Las plantas de geotérmicas ocupan la energía calórica que emana del
núcleo de la tierra para generar energía, pero el proceso no es tan
simple como parece. El proceso comienza a varios kilómetros de profundidad en la tierra, en tierras volcánicas, donde hay roca fundida a cientos de grados centígrados; en algunos casos las capas de rocas que cubren estas cámaras son porosas pero impermeables, lo que produce que el vapor de agua generado en la tierra se contenga generando altas presiones con este fluido a altas temperaturas. Si estos dos se mezclan, se produce un yacimiento Geotérmico.
Cuando se encuentra uno de estos yacimientos y se dispone para su
utilización se extrae estos fluidos geotérmicos, éste se conduce a la plaza geotérmica donde pasa por un separador donde sale el vapor y la salmuera y líquidos de condensación y arrastre, que es una combinación de agua y materiales, los últimos se envían a pozos de reinyección para que no se agote el pozo geotérmico, y el vapor continua por ductos y hace mover unas turbinas generadoras de electricidad, en un proceso similar al de las plantas hidroeléctricas. Después de la turbina el vapor es condensado y enfriado en torres y lagunas.
Transformación
En muchos lugares de la Tierra se producen fenómenos geotérmicos
que pueden ser aprovechados para generar energía útil para el consumo. Estas fuerzas se desarrollan en el interior de la corteza terrestre en una franja llamada sima, algunas de sus manifestaciones sobre la superficie son los volcanes activos.
Conforme descendemos hacia el interior de la corteza terrestre se
produce un aumento gradual de temperatura, estimado en 1 grado cada 37 metros de profundidad. Sin embargo, en determinadas zonas de nuestro planeta, las altas temperaturas se encuentran a nivel de la superficie. En estos casos, es cuando una instalación geotérmica resulta más rentable.
Para aprovechar la energía geotérmica se recurre a sistemas similares
a los empleados en energía solar con turbina.
Los sistemas geotérmicos producen un rendimiento mayor con
respecto a otros sistemas, y además tienen un costo de mantenimiento menor. De hecho, la única pieza móvil de una central geotérmica es el sistema de turbina-generador, y por tanto todo el conjunto tiene una vida útil más larga. Además, la energía utilizada está siempre presente, lo cual apenas implica variaciones, como sucedería en otros sistemas que dependen, por ejemplo, del caudal de un río o del nivel de radiación solar.
El funcionamiento de una central geotérmica es bastante simple:
consta de una perforación practicada a gran profundidad sobre la corteza terrestre (unos 5 km), con objeto de obtener una temperatura mínima de 150 ºC, y en la cual se han introducido dos tubos en circuito cerrado en contacto directo con la fuente de calor.
Desde la superficie se inyecta agua fría a través de uno de los
extremos del tubo, la cual se calienta al llegar al fondo formando vapor de agua y regresando a chorro a la superficie a través del otro tubo. En el extremo de éste está acoplada una turbina-generador que suministra la energía eléctrica para su distribución. El agua enfriada es devuelta de nuevo al interior por el primer tubo para repetir el ciclo.