangre de Jesucristo, horriblemente ofendido por hombres ingratos. Haced
reparación por sus crímenes y consuelen a Dios." Esta fúe la última vez que los
niños vieron al Ángel de la Paz.

Nada fuera de lo ordinario sucedió durante los días que siguieron. El verano
pasó, el invierno llegó, la primavera con su nueva vida, y durante ese tiempo los
niños abrazaron la esperanza de que la criatura de la luz regresaría a ellos.

Nuestra Señora Contesta


El trece de Mayo de 1917, cuando fueron a la serra, los niños no sabían la
confusión en que el mundo se encontraba. No habían oido la voz del Papa
Benedicto XV que se había dirigido a la Madre de la humanidad, pidiéndole a
María que mirase al mundo sollozando, que simpatizara con los llantos de los
niños inocentes, y los lamentos angustiosos de las Madres y las esposas. Sin
embargo, este era el día en que la Madre de Dios había decidido contestar la
súplica del Santo Padre.

Al mediodía los niños fueron sorprendidos por un rayo repentino de un


relámpago. Mirando hacia arriba no vieron señal de tormenta; el cielo nunca
había estado tan bello, ni el valle tan pacífico. Otra vez vino el rayo y temiendo
que una tormenta repentina los sorprendiera, corrieron en dirección de la pequeña
cueva. Al volverse, se sorprendieron al ver una Bella Dama parada sobre uno de
los pequeños robles cercanos. "No Teman", Dijo la Bella Dama. Sin miedo Lucía
le preguntó: "De donde viene Usted?" -- "Vengo del cielo." "Del cielo!" dijo
Lucía...y preguntó: "Iré al cielo?" "Sí". Y pensando en sus compañeros añadió:
"Y Jacinta, irá también?" "Sí" -- "Y Francisco, irá también al cielo?" Francisco,
oyendo su nombre, se volvió y vió a las niñas mirando hacia el arbolito, y no
viendo nada, gritó; "tírale una piedra a ver si se vá!" "Porqué es que Francisco no
la vé?" Lucía preguntó a la Dama. Entonces Nuestra Señora contestó las palabras
que todos debemos tomar muy en serio: "Dile a Francisco que diga el Rosario y
me verá." Inmediatamente Francisco tomó sus cuentas y comenzó a rezar. Antes
de terminar, sus ojos se abrieron y pudo ver la visión que lo cambió en uno de los
más grandes apóstoles de la oración de estos tiempos. El pequeño Francisco que
como muchos de nosotros pensaba que las oraciones no eran importantes, nunca
olvidó las palabras de Nuestra Señora. Enseguida se convirtió en una inspiración
para los demás.

Un día las niñas estaban tan ocupadas jugando, que no pensaron en Francisco
hasta el almuerzo. "Francisco", llamaron -- "estás listo para comer?" "no, no
deceo comer". Luego le preguntaron lo que estaba haciendo: "Estaba pensando
en Nuestro Señor, que está triste por los pecados cometidos. Cuanto deceo
consolarlo!" Otro día lo llamaron a jugar y él simplemente levantó su Rosario. Y
le dijeron, "O, dilo luego!" y el contestó: "Ahora y luego también!, no recuerdan
que Nuestra Señora dijo que tendría que decir muchos Rosarios?".

El Inmaculado Corazón de Mara

En Junio Nuestra Señora regresó, esta vez después de repetir el mensaje de la


oración, les pidió que añadieran entre cada década la invocación: "O Jesús mío,
perdone nuestros pecados, líbrenos del fuego del infierno, lleve al cielo a todas
las almas, especialmente aquellas que necesitan más de Su misericordia." Una
vez más pidió que hicieran sacrificios diariamente. Entonces, abriendo sus manos
que habían estado siempre juntas en oración, les reveló Su Inmaculado Corazón
rodeado de espinas, herido y sangrando.

La devoción al Inmaculado Corazón de María está clara en la oración que


Ella les pidió que dijesen después de cada sacrificio: "O Jesús mío, es por amor a
Vos, para la conversión de los pobres pecadores, en reparación al Inmaculado
Corazón de María." Hoy en día Dios quiere que hagamos reparación al
Inmaculado Corazón de María directamente. Esto suena como una devoción
completamente nueva en la Iglesia, pero la historia nos da miles de ejemplos de
teólogos y santos que nos dicen que María tiene parte en cada paso, en todo el
plan de la salvación. Como nos dice San Bernardo: "Así es la inmutable voluntad
de Dios que ha querido que tengamos todo por medio de María." Somos hijos de
María, Cristo lo ha querido así, sabiendo que las virtudes pasan fácilmente del
corazón de la Madre al corazón de Sus hijos." (San Juan María Vianney)

Avizo Solemne

El trece de julio, después de repetirte el mensaje de oración y sacrificio,


Nuestra Señora de pronto abrió Sus manos y una gran cantidad de luz pareció
salir de ellas y penetró la tierra. La tierra se abrió, revelando a los niños inocentes
el terrible abismo del infierno. Lucía nos dijo después, que allí pudieron ver las
almas de los condenados, arrojados de un sitio a otro como chispas en un gran
fuego, llorando de pena y de eterno remordimiento, y pudo distinguir a los
demonios por las formas nauseabundas que habían tomado de animales
desconocidos. "Ven el infierno", dijo Nuestra Señora, "Donde van las almas de
los pobres pecadores. Para salvarlos Dios quiere establecer en el mundo la
devoción a Mi inmaculado Corazón". Entonces en un resumen espantoso,
Nuestra Señora dijo lo que le sucedería al mundo si los hombres no cesaban de
ofender a Dios, y como Dios iba a castigar al mundo por medio de guerras,
hambre y persecución de la Iglesia. "Vendré a pedir la consagración de Rusia a
Mi Inmaculado Corazón y la comunión de reparación de los Primeros Sábados".
Ella dijo como Dios nos mandaría castigos si sus súplicas no eran concedidas, y
advirtió a los hombres así: "Si Mi súplicas son concedidas, Rusia se convertirá y
habrá paz; sino, Rusia esparcirá sus errores por el mundo, causando guerras y
persecusiones a la Iglesia; los buenos serán martirizados y varias naciones serán
aniquiladas". Luego añadió: "Al fin Mi Inmaculado Corazón triunfará". Otra vez
en agosto Nuestra Señora les mencionó el infierno y les dijo: "Recen
grandemente y hagan sacrificios por los pecadores, pues muchas almas van al
infierno, mas no tienen a nadie que rece y haga sacrificios por ellos".

El Infierno y la Guerra
En las semanas que siguieron los niños no cesaron de pensar en la terrible
visión del infierno. La pequeña Jacinta se sentaba y pensaba horas corridas. "Que
triste estoy por las almas que van al infierno ...la gente allí, viva, quemándose
como madera en el fuego... Lucía, "Porqué vá la gente al infierno?" y Lucía le
explicaba;... "Lucía dile a Nuestra Señora que le enseñe el infierno a todo el
mundo, entonces nadie pecaría más".

El Gran Signo

No podemos imaginar que como la noticia de los acontecimientos en Fátima,


gradualmente pasaron a los pueblos y aldeas de Portugal, y hasta fueron
reportadas en otras partes de Europa, hubo muchos que rehusaron creer que
Nuestra Señora se había aparecido en el mundo en un sitio tan olvidado como
Fátima. Así que, Nuestra Señora le dijo a los niños en septiembre de 1917:
"Díganle que en octubre yo les daré una señal tan grande que todos estarán
obligados a creer en Mí".

Y llegó el día, y a pesar de la lluvia y el lodo, todas las carreteras hacia


Fátima estaban llenas de tráfico en los días antes del trece de octubre. Todos
deceaban ver a Nuestra Señora. Poco antes del mediodía Nuestra Señora vino por
última vez. Con sus corazones desbordados de amor, los niños escucharon su
último mensaje: "Díganle a la gente que tienen que enmendar sus vidas y pedir
perdón por sus pecados. Que no ofendan más a Nuestro Señor, pues está ya
demaciado ofendido".

Entonces vieron el gran milagro del sol, durante el cual el sol se puso de color
rojo sangre y empezó bailar en el cielo; luego empezó a bajar y acercarse a la
multitud de 70,000 personas que observaban horrorizados. Todos pensaron que el
fin del mundo había llegado. Todos estaban llorando y gimiendo: "¡Virgen
Santísima, no nos lleves en nuestros pecados!" Cuando el sol finalmente regresó
a su sitio, supieron que el cielo había bajado a la tierra; y se dirigieron a los niños
de Fátima con una pregunta: "Que quiere Nuestra Señora que hagamos?"

Consagración y El Escapulario

Nuestra Señora decea que nos consagremos a Su Inmaculado Corazón, una


consagración en la cual nos entregue completamente a nuestra Madre,
prometiéndole que vamos a: 1. Decir el Santo Rosario todos los días. 2. Ofrecerle
todos los pequeños sacrificios diarios para la converción de los pecadores. 3.
Hacer cinco comuniones de Reparación en los primeros sábados de cada més,
durante cinco meses consecutivos. En la última aparición, Nuestra Señora
apareció como Nuestra Señora del Carmen, sosteniendo el Santo Escapulario,
que es el signo de consagración al
Inmaculado Corazón de María.
Diáriamente nos debe recordar la
promesa que le hemos hecho a la
Virgen Santísima.

Una Visita con Lucía de Fátima

En la Fiesta de la Asunción de
Nuestra Señora, el 15 de agosto de
1950, tuve el gran privilegio de visitar
y hablar con Sor Lucía, la única
sobreviviente de los niños de Fátima.
Ella es una hermana Carmelita, Sor
María Lucía del Inmaculado Corazón
de María. Tuve la alegría de hablar con
ella alrededor de hora y media, durante
la cual ella contestó muchas preguntas
importantes. Cuando le pregunte si
Nuestra Señora del Carmen se le había
aparecido en Fátima dijo:
"Seguramente!" Luego le pregunté
acerca del Santo Escapulario y el
mensaje de Fátima: "En muchos de los libros escritos acerca de Fátima, los
autores no mencionan el santo Escapulario como una parte necesaria del mensaje
de Fátima. El Rosario y el Santo Escapulario son inseparables".

Nosotros que sabemos el significado del mensaje de Nuestra Señora de


Fátima, nos tenemos que convertir en otros apóstoles, fieles hijos de María, y no
conformarnos con guardar este mensaje, sino que tener el celo de apóstoles,
trabajaremos día y noche para hacer a María conocida por todos. Guardemos en
nuestro corazón las palabra dichas a Lucía por Jacinta antes de morir:

"Lucía, dile a todo el mundo que Dios dá Sus gracias por medio del
Inmaculado Corazón de María. Diles que imploren por la paz del mundo al
Inmaculado Corazón de María, pues Dios le ha dado la paz del mundo a Ella".
Diferencia entre Libertad y Libertinaje
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Hay una clara diferencia entre libertad y libertinaje que, no obstante, es ignorada
voluntariamente sobre todo por quienes practican de esto último, con el fin de adherirse al
derecho universal de libertad, para justificar sus acciones.

La libertad es, de forma general, la


capacidad que tiene cualquier ser humano para obrar y pensar según su propia voluntad.
La libertad entendida como un derecho único de la persona a lo largo de toda su vida,
implica una obligación, que es la responsabilidad de las consecuencias derivadas de los
actos que el implicado ha ejecutado en base a dicha libertad. Es decir, se debe hacer
responsable de lo que hace.
Los conceptos que se abogan en relación a la libertad son los de justicia e igualdad. Si
bien, en un concepto legal, la libertad queda limitada por aquellas leyes y normas que
rigen la convivencia de una sociedad.
El libertinaje, en cambio, es aquella actividad propia del libertino. Consiste en adoptar una
conducta desenfadada y totalmente abocada a satisfacer el placer y los caprichos. Con
el libertinaje, la responsabilidad resultante de nuestros actos es totalmente ignorada, con
frecuencia ocasionando un rechazo social y, en ocasiones, problemas con la ley.
Se suele asociar libertinaje a conductas inapropiadas según la moral imperante en relación
al sexo, al propio cuerpo (hedonismo), al juego y al abuso de comida y bebida. No obstante,
no se debe confundir el libertinaje con otros términos como el de don juan, al que la
principal motivación es la seducción, no la promiscuidad depravada y sin control, ni con el
alcoholismo, en el que la adicción a bebidas con alcohol cobra más protagonismo que el
deseo de satisfacer los deseos corporales de la persona.

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