You are on page 1of 87

DELITO: Homicidio

RUC Nº1500375756-8
RIT Nº34-2017
IMPUTADA: Giselle Valladares Stewart

Santiago, veintiséis de abril de dos mil diecisiete.


VISTOS:
PRIMERO: Tribunal e intervinientes. Con fecha 13, 14, 17, 18, 20 y
21 de abril en curso, ante esta Sala del Cuarto Tribunal de Juicio Oral en lo
Penal de Santiago, integrada por los jueces señora Celia Catalán Romero,
quien la presidió, señor Cristian Soto Galdames y señora Geni Morales
Espinoza, se desarrolló la audiencia de juicio, seguida en contra de:
GISELLE VALLADARES STEWART, cédula nacional de identidad
Nº15.352.828-4, nacida el 7 de junio de 1982 en Santiago, 34 años,
comerciante establecida, domiciliada en calle Morro de Arica N°0289, Villa
Los Héroes, comuna de Maipú, Santiago.
Sostuvo la acusación el fiscal del Ministerio Público don Omar Mérida
Huerta, y la acusación particular la parte querellante representada por las
abogadas doña Valeska Andrea Guzmán Muñoz y doña Nancy Daniela
Salinas Reyes.

SEGUNDO: Acusación. La acusación fiscal que será materia del


juicio oral, es del siguiente tenor:
“El día 19 de abril de 2015, alrededor de las 14:00 horas, al interior
del domicilio ubicado en calle Caucahue N°6039 de la comuna de Estación
Central, la acusada le propinó con un arma blanca, una puñalada en el
hemitórax izquierdo a la víctima Rafael Bichon Silva, causándole la muerte”.
Tales hechos en concepto del Ministerio Público, son constitutivos del
delito de homicidio consumado del artículo 391 N°2 del Código Penal, en el
que atribuye a la acusada responsabilidad a título de autora de conformidad a
lo previsto en el artículo 15 N°1 del Código Penal, toda vez que, ejecutó los
hechos en forma inmediata y directa.
Indica que respecto de la acusada concurre la atenuante contemplada en
el artículo 11 N°6 del Código Penal.
Solicita se imponga a Valladares Stewart la pena de diez años de
presidio mayor en su grado mínimo, accesorias legales del artículo 28 del
Código Penal y las costas de la causa.
A su turno, la acusación particular que será objeto del juicio oral, es la
siguiente:
“El día 19 de abril de 2015, Rafael Bichon, cerca de las 4:30 de la
madrugada, concurre en bicicleta a un cumpleaños ubicado en calle Las
Acacias N°242 Villa O'Higgins, Estación Central. En el domicilio se
encontraban Alejandro, Francisco y Daniel, todos de apellidos Alfaro
Bobadilla, María Aurora Pizarro Lyon, Giselle Valladares Stewart y Jennifer
Margarita Arteaga Mejías (ex pareja de la acusada). La familia Alfaro
Bobadilla, decide regresar a su hogar ubicado en Caucahue N°6039, comuna
de Estación Central. La víctima, Rafael permanece junto a su amigo Daniel
Alfaro en el domicilio de calle Las Acacias N°242. A eso de las 6:30 de la
madrugada, todos deciden trasladarse a seguir celebrando en la propiedad de
calle Caucahue N°6039 comuna de Estación Central, hogar de la familia
Alfaro Bobadilla, asisten María Aurora Pizarro, Giselle Valladares y Jennifer
Arteaga, incluido Rafael Bichon.
A las 11:00 de la mañana, Rafael, le pide a Jennifer Arteaga que lo
acompañe caminando a la feria cercana para comprar comida y cervezas a lo
cual esta última acepta. Situación que pudo ser observada por varios testigos,
quienes además los vieron abrazándose y besándose en una plaza cercana al
lugar.
Posteriormente, Daniel y Francisco se van a dormir a sus respectivos
dormitorios en el primer piso del inmueble, quedándose en el living del
domicilio conversando, Aurora, Giselle y la ex pareja de ésta, Jennifer, quien
se mantiene aún muy cercana a la víctima, de tal forma que Jennifer se
mantenía usando el pañuelo que horas antes Rafael le había prestado.
Luego de unos momentos Aurora decide dormir, sobre un sillón negro
con forma de L de gran tamaño. Rafael y Jennifer deciden hacer lo mismo, y
se acurrucan en el mismo sillón que Aurora, pero de forma horizontal,
permaneciendo en el lugar, solo ellos tres, ya que Giselle decide irse a otro
lugar de la casa, haciéndoles creer a todos que se iba a dormir.
Una vez profundamente dormidos, la acusada acude a la cocina, saca
del secador de cubiertos un cuchillo, y se dirige directamente hacia la
víctima, y de esta forma aprovechando la indefensión de Rafael, quien se
encuentra dormido, lo apuñala en la caja torácica superior izquierda,
infringiéndole una herida corto punzante de carácter grave y fatal.
Rafael se levanta del sillón y pide ayuda a María Aurora, quien corre a
despertar a los demás integrantes de la familia quienes permanecían aún
dormidos. Primero entra donde la señora Gricel y Francisco quien despierta
de los gritos de María Aurora, encuentra a Rafael en el antejardín de la casa
acostado sobre una banca con los ojos desorbitados y orinado.
Deciden llevarlo a rastras al centro asistencial San José de Chuchunco,
ubicado en Coyhaique N°6025, a menos de 30 metros de distancia, pero
debido al peso de Rafael y al hecho que no podía caminar es que sólo
alcanzan a trasladarlo hasta alrededor de 15 metros de camino.
Mientras la víctima yace en el suelo junto a Francisco, otras vecinas
que llegan al lugar producto del alboroto. Se incorporan también la hermana
de la víctima Margarita Bichon y su hijo Bastián Cortes Bichon. Los
familiares preguntan qué ocurrió, a lo que la agresora acercándose y
entorpeciendo la ayuda que se le brindaba a la víctima, contestó a viva voz
"Yo fui, yo lo maté”. Una turba de personas conocidos de la víctima,
proceden a golpearla con puños y pies recibiendo gran parte de los golpeen
en la cara y el trasero.
Luego de un momento, llega carabineros, quienes proceden a tomar
detenida a la acusada subiendo al carro policial momento en el cual, es
nuevamente agredida por los vecinos, quienes le propinan fuertes patadas en
su trasero y zona genital.
La víctima en tanto, fallece antes de llegar al centro asistencial, de
igual forma los doctores intentan reanimarla sin resultado falleciendo anemia
la cual fue producida por las heridas fatales que le propinó la acusada”.
A juicio de esta acusadora particular, tales hechos configuran el delito
de homicidio calificado, previsto y sancionado en el artículo 391 N°1
circunstancia quinta del Código Penal, en grado de consumado, atribuyéndole
a la acusada participación en calidad de autora de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 15 N°1 del citado cuerpo legal, por haber ejecutado los
hechos en forma inmediata y directa.
Señala que favorece a Valladares Stewart la minorante del artículo 11
Nº6 del Código Punitivo y le perjudica la agravante del artículo 12 Nº5 del
mismo Código.
Solicita se imponga a la acusada la pena de presidio perpetuo.
Los intervinientes no arribaron a convenciones probatorias.

TERCERO: Alegatos de apertura: El fiscal sostuvo que este juicio


tiene una característica particular en lo esencial, en cuanto a que no va a haber
discusión respecto de la existencia del hecho y específicamente en haber sido
Rafael Bichon muerto de una cuchillada en el tórax, y en la participación, en
razón que este hecho lo cometió Giselle Valladares Stewart. Rendirá prueba
pericial y testimonial, y se apoyará gráficamente para que el tribunal se
convenza que esta muerte es absolutamente intencional y carente de
provocación alguna por parte de quien resulta fallecido.
La discusión se centrará sobre si Giselle Valladares actuó motivada por
una agresión previa por parte de la víctima o bien, si actuó, consciente e
intencionalmente sobre el por otras motivaciones, en particular por la
motivación vindicativa.
La dinámica de los hechos se apreciará de la prueba pericial, de la
autopsia, en especial en las características de la herida, a través de la cual se
podrá construir una dinámica que es totalmente opuesta a la que planteará la
defensa. Lo mismo se hará a través de la prueba testimonial, tanto de las
personas que estuvieron presentes en el hecho, ya que aquí hay una fiesta de
un grupo familiar y social muy cercano, es una fiesta larga, comienza en un
domicilio, se van a otro, comparten todos juntos, hay lazos de cercanía, hay
conocimiento previo entre todos los actores, que derivan en el acometimiento
de Giselle a Rafael.
Los testigos son gente que se conocen entre sí y se han conocido toda la
vida. Darán cuenta de lo que vieron durante el transcurso de la fiesta, en el
momento del acometimiento y después. El tribunal podrá observar en esos
testimonios cómo es que los hechos se van cuajando desde el primer minuto y
descartan de esa forma la teoría de la defensa, afirmando la del Ministerio
Público.
Todos estos hechos los investigó la Brigada de Homicidios de la PDI,
quien, relacionando todos los elementos investigativos, incluyendo
fotografías, testimonios, peritajes, aportará información de primer nivel
respecto de la forma en que se ejecuta el hecho.
La discusión es por qué Giselle mató a Rafael. Aportará elementos de
prueba, que permitirán al tribunal dictar veredicto condenatorio, que su parte
califica como homicidio simple.
Solicitó se dicte veredicto y sentencia condenatoria.

La parte querellante indicó que, este juicio se tratará de los por qué, por
qué Rafael, por qué la fiesta, por qué ese lugar, si hace mucho tiempo que se
conocían. Rafael era amigo de la familia Alfaro Bobadilla, de quien es la casa
donde ocurrieron los hechos. Giselle tenía cierto parentesco con la familia
Bobadilla Alfaro, se encontraron en la casa de la abuela de ellos, habían
compartido toda la noche, habían reído, bailado.
¿Qué motivó a Giselle a cometer este delito? Su parte cree, porque ese
día de la fiesta hubo una interacción entre Rafael y la expareja de Giselle,
Jennifer Arteaga, ellas habían roto su relación sentimental y Rafael había
tenido un acercamiento en la noche con ella, incluso durante la noche Rafael
le había prestado su pañuelo, porque era un día relativamente frío. Al día
siguiente, al mediodía, fueron a comprar juntos, se les vio abrazados,
besándose. Su teoría es que la motivación fueron celos de Giselle. Se inventó
toda una historia, que, además Giselle había preparado este caso, había
preparado el enfrentamiento contra Rafael, aprovechándose que se encontraba
en estado de ebriedad, tenía completa indefensión al momento de ir a
acostarse, estaba dormido y fue atacado de una forma brutal, bastando una
sola estocada, para producir una muerte tan trágica, fue capaz de atravesarle la
costilla y parte de sus órganos. Se trata de un cuchillo gigante, carnicero,
cualquier persona podría inferir que le iba a producir un daño mortal.
A través de los peritos acreditará su teoría del caso. Hubo testigos que
vieron el coqueteo, que sabían de la condición sexual de Giselle. No había
forma que Rafael pudiera atacarla de forma sexual, si no que a Jennifer en ese
coqueteo que hubo toda la noche. No hubo agresión previa por parte de
Rafael.
Su parte califica estos hechos como homicidio calificado, en virtud que
Rafael estaba acostado, dormido, bajo los efectos del alcohol, no tuvo defensa
alguna, donde la acusada fue a la cocina, sigilosamente, a sacar un cuchillo
para provocarle la muerte de una sola estocada, una herida mortal.
La defensa refirió que trae un juicio enmarcado en la forma que señala
el Ministerio Público. Se va a oír a Giselle prestar declaración, que por cierto
es la misma entregada a instantes muy breves de ocurrido el hecho, por tanto,
tiene la veracidad de la espontaneidad e inmediatez. Esta versión de Giselle,
dice relación con una violencia sexual respecto de ella, provocada por quien
fue finalmente víctima de estos hechos y que resulta fallecido.
Esta versión, que es una hipótesis de legítima defensa, como causal de
justificación de su actuar, es percibida por testigos presenciales, María Aurora
Pizarro y Jennifer Arteaga, estaban en el sitio del suceso, en la casa que había
un ambiente de fiesta y llevaban varias horas compartiendo. Este relato que
hace Giselle, no es solo verbal, sino que, además, darán cuenta de rasgos de
violencia ejercida en su cuerpo, marcas en glúteos, piernas y parte de su
rostro.
Refuta absolutamente que haya habido una conducta sigilosa y
planificada como señala la querellante, es una reacción a un ataque, a una
agresión sexual, que es carga suya probar.
Va a objetivar esta teoría, la versión de la acusada, los testigos
presenciales, el relato de la médico María Soledad Arredondo, porque a
Giselle se le despliega por la policía todo el protocolo de una víctima sexual y
se hace un informe sexológico, por esta perito. Para cerrar su objetivo, la
prueba del médico Luis Ravanal que corrobora esta misma versión.
Enarbola esta tesis de justificación, por lo que solicita la absolución de
su representada.

CUARTO: Autodefensa. Giselle Valladares Stewart, prestó


declaración en el juicio señalando que, todo comenzó cuando estaba en la casa
de su tía Aurora con Jennifer Arteaga, en calle Morro de Arica Nº0289,
comuna de Maipú. Le llegó un mensaje de WhatsApp de su prima Denisse
Stewart, diciéndole que había una fiesta de cumpleaños de su padrino Eugenio
Stewart Pizarro, en la casa de su abuela, en calle Las Acacias Nº242. Llegaron
como a las 10:00 u 11:00 de la noche, se encontraba Alejandro, Francisco,
Daniel Bobadilla, su tía Gricel, su tío Plácido Alfaro, su abuela Georgina
Pizarro, su tío Eugenio Stewart, Denisse y Dominique Stewart, comenzaron a
compartir, a bailar. Ella después se quedó en el comedor conversando con su
abuela, su tía Gricel y su tío Alfaro, los demás estaban en la cocina
compartiendo.
Como a las 4 de la mañana llegó Rafael, su abuela no le quería dejar
entrar porque estaba muy drogado y borracho, era el que siempre le llevaba las
drogas a sus primos, andaba en bicicleta le dijo que no tenía dónde quedarse,
lo dejó entrar con la condición que no volviera a salir, se fue a la cocina a
compartir con los que estaban allí, ella se quedó con su abuela y sus tíos
conversando. Andaba con su perrita, una poodle toy, en brazos, porque a su
abuela no le gustan los animales.
Se quedaron dormidos, a las 6 a 7 de la mañana la despertaron, ya que
se iban a la casa de su tía Gricel, se subieron a la Van de su primo Francisco,
ella llevaba dos cervezas, subieron los otros familiares, menos Rafael porque
andaba en bicicleta.
En la casa de su tía Gricel iban a hacer humitas, empezaron a tomar
cerveza, como a las 10 de la mañana le dijo a Jennifer, porque no iba con
Rafael a comprar más cerveza, ella pasó 10 mil pesos, su tía Aurora puso el
resto de la plata, fueron a comprar, volvieron, siguieron bebiendo cerveza y se
pusieron a cantar. Daniel sacó un pito, se pusieron a fumar, ella no fuma
marihuana, pero esa noche fumó igual.
Ella estaba cantando temas de Rosario, fue a poner música al
computador, se sintió muy mal físicamente, como la pieza está al lado del
computador, se entró a acostar, todos se quedaron afuera. Estaba durmiendo y
sintió que la empezaron a tocar, pensó que era su ex pareja Jennifer, no podía
reaccionar, no sabía si se sentía borracha, drogada por la marihuana, no podía
abrir los ojos, la corría con su mano para atrás, en un gesto que la dejara de
molestar, se volvió a quedar dormida porque dejó de sentir las tocaciones
porque eran como por encima, como hostigándola solamente, tocándola por
los lados. Con Jennifer se habían tomado un tiempo, pero se juntaban todos
los fines de semana, como creía que era ella, le decía que no fuera desubicada.
Ella siempre ha sido lesbiana y aunque toda su familia lo sepa, siempre ha
sido precavida, cuidadosa, no le gusta mostrarse, no le gusta hablar del tema.
Se despertó cuando sintió un dolor, ya tenía los pantalones abajo, empezó a
gritar porque no sabe si él le metió su pene o sus dedos. Al despertar vio a
Rafael, éste le dijo que la iba a violar, porque ella era maricona, tenía que
saber lo que era estar con un hombre, ella empezó a gritar, lo empujó, él le
pegó con su mano en la cara y la vuelve a tirar a la cama, ahí le dice “tení que
saber lo que es tener un hombre, a ti te gustan las mujeres, no sabí lo que es
tener un hombre, ahora vai a saber”, ella se paró como pudo, empezó a
forcejear con él, sale forcejeando de la pieza, él la agarra de su blusa, la tira,
ella ve un cuchillo en la mesa, lo toma, en la rabia se da vuelta y tiró su mano.
Nunca se imaginó que le había pegado, su intención nunca fue matarlo, lo
único que quería era que él la dejara tranquila, nadie en la casa reaccionaba.
Cuando ella lo ve a él más pálido se puso a gritar, se da cuenta que estaba su
tía Aurora y Jennifer durmiendo en el sillón, las despertó, su tía Aurora salió
corriendo y sube a las piezas del segundo piso, donde estaban sus primos.
Cuando salen sus primos les empezó a decir que él la quería violar, ella estaba
desconcertada, mal. Sus primos la tomaron y la tiraron a la calle al igual que a
él, los dejaron afuera y ellos entraron. Ella de afuera gritaba que él la había
violado, que por eso le había pegado, porque ella quería que lo ayudaran.
Sintió que llegó gente y la empezaron a golpear hasta que ella cayó al piso. No
sabe cuánto rato pasó de tanto que le pegaron, hasta que llegó Carabineros, los
que la tomaron y la subieron al carro. Todo fue en muy corto tiempo, su
intención nunca fue matarlo, solo quería defenderse.
Rafael siempre participó en todas las fiestas familiares, era amigo de sus
primos, llegaba siempre a las fiestas, tipo 3 o 4 de la mañana.
Ella se llevaba bien con él. Él siempre le decía que ella era rica, que por
qué era lesbiana, que se estaba perdiendo, que debía saber lo que era tener un
hombre. Ella lo paraba y siempre se alejaba. Cuando Rafael se ponía tonto,
ella se corría. Él le decía que ella se parecía a una ex polola de él.
Rafael siempre formó parte del carrete, nunca lo vio lúcido, fumaba
droga delante de ella, marihuana. Toda su familia se droga, ella antiguamente
también consumía, solo cocaína, dejó de consumir porque como se estaba
preparando para tener una casa con Jennifer, iban a empezar una nueva vida.
Drogarse es caro, siempre ha gastado porque siempre ha ganado dinero como
comerciante, por lo que no es un tema de plata. Se puso la meta de no
consumir más cocaína, y no consumió más. Esa noche no consumió cocaína,
fumó marihuana y tomó tragos. Había consumido harta cocaína como tres días
antes. Antes de ese día nunca había consumido marihuana.
A esa fecha la relación con Jennifer estaba bien, pero vivían separadas
porque la casa en la que vivían se la pidieron, porque la iban a vender. En la
fiesta no estuvieron juntas porque Jennifer se mantuvo en la cocina
compartiendo, ella estaba con su abuela.
Ella es relajada en su relación con Jennifer cuando está con su familia,
porque todos son buenos para bailar, para la talla, para cantar. Jennifer bailaba
con otras personas igual que ella, porque estaban en familia.
Rafael con Jennifer no bailaron, porque él llegó cuando ya no estaban
bailando. No le molestó que Jennifer y Rafael estuvieran juntos, porque él la
molestaba a ella no a Jennifer.
Ella no vio cuando se sacaron una foto juntos, se enteró después que se
la sacaron. En la fotografía que le mostraron, señaló que está Daniel su primo,
un hombre al que no conoce, Rafael, su tía Aurora, su primo Pancho, Jennifer
y al último hombre tampoco lo conoce. El pañuelo que Jennifer tiene al cuello
es de Jano, porque él y Daniel usan pañuelos, supo que se lo había pasado en
la noche porque hacía frío. Ese pañuelo no era de Rafael.
Esa noche ella no bailó con Jennifer.
La pieza en que se durmió era de nadie, estaba llena de instrumentos
musicales, porque todos son músicos. No había nadie cuando ella entró, no
cerró la puerta. No durmió con Jennifer porque estaba afuera y ella se sentía
mal.
No puede decir cuánto rato durmió entre que sintió que la tocaban la
primera vez y cuando se despertó la segunda vez, porque sintió dolor. Ella
estaba en posición fetal, sintió de atrás hacia adelante el dolor, cuando
reaccionó tenía sus pantalones en las rodillas. Cuando ella se dio vuelta se
percató que era Rafael, ahí se subió arriba de ella, con su rodilla le aplastó el
muslo, ahí ella lo empujó con sus piernas, él cae hacia atrás y le pega con su
mano en la cara, ella cae en la cama, se vuelve a parar e intenta salir. Entre la
puerta y la cama hay uno o dos metros, al salir él sigue empujándola, tirándola
de su blusa.
En el forcejeo en la cama ella solo lo empujó con sus piernas, no logró
arañarlo.
Ella salió de la pieza antes que él, éste iba atrás de ella, alcanzó a salir
como cuatro pasos de la habitación, llega a la mesa, porque la puerta da justo a
la mitad del living comedor.
Durante la agresión ella gritó solo una vez, cuando iba saliendo, estaba
llorando.
Al salir al living no se percató quien estaba, después que ella le pegó
empezó a mirar para que alguien la ayudara, ahí vio a su tía Aurora y a
Jennifer que estaban en el sillón durmiendo. Despertó a su tía Aurora con el
grito. Rafael estaba ahí mismo, al lado de ella, de pie, ella tenía el cuchillo en
la mano. Aurora debió verla con el cuchillo en la mano.
Cuando le enterró el cuchillo a Rafael lo sacó de inmediato, se quedó
con él en la mano hasta que llegaron sus primos.
Cuando su tía despierta le pregunta “¿qué hiciste Giselle?”, ella estaba
parada llorando, choqueada, diciendo que él la quería violar. Ella no se daba
cuenta que le había enterrado el cuchillo a él. No sabe si su tía la vio con el
cuchillo, salió corriendo a despertar a sus primos.
No está segura que su tía la haya visto cuando ya no tenía el cuchillo.
Ella gritaba porque Rafael la quería violar, no gritaba porque ella le
hubiera pegado a él.
Salió de la pieza a buscar ayuda, no quería que él la tocara, quería que
bajaran sus primos e hicieran algo.
Ella siempre gritó que la quería violar, hasta que bajaron sus primos y
los tiraron a ambos afuera. A Rafael lo toman de las manos y los pies y lo
sacan fuera de la casa, dejándolo en el suelo. Ahí ella empezó a decir que lo
mató, que la ayuden.
La detuvo carabineros después que a ella le habían pegado. En la
comisaría les dijo lo que había ocurrido, luego dijo que los funcionarios le
contaron que había acuchillado a Rafael, en ese momento supo que le había
enterrado el cuchillo, antes no se había dado cuenta, la gente gritaba “está
muerto, está muerto”, ahí ella dijo que lo había matado, eso fue cuando estaba
afuera en la calle.
A carabineros en la comisaría les dijo que Rafael le había violado.
Cuando llegó la PDI le dijo altiro que Rafael la había violado. Estos la
llevaron como a tres hospitales, le cosieron la cara, le hicieron escáner, le
constataron lesiones, después la llevaron al Servicio Médico Legal. A todos
los médicos les dijo que la habían violado.
A los psicólogos también les dijo que había sido violada. Indicó que a
ella la violaron a los 20 años.
En la cárcel la visitó su tía Aurora y Jennifer, conversaron poco del
tema porque ella quedó muy mal. A su tía Aurora le contó el episodio de la
violación de Rafael, ella siempre le dijo que por qué no gritó más, por qué no
se defendió de otra forma, de eso hablaban. No le dijo que no sabía si había
sido violada por la introducción de dedos o de pene porque le da vergüenza.
Les dice a Aurora y a Jennifer que no sabe con qué la penetró.
A ellas no les contó tan abierto como ha contado en el tribunal.
A Aurora le dijo que no quiso matar a Rafael, no recuerda haberle dicho
que solo quería herirlo en un brazo.
Estando privada de libertad le contó a Jennifer lo que había ocurrido al
interior de la pieza con Rafael, le dijo que salió de la pieza arrancando de él.
Al exhibírsele un cuchillo, dijo que no se acuerda cómo era el cuchillo,
sabe que era grande, el que está mirando es grande, de mango negro, hoja
ploma. Agregó que en la mesa había varios cuchillos porque estaban haciendo
humitas, ella agarró uno de esos cuchillos, no recuerda si es el que se le
exhibe.
En la declaración en Fiscalía dijo que no sabía si le habían introducido
los dedos o el pene, en ejercicio de contradicción con declaración de 6 de julio
de 2015, leyó, “y ahí sentí un dolor tremendo en mi vagina cuando me metió
el pene”, indicó que siempre dijo que no sabía si eran los dedos o el pene. Si
escribieron lo que escribieron ella no sabe, porque ahí dice una cosa y ella
siempre dijo que no sabía si era el pene o sus dedos.
En fiscalía también dijo que había existido dos episodios de tocaciones,
que después del primero se queda dormida y después despierta, en ejercicio de
contradicción leyó, “ahí me quedé dormida en una cama, no sé cuánto rato
pasó, yo empecé a sentir que me estaban tocando mi cuerpo y mi vagina por
debajo de mi ropa, metiendo su mano entremedio de mi ropa interior, yo tenía
puesto además mi jeans y mis zapatos, yo reaccioné y empecé a tratar de tocar
a la persona que estaba situada detrás de mí, me di vuelta y veo que era Rafael
Bichon, él que me bajó los pantalones y calzón hasta la rodilla, se subió
encima de mí y empezó a moverse cada vez más rápido y más brusco y me
dijo que yo era lesbiana y tenía que aprender lo que era un hombre”. Insistió
que en lo que leyó habla de los dos episodios de tocaciones.
Rafael le pegó fuerte en la cara. Cuando llegó la gente, ella se puso boca
abajo, se tapó con sus manos la cabeza, la cara, y sintió que la golpeaban
mucho en la espalda, en las piernas, en la cabeza.
En la fiesta interactuó con Rafael cuando él le tocó el poto, ella se
enojó, por eso se quedó con su abuela, eso se lo comentó solo a su tía Aurora.
Cuando Rafael se ponía tonto, ella se alejaba y listo. Ese día no tuvo una
discusión con su primo Daniel, tampoco tuvo una conversación ni se enojó
con nadie en la fiesta.
Participó en una reconstitución de escena para decir lo que pasó, para
dar su versión. Ahí contó lo mismo que hoy día en el tribunal. Señaló que
Rafael iba atrás de ella, él le toma su blusa, cuando ella estaba de frente a la
mesa, ella agarra un cuchillo, él la tira, ella se gira y le entierra el cuchillo. No
sabe si quedó frente a él.
Se le exhibieron fotografías de la reconstitución de escena: Nº11, está
ella de pie y la persona que representa a Rafael también de pie, ella tiene en su
mano izquierda un papel, que semeja ser el cuchillo, con el que apunta hacia el
lado derecho del estómago de Rafael, con el arma hacia arriba; Nº12, continúa
la secuencia, Giselle entierra el cuchillo en el estómago de Rafael hacia el lado
derecho de él, teniendo el arma blanca dirección hacia arriba. En la escena
graficada ante el tribunal Giselle tomó el cuchillo con la mano derecha. Al
percatarse de esta disimilitud señaló que en la reconstitución de escena estaba
engrillada. Aclaró que ella es diestra, no zurda.
Al 19 de abril de 2015, mantenía una relación de pareja relajada con
Jennifer, habían dejado de vivir juntas por el asunto de la casa, se veían los
fines de semana, en la fiesta todos la conocían, delante de la gente evitaban
que las vieran juntas. Desde diciembre estaban separadas, Jennifer bailó con
todos sus primos y su tío Plácido. No se molestó porque Jennifer bailara con
Daniel.
Cuando llegó a la casa de sus tíos entró, vio que en la mesa había
botellas con cerveza, bandejas, cuchillos, no sabe el número exacto, había
hojas de choclo, choclo molido y por picar.
Se quedaron conversando, cantando, en el antejardín de la casa Rafael,
Daniel, Jano, Pancho, su tía Aurora, Jennifer y ella, sus tíos Gricel y Plácido
se fueron a acostar temprano.
Ella se fue a acostar primero, quedaron todos despiertos, no sabía
quiénes estaban durmiendo en el living.
En foto Nº8, expresó que ella estaba explicando que ella era la que
había salido primero, al salir, el computador estaba pegado a esa puerta, y
luego está el sillón del living. En foto Nº9, el computador está frente a la mesa
del comedor.
Cuando se fue a dormir la puerta de la pieza estaba abierta, no la cerró,
porque en la casa de sus tíos no cierran las puertas. No sabe de quién era esa
pieza. Sus primos no viven en esa casa, Jano sí, pero en el 2º piso.
Ese día ella vestía unos jeans elasticados, color hielo, chaqueta de cuero
negro, nunca se cierra la chaqueta, tenía puesto un banano negro. No se
acuerda qué pasó con el banano cuando Rafael le bajó los pantalones.
En la foto Nº2 que se le mostró, tiene puesto un banano negro, a la
altura de las caderas, no recuerda haberse sacado esa fotografía.
Cuando Rafael le pegó en la cara, ella lo empujó con sus piernas, al
pararse se subió el pantalón, pero no se lo abrochó, salió así hasta afuera, la
vio su tía, sus primos.
Cuando forcejearon dentro de la pieza con Rafael, ella gritó como
cuatro a seis veces, gritaba que la estaban violando, que la soltara, nadie
reaccionó. En ejercicio de contradicción con su declaración de 6 de julio en
Fiscalía leyó “yo lo empujé, él se subió los pantalones y se fue, yo detrás de él
me subí el calzón y el pantalón llorando, gritando que nadie me tocaba y él me
decía que yo siempre le había gustado a él, ahí yo lo empujé, Rafael me pegó
con su mano en mi cara y me dice que me calle y me empuja hacia la pieza de
nuevo”. Explicó que en la puerta hubo otro forcejeo, pero no alcanzaron a salir
de la pieza, cuando ella logra salir de la pieza tomó el cuchillo.
A su tía Aurora y Jennifer, que estaban en el sillón, las tuvo que mover
para que despertaran, no escucharon sus gritos.
Sabe que sus tíos dormían en el primer piso de la casa, pero hacia
adentro, no despertaron.
Rafael le pegó en la cara, lado derecho, cerca de la boca, con su mano,
que la debe haber tenido empuñada porque ella sintió algo duro.
En el forcejeo no pasaron a llevar nada, no se cayó ninguna cosa, solo
ella gritaba y lloraba. Rafael la amenazaba a ella, no lo hacía en voz alta.
Su perrita Cristal estaba con Jennifer, no se acuerda si ladraba en el
momento del forcejeo.
Cuando le pegaron en la calle, no la golpearon en la cara, como cayó al
suelo le pegaban en la espalda y en los tímpanos.
Carabineros la tomó del suelo y la ayudaron a subir de inmediato al
carro, en ese momento no le llegó ninguna patada.
No sabía que Rafael iba a llegar a la fiesta de su tío Eugenio.
Llegó a la fiesta como a las 23:00 horas, la situación con Rafael se
produjo como a las 11 de la mañana del día siguiente. Todos consumieron
alcohol y drogas, lo que siempre ocurre.
Todos los elementos que estaban sobre la mesa del comedor los dejó su
tía Gricel, es la dueña de casa.
Rafael siempre le decía que se estaba perdiendo al ser lesbiana. No
había tenido problemas anteriormente con Rafael.
Las personas que estaban en el living no tenían visión hacia la pieza
porque estaban tapadas, durmiendo, no vieron el hecho de la agresión en su
contra, cree que la vieron a ella con el cuchillo en la mano, después se le cayó
al suelo, Jennifer y su tía Aurora la vieron con el pantalón abierto, su tía
Aurora se lo cerró. Ellas dos le vieron la herida de la cara, cerca del labio, lado
derecho.
Esa noche no vio a Rafael besarse con Jennifer, salieron juntos a
comprar porque ella les pidió que fueran, les pasó la plata y el resto se los dio
su tía Aurora. Este encargo lo vieron su tía Aurora, Daniel, Alejandro y
Pancho. La botillería queda frente a la casa, se ve desde el antejardín. No hay
más salidas de Rafael y Jennifer.
En la constatación de lesiones la llevó la PDI a un hospital, pero solo le
cosieron la boca, le hicieron un escáner, luego al Servicio Médico Legal
porque tenía los pantalones con sangre, le hicieron exámenes, le tomaron
fotografías. La PDI le pidió su ropa. La sangre de sus pantalones, calzones y
vagina era de su vagina, porque le habían intruseado con fuerza, según le
explicaron en el Instituto Médico Legal.
El cuchillo que utilizó no recuerda donde lo dejó, no recuerda que hizo
con él.
La distribución de la casa living comedor, habitación que ella durmió,
baño, la pieza de su tía, al lado de ésta hay otra habitación, que queda frente a
una escalera de acceso al 2º piso. No recuerda si hay 2 o 3 habitaciones en el
2º piso.
Su tía Aurora es la primera que despierta, ella y Rafael se encontraba
como en la punta de la mesa del comedor.
Asimismo, la defensa exhibió un video, que contiene parte de la versión
entregada por Giselle Valladares en la diligencia de reconstitución escena,
entre el minuto 00:00 al minuto 8.32, señalando el Fiscal que la misma duró
tres horas.

QUINTO: Prueba rendida en el juicio. El órgano persecutor y la


parte querellante rindieron la siguiente prueba:
PRUEBA TESTIMONIAL:
1. Felipe Adrián Valdés Díaz, RUT 12.080.008-6, Inspector de la Policía de
Investigaciones, domiciliado en Williams Rebolledo 1717, Ñuñoa.
2. Francisco Ariel Alfaro Bobadilla, RUT 12.645.390-6, administrativo,
domiciliado en Caucahue 6039, Estación Central.
3. Alejandro Iván Alfaro Bobadilla, RUT 13.056.995-1, profesor,
domiciliado en Caucahue 6039, Estación Central.
4. Jennifer Margarita Arteaga Mejías, RUT 15.821.547-0, comerciante,
domiciliada en Mar de Chile 224, comuna de Pudahuel.
5. Daniel Andrés Alfaro Bobadilla, RUT 12.471.141-k, fotomecánico,
domiciliado en Caucahue 6039, Estación Central.
6. Gricel Del Carmen Bobadilla Pizarro, dueña de casa, RUT 5.084.347-5,
domiciliada en Caucahue 6039, Estación Central.
7. Paola Andrea Contreras Yáñez, comerciante, RUT 12.924.799-1,
domiciliada en LLancahue, 820, Estación Central.
8. Margarita Lorena Bichon Silva, dueña de casa, RUT 12.648.012-1,
domiciliada en pasaje Caucahue 6031, Estación Central.
9. Bastián Alex Cortes Bichon, estudiante, RUT 19.986.201-4, domiciliado
en Caucahue 6031, Estación Central.
10. Camila Marilyn Arriaza Gajardo, dueña de casa, RUT 18.062.445-7,
domiciliada en Huillinco 6036, Estación Central.
11. María Irene González Ahumada, empleada, RUT 9.106.700-6,
domiciliada en Huillinco 6029, Estación Central.
12. Ana María Romero González, dueña de casa, RUT 17.483.114-9,
domiciliada en Llancahue 862, Estación Central.
13. Felipe Luciano Lorca Romero, RUT 18.588.204-7, Subteniente de
Carabineros, domiciliado en Antártica 4701, Estación Central.
PRUEBA DOCUMENTAL:
1. Certificado de atención de urgencia N°1112415, de 19 de abril de 2015,
emitido por el Centro de Urgencia de la Corporación Municipal de Ñuñoa,
correspondiente a Giselle Valladares Stewart.
2. Dato de atención de urgencia de Giselle Valladares, N°00964650UU001,
de 19 de abril de 2015, emitido por el Servicio de Atención de Urgencia
del Hospital Alejandro del Río.
3. Certificado de defunción de Rafael Ismael Bichon Silva.
PRUEBA PERICIAL:
1. Nancy Fuentes Barriga, perito químico farmacéutico legista del Servicio
Médico Legal, domiciliada en Avenida La Paz Nº1012, Independencia.,
Santiago.
2. Paola Denisse Valenzuela Pizarro, psicóloga forense del Servicio Médico
Legal, domiciliada en Avenida La Paz Nº1012, Independencia, Santiago.
3. José Sergio Arancibia Vaccaro, médico psiquiatra forense del Servicio
Médico Legal, domiciliado en Avenida La Paz Nº1012, Independencia,
Santiago.
4. Eddie Vargas Mondaca, químico farmacéutico legista, domiciliado en
Avenida La Paz Nº1012, Independencia, SAntiago.
5. Freddy Pinto Jiménez, perito fotógrafo del Laboratorio de Criminalística
de la Policía de Investigaciones, domiciliado en calle Carlos Silva
Vildósola Nº9783, La Reina, Santiago.
6. María Soledad Arredondo Bahamonde, médico legista del Servicio
Médico Legal, domiciliada en Avenida La Paz Nº1012, Independencia,
Santiago.
7. Mireya del Cisne Gutiérrez Mejía, médico legista, perito del Servicio
Médico Legal, domiciliado en Avenida La Paz Nº1012, Independencia,
Santiago.
PRUEBA MATERIAL:
1. Dos fotografías del grupo de amigos entre los que se encontraba la acusada
y el fallecido, NUE 793279.
2. Un cuchillo NUE 2627816.
3. Set de 36 fotografías de la reconstitución de escena.
4. Set de 15 fotografías de la autopsia de Rafael Bichon.
5. Set de 39 fotografías del sitio del suceso.

PRUEBA OFRECIDA POR LA DEFENSA


PRUEBA TESTIMONIAL:
1. María Aurora Pizarro Lyon, RUT 8.502.033-1, comerciante,
domiciliada en Morro de Arica 0289, Villa Los Héroes, Maipú.
2. Plácido Alfaro Rojas, pensionado, RUT 3.3593.844-0, domiciliado en
pasaje Caucahue 6039, Estación Central.
3. Michael John Byers Stewart, RUT 13.893.557-4, empleado de una
ONG, domiciliado en Raulí N°426, Santiago Centro.
PRUEBA PERICIAL:
1. Luis Orlando Ravanal Zepeda, médico cirujano, quien declarará al tenor
del Informe forense N°28790, sobre lesiones de la imputada.
2. Mariela Alejandra Tapia Blaset, psicóloga, quien declarará al tenor del
Informe pericial forense N°23669, también efectuado a la imputada.
PRUEBA MATERIAL:
1. Un disco compacto contenedor de registro de video de la reconstitución
de escena.

SEXTO: Alegatos de clausura. El fiscal manifestó que no fue


controvertido en este juicio el hecho que el 19 de abril de 2015,
aproximadamente a las 14:00 horas, en el domicilio de calle Caucahue, de la
familia Alfaro Bobadilla, Rafael Bichon, murió a consecuencia de una
cuchillada propinada por Giselle Valladares.
El núcleo de la controversia está en que, en ese hecho no discutido, le
asiste la causal de justificación de legítima defensa. No obstante tiene la carga
probatoria de establecer el hecho, a lo que dio cumplimiento, a través de la
testimonial de Gricel Bobadilla, de Francisco, Daniel y Alejandro, todos
Alfaro Bobadilla, quienes son los que en principio despertados por Aurora,
inmediatamente después de la comisión del hecho, concurren al lugar en que
fue apuñalado, segundos después, observando a Giselle en la situación
inmediatamente posterior al apuñalamiento, a Rafael recién herido, lo ven
morir y escuchan a Giselle en tono desafiante y altanero, atribuirse la muerte.
Esto también lo presencian, con las reservas que merecen sus testimonios,
Aurora y Jennifer, quienes, influenciadas por su interés parcial ganancial,
introducen modificaciones a la declaración en beneficio de la acusada, las que
están en el lugar inmediatamente después de cometido el hecho, dando cuenta
del cuchillo puesto en el tórax de Rafael, en la mano de Giselle, el momento
en que se desploma Rafael, la muerte de éste. Estos testimonios observados
respecto del hecho no controvertido, son muy claros y contestes en sus
circunstancias esenciales.
También concurre a probar este hecho el teniente Lorca, que es un
testimonio breve, sencillo, pero muy útil, no contaminado por el resto de la
investigación, porque participa solo de los minutos inmediatamente
posteriores, conversa con Giselle, Aurora y Jennifer. Refiere que Aurora le
dice que Giselle acaba de matar a Rafael “por haber intentado meterle los
dedos”, le indica que ocurre estando todos en el sillón y que, Giselle habría
concurrido a buscar el cuchillo a otra dependencia.
Paola Contreras, Camila Arriaza, Bastián Cortés Bichon, Margarita
Bichon, Ana María González, están presentes momentos después del hecho y
da cuenta de la atribución que Giselle hace frente a todos de haber causado la
muerte de Rafael, orgullosa, desafiante en su actitud, nunca afectada. Ellos
ven la herida de Rafael, lo atienden y lo ven agonizar hasta morir.
El informe médico legal de autopsia, concluye que la muerte es de tipo
homicida, con una lesión única, sin lesiones de defensa, causada con un
elemento corto-punzante, coincidente con el cuchillo que le fue exhibido, lo
más relevante es que no hay lesiones en los nudillos, ni ningún tipo de lesión
que explique ninguna de las circunstancias que le son atribuidas al forcejeo, al
puñetazo y a todo el contexto violento de que Giselle pretende dotar a esta
supuesta agresión.
La investigación de la Brigada de Homicidios, dirigida por el
Subcomisario Felipe Valdés reunió todos los elementos investigativos para
arrojar una conclusión criminalística completa, sobre la base de lesionología,
hemodinámica y testimonios recogidos, análisis del sitio del suceso, concluye
que Giselle apuñaló en una posición cómoda a la víctima, con solo un golpe
de alta energía, sin posibilidad de advertencia de la víctima. El Servicio
Médico Legal concluyó lo mismo y habla en sus términos de asegurar el
golpe, lo que tiene total y absoluta relevancia en el descarte de la teoría de
legítima defensa.
Las exhibiciones de las fotografías de la autopsia indican que, este tipo
de heridas no suelen darse cuando hay una riña, no suelen darse cuando hay
un forcejeo, cuando hay una pelea, tiene trayectoria, características distintas.
Es una herida limpia, segura, concreta, aquí se empleó alta energía. Ese
cuchillo no tiene filo, tiene masa. Para causar la herida corpórea que causó se
utilizó una energía que solo podía emplearse si la persona estaba quieta,
porque no sabía lo que venía, porque no es posible pedir a nadie que se quede
completamente quieto para ver cómo entra un cuchillo en el tórax.
Estos elementos ponderados de acuerdo a los principios de la lógica,
especialmente al principio de razón suficiente, a los principios científicamente
asentados de la investigación criminalística por la autopsia médico legal, por
las máximas de la experiencia en cuanto a la forma en que usualmente ocurren
las cosas, deben permitir al tribunal tener por establecido el hecho de la
acusación fiscal.
La defensa no ha discutido que su representada dio muerte a Rafael
Bichon de una cuchillada el día y hora señalados, pero enarbola una teoría
propia, en la que propone una forma de ocurrencia de los hechos particular y
asume, por tanto, carga probatoria, la que viene dada por probar los elementos
que constituyen el ilícito que, a su vez, es constitutivo de la agresión ilegítima,
primer requisito de la legítima defensa.
Como quiera que se pretenda que la agresión ilegítima constituyó una
violación para caer dentro de la presunción, no se puede alegar dicha
presunción, porque ni siquiera se ha podido establecer si lo que ocurrió en los
hechos, según Giselle, fue un abuso sexual o una violación. Habiendo duda
sobre este punto, estima que no se le puede eximir de la obligación de probar
la existencia del hecho, de lo contrario bastaría con decir que fue violada para
tener por presumido todos los elementos de la legítima defensa.
Hizo mención a diversos autores nacionales y extranjeros en apoyo de
su teoría.
¿Cumplió la defensa con la carga probatoria de establecer esta agresión
ilegítima?
Si éste hubiese sido un juicio por violación o abuso sexual, ningún
tribunal de la República podría haber dictado sentencia condenatoria en contra
de Rafael Bichon, porque no es posible acreditar la existencia del hecho ilícito
atribuido a éste. ¿Qué fue realmente lo que dice Giselle que ocurrió?
Como suele ocurrir en los delitos sexuales, la prueba se fundamenta
como primera columna en el relato de la víctima, este relato no es capaz de
establecer la existencia del hecho ilícito porque no es un relato unívoco, tiene
una variedad tan grande que la describiere, que es imposible que contribuya a
que se establezca la existencia del hecho ilícito. No es una versión sostenida
en el tiempo, no existe corroboración del relato de ella con testigos del mismo
hecho, padece de importantes contradicciones internas que la hacen poco
fiable, no se condice con otros medios de prueba generados durante la
investigación, no se observan en ella las consecuencias naturales que
habitualmente presentan las personas que sufren este tipo de agresiones.
Cuando se tiene un juicio por abuso sexual y la víctima ha cambiado
dos, tres veces de versión, carece de fiabilidad y credibilidad su testimonio.
Aquí existen dos versiones de la acusada con variantes. La primera es la que
emite a viva voz segundos después de acuchillar a Rafael Bichon, les dice a
todos que Rafael le ha introducido los dedos en la vagina. Hay variantes
dentro de esta versión, en cuanto que dice que le ha intentado introducir los
dedos. El mismo 19 de abril de 2015 le dice a la PDI que le introdujeron los
dedos, al perito sexólogo del Servicio Médico Legal le dice que le
introdujeron los dedos, al de Urgencia le dice que le introdujeron los dedos, a
los peritos del Servicio de Salud Mental del Servicio Médico Legal, lo mismo,
siempre los dedos, con la variante del intento de introducir los dedos.
Con esta sola versión, ya hay problemas, ¿introdujo lo dedos?, ¿no los
introdujo?
Pero, después del 19 de abril de 2015, cambia de versión, noventa días
después va a la Fiscalía, 6 de julio de 2015, dice “sentí un dolor tremendo en
mi vagina cuando me metió el pene”. Ahora la agresión es violación. ¿Por qué
se produce el cambio? Dice que la penetración es de frente, esto es muy
relevante. El cambio se produce porque es una estrategia jurídica. La legítima
defensa presunta no opera respecto del abuso sexual, opera respecto de la
violación, si no se cambia a violación, no está en la presunción.
El 24 de julio de 2015, el informe psicológico de su propia prueba,
Marisol Tapia dice Giselle le informó que hubo penetración vaginal, aunque
no lo consignó en el informe.
Aurora Pizarro, en primera instancia dice que oye a Giselle decir que le
habían metido los dedos, el 18 de agosto de 2015, cambia su declaración y
afirma que Giselle le dijo que le había metido el pene. Esto es
extremadamente relevante porque denota el origen del cambio de la
declaración, dijo expresamente que cambió su declaración después de
conversar con Giselle.
El 19 de agosto de 2015, Jennifer dice que Giselle le dijo que le había
metido el pene.
El 18 de marzo de 2016, en la reconstitución de escena Giselle dice que
la intenta violar, pero no afirma en la reproducción de los hechos que se haya
consumado la penetración.
El 12 de abril de 2017, en el juicio oral, dice “me penetra de atrás hacia
adelante, cuando me doy vuelta se sube arriba mío”. Este es un hecho nuevo,
que nunca estuvo en ninguna parte de la investigación, ni en la reconstitución
de escena, es un cambio radical, a conveniencia de quien declara, porque eran
hechos perfectamente desvirtuados si se decían desde el principio. No
obstante, pocos minutos antes había dicho “al despertar de un dolor, ya tenía
los pantalones abajo, empiezo a gritar porque yo no sé si él me metió su pene
o sus dedos”.
¿Qué tribunal puede resolver con este nivel de incerteza? La versión de
Giselle no es única, y no lo es en un punto más que esencial, cuál es, en qué
consistió la agresión. En circunstancias normales, con este nivel de incerteza,
ante el cúmulo de contradicciones, no puede tenerse por acreditada la
existencia del hecho. Relevante, determinante, no existe corroboración del
relato de ella con otros testigos del mismo hecho. Aurora da cuenta en primera
instancia que le dijo que había intentado meterle los dedos en la vagina, se lo
dice al teniente Lorca, lo dice a la PDI, pero luego a la Fiscalía y al tribunal
les dice que, en realidad fue una violación, que ella siempre dijo violación.
Después admitió que había cambiado los hechos a instancias de Giselle, se
sabe que lo hace porque la quiere mucho y no quiere que le pase nada malo,
pero ya le había informado al teniente Lorca lo que había ocurrido, que había
intentado meterle los dedos.
Todas las personas incluidas en la cadena de atención de las primeras
horas, ya mencionadas, ninguna escuchó la palabra violación. Pero en esta sala
Jennifer señaló que Giselle le dijo que le habían metido los dedos y que no
cree que haya sido una confusión, porque uno sabe cuál es la diferencia entre
dedo y pene.
Otro hecho que habla de contradicción interna, es que ella refiere con
otro testigo haber entrado a la habitación y haber dejado la puerta abierta,
Aurora fue muy clara en decir que la puerta estaba cerrada. Abierta o cerrada
cambia la historia, si se escuchaban los gritos o no, si se podía intervenir, si
tenía ella acceso a la defensa que estaba en el exterior.
Afirma no haber consumido cocaína sino marihuana, pero el
toxicológico descartó la marihuana y concluyó la cocaína. Su psicóloga,
Marisol Tapia, dijo que le refirió cocaína y alcohol y el toxicológico dice que
hay cocatileno, es decir, consumo conjunto de cocaína y alcohol. ¿Por qué
miente en este sentido? Sumamente relevante, porque la diferencia entre
marihuana y cocaína, es que ésta última es un estimulante que produce euforia
y que las personas que tienen las condiciones psicológicas, que determinó el
Servicio Médico Legal respecto de Giselle, les produce efectivamente esta
excitación. Su parte puso el móvil en esta causa, irritabilidad y euforia, la
marihuana no produce eso.
Padece de contradicciones internas que la hacen poco fiable, por
ejemplo, dice haber recibido el golpe que le partió el labio dentro de la
habitación donde supuestamente estaba, pero en la reconstitución de escena
indica un palmetazo a mano abierta fuera de la habitación. Muy relevante,
porque hasta su perito dijo que el palmetazo no produce esa herida, porque es
un golpe de alta intensidad el que le parte el labio.
Lo mismo le dice Aurora al teniente Lorca, en relación con la forma en
que se produjo esa agresión.
Mientras Aurora y Jennifer afirman que salió con los pantalones
abiertos y que una de ellas se los tuvo que subir y cerrar, Giselle en la
reconstitución de escena dice que ella misma se los subió antes de salir.
¿Cómo pudieron ver Aurora y Jennifer los pantalones abajo si se los había
subido antes? Mienten porque el hecho no existió.
En la reconstitución de escena, en la escena crucial, dice que usó la
mano izquierda, porque es zurda, y acuchilla, en esa diligencia, en el lado
derecho, que puede ser una equivocación, pero ocupa el cuchillo de abajo
hacia arriba. El Servicio Médico Legal y la Brigada de Homicidios dijeron
respecto de la trayectoria intra-corporal que es de arriba hacia abajo, de
izquierda a derecha, de adelante hacia atrás. Esto en una persona zurda en
movimiento, sugiere que fue de espalda, no es un antecedente aislado ni una
conclusión antojadiza, se lo dijo al Servicio Médico Legal, le clavó un
cuchillo en la espalda, se lo dijo a Aurora, que lo quiso herir en el brazo, pero
justo se dio vuelta. En el juicio dijo que había utilizado la mano derecha de
abajo hacia arriba, pero ahora en el costado izquierdo.
En el juicio sostuvo que después de una primera tocación siguió
durmiendo, esto no lo dijo ni en la reconstitución de escena, ni en la Fiscalía,
no se lo dijo a nadie, lo dijo recién en este juicio. Aquello cambia
sustancialmente los hechos, porque habla de capacidad de advertir.
En cuanto al lugar de la agresión no pudo nunca explicar cómo es que el
hecho constitutivo de la agresión ocurrió dentro del dormitorio de Daniel, el
cual por sus propios dichos y de las personas que viven en esa casa nunca
salió hasta después de los hechos. Aurora intentó ponerlo siempre en el lugar
de los hechos, pero terminó diciendo que nunca lo pudo ver, no sabe dónde
estaba. No lo vio porque Daniel estaba encerrado en su pieza. Esa pieza no se
abría por fuera, solo se abría por dentro, la única cosa que afirmó claramente
don Plácido fue ésta, “no se puede abrir desde afuera, muchas veces hemos
tenido que esperar que llegue Daniel para abrirla”, él era testigo de la defensa.
Cuando fue necesario declaró Daniel y se mantuvo hasta el juicio.
Las lesiones de tipo sexual, un elemento relevante, al punto que la
propia defensa, en la apertura dice, ese examen sexológico está súper bien
hecho, conforme a protocolo, adhiere a las conclusiones, porque dicen que las
lesiones son compatibles con lo narrado. La perito en juicio dijo que, eran
compatible con lo narrado en cuanto a las agresiones sufridas con
posterioridad, a ellas se refieren las lesiones corporales, no a las lesiones
genitales, en eso es compatible con que le podrían haber introducido los
dedos. Pero el perito Ravanal dice, este tipo de lesiones, que son las más
superficiales dentro de lo eritematoso pueden ser producidas por cualquier
fuente, incluso por una infección, por una relación sexual consentida. ¿Cómo
se descarta que esta lesión tenga la data que ella refiere?, ¿y si estaba de antes?
El perito Ravanal dice, no se puede determinar esa data. Pudo haber sido
antes, porque tenía una vida sexual activa. No es una lesión datable en
relación con el hecho.
No se puede probar la existencia del abuso sexual y mucho menos la
violación, porque el acceso carnal tiene otras lesiones, que aquí no han sido ni
remotamente acercadas al establecimiento.
No obstante, lo más importante del peritaje sexual es la anamnesis,
donde dice haberlo apuñalado por la espalda, no se puede perder de vista este
relato.
Probó profusamente que la acusada fue golpeada con posterioridad al
hecho, y golpeada en la zona vaginal. También podría concurrir como causal,
va a establecer una duda razonable de que esa lesión provenga única y
exclusivamente del atentado sexual que ella refiere, aquí hay una
multiplicidad de causas y no necesariamente esa. Como no se tiene certeza de
aquello, no se puede, bajo ningún respecto, establecer ese hecho.
No se observan en ella las consecuencias que natural y habitualmente se
observan en las personas que sufren este tipo de agresiones. El peritaje de
salud mental del Servicio Médico Legal concluye puntos que desvirtúan su
intención de ser víctima, no tiene estrés post traumático, no presenta
afectación que no provenga del encierro, tiene rasgos psicopáticos, entre otros,
es muy relevante la mentira patológica, tiene dificultad para comportarse
conforme a las normas sociales. Esto tiene relevancia, porque ahí va el motivo
del hecho. No presenta daño asociado al hecho que reporta. Esto fue ratificado
por el psiquiatra del Servicio Médico Legal, que atiende a las víctimas de
delitos sexuales, la que no estaba en esas condiciones. Su propio perito dice
que esto pudo haber sido por el encierro o por el hecho de haber matado a
alguien y no necesariamente referido a abuso.
En conclusión, de la multiplicidad de versiones resulta imposible la
acreditación de la agresión ilegítima, porque no están los elementos básicos.
Existe la versión que tomó el cuchillo para defender, pero en juicio dijo
que no supo que lo había golpeado, no supo que lo había matado, que se
enteró en la comisaría, entonces, ¿cómo gritaba afuera que lo había matado?,
esta versión está montada exclusivamente para desprenderse de la
intencionalidad. Ni siquiera puede establecer que en el lugar en que Giselle
refiere haber sido agredida haya ocurrido ninguna cosa. Lo único que puede
tenerse por cierto, es que ese lugar estaba cerrado.
Pero hay una cosa más importante, tiene que ver con la necesidad
racional del medio empleado. Nuestra norma proviene del Código Penal
alemán y, éste establece que la determinación de la necesidad racional del
medio empleado no es subjetiva, es objetiva. Tiene que haber un examen de
los medios disponibles para causar la menor lesividad posible.
Hay un tema de valoración de hechos más que relevante y en las
máximas de experiencia debiera ser determinante. ¿Es posible que alguien
crea que este hecho tan alevoso ocurre a un metro y medio de Aurora y de
Jennifer y que no hayan escuchado nada, ni los ladridos de su perro, un poodle
toy, y no escucharon nada?, pero Giselle sabía que estaban en el sillón de al
lado, incluso en algún minuto dice que sale para acusarlo. Está a un metro y
medio de Aurora y Jennifer y ¿decide matar a Rafael? Aquí es relevante lo que
dice la doctrina alemana, nadie está obligado al heroísmo, no se le puede pedir
que deje de enfrentarse para pedir ayuda, pero tiene a un metro y medio la
ayuda, bastaba elevar la voz y obtenerla. No es creíble que no la hayan
escuchado, no es creíble que no hayan querido ayudarla. Lo que sucede es que
esas personas estuvieron presentes en el momento del acometimiento y le han
mentido al tribunal al momento en que intervienen, Aurora le dice al
carabinero Lorca que estaban compartiendo y que Rafael trató de tocarla, por
eso ella se fue a la cocina y sacó un cuchillo. Le dice eso a Lorca, porque eso
es lo que acaba de ocurrir y no ha tenido tiempo de fraguar otra historia.
Aurora, en su primera declaración, dice que ella se va a acostar y quedan
Rafael, Giselle y Jennifer, pero luego la cambia, porque tiene que sacar a
Giselle del lugar. Estaban ahí todos, algo ocurrió y ella fue a buscar un
cuchillo, porque declararon los testigos dueños del cuchillo, y ese cuchillo no
estaba ahí.
La trayectoria intra-corporal demuestra que fue atacado de espalda, el
objetivo buscado es matar, no como dice ella, que no se dio cuenta, que lo
tomó y se dio vuelta. Es una lesión de alta energía, ese cuchillo entró completo
en el cuerpo de una persona, no es un cuchillo pequeño, tiene peso, por lo que
quien lo usa para causar una lesión tiene que estar completamente claro de lo
que está haciendo. Si no hay lesiones de defensa y se pudo dar un golpe
limpio, la víctima no tuvo posibilidad de resistirse, lo dijo el Servicio Médico
Legal y la Brigada de Homicidios. Aurora dice que quería herirlo en un brazo,
pero justo se dio vuelta. Al perito sexológico le dijo que le clavó el cuchillo en
la espalda.
¿Hay legítima defensa en un ataque en que el pretendido agresor está de
espalda?, ¿Puede haber una agresión actual e inminente de alguien que va en
sentido contrario? No.
No hay ninguna lesión de defensa, el cuchillo no estaba en la mesa, tuvo
que ir a buscarlo. Quiso matarlo porque Rafael tuvo la mala ocurrencia de
ponerse simpático con Jennifer, minuto en el que estaban peleadas con
Giselle, porque ésta dijo cuándo la estaban tocando “pensando que era mi
expareja, que éramos ex solo porque no vivíamos juntas y nos habíamos
tomado un tiempo, pero nos juntábamos todos los fines de semana”, nadie le
preguntó eso, le salió de su subconsciente para desbaratar que no era su pareja,
lo que le molesta. Súmele el informe psiquiátrico del Servicio Médico Legal,
la cocaína, la compulsión de hechos que determinaron la explosión de su
carácter. Nunca le pudo haber gustado que anduviera con el pañuelo de
Rafael, la mala suerte de este último de mirar a una persona equivocada.
Amenazó a Daniel cuando estaba bailando con Jennifer, Daniel no lo
recuerda, los demás sí. Su carácter con 3,06 de cocaína se incendió, cuando
nadie pudo verla, cuando todos se acostaron, lo mató. No fue para defenderse,
porque esa agresión jamás existió. Inventó en julio de 2015 una historia para
salvarse de la cárcel. No pudo acaso, despertar a su tía y a su polola, estirar el
brazo y tomar el cuchillo para amenazarlo, la única alternativa que tuvo ¿fue
acuchillarlo?, ¿no había posibilidad de pedir ayuda?, ¿no había nadie
alrededor de ella?, bastaba que diera un paso a la izquierda, despertaba a
alguien y se acababa el problema, no lo hizo porque nunca estuvo en peligro,
jamás estuvo en riesgo su vida.
En apoyo de tal tesis invocó al jurista alemán Claus Roxin, en su obra
de Derecho Penal, parte general, página 629, 634.
Aurora dijo que Giselle en el momento del acometimiento dijo “para
que nunca más le haga ese daño a nadie”. El motivo no es defensa, es
venganza.
Solicitó se dicte sentencia condenatoria por el delito de homicidio en
contra de Giselle Valladares y desechar la justificante alegada por la defensa,
por no haberse acreditado siquiera la agresión ilegítima, que es requisito
esencial de la legítima defensa.

La parte querellante expuso que, el funcionario Felipe Valdés es claro


en precisar el lugar de los hechos, en determinar la forma en que se cometió el
delito de homicidio, en cuanto a la trayectoria de la salida de la sangre y el
lugar en que ésta se encontraba. Que, además, Giselle mató a sangre fría a
Rafael Bichon, tal como lo dicen al declarar, que actuó sobre seguro.
Asimismo, la perito del Servicio Médico Legal, médico Mireya Gutiérrez,
establece que existen partes del cuerpo donde una persona puede actuar sobre
seguro, entre ellas, el tórax, por encontrarse órganos vitales en esa zona. La
autopsia demostró que, al ingresar el cuchillo, que medía más de 31
centímetros, le atravesó una costilla, el páncreas, el estómago y la aorta que
atravesaba al estómago. Agrega, además, que la única lesión que mantenía
Rafael Bichon al momento de ser peritado era una herida letal en el hemitórax
izquierdo, que no mantenía señales de forcejeo, que no tenía lesiones en sus
manos que demostraran haber inferido un golpe en la cara, como señala
Giselle.
En cuanto al perito sexológico, médico María Soledad Arredondo,
declara que, si bien en la vulva había una zona eritematosa, no se puede
determinar la data de esa lesión, que tampoco se puede establecer como causa
única de ella, la supuesta introducción de dedos que declara Giselle. Por tanto,
no hay certeza sobre qué fue lo que ocasionó esa lesión.
El médico psiquiatra, José Arancibia, declara que al ser entrevistada
Giselle en octubre de 2015, ella no tenía estrés post traumático, sino que un
trastorno adaptativo en remisión, que no había sido sometida a tratamiento
psiquiátrico ni farmacológico, que quizás hubiera podido ayudarla por un
posible estrés post traumático.
La familia Alfaro Bobadilla declara que, Rafael era una persona buena,
que jamás, durante todos los años que lo conocieron, prácticamente desde que
nació, había cometido algún delito contra otra persona, pese a haber
compartido en innumerables oportunidades con él en su casa.
Todos relatan que ese mismo día, sobre la mesa, no había ningún
cuchillo, que solo se encontraban las hojas de las humitas que iban a preparar
ese día, ya que las habían dejado listas, solo para llegar y armar.
Gricel declaró en el juicio que el cuchillo no contenía filo, concordante
esto con el tipo de lesiones declaradas por la tanatóloga Mireya Gutiérrez y
por el funcionario Felipe Valdés, en cuanto declaró que, por la forma de la
lesión, el cuchillo que se introdujo no contenía ningún tipo de filo, por lo que,
la fuerza que se utilizó fue excesiva, probablemente causada por el consumo
de droga que había mantenido Giselle ese día.
Ninguno de los testigos escuchó gritos durante la comisión del delito,
considerando que se trata de una casa común y corriente como se vio en la
reconstitución de escena, donde fácilmente una persona puede escuchar los
gritos de auxilio de otra, sobre todo si estaban abusando sexualmente, donde
se supone que se grita desesperadamente para zafarse de la agresión.
En cuanto a los golpes que mantenía Giselle en su cara y en su cuerpo,
los testigos declararon que fueron los familiares y vecinos de Rafael, quienes
ante la situación se vieron desesperados y golpearon a la acusada, quien
delante de ellos dijo que era ella quien lo había asesinado. Bastián, sobrino de
la víctima, declaró que él le dio un golpe de puño en la cara a Giselle, que la
dejó sangrando. La misma Giselle cuando concurre al establecimiento de
salud Dr. Alejandro del Río, declara que también había sido golpeada por
vecinos y por familiares de Rafael Bichon cuando salió de la casa de
Caucahue Nº6039.
Lo más importante de la declaración de los testigos en el juicio, es que
Daniel Alfaro, dueño del dormitorio en las afueras del cual se cometió el
delito, declara que estaba durmiendo en esa habitación, solo, que su pieza
únicamente se puede abrir con llave desde afuera, la que mantenía él al
momento de la comisión del delito.
En cuanto a la teoría del caso de la defensa, el informe sexológico
referido por el médico Ravanal es incompleto, ya que al momento de
realizarlo no contó con las imágenes del informe sexológico, ni con el informe
psiquiátrico y psicológico del Servicio Médico Legal, donde Giselle declara
cómo ocurrieron los hechos. De haberlo tenido, hubiese podido advertir que
Giselle declara que utilizó juguetes sexuales, lo que pudo haberle ocasionado
la lesión. Este facultativo relató que pudo haber sido también por relaciones
sexuales u otra forma de penetración, no necesariamente la introducción de
dedos.
En cuanto al informe psicológico presentado por la defensa, psicóloga
Mariela Tapia, declara que la causa del estrés post traumático que presentaba
en ese minuto Giselle podría ser el abuso que ella refiere de Rafael, pero
también señala que podría ser el encarcelamiento o el haber matado a otra
persona, no descarta ni excluye ninguna de estas posibilidades.
En cuanto a Jennifer Arteaga, lo más relevante que indica es lo que
Giselle le contó, porque lo único que ella vio esa noche fue a Rafael tirado en
el piso y que supuestamente Giselle tenía los pantalones abiertos. Que ella
mantenía la perrita poodle en sus brazos, que ésta ladró, pero que nadie se
despertó.
En cuanto a la versión de Aurora Pizarro, ella declara ese mismo día 19
de abril, a las 18:00 horas, en compañía de Jennifer Arteaga, en esa primera
versión indicó que ella se fue a acostar y se quedaron despiertos Giselle y
Rafael, para decir en agosto que Giselle se había acostado primero, cosa que
es muy curiosa, porque logra calzar esa versión con la de Giselle. Por otro
lado, dijo que Giselle esa noche no había consumido cocaína, lo que en el
peritaje toxicológico quedó evidenciado que sí había consumido cocaína y
alcohol, y que no había consumido marihuana, que supuestamente fue lo que
le produjo el malestar a Giselle. Además, ella dijo que le había llamado
tremendamente la atención que Giselle tuviera el pantalón desabrochado y ella
si había escuchado que Rafael le había metido los dedos, sin embargo, cuando
declara ese mismo día 19 de abril de 2015 ante la PDI, no dice que Rafael
supuestamente le había dado un agarrón, que Giselle tenía un golpe en la cara
que sangraba y que tenía el pantalón desabrochado, lo que sí declara en agosto
de 2015, después de haberse juntado con Giselle. Asimismo, y lo más
importante, que despierta con el grito de Rafael, no con los gritos de Giselle,
pese a que estaba allí mismo, en el lugar de los hechos, en el living de la casa,
a un metro y medio. También dice que, Giselle se fue a acostar con la puerta
cerrada, a diferencia de lo que declara Giselle que ella estaba con la puerta
abierta.
Respecto de los dichos de la acusada, en cuanto al consumo de
marihuana quedó evidenciado que no consumió, por tanto, no se sintió mal a
consecuencia de la marihuana. Daniel se fue a acostar a la pieza del lado del
computador y no Giselle. Su tía Aurora declara que fue Giselle la que se
queda en pie junto con Rafael, que no se fue a acostar primero. El golpe que
tenía Giselle en la cara no pudo haber sido causado por una cachetada, tal
como lo dijo el perito Ravanal, que dijo que se podría haber causado con un
objeto contundente o por un golpe de puño, pero nunca por una cachetada.
Que ella forcejeó con Rafael, de lo que no había ninguna evidencia ni en el
cuerpo de Rafael ni en el de ella. La confusión importante de la mano con que
le propinó la puñalada, el lugar donde se la encajó, la forma y trayectoria. Dijo
que el cuchillo estaba sobre la mesa, en circunstancias que la familia dijo que
estaba guardado en la cocina, porque ese cuchillo no lo usaban porque no tenía
filo. Hay dos versiones, no se sabe si fue violación o abuso, que nunca logra
determinarse si le metió los dedos o hubo violación. Dice que Rafael se le
subió encima, sin embargo, ella no tiene ninguna lesión en la parte delantera
de los muslos, ni tampoco, Rafael. Que ella gritó con la puerta abierta, pero
que nadie la escuchó. Que ella para zafarse de Rafael lo empujó y pese a que
éste cayó encima de la cama, corrió más rápido que ella, llegó a la puerta y la
empujó hacia adentro cuando ella intentó escapar. Que no quiso matar a
Rafael, pese a que le enterró un cuchillo de 34 centímetros, sin filo, en el
tórax, fracturándole una costilla, pudiendo perfectamente haberse defendido
de otra forma, estando su tía, su expareja, sus primos. Giselle no es una
persona que tenga poca fuerza, pues es una persona que es capaz de introducir
ese cuchillo a otra persona que está completamente indefensa.
Solicitó se condene a Giselle Valladares por el delito de homicidio
calificado.

La defensa señaló que solicita el tribunal acoja la causal de


justificación de legítima defensa. Su representada, que carece de antecedentes
penales pretéritos, evidentemente pudo procesalmente elegir otra forma de
término a este conflicto penal, y decide ella traerlo a sede de juicio oral, para
que el tribunal pueda conocer y valorar lo que ella de manera unívoca ha
sostenido del inicio de estos hechos del 19 de abril.
Hay una coherencia interna dado por el relato de Giselle Valladares, que
se aúna a diversos elementos probatorios entregados en el juicio oral. A saber,
donde sitúa el lugar de discusión, el lugar de conflicto con Rafael Bichon, en
el living de la casa, lo que también lo dice el policía Felipe Valdés. Giselle lo
dice en su declaración de julio, en la reconstitución de escena. Lo dicen los
testigos presenciales Jennifer y Aurora.
Las conclusiones de los médicos del Ministerio Público, la médico de la
autopsia, el policía, describen que esta dinámica ocurre de pie y que no pudo
haber ocurrido acostado, además, ubican, aun cuando no son expertos, que hay
una dinámica que ocurre de una manera lateral o bien de espalda. También son
datos coherentes con el relato de la acusada.
Los detalles que pueden hacer que caiga la verosimilitud de una versión
tienen que ser trascendentes, claramente acá los elementos que destaca el
Ministerio Público son intrascendentes.
Estima que ha probado cada uno de los elementos que constituyen la
agresión ilegítima y la presunción de la legitima defensa privilegiada, que sí
concurre, es de cargo de la contraria desvirtuar. Ha probado el contexto, tanto
con la prueba de cargo como con la de descargo. La inminencia y permanencia
en el tiempo, también lo ha probado, con las declaraciones de Giselle
Valladares y de los testigos presenciales.
La agresión se prueba con el examen sexológico, es imposible sostener
que un informe sexológico donde se aplica un protocolo para víctima de abuso
sexual, de violación, de un Servicio Médico Legal y una médico de más de 10
años de trayectoria, abonado por el médico Ravanal, que hace una mega-
pericia, que esa conclusión que efectivamente hay un correlato con la versión
de la imputada, sean las lesiones, si el objeto de un informe sexológico no es
determinar las lesiones, es determinar si efectivamente hay una agresión en la
zona vaginal, ya sea peneana o de otros elementos. Eso es lo que concluye el
informe sexológico.
En cuanto a la hipótesis legal, efectivamente en la mayoría de los casos
en que el Ministerio Público trae a juicio a una víctima que se le introducen
dedos, sostiene que eso es un abuso sexual, artículo 365 bis, que tiene,
además, un apoyo en la historia fidedigna, norma que se adecúa al artículo 10
Nº4 en relación al artículo 10 Nº6 en la parte respectiva.
Respecto de la agresión ilegítima, cuenta con testigos presenciales de
primera fuente, Aurora y Jennifer, que despiertas por los gritos, oyen la
versión inmediata y espontánea de la acusada. Esto no es ganancial, no es
construido durante el proceso. Ven estas personas el pantalón abierto, nadie
dice que tiene el pantalón abajo, Jennifer muy espontáneamente dijo “yo lo
cierro, yo le limpio la herida en la cara, yo la arreglo”, describe, además, un
estado emocional de nerviosismo y alteración. Esto, que ya está acreditado, se
abona con el informe sexológico cuyas conclusiones ya se conocen, y que se
refiere a la evidencia de sangre en la zona vaginal, que hay una compatibilidad
con lo narrado, lo que apoya el médico Ravanal, descartando la tesis que se ha
levantado por la querellante, que esa herida en la zona vaginal era por un
puntapiés, toda vez que de haberlo habido, por la dimensión, por el zapato, por
la fuerza, debió haber habido una zona en la vulva, inflamada con elementos
que no se advirtieron compatibles con esa lesión. También dijo que las
lesiones recogidas en el informe sexológico eran compatibles con agresiones
típicas de violencia sexual. Es un hecho no discutido que todos los testigos
oyen referir a Giselle el elemento de una agresión sexual. Lo que dice si
efectivamente son los dedos, que luego ante la fiscal tiene duda si es dedo o
pene, lo deja a la valoración del tribunal, pero no es un elemento trascendente
de discusión, porque sí ocurre el ataque sexual, la introducción de algo, dedo o
pene. Si fuera dedo está en la norma del abuso sexual.
El relato de Giselle Valladares ayuda para su participación, los
persecutores ni siquiera tienen que probarla. Ayuda para que esto fue de pie,
en una dinámica en que ella gira y realiza este acto de enterrar un cuchillo.
Estas dinámicas no son discutidas, por tanto, no puede aprovecharse el
Ministerio Público que Giselle en una parte miente y en la otra dice la verdad.
El contexto donde se desarrolló este hecho el 19 de abril de 2015, es
haberse juntado en una reunión familiar, a las 20 horas o 22 horas, para luego
trasladarse a un segundo domicilio, a las 8 de la mañana, con más de 12 horas
ininterrumpidas de un carrete con alcohol en alto grado, con droga cocaína, da
un contexto que este hecho que ocurre no tiene un sentido, lo que abona su
teoría del caso. Efectivamente Aurora, Jennifer y el policía Valdés introduce
la versión de la testigo Margarita, que es un testigo que no compareció a
declarar, que efectivamente había rumores que Rafael hablaba de Giselle en
términos que se parecía a una ex polola, que él la encontraba bonita. Se suma
a ella Michael Byers. Algo ocurrió ahí ese día, que puede haber tenido este
interés lacivo. Luego viene el ataque que señala Giselle haber tenido.
Los persecutores para desvirtuar su teoría del caso, básicamente han
levantado dos puntos, la circunstancia de que el lugar donde Giselle refiere
habría ocurrido el hecho, no es tal. Eso el tribunal con todos los medios de
prueba presentados, puede entender que la introducción de Daniel hoy día es
esencial, porque él viene a refutar su teoría del caso, en los términos de la
credibilidad porque ese hecho no habría ocurrido en el dormitorio. Tal como
dijo el funcionario Felipe Valdés, lo más importante es la espontaneidad de las
declaraciones. Entonces, sí este funcionario junto a su equipo en abril de 2015
toma diversas declaraciones y luego hace un informe complementario en
septiembre de 2015, siendo ésta su única intervención en la carpeta fiscal,
porque toda su conclusión en cuanto a heridas y las demás que el tribunal oyó,
no fueron parte de su informe, eso no formó parte de la carpeta investigativa,
él no se dedicó a eso. Casi dos años después saca conclusiones. Daniel no
aparece en la toma de declaraciones de abril, ni siquiera sus hermanos lo
mencionan, ni siquiera hasta ese momento es relevante o no el dormitorio.
Todos los testigos han referido que Daniel durmió allí, que hay un sistema de
seguridad y que la puerta está cerrada, todos se encargaron de acreditar el uso
de las llaves. El testigo Michael Byers cuando va a preguntar qué pasa, le
dicen, Giselle mató a Rafael, Giselle es mi prima, Rafael mi hermano. La
mayoría de la línea de los testigos del Ministerio Público son parientes muy
lejanos de Giselle, pero son absolutamente cercanos a la víctima, esto es,
¿parcialidad o no?, tan cercano, que es como un hijo y para los primos como
un hermano.
Cuando se suma la querella, se enarbola la teoría de los celos y que esa
pieza siempre estuvo cerrada, pero esto nunca apareció antes, ni siquiera fue
entrevistado y ese tema ni siquiera fue relevante, ya que tampoco en
septiembre ese tema se dijo. Lo que genera dudas de la fiabilidad de esa
versión, que es contrastada con dos testigos presenciales, Aurora y Jennifer,
que ven de propia vista irse a dormir a Giselle a ese lugar, parte ésta que no se
puede segregar de sus declaraciones.
En cuanto al móvil de los celos, es un móvil que se levanta a bastante
andar de esta investigación. Parece que es lógica y máximas de experiencia.
Jennifer y Giselle, lo dijeron los psicólogos, los testigos, es una relación entre
dos mujeres, absolutamente madura, de más de cinco años de estabilidad. En
la historia vital de Giselle, tanto de los psicólogos y psiquiatras de los
persecutores, como la psicóloga de su parte, todos son contestes que las
relaciones de Giselle han sido estables y largas, con Jennifer incluso se
mantiene después de estos hechos. Esa relación sólida, madura y estable, con
compromiso de compra juntas, que por un tema fáctico deben separarse
solamente en el hecho, pero siguen manteniendo la relación, permitiría, en la
lógica y las máximas de experiencia, en una fiesta, por cinco minutos de ir a
comprar una cerveza, dónde la propia Giselle, Aurora y otros encargan
comprar “copete” como dicen ellos, en una botillería que se ve desde el
antejardín. Bastará para enarbolar un celo de tal magnitud en una persona
normal, que carece de antecedentes penales, que no se tiene ningún elemento
para estimar que actúa de una manera impulsiva o arrebatada ¿basta? No
basta.
Este móvil no ha sido acreditado por los persecutores. Por tanto, esta
reacción tan extrema, que le ha traído importantes consecuencias a su
representada, no ha sido gratuito para nadie. Lo que su parte sostiene, es
valorar si está o no, justificado ese actuar.
En el estadio de la antijuridicidad hay dudas razonables, por medio de
pruebas importantes, científicos, como es el informe sexológico apoyado por
el médico Ravanal, para estimar que sí ocurrió y que hay un correlato con la
acusada.
Frente a esta duda razonable es posible que concurra una causal que la
exima de responsabilidad, por lo que solicita su absolución u otra, según si el
tribunal la acoge completa o no.
Cuando se exhibe la reconstitución de escena, esa prueba genera una
inmediación y una espontaneidad de suma importancia, porque da cuenta de
otro elemento más de la trascendencia de los elementos que entrega Giselle
Valladares y de la continuidad de su relato, que no es equívoca, pues en lo
esencial hay unicidad. Le da inmediación y espontaneidad porque se puede
apreciar que el hecho ocurre de manera muy rápida, ella precisa el lugar donde
ocurre, la dinámica de cómo ocurre, el desplazamiento que tiene, lo que se
mantenido en el tiempo.
Le llamó la atención que se ha presentado sesgadamente una
información, porque de las fotografías que presenta el Ministerio Público, que
fueron parte de los alegatos de clausura de ambos persecutores, hablan que
resta validez a lo informado por la acusada, en cuanto a la agresión en el labio,
que una palma abierta es imposible que genere esa lesión en su cara, eso dice
la foto, porque en ella aparece un funcionario policial con una mano abierta y
Giselle Valladares, sin embargo, en el video de la reconstitución de escena se
puede observar, que eso no fue así, que lo que señala Giselle Valladares es que
ella recibe un golpe con la parte de la palma de la mano, de manera fuerte y
emergente. Por tanto, esa información no es real.
Que el funcionario Felipe Valdés, cuestionando la versión de la
acusada, señala que acá hay contradicciones también, porque la acusada
refiere que la herida fue a la altura del abdomen y acompañan la fotografía con
un papel doblado que hace las veces del arma y le apuntó al abdomen. Eso
está descontextualizado porque al ver la reconstitución de escena, se pudo
observar que ella se pone de espalda, se gira, señala, en el video, que no
recuerda dónde fue efectivamente el golpe porque esto fue muy rápido y
estaba choqueada, además, está con alcohol y droga, pero en lo grueso y
relevante se coloca en la misma posición y en la misma dinámica.
Por eso, exhibió el video de la reconstitución de escena.
Los persecutores no han probado completamente su acusación, si afecta
o no el principio de congruencia, será ponderación del tribunal. El no probar
los hechos contenidos en la acusación debilita la postura del Ministerio
Público en la tenacidad que pretende, que esto es una falsedad, que no ocurrió,
que no se ha probado la agresión ilegítima.
En la parte segunda, señala la acusación que a las 11 de la mañana
Rafael le pide a Jennifer Arteaga que lo acompañe caminando a una feria
cercana, punto fáctico no probado.
Situación que pudo ser observada por varios testigos, testigos que no
vinieron a deponer sobre ese punto. Quienes además lo vieron abrazándose y
besándose en una plaza cercana al lugar. Ni el abrazo, ni un beso, fueron
probados por los acusadores. Finalmente, sostienen que al momento de
dormir Rafael y Jennifer deciden hacer lo mismo, y se acurrucan en el mismo
sillón. Porque la teoría de los celos da cuenta que ellos estaban tan juntos y
unidos, que duermen juntos, situación fáctica que habría sido importante para
acoger la tesis de los acusadores, sin embargo, testigos, ni prueba alguna se
presenta que Rafael y Jennifer se acurruquen en un sillón, muy por el
contrario, Giselle está en un dormitorio, las dos mujeres en un sillón y
claramente Rafael queda, porque no vive allí y no está invitado a ese
domicilio.
Que una vez profundamente dormidos, Giselle acude a la cocina,
trayecto que tampoco ha sido efectivamente probado.
Saca del secador de cubiertos un cuchillo, cuestión fáctica que tampoco
ha sido probada en ese emplazamiento de la vivienda.
Se dirige directamente a la víctima, aprovechando la indefensión de
Rafael, quien se encuentra dormido. Aquí hablan de una hipótesis distinta a la
probada en el juicio.
Estos elementos fácticos no probados debilitan la postura del Ministerio
Público.
También citó al jurista Claus Roxin en apoyo de su causal de legítima
defensa.

El fiscal en la réplica sostuvo que, en cuanto a la coherencia interna de


la versión de Giselle, que se aúna con otros elementos, citando como ejemplo
que fue en el living de la casa. Su parte dijo que habían hechos no
controvertidos, si nadie duda del punto en que se produjo efectivamente el
acuchillamiento, el lugar que no es claro, es dónde se habría producido la
supuesta agresión. Aurora y el teniente Lorca dicen que estaba en el sillón
cuando ocurre, Aurora yéndose a acostar antes, yéndose a acostar después,
Giselle acostándose primero dentro de una pieza cerrada. No es claro.
Si fuera así de claro, cómo explica el cambio de mano. En el
acometimiento es tan relevante, porque siendo zurda, en una herida causa de
adelante hacia atrás, de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha, el
movimiento realizado no puede ser el que ella describió en la reconstitución
de escena y en el tribunal, pues describió un movimiento ascendente a una
persona de frente. ¿Cómo logró causar una herida de arriba hacia abajo? ¿De
izquierda a derecha? y ¿de adelante hacia atrás?, tenía que estar
necesariamente de espalda.
Señala que la jurisprudencia dice que los detalles tienen que ser
trascendentes y que los detalles marcados en la versión de su parte no son
trascendentes. Es trascendente conocer si el hecho fue A o B, se invoca la
protección del derecho por una agresión ilegítima, pero no se sabe cuál fue.
La defensa dice que probó la agresión ilegítima con el informe
sexológico del Servicio Médico Legal apoyado por el médico Ravanal. El
sexológico dijo que era compatible con lo narrado, el perito en juicio dijo que
era compatible con lo narrado en relación con la golpiza sufrida con
posterioridad. Puede entenderse, más allá de toda duda razonable, que la
herida que supone la defensa, constata el sexológico como compatible con el
relato y que apoya el médico Ravanal, como única y exclusivamente
producida por la acción de Rafael, ninguno de los peritos dijo eso. Se puede
producir por multiplicidad de factores, el médico Ravanal funcionó para su
parte, porque dijo que había una multiplicidad de factores que podría haberlo
causado.
Un hecho tiene una causa, no puede tener dos. Para poder establecer ese
hecho, se infringe el principio de razón suficiente pretendiendo que, teniendo
la concurrencia de varias causales posibles, se le atribuya solo a ésta.
Hay una diferencia en las declaraciones de Aurora y Jennifer, ambas
reconocieron haber cambiado su versión después de haber hablado con
Giselle. Dijeron que claramente le cerraron el pantalón, en el video Giselle
dice que ella se lo cerró antes de salir. Dice que la sangre prueba que hubo una
agresión, el médico Ravanal dijo que la sangre podía provenir de muchas
fuentes, excluyendo solo la menstruación por las fechas, no fue concluyente
que provenía de la agresión por los dedos.
La defensa dice que todos oyeron a Giselle hablar de un abuso sexual,
su parte escuchó violación, el cambio no es menor, la agresión ilegítima no
puede tener dos fuentes, es un hecho de certeza, el hecho no está claro y por
ello no puede establecerse su existencia.
El contexto, dice la defensa, que todos estaban curados, de qué prueba
se dispone para decir que estaban con consumo de alcohol, solo de dos
personas, a los demás se les preguntó como que estaban normales.
Dice que hay que valorar la declaración del testigo Michael Byers, pero
no hay que valorar la de Daniel porque apareció muy tarde, su testigo apareció
en el juicio. Daniel apareció cuando la investigación se da cuenta que es
importante, aparece al mismo tiempo que Jennifer y ésta estaba al lado del
hecho, supuestamente.
La defensa en la clausura introdujo información que no fue introducida
por ningún medio de prueba al juicio, aludió a fechas de informes policiales, a
fechas de declaraciones que no se introdujeron, pero dice que su parte tuvo
presentación sesgada de prueba.
Los testigos presenciales que afirma la defensa, Jennifer y Aurora,
fueron contradictorias entre ellas y con la declaración de Giselle.
En cuanto a la relación tan compenetrada que habla la defensa de
Giselle y Jennifer, la primera no le cuenta todo a Jennifer porque Giselle tiene
problemas con la verdad.
La declaración de la psicóloga Mariela Tapia y la de Michael Byers
aportan un motivo antiguo, hablan de un proceso de animadversión antiguo en
Giselle hacia Rafael, desde el 2014. Dice la psicóloga que hay una agresión
reiterada, una humillación, que no es así porque ningún otro testigo la
refrendó, pero es lo que Giselle le dice a esa profesional. Se puede ver ahí una
motivación, una animadversión.
La defensa habla que hay duda razonable de la antijuridicidad, no la
hay, porque en ese punto la carga de la prueba le correspondía a la defensa.
En cuanto a la reconstitución de escena, se observó que Giselle se
expresó con bastante naturalidad y serenidad, no se vio consternada, ni
dificultada para expresarse, incluso hubo que ponerle algún freno para que no
fuera tan animosa.
Para establecer la participación de Giselle nunca utilizó su declaración,
solo se refirió a ella para el descarte de la legítima defensa.
Reiteró su petición condenatoria.

La parte querellante en su réplica explicitó que, la defensa sostiene


que el informe sexológico dice que Giselle fue abusada, porque concluye que
es concordante con las lesiones narradas. Ese informe cuenta desde que
Giselle es golpeada, hasta que es abusada, no aclara en qué punto fue
concordante con las lesiones declaradas. El perito Ravanal tampoco pudo
descartar como única posibilidad que las lesiones fueron provocadas por la
introducción de dedos, dio como posibilidad hasta una relación sexual
consentida.
Giselle ha dado múltiples versiones de cómo ocurrieron los hechos.
Tampoco queda claro si la relación de Jennifer y Giselle estaba terminada, ya
que ésta última aclara al principio de su relato que la relación se encontraba
terminada y que ya no vivían juntas. Se ha demostrado que, además, de la
motivación de celos, en Giselle hay una personalidad psicopática, influida por
el consumo de cocaína que altera aún más los rasgos de personalidad, cuando
una persona sufre algún tipo de trastorno psiquiátrico.
Giselle declara en el juicio y hace la forma de cómo fue golpeada, en
ningún momento dice que fue golpeada con un objeto contundente o con el
puño cerrado, que sería concordante con los peritajes presentados en el juicio,
incluido el médico Ravanal.
En relación a los hechos que su parte no ha podido demostrar, según la
defensa, ha probado que hubo un homicidio, que Giselle por motivo de celos
mató a Rafael y que no hubo ningún intento de agresión por parte de la
víctima.

La defensa en su réplica expresó que Giselle no es zurda, ella explica


la dinámica en la reconstitución de la misma forma que lo hizo en el juicio
oral y que es concordante con la perito, que la víctima se habría encontrado
con el brazo arriba, ella dice que la toma con un brazo y la dinámica con la
mano izquierda observada.
En cuanto al golpe en el labio, el policía Lorca, señala que nadie la toca
una vez que ellos llegan al sitio del suceso, menos cuando subía al furgón.
En relación a que Giselle en la reconstitución de escena dice que ella se
sube el pantalón, efectivamente es así, las testigos lo que dicen es que el
pantalón estaba abierto y le abrochan, no es que se lo suban.
En cuanto a los informes del policía Valdés le preguntó a él por los dos
informes y él contestó, por lo que no hay incorporación de prueba nueva.
En la reconstitución de escena la fiscal titular de esa causa, cuando se
tiene que hacer la reconstitución del momento en que Giselle está en la cama
acostada y hay una persona detrás, que hace las veces del occiso, ella relata
que le piden a esa persona que haga la acción sobre ella, ahí Giselle como en
shock no quiere, incluso quien está hablando le dice que no se preocupe, que
no lo haga. Esta circunstancia es clara de la espontaneidad.
En cuanto a los testigos del informe de daño, psicóloga y psiquiatra,
solamente el sesgo, ambos señalaron que era primera vez en los años de
trayectoria que les toca evaluar a una imputada que dice ser víctima. Y cuando
relata lo que le habría dicho Giselle, lo dice en un tono, claramente, de no
credibilidad. Respecto a la objetividad de la valoración vendrá de esa
información que entregan, que parte, claramente, desde un sesgo tendencioso
de no darle credibilidad y, por tanto, no se hacen cargo de una consecuencia
del daño, que su parte probó con la perito Mariela Tapia.
Respecto a las heridas vaginales que fueron introducidas por la
querellante, la perito María Soledad Arredondo señala que presenta desgarros
antiguos, cicatrizados que hablan de una data muy superior a las lesiones de la
hhorquilla vulvar, respecto a la data de las lesiones en ésta, refiere que es
reciente, no pudiendo estar más que entre pocos minutos y veinticuatro horas.

SÉPTIMO: Valoración de la prueba rendida y hecho acreditado. Se


valoraron de acuerdo con lo prescrito en el artículo 297 del Código Procesal
Penal los elementos de convicción presentados en estrados, de la siguiente
manera.
I.- Aseveraciones del Subteniente de Carabineros Felipe Luciano Lorca
Romero en cuanto manifestó que, el 19 de abril de 2015, aproximadamente a
las 14:35 horas, en la 58º Comisaría de Estación Central, recibióun
comunicado que en la Posta se encontraba gran cantidad de personas
realizando desórdenes. Al llegar al lugar, alrededor de las 14:40 horas, había
unas 10 personas en el exterior del Sapu Chuchunco, las que les manifestaron
que habían apuñalado al Rafa y que en calle Caucahue Nº6039 se encontraba
la persona que lo había apuñalado. Concurrieron a este domicilio con el
Sargento Catrifil, había tres mujeres, una de las cuales presentaba una lesión
en el labio superior, las otras dos dijeron que ésta habría sido la autora,
agregando que momentos antes ésta se encontraba en el interior del domicilio
en compañía de Rafael Bichon Silva y un grupo de familiares, compartiendo
bebidas alcohólicas. Que el fallecido intentó sobrepasarse con Giselle, que fue
la persona detenida, que intentó introducir su mano en la vagina de Giselle,
ella le dice “no me vai a tocar más”, concurriendo hasta la cocina de dicho
domicilio, tomó un cuchillo y le ocasionó una herida penetrante en el tórax,
costado izquierdo a Rafael. Esto se lo narraron Jennifer Arteaga y María
Pizarro. Las entrevistó en la vía pública frente al domicilio.
Tomaron detenida a Giselle, trataron de atacarla unas 10 personas, ellos
se interpusieron, los empujaron y gritaron a ellos, Giselle no fue lesionada,
eran las mismas personas que estaban en el Sapu.
Giselle se encontraba en estado de shock, observaba la situación
silenciosa, tenía hálito alcohólico, decían que había estado consumiendo
sustancias sicotrópicas, ella no dijo nada.
Reconoció a Giselle Valladares Stewart en la sala como la persona
que detuvieron el día de los hechos.
María Aurora y Jennifer dijeron que Giselle era la que había apuñalado
al Rafa.
El Sapu está a 100 metros del domicilio en que ocurrió el hecho.
Los hechos habían sucedido en el living comedor, todos estaban
compartiendo la última cerveza.
Giselle solo presentaba la lesión en el labio superior, no tenía los
pantalones desabrochados, tenía un tipo cartera cruzada desde el hombro.
Al momento que ellos llegaron Giselle no sufrió ningún tipo de
agresión. La herida la tenía en el labio superior, no recuerda en qué lado.
No la derivaron ellos al Servicio Médico Legal, la fiscalía instruyó
aislar el sitio del suceso y que concurriera la Brigada de Homicidios de la PDI,
a quienes le entregaron a la imputada.
En cuanto a la persona que le informaron al Subteniente Lorca que
había sido apuñalada, informó la médico del Servicio Médico Legal Mireya
del Cisne Gutiérrez Mejía que el 20 de abril de 2015, practicó la autopsia de
un hombre de 41 años de edad, identificado como Rafael Ismael Bichon Silva,
contextura física mesomorfa, 1,73 metros de estatura, 66,6 kilogramos.
La lesión principal, se encuentra a nivel de la región toráxica, tercio
superior cara anterior externa del hemitórax izquierdo, herida corto-punzante,
que mide 4,2 centímetros. El arma utilizada ingresa a la cavidad torácica,
fracturando la costilla izquierda, ocasionando a nivel de la pleura parietal una
lesión que mide 4,3 centímetros, lesiona el diafragma, el epiplon mayor,
cobertura mayor del estómago, la suprarrenal izquierda, el páncreas y termina
su recorrido seccionando casi por completo la aorta abdominal. Como
consecuencia de esta lesión deja en la cavidad torácica izquierda 300 cc de
sangre y en la cavidad abdominal o peritoneo 900 cc aproximadamente de
sangre. La trayectoria de esta lesión es de izquierda a derecha, de arriba hacia
abajo y de adelante hacia atrás, con un recorrido aproximado de 23
centímetros, de la que también informaron en detalle las fotografías, con las
cuales la perito respaldó su informe.
Informó este perito que el resto de los órganos al examen interno se
encontraban sin lesiones.
Concluyó que la causa de muerte, es una anemia aguda, por herida
corto punzante torácico abdominal. Se trata de lesiones recientes, de tipo
homicida.
Realizó la alcoholemia que es de 2,33 gramos por mil. Al examen
toxicológico, en la muestra de sangre y bilis, detectó trazas de cocaína y
cocaetileno.
En las fotografías que se le exhibieron, la perito dio cuenta de lo
siguiente: Foto Nº2, rostro del fallecido y zona craneana, sin lesiones; Nº3,
parte superior anterior de cuerpo, mesomorfo, sin lesiones; Nº4, se observa
desde la zona umbilical a los pies, en el tercio superior cara interna de la
pierna derecha inferior lesión azuleja, con data de uno o dos días anterior al
fallecimiento; Nº5, cuerpo con livideces cadavéricas; Nº6, lesión principal en
el hemitórax izquierdo, a nivel del tercio superior, cara anterior, parte lateral
izquierda; Nº7, con regla mide la herida 4, 2 centímetros en la piel, la lesión es
de bordes definidos. Explicó que el arma utilizada es de hoja ancha, que tanto
en la piel como en la pleura parietal dejó esta lesión que mide 4,2 centímetros
aproximadamente.
La posición la determina conforme al cadáver, en este caso es una
herida que está en la parte lateral del lado izquierdo; para que se haya
producido, la persona tiene que haber alzado un poco la mano para que ingrese
esa lesión, de arriba hacia abajo. La posición anatómica se hace en el cadáver,
no en cuanto a la dinámica de un tercero.
El blanco es móvil, en este caso el occiso que es quien recibe, es posible
que haya estado lateralizado hacia el lado izquierdo, porque la lesión está en el
costado izquierdo. Habría, también, que ver si diestro o zurdo, si está de frente
a una persona que es diestra que maneja un arma blanca del lado derecho, va a
dejar una lesión en la cara, cuello, los antebrazos, el borde cubital de los
antebrazos, la región genital y anal. Actuar sobre seguro es el cuello, el tórax y
el abdomen. Entonces la persona actuó de seguro porque atacó el tórax,
independiente como se provocó, porque en el tórax están órganos importantes
como el corazón, el abdomen. El recorrido total de la lesión es de 22 a 23
centímetros, porque se trata de un cuchillo de larga y ancha hoja. La energía
de esta herida corto-punzante penetrante es de mucha presión en la parte
toráxica, que incluso fractura una costilla y lesiona un órgano vital, como es la
aorta abdominal.
No tenía ninguna posibilidad de sobrevida, porque seccionó casi
completamente el vaso de la aorta, ya que la sangre sale a borbotones.
Las fotografías Nºs8, 9, 10, 11, 13 informan de la lesión en el tórax;
Nº14, páncreas, la herida lo lesiona en la parte medial; Nº15, extraído los
pulmones, lo blanco es la aorta abdominal, el estilete muestra que está
seccionada casi completamente la aorta abdominal.
En el cuchillo que se exhibió, sostuvo que es muy compatible con la
lesión, porque tiene una hoja ancha, tiene un solo filo, y su mayor expresión
concuerda con la lesión en la pleura parietal.
La hoja del cuchillo ingresó completamente en el cuerpo.
No hay lesiones de defensa en el occiso.
Si hubiese estado acostada la víctima la lesión hubiese tenido otro
recorrido, quizás más derecho y no con tanta fuerza. En este caso, por la altura
del talón y donde se produce la lesión, es posible que sea de pie.
Confirmó lo referido por la tanatóloga, respecto del examen
toxicológico realizado al occiso, el químico farmacéutico del Servicio Médico
Legal Eddie Rodrigo Vargas Mondaca al expresar que realizó examen
químico toxicológico a muestras de Rafael Ismael Bichon Silva, muestras que
recibió el 9 de julio de 2015, que consistieron en 10 gramos de hígado, 14 ml
de sangre intracardiaca, 10 ml de bilis.
En el análisis de las muestras de sangre cardiaca y bilis, buscó la
presencia de drogas de abuso y fármacos.
En la primera etapa obtuvo resultados positivos para derivados y/o
metabolitos de cocaína, de lo que obtuvieron extractos que fueron llevados a
confirmación.
Mediante la técnica correspondiente pudo identificar la presencia de
trazas de cocaína, cocatileno, trazas de etil benzoilecgonina o cocatileno y
benzoilecgonina.
En la muestra de bilis, identificó etil benzoilecgnonina o cocatileno y
benzoilecgonina.
En la primera etapa del análisis detectan familias, grupos de sustancias,
que después son confirmadas por otra metodología.
No se puede dar el tiempo de consumo. El metabolito cocatileno se
forma cuando hay consumo concomitante de cocaína y alcohol, entonces en
base solamente al examen toxicológico, se podría decir que el consumo fue
más bien reciente y tomando en consideración los resultados obtenidos en
sangre y en bilis.
Concordante con las lesiones observadas por la médico tanatóloga,
los dichos del Subcomisario de la Brigada de Homicidios de la PDI Felipe
Adrián Valdés Díaz indicó que el 19 de abril de 2015 estaba a cargo del
equipo de turno, Fiscalía le comunicó que la víctima se encontraba en la Posta
de Chuchunco, comuna de Estación Central y que, a su vez, había una persona
detenida en la 58º Comisaría de Carabineros, que sería la imputada del hecho.
Trabajaron en 3 puntos, él se presentó a ver la situación de la detenida
en la Comisaría, delegó funciones y fue al sitio del suceso en Caucahue
Nº6039, lugar en el que supervisó las diligencias que realizaron y el registro
de declaraciones en la Brigada Antinarcóticos, que quedaba más cerca del sitio
del suceso.
En la concurrencia al Centro Asistencial constató que la víctima estaba
apuñalada, ingresó a las 14:15 horas, realizaron una revisión exhaustiva y
minuciosa del cuerpo de la víctima para establecer dinámicas y contrastarla
con declaraciones de testigos o de la imputada. Constató dos lesiones, la lesión
principal, provocada por un arma contarte, se ubicaba en su tórax anterior,
hacia el costado izquierdo, era una herida cortante, provocada por un elemento
cortante, le llamó la atención que tenía un filo bien definido en unos de sus
extremos. Esta lesión estaba dispuesta en forma oblicua, tenía una longitud de
4 centímetros, la que en la línea media anterior presenta un borde equimótico,
lo que señala que la aplicación del elemento sobre el cuerpo en ese punto fue
de tal forma que se frenó la empuñadura del arma con el cuerpo, y el otro
extremo, donde estaba el ángulo de este cuchillo, no tenía un filo definido. En
definitiva, la aplicación de energía de un elemento sobre un cuerpo deja la
figura del elemento empleado.
La otra lesión que constataron era un pequeño moretón o equimosis en
la pierna izquierda, no constataron ningún otro tipo de lesión, por lo que no
informa una pelea previa cuando recibe la agresión, porque en los casos que se
utiliza arma cortante tiene que haber una interacción entre víctima y
victimario. En este caso, el cadáver no tenía lesiones de defensa en manos, ni
antebrazos, no tenía lesión de algún golpe o que hubiere sido tomado de
alguna forma, en las muñecas, antebrazo, cuello, rostro, no había ningún tipo
de lesión que les permitiera presumir una interacción física previa a esta
agresión. La agresión fue directa, de arriba hacia abajo, de izquierda a
derecha, por la forma que tiene la lesión.
En el registro de declaraciones, captan dos entrevistas en la Brigada
Antinarcóticos y dos en la escena, de una vecina y de un familiar de la
imputada, que estaba en el momento de la agresión.
Paola Contreras Yáñez, refiere que a las 14:00 horas aproximadamente
pasa por la escena, personas le avisan que la víctima estaba lesionada,
pregunta que le había pasado, en eso, sale del inmueble de Caucahue una
mujer que dice que ella lo agredió, dijo “yo le pegué”. Se percata que
trasladan a la víctima al centro asistencial que está a pocos metros.
María Aurora Pizarro Lyon, estaba al interior del inmueble cuando se
provoca la agresión, refiere que todos los participantes que se nombran son
familiares, que la noche previa fueron a una fiesta familiar en otro sector, en
casa de la abuela de la familia, concurre todo el grupo familiar incluida esta
testigo, también Rafael Bichon, por cuanto era amigo de la familia, por lo que
era común verlo en estas actividades de familia, también refiere que estaba
Giselle Valladares y la pareja de ésta, Jennifer Arteaga Mejías. La víctima
llegó a la 3 de la mañana a la fiesta.
En la mañana del día siguiente regresan a la casa de Caucahue, donde
fue el hecho, porque ese día 19 iban a hacer un almuerzo familiar, humitas.
Vuelve el núcleo familiar, incluida Giselle, Jennifer. Se queda compartiendo
el núcleo familiar en el living del inmueble, transcurrida la mañana la mayoría
se van a acostar a sus respectivos dormitorios, indicando María Aurora que
ella se acostó en el sillón del living con Jenni Arteaga, quedando en el living
Giselle con Rafael despiertos, era cerca del mediodía.
María Aurora dice que despiertan por los gritos de Rafael pidiendo que
llamaran a Alejandro, percatándose que Giselle mantenía en su mano un
cuchillo, el cual es extraído del tórax de Rafael, que es compatible con la
lesión que presentaba la víctima, ella va a alertar al grupo familiar a los
dormitorios, salen los hermanos Alejandro y Francisco Alfaro Bonilla en
auxilio para trasladar a Rafael al consultorio, percatándose que Giselle bota el
cuchillo al piso. En ese momento esta testigo no señaló que Giselle haya
referido ninguna expresión.
En otra declaración durante la investigación, María Aurora señaló que al
ver a Giselle, ésta dijo “yo lo maté para que aprenda a no meter los dedos”.
Después que están tratando de auxiliar a la víctima los hermanos, se
suma una amiga que llega al lugar, Giselle sale y fue golpeada por algunos
familiares de Rafael, no refiere mayores detalles de esa situación.
En la escena, entrevistaron a Francisco y Alejandro, quienes señalaron
lo mismo en relación a la fiesta familiar, que llegan al inmueble de Caucahue,
siguen compartiendo, se van a acostar, despiertan con los gritos de Aurora que
va a los dormitorios a pedir ayuda, señalando que Giselle lo había agredido.
La declaración de los dos es coherente, salen y encuentran a Rafael en el
antejardín, ven que tenía poca reacción, tratan de auxiliarlo para trasladarlo al
SAPU.
Daniel Alfaro Bobadilla declaró que se encontraba en su dormitorio,
que está contiguo inmediatamente al living comedor. En la reconstitución de
escena que realizaron, constataron que este dormitorio está contiguo al living
comedor, que se cierra por dentro, no se puede abrir por fuera.
Ellos en Caucahue encontraron manchas sanguíneas en la banca del
antejardín y al interior del living donde se provocó la agresión. Estas manchas
son particulares, ya que se encontraban en un punto específico debajo de un
computador, que estaba inmediatamente al lado de los sillones, donde dicen
las testigos María Aurora y Jenni Arteaga que estaban acostadas. Estas
manchas tienen un ángulo descendente muy pronunciado, que señala que esta
mancha se produce al desplazamiento de un elemento con sangre al formar
una parábola, explica que en el ángulo de la aplicación del cuerpo el
desplazamiento es hacia afuera, por el ángulo que tiene la sangre cae en un
soporte de forma inclinada y descendente. Menciona esto porque la lesión
principal de la víctima tenía esa disposición.
Encontraron estas manchas de sangre y un cuchillo, que había sido
encontrado por la dueña del inmueble en el lavaplatos de la cocina, el que
mantenía manchas pardo rojizas, que dieron positivo para sangre de la
víctima. Este cuchillo tenía una dimensión de hoja de 21,5 por 4 de ancho, lo
que coincide con las dimensiones de la lesión en el cuerpo de la víctima, la
hoja ingresó completamente en el cuerpo, provocando una lesión interna de 23
centímetros, por la elasticidad del cuerpo. Además, este cuchillo
efectivamente tenía un filo desgastado, no tenía un filo definido, fue otro
factor que se sumó para establecer ese elemento como único para causar la
lesión.
Por la proyección de las manchas de sangre, la agresión de la víctima se
provocó, sí o sí, estando ésta de pie.
La aplicación del cuchillo en el cuerpo fue de arriba hacia abajo, de
adelante hacia atrás, mirando el cuerpo de frente, de izquierda a derecha, de
arriba hacia abajo. Esto indica que la agresión tiene dos opciones, la persona
con su mano derecha lo agredió directamente de frente, que es lo más lógico.
Pero en la reconstitución de escena, Giselle refiere sus movimientos en forma
libre, los que fueron registrados, ella dice que utiliza su mano izquierda para
tomar el arma y que lo aplica hacia arriba en el abdomen. Este detalle indica
que la agresión no fue de frente, sino estando la víctima de costado o dando la
espalda a la agresora, es la única forma en que se pudo haber originado esta
lesión, por el ángulo intra-corpóreo, la posición de la lesión y el elemento
empleado.
Sus dichos se vieron respaldados por las imágenes del set fotográfico
del sitio del suceso, que se le exhibió. Foto Nº1, Centro asistencial; Nº2, lugar
en que se encuentra el cadáver, plano general; Nº3, se extrae el cobertor del
cuerpo; Nº4, acercamiento al cuerpo de la víctima; Nº5, acercamiento parte
superior del cuerpo; Nº6, rostro de la víctima, hay sangramiento que puede ser
por daño pulmonar; Nº7, diversas manchas en las prendas de vestir de la
víctima en la parte inferior, por la posición pueden ser por goteo de la sangre;
Nº8, al no constatar lesión externa, desvisten el cuerpo completo, se aprecia en
la línea axilar izquierda la lesión, que por su forma fue provocada por un arma
cortante; Nº9, acercamiento de esa lesión; Nº10, otro plano del rostro de la
víctima; Nº11 y 12, acercamiento de la lesión principal, tiene un orificio que
corresponde a una zona más morada, indica que eso se produce por la
aplicación del cuchillo en el cuerpo fue de total energía para poder
introducirlo en su totalidad, siendo detenido con la empuñadura del cuchillo,
lo que también indica que la posición del cuerpo del agresor está hacia la
izquierda. En la parte inferior se ve que no hay un filo definido, cuando lo
propio de un arma cortante es su estructura afilada, lo que demuestra que el
filo del cuchillo no presentaba filo. La energía aplicada muestra que el agresor
está en una posición cómoda porque es una lesión intra-corpórea de 23
centímetros, el agresor tiene que tener comodidad para aplicar toda su energía
para introducir el elemento, considerando, además, que no posee filo en su
parte inferior, el agresor tiene que estar de pie para aplicar toda su energía,
mover su brazo libremente, no tiene que haber ningún elemento que obstruya,
ningún brazo, antebrazo, ninguna parte del cuerpo de la víctima que pueda
frenar o detener esta agresión, lo que indica que la víctima está de pie. El
orificio que se ve dentro de la misma lesión, indica que hay una fractura de
costilla, lo que también demuestra que hubo una agresión con energía; Nº13,
extremidades inferiores de la víctima; Nº14, plano posterior de la víctima, no
presenta lesiones. La lesión fue limpia, no hay ningún tipo de elemento que
haya obstruido su paso, si el afectado se da cuenta que va a ser agredido la
reacción es protegerse, pero en este caso no fue así y sumado a la dirección del
cuchillo, establecieron que la agresora estaba de pie y, conforme a su versión
en la reconstitución de escena, da más fuerza que la dinámica de aplicación
fue por detrás del cuerpo o hacia su izquierda, lo cual no pudo percibir la
víctima; Nºa15, 16, 17, polera presenta desgarradura compatible con la lesión
mortal; Nº18, polera no presenta otras desgarraduras; Nº19, lugar del hecho
Caucahue Nº6039; Nº20, banca donde estaba la víctima; Nº21, superficie de la
banca con manchas pardo rojiza, que arrojaron positivo para sangre de la
víctima; Nº22, otro ángulo del antejardín; Nº23, living comedor, cuchillo al
interior de la bolsa, manchas de sangre en el sector del computador, al lado de
la puerta de ingreso al dormitorio de Daniel Alfaro; Nºs24, 25, acercamiento
del cuchillo al interior de la bolsa, hojas de choclo sobre la mesa listas para
armar las humitas, no hay nada más sobre la mesa; Nº26, manchas sanguíneas
en el computador, al lado está el sillón donde estaba Jennifer Arteaga con
María Aurora Pizarro. El punto de agresión es frente al computador, parte
inferior de la fotografía, inmediatamente junto al sillón; Nº27, acercamiento
para fijar manchas pardo rojizas en el sector del computador; Nº28 manchas
pardo rojizas por goteo de altura, arrojó positivo para sangre de la víctima;
Nº29, manchas con ángulo, esa caída de la sangre indica dirección, al seguirlas
de abajo hacia arriba da la dirección les va a dar el foco de origen de la
agresión y del desplazamiento del cuchillo al extraerlo del cuerpo, los restos
de sangre que trae consigo este elemento se proyectan en una superficie
determinada, en este caso en el barril de pintura que se ve, eso indica que la
agresión es de pie; Nº30, mismas manchas, tienen una caída en ángulo dan a
entender que viene de altura del elemento sangrante; Nº31 y 32 más manchas
provenientes del arma utilizada; Nº33, fijación con testigo métrico; Nº34,
estructura del computador indica proyección de las manchas; Nº35, puerta de
ingreso, living comedor, muestra el punto de la agresión, entre el computador
y mesa del comedor que están de frente; Nº36, cuchillo propiamente tal, con
manchas pardo rojizas, dieron positivo para sangre de la víctima; Nº37, ancho
de la hoja del cuchillo 4 centímetros, parte superior de la empuñadura; Nº38
largo total de la hoja del cuchillo.
Señaló que, en la reconstitución de escena efectuada en marzo de 2016,
se realizó con las versiones de la imputada y testigos. Se le exhibieron las
fotografías indicando que comenzó con la versión de Giselle: Nº1, antejardín y
banca donde estuvo la víctima y puerta de acceso principal; Nº2, 3, dormitorio
de Daniel Alfaro, Giselle dijo que ella se fue a acostar a esa habitación, sola,
en un momento sintió que la tocaban en sus genitales por debajo de sus
prendas de vestir, mientras dormía, pensó que era su pareja Jennifer; Nº4,
como sienten que la tocaban, se gira y se da cuenta que es Rafael, quien estaba
encima de ella; Nº5, Giselle está sobre la cama de espalda, Rafael está encima
de ella, le estaba tocando sus genitales con su mano.
Cuando registró la declaración ella, estando detenida, les dijo que él la
estaba tocando con sus manos en sus genitales, ante esa situación y por las
lesiones en su rostro, la llevaron a constatar lesiones al Servicio Médico Legal
por cuanto decía que había sido tocada con sus manos. Estando en el Servicio
Médico Legal, no estando con ellos, a la profesional que la atendió le dijo que
había sido tocada por su agresor con las manos. Cuatro meses después habló
de una penetración, no coincide con lo señalado por cuanto, el examen
sexológico fue negativo para eso, tenía lesiones anteriores cicatrizadas.
Foto Nº6, grafica agresión que le habría efectuado la víctima,
propinándole un golpe a mano abierta en su cara, lado derecho, al interior del
dormitorio, después de la agresión sexual; Nº7, con el golpe Giselle cayó
sobre la cama; Nº8, Giselle comienza a empujar a Rafael en un contexto de
gritos de ambos, pero más ella que se defendía para que no la tocara. Desde
donde estaba Rafael, el sillón del living estaba a un metro a metro y medio;
Nº9, puerta de acceso al dormitorio, en la parte inferior izquierda de la foto se
ve un papel, que para esos efectos reemplazó la cuchilla, ella la toma con su
mano izquierda teniendo a Rafael de frente a ella; Nº10, dan relevancia a la
forma que Giselle toma el cuchillo, porque a esa fecha ya conocían la
disposición de la lesión en el cuerpo e intra-corpórea, dice que lo tomó con la
mano izquierda porque esa es su mano hábil; Nº11, ya tiene el cuchillo en su
mano izquierda teniendo a Rafael frente a ella le provoca la lesión; Nº12 y 13,
la parte en que dice que provoca la lesión a la víctima no coincide con la del
cuerpo, porque la lesión que ella indica está hacia el abdomen flanco derecho
del cuerpo y la lesión de la víctima está en la zona superior izquierda del
tórax. De ser como ella dice, la lesión debería ser de abajo hacia arriba y de
derecha a izquierda, lo cual no coincide de ninguna forma con lo ya descrito;
Nº14, ya lesionada la víctima ella aún mantiene el cuchillo. La posición en la
que están es lo único relativamente cercano a la realidad, por cuanto la zona
en que se provoca la lesión es más cercana a la puerta de ingreso al inmueble.
Esta reconstitución les dejó plasmado a ellos como investigadores,
muchas contradicciones con lo que le aportaron al inicio de la investigación.
La agresión fue en el living junto al sillón donde hay dos testigos que están en
la escena. María Aurora Pizarro señala que despierta con el grito de auxilio de
Rafael. En el contexto que Giselle refiere la secuencia de hechos no se ajusta a
los elementos concretos con los que contaban, lo que les llamó la atención,
porque nada les coincidía. La agresión no coincide por ninguna parte. Al
utilizar la mano izquierda es totalmente coincidente con que la víctima no tuvo
ninguna posibilidad de defensa o de reacción natural, produciéndose la lesión
de pie hacia posterior de la víctima. Lo otro que llama la atención, es que
estando en ese espacio tan reducido, un metro, no se escuchen estos golpes,
los llamados de auxilio, estando la puerta abierta, la salida a empujones,
gritos, no despierten, sino que despiertan cuando la víctima pide auxilio,
“llamen a Alejandro”. Entre esas dos posturas, lo más lógico de acuerdo con
los elementos criminológicos de lesionología es que Giselle agrede en forma
sorpresiva a Rafael, en una forma única y violenta provocándole una lesión
mortal, instante en el que recién se provoca un tipo de ruido. Muchos de los
testigos dijeron que Giselle andaba con un perro, éste nunca fue incorporado
en el contexto de la agresión. No hay desorden en la escena, lo que es natural
en una pelea. La víctima no tenía ningún tipo de lesión, se está en un contexto
de agresión sexual, se descarta plenamente porque no tiene ninguna lesión. En
una agresión que ella recibe golpes, ella lo empuja, lo saca, no hay lesiones. El
golpe con la mano abierta no coincide de ninguna forma con la lesión que ella
presenta en el labio superior derecho cuando la entregaron detenida. Cuando
fueron a constatar lesiones ella presentaba unas equimosis tenues, son de baja
energía. Tenía un golpe que le provocó la destrucción del labio, se causa con
un golpe de puño, no con la mano abierta, como el golpe de puño que le dio el
sobrino de Rafael; tenía una equimosis en la mejilla, que es totalmente
coincidente con los golpes que recibió afuera; en su costado derecho una
equimosis; en la parte posterior del glúteo una equimosis; en la cara interna de
la pierna derecha una equimosis. Este contexto como lo incorpora Giselle en
la reconstitución de escena no coincide con los elementos encontrados, no se
explica. Si son explicables el mismo día del hecho, que tiene mayor validez
que, pasado un tiempo, en que se puede ajustar un poco la situación, que ella
con la conmoción que provocó fue abordada por familiares y vecinos del
sector, quienes la golpearon directamente y el único golpe de puño que queda
registrado en las declaraciones, producto del cual cae al piso, quedando
inconsciente por unos segundos, es el golpe que tiene en el labio.
Foto Nº16, se ven dos personas que estaban en el sillón del living
durmiendo, María Aurora Pizarro y Jennifer Arteaga, quedando en el living
comedor Rafael con Giselle, según dijo María Aurora; Nº17, Giselle deja el
cuchillo sobre la mesa; Nº18, Giselle sale hacia el antejardín; Nº19, Giselle
sale al exterior del inmueble; Nº20, se encuentra en la calle, toma contacto con
otras personas.
Con la fotografía Nº21, comienza la versión de Alejandro Alfaro, al
momento de la agresión estaba en su dormitorio, Aurora Pizarro avisa de la
agresión y pide auxilio, él se incorpora al living comedor, están Aurora y
Jennifer; Nº22 y 23, Alejandro junto a su hermano Francisco auxilian a Rafael
cuando está recostado en la banca; Nº24, dirección desde el inmueble hacia el
centro asistencial; Nº25, habitación que está junto al living comedor; Nº26,
imagen exterior de la habitación y de la chapa que no permite abrir la puerta
desde afuera, solo se puede abrir desde el interior; Nº27, 28 y 29 chapas,
confirma que se abre solo desde adentro; Nº30, cuando trasladan a la víctima
al centro asistencial se acercan vecinos y familiares; Nº31, por seguridad
reemplazaron a Giselle en el exterior, en la que el sobrino de Rafael dijo que
motivado por el evento sucedido le da un golpe de puño fuerte en el rostro a
Giselle. Esto es importante por la lesión que presentaba Giselle en el labio
superior derecho, la que no coincidía con el golpe que ella graficó en su
versión, sino que era coincidente con el golpe de puño dado por el sobrino de
Rafael; Nº32, Giselle ya ha sido agredida, presentaba una equimosis hacia
derecha del estómago; Nº33, auxilian a Rafael para llevarlo al centro
asistencial; Nº34, Giselle se acerca a Rafael y lo golpea; Nº35, cuando
personal de Carabineros ingresa a Giselle al furgón policial, una persona la
golpea entre sus piernas, en la zona posterior; Nº36, sigue la agresión de parte
de esa persona hacia Giselle cuando la ingresan al furgón policial.
El cuchillo que le fue exhibido lo reconoció como aquél levantado en el
sitio del suceso NUE 2627816, con ese se le causó la muerte a Rafael Bichon.
En cuanto al motivo del delito de homicidio, tuvieron dos aristas. Una
hipótesis, incorporada por Giselle, violación, pelea, golpes, pero a la luz de los
elementos encontrados, la lesión, las declaraciones de personas en el sitio del
suceso, que no apoyan esa teoría, surge que, esa versión fue levantada
posteriormente por Giselle, pero no tuvo la fuerza suficiente para ser
considerada como el móvil de este hecho, ya que al inicio solo habló de haber
sido tocada por las manos, dedos, de otra persona.
La otra hipótesis, que levantan familiares de Giselle, es el móvil
sentimental de los celos, por cuanto Rafael durante la noche en la fiesta
previa, mantuvo una cercanía con Jennifer, que era la pareja de Giselle, él le
regaló un pañuelo, estuvieron compartiendo, fueron los dos que se quedaron
conversando en la escena, esta hipótesis tiene más cercanía a la realidad, por
lo ya descrito.
Aurora Pizarro después que da aviso no ve nada más, pues se queda en
una habitación porque estaba choqueada con la situación, no vio la agresión
entre Rafael y Giselle.
Aurora dijo que Giselle dijo que lo había hecho “para que nunca más
me meta los dedos”.
Fijó la hora de fallecimiento de Rafael alrededor de las 13:30 horas del
19 de abril de 2015.
Trasladaron a Giselle a constatar la lesión del labio porque era una
lesión contusa que tuvo que ser suturada, siendo atendida finalmente en la
Posta Central, para revisar si había fractura maxilar.
Incautaron jeans claro que vestía la acusada después del Servicio
Médico Legal.
La testigo Magdalena Muñoz en su declaración de 2015 dijo que, ella
había escuchado rumores que Rafael joteaba a Giselle. No entregó más
antecedentes sobre este punto. La fuente del rumor era del contexto familiar
de Giselle.
Cuando entrevistó a Aurora en abril no le preguntó sobre este rumor
“que Rafael joteaba a Giselle”. Sí ella dijo que Rafael decía que Giselle se
parecía mucho a una polola que él había tenido.
No tuvo el examen sexológico del Servicio Médico Legal a la vista.
A la fecha de la reconstitución de escena ya contaban con la declaración
de Daniel, era importante por la teoría que esgrimía Giselle. En el informe de
abril y septiembre 2015, no se consignó nada respecto de Daniel.
En relación a la reconstitución de escena, también depuso en estrados
el perito fotógrafo de la PDI Freddy Andrés Pinto Jiménez, quien señaló que
el 18 de marzo de 2016, concurrió a Caucahue Nº6930, comuna de Estación
Central, donde fijó fotográficamente la reconstitución de escena, según
versión de imputada y de diversos testigos, limitándose su testimonio a dar
cuenta de la situación que graficaba cada una de las imágenes que le fueron
exhibidas, coincidiendo con lo expresado por el Subcomisario Felipe Valdés.
Se vio refrendada la información que le dieron las testigos María
Aurora Pizarro y Jennifer Arteaga al Subteniente Lorca, respecto al consumo
de drogas por Giselle Valladares, con el informe de la perito químico
farmacéutico del Servicio Médico Legal Nancy del Pilar Fuentes Barriga al
referir que peritó muestras de Giselle Valladares, que dejó el ginecólogo
forense de sangre y orina para determinar presencia de drogas. Las muestras
iban con el informe clínico, rótulo 1024/15.
Analizó ambas muestras biológicas, obteniendo resultado positivo para
cocaína, lo que confirmó con una técnica más selectiva, más específica, ya que
dio resultado positivo en sangre para el metabolito llamado benzoilecgnonina,
que es un metabolito inactivo de la cocaína y también trazas de cocatileno, que
es un metabolito activo, cuando hay consumo de cocaína más alcohol.
En el caso de la orina, cuantificó la benzoilecgonina que arrojó un
resultado de 3,06 microgramos por ml, también, visualizó cocaína como tal.
Pero esa cuantificación no tiene valor porque es inactivo, ya que solo
representa que la persona consumió cocaína.
No encontró cannabis en la muestra, que de haber consumido la habría
detectado en orina.
Las muestras biológicas que peritó la químico farmacéutico Nancy
Fuentes fueron tomadas por la médico legista María Soledad Arredondo
Bahamonde, quien manifestó que el 19 de abril de 2015, peritó a Giselle
Valladares, la que le relató que había participado en una fiesta junto a
familiares, que habían consumido bebidas alcohólicas. Ella se fue a dormir un
rato al interior de las dependencias del domicilio, despierta y estaba acostado a
su lado un amigo de un primo de ella, que le tenía metido los dedos en la
región de la vagina. Posteriormente el hombre sale de allí y empieza a burlarse
de ella, ésta ofuscada se dirige a alguna dependencia de la casa, busca un
cuchillo y se lo entierra. Luego los familiares y personas que estaban presentes
en ese domicilio empiezan a golpearla por lo sucedido. Llegó Carabineros y
logró sacarla de allí. La llevaron al Servicio de Urgencia, le suturaron la
herida del labio.
Ella la atendió alrededor de las 23:15 horas de ese día. La persona
estaba muy afectada, tenía un relato entrecortado, llorosa.
En el examen físico general, destacaban múltiples lesiones de tipo
contuso en diferentes zonas del cuerpo y herida contusa suturada en el labio.
En la esfera genital encontró que había una zona eritematosa a nivel de
la horquilla vulvar. Había desgarros antiguos cicatrizados.
Concluyó que el examen era compatible con lo narrado por la víctima,
había lesiones contusas múltiples. Además, tomó muestras para alcoholemia y
examen toxicológico e imágenes del examen ginecológico.
Se entrevistó una media hora con la peritada, no tomó muestras de
contenido vaginal, porque Giselle Valladares le señaló que la persona que la
había agredido solamente introdujo los dedos en la región de la vagina, no
había penetración peneana.
Giselle dijo que el cuchillo se lo enterró en la espalda.
En la horquilla vulvar la lesión que presentaba, se produce por roce o
fricción, lo que es compatible con la introducción de dedos, sin embargo,
cualquier objeto o parte del cuerpo puede generar una lesión de tipo erosivo en
la horquilla vulvar.
La lesión de la horquilla vulvar eritematosa era reciente, pudiendo
situarla desde unos pocos minutos hasta 24 horas o un poquito más.
Le practicó el examen sexológico porque era víctima de un abuso
sexual, lo que le informó la afectada, fue llevada por Carabineros.
Presentaba una lesión equimótica en la mejilla, una lesión contusa
suturada en el labio, equimosis en la cara vulvar de la mejilla, en tórax y
manos no había lesiones. Había lesiones en el abdomen bajo, en la región
glútea, en uno de los brazos equimótica. Concluyó que había lesiones
contusas, de carácter leve. En la región central glúteo derecho, zona
equimótica, de bordes algo irregulares, de aproximadamente 3.0 por 3.0
centímetros, asociada a escoriación lineal en su parte más superior e interna y,
otra pequeña área equimótica hacia externa, equimosis de aproximadamente
6.0 por 5.0 centímetros, que ubica se a nivel de cara interna del muslo
derecho. No hizo interpretación de esas lesiones.
La afectada le señaló que los hechos habrían ocurrido alrededor de las
13:00 horas.
II.- En relación a la forma en que habrían ocurrido los hechos en el sitio
del suceso, se contó con la prueba testimonial compuesta por las declaraciones
de Gricel del Carmen Bobadilla Pizarro señaló que los hechos ocurrieron el
18 de abril de 2015, en su casa de Caucahue Nº6039, en la que viven sus hijos
Alejandro, Daniel y Francisco, todos Alfaro Bobadilla, su esposo Plácido
Alfaro Rojas y ella. La casa tiene 5 habitaciones y dos pisos. Al lado del living
comedor duerme Daniel, pasando el baño, está el dormitorio de ella con su
esposo, al lado el de Francisco, arriba duerme Alejandro.
Conocía a Rafael desde que nació, para ellos era muy buena persona, él
nunca andaba metido en peleas, ni en cosas malas, era una persona tranquila,
para ella era como un hijo, para sus hijos como un hermano.
En cuanto a su relación con Giselle, la conoce poco porque va una vez
al año o cada dos años a su hogar, no sabe cómo es ella. Sabe que ella
trabajaba en el persa y que tenía una compañera de pareja, de nombre Jenni.
Sabe por Aurora Pizarro, su sobrina, que Giselle y Jenni estaban
peleadas, se lo explicó en la fiesta de su hermano, que estaban enojadas, que
ya no vivían juntas porque ahora a la Giselle le gustaban los hombres.
La fiesta comenzó en la casa de su mamá en Las Acacias Nº242, Villa
O’Higgins, había harta personas, Giselle, Aurora, Jenni. Ella, su esposo, y sus
hijos. Ella llegó como a las 9 o 10 de la noche, estuvieron hasta la mañana.
Rafael llegó como a las 3 de la mañana, venía bien y en bicicleta, le dijo que
la dejara al fondo donde había otras personas en una mesa sirviéndose tragos.
La fiesta hasta ese minuto era tranquila.
Jenni bailó con varias personas, con Daniel, con unos primos, no vio si
bailó con Rafael, le dicen que si bailó.
Giselle estaba en el living conversando con ella, con su abuela, estaba
un poco apenada, conversaba de su vida, Giselle no bailó con Jenni.
Daniel bailó con Jenni, Giselle se molestó porque bailó con ella y le dijo
a Daniel “a la otra te pego”, esto fue como a las 4 de la mañana.
Ella se fue a su casa como a las 8 de la mañana, porque tenía que ir a
hacer humas, había hecho todo el día anterior, tenía todo en la mesa del living
comedor, su hijo había ido a la Vega para hacer humas para el día y para
guardar para el invierno. Estaban las hojas listas, los choclos.
Cuando llegaron a la casa Rafael, Aurora, Jenni y Valeska, dijeron que
tenían hambre, ella sola les preparó completos en la cocina y se los llevó.
Les dijo a los chiquillos que estaba cansada que quería dormir, Rafael le
dijo que se fuera a dormir, que él quedaba de dueño de casa.
Estaban Aurora, Jenni, Giselle, Rafael, Daniel, Francisco y Alejandro,
éste último se había ido a acostar.
A ella la despertó su sobrina Aurora como a la 1 de la tarde, entró
corriendo y le dijo “tía, tía, la Giselle apuñaló a este joven que estaba en la
casa”, le preguntó “si al Rafa”, le contestó que sí, ella salió loca para el living,
que está a unos dos metros. No estaba el Rafa en el living, estaban en el sofá
Valeska, es el nombre que tenían antes Giselle. Aurora se sentó en el sofá.
Valeska le dijo que ella le había pegado, le replicó “pero, te van a llevar
presa”, Valeska le abrió los brazos, y le dijo “que me lleven presa”, estaba
como fuera de sí. Ella estaba al frente de Valeska, no tenía golpes, ni sangre,
nada en su cuerpo. De ahí, fue una confusión enorme, bajaron sus hijos,
fueron a buscar a Rafael para llevarlo a la Posta.
Giselle salió hacia donde habían dejado a Rafael para llevarlo a la Posta,
los vecinos preguntaron qué había pasado, Giselle dijo que ella le había
pegado, ahí le pegaron a ella unas vecinas y le dio un combo el sobrino de
Rafa.
Cuando salieron, Aurora le dijo que Rafael le había pedido 600 pesos,
que se los había pasado, salió con Jenni a la feria. Aurora agregó que ella
había despertado cuando el Rafa ya estaba apuñalado y que Jenni le había
sacado el cuchillo y lo había ido a dejar al lavaplatos. Giselle le dijo “nunca
más me vai a meter los dedos”.
Ella fue al lavaplatos, estaba el cuchillo, lo tomó, lo metió en una bolsa
plástica, porque estaba con sangre y lo dejó en la mesa. Ese cuchillo lo tenía
en un cajón en el lavaplatos, no lo ocupaba porque era grande y pesado y no
tenía filo. No lo necesitaba para las humitas, porque ya había dejado todo
hecho.
Se le exhibió un cuchillo, como es un cuchillo grande, de hoja ancha,
cree que se parece al que estaba en el lavaplatos, diría que puede ser ese.
En las fotografías que se le mostraron, expresó que la Nº5, muestra la
pieza de su hijo Daniel; Nº9, es el living de su casa, la puerta del medio
conduce a la pieza de Daniel, el arco que se ve al fondo de la foto conduce a
su dormitorio, al de Francisco y al 2º piso. También, se ve la mesa del
comedor, ahí estaban las humitas, la cocina está a la izquierda de la foto,
queda a unos tres metros, la cocina mide como 5 metros; Nº16, es el sofá de su
casa, cuando ella llegó Aurora estaba al lado derecho, Jenni a la izquierda del
sofá y Giselle parada en la puerta de salida.
Su mamá no se opuso a que Rafa entrara a la fiesta, porque era de la
familia. Adonde iban, él iba con ellos.
Giselle no tenía los jeans desabrochados, no tenía lesiones en la cara. La
pieza de Daniel no se puede abrir por afuera, solo se abre con la llave que él
tiene.
En el periodo que estuvo en la casa de su madre, todos estaban
despiertos, ella y su marido también, estaban en el living con su mamá.
Ella no consumió ni alcohol, ni drogas, su marido se sirvió vino.
Llegaron a su casa como unos 15 o 20 minutos después de salir, como a
las 8:30 horas.
En fiscalía prestó declaración el 29 de septiembre de 2015, en esa
oportunidad no dijo del problema entre Daniel y Valeska, porque ella no lo
vio, se lo dijeron sus familiares, el día siguiente de la fiesta, no recuerda
quienes, pero ese día vio a Carlos, a Denisse.
Concordaron con lo señalado por la testigo anterior, los deponentes
Daniel Andrés Alfaro Bobadilla, Francisco Ariel Alfaro Bobadilla y
Alejandro Iván Alfaro Bobadilla, en cuanto refirieron de manera conteste
que, a la fecha de los hechos, 19 de abril de 2015, vivían en Caucahue Nº6039,
Villa Robert Kennedy, comuna de Estación Central, junto a sus padres Plácido
y Gricel. Indicaron que la casa es de dos pisos, en el primero, duermen Daniel,
cuyo dormitorio da directamente al living comedor, luego hacia el interior se
ubica la pieza de sus padres, al lado de ésta, la que ocupa Francisco, frente a la
cual está la escalera al 2º piso, donde está el dormitorio de Alejandro, misma
distribución que tenía ese 19 de abril de 2015.
También refirieron de manera coincidente que, el 18 de abril de 2015,
celebraron el cumpleaños de su tío Eugenio Stewart en la casa de su abuela,
ubicada en calle Las Acacias Nº242, Villa O’Higgins, comuna de Estación
Central, a la que ellos llegaron alrededor de las 22:00 horas, juntos con sus
padres Plácido Alfaro y Gricel Bobadilla. En el lugar se encontraban la tía
María Aurora Pizarro, Jennifer Arteaga, Giselle Valladares, y alrededor de las
3:00 horas de la madrugada llegó Rafael Bichon, detallando Francisco que iba
con olor a alcohol. Jennifer era la ex pareja de Giselle, esa noche bailó con
todos ellos. Comentaron que Giselle se habría molestado con Daniel porque
estaba bailando con Jennifer, pero ninguno vio esta situación directamente,
sino que refirieron haberlo escuchado de terceras personas, incluso Daniel no
recordaba nada de ello. Giselle se mantuvo conversando con su abuela en la
parte de adelante la casa, los demás estaban todos compartiendo y bailando en
la parte del fondo.
Estuvieron en esa fiesta aproximadamente hasta las 7 u 8 de la mañana
del día siguiente, hora a la que se trasladaron todos ellos hasta el domicilio de
Caucahue Nº6039, toda vez que Gricel Bobadilla los invitó a comer humitas,
ya que habían dejado todo listo el día anterior, era solo llegar a armarlas. En
este inmueble siguieron compartiendo durante la mañana, retirándose a dormir
los dueños de casa Plácido Alfaro y Gricel Bobadilla, poco después lo hizo
Alejandro, mientras los demás siguieron compartiendo.
En las fotografías que le exhibieron, Daniel indicó que se las tomaron
como a las 11:30 a 12 horas del día, en la Nº1, se encontraron con un amigo
que llegó en bicicleta, justó pasó el caballero que saca fotografías, aparece
Jenni, el pañuelo que tiene al cuello era de Rafael, ellos conversaron harto en
la noche, Jenni dijo que Rafael se parecía mucho a un pololo que ella tenía
antes, lo escuchó directamente de Jenni, también estaba Giselle en esa
conversación y lo escuchó; Nº2, están su amigo que llegó en bicicleta, Rafael,
Francisco, Giselle y un vecino.
La foto Nº1, también le fue mostrada a Francisco, identificó a las
personas que en ella aparecen, reiterando que Jenni tiene el pañuelo de Rafael
en el cuello. Agregó que Rafael y Jenni estuvieron super cercanos en la fiesta,
después salieron juntos a comprar a la feria.
En las fotografías de la reconstitución de escena que se le mostraron a
Daniel manifestó que, en la Nº4, se ve su habitación; Nº9, se ve el ingreso a su
habitación, la mesa del comedor. El día de los hechos no recuerda lo que había
en esa mesa. La cocina está a la izquierda de la foto, queda a unos 3 metros, en
la mesa no había cuchillos porque no tenía por qué haber cuchillos; Nº26,
manilla de la puerta de su pieza, no sirve para abrirla, solo sirve para tomarla,
muestra la chapa con la que él abre la puerta; Nº27, muestra la chapa que
cierra y con la que abre la puerta de su pieza, la chapa de abajo solo funciona
con la llave, al acostarse dejó cerrada la puerta. No había nadie en su
habitación, tampoco cuando se despertó, no podía entrar nadie porque la
puerta no se puede abrir desde afuera sin la llave.
Daniel precisó que se fue a acostar a su pieza como a las 12 del día,
despertó solo, como a las 15:00 horas. Cuando salió, habían apuñalado a
Rafael en el living de su casa, que queda a la salida de su dormitorio, lo hizo
Giselle, su mamá se lo contó. Para él Giselle lo hizo por celos, porque Rafael
había salido con una ex polola de Giselle y no habían vuelto, salieron como a
las 11:30 a 12 horas. No escuchó ni gritos, ni alarma.
Francisco sostuvo que se fue a dormir como a las 2 de la tarde a su
pieza. Alejandro se había acostado poco después que llegaron de la fiesta
donde la abuela. Ambos señalaron que despertaron cuando Aurora gritaba que
Giselle había apuñalado a Rafael.
Puntualizó Francisco que cuando él salió, estaban Jenni y Giselle
sentadas en el sillón, con el perro, normal, normal. Rafael estaba afuera.
Aurora decía que Rafael no había hecho nada, lo único era que andaba
pidiendo unas moneditas. Giselle no dijo nada. Cuando llegó su hermano
Alejandro trataron de sacar a Rafael del patio para llevarlo a la Posta. Daniel
estaba en su pieza durmiendo. Alejandro fue a buscar una silla de rueda.
Giselle gritaba que ella lo había matado, él le dijo que se fuera de ahí. Giselle
evidenciaba un estado de drogadicción y mucho alcohol, la cara la tenía
normal. Cuando empezaron a llegar los familiares de Rafael le pegaron un
combo, cayó al suelo desmayada, ahí le pegaron en el cuerpo. Sostuvo que
Giselle mató a Rafael con un cuchillo cocinero, el cual vio cuando entró desde
el patio, era un cuchillo grande, debe haber estado en la cocina, porque no se
ocupaba mayormente y para el trabajo de las humitas usaban un cuchillo de
sierra.
Refirió que la información en cuanto a que Rafael andaba pidiendo unas
moneditas, es posible que no la haya dicho en la declaración que prestó en
Fiscalía.
Afirmó que Giselle lo hizo por celos, droga y alcohol, esa mezcla es
mortal, en ningún momento evidenció arrepentimiento por lo que hizo, cree
que estaba en un estado de locura, porque gritaba “yo lo maté”.
En las fotos de la reconstitución de escena que se le mostraron, indicó
que, en la Nº9, se ve el dintel de la puerta de la pieza de Daniel, la mesa del
living comedor, a la hora de los hechos estaba llena de hojas de choclo.
Después de ocurrido los hechos no sabe qué pasó con lo que había en la mesa.
El dintel del fondo de la foto, da a la pieza de su mamá y a la suya. La cocina
queda hacia la izquierda de la foto. En el extremo inferior derecho de la foto
se ve el sillón del living; Nº16, el sillón da hacia la puerta de Daniel y la otra
parte hacia la venta del living comedor, cuando él salió Jenni y Giselle estaban
sentadas en ese sillón.
No escuchó la versión de Giselle de haber sido abusada por Rafael,
Aurora tampoco se lo dijo ese día. Después supo que Giselle decía que Rafael
había abusado de ella.
Alejandro en las fotografías de la reconstitución de escena que se le
exhibieron, pormenorizó que, en la foto Nº16, se ve el muro de la pieza de
Daniel, el sofá en L. Al bajar de su dormitorio vio a Giselle con un perro
blanco que andaba trayendo y Jenni sentadas en ese sillón, Giselle tenía su
cara normal, no estaba llorando, lo quedó mirando, su ropa no tenía nada
extraño, tampoco sus manos ni su rostro. Apareció su mamá y le dijo ¿qué
hiciste?, Giselle decía que le había pegado; Nº9, Francisco ya había bajado. Él
estaba en la puerta atendiendo a Rafael, tratando de levantarlo. Daniel estaba
durmiendo en su pieza, la que se cierra por dentro, es imposible abrirla por
fuera. La cocina está a la izquierda de la foto.
En el antejardín estaba Rafael, estirado en un sofá tratando de abrir los
ojos y de respirar, trató de levantarlo y llevarlo a la Posta de Urgencia que
queda frente a su casa, Francisco le ayudó, pero fue imposible llevarlo, Rafael
quedó fuera de la casa, él corrió a buscar la ambulancia, no había, cuando
volvió había llegado gente, ahí lo llevaron. A Giselle la estaba sujetando el
papá de Rafael para que no se escapara. Él se quedó en la Posta viendo que
pasaba con Rafael.
Después volvió, había llegado Carabineros, afuera a Giselle le habían
pegado porque tenía sangre en la cara, también le habían pegado unas patadas,
Carabineros la estaba subiendo al furgón.
No supo de ningún incidente entre Rafael y Giselle.
Según la versión de Giselle ella lo mató, porque Rafael había intentado
violarla. Él lo duda, porque cree que el motivo es celos, ya que Rafael había
flirteado con Jenni en la fiesta, luego en la casa salieron a comprar, en una
foto Jenni aparece con un pañuelo de Rafael, lo que confirmó en la foto Nº1,
que se le mostró.
Indicó que prestó declaración en Fiscalía el 19 de agosto de 2015, antes
había declarado con la policía, en esa fecha no sabía las motivaciones de
Giselle para matar a Rafael, arribó a la conclusión que habría sido por celos
por las conversaciones posteriores, luego vio las fotos, no sabía que se la
habían tomado. Esta hipótesis la conversó con su familia.
Estos tres testigos indicaron que Rafael Bichon era amigo de ellos de
toda la vida, era como un hermano, era una persona correcta, respetuosa, buen
amigo. Añadió Francisco, que estudiaron en los mismos colegios, que se iban
juntos en las mañanas, salían juntos de vacaciones.
Por su parte, Jennifer Margarita Arteaga Mejías expuso que Rafael
falleció el 19 de abril de 2015. Ella estaba en el living comedor de los Alfaro,
fue entre las 12:30 a 13:00 horas, dormía junto a Aurora. Giselle estaba en la
pieza, se fue a acostar como a las 11:30 a 12 horas porque se sentía mal, la
puerta estaba abierta, ingresó y la dejó abierta. Estaban en el living comedor
Aurora, Daniel, Francisco y Rafael, también escucharon que se sentía mal.
Alejandro se había ido a acostar.
Giselle ese día fumó marihuana y no está acostumbrada a fumar,
fumaron juntas. No la vio que consumiera cocaína esa noche, llegaron juntas a
la fiesta, fueron a almorzar con Giselle a la casa de la tía Aurora.
En la fiesta compartió y bailó con todos los primos, no vio bailar a
Giselle, tampoco bailó con ella, la vio conversar con la abuela. No estaban
separadas a esa fecha, vivieron juntas 5 años, la dueña de casa les pidió la
casa, ahí decidieron separarse, ella se fue a vivir con sus papás y Giselle con la
tía Aurora. No se podía ir a vivir con Giselle porque ella tenía un local de
comida en otra comuna, pero seguían con la relación.
Sabe que Aurora señaló que vio a Giselle gritando que Rafael la violó,
que Rafael pedía ayuda, gritaba “Jano”, no recuerda haber escuchado que
Aurora haya dicho que Rafael y Giselle se quedaron despiertos en el living.
Ella despertó con un grito, vio a Rafael tirado en el suelo con el
cuchillo, Giselle estaba parada gritando, escuchó un grito que ella decía “me
violó, me violó, me violó”. Giselle dijo que Rafael la había amenazado “que la
iba a violar de nuevo, me pegó, que me iba a violar de nuevo para que supiera
lo que era estar con un hombre”.
Está la mesa, hay como un pasillo, está el computador, como en esa
parte Rafael estaba caído, cerca de la puerta de salida de la casa.
Ella despertó con los gritos de Giselle que pedía ayuda y decía “me
violó, me violó”, antes de eso no escuchó nada, ella estaba como muerta,
había carreteado toda la noche, consumió marihuana, cerveza, en la noche
consumió alcohol, no consumió cocaína. En la casa de la abuela durmió una
media hora.
Durante la fiesta no vio un incidente entre Giselle y Rafael. La tía
Aurora le dijo que Rafael le tocó el poto a Giselle, ella le dijo “oye Rafa qué
onda con Giselle”, le contestó “ah, no te preocupí”, como tirando la talla, ella
no le dio tanta importancia.
Giselle decía que la había violado y que llamara a Carabineros porque
se quería entregar.
Declaró en Fiscalía el 18 de agosto de 2015 su versión de los hechos, en
esa declaración se le había olvidado que había salido a comprar con Rafael a
la botillería, fueron como a las 8:30 de la mañana. Giselle estaba con ellos en
el antejardín. Hacía mucho frío, los chiquillos la empezaron a molestar porque
se sobaba las manos, le decían pollo, se reían porque le tiraron unas pantuflas,
calcetas chilotas, una chaqueta, Rafael le pasó su pañuelo, esto lo vio Giselle.
Con el tiempo durante la investigación siguió manteniendo contacto con
Giselle, ésta le contó lo que pasó por lo que conoce con detalle lo que ocurrió
al interior de la pieza. Giselle estaba durmiendo de lado, sintió que la tocaban
por debajo de su ropa interior, pensó que era ella, se dio vuelta y se dio cuenta
que era Rafael, éste se le subió encima, le bajó los pantalones, se bajó los de él
y la penetró con el pene, le apretó los glúteos y la parte de las piernas, Giselle
se defendió, empujó a Rafael, cuando salían de la pieza la entró de nuevo, le
pegó un combo en la parte derecha de la boca y le dijo “vas a saber lo que es
un hombre”. Empezaron a forcejear y como Rafael se puso violento Giselle
salió, vio un cuchillo, lo tomó para defenderse y se lo enterró, no recuerda que
le haya dicho donde le quería enterrar el cuchillo. En ejercicio de
contradicción con su declaración en fiscalía, leyó “la Giselle me dijo que se lo
quería enterrar en el hombro para que se tranquilizara porque estaba muy
agresivo, que no pensaba matarlo, solo quería defenderse”, esto se lo contó
Giselle cuando estaba presa.
No sabe que Giselle tuviera problemas con Rafael.
Giselle le dijo que nunca había tenido relaciones con hombre, nunca le
contó que haya sido abusada sexualmente antes.
No cree que Giselle se haya confundido al decirle que la penetró con el
pene, porque hay diferencia con introducirle los dedos.
La segunda declaración en Fiscalía la prestó el 31 de agosto de 2015,
entre esas dos fechas visitó a Giselle en la cárcel, dos o tres veces, lo que pasó
en la pieza lo cuenta por la versión que le contó Giselle, porque ella no lo vio,
estaba durmiendo.
No sabe quién le sacó a Rafael el cuchillo que tenía en su cuerpo, ella se
despertó con los gritos de Giselle, estaba sentada, se puso nerviosa, estaba en
shock, cuando despertó bien lo primero que hizo fue acercarse a Giselle., le
abrochó el pantalón, le limpió la cara y la abrazó. También despertó la tía
Aurora que fue a despertar a los primos. Ella se enfocó en Giselle porque la
vio muy, muy mal. Tienen una perrita, se llama Cristal, estaba durmiendo con
ella en el sillón. Pasaron unos minutos para que despertara bien, se tapó los
ojos, no podía reaccionar de qué estaba pasando.
El combo se lo dio Rafael saliendo de la pieza, en ejercicio de
contradicción con declaración de 18 de agosto de 2015, leyó “ella salió de la
pieza para acusarlo, en ese momento él le da un combo en la cara”. Explicó
que fue saliendo de la pieza.
La puerta estuvo abierta en todo momento, ella a su perrita la tenía
acurrucada, no la escuchó ladrar, no escuchó ningún ruido.
Con Rafael hablaron mucho, pero nunca estuvieron solos en la fiesta de
la casa de la abuela, el único momento que estuvieron solos fue cuando fueron
a comprar a la botillería, 5 minutos, estaban todos en el antejardín, desde ahí
se ve la botillería. Hablaron de sus familias, ella le contó de la relación que
tenía con Giselle, como se conocieron, él le contó que vivía solo con su papá.
No le tomó importancia al agarrón porque ella confía en su pareja, nunca han
tenido celos con Giselle, fueron pareja desde el 2010 hasta el 2015, tres meses
después que ella estaba en la cárcel.
Vivieron juntas, tenían proyecto de comprar un departamento,
trabajaban para eso, termina la relación producto de estos hechos.
Giselle no tenía ningún problema de celos, porque ella trabaja con
hombres, se relaciona mucho con hombres, Giselle confía mucho en ella,
nunca hubo celos entre las dos.
No le gustan los hombres, nunca ha dicho que le gusten, es orgullosa de
ser lesbiana.
Llegaron con Giselle y la tía Aurora tipo 10 de la noche a la casa de la
abuela Georgina, le llegó un WhatsApp a Giselle de su prima Denisse el
mismo día invitándola al cumpleaños de su papá Eugenio. Cuando llegaron
estaban los primos de Giselle, Alejandro, Daniel, Francisco, la señora Gricel,
don Plácido, mamá de Giselle, la abuela y el cumpleañero, después llegó
Denisse y su hermana.
Había cosas para picar, mucho trago, cervezas, vino, sabe que los
chiquillos tenían droga, cocaína, le ofrecieron a ella, pero no los vio consumir.
A las 8 de la mañana se trasladaron a la casa de los chiquillos, en
Caucahue, le ofrecían cocaína todo el rato, Daniel, tenía una caja de fósforo
con varios pitos.
De la casa de la abuela se llevaron cervezas a Caucahue, después
compraron más, estuvieron compartiendo hasta las 11:30 horas, ahí se empezó
a acabar el carrete, empezaron todos a irse a dormir, primero los dueños de
casa, después Alejandro al 2º piso, luego Giselle, que se acostó en la pieza que
está al lado del comedor, no sabe de quién es esa pieza, era la segunda vez que
iba a esa casa, antes había ido cuando llevaban un año con Giselle.
Ella se quedó compartiendo con Rafael y la tía Aurora.
Ella vio que Giselle se fue a acostar, también la vieron Daniel,
Francisco, Rafael y la tía Aurora. Giselle se fue a acostar sola, luego Daniel y
Francisco se fueron juntos a dormir a la parte de atrás donde hay piezas, baño
y una escalera, no entró a ese lugar, no sabe cómo están esas piezas, están al
lado de la habitación de los dueños de casa. Ellos se despidieron y caminaron
para atrás, supone que ingresaron a esas piezas.
Se quedaron conversando ella, Rafael y la tía Aurora, ésta le dijo a
Rafael, ella se quedó dormida.
Cuando le vio el pantalón desabrochado a Giselle, no le vio sangre en la
ropa, en el labio tenía una herida, poca sangre.
Los primos de Giselle tomaron a Rafael de los hombros y lo sacaron,
ella no salió en ningún momento, no sabe si a Giselle le pegaron afuera.
Ella salió detrás de los chiquillos gritando por una Comisaría.
No recuerda haberse sacado fotografía ese día.
Les pasaron la plata y fueron solos a comprar con Rafa, Giselle también
le pasó plata para que fueran a comprar.
III.- En lo tocante a los hechos que presenciaron los vecinos del
domicilio de Caucahue Nº6039, se contó con las aserciones de Margarita
Lorena Bichon Silva, hermana de Rafael, quien refirió que él era de carácter
fuerte, pero muy alegre, sociable, amable, simpático con la gente, muy
respetuoso. Los hechos ocurrieron el 19 de abril de 2015, en la casa de la
familia Alfaro Bobadilla, Rafael pasaba siempre con ellos, era un miembro
más de la familia, lo consideraban un hijo.
Se enteró de lo ocurrido entre la 1 a 2 de la tarde. Ella todos los
domingos iba a cocinar a la casa de sus papás, estaba cocinando, una vecina le
fue a avisar como a la 1 de la tarde que a Rafael le habían pegado y que estaba
tirado en el suelo en la calle, salieron corriendo, lo vio pálido, con los ojos
entreabiertos, no tenía reacción de nada, no estaba consciente de lo que estaba
pasando, vio mucha genta, recuerda a la vecina Quelita, Betty que les fue a
avisar, María que estaba con él en el suelo.
Salieron corriendo su hijo Bastián, su marido, su papá y ella, cuando vio
a su hermano éste no tuvo reacción de hablar, ni de nada, escuchó que Paola
decía ¿quién fue?, ¿quién le hizo eso a Rafa? Allí vio a la imputada parada a la
derecha suya, a menos de dos metros, dijo “yo fui, yo lo maté”, era una
persona desafiante, soberbia, estaba con un perro poodle en la mano, en eso su
hijo Bastián, que estaba a la izquierda de ella, le dio un combo en la cara y la
mujer cayó al suelo inconsciente. Ella se asustó de la reacción de su hijo, pero
no hablaba, estaba choqueada. La mujer estaba a menos de dos metros de ella,
no tenía nada en el rostro, solo cara de trasnochada, de carrete, pero ni un
golpe, ni una lesión, no tenía sangre, no tenía nada. Su ropa no tenía nada,
vestía pantalones claros, chaqueta oscura, un banano en la cintura y el perro
poodle en la mano.
Cuando la mujer cayó, su hijo dijo que lo ayudaran para llevar a su
hermano a la Posta, cuando llegaron a la Posta estaba Jano, sin saber que todo
esto había pasado en la casa de la familia Alfaro, le dijo “ayúdame, mira lo
que le hicieron al Rafa” y le entregó su hermano a él. Ella se devolvió a ver a
la imputada, se estaba incorporando con la mano en la cara, ensangrentada, se
devolvió donde su hermano, no supo más nada de ella.
Reconoció a Giselle Valladares Stewart como la mujer que ha
referido en su declaración.
La familia Alfaro no supo darle respuesta del porqué del fallecimiento
de su hermano. Horas más tarde, escuchando a los vecinos que referían lo que
la mujer había dicho afuera, que Rafael la había intentado violar o que había
intentado meterse a su cama, ahí se enteró, ella dijo que eso era imposible,
porque Rafael no era así.
La familia no sabía cómo explicarlo porque estaban tan choqueados
como ella, le dijeron que ella estaba celosa, porque su hermano había
simpatizado y compartido con Jennifer que era su ex pareja, porque es
lesbiana. Ella también concluyó que era por celos y no por lo que la mujer
decía. Nunca va a saber cien por ciento lo que pasó adentro.
Giselle no le prestó ayuda a su hermano. Su vecina María le dijo que
Giselle trataba de tirarle patadas a Rafael, pero María con sus manos le tiraba
su pie hacia atrás, para que no le pegara. Cuando estaban en el patio varias
vecinas le pegaron a la mujer. Camila le pegó cuando Giselle estaba en el
suelo y cuando carabineros la estaba subiendo al furgón le dio una patada en la
entrepierna.
Su papá le preguntó a Giselle que con le había pegado, le empieza a
revisar el banano, pero la gente que estaba alrededor le dijo que no la tocara,
que no le hiciera nada, entonces su papá se alejó de ella.
La señora Gricel le dijo que antes que llegara Rafael a la fiesta, Giselle
había tenido un roce con Daniel porque éste había estado bailando con
Jennifer, la ex pareja de Giselle.
Concordante con la testigo anterior, se escucharon los dichos de Bastián
Alexis Cortés Bichon, quien señaló que es sobrino de Rafael, su mamá es
Margarita Bichon. Sostuvo que vino al juicio porque la señorita que está ahí,
sindicando a Giselle Valladares, asesinó a su tío, lo que ocurrió en la esquina
de la calle Caucahue, el 16 de abril de 2015, alrededor de la 1 de la tarde. Él
estaba en la casa de su abuelo y Rafael. Se enteró de lo ocurrido por medio de
una vecina que llegó al domicilio diciendo que el Rafa estaba tirado en la
plaza durmiendo, pensó que los amigos lo habían dejado, fue y lo vio tirado en
la calle, no estaba durmiendo, vio que detrás suyo iban su mamá, su papá y su
abuelo. Rafa no reaccionaba, estaba tirado en el suelo, pálido, lo tocaba,
estaba helado, había gente alrededor, estaba Giselle, él preguntó ¿qué le pasó?
ella dijo “yo lo maté”. Lo dijo estando como orgullosa de lo que había hecho.
Esta mujer llegó del lado izquierdo de donde estaba tirado Rafael, venía con
un perro en la mano, un banano en la cintura, su cara era de trasnoche, con los
ojos fijos, no tenía herida. Al saber que ella lo había matado, reaccionó y le
dio un golpe puño en el labio superior, pensó que la había matado porque le
salió sangre del labio, él quedó con sangre en su mano, ella cayó al suelo.
Tomó a su tío, lo dejó en la camilla, él tenía sangre en los pantalones, estaba
helado su cuerpo, le decía a su tío ¿qué te pasó?, le tocaba la mano, no sentía
nada, de ahí no lo pudo ver más. Él tenía 16 años.
Él salió una primera vez de la Posta, Giselle estaba tirada en el suelo,
había mucha gente, le decían cosas, a él no lo dejaron ir de nuevo para allá. al
volver a salir de la Posta, la estaban subiendo al furgón de carabineros, Camila
le dio una patada en la vagina, prácticamente la subió al furgón de la patada.
Su tío era respetuoso con las mujeres, también con los niños, le tenían
total confianza, se quedaban con él, era como su hermano mayor.
Giselle no le prestó ayuda a Rafael.
Declaró en la Fiscalía el 25 de noviembre de 2015, en esa oportunidad
no señaló lo de la patada de Camila en la vagina a Giselle, pero sí dijo que la
habían golpeado.
Del mismo modo, los asertos de Paola Andrea Contreras Yáñez,
resultaron contestes con los dichos de los demás testigos, en cuanto manifestó
que los hechos ocurrieron el 19 de abril, ella fue informada como a las 14:10
horas, iba caminando por la calle, unas vecinas le avisaron lo que estaba
ocurriendo con Rafael, se conocían, eran vecinos, era cercano, él cuidaba a sus
hijos.
Su comportamiento era de confianza con los niños, con las mujeres, ella
le dejaba a cargo a su hija de 14 años.
A Rafael lo estaban trasladando a la Posta, lo sacaron de la casa en que
se había cometido el crimen. Cuando ella llegó estaba tendido en la calle, su
mamá, que iba con ella le levantó la polera y le vio la puñalada en el costado
izquierdo, en las costillas.
Pidió que le fueran a avisar a la familia de Rafael. Cuando lo vio en el
suelo pidió explicaciones quien le había hecho eso. Apareció una mujer,
reconociendo espontáneamente en la audiencia como tal persona a Giselle
Valladares Stewart, dijo que ella lo había hecho, se lo dijo de forma déspota,
prepotente, arrogante, andaba con un perro en su mano, con un banano, con
chaqueta de cuero, tenía el rostro con estado de ebriedad. Cuando dijo que ella
lo había hecho, apareció Bastián, sobrino de Rafael, él que le dio un combo,
Giselle cayó al suelo, quedó un rato aturdida. Llevaron a Rafael a la Posta,
cuando ella volvió estaban agrediendo a Giselle con golpes, también ella le
pegó. Ruth, Camila, ella, le pegaron patadas por el costado, los demás también
le dieron combos y patadas, la familia Alfaro la protegió un poco. Llegó
carabineros, cuando la estaban subiendo al furgón Camila le dio un puntapié
en el trasero, tirándola al interior del furgón, cayó inclinada.
Antes de la golpiza Giselle no tenían ninguna señal de agresión en su
cara, no le prestó ninguna ayuda a Rafael.
El 19 de abril de 2015 entregó esta misma información a carabineros y
en noviembre a la Fiscalía.
Cuando Giselle decía que había matado a Rafael, estaba Pancho Alfaro
junto a ella. En abril de 2015 a carabineros le dijo que le vio sangre en sus
manos y en su cara, pero no sabía en qué momento le había visto la sangre,
porque estaba muy nerviosa en ese momento. Aclaró que ella le vio la sangre
a Giselle cuando volvió de la Posta, cuando la gente le estaba pegando, antes
no le había visto sangre. El 28 de noviembre de 2015 dijo que no se acordaba
si Giselle presentaba lesiones.
Ella fue amiga de Rafael por muchos años.
En términos similares a los otros deponentes, se expresó Camila
Marilyn Arriaza Gajardo, en cuanto refirió que a Rafael lo conocía porque
fueron vecinos de toda la vida, a Giselle no la conoce, a los Alfaro los conoce
como vecinos de toda la vida.
Un domingo de abril de 2015, alrededor de las 2 de la tarde iba llegando
de su trabajo, escuchó gritos, salió a ver qué pasaba, vio a Giselle que estaba
diciendo que Rafael había tratado de abusar de ella, la vio al frente de la casa
de los Alfaro. A Rafael lo estaban llevando hacia el consultorio.
Giselle de manera desafiante, decía que ella “yo le pegué porque él trató
de abusar”, estaba de pie, vestía pantalón claro, chaqueta de cuero negra y un
banano. Su cara no tenía golpe, ni nada. Ella caminó hacia el consultorio a ver
qué había pasado con Rafa, estaba Jano afuera, le preguntó ¿qué le pasó a
Rafa?, éste le dijo “es que se le trató de meter a la cama”. Volvió, Giselle
estaba tirada en el suelo, había harta gente, ella le pegó varias patadas en las
costillas, fuerte. Decía que Rafael había tratado de violarla, que ellos no la
conocían, que era una persona tranquila. Pancho con Jano llegaron, se la
llevaron para que no le siguieran pegando y para retenerla en la casa de ellos.
Justo llegó carabineros, ella iba detrás de Giselle, abren la puerta del furgón,
ésta iba subiendo al furgón, le dio tres patadas fuertes en la entrepierna, como
que se cayó, ella le decía lo mataste, lo mataste, luego de la llevaron.
Le contaron que Bastián le había pegado en el rostro, ella no lo vio,
porque había ido al consultorio.
Giselle no tenía desabrochado el pantalón, no se fijó porque tenía el
banano, Paola también le pegó, pero ella fue la que le pegó más.
Antes de que le pegara Bastián no tenía nada en la cara. No vio que le
prestara ayuda a la víctima.
El 24 de noviembre de 2015 declaró ante la Fiscalía, dijo que no se
acordaba si Giselle tenía lesión en la cara. Jano vive en la casa donde ocurrió
todo, es Alejandro Alfaro, éste le dijo que Rafael se le habría metido a la
cama, pero no que la había violado, en ejercicio de contradicción con su
declaración en Fiscalía, leyó “me quedé ahí en el Sapu y me senté al lado del
Jano, no recuerdo apellido, y él decía que Rafa se le había metido a la cama y
que la había violado”. Esto que le dijo Jano, era porque Giselle decía que
Rafael la había violado.
De la misma forma, explicó cómo se enteró de lo sucedido Ana María
Romero González, al manifestar que el 19 de abril de 2015, asesinaron a
Rafael Bichon. No recuerda a qué hora se enteró de los hechos, puede haber
sido a las 12 del día, iba camino a su casa, de repente vio que sacaban a Rafael
en andas desde la casa de los Alfaro, lo llevaban Francisco y Alejandro,
Rafael arrastraba los pies. Conocía a Rafael desde hace muchos años, eran
vecinos.
Ese día ella andaba con su mamá y su hermano, corrieron hacia ellos,
Rafael era como peso muerto, caminaron unos 2 o 3 metros, no podían
sostenerlo, lo dejaron en el suelo acostado. Ella y su mamá corrieron hacia
donde Rafael, su mamá se inclinó en el suelo y lo puso en sus piernas,
empezaron a gritar “que le pasó, que le hicieron”, porque él no tenía reacción
ninguna, llegó mucha gente, vecinos. Lo revisaron, le levantaron la polera,
tenía una puñalada en la costilla, gritaban mucho quién le había hecho eso.
Alejandro había corrido al consultorio a buscar ayuda, su mamá gritaba
mucho, llegó Paola, de repente llegaron otros vecinos, gritaban quien le hizo
esto, salió una señorita de la casa de los Alfaro, vestía chaqueta negra de
cuero, jeans claro, un banano en la cintura y un perro en la mano, un poodle.
Salió desafiante, tranquila, dijo que ella le pegó, le preguntaron por qué, dijo
que “porque ese hueón me quería violar”, no le creyeron, le tiró una patada a
Rafael, su mamá con su brazo le quitó el pie y le dijo “como se te ocurre
pegarle hueona, si ya lo mataste”, la mujer dijo muchos garabatos. Llegó
Bastián, sobrino de Rafael, preguntó qué había pasado, le dijeron que ella lo
había atacado, le dio un combo, ella cayó de espalda, quedó inconsciente,
llegaron Margarita, Paola, ésta le dio unos golpes en las costillas, después
agarraron a Rafael y lo llevaron al consultorio. Francisco sale del inmueble e
ingresa a la mujer a la casa de los Alfaro, para que ella no se arrancara. Ella
fue hasta la puerta de la casa y le dijo que no iba a salir de ahí hasta que no
llegara Carabineros. Llegó Camila, justo llegó Caraineros, le dijo “aquí está,
esta hueona lo mató”. Camila le dio unas patadas en el trasero a la mujer, al
subir al carro policial levantó la pierna y Camila le dio una patada en la
entrepierna, cayó de boca hacia el furgón.
Después les dieron la noticia que Rafael había fallecido.
A Giselle la conoció ese día, no la conocía de antes. La vio a unos 2
metros, se fue acercando hacia ella, tenía un rostro tranquilo, nunca la vio mal,
muy tranquila, no se condecía su actitud con la situación de haber sido
violada, su ropa estaba normal, no tenía heridas en el rostro, su chaqueta
incluso estaba abrochada.
Reconoció a Giselle Valladares Stewart en la sala como la persona
que ha mencionado.
Antes de que la golpearan Giselle no tenía lesiones, Bastián le pegó un
combo, después sangraba de la nariz y de su boca, no tenía desabrochado el
pantalón porque tenía el banano en la cintura.
Rafael nunca se propasó con nadie, estuvieron juntos en fiestas y
siempre fue muy respetuoso.
Prestó declaración en Fiscalía, allí no dijo que Giselle tenía una actitud
desafiante. Ella vio que Giselle le dio la patada a Rafael porque estaba ahí.
Una persona que es agredida de la manera que decía Giselle no sale con
esa actitud, esto no lo dijo en la declaración de Fiscalía.
Finalmente, refrendó a los anteriores comparecientes María Irene
González Ahumada, en cuanto señaló que Rafael murió el 19 de abril de
2015, se enteró más o menos como a la 1 a 2 de la tarde, iba de la feria con su
hija Ana María. Los jóvenes pedían ayuda, ellas corrieron a ver de qué se
trataba, estaban en la esquina, era Francisco y Daniel o Jano, llevaban a Rafael
hacia el consultorio, tomado de los brazos, bajaron a Rafael al suelo, ahí
corrieron ellas a verlo.
Conocía a Rafael porque eran vecinos, era un joven tranquilo.
Cuando se acercó a Rafael pensó que estaba muerto, se agachó, lo tomó
en sus brazos, tenía una herida en el lado izquierdo. En ese momento no había
nadie en la calle, ella se puso a gritar, les preguntó a los jóvenes qué había
pasado, después salió la niña y le dijo que ella había sido, salió de la casa de la
esquina. Dijo que ella lo había apuñalado porque supuestamente había
intentado violarla, estaba seria, sin señales de arrepentimiento, vestía jeans
claro, casaca negra, un banano, un perro en sus brazos, su cara la tenía sin
lesiones, su ropa estaba bien. La mujer le pegó una patada a Rafael, ella le tiró
el pie hacia atrás, le dijo que no creía que Rafael hubiera intentado violarla
porque conocía a Rafael y por las condiciones en que ella estaba, ya que
estaba trasnochada, parecía que había tomado alcohol, en ese momento llegó
más gente al lugar, tomaron a Rafael y lo llevaron al consultorio.
Uno de los jóvenes llevó a la mujer a la casa para que no se arrancara,
ahí llegó Carabineros, la sacaron hacia el carro, Camila le tiró varias patadas
en el trasero, y al subir al carro le dio una en la entrepierna.
Rafael era un joven tranquilo, estuvo varias veces en su casa con sus
hijas, la mayor tiene 32 años y la otra 29.
Reconoció a Giselle Valladares Stewart como la mujer que ha
referido.
Vio al sobrino de Rafael que agredió a Giselle y le dio un puñetazo en la
cara, ella cayó al suelo.

IV.- En relación a los exámenes psiquiátrico y psicológico efectuado a


Giselle Valladares Stewart, comparecieron a estrados los peritos cuyos
informes se consignan a continuación.
El psiquiatra del Servicio Médico Legal José Sergio Arancibia Vaccaro
manifestó que el 20 de octubre de 2015 evaluó a Giselle Valladares Stewart,
de 33 años, soltera, 4º Medio, vendedora, por estar imputada por homicidio;
sin antecedentes mórbidos, ni psiquiátricos.
Desde los 20 años ha trabajado como vendedora en diferentes locales.
Refiere cuatro relaciones de pareja significativas, desde los 16 años, de 4 o 5
años de duración, hasta la última relación con una pareja 2 años menor, que
convivieron 4 años y se separaron tres meses antes de los hechos que se
investigan.
Bebió alcohol en forma excesiva hasta los 25 años, posteriormente
bebía en forma moderada los fines de semana. Comenzó a consumir cocaína a
los 20 años, entre los 25 y 27 años consumió diariamente, después los fines de
semana y dejó el consumo de cocaína en septiembre de 2014, para juntar
dinero porque tenía el proyecto de comprar una casa y por los proyectos que
tenía con su pareja. Consumía $60.000 o $70.000 que financiaba con su
trabajo.
De los hechos que se investigan, refiere que para ella fue muy terrible,
que hasta ese momento se siente sucia, denigrada porque la había tocado un
hombre, que a ella no le gustan los hombres, que la penetró con los dedos, que
le introdujo el pene vaginalmente, que ella trató de defenderse, salió del
dormitorio, él le dijo que nuevamente la iba a violar de verdad, tratándola de
lesbiana, que tenía que conocer lo que era un hombre, diciéndole garabatos, y
ella en ese momento por defenderse le entierra un cuchillo.
Al examen mental, normal, no presenta alteraciones cognitivas o del
pensamiento. Ella relata antecedentes de haber presentado síntomas
angustiosos secundarios a los hechos que se investigan y a su situación de
reclusión, pero al momento que es evaluada no se observa esa sintomatología.
Pidió un examen psicológico complementario de personalidad.
Presentaría algunos indicadores de descontrol de impulsos, como que habría
tenido problemas conductuales en la etapa escolar, haber incursionado en el
consumo de drogas, ella dice que a veces llegaba carreteada a trabajar, pero no
aparece lo que se podría denominar un trastorno por descontrol de impulsos.
No aparece sintomatología propia de estrés post traumático, sí síntomas
angustiosos y depresivos por la situación difícil vivida.
Concluye que, tiene un trastorno de adaptación secundario a los hechos
que ocurrieron y a su situación de reclusión. Del trastorno adaptativo se ha ido
recuperando.
Las víctimas de abuso sexual muchas veces presentan estrés post
traumático complejo, cuando han sido víctimas desde la infancia o
adolescencia. Esta es la única ocasión que ha evaluado daño en una persona
que al mismo tiempo es imputada, ella presentó síntomas angustiosos,
depresivos, inmediatamente después de ocurrido los hechos, de lo que se ha
ido recuperando progresivamente, se ha adaptado al sistema penitenciario, se
está preparando para dar la PSU, no refiere síntomas constitutivos de un estrés
post traumático.
Ella dijo que no había tenido relaciones sexuales con hombres
previamente, que no había sufrido experiencias de abuso sexual ni por
hombres, ni por mujeres, refiere un solo hecho traumático a los 14 años,
cuando ella va al colegio e intentan como asaltarla en la vía pública, pero que
ella logra defenderse.
Por el examen de sexología forense, aparece como alguien que ha
tenido relaciones sexuales, le pregunta al respecto, y le responde que en ese
tipo de relaciones hay juegos, usan los dedos, hay juguetes sexuales, por lo
que perfectamente podía tener un desgarro antiguo del himen.
A su turno, la psicóloga del Servicio Médico Legal Paola Denisse
Valenzuela Pizarro señaló que, realizó estudio psicológico complementario
para evaluar daño emocional y personalidad a Giselle Valladares Stewart, 33
años, imputada por el delito de homicidio.
Le realizó dos entrevistas clínico forense el 25 de octubre de 2015 y 3
de noviembre 2015. Dio lectura al informe psiquiátrico preliminar del Servicio
Médico Legal, a los antecedentes de la carpeta investigativa, aplicó e
interpretó el inventario de personalidad de Minnesota y la escala de psicopatía
Revisada PCR-L. La evaluación duró aproximadamente 6 horas.
Concluyó que la evaluada presenta una personalidad con rasgos
sicopáticos, lo que se traduce en un patrón de comportamiento en donde prima
la superficialidad afectiva, el egocentrismo, la baja empatía, la manipulación,
la baja capacidad para sentir culpa y las conductas irresponsables.
En la evaluación no encontró indicadores que dieran cuenta de
sintomatología asociada a los hechos que reporta de una supuesta violación, la
examinada tiene la capacidad de comprender los elementos de la realidad y
entender las conductas aceptadas de las sancionadas socialmente.
La evaluada refirió haber sido víctima de un ataque de connotación
sexual, donde un hombre habría intentado violarla y abusar de ella, cuando
ella estaba en la casa de un familiar, al término de una fiesta estaba acostada
en un dormitorio durmiendo y despierta producto de unas tocaciones de un
hombre, amigo de la familia. Ella despierta y estaba con el pantalón y los
calzones abajo, se levanta para tratar de defenderse del ataque, porque el
sujeto le dice que tiene que aprender lo que es un hombre, con la intención de
atacarla sexualmente. El acto que describe es que el hombre la estaba
desvistiendo mientras ella dormía.
En su biografía, la evaluada da cuenta de cuatro relaciones de
convivencia con personas del mismo sexo. En su evaluación no informó haber
tenido relaciones sexuales con hombres ni haber sufrido una agresión sexual
previa.
La escala de psicopatía consta de 20 ítems, en la entrevista va
determinando los indicadores que pueden estar presentes, ella dio cuenta de
versatilidad criminal, varias conductas maritales, mentiras patológicas,
egocentrismo, superficialidad afectiva.
La mentira patológica es aquella que al ojo del evaluador queda la duda
de por qué la persona lo hace, es solamente como para satisfacerse a sí misma,
no es como un fin último, no es para lograr conseguir algo a cambio.
El cuestionario de personalidad MMPI-2 corresponde a la persona, éste
es el que refiere conductas o síntomas relacionados y que tienen cierta validez
de acuerdo a la escala. En el cuestionario, ella da cuenta de conductas
impulsivas, tendencia a exagerar sintomatología con el fin de conseguir
atención de terceros. Ella da cuenta en el cuestionario de ser irritable y
agresiva, características que no observó durante la evaluación.
La examinada en la información que entrega tanto de su biografía como
de los hechos de la causa, es una persona que tiende a externalizar la culpa.
Cuando le ocurren situaciones tiende a justificarlas en que otras personas
hicieron que eso ocurriera, porque no dependen de sí misma sino de otros que
ella haya actuado de una determinada manera, todo lo cual informa una baja
capacidad de autocrítica.
En la conclusión de su informe señaló respecto a la evaluada “y
dificultades para actuar de acuerdo a las normas sociales si éstas no la
benefician”, explicó que este párrafo se refiere a que, si bien, ella tiene la
capacidad para comprender lo que socialmente está aceptado de lo no
aceptado, decide no comportarse de acuerdo a lo establecido.
Consignó, asimismo, en su informe que la entrevistada es capaz de
distinguir entre realidad y fantasía, comprende la diferencia entre las
conductas socialmente aceptadas y las que son reprobadas, que examina la
realidad de acuerdo a los parámetros sociales y consensuales vigentes. A nivel
intelectual no hubo ningún reparo respecto de Giselle. En cuanto a la
capacidad de abstracción normal. No observó ideas delirantes ni alteraciones
sensoperceptivas. Juicio de realidad conservado.

V.- Por su parte la prueba de la defensa, aportó los siguientes


antecedentes.
Afirmaciones de Plácido Alfaro Rojas, quien señaló que no sabe nada
de los hechos del 19 de abril de 2015 porque estaba durmiendo. Llegó a su
casa como a las 8 o 9 de la mañana, estaban en el cumpleaños de un hermano
de su esposa, Eugenio Stewart, como a las 3 de la mañana llegó Rafael en
bicicleta, estuvo compartiendo con ellos. Como a los 8 de la mañana su hijo
Francisco lo llevó a su casa en Caucahue 6039, Villa Robert Kennedy, junto a
su señora y Alejandro. Su hijo Francisco se devolvió a buscar a Daniel y a
Rafael. Él se fue a dormir inmediatamente, Alejandro también se fue a dormir,
su señora se quedó en pie.
Se despertó con el barullo del accidente, entre las 1 y las 2 de la tarde.
La invitación a su casa era para comer humitas.
Recuerda que declaró en Fiscalía el 25 de noviembre de 2015. En
Caucahue vive desde 1967, en esa misma casa. Su casa tiene 3 dormitorios en
el primer piso, el de Daniel, el suyo y de su señora y el de Francisco. La puerta
de Daniel no se puede abrir sin llave, cuando él entra no puede entrar nadie,
tiene pestillo que se abre con llave desde afuera. Constantemente Daniel tiene
cerrada su pieza, si quieren entrar tienen que esperar que él llegue. El
dormitorio matrimonial está siempre abierto, el de Francisco no, es igual al de
Daniel. En la declaración en la Fiscalía no se le preguntó lo de la habitación de
Daniel.
Aseveraciones de María Aurora Pizarro Lyon, en cuanto expresó que
fue a un cumpleaños con Giselle y Jenni, en Las Rejas, en la casa de su tía
Georgina. Como a las 9 o 10 de la mañana del día siguiente, se trasladaron a la
casa de la tía Gricel, con los primos Jano, Daniel, Pancho y Rafael. En la casa
de éstos siguieron tomando mucha cerveza.
En la mañana, como a las 8, estuvieron conversando afuera, Daniel les
ofreció cocaína, también, tenía marihuana, Jenni le dijo que no. Rafael se puso
muy atrevido con su sobrina Giselle, le dijo que le gustaba mucho porque la
encontraba muy parecida a una polola que tuvo él, le dijo que no dijera eso, ya
que sabía que ella era lesbiana, pues la conocía de tiempo, ya que en todas las
fiestas él estaba.
Pasó un rato, siguió molestando, hubo un agarrón, le dijo que no hiciera
eso porque a ella no le gustaban los hombres, que no se comportara así.
Temprano fueron a comprar más cerveza, se fueron a acostar de a poco, la tía
Gricel y el tío Alfaro a la pieza de atrás. Iban a hacer humitas, la invitaron
porque sabía amarrar las humitas. Hay un dormitorio en el living comedor, al
lado del computador, se quedaron Rafael, ella y Jenni conversando en el living
comedor, Giselle se había ido a acostar.
Ella se estaba quedando dormida con Jenni, le pidió a Rafael que se
fuera porque se iba a acostar, se acomodó y se quedó dormida. No sabe cuánto
pasó, sintió un grito muy fuerte de Giselle, que este joven le había metido los
dedos, que la había violado. Este joven gritó el nombre de Jano, ella corrió a
despertar a sus tíos, Giselle estaba muy descompuesta, que la había violado,
que le había metido los dedos, sus tíos despertaron a sus hijos. Jenni abrazó a
Giselle, tenía un labio roto, con sangre, sus pantalones desabrochados, le decía
“tía, tía, me violó”, estaba muy descompuesta, salió diciendo que llamaran a
los carabineros para entregarse.
Cuando salió la gente la golpeó. Llegó Carabineros la llevaron detenida
y a ellos a declarar. Lo que pasó afuera no lo vio. Rafael había salido estaba en
un sillón. Después llegó la PDI.
No vio consumir droga a Jenni.
Rafael sabía la condición de Giselle y se puso atrevido, eso le pareció
mal a ella, eso fue en la misma noche.
Durmieron en el sillón en forma de L ella y Jenni, ella a lo largo del
sillón. Rafael estaba en pie paseándose.
Giselle se fue a dormir después que se fue Jano a dormir, Daniel se
quedó con ellas afuera. Giselle se fue a la pieza que está en el living comedor
porque se fumó 2 o 3 pitos de marihuana, se sentía mal porque ella no tiene
costumbre de consumir esta droga, no vio a nadie más entrar a esa pieza.
Cuando se fueron al living comedor, Daniel se fue a acostar a una de las
piezas de atrás, quedaron ella, Jenni y Rafael en el living comedor. No sabe
cuánto rato pasó entre que ella se durmió y despertó con los gritos.
Todos consumieron alcohol.
Inmediatamente que vio a Giselle le vio la herida en la cara y el
pantalón desabrochado, corrió al dormitorio de su tía. Despertaron sus tíos y
Pancho fue a buscar a sus hermanos que estaban arriba, Daniel y Jano. Ella se
quedó en la pieza llorando desconsolada, después volvió al living comedor,
Giselle estaba descontrolada gritaba que le había metido los dedos y la había
violado, decía “lo hice para que a nadie más se lo haga”.
A Rafael lo socorrieron los primos.
Rafael tenía una herida en el pecho, en el lado izquierdo, Rafael estaba
parado frente a ella, vio el cuchillo en el suelo cuando lo tiró Giselle.
Carabineros llegó como a las 12 del día, no sabe con exactitud la hora.
Cuando Giselle gritaba que la habían violado, la miró y tenía el pantalón
desabrochado, el golpe en la cara, descontrolada total, dijo que lo había
matado para que no le hiciera a nadie más lo mismo.
A Giselle la crió ella, con su hermana y su mamá, desde los 3 días que
salió del hospital, siempre ha estado cerca de ella, no quiere que le pase nada
malo, haría cualquier cosa para ayudarla.
A Giselle la subieron a un vehículo de carabineros, su tía Gricel les dijo
quién lo había hecho. No se acuerda si conversó en ese momento con
carabineros, no conversó con ningún carabinero. La PDI ingresó a la casa y
los llevó para tomarles declaración, estaba junto con Jenni la que escuchó su
declaración.
Estaba muy choqueada, cuenta lo que vio en el momento, puede olvidar
algunos detalles, pero lo esencial es lo mismo.
No le dijo a la policía que ella se fue a acostar primero, en ejercicio de
contradicción con declaración de 19 de abril de 2015, leyó, “posteriormente
cerca de las 10 horas decidí irme a acostarme al living comedor de la casa de
Eugenio, por cuanto en este lugar había un sillón donde nos acomodamos,
recuerdo que hasta ese minuto seguían en el living despiertos Rafael y Giselle,
pero como decidí dormir, no seguí compartiendo con ellos”. Explicó que no
dijo eso porque se quedó hasta tarde con Rafael, a lo mejor por lo que estaba
choqueada con lo que había ocurrido ese día. Después más tranquila empezó a
recordar que pasó.
Despertó con un grito y lo que ve inmediatamente es a Rafael de pie
frente a ella, muy cerca, a unos dos metros, es el único grito que escuchó.
Giselle le sacó el cuchillo del cuerpo a Rafael, tirándolo con su mano hacia
atrás, lo botó al suelo.
A la policía le dijo que Giselle había señalado que Rafael la había
violado, en ejercicio de contradicción con la misma declaración leyó, “el cual
lo extrajo desde el tórax de Rafael, lo que señaló en ese momento, para que
nunca más me metas los dedos”. Ella indicó que eso es una violación, porque
le metió los dedos, tiene que habérselo dicho a la policía, insiste en que le dijo
a la policía que Giselle dijo que la habían violado.
Estando presa Giselle la fue a ver, le contó muy pocas cosas porque
estaba muy choqueada.
Declaró en Fiscalía en agosto de 2015, dijo la misma frase “para que
nunca más me metas los dedos”.
Sostuvo que le dijo a la policía que Giselle estaba desesperada, llorando,
en ejercicio de contradicción con la declaración del 19 de abril de 2015, leyó
“recordando, además, que Giselle una vez que extrajo el cuchillo del tórax del
Rafa, lo lanzó al piso, quedando botado en ese lugar”. Explicó que ahí mismo
dijo que Giselle estaba llorando, desconsolada, pero no quedó consignado.
Como estaba súper choqueada, no le dijo a la policía que Giselle estaba
con la ropa desabrochada y lesionada.
Después se enteró por Giselle cómo la había atacado Rafael, al principio
pensó que era Jenni, empezó a tocarla, al darse vuelta Giselle se dio cuenta
que era Rafael, le dijo que éste la golpeó en la cara y que la penetró con su
pene, estando Rafael encima de ella, luego sale Rafael y ella después. Giselle
no le dijo que salió a acusar a Rafael, Giselle salió de la pieza a la mesa,
donde había un cuchillo.
Ella no despertó a Daniel, despertó a sus tíos Gricel y Plácido, no vio a
Daniel, en la otra pieza estaba Pancho. Cuando volvió al living no vio a
Daniel, no vio que éste llevara a Rafael a la Posta, en realidad después de esto
no vio a Daniel.
Cuando Giselle se fue a acostar a la pieza, la puerta quedó sin pestillo,
sin nada, cerrada. No escuchó los gritos de Giselle porque estaban muy
amanecidos.
Rafael se puso muy atrevido con su sobrina, porque le pegó un agarrón,
no se lo dijo a la policía, les contó solo lo que vio en el momento cuando se
despertó.
Dijo que Giselle después de arrancar el cuchillo del cuerpo de Rafael,
expresó “para que nadie más me haga este daño”, luego dijo que “para que a
nadie más le haga este daño”, estaba descontrolada.
La intención de Giselle no era matarlo, era pegarle en el brazo, pero
justo él se dio vuelta y le enterró el cuchillo. Giselle dijo que este hecho a ella
le había causado mucho daño, no recuerda si le dijo que, porque ella era
virgen. En ejercicio de contradicción con declaración prestada en Fiscalía en
agosto de 2015 dijo “eso le hizo mucho daño a Giselle, porque ella era
virgen”. Explicó que esto era obvio, porque ella nunca ha tenido hombre, es
una opinión de ella, no se lo dijo Giselle.
Giselle le contó que Rafael le dijo que le hacía eso para que supiera lo
que era un hombre, lo gritaba en el momento de los hechos, no se lo dijo a la
policía. Cuando pasaron las cosas, estaba muy choqueada y con trago en la
cabeza.
Sí, cambió su declaración después que conversó con Giselle.
A la PDI no le dijo que vio a Giselle con el pantalón desabrochado,
tampoco le dijo que Rafael la había golpeado en la cara, porque a esos detalles
no les dio mucha importancia en el momento.
En esa época Giselle y Jennifer eran pareja, terminaron después que
Giselle estaba presa. Estaban juntando dinero para comprar un departamento,
por eso Giselle se fue a vivir con ella.
Los Alfaro Bobadilla conocían la condición lesbiana de Giselle y sabían
que con Jennifer eran pareja, antes había ido para el año nuevo, como un año
antes. Ella sabía que el primer dormitorio era de sus padrinos, el de Daniel
está atrás.
Encima de la mesa del comedor había muchas hojas de choclo, vasos,
cuchillos, tragos. Su tía cuando llegaron en la mañana les ofreció completos,
no sabe quién los preparó.
Giselle dijo que se iba a acostar porque se sentía muy mal, ingresó al
dormitorio que está ahí mismo en el living comedor.
Su declaración la cambió porque conversando con Giselle y Jenni
empezaron a aclarar las cosas.
Por su parte, el médico cirujano Luis Orlando Ravanal Zepeda refirió
que la Defensoría Penal Pública le pidió que hiciera un análisis del informe de
sexología forense del Servicio Médico Legal, el cual contiene un informe
complementario de los resultados de muestras para estudios toxicológicos y de
alcoholemia que se le practicaron a Giselle y los registros fotográficos del
examen físico del examen sexológico, de diversas lesiones de tipo contuso,
que presentaba a nivel corporal.
Se consigna en el informe sexológico, que el relato que entrega en la
anamnesis da cuenta que habría sido agredida sexualmente por el occiso, a
través de la introducción de los dedos a nivel vaginal cuando se encontraba
durmiendo en una cama. En respuesta a esta agresión, ella habría tomado un
chuchillo y en una sola acción le habría propinado un solo golpe por la
espalda, no hay mayor precisión. Se consigna que fue agredida por personas
que estaban en el lugar, por su acción respecto de la víctima.
El examen físico es simple, concreto, da cuenta de lesiones contusas en
distintos segmentos corporales, fundamentalmente de tipo equimóticas, el
labio superior fue suturado, en la zona del flanco derecho, glúteo derecho, en
cara interna del tercio medio del muslo derecho.
Conclusión, lesiones contusas de carácter leve.
El tema de mayor interés, es el análisis ginecológico, donde la
descripción general de los genitales externos, la vulva, los labios mayores,
menores, clítoris, no se describen lesiones.
Llama la atención la presencia de un eritema o enrojecimiento a nivel de
la horquilla vulvar, que es, desde el punto de vista anatómico, el segmento
inferior de la vulva, donde coinciden tanto los labios mayores con los
menores. El segundo elemento positivo, es que detecta la presencia de sangre
a nivel de la vulva y a través de la vagina, da cuenta de lesiones antiguas a
nivel del himen.
Concluye ese informe, que es concordante con el relato, es decir, con el
relato que aporta ella, que es la introducción de los dedos al interior de la
vagina.
En el desarrollo de su pericia indica que, efectivamente concuerda con
lo que señala el peritaje del Servicio Médico Legal, en el sentido que el
eritema en la zona, es concordante con lo que manifiesta, esto es, con la
introducción de dedos en la zona vaginal.
Hace la observación que evidencia una incompleta valoración de la
zona genital, concretamente no consta en el informe que se haya explorado la
vagina, que era importante, pues da cuenta que hay sangre que proviene de la
vagina y que también se encuentra en la zona vulvar. Hay dos posibilidades
que explican esa situación, una, que se trate de sangre de origen menstrual, sin
embargo, en el informe se indica que la última regla fue a finales del mes
anterior, el examen se realizó a mediados del mes, si es una persona de ciclos
regulares, ese sangramiento queda fuera del periodo de sangramiento
menstrual. La otra posibilidad, es que esa sangre que observó la doctora pueda
tener origen en una causa traumática, de ahí la observación que hace que no se
realizó inspección de la zona vaginal, pues ahí podría alojarse lesiones.
Incorpora observaciones en base a exámenes de laboratorio,
alcoholemia de 0,29 gr/1000 y detectó presencia de cocaína en orina,
metabolitos de la degradación de cocaína, lo que da cuenta que, al momento
de producirse la agresión, la imputada se encontraba bajo los efectos de ambas
sustancias.
No consta que se hayan fijado otro tipo de elementos.
Fotográficamente se fijan las lesiones contusas, pero vaginalmente no se
tomaron imágenes de la zona genital.
Él no examinó a Giselle.
Hay correlación entre las lesiones contusas con lo que relata la
imputada, respecto de una agresión física propinada por terceros, después de
haber herido mortalmente a la víctima. No obstante, que son lesiones
inespecíficas, porque las lesiones contusas que tuvo a la vista en el registro
fotográfico, no permiten saber con qué elemento se produjeron y cuál es la
secuencia, evidentemente son todas lesiones coetáneas, la única que escapa del
patrón habitual está en la de la cara interna del muslo derecho, que no se
podría señalar si corresponde a una lesión contusa por acción de tercero, al ser
agredida después de lesionar a la víctima, o corresponde a una maniobra,
como ella describe, de una agresión sexual, porque las caras internas de los
muslos son segmentos en que habitualmente se ven lesiones en agresiones
sexuales. En este caso no es posible hacer una distinción.
Con frecuencia en las agresiones sexuales hay lesiones en la zona de
alrededor de la zona genital, la zona paragenital, lo más común son las caras
internas de los muslos.
Si se considera en la zona genital, un puntapié, habría una lesión
contusa de varios centímetros, dependiendo del ancho del calzado, la vulva es
una zona bien circunscrita, cubierta por los labios mayores, una contusión
directa en esa zona dejaría equimosis en los labios mayores, en los labios
menores, eventualmente en estructuras más internas, que están cubiertas por
esta estructura, como la horquilla vulvar, el himen.
La lesión en la boca puede ser por un puño, es menos probable con una
cachetada porque tendría que ser muy fuerte y abarca una mayor zona.
El eritema es un enrojecimiento, si se valora desde el punto de vista de
escala de lesiones, primero está el eritema, después sería la erosión, después
más profunda, la escoriación; la primera es la más leve.
Deduce que la conclusión del informe del Servicio Médico Legal es
compatible con todo el relato, esto es, con todas las lesiones.
El eritema, es una lesión inespecífica, puede ser provocada por distintos
mecanismos, por la fricción de cualquier objeto contra la piel. Qué provocó
esa zona enrojecida no se puede establecer a ciencia cierta. El efecto
eritematoso por roce dura unas horas, si es infeccioso dura más.
A su turno, la psicóloga Mariela Alejandra Tapia Blaset, expuso que el
objeto de la pericia pedida por la defensa fue evaluar a Giselle Valladares
Stewart acerca de sus rasgos de personalidad. Para ello realizó dos entrevistas
clínicas y aplicó dos test proyectivos, test de Luscher y el de persona bajo la
lluvia, que dan información de cómo es la persona, sus rasgos de personalidad,
si tiene algún trastorno, si es impulsiva o no y, además, el DSM4, (test
estadístico de trastornos mentales).
Señaló que entrevistó a Giselle el 13 y 23 de julio de 2015, quien le
contó acerca de su historia de vida, que vivió desde meses de edad con su tía
política, la hija de ésta y la familia de esta hija, quienes la criaron porque su
madre no se quiso hacer cargo de ella. Cursó hasta Cuarto Medio y se fue a
vivir con su hermana mayor, quien le pagaría los estudios, pero no lo hizo, por
lo que se puso a trabajar. Al momento que realizó esta evaluación, Giselle
estaba trabajando en el Persa como vendedora.
En cuanto a su vida emocional, Giselle le contó que tuvo cuatro parejas
importantes a lo largo de su vida, siendo la más significativa, Jenny, con la
que estuvo hasta julio de 2015; cuando ella la evaluó recién había terminado
esta relación, ya que ésta había seguido después del proceso de la acusación.
Giselle le relató que era una relación estable, vivían juntas, tenían un perro,
tenían proyección de vida, pero por caracteres en un momento de diciembre
del 2014 se separan -de casa-, pero mantienen la relación.
Refirió la perito, que el relato de Giselle fue adecuado, no tuvo
problemas para hablar de aspectos positivos y negativos de su vida, ni de su
entorno; no mostró un proceso de crianza idealizado, fue respetuosa y
colaboradora. Su juicio de realidad es adecuado; sus procesos cognitivos de
memoria, atención y concentración están dentro de rangos normales; su
pensamiento es práctico funcional, es capaz de pensar antes de actuar, asume
las consecuencias de sus actos. Sus análisis son más bien profundos, dándose
cuenta cuando algo está mal y aprende de esta experiencia. Se rige por las
normas de la sociedad, evidencia ajuste social, donde ella es una persona
madura, que logra controlar sus impulsos en la mayoría de las situaciones, sin
embargo, como todo ser humano, cuando existen ocasiones en que se siente
indefensa o sola puede incurrir en conductas más impulsivas. Se conecta con
sus sentimientos y emociones, hay flexibilidad afectiva, o sea, ella no tiene
problemas en relacionarse con los demás. Su autoestima y su autoimagen es
fluctuante, hay momentos en que ella se da cuenta de sus capacidades, pero en
otros no.
Giselle asumió su homosexualidad alrededor de los 16 años, cuando
conoce a la amiga de una hermana, con la cual mantuvo una relación hasta los
21 años. Para ella su homosexualidad es un tema asumido, no tiene problemas,
su familia lo entiende.
Señaló la perito, que en julio de 2015 -tres meses después de ocurridos
los hechos- había en Giselle un trastorno depresivo, su relato es altamente
concordante con personas que han sufrido estrés post traumático, había
muchas imágenes intrusivas, estaba irritable, soñaba en la noche, dormía mal.
Explicó la perito, que el estrés post traumático puede ser porque pase un
evento estresante para la persona, como que corra peligro su vida o la de una
persona cercana, o que un hecho le impacte mucho. No hay relato de que otra
cosa le haya producido dicho estrés.
Refirió la perito, que Giselle le dio un relato de los hechos, que ese día
habían estado compartiendo en casa de unas de sus tías, donde ella se fue a
acostar ya que se sentía un poco mareada y despierta cuando alguien le está
introduciendo los dedos en su vagina, ella piensa que es su pareja y ahí se da
cuenta que es este caballero, se ponen a forcejear, ella sale al comedor -que
estaba al lado de la pieza- y ella toma un cuchillo porque ahí empezaron ellos
a pelear; que él le dijo “maricona culia, te voy a hacer mujer, vas a conocer de
verdad un hombre”, ella en ese momento se asustó y empezaron a forcejear y
ella le pega esta estocada. Giselle le dijo que en ningún momento pensó en
matarlo, sino que se ponen a pelear para que él no tratara de violarla
nuevamente, porque eso es lo que él pretendía, según el relato de la imputada.
A juicio de la perito, el trastorno post traumático y el trastorno
depresivo que ha mencionado podría ser por este hecho. La metodología que
aplica está diseñada desde antes de la entrevista, si advierte en la peritada
algún trastorno que no corresponde a los rangos normales, aplica otras cosas.
Pero, para ver rasgos de personalidad, como era este caso, ocupa los test ya
señalados, porque dan información sobre la persona y como se trata de elegir
colores y hacer un dibujo, es más difícil que la persona los manipule.
Depuso el perito, que el informe lo emitió un par de días después de las
entrevistas con la imputada, que fue en julio de 2015, cada entrevista duró dos
horas. En ese momento no había carpeta investigativa y por ello no la tuvo a la
vista. La evaluación del relato la hace solo a través de las entrevistas y la
aplicación de los test señalados. Giselle no le señaló una penetración de pene,
le dice que fue introducción de dedos y puede ser atribuible a este hecho, el
estrés post traumático que concluyó. Este relato es un elemento esencial en su
peritaje junto a los test aplicados.
Señala que en su informe consignó los test aplicados y el relato dado
por Giselle, precisando luego que en su informe no consignó la introducción
de dedos. No hay un relato del hecho que causó el estrés post traumático, ella
solo habla del relato en las conclusiones, ya que dio cuenta de los síntomas
que tiene y de cómo ella se sintió en el momento al ser violentada
sexualmente. Este relato a lo largo del tiempo puede haber variado y no
saberlo ella.
Giselle le dijo que la agresión se produjo en la pieza de su tía y el
acuchillamiento propiamente tal, fue en el comedor que está al lado, saliendo
de la pieza.
Giselle le dijo que la persona que la agredió sexualmente, en ocasiones
anteriores ya la había molestado con palabras, diciéndole que le gustaba, que
la quería hacer mujer, que era un desperdicio que ella se perdiera de esa
manera, hasta ese día, que dice que le da un agarrón y después pasan los
hechos.
Efectivamente consignó en el informe que la persona acuchillada
reiteradamente la agredía por su condición de lesbiana, eran agresiones más
bien verbales donde le decía cosas acerca de su condición de lesbiana.
Efectivamente consignó en su informe que Giselle se sentía humillada y
denigrada por ese trato, precisando que ello ocurrió más el día de los hechos
por el evento relatado, aunque ella estaba acostumbrada a ello, porque a la
gente le cuesta mucho asumir que hoy en día las personas tengan una
orientación sexual distinta; pero ese día fue más recurrente, fueron palabras
más agresivas y eso a ella la hizo más vulnerable.
En este caso, había una conducta reiterada y permanente del agresor
sexual hacia Giselle por su condición sexual, que le causaba denigración y
humillación, pero no al nivel como se sintió el día de los hechos.
Efectivamente consignó en su informe que no era primera vez que este
sujeto hacia comentarios sobre su condición sexual del tipo “hacerla mujer o
conocer un hombre de verdad”.
A su juicio, esas agresiones verbales -de tipo psicológicas- fueron
relevantes para ella el día de los hechos, ya que, si el sujeto no le hubiese
dicho nada en ese momento, no hubiese tenido tanta importancia, pero como
este sujeto volvió a repetirle lo que le ha dicho anteriormente, si cobra
importancia, ya que ello interfirió en la forma de actuar de Giselle, como
consecuencia, se produce esta pérdida de control, como gatillante de ese
proceso.
En su informe consignó “de los antecedentes recopilados es posible
concluir que el accionar de la imputada obedece a un descargo de defensa, ya
que el agresor en forma reiterada, humillante y denigrante acosó a la imputada
en su condición lésbica, ejerciendo una fuerte presión con agresiones físicas,
lo cual gatilló como consecuencia un acto, el cual tiene solo el objetivo de
defenderse, cuando la agresión pasó de las groserías verbales al ataque físico,
temiendo por su vida”, agregando la perito que eso es en el momento de los
hechos.
Entrevistó a Giselle respecto de su curso vital, era la primera vez que
era agredida sexualmente. A los 14 años -no recuerda bien la situación-
alguien la siguió, pero ella logró arrancar de la situación.
Refiere la perito, que puede ser que este hecho de la agresión sexual
cause el estrés post traumático, también lo puede generar el matar a una
persona o, el encierro carcelario. No se sabe que lo causó, pero hay muchas
imágenes que Giselle tiene de todo este proceso, que son intrusivas. Ella se
acuerda de todo lo que pasó; del momento en que estaban forcejeando; de lo
que él le decía; del momento que ella le pega la puñalada. Ella sentía culpa,
vergüenza, tristeza, una mezcla de sentimientos en relación a esto.
Señaló la perito, que durante las entrevistas Giselle tuvo estados
emocionales bastantes fluctuantes, se reía, pero al hablar de lo sexual lloró
mucho, le costó hablar de ello, fue complicado que relatara los hechos. Giselle
le dijo que hacía 3 meses había dejado de consumir droga, ella consumía
continuamente, pero ahora lo hacía solo cuando tenía dinero, consumía
cocaína; le dijo que esa noche consumió cocaína y alcohol.
Por último, compareció Michael John Byers Stewart, quien refirió que
no declaró en la investigación. La tarde después que ocurrieron los hechos,
llegó al lugar cuando se habían llevado a su hermana, conversó con su tía
Gricel y primos. Llegó aproximadamente a las 4 a 5 de la tarde, luego de una
llamada de su mamá porque Giselle estaba involucrada en un hecho de
violencia.
Sabe llegar donde su tía, no recuerda la dirección, estaba su tía Gricel y
su tío Plácido, le dijeron que Giselle había matado a Rafael. Cuando su tía
Gricel despertó escuchó que Giselle decía que ella lo había matado, porque él
la había violado.
Luego habló con Francisco Alfaro, estaba recostado, le dijo que “su
hermana dejó la cagada, tu hermana es mi prima y Rafael es nuestro hermano,
vamos a defender a Rafael”, entendió que no había más que conversar. Se fue
a la Comisaría Alessandri, la habían llevado a la PDI, él se juntó con sus
hermanas mayores y se fueron a la PDI.
A fines del 2014, invitó a Giselle a su casa a tomar once, fue a dejarla al
metro, dentro de la conversa le preguntó cómo estaba con Jennifer, le dijo que
estaban bien.
Le preguntó cómo estaba el carrete con los Alfaro, porque podía ser
carrete autodestructivo, ya que había consumo de cocaína, Giselle le dijo que
eran buena onda, que lo pasaba bien. Le preguntó si se sentía acosada por uno
de sus primos, le contestó que hay algunas personas que no son de la familia
que le causan mayor desconfianza, nombró a Rafael, le dijo que sabía tratarlo,
“no lo pesco”, “pongo los límites”. Él le dijo que bajara el nivel del carrete y
que las decisiones las tomaba ella.
Agregó que ellos son parte de una familia disfuncional, vivió en la
infancia unos 2 años juntos con Giselle. Compartían con Giselle una vez al
año aproximadamente. En una de las conversaciones ella le dijo que se quería
tranquilizar. Como él trabaja en programas sociales, le dijo que podía
favorecer el autocuidado, viendo cuales eran los factores de riesgo. El carrete
con los Alfaro era riesgoso.
Los factores de riesgos están asociados al espacio de carrete
autodestructivo, mucha droga, consumo de cocaína, alcohol en exceso.
Él participaba en algunas actividades familiares, a veces cada dos años,
finalmente se alejó por el carrete autodestructivo, principalmente por el
consumo de cocaína.
Habla de conductas inapropiadas, porque ha habido espacio dentro del
carrete en la familia donde se confunden las cosas, manoseos. Ella debía
cuidarse dentro de su opción sexual.
Estas cosas no las dijo en carabineros ni en la PDI, no le contó a su tía
Aurora. Le contó a la abogado defensora la semana pasada.
Conocía a Rafael lo había visto en ocasiones, era un integrante más de
la familia, no fue testigo que manoseara a Giselle, no le escuchó decir que la
iba a hacer mujer, no lo vio agredir psicológicamente a Giselle.
Del hecho tiene la versión de su tía y de familiares, propia no la tiene.

VI.- La extensa evidencia incriminatoria que se viene analizando, da


cuenta con claridad y detalle que Giselle Valladares concurrió a una fiesta
familiar la noche del 18 de abril de 2015, en la que compartió con diversos
familiares, con su ex pareja Jennifer Arteaga, a la que llegó en horas de la
madrugada del día siguiente Rafael Bichon Silva, para ya, en horas de la
mañana del día 19, entre las 7:00 y 8:00 horas, trasladarse Aurora Pizarro,
Jennifer Arteaga, Giselle Valladares y Rafael Bichon, hasta el domicilio de
Caucahue Nº6039, Villa Robert Kennedy, comuna de Estación Central, el que
correspondía a la familia Alfaro Bobadilla, compuesta por el matrimonio de
Plácido Alfaro y Gricel Bobadilla, y sus hijos Francisco, Alejandro y Daniel,
todos Alfaro Bobadilla, todos los cuales habían participado en la fiesta durante
la noche dirigiéndose todos a la casa de éstos, porque Gricel Bobadilla los
invitó a comer humas.
Durante la mañana de ese día 19, siguieron compartiendo en ese
inmueble, las personas ya mencionadas, con excepción de Plácido Alfaro,
Gricel Bobadilla y Alejandro Alfaro, los que se fueron a acostar poco después
de llegar a su casa, ocupando el matrimonio su dormitorio, que se ubica en la
parte del fondo de la casa, en el primer piso y Alejandro su habitación en el
segundo piso.
Los sucesos que se producen entre el mediodía y las 13:30 a 14:00
horas, no es posible determinarlos de forma tan diáfana como los ya referidos,
toda vez que, las declaraciones de las dos testigos -Aurora Pizarro y Jennifer
Arteaga- que se encontraban en el lugar en que Giselle Valladares agredió con
un cuchillo a Rafael Bichon, las modificaron durante el curso de la
investigación. Así, en el momento que se constituye personal de carabineros,
ambas le señalaron al Subteniente Felipe Lorca, que Giselle se encontraba al
interior del domicilio en compañía de Rafael Bichon Silva y un grupo de
familiares, intentando Rafael sobrepasarse con Giselle, al pretender introducir
su mano en la vagina de ella, ésta concurrió a la cocina, tomó un cuchillo y le
ocasionó una herida penetrante en el tórax, costado izquierdo, versión, que
ambas variaron posteriormente, adaptando sus dichos a lo sostenido por
Giselle, en cuanto a que ésta se habría ido a acostar a la habitación que da al
living comedor de la casa, porque se habría sentido mal al consumir
marihuana, droga que habría consumido por primera vez, pieza hasta la que
habría llegado Rafael en la que habría intentado abusar o habría abusado
sexualmente de Giselle introduciéndole los dedos o el pene en su vagina,
cuestión que tampoco se logró dilucidar. A consecuencia, de tal acción Giselle
habría salido de dicha habitación y habría tomado un cuchillo que habría
estado sobre la mesa del comedor, el que le enterró a Rafael.
Estas disimilitudes, se analizarán más adelante en este fallo, pues en
este punto, lo importante y concreto es que efectivamente Rafael Bichon a
consecuencia de la agresión propinada por Giselle Valladares con el arma
blanca, falleció, de lo que dieron cuenta los testigos que se encontraban al
interior del domicilio, como los vecinos y familiares de Rafael que se juntaron
en la calle, al enterarse de lo que había sucedido, como también la médico
tanatóloga, que determinó que se trataba de una herida de tipo homicida, en
que el lesionado no tenía ninguna posibilidad de sobrevida, pues seccionó casi
por completo la aorta abdominal, sin perjuicio, de los otros órganos vitales que
resultaron también afectados.
A ello se suma, las evidencias del sitio del suceso, dadas principalmente
por las manchas sanguíneas encontradas. Así, el Subcomisario Felipe Valdés
informó que encontraron manchas sanguíneas en la banca del antejardín y al
interior del living donde se provocó la agresión. Estas manchas se encontraban
debajo de un computador, que estaba inmediatamente al lado de los sillones,
donde dicen las testigos María Aurora y Jennifer Arteaga que ellas estaban
acostadas. Explicó el funcionario que estas manchas tienen un ángulo
descendente muy pronunciado, que señala que esta mancha se produce al
desplazamiento de un elemento con sangre al formar una parábola, expresando
que en el ángulo de la aplicación del cuerpo el desplazamiento es hacia afuera.
Por el ángulo que tiene la sangre cae en un soporte de forma inclinada y
descendente. Además, de estas manchas de sangre, había un cuchillo, que
había sido encontrado por la dueña del inmueble en el lavaplatos de la cocina,
el que mantenía manchas pardo rojizas, que dieron positivo para sangre de la
víctima. Este cuchillo tenía una dimensión de hoja de 21,5 por 4 de ancho, lo
que coincide con las dimensiones de la lesión en el cuerpo de la víctima, la
hoja ingresó completamente en el cuerpo, provocando una lesión interna de 23
centímetros, por la elasticidad del cuerpo. Además, este cuchillo
efectivamente tenía un filo desgastado, no tenía un filo definido, fue otro
factor que se sumó para establecer ese elemento como único para causar la
lesión, que corresponde al cuchillo que se le exhibió, pues es el que levantaron
en el sitio del suceso.
Así las cosas, toda la evidencia incriminatoria respecto a la dinámica en
que se produjo la agresión con arma blanca respecto de Rafael Bichon, es
conteste entre sí, se complementa y ratifica sin contradicciones, la que no fue
desvirtuada por la prueba presentada por la defensa, en cuyo mérito el tribunal
adquirió, más allá de toda duda razonable, la convicción de haberse producido
el siguiente hecho:
“El 19 de abril de 2015, alrededor de las 14:00 horas, al interior del
inmueble ubicado en calle Caucahue Nº6039, Villa Robert Kennedy,
comuna de Estación Central, Giselle Valladares Stewart le propinó a Rafael
Bichon Silva, con un arma blanca, una puñalada en el hemitórax izquierdo,
causándole la muerte”.
OCTAVO: Calificación Jurídica. Los hechos establecidos en el
considerando precedente, son constitutivos del delito de homicidio, previsto y
sancionado en el artículo 391 Nº2, del Código Penal, en grado de consumado,
perpetrado en esta ciudad, el 19 de abril de 2015.
En la faz objetiva el tipo penal de homicidio comprende una acción u
omisión, dirigida a matar a otro y un resultado material, cual es el deceso de la
persona.
En cuanto a la conducta homicida y sus circunstancias, se ha estimado
fehacientemente acreditada, con las aserciones de la médico legista, que se
apoyó en las imágenes fotográficas, para detallar la lesión que presentaba
Rafael Ismael Bichon Silva, a nivel de la región toráxica, en el hemitórax
izquierdo, herida corto-punzante, atribuible a un cuchillo de larga y ancha
hoja, que ingresó a la cavidad torácica con un recorrido total de 22 a 23
centímetros, fracturando la costilla izquierda, ocasionando a nivel de la pleura
parietal una lesión de 4,3 centímetros, lesionó el diafragma, el epiplón mayor,
cobertura mayor del estómago, la suprarrenal izquierda, el páncreas y termina
su recorrido seccionando casi por completo la aorta abdominal, produciéndose
la muerte a causa de una anemia aguda. Tal lesión era reciente, de tipo
homicida, es decir, atribuible a terceras personas, en que la agresora actuó de
manera segura porque atacó el tórax, donde hay órganos importantes como el
corazón, el abdomen. Además, se trata de una herida corto-punzante de mucha
presión en la parte torácica, porque fracturó una costilla y lesionó un órgano
vital, como es la aorta abdominal, no teniendo el agredido ninguna posibilidad
de sobrevida, ya que seccionó casi completamente el vaso de la aorta, lo que
provoca que la sangre salga a borbotones. Precisó la perito que la trayectoria
de la lesión es de izquierda a derecha, de arriba hacia abajo y de adelante hacia
atrás, trayectoria que es coincidente con la determinada por el Subcomisario
Felipe Valdés.
En lo concerniente al deceso de la persona, se contó con el certificado
de defunción de Rafael Ismael Bichon Silva, que consigna como causa de
muerte, anemia aguda por herida corto-punzante toráxico abdominal, como
también, la conclusión de la perito tanatóloga, que estableció que la causa de
muerte correspondía a una anemia aguda, por herida corto-punzante toráxico
abdominal, de tipo homicida, explicable por la acción de terceras personas, en
que la energía que se aplicó es de mucha presión, dado que fracturó una
costilla, la hoja del cuchillo ingresó 22 a 23 centímetros, sin que el occiso
presente lesiones de defensa.
Se desestimó la circunstancia calificante, esgrimida por la acusadora
particular, de haber actuado Giselle Valladares Stewart con premeditación
conocida, toda vez que, ésta exige para su configuración de un plan de acción
para cometer el ilícito, que debe manifestarse en actos exteriores, prolongarse
la decisión tomada en el tiempo y la elección del medio y del lugar apropiado
para ejecutarlo.
Al efecto, la acusadora particular no rindió probanza alguna que diera
cuenta que Giselle Stewart tenía un plan de acción preconcebido para
provocar la muerte de Rafael Bichon, muy por el contrario, toda la evidencia
da cuenta que después de haber estado compartiendo por varias horas en una
fiesta, sin que se produjera un incidente grave, toda vez que la agresión sexual
que refiere Giselle habría ejecutado Rafael en su contra, no resultó acreditada,
ella lo agredió con un cuchillo, propinándole una sola estocada, la que le
provocó la muerte, conducta que, en esas condiciones, no revela la ejecución
de una acción estudiada, reflexionada, pensada, con miras a obtener un fin
preciso, como es la muerte de Rafael.
La querellante indica que concurre esta calificante, porque Giselle
habría atacado a Rafael mientras éste dormía y aprovechándose de su
indefensión lo habría apuñalado en la caja toráxica superior izquierda. Tal
aseveración, resultó completamente desvirtuada con los dichos de la perito
tanatólogo, en cuanto, sostuvo que por la ubicación y la trayectoria de la
herida corto-punzante que presentaba el occiso, es posible que estuviera de
pie, pues de haber estado acostado, la lesión hubiese tenido otro recorrido. En
el mismo sentido, se expresó el Subcomisario Felipe Valdés, al aseverar que,
por la proyección de las manchas de sangre en el sitio del suceso, la agresión
de la víctima se provocó, sí o sí, estando de pie. Todo lo cual resulta
concordante con los testigos que se encontraban en el domicilio en el que se
produjo la agresión, toda vez que ellos siempre hablan que Rafael estaba
despierto.
De esta forma, no existe ningún antecedente que permita al tribunal
tener por establecido los hechos en que la acusadora particular funda la
calificante de premeditación conocida, desechándose, en consecuencia, tal
solicitud.
Enarboló, también, este interviniente la teoría de los celos como móvil
del asesinato de Rafael Bichon, lo que tampoco resultó probado, pues todos
los partícipes de la fiesta sostuvieron haber bailado y compartido con Jennifer,
pero nada aportaron en cuanto a que Rafael y Jennifer se hubieren abrazado y
besado, o que se hubiesen acurrucado en el mismo sillón que Aurora, como
señala la acusación particular, nada de eso se dijo a largo del juicio. En cuanto
a que Rafael le habría pasado su pañuelo a Jennifer, la que lo tenía puesto al
cuello, según se observó en la fotografía exhibida en el juicio, es dable
precisar, que la prueba presentada en el juicio indica que se lo habría pasado
en algún momento de la fiesta, pero sin que le asigne a tal hecho un
significado especial. En consecuencia, no hay ningún antecedente que permita
tener por establecido como móvil del crimen, los celos, desestimándose por
ello esta aseveración de la querellante.

NOVENO: Alegaciones de la defensa. La defensa sostuvo que


concurre a favor de su representada la causal de justificación de legítima
defensa.
Para la configuración de tal eximente debe concurrir como primer
requisito esencial, el haber existido una agresión ilegítima, la que debe ser
probada por quien la alega, en este caso, por la defensa.
La defensa sostiene que la agresión ilegítima en el caso en estudio, se
configura por la agresión en la esfera sexual que habría realizado Rafael
Bichon en contra de Giselle Valladares. En tal sentido, Giselle ante el tribunal
sostuvo que ella se sintió mal esa mañana del 19 de abril de 2015, al consumir
marihuana por primera vez, por lo que se acostó en la pieza que queda justo al
lado del computador en el que ella estaba poniendo música, al que ingresó
dejando la puerta abierta, se quedó dormida, no sabe cuánto rato durmió,
sintió que la empezaron a tocar, pensó que era su ex pareja Jennifer, le corría
la mano en un gesto que la dejara de molestar, se volvió a quedar dormida
porque dejó de sentir las tocaciones, que eran como por encima. Ella estaba en
posición fetal, se despertó cuando sintió un dolor de atrás hacia adelante, tenía
los pantalones y la ropa interior en las rodillas, cuando se dio vuelta se percató
que era Rafael, ahí se subió arriba de ella, le dijo que la iba a violar porque era
“maricona”, tenía que saber lo que era estar con un hombre, ahora iba a saber.
Él con su rodilla le aplastó el muslo, ahí ella lo empujó con sus piernas, él cae
hacia atrás y con su mano le pega en la cara, ella cae en la cama, se vuelve a
parar e intenta salir, logra hacerlo, él la sigue, tomándola de la blusa a la altura
del hombro, ella llega a la mesa del comedor, ve un cuchillo, lo toma, en la
rabia, se da vuelta y le entierra el cuchillo a Rafael, lo sacó de inmediato, se
quedó con él hasta que llegaron sus primos. En toda esta acción indica que ella
grita una vez durante la agresión, que salió llorando de la pieza. Después que
le pegó a Rafael, se percató que en el sillón del living estaba su tía Aurora y
Jennifer durmiendo. Dice que su tía Aurora despertó con el grito que ella dio,
no sabe si la vio con el cuchillo en la mano. Ella gritaba que Rafael la quería
violar. A carabineros y la PDI les dijo que Rafael la había violado. En Fiscalía
dijo que le había metido el pene. A la médico del Servicio Médico Legal le
dijo que le habían introducido los dedos en la vagina. Sostuvo que no sabía si
eran los dedos o el pene.
En cuanto, a la afirmación que realiza Giselle Valladares de haberse
sentido mal aquella mañana del 19 de abril de 2015, por haber consumido por
primera vez marihuana, la misma resultó desacreditada con la conclusión del
examen toxicológico que se practicó en el Instituto Médico Legal, por la
químico farmacéutico Nancy Fuentes, quien señaló que las muestras de sangre
y orina de Giselle, que ella peritó, dieron positivo para cocaína y cocatileno,
metabolito, este último, que indica que hubo consumo de cocaína más alcohol.
No encontró cannabis en la muestra, que, de haber consumido, la habría
detectado en la orina.
De esta forma, esta primera aseveración de Giselle Valladares, que
refrendaron en estrados su tía Aurora y Jennifer, en cuanto a que había
consumido marihuana, resultó desacreditada por una prueba científica, que no
fue desvirtuada por probanza en contrario, pudiendo tenerse por establecido
que aquel día Giselle consumió cocaína, droga, que según ella indicó
consumía habitualmente. En tal escenario, no existe antecedente alguno que
refrende la situación que ella se haya sentido mal por el consumo de cannabis
sativa, que fue el motivo que ella esgrimió para decir que se había ido a
acostar.
En este punto, y ante lo concluido precedentemente, resulta relevante lo
que Aurora Pizarro y Jennifer Arteaga le relataron al Subteniente Lorca en el
sitio del suceso, en cuanto a que, momentos antes Giselle se encontraba en el
interior del domicilio en compañía de Rafael Bichon Silva y un grupo de
familiares compartiendo e ingiriendo bebidas alcohólicas y que al intentar
introducirle su mano en la vagina a Giselle, ésta concurrió hasta la cocina,
tomó un cuchillo y le ocasionó una herida penetrante en el tórax, lado
izquierdo. Versión similar le entregó Aurora Valladares al Subcomisario
Felipe Valdés el mismo 19 de abril de 2015, refiriéndole que ese día,
transcurrida la mañana la mayoría se fueron a acostar a sus respectivos
dormitorios, ella se acostó en el sillón del living con Jenni Arteaga, quedando
despiertos en el living Giselle y Rafael.
Estas versiones entregadas por tales testigos, a muy pocas horas de
ocurridos los hechos, resultan más concordantes con lo señalado por Daniel
Alfaro, en cuanto éste afirmó que la pieza que tiene acceso directo desde el
living comedor, es la suya, y que él, ese 19 de abril de 2015, se fue a acostar
como a las 12 del día, despertando en dicha pieza como a las 15 horas,
dejando su puerta cerrada al acostarse. Sostuvo que, la puerta de acceso a su
pieza se abre desde afuera solo con llave, la que mantiene él en su poder, pues
el pomo de la chapa que se observó en las fotografías, sirve solo para tomarla.
Esta situación, fue verificada por el Subcomisario Felipe Valdés en la
reconstitución de escena, refrendando que desde afuera solo se puede abrir con
llave. En el mismo sentido, el testigo presentado por la defensa, Plácido
Alfaro, si bien dijo no saber nada de lo ocurrido, sí dio cuenta, con certeza
absoluta, que la puerta de la habitación de Daniel no se puede abrir sin llave,
cuando él entra y cierra la puerta, no puede entrar nadie más. Precisó que,
Daniel constantemente tiene cerrada su pieza, si quieren entrar tienen que
esperar que llegue Daniel. Gricel Bobadilla, Francisco y Alejandro Alfaro,
también refirieron que esa pieza es la de Daniel. De hecho, la familia Alfaro
Bobadilla aseguró que Daniel fue quien durmió aquél día en su pieza.
De esta forma, también aparece desacreditada la información entregada
por Giselle, en cuanto a que esa habitación no era la de Daniel.
Teniendo en consideración que avanzada la investigación, Aurora
Pizarro y Jennifer Arteaga, modificaron la declaración que entregaron al
Subteniente Lorca el mismo día de ocurrido el hecho y que, la primera,
también le refirió al Subcomisario Valdés unas horas después de ese mismo
día, habiendo ésta reconocido en el tribunal que cambió su declaración
después de conversar de los hechos con Giselle, entregando luego una versión
que apoyaba la sostenida por ésta, misma situación, que observó el tribunal se
produjo con Jennifer Arteaga y, no existiendo más testigos presenciales de los
hechos, unido a lo que se viene reflexionando, tampoco es posible tener por
acreditado que Giselle se haya acostado aquel día en la pieza de Daniel, ni
menos que Giselle haya cerrado la puerta sin pestillo, como aseveró Aurora
Pizarro.
La defensa sostuvo, que la introducción de Daniel Alfaro hoy día es
esencial, porque refuta su teoría del caso, en términos de la credibilidad,
porque ese hecho no habría ocurrido en el dormitorio. En tal sentido, tal como
lo señaló el fiscal, en los albores de la investigación, conforme a los dichos de
Aurora Pizarro y Jennifer Arteaga, que sitúan a Giselle en el living de la casa
y no durmiendo no tenía relevancia de quien era esa habitación, pero al
cambiar éstas, posteriormente, sus afirmaciones adecuándolas a lo aseverado
por Giselle, cobra relevancia lo expuesto por Daniel, cuyos dichos aparecen
refrendados por el propio testigo de la defensa Plácido Alfaro, en cuanto a que
Daniel mantiene siempre su puerta cerrada, a la que solo se puede acceder con
llave que él mantiene en su poder, por lo que en esa etapa de la investigación
se le interrogó. Se aúna a lo expuesto, la circunstancia que nadie discute que
ese día Daniel estaba en la casa, al que no vieron en el momento de los
hechos, situación que podría deberse precisamente a que estaba durmiendo al
interior de su pieza, con la puerta cerrada, como él asevera, por lo que no
escuchó lo que pasaba afuera de ésta. Incluso, esta situación se refrenda con lo
sostenido por Aurora y Jennifer -que estaban durmiendo en el mismo living- a
escasos dos metros de donde se estaría produciendo el forcejeo y grito, que
refiere Giselle habrían ocurrido en el interior de la habitación, estando la
puerta abierta y no escucharon absolutamente nada.
Así las cosas, tampoco se puede tener por acreditado que la declaración
de Daniel Alfaro este imbuida por parcialidad, derivada del cariño que le
tenían todos los Alfaro Bobadilla a Rafael Bichon, al que consideraban como
un hijo, un hermano más.
En lo referente, a la agresión sexual que habría realizado Rafael Bichon
respecto de Giselle Valladares, la médico legista María Soledad Arredondo
Bahamonde dio cuenta que en el examen genital de Giselle Valladares
encontró que había una zona eritematosa a nivel de la horquilla vulvar y, que
al examen físico general, destacaban múltiples lesiones de tipo contuso, en
diferentes zonas del cuerpo y una herida contusa, suturada en el labio,
concluyendo esta profesional que el examen era compatible con lo narrado por
Giselle Valladares. Ahora bien, Giselle le narró que Rafael le habría
introducido los dedos en la vagina, el hombre sale de allí y empieza a burlarse
de ella, ésta ofuscada va a alguna dependencia de la casa busca un cuchillo y
se lo entierra, para luego ser golpeada por los familiares que estaban presentes
en el domicilio. Explicó la profesional que la lesión en la horquilla vulvar, se
produce por roce o fricción, lo que es compatible con la introducción de
dedos, sin embargo, agregó que cualquier objeto o parte del cuerpo puede
generar una lesión de tipo erosivo en la horquilla vulvar. Dijo que la lesión en
la horquilla vulvar era reciente, unos pocos minutos hasta 24 horas.
De lo expresado por esta médico, es dable precisar que sin bien el
eritema que presentaba Giselle en la zona vulvar era compatible con la
introducción de dedos, también lo era con cualquier objeto o parte del cuerpo,
de modo que, en tal sentido, el examen no excluye los dedos, pero tampoco,
los establece como unívocos respecto de tal lesión. Además, como concluyó
en términos generales, que era compatible con lo narrado por Giselle, se
entiende que el examen es compatible con todas las lesiones que ella
presentaba y que la perito constató y no solo las referidas al eritema de la
horquilla vulvar.
Tal conclusión de esta perito, es concordante con lo referido por el
perito médico presentado por la defensa, Luis Ravanal Zepeda, en razón que
éste indicó que el eritema, es una lesión inespecífica, que puede ser provocada
por distintos mecanismos, por la fricción de cualquier objeto contra la piel, sin
que se puede establecer a cien y a ciertas que provocó la zona enrojecida en la
horquilla vulvar.
En consecuencia, no pudiendo establecerse desde un punto de vista
científico médico, de forma unívoca, el origen del eritema que presentaba
Giselle en la horquilla vulvar, necesario es revisar si alguna de las personas
que estaba en el lugar de ocurrencia de los hechos observó algo, que refrende
lo aseverado por Giselle, respecto de la agresión sexual ejecutada en su contra
por Rafael Bichon.
En tal sentido, cabe consignar que todos los familiares tanto de Giselle
Valladares como de Rafael Bichon, como también los vecinos que estaban o
llegaron al lugar, la escucharon decir que ella había agredido a Rafael, para
que no le metiera más los dedos a nadie o para que no se los volviera a meter a
ella. Aseveración que en términos similares le hizo a la médico legista, al
decirle que le había metido los dedos en la vagina. Diciendo también Giselle y
algunos de los testigos, que ella habría hablado de violación, de haberle
introducido Rafael el pene en su vagina.
En uno u otro escenario, lo concreto es que no hay prueba alguna que
ratifique tal acción delictual. En efecto, sabido es que en los delitos que
afectan la esfera sexual de una persona, normalmente se cuenta solo con el
testimonio de la afectada como prueba directa, pero, también es cierto que se
exige evidencias indirectas que de manera inequívoca den cuenta de ese
hecho.
En el caso concreto, conforme a lo que se viene razonando, es dable
concluir que nadie escuchó el o los gritos de Giselle, ni el forcejeo que ella
dice haber tenido con Rafael al interior del dormitorio, estando la puerta
abierta y a no más de tres metros de donde dormían Aurora y Jennifer. Ahora
bien, una vez que despierta Aurora, aseveró al tribunal que inmediatamente
vio la herida que Giselle tenía en la cara y el pantalón desabrochado, la que
estaba descontrolada totalmente, sin embargo, reconoció que aspectos tan
importantes como éstos, no los refirió en la declaración que prestó el mismo
día que ocurrieron los hechos, pese a que Giselle habría estado gritando que
Rafael le había metido los dedos en la vagina, que la había violado. Jennifer,
por su parte, aseguró en estrados que cuando despertó escuchó un grito de
Giselle que decía “me violó, me violó”, que la iba a violar de nuevo para que
supiera lo que era estar con un hombre, le vio el pantalón desabrochado, ella
se lo abrochó, no le vio sangre en la ropa, en el labio tenía una herida, poca
sangre, la abrazó, le limpió la cara. Este testimonio de Jennifer, aparece
contradicho por Gricel Bobadilla, quien llegó al living una vez que Aurora la
despertó, vio a Giselle, no tenía golpes, ni sangre, nada en su cuerpo, lo que es
acorde con la declaración que Aurora Pizarro prestó a la policía al inicio de la
investigación en la que no indicó que Giselle tuviera el pantalón desabrochado
ni heridas en la cara, dando tales antecedentes solo después que conversó con
ésta, cambiando su declaración, tal y como reconoció ante el tribunal. Los
asertos de Gricel Bobadilla, aparecen coincidentes con lo referido por los
testigos Paola Contreras, Margarita Bichon, Bastián Cortés, Camila Arriaza,
María Irene González y Ana María Romero, todos los que vieron a Giselle
afuera de la casa de la familia Alfaro Bobadilla, sin ninguna lesión en su
rostro, con su ropa normal, incluso refieren que andaba con un perro poodle en
sus brazos. Asimismo, todos ellos son contestes en dar cuenta que cuando
Bastián Cortés se enteró que ella era la que había agredido a su tío Rafael se
acercó y le dio un golpe de puño en la cara a Giselle, cerca del labio, a
consecuencia del cual ella cayó al suelo, quedando como inconsciente,
procediendo los demás a darle golpes de puño y pie en diferentes partes del
cuerpo, siendo compatibles estas lesiones con tal golpiza, conforme lo
concluido por la médico legista María Soledad Arredondo.
En consecuencia, conforme a estos relatos, que no han sido
desacreditados por la prueba de la defensa, la sangre que presentaba la ropa de
Giselle, es compatible con la golpiza que le dieron diversas personas en la
calle, en tanto, el golpe que Giselle presentaba en el labio superior de su cara
se lo propinó Bastián Cortés. Esto último se condice, además, con lo
concluido por el perito de la defensa, el médico Luis Ravanal Zepeda, pues
señaló que esa lesión era más compatible con un golpe de puño y no de la
palma de la mano, porque en este caso, tendría que ser demasiado fuerte y el
área que abarca es mayor.
El perito médico Ravanal, expuso que es incompleta la valoración de la
zona genital realizada por la médico Arredondo del Servicio Médico Legal,
porque no exploró la vagina, que era importante, porque daba cuenta que
había sangre que provenía de la vagina. Al respecto, la médico Arredondo
explicó en el tribunal que no tomó muestras de contenido vaginal, porque
Giselle Valladares le señaló que la persona que la había agredido, solamente le
había introducido los dedos en la región de la vagina, no había penetración
peneana. Sobre lo referido por el perito Ravanal en cuanto a que había sangre
que provenía de la vagina, la médico Arredondo nada dijo en el tribunal,
dando cuenta de todas las lesiones que ella constató en el examen general,
como en el examen sexológico, sin informar de una lesión en la zona vaginal,
perito ésta que atendió a Giselle Valladares, a diferencia del perito Ravanal
que solo revisó el informe escrito, atendido lo cual, no hay elementos que
permitan establecer que había una lesión vaginal en Giselle, amén que el
Subcomisario Valdés informó que incautó el pantalón que Giselle vestía aquél
día, sin indicar que el mismo presentara sangre en esa zona.
En cuanto a que en el video exhibido por la defensa, Giselle Valladares
habría dicho que fue con la palma de la mano de manera fuerte y emergente.
Al efecto, estos sentenciadores observaron que el gesto del golpe es a mano
abierta, en la mejilla, tal como lo grafica la fotografía Nº6, sin perjuicio que en
el video la acción continúa, pero sin modificar tal circunstancia.
Ahora, referente a que en las fotografías de la reconstitución de escena
está descontextualizada la escena en que Giselle apunta a la persona que
representa a Rafael Bichon, porque lo hace hacia el estómago y a la derecha,
lo cierto es que ello se graficó conforme a la versión que Giselle iba
entregando, según dieron cuenta los funcionarios que estuvieron presentes en
la misma y concurrieron a estrados, pudiendo Giselle haber corregido las
escenas sino se realizaban según lo que ella indicaba. Cabe puntualizar, que
cuando se realizó tal dinámica ante el tribunal, ella tomó el arma con la mano
derecha, cuando a Rafael lo había atacado con la mano izquierda, situaciones
que solo son atribuibles a Giselle, pues es ella la que está demostrando cómo
ocurrió.
Así las cosas, conforme a todo lo que se ha expresado no existe ningún
antecedente que, de manera inequívoca, respalde las afirmaciones de Giselle
Valladares de haber sido abusada sexualmente por Rafael Bichon.
A todo lo ya referido, se suma que tampoco Rafael Bichon presentaba
lesión alguna en su cuerpo que informara haber participado en un forcejeo,
como el que relató Giselle Valladares, se habría producido entre ambos.
Finalmente, en cuanto al trastorno post traumático y el trastorno
depresivo, que refirió la psicóloga presentada por la defensa Mariela Tapia
Blaset, detectó en Giselle Valladares cuando la atendió en julio de 2015,
señaló que podría derivar de la situación de haber sido agredida sexualmente,
o por haber dado muerte a una persona, o por el encierro carcelario. Esto
resulta coincidente con lo detectado por el psiquiatra José Arancibia Vaccaro,
quien atendió a Giselle en octubre de 2015, época a la que ésta presentaba
síntomas angustiosos y depresivos por la situación difícil vivida, concluyendo
que Giselle Valladares tenía un trastorno de adaptación secundario a los
hechos que ocurrieron y a su situación de reclusión.
De esta forma, tampoco tales peritos circunscriben la sintomatología
que presentaba Giselle Valladares como consecuencia unívoca de un abuso
sexual.
En cuanto a que el psiquiatra José Arancibia y la psicóloga Paola
Valenzuela, hayan tenido un sesgo en cuanto a que era la primera vez que
atendían a una imputada en calidad de víctima, no se vislumbre por el tribunal,
pues tal como se señaló, tales informes periciales, en cuanto a los síntomas
que presentaba Giselle Valladares después de ocurridos los hechos, son
semejantes.
Atento a todo lo que se ha expresado, no existen elementos probatorios
que permitan tener por establecida la agresión ilegítima, en que la defensa
funda la causal de justificación de legítima defensa que impetra a favor de su
defendida, requisito esencial y del cual derivan todos los otros que exige el
legislador para tener por concurrente esta eximente de responsabilidad penal,
rechazándose por tales fundamentos esta petición de la defensa.
Tampoco procede tenerla como eximente incompleta, conforme a la
petición subsidiaria de la defensa, pues desde el momento que no se configura
el requisito esencial sin el cual es imposible que ésta opere y del cual derivan
los demás establecidos por el legislador, no puede estimarse que se ha
acreditado de manera incompleta, desestimándose, también, esta alegación.

DÉCIMO: Participación: A Giselle Valladares Stewart, le ha


correspondido participación penal en calidad de autora, en el delito de
homicidio, de conformidad con el artículo 15 Nº1 del Código Penal, por haber
tomado parte en la ejecución del hecho de una manera inmediata y directa.
En esta faz subjetiva, los sentenciadores deben establecer la relación de
imputabilidad de la muerte de Rafael Ismael Bichon Silva, con la conducta de
Giselle Valladares Stewart.
Sin perjuicio, que a lo largo de lo que se ha razonado, se ha referido la
responsabilidad que le ha correspondido a Giselle Valladares Stewart en el
delito que se ha tenido por acreditado, en lo específico se tiene por
establecida, con la sindicación que efectuaron los testigos comparecientes en
estrados, familiares y vecinos, quienes la sindicaron como la persona que
había agredido con un cuchillo a Rafael Bichon Silva, algunos de los cuales,
sostuvieron que como consecuencia de tal acción, la golpearon con puños y
pies en diversas partes del cuerpo y Bastián Cortes con un golpe de puño en la
cara, lesiones que efectivamente fueron constatadas en el Servicio Médico
Legal; siendo también sindicada por el Subteniente de Carabineros Felipe
Lorca Romero, como la mujer que detuvo en el sitio del suceso, por ser
señalizada por los familiares que se encontraban en el lugar como la persona,
que le había propinado una herida corto-punzante con un cuchillo a Rafael
Bichon; mismo reconocimiento que efectuó el Subcomisario Felipe Valdés
Díaz, la que le fue entregada en calidad de detenida por personal de
carabineros.
En relación, al reconocimiento que ella habría efectuado en el lugar de
los hechos, en cuanto a que habría matado a Rafael Bichon, lo cierto es que,
tal información aparece contradicha por la misma Giselle Valladares, al
sostener en estrados que su intención nunca fue matarlo, sino que lo que ella
quería era pegarle, habiéndose enterado en la comisaría que Rafael había
muerto, cuando carabineros se lo informó, sin perjuicio que, tanto los
familiares como los vecinos la escucharon gritar en el sitio del suceso “yo lo
maté”, “yo lo maté”.
Respecto a la intencionalidad que ella manifiesta de tan solo golpearlo,
aparece contradicha por lo aseverado por la médico tanatóloga, que estableció
que la lesión que presentaba Rafael Bichon era de tipo homicida, que implica
la intervención de terceras personas, habiendo ingresado la totalidad de la hoja
del cuchillo, 22 a 23 centímetros, lesionando órganos vitales y seccionando
casi por completo el vaso de la aorta abdominal, no teniendo ninguna
posibilidad de sobrevida.
En el mismo sentido, la médico legista refirió que Giselle le informó
que el cuchillo se lo había enterrado por la espalda. En relación a esta
aseveración, la médico tanatóloga sostuvo que como la herida está en la parte
lateral del lado izquierdo del cuerpo, para que se haya producido, el agredido
tiene que haber alzado un poco la mano, para que ingrese la lesión, no
presentando ninguna lesión de defensa.
Relevante también, resulta en este punto, la situación de dónde estaba el
cuchillo con que Giselle agredió a Rafael Bichon. Ella ha sostenido que estaba
sobre la mesa del comedor, que de allí lo tomó. Sin embargo, aparece
contradicha por Gricel Bobadilla, dueña de casa, quien aseveró que ese
cuchillo lo tenía en un cajón en el lavaplatos, no lo ocupaba porque era
grande, pesado y no tenía filo, además que no lo necesitaba para las humitas,
porque ya había dejado todo hecho, misma afirmación que realizaron Daniel,
Francisco y Alejandro Alfaro Bobadilla, agregando que faltaba solo armar las
humitas. Los dichos de estos testigos coinciden con lo observado en las
fotografías Nº23 y 24, del set del sitio del suceso, en las que solo se ven hojas
de choclos listas para llenarlas. Del mismo modo, en la declaración prestada
por Aurora Pizarro y Jennifer Arteaga el mismo día de los hechos, dijeron que
Giselle había concurrido hasta la cocina, donde tomó un cuchillo con el que
agredió a Rafael Bichon. Contestes resultan estas afirmaciones con lo
expresado por Gricel Bobadilla, en cuanto señaló que Aurora le dijo que
cuando ella despertó, Rafael ya estaba apuñalado, que Jenni le había sacado el
cuchillo y lo había ido a dejar al lavaplatos, lugar en el que Gricel lo encontró,
lo puso en una bolsa, para luego ser incautado por el Subcomisario Valdés,
quien indicó que se determinó que las manchas que contenía tal cuchillo,
correspondía a sangre de Rafael Bichon. En consecuencia, también en este
punto, los dichos de Giselle Valladares no aparecen refrendados por ninguna
de las evidencias presentadas en el juicio.
Referente a que Rafael Bichon no presentaba ninguna lesión de defensa,
el Subcomisario Felipe Valdés, señaló que la reconstitución de escena les
permitió plasmar que, al atacar Giselle con la mano izquierda a Rafael, éste no
tuvo ninguna posibilidad de defensa o de reacción natural, lo que es
totalmente coincidente con que no presente lesiones de este tipo, ya que la
lesión se produjo de pie, hacia posterior de la víctima.
Tales antecedentes, permiten concluir que en Giselle Valladares al
agredir con el cuchillo a Rafael Bichon, actuó a lo menos con dolo homicida
eventual, pues por la forma en que lo acometió, a lo menos, debió
representarse que podía herirlo de muerte, tal y como ocurrió, teniéndose,
como ya se dijo, por establecida su participación en calidad de autora, por
haber participado en el hecho de manera inmediata y directa.
Respecto a la alegación de la defensa que, el Subcomisario Valdés dio
conclusiones al tribunal que no fueron parte de su informe en la carpeta
investigativa, cabe señalar que él fue el oficial de caso, de modo que en tal
calidad debe saber todo lo que ocurrió durante la investigación. Ahora bien,
las conclusiones que informó al tribunal, decían relación precisamente con
cada una de las diligencias que realizó junto a su equipo de trabajo, en el sitio
del suceso, al examinar el cuerpo del occiso en el centro asistencial, las
conclusiones derivadas de la reconstitución de escena y las declaraciones
obtenidas durante la investigación, actuaciones todas que son las que le
corresponden como oficial investigador de un homicidio.

UNDÉCIMO: Audiencia de determinación de pena. El fiscal señaló


que favorece a Giselle Valladares Stewart la minorante del artículo 11 Nº6 del
Código Penal, para lo cual incorporó su extracto de filiación y antecedentes
sin anotaciones pretéritas.
Solicitó que se rechace la atenuante de colaboración sustancial, teniendo
presente que nunca consideró la declaración de la acusada, además, que
acreditó la existencia de versiones contradictorias que se alejan del propósito
del artículo 11 Nº9 en cuanto no contribuyeron en caso alguno al
esclarecimiento, sino más bien, al oscurecimiento de la investigación de los
hechos por los cuales se perseguía penalmente a Giselle Valladares.
Contando con una sola circunstancia atenuante, solicitó la pena de doce
años de presidio mayor en su grado medio, más las accesorias legales y
comiso de las especies incautadas durante la investigación.

La querellante adhirió a las peticiones de la Fiscalía.

La defensa, pidió el reconocimiento de la atenuante 11 Nº6, que no es


debatida.
Asimismo, solicitó se reconozca la minorante del artículo 11 Nº9, aun
cuando hay una versión de causal de justificación que ha tenido desde el inicio
su representada, no es menos cierto, que ha reconocido los elementos del tipo
penal en el mismo instante en que ocurren los hechos y de ahí contribuyendo
con su reconocimiento en las afueras del inmueble, lo cual permitió que los
testigos oyeran y pudieran concurrir al juicio oral, además, su confesión
prestada ante el Ministerio Público en julio de 2015, su declaración prestada
en sede de juicio oral, su participación en la reconstitución de escena, la
entrega voluntaria de sus pantalones y vestimenta, conforme los dichos del
funcionario Felipe Valdés, todo lo que implica una ponderación de la actitud
de la acusada más allá de su explicación o su sentir subjetivo de la razón de su
reacción. Los elementos del tipo penal han sido reconocidos en numerosas
oportunidades, de una entidad importante, con detalles, sin que haya quedado
de manifiesto en el juicio que ella algo ocultó en cuanto a los elementos del
tipo.
De igual modo, invocó la atenuante del artículo 11 Nº8, mirado que
desde lo fáctico, el procedimiento se inicia el 19 de abril, llega Carabineros, y
la detención, según el funcionario Felipe Valdés, se concretó a las 16 horas, de
ese mismo día de 2015, habiéndose fijado el hecho alrededor del mediodía, a
13 horas. Allí no había fuerzas policiales, aun cuando hubiese personas en el
lugar de los hechos, nada impediría hipotéticamente, ya que no había armas, el
sitio del suceso no estaba cercado ni rodeado, haber eludido la acción de la
justicia. Existió la potencialidad de la huida o el ocultamiento, aquí duró 4
horas. Además, reconoció a viva voz “yo lo hice”, pues doctrinariamente no
requiere una denuncia formal, sino que reconocer el hecho.
Asimismo, señaló que en la fase interna de la acusada concurre una
situación de haber sido violentada o agredida, situación en la que hay una
condición, según señaló la psicóloga, que parece enervar en ella en cuanto a su
condición sexual, en cuanto a que por fin alguien la iba a hacer mujer. Y
atendido que en lo subjetivo, lo que pasaba en el fuero interno del agente, pide
al tribunal pondere la atenuante del artículo 11 Nº5, obrar por estímulos tan
poderosos que hayan producido arrebato u obcecación.
Por otra parte, si bien entiende que la vida no tiene valoración, es
irreparable, pero cuando el imputado ha reconocido la gravedad del hecho,
unido a un intento de reparación, esgrimió la atenuante del artículo 11 Nº7,
que se traduce en un monto exiguo a la luz de la vida, pero no exiguo a la luz
de las capacidades desmedradas de las imputada, privada de libertad por 2
años, conforme al certificado del 6º Juzgado de Garantía hay un depósito de
$430.000.
Sea que el tribunal acoja todas esas minorantes o al menos dos de ellas,
dependiendo de su entidad, el tribunal tiene la facultad de rebaja penal,
conforme con el artículo 67, pide se permita a su defendida, que cometió un
error, ser sancionada, pero también reinsertarse socialmente, para lo cual
introdujo un informe social evacuado por la Asistente Social Claudia Berríos
Cayumán.
Solicitó se le imponga la pena de cinco años, en la modalidad de
libertad vigilada intensiva.

El fiscal refirió respecto de la atenuante del artículo 11 Nº5, que esta


norma tiene dos palabras claves, estímulo, que se puede entender equivalente
a la agresión ilegítima que el tribunal no dio por establecida, de manera que el
estímulo no existe y si existiera tendría que naturalmente ser capaz de producir
arrebato u obcecación. En el caso concreto si hubiera existido no es
naturalmente causante del arrebato u obcecación para matar. Pidió su rechazo.
En relación a la del 11 Nº7, no hay dinero que pague una vida, si lo que
se busca es procurar, tiene que ser con celo, y ese celo apareció hoy día, por
tanto, solo busca satisfacer su beneficio procesal de pena sustitutiva, no la
reparación que le pide subjetivamente el Código. Pidió se deseche.
Referente a la del 11 Nº8, tiene verbos rectores esenciales, se denuncia
y confiesa el delito, copulativamente. Ella no se denunció, son otras personas
las que dan cuenta en el sentido legal de denuncia, tampoco, tuvo la
posibilidad real de huir porque al menos dos testigos, Paola Contreras y María
González, declararon que la tomaron del brazo y la llevaron a la casa para que
no se fuera. Pidió se desestime.
En cuanto a la libertad vigilada, pidió su rechazo, porque siendo
improcedentes las atenuantes esgrimidas por la defensa, el rango de pena
impide llegar al límite de la libertad vigilada intensiva, pero, además porque el
artículo 1º de la Ley 18.216, en su inciso 2º, dice que no procederá la facultad
establecida en el inciso precedente, que señala las penas alternativas,
tratándose de los delitos que enumera, en particular, 391 del Código Penal, por
lo que cualquiera fuere la pena que impusiere el tribunal debe cumplirse
efectivamente.

La querellante adhirió a las solicitudes del Ministerio Público en


cuanto solicitó el rechazo de todas las atenuantes.

DUODÉCIMO: Circunstancias modificatorias. Atendido que el


extracto de filiación y antecedentes de Giselle Valladares Stewart no registra
anotaciones penales pretéritas, se reconoce a su favor la atenuante de
irreprochable conducta anterior, contemplada en el artículo 11 Nº6 del
Código Penal.
Teniendo en consideración que el tribunal no tuvo por acreditados los
hechos en que la defensa funda la minorante del artículo 11 Nº5 del Código
Punitivo, no es posible tener por establecido que ella haya actuado por
estímulos tan poderosos que naturalmente le hayan producido arrebato u
obcecación. En efecto, tiene que existir una situación fáctica demostrable, en
base a la cual el tribunal pueda razonablemente entender que la conducta
desplegada por el agente deriva de tal hecho, pero sí, como en el caso
concreto, tales hechos no se acreditaron, no es posible atender a lo subjetivo
que pasaba en el fuero interno de la encartada, pues ello no aparece legalmente
justificado, para atenuar su responsabilidad, rechazándose, por tanto, esta
atenuante.
Atendido que la acusada efectuó un depósito por la suma total de
$430.000, aun cuando lo realizó estando privada de libertad como señaló su
defensa, tal suma no es demostrativa del celo que exige la ley para procurar
reparar el mal causado, en razón que el bien jurídico lesionado es el más
importante de todos, la vida de una persona, por lo que no se acoge la
aminorante del artículo 11 Nº7.
Respecto de la atenuante del artículo 11 Nº8 del Código en mención,
cabe tener presente que Giselle Valladares no tuvo oportunidad alguna de
fugarse, ya que en el momento que acuchilló a Rafael Bichon, todos los
familiares que estaban en el mismo domicilio que ella, no iban a permitir que
escapara, como tampoco los vecinos y familiares del agredido, que llegaron al
lugar, los que incluso la golpearon físicamente. Tampoco se denunció, pues si
bien decía a viva voz que ella había matado a Rafael, eso no se lo dijo a
carabineros, sino que éstos se enteraron por lo que les informaron las personas
que estaban en el Sapu Chuchunco, refiriendo la misma Giselle en el tribunal
que, cuando estaba en la comisaría se enteró que Rafael había muerto,
información que le fue entregada por los funcionarios policiales, de modo que,
en tales condiciones ella no se denunció, por lo que no le favorece esta
minorante.
En relación a haber colaborado sustancialmente al esclarecimiento de
los hechos, es dable precisar que tal como se reflexionó en los fundamentos
precedentes, algo ocurrió al interior del domicilio en que se hallaban Giselle y
Rafael, lo que no fue posible establecer en el juicio, sobre lo que precisamente
Giselle podría haber aportado antecedentes, unido a que no resultó acreditado
el hecho de haber existido una agresión sexual de Rafael hacia ella, situación
ésta que ensombreció los hechos, pues generó dudas en los sentenciadores,
dificultando la labor del tribunal al adoptar su decisión, debiendo despejar tal
incertidumbre con la prueba presentada por los persecutores, atento a lo cual,
no le favorece la aminorante contemplada en el artículo 11 Nº9 del Código del
ramo.
Si bien la querellante nada dijo en sus alegatos en el juicio, en su
acusación particular sostuvo que concurría la circunstancia agravante
contemplada en el artículo 12 Nº5 del Código Penal, la que se rechaza por el
tribunal, toda vez que tal circunstancia agravante está descrita en el tipo penal
del delito de homicidio calificado del artículo 391 Nº2, circunstancia Quinta,
del mismo Código, por lo que no produce el efecto de aumentar la pena, de
conformidad con lo dispuesto por el inciso 1º del artículo 63, del mismo
cuerpo legal.

DECIMOTERCERO: Determinación de la pena. Al momento de


determinar la sanción a aplicar, debe tenerse presente lo siguiente:
a) La pena asignada al delito de homicidio es de presidio mayor en su grado
medio.
b) El delito de homicidio se encuentra en grado de consumado, habiéndole
correspondido a Giselle Valladares Stewart responsabilidad en calidad de
autora.
c) Concurre una circunstancia atenuante de responsabilidad penal, por lo que
el tribunal debe aplicar la pena en su mínimum, de conformidad con lo
dispuesto por el inciso 2º del artículo 67 del Código Punitivo, cuyo quantum
se determinará en la parte resolutiva, considerando para ello la extensión del
mal causado.

Visto, además, lo dispuesto en los artículos 1, 11 Nº6, 14 N°1, 15 N°1,


24, 25, 26, 28, 50, 63, 67, 69, 391 Nº2 del Código Penal; 1, 45, 47, 295, 296,
297, 325, 326, 328, 340, 341, 342, 344, 346 y 348 del Código Procesal Penal,
se declara que:

I.- Se condena a GISELLE VALLADARES STEWART, ya


individualizada, a sufrir la pena de doce años de presidio mayor en su grado
medio, a las accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y
oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para
profesiones titulares mientras dure la condena, en calidad de autora del delito
de homicidio, en grado de consumado, en la persona de Rafael Ismael Bichon
Silva, previsto y sancionado en el artículo 391 Nº2, del Código Penal,
cometido en esta ciudad, el 19 de abril de 2015.

II.- Atendido el quantum de la pena corporal impuesta a la sentenciada,


no procede aplicar ninguna de las penas sustitutivas que contempla la Ley
18.216, debiendo, en consecuencia, cumplirla real y efectivamente,
sirviéndole de abono el tiempo que ininterrumpidamente ha permanecido
privada de libertad por estos hechos, desde el 19 de abril de 2015, fecha de su
detención, según consta del auto de apertura de juicio oral y de la certificación
del Jefe de Unidad de Causas, abonándosele, en consecuencia, hasta la fecha
de este fallo setecientos treinta y nueve días (739) días.

III.- Encontrándose privada de libertad y habiendo sido patrocinada por


la Defensoría Penal Pública, se exime a Valladares Stewart del pago de las
costas de la causa.

IV.- Se decreta el comiso del cuchillo incautado.

V.- Una vez ejecutoriado este fallo, gírese cheque a nombre de Giselle
Valladares Stewart por el monto de $430.000 (cuatrocientos treinta mil pesos).

VI.- Dese cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 17 de la Ley


19.970, para lo cual se tomarán a Giselle Valladares Stewart las muestras
biológicas necesarias para determinar sus huellas genéticas e incluirlas en el
Registro de Condenados.

Se previene que el magistrado Cristian Soto Galdames, estuvo por


imponer a la sentenciada Valladares Stewart, la pena de diez años y un día de
presidio mayor en su grado medio, pues éste es el primer contacto
criminógeno que ésta tiene con el sistema penal, de manera que entre menor
sea la cantidad de tiempo que permanezca conectada a dicho sistema, mayores
y mejores son sus posibilidades de reinserción social, considerando, además,
que es una persona que tiene enseñanza media completa, que al momento de
ocurrencia de los hechos trabajaba en comercio establecido.

En su oportunidad, devuélvase las pruebas incorporadas en el juicio.


Ejecutoriado que sea el presente fallo, póngase a la sentenciada a
disposición del Sexto Juzgado de Garantía de Santiago.
Regístrese y archívese.
Redactada por la magistrado señora Geni Morales Espinoza.
RIT Nº34-2017.
RUC Nº1500375756-8

Dictada por la Sala del Cuarto Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de


Santiago, integrada por los jueces señora Celia Catalán Romero, Presidente de
Sala, señor Cristian Soto Galdames y señora Geni Morales Espinoza.

You might also like