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Alternativas cubanas en Psicología / vol. 1., no. 3.

PSICOLOGÍA DEL CLIENTE


EN LA PROSTITUCIÓN
Juan Carlos Volnovich
Psicoanalista
Resumen

El autor propone un abordaje de la prostitución desde el punto de vista de la psicología del cliente: esos “tipos
como cualquier otro” que, más allá de las diversas razones que pueden aducir, expresarían “el reforzamiento de
los valores más tradicionales del patriarcado”.
Palabras clave: psicología, prostitución, patriarcado.

Abstract

The author proposes an approach to prostitution from the point of view of customer psychology: those "types like
any other" that, beyond the various reasons that can be adduced, express "the reinforcement of traditional
values of patriarchy".
Keywords: psychology, prostitution, patriarchy.

Hombre que va de putas travestis); a los rufianes y los burdeles; a las


En los últimos años la “prostitución” está sien- mafias y a los proxenetas; pero no a los
do objeto de apasionados debates que tienen clientes.
su eje en las cuestiones legales –la interven- Sin embargo, el cliente, el más guardado y
ción del Estado en su reglamentación, prohi- protegido, el más invisibilizado de esta historia,
bición o abolición–, los conceptos morales y es el protagonista principal y el mayor prosti-
éticos que están en juego, los determinantes tuyente. La explotación de mujeres, de niños y
sociales que la fundan y, por sobre todo, el niñas se hace posible solo gracias al cliente,
protagonismo de tres de sus actores impli- aunque su participación en este asunto apa-
cados: las prostitutas, los proxenetas y las rezca como secundaria, como secuela de un
mafias que dominan la trata y el tráfico con flagelo, como subproducto de una oferta.
mujeres y niños: intentaré abordar el tema Además, a los clientes mismos les cuesta a-
desde el punto de vista del “cliente”. Pretendo ceptar su condición, representarse como tales.
acercarme al problema desde la psicología del No se reconocen así.
usuario: aquel que consume prostitución. Al poner el énfasis en los clientes pretendo,
Lo hago a sabiendas de que no existe una también, reformular la pregunta que general-
nosología que incluya a todos estos clientes; a mente tiene a las mujeres por destinatarias.
sabiendas de que voy a verme defraudado si Esta es: ¿cuáles son las condiciones sociales
persigo un perfil particular, un tipo de perso- y las determinaciones subjetivas que llevan a
nalidad en la que pudieran agruparse. Mis refe- que una mujer se prostituya? Como aquí apa-
rentes serán esos seres anónimos, comunes, rece, inevitable, una apelación a la pobreza, a
invisibles. Porque, si algo tienen en común los la marginación, a la falta de oportunidades y al
varones homo o heterosexuales que consu- abuso sexual previo; como casi siempre apa-
men prostitución, es justamente eso: son rece aquí la necesidad de discriminar la pros-
invisibles. Casi todos los trabajos de divulga- titución forzada de la prostitución “elegida libre-
ción o académicos que se encargan del tema mente”, es mi intención sostener, sin clan-
coinciden en ocultar y silenciar el lugar de los surarlo con respuestas apresuradas, el si-
clientes. Estos escritos, al tiempo que facilitan guiente interrogante: ¿cuáles son las condi-
la digna intención de estudiar el fenómeno y ciones sociales y las determinaciones subjeti-
denunciarlo, protegen con un manto de vas que empujan a los varones a incorporarse
inocencia a los usuarios. De modo tal que, casi al universo de clientes? ¿Por qué millones de
siempre, referirse a la “prostitución” supone varones eligen comprar (¿alquilar?) los cuer-
aludir a las prostitutas (putas, taxi-boys, pos de mujeres, llamar sexo a esa operación y,

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aparentemente, disfrutar con ello? Más aún: tión: el proceso de devenir cliente de la pros-
¿por qué se ha extendido tanto el consumo titución”. La investigación consistió en una en-
sexual pago en épocas como la que nos ha cuesta, entrevistas semidirigidas y grupos de
tocado vivir, cuando la liberación femenina reflexión con varones que voluntariamente
alienta una sexualidad a la carta “gratuita”? aceptaron participar del proyecto. Fueron con-
Para comenzar, arriesgo un camino: el aumen- vocados a través de avisos que aparecieron en
to del mercado de la prostitución, el tráfico los diarios (incluso en periódicos de distri-
internacional y la trata no están desvinculados bución gratuita) bajo la siguiente consigna: “El
de la globalización, por un lado y, por el otro, clientelismo es una construcción social y no
del movimiento mundial de mujeres y del femi- producto de una tara individual pasible de ser
nismo contemporáneo, que interpelan al poder curada o reprimida. ¿Está usted dispuesto a
y ponen en cuestión, como nunca antes había participar en una investigación sobre prosti-
sucedido, el dominio de los varones en la tución?”
esfera pública. El tímido pero alentador Uno de los resultados más notables del aná-
debilitamiento del patriarcado, si no mantiene lisis de las entrevistas es que la mayoría de los
una relación causal, al menos coincide con el varones que consumen prostitución no perte-
auge de la trata. Quiero decir: el reforzamiento necen a edades avanzadas, ni son jóvenes
de los valores más tradicionales en ese “coto acuciados por la erupción hormonal típica del
masculino”, verdadera religión que tiene a los ciclo vital, sino que tienen entre treinta y cinco
clientes por feligreses y al burdel como y cincuenta años y son casados o viven en
parroquia –y que se caracteriza por su estilo pareja. De entre ellos, el cincuenta y cinco por
violento y denigratorio de lo femenino– parece ciento tenía uno o más hijos.
no ser ajeno a las contingencias por las que A partir de la encuesta y sin ánimo de tipifi-
atraviesa el patriarcado. carlos, es posible agrupar las lógicas argumen-
tales a las que recurren los entrevistados para
Un cualquiera. fundamentar su afición a la prostitución.
Los clientes son tipos como cualquier otro:
abogados, policías, arquitectos, psicoanalistas, - Una de ellas es la abstinencia sexual y la
gente de trabajo, políticos y desocupados. soledad afectiva. La mayoría de los clientes
Señores de cuatro por cuatro y muchachos de habituales y ocasionales explican su debilidad
bicicleta. Son púberes de trece años, ado- por las prostitutas en función de su timidez, del
lescentes, jóvenes, viejos y ancianos. Casados temor a las mujeres o por otras inhibiciones.
y solteros. Son diputados y electricistas; curas Ubican el by pass a la prostitución cuando el
y sindicalistas. Son capacitados y discapaci- contacto con las mujeres verdaderamente
tados. Son tipos sanos y enfermos. En defini- deseadas se les ve dificultado. Del desempeño
tiva, todo varón homo o heterosexual, en cuan- en las entrevistas surge que la falta de con-
to ha dejado de ser niño, es un potencial clien- fianza en sí mismos, la baja autoestima,
te. Así, no sería exagerado afirmar que la sola heridas narcisísticas provenientes de desenga-
condición de varón ya nos instala en una ños amorosos, yacen debajo de la explicación
población en la que hay grandes posibilidades que los empuja a los contactos fáciles que la
de convertirse en consumidor. prostitución ofrece. Así, la abstinencia sexual y
Recientemente, Nicole Ameline, ministra de la la soledad afectiva se constituyen en la prime-
Paridad y la Igualdad Profesional (equivalente ra causa aducida para devenir cliente –el
a la Secretaría de la Mujer) de Francia, recibió setenta y cinco por ciento de los casos–: esto
una investigación realizada en ese país y es, resulta ser la principal estrategia de
auspiciada por el Mouvement du Nid. El elo- justificación, desde que instala a los clientes en
cuentísimo título de la investigación, firmada el lugar de víctimas. Como víctimas de sus
por Saïd Bouamama, es “El hombre en cues- propias insuficiencias, aspiran a la compren-
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sión y pretenden otorgarle un sentido acep- una mujer, no la desean. Y, si la desean, no


table al consumo sexual pago. pueden amarla. En las prostitutas encuentran
- La segunda causa a que apelan los entre- mujeres que no necesitan amar para poder
vistados es la desconfianza, el temor y el odio desear. A diferencia de los varones del grupo
que les inspiran las mujeres. En este grupo se anterior –los que culpan a la sociedad y
encuentran los varones que fundan su miso- responsabilizan al feminismo por empujarlos al
ginia en experiencias conyugales desastrosas, consumo de prostitución, estos son varones
divorcios controvertidos que vinieron a confir- esencialistas. Están convencidos de que las
mar lo que siempre sospecharon: que las urgencias del deseo, que los llevan a tratarlas
mujeres son –todas ellas– interesadas, despia- como objetos descartables, están dictadas por
dadas, egoístas, complicadas e intrigantes. Es su naturaleza masculina.
interesante observar que en este nivel se - Una cuarta categoría incluye a los que
agrupan los varones que culpan a la sociedad explican el consumo de prostitución por
por el protagonismo y el poder que las mujeres cumplir el imperativo de una sexualidad que
están logrando. Son varones que respon- eluda cualquier tipo de responsabilidad que
sabilizan al feminismo contemporáneo por la pueda devenir de un vínculo estable con el
pérdida de los valores tradicionales, al tiempo “sexo opuesto”. Pagan para ahorrarse los
que añoran las épocas en que los hombres problemas que toda relación afectiva supone y
dominaban y ellas se sometían delicada y pagan para confirmar que sus partenaires no
dulcemente a sus deseos. desean otra cosa más que su dinero. El
- La tercera categoría incluye a los consu- cuarenta y tres por ciento de los encuestados
midores de mercancías, esos varones que son adhirió a esta postura por considerarla una
empujados a la prostitución, según dicen, excelente elección para varones casados, que,
porque sus mujeres los someten a una vida aun teniendo conflictos conyugales, no esta-
sexual insatisfactoria. Para ellos, un abismo ban dispuestos a correr el riesgo de una rup-
separa a la compañera afectuosa y cariñosa, tura matrimonial.
que han elegido como novia o madre de sus - Finalmente, Bouamama identifica una cate-
hijos, del personal mercenario que contratan goría más, la que incluye a los adictos al sexo:
para satisfacer sus necesidades. Al leer sus esos varones impulsivos y compulsivos que no
respuestas parecería ser que responden pueden renunciar a este tipo de encuentros
precisamente a lo que Freud afirma en “Sobre fáciles e inmediatos; relaciones que no recla-
una degradación general de la vida erótica” man el pasaje por rituales de seducción y
(1912): la sensualidad de un varón ligada en el conquista y para quienes el sexo está ubicado
inconsciente a objetos incestuosos o, mejor en el lugar que la droga tiene para los toxi-
dicho, inscripta en términos de fantasías inces- cómanos.
tuosas inconscientes, tiende a expresarse Pero tal vez el dato más significativo que
como impotencia sexual y/o como afición a las aporta la investigación es el siguiente: el
prostitutas, práctica que garantiza un vínculo setenta y cinco por ciento de los clientes se
sensual donde nada de lo cariñoso esté pre- declaran insatisfechos en las relaciones con
sente. Estos varones solo pueden ligarse las prostitutas. Un cincuenta y nueve por ciento
sexualmente con mujeres que ni por lejos se lamenta por padecer algún tipo de
evoquen los objetos incestuosos prohibidos, ya disfunción sexual que incluye la eyaculación
que su vida erótica permanece disociada en precoz, la impotencia o la dificultad para
dos direcciones: una encarnada en el amor eyacular. La mayoría se queja de experiencias
“puro”, la ternura, el cariño desinteresado que que los dejan defraudados, disconformes y
está más allá del sexo y del dinero; la otra, decepcionados; otros prefieren aceptar que se
encarnada en la atracción terrenal, el deseo sienten ridículos y patéticos por tener que re-
animal, la pasión desafectivizada. Si aman a currir a la prostitución. Así, los varones que
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tienen relaciones sexuales con mujeres degra- de la humillación masculina en aras del re-
dadas (cito a Freud) “evidencian claros signos fuerzo de la virilidad convencional.
de no hallarse en dominio pleno de su energía Así, la “prostitución” deviene el analizador pri-
instintiva psíquica que se muestra caprichosa, mordial de la cultura actual. Analizador, en el
fácil de perturbar, incompleta y, muchas veces, sentido que este término tiene para el análisis
poco placentera”. Y esta considerable limita- institucional: analizadores son esos indicios
ción en la elección de objeto se debe a la dis- que explicitan la existencia de conflictos, de-
tancia que mantiene con la siempre anhelada seos y fantasmas en la vida social. La “pros-
corriente cariñosa que, pese a todo, el cliente titución” es el analizador primordial de la cul-
espera. “No me abraza ni me besa de verdad, tura actual, no solo por la incomodidad ética
y me despacha no bien termina el tiempo del que genera, sino también porque es en la
acuerdo”, se resiente uno de los entrevistados. explotación sexual comercial donde el patriar-
cado lleva al límite los valores impuestos por la
Prostituyente sociedad de consumo y se hace evidente la
Porque el caso es que, si en algún momento condición de mercancía de los cuerpos. Cuer-
Freud afirmó que “la degradación psíquica del pos cuyo aprovechamiento y goce tiene un
objeto sexual (la puta) cumple la función de costo y un rendimiento que se juega en el
abrirle el paso a una sexualidad que puede intento fallido por reforzar la presencia del
exteriorizarse libremente y le permite al varón equivalente universal dinero y por restituir (si
desplegar un intenso placer”, enseguida es que alguna vez lo han perdido) el poder de
consignó que “aquellas personas en quienes los varones.
las corrientes cariñosa y erótica no han con- Antes afirmé que los clientes, los más guar-
fluido debidamente viven, por lo general, una dados de esta historia, eran los principales
vida sexual poco refinada. Perduran en ellas prostituyentes. Son, también, los que deciden
fines sexuales perversos, cuyo incumplimiento la incorporación creciente de productos exó-
es percibido como una sensible disminución de ticos (asiáticas, latinas o negras destinadas a
placer”. Contradicción freudiana que los varo- los blanquitos del Norte) y de la cada vez más
nes encuestados por Bouamama vienen a reducida edad de la “mercadería” que con-
confirmar. sumen. Entonces, al poner el foco en las
Contradicción e insatisfacción de los clientes mafias, al penalizar a los proxenetas y a las
que, aun así, no alcanza para perturbar el prostitutas, se elude a los clientes y, de esta
auge indetenible de la demanda de pros- manera, la sociedad en su conjunto se encarga
titución. Porque de lo que aquí se trata no es de aliviar la responsabilidad que cae sobre
otra cosa que la subordinación de los varones aquellos que inician, sostienen y refuerzan
a un imperativo que tiene como fin último esta práctica. Por eso, sostengo que cualquier
atenuar el temor al cuerpo de la mujer; la intervención en este problema debería tener en
compulsión a controlar y expropiar a las cuenta las representaciones que en el ima-
mujeres de su deseo. De lo que aquí se trata ginario social legitiman la prostitución. La
es de que en ese encuentro pautado por legislación del estado o los tratados interna-
horario, lugar y precio –vivido siempre como cionales, necesarios como son, nunca serán
pretexto para el despliegue de una escena suficientes para remover las prácticas conva-
totalmente ritualizada, simulacro de un encuen- lidadas por las costumbres: ancestrales dere-
tro sexual, parodia de una relación pasional–, chos de los hombres sobre el cuerpo de las
todo está puesto al servicio de la dominación, mujeres, derechos de los poderosos sobre el
la denigración femenina y, dicho sea de paso, cuerpo de los débiles.

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