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Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas (2006, pp 2)
2
Cfr. Meza y Caparó (1994: pp 3)
campos, como el intelectual.3 En este contexto, surge a finales del Siglo XIX,
un grupo de mujeres ilustradas, quienes comenzaron a difundir sus ideas, en
veladas donde discutían distintos aspectos de la sociedad, en las que
reclamaban su derecho a la educación, el trabajo y la participación pública
femenina.
En la actualidad, las luchas que los hombres y las mujeres enfrentan no son
por la independencia del país, sino por continuar siendo honestos, solidarios,
entre otros valores importantes que cada vez parecen más difíciles de
mantener en una sociedad que se vuelve todos los días más individualista, y
sobre todo superficial.
Esta propuesta desea ser una manera de honrar a aquellas mujeres que
aunque no tenían la situación a su favor, no dejaron de participar y de estar
enteradas de lo que pasaba a su alrededor. Ahora, muchas personas (hombres
y mujeres) parecen haberse dejado llevar por aspectos triviales y han permitido
que la desinformación se apodere de ellos, lo que desencadena en escoger
autoridades mediocres, conformarse con lo que medios de comunicación les
entregan y convertirse en masas manejables.
3
MEZA, Carmen y HAMPE Teodoro (2007, pp 376)
OBJETIVO
CAPITULO I
a) Mesopotamia
b) Egipto
a) Grecia
b) Roma
1.2Edad Media
1.3Edad Moderna
CAPITULO II
a) Levantamientos
b) Espionaje
c) Apoyo en general.
3. LA MUJER EN LA ACTUALIDAD
2 Fuentes de información 7 14 21 28
TOTAL
En el primer capítulo se revisará el rol de la mujer a lo largo de la historia, desde las
sociedades de la Edad Antigua hasta la Modernidad. En el segundo capítulo la
investigación se centrará en la mujer en el Perú, y el rol que jugó durante las campañas
de independencia.
CAPITULO I
b) Egipto
En Egipto, las mujeres gozaban de cierta libertad. La educación de las mujeres estaba
equiparada a la del varón. Esta consideración que tenían hacia la mujer permitió reconocer
derechos de herencia matrilineales a los varones y conservar sus bienes después del
matrimonio. Las mujeres tenían mayor libertad de movimiento, pues “andaban libremente por
la calle” como cuenta Heródoto con cierto escándalo. Sabemos que algunas trabajaban en la
industria textil y en la elaboración de alimentos.
No faltaban mujeres que llegaron a alcanzar un alto grado de poder, por ejemplo, una hija del
faraón era consagrada como esposa del dios y ejercía el poder en Tebas. Las mujeres podían
alcanzar la máxima jerarquía. Las esposas de los faraones eran transmisoras de los derechos
de soberanía y podían ejercer la regencia hasta que sus hijos alcanzaran la edad suficiente
para reinar.5
a) Grecia.
La opinión que los antiguos griegos tenían de las mujeres se halla resumida en el relato que de
su creación hace Hesíodo. Según este poeta, la primera mujer, Pandora, fue creada por Zeus
como castigo a los hombres. De la caja de Pandora salían los dolores y las calamidades.
Aristóteles, afirmaba que las mujeres son <<por naturaleza más débiles y más frías>> que los
hombres. Se consideraba de cuerpo frío aquél que no había acabado de hacerse; la debilidad
térmica de las mujeres se manifestaba en que envejecían antes que los hombres, tenían la
carne más blanda y el cerebro menos voluminoso.6
Para Aristóteles, la mujer, en cuánto a madre, no era más que el soporte alimenticio y físico
donde se encuentra el hombre antes de nacer.
De esta visión del cuerpo femenino se pasó a considerar a la mujer como una eterna menor de
edad, y a justificar así su exclusión de la vida pública.
b) Roma
La mujer romana tenía mayor libertad que la griega, al menos en algunos aspectos de su vida.
4
María Jesús Fuente y Purificación Fuente, Las mujeres en la Antigüedad y la Edad Media (Madrid, 1995)
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María Jesús Fuente y Purificación Fuente, Las mujeres en la Antigüedad y la Edad Media (Madrid, 1995)
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María Jesús Fuente y Purificación Fuente, Las mujeres en la Antigüedad y la Edad Media (Madrid, 1995)
Sobre la opinión del valor de las mujeres entre los romanos nos puede ilustrar el impuesto de
capitación de Diocleciano para quien dos mujeres equivalían a un hombre.
La mujer no tenía nombres propio, se la llamaba por el nombre del padre en femenino. Cuando
en la familia había variar hijas, se añadía un ordinal al nombre, o se les apodaba “la mayor” o
“la menor”, en caso de ser sólo dos hermanas.
Según la ley, un ciudadano romano no tenía la obligación de criar más de una hija, la
primogénita. Un <<pater familias>> solía reconocer sólo a una de sus hijas, pues, aunque la
crianza no fuera necesariamente muy costosa, el ciudadano debía reservar una parte
importante de su fortuna para dotar el matrimonio de la hija.
La costumbre de abandonar a los niños al nacer, y no ser reconocidos por la familia, era
frecuente, sobre todo, entre los patricios y afectaba más a las niñas. Las niñas abandonadas
pasaban a ser esclavas; y, por lo general, eran recogidas por los dueños de los burdeles, que
las adiestraban para ejercer como criadas y como prostitutas cuando alcanzaban la edad
adulta.7
La evolución ideológica respecto al mundo femenino tiene dos momentos destacables, uno
en torno a los siglos XI y XII y otro a partir del siglo XIII. En los siglos XI y XII se produjo un
movimiento purificador en el seno de la iglesia que afectó a la mujer de dos maneras: como
consecuencia de la imposición del celibato ya que se consideró a la mujer la causa de
todos los males y en segundo lugar, por la nueva definición del matrimonio que en
consecuencia se convertirá en monogámico y vitalicio.
Las facultades de Teología y las nuevas órdenes mendicantes elaboraron el ideal de mujer de la
Edad Media. El modelo por excelencia era la Virgen María.
El hombre medieval limitó a la mujer al espacio doméstico o privado y reservó el público para los
hombres.
De algunos personajes antiguos proceden buena parte de las teorías que sobre la naturaleza de
la mujer se divulgaron en la Edad Media.
La menstruación, por ejemplo, se consideraba como el modo en que la mujer expulsaba las
impurezas de su cuerpo, y pensaban que la presencia de una mujer menstruante podía
estropear comida en proceso de elaboración, o que su mirada volvía opacos los espejos.
Las mujeres, en resumidas cuentas, se tenían que comportar de manera que no provocara la
sexualidad masculina. Se consideraba esencial para vencer el ocio, que de otro modo llevaría a
la mujer a los malos pensamientos, y el silencio se le imponía como sacrificio de lo que, por
otra parte, se le consideraba natural en ella: hablar demasiado.
De poder participar en y algo relacionado con la iglesia los clérigos excluyeron a las mujeres de
estas instituciones porque se requería una capacidad intelectual que, según ellos, sólo era
poseída por los hombres.8
7
María Jesús Fuente y Purificación Fuente, Las mujeres en la Antigüedad y la Edad Media (Madrid, 1995)
8
María Jesús Fuente y Purificación Fuente, Las mujeres en la Antigüedad y la Edad Media (Madrid, 1995)
1.3 La mujer en la Edad Moderna
a) Vida Cotidiana
En la Edad Moderna, todos los grandes estados continúan con el modelo patriarcal que
restringe a la mujer a un papel subordinado, aunque existían algunas damas cultas que
sabían leer y escribir. En todos los grupos, los padres decidían el casamiento de las
jóvenes tras largas negociaciones sobre la dote. En la nobleza y la aristocracia, el
matrimonio era además un instrumento de la diplomacia para sellar alianzas políticas,
resolver conflictos y asegurar la paz.
En la nobleza y la alta burguesía, las mujeres nobles aprendían la doctrina cristiana, a leer y
a escribir, costura y a veces, música. Tanto en las clases altas como en las bajas, la mujer
destacaba por su papel de madre. El trabajo en la edad moderna se consideraba como una
actividad exclusiva para el hombre, la mujer por su parte tenía que consagrarse al cuido de
los hijos, su esposo y su hogar. El trabajo que podía realizar la mujer dentro de su casa no
era catalogado como tal sino era su obligación y tenía que cumplirlo como un mandato
divino y social.9
Desgraciadamente, a lo largo de los siglos XVI y XVII, la mujer fue excluida de ciertas
profesiones por los gremios. Se consideraba el trabajo femenino deshonesto e infamante.
Las mujeres campesinas y de clases bajas siguieron trabajando, no obstante; y
compaginaban las tareas agrícolas con las de la casa o con la artesanía rural, la carda o el
hilado de la lana, etc. También podían dedicarse al pequeño comercio de alimentos, o al
servicio doméstico (sirvientas, nodrizas, comadronas, etc.)10
En esta época se comenzó a fomentar el uso de vestidos pesados y de gran volumen, muy
casto y que se completaba con fajas o corsés lo más apretados posibles para marcar al
límite las caderas y características corporales femeninas, además de un amplio escote que
mostraban unos senos realzados y embellecidos con polvos y coloretes.
De esta forma, lo que antes era condenado por la sociedad como inmoral y pecaminoso ( la
belleza corporal) era ahora considerado como un signo visible de la bondad interior y de
una condición social noble. El ideal de la belleza femenina era la mujer de tez pálida,
cabello rubio y rizado, caderas anchas y cintura y pecho pequeño.
Así, por todo el continente europeo, las mujeres se preocupaban por estos nuevos cánones
sociales y por esta obligación social de la belleza a la que se debían ( a eso se reducía en
la sociedad moderna el papel de la mujer, apenas a un placer visual).11
CAPITULO II
9
Grimal, P. “Historia mundial de la mujer” (Barcelona, España. Editorial Grijalbo, 1973) Página 292
10
Grimal, P. “Historia mundial de la mujer” (Barcelona, España. Editorial Grijalbo, 1973) Página 293
11
Grimal, P. “Historia mundial de la mujer” (Barcelona, España. Editorial Grijalbo, 1973) Página 275
de distancia de la antigüedad y el medioevo, muy poco se había evolucionado respecto a los
derechos de las mujeres.
En aquella época ella era considerada inferior a los hombres. Era limitada a la administración,
estaba prohibida de testificar en el registro civil, además no podía ser fiadora, firmar contratos ni
participar en funciones públicas, además era completamente dependiente de su esposo; debía
vivir donde vivía él, no podía contratar sin su autorización, el adulterio era causal al divorcio, pero
para los hombres no y limita la patria potestad de la madre, quien la puede ejercer sólo en
ausencia del padre.
a).- Levantamientos.
Ana de Tarma, quien comandaba a un grupo de 52 mujeres; ellas ofrecieron resistencia a las
huestes del español Benito Troncoso, en los combates de Río de la sal y Nijandaris, donde los
españoles fueron derrotados. Por trece años truncaron los esfuerzos de los españoles. Ante ello,
el rey de España procedió a cambiar al virrey, pero estos cambios no lograron reducir el caudillo
y la figura de la guerrillera Ana de Tarma. 14
Micaela Bastidas, esposa y consejera de Túpac Amaru II, su desempeño tuvo vital importancia
en la rebelión de Tinta. Su ejemplo de coraje y determinación al defender sus ideales de justicia
y libertad hasta su trágica y despiadada muerte en mano de los españoles, la convirtieron en
leyenda y símbolo de la lucha americana contra la opresión y la explotación colonial.15
b) Mensajeras
Luego de participar activamente en los levantamientos en distintos lugares del país, muchas
otras mujeres sirvieron como espías y enviando correspondencia entre los patriotas; por
ello murieron fusiladas o tomadas prisioneras por los realistas, como Brígida Ochoa de
Silva, se casó con el caballero cusqueño Francisco Ochoa Camargo, a quien contagió su
amor patrio; de tal manera que alentó los auxilios que su esposa brindaba a cuantos
cayeron en prisión durante la lucha por la libertad. Nadie se atrevía a sospechar de ella,
por lo mismo que el mayor de sus hijos, Manuel Ochoa, prestaba sus servicios como oficial
del cuerpo de artillería, al servicio del rey. Esta circunstancia la hacía insospechable y se le
permitía la entrada franca al cuartel donde estaba prisionero su hermano, el coronel don
Remigio Silva. Fue así como los patriotas tenían una noticia diaria de cuanto se disponía
para sofocar el anhelo de libertad.16
12
Cfr. Meza y Caparó (1994: pp 2)
13
Cfr. Meza y Caparó (1994: pp 2)
14
Guardia Beatriz ( 2002) Mujeres peruanas, el otro lado de la historia, cap 5 pag 105-131
15
Baruc Villanueva (2004, 2006). Divagaciones históricas en la web, Libro 1.
16
Mujeres Ilustres del Perú: para la Educación Nacional. Lima, Perú: Editaciones Carpesa. pp. 57-60
c) Apoyo en general.
El elemento femenino religioso no fue indiferente a la obra emancipadora, pues las monjas
de casi todos los conventos de Lima, confeccionaron prendas paras las tropas
libertadoras.17
Para finales del Siglo XIX un grupo de mujeres se reunían en veladas donde discutían distintos
aspectos de la sociedad en las que reclamaban su derecho a la educación, el trabajo y la
participación pública femenina. Es aquí donde se forma la primera generación de mujeres
ilustradas, entre las que se encuentran Juana Manuela Gorriti, quien participó del
enfrentamiento con España y que fue condecorada con “La Estrella de Dos de Mayo”; Teresa
Gonzáles de Fanning, ilustre escritora que también se dedicó a la educación; Mercedes Cabello
de Carbonera, considerada primera escritora peruana y reconocida por su crítica social;
Clorinda Matto de Turner, destacada escritora y fundadora del género literario indigenista. 18
17
Cfr. Meza y Caparó (1994: pp 3)
18
Villavicencio, Maritza, Del silencio a la palabra, Mujeres peruanas en los siglos XIX y XX, Ediciones Flora
Tristán, Lima, 1992.
CAPITULO III
Desde los años cuarenta la mujer ha formado parte importante de los medios de comunicación,
lamentablemente no solo como parte del periodismo y producciones audiovisuales (en los que
su presencia ha sido casi nula) sino también como un elemento más de atracción para
productos y servicios. Hasta nuestros días se ha intensificado la cosificación del cuerpo de la
mujer. Se hace presente en anuncios en los que no parece necesaria su aparición; sin embargo
la exhiben como parte del decorado
Desde finales del Siglo XX ya la mujer buscaba tener mayor presencia en todos los ámbitos en
los que no la dejaban participar. El trato paternalista que le daban los hombres se ha visto
reducido y las mujeres han ido demostrando que tienen la misma capacidad intelectual,
emocional, y hasta física. En estos días, las mujeres del país se encuentran en la búsqueda del
equilibrio entre el éxito profesional y el ser una de las cabezas de su familia.