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no tos

HACIA LA IHTERPRETACION
SOC I 'll

a.t lOS PUEBLOS CAQUETIOS

ARl'IANOO GONZALEZ
PEDRO LIHAREZ
ALVARO RODRIGUEZ TORRES

hacia el primer
· congreso
continental
delos
"º dettubiert•• 16
Ponencia presentada por los Armando J.
Gon zál ez , Pedro Linárez y
Arq ueol ógico "J .M. Cruxent• de El Tocuyc,
"Las razone s históricas de los No Descubiertos" 1 que se
realiza en el marco de l as II Jornadas Pr epa ra torias de l
Pri mer Cong re so Contine n tal de lo s No Descu bie rtos ,
organizadas por las Cáted r as "P!o Tama yo" de l a UCV y del
Núcleo Aragu a de la Universidad de Carabobo, y el Cent ro de
Estudios de Historia Actual de la FACESíUCY, con el
pat r oci nio de la Coordina ción de Cultura del Núcl eo Aragu a de
la UC y del In s ti t uto de Investigaciones "Rodolfo Quintero"
de la FACES / UCV . Maraca y, 02 al 05 de abril de 1987 .
Coo rdinadores: Profesora Za1da Cas tro , Coordinadora de la
Cát edra "Pío Tam a yo" del N6cleo Aragua de la UC, Profesora
Mery San ane s, Coor di nadora de la Cátedra "Pío ía ma yo" de la
UCV y el Doctor Agustín Bl an co Muftoz. Co ordinador del Cen tro
de Est udios de Hi s to r ia Actual de l~ FACES / UC V.
---'

/3

HISTOR rn DE U\
I N\.JEST I GAC I O!~

En los a hos 1979-80 realizamo s , a trav é s de l Con s ejo Occidental de


Iny estigaciones Museclbgicas, una se rie de acti vidades co nju ntas para
la fuJlda ci bn del Mu seo de la Tr adición de P if itu. Los representantes
del Conse jo , Adrián Lucena Goy o , Jo sé Este b an Rui z Gue v ara, Sbcr ates
Escalona , Raúl H. De Pasc uali y Pedro Pablo LinA re z, su giri eron la
necesidad de dictar . un curso de Muse o logia . para ac lara r diversos
t ópi cos sob re el tema y f ue asignado Linárez como enc argado ! de
pr op orcicn¿ r ei citado curso.

En el desarrollo de éste: el Profesor J. E. Rui: G~evar a, presentó una


se ri e de audiovisuales s obre la Arqueolo..gia de Bar i nas, que ha sido
tra ba jada par el e qu ipo bajo su co ord in aci ón ! ést a seria la primera
oportunidad que escuchariamo s hablar de una s int eresa ntes hipótesis
sobr e los Pobl adores Ar awac os del país. -Si bi en es cierto ya conocí' a mes
uno s documento s que mencionaban los pobladores aborigenes de la regió n
y qu e aRa s de spués llegamos a trabajar en forma sistemática.

Después nos toc ó encargarnos. de la zona de Tur~n para un rescate


a rqu eo lógico , Linárez •• iO , baja la as esoría d e Luc ena Gayo y Ruiz
Guevara por el Museo Arqueoló gico de l ! ~LA. re a li zam0s un bosquejo de
lo5 sitios arqueológicos, mientras buscábamos en las fuentes
documentales las refere ncias et nol6ºic3s de los pobladores a qu iene s
hacíamos la parte arqueo l ógica .

De Tur· én .
no s i_OC O' incorpor a rnos al Sal vam ento Arqueológico de El
Tocuyo, donde logramos {undar en 1Q82 el Museo Arcueológico J . M.
et- u ;~ :?n t con todo el mate rial a rque ol ógi co y etnológico_ que trabajamos
en la región tocuyana .

Luego de los t rabajos ur gentes del Museo Arqueológico J.M . Cru xent de
El Tocuyo. tuvimos oportunidad de Ya iver a traba jar en la región
portugues efta 1 ést~ vez corn o miembros del Club Arqu eológico del
Instituto Un iversitario de Te c nología del Estado Portugu esa , bajo la
asesoría del antropólogo Mariano Gómez del Cerro , a partir de allí
hallamos inte1esan tes materiales arqueológicos que com plementa ron el
conoci 1nien~o que teniairn:.s de la Arquec·iogía regionai. Conv:. ene aci a rar
ou e e n n i fl g ü n ¡;i o on e n t o r e t i ,- a mo s l a e o l a bo r a e i ó n a ! a s 1 a b or e s
in v e s tigativas de la región don d e L¡nárez q u edó corno Coordinddor
General, a l cont r ario, sumamos esf uer: as ¡ e~ria u eci m as la met odologfa
en di ve rsas di sc usi ones.
/4

En vista de la unidad ~tnológica que pb s erva mos e n los poblador e s


arawacos, sob r e todo eri r os caque tios , i:¡ue logra mos ubic arlos e n f or ma
c ontinua desd e los Estados Bari~a s, Apure , Portu gu es a, CoJ edes, Lara,
Yar acu y y Fal có n , ca~i hasta llegar a l as Antill as Ma yore s , no s
plan t eamos la ne c esidad _de ordenar y fi c har t od a esa serie de
conocim i ent os que t en í amos d e la Reg i ón Arawaca.

Teníamos unas pr em i sas básicas mu y interesa n tes qu e habi an desa rr ol l a do


Ru iz Gue va r a y que Li nárez desde 1978 as imiló y amplió en a l gun os
s ent i dos. Cuando Linárez me p l anteó que t r abajáramos el tema , hace como
cuatro aNos , ya cono c í amos gran parte de la problemát i ca desde el pun t o
de v is t a r egiona l ; por haber traba j ado el rég im e n fe uda l de la s
misiones y log r amos encaminar la i nvest i gación hac i a e l t ema que s e no s
plan t eaba , el es t ud i o de una espec i fic i dad de l os Ar a wacos, lo s pu eb l os
caq~e t ios, que demos t raron un al t o grado de des ar r ollo ~co nó miao y
so ci a l.

Asf c onj ugamos exp e ri e nc i as y ha s t a a ho r a d i spon e mos de un c opi os o


fic h ero, e l c a t astr o de si ti os a r q ue ol~icos de la e !; tensa r e gión e;;
e s tudio y a dem ás en l a me di da que h e mo s dis c utid o nuestro s punto s de
~i s ta s e ha po dido con oc e r de in t en tos para e l estudio de dicho tema .
i nc lu so la búsque d a que a nive l de la docum e nt ación c olonial ha
realiz ado el Prof e sor Re inal do Rojas c on los caquetíos de Barquisimeto,
e n su rec i ente Tesis Doc t oral .

No re s ulta fácil re s umir el florecimiento y de sarrollo de una


c iviliz a cibn en di e z o do c e p ági nas c u ando se llega a comprobar
fehacientemente este desarrollo. He aqui un inten to de r e sume n en el
que tuvimos qu e p.·escindir de muchas c itas de obras, nombres y temas.
Tambi én nos vimos obliga dos a s upri mir dos capítulos del esquem a
ini c ia l (Justificación meto dológica y Perspecti va s de }¿ in vestiqa c i6n l
que espe ra mos po der am pl iar l os en otr a opo r tuni d ad en que pod a mos
contar c on un margen much o má s amplio de es pacio y tiempo.

ESTADO ACTUAL DEL


FF:OBLEMA

Las descripcione s etnográ f icas no s relatan interesantes eoisodios Je


los c aquetios , sobre todo de l cacique Manaure, El Diao; que como
··;eremos más ade l ante, no era r ea lm e nt e un c acique sino que represF?ntaba
un Dio s . Estas des c ripcio nes refieren qu e tod o s los ca cique s que
gobernaban los P~e b lo s Caquet í os estaban bajo el ·manda de Man au re ,
desde el ria Meta h asta las I sl as de Ar u ba, Curacao y 8onaire, porque
Manaure organiz~ba su vi da e c onómica y social, a l go similar a
Quetzacóa t l en México .
pID
CATE~:
/5

TA MAYO
Todos estos relatos y l os materiales arqueológi cos re al iza dos según la
opinión generalizada de los especialistas por los caqu~tios, como los
montículos ~ cerritos de los Indios, las calzadas o caminos valieron
para que estudiosos se abocaran a clasificar l os · caquetios como un
grupo que estaba en un nivel realmente avanzado respecto a otros
pob ladore s del actual territ orio venezolano , este es el caso de los
doctore s Pedro Manuel Arcaya, Don Lisandro Alvarad~ y Alfredo Jahn,
entre otros investigadores; o por Misioneros como el jesuita Miguel
Alejo Schabel quien insistió en 1704 en el estudio de la forma
organizativa de lo s Caqueti os.

Lo que no se ha presentado , según lo conocido por nosotros, son


interpretaciones donde se llegue realmente al fondo del proble~a,
aunque es cierto que per son as como el Profesor Francisco Tamayo han
pres entado interesantes estudios , que pueden considerarse como
atrevimiento si tomamos en cuenta el tiempo en que fueron ~scritos
(l . 932 .58 ) . Ta mbién conocemos los estudios que se han hecho en forma
fraccionari a e incompl~ta como los del Profesor Adri~n Hernánde: Ba~o;
y tenemos noticia de int entos interpretativos com o el de Mario Sanoja
en la Enciclopedia Ilustr ada de Ven~ zuela , que no es de acceso al
públ i co por su elevado costo, y el del Profes~r Reinaldo Roja s quien
busca la estructura económica y social de l~s caquetios en Barquisimeto

El Profesor J .E. Rui;: Guevara, a pesar ,de ser uno de los que ha
madurada más la hipótesis del desarrollo caquetio, no ha presentado en
ninguna de sus publicaciones un tr abaj o detallado del tema, no obst a nte
siempre ha dado noticias más o menos bosque j adas, tanto en la pre r1sa
escrita, como en su reciente ensavo sobre las Piedras Herradss publicado
por C or poa n de~ en 19 8 3 .

REGIONALIZACION DE LOS
ARAWACOS

Si nos propusiéramos .trazar un cuadro etnol 6 ·-


gico del territorio venezolano; tendrlamos que
prescindir en ?Enerai de sus limi.tes politi:cos
/_ ..• _ / . Las fronteras establecidas para el
pais serian cosa de ninguna i~portancia, y
penetr~rlamos como en asunto de nuestra casa,
en ·el Brasil , Colom bia, Hond ur as, Las
Antillas."

LISANDRO AL VARADO

Todos l os c ronistas hacen r eferencia al poblamiento arawaco en la parte


occidental de Venezuela, y de~tro de la famili~ arawaca gran parte de su
territorio fue ocu pado por l os caquet í os . Los ub i camos al sur, en los
....... . . . ..

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estados Barinas y Apure hasta el norte en los limites con el lago de


Valencia; ocupando casi todo el~territorio de los Estados Portuguesa,
Cojedes y Lara en todo el valle ~el ~io Yaracuy hasta llegar a Falcón
y pasar de alli a las islas de Aruba, Curacao y Bonaire.

Para el mapa etnológico que estamos r ealizando nos ~asa~os, además de


las crónicas referidas , en las Relaciones Geográficas de los siglo XVI,
XVII y XVIII, en los relatos de las visitas y viajes como las del
Misionero Jesuita Miguel Alej o Schabel en 1704 y l a ~el Obispo
portorrique~o Mariano Martí, desde 1771 hasta 1784, en los documentos
de las encomiendas (1552-1650) y en los documentos de Archivo que
estamos trabajando <Archivos Principales de Lara, Portuguesa y
Coj edes) . Con estos documentos logra~os precisar los problemas de la
región en estudio y esclarecer muchos puntos dudosos o falsos que se
hallan en los cro~istas clásicos como Juan de Castellanos, José de '
Oviedo y Ba~os, Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés, Fray Pedro Simón,
Fray Pedro de Aguado y José Gumilla, entre otros.

RE LACION ENTRE LA ETNOGRAFIA Y EL


MAT ERIAL ARQUEO LOGICO

Para que se pueda avanzar en el estudio de las poblaciones abo rig enes se
hace necesario comenzar a relacionar los materiales arqueológicos y
etnológicos en su ubicación espacio - temporal , lo que se ha denominado
actualmente como etn o-histcria, que es un buen intento ha c ia la
unificación de la cienci a .

Aunque a finales del siglo pas ad o ya se habia hecho r eferenci d a esta


necesidad unificador a de l~ ciencia ~or parte de Don Lisandro Alvar ado
y posteriormente Don Francisco Tamayo propone una inte r esante hipót esis
en 1932 so~r~ el arte caquetío y gayón basándose en las e xca va ciones
arqueológica s por él realizadas en la r egión tocuyana y en lo s Médanos
de Coro, ademés de la colec ció n del Museo de Ci encias Naturales.

Los doctores Migu e l Acosta Saignes y Jesús Mata de Gregario realizaron


varias prospecciones arqueológicas en lugares que tradicional men te se
han definido como caribes, del grupo Guarinü, para poder relacionar las
inform aciones etnológicas y · 1os materiales arqueológicos. Sus
prospecciones las hicieron en el Pueblo de San Antonio de Tamanaco , en
la cuenca del río Unare en los a~os 1954-55.

Ta mbién el arq ue6i ogo Adrián Luce na Gayo no s ha refer ido e n varias
opo rtunidades la relación ent r e lo s grupos Ayamanes y la s ma t e riales
arqueológicos de los pigmeos.
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~:::::..:---~ - ~ -- -

A los caquetios se les ha relacionado en ~ diversos materiales


arqueológicos. El Profesor J.E. Ruiz Guevara refier e como caquetia la
cerámica de Barinas , el Profe sor J.M. Cruxent ~signa a estos grupos la
cerámica conocida en la literatura arqueológica como Oabajuroide y que
paulatinamente ha venido aceptándose com o cerámica caquetia.

A nuestro entender este problema tenemos que ver l o con más amplitud.
Cuando analicemos la forma expansiva de los Arawacos, conocida corno
arawaquización, nos daremos cuenta que los ca qu etios pudieron
desarrollar diversos estilos tanto en la cer~mica como en la tot alidad
de los materiales que han quedado como test i monio para el estudio de
arquéologos, etnólogos, historiadores y la cien cia como totalidad ,
correspondiendo al desarrollo loca l de los grupos que los producian.

Entonce s , lo que se conoce en la liter at ura arqueológica como las series


Dabajuroides, Tierroide, Arauquin , Betania y Ca~o de Oso, deben ten~r en
algún punto de su ubi c ación espacio-temporal elementos que las
unifiquen, como correspondiente a los Arawacos y/ o Arawaquizados. De lo s
Ti erro ides hemos podido comprobar que co rr e sponden a los grupos gayones,
s egun la s pros pecciones arqueológicas - y los doc um entos de l as
Encomiendas que refieren los lugares poblados por estos. lo s
Arauquinoides par~ muchos estu diosos son un enigm a porqu e no hallan el
lugar de su proveniencia, pero siguiendo. la opinión de Zucchi, parecen
haber sido un desar r ollo local de !as Barr a ncoid es, defin idos po r
!rving Rous e como arawacos. : Estos Barrancoides, al unir se a las gen tes
del Ca~o de Oso d eb~ eron dar co mo result ado l os gru pos de la Betania
pues s i ac eptamos como ga yones ! arawacos l a l o s Ti er r oides, debe mos
considerar que l . Rause ha pro pue s to e! caráctsr arawaco de lo s
8arranccid es. Estas hipótesis t a mbién se relacionan con l a expansión y
domin i o arawaco, c~e desarro ll ar e mos a continuació n .

LA AR~WAQ U IZAClON COMO POSIBLE


VIA EXPLICATOR IA

La a rawaquizaciOn es e l pro ( eso de e Mpansión e integra ci bn de lo s


pueblos arawacos. l a hiaótesi s fue pr es entad a po r orim era vez en 1917
por Max Sch mi dt y d iez a~os después retomada por el Dr . Alfredo Jahn . la
araHaq u iz ación consist e en el sametimi~nto a los r eglmenes eco nóm ica s y
sociales de esta famil ia a diverso s pueblos. En es t e proceso de
integr~ción de ot r0 s pueb l os a los cánon es Ar aw aco s tuvo nec esa ria men te
que e::i ; t ir de s ; rr o!los !o c al es o es pecificidades donde se conjugaban
los c onoci mi e ntos que pos ei an antes y después del someti mient o arawaco .
De al i l que la fa ~ilia arawaca na se presente de manera homogénea, sino
al contrario de '0rm a muy va riad a. Enton ces, de bemos ten er en cuenta
que aun c uando det e rminado grupo étnico esté en co nd iciones de aceptar
ese pr oceso , no necesari2ment2 'ª a t ener el mism o niv el económico-
soc1a ! , y a porque es t á comen¡ and o a arawaauizarse o por condiciones
ec:p:::cif i cas .
/8

Po r esta raz ón no podemo s pret e nd e r que s e hall e h o ma ge n ei~ ad en l o s


mate r ia les ar queolóa i cos . a un que s i de ben e~i s t i r des de l a p e r s p e c ti~a
t ot aliz a dora eleme " t os qu e pueda:1 los
A ra ~a ou i r ados y 10 a a mbos .
e l ;n on t 1 e u l o de ! a tt i j ~';:; Lt a , l a ceram 1 ca Ba rr a ncoi d e,
Ir v i ~ g R ou~ e de fin i ó c omo Ar aw a c a, con side r ars e c omo de un a gra n
c on cep c16n a rt! stic a qu e co r respo nd e a un d t::·t erm i n?.d o ·. el eva d a n l '-1 e t
e co n6m i c o- so ci a ! . No s u c ed~ e n do a s i c o n las ~le m e nto s ce r~m i c os d e l as
e xcavRr i one s reat i: ada s en las : anas de P ir1tu y Ture n IP o r t uq ues a ' ,
e> unque c omo se ff:. l ~. Zu c ·:hí ::i pe rduran r:is·1 os cue d e :11u e str a :1 re lac i c·n ccn
l es qrupo s BJr r an ca i d es y con '.o s ffi a te r !6 l c s ar au eol ó ai c os de l os
ar e; t"i 2 e a ~ q ue pob l ar- !J ~·, 1 o::. de tu a.les e::. ta d o 3 L d t a .. '! ¿\ r a. e u y ., F ¿, le ó r: ,
c on ocid o s e n la [ it e r ¿ tur a a r queo l óg i c a como ~ j ba j uraiJ~ s t Tierr o ides .

En l a e tno gr a ff a t a mb ién s e e ncuentran e s t e t i po d e alian: a ; , 0 J E S E 1

ven la n obs e rv a nd o .:i l mom e nt o d e !a ! l~ g a da de l os e ur o pe o s (ant e s .,,


de s pué s) de l s iqlo ñ '/ 1 e~ la z ona de Aca r ig ua donde ha b ian c aq uet io s ,
V'~ 1 .,

~ c hag ua s 1 ga von e s , cu v b a s gu ay que r le s , den ot ándo se un i da d i n! e r-


é tni c a, se gdr re ' ier~ N 1 co l ~s Fed e rm3nni al ig u a l aue la r e a i tn d ond~
ac tu al men te e s t an l os oueb l 0s de ~par t ad e ros ¡ San ~a~ a el d e Onoto .
. . i v i ,:;.n 10'3 c. u ·1bas entre02zclad o s c on los ·= ¿{q'.Jl'.:·t i os . Los qc,yo;¡es qu e
h ac i :t la p2rte de la Cl ~d~~ de ~r;c ;~r19ua , Os p i no y Sar ar e ,
i oua i ~ent e v i 11an un1cu5 a l o s ca q u ~t: as . se
unfan hacia 21 noreste . c e:ca de les act~al~s !imites Lara - • 2 r a cu~-
,, 1
H. jo n d e se h ~ i i J b a¡; 1 -
1 t.! -
j.- gua 1qued e s
~ p ~. e i b 1 e 1n e n t e b .:: J o e l !f1 a n J o o e u n <: a ·: i 11 • : e e d. q ,_, e t i e •

;·!íDA PE ESl íJS

tipo de organ i z?,c~t·r: que SE· h21l~ er! l ü ~ puebl os araw ac os u

ara wa qu 1z ad os s e . or2senta coma oueb l o s Q~~ 1: ve n i 1i de oe n diente s


i ·JS unas lado de real 1 :andc
i n d ~ p e :·1 d i :~: n t e 5 "? n l 0 s ~~ e :·· !. : ~ e: r ·l ·J s a :: l r e· s ::t s i ·J r: a d D s . : ·:- n u n i u g a r e o mún
dond e s e pagaban los t ribut.:;s en for'm« de t:abajo o espec !es pa(a !os
g ast o s com une s de r el iqi 6~ . gu:-.?rra , =cof'omia ·/ adm1 n i s traci 6n :::r1
qenerol ~

Por ejemplo , la~ ~r u pos étni c 05 que pob'.aron los ac i ~ ales estados L3ra ,
í ar acuv. r· v r t ua r e ; a Cüjecies~ h? ! 1.3!;:)2. n iüS , et i e ::; .
·~ a e¡¡_

ac h aqu~. s . e u: O¿.; i d i e:: t r i b •.•.í a n as1 s =1s

'-
'Jt:
/9

Los c aq uet!os y achaguas ten!a n a s u c arg o la organización de todo s lo s


grupos, pero no les privó de participar en las faena s agri co las,
pesqueras, ·cte caza y recolección que practicaban l os pueblos
arawaquizados o en proceso de arawa qu iza c i ón .

Ta mb ién debio haber e x istido una espec ie de recaudador de impu estos que
e ra el en cargado de reco le ctar lo s tributo s en for ma de trabajo ( en e l
f on do comtln de re s e rva) o de productos, estos e ran r ed i s tribuido s de
manera que en to das las comunidades hubi er a l os productos de los otros
pue blos , pa ra h ace r se a utosuficientes de es a manera.

En los cu y bas, al igual que o tr as comunidades agrlcolas de es te


desar r oll o , deben haber e x ist id o carpintero s que se e ncargab a n de la
fabricación y reparación de los mate r iales para la agr i cu ltura como las
trojas y casas para e l depósito del maíz, las c oas o paios cav ad o r es:
e tc.

En las crón icas de Ovi edo se r e lat a el t r abaj o del oro y l a plat a , lo
que existe e s un grup o que se enc ar ga de esta lab or , po r lo q ue tuvo que
hab e r habido unos herre ros u or fe bres .

Para comienzos del siglo XVI hemos calc~lado en lo s estados ante s


mencion a dos c e rca de ci en mil i nd i ºenas, con el tipo de organización
que estam o s est~diando, e s necesario un s is tema de re qistr o de
població n que debió des arr ollar s e _ para. pod er distribuir lo s traba j os
de cada grupo , sobre todo para hacer los po z os q0e se hal la ban en la
zona de Barquisimeto, los bucos o canales de ag ua , los mont í culos y la s
calzadas, e ntr e otras obras; asi es muy posible que l as tab la s pintadas
que t enl an los caquetlos s irvieran aara regis t rar la pobl a ci ón y
3ctiv1d a des 1 al igudl como sucedió con los quipus usados en el Perú:
que eran unas cuerdas de colores y a nudadas donde lo s Inca s num e rab a n y
reg ist r aba n cantidade s poblacionales .

Hacia la parte 5Uí de Port ugue sa y en ca~ i to do el Es tado Barinas, los


caquetios rea l izaron una serie de monuffientos arqu e ológicos cama los
monticulos, calzadas, campos elevados de cultiva que d emuestr an que
debió ~aber un desarrollo v conocimiento bastante preciso en la
medición d e l tiempo , para poder conocer c1iá l er a el tiemp o en que se
inundaban las tierras : además de conocer la magnitud o cantidad del
nivel de lás a guas para poder calcular el tama Mo de es tas
construcci ones . En Egipto la astron~mla surgió por . la necesidad de
medir los periodos de inundación de l Nilo, comenzando por mirar
detalladamente el ciel o hasta obs er~ar oue en el sols ticio com e nzaba l a
crecida del ria, al io ual aa s 6 con 12 geometria que, segan Herodoto ,
nació por la necesidad de saber l a cantidad de tier r as que se inun da ban
con l~s crec idas del ri o Nilo . Acaso no es 5imilar la funci6n de lo s
monticulos, las cal:adas v lo 5 campos elevado s a las obras qu e se
hal j an en necesidades parecidas en sociedad es de un
/10 PID
CATEDRA

nivel de desarrollo
TA MAYO
económico-social parecidos no dan tanibi én
respuestas parecidas'J Nosotros nos inclinamos a creer que s 1 e s
posible.

Por otro lado, en algunas crónicas aparece un grupo de indigenas


observando grandes va sijas o canoas llenas de agua, esto puede ser
obser vando la cruz del sur, que también aparece grabada en algunos
petroglifas y que dicen que es el madero cristiano, pero es la
constelación referida que sirve de base a muchas c~lculos astronómicos,
igual que la tradición que pudo constatar Acosta Saignes entre los
cumanagotos.

Otro punto importante es la ausencia de propiedad privada, porque lo


que realmente está presente es la unidad y la propiedad comunitaria del
suelo, y las indi vid uos no tienen por fi nalidad hacerse ricos, sin9 la
reproducción de sí mismos como miembros de la sociedad y de la sociedad
misma. Pero al existir un estado organizador se presenta un tipo de
apropiación iKcipiente, pero como quie r a que los tributos que pagan l as
distintas comunidades vuelven a llegar a &l las en forma de protección
militar, rel igi osa, juridica, política y económica, no puede hablarse
de clases sociales como tal s ino de un estado administrador.

En la parte de los medios de coerción super-estructurales tenemos


mdltiples ejemplos : que corresponden al elevado nivel económico - social
de los Arawacas. Citaremo s el clási c o ejemplo de Manaure que era la
idealización de un Dios, se refiere que tenia a su mando a todos los
caciques caquetios de todo el territorio fafconiano hasta más allá del
rio Meta, en ia Laguna de Caranaca, donde según la leyenda enterró todos
los te soros de oro y plata, además dec1dia el curso del tiempo .

Manaure se hacia llevar en andas adorn adas con múltiples telas y


figuras de oro y plata, era due"o de todo un gran Estado a decir de
Fray Pedro.Simón y era quien dominaba, según la creencia indígena los
poderes del cielo y la tierra, por lo tanto quien controlaba la
producción y la vi da social de todos los pueblos, al igual como sucedió
con el Rey de la sociedad micénica, los faraones egipcios, con el gran
Yu de la dinastia Hsia en China, con el Quetzac6altl mexicano y con
hombres - dioses de otras tantas sociedades que lograron un considerabl e
desarrollo económico-social

abril1l'i8 7

--......L·::::::-·-.

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