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PNL PARA DOCENTES
Mejora tu autoconocimiento y tus relaciones
Albert Serrat
DESARROLLO PERSONAL DEL PROFESORADO
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Colección Desarrollo personal del profesorado
Director de la colección:
Gregorio Casamayor. Miembro de los Consejos de redacción de las revistas Guix y Aula. Director académico de
la Universidad de Barcelona Virtual.
Quedan rigurosamente prohibidas, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción o almacenamiento
total o parcial de la presente publicación, incluyendo el diseño de la portada, así como la transmisión de la misma
por cualquiera de sus medios tanto si es eléctrico, como químico, mecánico, óptico, de grabación o bien de
fotocopia, sin la autorización escrita de los titulares del copyright.
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ÍNDICE
Presentación
4. Las conductas
Aprende a regular tus conductas mediante el razonamiento o mediante las anclas
Las conductas y las actitudes
La influencia de las emociones
El reencuadre
Las anclas
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5. Las capacidades
Aprende a redactar objetivos y a aplicar estrategias que te lleven al éxito
Distintos tipos de capacidades
Alcanzar una capacidad destacada
Capacidades y objetivos
Capacidades y resolución de problemas
6. Los metaprogramas
Alcanza las claves del aprendizaje y de la superación
Los metaprogramas
Tipos de metaprogramas
8. La personalidad
Comprende la relación entre todas las partes (el porqué de todo lo dicho)
Identidad, coherencia y personalidad
La espiritualidad
La identidad
Los valores asumidos por una institución educativa
Los sueños se hacen realidad
Las creencias asumidas por una institución educativa
Se hace camino al andar
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Hacer camino en nuestra vida
9. La motivación
Asume la importancia de la suma del valor más la creencia
La motivación y la PNL. Dos estrategias motivadoras: «acercarse a» y «alejarse de»
Profesorado centrado en objetivos y profesorado centrado en problemas
Una estrategia motivadora que conduce al éxito
Creencias, valores y motivación
Motivación y autoestima
10. El autoconocimiento
Invierte un esquema para conseguir tus objetivos con mayor facilidad
El autoconocimiento integral
Avanzando hacia el autoconocimiento
Leyendo el esquema en orden inverso
Glosario
Bibliografía
Índice de cuadros
1. Las presuposiciones de la PNL
2. Sistemas representativos y expresiones
3. Sistemas representativos y situaciones
4. Nivel adecuado para comunicarnos
5. La elaboración de los mapas
6. Reencuadre de situaciones
7. Relación entre personalidad, valores y capacidades
8. Preguntas que efectúa cada «yo» en la estrategia Walt Disney
9. Tipos de metaprogramas
10. Relación entre los valores y las creencias
11. Ejemplos de la estrategia que lleva al éxito
Índice de esquemas
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1. Contenido y contexto de la comunicación
2. Pirámide de los niveles lógicos de pensamiento
3. El significado del movimiento de los ojos
4. Preguntas que delimitan el entorno
5. Entorno y felicidad
6. Causas que provocan una actitud negativa
7. Los estímulos provocan conductas
8. La influencia de los filtros en nuestras conductas
9. La influencia de las emociones en nuestras conductas
10. Etapas para alcanzar una capacidad destacada
11. La autoevaluación de las capacidades
12. La evaluación entre iguales
13. La evaluación de un experto
14. Una visión positiva de un problema
15. Los diferentes «yo» de la estrategia Walt Disney
16. Los hemisferios cerebrales
17. La correlación creencia-resultado
18. Misión, identidad y valores en nuestros centros educativos
19. Las tres inteligencias
20. Sintonizar con la inteligencia espiritual
21. Las capacidades que conforman la educación integral
22. Una fórmula para alcanzar el éxito
23. Teoría motivacional de V. Vroom
24. La relación cuerpo-mente
25. De la conducta deseada a los estímulos externos
Índice de actividades
1. Diferentes tonos emocionales
2. Identificar el sistema representativo de nuestros interlocutores
3. Cristina, nueva jefa de estudios
4. Detectar las claves oculares
5. Detectar la secuencia que te provoca una emoción determinada
6. Alineamiento de los niveles
7. La concreción del entorno
8. Entorno y sistemas representativos
9. El reencuadre en seis pasos
10. Las anclas y su aplicación
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11. Percepciones distintas (1)
12. Percepciones distintas (y 2)
13. Trabajando con metaprogramas
14. Alerta con las creencias limitadoras
15. Priorizando valores
16. Reflexionar sobre las creencias más útiles
17. Las creencias generan conductas
18. Las creencias potenciadoras
19. Analicemos algunas creencias personales
20. Vivir los conflictos en primera, segunda y tercera posición
21. Soy–No soy/Me gusta–No me gusta
22. Identificar estados que facilitan la motivación
23. Aplicar estrategias que faciliten el aprendizaje
24. Soy–No soy/Me gusta–No me gusta (continuación de la actividad 21)
25. Tener unos objetivos claros en nuestra vida
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PRESENTACIÓN
Albert Serrat
¿Cuántas y cuántas personas (conocidas o extrañas) van por la vida con el freno de mano
puesto?, ¿cuántas personas se han cruzado en nuestro camino dándonos la sensación de
no desarrollar totalmente sus potencialidades?, y ¿cuántos educadores viven en la
insatisfacción de no haber hallado todavía la motivación y las estrategias que les permitan
alcanzar la felicidad y el éxito en su trabajo?
Probablemente sean demasiadas las personas que encuentran insatisfacción donde
deberían hallar ilusión, motivación y felicidad. Y, a causa de ello, buena parte de su vida
está resultando poco placentera. Su trabajo es una fuente de decepciones y la ilusión que
quizá tuvieron al inicio de su vida profesional se ha ido diluyendo y enterrando en la
acumulación de vivencias desafortunadas.
La Programación Neurolingüística (PNL) ha cambiado mi vida. Mi interés por la
misma despertó hacia 1992, cuando cayó en mis manos un libro de PNL que me causó
un fuerte impacto. Nuevos libros, conferencias, cursos... y, ante todo, la aplicación de
sus principios y técnicas a la actividad docente y a mi vida personal supusieron (y aún
suponen) avances ininterrumpidos en mi crecimiento personal.
La PNL, la excelencia en la comunicación intrapersonal e interpersonal, me ha
permitido ordenar todo lo que pululaba por mi mente en perfecto caos; descubrir algunas
de mis creencias limitadoras (estamos en ello) y sustituirlas por potenciadoras; poner en
práctica estrategias diversas tanto para mejorar mi práctica docente como para
comunicarme mejor con mis alumnos y compañeros; detectar conflictos internos y
aplicar estrategias para solucionarlos; tener nuevos enfoques para los problemas;
visualizar experiencias exitosas... lo que ha provocado que sucedieran; comprender que
las palabras y los pensamientos tienen poder; controlar mejor mis emociones ... o
provocarlas en el momento preciso, y muchas cosas más.
Estoy absolutamente convencido de que sin la PNL muchos de los logros obtenidos
no hubieran llegado jamás, o lo hubieran hecho mucho más tarde. Y también estoy
convencido de que la revolución que supondrá la aplicación de la PNL al mundo docente
está próxima. La mejora de la eficacia en el aprendizaje de nuestros alumnos y alumnas,
la optimización del liderazgo ejercido por el profesorado, las estrategias para la mejora de
la autoestima, la mediación y la negociación, la optimización del tiempo de las reuniones,
la resolución positiva de los conflictos, etc., son dominios donde la PNL tiene mucho que
decir.
Espero y deseo que este libro despierte el interés de aplicar, experimentar, aprender
y crecer a la luz de este extraordinario modelo de comunicación que es la PNL.
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La Programación Neurolingüística (PNL)
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y tú
¿Qué es la PNL?
¿Cuándo se crea la PNL?
¿Qué aplicaciones tiene la PNL?
Los cambios en nuestra vida y la PNL
Tipos de cambios
Algunas suposiciones (creencias) en las que se fundamenta
la PNL
La comunicación y la persona emisora. El contenido y el
contexto de una comunicación
Entrar en sintonía con una persona
La comunicación y las personas receptoras: los sistemas
representativos
¿Cómo podemos conocer el sistema representativo preferente
de una persona?
Nuestro alumnado y los sistemas representativos
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¿QUÉ ES LA PNL?
Podríamos definir la PNL (Programación Neurolingüística) como la excelencia en la
comunicación tanto intrapersonal como interpersonal.
Es por ello que cuando una persona avanza en el dominio de las técnicas de la PNL
mejora tanto en la comunicación consigo misma:
• Detectando pensamientos limitadores.
• Resolviendo conflictos internos.
• Potenciando su autoconcepto.
• Etc.
como en su relación con las personas con las que convive en los entornos que frecuenta:
• Potenciando la empatía.
• Descubriendo las creencias de los demás.
• Practicando la asertividad.
• Etc.
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¿Qué aplicaciones tiene la PNL?
La PNL puede tener aplicaciones diversas. Entre las que pueden tener más interés para
nosotros encontramos:
• Terapéuticas y educativas: para gestionar la ansiedad, el estrés, las fobias, la falta
de autoestima, los cambios de creencias, etc.
• Organizativas: la motivación, los conflictos, la comunicación, las negociaciones, la
persuasión, los problemas de relación, etc.
Tipos de cambios
La PNL nos permite liderar los cambios en nuestra vida trabajando desde niveles
diversos. Así, podemos clasificar:
• Cambios remediativos: son cambios en relación con el entorno y las conductas
(mejorar la distribución de la biblioteca, mejorar la puntualidad en la entrada de las
clases, etc.).
• Cambios generativos: operan en el ámbito de las capacidades y las creencias
(aplicar estrategias para mejorar la motivación del alumnado, potenciar mi
autoestima, etc.).
• Cambios evolutivos: provocan nuevas orientaciones en relación con la identidad y
la misión (quién soy yo-quién me gustaría ser, cuál es mi misión).
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certeza de dichos enunciados ya que, de lo que se trata, es de plantearse qué sucedería si
actuásemos en nuestra vida cómo si fueran ciertos.
Por ejemplo, si creyese que «todo comportamiento de los alumnos (de las familias o representantes legales,
del profesorado de un centro, etc.) tiene una intención positiva»... ¿qué ocurriría?, ¿me supondría algún
cambio?, ¿serían más positivas mis conductas?, ¿me relacionaría mejor?, ¿me supondría sacrificios?...
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LA COMUNICACIÓN Y LA PERSONA EMISORA.
EL CONTENIDO Y EL CONTEXTO DE UNA
COMUNICACIÓN
«Comunicación» es una palabra que comprende cualquier tipo de relación interpersonal,
ya sea una conversación informal con un amigo, la exposición oral en una clase, la
negociación, una charla, etc.
Cuando nos comunicamos con una persona, escuchamos a nuestro interlocutor y
reaccionamos de acuerdo con nuestros pensamientos y sentimientos. Nuestra conducta
vendrá determinada por las representaciones internas con relación a lo que vemos y
escuchamos.
Nos comunicamos mediante las palabras concretas que decimos, el tono, el volumen
y el ritmo de nuestra voz, y también con la expresión corporal: posturas, gestos, miradas,
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tics nerviosos, etc.
Imagínate que preguntas a un amigo «¿qué has hecho este fin de semana?» y mientras te está respondiendo
le das la espalda y te pones a silbar. Muy probablemente tu comportamiento provocará el enfado de tu
interlocutor, ya que el mensaje corporal que transmites proclama: «no me interesa en absoluto lo que me
estás contando».
Cuando estamos explicando un concepto a nuestro alumnado y nos cruzamos con la mirada extraviada de
uno de ellos, con esa cara de estar ausente y esa postura desparramada sobre el asiento, no hay duda. Aun
sin pronunciar una sola palabra está gritando: «¡Qué rollo me estás dando!». Y, como constatamos, eso se
produce con demasiada frecuencia. Conclusión: es imposible no comunicar, siempre estamos
comunicando, queramos o no.
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Las palabras que pronunciamos, es decir, lo que nuestros alumnos y alumnas
escribirían en su cuaderno como apuntes de lo que decimos (suponiendo que sean fieles
a nuestra comunicación, claro): un 7% (en lo sucesivo daremos el 10% como cifra).
Dos tutoras de un mismo nivel han preparado conjuntamente la reunión de principio de curso con las
familias que se llevará a cabo el mismo día y a la misma hora, aunque en espacios distintos. Disponemos de
una persona en cada reunión para que tome apuntes sobre todo lo que diga. Al final de la reunión cotejamos
los apuntes y constatamos un altísimo grado de coincidencia aunque, para nuestra sorpresa, mientras que
una de las tutoras ha obtenido un fracaso estrepitoso la otra ha alcanzado un éxito clamoroso... ¡habiendo
pronunciado exactamente las mismas palabras!
El tono de voz con el que han sido pronunciadas: un 38% (en lo sucesivo daremos
un 40% como porcentaje).
Es muy distinto decir a un alumno «eres un monstruo» con un mensaje afectuoso o con un mensaje
iracundo. Aunque las palabras son las mismas, el tono de voz les ha dado un significado diametralmente
opuesto.
Estos porcentajes pueden variar un poco según cada situación concreta, pero de
forma muy evidente la suma del tono de voz y de la expresión corporal (regulados por el
hemisferio derecho de nuestro cerebro, como veremos más adelante) son más
importantes que las palabras pronunciadas (el hemisferio izquierdo es el que las gestiona).
¡Qué lástima dedicar tanto tiempo a preparar el contenido de una reunión y no dedicarle
ninguno al contexto!
Las palabras son el contenido del mensaje, mientras que las posturas, los gestos, la
expresión corporal y el tono de voz son el contexto en el que el mensaje queda
enmarcado; y todos juntos dan sentido a la comunicación. Detectamos una falta de
credibilidad en un mensaje cuando percibimos una incoherencia entre el contenido y el
contexto de una comunicación, ya que una persona se gana nuestra confianza y
credibilidad como consecuencia de la correlación positiva entre contenido y contexto de
su comunicación.
Utilizamos constantemente nuestras habilidades comunicativas para influir en los
demás. En el campo docente buena parte de nuestra eficacia como educadores se basa
en aprovechar positivamente estas habilidades. Todos conocemos personas que
comunican de forma mediocre tanto en una clase como en una reunión y los resultados
nefastos que eso provoca. En cambio, otras personas han conseguido alcanzar la magia
en la comunicación y saben mantener a sus alumnos atentos y motivados.
«¿Yaaaaa?», exclama un alumno hipnotizado por uno de estos profesores-magos cuando oye el timbre que
indica el fin de la sesión de clase.
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algunos de los comunicadores que aparecen a menudo en los medios de comunicación (el
ejercicio puede ser motivador/devastador si se aplica a alguno de nuestros líderes
políticos) y analizar con qué pericia utilizan los porcentajes (10% - 40% - 50%).
¿Podemos hacer algo para mejorar la sintonía con una persona? Pues claro que sí
que podemos. La sintonía se basa en tres etapas claramente diferenciadas:
1. Escuchamos con atención a la madre de Jonatan procurando, además de entender
lo que nos dice, calibrar el tono de voz con el que se expresa, la postura que adopta
al sentarse, sus movimientos de ojos, su respiración (rápida o lenta), etc. En esta
fase nos va a explicar cómo es su hijo, cómo se comporta en casa, si hace los
trabajos encomendados, dónde los hace, cuándo los hace, si tiene amigos, si es
sociable, si se manifiesta cariñoso, etc.
Nuestra actitud en esta fase corresponde a una observación atenta provista de
ciertas expresiones que le indiquen que estamos siguiendo con interés todo lo
que nos dice. Es la etapa del calibrado.
2. A continuación tomaremos nosotros la iniciativa explicando cómo se comporta en
clase, el grado de responsabilidad hacia los trabajos, cómo se relaciona con sus
compañeros, sus dificultades ante las áreas en las que ha tenido un rendimiento más
bajo, su colaboración en los trabajos grupales y en la marcha de las clases, etc. Y
todo ello lo haremos procurando adoptar la misma postura que la madre de Jonatan:
sentándonos de la misma forma que ella lo hace, copiando (elegantemente) su tono
de voz, la forma de mirar, el ritmo con que habla, la forma de respirar, etc. Se trata
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de la etapa del modelado.
3. Conseguido el modelado, la sintonía se ha alcanzado, es decir, existe una
comunicación inconsciente que establece puentes de comprensión y agrado entre las
dos personas, sintiéndonos a gusto mutuamente.
Es un buen momento para proponer acciones concretas para con Jonatan: unos
trabajos diarios para realizar en casa, unas recomendaciones para reforzar la
velocidad lectora, una sugerencia para relacionarse mejor con las personas, etc.
Cuando se ha alcanzado la sintonía, es mucho más fácil que las sugerencias
sean aceptadas, que los puntos de vista sean comprendidos y que las
recomendaciones se cumplan. Es la etapa de la influencia.
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transmitirlos a la persona receptora.
Las formas como recogemos, almacenamos y codificamos la información en nuestra
mente se conocen con el nombre de sistemas representativos.
Los tres sistemas representativos primarios son:
1. El sistema visual (V), corresponde a las personas con «memoria fotográfica», ya
que retienen con gran facilidad las imágenes que ven.
2. El sistema auditivo (A), corresponde a las personas que recuerdan con suma
fidelidad expresiones y tonos de voz que han oído anteriormente.
3. El sistema del tacto o cinestésico (C), corresponde a las personas que son muy
hábiles con el sentido del tacto y que traducen con facilidad a emociones lo que
acontece en su vida.
Los sentidos del gusto y del olfato son los sistemas representativos secundarios.
Todos los sistemas pueden ser externos o internos.
En un porcentaje altísimo de nuestra comunicación con las demás personas sólo
intervienen los sistemas representativos primarios; pensemos, por ejemplo, en una tutoría
individual con nuestro alumnado y la comunicación que allí se establece.
• «¡Esta cara la he visto antes! Me presentaron a esta persona en una reunión pero no recuerdo su
nombre», nos diría una persona VISUAL.
• «¡Esa voz la he oído antes pero no recuerdo su cara! Reconocería su voz en cualquier lugar pero ahora
no caigo a quién corresponde», nos diría una persona AUDITIVA.
• «¡Es una persona de una calidez inusual, te sientes cómoda desde el primer momento! Tiene algo que
provoca en mí una predisposición positiva», nos diría una persona CINESTÉSICA.
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2. Prestaremos atención a la velocidad en el habla y en la respiración.
Cuadro 2. Sistemas representativos y expresiones
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para la ortografía, ya que cuando ven una palabra escrita «se la dicen interiormente», sin
prestar demasiada atención a las letras que la forman; en cambio pueden tener una mayor
habilidad para los idiomas y para la música.
Finalmente, los alumnos y alumnas cinestésicos muestran su mayor habilidad para la
literatura, la plástica y el teatro.
23
La pirámide de los niveles lógicos de
2
pensamiento
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LOS NIVELES LÓGICOS DE PENSAMIENTO
Todas las personas pretendemos ser coherentes, es decir, comportarnos según unos
patrones definidos que nos permitan movernos con seguridad en nuestro entorno social
de tal modo que no entren en contradicción con nuestro sistema de creencias y de
valores. Una persona coherente acostumbra a tener unas conductas predecibles y, por
ello, si la conocemos desde cierto tiempo, tendremos una idea bastante precisa de su
escala de valores y podremos predecir, con un grado de acierto bastante elevado, sus
reacciones ante determinados estímulos externos.
¿Existe una forma de jerarquizar nuestros comportamientos, valores y creencias con
los entornos donde vivimos? Por suerte existe, y aunque la mayoría de conceptos y de
relaciones que presenta son perfectamente conocidos por todos nosotros, el enorme
mérito que supone consiste en organizarlo, estructurarlo y jerarquizarlo. En definitiva,
hacer comprensible aquello que podría ser una confusa retahíla de términos
supuestamente relacionados.
Gregory Bateson, en la década de los setenta, y posteriormente Robert Dilts
propusieron la pirámide de los niveles lógicos de organización y de pensamiento para
representar y hacer comprensible lo que llevamos a cabo en el 90% de nuestras
actividades diarias. Consideraron que nuestro pensamiento es un todo organizado en
cinco (en principio) niveles, de tal forma que la función de un nivel es la de presentar un
grado de complejidad mayor que sus niveles inferiores, así como organizar y hacer
comprensible la información del nivel inferior (esquema 2 en la página siguiente). En
consecuencia, cualquier cambio realizado en un nivel puede tener repercusiones sobre los
otros niveles y, más concretamente, un cambio producido en un nivel provoca
necesariamente cambios en todos los niveles inferiores.
La pirámide de los niveles lógicos de pensamiento tanto puede ser aplicada a una
persona como a una organización con cierto grado de complejidad, como una institución
educativa.
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Esquema 2. Pirámide de los niveles lógicos de pensamiento
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diversas como con el paso del tiempo, hablamos de una actitud. Así, somos capaces de
definir la conducta de un determinado compañero de claustro ante una situación escolar.
Podemos hablar de cinco grandes tipos de actitudes:
1. Proactiva: corresponde a la persona altamente motivada para conseguir los
objetivos del centro y los suyos propios. Es capaz de orientar todas sus capacidades
hacia ello y de contagiar su entusiasmo a los compañeros y compañeras (persona
motivada y motivadora). Cuando se encuentra con algún problema aplica estrategias
para su solución.
2. Colaboradora: corresponde a la persona siempre dispuesta a prestar su ayuda
para la consecución de los objetivos. Se halla fuertemente motivada y por ello se
brinda a ayudar a la primera oportunidad: «¿Qué puedo hacer para ayudarte?» o
«¿quieres que me encargue de este trabajo?». Aunque tiene una gran capacidad de
trabajo y de entusiasmo, prefiere mantenerse en un segundo plano, ya que cree que
las funciones de liderazgo no están hechas para ella.
3. Reactiva: corresponde a una persona que hace el trabajo lo mejor que sabe pero
que, habitualmente, espera que le proporcionen las instrucciones precisas, que se
limitará a cumplir. Se trata de una persona gregaria con poca capacidad de iniciativa
y que cuya máxima aspiración es la de ser útil y limitarse a cumplir con su
cometido.
4. Pasiva: corresponde a la persona que aplica la ley del mínimo esfuerzo a su
trabajo y que prefiere que otras personas lleven a cabo las tareas. Procura pasar
desapercibida y es adicta al escaqueo. Prefiere no intervenir en las reuniones y no
involucrase en proyectos.
5. Negativa: corresponde a la persona que siempre encuentra defectos a todo lo que
se hace o propone. Se manifiesta contraria a todo cambio o innovación y con
frecuencia emplea expresiones como «los alumnos no son como los de antes», «las
familias se limitan a aparcar a sus hijos en el centro y pasar de todo», «el nivel que
tienen los alumnos hace imposible conseguir cualquier objetivo», etc.
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decimos que hemos adquirido una capacidad o habilidad.
La capacidad de escuchar, de hablar en público, de empatizar, de identificar las
emociones de los demás, de alcanzar acuerdos, de esforzarse para alcanzar un objetivo,
de hacerse respetar, etc. son capacidades que han alcanzado muchos docentes.
La mejora continua y el crecimiento personal son la consecuencia del incremento
constante de nuestras capacidades. También es tremendamente motivador para nuestros
alumnos y alumnas percibir que sus capacidades aumentan con el avance del curso... y
es una excelente estrategia motivadora que el formador se lo haga notar frecuentemente.
La mayoría de nuestras capacidades son adquiridas, es decir, que las hemos
conseguido después de llevar a cabo de forma reiterada determinadas conductas
(planificadas, en la tarea docente) en los entornos donde ejercemos nuestra labor.
Las creencias suponen afirmaciones sobre nuestra interpretación del mundo y sobre
nuestra persona (tienen relación, por tanto, con nuestras representaciones internas).
A menudo, valores y creencias tienen una fuerte relación, ya que con el valor
«respeto» pueden estar relacionadas determinadas creencias: «toda persona, por el hecho
de haber nacido, merece nuestro respeto», «cuando respetas a una persona, lo más
normal es que esa persona te respete», «toda persona puede aprender a ser respetuosa»
y «en un ambiente de respeto se está mucho más a gusto».
Los valores y las creencias son los impulsores básicos para nuestra motivación y son
capaces de activar todas nuestras capacidades y recursos para pasar a la acción.
Contrariamente, cuando una persona cree que no es capaz de alcanzar su objetivo, como
consecuencia de esa creencia paraliza todos sus recursos y se dispone negativamente
hacia ello.
Nivel 5. La identidad
Cada persona es única e inconfundible con el resto, cada persona tiene su identidad.
Hablamos de personas perfeccionistas, serviciales, eficaces, románticas, observadoras,
leales, optimistas, indómitas, pacíficas... y estamos refiriéndonos a su personalidad o
identidad.
La respuesta a la pregunta «¿quién soy yo?» nos lleva descubrir nuestra identidad.
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La identidad explica por qué reaccionas de determinada manera, qué piensas, cómo
te describes y te describen, qué te ilusiona y qué te produce insatisfacción, en definitiva,
«quién eres».
No hay dos personas que tengan la misma identidad (nadie ha vivido tus
experiencias, nadie ha tenido tus ilusiones ni desengaños, etc.), cada persona es como es.
Tener una identidad propia significa tener una forma diferente y única de ser, y de ser
coherente con relación a lo que somos y lo que hacemos.
Tenemos dificultad en conocer la identidad de una persona, grupo o entidad cuando
no sabemos cómo reaccionaría ante una situación determinada y eso supone la ausencia
de una línea de acción coherente, que depende «del día que tenga».
Asimismo, tenemos dificultades en reconocer la identidad de una institución
educativa cuando no tiene una línea de actuación clara, cuando lo que está escrito en su
proyecto educativo no es lo que después se lleva a la práctica, cuando cada profesor o
profesora que aborda una incidencia la resuelve «a su manera», etc.
La identidad de una persona está relacionada con los valores que prioriza y con las
creencias que alberga. Una persona que tenga por valores preferentes la solidaridad y el
respeto es muy diferente a otra que tenga como valores fundamentales el éxito y la
riqueza. Las preguntas que se harán, los pensamientos que tendrán y las motivaciones
que orientarán sus vidas, las conducirán a manifestar conductas bien distintas. En los
centros educativos ocurre lo mismo: según sea su identidad y sus valores orientarán un
estilo pedagógico, una relación entre los profesores y una atención al alumnado y a las
familias bien distinto.
Es vital que entre las personas que trabajan en equipo (como los profesores de un
mismo ciclo o departamento) manifiesten una gran coherencia de acción para que su
labor sea eficaz. Seguramente hemos constatado las nefastas consecuencias que
provocan en los alumnos y alumnas profesores con valores contradictorios, como la
colaboración y la competitividad.
Es un ejercicio de autorreflexión y de crecimiento continuo dedicar un tiempo a
reflexionar sobre quiénes somos y cuáles son nuestros valores.
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La tarde del pasado miércoles tuvo que presidir su primera reunión. Y la
verdad es que la mantuvo preocupada tanto en el momento de la preparación como
cuando la llevaba a cabo. Al término de la reunión ella se valoró empleando una de
las frases siguientes:
1. Me ha salido una reunión bastante plasta. Me he alargado más de 20 minutos.
2. No es culpa mía, con esta lluvia que no ha parado de caer durante todo el día
estábamos muy cansados y nerviosos.
3. Soy una comunicadora desastrosa.
4. Mis aptitudes como comunicadora son muy escasas, en cambio los materiales
que he elaborado son de calidad.
5. Creo que me estaban evaluando todo el tiempo.
a) Reflexiona sobre las frases y el posible impacto que pueden producir sobre
Cristina. Destaca las frases que le provocan un impacto negativo mayor y menor.
b) Relaciona las frases con los diferentes niveles lógicos de la pirámide de
pensamiento.
c) Pregunta a Cristina el porqué de sus dificultades de la primera sesión.
Seguramente descubras alguna de sus creencias.
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1. Mira hacia arriba, a su izquierda, está visualizando algo que ya ha visto en otras
ocasiones. Por ejemplo, visualizo el lugar donde me encontraba ayer por la tarde.
(Imágenes recordadas.)
2. Mira hacia arriba, a su derecha, está visualizando algo que se imagina pero que
no ha visto. Por ejemplo, visualizo la cara que pondrá una amiga cuando se dé
cuenta de que llego con retraso. (Imágenes construidas.)
3. Mira horizontalmente, a su izquierda, está oyendo algo que ha oído
anteriormente. Por ejemplo, la melodía de una canción cantada por su intérprete
favorito. (Diálogo recordado.)
4. Mira horizontalmente, a su derecha, está oyendo algo que se imagina pero que no
ha oído anteriormente. Por ejemplo, lo que dirá un alumno cuando le aconsejemos
que repita curso. (Diálogo construido.)
5. Mira hacia abajo, a su izquierda, está conectada con sus sentimientos y mantiene
consigo misma un diálogo interno. Por ejemplo, mientras le aprietan sus zapatos se
dice: «Fui estúpido al comprarme este modelo de zapatos». (Sentimientos +
Diálogo interno.)
6. Mira hacia abajo, a su derecha, está conectada con sus sentimientos. Por
ejemplo, está enojada a causa de un conflicto laboral. (Sentimientos.)
Esquema 3. El significado del movimiento de los ojos
Dominar las claves de acceso visual no sólo permite acceder a lo que está pensando
nuestro interlocutor, sino que también nos va a permitir colocarnos en una determinada
posición para alcanzar nuestros objetivos con mayor comodidad. Así, si queremos
recordar algo del pasado nos será de gran ayuda colocarnos con la mirada hacia nuestra
izquierda (hacia arriba u horizontalmente). Igualmente, si queremos que nuestros
alumnos y alumnas fijen con mayor precisión algo que hemos anotado en la pizarra, será
imprescindible anotarlo en la parte superior izquierda de la misma (según el ángulo desde
donde la mira nuestro alumnado).
Las personas de gestión mental zurda (un 10% del total de las personas) hacen los
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movimientos de los ojos invertidos, es decir, cuando miran hacia arriba a su izquierda
están visualizando cosas que nunca habían visto anteriormente y, en cambio, cuando
miran a su derecha están visualizando cosas que recuerdan. Igualmente para las claves
auditivas y cinestésicas.
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LOS SISTEMAS REPRESENTATIVOS Y NUESTRAS
CONDUCTAS
Muchas de las acciones que llevamos a cabo en nuestra vida ordinaria pueden ser
descritas mediante secuencias en las que los aspectos visuales, auditivos y cinestésicos
han tenido una importancia capital. Veamos en el cuadro 3 un ejemplo, la forma de
levantarse de la cama llevada a cabo esta mañana:
Cuadro 3. Sistemas representativos y situaciones
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Una vez descubierto el proceso podrás, si lo deseas, alterar la secuencia desviándola
según sea de tu interés: supongamos que el paso 6 fuese un auditivo interno (te
dices interiormente: «Es injusto») y eso provoca los pasos 7 y 8. Pues bien, puedes
sustituir ese paso 6 por otro que no te provoque las consecuencias desagradables:
por ejemplo, te acercas a la ventana y miras el exterior.
A medida que tu práctica mejore dispondrás de una herramienta de una gran
inteligencia emocional como es «controlar tus emociones».
ALINEAMIENTO DE NIVELES
Una persona que sea servicial y que tenga por valores preferentes la empatía, la
solidaridad y el respeto difícilmente llevará a cabo actuaciones competitivas para subir un
escalafón en el organigrama de su empresa; y una persona leal, que tenga por valores
principales la colaboración, la fidelidad y el compromiso no pretenderá otorgarse el
mérito de un trabajo cuando ha sido elaborado por todo un equipo. Y, contrariamente, es
habitual que una persona indómita lleve a cabo acciones coherentes con la sinceridad (a
menudo crudeza), la fuerza y el poder.
Las personas mostramos, en condiciones normales, una gran coherencia entre los
cinco niveles de la pirámide de pensamiento: nuestra identidad prioriza unos valores y
unas creencias, que potencian unas capacidades que generan unas conductas que
ponemos en práctica en los entornos en que nos movemos. Esto es lo que se denomina
alineamiento de los niveles.
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36
La programación neuro lingüística (PNL)
3
y tú
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LOS ENTORNOS DONDE VIVIMOS
Nuestra vida transcurre en entornos diversos. Si fragmentáramos nuestra vida cotidiana
en partes, podríamos llegar a una distribución del tiempo como la que sigue:
• 8 horas: descanso.
• 8 horas: trabajo.
• 8 horas: familia/ocio.
Aunque es cierto que repartimos nuestra vida en entornos variados (el gimnasio, la
coral, el club de tenis, el campo, la biblioteca, el centro educativo, el hogar, etc.), también
lo es que el entorno laboral y el entorno familiar suponen casi un 70% de nuestro tiempo
consciente.
Consecuentemente, el entorno familiar y el entorno laboral se llevan un porcentaje
elevado de nuestra realización o insatisfacción personal.
Podríamos decir, por tanto, que buena parte de nuestra felicidad y de nuestro éxito
depende de nuestra relación con esos entornos.
A partir de la observación de nuestras conductas en esos dos entornos podemos
deducir, con un margen de error mínimo, las claves de nuestra personalidad.
Personas perfeccionistas, serviciales, eficaces, románticas, observadoras, leales,
optimistas, indómitas, pacíficas, etc. lo pueden ser en la relación que establecen con los
entornos donde viven. Y aunque eso es cierto, también podría muy bien darse el caso de
una persona en general optimista (identidad principal) pero perfeccionista en el entorno
familiar y observadora en el entorno laboral.
38
ACTIVIDAD 7 La concreción del entorno
El entorno donde te halles en este momento, la estancia donde supongo que estás
leyendo este libro, está formado por:
1. Un espacio físico con unas variables, como temperatura, luz, humedad, presión
atmosférica, etc.
2. Unos objetos que te rodean y que constituyen ese espacio, como paredes,
ventanas, muebles, un libro, etc.
3. Quizá unas personas que están cerca de ti y que pueden interaccionar contigo en
cualquier momento.
4. Un momento determinado de tu vida que está compuesto por el año, el mes, el
día y la hora.
5. Etc.
39
funciona, prueba alguna otra cosa».
Hay personas que sufren trastornos de gran importancia cuando su entorno cambia
y otras, en cambio, tienen una gran capacidad de adaptación a todo tipo de entornos
(esquema 5).
Los educadores conocemos sobradamente que es muy difícil cambiar una conducta
regañando o castigando (ya que regañar y castigar también son conductas). Sabemos
muy bien que un castigo sólo es un parche que puede solucionar una situación concreta
que aparece un día determinado, aunque no tiene ninguna eficacia para los casos de
actitud pertinaz negativa (esquema 6).
Para corregir una actitud negativa hay que ir a la raíz del problema y tratarlo desde
un nivel superior: el de las capacidades (para el alumno que no puede seguir la marcha
de la clase por falta de base) o el de las creencias (para aquel alumno que cree que yo le
40
tengo ojeriza).
La solución de un problema se halla casi siempre en un nivel superior al nivel en que
se manifiesta. Constatemos, igualmente, que una intervención desde un nivel superior de
la pirámide de los niveles lógicos de la organización del pensamiento produce un impacto
muy superior que una intervención realizada desde los niveles inferiores.
Esquema 6. Causas que provocan una actitud negativa
41
NUESTRO ENTORNO Y LAS REPRESENTACIONES
INTERNAS
Nadie es objetivo. Sí lo son, en cambio, la mayoría de los aparatos, como el termómetro
y el reloj. Las personas nos limitamos a interpretar lo que ocurre en los entornos que
frecuentamos donde, como ya sabemos, dos personas pueden reaccionar de manera muy
distinta ante una misma experiencia.
Decíamos en el capítulo 1: «No podemos percibir la realidad del mundo que nos
rodea, únicamente nos hacemos películas o mapas de lo que pasa en nuestro entorno. “El
mapa no es el territorio”».
El profesor y la profesora se hacen mapas distintos de lo que ocurre en su entorno,
es decir, hacen pasar lo que acontece en su entorno a través de unos filtros que generan
unas interpretaciones que pueden llegar a ser, incluso, diametralmente opuestas.
42
demás.
¿Reconocemos alguna de las siguientes frases?: «Me lanzó una mirada asesina durante la reunión de ciclo»,
«me dijiste que no me necesitabas con un tono de voz humillante», «recuerdo que te toqué el brazo con una
actitud conciliadora», «no recuerdo que me dijeras que tenemos más cosas que nos unen que cosas que
nos separan», «te noto fría y distante». Todas ellas son reflejo de la trascendencia del sistema
representativo fundamental de las personas y de cómo puede influir en la elaboración de los mapas de una
situación concreta.
43
3. En cuanto a las estrategias de captación y de tratamiento de la información,
veamos cómo operan:
• En primer lugar, seleccionamos parte de los estímulos externos e internos
concentrándonos en algunos y omitiendo el resto. De todas las imágenes, sonidos,
sensaciones, sabores y olores que recibimos sólo somos conscientes de unos
cuantos. El proceso del filtrado se hace a través de nuestras creencias, intereses,
valores, estados de ánimo, etc.
Por ejemplo, aislamos nuestro pensamiento del ruido ambiental o nos fijamos en una persona
concreta entre una multitud, o no valoramos cosas positivas de nuestra personalidad en un momento
de estado de ánimo depresivo, etc.
44
1. Mira atentamente el entorno donde te hallas y descríbelo detalladamente.
2. Con los ojos tapados, escuchando con atención todo lo que oigas a tu alrededor,
describe detalladamente tu entorno.
3. Con los ojos tapados y utilizando sólo el sentido del tacto, describe
detalladamente tu entorno.
45
Las conductas 4
46
colocamos con cuidado alrededor de nuestra silla y dejamos nuestra cartera encima de la mesa. Mientras la
abrimos y sacamos la lista de la clase y el dossier de la asignatura la mayoría de los alumnos ya ha
percibido nuestra presencia y, sin demasiado entusiasmo, ocupan sus lugares. Pausadamente, sacan los
materiales propios de la asignatura. Se supone que en unos segundos podremos empezar la clase.
Pero, «¿qué hace Luis?».
Asomado a la ventana está hablando con alguien de la calle. «¿Ha notado mi presencia?».
Me dirijo a él por si acaso: «¡¡Luiiiissss!!».
Me mira con un aire displicente y me contesta sin mirarme: «Enseguida voy, profe».
Qué desfachatez, me digo, encima tendré que esperar yo. «Luis, ¿quieres sentarte?», insisto con un tono de
mayor firmeza. «¡Jo profe, qué plasta!», me replica.
Debo reconocer que ese lenguaje vulgar que algunos alumnos emplean cuando se dirigen a una persona
adulta me molesta solemnemente. Pase que lo utilicen en sus conversaciones (que tampoco) con sus
amigos... pero con un adulto no lo aguanto, ¡qué se habrá creído!
Y ahora es cuando debo controlar mi ira y procurar manejar la situación con elegancia porque puedo
salirme de mis casillas, ponerme a su altura y romper a chillar como un energúmeno: «¡Hasta ahí podíamos
llegar!».
Análisis de la situación
En la gran mayoría de las situaciones que vivimos a lo largo del día llevamos a cabo, de
manera consciente o inconsciente, una gestión de la situación que se rige por la secuencia
que se muestra en el esquema 7:
Esquema 7. Los estímulos provocan conductas
1. El estímulo externo, hace referencia a lo que recibimos del entorno donde nos
hallamos. En el caso anterior se trata, fundamentalmente, de la expresión de Luis: «¡Jo
profe, qué plasta!». Conviene tener presente que entre todos los estímulos que
recibimos, como ya sabemos, aplicamos un proceso de selección para atender a unos y
descartar muchos otros.
2. La interpretación que hacemos. Se trata, ni más ni menos, del mapa que nos
hacemos de la situación, de nuestra representación interna. Es de sobras conocido que no
todas las personas reaccionan del mismo modo ante un estímulo externo idéntico; los
filtros de los que hablamos en el capítulo anterior provocan un mapa u otro. Conviene
ser conscientes de que nuestra interpretación nos lleva a hacernos un mapa de la
situación y que ese mapa puede ser tremendamente potenciador o limitador.
Determinadas preguntas pueden ayudarnos a darnos cuenta de la existencia de otros
47
mapas quizás más adecuados: «¿Existe alguna otra interpretación de este hecho?»,
«¿cuál es la que me lleva a una conducta más positiva?».
3. La decisión que hay que tomar, es decir, las conductas que podemos llevar a
cabo en respuesta al estímulo exterior recibido. Es de vital importancia percibir que entre
la interpretación y la decisión es necesario que exista un análisis de todas las alternativas
posibles. Se han llevado a cabo múltiples experiencias con alumnos de comportamiento
negativo preguntándoles sobre su propio comportamiento y sobre el análisis que efectúan
de cara a la elección de las alternativas que les han llevado a ejecutar esas conductas, y
se ha llegado a la conclusión de que la gran mayoría de alumnos con conductas
disruptivas continuadas las aplican porque no conocen la existencia de otras alternativas u
otras pautas de actuación.
Como decíamos en el capítulo 1: «La forma más eficaz de conseguir cambios de
comportamiento consiste en proporcionar nuevas vías de actuación, dar nuevas
opciones».
Me decía un padre, muy crispado ante la forma de replicarle que tenía su hijo de nueve años: «cuando mi
hijo me contesta de esta forma tan insolente, me obliga a que le pegue». Evidentemente, su hijo «no le
obliga a que le pegue», más bien es el padre el que elige esta opción entre muchas otras. Lo que quizá
ocurre es que el padre cree que la única opción que tiene es pegarle cuando la verdad es que tiene, por lo
menos, otras veinte alternativas (la mayoría de ellas mucho mejores, por supuesto).
4. La conducta concreta que se va a llevar a cabo. Nos queda un último paso, pero
vital, para llegar a nuestra respuesta. Y es que antes de decidirnos por una alternativa
concreta es imprescindible valorar las posibles consecuencias de cada una de ellas.
Consecuencias que conviene valorar tanto con relación a nosotros mismos como con
relación a los demás.
El esquema expuesto anteriormente queda completado, por tanto, de la forma
siguiente:
Esquema 8. La influencia de los filtros en nuestras conductas
48
El esquema 8 no siempre sigue las pautas descritas, ya que en algunos casos la influencia
de otros parámetros puede alterar sustancialmente el desarrollo de las distintas fases.
Supongamos que, en el caso expuesto, hubiera una circunstancia que pudiera alterar la interpretación que el
profesor diera de la respuesta de Luis. Supongamos que la semana anterior al suceso el mismo profesor
hubiera encontrado las paredes del centro, tanto las que dan a la pista polideportiva como las que dan a la
calle, llenas de pintadas con insultos obscenos en su contra y que eso fuese la comidilla del centro, tanto en
los comentarios informales en la sala de profesores, como en la reunión de claustro que se produjo el día
siguiente de la aparición de las pintadas. Y del mismo modo, entre las familias que acompañaban a sus hijos
a la entrada y salida de las clases.
Ese recuerdo tan reciente hubiera contaminado el incidente provocando muy probablemente una distorsión
(magnificando la respuesta de Luis: «¡Jo profe, qué plasta!»), una omisión («Luis es un alumno que
acostumbra a tener una actitud respetuosa») e incluso provocado una generalización («los alumnos son
unos maleducados»). Como consecuencia de todo ello, podría aparecer una emoción como la ira que
provocara una reacción en cadena de consecuencias impredecibles, ya que la respuesta del profesor podría
ser la de decirle a Luis: «No pienso tolerar esta falta de respeto, márchate de clase y no aparezcas hasta que
tu familia venga a hablar con tu tutora».
EL REENCUADRE
49
Nada es verdad ni es mentira, todo depende del color del cristal con que se
mira.
Una persona testaruda puede ser vista como perseverante, tenaz, insistente o inflexible.
«Lo que yo hago con el dinero demuestra que soy una persona inteligente, si lo mismo lo hiciera mi amiga
diría que es prudente; pero si mi mayor enemigo se comportara de ese modo, proclamaría que es un
avaro.»
Muchas metáforas y chistes no son más que meros ejercicios de reencuadre: Una
persona que ha salvado a otra que estaba ahogándose coge una cebolla, la parte por la
mitad y la refriega por los ojos de la persona accidentada. «¿Se puede saber qué
haces?», le dice una persona que presencia el insólito hecho. «Nada hombre, es que la
cebolla hace llorar, y cuando una persona llora, se desahoga».
«Mi profesor se pasa el tiempo regañándome», dice un alumno harto de los comentarios del profesor... «Lo
que ocurre es que tu profesor confía mucho en ti y sabe que puedes rendir mucho más, y te regaña porque
espera lo mejor de ti».
50
El reencuadre del contexto
La filosofía de este tipo de reencuadre se basa en que todas las conductas son útiles en
algún entorno, por lo que sólo debemos hacer el esfuerzo de hallarlo.
El reencuadre del contexto funciona mejor en situaciones del tipo «Estoy muy...»,
«soy demasiado...» o «me gustaría dejar de».
Algunos ejemplos concretos podrían ser: «estoy muy gorda», «soy demasiado lento
para hacer las cosas», «me gustaría dejar de preocuparme por caer bien a todo el
mundo».
Ante una persona que nos diga frases como las anteriores, nosotros podríamos
ayudarle a que descubriera la respuesta a estas preguntas:
• ¿Cuándo podría ser útil esa forma de ser o de actuar?
• ¿Dónde podría tener alguna utilidad?
• ¿Con quién podría funcionar?
Un profesor de nuestro centro tiene una manía hacia la perfección, no se permite (ni
nos permite, y eso es a veces fastidioso) el más mínimo fallo. Ese perfeccionismo
exagerado puede ser considerado como un defecto o como una cualidad:
• Podemos nombrarle encargado de un programa de mejora de la calidad.
• Nos obliga a prepararnos mucho mejor las reuniones y, por ello, a profundizar
mucho más en todos los temas.
51
ACTIVIDAD 9 El reencuadre en seis pasos
Proponemos una técnica para llevar a cabo un reencuadre para el cambio de las
conductas. Se seguirán los pasos que se indican a continuación:
52
LAS ANCLAS
Un ancla es una conducta que nos provoca un estado de ánimo concreto y, como
consecuencia de ello, nos induce unas conductas determinadas.
Un día lluvioso nos produce melancolía; la cara de una persona conocida nos
provoca alegría; una mirada determinada nos hace sentir incompetentes... todo eso son
anclas.
Las anclas tienen relación con nuestros sistemas representativos y con nuestros
recuerdos y nuestras creencias. Hay diferentes tipos de anclas:
• Anclas visuales. Conducimos a toda prisa por una autopista sin tránsito alguno y
vemos un coche aparcado en el arcén... lo que provoca nuestro pánico, al pensar
que pueda haber un radar que detectará la velocidad de nuestro coche... y hará que
frenemos sin darnos ni cuenta.
• Anclas auditivas. Paseamos tranquilamente por un jardín, escuchando por los
auriculares una emisora de radio que sólo transmite canciones, una tras otra. De
repente, aparece la canción que nos recuerda nuestro primer amor... lo que provoca
un estado de ternura al evocar imágenes de nuestros paseos oyendo precisamente
esa canción... y al cabo de pocos segundos notamos un agradable hormigueo en el
pecho.
• Anclas cinestésicas. Nuestra hija de un año se duerme siempre al rozar su oso de
peluche con su mejilla izquierda... lo que le provoca un estado de relajación y de
somnolencia.
• Anclas olfativas. Alfredo es ese chaval de 4.o que, a las once de la mañana, se
pone literalmente enfermo cuando huele que se cuecen las lentejas en la cocina. Le
provocan asco... y le producen náuseas y dolor de tripa.
• Anclas gustativas. Cuando pruebo los bombones de la marca X me provocan una
sensación de éxtasis y me pongo a cantar y a bailar.
53
10%, tono de voz 40% y expresión corporal 50%)?
• ¿Qué uso hacen, implícito o explícito, de las presuposiciones de la PNL?
• ¿Qué coherencia manifiestan entre los cinco niveles de la pirámide de los niveles
lógicos de pensamiento?
• ¿Cómo equilibran los predicados visuales, auditivos y cinestésicos en la
comunicación oral para conectar mejor con los receptores de la información?
• ¿Cómo logran comprender los mapas de sus alumnos?
• ¿Cómo reaccionan ante un estímulo externo desagradable?
• ¿Cómo gestionan sus emociones?
• ¿Cómo saben ejecutar el reencuadre del modo más oportuno y en el momento
más adecuado?
• ¿Qué anclas activan, propias y del alumnado, para conseguir un estado
potenciador de recursos?
Como podemos apreciar, sobre ese profesor actúan una serie de anclas que le
provocan un estado de ansiedad y las consecuencias de la misma son: taquicardia, manos
sudorosas, garganta seca, temblor en el pie izquierdo, olvido de la temática sobre la que
debe hablar, etc., que no es precisamente la mejor predisposición para conseguir el
objetivo de dar una imagen de coherencia, seguridad y receptividad.
54
ACTIVIDAD 10 Las anclas y su aplicación
• Un día tranquilo (sábado o domingo preferentemente) llenamos la bañera con agua
a la temperatura que más nos gusta, echamos sales de baño aromáticas, preparamos
una música relajante.
• Nos sumergimos en la bañera y adoptamos una postura lo más cómoda posible,
mientras escuchamos la música, olemos el agradable aroma de las sales (se puede
mejorar con un bombón en la boca que dejaremos fundir lentamente) y, con los
ojos cerrados, visualizamos un paisaje o situación que nos resulte altamente
relajante.
• Procuramos ralentizar nuestra respiración para incrementar la sensación de
relajación. Cuando esa sensación esté a punto de alcanzar su cota más alta,
cogeremos el dedo índice de la mano izquierda con los dedos índice y pulgar de la
mano derecha y haremos una leve presión.
• Tenemos establecida un ancla en el dedo índice de la mano izquierda que deberá
ser reforzada en dos o tres ocasiones más, repitiendo el mismo ejercicio. Podemos
probar su eficacia activando la misma presión en el dedo índice de la mano
izquierda en situaciones diversas. Todas las anclas son específicas y la del ejercicio
se trata de un ancla cinestésica, aunque tiene el refuerzo de los otros cuatro
sentidos.
Las anclas tienen relación con los reflejos condicionados estudiados por el fisiólogo
Ivan Pavlov, Premio Nobel de Medicina en 1904, demostrando la relación entre un
estímulo (luz o sonido) y la secreción de saliva en los perros.
Las anclas nos permiten obtener recursos para superar situaciones que nos
bloquean. Disponer de un ancla específica nos aporta una porción extra de recursos
a nuestra disposición en un momento dado.
De la misma forma que nos podemos instalar un ancla que nos provoque un
estado de relajamiento, podemos tener otra específica que nos evoque motivación o
energía actuando de modo similar.
55
Las capacidades 5
56
DISTINTOS TIPOS DE CAPACIDADES
Reflexionar sobre las capacidades que hemos adquirido en nuestra vida y el porqué son
ésas y no otras nos podrá dar nuevos indicios sobre nuestra personalidad.
Nuestra identidad o personalidad está relacionada con unos valores y unas creencias
y, como consecuencia de las mismas, adquirimos unas capacidades que plasmamos en
conductas concretas en los entornos que frecuentamos.
Capacidades y personalidad
El eneagrama (literalmente, nueve puntos) es una teoría sobre la personalidad humana
cuya antigüedad se remonta a más de tres mil años y que clasifica las personalidades
atendiendo al centro dominante del cuerpo. Tomando como base dicha clasificación,
existen nueve personalidades, tres de las cuales se relacionan con la cabeza (el pensar),
tres con el corazón (el sentir) y tres con las manos (el hacer). Sus valores y capacidades
principales se muestran en el cuadro 7 de la página siguiente.
¿Qué factores han podido influir en la potenciación de esas capacidades?
Evidentemente, el entorno y la genética son dos de sus factores fundamentales.
Ya en la etapa de educación infantil (incluso en el ciclo de 0 a 3 años) se detectan
alumnos y alumnas con gran desparpajo en su relación con los demás y otros mucho más
retraídos. No hay ninguna duda de que en un entorno tan hostil como en el que viven los
niños que han hecho de la calle y de los vertederos su único hábitat (los meninos da rúa
son un ejemplo) es mucho más factible encontrar algunas personalidades y constatar la
ausencia prácticamente total de otras.
Cuadro 7. Relación entre personalidad, valores y capacidades
57
ALCANZAR UNA CAPACIDAD DESTACADA
La secuencia que nos permite alcanzar la maestría en una capacidad consta de cuatro
etapas (esquema 10).
1. Cuando tenía tan sólo cuatro años mi madre me acompañaba cada día en su
coche al colegio. La verdad, no había percibido la existencia del cambio de marchas
del coche ni sabía, consecuentemente, cómo funcionaba.
Me encontraba en la etapa de la incompetencia inconsciente.
Es el mismo caso de un alumno, Kepa, de siete años, que no conoce la
existencia del correo electrónico.
Esquema 10. Etapas para alcanzar una capacidad destacada
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2. Un día que iba en el coche de mi madre, cuando tenía ocho años, le pregunté
para qué servía esa barra de hierro que movía constantemente y que, alguna vez,
impactaba contra mi rodilla. Mi madre me explicó su utilidad utilizando un lenguaje
apropiado para un niño de mi edad, aunque debo reconocer que no entendí gran
cosa de su explicación.
Me encontraba en la etapa de la incompetencia consciente. Cuando Kepa ya
tiene diez años le pregunta a su hermana mayor sobre la utilidad del correo
electrónico. Aunque su hermana se lo explica, no entiende ni su
funcionamiento ni su utilidad.
3. Un domingo que habíamos ido al monte a comer, cuando ya tenía dieciséis años,
convencí a mi madre (después de un buen rato de súplicas) para que me dejara
conducir el coche en un descampado donde no había ningún peligro. Tuve que
entrar las marchas, pensar lo que debía hacer en una situación determinada,
reflexionar sobre el motivo que había hecho que el coche se me calara, etc.
Había ascendido hasta la etapa de la competencia consciente.
Kepa ha enviado varios mensajes electrónicos, después de recibir las
instrucciones de su hermana, aunque algunos le han sido devueltos a causa de
los errores que ha cometido.
4. Esta mañana he tenido que coger el coche y desplazarme a una ciudad a 45 km
de mi lugar de residencia. No sé las veces que habré tenido que cambiar de marcha
ni ha hecho falta pensármelo ni un solo momento, podríamos decir que lo he
realizado de forma automática y con alta maestría. He alcanzado la competencia
inconsciente.
Kepa ya tiene su cuenta de correo electrónico, clasifica los mensajes recibidos
en carpetas y clasifica en grupos los destinatarios con características
semejantes. Envía y recibe unos veinte mensajes diariamente.
59
Nuestro alumnado alcanza una destreza siguiendo esta misma secuencia, aunque el
tiempo necesario para superar las distintas etapas dependerá de sus capacidades, de su
grado de motivación y de su autoestima.
60
Esquema 13. La evaluación de un experto
CAPACIDADES Y OBJETIVOS
Se dice que un problema bien definido y unos objetivos claramente enunciados suponen
más del 50% de la solución. No es fácil plantearse objetivos de forma correcta, aunque el
tiempo que se emplea en formular un objetivo es tiempo ganado en su consecución («si
no sabes dónde vas, aparecerás en cualquier otro lugar»).
Rebajar 10 kg de peso; mejorar en inglés, no tirar papeles al suelo; tener una buena salud, y hacer un
planeta más habitable, son algunos ejemplos de objetivos mal definidos.
¿Cuáles son los factores que hay que tener en cuenta para plantear bien un
61
objetivo? Vamos a verlos a continuación:
1. Un objetivo valioso. Parece obvio que estemos más motivados ante un objetivo
que tenga un gran valor para nosotros que ante un objetivo trivial y sin importancia.
No todas las personas dan la misma importancia a un objetivo porque su
importancia está en función de los valores de cada persona.
Por ejemplo, conseguir que los alumnos y alumnas dejen de utilizar expresiones malsonantes tendrá una
mayor importancia para un profesor que tenga como valor preferente el respeto que para otro que no lo
tenga; conseguir que aprendan a trabajar en grupo será un objetivo valioso para un profesor que crea en el
valor cooperación.
3. Un objetivo del que seamos responsables. Mejorar el tránsito de una gran ciudad
es responsabilidad de las autoridades municipales, hacer un planeta más habitable es
responsabilidad de los organismos internacionales como la ONU, y evitar la destrucción
de los bosques del Brasil lo es de su gobierno. En cambio, mejorar la motivación de
nuestros alumnos y alumnas, participar activamente en las reuniones de departamento o
mantener un intercambio de informaciones adecuado con las familias de nuestros
tutorandos, sí que son objetivos de los que somos directamente responsables.
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fundamental en mi vida es la honradez, convierte ese objetivo en nada ecológico.
Hacer un chequeo de los objetivos que nos planteamos en nuestra vida permite
orientar nuestras acciones hacia los mismos con un alto margen de seguridad.
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Estrategia 2. Hacerse las preguntas adecuadas
Para intentar solucionar un problema, además de la experiencia, la autoestima y las
estrategias adecuadas, es imprescindible disponer de un grado elevado de energía
positiva. Hemos presenciado reuniones en las que se ha creado, nadie sabe cómo (o sí),
una atmósfera de desánimo y desilusión. La estrategia que nos permita avanzar no
aparece por ningún lado y las personas «contreras», las que se manifiestan en contra de
cualquier iniciativa con visos positivos, llevan la voz cantante. Damos vueltas y más
vueltas alrededor de preguntas que nos transportan al pasado y no nos invitan, en
absoluto, a acercarnos a la solución.
Ejemplos de preguntas aniquiladoras son:
1. ¿Qué nos pasa?
2. ¿Por qué tenemos este problema?
3. ¿Desde cuándo lo tenemos?
4. ¿Qué repercusiones tiene?
5. ¿Cuáles son las causas que han originado este problema?
6. ¿De quién es la culpa de que tengamos este problema?
7. ¿Por qué nos pasan a menudo estas cosas?
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institucionales del grupo es el que les otorga (y les obliga también a tener) un bagaje
importante de estrategias de dinamización de grupo, de motivación y de análisis de
problemas, ¡en su mano está que asuman esas funciones o que las deleguen en personas
de más alta capacitación!
Estrategia 3. SCRORE
Esta estrategia pretende sintetizar las quince preguntas de la estrategia anterior en tan sólo
seis apartados, ya que las siglas corresponden a:
S: Situación actual donde se describe el problema existente.
C: Análisis de las causas principales que lo provocan.
R: Explicitación de las repercusiones que tendría continuar con el problema.
O: Objetivos que nos planteamos, teniendo en cuenta lo anteriormente dicho sobre
la formulación de objetivos.
R: Recursos disponibles, tanto humanos como materiales y temporales.
E: Efectos positivos que tendrá alcanzar los objetivos propuestos.
Como podemos comprobar, los primeros tres apartados están ubicados dentro del
espacio-problema, mientras que los otros tres lo están en el espacio-solución. La
estrategia SCRORE resulta de una extraordinaria eficacia para abordar multitud de
problemas docentes.
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El primero era un despacho sin muebles, muy acristalado (lo que permitía que
entrara una gran cantidad de luz en su interior); en el suelo había almohadones y los
móviles que colgaban del techo producían sonidos diversos cuando había el menor
movimiento. Cuando convocaba a su equipo de trabajo en este despacho era para que
lanzaran todo tipo de ideas innovadoras sobre el tema que debían tratar. En esa reunión
estaba prohibida la crítica de cualquier tipo y sólo se pedía creatividad. Se trataba de
poner en acción al yo soñador.
El segundo despacho estaba decorado con muebles del más puro estilo clásico; en él
imperaba una austeridad extrema y había una cantidad de luz limitada. Cuando
convocaba a su equipo de trabajo en este despacho se les pedía que fueran
extraordinariamente críticos con las ideas que se les presentaban, que intentaran buscar
los fallos que pudieran prever y que ejercieran de abogados del diablo. Se trataba del yo
crítico.
Y el tercero, estaba decorado según los parámetros de los años que le había tocado
vivir; podríamos decir que era un despacho actual para su época. Convocar a su equipo
en este despacho era sinónimo de hallar la forma de poner en práctica las ideas que
hubieran pasado el examen del yo crítico y ponerse manos a la acción. Se trataba del yo
realista.
La estrategia Walt Disney es aplicable a algunos problemas en los que una dosis de
creatividad sea necesaria (¿no les iría bien a todos los problemas una buena dosis de
creatividad?).
En la práctica se llevaría a cabo colocando tres sillas dispuestas triangularmente,
como si se trataran de los tres despachos descritos. Sería interesante que las sillas fuesen
distintas: un taburete (yo soñador), una silla de alumno (yo crítico) y una de despacho
(yo realista).
66
El cuadro 8 de la página siguiente muestra preguntas para los distintos roles que
adoptar en la estrategia Walt Disney.
Cuadro 8. Preguntas que efectúa cada «yo» en la estrategia Walt Disney
67
Los metaprogramas 6
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LOS METAPROGRAMAS
Los metaprogramas son procesos mentales que utilizamos para organizar y estructurar las
informaciones provenientes del mundo exterior. Nos ayudan a que las informaciones
recibidas sean coherentes con nuestros valores, criterios y creencias, aunque también
distorsionan la realidad para hacerla encajar con lo que creemos más conveniente para
nuestros intereses. Por ejemplo, si tengo la creencia de que la preparación del alumnado
es cada vez más escasa, mis metaprogramas organizarán la información recibida para
demostrar que mi creencia es verdadera.
Conocer los metaprogramas que utiliza una persona nos permite comunicarnos
mejor con ella. Una profesora que tiene tendencia a centrar su atención en las personas
se relaciona con el alumnado de una forma diametralmente distinta a la de un profesor
centrado exclusivamente en contenidos. Las personas que utilizan metaprogramas
similares a los nuestros tienden a caernos mejor, ya que procesan mentalmente como
nosotros y son, por tanto, de más fácil comprensión y más predecibles en cuanto a sus
conductas.
Es muy enriquecedor saber traspasar la frontera que separa mis metaprogramas de
los de las otras personas para desarrollar una mayor flexibilidad en nuestra visión del
mundo y en nuestro trato diario. Supone, por tanto, un gran crecimiento personal
acostumbrarnos a la comprensión y utilización de otros metaprogramas distintos a los que
estamos acostumbrados a utilizar.
Muchos de los metaprogramas son inconscientes, por lo que es muy normal que
cuando le haces notar a una persona que no se ha fijado en los detalles (o en el conjunto)
y que, por tanto, pueden existir otras formas de enfocar esa misma situación, provoques
en la persona interpelada el desconcierto (o el malestar).
TIPOS DE METAPROGRAMAS
Sin la pretensión de ser exhaustivos en el desarrollo de los metaprogramas, los podemos
clasificar en tres grandes grupos (cuadro 9).
En los apartados siguientes los veremos con más detenimiento.
Cuadro 9. Tipos de metaprogramas
69
Los metaprogramas de percepción de la información
Estos metaprogramas se refieren a la selección (y por tanto, también a las omisiones) que
llevamos a cabo de la primera información que recibimos procedente del exterior. Los
más importantes son:
1. Selección primaria
Supongamos que un representante de cada centro educativo ha asistido a una reunión
realizada en el centro de profesores de la localidad para la presentación de la nueva
inspectora educativa de la zona. Después del acto, que ha tenido unas tres horas de
duración, cada representante llega a su centro respectivo y es interrogado sobre los
aspectos fundamentales del encuentro:
• Una persona explica que la nueva inspectora es alta, morena, elegante, afable, muy
asequible y que comunica extraordinariamente bien. Se ha centrado en la persona.
• En otro centro, la persona representante explica que la inspectora les ha reunido
para hablar inicialmente de su trayectoria profesional; después ha hecho que cada
asistente se presentase; más tarde ha propuesto un trabajo grupal en el que cada
grupo ha elaborado una lista de los tres problemas que creen más importantes y,
finalmente, se ha hecho una puesta en común de éstos. Se ha centrado en las
actividades realizadas.
• En otro centro, se explica que ha repartido un dossier sobre el enfoque que se va a
dar en el ministerio al tema de la mejora de la calidad en los centros educativos. El
dossier también incluye aspectos que hacen referencia al proceso de matriculación
del alumnado y al programa de acogida a los alumnos y alumnas inmigrantes. Se ha
centrado en las informaciones.
• Y finalmente, en un cuarto centro se explica la remodelación que ya se ha llevado
70
a cabo en el centro de profesores y las obras que próximamente se van a realizar.
Entre las mejoras, la habilitación de un aula de formación con los últimos adelantos
tecnológicos, una sala de usos múltiples con una cabida de 100 personas y la
remodelación de la sala donde se ha realizado el acto de hoy. Se ha centrado en el
lugar.
2. Encuadre
El encuadre se refiere a si la atención se centra en los detalles o en el conjunto o, dicho
de otro modo, si el hemisferio dominante del cerebro es el izquierdo o es el derecho.
La parte más externa de nuestro cerebro o neocórtex tiene un grosor de pocos
milímetros y es la base de nuestros pensamientos y reflexión. El neocórtex está dividido
en dos partes iguales conectadas por unas neuronas que constituyen el cuerpo calloso.
Cada una de las dos partes del neocórtex se llama hemisferio y regula los aspectos que se
exponen en el esquema 16.
Esquema 16. Los hemisferios cerebrales
71
Las mujeres, en general, tienen el hemisferio derecho como dominante mientras que
los hombres, también en general, tienen el izquierdo. Y existen pruebas consistentes que
demuestran que las mujeres tienen una mayor facilidad para pasar de un hemisferio al
otro.
El mundo de hoy cada vez exige más personas que sepan gestionar desde un
hemisferio o desde el otro.
Un profesor le dice a la tutora de un alumno: «Hoy me he tenido que enfadar de veras con Mikel. Se ha
puesto a cantar en voz alta en medio de la clase. ¡Qué chico más irrespetuoso!». La tutora le responde: «¿Y
cómo te va con este chico desde el principio de curso?, ¿siempre te hace estas cosas?».
72
ACTIVIDAD 11 Percepciones distintas (1)
¿Qué percibes dentro del cuadro de al lado?
Hay personas eternamente insatisfechas que siempre buscan el menor fallo para
proclamarlo a los cuatro vientos.
Chema es de los que piensan que después del ingente trabajo de preparación,
motivación del alumnado, recogida y corrección de trabajos, consenso sobre los trabajos
premiados, compra de los trofeos después de negociar la cuantía del presupuesto, etc.,
destacar lo del foco son ganas de fastidiar por fastidiar.
Debemos recordar que no hay metaprogramas mejores ni peores, sino formas
distintas de aplicar distintas estrategias mentales. Una persona que fija su atención en lo
que hay, probablemente sea más feliz que la que centra su atención en lo que falta, ya
que esta última es probable que se halle insatisfecha con mayor frecuencia. En cambio,
una persona que se fija en lo que hay puede ser más conformista, mientras que la otra
tendrá, en general, un mayor espíritu de superación. Como podemos constatar, ambas
tienen aspectos positivos y negativos.
73
5. Representaciones sensoriales internas VACO
Se refiere a cómo nos hacemos las representaciones internas, ya que las podemos captar
mediante un sistema representativo (por ejemplo, el visual) pero realizar nuestras
representaciones internas con otro sistema representativo (por ejemplo, el cinestésico).
7. Marco temporal
Este metaprograma se refiere a si las conductas que llevamos a cabo tienen como
referencia al pasado, el presente o el futuro. Por ejemplo, un alumno se propone
quedarse en casa a estudiar todos los fines de semana del último mes del curso para:
• Evitar lo que le ocurrió el curso pasado, que tuvo que estar estudiando todo el
verano.
• Prepararse mejor.
• Tener un promedio alto para las pruebas de acceso a la universidad que va a
realizar dentro de dos años.
Hay personas que viven ancladas en el pasado, personas que tienen como única
referencia el presente y personas que gestionan pensando sólo en el futuro.
74
les dice que va a poner un punto positivo a los alumnos que hagan bien los tres ejercicios
antes de que toque el timbre, la motivación resultante es «acercarse a»... la buena nota.
En el capítulo 9 trataremos nuevamente este tema.
75
ACTIVIDAD 12 Percepciones distintas (y 2)
¿Qué percibes dentro del siguiente cuadro?
Merche es una profesora muy intuitiva y aunque tiene planificado, a grandes rasgos, el tema que va a
desarrollar en la clase de hoy, actuará de una u otra forma en función de qué estados de ánimo perciba de
sus alumnos y alumnas en el momento de entrar en clase. Ella sabe perfectamente que no hay dos grupos
iguales ni tampoco dos sesiones iguales y, por tanto, prefiere recibir las vibraciones (ella las llama así) que
emite en ese momento su alumnado para saber qué actuación llevar a cabo. A Merche siempre le han
molestado esos educadores-robot que, pase lo que pase, por nada del mundo alterarían su plan de trabajo.
Andrés es todo lo contrario, odia la improvisación, ya que es de los que creen que «si no sé hacia dónde
voy, llegaré a cualquier otro lugar». Cree que el aprendizaje científico se basa en una buena programación
que contiene: las intenciones educativas (objetivos), las actividades (propuestas de enseñanza-aprendizaje) y
las evaluaciones. Antes de entrar a clase sabe, al dedillo, los conceptos que explicará, los ejercicios que
propondrá y la evaluación que llevará a cabo. Le parece que improvisar es una forma de perder el tiempo y
le desestabiliza enormemente cualquier incidencia que altere el plan que tiene previsto ejecutar. Por ejemplo,
el otro día hubo una avería que interrumpió el fluido eléctrico durante unos minutos. Se vio obligado a
suspender la sesión de vídeo que tenía preparada y fue incapaz de improvisar una tarea alternativa.
76
Ante un incidente ocurrido hace diez años podemos, igualmente, hacer un ejercicio
parecido para determinar cómo hubiera podido cambiar nuestra visión del mismo en
función de los metaprogramas a los que prestábamos mayor atención en ese
momento (y a los que no les prestábamos ninguna). Del resultado de ese análisis
podremos deducir alguna lección sobre el pasado y, lo más importante, tenerlo en
cuenta de cara al futuro.
SOLUCIONARIO
Actividad 11. Percepciones distintas (1)
1. Nueve cruces o nueve equis: hemisferio izquierdo.
2. Una letra «ele»: hemisferio derecho.
77
Las creencias y los valores 7
78
LAS CREENCIAS
Definimos una creencia como una generalización sobre:
• Nosotros mismos, nuestras acciones, nuestras capacidades, nuestros valores o
nuestra identidad. Por ejemplo, «soy incapaz de hablar en público», «soy una
persona fantástica».
• Otras personas, sobre el mundo que les rodea. Por ejemplo, «con Pedro no podría
entenderme jamás», «este mundo es una maravilla».
• Sobre cierta relación existente entre experiencias. Por ejemplo, «cuando entro en
un centro formativo y veo su estado de conservación general puedo intuir cómo
funciona la tutoría», «Julia me ha felicitado el día de mi aniversario, me quiere
mucho».
TIPOS DE CREENCIAS
Veamos algunos tipos de creencias:
Lo que pensemos que es la causa (es decir, la respuesta a las preguntas anteriores)
determinará dónde buscaremos la solución y, ante ese resultado, encaminaremos nuestros
pasos hacia lo que estamos buscando.
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Las creencias sobre la identidad
Son generalizaciones que se relacionan con las causas, las consecuencias y los límites
sobre las personas. ¿Cuáles son nuestros límites personales?, ¿por qué llevamos a cabo
una acción determinada?, ¿qué significado tiene una conducta?
Por ejemplo:
• Soy un inútil.
• Puedo conseguir todo lo que me proponga.
• No me merezco este premio.
• Puedo llegar a ser inspectora.
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La creencia «soy un buen conductor» la he incorporado por lluvia fina (más de
900.000 km en la carretera sin ningún percance significativo) y la creencia «no soy capaz
de hablar en público» la he asumido por un impacto (a partir de quedarme bloqueado en
medio de una conferencia).
CREENCIAS Y EXPECTATIVAS
Cuando verdaderamente tenemos una creencia asumida nos comportamos de manera
congruente con la misma.
Un tipo de creencias tiene relación con la expectativa del objetivo, lo que nos
permite tener confianza (o desconfianza) con respecto a la consecución del objetivo.
Cuando falla la expectativa de objetivo puede aparecer la desesperanza.
Por ejemplo, «esto no hay quien lo pare», «si hasta hoy no ha habido nadie que lo
consiguiera, no vale la pena ni intentarlo», «eso es imposible de alcanzar» o «contra eso
no se puede luchar».
Otras veces una creencia se relaciona con nuestra expectativa de competencia. Es
decir, que creemos que el objetivo se puede conseguir y que nosotros tenemos la
capacidad necesaria para alcanzarlo.
Cuando falla la expectativa de autoeficacia aparece la impotencia.
Por ejemplo, «yo no sería capaz», «no me veo con suficiente energía para...» o
«no sé cómo hacerlo».
81
ya que sólo podemos hacerlo con las nuestras y, para ello, primero debemos hacerlas
conscientes ya que, como hemos dicho, la mayoría de ellas son inconscientes.
Aunque intentemos razonar con una persona sobre lo absurdo de una creencia,
difícilmente la cambiará, porque las creencias están fuertemente asumidas y nos dan una
gran seguridad psicológica.
Las creencias básicas nos ayudan a comparar situaciones nuevas con experiencias
pasadas, a calcular riesgos, a predecir desenlaces y a tomar decisiones más certeras
basándonos en recuerdos categorizados en función de estas mismas creencias.
Las creencias básicas conforman la base de nuestra identidad. Definen y provocan
nuestros sentimientos, los estados de ánimo y el tono emocional de nuestra vida.
En el mundo docente la importancia de las creencias sobre nuestros alumnos y
alumnas es vital. Nótese la diferencia entre estas dos creencias:
• Con ese alumno no hay nada que hacer, no se motiva por nada.
• Todavía no he encontrado la forma de motivar a ese alumno.
82
Esquema 17. La correlación creencia-resultado
Antonio cree que los alumnos tan sólo «vienen a jugar y a perder el tiempo» y ya desde que entra en clase
se esfuerza en identificar y en mantener a raya a los tres o cuatro alumnos de cada grupo que encajan con
su creencia. Además, aprovechando el momento del recreo, comenta con otros profesores lo desmotivados
que están los alumnos actualmente, encontrando extensas complicidades.
Nuestras creencias nos empujan a atraer experiencias que las confirmen, creando
una confusión entre la realidad y la ficción. Siempre podemos encontrar pruebas
concluyentes (subjetivas claro) para reafirmar nuestras creencias. Podemos creer,
erróneamente, que nuestras creencias son el fruto de nuestras experiencias, aunque se
demuestra que es justo al contrario: nuestras creencias atraen las experiencias que las
refuerzan.
83
CREENCIAS Y AUTOESTIMA
La autoestima es el conjunto de creencias que tiene una persona sobre sí misma (sobre
sus entornos, sus conductas, sus capacidades, sus valores y su personalidad).
Por tanto, una mejora en las creencias que se refieren a uno mismo tiene
repercusiones positivas en la autoestima.
Para conocer las creencias y los valores de una persona basta con preguntar ¿por
qué? o ¿para qué? repetidas veces sobre la conducta que lleva a cabo. Con el objetivo
de conocer sus creencias, reproducimos la conversación entre un profesor y una alumna
que tiene un comportamiento negativo en su clase:
PROFESOR: ¿Por qué te portas de esa forma tan negativa en clase?
ALUMNA: Porque me aburro.
PROFESOR: ¿Y por qué te aburres?
ALUMNA: Porque no entiendo nada de nada.
PROFESOR: ¿Y por qué no entiendes?
ALUMNA: Porque me falta base de cursos anteriores.
PROFESOR: ¿Y por qué te falta base?
ALUMNA: Porque no me lo tomé en serio, siempre estaba distraída.
PROFESOR: ¿Y por qué te distraías tan a menudo?
ALUMNA: Porque creo que el instituto no sirve para nada, sería más útil quedarme en casa.
PROFESOR: Comprendo que tu actitud sea negativa con esa creencia.
El profesor ha logrado que su creencia se haga explícita: «el instituto no sirve para
nada». Sin duda, su comportamiento es coherente con esa creencia. Como ya hemos
dicho: «Los pensamientos y las palabras tienen poder».
Hemos llegado, por fin, a la creencia que justifica su conducta disruptiva: «Porque
creo que el instituto no sirve para nada».
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VIDA
El poder de las creencias radica en que tienen una gran tendencia a transformarse en
ciertas. Si probamos a cambiar una sola creencia, también cambiará una buena parte de
nuestro comportamiento. Por todo ello, identificar y depurar nuestras creencias
limitadoras resulta básico para nuestro crecimiento personal.
Las preguntas que nos podemos hacer cuando detectemos una creencia limitadora
son:
• ¿Para qué es útil esta creencia?
• ¿Qué repercusiones tiene en mi vida?
• ¿De qué me sirve?
Si nos comportásemos como si esas nuevas creencias fuesen ciertas, algunas tareas
nos resultarían mucho más fáciles.
«Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, tienes la razón» es una
frase que resume lo dicho y con la que están de acuerdo muchas personas, y no deja de
ser ni más ni menos que otra creencia.
Como dijimos en el capítulo 1, las suposiciones de la PNL no dejan de ser unas
creencias.
85
influir en la asunción de determinadas creencias) planteándonos como objetivo factible
guiarlos por el camino de la acumulación de evidencias que cuestionen lo erróneo de su
creencia para que puedan llegar a plantearse si ésta puede ser sustituida por otra que sea
potenciadora.
Aunque tenemos creencias fundamentales que están poco predispuestas al cambio,
ya que tienen un significado vital en nuestra identidad, sería muy conveniente ser más
flexibles hacia lo que decidimos creer con respecto a ciertos aspectos de nuestra vida.
Por ejemplo, en las relaciones con nuestros alumnos y alumnas, ya que no es lo mismo
creer que «Miki es un caso perdido sin posible remedio», que creer que «Miki es un
buen chico que está atravesando un mal momento».
Reflexionemos sobre nuestro comportamiento hacia Miki según sea nuestra creencia
una u otra.
Los jueves por la tarde imparto dos horas seguidas de clase con 4.° A con alumnos que ya el primer día me
plantearon problemas de comportamiento; quise suponer que como era el primer día de curso estaban
nerviosos y cansados, con lo que me armé de paciencia y no intervine. El segundo jueves pasó más de lo
mismo, por lo que se me acabó la paciencia y les advertí que esperaba que mejoraran, y mucho, su
comportamiento. El tercer jueves la cosa fue a mayores, por lo que tuve que reñirles y castigarles. Al salir
de la clase sacando humo por las orejas, fui directo hacia la sala de profesores y allí me encontré a Inés, a
quien expliqué lo que me estaba sucediendo con esta clase. Inés comprendió de inmediato mi problema y se
identificó rápidamente con él, ya que a ella le ocurría tres cuartos de lo mismo con ese grupo. Se solidarizó
con mi queja y acordamos que si esa actitud no mejoraba íbamos a dar cuenta a la tutora y a jefatura de
estudios.
Lo peor llegó a la cuarta semana, al constatar que tan sólo la cuarta parte de los alumnos habían terminado
un trabajo que quedó pendiente del día anterior y, además, no prestaron la más mínima atención cuando se
corrigió en la pizarra. Se repitió la salida con un enfado mayúsculo por mi parte y la llegada a la sala de
profesores con cara de pocos amigos. Al preguntarme Kepa qué me pasaba le expliqué la causa de mi
enfado, aunque al hablarle de 4.°A me dijo que no entendía cómo podía tener problemas con esa clase, ya
que se trataba de un grupo tremendamente motivado y participativo. Supongo que debió interpretar mi cara
de estupor al oír sus comentarios.
La verdad, ahora que han pasado dos días tengo muy asumido que «Inés es una chica muy razonable y
sensata mientras que Kepa es un tío muy raro».
Tenemos tendencia a congeniar con las personas que disponen de unas creencias
similares a las nuestras y a mantener las distancias con las personas que tienen creencias
contrarias. Y todo eso, que es muy normal, puede ser fuente de creación de grupos
afines (hasta ahí muy bien) y de grupos antagónicos que pudieran hacer un claustro
ingobernable.
Personas que tengan creencias potenciadoras del tipo: «todos los profesores tienen
cosas que aportar al centro», «nuestro centro se enriquece como consecuencia del
contraste de opiniones», «las decisiones acostumbran a tener mayor calidad después de
una reflexión conjunta y de evaluar todas las alternativas», etc. pueden ser de gran ayuda
para optimizar la dinámica grupal.
LOS VALORES
La paz, el diálogo, la amistad, la responsabilidad, el respeto, la austeridad, el
86
compromiso, la libertad, la solidaridad, la belleza, etc. son valores. Podemos entender un
valor como un concepto que es admitido como válido, valioso o correcto desde el punto
de vista de la sociedad y que, o bien es considerado como algo que hay que preservar, o
como un ideal que se ha de alcanzar.
En general, nos referimos a grandes valores universales, aquellos que han sido
incorporados en el proyecto educativo de centro como valores que el alumnado debe
haber asumido cuando termine sus estudios en el centro educativo.
Algunas veces hablamos de criterios, es decir, de valores más específicos que no
tienen una validez universal y que están circunscritos al ámbito al que nos estamos
refiriendo. Por ejemplo, nos referimos a los «criterios de corrección» de una prueba; o al
criterio «consumo» como uno de los aspectos que hay que tener en cuenta para comprar
un coche.
Los valores, igual que las creencias, se asumen por «lluvia fina» o mediante «un
impacto». Tal como decíamos en las creencias, lo que hagamos un día tras otro, siempre
que sea coherente, nos acompañará hacia un valor. Por ejemplo, potenciando el trabajo
en grupo de nuestros alumnos y alumnas (la lluvia fina) adquirirán el valor de la
cooperación.
Las creencias y los valores están a menudo relacionados compartiendo el cuarto
nivel de la pirámide de los niveles lógicos de pensamiento. Veamos algún ejemplo en el
cuadro 10.
Cuadro 10. Relación entre los valores y las creencias
87
Es de gran utilidad que un grupo de personas que trabaja conjuntamente consensúe
unos valores y haga conscientes algunas creencias que se deducen de ellos. Los grupos
que tienen valores consensuados se manifiestan con un grado de cohesión mayor y
gestionan los conflictos con mayor eficacia.
88
ACTIVIDAD 16 Reflexionar sobre las creencias más
útiles
Como sabemos, un determinado estímulo externo puede interpretarse de maneras
distintas. La finalidad de esta actividad es descubrir interpretaciones diferentes ante
un incidente determinado.
A partir de la acción indicada, escribe tres creencias y destaca la que sea más útil:
89
3. En plena reunión, una profesora dice que las decisiones siempre las toman las
mismas personas:
Conducta 1: ...................................................................................................
.....................................................................................................................
Conducta 2: ...................................................................................................
.....................................................................................................................
Creencia 4: La acción tutorial sólo sirve para llenar una hora del horario y para
perder la autoridad.
Conducta 1: ...................................................................................................
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.....................................................................................................................
Conducta 2: ...................................................................................................
.....................................................................................................................
Creencia 5. La jefa de estudios toma las decisiones sin ningún criterio.
Conducta 1: ...................................................................................................
.....................................................................................................................
Conducta 2: ...................................................................................................
.....................................................................................................................
91
• ¿Nos supondría sacrificios?
Muchas de nuestras creencias conviven con nosotros desde hace muchos años
(algunas desde nuestra infancia) y fueron asumidas en el entorno familiar y escolar.
La adolescencia también es una etapa fundamental de nuestra vida en la que
ponemos a prueba nuestras creencias anteriores y construimos otras nuevas.
Reflexiona sobre los cuentos, anécdotas, fábulas, programas de TV que recuerdas
de tu infancia:
• ¿Cuáles eran las características comunes que tenían y cuáles eran sus creencias?
92
La personalidad 8
93
IDENTIDAD, COHERENCIA Y PERSONALIDAD
Vamos a tratar ahora del estadio superior de la pirámide de los niveles de pensamiento, el
que se refiere a la identidad, tanto referida a una persona como a un grupo de alumnos, a
un ciclo, a un claustro, a una institución educativa o a un país.
Se ha calculado que cada día tenemos unos 60.000 pensamientos y no es extraño
pensar que lo que hagamos con nuestros pensamientos así será nuestra vida. Gente feliz
o desdichada, motivada o insatisfecha, líder o gregaria, activa o pasiva, ilusionada o
aburrida, inhibida o proactiva... todo depende de sus pensamientos.
Seguramente te has planteado a menudo preguntas del tipo: «¿cuáles son los
pensamientos que tengo más a menudo?», «¿por qué tengo esos pensamientos y no
otros?», «¿qué pasaría si tuviera otros pensamientos?».
Tú estás aquí hoy, leyendo este libro, a causa de los pensamientos que has tenido en
el transcurso de tu vida, ¿eres consciente de ello?
LA ESPIRITUALIDAD
Se habla a menudo de que vivimos en un mundo en crisis, sin modelos y sin valores. Un
mundo cargado de materialismo donde parece que el único objetivo es el de ganar dinero
y hacerse famoso de la manera más rápida y fácil posible. Dinero que creemos que nos
va a permitir obtener la felicidad y el placer. Y esperamos que como consecuencia de la
obtención de ese placer llegaremos a ser más dichosos.
Los ídolos del deporte y los cantantes de moda que deslumbran a buena parte de los
adolescentes parece que van en esa línea.
Asimismo, los ejemplos que recibimos de buena parte de la gente adulta a través de
los medios de comunicación, de los políticos, de parte de los grandes empresarios...
también van, en gran medida, por ese mismo camino.
Como consecuencia de ello los pensamientos que tenemos se pueden quedar en la
superficie, en lo banal, dejando de lado la necesidad de profundizar, de buscar las raíces,
de sumergirse en el espíritu, etc.
Parece que nos dé miedo conectarnos con nuestros sentimientos e intuiciones más
profundos, hacer una labor de introspección que nos acerque a encontrar nuestro
verdadero espíritu. Parece que nuestro mundo haya perdido la espiritualidad y la haya
sustituido por el materialismo.
El espíritu es el aliento de vida, lo que nos hace distintos, únicos y nos diferencia
de los demás seres vivos de este mundo. Hay personas que tienen este aliento, hay
personas espirituales y personas que no lo son.
Seguramente te has planteado en alguna ocasión preguntas del tipo: «¿Qué hago yo
en este mundo?», «¿por qué estoy en él?», «¿cuál es mi misión?», «¿por qué trabajo
como formador?», «¿qué sentido tiene mi trabajo?», «¿por qué debo seguir luchando
cuando las fuerzas me flaquean?», etc. Pues bien, cuando te haces este tipo de preguntas
94
entras en una dimensión espiritual.
Otras muchas personas se han planteado tanto en el pasado como en la actualidad
preguntas en esta línea y sólo algunas han hallado las respuestas más adecuadas.
LA IDENTIDAD
Si la comunidad educativa de un centro se plantea preguntas del tipo «¿quién somos?» y
«¿qué queremos?», las respuestas descubrirán la identidad de ese centro educativo. La
identidad explica nuestra historia y nuestros planes de futuro, a la vez que explica qué
pensamos, cómo nos describimos y cómo nos ven las demás personas..., en definitiva,
quiénes somos.
No hay dos centros formativos con la misma identidad (sus vivencias no han sido
las mismas, sus comunidades educativas han sido diferentes, sus entornos no son iguales,
las capacidades que fomentan están diferenciadas...). Los grupos humanos (al igual que
las personas) somos diferentes.
Conocemos la identidad de las personas que conviven con nosotros. Y también
conocemos la identidad de un centro, porque está definida en su proyecto educativo de
centro.
Tenemos dificultades en reconocer la identidad de un centro cuando no tiene una
línea de actuación clara, cuando lo que dice su proyecto educativo no es lo que después
se lleva a cabo, cuando dependiendo del profesor que se encuentra con una incidencia la
resuelve «a su manera», cuando la relación con los alumnos y familias depende de cada
persona o departamento, cuando la metodología depende de cada departamento, etc.
95
Esquema 18. Misión, identidad y valores en nuestros centros educativos
96
se nos ocurren?»); un pensamiento estratégico («¿de qué recursos disponemos y
cuál es la mejor manera de utilizarlos?»); un pensamiento consecuencial («¿qué
consecuencias prevemos para cada solución?») y un pensamiento proactivo
(«somos capaces de conseguir los objetivos propuestos»).
• Una inteligencia emocional: para identificar nuestras emociones e ilusiones, para
controlarlas, para identificar las emociones de las otras personas, para
comprenderlas (especialmente las de los jóvenes) y para establecer relaciones
positivas con las personas.
• Una inteligencia práctica: para hacer el salto que permite pasar de los grandes
proyectos a las realizaciones prácticas, a huir de las frases grandilocuentes y de los
ambiciosos proyectos teóricos para poder tocar de pies en el suelo. Y a hacer
congruente, en fin, la teoría con la práctica.
Esquema 19. Las tres inteligencias
Sólo cuando hay un perfecto equilibrio entre las inteligencias racional, emocional y
práctica los grandes proyectos se convierten en obras únicas; sólo cuando la cabeza, el
corazón y las manos trabajan en perfecta sintonía el resultado es extraordinario, y sólo
cuando el pensar, el sentir y el hacer son coherentes se obtiene el fruto de una identidad
propia.
Cuando un arquero se propone disparar una flecha en dirección al blanco, necesita
una flecha y un arco. Y arco, flecha y arquero podrían ser las inteligencias racional,
práctica y emocional. La tensión del arco en su justa medida, el camino recorrido por la
flecha y la motivación del arquero son unos ejemplos de cada una de ellas.
Nos queda un aspecto trascendental para reflexionar: hacia dónde dirigir la flecha,
hacia dónde apuntar.
Podemos apuntar hacia una diana, hacia una persona, hacia una manzana, hacia un
pebetero, etc.
Y ésta es una cuestión relacionada con nuestra personalidad, nuestros valores y
nuestra inteligencia espiritual: ¿cuál es mi blanco?, ¿cuál es mi misión?, ¿hacia donde
dirijo todas mis capacidades y energías?
97
Quizá haya llegado el momento de reflexionar sobre nuestros objetivos (véase
capítulo 5, apartado «Capacidades y objetivos», acerca de la redacción de los objetivos),
es tiempo de repensar y reinventar nuestro centro educativo y de consensuar una misión.
¿Qué significa en el día de hoy «atender las necesidades de los jóvenes»? y ¿qué
significa «tener un centro formativo de calidad»?
Una persona que disponga de una buena dosis de inteligencia espiritual da unidad y
sentido a las otras tres inteligencias impulsando, orientando y motivando, hacia los
objetivos más relevantes de su vida, aquellos que le acercan a su misión (esquema 20 en
la página siguiente).
Esquema 20. Sintonizar con la inteligencia espiritual
98
• Dispone de un profesorado y unas familias conocedores de que comparten
objetivos similares en referencia a los alumnos y alumnas.
• Acoge a un alumnado que, en su mayoría, está predispuesto a aprender.
• Está motivada para mejorar constantemente la calidad de la enseñanza.
• Promueve la participación activa de los alumnos y alumnas, tanto en el aprendizaje
como en la organización y marcha del centro.
• Cree que el trabajo en grupo, tanto del profesorado como del alumnado, es una
estrategia muy adecuada para la mejora de la motivación y de la calidad.
Y éstas (entre otras, claro) son creencias potenciadoras, ya que provocan conductas
positivas que pretenden tanto el crecimiento personal como la consecución de nuestra
misión.
Las creencias potenciadoras, junto con las capacidades y las ilusiones de las
personas, permiten iniciar el camino que nos llevará hacia los objetivos planteados.
La inteligencia espiritual (mediante las preguntas transcendentes sobre nosotros
mismos y nuestro futuro) es una buena guía tanto para nuestros objetivos como para
nuestras creencias potenciadoras.
99
polinomios, hacer un dibujo en perspectiva, conocer las reglas de juego del
baloncesto, saber las causas de la caída del Imperio Romano, las partes de una
célula, etc., pertenecen a este apartado de capacidades.
• Capacidades relacionales: que sean garantes de que nuestros alumnos y alumnas
están predispuestos a aceptar de buen grado a cualquiera de sus compañeros de
grupo, tanto para compartir ratos de ocio como para llevar a cabo los trabajos
propuestos en el centro.
• Capacidades emocionales: que se derivan de una destacada inteligencia
emocional, tanto intrapersonal (identificar una emoción, controlarla y automotivarse)
como interpersonal (identificar una emoción de otra persona, comprender la
emoción y relacionarse positivamente).
• Capacidades físicas: que les permitan desarrollar su físico de forma armónica. Y
esa tarea se lleva a cabo tanto desde el área de educación física como desde el
estudio del cuerpo humano en biología y ciencias de la naturaleza. Del mismo modo
que la educación sexual y la prevención de la droga se lleva a cabo desde tutoría o
mediante tratamientos específicos del propio centro.
Esquema 21. Las capacidades que conforman la educación integral
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la educación recibida de nuestros padres y de la labor del centro donde estudiamos. Si
padres y centro han recorrido senderos convergentes, habrán producido un refuerzo de
esos valores y ese efecto multiplicador habrá impregnado nuestra personalidad. Si, en
cambio, padres y centro han recorrido direcciones divergentes, esos alumnos y alumnas,
además de desconcertados, habrán tenido el dilema de escoger los que hayan
considerado más apropiados.
En los primeros años de nuestra vida los valores se habrán asumido por inmersión
en el entorno donde eran vividos; cuando somos personas adultas los adquirimos por
reflexión.
Identidad, valores y creencias nos acompañarán a lo largo de nuestra vida.
Nos quedará una labor para realizar que supondrá, seguramente, cambios
generativos y evolutivos:
• Reflexionar sobre los valores que tenemos y los efectos que han producido en
nosotros y en nuestra vida. Seleccionar los valores que nos han inoculado del
exterior y que no encajan con nuestra identidad, asumiendo las estrategias de
cambio pertinentes.
• Discriminar las creencias potenciadoras de las limitadoras, es decir, las que nos
conducen hacia conductas positivas y a un crecimiento personal de las que nos
llevan en la dirección contraria. Y trabajar también para el cambio y la mejora.
• Asumir nuestra identidad y trabajar para mejorarla.
Volvamos al inicio: «¿qué hago yo en este mundo?», «¿por qué estoy en él?», «¿por
qué luchar?», «¿qué sentido tiene mi trabajo?», «¿qué sentido tiene mi vida?».
No somos un cuerpo con un espíritu, somos un espíritu que ha cogido un cuerpo.
La inteligencia espiritual nos puede guiar a reflexionar sobre el ayer, y a crear el hoy y el
mañana que deseamos.
101
muchos detalles.
Sugerencias
Esta actividad permite poner en práctica los conceptos de vivir los conflictos de
forma asociada o disociada.
Cuando se está sentado en la silla 1, se vive asociado a uno mismo. En la silla
2, se vive asociado a la otra persona. Y en la posición de pie se vive disociado.
Para tener una visión positiva del conflicto, es importante vivirlo tanto asociado
a la otra persona como vivirlo disociado.
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103
La motivación 9
104
LA MOTIVACIÓN Y LA PNL. DOS ESTRATEGIAS
MOTIVADORAS: «ACERCARSE A» Y «ALEJARSE
DE»
Una pregunta que nos hacemos en el mundo docente con relación a la motivación de
nuestro alumnado (y la nuestra) es la siguiente: ¿por qué hay alumnas y alumnos
automotivados, que reaccionan positivamente al mínimo estímulo, y otros que es
prácticamente imposible arrancarles un mínimo de ilusión hacia la tarea docente?, ¿por
qué hay docentes que se suman entusiasmados a cualquier iniciativa y docentes
tremendamente remisos a incrementar sus esfuerzos?, en fin, ¿qué factores mantienen a
las personas motivadas?
Podríamos resumir diciendo que hay dos fuentes de motivación universales:
1. La motivación del estilo «acercarse a», que nos acerca a lo que consideramos
placentero para nosotros (¡atención! no todas las personas consideran placentero lo
mismo), ya sea un sobresueldo, un elogio, una satisfacción intrapersonal, etc.
2. La motivación del estilo «alejarse de», es decir, la motivación aversiva que nos
permite alejarnos de lo que consideramos desagradable: hacer los deberes para que
no me castiguen o asistir a un curso con el único propósito de cumplir con las horas
estipuladas de formación, son dos ejemplos conocidos de este tipo de motivación.
Aunque cualquiera de las dos puede parecer motivadora si las relacionamos con la
correcta formulación de los objetivos (véase el capítulo 5), es mucho más eficaz la
motivación «acercarse a» que la motivación «alejarse de». Otra justificación para
potenciar la motivación «acercarse a» es que cuando llevamos un tiempo con ese tipo de
motivación (acercándonos a nuestro objetivo) tendemos a incrementar todavía más
nuestro esfuerzo porque ya vemos que la meta está a nuestro alcance. Por contra, si lo
que nos preocupaba se encuentra ya a una considerable distancia (y por ello el peligro ha
desaparecido), puedo perder la tenacidad que aplicaba. Veamos un ejemplo:
La disposición hacia el estudio de un alumno puede manifestarse, según lo dicho, mediante las dos fuentes
de motivación: «voy a estudiar para que no me suspendan» o «voy a estudiar para sacar un sobresaliente».
Cuando ya haya transcurrido media evaluación y el promedio de las notas haya sido de notable, el primer
alumno podrá remitir en su esfuerzo (ya que será muy improbable que le suspendan) mientras que el
segundo lo va a incrementar (ya que tiene el sobresaliente a su alcance).
105
la celebración con la exposición, al aire libre, de unos cuadros pintados por los alumnos además de un
canto de la coral (que se ha estrenado este curso).
A la mayoría de profesores les parece muy bien la idea y se brindan a colaborar con entusiasmo. Ahora
bien, en medio de la lista de colaboraciones se oye la voz de Cristian que dice: «¿y si llueve?». (En el
capítulo 6 nos referimos a algo parecido al hablar de los metaprogramas.)
En un claustro (en cualquier grupo) hay personas centradas en los objetivos: son
personas que proponen, innovan, motivan... y personas centradas en problemas que
parece que siempre vean dificultades, asuman el cargo de abogado del diablo, echen por
tierra las propuestas de los demás, etc.
Lo mejor de los primeros es que huyen de la rutina y motivan a todos sus
compañeros, aunque su peor defecto puede ser que no terminan de consolidar sus
proyectos, que tienen tendencia a vivir en una nube, que no prevén las dificultades con
las que pueden encontrarse.
Lo mejor de los segundos es que son realistas, capaces de prever los
inconvenientes, saben analizar las causas de los problemas; y su peor defecto es que
gozan de pocas simpatías, son aguafiestas, son etiquetados como celosos del liderazgo de
los demás.
La verdad es que, como hemos visto, ambos tienen aspectos muy positivos que
conviene aprovechar y que, un equipo directivo preocupado por la motivación del
profesorado y la buena marcha de un centro, sabrá mimar adecuadamente.
106
Cuando al valor del objetivo le sumamos la creencia de que tendremos éxito en
nuestra misión, tenemos a punto ya todos los elementos para ponernos en acción y no
desfallecer en el empeño (esquema 22).
Conviene insistir, desde los distintos centros de responsabilidad de las instituciones
educativas, en los grandes objetivos de nuestra misión de educadores, el valor que
otorgamos a los retos que nos proponemos y las creencias potenciadoras que provocan la
certeza de que podemos alcanzarlos (cuadro 11).
Cuadro 11. Ejemplos de la estrategia que lleva al éxito
107
Esquema 23. Teoría motivacional de V. Vroom
MOTIVACIÓN Y AUTOESTIMA
Definimos autoestima como el conjunto de creencias que tenemos sobre nosotros
mismos. Estas creencias se refieren, por supuesto, a nuestras capacidades, a nuestras
conductas, a nuestros valores...
Difícilmente hallaríamos una persona que tuviera una autoestima baja en todos los
ámbitos de su persona. De la misma forma, sería difícil encontrar una persona con una
autoestima alta en todas sus conductas y papeles que interpreta. Nos referiremos, en lo
que sigue, a una autoestima global.
Una primera intuición sobre nuestra propia autoestima ya se conforma alrededor de
los seis años, que es cuando algunas creencias sobre nuestras capacidades empiezan a
tomar cuerpo (aunque de manera muy embrionaria), como las capacidades referidas a los
estudios, a los deportes, a las relaciones sociales, etc. Es evidente, claro está, que la
autoestima (como toda creencia) puede variar a lo largo de nuestra vida. Todos hemos
108
conocido personas que manifestaban una gran dificultad en el campo de las relaciones
sociales (o en algún otro), en la época de la adolescencia y que, sin embargo, han logrado
destacar precisamente en este aspecto al alcanzar la edad adulta.
La autoestima tiene una gran influencia en el rendimiento escolar: imaginémonos
que una profesora comunica a sus alumnos que les va a explicar un tema nuevo; ante
dicho anuncio un tercio de la clase piensa que eso debe ser muy difícil, que son
incapaces de comprenderlo. Evidentemente, la baja autoestima influirá en la
predisposición y la motivación de esos alumnos y, sin duda, en sus resultados.
Una autoestima alta permite ayudar a alcanzar los objetivos realistas que una
persona se plantee en su vida.
Igualmente, la autoestima influye en las relaciones interpersonales: cuando la
profesora proponga a los alumnos hacer grupos de libre elección para ejecutar una tarea
grupal. ¿Un alumno se mostrará activo o pasivo?, ¿escogerá o esperará que lo escojan?
Finalmente, la autoestima del profesor influye tanto en su rendimiento docente
como en la autoestima de sus alumnos, ya que un profesor con baja autoestima contagia
esta carencia a sus alumnos.
109
ACTIVIDAD 23 Aplicar estrategias que faciliten el
aprendizaje
1. Selecciona un tema o área en los que te gustaría progresar porque reconoces que
sabes relativamente poco en comparación con lo que podrías aprender.
2. Encuentra unos materiales o una persona que te puedan ayudar en ese tema.
3. Con los ojos cerrados, conéctate con la experiencia de aprendizaje de la actividad
anterior y ponte con la carga emocional que tenías en ese momento, como si lo
volvieras a revivir.
4. Cuando ya estés en esa situación, imagínate que estás aprendiendo el nuevo
tema, mirando todo lo que te rodea, escuchando los sonidos que llegan a tu oído y
dejándote envolver por la emoción que te aporta este nuevo aprendizaje.
5. Imagínate llevando a la práctica esos nuevos conocimientos aprendidos y cómo
podrán beneficiarte en el futuro.
6. Abre los ojos y ponte a trabajar en este nuevo tema o área.
110
ACTIVIDAD 25 Tener unos objetivos claros en nuestra
vida
Hay personas que no tienen un rumbo claro en su vida. Tener un objetivo claro en
nuestra vida es sinónimo de tener un norte, de tener un reto que motive nuestras
capacidades y que dé sentido a todos nuestros esfuerzos.
La actividad que se presenta a continuación pretende seleccionar algunos de
nuestros objetivos. Sin duda, algunos de ellos ya existen en nuestra mente y sólo se
tratará de hacerlos explícitos. Otros, en cambio, se relacionarán con algunos
entornos sobre los cuales no habíamos reflexionado demasiado.
Conviene poner en práctica los aspectos reseñados anteriormente en referencia
a la redacción de los objetivos.
111
(valor = 3). La suma será de 4.
• Completa todas las casillas de la tabla:
• A continuación deberás hacer un plan de acción para los objetivos que hayan
alcanzado un mínimo de 5 puntos. ¡Adelante!
• Antes completa la tabla siguiente:
112
El autoconocimiento 10
113
EL AUTOCONOCIMIENTO INTEGRAL
Denominamos autoconciencia al procesamiento de toda la ingente información de que
disponemos sobre nuestra persona en forma de valores, creencias, sentimientos,
capacidades, metaprogramas, etc. La autoconciencia de toda esa información nos permite
alcanzar el autoconocimiento.
Mucha de esta información sólo existe en un nivel inconsciente y la labor de traerlo
al nivel consciente supone una tarea difícil pero apasionante.
Identificar nuestras emociones y sentimientos y tratar de controlarlos es un trabajo
arduo que, tomando como base el autoconocimiento, nos lleva al crecimiento personal.
Decimos lo mismo de la reflexión sobre la causa de nuestras conductas, que podemos
adivinar preguntándonos «¿por qué hago tal cosa?» y así reconocer nuestras creencias y
valores.
Sentimientos, creencias y valores conforman un triángulo que nos explica mucho
sobre nuestras conductas.
Se ha intentado clasificar a las personas a partir de los tres grandes centros de
nuestro cuerpo. Así podemos encontrar personas cuyo centro principal es:
• La cabeza, hablamos de personas reflexivas (las reconocemos porque ante un
problema inesperado se preguntan: «¿qué es lo que pienso de esta situación?».
Acostumbran a no dejarse llevar por las emociones del momento y pueden pensar
fríamente sobre el problema, sus causas y las alternativas de solución disponibles.
• El corazón, y así hablamos de personas emotivas (ante ese mismo problema se
preguntan «¿cómo me siento ante ese problema?». Acostumbran a dejarse llevar
por sus sentimientos, lo que les hace ser personas que acostumbran a tener una
fuerte automotivación.
• Las manos, hablamos de personas prácticas (ante el problema se preguntan «¿qué
hago?»). Son personas que no acostumbran a perder demasiado tiempo buscando
las causas ni elaborando grandes planes de acción. Se ponen en acción sin más.
114
actuar en determinados momentos del mismo y, como consecuencia, mejorar nuestro
conocimiento. Analicemos sus apartados más destacados:
2. Los filtros: todo lo que es captado por nuestros sentidos es interpretado por
nuestros filtros. Citemos algunos:
Esquema 24. La relación cuerpo-mente
115
• Si un alumno lleva una semana sin traer la agenda, pienso que es un irresponsable.
(Generalización.)
• Me doy cuenta de que Cristina está mirando por la ventana, pero no me he
percatado que ha sido la primera en acabar la tarea. (Selección.)
• Me fijo en lo bien arreglado que lleva el pelo Carlos, pero no percibo que sus
valores dejan mucho que desear. (Metaprograma de encuadre.)
• No percibo que mi excesivo perfeccionismo sólo encuentra defectos en todo lo que
llevo a cabo. (Valor.)
• Tengo el pensamiento de que este trabajo no va a estar terminado para el día
programado. (Creencia.)
• Recuerdo que en el anterior centro educativo siempre se celebraban los
aniversarios con gran algarabía. (Vivencias.)
3. Todo ello provoca que yo elabore mis representaciones internas y, por tanto,
mis pensamientos de una forma especial y única, y que los guarde en forma de
visualizaciones, de diálogos o de emociones. Y eso conforma mi visión subjetiva de todo
lo que me rodea y me condiciona (positiva o negativamente) a tener unas relaciones
determinadas con mi entorno.
4. Y los estímulos externos por efecto de los filtros citados (así como mis
representaciones internas) pueden provocarme cambios en mi fisiología (ahora recuerdo
cómo me sudan las manos antes de empezar la reunión de principio de curso o la
taquicardia ante la entrevista con el inspector).
La relación entre las representaciones internas y mi fisiología se conoce como la
relación cuerpo-mente y puede llegar a ser tan intensa que, en algunas personas, es
capaz de provocar enfermedades psicosomáticas aunque, en positivo, también puede
inducir un efecto placebo.
116
nuevamente el proceso, ahora en su interior y no en el mío.
Esta tarde tengo clase, a las tres, con ese grupo tan apático y poco participativo y la verdad es que la hora,
ese grupo y el sol que da de lleno en el ventanal de la clase, no motiva precisamente a conseguir ningún
estado de ánimo ilusionante.
Ahora bien, he pensado que voy a interpretar el esquema desde el último punto al primero. Creo que va a
ser un ejercicio estimulante.
• Paso 6. En primer lugar: ¿qué conductas me gustaría desarrollar con esos alumnos? Mi respuesta es
conductas ilusionantes, motivadoras y seductoras para captar su atención y contagiarles mi estado de
ánimo positivo.
• Paso 5. Y mis conductas deberían ser la consecuencia de un estado de ánimo motivador, del mismo modo
que mis palabras, gestos, miradas, tonos de voz, etc. Voy a entrar con un estado de ánimo ilusionante a
causa del buen resultado que, a buen seguro, voy a obtener.
• Paso 4. Mi fisiología va a estar relajada, como consecuencia de la seguridad de que el proceso va a tener
un gran éxito, a la vez que plena de energía para imprimir un ritmo que no permita el sesteo.
• Paso 3. Mis representaciones internas van a reflejar unos pensamientos y unas visualizaciones de que la
clase va a resultar provechosa y amena. Estoy convencido de que los alumnos la van a encontrar útil y
amena.
• Paso 2. Mis creencias son potenciadoras ya que sólo contemplan que «los alumnos vienen a aprender» y
«mi experiencia y mi capacidad me permite plantear las estrategias más adecuadas para alcanzar los
objetivos». Mis vivencias recuerdan otras clases que han tenido unos resultados del todo satisfactorios.
• Paso 1. Mis estímulos externos pueden ser visualizar una clase en la que reina un buen ambiente de
trabajo, oír a los alumnos que hacen unas preguntas que denotan un elevado interés, y sentirme relajado y
seguro de mí mismo.
Quizá un ancla sea un estímulo externo que me pueda ayudar a inducir un estado de
recursos que me provoque todas estas sensaciones.
«No hay oscuridad, por grande que sea, que una humilde vela no pueda iluminar».
No hay duda de que la PNL puede aportar la luz necesaria para que algunos aspectos de
nuestra vida sean más dichosos. La vela está en nuestras manos, sólo hace falta que le
pongamos la lumbre.
117
118
119
120
121
BIBLIOGRAFÍA
Capítulo 1
ÁLVAREZ, R.J. (1997): Manual práctico de PNL. Bilbao. Desclée de Brouwer.
DILTS, R.; EPSTEIN, T. (1997): Aprendizaje dinámico con PNL. Barcelona. Urano.
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Capítulo 2
ALDER, H. (1996): PNL. Madrid. Edaf.
BERTOLOTTO, G. (1995): PNL y desarrollo personal. Madrid. LIBSA.
CARRIÓN, S.A. (1996): Curso de practitioner en PNL. Madrid. Mandala. (Despertar.)
KRUSCHE, H. (1996): La rana sobre la mantequilla. Málaga. Sirio.
Capítulo 3
LOFLAND, D. (1998): Elimina los virus mentales. Barcelona. Urano.
PÉREZ, F. (1994): EL vuelo del Ave Fénix. México. Pax.
Capítulo 4
ÁLVAREZ, R.J. (1998): Encontrarse a todo trance. Madrid. Gaia. (2.a edición.)
ANDREAS, S.; FAULKNER, CH. (1998): PNL, la nueva tecnología del éxito.
Barcelona. Urano.
GRINDER, J.; BANDLER, J. (1997): De sapos a príncipes. Santiago de Chile. Cuatro
vientos. (11.a edición.)
Capítulo 5
GABARRÓ, D.; PUIGARNAU, C. (1996): Nuevas estrategias para la enseñanza de la
ortografía en el marco de la PNL. Málaga. Aljibe.
O’CONNOR, J.; PRIOR, R. (1997): La venta con PNL. Barcelona. Urano.
ROBBINS, A. (1987): Poder sin límites. Barcelona. Grijalbo.
Capítulo 6
CARRIÓN, S.A. (1999): Técnicas avanzadas de PNL. Madrid. Mandala. KNIGHT, S.
(1999): La PNL en el trabajo. Málaga. Sirio.
WEERTH, R. (1998): La PNL y la imaginación. Málaga. Sirio.
Capítulo 7
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— (1998): Liderazgo creativo. Barcelona. Urano.
EMERICK, J.D. (1998): Sé la persona que quieres ser. Barcelona. Urano.
Capítulo 8
122
CARRIÓN, S.A. (2000): Eneagrama y PNL. Madrid. Gaia.
LUBECK, W. (1996): PNL para el crecimiento interior. Barcelona. Obelisco.
PALMER, H. (1999): El eneagrama. Barcelona. Los libros de la liebre de marzo.
Capítulo 9
O’CONNOR, J.; SEYMOUR, J. (1996): PNL para formadores. Barcelona. Urano.
PINA, A.; PINA, D. (1999): Eficacia mental. Barcelona. Robin Book.
ROBBINS, A. (1992): Controle su destino. Barcelona. Grijalbo.
Capítulo 10
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MOHL, A. (1998): El aprendiz de brujo. Málaga. Sirio.
SELVA, CH. (1997): La PNL aplicada a la negociación. Barcelona. Granica.
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Páginas web
http://www.pnlspain.com/
http://www.psicoinet.com/
http://www.cordobapnl.com.ar/
http://www.pnlnet.com/index.htm
http://www.avantel.net/~aguerra/whatspnl.html
http://www.xtec.es/~jmaguire/nlp/pnl.htm
http://www.ubik.to/pnl/
http://www.capitlemocional.com/PNL/pnl.htm
http://www.psicoactiva.com/tests.htm
123
Table of Contents
Cubierta
Título
Copyright
Índice
Presentación
1. La Programación Neurolingüística (PNL) y tú
¿Qué es la PNL?
Los cambios en nuestra vida y la PNL
Algunas suposiciones (creencias) en las que se fundamenta la PNL
La comunicación y la persona emisora. El contenido y el contexto de una
comunicación
La comunicación y las personas receptoras: los sistemas representativos
Nuestro alumnado y los sistemas representativos
2. La pirámide de los niveles lógicos de pensamiento
La coherencia entre tus pensamientos y tus conductas al alcance de tu mano
Los niveles lógicos de pensamiento
Los sistemas representativos y el movimiento de los ojos
Los sistemas representativos y nuestras conductas
Alineamiento de niveles
3. Los diferentes entornos donde vivimos
Influye en los demás en función del nivel en que actúes
Los entornos donde vivimos
Impacto que producimos en relación con el nivel de la pirámide en el que
actuamos
Nuestro entorno y las representaciones internas
La interpretación de los estímulos externos
4. Las conductas
Aprende a regular tus conductas mediante el razonamiento o mediante las
anclas
Las conductas y las actitudes
La influencia de las emociones
El reencuadre
Las anclas
5. Las capacidades
Aprende a redactar objetivos y a aplicar estrategias que te lleven al éxito
Distintos tipos de capacidades
Alcanzar una capacidad destacada
Capacidades y objetivos
Capacidades y resolución de problemas
124
6. Los metaprogramas
Alcanza las claves del aprendizaje y de la superación
Los metaprogramas
Tipos de metaprogramas
7. Las creencias y los valores
Aprende a utilizar el poder de las creencias
Las creencias
Tipos de creencias
¿Cómo se han formado nuestras creencias?
Creencias y expectativas
Las creencias y la lógica
La finalidad de las creencias
Las creencias se refuerzan
Creencias y autoestima
¿Cómo conocer las creencias de una persona?
Las creencias y los cambios en nuestra vida
Las creencias influyen en la relación interpersonal
Los valores
8. La personalidad
Comprende la relación entre todas las partes (el porqué de todo lo dicho)
Identidad, coherencia y personalidad
La espiritualidad
La identidad
Los valores asumidos por una institución educativa
Los sueños se hacen realidad
Las creencias asumidas por una institución educativa
Se hace camino al andar
Hacer camino en nuestra vida
9. La motivación
Asume la importancia de la suma del valor más la creencia
La motivación y la PNL. Dos estrategias motivadoras: «acercarse a» y
«alejarse de»
Profesorado centrado en objetivos y profesorado centrado en problemas
Una estrategia motivadora que conduce al éxito
Creencias, valores y motivación
Motivación y autoestima
10. El autoconocimiento
Invierte un esquema para conseguir tus objetivos con mayor facilidad
El autoconocimiento integral
Avanzando hacia el autoconocimiento
Leyendo el esquema en orden inverso
Glosario
125
Bibliografía
126
127
Índice
Cubierta 2
Título 3
Copyright 4
Índice 5
Presentación 10
1. La Programación Neurolingüística (PNL) y tú 2
¿Qué es la PNL? 12
Los cambios en nuestra vida y la PNL 13
Algunas suposiciones (creencias) en las que se fundamenta la PNL 13
La comunicación y la persona emisora. El contenido y el contexto de una
16
comunicación
La comunicación y las personas receptoras: los sistemas representativos 20
Nuestro alumnado y los sistemas representativos 22
2. La pirámide de los niveles lógicos de pensamiento 2
La coherencia entre tus pensamientos y tus conductas al alcance de tu mano 24
Los niveles lógicos de pensamiento 25
Los sistemas representativos y el movimiento de los ojos 30
Los sistemas representativos y nuestras conductas 33
Alineamiento de niveles 34
3. Los diferentes entornos donde vivimos 2
Influye en los demás en función del nivel en que actúes 37
Los entornos donde vivimos 38
Impacto que producimos en relación con el nivel de la pirámide en el que
40
actuamos
Nuestro entorno y las representaciones internas 42
La interpretación de los estímulos externos 42
4. Las conductas 2
Aprende a regular tus conductas mediante el razonamiento o mediante las anclas 43
Las conductas y las actitudes 46
La influencia de las emociones 48
El reencuadre 49
Las anclas 53
128
5. Las capacidades 2
Aprende a redactar objetivos y a aplicar estrategias que te lleven al éxito 54
Distintos tipos de capacidades 57
Alcanzar una capacidad destacada 58
Capacidades y objetivos 61
Capacidades y resolución de problemas 63
6. Los metaprogramas 2
Alcanza las claves del aprendizaje y de la superación 68
Los metaprogramas 69
Tipos de metaprogramas 69
7. Las creencias y los valores 2
Aprende a utilizar el poder de las creencias 70
Las creencias 78
Tipos de creencias 79
¿Cómo se han formado nuestras creencias? 80
Creencias y expectativas 81
Las creencias y la lógica 81
La finalidad de las creencias 82
Las creencias se refuerzan 82
Creencias y autoestima 84
¿Cómo conocer las creencias de una persona? 84
Las creencias y los cambios en nuestra vida 84
Las creencias influyen en la relación interpersonal 85
Los valores 86
8. La personalidad 2
Comprende la relación entre todas las partes (el porqué de todo lo dicho) 93
Identidad, coherencia y personalidad 94
La espiritualidad 94
La identidad 95
Los valores asumidos por una institución educativa 95
Los sueños se hacen realidad 96
Las creencias asumidas por una institución educativa 98
Se hace camino al andar 99
Hacer camino en nuestra vida 100
129
9. La motivación 2
Asume la importancia de la suma del valor más la creencia 104
La motivación y la PNL. Dos estrategias motivadoras: «acercarse a» y «alejarse
105
de»
Profesorado centrado en objetivos y profesorado centrado en problemas 105
Una estrategia motivadora que conduce al éxito 106
Creencias, valores y motivación 107
Motivación y autoestima 108
10. El autoconocimiento 2
Invierte un esquema para conseguir tus objetivos con mayor facilidad 113
El autoconocimiento integral 114
Avanzando hacia el autoconocimiento 114
Leyendo el esquema en orden inverso 117
Glosario 118
Bibliografía 122
130