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Adaptación y mitigación

Para lidiar con los efectos del cambio climático existen dos medidas a tomar: la mitigación y la
adaptación. Ambas medidas están interrelacionadas.

El primer término – mitigación – hace referencia a las políticas, tecnologías y medidas que permitan,
por un lado, limitar y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y, por otro lado, mejorar los
sumideros de los mismos para aumentar la capacidad de absorción de gases de efecto invernadero.

Algunas de las medidas de mitigación recomendadas, según el Panel Intergubernamental de Expertos


sobre el Cambio Climático (IPCC), son:

 Programas basados en el mercado, como impuestos sobre el carbono o la energía, fijación de


los precios basada en la totalidad de los costos, uso o reducción gradual de subvenciones,
permisos y cuotas negociables sobre las emisiones.
 Acuerdos voluntarios para el uso de la energía y normas sobre las emisiones de carbono,
compras del sector público, programas para fomentar productos en que se utilice eficientemente
la energía.
 Medidas reglamentarias como equipo obligatorio o normas sobre construcción, prohibiciones de
productos y prácticas, permisos y cuotas de emisiones no negociables.
 Provisión de información y creación de capacidades a nivel de actores institucionales y sociales.
 Coordinación a nivel interinstitucional e internacional.

El término de adaptación se refiere a las iniciativas y medidas que reducen la vulnerabilidad de los
sistemas naturales y antropogénicas frente a los efectos reales o esperados del cambio climático. Es
fundamental que los países y comunidades adopten medidas y prácticas para protegerse de los daños
y perturbaciones probables.

La adaptación al cambio climático debe considerar no solamente cómo reducir la vulnerabilidad frente a
los impactos negativos, sino también cómo beneficiarse de los efectos positivos. Las medidas de
adaptación deben enfocarse a corto y a largo plazo, e incluir componentes de manejo ambiental, de
planeación y de manejo de desastres.

Algunas medidas generales de adaptación son las siguientes:

 Medidas de prevención y precaución


 Desarrollo de investigación e información
 Criterio de flexibilidad en el desarrollo de actividades productivas. Por ejemplo, una forma
práctica de planificación en el sector agrícola consiste en cultivar distintos productos, en vez de
invertir en un único cultivo que puede ser destruido por una sequía o una ola de calor.
 Ubicaciones más seguras de instalaciones y obras de infraestructura.
 La restauración de la cubierta arbórea, los
humedales y los pastizales para evitar la erosión
y reducir los daños provocados por las
tormentas e inundaciones.
 Establecimiento de planes de evacuación y
sistemas de respuesta médica en caso de alguna
catástrofe natural.

Se necesita una combinación y sinergia de estas medidas


de mitigación y adaptación adaptadas a las condiciones
nacionales, regionales y locales para paliar los efectos e
impactos del cambio climático.
LA CIENCIA DEL CAMBIO CLIMÁTICO

El clima se puede definir como el ‘tiempo promedio’ y se describe en términos de la media y la variabilidad de
sus principales características, como temperatura, precipitación y viento, durante un periodo de tiempo que
puede extenderse de meses a miles o millones de años.

El clima refleja cómo el tiempo se comporta a largo plazo, y como tal es necesario hacer la distinción con el
tiempo que es la condición meteorológica que experimentamos diariamente, caracterizada por la precipitación,
el viento, la temperatura, etc. Las condiciones meteorológicas, cómo la temperatura promedio anual de la
superficie de la tierra, cambian en el transcurso del tiempo. Los pequeños cambios de estas condiciones pueden
provocar eras de hielo o periodos de calentamiento.

Durante el último siglo, se ha observado un aumento de la temperatura en la superficie de la tierra de +0.76ºc.


Existen varios factores naturales que pueden ejercer influencia sobre el clima, como son los cambios de la órbita
terrestre alrededor del sol, las erupciones volcánicas o los periodos de actividad solar aumentada o disminuida.
Sin embargo, la tendencia de calentamiento actual está ligada, principalmente, con el aumento en la atmósfera
de la concentración de gases de efecto invernadero (GEI) que atrapan el calor, como son el dióxido de carbono
(CO2), el metano (CH4) y el óxido de nitrógeno (N2O).
El 4to Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio
Climático (IPCC, en inglés) de 2007 confirmaba que el calentamiento mundial es inequívoco y que
probablemente se deba a las actividades humanas (las llamadas actividades antropogénicas) y ha ido
aumentando desde el principio de la era industrial (desde 1750). Estas actividades incluyen, entre otras, la
quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas), la destrucción de la superficie forestal y las prácticas
agrícolas que provocan el aumento en la concentración de GEI en la atmósfera.
Ya en el 5to Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de
2014 (IPCC, en inglés) de 2007 se argumenta que la influencia humana en el sistema climático es clara, y las
emisiones antropógenas recientes de gases de efecto invernadero son las más altas de la historia. Los cambios
climáticos recientes han tenido impactos generalizados en los sistemas humanos y naturales. Por ello afirma
que el calentamiento en el sistema climático es inequívoco, y desde la década de 1950 muchos de los cambios
observados no han tenido precedentes en los últimos decenios a milenios. La atmósfera y el océano se han
calentado, los volúmenes de nieve y hielo han disminuido y el nivel del mar se ha elevado.
En los últimos decenios, los cambios del clima han causado impactos en los sistemas naturales y humanos en
todos los continentes y océanos. Los impactos se deben al cambio climático observado, independientemente de
su causa, lo que indica la sensibilidad de los sistemas naturales y humanos al cambio del clima.

Los efectos del calentamiento mundial ya se pueden


observar en el derretimiento de glaciares, el
aumento en la frecuencia de eventos
hidrometeorológicos extremos como son, la sequía,
los ciclones o tormentas de lluvia, la subida del nivel
del mar y los cambios en el crecimiento de las
plantas que afectan a la agricultura y la producción
alimentaria. Se espera que se intensifiquen estos y
otros cambios observados y que tengan un grave
impacto sobre la humanidad y el medio ambiente a
nivel mundial, sobre todo si NO se toman medidas
drásticas para reducir las emisiones de GEI a la
atmósfera.
Efecto invernadero
El efecto invernadero es un proceso en el que
la radiación térmica emitida por la superficie
planetaria es absorbida por los gases de efecto
invernadero (GEI) atmosféricos y es reirradiada en
todas las direcciones. Como parte de esta
radiación es devuelta hacia la superficie y la
atmósfera inferior, ello resulta en un incremento de
la temperatura superficial media respecto a lo que
habría en ausencia de los GEI.
La radiación solar en frecuencias de la luz visible pasa en su mayor parte a través de la atmósfera
para calentar la superficie planetaria y luego ésta emite esta energía en frecuencias menores de
radiación térmica infrarroja. Esta última es absorbida por los GEI, los que a su vez reirradian mucha
de esta energía a la superficie y atmósfera inferior. Este mecanismo recibe su nombre debido a su
analogía al efecto de la radiación solar que pasa a través de un vidrio y calienta un invernadero, pero
la manera en que atrapa calor es fundamentalmente diferente a como funciona un invernadero al
reducir las corrientes de aire, aislando el aire caliente dentro de la habitación y con ello no se pierde
el calor por convección.234
Si un cuerpo negro ideal estuviese a la misma distancia del Sol que la Tierra, tendría una temperatura
de cerca de 5,3 °C. Sin embargo, dado que nuestro planeta refleja un 30 % de la radiación entrante,5
6 la temperatura efectiva de este planeta hipotético (la temperatura de un cuerpo negro que reflejara

la misma cantidad de radiación de la Tierra) sería cercana a −18 °C.78 La temperatura superficial de
este planeta negro es 33 °C inferiores a la temperatura superficial real de la Tierra (de unos 14 °C).9
El mecanismo que produce esta diferencia entre la temperatura superficial efectiva y la real es debido
a la atmósfera y es conocido como efecto invernadero. 10
El efecto invernadero natural de la Tierra hace posible la vida como la conocemos. Sin embargo, las
actividades humanas, principalmente la quema de combustibles fósiles y la deforestación, han
intensificado el fenómeno natural, causando un calentamiento global.

Gases de efecto invernadero


Los denominados gases de efecto invernadero o gases
invernadero, responsables del efecto descrito, son:

 Vapor de agua (H2O)


 Dióxido de carbono (CO2)
 Metano (CH4)
 Óxido de nitrógeno (N2O)
 Ozono (O3)
 Clorofluorocarbonos (CFC)
Si bien todos ellos (salvo los CFC) son naturales, en tanto que
ya existían en la atmósfera antes de la aparición del hombre, desde la Revolución industrial y debido
principalmente al uso intensivo de los combustibles fósiles en las actividades industriales y
el transporte, se han producido sensibles incrementos en las cantidades de óxido de nitrógeno y
dióxido de carbono emitidas a la atmósfera, con el agravante de que otras actividades humanas,
como la deforestación, han limitado la capacidad regenerativa de la atmósfera para eliminar el
dióxido de carbono, principal responsable del efecto invernadero.
Fuentes de emisiones de gases contaminantes

La mayor fuente de las emisiones de dióxido de


carbono procede de la combustión del carbón,
petróleo y gas de las centrales eléctricas, los
automóviles y las instalaciones industriales. La
principal causa del calentamiento global es el CO2.
Aunque los volcanes, la descomposición de las
plantas y los incendios forestales producen dióxido
de carbono de manera natural, casi todos
permanecen en equilibrio gracias a los sistemas
naturales de la Tierra. Por ejemplo, las plantas y los
océanos absorben y almacenan el dióxido de
carbono. Sin embargo, las miles de millones de
toneladas de dióxido de carbono que se emiten anualmente, sobre todo aquéllas
procedentes de la quema de combustibles fósiles, sobrepasan estos procesos naturales,
lo que resulta en una acumulación continua de dióxido de carbono en la atmósfera, que
provoca cambios globales.

Actualmente, liberamos más de 42.000 millones de toneladas de CO2equivalente


(77% de CO2, 14% CH4, 8% N2O y 1% otros). Hoy en día, una persona emite una
media de más de 11 kg. El americano medio multiplica por cinco esta cantidad, lo
que supone una emisión de 55 kg de dióxido de carbono al día. Si no realizamos
cambios significativos en el modo de usar y producir energía, la temperatura
media de la atmósfera podría aumentar de 1,9oC a 3,9oC a mediados de este siglo.
Estas cifras pueden parecer insignificantes, pero éste ha sido el mayor aumento
de temperatura en los últimos 1.000 años.
El aumento podría causar una serie de cambios muy importantes en todo el
mundo, como sequías severas, huracanes más fuertes, inundaciones de zonas
que están a poca altura del nivel del mar, extinción de muchas especies y un gran
deterioro en la producción global de alimentos.

El pacto contra el cambio climático


La cumbre se esperaba que fuera una reunión anodina y de transición después de que hace
un año se aprobara el Acuerdo de París, pero Trump ha animado a los representantes de
los 200 países reunidos en la ciudad marroquí a lanzar mensajes sobre su compromiso contra el
calentamiento. El impulso es ya "irreversible", han concluido los países reunidos en
Marrakech.

El Acuerdo de París entró en vigor a principios de este mes. Fue en un tiempo récord gracias a
que se ha alcanzado el número suficiente de países que lo han ratificado, entre ellos China
y EE UU. Pero no está desarrollada la letra pequeña del pacto, que marcará si es un éxito
o no. El acuerdo sería algo así como una ley, pero aún falta el desarrollo de los reglamentos.
Por ejemplo, se deben fijar mecanismos claros de control y contabilidad de las emisiones
mundiales de CO2 o un sistema de balance de los esfuerzos globales en la reducción de
los gases de efecto invernadero.

El pacto de París estaba pensado para que entrara en vigor en 2018. Durante los dos años
anteriores, se debía trabajar en ese desarrollo reglamentario. Y en la Cumbre de Marrakech
lo que se ha aprobado es seguir con esa hoja de ruta, es decir, el compromiso de todos los
países de tener el cuerpo de reglamentos listo para 2018.

Atasco

El texto final se ha atascado este viernes. Algunos países eran reacios a dejar claro ya ese
calendario. Según fuentes de la negociación, apostaban por posponer la decisión a 2017.
Se trataba, según estas mismas fuentes, de países con intereses petroleros muy fuertes
que preferían "esperar a ver qué hace Trump".

El texto final de Marrakech, que se divide en dos partes, también ha entrado en la discusión
sobre la financiación. En estas negociaciones, que se celebran cada año desde hace más
de dos décadas, siempre se repite la misma pregunta: ¿cuánto y cómo deben pagar los
Gobiernos desarrollados a los países pobres que sufren los efectos de un calentamiento
desencadenado por los más ricos?

En el Acuerdo de París se establecía la obligación de que, en 2020, existan 100.000


millones de dólares anuales para financiación climática, que principalmente deben aportar
los desarrollados. La OCDE sostiene que ya hay compromisos por valor de 70.000. La mitad
debe ir a parar a mitigación (recortes de emisiones) y la otra mitad a adaptación, es decir,
para esos países que ya sufren los efectos del calentamiento o los padecerán.

La discusión ahora se centra en saber a


través de qué instrumentos se canaliza
ese dinero. Con el Protocolo de Kioto, que
estará vigente hasta que en 2020 se
empiece a aplicar el Acuerdo de París, se
creó el Fondo de Adaptación. Y los países
en desarrollo quieren que continúe, entre
otras cosas, porque es mucho más ágil
que otros al tratarse de ayudas entre
Estados sin intermediarios. El texto final
de Marrakech recoge esa continuidad del
Fondo de Adaptación más allá de 2020.

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