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RESUMEN
Este artículo propone una serie de reflexiones y aporta de forma clara algunas
metodologías llevadas a la práctica en este Centro que han tenido resultados
satisfactorios y que pueden utilizarse de forma sistemática en la resolución de
conflictos. Finalmente se aporta un cuestionario para evaluar dicha actividad tanto al
alumnado como al profesorado de dicho centro.
Palabras clave:
Convivencia, conflicto, competencia social y ciudadana, reflexión, aula punto de
partida.
Introducción
La convivencia empática entre el alumnado que integra nuestras aulas
constituye un gran reto que afecta a toda la sociedad. Los conflictos que surgen de
forma natural en la vida de todas las personas pueden verse como oportunidades de
crecimiento y maduración personal a condición de que se desarrollen de forma
pacífica e inteligente.
Aprender a convivir en la escuela, a socializarse en valores como el diálogo, el
respeto, la tolerancia, a aceptar la diferencia del otro, es una tarea vital en nuestros
centros de trabajo.
En una sociedad tan superficial, con unos valores tan débiles y donde casi todo
está permitido, parece que el temor de los adultos a educar a las nuevas
generaciones está haciendo que se haya renunciado a la autoridad por miedo al
autoritarismo.
En definitiva, lo que pretendemos es, capacitarnos todos, tanto el alumnado
como el profesorado para gestionar los conflictos que puedan surgir de forma pacífica,
son aspectos centrales y comunes de interés en toda tarea educativa.
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Debemos reflexionar desde una perspectiva pedagógica y positiva, sobre estas
cuestiones, así como plantear líneas de actuaciones educativas y pedagógicas para
ayudar a avanzar en la convivencia por la que apostamos.
La convivencia escolar se ha convertido en el centro de atención no solo de toda
la comunidad educativa sino de la sociedad en general.
Reflexionar sobre la convivencia escolar implica entender que la
responsabilidad de educar para la convivencia no puede atribuirse solo a la sociedad
en abstracto, a la familia, a los medios de comunicación, a los profesores sino que se
trata de que todos y todas trabajemos con un proyecto de trabajo en común.
Algunas de las directrices que podemos utilizar seria el diseño de un plan de
convivencia, cada centro deberá conformar una comisión de convivencia para
establecer un plan de actuación y trabajo que sea coherente y lógico.
Gran parte de las tareas, que hasta no hace mucho, eran asumidas por la familia
han pasado casi sin darnos cuenta, ya que esto no ha sido ni elegido ni
consensuado, a la escuela y a los docentes.
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Todo esto, en parte es debido, al ritmo frenético que llevamos de trabajo, de
estrés, etc. ésta situación a menudo lleva a reprocharnos y a acusarnos los unos a los
otros.
Merece la pena pararse a pensar y hacernos esta sencilla pregunta ¿Qué
espera la familia de la escuela?
Una serie de datos o conocimientos que les van a servir para andar por
la vida o seguir estudiando a través de la oferta educativa que tienen a su
alcance.
Una red social que le permita compartir su vida con la de los demás.
Una formación en valores que evite los comportamientos anti-sociales,
por desgracia, tan arraigados y de moda en nuestros días.
Y finalmente una prolongación de la seguridad que reina en el domicilio.
Una vez vista de forma muy resumida lo que espera la familia de la escuela y la
escuela de la familia deducimos que la primera responsabilidad de los padres es
la EDUCACION de los hijos, y esa responsabilidad no puede delegar en nadie
más .Se puede y se debe pedir ayuda a la ESCUELA pero esta tarea no puede
recaer en el centro educativo hablemos de la edad que hablemos.
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Es decir, la realidad no siempre es la suma de las partes que componen el
todo.
Es algo evidente que el gran reto que tenemos al frente tanto para el
profesorado, padres, madres y alumnado es el de la convivencia escolar.
El alto nivel de conflictividad que desgraciadamente está presente en nuestras
aulas es una realidad que obliga a tomar medidas correctivas sin un gran valor
pedagógico ni corrector, pero que sirven en casos puntuales para controlar
situaciones de desacuerdos que se produce en el aula y como freno a las conductas
contrarias en el grupo clase.
La mayoría del alumnado que no encuentra su lugar en la escuela es porque ya
no lo tienen en la sociedad ya que, muchos de estos chicos y chicas provienen de
familias desestructuradas y con graves problemas. El centro, para este alumnado se
convierte en un lugar donde seguir fracasando. Pero lo más preocupante, es que en
el resto del alumnado se crea un malestar emocional, baja autoestima en el que se
sigue discriminando y marginando al más débil.
Las edades que atendemos son muy complicadas y las aulas necesitan no solo
más profesores (aunque también) sino de psicólogos o trabajadores sociales para
ayudar al alumnado o a las familias con problemas.
Es suficiente realizar una breve reflexión para ser conscientes de que el simple
“castigo” sin el acompañamiento de una actividad correctora, es decir, ese
comportamiento contrario a las normas del centro deberá tener una consecuencia en
el alumnado puesto que se trata de reconducir la conducta del alumnado.
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Carrillo Sotomayor de Baena (Córdoba), un grupo de docentes hemos pensado en la
creación del Aula de punto de partida, ésta Aula pretende no ser solo una medida
correctiva sino preventiva de conductas conflictivas.
CONCLUSIONES
En definitiva, las medidas para mejorar la convivencia y los pilares desde una
perspectiva global serían:
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Equipos de mediación en el centro.
Mayor coordinación entre equipos directivos, educativos y departamentos
didácticos.
Creación de equipos de alumnos y alumnas para mejorar dicha
convivencia.
FAVORABLE
DESFAVORABLE
MUY FAVORABLE
ESCASA
BUENA
MUY BUENA
ESCASA
FAVORABLE
DESFAVORABLE
ESCASA
BUENA
MUY BUENA
ESCASOS
ADECUADOS
MUY ADECUADOS
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6. LA TEMPORALIZACIÓN HA SIDO……..
ESCASA
IDÓNEA
MUY ADECUADA
BIBLIOGRAFÍA: