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La fórmula más efectiva para evitar problemas de salud asociados la seguridad en alimentos
frescos pasa por extremar los controles en origen, y valorar todas aquellas estrategias que
permitan la localización de las vías más importantes de contaminación. Del mismo modo, es
imprescindible establecer medidas de control posterior para limitar la existencia de riesgos. Sin
embargo, aunque se acepta el sistema de análisis de peligros como el más eficaz para garantizar
la inocuidad de los alimentos en general, en el caso de frutas y hortalizas frescas los mecanismos
de control se complican. Incluso la posibilidad de la reducción de la carga microbiana y, por
supuesto, la eliminación de patógenos, es más compleja.
Bajo una perspectiva de cadena, el control y prevención de los peligros en las etapas previas de
producción y cosecha del producto, mediante la aplicación de BPA, son fundamentales para
asegurar el éxito en la aplicación de programas de buenas prácticas de manufactura. El objetivo
es asegurar que la materia prima que entra a la planta empacadora es inocua, y que a través de
la aplicación de las «Mejores Prácticas» de manejo durante la poscosecha será posible ofrecer
garantía sobre la inocuidad del producto. Igualmente, la aplicación de programas de BPM se
fundamentan en la identificación de peligros asociados a las etapas de manejo poscosecha, así
como de las prácticas apropiadas para su prevención y control.
Un riesgo de seguridad en los alimentos, en simples términos, es cualquier cosa que podría
causar daño al consumidor. Existen tres categorías generales de riesgos que están asociadas con
los alimentos, incluyendo frutas y hortalizas: biológicos, químicos y físicos
a)BIOLOGICOS:
Muchos microrganismos pueden existir como una simple célula, pero estos pueden tener la
habilidad de reproducirse a grandes cantidades dentro de unas horas si las condiciones son
favorables. Estos pueden ser encontrados en cualquier parte en la naturaleza o pueden estar
restringidos a ciertos ambientes o aún regiones. Muchos tienen la habilidad de adaptarse a
cambios en el ambiente o tienen mecanismos para sobrevivir ambientes extremos y otros
estreses en el manejo de pre-cosecha y post-cosecha. La mayoría de los microrganismos son
dañinos a los seres humanos y muchos sirven el objetivo de ser beneficiosos a la salud y
actividades humanas. Ellos están involucrados en la producción de alimentos y bebidas
fermentadas tales como queso, pan, alcohol y chucrut. Estos pueden estar naturalmente
selectos, como en la propagación de plantas o animales, manipulados por biotecnologías de
manera que ellos pueden producir enzimas específicas, antibióticos u otros productos
medicinales. Ellos también pueden tener la función de pesticidas microbiológicos y para la
biodegradación de contaminantes ambientales.
Las bacterias patógenas son parte de nuestro ambiente y el potencial existe siempre para que
éstas contaminen el producto fresco. A continuación están algunas de las bacterias patogénicas
que han sido asociadas con frutas y hortalizas.
A continuación está la lista de los parásitos más comúnmente asociados con las infecciones
humanas. De ésta lista, Cyclospora ha sido la que está más a menudo asociada con brotes de
enfermedad debido al consumo de productos frescos.
Los virus que han sido reportados para ser transmitidos en los alimentos incluyen:
Las características de algunos patógenos humanos, síntomas de las enfermedades que ellos
pueden causar y ejemplos de las fuentes de contaminación son encontrados en la sección de
Fuentes Adicionales. Unos pocos ejemplos son resumidos en la Tabla abajo, la cual muestra el
agente causal, el número de casos reportados durante un determinado período de tiempo y el
huésped para el agente. Nótese que ésta información es para todos los alimentos, no solo frutas
y hortalizas.
b) QUIMICOS:
Los riesgos químicos en los productos frescos pueden venir de tres fuentes generales:
substancias que ocurren naturalmente, productos químicos agrícolas y contaminantes no
agrícolas. Productos químicos dañinos han sido asociados con respuestas tóxicas graves y con
enfermedades crónicas.
c) FISICOS:
Los riesgos físicos son diferenciados de los riesgos biológicos y químicos en que ellos causan daño
físico en vez de enfermedad. Estos pueden ser introducidos en los alimentos en numerosos
puntos en la producción y el manejo de la cadena de ésta.
2. Reglamento sobre la vigilancia y control de alimentos
DECRETO SUPREMO Nº 007-98-SA
Aprobado: 24 de setiembre de 1998
Publicado: 25 de setiembre de 1998
En cuanto a frutas y hortalizas nos dice lo siguiente:
Artículo 25. Manipulación frutas y hortalizas
El transporte, almacenamiento y comercialización de frutas que se consumen con cáscara y de
hortalizas se efectuará en cajas, canastas, sacos u otros envases apropiados que eviten el
contacto de las mismas con el suelo o plataforma del transporte. Queda prohibido el
refrescamiento de las hortalizas con aguas provenientes de acequias o de cualquier otra fuente
que no garantice su potabilidad. Las municipalidades son las encargadas de vigilar el
cumplimiento de esta disposición.
Artículo 27. Maduración forzada de frutas
Queda prohibido utilizar sustancias, con el propósito de acelerar o provocar la madurez forzada
de las frutas, que entrañen riesgo, peligro o daño para la salud de los consumidores.
Artículo 103. Alimentos y bebidas que no requieren de Registro Sanitario
No están sujetos a Registro Sanitario:
a) Los alimentos y bebidas en estado natural, estén o no envasados para su comercialización,
como granos, frutas, hortalizas, carnes y huevos, entre otros.
b) Las muestras sin valor comercial.
c) Los productos donados por entidades extranjeras para fines benéficos.
3. Norma HACCP
Es una filosofía cuyo objetivo principal es garantizar la INOCUIDAD de los alimentos para el ser
humano.
Un alimento inocuo es aquel que no causará daño al consumidor cuando éste es preparado y/o
consumido, de acuerdo a su intención de uso.
Principio 1: Enumerara todos los peligros posibles relacionados con cada fase; realizar un
análisis de Peligros y determinar las medidas para controlar los peligros identificados.
Principio 2: Determinar los Puntos de Control Críticos (PCC).
Principio 3: Establecer el Límite o los Límites Críticos (LC) en cada PCC.
Principio 4: Establecer un sistema de vigilancia del control de los PCC.
Principio 5: Establecer las medidas correctoras que han de adoptarse cuando la Vigilancia
indica que un determinado PCC no está controlado.
Principio 6: Establecer procedimientos de verificación o de comprobación para confirmar que
el Sistema HACCP funciona eficazmente.
Principio 7: Establecer un sistema de registro y documentación sobre todos los procedimientos
y los registros apropiados para estos principios y su aplicación.
Pasos del Sistema HACCP
La aplicación de los principios del Sistema HACCP consta de las operaciones que se identifican
en la secuencia lógica para su aplicación, siguiendo los 12 pasos siguientes:
Paso 1: Formación de un Equipo HACCP.
Paso 2: Descripción del producto.
Paso3: Determinación del uso previsto del alimento.
Paso 4: Elaboración de un Diagrama de Flujo.
Paso 5: Confirmación “in situ” del Diagrama de Flujo.
Paso 6: Enumeración de todos los peligros posibles relacionados con cada fase; realización de
un análisis de peligros y determinación de las medidas para controlar los peligros identificados
(Principio 1)
Paso 7: Determinación de Puntos Críticos de Control (PCC) (Principio 2)
Paso 8: Establecimiento de Límites Críticos para cada PCC (Principio 3)
Paso 9: Establecimiento de un sistema de Vigilancia para cada PCC (Principio 4)
Paso 10: Establecimiento de Medidas Correctoras (Principio 5)
Paso 11: Establecimiento de los Procedimientos de Verificación (Principio 6)
Paso 12: Establecimiento de un Sistema de Documentación y Registro (Principio 7)
4. FRUTAS
a. Clasificación de frutas
b. Composición de frutas
5. HORTALIZAS
a. Clasificación de hortalizas
b. Propiedades de las hortalizas
6. Metodos De Conservacion
¿Por qué conservar frutas y hortalizas?
Para mantener su calidad inicial por más tiempo, evitando que se malogren y sobre todo para
tenerla disponible todo el año.
Para no correr el riesgo de perder los productos transformados por contaminación, es preciso
seguir estas reglas:
Cambios en la textura del fruto: las células de los frutos son cada vez más
permeables durante la maduración, porque la integridad de los compuestos de las
paredes celulares se pierden. Por acción del etileno se activan una serie de enzimas
hidrolíticas (poligalacturonasa y celulasa), que rompen los enlaces entre los
polisacáridos de la pared. La infiltración de Ca2+ tiene un efecto retardante en la
maduración y envejecimiento del fruto, ya que este elemento tiene una función
restauradora de la integridad de la membrana y restablece sus propiedades de
permeabilidad selectiva.
CAMBIOS METABÓLICOS
Se produce un aumento respiratorio ‐Síntesis y liberación de etileno.
Metabolismo de almidón y ácidos orgánicos (sabor dulce mencionado arriba).
Alteración en la regulación de rutas metabólicas.
CAMBIOS EN LA EXPRESIÓN GÉNICA
Desaparición del mRNA y proteínas sintetizadas antes de iniciarse la maduración.
Aparición de nuevos RNAs específicos para la maduración.
Síntesis de novo de enzimas que catalizan los cambios que se producen durante la
maduración.
En el caso de frutos climatéricos, el etileno induce la expresión de genes específicos
para la maduración.
La maduración de los frutos es el proceso que sigue al desarrollo con diversos cambios en
ellos, que han sido interpretados como señal de una calidad para consumo
9. MÉTODO DE ALMACENAMIENTO
La necesidad de almacenar
En la actualidad, la mayoría de los cultivos de raíz y algunas frutas y hortalizas se almacenan por
períodos hasta de doce meses como parte de la cadena normal de mercadeo y todo tipo de
productos son a veces almacenados por unos cuantos días o semanas:
a. Porque no hay un comprador inmediato.
b. Porque no existe disponibilidad de transporte u otras facilidades esenciales.
c. Para prolongar el periodo de mercadeo e incrementar el volumen de ventas.
d. Para esperar un alza en los precios.
Una bodega ventilada puede ser cualquier tipo de construcción protegida del calor solar que
permite que entre en forma eficiente el aire del medio ambiente cuando su temperatura ha
descendido por debajo de la temperatura del producto almacenado, lo cual generalmente
sucede durante la noche. El proceso de ventilación puede lograrse en forma manual o
automática. Las bodegas ventiladas deben diseñarse en forma específica para satisfacer las
condiciones locales, pero obviamente debe elegirse el lugar en donde las temperaturas
nocturnas sean bajas, pero que además esté lo suficientemente cerca de la zona de
producción para mantener bajos los costos del transporte y las pérdidas del producto.
Diseño y construcción.
Finalmente, debe elegirse la maquinaria para la refrigeración con la potencia suficiente para
cubrir todas las necesidades, más un margen de seguridad. La potencia frigorífica usual para
un almacenamiento refrigerado a largo plazo de frutas y hortalizas, sin considerar el pro-
enfriado, es del orden de 30-50 Watts por metro cúbico (Figura 23).
Con anterioridad se estableció en este manual que niveles altos de dióxido de carbono y niveles
bajos de oxígeno, pueden ser perjudiciales para los productos frescos. Sin embargo, esto no
significa que niveles altos, pero no dañinos de dióxido de carbono y niveles bajos, pero no
dañinos de oxígeno, no puedan ser beneficiosos para los productos frescos. Bajo ciertas
condiciones, la elevación de las concentraciones de dióxido de carbono y el descenso de las
concentraciones de oxígeno, retarda el ritmo de respiración del producto. Esto puede producir
una considerable prolongación de la vida de almacenamiento del producto, cuando se controla
la refrigeración y humedad relativa.
11.1 Escaldado
Los diferentes pasos preparatorios a los cuales las frutas frescas se someten en los procesos
de producción de FAH y FHI tienen un claro impacto en la flora de la fruta fresca, ya que
algunos procedimientos remueven o inactivan muchos de los microorganismos presentes,
mientras que otros podrían tener un efecto opuesto. Así, mientras que el lavado puede
remover muchos de los organismos superficiales, algunas operaciones tales como pelado y
cortado pueden causar daño en la célula exponiendo los fluidos tisulares internos al
ambiente externo, proveyendo nuevas puertas de entrada de microorganismos y otros
contaminantes (Tapia de Daza et al., 1995).
El escaldado, o sea la exposición de las piezas de fruta a altas temperaturas durante unos
pocos minutos, es una operación de control crítica en el procesamiento de frutas
autoestables. En métodos tradicionales de conservación, la función principal de este
tratamiento es destruir las enzimas que podrían deteriorar las hortalizas y las frutas. Pero
en estas técnicas de procesamiento mínimo, el escaldado tiene también el importante rol
de reducir la carga microbiana inicial mediante la inactivación de microorganismos sensibles
al calor. Las temperaturas utilizadas son letales para las levaduras, la mayoría de los hongos
y los microorganismos aeróbicos.
11.2 Humectantes
Otro punto a tener en cuenta es que la barrera «aw» puede cambiar a lo largo del
almacenamiento del producto cuando se utiliza sacarosa como humectante. La sacarosa se
hidroliza originando glucosa y fructosa.
11.3 Antimicrobianos
El ácido sórbico, el ácido benzoico y los compuestos sulfitados son los antimicrobianos más
comunes utilizados en la formulación de las FAH y FHI. Se usan principalmente para inhibir
el crecimiento de hongos y levaduras. La acción de estos conservadores depende
fuertemente del pH, siendo más activos contra los microorganismos en los alimentos ácidos.
En particular, el efecto antimicrobiano de los ácidos débiles se debe parcialmente a su
influencia en el pH del alimento y parcialmente al efecto del ácido mismo atribuido a la
forma no disociada del ácido. Este permea la membrana celular actuando como
transportador de protones. El ácido sórbico se degrada apreciablemente en función del
tiempo, la temperatura y el pH durante el almacenamiento de las frutas conservadas,
perdiendo su efectividad como obstáculo. Por ejemplo, después de cuatro meses de
almacenamiento a 27 °C, la destrucción del ácido sórbico es de aproximadamente 40 por
ciento en ananá y en durazno de alta humedad.
11.4 Acidulantes
El pH es uno de los más importantes factores de estrés en las FHI y FAH, ya que determina
el tipo de organismo que puede proliferar y su velocidad de crecimiento, la actividad de los
conservadores y la estabilidad de muchas vitaminas. En general el pH de la fruta conservada
debe ser tan bajo como su palatabilidad lo permita. Afortunadamente, las frutas pueden
tolerar reducciones significativas de pH sin alteración de su gusto y aroma.
El pH de las FAH y FHI se controla a un valor cercano al de la fruta fresca o, en caso de frutas
con mayor pH, éste se ajusta a valores menores (requeridos para lograr la estabilidad
microbiológica) mediante el agregado de un acidulante a la solución osmótica o
directamente a la fruta. La elección de un acidulante depende principalmente del tipo de
fruta, costo, balance azúcar/acidez, etc. Los ácidos más utilizados para ajustar la acidez de
las frutas conservadas por métodos combinados son el cítrico y el fosfórico, debido a su bajo
precio y a su compatibilidad sensorial. El ácido cítrico también previene el pardeamiento
enzimático, ya que inhibe la polifenoloxidasa reduciendo el pH y secuestrando el cobre en
el sitio activo de la enzima.