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INTRODUCCION

El presente trabajo de investigación constituye un esfuerzo para conocer


la realidad jurídica nacional y busca llamar la atención sobre la problemática que
se presenta cuando se pretende ejercer uno de los derechos fundamentales que
está claramente reconocido en nuestra Constitución: El Derecho de Defensa.
Hoy en día no podemos negar que, a pesar de contar con conceptos claros sobre
este derecho: “Todos tenemos derecho a una defensa” y “Todos son
considerados inocentes hasta que no se pruebe su culpabilidad” (presunción de
inocencia”), estamos muy lejos de garantizar de manera legítima que todo ello
se cumpla.

El trabajo explorará la regulación de este derecho y los problemas que


encontramos que lo contaminan y que se yerguen como constantes obstáculos
para que éste pueda ser adecuadamente ejercido. con la única finalidad de
aportar al mejoramiento del sistema jurídico en el que diariamente nos
desenvolvemos, más aun cuando no hemos encontrado significativa
preocupación a la realidad carcelaria de los detenidos de escasos recursos.

Lo fundamental es que el derecho de defensa ha llevado a que se requiera


-para salvaguardar su efectividad – que el Estado asuma la obligación de dotar
de un defensor de oficio a los sujetos que no se encuentren en condiciones de
asumir el pago del profesional que se habrá de ocupar de la defensa técnica.

Nadie puede cuestionar la naturaleza esencial y fundamental del llamado


“derecho de defensa” el mismo que existe para garantizar la protección de la
libertad o los intereses de un procesado.

Sin embargo, cabe hacerse el cuestionamiento siguiente que justamente


es objeto de la presente investigación: Pese a contar con los conceptos muy
claros, ¿El defensor de oficio es apreciado por los usuarios del sistema nacional
de defensa de oficio que se encuentran privados de su libertad? Y aún más
importante ¿se encuentra garantizado en nuestro país el derecho de defensa?

1
RESUMEN

En este trabajo monográfico de naturaleza jurídico-social se examina el papel


de la Defensa de Oficio o Defensa Publica en el Perú, el cual se da por que
toda persona goza del Derecho de Defensa que en ciertas circunstancias
establecidas por la ley Nacional e Internacional (Tratados Internacionales de
los que Perú es parte) se da de manera gratuita, las cuales se analizaran a
mayor profundidad sin antes establecer ciertas nociones sobre el Derecho de
Defensa y como de este se desprende la Defensa Gratuita y la Defensa de
Oficio o Defensa Publica. Además de hacer una comparación de los Sistemas
de Defensa Gratuita a nivel de Iberoamérica.

ABSTRACT

In this monograph legal-social nature the role of the Public Defender and Public
Defender in Peru, which assumes that everyone enjoys the right of defense is
examined that under certain circumstances established by the International
National law and ( International you treaties to which Peru is a party) is given for
free, which will be analyzed in greater depth without first establishing certain
notions on the law of Defense and like this the Free Defense and the Defense
Office or Public Defender follows. In addition to making a comparison of systems-
level Defense Free Latin America.

2
OBJETIVOS

A. Objetivo General:

- Determinar cuáles son los factores fundamentales (determinantes),


que establecen una adecuada Defensa de Oficio

B. Objetivo Específico:

- Establecer la relación Derecho de Defensa y Defensa de Oficio.


- Contribuir con el respeto al Debido Proceso y al valor JUSTICIA, en
el caso de los imputados de escasos recursos económicos que
acuden al servicio de defensa de oficio.

3
MARCO TEORICO
CAPITULO I
El Derecho de Defensa

1.1. El Derecho de Defensa: Concepto

En un sentido general, pre jurídico y natural el verbo defenderse significa


rechazar por sí mismo una agresión. “La defensa se vincula así a un mecanismo
elemental de actividad instrumental necesaria en la lucha por la supervivencia”
(Montoliu, 2007, pág. 760).

Debemos tener en cuenta que la institución de la defensa ya era conocida


en el derecho antiguo. Así por ejemplo, en Grecia, el acusado debía comparecer
el mismo aunque era posible la representación por un tercero y la aportación de
dictamenes elaborados por peritos jurídicos especiales (Goldschmidt, 1961, pág.
104). En Roma, por su parte, la defensa se desarrollo en conexión con la
institución del patronato. En la época posterior de los emprendedores, los
defensores se llamaban “advocati” llegando a convertirse en una profesión
especial que disfrutaba de determinados privilegios (Goldschmidt, 1961, págs.
105-106).

Si trasladamos el concepto general de defensa al ámbito del Derecho


Procesal y al actualidad, podemos entender que la defensa se configura como
la posibilidad de desarrollar “Toda la actividad precisa para contribuir a eliminar
la duda que el ejercicio de la acción penal ha hecho recaer sobre una
determinada persona. Y más especialmente, como el derecho del imputado a la
tutela de su libertad, cuando pretende la observacia de las normas que evitan la
lesión del propio derecho a la libertad” (Carnelutti, 1950, pág. 221).

Dicho en otras palabras, se podría definir el derecho de defensa como:

“El derecho fundamental atribuido a las partes de todo proceso y para ser
respetado por el tribunal que conoce del proceso mismo y para ser respetado
por el tribunal que conoce del mismo, que consiste básicamente en la necesidad

4
de que estas sean oídas1 (Carnelutti, 1950, pág. 223) en el sentido de que
pueden alegar y demostrar para conformar la resolución judicial, y en que
conozcan y puedan rebatir sobre los materiales de hecho y de derecho que
puedan influir en la resolución judicial” (Catena, 2003, pág. 198)

En un sentido más estricto y específicamente dentro de la esfera penal,


debemos decir que mediante la “defensa”, las partes deberán estar en la
posibilidad –tanto en el plano jurídico como en el fáctico- de ser convocadas para
ser escuchadas, y colocarse frente al Sistema en una formal contradicción con
“igualdad de armas” siendo, como lo señala Julio Maier, “una garantía frente al
Poder del Estado y representa una limitación del poder estatal” (Ferreyros, pág.
3)

Podemos señalar que el derecho de defensa presenta una serie de


características que, para efectos del presente trabajo, debemos tener
claramente en cuenta:

A. Es un derecho reconocido constitucionalmente;


B. Comprende una serie de derechos derivados o conexos como:
b.1. Conocer los fundamentos de la imputación;
b.2. Conocer los motivos de la detención (esto con la finalidad de
que pueda ser defendido de manera eficaz, contando con todos los
elementos de juicio);
b.3. El derecho de no ser condenado en ausencia;
b.4. Derecho a una justicia penal gratuita y, con ello, la
garantía de la defensa de oficio para aquellas personas que no
cuenten con los recursos suficientes para ejercer plenamente
su derecho de defensa;
b.5. Derecho a impugnar las resoluciones judiciales que lo
perjudiquen;

1
“El ser oído no puede suponer simplemente la posibilidad de argumentar, sino que ha de comprender los dos elementos básicos
de todo proceso: alegar y probar. Se trata de que tanto el acusador como el acusado han de poder aportar al proceso todos los
hechos que estimen adecuados al objeto del mismo (alegación) y han de poder utilizar todos los medios de pruebas legales,
pertinentes y útiles para probar los hechos por ellos afirmados (prueba)”

5
b.6. Derecho a valerse de su propio idioma;
b.7. Derecho a guardar silencio y a no ser obligado a declarar
contra su voluntad (en este aspecto, entra a tallar, el tema de las
torturas que, a todas luces, no pueden permitirse por tratarse de
una vulneración flagrante a los derechos humanos) y;
b.8. En general, todo aquello que se respete y ajuste a un debido
proceso, que permita que el derecho de defensa sea debidamente
ejercitado.

Ahora bien, no obstante que, como observamos la defensa es un derecho


fundamental de todo ciudadano, nada obliga a éste a ejercerlo. Así, si por
ejemplo, una persona es demandada y no hace nada para defenderse, no
podríamos decir que se está vulnerando su derecho de defensa, ya que éste no
es ejercido por la propia voluntad del demandado/agraviado, por lo que podemos
señalar que se trata más bien de una cuestión de oportunidad.

Como podemos inferir, el derecho de defensa, tiene estrecha relación con


los principios fundamentales que garantizan la seguridad y la igualdad ante la
ley, principios que se encuentran consagrados en los textos constitucionales
democráticos. El Derecho de Defensa pretende, de alguna forma, buscar un
equilibrio entre las partes de un proceso. Por una parte, el poder acusador del
lado de la mano del Fiscal y, por el otro, el inculpado ejerciendo su derecho de
defensa en forma adecuada; logrando de esta forma, conseguir la tan ansiada
igualdad que debe prevalecer por encima de todo, por cuanto sin ella, nunca
podremos decir que el valor justicia se ha llegado a alcanzar.

En relación a este igualdad debemos decir que en el campo del Derecho


de Familia, podemos confundirnos y pensar en que tal igualdad no se da para
ambas partes, puesto que en muchos casos se favorece a una de ellas, pero se
trata de la parte más débil de la relación; así podemos entender que lo que busca
la ley -con esta “presunta desigualdad”- es equiparar poderes entre la parte más
favorecida y la menos favorecida, llegando finalmente a una real igualdad entre

6
ambas, lo que podría asimilarse a la figura de la discriminación llamada
“positiva”.

1.2. Protección del derecho de defensa en los tratados internacionales de


derechos humanos

El derecho de defensa es un derecho fundamental reconocido en los


instrumentos internacionales de derechos humanos, que señalan que en tanto
un imputado en proceso penal no disponga de un abogado, tendrá derecho a
que le se asigne uno a fin de que cuente con una asistencia jurídica gratuita si
carece de medios suficientes para pagar esos servicios. (Lupeio, 2004 , pág. 10)

El reconocimiento de los derechos mencionados se enmarca en la


correlativa obligación de los Estados Parte, de respetar y garantizar a todos los
individuos que se encuentren en su territorio y estén sujetos a su jurisdicción, los
derechos reconocidos en el mismo y de adoptar, con arreglo a sus
procedimientos y a las disposiciones del pacto, las medidas oportunas para
dictar las disposiciones legislativas o de otro carácter que fueran necesarias para
hacer efectivos los derechos reconocidos en el pacto. (CEJA, 2006, pág. 5)

La Declaración Universal sobre Derechos Humanos consagra el acceso


a la justicia sin discriminación -art.3-; mientras que el art. 11.1 señala que toda
persona acusada de delito tiene derecho a que se le aseguren las garantías
necesarias para su defensa.

A su vez, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos indica para


los acusados penalmente, y como garantía mínima, la de disponer del tiempo y
de los medios adecuados para la preparación de su defensa y a comunicarse
con un defensor de su elección, o a que se le nombre un defensor de oficio,
gratuitamente, si careciere de medios suficientes para pagarlo (art. 14 b) y d) 2.
De igual forma, el Convenio Europeo de Derechos Humanos, en su art. 6.3 c)

2
Resulta importante notar que esta norma internacional establece tres condiciones sine qua non para que la obligación del Estado
de proporcionar un defensor de oficio se haga efectiva: 1) debe tratarse de personas acusadas de un delito, lo cual liberaría al
Estado de esta obligación respecto de procesos judiciales no penales; 2) debe responder a un “interés de la justicia”; 3) la persona
debe carecer de medios suficientes para pagar a un defensor particular.

7
otorga el derecho a la provisión de un abogado de oficio gratuito, para quien no
tiene medios para nombrar abogado en causa penal, y en tanto lo exijan los
intereses de la justicia.3

En el ámbito del Sistema Interamericano de protección de derechos


humanos, la Declaración Americana de Derechos Humanos, en su art. 8,
reconoce que toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a ciertas garantías
mínimas; entre las que menciona el derecho a ser oída con las debidas
garantías, el derecho de defenderse personalmente o ser asistido por un
defensor de su elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor
-art. 8.2.d); y el derecho “irrenunciable” de ser asistido por un defensor
proporcionado por el Estado, remunerado o no según la legislación interna, si el
inculpado no se defendiere por sí mismo ni nombrare defensor dentro del plazo
establecido por la ley –art. 8.2.e). (CEJA, 2006, pág. 6)

Tanto el Pacto Internacional de derechos Civiles y Políticos como la


Convención Americana de Derechos Humanos circunscriben las garantías
judiciales al proceso penal. Sin embargo, sus arts. 14 y 8 deben interpretarse en
forma amplia, ya que si dichas garantías operan en el proceso penal no se
comprende por qué habría que negarles ese carácter en otro tipo de
procedimientos donde están en juego derechos igualmente fundamentales.

Conforme lo referido, en el ámbito señalado por los Convenios


Internacionales de Protección de Derechos Humanos, se impone a los Estados
Parte el deber de garantizar los derechos reconocidos en los mismos,
adecuando sus legislaciones internas y adoptando políticas para facilitar su
ejercicio y disfrute. Este es el sentido de la cláusula contenida en el art. 8.2.e)
de la CADH, en tanto señala el “derecho irrenunciable de ser asistido por un
defensor proporcionado por el Estado” si el imputado no nombrare defensor

3
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos en el caso Airey (9 de octubre de 1979) declaró que el deber de asegurar el acceso
a los tribunales entra en la categoría de los deberes positivos del estado. En términos similares se pronuncia posteriormente la
sentencia Van der Mussele del 23 de nov. 1983.

8
dentro del plazo establecido en la ley (excepción hecha de los limitados casos
de autodefensa admitidos). (CEJA, 2006, pág. 7)

Entonces, hoy el desafío lo constituye no tanto la estandarización


normativa, sino la operativización de postulados y la remoción de obstáculos que
impiden o restringen el acceso a la justicia. Por eso se debe atender a los
instrumentos reales y operantes que se valen los Estados para garantizar la
asistencia legal y defensa pública, y a las formas con las cuales buscan
satisfacer el derecho fundamental de la defensa en sede judicial de los derechos
reconocidos. (Lupeio, 2004 , págs. 10-12)

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CAPITULO II
Servicios de asesoría y defensa legal gratuitos: El Servicio Nacional de
Defensoría de Oficio (SNDO)

2.1. Servicio Nacional de Defensoría de Oficio (SNDO) - Objetivo

Principio de la función jurisdiccional y/o un derecho de la persona del cual


nadie puede ser privado en ningún estado del proceso, el derecho de defensa,
así consagrado en la Constitución Peruana de 1993 y en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, debe hacerse efectivo a través de
asistencia jurídica gratuita a las personas de escasos recursos. La Constitución
Peruana contempla tal obligación, además, para otros casos señalados por ley,
mientras que el artículo 8.2.e de la Convención Americana lo amplía a todo
inculpado que no se defienda por sí mismo, ni nombre defensor.

De este imperativo normativo nace entonces el Servicio Nacional de


Defensoría de Oficio (SNDO), creado mediante Ley N° 27019, con el objetivo de
"proveer el derecho a la defensa gratuita a personas de escasos recursos
económicos, así como en los casos en que las leyes procesales lo determinen
(...) ante los organismos policiales, fiscales y jurisdiccionales del país".

2.2. Estructura y organización del Servicio Nacional de la Defensa de Oficio


(SNDO) (Roja, 2005, págs. 10-11)

EL SNDO hace parte de la estructura del Ministerio de Justicia y depende


de la Dirección Nacional de Justicia. Dentro de esta Dirección Nacional se
encuentran los dos niveles del SNDO, a saber, la Coordinación Nacional del
SNDO (la Dirección de Defensoría de Oficio y Servicios Jurídicos Populares), y
las oficinas en cada distrito judicial.

La estructura de la institución no encaja con la del sistema judicial, y pese


a los esfuerzos de la Dirección de Defensoría de Oficio, las oficinas de los

10
distritos judiciales se organizan de diferentes maneras; por lo demás, los
soportes de los canales de comunicación entre la Dirección y las oficinas, son
bastante limitados.

La poca visibilidad del SNDO, debido a la precariedad de su estructura y a la


ausencia de un patrón de organización de las oficinas regionales, hace que este
servicio no sea un referente ciudadano para la defensa penal.

Designación de los defensores de oficio a tribunales o dependencias policiales.


El SNDO desarrolla su labor en los siguientes ámbitos:

2.2.1. Fuero ordinario:

- En materia Penal: Salas Especializadas en lo Penal y Juzgados


Especializados en los Penal;
- En materia de Familia: Salas de Familia y Juzgados de Familia.

2.2.2. Fuero Militar:

- Salas del Consejo de Guerra;


- Juzgados permanentes de instrucción militar.

2.2.3. Fiscalías:

- Fiscalías en lo penal;
- Fiscalías de familia.

2.2.4. Sedes policiales:

- Dirección Nacional de Investigación Criminalística-DININCRI;


- Dirección Nacional Antidrogas-DINANDRO;
- Dirección Nacional Contra el Terrorismo-DINCOTE;
- Divisiones Especializadas.

Conforme establece el artículo 4 de la Ley 27019, la Dirección Nacional


de Justicia determina la ubicación de los Defensores. Salvo algunos programas
pilotos recientemente ejecutados, en la práctica y por disposición normativa (ver
artículo 4 del Reglamento de la Ley del Servicio Nacional de la Defensa de Oficio,

11
D.S. N° 005-99-JUS), la mayoría de los defensores son asignados a las
entidades señaladas en el párrafo anterior y, dentro de ellas, a uno o varios
juzgados o Salas –en el caso del ámbito jurisdiccional.

12
CAPITULO III
Defensa Pública – Defensa de Oficio

3.1. Defensa Pública- Defensa de Oficio – Concepto:


La Defensa Publica - Defensa de Oficio es el patrocinio que presta el
Estado, a través de la Dirección Nacional de Justicia del Ministerio de Justicia,
a aquellas personas de escasos recursos que participan en procesos penales
desarrollados ante el fuero común o militar, así como en los juzgados
especializados de familia, o que se encuentran sometidas a investigación
policial y/o internas en los establecimientos penitenciarios. (Villavicencio, 2003,
pág. 111)
El derecho a la Defensa Pública es un derecho humano fundamental,
reconocido en el Artículo 139º, numeral 16, de la Constitución Política del Perú,
que funciona como garantía básica del Acceso Efectivo a la Justicia de todas
las personas, en particular las de mayor vulnerabilidad, sin discriminación
alguna, para el pleno goce de los derechos humanos, y de los servicios del
sistema judicial. Como todo derecho fundamental, la Defensa Pública, tiene
fundamento en la intrínseca dignidad de toda persona humana, cuyo respeto
es, de acuerdo a nuestra Constitución, el fin supremo de la sociedad y el
Estado. (Humanos, 2016)
El servicio de Defensa Pública es brindado por el Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos (MINJUS), a través de la Dirección General de Defensa
Pública y Acceso a la Justicia (DGDPAJ), a las personas que no cuenten con
recursos económicos y en los demás casos en que la ley expresamente así lo
establezca. Este servicio integral brinda Asistencia Legal Gratuita, en materia
penal, de familia, civil y laboral, y defiende a personas que han sido víctimas de
la vulneración de sus derechos en cualquiera de sus formas.4

4 La Corte Interamericana entiende que: “Según el art. 8.2 e) de la Convención Americana, el Estado solamente se hará cargo de
los gastos del abogado de oficio si así lo dispone la legislación del país, no obstante, cuando la representación letrada sea
necesaria para garantizar una audiencia justa, los Estados deben proporcionar un abogado de oficio gratuitamente si el acusado
no puede pagarlo.”

13
3.2. Objetivo de la Defensa Pública - Defensa de Oficio:
El fundamento de la defensa publica - defensa de oficio, es evitar que el
sujeto pasivo del proceso, que por falta de recursos o por cualquier otra razón
no ha podido designar un defensor de confianza, se vea privado de un abogado
que asuma su defensa, en casos en que su asistencia es imprescindible.5
La existencia de la Defensa Publica - Defensa de Oficio no se justifica
simplemente en virtud de un mandato o disposición legal; la existencia y
fundamento de la Defensa de Oficio se encuentra en la necesidad que tiene el
Estado de asegurar el acceso a la justicia a todos los peruanos, en condiciones
de igualdad jurídica, garantizando la igualdad de las partes, lo que se logra a
través de la representación profesional de un Defensor de Oficio; toda vez que
la justicia constituye uno de los valores fundamentales para conseguir la
armonía en una sociedad.
El fundamento de esta institución se encuentra en la necesidad de
garantizar la igualdad a las partes a lo largo del proceso, a través de la
representación profesional y de todos los beneficios que esta conlleva.
Nace como una obligación, independientemente de la voluntad de las partes,
pudiendo incluso ser impuesta contra el deseo del imputado. (Villavicencio,
2003, pág. 108)
3.3. Ámbito de Aplicación
El artículo 8º del Reglamento de la Ley del SNDO establece que el
servicio se brinda en los ámbitos jurisdiccional, fiscal, policial y penitenciario.
Llama la atención, sin embargo, que se incluya dentro del ámbito jurisdiccional
al Fuero Privativo Militar. Al respecto es necesario señalar que, según
autoridades de la Dirección Nacional de Defensa de Oficio y Servicios Jurídicos
Populares, dicho ámbito ha quedado excluido de la labor de los defensores de
oficio a través de una disposición interna del Ministerio de Justicia.
Es así que el actual ámbito de actuación de la Defensa de Oficio

5
Ley del servicio de defensa pública, LEY Nº 29360

14
comprende las Salas y Juzgados Especializados en lo Penal, los Juzgados
Especializados en Familia, los Establecimientos Penitenciarios, las entidades
policiales especializadas como la DININCRI, DINANDRO y DINCOTE, las
Comisarías, los Módulos de Básicos de Justicia y los Consultorio Jurídico
Populares o Módulos-ALEGRA, en los que los defensores de oficio prestan
servicios de accesoria legal que no necesariamente implican un patrocinio o en
donde se asumen casos de naturaleza natural y administrativos. (Ramirez,
2010, pág. 127)
3.3.1. Jurisdiccional: (Villavicencio, 2003)
3.3.1.1. Fuero común:
En el ámbito especializado en lo penal, salas y juzgados, el defensor de
oficios ejerce patrocinio gratuito, promoviendo la defensa del imputado e
interponiendo los recursos de impugnación correspondiente.
En el ámbito especializado de familia, salas y juzgados, el defensor de
oficio ejerce patrocinio gratuito en las áreas civil, tutelar, penal y fiscal de familia.
En el área civil, a favor del menor y su madre alimentista que se
encuentre en estado de necesidad, filiación, tenencia de visita, violencia
familiar, interdicción, tutela, consejo de familia, autorización de matrimonio de
menor, suspensión y extinción de la patria potestad, autorización para trabajo
de menores, y reconocimiento de unión de hecho.
En el área tutelar, a favor del menor en estado de abandono y en la
colocación familiar.
Y, en el área penal, a favor de los infractores y de los menores
agraviados en los delitos contra la libertad sexual. (Villavicencio, 2003, pág.
112)

3.3.1.2. Fuero militar:


Actúa tanto en las salas de Consejo de Guerra como en los juzgados
permanentes Instrucción Militar. (Villavicencio, 2003)

15
3.3.1.3. Fiscalías:
Sus actividades giran alrededor del ámbito penal y de familia.
(Villavicencio, 2003)

3.3.1.4. Policial:
Se designa defensor de oficio a las personas que se encuentren
sometidas tanto a investigación policial común como a investigaciones que se
inician en las divisiones especializadas de la Policía Nacional. Se asume la
defensa de personas detenidas en las siguientes direcciones: (Villavicencio,
2003)
- DININCRI
- DINANDRO
- DINCOTE
- DIVISIONES ESPECIALIZADAS

3.3.1.5. Penitenciario:
El defensor de oficio asignado a los establecimientos penitenciarios del
país presta su asesoría a favor de los internos en los siguientes campos:
(Villavicencio, 2003)
- Logro de beneficios penitenciarios para los sentenciados que
cumplen los requisitos de ley.
- Coordinación con el defensor de oficio asignado a las salas y los
juzgados penales, sobre la defensa de los internos con proceso
abierto.

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CAPITULO IV
DEFENSOR DE OFICIO

4.1. El Defensor de Oficio - Concepto:


El defensor de oficio es el abogado que ha sido designado como tal
mediante resolución ministerial y que cumple con los requisitos que exige el
Reglamento de la Ley del Servicio Nacional de Defensa de Oficio. (Villavicencio,
2003, pág. 113)
Es un defensor público cuya retribución por defender gratuitamente a
diputados de escasos recursos en Juzgados ordinarios o sumarios está a cargo
del Ministerio de Justicia y específicamente de la Dirección Nacional de Justicia,
requiriendo su desenvolvimiento administrativo la Ley de Defensoría de Oficio
y la Constitución Política del Estado motivo por el cual intervienen a favor de los
investigados, desde la etapa de la investigación policial hasta la expedición
definitiva de la sentencia.
La importancia de la figura del defensor de oficio, a través del contenido
al derecho de defensa. “El derecho de defensa de toda persona nace según el
Texto Constitucional desde que es citado o detenida por la autoridad. Ello
significa que surge con la mera determinación del imputado, no hace falta que
exista una decisión nominal o formal al respecto basta que de uno u otro modo,
se le vincule con la comisión de un delito...” (SAN MARTÍN CASTRO, 2003,
pág. 120).
La Norma fundamental reconoce la función de un defensor de oficio,
desde el inicio de la investigación penal, sin embargo no todos los peruanos,
están en las condiciones de poder solventar a un abogado por tales
consideraciones surge la figura del defensor de oficio bajo la responsabilidad
del Estado. “el fundamento de la defensa de oficio, es evitar que el sujeto pasivo
del proceso penal, que por falta de recursos o por cualquier otra razón no ha
podido designar un defensor de confianza, se vea privado de un abogado que
asuma su defensa, en casos en que su asistencia es imprescindible.”
(CAROCCA PEREZ, 1998, pág. 527)

17
“El defensor tiene la función de incidir en los hechos materia de autos,
pero fundamentalmente en el derecho. El defensor es un auxiliar de la justicia
pero no como órgano imparcial que procura el triunfo de la verdad aunque
traicione a su cliente, sino como engranaje ineludible del marco instrumental
que el derecho predispone para garantía del individuo y de la sociedad”
(Ramirez, 2010, pág. 86)

4.2. Requisitos para ser Designado Defensor de Oficio:


Para cumplir con esta función se requiere ser peruano, no haber sido
condenado ni hallarse comprendido en procesos por delito doloso, estar
colegiado y estar habilitado para el ejercicio de la profesión en el Colegio de
Abogados, haber ejercido la abogacía por lo menor durante dos años antes de
su designación, ser mayor de 28 años, aprobar los exámenes de selección, no
haber sido cesado de la administración pública por sanción disciplinaria ni
haberse acogido a ningún programa de renuncia voluntaria con incentivos en
los últimos cinco años anteriores a la designación y, por último, tener una
conducta intachable. (Villavicencio, 2003, pág. 114)
Ley del servicio de defensa pública, Ley Nº 29360. Artículo 10.-
Requisitos para ser defensor público: Para ser defensor público se requiere lo
siguiente:
a. Ser abogado con colegiatura hábil.
b. Tener experiencia profesional no menor de dos (2) años, contados
desde su colegiatura.
c. No encontrarse incurso en ninguna incompatibilidad para ejercer
la función pública.
d. Hablar, en las zonas donde predominen, quechua, aymara o las
demás lenguas
e. aborígenes, según la ley.
f. No encontrarse registrado en el Registro de Deudores
Alimentarios Morosos (Redam).
g. No contar con antecedentes penales.

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h. Las demás que sean inherentes al cargo y que estén establecidas
en el reglamento de la presente Ley

4.3. Deberes de los Defensores de Oficio:


Los profesionales que se desempeñan como defensores de oficio tiene el deber
de: (Villavicencio, 2003)
- Patrocinar en forma gratuita a las personas de escasos recursos
económicos.
- Actuar con veracidad, probidad, lealtad y buena fe durante todo el
proceso.
- Hacer uso de todos los recursos y medios procesales válidos y
necesarios.
- No actuar temerariamente en el ejercicio de las facultades que el
cargo otorga.
- Guardar el debido respeto por los magistrados, las partes y los
auxiliares de justicia.
- Concurrir a las audiencias judiciales que se les cite y acatar las
decisiones que en ellas se expidan.
- Guardar secreto profesional.
- Visitar semanalmente a sus patrocinados que se encuentren en
establecimientos penitenciarios.
- Informar mensualmente a la Dirección de Defensoría de Oficio y
Servicios Populares sobre los avances y logros en el desempeño
de sus labores.
- Cumplir el horario que se les asigne.
Según Ley Nº 29360, Artículo 12.- Deberes del defensor público
Los deberes del defensor público son los siguientes:
a) Ejercer la defensa de manera técnica, idónea y oportuna.
b) Asumir inmediatamente, con atención y diligencia, la representación
legal encargada y no abandonarla hasta que se asegure un
reemplazante.

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c) Coadyuvar a la defensa de los derechos fundamentales y garantías
procesales de sus representados e interponer los recursos y acciones de
garantía que estime pertinentes, dando cuenta a la Dirección General de
Defensa Pública.
d) Guardar la reserva o el secreto profesional.
e) Orientar al usuario en el ejercicio de su defensa material.
f) Fundamentar técnicamente los recursos, acciones o informes que
presente a favor de los usuarios.
g) Mantener permanentemente informados a sus patrocinados sobre todas
las circunstancias del proceso.
h) Observar en todo momento una conducta recta, guiada por los principios
de probidad, lealtad y buena fe.
4.4. Derechos de los Defensores de Oficio:
A su vez, los derechos reconocidos a los defensores de oficio son:
(Villavicencio, 2003)
- El reconocimiento de su calidad y categoría al interior de la
administración pública, ante los fueros jurisdiccionales, las
fiscalías, los establecimientos penitenciarios y las entidades
policiales.
- Que los pedidos de informes y antecedentes que formulen sean
atendidos por las dependencias públicas.
- La consignación en el acta de los hechos que se consideren
pertinentes para la labor que cumplen.
- El uso de la insignia oficial del Servicio Nacional de Defensa de
Oficio.
Según Ley Nº 29360. Artículo 11.- Derechos del defensor público
Los derechos del defensor público son los siguientes:
a) Ejercer su labor con independencia y sin presiones de ninguna clase. La
autoridad competente proporciona protección a los defensores públicos
cuya seguridad personal sea amenazada.
b) Permanecer en el servicio mientras tenga buen desempeño.

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c) Recibir capacitación adecuada para el óptimo desempeño de sus
funciones.
d) Las demás que sean inherentes a su función y que estén establecidas
en el reglamento de la presente Ley.

4.5. Usuarios y las Atribuciones Desempeñadas por el Defensor de Oficio


En el artículo 32° del Reglamento de la Ley del SNDO señala que tienen
derecho a la defensa de oficio las personas de escasos recursos económicos
que son parte de procesos penales, ante juzgados especializados de familia o
se encuentren sometidas a investigación policial.
Si bien la regla general es la gratuidad del servicio el artículo 34 del
reglamento establece la obligación del pago de honorario profesionales a los
usuarios que pierdan el beneficio de la defensa de oficio, en aplicación de
alguna de las causales del artículo 33, como son:
1) Inducir a error a un defensor de oficio, falseando u ocultando la verdad.
2) Sugerir a su defensor de oficio la práctica de acto de corrupción.
3) Incumplir con sus deberes dispuestos en los inciso 5 (no usar
expresiones agraviantes) y 6 (respeto a los magistrados y a las partes)
del artículo 12º del Reglamento.
4) Ocultar su verdadera situación económica para beneficiarse
indebidamente con el servicio de defensoría de oficio.
5) Por haber interpuesto recusación o denuncia contra su defensor de oficio
y haber sido declarada infundada.
6) Por renuncia expresa a la defensa de oficio.

4.6. Labores desempeñadas por los defensores de oficio:

Los defensores de oficio refieren que en concreto brindan los servicios


siguientes: (Villavicencio, 2003)
- Difusión de la labor que realizan (charlas en establecimientos
penitenciarios o en carpas en la vía pública).

21
- Asesoría jurídica (a personas que se aproximan por primera vez
al SNDO).
- Participación en diligencias judiciales diversas (instructivas,
inspecciones, lectura de sentencia, confrontaciones, etc.) a
solicitud del juez encargado.
- Elaboración de escritos para juzgados (recursos).
- Patrocinio.

4.7. Noción de los principios éticos del defensor de oficio.-

La defensoría de oficio a través de una publicación del ministerio de


justicia ha presentado los principios éticos del defensor de oficio, como sigue a
continuación:
Artículo 3: Deberes esenciales y generales del defensor de oficio.
a. Procurar la protección de los derechos fundamentales y de las
garantías constitucionales y procesales como los derecho a la vida, a
la libertad e integridad personal; a la presunción de inocencia; a al
igual ante la ley y de otros derechos y garantías necesarias que
forman parten del debido proceso.
b. Velar por el cumplimiento de las normas y la ética profesional.
c. Tiene la obligación de hacer respetar y cumplir con todas la
prescripciones relacionada al derecho de defensa, a las derecho
fundamentales y en especial al debido proceso señalado e los
convenios y tratados internacionales subscritos por el Estado
Peruano.
Artículo 4: principio guía de conducta. La conducta de toda persona que integra
el sistema nacional de defensa de oficio debe estar guida pro los siguientes
principios:
a. a. Igualdad y legalidad (constitucional e internación); a fin de adecuar
su conducta solo al os actos que la constitución, las leyes, los
tratados y convenios internacionales prevén, tratando a las personas

22
sin ningún tipo de discriminación social, económica, racial o étnica.
b. Constancia y continuidad.
c. Efectividad eficiencia u eficacia; cumpliendo con el servicio de las
mejor manera, maximizando resultados ante la escasez de recursos,
a fin de que se cumplan con los fines y objetivos del servicio de
defensa de oficio, con el mejor costo posible.
d. Lealtad con el servicio de defensa de oficio; con los defendidos y
usuarios del sistema con el país y con los valores supremos del
estado como la libertad, la dignidad, la justicia y la probidad.
e. Responsabilidad a fin de que el defensor de oficio responda por faltas
o delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones y/o prestaciones
por sus servicios.
f. Austeridad.
g. Modelo de buena conducta diaria.
h. Integridad y honestidad.

23
CAPITULO V
ASISTENCIA JURÍDICA GRATUITA EN IBEROAMERICA

5.1. Requisitos necesarios para la concesión de la


asistencia jurídica gratuita (Montoliu, 2007)
El derecho a la asistencia jurídica gratuita no es incondicional, ya que en
todas las normas estudiadas anteriormente en las que se contempla este
derecho se establece que surge cuando el inculpado carece de medios
económicos para pagar a un abogado que lo defienda y “siempre que el interés
de la justicia lo exija” por lo que como ha afirmado el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos estamos ante dos requisitos, uno económico y otro
jurídico”.6
A continuación vamos a analizar con mayor detenimiento, por un lado,
cómo se articulan los mecanismos necesarios para averiguar si efectivamente
existe una falta de medios económicos y seguidamente nos detendremos en el
significado de “interés de la justicia”.

5.2. Estado económico del solicitante (Montoliu, 2007)


El primer requisito que se debe cumplir para
poder solicitar la asistencia jurídica gratuita es
carecer de medios económicos para poder remunerar al abogado
defensor.
La práctica de los TTPPII nos ha demostrado que es preciso establecer
un límite económico necesario para la concesión de la asistencia jurídica
gratuita, ya que de lo contrario, los presupuestos económicos previstos para los
mismos quedaban totalmente desbordados.

6
TEDH, Caso Pham Hoang v. France, 25 septiembre 1992, pár. 39: “El tribunal entiende que en el sistema previsto en el Convenio
el derecho a la asistencia jurídica gratuita de una persona acusada de un delito es un elemento, entre otros, del concepto de
derecho a un juicio justo en el proceso penal…El art. 6.3 c) prevé dos condiciones para este derecho…”; TEDH, Caso R.D. v.
Poland, 18 diciembre 2001, pár. 43 en el que se reitera lo mismo.

24
En sus inicios, en los tribunales ad hoc para la ex Yugoslavia y Ruanda
no se estableció un límite mínimo para determinar si una persona carecía de
medios económicos para litigar, si no que, por el contrario, cuando un acusado
solicitaba asistencia jurídica gratuita, ésta se le concedía automáticamente. Se
observó que esta situación, es decir, la concesión automática de la asistencia
jurídica gratuita con tal sólo solicitarlo, era insostenible debido a que estos
TTPPII (Tribunales Penales Internacionales) no podían hacer frente
económicamente a estas solicitudes. La solución fue determinar el concepto de
falta de recursos económicos para litigar y establecer un límite7, de manera
que si se cumplían los requisitos previstos en las normas, se consideraba a la
persona detenida o acusada con derecho a la obtención de la asistencia jurídica
gratuita.
La insuficiencia de medios económicos para litigar en ambos tribunales
se puede reconocer total o parcialmente. Respecto al reconocimiento total y las
consecuencias que se derivan del mismo, no existe ninguna peculiaridad
especial. Sin embargo, el reconocimiento parcial de la asistencia jurídica
gratuita ha dado lugar a varios problemas.
Así lo señala la ADC-ICTY (Designación de abogados defensores en el
TPIY) en varias ocasiones al entender que “los abogados defensores no
disponen de medios para hacer cumplir a los acusados con sus obligaciones
respecto al cobro de honorarios. Esto se debe tanto a la posición que ostentan
de abogado defensor del acusado como a las dificultades legales que les
plantean las autoridades en los ordenamientos internos de los acusados. La
Secretaría al ser un órgano del tribunal dispone de mejores instrumentos que

7 En el TPIY fue en el año 2000 cuando se tomó la decisión de determinar un límite que permitiese establecer la posibilidad de
declarar a los acusados indigentes total o parcialmente. Para ello se indicó que el costo medio de la representación letrada de un
caso que requiere intensa preparación ascendía aproximadamente a 360.000 dólares por año. En el caso del TPIR se calculó que
el promedio de los gastos de la defensa en cada proceso ascendía a unos 470.000 dólares. Ésta fue la suma que constituiría el
umbral financiero para determinar si el sospechoso o acusado era indigente o no. Posteriormente esta cifra se redujo
considerablemente y descendió a 10.000 dólares. De este modo, las personas cuyos recursos superen esta cantidad tendrán que
realizar una aportación financiera al costo de su asistencia letrada. Vid. SECRETARIO GENERAL, Informe amplio..., (A/58/288),
12 agosto 2003, pág. 6, pár. 29; y SECRETARIO GENERAL, Informe amplio..., cit., (A/58/366), 12 septiembre 2003, pág. 12, pár.
33 respectivamente.

25
le permiten tratar esta situación.”8
En la CPI (Corte Penal Internacional) se ha establecido también la
posibilidad de reconocer la falta de recursos económicos para litigar total o
parcialmente9 a pesar de las críticas que ha recibido esta opción en los TTPPII
anteriores. En concreto, será el Secretario el que decida si el acusado tiene
derecho a la asistencia jurídica gratuita total o parcialmente.
5.3. Interés de la justicia
El derecho a la asistencia jurídica gratuita no es incondicional sino que
se establece “siempre que fuere necesario en interés de la justicia”. La cuestión
radica precisamente en definir qué criterios pueden aplicarse para determinar
cuando el “interés de la justicia” así lo exige.
Sin entrar en mayores detalles por ahora, sí que queremos señalar que la
expresión “interés de la justicia” aparece en varias normas.10
De estas normas se establecen los factores que deberán tenerse en
cuenta para la interpretación de la expresión “interés de la justicia” son los
siguientes:
a. La gravedad del delito y de la pena;
b. La complejidad del caso;
c. Las especialidades del procedimiento;
d. La situación personal del inculpado.

8
SECRETARIO GENERAL, Primer informe de ejecución del Tribunal Internacional para la ex Yugoslavia para el bienio 2004-
2005, (A/59/547), 2 de noviembre 2004.
9
Vid. ICC-ASP/4/CBF.1/2 Informe sobre los principios y criterios para la determinación de la indigencia a los efectos de la
asistencia jurídica (de conformidad con el párrafo 116 del Informe del Comité de Presupuesto y Finanzas de 13 de agosto de 2004).
10
Así en el EstCPI aparece en el art. 53.1) c) y 2) c) (Inicio de una investigación), art. 55.2 c) (Derechos de las personas durante
la investigación), art. 61.2 b) (Confirmación de los cargos antes del juicio), art. 65.4 (Procedimiento en caso de declaración de
culpabilidad), art. 67.1 d) (Derechos de los acusados). En las RPP esta expresión se encuentra en la regla 69 (Acuerdos en cuanto
a la prueba), regla 82.5 (Restricciones a la divulgación de documentos o información protegidos por las disposiciones del párrafo
3 e) del artículo 54, regla 100.1 (Lugar del juicio), regla 110 (Decisión de la Sala de Cuestiones Preliminares de conformidad con
el párrafo 3 b) del artículo 53), regla 165 (La investigación, el enjuiciamiento y el proceso); En el Reglamento de la Corte hallamos
esta frase en la norma 21 (Difusión y publicación de transcripciones y grabaciones), norma 29 (Incumplimiento del presente
Reglamento y las órdenes de las Salas), norma 54 (Reuniones con las partes en la Sala de Primera Instancia), norma 60
(Contestación), norma 66 (Procedimiento conducente a una decisión relativa a la revisión), norma 76 (Nombramiento del abogado
defensor por una Sala), norma 80 (Nombramiento de representantes legales de las víctimas por una sala).

26
5.4. La Defensa Pública En Iberoamérica11

El mandato impuesto a los Estados Parte por los tratados internacionales


de protección de derechos humanos, establece la garantía para la provisión de
un servicio de defensa pública eficiente. Pero esta provisión no puede consistir
en una gracia formal, por lo que se tendrá que ponerse especial énfasis en las
formas que los Estados asumieron para hacer realidad el derecho fundamental
que se encuentra en juego.

Cabe destacar que todas las Constituciones Iberoamericanas reconocen


expresamente el derecho de defensa en juicio, con mayor o menor nivel de
comprensión. Algunas parten de la clásica definición según su naturaleza de
“derecho inviolable”, como Argentina, Guatemala, y Honduras, mientras que el
resto en general atiende a la necesariedad de la defensa técnica para toda
persona detenida o procesada, estableciendo con un mayor detalle los
contenidos integrativos del derecho de defensa. Como dato de interés, la
República Dominicana alude al aseguramiento del “ejercicio” del derecho de
defensa (art. 8 inc. J), y La Constitución de México establece explícitamente el
derecho a la defensa adecuada para el inculpado penal, y también para la
víctima u ofendido por el delito (art. 20). Mientras que la Constitución Argentina
(art. 120), y la

Constitución de Panamá (art. 214), son las únicas que contienen una
normativa expresa sobre asistencia jurídica y defensa pública.

Hoy el desafío es la operativización de los postulados normativos y la


remoción de obstáculos que impiden aquella concreción. Por eso se debe

11La casi totalidad de los datos que se anexan, corresponden a encuestas realizadas a diversos países por la Secretaría de la VII
Cumbre Iberoamericana de Cortes Supremas y Tribunales Superiores, y a la documentación acompañada por los responsables
de los servicios de defensa pública en el ámbito del Primer Encuentro Interamericano de Defensorías Públicas, desarrollado en
Santiago de Chile del 14 al 16 de noviembre de 2001, coorganizado por la Defensoría Penal Pública de ese país, la Agencia
Alemana de Cooperación Internacional (GTZ), el Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA) y el Instituto de Estudios
Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP).

27
atender a los instrumentos reales y operantes de que se valen los Estados para
garantizar la defensa pública, y a las formas con las cuales se buscó satisfacer
el derecho a la asistencia jurídica letrada, elemento integrativo de la
inviolabilidad del derecho de defensa.

Dentro del análisis de los instrumentos de que se valen nuestros países


en el diseño y organización de sus sistemas de defensa pública, se presentan
los siguientes rasgos característicos:

5.4.1. Autonomía Funcional del Sistema de Provisión


- El sistema previsto de Defensa Pública goza de total y absoluta
autonomía funcional en países como Argentina, Brasil, El Salvador y
Guatemala.
- Se encuentra en la estructura del Poder Ejecutivo (Ministerio de Justicia)
en Bolivia, Colombia, Chile, Perú.
- Se encuentra en la estructura del Poder Judicial en Uruguay, México,
Nicaragua, Panamá, Paraguay, Honduras, Costa Rica y Venezuela.
- Ecuador carece de una estructura o entidad que se encargue
expresamente de la Defensa Pública, siendo asignados los abogados por
la Corte, contándose con la colaboración de entidades no
gubernamentales para casos concretos.
- España y Portugal organizan su sistema en base a la prestación por
abogados en ejercicio privado de la profesión, bajo la administración de
los Colegios de Abogados

5.4.2 Gratuidad
El servicio de Defensa Pública es gratuito para los pobres12 en todos los
países Iberoamericanos. La mayoría de ellos, no exige una contraprestación
posterior al servicio si se comprueba posteriormente que el asistido cuenta con

12
Sería deseable establecer criterios homogéneos acerca de qué se entiende en cada país por “pobreza”, ya que no es lo mismo
que indigencia. La cuestión es importante, porque el marco normativo otorgado por los pactos internacionales, como vimos,
establecen la gratuidad si el imputado no tuviere “medios suficientes”.

28
medios suficientes para pagar a un abogado. Sin embargo, la ley de Ministerio
Público de la Defensa en Argentina estableció el pago de honorarios al servicio
cuando el imputado en proceso penal contara con los medios suficientes, pero
la forma en la cual quedó definitivamente redactada le quitó toda virtualidad
práctica (sólo se habilitan si el imputado resultó condenado, mediante el
cumplimiento de confusas previsiones de dudosa constitucionalidad).

La ley de Guatemala también establece que si se comprueba que el


usuario del servicio no es de los que están englobados en la franja que ella
señala, deberá recompensar al mismo.13 La nueva ley que crea la Defensoría
Penal Pública en Chile, indica en la misma línea que los imputados que fueran
asistidos por el servicio y contaran con medios suficientes, deben recompensar
al mismo.14

5.4.3. Cobertura del Sistema


En algunos países la asistencia jurídica gratuita brindada por la defensa
pública se limita al área penal, salvo los casos de Argentina, Uruguay, Brasil,
Canadá, Colombia, Ecuador, El Salvador, México, Panamá, Paraguay, España
y Portugal que prevén asistencia para otras materias dentro de los mismos
servicios.

En la mayoría de los países el defensor público interviene desde el primer


acto del procedimiento penal dirigido en su contra, pero no siempre se asegura
la provisión de un defensor público en la etapa policial.

13
Ley 129-97. La ley reconoce el derecho de asistencia gratuita a quienes tengan ingresos que sean inferiores al triple del salario
mínimo más bajo (art. 5º).
14 Ley 24.946 de 1998, artículos 63 y 64. La ley chilena 19.718 del año 2001, estableció en su artículo 36: “La defensa penal será

siempre gratuita. Excepcionalmente la Defensoría podrá cobrar, total o parcialmente, la defensa que preste a los beneficiarios que
dispongan de recursos para financiarla privadamente. Para estos efectos, considerará, al menos, su nivel de ingreso, capacidad
de pago y el número de personas del grupo familiar que de ellos dependan...”

29
5.4.4. Institución a cargo de la Defensa Pública

Los organismos encargados de la gestión y administración del servicio de


defensa oficial son: en Argentina, el Ministerio Público de la Defensa; Brasil, la
Defensoría Pública de la Unión y Defensorías Públicas Estaduales; Bolivia, la
Dirección de la

Defensa Pública; Colombia, Dirección Nacional de Defensoría Pública;


Chile, Defensoría Nacional, Regionales y Locales;
Ecuador, Institución de la Defensa Pública; El Salvador, Procuraduría General;
Guatemala, el Instituto de la Defensa Pública Penal; México, el Instituto Federal
de Defensoría Pública; En Uruguay, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Paraguay
y Honduras las instituciones encargadas de la Defensa Pública dependen de la
estructura organizacional del Organismo Judicial; Perú, La Dirección de
Defensoría de Oficio; y en Venezuela el Sistema Autónomo de Defensa Pública.

El modelo establecido en España y Portugal se encuentra gestionado por


los respectivos Colegios Públicos de Abogados.

En Latinoamérica es importante destacar la labor que desarrollan los


servicios jurídicos gratuitos a cargo de diferentes organizaciones, como bufetes
populares de las Universidades, organismos no gubernamentales y algunas
asociaciones de abogados, complementando (aunque de manera inorgánica y
limitada en términos generales) la labor desarrollada a nivel institucional por las
defensorías oficiales.

5.4.5. Financiamiento

Todos los servicios organizados institucionalmente reciben fondos


estatales, y en prácticamente todos los casos es la única fuente de
financiamiento regular del sistema.

30
5.4.6. Sistemas de Contralor

En Argentina el control externo está a cargo de una Comisión Bicameral


del Congreso (que nunca fue integrada), y el Defensor General debe presentar
un informe anual al Congreso sobre el cumplimiento de sus funciones, el control
interno de gestión está asegurado mediante la sujeción de los abogados a un
régimen de superintendencia (presentación de informes y estadísticas), y
disciplinario; en Brasil los controles internos y externos se llevan a cabo
mediante inspecciones, informes y reclamos; en Bolivia solo hay controles
internos, inspecciones e informes; en Colombia el control interno lo ejerce la
oficina de

Control de la Defensoría del Pueblo y el disciplinario la Procuraduría


General; en Chile, Nicaragua y El Salvador, los controles se efectúan mediante
inspecciones, auditorias, informes y reclamos; en México existen controles
internos mediante informes que rinden los Defensores y supervisión directa y
documental; Panamá controles internos mediante informes mensuales, al igual
que en Paraguay, que son semestrales; en Perú se supervisan mediante
inspecciones, informes y reclamos. En Guatemala existe un cuerpo de
supervisión. En Venezuela, los controles se efectúan mediante estadísticas y un
cuerpo de supervisores. Ecuador no cuenta con sistemas de evaluación de los
prestadores del servicio. En España las Comisiones de Asistencia jurídica
gratuita darán traslado a los Colegios profesionales correspondientes en su
ámbito territorial de las quejas o denuncias formuladas como consecuencia de
las actuaciones de los profesionales encargados de los servicios colegiales de
asistencia jurídica gratuita. Los abogados y procuradores de los servicios están
sujetos al régimen disciplinario general para el desempeño de dichas
profesiones.

31
5.4.7. Requisitos para el nombramiento de Defensores Públicos
- Todos los países exigen el título de abogado
- Acreditar ejercicio profesional: Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador,
México, Panamá, Perú, Venezuela, España y Portugal.
- Poseer especialización o posgrado: Colombia, República Dominicana,
España, Venezuela.
- Examen de oposición: Argentina, Brasil, Colombia, México, Perú, Costa
Rica, Panamá, Venezuela

Prácticamente todos los Colegios de Abogados de la región establecen


como “deber honorario” del cumplimiento de la función, la colaboración con la
defensa de pobres, y todavía más, la necesidad de organizar en los Colegios
servicios de asistencia gratuita; sin embargo, su ámbito real de actuación es muy
limitado, siendo en cambio un fenómeno creciente la intervención de abogados
por intermedio de organismos no gubernamentales, pero normalmente
restringidos a los fines de protección de derecho de que se trate su entidad.

32
CONCLUSIONES

- El Derecho de Defensa se basa en el respeto a la dignidad, que debe


ser ejercido por igual en todos ámbitos, por lo que redundaran al
bienestar social general de nuestro país.
- El derecho de defensa es un principio y un derecho que garantiza el
debido proceso.
- Reiterar la importancia de la figura del defensor de oficio, a través del
contenido al derecho de defensa.
- No todos los peruanos, están en las condiciones de poder solventar a un
abogado por tales consideraciones surge la figura del defensor de oficio
bajo la responsabilidad del Estado
- El fundamento de la defensa de oficio, es evitar que el sujeto pasivo del
proceso, por falta de recursos o por cualquier otra razón no ha podido
designar un defensor de confianza, se vea privado de un abogado que
asuma su defensa, en casos en que su asistencia es imprescindible.
- Debe comunicarse al detenido de escasos recursos que acude a la
defensa de oficio su derecho a tener un tiempo adecuado para preparar
con su defensor de oficio la defensa pertinente al caso concreto, en
estricto cumplimiento en su derecho a la defensa.

33
SUGERENCIAS

- Se debe crear el Ministerio de Defensoría de Oficio, como una institución


autónoma a fin de darle preponderancia y especialización de vida a la figura
del defensor de oficio, esto significa que es necesario fortalecer de manera
institucional al derecho de defensa, a través del reconocimiento de la
importancia de la defensoría de oficio.
- Modificar la ley de defensoría y su reglamento, a fin de reforzar y dinamizar
el respeto del derecho de defensa de oficio y difundir el Código de Ética del
defensor de oficio, otorgando mayor concientización profesional a su labor.
- Se debe aplicar inmediatamente, es decir con carácter de urgencia los
principios garantistas procesales – penales – constitucionales como el
derecho a la defensa a fin de garantizar el cumplimiento al debido proceso
en nuestro país.
- Se debe difundir el conocimiento a los derechos fundamentales a fin de
lograr su irrestricto respeto, por todas las instancias (públicas o privadas) más
aun cuando estas tienen la naturaleza de básicas, por que conforman el
núcleo esencial de derechos.

34
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36

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