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INDICE

INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 2
LA JUSTICIA .......................................................................................................................... 3
LA JUSTICIA SEGÚN: .......................................................................................................... 3
1. PLATÓN .......................................................................................................................... 3
2. SÓCRATES ..................................................................................................................... 7
3. ARISTOTELES.................................................................................................................. 8
4. SANTO TOMAS DE AQUINO.................................................................................... 10
5. SIMONIDES.................................................................................................................. 12
6. ANÁLISIS ...................................................................................................................... 13
BIBLIOGRAFÍA.................................................................................................................... 14

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INTRODUCCIÓN

La justicia es la interpretación que cada sociedad hace de sus leyes jurídicas a lo

largo del tiempo. Se trata de un bien común de la humanidad que surgió frente a

la necesidad de garantizar y mantener la armonía entre una comunidad. De este

modo, puede decirse que la justicia responde a un grupo de normas, explícitas o

implícitas, que regulan la vida en sociedad, puesto que determinan qué cosas

pueden hacerse o no en las relaciones entre individuos y entre estos y las

instituciones.

A continuación veremos la justicia desde el punto de vista de grandes pensadores

como: Platón, Sócrates, Aristóteles, Santo tomas de Aquino y Simonide. Además de

que se finalizara con un pequeño Análisis sobre un libro de ética profesional y de

filosofía general.

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LA JUSTICIA

Muchos filósofos de la antigua Grecia han logrado teorizar sobre la justicia. Por

ejemplo, Platón, en su libro La República, veía a la justicia como una herramienta

para alanzar la armonía social, ya que, según este pensador, la ciudad perfecta se

lograría sólo si los gobernantes se volviesen más justos y más sabios. En base a esta

idea es que propuso el término “sofocracia”, que significa “gobierno de los sabios”,

para dejar en claro que la comunidad marcharía por buen camino sólo si los

filósofos se hicieran con el poder. La justicia también ha sido entendida como una

virtud humana, definida en este sentido como el arte de dar a quien lo que le

corresponde. Esta virtud no es otra cosa que el respeto por el derecho ajeno, lo

que significa que no consiste en otorgar desmesuradamente los bienes a toda la

humanidad, sino en darle a cada individuo lo que se merece. Así, justicia es

sinónimo de equidad y de honradez, pues pone en evidencia la presencia o no del

deseo de rectitud de una persona.

LA JUSTICIA SEGÚN:

1. PLATÓN

Platón nació en Atenas cerca del año 427 antes de Cristo, filósofo griego, de familia

noble. Frecuentó los círculos militares y poéticos, pero ante su falta de éxito siguió

la enseñanza de Sócrates. Fundó en Atenas la Academia (año 387 a.c.).

El pensamiento de Platón surge en una época de crisis política de Atenas, tras la

guerra del Peloponeso y la derrota frente a Esparta; y es la democracia que sigue

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a los treinta tiranos la que condena a Sócrates, el justo; además la caída de los

tradicionales valores religiosos y morales da paso al relativismo ético de los sofistas

y al debate sobre la base convencional o natural de la ley. Platón busca una

respuesta a tales problemas. Sale en defensa de la memoria de Sócrates, elabora

la teoría de las ideas (hay, pues, valores y virtudes en sí, más allá de toda

convencionalidad), establece la justicia “en sí” como fundamento del orden socio-

político, eleva el eros a categoría ideal, presenta la figura del filósofo (crítico para

con la realidad, situado por encima de intereses mezquinos y preparado para la

muerte) como modelo del ser humano y el único capaz de regir la polis, y se afana

por hallar un prototipo de la misma.

Para Platón todas las virtudes se basan en la justicia; y la justicia se basa en la idea

del bien, el cual es la armonía del mundo.

Únicamente son tres las virtudes; que son la prudencia, la templanza y la valentía.

 La prudencia es ser acertado en las deliberaciones. Esta virtud reside en el

Estado, en aquellos magistrados que están encargados de su guarda.

 El valor es defender a la ciudad, la cual recae sobre los guardianes de la

polis.

 La templanza es ser “dueño de uno mismo”, la cual concierne a la polis.

“La justicia es que cada uno haga realmente lo que tiene que hacer y atañe a

toda la polis. La justicia es el principio mismo, virtud única de donde brotan las tres

anteriores.”- Platón

Entonces la justicia consiste en el perfecto ordenamiento de las tres almas, es decir,

cuando cada una desarrolla las virtudes que le son propias: el alma racional, la

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prudencia el alma concupiscible, la templanza el alma irascible, la fortaleza.

Cuando estos presupuestos se dan, se llega a la felicidad a través de la virtud. No

obstante, Platón mantuvo siempre la afirmación de que debe ser la razón la que

gobierne y que el único medio que nos puede llevar a la justicia, y por tanto a la

felicidad, es la educación.

Para Platón el imperio de la justicia deviene necesariamente en la prevalencia de

la felicidad. Por ello es que el Estado tiene como misión promover ambas

cuestiones, sobre todo porque la felicidad en la cual desemboca la teoría

platónica es la de la sociedad entera (haciendo abstracción de la felicidad

personal o individual). La justicia y la felicidad son entonces, la justicia y la felicidad

de la comunidad entera; es decir, de la ciudad-estado en su conjunto.

Platón rechazó, así mismo, la concepción de la justicia como el mero

restablecimiento del equilibrio perdido por algún exceso. No es la justicia, para él,

simple compensación ante un daño sufrido. Justicia para Platón es más bien, y

sobre todo, rectitud. Esto equivale a decir que absolutamente todo en la ciudad-

estado debe responder y corresponder al orden ideal, descubierto por la vía

racional por el filósofo-gobernante.

El concepto de justicia no se detiene en los actos eternos del hombre, sino que

regula lo interior del mismo, no permitiendo que ninguna parte de su alma haga

otra cosa que aquello que le es propio.

Consiste entonces en poseer y hacer lo que es de cada cual. Socialmente, es

semejante a la armonía de los planetas que mantiene un coordinado movimiento,

y individualmente es un orden y una belleza en las partes del alma. Lo malo surge

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cuando existe una desarmonía entre el hombre y la naturaleza, entre los hombres

y los hombres y entre el hombre y él mismo.

La justicia se basa en el reparto equitativo de los beneficios de una ciudad entre

sus habitantes, de modo que para gobernar de manera justa, aquellos que menos

tienen deben ser los más favorecidos por la organización de la ciudad. Según esto,

los gobernantes que quieran serlo de una ciudad, no pueden ser aquellos que

ambicionen el poder para su propio enriquecimiento, sino que deben gobernar

aquellos que lo hagan en virtud al desarrollo común. Si el gobierno recayese sobre

aquellos que lo ambicionan, la sociedad sería deficiente e injusta.

La persuasión y la fuerza son las herramientas para que cada uno actúe con justicia,

entendiendo por justicia, "el hacer cada uno lo propio", de donde se infiere que la

perfección de la ciudad radica en que cada uno haga en ella lo que le es propio.

Para Platón, la justicia es un atributo de perfección comparable a la sabiduría y a

la valentía. La trasgresión a este principio de justicia se castiga severamente, lo que

permite que se cumplan todas las tareas de la ciudad.

Señala también que en hacer cada uno lo suyo y en no multiplicar sus actividades

era, precisamente, en lo que consistía la justicia. La justicia = hacer cada uno lo

suyo. Esto es el concepto de justicia en sociedad, lo cual consiste en que cada uno

ocupe su puesto.

Bajo la concepción naturalista del orden social, Platón concluye que la justicia es

un equilibro natural sobre el cual debe inclinarse el hombre. Para el ateniense la

justicia es sinónimo de “lo que interesa al estado perfecto.” Una justicia que implica

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fundamentalmente la correspondencia de las clases sociales a su función. Justo es

que el gobernante gobierne, que el trabajador trabaje y que el esclavo obedezca.

Por consiguiente, la justicia social consiste en la realización de las funciones propias

de cada grupo y que cada grupo social sea consecuente con la virtud que le es

propia.

2. SÓCRATES

Sócrates (470-399 a.C.) fue un filósofo griego considerado uno de los más grandes,

tanto de la filosofía occidental como de la universal. Fue el maestro de Platón,

quien tuvo a Aristóteles como discípulo; estos tres son los representantes

fundamentales de la filosofía griega. Nació en Atenas, donde vivió los dos últimos

tercios del siglo V a.C., la época más espléndida en la historia de toda la antigua

Grecia. Desde muy joven, llamó la atención por la agudeza de sus razonamientos

y su facilidad de palabra, además de la fina ironía con la que salpicaba sus tertulias

con los ciudadanos jóvenes aristocráticos de Atenas, a quienes les preguntaba

sobre su confianza en opiniones populares, aunque muy a menudo él no les ofrecía

ninguna enseñanza.

Sócrates no dejó nada escrito y todo lo que conocemos de él ha sido por

intermedio de terceros. La principal referencia de Sócrates, su vida y su

pensamiento es Platón, por lo cual no es fácil distinguir entre lo que fue el verdadero

Sócrates del Sócrates platónico. Ahora bien, en relación a la justicia sabemos que

ésta es el máximo bien al que el hombre puede aspirar. Sin embargo, ¿es coherente

el pensamiento de Sócrates y el de Platón en relación a lograr el conocimiento de

la idea de justicia y por ende la virtud?

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El interés de Sócrates por la justicia se explica como respuesta a la cuestión de

cómo vivir la vida provechosamente. En tal sentido, también plantea que la justicia

va de mano con el conocimiento, pues “Sólo si se conoce qué es el bien y la justicia

se puede realizar el bien y la justicia.”

Según Sócrates, bastaba el conocimiento de lo justo (la autognosis) para obrar

correctamente, debido a que, las malas acciones son producto del

desconocimiento de lo que es bueno.

3. ARISTOTELES

La virtud de la justicia en Aristóteles ha sido objeto de discusiones en varias de sus

obras: en sus tres éticas, Ética a Nicómaco, Ética a Eudemo y la Magna Moralia,

que componen su tratado sobre la moral, las virtudes son la base de su

pensamiento ético, y en ellas, la justicia tiene una marcada relevancia; en la

Retórica se describen las diferentes especies de oratoria, y se hace una descripción

sobre la justicia y el papel de los jueces, y en la Política, habla de las cosas

referentes a la polis, las relaciones entre las comunidades políticas mediadas por

las leyes y su relación con las virtudes, en especial con la justicia.

Aristóteles, en su obra “Ética a nicomáquea” sostiene que la virtud más necesaria

de todas para la conservación del mundo es la virtud de la justicia, considerada

como la suma de todas las virtudes, afirmando que es la virtud completa, por

cuanto refiere a otras personas, pues es más difícil ejercer la virtud con los demás

que solamente consigo mismo.

Para él esta justicia es la justicia general, toda vez que existe también la justicia

particular, que se divide asimismo en distributiva y transaccional: la distributiva, que

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aplica una proporción geométrica entre varias cosas o personas; y la transaccional

que aplica una proporción aritmética. Trata luego de la relación entre la justicia y

la ley, una relación necesaria para que el bien del otro se consiga, pues el hombre

por sí mismo siempre busca el propio bien. Por ello, se necesita una ley. La justicia

legal se debe aplicar una vez que se han aprobado las leyes.

Aristóteles distingue los vocablos de justicia y sinjusticia, y después establece sus

definiciones y declara en qué género de obras se emplean y ejercitan, aduciendo

que todos pretenden llamar justicia aquel hábito y costumbre que hace prontos a

los hombres en el hacer las cosas justas y por la cual los hombres obran justamente

y aman las cosas justas; y de la misma manera, pretenden llamar sinjusticia aquella

costumbre que induce a los hombres a hacer agravios y a querer lo que no es justo.

De esta manera, pues, la justicia es la virtud perfecta. De manera que justicia no es

una sola especie de virtud, sino una suma de todas las virtudes y su contraria, la

sinjusticia no es una especie de vicio, sino una suma de todo género de vicios.

Ya, pues, definimos que es injusto aquello que es contra ley y desigual; y lo justo lo

que es legítimo, conforme a la ley e igual. Aristóteles distingue lo justo civil en dos

especies: uno que por naturaleza tiene fuerza de ser justo, como es la defensión de

la propia vida, y otro que obliga, no por naturaleza, sino por aceptación voluntaria

de los hombres.

De este concepto aristotélico ha nacido el proverbio:

“Todas las virtudes se encuentran en el seno de la justicia”.

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4. SANTO TOMAS DE AQUINO

Santo Tomás de Aquino trató las cuestiones jurídicas al estudiar, dentro de la

Teología moral, la virtud de la justicia.

Para Tomás el comportamiento virtuoso es la conducta humana excelente; y esa

excelencia es medida de acuerdo con los diversos fines de la vida humana. Él

adopta una consideración teológica del ser humano, y entiende que la naturaleza

de lo humano consiste en tender siempre hacia la perfección de sus diferentes

posibilidades. Esas posibilidades se despliegan en diversas facetas y a cada una de

ellas les corresponde una virtud. Dicho más precisamente, la virtud es el hábito para

comportarse de forma excelente en determinado ámbito de la vida. La excelencia

moral es el comportamiento correcto en las diferentes situaciones vitales. Las

virtudes o hábitos excelentes varían según una serie de problemas típicos de la vida

humana: ese despliegue es variado y se refiere a las diferentes situaciones por las

que pasa el ser humano; esa finalidad, la consecución de un resultado afín a lo

exigido por la naturaleza, es el objeto de la virtud; sirve de medida para conocer si

un comportamiento concreto es virtuoso.

Los fines humanos tienen una entidad que no obedece al capricho o arbitrio de

cada individuo y constituyen las metas de una vida auténticamente humana.

Tienen, aunque Tomás no utilice esta expresión, una base racional que toda

persona inteligente deberá aceptar. Los asuntos humanos son variables y

circunstanciales, por eso la objetividad de los bienes y fines de la vida ha de tener

en cuenta esa mudanza.

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El que el comportamiento virtuoso depende en cierto grado de las circunstancias

del problema y de la persona en cuestión no implica que lo bueno o lo malo sean

cuestiones subjetivas, dependientes del capricho. Al contrario, el ser humano

cuenta con baremos objetivos para obtener respuesta a los requerimientos

morales: preceptos de origen diverso que establecen las medidas del

comportamiento razonable. El criterio más básico es el de la finalidad. Tomás parte

de la creación divina como fundamento de lo existente. Esa creación otorga a la

realidad un orden y sentido que el hombre, creado inteligente por Dios, es capaz

de entender hasta cierto punto.

Tomás de Aquino sostiene que Dios proporciona las directrices últimas, pero al

mismo tiempo crea al hombre como ser autónomo capaz de elaborar las normas

a partir de las circunstancias y características del momento en el que vive. Dicho

de otra forma, el mundo moral no está completamente conformado por Dios; el

hombre cuenta con principios morales básicos que capta como participación en

el orden racional de lo creado, pero construye libremente su cotidianidad.

En casi todas las virtudes los elementos para establecer la corrección del

comportamiento proceden de características del sujeto agente, y ahí reside la

especificidad de la justicia frente al resto de las virtudes: en ella su objeto no

depende de las personas que intervienen sino que tiene un carácter externo a la

personalidad; en la justicia el comportamiento virtuoso depende de unas

realidades o circunstancias que no son personales sino “reales”.

La justicia tiene un carácter “real” para Tomás de Aquino. Real en este sentido no

significa que sea algo verdaderamente existente y no imaginado, sino que reside

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en las cosas (cosa en latín se dice res). Una relación de justicia se constituye

precisamente a causa de ciertos objetos o fines independientes de las propias

características personales de los sujetos intervinientes; en virtud de esa finalidad uno

de ellos le debe algo al otro; esa deuda es el objeto de la justicia, porque su

cumplimiento equivale al comportamiento justo. Y al comportamiento justo Tomás

lo llama ius.

5. SIMONIDES

Simónides de Ceos (Yulis, en la isla jónica de Ceos, actual Kea, ca. 556 a. C. -

Siracusa, ca. 468 a. C.), fue un poeta lírico griego, creador de la mnemotecnia, tío

del también poeta Baquílides.

Su parecer sobre la justicia se puede apreciar en varios diálogos, en donde el

mismo hace referencia a que la justicia no es más que “dar a cada uno lo que se

le debe”.

Dialogo que defiende la idea de Simonides a cerca de la Justicia:

–Que es justo –repuso él– dar a cada uno lo que se le debe, y al decir esto

– ¿Y qué? ¿A los enemigos se les ha de devolver lo que se les debe?

–Sin duda, en absoluto, lo que se les debe –respondió–; y según pienso, débase

al enemigo lo que es apropiado al enemigo: algún mal.

–Así, pues –dije yo–, según parece, Simónides envolvió poéticamente en un

enigma lo que entendía por justicia; porque, a lo que se ve, pensaba que lo justo

era dar a cada uno lo que le era apropiado; y a esto lo llamó “lo que se debe”.

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6. ANÁLISIS

Hay muchas teorías sobre la justicia, todos los filósofos anteriormente planteados

proponen conceptos de justicia totalmente diferentes, pues cada quien

comprende la justicia a su manera ejemplo de esto fue Platón que comprendía la

Justicia como una armonía social, proponiendo una organización de su ciudad

ideal, aquella donde los gobernantes de esta ciudad se transformen en los

individuos más justos y sabios, o sea en filósofos, o bien, que los individuos más justos

y sabios de la comunidad, es decir, los filósofos, se transformen en sus gobernantes.

Por otro lado también está Aristóteles que define a la Justicia como igualdad

proporcional: Dar a cada uno lo que es suyo, o lo que le corresponde. Dice que lo

que le corresponde a cada ciudadano tiene que estar en proporción con su

contribución a la sociedad, sus necesidades y sus méritos personales.

Asi mismo se encuentra a Santo Tomás de Aquino quien dice que la justicia es La

Ley Natural y que los ciudadanos han de tener los derechos naturales, que son los

que Dios les da, y los que hoy denominamos “Derechos Humanos”.

De esta forma hay muchos más filósofos ampliando dicho concepto, que en mi

opinión se resumen en procurar el bien de los demás, ya que todos los individuos

somos iguales, cuando se entienda esto si se estará ejerciendo una verdadera

justicia.

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BIBLIOGRAFÍA

 Platón, Diálogos, Editorial Panamericana, Bogota D.C., 1998, p.44

 La República, Platón (395 a.C.)

 Jenofonte, Vida y Doctrinas de Sócrates, Prometeo Sociedad Editorial,

Valencia, s.f., p.128 ss.

 Intelectualismo socrático. Wikipedia.

 Aristóteles y La Justicia. Página Web:

http://www.filosofia.mx/index.php/perse/archivos/aristoteles_y_justicia

 Santo Tomas de Aquino. Página Web:

https://www.teoriadelderecho.es/2012/03/santo-tomas-de-aquino.html

 Simónides de Ceos, el poeta de la gloria y la nobleza. Pgina Web:

http://perdidasmusas.blogspot.com/2014/09/los-primeros-liricos-simonides-

de-ceos.html

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