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Literatura
5to G
LITERATURA ARABE
A principios del siglo VII el islámico cambia las condiciones sociales y culturales del
poeta. Aparecen otras formas líricas: la poesía erótica del desierto, la
poesía religiosa y las competencias poéticas de los grupos rivales. El Corán tiene
una influencia decisiva desde 650: es el centro de la culturaárabe y de la educación
tradicional. su prosa rica y melodiosa es un modelo permanente en el mundo
musulmán.
Sin duda la literatura árabe tiene un gran significado en la actualidad, por lo cual le
debemos respeto y admiración, y nada más queda constatar que casi toda la cultura
árabe esta constituida en el libro del Corán.
1.- Trilogía de El Cairo, la obra que consagró al autor egipcio galardonado con el
Premio Nobel de literatura en 1988. La trilogía está compuesta por Entre dos
palacios, Palacio del deseo y La azucarera, publicadas entre 1956 y 1957 en su
versión original. Los tres libros están disponibles en castellano.
2.- Buscando a Walid Masoud, del escritor palestino Jabra Ibrahim Jabra y
publicada en 1978. No se tiene constancia de su traducción al castellano.
3.- Honor, del también egipcio Sonallah Ibrahim. Algunas de sus obras (A
escondidas[2013], El comité [1991] y Ese olor [2014]) han sido editadas en
España, pero no dicha obra al parecer.
5.- Hombres al sol, del palestino Ghassan Kanafani. Está disponible dentro del
volumen “Una trilogía palestina” que ha publicado Editorial Hoja de Lata en 2015 y
que reúne las tres novelas básicas del autor.
6.- Said el pesoptimista, otro autor palestino, Emile Habibi, en esta lista. El libro
fue traducido y publicado por la editorial El Aleph en 1990.
Patrick Mamani Mendoza
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7.- El tiempo desolado, del sirio Haidar Haidar del que no se tiene constancia su
traducción al castellano.
8.- Rama y el dragón, de Edward al-Kharrat. Otro autor egipcio cuya obra más
reconocida sigue sin publicarse al lector español.
9.- Así habló Abu Huraira, del tunecino Mahmoud Messadi. No se ha podido
encontrar nada en castellano de dicho autor.
10.- Las pesadillas de Beirut, de la escritora de origen sirio Ghada al-Samman. Sin
representación tampoco en las editoriales españolas, aparte de su libro de relatos
“La luna cuadrada” de Ediciones Comares en 2007.
El Corán
El libro sagrado del Islam es el Corán; en él se expresa su credo y se incluye su ley.
Su esencia y apariencia improfanables y trascendentales residen, para la fe
musulmana, en contener la palabra de Alá revelada a su enviado o
mensajero (rasul) Mahoma, quien la iba transmitiendo ("en lengua árabe clara",
como dice el mismo Corán) a las personas de su alrededor como mensaje de
salvación. Tales revelaciones tuvieron lugar de forma espaciada desde el año 610
de la era cristiana hasta el 632, en que murió. El nombre castellano procede
directamente del árabe al-quran, palabra que significa "recitación" o, por extensión,
"texto sagrado que se recita". Es un término emparentado con el siríaco, lengua en
la que, todavía hoy, se designan las lecturas litúrgicas del rito maronita con la
palabra qeryono. También se le conoce como Alkitab (El
Libro), Furquan ("liberación", "salvación"), Kitab-ul-lah(Libro de Dios) y Al-tanzil (La
Revelación).
Patrick Mamani Mendoza
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Mahoma
Mahoma predicaba los textos que recibía por revelación, recitándolos y haciéndolos
recitar a sus fieles, que los retenían de memoria y a veces los copiaban por escrito.
Para ello se usaron soportes de toda clase: hojas de palma, fragmentos de hueso,
pieles de animales, omóplatos de camellos, ostracas o cualquier otro objeto similar
para escribirlas. Pertenecientes a una cultura de tradición oral, no sería difícil para
los fieles de la nueva religión memorizar textos breves, bien rimados y rítmicos; sin
duda quedarían grabados en la memoria con facilidad.
El título que encabeza cada una de las azoras está tomado o bien de uno de los
temas tratados en ella o bien de una palabra u oración que en ella figure. A
continuación se indica el lugar en que fue revelada, el número de aleyas o versículos
de que consta y, finalmente, el basmalá ("En el nombre de Dios, Clemente y
Misericordioso"), fórmula de invocación que inicia todas las azoras, excepto la
nueve. Al principio de algunas azoras aparecen unas letra
llamadas fawatih("iniciales") o al-huruf al-muqatta ("letras cortadas"), de las que no
se conoce su significado exacto; algunos investigadores, como Loth, consideran
que son abreviaturas de apelativos divinos, mientras que otros, como Nöldeke,
Hirschfeld y Buhlcreen, creen que se trata de la letra inicial o final del nombre de
aquellos compañeros del profeta que todavía en vida de éste constituyeron sus
propios corpus, lo que parece poco probable. Otros, como Zaki Mubarak, opinan
que puede tratarse de notaciones musicales. Estas letras también se han
interpretado desde perspectivas que intentan justificar y probar el carácter milagroso
del Corán, como es el caso del erudito musulmán Baydawi.
Al estar colocados los 114 capítulos del Corán según la longitud de los mismos, el
libro no sigue en sus materiales un orden temático, de modo que las referencias
sobre una misma cuestión o aspecto se encuentran muchas veces dispersas entre
varias azoras y aleyas, y ha de recurrirse a todas ellas para calibrar el conjunto de
la doctrina coránica al respecto. Los textos del Corán tampoco están ordenados
cronológicamente, siguiendo el curso temporal de la vida del Profeta en que se
fueron sucediendo las revelaciones, con sus sucesivas estancias en La Meca y
Medina. Desde muy pronto se realizaron propuestas de clasificación cronológica de
las diversas azoras, sobre todo por el interés de distinguir los textos antiguos de los
posteriores, ya que a veces hay desacuerdos entre unos y otros, y el contenido de
un pasaje antiguo puede ser cambiado en otro revelado después. Ello dio lugar al
procedimiento técnico de fijar los textos abrogados por otros ulteriores abrogantes.
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Los textos revelados en el cuarto periodo, considerado ya del periodo mediní, con
24 azoras, difieren en gran medida de los textos del periodo mequí. Mahoma es
aquí un hombre de estado que se dirige a un grupo de creyentes. Su función es
ahora enseñar y no convencer. El estilo pierde en ligereza y se vuelve difuso a lo
largo de versículos muy largos. Por último, las azoras 2, 4, y 5 tratan
fundamentalmente de la organización de la nueva sociedad y buena parte de su
historia. Es una parte con una clara influencia hebrea.
El credo islámico
El Corán define las creencias del Islam y expresa su marco normativo esencial,
siendo base principal de la regulación de la vida del creyente. La fe islámica se
centra en creer en Alá, único dios, "sin asociado", todopoderoso, sabio,
misericordioso, creador, remunerador en la otra vida y en el juicio final con la
resurrección de los muertos. Estas creencias son las que principalmente se
contienen y detallan en las azoras de La Meca, mientras que en las del período de
Medina los contenidos suelen ser más normativos, dirigidos a la comunidad que allí
regía el Profeta.
Los temas generales del Corán y muchas de las historias ilustrativas comparten
elementos y contenidos con las escrituras cristianas (como la leyenda de los siete
durmientes) y judías, aunque a menudo se desarrollan de forma diferente. Son
numerosos los detalles de las historias sobre los primeros profetas que se asemejan
más a las versiones que se encuentran en los apócrifos judíos y cristianos que a las
versiones encontradas en la Biblia. El mismo Corán afirma que ha venido a
confirmar la aportación de las Sagradas Escrituras anteriores y menciona la Torá,
los Salmos y los Evangelios, además de aludir también a unas "Hojas de Abraham".
El monoteísmo coránico está en la misma tradición que el del judaísmo, y son muy
numerosas las imágenes y expresiones que pueden encontrarse en el Corán y en
la tradición bíblica. De hecho, los contemporáneos del Islam primitivo consideraban
a éste como una secta más de las derivadas del tronco bíblico.
Las prohibiciones relativas a territorios sagrados y a los animales que en ellos viven
son también aspectos semitas que el Corán ha preservado, purificando los
elementos incompatibles con el monoteísmo. Proceden también de la tradición
árabe los meses sagrados, durante los cuales no estaban permitidas las
hostilidades, así como los fragmentos más antiguos del Corán en los que aparecen
pasajes de frases cortas terminadas siempre en la misma sílaba, seguramente una
especie de oráculos al estilo árabe, que provocaron que los oponentes de Mahoma
le acusaran de mago o adivino.
Excepto para el caso de la guerra santa, el Corán deja a los hombres en el marco
de su vida cotidiana, exigiéndoles sólo que obren bien se encuentren donde se
encuentren, que no cometan excesos, que utilicen mesuradamente los bienes que
Dios les concede, y que sean capaces de desprenderse de su egoísmo para ayudar
a los pobres o a la comunidad. Para los musulmanes el Corán, en tanto que palabra
de Dios tal como fue revelada al profeta Mahoma para que sirviera de guía a todos
los humanos, es la fuente fundamental de toda norma jurídica. Las normas jurídicas
contenidas en el Corán son unas doscientas y están expuestas en diversas aleyas.
Pese al corto número de normas, la labor de exégesis e inducción metodológica de
las cuatro escuelas teológico-jurídicas (hanefí, malikí, chafeí y hambalí) darían lugar
durante los siglos VII y VIII al sistema jurídico islámico. Una de las características
del Corán que tiene su reflejo en toda la normativa del sistema jurídico islámico es
la unicidad entre religión, moral y derecho. Los preceptos religiosos y morales e
incluso determinados usos sociales forman una misma norma con el mismo efecto
vinculante. Se hace difícil, pues, separar unas de otras.
Aunque algunos creyentes consideren que el Corán resume todo el Islam y que éste
no puede encontrarse fuera de este texto sagrado, lo cierto es que la compleja
realidad del mundo islámico se extiende más allá de sus páginas. Tampoco es
posible afirmar, sin falsear la realidad, que el Corán represente el verdadero Islam
sin tener en consideración las numerosas ampliaciones y glosas hechas al margen,
juzgadas como corruptas por los más ortodoxos, y que se encuentran contenidas
entre las enseñanzas musulmanas tradicionales. No es posible entender el Corán
sin tener en cuenta la tradición exegética y de interpretación que se ha desarrollado
en torno a él. Esta tradición resuelve y ayuda a comprender las complejas
ambigüedades del Corán. Es esta tradición, incluso, la que da cuerpo a la creencia
de que el Corán contiene una serie de revelaciones hechas a Mahoma.
La interpretación del Corán (tafsir), campo de investigación dentro del Islam que
perdura todavía hoy desde sus inicios ya en la época del establecimiento del texto,
en época de Uthman, ha dado a luz numerosos libros y tratados. Los distintos
enfoques que se han producido en el intento por desentrañar el verdadero sentido
del texto dieron lugar a tratados exegéticos de distinta naturaleza y perspectiva. Así,
al-Tabari (muerto en 923) se basó en la tradición; al-Baydawí (muerto hacia 1291)
y Nasafí (muerto en 1310) desarrollaron una exégesis lingüística; al-Razi (muerto
en 1209) elaboró racionalmente los elementos anteriores. El hispanoárabe Abu
Hayyan (muerto en 1345) también redactó un monumental tratado exegético sobre
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el Corán. Al-Talabí (muerto en 1038) analiza por orden en su obra sobre profetas
todos los versículos del Corán que se refieren al tema.
Los pasajes relacionados con la vida de Mahoma se entiende que fueron revelados
en conexión con incidentes específicos de su vida o para resolver problemas
concretos a los que se enfrentaba. Algunos investigadores fuera del ámbito
musulmán han señalado el procedimiento de tipo midrásico conforme al cual
determinados aspectos de la vida de Mahoma se han creado a partir de algunos
pasajes del texto sagrado. Según esta corriente interpretativa, este procedimiento
guarda bastante semejanza con el modo en que la tradición judía fabricó las
historias del Midrás a partir de personajes bíblicos, mientras se componía el texto
bíblico. De ser así, el explicar el Corán mediante referencias a la biografía del
Profeta sería un modo de razonamiento circular, considerado en términos científicos
como una seria amenaza a la validez del argumento.
Patrick Mamani Mendoza
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Las interpretaciones del Corán reflejan con frecuencia las divergencias y distintas
tendencias que se dan en el seno de la comunidad musulmana. Es especialmente
llamativa la diferencia entre la interpretación chiíta de algunos versos en concreto y
la interpretación sunnita, pues los chiítas encuentran en los versos coránicos
referencias al estatuto especial de Alí ibn Abi Talib y los imanes, mientras que los
sunnitas no encuentran tales referencias. Según los chiíes, el califa Uthman
suprimió del Corán los fragmentos que hacían referencia a Alí y a sus derechos a
suceder a Mahoma en sus tareas políticas y religiosas, acusación que no parece
fundamentada.
Perfiles: Para amantes de los cuentos, aventuras y enseñanzas -en este caso
de origen oriental-. Estos relatos surgen de la literatura popular de numerosos
países árabes, y en ellos se entremezcla lo exótico, las leyendas, lo erótico, lo
histórico y lo moralizante.
Nivel: Edición completa de Las Mil y una noches de más de 3000 páginas, en
tres volúmenes y encuadernados en tapa dura y con estuche. Reedición de una
celebrada y anotada traducción de los filólogos J.A. Gutierrez-Larraya y Leonor
Martínez, con numerosas notas contextuales a pie de página. De tamaño
manejable (no gigante).
Palabras clave: Las Mil y Una Noches, cuentos orientales, literatura popular,
Sahrazad, genios, dijinns, fabulas, aventuras, erotismo, enseñanzas, relatos
moralizantes, leyendas...
Patrick Mamani Mendoza
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