You are on page 1of 14

La construcción individual del

sistema de numeración convencional *

Mercé Bassedas **
Rosa Sellarés
Instituto Municipal de Investigación en Psicología Aplicada a la Educación.
Barcelona

La apropiación de un objeto cultural, en este caso el


sistema de numeración posicional, supone un proceso
de construcción por parte del individuo que presenta en
algunos casos grandes similitudes con el proceso
histórico de construcción. Las autoras de este artículo
han emprendido una investigación que constituye un
acercamiento a esos procesos y sus posibles
derivaciones pedagógicas.

* Colaboraron en la recogida de datos Pilar Alvarez y Asunción Molina.


** Dirección de las autoras: I.M.I.P.A.E. Pueblo Español, calle Fuenflorida s/n. Barcelona-4.
76
El niño está en contacto con la cultura mu- La comprensión de las propiedades de los
cho antes de que la escuela se la transmita de sistemas gráficos convencionales es impres-
forma organizada. El aprendizaje escolar no cindible para su correcta utilización. En el
• parte nunca de cero ya que siempre se ve pre- caso del sistema numérico ésta supone no
cedido por las ideas que el niño tiene acerca sólo la aplicación mecánica del sistéma sino
de aquello que se le va a enseñar. Así sucede también la posibilidad de comprender los al-
con las primeras nociones aritméticas: antes goritmos de las operaciones elementales y de
de acudir a la escuela, y a partir de su expe- manejar las diferentes bases de numeración.
riencia y su‘ actividad sobre los objetos que le
rodean, el niño ha tenido ya la oportunidad Piaget y su escuela enfocan la cuestión de
de elaborar ciertas hipótesis acerca de las can- la adquisición de conocimientos desde una
tidades y de cómo se representan. perspectiva constructivista: la construcción
de un conocimiento —tanto a nivel ontogené-
Una de las actividades a la que el niño se tico como filogenético— supone un proceso;
entrega muy pronto y con gran entusiasmo es no es posible el paso inmediato de la ignoran-
contar. Con ella aprende a individualizar y a cia al saber. La historia de la numeración nos
ordenar los objetos, así como a dar sentido a muestra que antes de la invención del sistema
la serie de números que aprende a recitar pre- posicional de origen indio adoptado univer-
cozmente en casa y en la escuela. La práctica salmente en nuestros días, la humanidad utili-
del contaje verbal prepara el acceso a la com- zó otros sistemas de menor complejidad. Es-
prensión de la numeración escrita. El niño tos tornaron distintas formas según el desarro-
conoce muy pronto la existencia de las cifras, llo técnico-cultural y las circunstancias histó-
-pero éstas adquieren mayor sentido cuando rico-sociales de los pueblos que los creaban.
comprende que expresan las cantidades con- En el origen de todos ellos estuvo, sin embar-
tadas. go, la necesidad de tener un registro del con-
La numeración escrita, al igual que el len- taje verbal.,
guaje escrito, es un sistema gráfico cultural- La apropiación individual de un objeto cul-
mente establecido que transcribe mediante tural como el sistema de numeración supone_
signos el pensamiento, con la doble función también un proceso. El niño, como cualquier
de representación y de comunicación. Se tra- sujeto que aprende, no se limita a almacenar
ta, en uno y otro caso, de objetos culturales, conocimientos, sino que los construye activa-
indispensables para el individuo en tanto que mente. Esta construcción la realizará partien-
medios de adaptación social e instrumentos do tanto de lo que se le enseñe como de lo
para la adquisición de conocimientos, por que él descubra acerca de este sistema gráfico
ello, la escuela los transmite simultáneamente convencional, dado que forma parte del mun-
y lo antes posible. Entre un sistema y otro, do que le rodea, y como todo elemento de su
sin embargo, existen considerables diferen- entorno, le interesa. De esta forma, el proce-
cias que por ser obvias para el adulto se con- so de apropiación individual del sistema nu-
sidera que también deben serlo para el niño mérico convierte el objeto cultural en objeto
de seis años. Mientras la escritura traduce por de conocimiento a asimilar de forma progre-
medio de letras los fonemas de lenguaje oral, siva por las estructuras intelectuales infanti-
el sistema de numeración es ideográfico, re- les.
presenta una idea y prescinde de su expresión
verbal. La estructura interna de ambos siste- El estudio cuyas principales conclusiones
mas es distinta: la combinatoria determinada describimos a continuación, surgió de nues-
por el valor posicional de las cifras en el siste- tro propósito de estudiar las distintas etapas
ma de numeración es más compleja que la del de dicho Proceso de reconstrucción. A partir
lenguaje escrito, en el que las letras siempre del análisis de producciones gráficas espontá-
tienen el mismo valor cuantitativo. neas, nos propusimos establecer una génesis.
77
Otra cuestión que nos interesaba era estudiar Método de análisis de los resultados
las posibles semejanzas entre algunos aspec- El análisis de las producciones gráficas ob-
tos de las producciones infantiles y los siste- tenidas se emprendió teniendo en cuenta los
mas de numeración que se han sucedido his- siguientes aspectos:
tóricamente. Proximidad del «sistema» propuesto por el
niño al sistema de numeración convencio-
nal. Dicha proximidad se valora en el sen-
METODOLOGIA tido de si en su producción el niño con-
templa la posibilidad de combinar los gra-
Población fismos o no, y en caso afirmativo, si las
leyes de combinación son tan sólo de tipo
La muestra, formada por 100 niños —50 ni- aditivo o si incluyen el valor posicional.
ños y 50 niñas— de edades comprendidas en- Número de grafismos originales empleados
tre 6 y 10 años ( ±3 meses), se extrajo de una para representar las cantidades.
población de niños barceloneses de clase so- Estabilidad de los grafismos, en el sentido
cial media, que recibían una enseñanza acti- de si se respeta el valor otorgado - a cada
va. Los sujetos se eligieron en función de su grafismo a lo largo de-toda la producción.
fecha de nacimiento, y se tomaron 20 niños Características formales de los grafismos
por edad. empleados.
Posibilidad de aplicación a las diferentes
cantidades de los grafismos propuestos en
Situación experimental un primer momento.
Inclusión o no del cero entre dichos grafis-
La situación experimental consistía en una mos y, en caso afirmativo, momento de la
entrevista clinica realizada de forma indivi- inclusión.
dual y dentro del marco escolar. hl núcleo
central de ésta consistía en pedir al niño que ANALISIS DE LOS RESULTADOS
inventara una forma de anotar en el papel lo
que contaba, que fuera muy diferente a la que La codificación de las producciones obte-
ellos conocían. Finalizada la tarea se le pedía nidas en base a los criterios arriba expuestos
que aplicara el «sistema» inventado a algunas ha dado lugar a la siguiente clasificación de
cantidades que se le dictaban. las conductas (véase cuaidro I):

CUADRO:
Distribución de las conductas descritas en 96

Edad
Conductas 1 2 3 . 4.1 4.2 5 6

6 55 15 30

7 20 70 10

8 15 25 5 10 45

9 15 25 5 25 30

10 5 10 10 30 45
78
1. Conductas sin combinatoria ni esta-
bilidad

Las conductas de este apartado, aparecen a


sólo los seis años y como conducta predomi-
nante. Ponen de manifiesto la frecuentación
del sistema de numeración universal por par-
te del niño así como algunas de las hipótesis
que éste ha podido construir acerca de él.
Consisten en hacer algunos grafismos origi-
nales o tomados de otros sistemas gráficos
para representar algunas cantidades aisladas y
en seguir inventando tantos nuevos . grafis-
mos como cantidades se deban transcribir sin
considerar en ningún momento la posibilidad
de que las cantidades pueden ser representa- Ma (6; 1)
das por medio de un limitado conjunto de ci-

-
fras. Un niño justifica su producción en estos
términos: «Hago cada vez un número nuevo
porque ningún número es igual». La produc-
2. Conductas con cifras «árabes»
ción de ja (6;0) que utiliza letras del alfabeto, Estas producciones que aparecen tan sólo
ilustra este tipo de conductas. a los seis y siete años consisten en introducir
variaciones mínimas en el sistema de nota-
ción universal de las cifras. La dificultad de

5A TtP H j desligarse del sistema gráfico convencional


lleva a modificar el grafismo convencional de
las cifras «camuflándolas» o inviertiendo su
orientación como hace Dav (7; 2).

c gyi E2 1-1- I t•-l e


Dav (7; 2)
Ja (6;0)
En algún caso se propone cambiar el valor
asignado a las cifras aunque dicho cambio no
se mantenga luego en el momento de combi-
En algunos casos —y de forma concordante nar los signos, como en el caso de Ber (6; 3).
con el pensamiento sincrético propio de esta
edad— el niño supone que entre la cantidad y 314 ?d" 52 8iol
el grafismo que la representa debe existir una
relación directa, de tipo intensivo, que le lle-
113 ¶1 23
va a adecuar el tamaño de su «cifra» a la canti-
1.
dad que representa. Así, al pedir a uno de los
niños —Ma (6; 1)— que anote a su manera el
número treinta, después de haber representa-
do otros de menor valor numérico, dice: aff2 ,5
1 0 si't
«Este tendrá que ser más grande» y actúa
consecuentemente a su comentario. Ber (6; 3)
79
3. Conductas sin combinatoria y con
estabilidad

Esta conducta que aparece a los ocho, nue-


ve y diez años se caracteriza por inventar un
signo diferente para cada número sin con-
templar su combinatoria. Este hecho recuer-
da las realizaciones de los niños de seis años.
La diferencia entre las producciones de am-
bos grupos de edad reside, sin embargo, en
que mientras las de los más jóvenes carecen
de estabilidad, las que comentamos gozan de
ella ya que el grafismo inventado en un pri-
mer momento se mantiene a lo largo de toda
la producción. Algunos niños se inclinan por
utilizar algunas de las letras que traducen la
expresión verbal del número, otros emplean
un recurso especial como hace Je (9; 1) que Mar (10; 0)
reune a un signo más o menos complicado y
grande según el número a representar:
suma de elementos sin que se contemple aún
la posibilidad de que un signo adopte un va-
lor u otro según la posición que ocupe. Entre
las conductas aditivas se incluyen tanto las
producciones de los sujetos que se sirven de
la correspondencia, como las de los que recu-
rren a la invención de grafismos de distintos
valores que yuxtaponen hasta alcanzar la can-
tidad deseada.

4.1. Conductas de correspondencia

Esta conducta predomina a los siete años,


cuando la seguridad en el manejo y compren-
Je (9; 1) sión del esquema de correspondencia —que
permite asegurar la equivalencia de dos con-
juntos puestos previamente en corresponden-
Otros acuden el dibujo figurativo y utilizan cia, a pesar de las transformaciones figurales
un dibujo distinto para cada cantidad. Fre- que pueden afectar a ambos conjuntos— de-
cuentemente se establece una relación simbó- termina la consolidación de la noción de can-
lica entre el dibujo y el número que éste re- tidad en el niño.
presenta, Mar (10; 0), por ejemplo, dibuja
una manifestación para transcribir el númro Históricamente, el principio de correspon-
mil. dencia está en la base de las formas más pri-
mitivas de registro de la cantidad. Los sume-
rios, por ejemplo, se servían de él como ins-
4. Conductas aditivas trumento para el recuerdo del contaje. Por
cada cabeza de ganado depositaban una bolita
En las producciones incluidas en este apar- de arcilla en un recipiente y añadían una o sa-
tado las cantidades se componen mediante la caban otra cuando por alguna razón variaba
8O
la cantidad global. Este sistema les permitía número de grafismos a realizar, introducen
saber en todo momento de cuántas reses dis- otros que representan grupos de unidades.
ponían. Esto hacepor ejemplo Dav (8; 11) quien para
representar 1.450 utiliza: X para 1000, + para
La producción de Em (7; 0), que hace tan-
100 y I para representar las unidades.
tos dibujos como unidades contándolos a
continuación para asegurarse de que ha al-
canzado la cantidad pedida, ilustra este tipo 4+1_4. ktill1111(11(1111101/11//1
de conducta tan generalizada a esta edad.

Dav (8; 11)

«4
1.)
41' 9A
4.2. Conductas que preveen un código con signos
especiales para las decenas.
t Estas conductas, que aparecen a los ocho
Qn años, son aditivas como las de corresponden-
cia, pero se diferencian de éstas porque desde
el inicio preveen un código que además de los
grafismos que representan las unidades in-
Em (7; O) cluye signos especiales paralaidecena y sus po-
tencias. Las propuestas de representación re-
Otros niños utilizan grafismos esquemáti- curren a una estrategia muy parecida á la uti-
cos cualesquiera (rayas, puntos...), como ilus- lizada por los egipcios en el sistema de nume-
tra la producción de Dan (7; 7), para repre- ración jeroglífico de base diez en el cual, y se-
sentar las cantidades pedidas. gún el principio aditivo, cada símbolo se re-
petía tantas veces como fuera necesario; el
número 12.105 por ejemplo se transcribía de
la forma siguiente:

12 105. = gt ew
X-av (7; 10) representa las cantidades de
modo similar yuxtaponiendo cuadrados de
........•••
0,1
distinto tamaño y barras; el número 95, por
ejemplo, se compone de 1 O que representa
50, de 4 EJ cada uno de los cuales simbo-
liza una decena y de 5 barras:

Dan (7; 7).


tirgramai
(1s-) W3/4
Los niños algo mayores que recurren a la
correspondencia al iniciar la tarea son capa- ei. t
ces de modificar sus producciones en el trans-
curso de ella. Para conseguir un ahorro en el Xav (7; 10)

81
5. Conductas que intentan la transpo- Otra limitación que presentan las conduc-
sición del sistema de numeración tas de este tipo consiste en la dificultad de in-
universal cluir el 0. A menudo no se prevee un grafis-
mo que lo represente en el momento de pen-
Las conductas que integran este apartado sar•en el código. En algún caso se introduce
aparecen a partir de los siete años y se carac- al final de la producción ante la necesidad de
terizan por el hecho de que intentan reprodu- tránscribir cantidades muy altas. Un ejemplo
cir las leyes de combinatoria de los signos del de intento de utilización del valor posicional
sistema de numeración universal con grafis- sin incluir el O lo encontramos en Anb (9;
mos distintos a las cifras convencionales. 2):
Ciertas limitaciones hacen, sin embargo, que
dicho intento se vea frustrado.
.x iv v xilla
Una de las limitaciones que aparece es la
persistencia de aspectos aditivos junto a la (10-17) 00 (2.)
utilización del valor posicional. Es frecuente
Anb (9, 2)
encontrar producciones en las que, junto a la
- y del 0, se introdu-
utilización de los dígitos La no inclusión o la inclusión tardía del O
cen signos especiales para la decena y sus po-
en las producciones infantiles recuerda las di-
tencias; Jor (9; 9), por ejemplo, representa
12.103 del siguiente modo: ficultades que la humanidad ha - experimenta-
do repetidamente a lo largo de la historia para
considerar el O como un número más y para
introducirlo en los sistemas de numeración

*- fft posicional que incluía el O medial para marcar


la ausencia de una de las potencias de la base

3 J00 b
Jor (9; 9)
en el interior de un número. Desconocían, en
cambio, el papel del O terminal como opera-
dor que multiplica el valor de las cifras que le
preceden por la base de la numeración: para
La presencia de lo aditivo se observa tam- representar sesenta, base de su numeración,
bién en el caso de los sujetos que empiezan su utilizaban el mismo empleado para la unidad
producción utilizando una estrategia aditiva pero aumentando su tamaño.
pero acaban recurriendo a una transposición
imperfecta, o entre aquellos que alternan o si-
multanean la conducta aditiva y la posicional 6. Conductas de transposición del sis-
durante toda la tarea, de las quejo (10; 1) es tema de numeración universal
un ejemplo:
Este apartado reúne las producciones que
4 „ < AI —como las de Ma (10; 1) o Sol (10; 2)— consis-
ten en elaborar un código, paralelo al de las
* * S?xxx)(XL. cifras árabes, compuesto por diez signos dife-
rentes que representan el O y los dígitos y
Y1/4)( aplicarlo correctamente para la representa-
Ç. ?S, ? ción de las cantidades pedidas. Esta transpo-
22t?7trIt A sición, que tiene en cuenta todas las leyes del
sistema de numeración posicional utilizado
...• • •• • . . . . • . . universalmente, aparece ya a los ocho años,
pero no llega a ser mayoritaria hasta los diez
Jo (10; 1) años, edad en que ya es posible comprender y
82
utilizar las leyes del sistema de numeración to cultural,-el sistema de numeración posicio-
decimal. nal, que por sus características implica unas
• operaciones matemáticas que desbordan sus
044 a 405~t posibilidades intelectuales. De acuerdo con la
teoría de Piaget, pensábamos que forzosa-
mente debía haber un proceso de reconstruc-
0# y 111,a, ción individual del sistema de numeración,
que permitiera al niño llegar a la compren-
sión real de éste.
Este proceso es el que hemos podido estu-
0«,41 diar a través de las producciones espontáneas
con las que los niños respondían a nuestra
04924 consigna. Efectivamente, hemos comproba-
0404§xt do que las producciones gráficas de los niños
muestran la existencia de una génesis en la
Ma (10; 1) comprensión del sistema de numeración con-
vencional. Las sucesivas conductas nos ayu-
foxa Ci fiet jr. dan a comprender este proceso de construc-
ción individual, y a través de ellas vemos
* ' como el sistema de numeración impuesto por
la cultura se convierte progresivamente y a
través del constante diálogo entre el indivi-
41 * Ono, duo y el medio, en una pertenencia del sujeto.
IDL)
8 OX
Si consideramos —también siguiendo a Pia-
X dx get— que la comprensión de un objeto de co-
0.94011v nocimiento comporta la posibilidad de re-
construirlo, podremos decir que el niño ha
Sol (10; 2)
comprendido el objeto de conocimiento «sis-
tema de numeración posicional de base 10»,
De la presencia preponderante de las con-
en el Momento en que pueda reconstruir los
ductas de transposición, no creemos, sin em-
elementos que lo constituyen, y las leyes de
bargo, que se pueda deducir 9ue todos los su-
composición de estos elementos en una situa-
jetos de esta edad sean capaces de inventar
ción que requiera la utilización del sistema. -
ex-nihilo un sistema de la complejidad del sis-
tema de numeración posicional, ya que repro- Esta posibilidad de reproducir el sistema
ducir no es lo mismo que inventar. Lo que de numeración significa tener en cuenta la re-
muestran estas conductas que comentábamos lación entre las cifras y las cantidades que és-
es que el trabajo conceptual individual sobre tas representan, así como las operaciones
el sistema de numeración posicional permi- aritméticas implícitas en el sistema. Ello su-
te ya su comprensión y generalización. pone:
a) La previa estructuración de la sucesión
de los números enteros positivos de
CONCLUSIONES acuerdo con la relación iterativa que los
une y que hace que cada número incluya
En el momento de iniciar el trabajo cuyos a los que le preceden. El valor inclusivo
resultados generales acabamos de describir concedido al número y al grafismo que
partíamos de la idea de que el niño, al iniciar lo representa es lo que permite la utili-
la escolaridad se ve forzado .a utilizar un obje- zación limitada de grafismo para la re-
83
presentación de las cantidades que está La elaboración de cada uno de estos aspec-
en la base de la invención de todo siste- tos debe darse en el niño de forma progresi-
ma de numeración. Por el contrario el va. La presión de lo cultural está presente en
registro de la cantidad basado en el igual forma a lo largo de todo el proceso de
principio de la correspondencia, qúe se- construcción de este objeto de conocimiento
ría la forma más primitiva de notación que es el sistema de numeración. Sin embar-
de cantidades, no contempla el valor in- go, y según parece desprenderse de los resul-
clusivo de los signos, ya que cada grafis- tados que hemos obtenido a partir del análisis
mo corresponde a un elemento de los de las conductas espontáneas de los niños,
que forman la cantidad total. unos aspectos son más fáciles que otros, por
lo que su integración y su coordinación se
b) La presencia de la idea de código, es de-
hace de forma progresiva y en función del ni-
cir, de un sistema de obligaciones que
vel alcanzado por las estructuras intelectuales
comporta el conocimiento de unos sig-
del sujeto.
nos, los cuales gozan de estabilidad y se
combinan de acuerdo con unas reglas. Si se analizan las producciones halladas y la
génesis por ellas descrita, se observa que es
c) La comprensión de la coexistencia de
posible agruparlas en tres grandes tipos a los
las operaciones de adición y de multipli-
que hemos denominado respectivamente, de
cación en las reglas que rigen la combi-
aproximación formal al sistema (a), aditivas
nación de los dígitos. Efectivamente, el
(b) y de transposición (c), que se correspon-
sistema de numeración que empleamos
dan con la progresiva estructuración y toma
habitualmente tiene como finalidad la
de conciencia de los diferentes aspectos del
representación de todos y cada uno de
sistema numérico posicional. (Véase cuadros
los números enteros positivos, resultan-
y
tes de la suma de unidades, decenas y
centenas, etc., multiplicadas por coefi-
a) Conductas de aproximación formal
cientes cuyos valores van del O al 9 (por
al sistema
ejemplo, el número 245 significa -
[2x 100] + [4 x 10] + [5 x 1]). En este apartado incluiríamos las 'conductas
sin combinatoria ni estabilidad (1), las con-
El principio posicional hace que sólo
ductas con cifras (2) y las conductas sin com-
sean representados los coeficientes del binatoria y con estabilidad (3). Lo caracterís-
polinomio decreciente que expresa el tico de estas conductas que constituyen el
número y que el valor de cada cifra de- 25 % del total de la muestra es el retener del
penda del lugar que ocupe. sistema numérico convencional tan sólo el as-

CUADRO EL
Distribución de los tres grandes tipos de conductas en 96

Conductas
Edad a) Aproximación b) Aditivas c) Transposición

6 70 30 0
7 20 70 10
8 15 30 55
9 15 30 55
10 5 20 75
TOTAL 25 36 39
, 84
pecto formal consistente en atribuir uno o dos de registro de la cantidad. Más adelante, a
grafismos distintos a cada número, sin posibi- partir de los ocho años estas conductas de co-
lidad de combinar dichos grafismos. rrespondencia evolucionan hacia sistemas adi-
tivos estructurados con los que coexisten.
Este tipo de conductas decrece con la edad:
son muy numerosas (70 %) a los seis años y La mayoría de las civilizaciones que nos han
casi inexistentes (5 %) a los diez años. Tam- precedido han recurrido, como estos sujetos
bién en función de la edad adoptan una forma cuyas producciones recuerdan los sistemas
u otra. A los seis años el intento de acomoda- egipcio o azteca, a principios aditivos para la
ción al sistema notacional frecuentado si bien construcción de sus sistemas de notación de
no comprendido, lleva a la mayoría de los su- cantidades. Cabe destacar el hecho de que de
jetos a no preveer ni la combinatoria ni la veinticuatro sistemas de numeración origina-
estabilidad de los grafismos. Esta conducta les atestados, tan sólo cuatro de ellos (Maya,
desaparece a partir de los siete años, edad en Babilónico, Indio [Gwailor] y Chino), recu-
que las conductas de los niños agrupadas en rren al principio del valor posicional.
este apartado (20 %) se caracterizan • por la
imposibilidad de desligarse del sistema con- c) Conductas de transposición
vencional aprendido en la escuela y de abs-
traer de él sus propiedades fundamentales •
para su generalización. Como síntesis del trabajo de construcción
intelectual individual y de la acomodación al
A partir de los ocho años las producciones sistema cultural, hallamos este tercer grupo
pertenecientes a este grupo toman del sistema de conductas (5 y 6) que Constituyen el 39 %
numérico convencional la estabilidad de los
signos, aunque continúan sin combinar gra- de la muestra y se caracterizan por la posibili-
fismos para representar las cantidades. Lo que dad de generalizar las leyes propias del siste-
proponen es más una enumeración que un sis- ma de numeración posicional. A los ocho y
tema, ya que a Cada número le hacen corres- nueve años son un 55 %los sujetos que recu-
ponder un grafismo diferente. rren a estas conductas, aumentando hasta un
75 % a los diez años. A partir de los ocho-
nueve años el desarrollo intelectual alcanzado
b) Conductas aditivas por los niños permite ya manejar con cierta
seguridad la sucesión de los números natura-
Este apartado agrupa las conductas de co-
rrespondencia (4.1) y las de código con signos les y pensar en sistemas, es decir, en conjun-
especiales para las decenas (4.2), las cuales se tos de reglas para representarlos. Los conte-
sirven de estrategias aditivas para la represen- nidos escolares exigidos a estas edades tam-
tación de cantidades. Este tipo de conductas bién contribuyen a impulsar la apropiación
tiene un máximo de frecuencia a los siete del sistema de numeración convencional.
años (70 %) y están presentes, si bien en
forma decreciénte, en todas las edades, cons- pesar de la evolución intelectual y de la
tituyendo el 36 % del total de las produccio- presión escolar, la transposición del sistema
nes. de numeración posicional con todas sus ca-
racterísticas no se consigue de forma inme-
En todos los niños de seis y siete años las
diata. Si bien a partir de los ocho años son ma-
conductas aditivas adoptan la forma de la co-
rrespondencia. Antes de pensar en un «sis- yoría los sujetos que la intentan, también son
tema» de numeración en el que estén previs- muchos los que no la consiguen. Las oscilaciones
tos el valor inclusivo y, la posibilidad de com- que éstos presentan nos hacen pensar en las
binación de los grafismos, el niño recurre al dificultades que nuestro sistema plantea al es-
principio de correspondencia que es el que colar. En las conductas de inicio de combina-
utiliza espontáneamente y a nivel práctico toria (5), previas a las de transposición (6), se
para manejar las cantidades. evidencia una persistencia de aspectos aditi-
Esta conducta cons ,-izuiría, tal como hemos vos que lleva por ejemplo, a no incluir el O en
dicho anterior . Ate !a forma más primitiva el sistema o a preveet un signo para represen-
85
tar la decena al mismo tiempo que se utiliza elpectos aditivos como los multiplicativos. He-
o. mos visto, sin embargo, que la posibilidad de
Las dificultades de los niños son compara- transposición no aparece de 'forma espontá-
bles a las que tuvieron que vencer algunos nea sino que se ve precedida por intentos que
pueblos en su avance hacia la numeración de muestran las dificultades del niño para la
posición. Un ejemplo lo tenemos en la India comprensión del sistema de numeración po-
(numeración de Gwailor) donde la creación sicional.
del sistema que hoy utilizamos habitualmente En cuanto a la cuestión planteada en la in-
y cuya existencia está atestada desde el siglo troducción sobre la similitud entre el proceso
ix después de J. C. fue posible gracias a la de adquisición del sistema de numeración por
evolución sufrida en un sistema aditivo que parte del niño y los procesos de construcción
renunció a los signos originales para repre- histórica de los sistemas de numeración, ob-
sentar las distintas potencias de la base. servamos que tanto en el niño como en la
A través de las distintas conductas descri- evolución histórica existe un proceso de
tas se observa tanto el continuo trabajo con- construcción en el que el progreso es la ley. El
ceptual individual como la progresiva inte- individuo, al igual que las culturas, avanza
gración de los aspectos que presenta el siste- paulatinamente hacia la mejora de "sus instru-
ma de numeración posicional. mentos intelectuales.
En un primer momento, representado por La comparación entre ambos procesos
las conductas más elementales, que hemos debe ser prudente y de ningún modo se puede
denominado de aproximación al sistema, el esperar encontrar una recapitulación de los
niño sólo toma de éste la idea de que ciertos distintos sistemas de numeración históricos
grafismos representan cantidades. A partir de en la génesis individual. Existe una diferencia
cierta edad el niño considera necesario otor- fundamental entre el proceso de invención
gar estabilidad a dichos grafismos. cultural y el de reinvención individual, que
Las conductas aditivas que en un segundo consiste en la distinta motivación que guía
momento sustituyen a las de aproximación, uno y otro. Mientras que el primero está mo-
reflejan de forma especial las posibilidades in- tivado por unas determinadas necesidades
telectuales de los sujetos que las proponen. históricas y científicas —los sistemas de nume-
Este tipo de conductas parece testimoniar ración posicionales se crearon en círculos in-
que, a pesar del modelo cultural que le es en- telectuales en los que los sabios buscaban re-
señado, el individuo recurre a formas de no- cursos para transcribir y recordar los grandes
tación más simples y próximas a sus estructu- números que exigían sus cálculos astronómi-
ras operatorias, lo que da lugar a la utilización cos—, el segundo lo está por la necesidad del
masiva de la correspondencia a los siete años. individuo infantil de apropiarse de los instru-
Más adelante estas conductas evolucionan y mentos que la cultura le ofrece para una me-
preveen la utilización de una cierta cantidad jor adaptación. La comprensión real de estos
de grafismos que goza de estabilidad y que de- instrumentos, de los que el sistema de nume-
ben ser combinados de una forma determina- ración sería un ejemplo, no exige que .el indi-
da —es decir, de un sistema—. Las reglas de viduo los invente ex-nihilo, pero sí que sea
combinación de dichos grafismos, sin embar- capaz de encontrar por sí mismo las razones y
go, se basan únicamente en la adición. leyes implícitas por las que ellos se rigen, y
por tanto de reinventarlos por lo menos en
Finalmente, los niños son capaces de gene- parte.
ralizar el sistema de numeración posicional
con todas sus características, es decir, la esta- A pesar de las diferencias entte el proceso
bilidad de los signos y la organización de es- de invención histórica de sistemas de nume-
tos en un sistema que contempla tanto los as- ración y el de la construcción individual del
86
Aistema de numeración posicional se dan una cualquier conocimiento con la fmalidad de
serie de hechos generales coincidentes. Una que el niño utilice con la máxima compren-
primera coincidencia que se constata es el sión aquello que se le enseña. Según este en-
predominio de estrategias aditivas para repre- foque, la escuela no retrasa el aprendizaje
sentar la cantidad. El peso de los sistemas sino que conoce y sigue de cerca la construc-
aditivos en la historia —doce de las veinticua- ción individual del conocimiento y propone
tro numeraciones originales atestadas son de situaciones que logran la elaboración intelec-
tipo aditivo— y la signiticativa frecuencia de tual espontánea por parte del niño.
estas conductas en los sujetos entrevistados
(36 %) parece dar constancia de la similitud En el caso de la enseñanza del sistema de
entre los procesos intelectuales de algunos numeración posicional habría que tener en
pueblos en su desarrollo histórico y los de los cuenta, antes de que el individuo pueda ser-
sujetos de la operatividad concreta. virse de él como soporte de la conceptualiza-
ción de cantidades, —difícilmente podríamos
Otro hecho coincidente sería la similitud representarnos cantidades importantes sin la
de los titubeos que preceden a la aparición de ayuda de su representación escrita—, debe su-
los sistemas posicionales. La creación históri- perar un complejo aprendizaje en el ' que las
ca de éstos supuso vencer dificultades como dificultades propias de la construcción con-
el abandono de la representación original de ceptual de la serie numérica interfieren con
las potencias de la base o la integración del las que comporta la comprensión de su repre-
cero en el sistema, que son las mismas que sentación gráfica convencional.
encontramos en los sujetos que intentan la
transposición. El respeto por . la construcción individual
del sistema de numeración implica no impo-
Si, como puede inferirse de los resultados nerlo directamente, sino estimular al niño
encontrados, la comprensión del sistema de para que trabaje sobre todos aquellos aspectos
numeración posicional supone una construc- que favorecen la comprensión de la numera-
ción individual, nos podríamos preguntar ción. La consolidación a nivel de acción de
cuál es el papel que el aprendizaje escolar tie- aspectos previos como la correspondencia, o
ne en todo el proceso de consttucción de co- implícitos en el sistema de numeración, como
nocimientos y en el del-sistema de numera- los aspectos multiplicativos, permitirá al niño
ción en particular. pasar a un plano de abstracción superior
como el que supone la representación gráfica.
Una posibilidad, a la que se atiene la escue- Un principio general, válido también aquí, es
la tradicional, es consideraique el sistema de que la acción debe preceder a la formaliza-
numeración se debe transmitir lo antes posi- ción. Cuanto más actúe el niño de forma inte-
ble y que el niño debe ser capaz, también lo ligente sobre la realidad, más posbilidades
antes posible, de utilizarlo aunque sea de for- tendrá de reflexionar y reorganizar en un pla-
ma mecánica. Otra posibilidad sería aplazar no superior lo que ha conseguido en el de la
cualquier intervención pedagógica hasta que acción. No provocar prematuramente la for-
la capacidad intelectual. del sujeto le permita malización recurriendo a un sistema tan com-
la comprensión adecuada. En el caso del sis- plejo como nuestro posicional sino respetar la
tema de numeración posicional, y según representación gráfica espontánea, permite
nuestros datos, ello supondría retrasar el que los niños descubran la necesidad y utili-
aprendizaje de la representación gráfica con- dad de la representación de la cantidad y esti-
vencional de la serie numérica. Una tercera mula la confrontación y discusión de las dife-
posibilidad, por la que abogaríamos, consiste rentes hipótesis que aquellos 'tengan sobre el
en hacer que los aprendizajes respeten, esti- sistema de numeración convencional, hacién-
mulen y no inhiban la génesis espontánea de dolo, así, comprensible.
87
Bibliografía consultada

CoLErrE, J. P. Histoire des matbématiques. Ottawa: Editions du Rénovation Pédagogique Inc. Ottawa,
1979.
PERREIRO, E.; TEBEROSKY, A. Los sistemas de escritura en el desarrolló del niño. Méjico: Siglo XXI, 1979.
GÓMEZ, C. Procesos cognitivos en el aprendizaje de la multiplicación, Madrid: IrOnciay Aprendizaje, 1981,
15.
Gurret., G. Histoire comparée des numérations écrites. París: Flamarion, 1975.
MELJAC, C. Déaire, agir, compter. París: P.U.F., 1979.
MORENO, M.; SASTRE, G. Aprendizaje' desarrollo intelectual. Barcelona: Gedisa, 1980.
MORF, A. Recherches sur ¡'origine de la amnexité de la suite des premiers nombres. París: Etudes .d'Epistemologie
Génétique n.o XIII, P.U.F., 1962.
PIAGET, J. (1950). Introducción a la Epistemología Genética. El pensamiento matemático. Buenos Aires: Paidos,
1975. •
PIAGET, J.; SZEMINSKA, A. La genése du nombre chez Parfant. Neuchá'tel: Delachaux et Niestlé, 1959.
PIAGET, J.; INHELDER, B. L'imago mentale chrz Penfant. París: P.U.F., 1966.
PIAGET, J. (1975). La equilibración de las estructuras cognitivas.. Problema central del desarrollo. Madrid: Siglo
XXI, 1978.
PIAGET, J. y otros. La enseñanza de las matemáticas modernas. Madrid: Alianza Universidad, 1978.
SASTRE, G.; BASSEDAS, M.; SELLARES, R. La teoría de Piaget", la investigación psicopedagógica. En: La Psicología.
genética de Jean Piaget -Barcelona: Anuario de Psicología de la Universidad de Barcelona, 1981,
223-245.
SASTRE, G.; MORENO, M. Descubrimiento", construcción de conocimiento. Barcelona: Gedisa, 1980.
SCHMANDT-BESSERAT, D. El primer antecedente de la escritura. Investigación" Ciencia, 1978, 31.
VERGNAUD, G. "L'errfant, la matbématique et la réalité. Berna: Peter Lang, 1981.

Resumen

El sistema de numeración paricicmal de base 10 constituye un objeto cultural, resultado de un largoy dificultoso desa-
rrollo histórico, que se convierte en un objeto de conocimiento a asimilar por el niño. En este artículo s_e estudia el proceso de
reconstrucción individual de este instrumento intelectual, a través de las producciones gráficas espontáneas de 100 niños de
edades comprendidas entre los 6j los 10 años, obtenidas en situación de invención de sistemas de notación de cantidades.
Las producciones de los niños, cuyas estrategias recuerdan en muchos casos las empleadas en los sistemas de numeración
históricos, describen una génesis. Esta se extiende desde producciones que no contemplan la estabilidad de los grcyismos
la posibilidad de combinarlos, basta las que recurren al principio del valor posicional, pasando por producciones de tipo
aditivoy producciones que intentan, sin conseguirla, la transposición del sistema de numeración convencional.

Re'sumé

Le systéme de numération de base dix est un objet (triturel re'sultat d'un long et dOic-ulteux développement historique,
leguel devient un objet de connairsance á assimiler par Penfant.
Dans cet article on étudie le processus de reconstruaion individuel de cet autrument intellectuel ti travers des produc-
tions graphiques spontanées de 100 enfants de six a dix ans obtenues dans une situation d'invention de systémes de nota-
tion de quantités.
Les productions des enfarits, dont les strategies rappelent dans plusieurs occasions miles employées dans les systémes de
numeration hírtoriques, décrivent une genése. Celle ci s'étend dé: productions qui ne contemplent la stabilité des graphis-
mes ni la possibilité de les combiner jusqu'ir miles qui recourrent au príncipe du valeur positionnel, parsant par produc-
tions de type addity-et production: qui présentent une combinatoire dans laquelle on essaie sans sucres la transposition du
systéme de numération con ventionnel.
88
Summary

The system of position numeration in base ten is a cultural object, resulted from a long and troublesome historie deve-
lopment, which becomes an object ty" knowledge to be assimilated by the child.
In this paper, the proas: of individual reconstruction of this intelectual tool ir studied through the spontaneous grryic
productions on 100 children aged from six lo ten obtained in a situation ofinvention Oystems . quantity notation.
The .children's productions, whose strategies rften remain us ofthose strategies used in the historie numeration systems,
describe a genesis. This genesis extends from productions which do not involve the stability of the grryics mor their combina-
tion possibilities, to Mose which resort lo the principie of the position value going "through productions of additive type and
producticms width present a combination system in which the transposition of the conventional numeration system is at-
tempted without success.

You might also like