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2. La mayoría de los niños suelen alcanzar los hitos del desarrollo más o
menos a la misma edad. En general, los niños alcanzan determinadas
capacidades a edades determinadas y predecibles. Si bien, hay variaciones
individuales, la mayoría de los niños con desarrollo típico alcanzan esos hitos
más o menos a la misma edad. Por ejemplo, en algún momento en torno a
su primer año, los niños darán sus primeros pasos sin ayuda y dirán sus
primeras palabras.
5. Los individuos pueden llegar a ser muy diferentes. Aunque el curso del
desarrollo siga etapas predecibles, existe un amplio rango para ubicar la
normalidad. Prácticamente ningún niño concreto alcanza cada hito evolutivo
a la edad media que se expresa en las tablas. Las medias no describen a
niños concretos, sino a ficticios «niños medios», que no son más que una
combinación matemática de todos los niños estudiados.
Puede que un niño que se salga de la norma esté experimentando una
aceleración o un retraso coyuntural, o que lleve su propio ritmo evolutivo.
Incluso un niño que muestre un retraso importante también es un ser que se
está desarrollando: puede que su calendario personal vaya retrasado
respecto a la mayoría de los niños, pero aún así es un niño que experimenta
un desarrollo. Por lo tanto, los datos normativos únicamente deben
interpretarse como una guía general.
Entonces, en el contexto de las etapas de adquisición del lenguaje infantil se
considera un proceso que presenta varias fases diferenciadas. El orden de las
etapas es constante pero el ritmo de progresión cambia de un niño a otro,
considerando que el desarrollo del lenguaje del niño se apoya en su desarrollo
cognitivo y sensomotor.
Antes de analizar las diferentes etapas cabe definir las dimensiones y componentes
estructurales del lenguaje (niveles):
Las dimensiones:
- Forma: Apunta al “Cómo decir”. Es la estructura lingüística a través de la cual
se expresa el lenguaje. Se relaciona con los niveles fonológico, morfológico
y Sintáctico
- Contenido: Se relaciona con el “Que decir”. Son los conceptos entregados en
el mensaje. Asociado al nivel semántico.
- Uso: Apunta al “Para que decir”. Refiere al uso social del lenguaje, situación
en el cual se desarrolla el evento comunicativo. Se relaciona con el nivel
pragmático.
Niveles:
- Fonético – fonológico: Se relacionan con la articulación y organización de los
sonidos respectivamente.
- Morfosintaxis: Apunta a la estructura interna de las palabras y las reglas de
combinación.
- Semántica: Involucra el conocimiento del mundo y el significado de las
palabras.
- Pragmática: Analiza la función y uso del lenguaje
Hernández Pina (1984) distingue las siguientes etapas: Etapa prelingüística y etapa
lingüística.
- Etapa prelingüística:
Se considera como el inicio del lenguaje y la comunicación y se comprende desde
el nacimiento del menor, hasta los 12 o 14 meses aproximadamente. Está
constituida por un sistema complejo de comunicación que se fundamenta en la
experiencia motora y sensorial del niño. Es una comunicación básicamente no
verbal, que empieza desde el nacimiento, y a lo largo del crecimiento del niño va
aumentando la riqueza expresiva por gestos y contenidos.
En esta etapa breve del desarrollo del lenguaje se desarrollan los precursores del
lenguaje, los cuales son necesarios para la adquisición de este:
- Precursor de forma: Emisiones que realiza el niño desde que nace hasta la
etapa lingüística. Va del llanto al balbuceo diferenciado.
- Precursor de uso: Interacción del niño con el adulto. Se manifiesta en
protoconversaciones, contacto ocular y funciones del lenguaje (reguladora,
instrumental, interaccional)
o Funciones comunicativas
Instrumental: petición – rechazo de objetos
Reguladora: petición de acción
Interactiva: vocalizaciones ante una persona o en respuesta a
una vocal
Personal: expresiones de placer, personales, comentarios de
objetos
- Precursor de contenido: Relacionado con el desarrollo cognitivo del niño. Es
fundamental para adquirir significado, está involucrado a la interacción con el
mundo, atención, Orden temporal y causal, y la permanencia del objeto.
Expresión facial
9 – 12 m Balbuceo no Comprensión de palabras Intención
reduplicativo: cadena familiares comunicativa
corta, cambia Responde a su nombre y al
consononate entre un no Protoimperativos
sílaba y otra. Se
acompaña de gesto lo Deixis
que da intención.
Jerga y protopalabras - Protodeclarativos
Imita el habla adulto si
hay sonido que existen
en su repertorio
El nacimiento de todos los niños se produce con un grito como señal de inicio de la
respiración. En esta etapa las emisiones bucales en sus manifestaciones como
llantos, gritos, están biológicamente relacionadas con sensaciones y estados
fisiológicos como hambre, dolor, etc. La intencionalidad de dichas manifestaciones
sonoras no está ausente, es decir, lo hacen de modo intencionado. Se establece
una conexión entre madre-hijo que es fundamental en el desarrollo del leguaje, el
niño emite sonidos y responde a la voz materna y la madre responde a sus sonidos
y le habla. Esta interrelación tiene tanta importancia porque el fallo de esto supone
un retraso en el desarrollo verbal.
A partir de los 4 meses de observa en el niño que empieza a girar la cabeza para el
lado de procedencia del sonido, sobre todo, si es de la madre. Además, que las
vocalizaciones tienen rasgos específicos de la lengua a la que está expuesto.
En los 5 a 6 meses, el balbuceo constituye una especie de gimnasia vocal que
permite explorar las posibilidades del aparato articulatorio a la vez que ejercita al
oído en distinguir los sonidos producidos.
Los primeros sonidos producidos son los velares (ga, ga, ka, ka) y luego son
sustituidos por los labiales y dentales (t, d). Estos combinados con sonidos vocálicos
dan origen a las primeras secuencias de sonidos emitidos por el niño (sílabas).
Todos los autores coinciden en que los niños pueden producir de manera aleatoria
todos los sonidos imaginables. Algunos consideran una etapa intermedia entre el
balbuceo y las primeras palabras, la que se iniciaría hacia los 9-10 meses. Estas
primeras palabras (mama, papa) no hay que considerarlas aún como tales por el
carácter esporádico de su emisión, los contextos en los que aparecen y el
significado.
Primer nivel lingüístico: de los 14 meses hasta los 30 meses o 2.5 años.
Segundo nivel lingüístico: desde los 30 meses hasta 72 meses o 6 años.
Tercer nivel lingüístico: desde los 6 años hasta 11 o 12 años.
En la etapa holofrásica las vocalizaciones emitidas por el niño son frases de una
palabra o un solo elemento. Gramaticalmente, poco se puede decir de ellas, ya que
de una expresión como “mama” estaría fuera de lugar hablar de mama como sujeto
de la acción, debido a la imposibilidad de establecer si es sujeto o el objeto de la
oración.
Fonemas /p/, /t/, PLE 1.0 – 1.9 Reconoce Las estructuras son
/k/, /m/ partes más atingentes a la
importantes del situación que al
cuerpo. enunciado.
Uso de prosodia Comprensión de
diferenciada instrucciones
sencillas.
Holofrase.
Palabras sustantivas, relacionales
(Ej.: adjetivos, términos familiares,
términos espaciales, temporales,
deícticos) y sociales.
Comprende
algunos adjetivos:
bonito, feo sucio,
limpio.
Comprende
noción mío.
2º nivel lingüístico:
Hitos importantes:
Los sintagmas nominales y verbales, sujeto y predicado también se complejizan,
aunque el niño omite algunas partículas.
Se desarrollan las primeras coordinaciones entre enunciados, en espacial dentro de
las frases.
Aparecen enunciados de cuatro elementos, por lo tanto, las oraciones son más
completas.
Hacia el final del estadio el niño utiliza diariamente diferentes tipos de oraciones
simples, declarativas, exclamativas, imperativas, transitivas, etc.
A los 3 años dice su nombre completo, usa pronombres personales y plural
correctamente y la mayoría de preposiciones. Hace preguntas ¿qué?, ¿dónde?,
¿cómo?
En el aspecto comprensivo y comunicación comprende cuentos y le agrada
escuchar monólogos que se refieren a presente inmediato.
A nivel fonológico comienzan los procesos de simplificación fonológica.
A los 4 años:
Utilizan reglas de cortesía (por favor, gracias).
Discuten sobre sentimientos y emociones.
Capacidad de cambiar el registro. Los registros son roles familiares y sociales
que se dan en una conversación.
Respuestas elíptica, omiten información que ya han informado con
anterioridad, por lo que no redundan con tantas palabras repetidas en una
conversación.
Semántica
A los 3 años:
Esta etapa se caracteriza por una transición entre el pre kinder y kinder, lo que
implica que el lenguaje oral comienza a interactuar con el lenguaje lectoescrito.
Sujeto y predicado
Nombres precedidos de determinantes cuando lo necesitan
Uso de verbos con gama amplia de complementos
A los 5 años predominan las oraciones simples, los niños usan las oraciones
funcionalmente completas pero que desde el punto de vista estructural, están
todavía incompletas, lo que va disminuyendo a los 6 años.
Pragmática:
También trata el tema del habla egocéntrica, que al contrario que Piaget,
sostiene que es un modo de hablar que tiene su raíz en el habla social, pero sin ser
individualizada todavía.
4.2.5. La teoría sociolingüística
Esta teoría, propuesta por Halliday, pasa en la adquisición del lenguaje de una
visión psicológica a una sociolingüística. Según Hernández Pina (1984), ésta
coincide con la teoría cognitiva en rechazar el lenguaje como un sistema autónomo
que depende de unas facultades específicas innatas. Además, señala que la
adquisición del lenguaje pasa por tres fases, son las siguientes:
La 1ª fase (de los 9 a los 15 meses): El niño tiene que dominar unas
funciones básicas, que las denomina instrumental, regulativa,
interrelacional, personal, heurística, imaginativa e informativa.
Corresponden a usos del lenguaje simples, que son necesarios para la
transición al habla adulto por ser universales culturales. En esta fase no se
habla de gramática, sino de un período prelingüístico en el que se da una
relación entre contenido y expresión. Se trata de sonidos espontáneos cuya
coincidencia con la lengua del medio es accidental, aunque poco a poco
dicha coincidencia será más sistemática.
La 2ª fase (empieza hacia los 16 meses): Está marcada por dos cambios,
por un lado que las funciones son distintas a las de la primera fase, y por
otro que se ven avances rápidos en el vocabulario, estructura y aprendizaje
del diálogo. El vocabulario reflejará de una forma inequívoca la lengua del
medio y el aprendizaje del diálogo se inicia a los 18 meses. El diálogo la
define Halliday como “la adaptación y asignación de roles sociales tiene
para este lingüista gran trascendencia por significar el cauce y modelo de
una interacción social”. El niño mediante el dialogo aprende a participar
lingüísticamente y a introducir su individualidad en el contexto social. Es
decir, esta fase supone la incorporación de la gramática y el aprendizaje de
un diálogo que servirá para aceptar roles lingüísticos.
La 3ª fase: supone la adecuación del lenguaje del niño a la lengua del adulto.
Supondrá para él, el dominio de un sistema multiestratal (aprende un
contenido, una forma y una expresión) y multifuncional. A partir de esta fase,
lo que hará el niño es añadir a lo que ya sabe.
De acuerdo con Robert, E. y Owens, Jr. (2003), las dos funciones pragmáticas
del lenguaje son, por un lado, la intrapersonal, que podemos encontrarla en el
lenguaje interno que usamos para la memoria, el desarrollo conceptual y la solución
de problemas; y por otro lado, la interpersonal, que es la comunicación. Para
analizar esta función comunicativa, se utilizan los llamados actos de habla por John
Austin (1962). “Un acto de habla es una unidad de comunicación lingüística que se
adapta a una serie de reglas lingüísticas, y que transmite las representaciones
mentales y las intenciones de los hablantes” (Robert y Owens, 2003, p. 57)
El desarrollo físico tiene que ver con el crecimiento físico y el control motor. En
este ámbito operan tres tendencias marcadas: la céfalocaudal, la próximo-distal y
la tendencia desde la motricidad gruesa a la fina. Ya hemos comentado la
tendencia céfalocaudal. La tendencia próximodistal tiene lugar desde el eje
corporal de simetría hacia las extremidades, y está relacionada con la tendencia
motriz de lo grueso a lo fino. Volveremos sobre esta tendencia cuando discutamos
el desarrollo del control de los mecanismos del habla. Por otra parte, el desarrollo
avanza desde un control motor grueso a un control motor fino. Los movimientos
motores gruesos, o de músculos grandes, son los de la cabeza, el torso y las
extremidades. Estos movimientos se utilizan para andar, correr, lanzar cosas,
volver la cabeza, etc.
La mayoría de los niños alcanzan el control motor grueso hacia los 4 o 5 años. El
control motor fino, o de los músculos pequeños, se refiere al movimiento de los
ojos, las manos, los dedos,
etc. Hay que esperar a los años escolares para alcanzar cierto control sobre la
mayoría de estos movimientos finos. Hacia los 12 años de edad los niños han
alcanzado un control maduro de los brazos, los hombros y las muñecas. El control
maduro de los dedos se alcanza más tarde, incluso aunque los niños de esta edad
ya puedan escribir, dibujar y realizar otras actividades motoras finas. El control
muscular necesario para estos movimientos depende en parte de la maduración
del sistema nervioso. En el momento de nacer, la espina dorsal ha alcanzado una
mayor madurez que las áreas superiores del cerebro. Los receptores sensoriales
envían señales a la espina dorsal, al tronco cerebral, o al cerebro medio, e
inmediatamente se produce una respuesta refleja.
A medida que el niño madura, se desarrollan las áreas superiores de su cerebro,
lo que supone un control cada vez mayor sobre los músculos pequeños, así como
movimientos cada vez más voluntarios.
El desarrollo cognitivo se refiere al crecimiento intelectual. Tiene que ver con las
estrategias que utilizan los niños para organizar, almacenar y recuperar
información, encaminadas a organizar el mundo y resolver problemas. Cada niño
percibe el mundo de una forma diferente, y debe interpretar los estímulos en
función de sus experiencias pasadas. Por lo tanto, incluso la recepción de un
estímulo nuevo no es un proceso pasivo sino que supone interpretación y
organización.
A medida que madura, el niño organiza esos estímulos de forma diferente. Otra
capacidad que se incrementa es la memoria. Parte de este cambio se debe al
aumento del tamaño del cerebro.
Pero muchos otros cambios hay que atribuirlos al aprendizaje. Hacia los 8 años de
edad, el tamaño del cerebro prácticamente ha alcanzado su madurez, cosa que no
puede decirse aún de su estructura.
El desarrollo socio-emocional está estrechamente relacionado con las otras tres
áreas. El tamaño y la destreza física, el crecimiento intelectual y las habilidades
comunicativas, son elementos importantes que contribuyen a la percepción que un
niño tiene de sí mismo y de los demás.
A medida que maduran, los niños se vuelven menos egocéntricos y más
sociables. Aunque los humanos seamos seres sociales, todavía debemos
aprender muchas conductas para la vida en común, así como las costumbres y las
reglas de la sociedad concreta en la que vivimos.