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‘TEODORO DIAZ ARIAS Actuario de Seguros E] actuario y su historia A palabra Actuario se deriva de [ la voz latina «Actuarius». Du- rante el Impetio Romano dicha palabra era comiin a diversas profesio nes y en el lenguaje militar significaba una especie de empleado de la Inten- dencia, En lo civil venia a designar un secretario que levantaba acta de las se- siones del Senado o que intervenia en diferentes actos oficiales, tales como ‘matrimonios, nacimientos, etcétera Posteriormente, en el aio 1774, la compaiia inglesa de seguros The Equitable us6 por primera vez la pala bra Actuario cuando contrat6 al eéle bre matemético Mr. W. Morgan como Actuario asistente, Ante este prece- dente, las compaitias inglesas designa. ron con la palabra Actuario al secreta rio de la compa, que era, ademis, €l jefe de contabilidad y el calculador de las tarifas y reservas. La palabra Actuario fue introducida oficialmente por la Ley inglesa de 1819, ‘cuando prohibia a las Sociedades mutuas cel uso de tablas y estadisticas no aproba- das por dos o més personas designadas con el nombre de Actuarios. Los demis pafses europeos fueron adoptando la pa- Tabra.Actuario en el mismo sentido que la empleaban los ingleses, con excep- cin de Alemania que, como sucedi6 en Francia, lamaban matematicos a estos profesionales. En Eypaia, por las nubes El Actuario era un especialista ma tematico que tenfa por misi6n fijar las © DICIENBRE 1952 bases de los seguros, aplicando sus conocimientos matemiticos y finan- cieros para después comprobar el re- sultado de sus clculos. En Espaia también fueron matems- ticos los primeros profesionales que se interesaron por la técnica de los Se- guros. Asi, durante el alo 1866, el as- trénomo Merino elabor6 la primera Tabla de Mortalidad, y en el aio 1868, acompafiado de su amigo, el ilustre matemético y también astr6- rnomo Aguilar, trataron la técnica de los Seguros en la Academia de Cien- cias de Madd. En el discurso de recepeiGn sefiala- ban que las comparifas de seguros te- nian necesidad de fundamentar su ac- tividad y desarrollo en los preceptos del célculo de probabilidades. Ade- mis, entre las causas por falta de vita- lidad que en esa época caracterizaban a las entidades de seguros en Esp: destacaban especialmente la ausencia de instruccién cientifica, el desconoc miento casi completo del citado céleu- lo de probabilidades y de una adecua da legislaciGn, Sin embargo, muy pronto los Ac- twarios se liberaron de sus honrosos predecesores y disefiaron su propia fi- sonoma, ayudados por determinados ccentros universitarios y por los Insti- tutos de Actuarios. Los primeros Institutos El Instituto de Actuarios Ingleses se fund6 en el afio 1848, el Instituto de Actuarios Francés en el aio 1890, 1a Asociacién de Actuarios Belgas se fund6 en el afio 1895 En Suiza, los estudios actuariales se impartian principalmente en la Universidad de Lausanne. En Ale- mania fue muy famosa la Escuela sobre Ciencias Actuariales en la Universidad de Gotinga, fundada en el aio 1899, y en septiembre del mismo afo se fund6 la Asociacién Actuarial de Alemania, con domici lio en Berlin. En nuestro pais tenia que agotarse Ia primera década de este siglo para que tales estudios sa lieran a la uz No obstante la carencia de norma- tiva adecuada, la actividad asegu- radora espaftola se inici6 a finales del siglo XIX, eligiendo como sede na Barcelona, Madrid, Sevilla, Alcoy, etcétera. Al mismo tiempo 0 un poco antes empezaron a instalarse en nuestro pais compafifas extranjeras, procedentes principalmente de Italia, Francia y ‘Alemania, etoétera, trabajando simul- téneamente el Seguro de Vida y los ‘Seguros Generales, A primeros de mayo de 1914 la Jun- DICIEMBRE: 1992 @ 9 ta Consultiva, en cumplimiento de las obligaciones que la Ley le impone eleva al Excelentisimo Sefior Ministro de Fomento una mocién donde se in- dica, entre otras cosas, que: «Ya ha egado ef momento de preocuparse sobre la ensefianza del Seguro, cues- tidn trascendental que tanto afecta al interés publico...» En esa ocasién ya contaba la Junta Consultiva con los servicios de un Ac- tuario y se sentia més eapaz para em- pezar ios estudios encaminados a i plantar en Espaia la ensefianza de la ciencia actuarial, a la que califies como «propulsora de las energias s0- ciales». Por lo tanto, dicho organismo sugi- ri6 la conveniencia de que el Jefe de los Servicios Técnicos, Sr. Puyol La- laguna, se personase en las po- blaciones del extranjero donde estaba implantada la ensefianza del Seguro, sobre todo en Paris, Bruselas, Lon- dres, Berlin y Bema, ciudades ele das como modelos en la materia. Efectivamente, Don Mateo Puyol Lalaguna (Jefe de los Servicios Téni: cos de la Comisarfa General de Segu- ros, hoy Direccién General de Segu- ros, y miembro correspondiente del Instituto de Actuarios Francés) realiz6 el estudio sefialado, visitando los cen- tros docentes relacionados con el Se- {guro cn las cinco ciudades menciona- das y elabors 1a Memoria solicitada, irigida a la Junta Consultiva de Se- ros. La sistematizacién de los estudios La Memoria insiste en que la accién del Actuario se sustenta en cuatro ba- ses: matemitica, juridica, estadistica y financiera. A este respecto la estruct ra de los distintos Institutos de Actua- rios 0 centros docentes, diferenciando las asignaturas, materias o disciplinas Por cursos académico: Finalmente, la conclusiGn de su tra- bajo se la dedica a Espaiia de esta 10@ DICIEMBRE 1992 manera: «Es indudable que si las fun- ciones del Actuario son esenciales en la existencia del Seguro, no hay razén alguna para que el Estado espaiiol, que intervene en la organizacién de la enseftanza de todas las profesiones ientificas, excluya por excepcién la ensefianza actuarial. Ademés, es in- uestionable que la iniciativa indivi- dual no podria, por si sola, dar la so- Iucién adecuada a la cuestién de la eenseftanza actuarial, Sera pues conve- niente la creacién de una Escuela es- pecial para la preparacién de los que deseen adquirir en Espafia el titulo de Actuario. Dicha Escuela deberia tener dos secciones, en la primera se debe- ria dar la preparacién superior te6ri ca-prctica de los Actuarios Matemé- ticos: en la seccién segunda, la ensefianza elemental de los principios actuariales. La ensefianza que se diera en la sec- cin primera deberfa abarcar las si- guientes materias: — Teoria matemitica del Seguro y pricticas sobre la misma. — Derecho especial de Seguros/ Economfa Social — Estadistica matemitica/Contabi- lidad Actuarial — Franeés, inglés y aleman. Estos estudios deberian distribuirse en tres cursos. La Memoria es mas amplia y se re- fiere con detalle a la administracién de un centro docente: horarios, exa- menes, profesores, etcétera. Esta Me- moria, firmada en mayo de 1914, lle- 26 a Ia autoridad competente a través de la Junta Consultiva y dio como re~ sultado et Real Decreto del 16 de abril de 1915, introduciendo los estudios actuariales a través de las Escuelas de Comercio, donde en la Seceién Actua- rial se expedia el titulo de Actuario de Seguros hasta el afio 1953 (38 aos). Electivamente, Ia Ley del 17 de ju- lio de 1953 establece la Facultad de Ciencias Politicas, Econémicas y Co- merciales, y traspasa los estudios tuariales desde las Escuelas de Co- nnn mercio a dicha Facultad universitaria (articulo 52 de esta Ley). El Instituto de Actuarios Espafioles En la Memoria susodicha el autor recomienda que, a su debido tiempo, se debia crear el Instituto de Actua- rios, destinado a fomentar el desarro- lo de la ciencia del Seguro y a agru- par a los Actuarios para la mejora de los intereses morales y materiales de los asociados. Con estos antecedentes, el Instituto de Actuarios Espafioles se ere6 a través del Decreto del 15 de di- ciembre de 1942, como entidad de de- recho piiblico, al que pertenecen cere de 2.000 titulados. Desde el afio 1915 hasta hoy han transcurrido més de 75 atios académi- cos, durante los cuales han logrado terminar su carrera muchos Actuarios de Seguros que, con sus conocimien- tos actuariales a la par que matemst cox, juridicos, financieros y sociales, han Sido de indiscutible utilidad en los distintos medios donde han ejercido su actividad (Entidades de Seguros de Capitalizacién, Montepfos, Cajas de Ahorro, Bancos, Ministerio de Ha- cienda, Instituto de Seguros Sociales. Instituto Nacional de Estadistica, et tera), Como colofin de su proceso hist6ri- co decir que, generalmente, el Actua- rio de Seguros ha ocupado cargos de alta responsabilidad en Instituciones Publicas y Privadas, tanto en Espafia como en el exterior. Los Actuarios es- Pafioles estén reconocidos como bue~ nos profesionales y han ejercicio con &xito su protesién en muchos paises del mundo, principalmente en Theroa- mérica (Brasil, Venezuela, México, Centroamérica, Colombia...), y tam- bign en EE.UU, i NOTA: Est acolo es un resumen del sparecido son fcha 21.92 en ly ACTUALIDAD ASEGU: RADORA, con ef ilo «La care de Actuario de Seguros, su histori

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