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En concreto la definición que hace el Comité de Basilea de cumplimiento es: “una función
independiente que identifica, asesora, alerta, monitorea y reporta los riesgos de cumplimiento
en las organizaciones, es decir, el riesgo de recibir sanciones por incumplimientos legales o
regulatorios, sufrir pérdidas financieras o pérdidas de reputación por fallas de cumplimiento con
las leyes aplicables, las regulaciones, los códigos de conducta y los estándares de buenas
prácticas (juntos “leyes, reglas y estándares”)”.
Por tanto, por cumplimiento entendemos la función específica que permite a las empresas, a
través de procedimientos adecuados como el establecimiento de políticas de actuación en
determinadas materias, detectar y gestionar los riesgos de incumplimiento de las obligaciones
regulatorias, mitigar los riesgos de sanciones y las pérdidas que deriven de tales
incumplimientos. Y por riesgo de incumplimiento entendemos los riesgos de sanciones legales,
normativas, pérdida financiera material o de reputación.
La figura del compliance adquiere cada vez más importancia en las empresas
Compliance en la actualidad
El Compliance supone uno de los asuntos legales más importantes en la actividad de las
empresas, que lo consideran como un asunto prioritario según el estudio realizado por el diario
Expansión.
De acuerdo a la última reforma del Código Penal, las personas jurídicas serán penalmente
responsables de los delitos cometidos en su seno. Con el posible eximente de contar con un
modelo de organización y gestión que resulte adecuado para prevenir delitos y de un organismo
encargado de vigilar el funcionamiento y observación del modelo de prevención.
Una de las obligaciones más importantes que tienen las organizaciones, además de fijar y
alcanzar los objetivos que se establezcan, es llevar a cabo el cumplimiento normativo y legal
estipulado. Este cumplimiento normativo puede ser llevado a cabo por la propia empresa si
dispone de los medios y recursos necesarios. Por el contrario, algunas empresas optan por
externalizar la gestión de esta actividad jurídica, ya que la organización por sí misma no puede
llevarla a cabo.
En las empresas, el principal representante del cumplimiento normativo es el Compliance
Officer. Es el encargado de la gestión y supervisión, para que se lleve a cabo el cumplimiento de
la normativa legal y ética en las organizaciones. Cumple funciones relacionadas con la formación
de los empleados, verificar documentación perteneciente a la empresa, dar soporte para la
resolución de problemas o revisar y actualizar el Modelo de Prevención.