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¿EXISTE VIDA EXTRATERRESTRE?

Si esta pregunta se hubiese hecho en la década de los 60s, quizás más del 70% de las
personas hubiesen dicho que no existe, que estamos solos en el Universo. Hoy en día,
más del 90% de las personas piensan que si existe vida en otros mundos. Aunque solo la
mitad de las personas piensan que realmente Extraterrestres nos visitan o nos han
visitado en el pasado.

Sabemos que vivimos alrededor de una estrella promedio de las 400 mil millones de
estrellas que existen en nuestra galaxia, la Vía Láctea. Y se estima que en el Universo
conocido hay cerca de un trillón de galaxias. Y algunos científicos ya hablan de la
posibilidad de la existencia de innumerables Universos paralelos al nuestro. Entonces,
¿alguien sigue pensando que es único en este Universo infinito?

Quizás Einstein tiene razón y no es posible viajar a una velocidad mayor de la luz y esto
sería prueba contundente de que es imposible que seres de otros planetas lleguen a la
Tierra, aún si ellos existen. Pero… ¿habrá otra forma de viajar?

Existe vida extraterrestre, eso es seguro. Algunos de ellos pueden ser más inteligentes
que nosotros, y podrían usar tecnología que nos parece que viola las leyes que
conocemos. Quizás hayan aprendido a ubicarse de un sitio a otro del espacio-tiempo, en
forma instantánea, y esto nos parece que viola las leyes de Einstein. Quizás no
conocemos aún otras leyes que están por encima de las leyes conocidas por nuestros
científicos.

Pensar que existe o no vida extraterrestre, o que ellos están o han estado en la Tierra es
una creencia personal. Cada cual cree lo que sus experiencias le han enseñado. Sería
irrespetuoso burlarse de alguien que no cree que exista vida extraterrestre, pues sus
creencias y experiencias le dicen eso. Cada cual tiene derecho a creerlo o no. Lo que es
muy claro, es que con seguridad el futuro nos irá dando las respuestas a estos
interrogantes.
¿HAY VIDA EXTRATERRESTRE?

Veamos. Si en torno a la mitad de las estrellas de nuestra galaxia semejantes al Sol


orbitase un planeta, en el lugar preciso como para tener una temperatura favorable a la
aparición de la vida, entonces en la Vía Láctea habría diez mil millones de planetas
semejantes a la Tierra.

Ahora bien, para conocer en cuántos de ellos puede haber vida inteligente y con habilidad
tecnológica, con la cual pudiésemos comunicarnos por radio, habría que saber cuán
probable es que esta surja cuando las condiciones son las adecuadas; cuán factible es
que evolucione hasta generar seres inteligentes y, por último, cuán posible es que estos
formen una sociedad de orientación tecnológica.
Más urgente que conocer cuántas civilizaciones esperamos estén ahí, en algún lugar de
la Vía Láctea, a la espera de comunicarse con nosotros, es importante resolver un
problema crucial: saber cuál es la longevidad de una civilización técnicamente avanzada.
¿Cuánto vive una civilización de esta naturaleza antes de autodestruirse o de sucumbir
frente a problemas provocados por ella misma y que es incapaz de resolver?

La única civilización tecnológicamente avanzada que conocemos es la nuestra, y ha


vivido como tal (es decir, con capacidad para comunicarse mediante ondas de radio con
otros puntos del espacio) unos 70 años. Esto es, un lapso muy pequeño comparado con
la vida de la galaxia.

Si las civilizaciones avanzadas carecieran de la sabiduría suficiente como para superar


los problemas que trae consigo el avance tecnológico, y solo vivieran (por ejemplo) cien
años, los cien millones de civilizaciones de nuestra galaxia ya estarían extinguidos.

Para saber cuántas están vivas hoy, basta con averiguar qué porcentaje representa cien
años en relación con la edad de la galaxia, una vida del orden de los diez mil millones de
años. La proporción es uno a cien millones. Eso significa que hoy estaría viva solo una de
los cien millones que hayan existido en la Vía Láctea: la nuestra.
Supongamos que se descubre vida inteligente cerca de Alfa Centauri, la más próxima
entre todas las estrellas del Universo. Si en este momento dijésemos ¡Hola!, nuestro
llamado demoraría algo más de cuatro años en llegar a ellos; si respondiesen de
inmediato pasarían otros 4 años largos antes de que su respuesta a nuestro saludo
llegase de vuelta. Por lo tanto, es una posibilidad bastante poco excitante la de hablar por
teléfono de ida y vuelta, en vivo y en directo, con nuestros vecinos más próximos.
Las comunicaciones deberían ser en una sola dirección. Nosotros podríamos mandar una
gran cantidad de información en mensajes especialmente codificados para que ellos
comprendieran, y tener la esperanza de que algún día, alguien que los escuche, sepa de
nuestra existencia en el cosmos y aprenda algo de nosotros.

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