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2017

INFECCIÓN DE HERIDA OPERATORIA

Geraldine Gavilan Gomez


Lic. Zulema
10-11-2017
INTRODUCCIÓN

La infección de la herida quirúrgica (IHQ) y las complicaciones que de ella se derivan han
constituido un hecho inseparable a la práctica quirúrgica desde sus rudimentarios
comienzos hasta la actualidad. Las primeras medidas activas para luchar contra las
infecciones asociadas a la cirugía se deben a Holmes y Semmelweis en 1846, que
estudiaron la alta mortalidad de las mujeres hospitalizadas con fiebre puerperal en las
maternidades de Viena. A raíz de la muerte de un colega tras participar en la necropsia de
una paciente infectada, postularon que la infección se trasmitía de una manera directa e
instauraron el uso obligatorio de guantes y el cambio de ropa, lo que redujo la mortalidad
materna de un 11,4% en 1846 a un 1,3% en 1848. Más adelante, tras el descubrimiento de
las bacterias por Pasteur, Lister en1867 publica Principios de antisepsia, que revolucionó
la práctica de la cirugía. La aplicación de técnicas de asepsia permitió disminuir la tasa de
infecciones en cirugía electiva del 90 al 10%. Otros autores como Holmes, Kocher y Halsted
también fueron precursores cuyos trabajos permitieron, junto con el desarrollo del
tratamiento antibiótico, establecer las bases de las actuales técnicas de asepsia y
antisepsia.

A pesar de los avances aparecidos en las técnicas, los materiales quirúrgicos, los
antibióticos y los métodos de esterilización, un número importante de procedimientos
quirúrgicos desembocan en este tipo de complicación. Entre las causas que motivan esto
se postulan el aumento global de la actividad quirúrgica (en Estados Unidos se estima que
al día se realizan más de un millón de procedimientos quirúrgicos), la creciente resistencia
antibiótica, la extensión del espectro de población operable a pacientes cada vez más
seniles y con pluripatología, y la realización de procedimientos más complejos, como
trasplantes, prótesis, etcétera.
La cirugía que involucra un corte (incisión) en la piel
puede llevar a una infección en la herida tras la operación.
La mayoría de las infecciones por heridas quirúrgicas se
presentan en los primeros 30 días luego de la cirugía.

Las infecciones de heridas quirúrgicas pueden estar rojas


y despidiendo pus, doler o estar calientes al tacto. Usted
puede tener fiebre y sentirse enfermo.

CAUSAS
Las heridas quirúrgicas pueden infectarse por:

 Microbios que ya se encuentran en la piel y que se propagan a la herida quirúrgica


 Microbios que están dentro de su cuerpo o que provienen del órgano en el que se
realizó la cirugía
 Microbios que se encuentran en el aire
 Manos infectadas de un cuidador o un proveedor de atención médica
 Instrumentos quirúrgicos infectados

Usted corre un mayor riesgo de una infección de herida quirúrgica si:

 Padece diabetes mal controlada


 Tiene problemas con el sistema inmunitario
 Presenta sobrepeso u obesidad
 Fuma
 Toma corticosteroides (por ejemplo, prednisona)
 Se realiza una cirugía que dura más de 2 horas
Hay distintos niveles de infecciones en las heridas:

1. Superficial -- la infección solo está en la zona de piel


2. Profunda -- la infección va más allá de la piel hasta el músculo y el tejido
3. Órgano/espacio -- la infección es profunda y compromete al órgano y espacio en los
que se le realizó la cirugía

TIPOS DE INFECCIÓN DE HERIDA OPERATORIA

1. Cirugía limpia: cuando el tejido que se va a intervenir no está inflamado, no se rompe la


asepsia quirúrgica y no afecta al tracto respiratorio, digestivo ni genitourinario. No está
indicada la quimioprofilaxis perioperatoria salvo en casos especiales de cirugía con
implantes, pacientes inmunodeprimidos o ancianos > 65 años. Se calcula un riesgo de
infección sin profilaxis antibiótica del 5% y una prevalencia real en España del 1,3%.

2. Cirugía limpia-contaminada: cirugía de cavidades con contenido microbiano pero sin


vertido significativo, intervención muy traumática en los tejidos limpios, tractos respiratorios
o digestivos (salvo intestino grueso) y genitourinarios. Riesgo de infección sin profilaxis del
5 al 15%, y en España, del 8%. Como norma general, se recomienda profilaxis antibiótica.
3. Cirugía contaminada: inflamación aguda sin pus, derramamiento de contenido de
víscera hueca, heridas abiertas y recientes. Riesgo sin profilaxis del 15 al 30%, y real, del
10%.

4. Cirugía sucia: presencia de pus, víscera perforada y herida traumática de más de 4 h


de evolución. Aquí ya no se considera profilaxis, puesto que se da por infectada, y por ello
se habla de tratamiento empírico antimicrobiano. Riesgo del 40%.

MEDIOS DE DIAGNOSTICOS

Las pruebas de laboratorio pueden incluir:


 Cultivo bacteriológico - es la primera prueba para diagnosticar una infección
bacteriana. Parte de esta evaluación incluye la identificación de los Staphylococcus
aureus meticilín resistentes (MRSA) en caso de que estén presentes. Los
resultados de los cultivos de heridas infectadas suelen tardar unas 24-48 horas en
obtenerse. Los resultados de cultivos especiales de microorganismos de
crecimiento lento como los hongos o las micobacterias pueden tardar semanas.

 Tinción de Gram - se suele realizar conjuntamente con el cultivo. Se realiza una


tinción especial que permite observar las bacterias al microscopio. Los resultados
suelen estar listos el mismo día de la recepción de la muestra en el laboratorio. Esta
prueba puede proporcionar una orientación al médico sobre el tipo de
microorganismo que está causando la infección.

 Antibiograma o susceptibilidad microbiana a los antibióticos - una vez identificado


el patógeno mediante el cultivo, esta prueba se utiliza para determinar la
susceptibilidad de la bacteria a diversos fármacos. Esta información ayuda al médico
a tomar decisiones acerca del antibiótico a prescribir. Los resultados suelen estar
disponibles al cabo de unas 24 horas después de haber aislado el microorganismo
causante de la infección.

Otras pruebas que pueden solicitarse:

 KOH - prueba rápida para detectar hongos en una muestra. La muestra se trata con
una solución especial, se coloca sobre un portaobjetos y se examina al microscopio
 Cultivo de hongos - se solicita cuando se sospecha infección fúngica. Muchos
hongos son de crecimiento lento y los resultados pueden tardar semanas
 Cultivo de micobacterias - se solicita cuando se sospecha infección por
micobacterias. Son microorganismos de crecimiento lento y pueden tardar semanas
en ser identificados
 Hemocultivo - se solicita cuando se sospecha que la infección de la herida se ha
extendido a la sangre (septicemia)
 Pruebas moleculares para la detección de material genético de un microorganismo
concreto

Otras pruebas de laboratorio - para detectar causas subyacentes que pueden afectar al
proceso de curación de la herida, por ejemplo, la glucosa para detectar una posible
diabetes

Otras pruebas ajenas al laboratorio


En algunos casos, se pueden solicitar pruebas de imagen tales como tomografías
computarizadas (escáner), ultrasonidos (ecografías) o radiografías para evaluar la
extensión del tejido dañado y para buscar áreas con fluidos o pus.

DIAGNOSTICOS
En la actualidad el diagnóstico etiológico puede apoyarse en gran medida en las pruebas
de imagen, pero en la mayoría de los casos la anamnesis, la exploración física y la analítica
de urgencias suelen ser suficientes para el diagnóstico de sospecha, y así iniciar con
prontitud el tratamiento.

En la evaluación inicial de un paciente postoperado son importantes la manifestaciones


clínicas (fiebre postoperatoria, signos inflamatorios locales o supuración espontánea), en la
exploración la presencia de dolor local o crepitación (sugestivos de una infección
necrotizante), antecedentes de vasculopatía periférica, infarto agudo de miocardio o
fibrilación auricular (posible origen isquémico por trombosis o embolismo) y la presencia de
dispositivos invasivos como vías centrales, endoprótesis biliares o uretrales. Se debe estar
alerta también en los pacientes con disminución del nivel de conciencia o con
inmunosupresión que presenten signos de infección sin foco aparente.

En la mayoría de los casos los signos locales de dolor, hinchazón, eritema y drenaje
purulento proporcionan el diagnóstico más certero de IHQ. Sin embargo, en pacientes con
obesidad mórbida o en heridas multicapa, como después de una toracotomía, los signos
externos pueden estar retrasados.

En cuanto a la fiebre, muchos pacientes con un IHQ la desarrollarán, pero por lo general no
ocurre inmediatamente después de la intervención quirúrgica, de hecho, la mayoría de las
fiebres postoperatorias (dentro de las primeras 48 horas) no están asociadas con una IHQ.
Tras 48 horas, la IHQ es la causa más común de fiebre. Cuatro días después de la
intervención quirúrgica, es igual de probable que la fiebre sea causada por el sitio quirúrgico
que por otra infección.
El diagnóstico microbiológico debe iniciarse a la vez que el clínico, a partir de muestras
tomadas de la lesión y de los hemocultivos. Las muestras obtenidas mediante punción-
aspiración o biopsia son preferibles a los frotis superficiales realizados con torundas o
hisopos. En la celulitis, la punción-aspiración con aguja fina tiene un rendimiento
diagnóstico bajo (20%), que aumenta si se realiza en el borde eritematoso de la lesión o en
el punto de máxima inflamación. En algunos casos, un frotis nasal puede identificar a
portadores de SARM y ayudar en la elección del tratamiento antibiótico empírico inicial.

Por lo tanto, el manejo inicial de la infección de la herida quirúrgica se basa en el diagnóstico


(mediante manifestaciones clínicas y en la exploración de la herida) y en la recogida de
muestras microbiológicas.

TRATAMIENTO
Los antibióticos se utilizan para tratar la mayoría de las infecciones de heridas. En
ocasiones también puede necesitar cirugía para tratar la infección.

1) ANTIBIÓTICOS

Pueden suministrarle antibióticos para tratar la infección en la herida quirúrgica. La duración


del tiempo por el que necesitará tomar los antibióticos varía, pero será como mínimo de 1
semana. Pueden suministrarle antibióticos por vía intravenosa y luego cambiar a pastillas.
Tome todos sus antibióticos, incluso si se siente mejor.

El pus de su herida se puede examinar para averiguar cuál es el mejor antibiótico. Algunas
heridas se infectan con Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM), que es
resistente a antibióticos de uso común. Una infección con SARM requerirá un antibiótico
específico para tratarla.

2) TRATAMIENTO QUIRÚRGICO INVASIVO

En ocasiones, su cirujano necesita hacer un procedimiento para limpiar la herida. Pueden


llevar el procedimiento a cabo en el quirófano o en su cuarto de hospital. Ellos:
Abrirán la herida retirando las grapas o los puntos de sutura
Harán exámenes a la piel y el tejido en la herida para averiguar si hay una infección y qué
tipo de antibiótico funcionaría mejor
Limpiarán la herida removiendo el tejido muerto o infectado dentro de esta
Enjuagarán la herida con agua con sal (solución salina)
Limpiarán el saco de pus (absceso), en caso de que haya uno
Rellenarán la herida (si se trata de un orificio) con tiras de apósito remojado en solución
salina y un vendaje
CUIDADOS DE ENFERMERÍA

No tocar directamente las heridas, salvo si se tienen puestos los guantes estériles o
se utiliza técnica que descarta la manipulación
Los vendajes sobre las heridas cerradas deben retirarse y/o cambiarse cuando
estén húmedos o el paciente tenga signos y síntomas que hagan pensar en una
infección, por ejemplo, fiebre, dolor muscular, etc. Cuando se quite el vendaje se
examinará la herida en busca de signos de infección
Si la herida supura, recoger cultivos de exudado
Vigilar complicaciones
Cuidados de la herida y drenajes.
Administración de medicación.
Inmovilización.
Manejo de la nutrición.
Manejo de líquidos y electrolitos.
Precauciones circulatorias.
Protección contra las infecciones.
Vigilancia de la piel.
Manejo de las inmunizaciones y vacunaciones.
Protección contra las infecciones.
Interpretación de datos de laboratorio.
Monitorización de los signos vitales.
Baño.
Cuidados de las úlceras por presión
PREVENCION

• Lavado de manos antes y después de la cura


• Técnica estéril
• Informar al paciente y garantizar su intimidad
• El orden de la cura será:
O 1º las heridas no infectadas
O 2º las heridas infectadas
• Administrar analgésicos antes de la cura (bajo Prescripción médica)
CONCLUSIÓN

Las Infección Herida operatoria son un problema frecuente (5%) potencialmente letal que
supone un aumento importante de la morbilidad, el coste y la estancia hospitalaria.

Se debe realizar una vigilancia activa de las IHQ en el postoperatorio que permita un
diagnóstico y un tratamiento tempranos de éstas.

La prevención de la aparición de IHQ debe ser una actitud activa, continua y primordial para
todo el personal implicado en el preoperatorio, el perioperatorio y postoperatorio.

Desde el punto de vista del cirujano, el lavado y sobre todo la técnica quirúrgica depurada
son las formas de prevención más importantes.

La cirugía ginecológica es mayoritariamente de tipo limpia contaminada, por lo que es


subsidiaria de profilaxis antibiótica de amplio espectro. Dicha recomendación se extiende
hoy a todas las cesáreas.
BIBLIOGRAFIA:

http://www.elsevier.es/es-revista-clinica-e-investigacion-ginecologia-obstetricia-7-articulo-
infeccion-herida-quirurgica-prevencion-tratamiento-13110137

http://www.cuidados-intensivos-sedar.es/manual-cuidados-intensivos/manejo-de-las-
infecciones-de-la-herida-quirurgica

http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtual/libros/medicina/cirugia/tomo_i/Cap_02_Infecciones%
20quirurgicas.htm

https://encolombia.com/medicina/revistas-medicas/cirugia/vc-161/cirugia16101-programa/

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