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UNIVERSIDAD CATÓLICA LUMEN GENTIUM

ESCUELA DE FILOSOFÍA
ARTE Y FILOSOFÍA – Prof. Raúl Pavón
Presenta: José Manuel Arias Córdova 3º B
Tlalpan, D.F., 27 de noviembre de 2015

Análisis apolíneo y dionisiaco de la obra “Saturno devorando a un


hijo” de Francisco de Goya

Francisco de Goya

Nació en Fuendetodos, provincia de Zaragoza el 30 de mayo de 1746 y murió en


Burdeos, Francia el 16 de abril de 1828. Su obras son de pintura de caballete, mural, el
grabado y el dibujo. En sus obras desarrolló un estilo que da comienzo al Romanticismo.

Comenzó su aprendizaje en Fuendetodos con el barroco tardío, adoptando varios estilos


culminando con el romanticismo. En muchas de sus obras expresa datos historicos que le
acontecen como la guerra de independencia de España, particularmente expresada en los
grabados que titula «los desastres de la guerra».

Sin embargo, su obra culminante es la que desarrolla en su casa de campo ‘La Quinta del
Sordo’, haciendo catorce obras murales en óleo al seco sobre la superfice de revoco de las
paredes de la casa. A estas obras se les denomina «Las pinturas negras de Goya».

Posteriormente estas obras fueron trasladadas al lienzo a partir de 1874 y actualmente se


encuentran expuestas en el museo del Prado a pesar de la polémica que existe todavía en la
actualidad sobre si había una pintura más que no llegó al museo y sobre el orden en que éstas
se encontraban en la Quinta.

En la planta baja se encontraban aparentemente: La romería de San Isidro, El aquelarre,


Judith y Holofermes, Saturno devorando a un hijo, La Leocadia y Dos viejos o Un viejo y un
fraile.
En la planta alta se encontraban: Visión fantastica o Asmodea, Procesión del Santo Oficio,
Átropos o Las parcas, Duelo a garrotazos, Dos mujeres y un hombre, Hombres leyendo, El
Perro, Cabezas en un paisaje1.

La obra titulada Dos viejos comiendo sopa se desconoce si era sobrepuerta de la planta baja
o alta.

Saturno devorando a un hijo

Dentro de la tradición homérica y hesiódica griega existían


distintos dioses que gobernaban el universo; los primeros de los
que se tenía conocimiento eran Gea y Urano, los cuales eran los
padres del titán Crono o Saturno.

Sin embargo en la mitología Urano era malvado y había encerrado


en el Tántaro a muchos de sus hijos titanes.

Ante la crueldad del padre para con sus hijos, Gea, esposa de
Urano, reunió a los hijos que tenía libres y, con una hoz o guadaña,
pidió que mataran a su padre por los actos ilícitos que cometía con
sus hijos. Crono fue el único que aceptó la encomienda de su
madre y así con la hoz castro a su padre y este juró venganza.

Tras el suceso Crono se enteró por su madre, Gea, que sufriría el mismo destino que su padre,
es decir, sería derrocado por uno de sus propios hijos. Así, después de desposar con su
hermana Rea, devoraba a cada hijo que nacía de ella, entre los cuales están Deméter, Hera,
Hades, Hestia y Poseidón. Sin embargo Rea con ayuda de Gea pudo esconder a su hijo Zeus
y evitar que este fuera devorado.

1
Esta es la obra perdida que sería trasladada al palacio Vista Alegre, que pertenecía al marqués de Salamanca
(se cree que es esta debido a las dimensiones).
Cuando Zeus creció enfrento a su padre haciéndole vomitar a sus hermanos con ayuda de un
veneno que le dio Gea. Tras esto se desató la titanomaquía2 en donde los hijos de Crono se
enfrentaron contra él y los demás titanes, resultando encerrado en el Tántaro3 para siempre.

Análisis apolíneo y dionisiaco de la obra

Preliminares

La crítica de Nietzsche hacia el arte parte de explicar las posturas contrarias de cómo
se entiende este desde la oposición de lo apolíneo y dionisiaco.

Gracias a los griegos se tiene la concepción de estos dioses olímpicos, los cuales tenían
diferentes funciones. Apolo por una parte es el dios de lo bello, de la poesía, del arte, mientras
que su antítesis Dionisio es el dios de la vendimia y del vino.

Los dos estados que producen esta confrontación son los del sueño y la embriaguez. En el
primero es un estado onírico, en el que cada hombre es artista, es un estado de apariencia.
Por otro lado el estado de embriaguez va con el éxtasis en donde hay una armonía con la
naturaleza y en general con todo. En ambos estados el principio de individuación queda roto,
lo subjetivo desaparece totalmente ante la eruptiva violencia de lo general – humano, más
aún, de lo universal – natural.4

Partiendo de estos puntos muy generales se pretende hacer el análisis de la obra negra de
Goya “Saturno devorando a un hijo” la cual fue pintada en óleo sobre revoco como
decoración en su casa de la ‘quinta del sordo’, posteriormente trasladada al lienzo y
actualmente expuesta en el museo del Prado en España desde 1889.

En la obra se puede apreciar de manera claramente la figura de un dios viejo, con un toque
de locura devorando a uno de sus hijos.

2
HESIÓDO, Teogonía, Introducción, traducción y notas de Aurelio Pérez Jiménez y Alfonso Martínez Díez,
Ed. Gredos, Madrid, España, 1978. 835, P. 107.
3
Ibídem, 850, P. 108.
4
NIETSZCHE, Friedrich, El nacimiento de la tragedia P. 94.
Análisis apolíneo.

La imaginación juega un papel muy importante en la obra de Francisco de Goya para


hacer la representación de entes de razón. Se puede notar una antropomorfización de los
dioses, la cual se ha venido haciendo desde el siglo V a.C.

La forma delineada no resulta importante en esta obra, es más bien en la rusticidad donde
encuentra su valor tan importante para la representación. A pesar de este papel rústico que
juega la obra, se puede apreciar la perfección que utiliza para cada objeto que determina, por
ejemplo el cuerpo humano del hijo que está devorando.

Se puede destacar las pinceladas de perfección que se encuentran la delimitación de los


cuerpos, en la expresión del dios padre caníbal.

Desde lo apolíneo se puede ver el horror, como se mencionó anteriormente, de un padre


caníbal, sin consideración, sin piedad ante la muerte de sus hijos. Esta despreocupación por
matar a su misma descendencia solo puede verse como lo impensable, lo que no debería
pasar. Suena totalmente irracional que un padre, aún más, siendo dios, quiera deshacerse de
sus hijos para evitar que alguno lo destrone como el supremo. De lo cual surge que, si un
padre no quiere tener hijos que lo destronen, no debería engendrarlos.

Esta diferenciación entre engendrar y matar es lo que es totalmente reprobable, ya que no


habría necesidad de matar a los hijos cuando estos no fueran engendrados.

Así mismo, como dios supremo, dominante del tiempo, racional, que debiera ser, se
contrapone a sus actos irracionales.

Análisis dionisiaco

Dentro del trasfondo que representa esta obra se puede apreciar a un dios
mitológicamente supremo, dominante del tiempo y así, el dios Crono, el tiempo en sí mismo
devora todo lo que pasa, ningún ente existente es atemporal y en la representación de Goya
se puede apreciar que el tiempo devora a sus hijos, pero en la vida real el tiempo lo devora
todo. Haciendo alusión a lo que decía Heráclito, todo se encuentra en un constante devenir y
así, este devenir se ve representado en la consumación del hombre, de los objetos materiales
y en general de todas las cosas.
La mirada escalofriante que representa el dios viejo, anciano, no es más que el terror mismo
de ser destronado. Hablando helénicamente el destino que espera a cada uno se ver
representado en las acciones que cada uno comete para con sus semejantes.

De igual modo la postura en la que se encuentra el dios como enterrándose en la tierra, con
las piernas dobladas, como con signo de debilidad, representa el hundimiento del poder que
en algún momento se tuvo, como los grandes emperadores de la historia que eran tan
dominantes y que fueron destronados.

La postura de hundimiento como su destino hacia el Tántaro representa que el hombre, bueno
o malo, siempre llegará a la consumación de su vida, escatológicamente en el cielo o en el
infierno. Incluso los grandes emperadores, los santos, los hombres en general tienen un
término de su vida con la muerte como dijo Heidegger “el hombre es un ser para la muerte”.

Conclusión

Es evidente que un análisis apolíneo y dionisiaco del arte es posible en cualquier obra y,
aunque es más evidente en algunas obras, siempre tienen un lado dionisiaco que ofrecer.

A pesar que el análisis es tendiendo al criterio propio, muchas veces es congruente y acertado
para con el criterio de otras personas.

En la obra aquí analizada es muy evidente el lado dionisiaco que presenta. Cabe recordar que
lo recto, claro y hermoso del arte siempre va acompañado del lado oscuro, briago, dionisiaco
que el autor consciente o inconscientemente expone.

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