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Se acordó iniciar los actos desde el 23 de junio hasta el 30 del mismo mes. Formando
parte de las celebraciones de Aniversario de la Fundación Española de Olmos.
Asimismo se expidió, la Resolución Municipal 20-04, del 20 de abril, oficializando la
creación del evento. En los estatutos, se estableció designar una reina representante
del Limón que presidiera los actos a realizarse. Esta belleza, tendrá que ser hija, nieta o
pariente cercana de los productores de Limón con residencia en Olmos o en el
departamento de Lambayeque, debiendo además poseer atributos físicos y morales.
De igual forma se estableció estimular con los premios del Limón de Oro, plata y
bronce, a los productores, que exhiban los mejores ejemplares de Limón durante su
exposición en el campo ferial.
LOS PETROGLIFOS DE BOLICHES.
Es uno de los lugares arqueológicos mas importantes con que cuenta el distrito. Se
ubica en el kilómetro 4 de la carretera Olmos-Corral Quemado en el sector conocido
como Los Boliches. Este paisaje cultural arqueológico se levanta en plena Quebrada del
mismo nombre y según los especialistas sus manifestaciones artísticas datan de
aproximadamente 2,500 años de antigüedad.
LA LLORONA
La llorona Dicen que Grimanés fue una mujer solterona que llegó a la longevidad, vivió
hasta cien años y tenía mucha fortuna. Vestía muy
elegante, usaba sólo joyas de oro, unos collares
con perlas ondulaban su cuello. En los dedos de
las manos, brillaban anillos con engastes de
piedras preciosas, hermosos zarcillos vibraban en
sus orejas. Parecía una princesa inca.
Hasta a los mendigos que la visitaban para pedirle una propina o un pan, les decía que
también era pobre y no tenía nada para darles.
Ahora dicen los olmanos que esta mujer, a las doces de la noche la escuchan que
deambula llorando por las calles desoladas y oscuras porque San Pedro no le quiso
abrir la puerta para que ingrese al cielo.
CRUZ DEL PUENTE
José de los Santos Puse Benites fue un humilde campesino que se dedicaba a pastar su
ganado caprino. Para cumplir con esta actividad, acostumbraba todos los días
temprano salir de su casa con su rebaño.
Enseguida José de los Santos, retomó a casa y les comunicó a sus padres y a sus
vecinos del caserío, que había tenido un feliz hallazgo, quienes al día siguiente se
fueron a verificar y quedaron sorprendidos al ver realmente a la crucecita que estaba
grabada en una roca. Después todos se persignaron y rezaron.
En el lado oeste del pueblo de Olmos, en la cima del cerro Pumpurre, se observa la
figura de una persona petrificada, que está durmiendo.
Pumpurre caminó por las pampas eriales de Olmos, se sintió muy contento de lo
grande que eran, luego retornó a la cima del cerro y se quedó profundamente
dormido.
Su padre El sol, al verlo que dormía y no se preocupaba por trabajar, pensó despertarlo
con algún ruido y preguntarle que soñaba. Luego se escuchó un ruido: PUM..!! PUM..!!
URRE..!! URRE..!
Ah, es mi padre el que me llama, pero todavía tengo sueño. El sol molesto porque no
despertaba muy indignado le dijo: Te quedarás allí para siempre convertido en piedra.
Hace muchísimos años que las pampas de Olmos sólo estaban surcados con dunas de
arena y en noches de luna clara, parecían vellones de ovejas. Cerca del cerro que esta
ubicada al lado este del río Olmos, vivía la Juliana Su casa estaba construida con varas y
techada con ramas de palmera y olmo.
Las tribus le consultaron a la diosa Luna, porque ella les había dicho que trabajen en
este valle que no tenía dueño. Luego el Sol regresó al cielo y la Luna le dijo: vives en el
cielo y no tienes porque impedir en la Tierra que los hombres trabajen; pero él no
aceptaba y decía que siempre bajaría hacía la Tierra. La Luna, molesta se interpuso
tapándolo en parte y se produjo un eclipse solar.
Las tribus desde la tierra imploraban un buen arreglo y al mirar al cielo perdieron la
visión. Luego el Sol les prometió nuncamás bajar a la Tierra.
La Luna preocupada por la ceguera que sufrían, bajó con una campana para llamarlos y
hacerles el prodigio de curarlos. Les devolvió la visión y les dijo que en la campana
encerraba a los males lo dejó cimentada en la cima del cerro que ahora lleva su
nombre.
EL MUERTO
Eran dos grupos de familias que vivían divididos, cada uno cuidaba su territorio. La
familia Alko, lideraba un grupo de súbditos. Era un hombre muy bueno, practicaba, los
principios de justicia, les enseñaba a sus vástagos, como a los demás, el respeto, la
obediencia, la honradez, el trabajo en minka para la caza y otras actividades que tenían
que realizar Recibía con mucho afecto a las personas foráneas y los invitaba a
integrarse a su grupo. Al otro jefe de grupo, que era Wilko, le gustaba invadir
territorios ocupados y someterlos a su dominio a sus habitantes. Las personas que
vivían bajo su mando estaban muy preocupados, porque los maltrataba,
sometiéndolos a duros castigos a los que se oponían a sus ordenanzas.
El dios Sol al verlo, le dio como castigo que se escasee los frutos, los animales; es decir
no tenían de que alimentarse, sólo comían algunas hierbas para sobrevivir; sus hos se
le morían y no tenía a quien dejarle su territorio como herencia
Wilko le respondió que no se humillaría ante él; porque se sentía un hombre superior
en conocimientos y en poder para gobernar, como deseaba hacerlo en su territorio.
El Sol pensó darle un último castigo, ordenó a sus soldados que lo amarren de pies y
manos y lo dejen en su territorio. Wilko, gritaba pidiendo auxilio a sus súbditos, mas
nadie le brindaba ayuda; porque era una orden del Sol que tenía que cumplirse. Pero
Wilko, aún amarrado pensaba revelarse contra el Sol y de tanto gritar, se hinchó y
quedó transformado en un cerro, que ahora los lugareños lo conocen con el nombre
de El Muerto.
EL PALACIO DEL CERRO LA MINA
Warmina fue una princesa de la dinastía Mochica, era única hila del guerrero Atolok.
Éste ordenó a sus súbditos que le construyeran un hermoso palacio en la cima del
cerro, para que allí viviera su hija.
En poco tiempo el palacio estuvo construido, las paredes exteriores estaban adornadas
con finas láminas de oro que representaban a plantas y animales típicos del lugar La
princesa tuvo amores secretos con el príncipe Apurlec y éste le prometió amarla toda
su vida.
El guerrero Atolok, tuvo que combatir a un grupo de invasores que venían desde el
Amazonas comandados por Arawac, los cuales querían habitaren este fértil valle. Para
este combate fue llevado el príncipe Apurlec, conjuntamente con otros valientes
guerreros. Apurlec, antes de irse, se despidió de la princesa, prometiéndole luchar,
salir triunfante y después volver para huir con ella, porque sabía que Atolok no lo
quería.
Cuando Atolok, regresó a ver a su hija, la encontró triste en su palacio y le dijo que se
alegrara, porque habían derrotado a los invasores.
Luego llegó el príncipe Walka a pedir la mano de Warmina, su padre aceptó; pero la
princesa le contestó que no podía aceptarlo; porque su corazón solamente amaba al
príncipe Apurlec. Desde ese momento, decidió la princesa vivir sola en su palacio,
esperando el retorno de su amado. Los dioses tutelares al verla que no aceptaba la
propuesta de casarse con otro pretendiente y que lentamente se consumía en la
angustia; tuvieron piedad de ella y en premio a su fidelidad, hicieron en el cerro un
túnel y dentro le construyeron un hermoso palacio de oro y allí le dijeron que viviera
esperando a su amado.
Por eso ahora los moradores del distrito de Olmos, llaman a este cerro, “La Mina “;
porque dicen que tiene mucho oro y de noche ven a la princesa caminar por la falda de
aquella colina, con una naranja de oro en la mano, para ofrecerle al varón que desee
acompañarla a vivir en su palacio de oro.
LA PAMPA DE LOS CHILENOS
Las chozas de los campesinos olmanos eran construidas con quinchas de varas de
overo y barro y con techos de palmeras.
La vibrante luz de los candiles dentro de la choza en las primeras horas de la noche,
eran señales que estaban reunidos en la cena. Después de platicar de la diaria faena
que realizaban durante el día, pasaban a sus dormitorios a descansar tranquilamente.
En los años de 1882, época en que se desarrolló la Guerra del Perú con Chile, la
tranquilidad de los moradores olmanos se convirtió en un pánico, al enterarse que los
soldados rondaban por los caseríos.
Los niños que temprano acostumbraban a salir de sus casas con sus rebaños por el
campo, eran acorralados por los soldados chilenos, quienes los tomaban de la cintura y
los tiraban hacia arriba y con las espadas de punta los recibían y sus sangres la bebían
para saciar su sed y su hambre. Esto sucedió en las pampas de las Norias. La noticia
corrió rápido por los caseríos, y los moradores fueron presos de dolor y angustia. Y
pensaron que ni los adultos podían salvarse de tales crímenes. Por este motivo
decidieron huir de sus casas y dormir en el campo
Los chilenos, buscaban a las mujeres en sus casas para violarlas y como no los
encontraban, empezaron a escalar las cimas de los cerros, para poderlos ver por donde
caminaban.
En el cerro Pumpurre encontraron una superficie plana apropiada para observar a toda
dirección, allí decidieron permanecer varios meses.
Y desde esa época llaman a este sitio “La Pampa de los chilenos”
EL PASTORCITO ENCANTADO
Manolo, era un niño de doce años de edad, acostumbraba a pastar su rebaño por el cerro
Pumpurre. Un día se le presentó una rubia mujer y le dijo:
- ¿Quién es usted?
- Quiero regresar a mi casa, porque mis padres deben estar muy preocupados esperándome.
Los padres del pastorcito, se preocuparon en la noche, porque no regresaba a su casa con el
rebaño. Pensaron que habría perdido alguna cabra y por temor de que le llamen la atención,
se habría quedado en la casa de algún vecino a dormir. Al día siguiente, fueron al cerro a
buscarlo, sólo encontraron a las cabras. Al tercer día, al no tener noticia de Manolo, la
preocupación fue más agobiante para sus padres.
Decidieron de inmediato viajar a Mórrope. Allí, les informaron que don Toribio era uno de los
más famosos brujos y el más acertado en rastrearen naipes.
Luego lo visitaron y le hicieron la consulta, don Toribio les comunicó con toda certeza, que el
niño estaba encantado en el cerro. Los padres preocupados por rescatar a su hijo, de
inmediato contrataron los servicios de don Toribio y vino a Olmos. En la noche trabajó en el
Pumpurre. Cuando eran las doce de la noche sintieron un temblor, el cielo se oscurecía rápido
y un fuerte viento venía rugiendo como un toro, desde la pampa de Licurnique. El brujo
empezó a suspender el tabaco por la nariz, enseguida al cerro Pumpurre le escupió agua de
florida. Y al aproximarse las dos de la mañana, el brujo muy emocionado dijo:
- Tengan fe en mi mesa, roguemos a Dios para que todo salga bien. El remedio me dice que a
las cinco de la mañana lo tendremos al niño aquí con nosotros.
Cuando ya eran las cuatro de la mañana, se presentó una lluvia de estrellas que caían en la
boca de una cueva del cerro. Luego Manolo salía desde el fondo de la cueva. Sus padres al
verlo lo recogieron, su madre se desesperaba por hablarle.
Entre los años en que se desarrolló la guerra del Perú con Chile, los habitantes olmanos vivían
muy aterrorizados, al enterarse que los soldados chilenos habían llegado a cometer una serie
de abusos en este pueblo; degollaban a los niños, mataban a los ancianos, violaban a las
mujeres.
-Agripina, del cantarito más pequeño, no tomes la chicha, es para invitarle a los chilenos.
Al día siguiente, al promediar las tres de la tarde, Agripina vio a unos soldados que caminaban
por el cerro Pumpurre, luego le avisó a su papá y éste le contesto:
Señora! ¡Señora!
Al escuchar la voz enérgica, Agripina, temerosa abrió a la puerta y el oficial le preguntó:
¿tienes agua?
- Sí, señor, también tengo chichita, si gusta ahorita le traigo. Luego le alcanzó un poto de
chicha, diciéndole al oficial:
Sírvase chichita fresca, señor.
El oficial, antes de recibirle, la miró fijamente y con tono de voz más enérgica, replicó.
-sácale el veneno!
Agripina, bajó la mirada y pálida le respondió:
- iAy Dios! De que veneno habla, señor
- Quiero decirte, le contestó el oficial, que tú primero bebas un poco!
Todos los soldados la miraban muy furiosos y con los fusiles le apuntaban, listos para
dispararle, si ponía resistencia a la orden del oficial.
Agripina, temblando de miedo, sin repetir otra palabra, levantó el poto de chicha y tomó un
poco. Luego el oficial, le refirió:
En el lado norte del caserío de Sincape está ubicado un cerrito misterioso, los
lugareños cuentan que cada vez que el ganado caprino en la tarde pastaban por esta
colina, no regresaban completos a sus
rediles, siempre faltaban dos o tres de cada
dueño. Lo que era motivo para que al día
siguiente los buscasen por los cerros,
quebradas, chacras y no los encontraban y
nadie les daba noticia.
Cuando se perdían las cabras, los dueños no podían conciliar el sueño tranquilos, a
media noche salían hasta la puerta de sus casas para mirar a todas direcciones del
campo, pensando tal vez escuchar el balido de alguna de ellas. Sucede que en una
noche se dieron con la sorpresa de ver en la cima del alcor una pequeña ciudad
hermosa, bien iluminada y un hombre cabalgado en un caballo blanco bien enjaezado,
recorría por las calles de norte a sur Luego pensaron que era el encanto y entraron a
sus aposentos a descansar Al amanecer, se formaron brigadas de hombres, algunos
podando sus escopetas y acompañados con sus mejores perros, se dirigieron hacia el
cerro yen la cima sólo encontraron un pequeño hueco, alrededor tenía ceniza y
arrojaba humo tibio, lo llamaron infernío. Y pensaron luego, que allí el encanto
escondía a las cabras que llegaban a pastar
Los moradores dicen que desde esa fecha los rebaños no se pierden, ni llegan
señalados a sus rediles.
EL SEÑOR DE LA ESPERANZA
En el caserío Corral de Arena, el día 19 de enero de 1940, cuando los primeros rayos
del sol salpicaban la cima de los cerros; los pajaritas, trinando volaban de rama en
rama; los gallos con sus cantos, alegraban la mañana.
Gabriel Benites Monja, campesino labrador, salió de su casa, con una hacha en la
mano, pensando cortar un árbol de algarrobo para
Leña.
Enseguida se persignó, la adoró y miró hacia el cielo para darle gracias a Dios. Lo que
más le conmovió a Gabriel, fue ver un rayo del sol que bajaba formando una cruz.
Exaltado dijo:
- Dios, te ha elegido para que recibas esta crucecita, tendrás que construirle una
capilla.
Gabriel les informó a sus vecinos, ellos al verla, también se conmovieron y luego
acordaron formar un comité, para celebrarle su fiesta cada año, en la misma fecha en
que fue encontrada.
Ahora, el madero está vestido con hermosos paños de tela, con arcos de plata y
medallas de oro.
Cuentan que el sacerdote Cattón, desde Olmos fue a ofrecerle una misa y después les
dijo a los mayordomos, que con este nombre se le debe llamarse “Señor de la
Esperanza” y conoce hasta ahora.
LA CRUZ DEL PUENTE
José de los Santos Puse Benites, fue un humilde campesino que se dedicaba a pastar su
ganado caprino. Para cumplir con esta actividad, acostumbraba todos los días
temprano salir de su casa con su rebaño.
Los cabritos desfilaban alegres por las rocas, daban saltos y con sus tiernas cabecitas
acariciaban a las ramas del overo; las flores esparcían su polen y perfumaban el aire
Los rayos del sol parecían bordar con finos hilos de colores en las cúpulas de los
árboles
Al promediar el mediodía, el resplandor solar caía con más intensidad sobre la tierra.
Los chivos merodeaban alrededor de un frondoso algarrobo y luego descansaban un
momento bajo su sombra.
José de los Santos, que permanecía atento al cuidado de su rebaño, siendo la una de la
tarde del día 10 de mayo de 1923, distinguió a cierta distancia una figura sobre una
roca, que le llamó la atención, motivado por la curiosidad de verlo más de cerca,
caminó lentamente, sin cambiar la mirada y observó que era realmente una cruz.
Enseguida José de los Santos, retornó a su casa y les comunicó a sus padres y a sus
vecinos del caserío, que había tenido un feliz hallazgo, quienes al día siguiente se
fueron a verificar y quedaron sorprendidos al ver realmente a la crucecita que estaba
grabada en una roca. Después todos se persignaron y rezaron.
La llaman Cruz del Puente, por pertenecer a este caserío. Y la consideran Patrona de
los moradores, porque le tienen mucha fe y devoción.
SAN PEDRO DE LA PUERTA DE RACALÍ
El día 29 de junio de 1934, siendo las cuatro de la tarde, dos amigos que cuidaban
rebaños de cabras por el campo, se dieron con la alegre sorpresa de encontrar a unos
pajaritos, que se ocultaban entre las ramas de una planta de overo.
- Evaristo, acerquémonos a ver que hay en ese overo, porque en la cúpula de esa
planta veo que el sol, con sus rayos forma una corona luminosa de transparentes
flores.
- Ah, Juan tienes razón; yo también percibo una aroma fragante, pero no podía saber
de donde viene, sólo veo que desde ese overo vuelan una bandada de pajaritos, y
regresan cantando, como si alguien los llamara
San Pedro de la puerta, gracias te damos porque eres protector del campesino
labrador
Don David, compartía esta fiesta religiosa, realizando diversos juegos recreativos.
Mucha gente lo visitaban para ponerle prendas de sus animales, como: pelos de
chivos, lana de ovejas y pelos de vacas, con cera lo pegaban en las manos de la imagen
de San Pedro.
La tradición cuenta, que esta feria religiosa, fue una de las primeras que se celebraban
en Olmos. El sacerdote también lo visitaba, para oficiarle una misa y la gente le
alumbraban con velas y oraban, como es la fe católica.
LA CRUZ DEL RÍO
Una mañana alegre y fresca, cuando los rayos del sol empezaban a salpicar a las
celosías del horizonte y el alegre trinar de los pájaros se perdían en los bosques,
Hermenengildo Sánchez Pupuche, caminaba con dirección hacia el puente de Olmos, y
una nube de pensamientos acariciaba su frente.
Al promediar las seis y veinte minutos de la mañana, del día 27 de enero de 1957 se
aproximaba hacia el río de Olmos, el mismo que permanece casi seco todo el año; a
unos treinta metros de distancia, le impactó la visión de una piedra, luego con la mano
se frota los ojos y volvió a mirar y se acercó cautelosamente, la piedra tenía sobre la
superficie plana una cruz de color negra, con un manto blanco que ¡e daba mayor
presentación. Hermenegildo, se quedó impresionado de encontrar una piedra de tal
naturaleza; luego decidió dejarla escondida al pie de una planta de cuncún y continuó
su camino hasta llegar hacia el puente, en donde esperó un carro para viajar a Piura.
-Esta piedra la encontré en medio del río de Olmos, tiene una cruz semejante a la del
cerro Chalpón, la he traído por curiosidad y la guardaré en esta repisa.
El 19 de Junio de 1956 Pedro Benítes, salió de su casa temprano, con su hacha en la mano y su
alforja en el hombro; en el que llevaba su almuerzo y,un calabazo de chicha fresca, la misma
que era tomada por copas, mientras duraba la jornada del corte de leña de algarrobo, la
misma que era quemada y convertida en carbón. Sus ayudantes eran: Juan Chávez y Alejandro
Chuzón.
A las doce del día, los rayos del sol, parecían que bailaban en las pequeñas dunas de arena
calcinada, de las pampas de Licumicnse; las flores de overo, eran llevadas por el aire, como
diminutds mariposas y apagaban su brillo al caer sobre las palpitaciones de la arena.
Los tres se acercaron bajo la sombra de un frondoso algarrobo y se sentaron a almorzar,
después de terminado, hicieron una breve siesta. Luego Pedro, despertó y miró fijamente a un
tronco seco y dijo:
-Soñé, que desde la punta de ese palo volaban tres palomas blancas, dibujando una cruz en el
espacio.
-Ah, es señal de buena suerte - agregó Alejandro. Y Juan, emocionado añadió;
-Las palomas .representan al Espíritu Santo.
Pedro, decidió cortar aquel tronco y después quiso aprovechar sus raíces que eran gruesas;
empezó a escarbar la tierra y se dio con la sorpresa de encontrar una raíz en forma de cruz y a
su vez, representando el cuerpo de Jesús crucificado. Llamó a sus compañeros, los que
también se santiguaron y lo sacaron con cuidado. Desde ese momento pensaron conducirlo
hasta el pueblo de Olmos. Alquilaron un asno y retornaron. Después de haber caminado unas
horas los sorprendió la noche y buscaron posada, se acercaron hacia una casa y salió a
recibirlos Julián Mío, quien después de una breve conversación, mirando a la cruz, con tono de
burla les dijo:
Qué buena leña llevan.
Pedro le respondió:
Es una cruz, y representa a Jesucristo crucificado, por eso lo llevamos hacia el pueblo, para
hacerle conocer al sacerdote y a su vez pedirle que le oficie una misa.
Julián les contestó
- Ustedes creen en esa raíz de algarrobo, piensan que les va a hacer algún milagro.
- Don Julián, según la fe que el hombre tiene a una imagen, o cruz, le hará algún milagro.
Al siguiente día, salieron de la casa de Julián a las cinco de mañana, después de caminar una
hora aproximadamente, escucharon gritos desesperados de Julián, que venía corriendo detrás
de ellos:
-señores, por favor, espérenme un momento se quema mi casa. Necesito pedirle perdón a la
cruz.
Con la respiración entrecortada se acercó al pie del madero, postrado de rodillas, le pedía
perdón por su burla.
Luego, los leñadores, continuaron su camino. En la iglesia de Olmos, le contaron al sacerdote
de la forma como fue encontrada la cruz y le pidieron que le hiciera una misa. Más, luego llegó
Julián Mío, y comentó que el fuego en su casa había sido apagado por un milagro de la cruz.
Después, lo -trasladaron a su caserío y decidieron tenerlo como Santo Patrón. Pensaron darle
un nombre y conservando la tradición, buscaron en el Bristol la fecha en que fue encontrado y
rezaba el nombre de Portento. Ahora lo conocen con el nombre de Señor del Portento y lo
conservan en una capilla, en el caserío de Miraflores y le celebran su fiesta cada año en la
fecha en que fue encontrado.
DEDICATORIA
hemos realizado.
Secundario.