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Universidad La Salle.

Facultad Mexicana de Medicina.


Curso de Extensión Universitaria para la Preparación del Examen Nacional para Aspirantes
a Residencias Médicas.

Caso clínico 6c

Se trata de masculino de 18 meses de edad, que en forma accidental ingiere un líquido contenido
en una botella de refresco; en forma inmediata presenta llanto intenso, sialorrea y vómito de
contenido gástrico en 2 ocasiones. A los 30 minutos después, se presenta en su consultorio en
donde usted lo observa con llanto constante, sialorrea, hiperemia y aumento de volumen de los
labios. A nivel de la cavidad oral existe hiperemia y placas blanquecinas en lengua y orofaringe.
No presenta alteraciones a otros niveles.

1. El diagnóstico clínico más probable es:

a) Ingestión de barbitúrico
b) Ingestión de opiáceo
c) Ingestión de insecticida
d) Ingestión de cáustico

AGENTES:
Alcalis
Acidos
Blanqueadores
Callicidas
Amoniaco
Pilas

Ácidos: produce necrosis por coagulación lo que impide la penetración profunda de los tejidos,
afecta principalmente el estómago.
Alcalis: produce necrosis por licuefacción lo que permite la penetración profunda en los tejidos,
afecta principalmente el esófago.
La gravedad de la quemadura dependerá del tipo de sustancia, su pH, concentración, forma
de presentación y cantidad ingerida.

EVOLUCIÓN NATURAL
Necrosis
Ulceración
Granulación
Formación de escara
Estenosis

Síntomas:
Dolor
Sialorrea
Náuseas
Vómito
Disfagia
Dolor retroesternal
Vómito hemático
Insuficiencia respiratoria
Dolor abdominal
Distensión
Abdomen agudo
Disfonía
Estridor laríngeo
Insuficiencia respiratoria

La clínica es enormemente variable, desde molestias orofaríngeas banales hasta el shock y la


perforación temprana. La ingestión del cáustico suele dar lugar a un dolor local inmediato y
odinofagia. Con frecuencia los pacientes presentan vómitos o náuseas inmediatas a la ingestión.
Igualmente la lesión de la epiglotis, hipofaringe y faringe, bien directamente o por aspiración si
el producto es cristalino, producirá disnea, estridor y ronquera. Si la lesión es muy grave y se
produce perforación temprana, aparece dolor torácico intenso, enfisema subcutáneo, así como
signos clínicos de shock y sepsis. Si no se existe perforación, los síntomas agudos suelen remitir
en 2 ó 3 días y la deglución comienza a regularizarse. Durante esta fase pueden aparecer
complicaciones respiratorias, como neumonías o abscesos pulmonares, y también complicaciones
sépticas a distancia, así como la progresión de las lesiones periesofágicas hacia el mediastino.

2. El tratamiento correcto en forma inmediata de este paciente es:

a) Colocar una sonda nasogástrica y realizar lavado gástrico


b) Administrar jarabe de ipecacuana para provocar el vómito
c) Administrar carbón activado a través de una sonda nasogástrica
d) Mantener una vía permeable y enviar a una unidad hospitalaria.
La existencia, localización e intensidad de la lesión provocada en el tracto gastrointestinal por
la ingestión de sustancias químicas cáusticas depende de la cantidad, las propiedades físicas y
la concentración del producto ingerido, así como del tiempo que el agente químico ingerido
permanece en contacto con la superficie mucosa.

Medidas generales

El tratamiento inicial se dirige a mantener permeable la vía aérea, sustituir adecuadamente la


depleción de volumen y superar la sepsis acompañante. Con frecuencia los pacientes presentan
síntomas respiratorios en relación con las lesiones que puede producir el cáustico sobre la vía
aérea, que en ocasiones obligan a la intubación y asistencia respiratoria del paciente. Se evitará
el lavado gástrico y el empleo de agentes eméticos para impedir una nueva exposición del esófago
a los agentes cáusticos.
QUE NO HACER:

No neutralizar la sustancia
No dar antiácidos
No dar líquidos
No provocar el vómito
No realizar lavados gástricos
No poner sonda nasogástrica

3. El tratamiento posterior en este paciente es:

a) Administrar naloxona en forma intravenosa a goteo continuo


b) Realizar endoscopia de tubo digestivo alto después de 12 horas de la ingestión
c) Administrar flumazenil en forma intramuscular cada hora.
d) Realizar diálisis gastrointestinal cada 6 horas por 4 ocasiones

Es importante lograr de los padres o acompañantes una muestra del producto ingerido, con lo
cual tendremos una idea clara de su capacidad cáustica. Ante la sospecha de ingestión de un
cáustico, se debe practicar siempre la endoscopia digestiva, que es el único método que permite
tanto un diagnóstico exacto de la lesión y su extensión, como un pronóstico y actitud terapéutica
correcta.
4.- La complicación más probable que puede presentarse en este tipo de intoxicación es:

a) Crisis convulsivas de difícil control


b) Estenosis esofágica.
c) Cirrosis hepática
d) Depresión neurológica y coma
5.- En caso de que se presente la complicación más probable, la conducta a seguir es:

a) Administrar anticomiciales durante 2 años


b) Realizar transplante hepático
c) Realizar dilataciones esofágicas
d) Administrar neuroestimulantes

Dilatación esofágica a pesar del tratamiento adecuado y agresivo de las lesiones esofágicas,
muchas de ellas desarrollan granulación crónica, cicatrices y estenosis (Figs. 5 y 6). Es
universalmente aceptado que el tratamiento inicial de las estenosis secundarias a causticación
esofágica debe estar basado en la dilatación esofágica. Se recomiendan iniciar las dilataciones
después de la 3ª semana poscausticación y no más tarde de la 5ª semana. Existen nuevas y
numerosas técnicas de dilatación, pero preferimos las dilataciones con guía por su seguridad y
bajo riesgo de perforación. En niños se utilizan dilataciones retrógradas o anterógradas con los
dilatadores de bujía. Los más recomendables, son aquellos con guía, tipo SavaryGilliard, Rehbein
o American Dilatation System, por su seguridad y facilidad de uso (Fig. 7). Otros autores han
obtenido buenos resultados con la dilatación con balón neumático. La experiencia del médico que
realiza la dilatación es más importante que el tipo de dilatador utilizado, y así, cuanto mayor
experiencia se adquiere con un sistema, menos complicaciones se presentan y son también
menores las indicaciones de cirugía. El ritmo y la periodicidad de las dilataciones varían en
función de la tolerancia clínica y de la reaparición de la disfagia. Se recomienda iniciar las
dilataciones después de la tercera semana posquemadura y practicar una dilatación semanal
durante 34 semanas consecutivas y a continuación a demanda, dependiendo del grado de disfagia.

BIBLIOGRAFÍA:

1. Atabek C, Surer I, Demirbag S, Caliskan B, Ozturk H, Cetinkursun S. Increasing


tendency in caustic esophageal burns and longterm polytetrafluorethylene stenting in
severe cases: 10 years’ experience. J Pediatr Surg 2007; 42: 636-40
2. Baskin D, Urganci N, Abbaso˘glu L, Alkim C, Yalçin M, Karada˘g C, Sever N. A
standardised protocol for the acute management of corrosive ingestion in children.
Pediatr Surg Int 2004; 20: 824-828. 3. Bautista A, Broto J, Cadranel S. Endoscopic
Management of stenosis and achalasia. En: Winter H, Murphy MS, Mougenot JF,
Cadranel S. Pediatric Gastrointestinal Endoscopy. Textbook and Atlas. New York: BC
Decker; 2006. p. 142-147

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