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HORA SANTA EN

REPARACIÓN POR LOS


ÚLTIMOS SACRILEGIOS
PÚBLICOS COMETIDOS
CONTRA LA EUCARISTÍA Y EL
ALTAR

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HORA SANTA EN REPARACIÓN
POR LOS ÚLTIMOS SACRILEGIOS
PÚBLICOS COMETIDOS CONTRA
LA EUCARISTÍA Y EL ALTAR

Exposición del Santísimo

En los cielos y la tierra sea por


siempre bendito y alabado
R/. El divino Corazón de Jesús
Sacramentado
Padre nuestro…
Gloria al padre, al Hijo y al Espíritu
Santo
R/. Como era en un principio, ahora
y siempre por los siglos de los
siglos. Amén.
(Repetir 3 veces)

TODOS: Gloria y alabanza al


Santísimo Sacramento del Altar,
Jesús vivo maravilloso eres, todo mi
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ser te alaba y se llena de gozo al
estar de frente y a los pies de mi
Señor Jesús, Bendito y alabado seas
por los siglos de los siglos, aquel
Jesús de las bodas de Caná, aquel
Jesús sanador de Cafarnaúm, Aquel
que resucitó a Lázaro y al hijo de la
viuda de Naím, aquel al que la
mujer hemorroisa le tocó el borde
de su manto, ese eres Tú Jesús el
pan vivo bajado el cielo que
prometiste quedarte con nosotros
hasta el fin de los tiempos, es a Ti a
quien venimos a dorarte.
 INVOCACIÓN AL ESPÍRITU
SANTO
Decimos todos:
Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles,
y enciende en ellos el fuego de tu
amor.
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Envía tu Espíritu Creador
y renueva la faz de la tierra.

Oh Dios, que has iluminado los


corazones de tus hijos con la luz
del Espíritu Santo; haznos dóciles
a sus inspiraciones para gustar
siempre el bien y gozar de su
consuelo. Por Cristo nuestro
Señor. Amén.
TODOS: Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío, por
ser tu quien eres y porque te amo
sobre todas las cosas, me pesa de
todo corazón haberte ofendido.
Quiero y propongo firmemente
enmendarme y confesarme a su
tiempo, ofrezco cuanto bueno
hiciere en satisfacción de mis
pecados. Confió en tu bondad y
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misericordia, que me perdonarás y
me darás gracia para nunca más
pecar. AMEN
OFRECIMIENTO DE LA HORA SANTA
Mi dulce Jesús, deseo pasar
esta hora contigo, para consolarte
y para hacer alguna reparación por
medio del amor de mi pobre
corazón, por la agonía que sufriste
en Getsemaní, en aquella hora
solitaria fuiste abandonado y las
creaturas que tu creaste para
amarte, no te amaron. El peso de
todos nuestros pecados recayó
sobre ti y el de los míos también; y
por el dolor que yo te causé
entonces con mis pecados, me
esforzaré en satisfacerte con mi
amor, fortalécelo, Jesús mío, para
que aunque sea en pequeña
medida, te de consolación. Sagrado
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Corazón de Jesús, fortalecido en tu
agonía por un ángel, confórtanos
en nuestra agonía.
(Canto)
Dice Jesús Eucaristía: "Y ustedes,
almas queridas, ¿por qué están
frías e indiferentes a Mi amor? Sé
que tienen que atender las
necesidades de su familia, de su
casa y del mundo que los solicita sin
cesar. Pero, ¿no tendrán un
momento para venir a darme
prueba de su amor y de su
gratitud? No se dejen llevar de
tantas preocupaciones inútiles y
reserven un momento para venir a
visitar al Prisionero del amor".

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Ofrecemos esta Hora Santa en
reparación por los recientes
sacrilegios públicos cometidos
contra Jesús, la Virgen, la Eucaristía
y el Altar eucarístico. Pedimos
también el rezo del Santo Rosario,
ayunos, penitencias, sacrificios,
obras de caridad, para reparar.
Inicio: Jesús Eucaristía, Dios del
sagrario, venimos hoy a adorarte,
postrándonos ante tu Presencia
sacramental, con profundo dolor y
pena, para reparar los sacrilegios
cometidos en estos últimos días:
entre otros sacrilegios, han
profanado tu Cuerpo y tu Sangre en
la rectoría de San Camilo.
Venimos a pedirte perdón por estas
ofensas, y a ofrecerte la miseria de
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nuestros corazones en reparación y
en adoración, uniendo nuestras
reparaciones y adoraciones a las
tuyas en el Santísimo Sacramento.
Oración inicial
“Dios mío, yo creo, espero, te
adoro y te amo; te pido perdón por
los que no creen, ni esperan, ni te
adoran, ni te aman” (tres veces).
 Creemos que Tú, siendo Dios
Hijo desde la eternidad, te
encarnaste en el tiempo en el
seno virgen de María, por
obra del Espíritu Santo, el
Amor de Dios, y que por lo
tanto no hubo intervención
humana alguna en tu
Encarnación.
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Silencio para meditar.
 Creemos que, siendo Dios
Hijo, y sin dejar de ser Dios
Hijo, te encarnaste en el seno
virgen de María Inmaculada,
y asumiste una naturaleza
humana, un cuerpo y un
alma, con los cuales te hiciste
visible Tú, que eres el Dios
invisible.
Silencio para meditar.
 Creemos que naciste de una
Madre Virgen, Madre que por
ser al mismo tiempo Virgen,
es el portento de los
portentos, el Milagro de los
milagros, la Maravilla de

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todas las maravillas
realizadas por la Trinidad.
Silencio para meditar.
 Creemos que el primer
nombre de tu Madre es el de
“Madre de Dios”, porque fue
creada y concebida sin la
mancha de la malicia original
y llena del Amor de Dios, para
que fuera tu Madre en la
tierra y te recibiera en su
seno virginal, purísimo y
limpísimo, de manera que al
encarnarte no extrañaras el
seno de tu Padre, seno en el
que vives desde la eternidad.
Silencio para meditar.

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(Canto)
 Creemos que Tú, Jesús de
Nazareth, eres la Segunda
Persona de la Santísima
Trinidad encarnada en una
naturaleza humana, y que
como tal eres el Hombre-
Dios, que existió realmente,
que vivió realmente en
Palestina hace dos mil años,
que obró maravillas, signos,
prodigios y milagros
incontables e innumerables,
antes de subir a la Cruz para
dar tu vida por amor a
nosotros, los hombres.
Silencio para meditar.

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 Creemos que
verdaderamente sufriste la
Pasión y Muerte en Cruz el
Viernes Santo, y luego
resucitaste el Domingo de
Resurrección, para no morir
más; creemos que tu Pasión y
Muerte en Cruz, sucedidas
cruentamente una vez en el
tiempo hace dos mil años, se
renuevan incruentamente en
la Santa Misa, de manera que
en la Santa Misa asistimos a
tu Pasión y Muerte en Cruz,
pero creemos también que lo
que recibimos en la Sagrada
Hostia es tu Cuerpo
resucitado en la Eucaristía, y

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como tal, lleno de la vida, de
la luz, de la alegría, de la paz,
de la felicidad, de la gloria y
del Amor de Dios.
Silencio para meditar.
 Creemos que Tú en la
Eucaristía eres Dios Hijo
encarnado, que fue
engendrado desde la
eternidad en el seno del
Padre, y que estás en este
Santísimo Sacramento con tu
Cuerpo resucitado, con tu
Alma glorificada, con tu
Divinidad refulgente y con tu
Persona divina.
Silencio para meditar.

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 Creemos que Tú en la
Eucaristía te donas sin
reservas al alma que te
comulga con fe y con amor,
con piedad y devoción, y por
lo tanto creemos que cuando
comulgamos, entras Tú en
Persona en nuestros míseros
corazones, para dejarnos tus
gracias y tus innumerables
dones.
Silencio para meditar.
(Canto)
 Creemos que al comulgar Tú
entras en Persona en nuestra
alma, que es una morada
indigna, y por eso decimos:

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TODOS:“No soy digno de que
entres en mi casa”, pero
sabemos también que cuanto
mayor es el abismo de
indignidad y miseria de un
alma, tanto más te inclinas y
te acercas al pecador, y por
eso nos sentimos orgullosos
de ser pecadores y decimos
con San Agustín: “Dichosa
culpa que mereció tan feliz
Redentor”, porque nuestra
miseria atrae Tu Divina
Misericordia; así, cuanto más
grande es nuestro abismo de
miseria, tanto mayor será la
cantidad de Amor y
Misericordia que de tu

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Sagrado Corazón se derrame
sobre nosotros.
Silencio para meditar.
(Canto)
 Creemos que el altar
eucarístico, el lugar sagrado
de la tierra al cual desciendes
desde el cielo en cada Santa
Misa, es un símbolo de tu
Sagrado Corazón, porque así
como tu Sagrado Corazón
está envuelto en las llamas
del Amor divino, el Espíritu
Santo, así ese mismo Espíritu
Santo, el Amor divino, es
espirado por el Padre y por Ti
en la consagración, como

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llamas de fuego celestial
sobre las especies
eucarísticas, para convertirlas
en tu Cuerpo, tu Sangre, tu
Alma y tu Divinidad.
Silencio para meditar.
 Creemos que el altar
eucarístico, símbolo de tu
Sagrado Corazón y por lo
tanto símbolo del amor
único, exclusivo, eterno e
infinito que Tú rindes a Dios
Trino, no puede contener
nada que no seas Tú,
Hombre-Dios, Cordero de
Dios, Dios Tres veces Santo, y
que ningún amor que no sea

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el Amor de tu Sagrado
Corazón puede estar en él.
Silencio para meditar.
 Creemos que el altar
eucarístico es el símbolo de
tu Sagrado Corazón, y que
por lo tanto, sería la peor de
las abominaciones si en este
altar eucarístico se rindiera
culto a nadie que no sea Dios
Uno y Trino, y por eso te
pedimos perdón por quienes,
sin medir las consecuencias,
lo han profanado con
oraciones y rituales de magia
y paganismo.
Silencio para meditar.

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(Canto)
 Creemos que Tú creaste los
ángeles y que algunos de
ellos por propia voluntad se
rebelaron, perdieron la gracia
y tu amistad, y fueron
expulsados para siempre del
cielo por los ángeles de luz
que combatieron a tus
órdenes, guiados por San
Miguel Arcángel. Estos
ángeles de oscuridad,
expulsados del cielo,
continúan su lucha contra Ti
en la tierra, y así como en el
cielo intentaron, en el colmo
de su soberbia y de su
insolente orgullo, desplazarte
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a Ti de los cielos, así intentan
ahora desplazarte del altar
eucarístico a Ti, Dios de la
Eucaristía, y por eso nos
unimos a San Miguel
Arcángel y decimos: “¿Quién
como Dios? ¡Nadie como
Dios! ¡Nadie que no sea
Cristo Dios ocupará el altar
eucarístico, parcela del cielo
en la tierra!”.
Silencio para meditar.
(Canto)
PRECES POR LOS SACERDOTES
 A nuestro Santísimo Padre el
Papa,
Dale Señor tu corazón de
Buen Pastor.
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 A los sucesores de los
Apóstoles,
Dales Señor, solicitud
paternal por sus sacerdotes.
 A los Obispos puestos por el
Espíritu Santo,
Compromételos con sus
ovejas, Señor.
 A los párrocos,
Enséñales a servir y a no
desear ser servidos, Señor.
 A los confesores y directores
espirituales,
Hazlos Señor, instrumentos
dóciles de tu Espíritu.
 A los que anuncian tu
palabra,
Que comuniquen espíritu y
vida, Señor.
 A los asistentes de apostolado
seglar,
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Que lo impulsen con su
testimonio, Señor.
 A los que trabajan por la
juventud,
Que la comprometan contigo,
Señor.
 A los que trabajan entre los
pobres,
Haz que te vean y te sirvan en
ellos, Señor.
 A los que atienden a los
enfermos,
Que les enseñen el valor del
sufrimiento, Señor.
 A los sacerdotes pobres,
Socórrelos, Señor.
 A los sacerdotes enfermos,
Sánalos, Señor.
 A los sacerdotes ancianos,
Dales alegre esperanza,
Señor.
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 A los tristes y afligidos,
Consuélalos, Señor.
 A los sacerdotes turbados,
Dales tu paz, Señor.
 A los que están en crisis,
Muéstrales tu camino, Señor.
 A los calumniados y
perseguidos,
Defiende su causa, Señor.
 A los sacerdotes tibios,
Inflámalos, Señor.
 A los desalentados,
Reanímalos, Señor.
 A los que aspiran al
sacerdocio,
Dales la perseverancia, Señor.
 A todos los sacerdotes,
Dales fidelidad a Ti y a tu
Iglesia, Señor.
 A todos los sacerdotes,

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Dales obediencia y amor al
Papa, Señor.
 A todos los sacerdotes,
Que vivan en comunión con
su Obispo, Señor.
 Que todos los sacerdotes,
Sean uno como Tú y el Padre,
Señor.
 Que todos los sacerdotes,
Promuevan la justicia con que
Tú eres justo.
 Que todos los sacerdotes,
Colaboren en la unidad del
presbiterio, Señor.
 Que todos los sacerdotes,
llenos de Ti, vivan con alegría
en el celibato, Señor.
 A todos los sacerdotes,
Dales la plenitud de tu
Espíritu y transfórmalos en Ti,
Señor.
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ORACIÓN POR LAS VOCACIONES
¡Oh Jesús!
Pastor eterno de las almas,
dígnate mirar con ojos de
misericordia
a tu pueblo amado. ¡Señor! danos
vocaciones, danos sacerdotes,
religiosos y consagrados santos. Te
lo pedimos por la Inmaculada
Virgen María tu dulce y Santa
Madre. ¡Oh Jesús!, danos
sacerdotes, religiosos y
consagrados según tu corazón.
Meditación final
Jesús Eucaristía, Hijo eterno del
Padre, nacido en el tiempo en el
seno virgen de María, nos
despedimos, no sin antes reiterar
nuestro dolor por las ofensas que
recibes de esta humanidad que te

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ha olvidado, que te desecha sin
pensar en tu Amor, que no quiere
reconocerte, que te pospone por
los ídolos falsos y vanos del mundo.
Nos retiramos, pero queden
nuestros corazones al pie de tu
altar, para que en todo momento
te adoren y canten tus alabanzas,
como anticipo de la adoración y
alabanza que te tributaremos por la
eternidad, por tu infinita
misericordia. No tengas en cuenta
las ofensas de nuestros hermanos,
perdónalos, porque “no saben lo
que hacen” (Lc 23, 34), porque si lo
supieran, jamás se atreverían a
profanar la Eucaristía; jamás se
atreverían a negar tu divinidad;
jamás se atreverían a negar la
virginidad de tu Santa Madre;
jamás se atreverían a profanar tu
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altar eucarístico con oraciones
paganas. Unimos nuestras
humildes reparaciones a las que Tú
haces en la Cruz y en la Eucaristía;
míranos con la mirada de la Cruz,
que es la mirada de tu Divina
Misericordia; perdónanos y ven,
Señor Jesús, para que conviertas a
este hórrido y sórdido mundo, con
tu Presencia, en un anticipo del
Paraíso celestial.
Oración final
“Dios mío, yo creo, espero, te
adoro y te amo; te pido perdón por
los que no creen, ni esperan, ni te
adoran, ni te aman” (tres veces).
(Canto final)

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