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Reordenamiento político en la década de 1930

1. Partidos políticos creados a partir de la década de 1920

Partido Comunista de Partido Socialista de Movimiento Falange Nacional


Chile Chile Nacional Socialista

Fundado en 1922 por Fundado en 1933, se Fundado en 1932 por Por estos años, un grupo
Luis Emilio Recabarren, trataba de un partido Jorge González, se de jóvenes
se transformó en el obrero, abierto al trataba de un partido conservadores, de
partido que más conjunto de los anti- comunista, anti- orientación social
claramente buscaba trabajadores y a las capitalista y cristiana, decidieron en
representar los emergentes clases corporativista, que 1939 separarse de las
intereses de los medias, que había seguía la misma línea filas del Partido
obreros. Siguiendo las abrazado la causa de los ideológica impuesta Conservador,
estrategias diseñadas oprimidos y el en Europa por acusándolos de ser
por el comunismo socialismo. Sin embargo, Mussolini y Hitler. En indiferentes ante la
internacional, sus se diferenciaba de los esta década alcanza pobreza y las
posturas durante la comunistas en que no una relativa desigualdades generadas
década del treinta lo aceptaba seguir las significación en el por la sociedad
llevaron a ser desde orientaciones de la país, pero sin llegar a capitalista. Llamaron a su
un partido contrario al Unión Soviética y por su constituirse en una movimiento Falange
sistema político, hasta clara vocación nacional alternativa real de Nacional, el que más
formar parte del y latinoamericana. cambio político. tarde, junto el Partido
gobierno como Conservador Cristiano,
miembro del Frente daría vida a la
Popular Democracia Cristiana

2. Fraccionamiento político; el Congreso en 1932

Con motivo de la instauración de la República Socialista de Chile, se disolvió el Congreso elegido en el


gobierno de Carlos Ibáñez, el cual carecía de legitimidad democrática debido a que los parlamentarios
fueron nombrados discrecionalmente por el Presidente, por lo que era conocido como el Congreso
Termal. Tras la salida del poder de Carlos Dávila, se llamó a elección parlamentaria en 1932, la cual
arrojó como resultado un enorme fraccionamiento de las distintas tendencias. La representación
política en la Cámara de Diputados era la siguiente:

Partido o agrupación política N° de Partido o agrupación política N° de


diputados diputados
Partido Conservador 33 Partido Radical Socialista 8
Partido Conservador Independiente 1 Partido Social Republicano 4
Partido Liberal 18 Partido Demócrata 7
Partido Liberal Unido 6 Partido Democrático Socialista 1
Partido Liberal Doctrinario 2 Partido Democrático 12
Partido Liberal Democrático 1 Partido Democrático 1
Independiente
Partido Agrario 4 Partido Socialista Unificado 1
Agech (empleados) 1 Partido Socialista de Chile 1
Partido Radical 31 Nap(Nueva Acción Pública) 3
Partido Radical Independiente 3 Independientes 4
Fuente: León Echaiz, René. Evolución histórica de los partidos políticos chilenos.
Editorial Francisco de Aguirre. Buenos Aires, 1971. Página 127.

La Cámara de Diputados deja evidencia el enorme fraccionamiento político y las crisis de los partidos
más tradicionales. Todo ello dificultaba la aprobación de los programas políticos, y atizaba aún más el
conflicto político y la tendencia hacia la radicalización izquierda-derecha de la realidad política chilena
de esa época.

3. Liberales y conservadores en la década de 1930

Para estas agrupaciones políticas, el desafío de nuevas fuerzas políticas que propugnaban cambios
radicales en la organización política, económica y social del país, así como también, el fuerte
cuestionamiento a sus rol de élites tradicionales, significó un enorme reto de reestructuración política
interna. Tanto para liberales como para conservadores, el diagnóstico de la realidad político-social
de la década del 30 era sumamente negativo. No obstante, los conservadores señalaban al
liberalismo desenfrenado como el causante de dichos males, ya que este promovía el materialismo y
el hedonismo, propio de su distanciamiento del pensamiento cristiano.

Asimismo, culpaban al liberalismo de haber propiciado el derrumbe del orden, de la jerarquía y de la


disciplina, lo que había conducido al mundo hacia el socialismo. Por otro lado, rechazaban el
estatismo, y señalaban que para superar la anarquía de las democracias liberales y las dictaduras
militares, se debía imponer un gobierno fuerte, donde los más capaces ejercieran el poder pero
dentro de la ley, es decir, una autoridad fuerte, respetuosa de la legalidad, que permitiera reprimir el
comunismo.

Por otro lado, señalaban que para encarnar la crisis económica se debía fortalecer la caridad cristiana,
y generar un justo equilibrio o término medio entre las doctrinas socialistas y el individualismo liberal,
de modo que buscaban mantener el sistema capitalista, pero se debía corregir sus defectos, por
medio de la intervención del Estado, salvaguardando el derecho al trabajo, permitiendo el desarrollo
adecuado de las empresas y de los capitales.

En cuanto a los liberales, rechazaban la intervención económica del Estado, ya que este solo
produciría perturbaciones al desarrollo de la libre empresa, y descomponía el orden social. Para ellos,
el Estado debía limitar su campo de acción al estímulo y facilitación de las actividades económicas
individuales, ya que solo ellas, podían generar el bienestar colectivo de la sociedad. Asimismo,
asignaban al Estado la tarea de combatir los peligros de la anarquía y particularmente del comunismo
que solo generarían la destrucción violenta de la organización política, económica y social de Chile.

Ambas colectividades, a partir de la década de 1930, comenzaron a ser directamente asociadas a la


élite decimonónica que se negaba a compartir el poder con otros conglomerados político-sociales.
Este hecho se ratificaba en su deseo de conseguir un cambio constitucional que permitiera el voto
plural, es decir, que los votos de ciertos ciudadanos tuvieran un mayor valor que el de los otros, como
medio para limitar los efectos políticos del sufragio universal y la falta de un movimiento popular que
los respaldara.

Particularmente, los liberales pretendían dar más voto a aquellos individuos que contaran con los
requisitos de educación y propiedad, y por su lado, los conservadores le agregaban el requisito de la
familia. Es síntesis, para los liberales y conservadores la democracia chilena, más que otorgar igualdad
de derechos políticos, debía dar igualdad de oportunidades, ya que no podían tener los mismos
derechos el capaz que el incapaz, el sabio que el ignorante, o el virtuoso que el vicioso.

4. Evolución de los partidos del centro político, radicales y demócratas

El Partido Radical es una de las agrupaciones políticas más antiguas del país, el cual se formó en las
luchas anticlericales y contra la fusión liberal conservadora del siglo XIX. La escena política desde la
década de 1920, caracterizada por el caudillismo de Alessandri, las intervenciones de las Fuerzas
Armadas en política, la autoridad de Ibáñez, la crisis económica y la ola revolucionaria representada
por la agitación llevada a cabo por el Partido Comunista, la FOCH y la instauración de la República
Socialista, habían desplazado al Partido Radical como fuerza política representativa del progresismo y
del cambio político-social tal como lo había significado en la segunda mitad del siglo XIX. De tal
manera que al anterior de esta colectividad se produjo una enorme reflexión sobre los destinos y el
programa político a seguir en este nuevo escenario político, mucho más radicalizado y de mayor
tensión político-social.

En consecuencia, en su convención de 1933 el Partido Radical se declaró reformista, socialista y


contrario al capitalismo individualista de corte liberal. Entre sus conclusiones definieron al socialismo
como una tendencia política que une a todos los que persiguen el bien común, se propone defender
la economía nacional contra los intereses individuales, los monopolios y la especulación. Rechazaban
la revolución al estilo soviético; sin embargo, se definieron como un partido evolucionista que
aspiraba a construir una sociedad sin clases privilegiadas, lo que significaba que se ponían del lado de
las clases desposeídas en cuanto estas pretendían reivindicar sus derechos por medio de reformas y
rechazaran la revolución violenta. Por otro lado, apuntaban a que el Estado cumpliera un rol de
instrumento de equilibrio y progreso social.

Por su parte, el Partido Democrático, nacido en 1887, se proclamó el abanderado de los sectores
populares; aun así, su incorporación al sistema parlamentario a inicios del siglo XX, desdibujó su
doctrina y entró en la dinámica de alianzas con los partidos más tradicionales. Este giro ideológico fue
duramente criticado por los partidos de izquierda surgidos al alero de las luchas políticas de inicios del
siglo XX. Se terminó dividiendo en el Partido Democrático y el Partido Demócrata, los cuales se
unieron a las élites parlamentarias dejando de lado su antiguo ideario de izquierda.

5. Reordenamiento de la izquierda

El Partido Socialista de Chile nació en un contexto de conflicto sociopolítico derivado de la cuestión


social. Surgido al margen de la actividad política tradicional de las élites oligárquicas en el Congreso y
clubes, en 1933 la fusión de la nueva Acción Pública, la Acción Revolucionaria Socialista y otros
movimientos menores, más destacados miembros de la Masonería, la socialdemocracia, anarquismo y
el marxismo, dieron paso a la fundación del Partido Socialista de Chile.

Su política propuesta se basaba en la acción interventora del Estado, la nacionalización de las


empresas productivas y la expropiación de los latifundios. Adoptó un claro sentido latinoamericanista,
frente al avance imperialista de Estados Unidos. Entre sus principios originales se encontraba la
necesidad de establecer evolutivamente un nuevo sistema social y económico de Chile a través de la
socialización de la tierra y de los medios de producción, lo que permitía alcanzar la libertad integral
del ser humano.

El Partido Comunista de Chile, tras su adscripción en 1922 a la III Internacional Comunista, con sede
en Moscú, Unión Soviética, el PC chileno continuó firmemente ligado a la Federación Obrera de Chile,
FOCH, y tras la muerte de su líder histórico, Luis Emilio Recabarren, fue encabezado por líderes como
Elías Lafferte. En el gobierno de Ibáñez del Campo fueron sistemáticamente perseguidos junto a la
FOCH, disuelta en 1931.

Militantes y simpatizantes comunistas solidarizaron con algunos levantamientos militares del periodo
1931-1932. La represión del gobierno de Alessandri a comunistas y representantes sindicales, y el
nuevo contexto internacional expuesto a partir de la formación de los Frentes Populares en Europa
(Francia y España), provocaron la adopción por parte de los comunistas de una política de alianzas con
socialistas y radicales como medio para evitar, en las elecciones de 1938, el triunfo de Gustavo Ross,
candidato del gobierno de Alessandri y representativo de los intereses de la derecha tradicional.

En el ámbito político, este hecho señalo el retiro de la candidatura de Ibáñez a la Presidencia; y por
cierto, este último fue encarcelado momentáneamente por su presunta responsabilidad en el
desarrollo del conato de golpe de Estado y, además, los sectores de derecha le retiraron su apoyo
electoral.

6. Nuevas agrupaciones políticas

El Movimiento Nacional Socialista de Chile fue fundado el 5 de abril de 1932 por el abogado Jorge
González von Mareés. Adscribía al programa político que establecía como principio la idea de
organizar y unir a la opinión pública de Chile que, a su juicio, se encontraba desorientada y dispersa.
Se declararon admiradores del régimen fascista italiano de Benito Mussolini y del régimen nazi
alemán de Adolf Hitler.

En las elecciones de 1937, obtuvieron tres diputados, y González von Mareés fue rechazado en la
sesión de inauguración de la legislatura; en un serio incidente disparó un arma en el Congreso, por lo
que fue arrestado y desaforado de su cargo parlamentario. En 1938 apoyaron la candidatura de Carlos
Ibáñez del Campo, pero tras el fallido golpe de Estado contra el presidente Alessandri, el 5 de
septiembre de 1938, sus militantes fueron fuertemente reprimidos.

En cuanto a la Falange Nacional, encontramos su origen en los círculos de jóvenes universitarios


católicos reunidos en torno a grupos dirigidos por sacerdotes jesuitas hacia la década de 1920. Estos
grupos se asociaron para formar la Acción Católica, y parte de sus integrantes se unieron al Partido
Conservador tras la caída de Ibáñez del Campo en 1931. Estos jóvenes mantuvieron su autonomía
al interior del partido y se autodenominaban Falange Nacional.

Entre sus principios destacaba el acérrimo rechazo tanto al socialismo como al liberalismo.
Cuestionaban el capitalismo liberal, y proponían un corporativismo, tal como lo establecía la encíclica
papal Quadragesimo Anno, como medio para superar los traumas económicos sociales de la época
que se estaba viviendo. De tal manera que la Falange Nacional se enmarcaba en una línea
socialcristiana.

Por otro lado, la política de alianzas de la dirigencia del Partido Conservador con los liberales y su
aceptación del capitalismo, fue foco de conflicto entre la juventud partidaria; asimismo, que la
negativa de la Falange de apoyar la candidatura presidencial de Gustavo Ross, a quien veían como una
continuación de la política autoritaria de Alessandri Palma, significó su salida de la tienda
conservadora, y el inicio de su vida políticamente independiente.

7. Nuevo escenario político. Balance de una época de crisis

Tanto Arturo Alessandri como Carlos Ibáñez fueron los personales políticos más trascendentales de
los críticos hechos políticos, económicos y sociales en las décadas de 1920 y 1930. Demostraron
enorme carisma y liderazgo de sus partidarios políticos y militares. Ambos pusieron fin a la hegemonía
oligárquica del Estado. Pero al mismo tiempo, se combatieron permanentemente. Alessandri lo hizo
desde el exilio en 1927, y siguió atacándolo durante su segunda presidencia entre 1932 y 1938.

Por otro lado, las Fuerzas Armadas, a partir de la década de 1920, propiciaron una política
reformadora de suma importancia para el desarrollo posterior del país, impulsando cambios políticos,
económicos y sociales. Sin embargo, en la década de 1930 fueron hostigadas políticamente para que
regresaran a sus funciones profesionales, alejándolas de la escena política por medio de las Milicias
Republicanas.

De la misma forma, la represión a los movimientos del mundo obrero y las severas políticas de ajuste
económico de la segunda presidencia de Arturo Alessandri, inclinaron a los sectores populares y
sectores medios a rearticularse en torno a los partidos políticos de centro (Radical y Democrático), y a
los de izquierda (Socialista y Comunista) representativos de los sectores obreros urbanos.

Por su parte, los sectores organizados de los trabajadores se rearticularon tras la disolución de la
Federación Obrera de Chile, FOCH, en 1931, durante el gobierno de Ibáñez. Formaron en 1936 la
Confederación de Trabajadores de Chile (CTCH), organismo de extensión nacional. Esta nueva
organización de las clases trabajadoras urbanas, unificó a distintas tendencias y grupos: los antiguos
militantes de la FOCH de tendencia comunista, la Confederación Nacional Sindical de tendencia
socialista y la Asociación de Empleados de Chile, te tendencia radical.

Fuente: Historia y Ciencias Sociales, 3° medio, Editorial Pearson, págs. 87 a 91.

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