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UNIVERSIDAD DE PANAMÁ

ESCUELA DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS


FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS
DERECHO CIVIL

TEMA: CONTRATO DE GARANTIA PERSONAL Y REALES

FACILITADOR:

NELSON ORTEGA
PROFESOR

INTEGRANTES:

ÁVILA DENIS
8-924-5
BONILLA ANDRES
8-861-2422

GONZALEZ TANIA
8-913-552

PINEDA EPIMENIDES
9-176-816

RIVAS EDUARDO
8 -281-631

VASQUEZ JUAN
8-887-324

GRUPO:

TERCER AÑO D NOCTURNO


II SEMESTRE 2017
INTRODUCCIÓN

El Derecho Civil es la rama del derecho encargada de vigilar por el buen


desenvolvimiento de las relaciones de las personas con otras y con el estado. Las
disposiciones que este derecho civil impone son de carácter ético, suponen una
correcta conducta con el medio ambiente son representadas por la sociedad. Las
relaciones que se desarrollan dentro del marco legal del derecho civil pueden ser
tanto públicas como privadas, podrán generar actos y consecuencias que afecten
al sector público nacional. El Derecho Civil es el creador del código civil, el cual no
es más que un compendio de normas que regulan las relaciones naturales o
jurídicas entre personas, el estado y el sector privado. La historia cuenta
del Derecho Civil, transformaciones en cuanto a sus objetivos se refiere, ya que en
su momento constituyó, solo las leyes que convenían al sector privado a los
individuales. Este precepto, no iba de la mano con el derecho público, por lo que
esta rama se independizó y comenzó a legislar dejando acceso a personas ante
las necesidades de trámite.

A esto se le fue atribuido la creación de partidos y organizaciones políticas que se


basaron en el derecho civil privado y dejando al derecho civil público por fuera.
Con el tiempo, este último cayó en decadencia y perdió la práctica, por lo que en
la actualidad, el derecho civil tiene carácter privado, individual y el estado es
tratado como un individuo más que mantiene una relación legal con el otro.

En el caso que nos compete conoceremos sobre los contratos de garantías reales
y permanentes, a fin de conocer más a fondo el fin de la materia una garantía
real (a diferencia de una garantía personal) es un contrato o negocio
jurídico accesorio que liga inmediata y directamente al acreedor con la cosa
especialmente sujeta al cumplimiento de una determinada obligación principal.
Cumplidos los requisitos constitutivos, la garantía real es por sí misma un derecho
real.

En los supuestos de garantía real el acreedor está investido de un poder especial


sobre la cosa que asegura su derecho, que engloba la llamada reipersecutoriedad,
que supone un poder especial de restitución independiente de los sujetos y
situaciones en que la cosa gravada pudiera encontrarse. La garantía real permite
al acreedor propiciar la venta forzosa del bien gravado, para su realización y pago
de la deuda garantizada, de esta manera en el estudio antes descrito
conoceremos el fin de estos contratos que como estudiantes de derecho nos
llevan adquirir ese conocimiento necesario para nuestro desarrollo profesional.
INDICE
1. Contratos de garantía personal y real………………………………5
1. concepto…………………………………………………………...5
1.1. Garantía personal……………………………………………………………….…5
1.2. Garantía real…………………………………………………………..6
2. el contrato de fianza……………………………………………………7
2.1. Aspectos generales……………………………………………………………….7
2.2. Concepto y elementos……………………………………………………………9
2.3. Características de la fianza……………………………………………………...12
2.3.1 Es un contrato consensual y de contenido obligacional……………….12
2.3.2 Puede ser gratuito u oneroso……………………………………12
2.3.3 La fianza es por naturaleza un contrato unilateral………….13
2.3.4 La fianza es típica………………………………………………….13
2.4. Especies de Fianzas……………………………………………….13
2.4.1. Fianza convencional, legal o judicial………………………………………14
2.4.2. Fianza civil y comercial………………………………………………………..14
2.4.3. Fianza simple o doble………………………………………………………….14
2.4.4. Fianza definida o limitada y fianza indefinida o limitada……………….15
2.5. Efectos jurídicos de la fianza entre el fiador y el acreedor……………...16
2.6. Efectos jurídicos de la fianza entre el deudor y el fiador………………..16
2.7. Efecto jurídico de la fianza entre cofiadores……………………………….17
2.8. Causas de extinción de la fianza…………………………………………….17
3. La prenda…………………………………………………………………………..18
3.1. Concepto de prenda………………………………………………………….18
3.2. Características de prenda……………………………………………………….19
3.3. Requisitos de la prenda…………………………………………………………21
3.4. Efectos del contrato………………………………………………………..……..22
3.5. Extinción de la prenda……………………………………………………………23
4.0. La hipoteca…24
4.1. Hipoteca inmobiliaria…25
4.2. Características del contrato de hipoteca……………………………………25
4.3. Bienes sobre los cuales recae una hipoteca……………………………….26

4.4. Efectos del contrato……………………………………………………………..26

5.0. Hipoteca mobiliaria……………………………………………………………….29


5.1. Legislación consagra hipoteca mobiliaria………………………………….29

5.2. Como se constituye la hipoteca mobiliaria………………………………..30


5.3. Elementos de constitución de la hipoteca mobiliaria…………………..30
5.4. Efectos de la hipoteca mobiliaria…………………………………………..30
5.5. Extinción del contrato de hipoteca………………………………………….30
6.0. Jurisprudencia…………………………………………………………………..31
ANEXOS……………………………………………………………………………....44
CONCLUSIÓN………………………………………………………………………..45
BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………………...46
Contratos de garantía personal y real.

1. Concepto.
Para estudiar el tema de los contratos de garantía personal y real es necesario
definir qué significado tiene en el mundo jurídico y es pues, aquel contrato en la
cual lo definiríamos de la siguiente manera:
1.1. Garantía personal: Se denomina garantía personal porque no se tiene en
cuenta ningún bien concreto que funciona como aval de pago. Lo relevante
en este tipo de garantía es la persona que, a título privado, ofrece una
garantía de que va a cumplir con una responsabilidad (por ejemplo, la
devolución de un préstamo.)
Se dice que la deuda tiene una garantía personal, cuando la
responsabilidad, ya del deudor solamente es, o de este y de un tercero, es
simplemente personal; pues que se asegura el pago por otra persona como
vemos en el caso de préstamos que muchas veces los bancos exigen un
fiador que se responsabilice por el incumpliendo de un compromiso
adquirido por el titular de derecho; bien como hemos mencionado entonces
como garantía personal, entra el rol de la fianza pues, es, lo que garantizará
el cumplimiento de una deuda o de una obligación a través de la existencia
de la figura del fiador, quien es una tercera persona ajena a la deuda, es
decir, que no se encuentra involucrada ni con la parte que prestó el dinero,
ni con aquella que lo recibió. El fiador lo que hace es garantizar el
cumplimiento efectivo de la fianza, incluso, comprometiéndose y asumiendo
él mismo aquello que el deudor no asume o no pueda cumplir por sí mismo,
adquiriendo una responsabilidad con el acreedor y que en el incumplimiento
de la persona principal pasa el fiador a ser titular de la deuda.
A instancias del Derecho Civil, donde nos podemos encontrar con este tipo,
el fiador y el deudor resultan ser dos personas diferentes, que se
encontrarán ligados a través del llamado contrato de fianza.
Dentro de este mismo contexto y orden para ir conociendo la figura que
estamos viendo al caso el suscrito grupo y entender el tema que a continuación
veremos adelante definimos a continuación lo siguientes concepto anteriormente
visto:
a. Fiador: predica nuestro Código Civil: “El fiador puede ser compelido a
pagar al acreedor desde el momento en que el deudor esta en mora, de
conformidad con las reglas del artículo 985.”(artículo 1520 del CC).
Entonces diríamos que el fiador es aquella persona que se
compromete con un acto de tercera persona a responder por la deuda de la
persona titular del derecho, ahora bien, sería bueno decir que el
tercero que se compromete como fiador estamos ante una persona natural
que se presenta con un acto de buena fe, que se asume sea reciproco en la
experiencia se ha visto que muchas veces el fiador queda responsabilizado
por el pago o deuda adquirida que es incumplida por la persona principal de
la deuda.

b. Deudor: El deudor o prestatario es aquella persona natural o jurídica que


tiene la obligación de satisfacer una cuenta por pagar contraída a la parte
acreedora o prestamista, ello cuando el origen de la deuda es de carácter
voluntario, es decir, que el deudor decidió libremente comprometerse al
pago de dicha obligación. Dada esta situación, en la que el deudor no
efectúe los pagos a su acreedor, éste podrá ejercer acciones legales
contra el deudor para intentar recuperar la deuda correspondiente.
Debemos hacer constar, aunque sea obvio, que si no hay ningún
documento que sea capaz de demostrar la citada deuda, legalmente la
prestación no existirá y no se podrá efectuar ningún tipo de acción legal
contra el moroso.

1.2. Garantía real: Es aquella en la que el deudor ofrece como aval un bien propio
o de otra persona para obtener un crédito. Hay varias modalidades de garantías
reales, siendo la prenda y la hipoteca las más comunes. La prenda es una
modalidad de contrato mediante el cual un deudor ofrece a su acreedor un bien
mueble para trasmitir seguridad en el crédito y dicho bien deberá restituirse
cuando se extinga la obligación contraída. La hipoteca se aplica sobre algún bien
del deudor o de una tercera persona, de tal forma que el acreedor es el
beneficiario de dicho bien. Ambas garantías reales están desarrolladas en una ley
hipotecaria. La garantía real es objetiva, pues se basa en un bien tangible y
concreto.
El origen de las garantías reales proviene del Derecho Romano, en el que ya se
contemplaba algún procedimiento legal para cumplir con las obligaciones
contraídas (por ejemplo, la fiducia o el pignus).
Se entiende por la fiducia: Operación jurídica que consiste en transferir
un bien a una persona, a condición de que lo devuelva después de un
tiempo convenido y en unas condiciones determinadas.
Pignus: de los llamados préstamos pretorios (por oposición a los
préstamos civiles). Consiste en la entrega en garantía de una cosa del
deudor -que es, a la vez, pignorante-, al acreedor -que pasa a ser
acreedor pignoraticio- para que la retenga hasta que se extinga la
obligación, propia o ajena, que se garantiza. En cuanto préstamo en
garantía, supone la existencia de una obligación para el acreedor
pignoraticio: la de restituir la prenda en caso que el deudor o pignorante
extinga la obligación. Sin embargo, el hecho de quedar la prenda en
poder del acreedor pignoraticio hace nacer en favor de éste varios
derechos sobre la cosa, entre ellos, un derecho de persecución, por lo
que hablamos de un derecho real de garantía.
En el caso de la garantías reales, cuando se afecta un bien para responder
por la obligación la garantía toma el calificativo de real, v.gr. la prenda y la
hipoteca; pero hay veces que la seguridad acusa un matiz intermedio, surgiendo
entonces las llamadas seguridad mixtas, v.gr. el derecho de retención y la
anticresis.
2. El contrato de fianza.

Se entiende por fianza que es una garantía personal accesoria, en virtud de


la cual uno o más personas responden de un obligación ajena, comprometiéndose
par con el acreedor a cumplir en todo o en parte, si el deudor principal no lo
cumple; es aquí donde vemos que el hecho de adquirir un compromiso partiendo
del acto de buena, el consentimiento, objetó y causa del contrato las partes se
obligan a cumplir con el compromiso adquirido.

Artículo 2361. <CONCEPTO DE FIANZA>. La fianza es una obligación


accesoria, en virtud de la cual una o más personas responden de una obligación
ajena, comprometiéndose para con el acreedor a cumplirla en todo o parte, si el
deudor principal no la cumple (Código Civil Colombiano).

2.1. Aspectos generales.


En el ámbito civil que nos corresponden muchas figuras contractuales se
volvería poco eficaces de contar con los contratantes los medios que sirvan para
garantía de las prestaciones; en ese sentido, existen garantías personales y
reales, que las hay desde tiempos memoriales que incluso nace del derecho
romano que sirven para asegurar la devolución o cumplimiento del compromiso
adquirido.
Cuando la responsabilidad, es de un deudor solamente, o de este y de un
tercero, es simplemente personal, se dice que la deuda tiene garantía personal,
seria en este caso la fianza que hemos descrito anteriormente; cuando se afecta
un bien para responder por la obligación, la garantía toma calificativo real, seria
pues, la prenda y la hipoteca, que adelante explicaremos en el presente trabajo;
pero hay veces que la seguridad acusa un matiz intermedio, surgiendo entonces
las llamadas seguridad mixtas, el derecho de retención y la anticresis.
Nuestro Código Civil dentro de los contratos de garantías, regula la Fianza
(Titulo XIII) y la Prenda, Hipoteca y Anticresis (Titulo XIV). La fianza es un medio
muy difundido d garantía, cuyos antecedentes podemos encontrar si vemos en el
Derecho Romano.
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la fianza
es una “Obligación que uno adquiere de hacer algo a lo que otro se ha obligado en
caso de que este no lo haga”.
El Derecho francés desarrollo garantías personales con el nombre de
caución, al decir que la caución es el contrato-tipo de garantía personal.
2.2. Concepto y elementos.

a. Concepto:
En el mundo jurídico tenemos varias definiciones sobre que es la fianza por
diversos autores que nos dan luces a este tipo de contrato para Castan, en un
sentido amplio, se llama fianza o caución a cualquier garantía prestada para el
cumpliendo de una obligación. Pero en un sentido estricto y técnico, fianza es la
garantía personal que se constituye asumiendo un tercer el compromiso de
cumplir la obligación, sino lo hace el deudor principal.
Siendo así la fianza una figura típica de la garantía personal que se
constituye asumiendo un tercero el compromiso de cumplir la obligación. Si no lo
hace el deudor, en una especie de caución o garantía personal que se constituye
con un tercero, al asumir este el compromiso de responder del cumplimento de un
obligación con su patrimonio; analizando desde esta perspectiva diríamos que la
fianza busca que el asegurar el bien del acreedor de la siguiente manera el fiador
contrae una deuda, es decir, en la fianza el fiador es un verdadero obligado, y no
un mero responsable por deuda ajena, la fianza crea una obligación autónoma del
fiador frente al acreedor, si bien se trata de una obligación accesoria, ya que
depende y está subordinada a la obligación (del deudor) que garantiza, la fianza
es un contrato que vincula al fiador y al acreedor, en el que el deudor principal
tiene la consideración de tercero, la obligación del fiador es subsidiaria de la del
deudor, por lo que el fiador deberá cumplir su obligación sólo en el supuesto de
incumplimiento del deudor principal.
Reza nuestro Código Civil de la siguiente manera: “Por la fianza se obliga
uno a pagar o cumplir por un tercero, en el caso de no hacerlo este. Si el fiador se
obligare solidariamente con el deudor principal, se observara lo dispuesto en la
Sección IV, Capítulo III, Título I de este Libro” (artículo 1512 del CC); pudiese
entenderse de la manera que es el compreso u obligación entre partes que
pasaría formar parte de un contrato.
Nuestra Corte Suprema de Justicia referente al caso se ha pronunciado de
la siguiente manera:
Siendo así la Sala Primera de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia,
mediante Sentencia de 5 de mayo de 2009, con la ponencia del magistrado Harley
J. Mitchell D., en el proceso ordinario que le siguió Ingeniería Cyasa, S.A., a ASSA
Compañía de Seguros, S.A., reconoció el carácter contractual de la fianza y al
mismo tiempo lo define claramente, reconociendo el caracter de accesoriedad que
representa.
“En principio, nada tendría que objetar la Sala a lo expuesto por el Tribunal de
Apelaciones, puesto que, siendo la fianza un contrato accesorio o de garantía, el
cual depende, para su nacimiento, de un contrato principal, cuyo cumplimiento
garantiza, y que en el presente casos sería el contrato de suministro, según el texto
de documento visible a fojas 33-34, la existencia de un contrató de fianza que
garantiza el cumplimiento del contrato de suministro, presupone la existencia de este
último.
El punto problemático surge con falta de presentación del documento contentivo
del contrato de fianza, el cual debe constar por escrito de acuerdo con el artículo 807
del Código de Comercio, el cual se estima infringido por el recurrente.
Al pretender que el contrató de fianza constituya indicio del existencia del
contrato de suministro, es menester que el contrato de fianza esté debidamente
probado, tal como previene el artículo 982 del Código Judicial. Pero tal prueba ha de
consistir en el contrato escrito, tal como dispone el artículo 245 del Código de
Comercio. La copia fotostática no es contrato sino una reproducción del mismo, por
lo que tal documento no sustituye el original sino cumple con las exigencias previstas
en el artículo 844 del Código Judicial y en el numeral 3 del artículo 857 del mismo
texto legal.
Al no reunir el documento consultable a foja 33-34, los requisitos legales para
acreditar el contrato de fianza, mal puede este documento constituir indicio de la
existencia del contrato de suministro”.

Ante tal caso ante mencionado nos damos cuentas que la fianza se define
por un contrató, pero aun cuando no se le eleva a esa categoría, la fianza es un
contrató; es el acuerdo contractual celebrando entre fiador y acreedor, asumiendo
aquella obligación de asegurar el cumplimiento de la obligación llamada deudor
principal, en donde no es necesario el consentimiento del deudor para validez del
acuerdo
b. Elemento:
Dentro de la fianza tenemos dos elementos importantes que nuestra
jurisprudencia que son:
1. la accesoriedad de la obligación: La meritada crisis del principio de
accesoriedad de la fianza nos brinda una oportunidad única para aclarar
el papel que ésta juega en la actualidad, su eficacia, así como sus
límites y excepciones; se propone una construcción unitaria de la
garantía personal del crédito sobre la base del principio de
accesoriedad. Solo la comprensión cabal del modus operandi de la
accesoriedad en la fianza permite replantear correctamente, desde una
perspectiva enteramente nueva y original, otras instituciones centrales
del derecho de obligaciones como son la solidaridad, la novación y los
efectos del pago de tercero.
Nuestro Código Civil en su artículo 1514 reza de la siguiente manera “La
fianza no puede existir sin un obligación valida”., en otras palabras solo se explica
la fianza si es que subyace una obligación que aquella viene garantizar. Resultado
de ello es que el límite máximo de la responsabilidad del fiador viene marcado por
la obligación afianzada, es por ellos que la accesoriedad pone o enmarcar
aquellos limites o puntos básicos que nuestra ley consagra y deben seguirse para
un control y protección al fiador puesto que para nuestro concepto no representa
en la figura principal en la obligación sino, supletoria por ende debe
resguardársele su protección pues al momento del acceder a ser fiador se
sobreentiende que la idea del fin noes que el tercero asuma la deuda sino, que él
lo hace como un acto de solidaridad o de buena fe con la primera persona.

2. La subsidiaridad: entendemos que es la participación como apoyo de


la actividad realizada por una persona en función de que el fiador solo
se obliga para el caso de que el deudor no cumpla su obligación; eso
significa que la obligación a su cargo solo va ser exigible cuando el
deudor no cumpla, aquí se busca asegurar la devolución y cumplimiento
del contrató como el caso de un préstamo de dinero con determinado
banco sus requisito es un fiador para asegurar recuperar el dinero, en el
caso de una mueblería seria el pago del articulo determinado fue
adquirido y se le dio uso del mismo.
2.3. Características de la fianza.
La fianza es una figurada contractual que es, en virtud de la cual una
tercera persona distinta del deudor, se obliga al cumplimiento de una obligación en
los términos prescritos, tiene unos rasgos característicos que han sido aceptados
unánimemente por la doctrina civilista en este caso nuestro Código Civil nos dice
sus características:

2.3.1 Es un contrato consensual y de contenido obligacional: puesto


que se perfecciona con el mero consentimiento, sin necesidades
requisitos reales ni formales por la ley, es decir se perfecciona el
negocio desde que las artes se prestan recíprocamente el
consentimiento; no obstante, el artículo 1517 del Código Civil nos
dice: “La fianza no se presume debe ser expresa y no puede
extenderse a más de lo contenido en ella”. Sus obligaciones en el
sentido de que el fiador se obliga personalmente, sin afectación real
de su patrimonio, por la deuda garantizada.

2.3.2 Puede ser gratuito u oneroso: este carácter surge con relación al
deudor y no frente al acreedor; puesto que el deudor se beneficia
gracias a la intervención desinteresada y generosa del fiador.
Entonces podemos definir estas características como Se entiende
onerosa cuando el acreedor se compromete frente al fiador a realizar
alguna contraprestación, si bien no se descarta que pueda ser el
deudor afianzado quien se obligue a pagar la contraprestación al
fiador por el riesgo que asume al garantizar una deuda ajena.
También se considera que concurre la nota de la onerosidad cuando
el acreedor otorga alguna ventaja al deudor en atención a la garantía
que supone la fianza, de manera que sin la misma las condiciones del
crédito concedido al deudor hubieran sido más gravosas. De igual
modo, se entiende onerosa cuando el fiador tiene interés en la
concesión del crédito al deudor por el beneficio que ello le pueda
suponer, de forma que sin la garantía que conlleva la fianza el
acreedor no hubiera concedido crédito al deudor. En todo caso, el
contrato de fianza será bilateral o sinalagmático cuando la retribución
al fiador se asuma por el acreedor. La fianza a título gratuito no
supone una donación ni al acreedor, quien recibe lo que le es debido,
frente a quien tiene el fiador acción de regreso. Por ello, se afirma que
si uno de los cónyuges, constante matrimonio sujeto al régimen de
sociedad de gananciales, se constituye en fiador no es necesario el
consentimiento de ambos.
El artículo 1513 del CC reza de la siguiente manera:
“La fianza puede ser convencional. Legal o judicial, gratuita o
título oneroso.” Entonces diríamos que puede también
constituirse no solo a favor del deudor principal, sino al del otro
fiador consintiéndolo, ignorándolo y aun contradiciéndolo éste”.

2.3.3 La fianza es por naturaleza un contrato unilateral: por que solo


una parte se obliga para con la otra que no contrae obligación alguna.
Es el fiador quién se obliga personalmente a cumplir la obligación de
un tercero, en caso de que este no lo haga.
Por cuanto solo engendra obligaciones para una de las partes el
fiador, que debe responder por el deudor y frente al acreedor,
entonces decimos que consiste en pagar la deuda en caso de que no
lo haga el deudor principal.
El autor Pérez Vives, la fianza puede, excepcionalmente, convertirse
en bilateral, como cuando el acreedor contrae por el contrato
alguna obligación correlativa a que se asume el fiador.
2.3.4 La fianza es típica puesto que se encuentra regulada
exhaustivamente tanto en el Código Civil (artículos 1512 a 1546),
como en el Comercio (artículos 807 a 813).

2.4. Especies de Fianzas.


2.4.1. Fianza convencional, legal o judicial: se determina como aquella
que surge del acuerdo entre el acreedor y el fiador, y que garantiza la
obligación del deudo para el primero, fianza está que es libre contratación
de partes. No obstante, al lado de la fianza convencional, el código civil
reconoce otras clases de fianzas, que según la fuente de creación que
tenga puede ser: legal o judicial (artículo 1513 del CC); especies de las
cuales se ha ocupado la doctrina.
Artículo 1513. La fianza puede ser convencional, legal o judicial, gratuita o
a título oneroso.
Puede también constituirse no solo a favor del deudor principal, sino al del
otro fiador, consintiéndolo, ignorándolo y aun contradiciéndolo este.
La fianza legal, entiendo, es la que impone la ley con motivo de asegurar el
cumplimiento de ciertas obligaciones; es decir, se funda en una disposición
de la ley, que impone al deudor la obligación de afianzarse a la deuda.
La fianza judicial, se entiende, tiene lugar cuando el juez decreta el
afianzamiento en ciertos casos, con base, desde luego, en un texto legal.

2.4.2. Fianza civil y comercial: establece como regla el carácter


subsidiario de la fianza, es decir, requiere que primero el cobro por parte
del acreedor se dirija al deudor, para recién luego, generarse la posibilidad
de que responda el fiador en este sentido exige el deudor asuma la
responsabilidad adquirida. En este tema en materia de fianzas mercantiles
la Corte se ha manifestado de la siguiente manera según la (Sentencia de
16 de octubre de 1992, Banco Disa, S.a. vs Panapictures):

“Materia civil la fianza es el contrato por el medio del cual un


tercero se obliga al cumplimiento de determinada obligación, si no
la cumple el deudor principal. Sabido es que el fiador puede ser
compelido en que se considera que el deudor está en mora lo es
cuando no ha cumplido la obligación en el término expresamente
estipulado.
En tema mercantil, la fianza es un contrato que se presume
solidario, tal como lo dispone el artículo 221 del Código de
comercio. En consecuencia, solo que el contrato de fianza no se
establece en forma expresa que la misma no es solidaria, todas
las fianzas deben considerarse como tales”.

2.4.3. Fianza simple o doble: estas fianzas representan especial interés


tanto para la doctrina, como para la legislación vigente, dependen
del carácter y naturaleza de la obligación garantizado. La fianza
simple se ha diseñado para garantizar una obligación principal, en
tanto que la fianza doble es parta garantizar una obligación del
fiador.

2.4.4. Fianza definida o limitada y fianza indefinida o limitada: la fianza


definida o limitada es referirse a aquella en que la obligación
contraída por el fiador se limite, en todo o en parte, a la principal,
concretamente señalada en el pacto o contrato, con exclusión de las
accesorias. En este orden de idea el Código Civil expresa en su
(artículo 1517) “La fianza no se presume; debe ser expresa y no
puede extenderse a más de lo contenido en ella”. Si fuere simple o
indefinida, comprenderá no sólo la obligación principal, sino todos
sus accesorios, incluso los gastos del juicio, entendiéndose respecto
de éstos, que no responderá sino de los que se hayan devengado
después que haya sido requerida el fiador para el pago.
El autor La Cruz señala, que esto implicaría obviamente que el fiador
asuma el pago o cumplimiento de las obligaciones ajena a través de
una declaración de voluntad, que no deje lugar a dudas sobre su
alcance.
La fianza indefinida o ilimitada: en la investigación referente al tema
e especifico se puede definir que esta fianza, se comprende la
obligación principal, las responsabilidades accesorias de esta e
incluso los gastos del juicio, mientras que si la fianza se circunscribe
a la obligación principal o a parte de la misma, concretamente
señalada en el pacto o contrato, estaremos ante una fianza definida
o limitada, nuestra legislación en su (artículo 1517) regula el caso en
concreto.
2.5. Efectos jurídicos de la fianza entre el fiador y el acreedor.
2.5.1. Obligaciones del acreedor: se obliga de pagar al fiador la
retribución o precio de la fianza que se haya convenido, y que sea el
acreedor y no el deudor; el obligado a abordarla.

2.5.2 obligaciones del fiador: La obligación principal del fiador consiste en


pagar la deuda, en el caso de no hacerlo el deudor y con la extensión que,
en su caso, se haya pactado.
La fianza comprenderá no solo la obligación principal sino todos sus
accesorios, incluso los gastos del juicio, entendiéndose respecto de estos,
que no responderá sino de los que hayan devengado después que haya
sido requerido del fiador para el pago.
Nuestro Código Civil reza en su artículo 1520 al respecto: “El fiador puede
ser compelido a pagar al acreedor desde el momento en que el deudor esté
en mora, de conformidad con las reglas del artículo 985”.
2.6.3. Beneficios de división: en el caso de existir varios cofiadores,
entendiéndose como un derecho que compete a cada uno de los
cofiadores, cuando son varios, para exigir del acreedor que divida su
reclamación entre ellos, no pudiendo reclamar a cada fiador sino la parte
que le corresponde satisfacer establece el Código Civil: “Siendo varios los
fiadores de un mismo deudor y por una misma deuda, la obligación a
responder de ella se divide entre todos.
El Código Civil Colombiano en su artículo 2379. <PAGO DE LA DEUDA
POR EL FIADOR>. El fiador podrá hacer el pago de la deuda aún antes de
ser reconvenido por el acreedor, en todos los casos en que pudiera hacerlo
el deudor principal.

2.6. Efectos jurídicos de la fianza entre el deudor y el fiador.


El Código Civil contempla los efectos de la fianza entre el fiador y el deudor,
con relación a dos períodos diferentes: antes y después del pago. Es que la
relación que vincula el fiador con el deudor, se caracteriza esencialmente por los
derechos que asisten al fiador en caso de abandonar o cumplir por el deudor, en
los que respecta a las acciones de reintegro.
2.7. Efecto jurídico de la fianza entre cofiadores.
De conformidad al artículo1535 del Código Civil, ante la existencia de dos o
más fiadores y uno de ellos paga la duda, se concede el derecho de reclamar de
los otros la parte que proporcionalmente les corresponde satisfacer; subrogándose
en todos los derechos.

2.8. Causas de extinción de la fianza.


Al ser un contrato de carácter accesorio la obligación del fiador se extingue
al mismo tiempo que la del deudor, que es la obligación principal, y por las mismas
cusas que las demás obligaciones. Así, además de considerar el pago hecho por
el propio deudor, conviene hacer referencia a la dación en pago hecha por el
deudor, a la confusión que se verifica en la persona del deudor y en la del fiador
cuando uno hereda al otro. De otra parte hay supuestos particulares: la prórroga
concedida al deudor por el acreedor sin consentimiento del fiador extingue la
fianza y los fiadores, aunque sean solidarios, quedan libres de su obligación
siempre que, por algún hecho del acreedor, no queden subrogados en los
derechos, hipotecas, y privilegios del mismo.
Nuestra legislación en su artículo 1538 dice: “La obligación del fiador se
extingue al mismo tiempo que la del deudor; y por las mismas causas que las
demás obligaciones”.
3. La prenda.
Para adentra a este tema que nos concierne es bueno identificar el termino
y saber que se entiende por prenda, ahora bien en la historia a través de su
estudio la prenda requiere el previo consentimiento de su antecedentes históricos
y desarrollar al progresar en el marco legal sea utilizado su modo de uso; el
profesor Pérez Vives señala que la prenda, tal y como se conoce en el derecho
moderno y como ha sido conocido desde hace siglos, fue una figura jurídica
ignorada por el antiguo Derecho romano. Pues, los romanos para asegurar el
cumplimiento de una obligación recurrían a otros métodos como la enajenación al
acreedor de la cosa, en virtud de un acto de los llamados fiducia cum creditore
contracta (Constituye el tipo más importante de las llamadas garantías fiduciarias.
Es la modalidad de transmisión fiduciaria que se utiliza para constituir una garantía
de la deuda que el fiduciante tiene que pagar al fiduciario. Este, que ha recibido
una cosa del fiduciante, puede retenerla hasta que se haya extinguido la
obligación asegurada (pactum fiduciae).
Entonces diríamos que la prenda un derecho real de garantía, tenía
como función asegurar al acreedor el cumplimiento y satisfacción de su crédito,
mediante un poder especial que se le confiere sobre la cosa dada en garantía. El
deudor entrega al acreedor un bien mueble de su propiedad en garantía del
crédito, constituyéndose la prenda sobre el bien mueble entregado.

3.1. Concepto de prenda.


Se definiría la prenda como aquella que se entrega al acreedor que le
pueda vender para restituir el pago adeudado, ahora bien la prenda se podría
decir que el acto en la cual deudor o tercero una cosa mueble al acreedor o
tercero en garantía de del crédito, obligándose en un determinado tiempo al pago
de la obligación adquirida. Ahora bien el autor Pérez Vives concuerda con nuestra
definición puesto que define la prenda como la institución diciendo que es una
garantía real accesoria e indivisible, constituida sobre una cosa mueble que se
entrega al acreedor para la seguridad de su crédito y que da aquel en derecho
pedir, en caso de mora del deudor, que se venda la prenda en pública subasta,
para que con el producto se le pague conforme al orden de preferencia
establecido por la ley, o que, a falta de postura admisible, se le adjudique en pago
hasta concurrencia de su crédito, previo avalúo por peritos.
En este contrato, lo que garantiza el cumplimiento de la obligación principal
es un bien mueble que, o bien se entrega al acreedor (prenda con desplazamiento
posesorio), o bien permanece en poder del deudor o de un tercero (prenda sin
desplazamiento), de tal manera que, en caso de incumplimiento de la obligación
garantizada, puede ser resarcido el acreedor con el precio de la venta de la cosa.
El artículo 1555 del Código Civil estipula: “Puede darse en prenda todas las
cosas muebles que están en el comercio, con la que sea susceptibles de
posesión.

A nivel legal la prenda se consagra en nuestro Derecho Positivo en la cual


se ocupa de los contratos de garantías reales en el Título XIV del Código Civil, y
de la prenda en especial en los Capítulos I y II, de este Título.

3.2. Características de prenda.

La prenda en consecuencia, supone una obligación principal a que accede,


esa es su finalidad. En materia de prescripción, las acciones accesorias prescriben
junto con las principales, según el artículo 1707 del Código Civil, de allí que lo
accesorio sigue la suerte de lo principal: “Las acciones accesorias prescriben junto
con las principales”.

Ahora bien la prenda tiene ciertas características que son importante


mencionar las que a su vez, argumentaremos con nuestra legislación y que en el
marco del desarrollo profesional nos contribuyen al desarrollo y compresión del
ámbito civil en el tema de los contratos de garantías reales, pues dentro de él, la
prenda con características como los son:

a. Es un contrato de garantía accesoria. El artículo1557 del Código Civil


reza de la siguiente manera: “La prenda no garantiza más obligaciones que
aquellas para cuya seguridad fue constituida, salvo convenio expreso en
contrario”. Lo que nos da luces de poder decir que en estas características
la prenda es necesario que haya una relación contractual pues de ella se
desprende una obligación principal, ya que es sobre esa base, de la
obligación en la que se ejecuta el acto de asegurar recobrar con seguridad
el bien prestado.
b. Es unilateral. Se deriva de lo preceptuado en el artículo 1558 del CC: “El
acreedor debe cuidar de la cosas dada en prenda con la diligencia de un
buen padre de familia; tiene derecho al abono de los gastos hechos para su
conservación, y responde de su pérdida o deterioro, conforme a las
disposiciones de este Código”. En este caso a la vez que debe devolver la
cosa dada en prenda, una vez se cumplió con la obligación principal. Que
sería un ves se paga la obligación se devuelva la prenda dada en custodia
en buen estado sin causar deterioro.
c. Es un título de mera tendencia. Se trata del acreedor (o el tercero, según
sea el caso) es mero tenedor de la cosa en prenda, y el deudor sigue
siendo el propietario y poseedor de ella.
d. El contrato puede ser gratuito u oneroso. Es gratuito generalmente, pero
no esencialmente, pues su se presta una cosa para garantía de una
obligación ajena, podrá estipularse remuneración; se entiende este caso
que el contrato es generalmente gratuito, de no estipularse lo contrario
entre las parte ose la persona que presta a quien va adquirir la deuda, en
ese sentido seria la autonomía de las partes, por ejemplo: Juan puede dar a
Luis en condición de préstamo un bien mueble, para que Luis adquiera una
beneficio a través de él; una obligación y el bien inmueble que juan dio
puede ser en calidad gratuita u onerosa pues podría pedir a cabio
determinado beneficio (sea una suma de dinero como garantía de su
prenda).
e. Es un contrato real. Puesto al entregarse la cosa se entiende es real, y
precisamente es un contrato de garantía real, pues se adquiere una
obligación entre partes podríamos señalar uno obligado a guardar como
buen padre de familia la prenda y el otro devolver la cosa.
En este sentido de ideas, analizando el estudio anteriormente realizado
basado en nuestra legislación Panameña podríamos enunciar las características
de la siguiente manera:
 Es una obligación accesoria.- Garantiza siempre una obligación principal,
de tal forma que rigen los principios de que si ésta se extingue, se extingue
también la prenda.
 Es una obligación indivisible.- Cada una de las cosas prendadas garantizan
la totalidad de la deuda y que mientras una parte de ésta, no haya sido
pagada, la garantía no puede ser cancelada ni reducida.
 Debe recaer sobre bienes muebles.- Se consideran como tal a los bienes
corporales (los que pueden trasladarse de un lugar a otro sin perder
su valor económico) y los bienes incorporales (créditos ordinarios, pólizas
de seguros, valores mobiliarios, acciones, letras de cambio, warrants (son
productos cotizados en Bolsa, que otorgan a su poseedor el derecho
teórico, no la obligación, a comprar (Warrants CALL) o vender
(Warrants PUT) un activo (Subyacente) a un precio determinado (Strike o
precio de ejercicio) y hasta una fecha (Vencimiento), certificados de
embarque, patentes, derechos de autor), entre otros.
 El bien dado en garantía debe entregarse física o jurídicamente al acreedor
o al depositario que debe guardarlo.
 La prenda se extiende a todos los accesorios del bien. Los frutos y
aumentos del bien prendado pertenecen al propietario, salvo pacto distinto.
 La entrega jurídica sólo procede respecto de bienes muebles inscritos y
sólo surte efectos desde su inscripción en el registro respectivo.

3.3. Requisitos de la prenda.


La prenda lleva tres requisitos necesarios que son capacidad: es necesario
que quien constituye la prenda tenga capacidad de enajenar la cosa dada en
prenda; es decir, las libres disposiciones de sus bienes, tal como se desprende del
artículo 1548 CC. Consentimiento, aquí es aplicable la regla general de
contrataciones, aunque se requiere, además, la entrega para el
perfeccionamiento. Objeto, de acuerdo al artículo 155 CC, se puede dar en prenda
todas las cosas muebles que estén en el comercio, con tal que sean susceptibles
de posesión.
3.4. Efectos del contrato.
Como en todo contrato establecido jurídicamente entre partes que se hayan
establecido basados en el consentimiento, objeto y causa; la prenda produce una
relación con el deudor y con el acreedor. Nos referimos a las obligaciones que se
dan ente los derechos que tiene el acreedor frente a las obligaciones y los
derechos que conlleva el deudor, pues que a continuación definimos de la
siguiente manera para su a mayor compresión:
a. Obligaciones del acreedor prendario: nuestro Código Civil establecido
en la República de Panana en sus artículos 1558,1561 y 1564 consagran
esos puntos de guía, orientación que nos dice que entre las obligaciones,
tenemos de cuidad la cosa dada en prenda, puesto es la cosa el mueble
que determina sea cumplida la obligación adquirida que una vez
cancelada deberá ser devuelta; dicha prenda debe ser cuidado con la
diligencia de un buen padre de familia; abstenerse de usar la cosa dada
en prenda, con la excepción de si hay autorización y restitución de la cosa
dada en prenda.
b. Derechos del acreedor prendario: estos consisten en derecho de
retención de la cosa dada en prenda; usar los frutos de la cosa dada en
prenda para el pago de intereses o el capital, según sea el caso (artículo
1559 del CC); y derecho de preferencia en los casos que sea necesario
8artículos 1563 y 1660 del CC). El Decreto-Ley 1 de 8 de julio de 199, en
su artículo 176, consagra otros derechos del acreedor prendario podrá
disponer de los derechos o bienes dados en prenda, según se haya
acordado en el contrato de prenda. Si no existen acuerdo entre las partes,
el acreedor prendario podrá disponer de los derechos o bienes dados en
prenda en el mercado, sin requerirse avalúo.
c. Derecho del deudor: Valencia Alexander “corresponde exigir la
restitución de las cosas dad en prenda al terminar la obligación, y pedir la
reparación por el deterioro o pérdida de la cosa conforme la ley. Estos
derechos se ejercen mediante una acción que, en doctrina, se conoce
como la acción prendaria contraria”.
d. Obligaciones del deudor: ya hemos señalado que la prenda es un
contrato unilateral; significa que por él no contrae obligaciones sino una
de las pares, en el caso concreto el acreedor. El deudor se limita a
entregar la cosa prendada sin contraer; por el contrato, obligación alguna.
Empero puede incurrir que hechos posteriores hagan surgir obligaciones
a cargo del deudor; al respeto, el artículo 1558 del CC prevé que el
deudor abone a los gastos hechos por el acreedor para la conversación
de la cosa.

3.5. Extinción de la prenda.


Todo depende de la obligación principal. Esa garantía prendaria puede
extinguirse como resultado de la modificación o extinción de la obligación principal.
Rojinas Villegas “Nos dice que se extingue como cualquiera otra fuente de
obligación, en el contrato de prenda se puede extinguir por declararse la nulidad,
por la recisión, la remisión, confusión, compensación, etcétera.
Así, al ser un contrato accesorio, seguimos el principio de que “lo accesorio
sigue la suerte de lo principal”, y por lo tanto y como se establece en el artículo
2385 del Código Civil Mexicano, si se extingue la obligación principal garantizada
mediante el contrato de prenda por cualquiera que sea la causa, por consecuencia
este también termina.
4.0. La hipoteca.
Una hipoteca es un contrato mediante el cual se toma como garantía de un
crédito a un bien que generalmente lo constituye un inmueble. El bien permanece
en manos del propietario mientras este cumpla con sus obligaciones; en caso
contrario, el acreedor puede realizar la venta del bien para cobrar el dinero que
prestó.

Los principios jurídicos en materia hipotecaria dan cuenta de varios


sistemas hipotecarios que existido, se habla de los sistemas francés, australiano,
alemanes, suizo y danés. Un estudio hipotecario de cada uno de estos sistemas
involucra recorrer sus antecedentes y las características de los mismos. Como
quiera que no se trate de un tratado jurídico, sino más bien de una guía didáctica
con algunas precisiones doctrinales, como se ha ido teniendo hasta este momento
y de un análisis del Derecho positivo en cada uno de los contratos desarrollados,
abordaremos algunas consideraciones del sistema francés, por ser el punto de
partida e inspiración del legislado patrio.

Hay sistemas que estableces tres tipos de hipotecas como lo es la legislación


francesa “la convencional, la legal y la judicial”; en la actualidad nuestro sistema
solo contempla hipoteca voluntaria conforme establece el artículo 1558 del Código
civil:
"artículo 1558. Son hipotecas voluntarias las convenidas entre
partes, o impuestas por disposiciones del dueño de los bienes
sobre que se construyen”.

Aun así, nuestro sistema hace énfasis en aquellas hipotecas forzosas en


su artículo 1617 del Código Civil que reza de la siguiente manera:
“artículo 1558. Se establece hipoteca forzosa:
1. En favor de todas aquellas personas a quienes se les afiance
judicialmente alguna indemnización, en los casos de constitución y
levantamiento de secuestro, costas y otros semejantes.
2. En favor de los hijos cuyos padres administren su peculio.
3. En favor de menores o incapacidades cuyos bienes administren
sus tutores o curadores por los que hayan recibidos de ellos y por
la responsabilidad en que incurran.”
4.1. Hipoteca inmobiliaria.

La hipoteca inmobiliaria desde el punto de vista del derecho real de la


hipoteca, es una garantía de un inmueble, le permite al acreedor, si no es pagado
al vencimiento, el derecho de embargar y rematar es inmueble en cualesquiera
manos en que se encuentre, y el de cobrar con preferencias sobre el precio.

Podría de igual manera decir que el contrato de hipoteca inmobiliario es el


acto por el cual el deudor principal p un tercero, se obliga a constituir sobre u bien
inmueble de su propiedad que permanece en su poder mediante la inscripción, en
el Registro Público del respectivo gravamen, un derecho real de hipoteca a favor
del acreedor. En este caso definiríamos pues que es un contrato real de garantía,
o sea un acuerdo entre acreedor y deudor que le permite al acreedor asegurarse
el cobro de su crédito, tomando posesión de uno o varios bienes determinados del
deudor, para cobrarse del importe de su venta, en caso de que éste no cumpla la
obligación principal. Por ejemplo, si una persona compra una propiedad inmueble
en cuotas, y coloca esa misma propiedad en garantía hipotecaria, y luego no
cumple el pago de las cuotas, esa propiedad podrá ser rematada para que el
acreedor pueda cobrar el monto de su crédito. Mientras tanto, si el deudor paga
las cuotas, podrá usar y gozar sin problemas del inmueble adquirido.

4.2. Características del contrato de hipoteca.

Este contrato cuenta con ciertas características importantes en al ámbito


civil como las siguientes.

1. La hipoteca es un derecho real indivisible, puesto que se caracteriza por


que su fu forma es la conceder al acreedor, que no adquiera la posesión
de la cosa, de un derecho real en virtud del cual tiene la persecución del
bien gravado, en poder de quien se halle, y ala ves la preferencia para
ser pagados con el producto de su remate. Además el código civil en su
artículo 1575 dispone que la hipoteca subsistirá integra mientras no se
cancele sobre la totalidad de los bienes hipotecados, aunque se reduzca
la obligación garantizado, y sobre cualquiera parte de los mismos
bienes que se conserve, aunque la restante haya desaparecido; pero sin
perjuicio de lo que se dispone.
2. Esta revestida de solemnidad, pues debe nacer de un acto solemne,
respecto del cual se haya cumplido los requisitos de autenticidad y
publicidad, puesto que requieren que se haya convenido o mandado
constituir en escritura pública, y se haya inscrito en el Registro Público.
3. Es un derecho unilateral, resulta de la obligación den principio, al
perfeccionarse con el contrato, es el deudor hipotecario. Aunque puede
darse en el caso de que aparezca obligación de parte del acreedor.

4.3. Bienes sobre los cuales recae una hipoteca.

Nuestro artículo 1567 del Código Civil reza de la siguiente manera: “Solo
podrán coser hipotecados: 1. Los bienes inmuebles, 2. Los derechos reales
enajenables, con arreglo a las leyes, impuestos sobre bienes de aquella clase y 3.
Los bienes muebles susceptibles de ser específicamente determinados o
individualizados y de ser descritos a suficiencia”. En este orden de ideas se
entiende que no se puede constituir hipotecas sobre bienes que se posean en
propiedad, y que no se puede constituir hipoteca sobre bienes inmuebles por
adherencia o por destinación, sobre cosas incorporables; como tampoco se puede
constituir hipotecas los derechos reales, desdoblados del derecho real de
propiedad, como es el caso del uso, servidumbre, usufructo y la habitación.

4.4. Efectos del contrato.

Lo hasta aquí estudiado nos ha permitido precisar ampliamente que la


hipoteca es, sin duda, una garantía real accesoria e indivisible y unilateral, que se
constituye sobre un bien inmueble y que no deja de estar en poder del deudor o
contribuyente. Corresponde analizar lo referente a los efectos de la misma; es
decir, como los derechos y obligaciones que de ella emanan, tanto para el
acreedor como para el deudor hipotecario.
En este contexto entonces existen derechos y obligaciones que contrae el
creedor hipotecario en este sentido podemos decir que:

a. Entre sus derechos: conforme los dispone el artículo 1556 CC, el


acreedor hipotecario tiene el derecho de pedir el bien hipotecado se
venda, para que con el producto se le pague. Tiene, además, el derecho
de persecución contra quien constituye la hipoteca (artículo 1580 CC).
Hay que tener que presente qué el acreedor hipotecario, como tal
persigue la finalidad fundamental de obtener el pago de su crédito, tiene
el derecho de hacerlo efectivo sobre los bienes hipotecados y sobre lo
demás del deudor, aunque no estén afectados a la garantía real.
b. Obligaciones: se trata de una obligación per sé que se deviene del
cumplimiento de la obligaciones principal por parte del deudor, la de
cancelar la hipoteca (artículo 1601CC).

a. Derechos: tratándose del deudor hipotecario, al quedar en posesión del


bien hipotecado, indudablemente que tiene consigo todos los derechos derivados
del dominio, esto es, uso, disfrute, etc.

5.0. Hipoteca mobiliaria.

La hipoteca mobiliaria es un derecho real de garantía que se constituye


sobre una lista limitada de bienes muebles especificada por la ley para asegurar el
cumplimiento de una obligación. La obligación garantizada consiste, normalmente,
en el pago de un crédito o préstamo.

A la hora de establecer los derechos reales de garantía el derecho


tradicional español, por su origen romano, solo era capaz de comprender dos tipos
que venían influidos por cuál era la naturaleza jurídica del bien sujeto a la
responsabilidad. Si se trataba de bienes inmuebles, que por su esencia no pueden
ser trasladados de un lugar a otro, la hipoteca cumplía con la necesaria exigencia
de publicidad frente a terceros. El bien hipotecado quedaba dentro de la esfera de
poder de su titular pero la publicidad que otorga el Registro manifestaba a los
terceros la afección del inmueble al cumplimiento de una obligación. Para los
bienes muebles se preveía la prenda, que llevaba consigo el que la posesión del
bien pignorado pasaba al acreedor, de modo que esa posesión era la forma de
publicidad que el Registro de la Propiedad cumplía para los inmuebles.

Sin embargo cuando se fue admitiendo la posibilidad de que los bienes muebles
pudieran entrar en los procesos productivos, lo que les confería un valor por sí
mismos en cuanto susceptibles de generar riqueza o de entrar en el tráfico
lucrativo, se puso de relieve la insuficiencia de las figuras tradicionales. Dado que
se trataba de bienes muebles la forma de publicidad comportaba el que la
posesión pasase del titular del bien al acreedor pero ello hacía que se perdiera
toda posibilidad de crear los medios con los que se podría hacer frente al pago del
crédito que se garantizaba. El bien se convertía en inútil para cumplir los fines del
acreedor y del deudor, del primero, a quien no le interesaba el bien sino la
devolución de su crédito, porque al no poderse dedicar a la consecución de los
beneficios que la explotación llevaba consigo se le privaba de la posibilidad de la
satisfacción de su crédito; al titular porque al no poder dedicar el bien a la
actividad lucrativa que pretendía se le impedía el poder hacer frente al pago.

Era, por ello, preciso el buscar una forma de conseguir que el bien dado en
garantía al mismo tiempo continuase en poder del titular para poder conseguir los
medios con que dar cumplimiento al derecho del acreedor. Esa forma debía
cumplir con la función de publicidad frente a terceros, y consiguiente posibilidad de
realización con independencia de quien fuera el titular del bien en el momento de
hacer efectiva la garantía, al tiempo que debía hacer posible la continuación de la
explotación. Esa posibilidad vinieron a llenarla la hipoteca mobiliaria y la prenda
sin desplazamiento de la posesión.

No se trata de derechos reales de garantía que nazcan ex novo, ni tienen una


naturaleza diferente a de la que presentan los derechos reales de garantía
tradicionales, ya que la única diferencia entre una hipoteca inmobiliaria y otra
mobiliaria procede de la naturaleza jurídica del bien objeto de gravamen, según
sea un inmueble o un bien mueble, y en el caso de la prenda el hecho de
continuación en poder del titular. Así pues la hipoteca mobiliaria, al igual que
sucede con la inmobiliaria, es un derecho real, ya que recae sobre la cosa misma;
que sujeta de forma directa el bien a la satisfacción de un crédito, que es fruto de
una obligación pecuniaria o no; que confiere al titular del crédito hipotecario un
derecho de realización forzosa y con el producto hacerse pago de lo que se le
debe.

5.1. Legislación consagra hipoteca mobiliaria.

El derecho positivo panameño, al estudiar l contrato de hipoteca, ha


diseñado dos sistemas legales en ese sentido, el Código Civil trae disposiciones
relativas a la hipoteca, tanto de bien inmueble como de bien mueble, y, por otro
lado, existe una disposición legal (Decreto Ley 2 de 1995).

5.2. Como se constituye la hipoteca mobiliaria.


La hipoteca puede constituirse para garantizar toda clase de obligaciones,
las simples, las condicionales, las cometidas a condición resolutoria o suspensiva,
inclusive naturales, pero siempre que se cuente con el consentimiento del dueño.

En materia de hipoteca de bien inmueble, la cuantiosa de la obligación a


garantizar cobra relevancia, a efecto de cumplir con ciertas formalidades, Así, el
artículo 21 del Decreto Ley 2 de 1995 preceptúa: “los contratos de hipoteca sobre
bienes muebles y de venta con retención de dominio deberán constar por escritura
pública cuando la cuantía del préstamo o el saldo deudor de la compraventa,
según sea el caso de cuatro mil balboa o más…”

En este sentido el legislado de nuestra jurisdicción a determinado que para


que un bien mueble sea gravado con hipoteca, debe estar exento de todo
gravamen; así mismo, tampoco puede ser objeto de hipoteca, aquellos bienes
muebles que por su naturaleza especial se hallan incorporado a un inmueble ya
hipotecado (artículos 3 y 4 de Decreto Ley 2 de 1955).
5.3. Elementos de constitución de la hipoteca mobiliaria.
Nos referimos a lo que debe contener el contrato de préstamo con garantía
hipotecaria. Conforme el artículo 7 del Decreto Ley 2 de 1995 estos son partes y
de su representantes cuando ellos hubieran lugar; la suma dada en préstamo, con
los intereses estipulados, la forma en que se harán los pagos y cualquiera otra
condición licita acordada radicado el bien dado en garantía y si la tenencias le
confiere a otra persona, esta deberá firmar el contrato.

5.4. Efectos de la hipoteca mobiliaria.


Nos referimos a los derechos y obligaciones de las partes, al igual que en la
hipoteca inmobiliaria en la hipoteca mobiliaria también hay derechos y
obligaciones del acreedor y deudor, que se desprenden de la norma que reguila la
materia.
En cuanto los derechos del acreedor, le asiste el derecho de entablar
acciones para evitar ocultamiento y venta de los bienes dados en garantía; las
demás inherentes a la hipoteca que se desprende de la Ley. La obligación, la
propia de todo acto de esta naturaleza, la de cancelar la hipoteca al recibir el pago
de la obligaciones adeudada.

5.5. Extinción del contrato de hipoteca.


Al ser un contrato de garantía accesoria, el contrato de hipoteca puede
extinguirse como consecuencia de haberse extinguido las obligaciones principales
o por resolución del derecho del constituyente. En los casos en que se constituya
por resolución de derecho del constituyente. En los caso que se constituya una
hipoteca sobre bienes muebles ya gravados o este prohibida es constitución, ser
habla entonces que el acto de hipoteca es nula (artículo 5 del Decreto Ley 2 de
1955).
6.0. Jurisprudencia.
HIPOTECA:
PRIMER BANCO DEL ISTMO, S. A. RECURRE EN CASACIÓN EN EL PROCESO SUMARIO
DE PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA DE DOMINIO QUE LE SIGUE SAÚL GÓMEZ GUERRA.
PONENTE: HERNAN A. DE LEON BATISTA. PANAMA, DIECISEIS (16) DE OCTUBRE DE
DOS MIL DOCE (2012).
Tribunal: Corte Suprema de Justicia, Panamá
Sala: Primera de lo Civil
Ponente: Hernán A. De León Batista
Fecha: martes, 16 de octubre de 2012
Materia: Civil
Casación
Expediente: 295-11
VISTOS:
Corresponde a esta Sala Primera de lo Civil, de la Corte Suprema de Justicia, resolver el
recurso de casación formalizado por la demandada, contra la resolución de 27 de mayo de
2011 (fs.324-333), proferida por el Tribunal Superior del Tercer Distrito Judicial, dentro del
Proceso Sumario de Prescripción Adquisitiva de dominio instaurado por SAÚL GÓMEZ
GUERRA contra PRIMER BANCO DEL ISTMO, S.A.
ANTECEDENTES.
El apoderado judicial del señor SAÚL GÓMEZ GUERRA, compareció a los estrados del
Juzgado Octavo de Circuito Civil, del Circuito Judicial de Chiriquí, con el propósito que previo
los trámites legales se declare que adquirió por prescripción la Finca No.7831, inscrita al Tomo
763, Folio 2, Asiento 1, sección de la Propiedad del Registro Público, de la provincia de
Chiriquí, ubicada en La Concepción, Distrito de Bugaba, con una extensión superficiaria de 1
hectárea 6543 mts2, 80 dcms2, y que como consecuencia de ello, se ordene al Registro
Público cancelar la inscripción existente a nombre de PRIMER BANCO DEL ISTMO, S.A., y en
su lugar se registre a su nombre.
Sostiene la parte actora que ha poseído el inmueble en cuestión por más de quince años sin
interrupción alguna, donde ha construido mejoras, cultivado productos variados y tiene cría de
animales, y que la posesión ha sido de forma pública, pacífica y con ánimo de dueño.
Luego de evacuados los trámites de rigor, el Juzgador de la causa profirió la Sentencia No.31
de 28 de mayo de 2010, visible a fojas 287-295 del expediente, donde niega las declaraciones
y condenas solicitadas, y exonera del pago de costas, decisión contra la que interpuso recurso
de apelación el apoderado judicial del demandante; medio de impugnación resuelto a través de
sentencia de 27 de mayo de 2011 (fs.324-333), por la cual el Tribunal Superior del Tercer
Distrito Judicial revoca la decisión de primera instancia, y declara que el señor SAÚL GÓMEZ
GUERRA adquirió por prescripción el dominio de la Finca No.7831, ordenando al Registro
Público que inscriba el inmueble a su nombre.
DEL RECURSO DE CASACIÓN Y DECISIÓN DE LA SALA.
Como se expresara en párrafos precedentes, el apoderado judicial de PRIMER BANCO DEL
ISTMO, S.A. promovió recurso de casación contra la resolución proferida por el Tribunal
Superior, siendo admitida la causal de fondo invocada, infracción de normas sustantivas de
derecho en concepto de violación directa, que está fundada en cinco (5) motivos, cuyo tenor es
el siguiente:
"PRIMERO: El Tribunal Superior al afirmar en la sentencia recurrida que la posesión es un
derecho real que está ligado al bien objeto de la controversia y tiene, por tanto, efectos erga
omnes, incurre en infracción de normas sustantivas de derecho, pues la posesión no constituye
derecho real y no es oponible a actos legítimos de terceros.
SEGUNDO: El Tribunal Superior al afirmar que la constitución de hipoteca por la anterior
propietaria, ARACELLY PIMENTEL DE CASTRELLÓN en garantía de obligaciones adquiridas
por LUIS ALONSO PIMENTEL CASTRELLÓN a favor de PRIMER BANCO DEL ISTMO, S.A.
sobre la Finca No.7831, inscrita al Tomo 763, Folio 3, de la Sección de la Propiedad del
Registro Público, Provincia de Chiriquí, no tiene trascendencia alguna, al afirmar que la
posesión es un derecho real ligado al bien, y por tanto, tiene efectos erga omnes, incurre en
infracción de normas sustantivas de derecho, pues desconoce el principio fundamental de la fe
pública registral que dio lugar a la legítima constitución e inscripción de la hipoteca.
TERCERO: El Tribunal Superior al expresar que al constituirse la hipoteca ya se había operado
a favor del demandante el fenómeno de la prescripción, quedando así afectado ese derecho
real y sus efectos, incurre en infracción de normas sustantivas de derecho, pues la sentencia no
aplicó el principio conforme al cual las hipotecas sujetan directa e inmediatamente los bienes
sobre los cuales se constituye esa garantía, cualquiera sea su poseedor.
CUARTO: El Tribunal Superior al considerar que con el reconocimiento de la prescripción
adquisitiva de dominio a favor del demandante, en ningún momento se está invalidando el
derecho de propiedad de PRIMER BANCO DEL ISTMO, S.A., incurre en la infracción de
normas sustantivas de derecho, toda vez que tal reconocimiento a favor de SAÚL GÓMEZ
GUERRA en la sentencia, priva ilegal e injustamente a la parte recurrente del dominio de la
Finca No.7831.
QUINTO: El Tribunal Superior al declarar que SAÚL GÓMEZ GUERRA ha adquirido por
prescripción la Finca No.7831, infringe normas sustantivas de derecho pues no reconoce la
legítima propiedad de ese inmueble adquirido por PRIMER BANCO DEL ISTMO, S.A. por
medio del remate realizado dentro de un proceso ejecutivo hipotecario con base en una
hipoteca constituida sobre dicho bien, debidamente otorgada e inscrita, cuyo gravamen
afectaba a todo poseedor o tercero." (fs.342-343)
Sostiene el casacionista que como resultado de lo anterior, el Tribunal Superior infringió los
artículos 415, 338, 1566, 1549, 1571, 1775 y 1762 del Código Civil, el primero por comisión y
los restantes por omisión.
Antes de proseguir, resulta oportuno y conveniente destacar que la modalidad de casación en
el fondo invocada, infracción de normas sustantivas de derecho por concepto de violación
directa, se produce cuando el Tribunal deja de aplicar una disposición jurídica, clara y
específica, a un caso en particular, o cuando aplicada la norma, desconoce el derecho que
consagra.
Cabe señalar que en esta modalidad debe prescindirse de cualquier análisis o ponderación
probatoria, habida cuenta que la infracción esgrimida es estrictamente de derecho y no guarda
relación con valoración de pruebas, conforme a lo preceptuado en el artículo 1169 del Código
Judicial. Además, no puede soslayarse que lo censurado es el desconocimiento del derecho
consagrado en el ordenamiento jurídico, de allí que en la decisión impugnada debe haberse
dejado por sentado, de manera clara, que el hecho del cual deviene el derecho que se reclama
o que se considera infringido, está plenamente probado.
En el negocio objeto de examen, la Sala observa que los cargos expresados en los motivos que
sirven de soporte a la causal de fondo, guardan relación con el reconocimiento de la posesión
como un derecho real; que la constitución de hipoteca no tiene trascendencia, lo que afirma el
recurrente infringe el principio de la fe pública registral, así como el desconocimiento que dicho
gravamen sujeta directa e inmediatamente los bienes sobre los que recae, independientemente
de su poseedor; que la prescripción invalida el derecho de propiedad del banco al privarlo del
dominio de la finca; y que se obvia la propiedad adquirida por el banco a través de un remate
efectuado en un proceso ejecutivo hipotecario.
Sobre el particular, advierte esta Corporación de Justicia que en la resolución impugnada, el
Tribunal Superior manifestó que la usucapión produce efectos ipso iure, de pleno derecho,
razón por la cual, no requiere pronunciamiento judicial, ya que la sentencia es declarativa de
dominio, un título que se limita a reconocer un derecho de propiedad existente.
Siguiendo esa línea de pensamiento, sostiene:
"De esta manera, esta Superioridad no comparte el criterio vertido por el a-quo, al negar la
prescripción adquisitiva de dominio, por el hecho de haberlo adquirido el demandado en un
remate público, alegando la fe registral, ya que con el reconocimiento de la prescripción
adquisitiva de dominio a la actora no se está en ningún momento invalidando el derecho de
propiedad de Primer Banco del Istmo, S.A., quien sin lugar a dudas adquirió en un remate el
bien inmueble, lo que se hace en una sentencia es declarar o reconocer un derecho a la actora.
Naturalmente, que al inscribir la sentencia declarando la prescripción adquisitiva se afectará la
inscripción a favor del actual propietario inscrito.
De igual manera y sobre el mismo tema esta colegiatura considera que el hecho que un
inmueble haya tenido diferentes propietarios durante el término de la alegada posesión, ni que
el bien haya sido hipotecado a un Banco, no tiene trascendencia alguna, ya que la posesión es
un derecho real que está ligado al bien y, por tanto, tiene efectos erga omnes, tal y como lo ha
venido sosteniendo nuestra jurisprudencia.
Es claro entonces que la situación del señor SAUL GÓMEZ GUERRA como poseedor del bien
inmueble no ha sido alterado por el cambio de propietario. Es más, el señor Gómez Guerra ya
había cumplido, en posesión del inmueble, el tiempo necesario para que operase a su favor el
fenómeno de la prescripción adquisitiva de dominio cuando el propietario de aquél entonces lo
hipotecara al Banco del Istmo.
Finalmente y luego de un minucioso estudio de las constancias en autos, a esta Superioridad
no le cabe duda y así lo admitió el a-quo, que el señor Saúl Gómez Guerra, ha probado poseer
la Finca # 7831, inscrita al Tomo 763, Folio 3, de la Sección de la propiedad del Registro
Público, provincia de Chiriquí de manera pública, pacífica e ininterrumpida desde hace más de
quince (15) años, plazo de tiempo necesario para que se de la usucapión extraordinaria, de
acuerdo a los artículos 415, 1679 y 1669 de nuestro Código Civil, razón por la cual lo
procedente es revocar la sentencia apelada y, en su lugar, declarar probada la pretensión de la
actora, sin costas por considerar que el demandado ha actuado de buena fe." (fs.332-333)
A la luz del extracto transcrito, colige la Sala que el tribunal de segunda instancia consideró, tal
y como asevera el casacionista, que la posesión es un derecho real, y que la constitución de
hipoteca sobre el inmueble a prescribir carece de trascendencia frente a ésta, provocando
como consecuencia que se soslaye la adquisición de la propiedad del bien producto de un
remate judicial, realizado en un proceso ejecutivo hipotecario promovido por PRIMER BANCO
DEL ISTMO, S.A.
Ahora bien, como quiera que lo invocado por el recurrente es la violación directa de
determinadas disposiciones contenidas en el Código Civil, procede esta Corporación de Justicia
a examinar el texto de cada una y confrontarla con la situación planteada, a efecto de
determinar si fueron infringidas o no.
En el propósito indicado, se advierte que el artículo 415 del Código Civil patrio distingue entre
posesión y tenencia, expresando que la primera es "la retención de una cosa o el disfrute de un
derecho con ánimo de dueño", en tanto que la segunda carece de ánimo.
Acerca de la norma en referencia, la Sala señaló en resolución de 11 de noviembre de 2009,
dictada con ocasión al recurso de casación interpuesto por AGUSTÍN GERARDO GONZÁLEZ
OSES y otros, en el Proceso Ordinario de Oposición que les sigue CELERINA CASTILLO
GÓMEZ, lo siguiente:
"Es de destacar, previo a desatar la censura, que la definición que brinda el artículo 415 del
Código Civil de que la posesión es la retención de una cosa o el disfrute de un derecho con
ánimo de dueño, da como resultado considerarla como una situación de hecho, "un señorío de
hecho sobre la cosa o un poder de hecho que se ejerce sobre ella." (Sistema de Derecho Civil,
Volumen III; DIEZ-PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio. Editorial Tecnos, 2004, p.87).
Si bien dichos derechos posesorios son susceptibles de ser transferidos a través de negocios
jurídicos, lo que tiene mayor relevancia para la legislación es aquel señorío o poder de hecho,
desvinculado del derecho, por la naturaleza misma de la figura. Bien lo viene considerando así
tanto la sentencia de primera instancia, como la emitida por el Tribunal ad-quem, como también
la jurisprudencia emitida por esta Sala cuando señaló, a través de sentencia de 19 de julio de
2005, lo siguiente:
'En ese orden de ideas la jurisprudencia ha reiterado que la posesión disputada por las partes
dentro de un proceso, debe ser probada a través de pruebas determinantes del ejercicio de
actos posesorios sobre el inmueble, es decir, que demuestren la ocupación material de la cosa
por quien alega la posesión, lo cual no necesariamente se evidencia con la prueba documental.
Sobre este particular, mediante sentencia de 22 de noviembre de 1994, esta Sala de la Corte
expresó:
'La posesión, según expresa el artículo 415 del Código Civil, es la retención de una cosa con
ánimo de dueño y la tenencia es la retención sin ese ánimo. De la lectura de esa norma es fácil
comprender que la posesión no debe ser probada, cuando es disputada por las partes dentro
del proceso, con el mero acompañamiento de documentos, máxime cuando se deriva del
derecho de dominio, sino a través de la demostración de los actos que el poseedor ejerce sobre
el inmueble. De aquí que ha sido constante la jurisprudencia de la Sala al sostener que el
ánimo de dueño, para quien alega la posesión, se demuestra por la ocupación material de cosa
(artículo 423 del Código Civil), hecho indicativo que retiene el uso del bien y realiza sobre él
todos los actos como si fuera propietario. Por ello si bien la adquisición de la posesión, según
dice el demandante, la obtuvo en agosto de 1986, mediante el documento privado de fojas 28,
tal afirmación no se encuentra amparada con las pruebas determinantes del ejercicio de actos
posesorios sobre dicho inmueble. Por el contrario, consta en el expediente, no sólo por así
decirlo el mismo demandante, sino porque se desprende de la diligencia de inspección ocular
que se realizó el 12 de noviembre de 1992 (fs. 60 a 65), que ese lote actualmente está ocupado
por la persona jurídica demandada FERRETERÍA JONATHAN, la cual alega tener derecho
posesorio sobre el mismo. Correspondía al demandante comprobar que efectivamente ejercía
el derecho de posesión reclamado que dice haber comprado en 1986, mediante la prueba
idónea, señalado en diversos fallos de esta Sala. Estas pruebas no aparecen en el expediente.'
..."
Para nuestra legislación, así como lo señala la doctrina, la posesión tiene dos elementos, el
material, llamado corpus, y el intencional, conocido como animus, la concurrencia de ambos, de
los hechos o actos materiales de uso, disfrute, tenencia, etc., conjugados con la retención de la
cosa con ánimo de dueño, es lo que se reconoce como presupuesto para adquirir el dominio de
determinado bien, que sí constituye un derecho real.
En la resolución objeto de examen, el Tribunal Superior asimila la posesión ejercida por el
señor SAÚL GÓMEZ GUERRA a un derecho real, lo que no se compadece plenamente con lo
establecido en el ordenamiento aplicable, puesto que la posesión en sí es un hecho, que luego
de ser mantenido de forma ininterrumpida por determinado lapso y en ciertas condiciones,
genera un derecho que es protegido por la ley, y que para ser oponible a terceros como
derecho real, es menester que su titularidad se inscriba, sea consecuencia o no de una
declaración judicial, debido a que crea una relación inmediata entre la persona y el bien,
sometiéndola a su potestad como un derecho absoluto.
Con vista en lo anterior, podría afirmarse que el Ad-quem se equivoca al sostener que la
posesión es un derecho real, puesto que en sentido estricto es un hecho, que al igual que la
propiedad, derecho real por excelencia, está reconocida y protegida por la legislación vigente;
sin embargo, la Sala no puede soslayar que la posesión forma parte de la mayoría de los
derechos reales, haciendo efectivo el pleno ejercicio de las facultades que éstos atribuyen al
titular.
El aludido artículo 415 del Código Civil, señalado como quebrantado por comisión por el
recurrente y que diferencia entre la posesión y la tenencia, es una de las disposiciones
utilizadas por el Tribunal Superior como fundamento para acceder a la prescripción adquisitiva
de dominio del inmueble en disputa, mas, en opinión de esta Corporación, haber indicado que
la posesión es un derecho real no varía la decisión adoptada en la sentencia impugnada,
habida cuenta que la conclusión a la que el Ad-quem arribó obedece a la concurrencia de los
presupuestos requeridos para adquirir el dominio, los que no resultan afectados por estimar que
la posesión es o no un derecho real. Huelga acotar que en el párrafo final del extracto de la
jurisprudencia reproducida en párrafos que anteceden, la Sala hace referencia al derecho de
posesión reclamado, dando a entender que el hecho puede ser salvaguardado como un
derecho, que es lo que se busca a través de las acciones posesorias establecidas en la ley.
En relación al artículo 338 del Código Civil, sostiene el casacionista que fue vulnerado por
omisión, debido a que se priva a PRIMER BANCO DEL ISTMO, S. A. del dominio de la Finca
No.7831, adquirida en pública subasta en un proceso ejecutivo hipotecario promovido con base
en una garantía real. En similar sentido se expresa sobre la violación de los artículos 1566,
1549, 1571, 1775 y 1762 lex cit., explicando que con la constitución de la hipoteca por el
propietario anterior, se garantizó el cumplimiento de obligaciones frente a todos, incluyendo a
poseedores, alcanzando los efectos y consecuencias legales de lo pactado a cualquier tercero.
Además, asevera que se desconoce que el bien dado en garantía real puede enajenarse y ser
adquirido judicialmente mediante venta judicial, lo que abarca las accesiones naturales, mejoras
y frutos pendientes, puesto que la hipoteca los afecta directamente, sin tomar en cuenta en
poder de quién se encuentre la finca.
Finaliza alegando que la resolución obvia el principio de la fe pública registral, que brinda
seguridad a quienes confían en lo inscrito en el Registro Público, y que la hipoteca constituida
sobre el inmueble perteneciente a ARACELLY PIMENTEL de CASTRELLÓN, en garantía de
obligaciones adquiridas por LUIS ANTONIO CASTRELLÓN PIMENTEL a favor de PRIMER
BANCO DEL ISTMO, S.A., fue registrada debidamente, sujetando el bien y siendo oponible a
todo el mundo, de allí que considere que omitir aplicar las normas antes identificadas, conllevó
que se desconociera validez y legitimidad tanto al derecho real de hipoteca de que era titular el
banco, como al modo de adquirir la propiedad de la finca a través de subasta judicial, efectuada
en el proceso ejecutivo hipotecario promovido con la finalidad de obtener el pago de la deuda
garantizada con la hipoteca.
Como vemos, el tópico en torno al cual gira el debate, el argumento esencial en que se basa la
censura, es la preponderancia que se confiere a la posesión respecto a la hipoteca y posterior
propiedad adquirida por PRIMER BANCO DEL ISTMO, S.A., lo que motivó que el Tribunal
estimara acreditada la prescripción alegada por el demandante y, consecuentemente, ordenara
el cambio de titularidad de la finca en el Registro Público.
Es decir, la disconformidad del casacionista se fundamenta en que se desconoció que el
inmueble garantizaba una obligación a su favor que debido al incumplimiento se ejecutó,
provocando que el bien gravado fuera rematado y pasara a ser de su propiedad, situación que
en su opinión, por la falta de aplicación de las normas identificadas como violadas, motivó que
se le privara de la propiedad de la finca que la obligada había puesto en garantía.
Antes de ahondar en lo relativo a la violación directa de las demás disposiciones indicadas por
el recurrente, la Sala considera oportuno denotar que la pretensión esgrimida por el
demandante es la declaratoria de prescripción adquisitiva de dominio respecto a la Finca
No.7831, inscrita al tomo 763, folio 2, asiento 1, de la sección de la Propiedad de la Provincia
de Chiriquí, del Registro Público, cuyo propietario es PRIMER BANCO DEL ISTMO, S.A.
De igual forma, es pertinente expresar que la prescripción adquisitiva tiene como fundamento
consolidar situaciones de hecho, favoreciendo que haya seguridad jurídica, brindando certeza
sobre derechos y la composición de un patrimonio, amén que genera como consecuencia que,
en virtud del no uso del bien por su propietario, se pierda el derecho de propiedad otorgándolo
a quien sí está utilizando el mismo; así, vemos que para su reconocimiento debe concurrir la
posesión en determinado lapso, actos que se lleven a cabo de manera continua, sometiendo el
bien a la voluntad del poseedor.
En el recurso de casación y en la sentencia impugnada, se manifiesta que PRIMER BANCO
DEL ISTMO, S.A. adquirió el inmueble disputado en un remate, el que según afirma el
recurrente obedeció a la existencia de un gravamen hipotecario ejecutado en un proceso,
causando que de acreedor pasara a ser propietario, siendo la situación oponible a terceros por
encontrarse inscrita en el Registro Público.
De lo expresado, surge la interrogante, ¿adquirir la propiedad de un inmueble dado en garantía
hipotecaria, por razón de la ejecución del gravamen que estaba inscrito, prima sobre la
posesión que ha estado ejerciendo un tercero, cumpliendo los presupuestos establecidos en la
ley para obtenerlo por prescripción? A criterio de esta Corporación de Justicia la respuesta es
negativa, por los motivos que se exponen a continuación.
Es cierto, tal y como afirma el casacionista, que el artículo 338 del Código Civil, identificado
como violado directamente por omisión, dispone que nadie puede ser privado de su propiedad,
salvo por autoridad competente y por graves motivos de utilidad pública previa indemnización;
empero, en el caso que ocupa la atención de la Sala, fue un tribunal el que, luego de verificar la
situación planteada por el demandante y confrontarla con las normas sobre prescripción
adquisitiva de dominio (congruentes con la pretensión esgrimida), adoptó la decisión de
reconocer la posesión ejercida y ordenar el cambio de titularidad del inmueble, sin que ello
constituya un acto arbitrario ni que imponga el pago de una indemnización por parte del
poseedor, toda vez que lo que se reconoce es el derecho adquirido producto de la retención del
inmueble con ánimo de dueño en un período determinado, en el que se ejecutaron actos que
acreditan que el bien estuvo sometido a la voluntad del actor, ocasionando que se declare el
dominio en favor de quien lo estuvo ejerciendo.
Por lo tanto, como quiera que la norma señalada no puede ser aplicada de forma aislada,
obviando el escenario existente y que debe ser objeto de escrutinio por parte del juzgador,
quien actuaría mal si fundamenta su decisión en el tenor literal de una disposición, existiendo
otras que resultan más coherentes con lo debatido, concluye esta Corporación que el artículo
338 en referencia no fue violado directamente.
Acerca de los artículos 1566, 1549 y 1571 del Código Civil, advierte la Sala que preceptúan, en
términos generales, que por razón de una hipoteca, vencida la obligación principal, se pueden
enajenar los bienes dados en garantía, ya que están sujetos al cumplimiento de lo convenido,
independientemente de quién sea su poseedor, comprendiendo todas las mejoras, frutos
pendientes, rentas no percibidas, entre otros.
A la luz de lo expresado, y tomando en consideración que lo discutido es la posesión del
inmueble, a criterio de esta Corporación no puede aseverarse que las normas fueron
vulneradas por omisión, habida cuenta que la anterior existencia de un gravamen hipotecario
sobre la Finca No.7831, no es un tema que se ponga en duda, como tampoco que producto de
su ejecución se rematara el bien, recordemos que lo debatido es la concurrencia o no de los
presupuestos que permitan la adquisición por prescripción de determinado inmueble.
En esa línea de pensamiento, vale traer a colación lo que manifiesta el autor Fernando
Hinestrosa, en su obra "Tratado de las Obligaciones", acerca de la hipoteca como derecho real:
"Aquel contenido uniforme atribuido a los derechos reales sin distinción: el poder inmediato de
su titular sobre la cosa objeto de ellos, en verdad, no se observa sino en la propiedad y en los
derechos de goce o uso sobre cosa ajena, pero no en las servidumbres, como tampoco en la
hipoteca y la prenda, como quiera que en aquellas 'el instrumento predispuesto por el
ordenamiento jurídico para la satisfacción del interés del titular consiste, sin más, en el
nacimiento de una relación obligatoria, en el sentido de que dicha satisfacción tiene lugar
mediante el comportamiento de otro sujeto', y en las segundas, cuya función es estrictamente
de garantía, por medio del concurso indispensable del aparato jurisdiccional, para la realización
de esta, o sea que en ellas el contenido del derecho real se manifiesta en la posibilidad -
exigencia de dirigir la acción de esa índole contra el actual propietario de la cosa gravada y en
la preferencia que otorga (inherencia y prelación)." [Hinestrosa, Fernando. "Tratado de las
Obligaciones". Universidad Externado de Colombia, 3ra. Edición, Colombia, 2007, P. 299]
De la lectura del párrafo que antecede, que concuerda con lo regulado en nuestra legislación,
se colige que la hipoteca confiere prioridad al acreedor, en relación a otros, en virtud de la
obligación que recae sobre el bien dado en garantía, mas no conlleva la posesión de éste, que
es precisamente el tópico en torno al cual gira la pretensión del demandante, ya que conforme
al ordenamiento vigente la retención de un inmueble con ánimo de dueño, en las condiciones
establecidas en la ley, provoca que el titular pierda la propiedad y la adquiera quien ha estado
poseyendo el bien.
En la resolución impugnada no se entra a discernir la forma o mecanismo utilizado para que
PRIMER BANCO DEL ISTMO, S.A. adquiriera la propiedad de la finca en litigio, de hecho, tal
disquisición carece de relevancia, como lo acotó el Tribunal Superior, ante un proceso de
prescripción adquisitiva de dominio, cuando la hipoteca que existía ya fue ejecutada, y se
demanda a un propietario que no ha ocupado o realizado actos que demuestren el ejercicio de
su derecho sobre el inmueble, por ende, las normas relativas a las consecuencias del
incumplimiento de una obligación garantizada a través de una hipoteca, no son aplicables a la
situación planteada en la resolución impugnada, de allí que se desestimen los cargos de
violación directa de los artículos 1566, 1549 y 1571 del Código Civil.
En el caso de los artículos 1775 y 1762 del mismo texto legal, señalados como infringidos por
omisión por el casacionista, estos guardan relación con la inscripción del gravamen,
preceptuando qué abarca (construcciones, plantaciones, modificaciones), y que no convalida
actos o contratos inscritos que sean nulos o anulables conforme a la ley, pero que al ser
ejecutados u otorgados por quien aparezca con derecho para ello, no se invalidarán respecto a
terceros, aunque se anule el derecho del otorgante por razones específicas, normas que a
todas luces, dado su contenido, son incongruentes con la situación objeto de examen.
Como corolario de lo anterior, esta Corporación estima provechoso citar un extracto de la
resolución proferida el 24 de enero de 1995, con ocasión al recurso de casación interpuesto por
INMOBILIARIA LOS POZOS, S.A., en el Proceso de Prescripción Adquisitiva de Dominio que le
sigue ANDREA SANTAMARÍA, donde se indicó:
"Por último, el artículo 1762 del Código Civil:
'ARTÍCULO 1762: La inscripción no convalida los actos o contratos inscritos que sean nulos o
anulables conforme a la Ley. Sin embargo, los actos o contratos que se ejecuten u otorguen por
persona que en el Registro aparezca con derecho para ello, una vez inscritos, no se invalidaran
en cuanto a tercero, aunque después se anule el derecho del otorgante en virtud de título no
inscrito o de causas implícitas o de causas que aunque explícitas no consten en el Registro.'
Esta disposición no es pertinente cuando se consideran los efectos de la posesión
extraordinaria. Toda situación en la cual entre en juego un título, como es el caso del artículo
1762, es ajena a la posesión extraordinaria.
La institución de la posesión y su efecto de ganar la propiedad por prescripción adquisitiva ha
sido considerada extensamente por los tratadistas. Si surte efectos contra los propietarios,
igualmente ha de causarlos en contra de cualquier persona que derive su título del propietario.
No se puede alegar entonces en esta coyuntura que la posesión no cause efecto contra los
terceros adquirentes.
Estima la Corte que el artículo 1762 del Código Civil no ha sido violado."
Similar situación a la esbozada en la jurisprudencia antes citada, acontece con el artículo 1775
del Código Civil, que alude a la inscripción de la hipoteca y lo que ella comprende, razón por la
cual, la Sala concluye que se desestiman los cargos de violación directa.
En síntesis, esta Corporación de Justicia considera que la existencia de una hipoteca que
posteriormente se transforme en propiedad, no interrumpe la posesión que ejercite el tercero de
la relación contractual, por lo tanto, tampoco perjudica la usucapión, ya que si la posesión
consiste en un poder material sobre el bien, solo puede ser interrumpida si se atenta o vulnera
dicha potestad, lo que no ocurre en el caso de las hipotecas, que si bien restringen el derecho
de propiedad, al ser gravámenes que se inscriben en el Registro Público, lo cierto es que no
afectan la posesión, hecho que es protegido como un derecho en determinadas circunstancias.
Por tanto, siendo que los cargos de violación directa de los artículos 415, 338, 1566, 1549,
1571, 1775 y 1762 del Código Civil han sido desestimados, corresponde no casar la sentencia
recurrida, a lo que se procede.
En mérito a lo expuesto, la Corte Suprema, Sala de lo Civil, administrando justicia en nombre
de la República y por autoridad de la Ley, NO CASA la resolución de 27 de mayo de 2011,
dictada por el Tribunal Superior del Tercer Distrito Judicial, dentro del Proceso Sumario de
Prescripción Adquisitiva de dominio instaurado por SAÚL GÓMEZ GUERRA contra PRIMER
BANCO DEL ISTMO, S.A.
Las obligantes costas a cargo de la demandada recurrente se fijan en la suma de QUINIENTOS
BALBOAS (B/.500.00).
Notifíquese.
HERNÁN A. DE LEÓN BATISTA
HARLEY J. MITCHELL D. -- OYDÉN ORTEGA DURÁN
SONIA F. DE CASTROVERDE (Secretaria)

PRENDA:
REINMAR ALBERTO TEJEIRA ROBINSON RECURRE EN CASACIÓN EN EL INCIDENTE DE
LEVANTAMIENTO DE SECUESTRO PRESENTADO POR PRIMER BANCO DEL ISTMO, S. A. DENTRO
DE LA MEDIDA CAUTELAR DE SECUESTRO PROPUESTA POR REINMAR ALBERTO TEJEIRA CONTRA
DISTRIBUIDORA PALO ALTO, S.A. TESKO, S.A. MOLINO SANTA ISABEL, S.A. Y OTROS. - PONENTE:
OYDÉN ORTEGA DURÁN -PANAMÁ, CINCO (5) DE MAYO DE DOS MIL ONCE (2011)..
Tribunal: Corte Suprema de Justicia, Panamá
Sala: Primera de lo Civil
Ponente: Oydén Ortega Durán
Fecha: jueves, 05 de mayo de 2011
Materia: Civil
Casación
Expediente: 107-09
VISTOS:
V I S T O S:
El Licenciado Ramón Justavino Peralta, en su condición de apoderado judicial de REINMAR ALBERTO
TEJEIRA ROBINSON, ha interpuesto Recurso de Casación contra la Resolución de 26 de enero de 2009,
proferida por el Primer Tribunal Superior del Primer Distrito Judicial, dentro del Incidente de Levantamiento de
Secuestro presentado por PRIMER BANCO DEL ISTMO, S.A. en la Medida Cautelar de Secuestro propuesta
por REINMAR ALBERTO TEJEIRA ROBINSON contra DISTRIBUIDORA PALO ALTO, S.A., TESKO, S.A.,
MOLINO SANTA ISABEL, S.A., COCLÉ AGRÍCOLA, S.A., BORIS REINMAR TEJEIRA AROSEMENA,
JAVIER FILEMÓN TEJEIRA PULIDO y JAVIER TEJEIRA MUÑOZ
Esta Sala Civil de la Corte Suprema, mediante Resolución de 31 de julio de 2009 (f.248), ordenó la
corrección del Recurso presentado, lo cual fue atendido por el Casacionista, por lo que, mediante Resolución
de 15 de enero de 2010 (f.288), se admitió el Recurso de Casación que consta de fojas 254 a 268 del
expediente.
Finalizada la fase de alegatos de fondo, la cual fue aprovechada por el Recurrente en Casación (fs.294-314)
y por la entidad bancaria incidentista (fs.315-328), la Sala procede a decidir el Recurso, previas las
consideraciones que se expresan a continuación.
ANTECEDENTES
La firma forense Morgan & Morgan, actuando en calidad de apoderada judicial de PRIMER BANCO DEL
ISTMO, S.A., presentó, dentro de la Medida Cautelar de Secuestro propuesta por REINMAR ALBERTO
TEJEIRA ROBINSON contra DISTRIBUIDORA PALO ALTO, S.A., TESKO, S.A., MOLINO SANTA ISABEL,
S.A., COCLÉ AGRÍCOLA, S.A., BORIS REINMAR TEJEIRA AROSEMENA, JAVIER FILEMÓN TEJEIRA
PULIDO y JAVIER TEJEIRA MUÑOZ, un Incidente de Levantamiento de Secuestro de 28,500 quintales de
arroz que fueron depositados mediante Diligencia de Inventario, Avalúo y Depósito practicada el 21 de julio
de 2008, por el Juzgado Municipal del Distrito de Antón, actuando en calidad de Juzgado Comisionado.
La incidencia propuesta encuentra su fundamento en que el arroz en cuestión fue dado en prenda por
PILADORA LAS MERCEDES, S.A. a favor del PRIMER BANCO DEL ISTMO, S.A.
Al contestar a lo alegado por el banco incidentista, el Licenciado Ramón Justavino Peralta, apoderado judicial
del secuestrante, indicó que la Diligencia de Inventario, Avalúo y Depósito llevada a cabo el 21 de julio de
2008, por el Juzgado Municipal del Distrito de Antón, sólo afectó bienes de propiedad de los secuestrados,
principalmente de COCLÉ AGRÍCOLA, S.A., sociedad propietaria de la Finca No.10769, lugar donde se
encontraban depositados los 28,500 quintales de arroz, aunado a que, en los silos de propiedad de esta
sociedad no se encontraba indicación alguna de que el arroz contenido en los mismos estuviese pignorado.
Adicionalmente, la representación judicial del secuestrante advirtió que, según la cláusula tercera del
Contrato de Prenda Mercantil suscrito entre PRIMER BANCO DEL ISTMO, S.A. y PILADORA LAS
MERCEDES, S.A., el referido arroz se encuentra en silos de propiedad de PILADORA LAS MERCEDES,
S.A. y MOLINO SANTA ISABEL, S.A. "ubicados en Antón en la Provincia de Coclé", cuando la Finca
No.10769 de propiedad de COCLÉ AGRÍCOLA, S.A., y en donde opera MOLINO SANTA ISABEL, S.A., se
encuentra ubicada en el Corregimiento de Chirú, Distrito de Antón, Provincia de Coclé, Barrio de Juan
Hombrón, lugar donde fue practicada la Diligencia de Inventario, Avalúo y Depósito.
El abogado del secuestrante-incidentado explicó también que desde el 2005 hasta el 20 de julio de 2008, las
sociedades DISTRIBUIDORA PALO ALTO, S.A., TESKO, S.A., MOLINO SANTA ISABEL, S.A. y COCLÉ
AGRÍCOLA, S.A. estaban bajo la administración judicial del señor Paul Arango Carrizo, por razón de medida
cautelar interpuesta en su contra por JAVIER TEJEIRA MUÑOZ y JAVIER FILEMÓN TEJEIRA PULIDO, por
lo cual, PILADORA LAS MERCEDES, S.A., o cualquier otra persona natural o jurídica, no podía disponer,
dentro de ese periodo de tiempo, de los bienes de dichas sociedades (incluidos los silos y el arroz).
Luego de celebrada la audiencia correspondiente (f.66), el Juzgado Primero de Circuito de lo Civil del Primer
Circuito Judicial de Panamá, mediante el Auto No.1065 de 15 de septiembre de 2008 (f.145), declaró
probado parcialmente el Incidente de Levantamiento de Secuestro ensayado y, en consecuencia, ordenó el
levantamiento del secuestro sobre una equivalencia de hasta 28,500 quintales de arroz nacional que se
encuentran depositados en los silos de metal de MOLINO SANTA ISABEL, S.A.
El Juzgado A-quo consideró acreditado que MOLINO SANTA ISABEL, S.A. recibió arroz, tanto nacional
como importado, de PILADORA LAS MERCEDES, S.A., el cual, para el 21 de julio de 2008, fecha en que se
practicó la Diligencia de Inventario, Avalúo y Depósito, se encontraba en los silos de metal de MOLINO
SANTA ISABEL, S.A.
Ahora bien, el Juzgador de la causa explicó que sólo el arroz nacional, según la cláusula primera del Contrato
de Prenda Mercantil celebrado entre PILADORA LAS MERCEDES, S.A. y PRIMER BANCO DEL ISTMO,
S.A., constituye el objeto del contrato, no así el importado, razón por la cual ordenó el levantamiento del
secuestro en una equivalencia de hasta 28,500 quintales de arroz nacional, en atención a que el documento
constitutivo de la prenda es de fecha anterior al Auto que decretó el secuestro solicitado por REINMAR
ALBERTO TEJEIRA ROBINSON.
La parte secuestrante-incidentada apeló esta decisión y al surtirse la alzada, el Primer Tribunal Superior del
Primer Distrito Judicial, mediante Resolución de 26 de enero de 2009, confirmó el Auto de primera instancia y
fijó las costas a cargo del recurrente en B/.200.00 (f.179).
Al motivar su decisión, el Tribunal Superior explicó lo siguiente:

"... observa esta Sede Colegiada que el Acuerdo de Constitución de Prenda aportado por la incidentista
ciertamente no involucra a las partes que fueron objeto del secuestro cuyo levantamiento se pretende; sin
embargo, tal circunstancia deviene intrascendente al momento de evaluar la procedencia de tal solicitud, así
se desprende del artículo 537 del Código Judicial que le sirve de sustento.
...
Nótese que la norma hace referencia a un tercero, esto es, a un sujeto distinto a aquellos que intervinieron en
el documento constitutivo de la prenda pero que no por ello puede desconocer el derecho que le asiste
exclusivamente al acreedor prendario para secuestrar o embargar el bien mueble pignorado y para oponerse,
previa satisfacción de los requerimientos legales, a toda acción de terceros que persiga idéntica finalidad.
Ciertamente, los efectos propios del contrato, por lo general, sólo atañen a las partes que en él intervienen, y
no afectan a terceros (res inter alios acta); sin embargo, este principio de relatividad contractual consignado
en el Estatuto Civil no impide que los efectos del contrato sean oponibles a terceros, previa satisfacción en
este caso de los supuestos contenidos en la disposición 814 del Código de Comercio.
...
Observa este Tribunal Superior que la sociedad incidentista, Primer Banco del Istmo, S.A., aportó como
prueba dos Contratos de Línea de Crédito por doscientos cincuenta mil balboas (B/.250,000.00) cada uno
(fjs.16-21, 23-28) suscritos (sic) con Piladora Las Mercedes, S.A., garantizados por Contrato de Prenda
Mercantil de Inventario que reposa a fojas 30-34 del cuadernillo, en el que también se aprecia constancia de
entrega y acuerdo de constitución de prenda, que da fe de la entrega al depositario de veintiocho mil
quinientos (28,500) quintales de arroz nacional, a razón de un precio unitario de dieciocho dólares
(US$18.00) por quintal (fjs.36-27). Estos documentos, a juicio de la Sala, permiten afirmar que la prenda
mercantil, que sustenta la petición de levantamiento de secuestro y exclusión de bienes pignorados, se
encuentra válidamente constituida y además exhibe fecha cierta siendo ésta, de acuerdo a lo dispuesto en el
artículo 859 del Código Judicial, el día 9 de febrero de 2007 (fj.34), por lo que constituye un contrato que, al
tenor del artículo supra citado, es oponible a terceros. Cabe agregar aquí que el hecho de que Coclé
Agrícola, S.A. y Molino Santa Isabel, S.A, al momento de celebrarse el contrato de prenda, hayan sido objeto
de un secuestro sobre su administración, en nada impide que el contrato en mención le sea oponible.
Aclarado lo anterior, revela el cuadernillo de medida cautelar que el secuestro cuyo levantamiento parcial se
pretende a través de la presente incidencia fue decretado por el Juzgado Primero de Circuito Civil del Primer
Circuito Judicial de Panamá ..., con posterioridad a la fecha cierta que presenta el Contrato de Prenda
Mercantil de Inventario (9 de febrero de 2007), por lo que, de conformidad al artículo 537 del Código Judicial,
procedía acceder al levantamiento de la medida.
Ahora bien, arguye la recurrente que no se acreditó que los bienes objeto del secuestro sean aquellos
pignorados (28,500 quintales de arroz nacional) ...
La revisión de las copias cotejadas por Notario Público de los tiquetes expedidos por Molino Santa Isabel,
S.A. a Piladora Las Mercedes, S.A. en los meses de mayo, noviembre, diciembre del año 2007 y en los
meses de enero y febrero de 2008 permite a este Tribunal Superior verificar el depósito por parte de Piladora
Las Mercedes, S.A. de arroz en cáscara húmedo en los silos de Molino Santa Isabel, S.A. durante el
mencionado período. Y es que, aún cuando pretenda el recurrente señalar que estos documentos sólo dan
cuenta del servicio de pesaje que se le dispensó a Piladora Las Mercedes, S.A. dicho servicio encuentra
justificación en el posterior depósito del arroz en los silos de la empresa que lo realiza y para lo cual resulta
fundamental precisar su peso en quintales (qqs) esto, claro ésta (sic), exceptuando aquellos casos en los que
se consigne el traslado de la mercancía (fjs.84,85,90,98,107,111,114,115,116). Ciertamente, los recibos en
comentario no refieren que el arroz depositado en los silos de Molino Santa Isabel, S.A. es nacional, sin
embargo, se observa que los recibos que reposan de folios 118 a 144 del cuadernillo, relacionados con la
compra de arroz de importación, omiten detallar la persona a la que se le adquiere dicho grano, lo que
permite concluir que aquellos recibos que presentan esta información refieren la compra de arroz nacional.
No ignora esta Magistratura el hecho de que el informe de visitas a clientes suscrito por el depositario
establece que el inventario de arroz nacional que, al día 13 de mayo de 2008, mantenía la Piladora Las
Mercedes en el Silo No.1 de metal de propiedad de Molino Santa Isabel era de 16.500.00 (sic) quintales (5.5.
anillos aprox./3 mqqs c/u), es decir, una cantidad inferior a la pignorada, sin embargo, esta circunstancia, no
es óbice para que se reconozca a la entidad bancaria el derecho que tiene sobre la totalidad del grano
pignorado, puesto que se ha acreditado que el Contrato de Prenda suscrito entre Primer Banco del Istmo,
S.A. y Piladora Las Mercedes, S.A. recae sobre el inventario de un bien mueble fungible (arroz nacional) que,
como tal puede ser sustituido por otro de la misma calidad, especie, clase y valor y que no son entregados al
acreedor antes bien son utilizados por el deudor, previo cumplimiento de ciertas formalidades (así se
desprende de la cláusula quinta literal b, punto 3), para continuar con su actividad agrícola y así obtener los
ingresos necesarios para hacerle frente a la obligación contraída con la entidad bancaria. Aunado a ello,
consta en el cuadernillo de medida cautelar, la diligencia de avalúo y depósito de 21 de julio de 2008 (fjs.70-
77) que detalla entre los bienes objeto de secuestro el siguiente: 'en los silos de metal 30,600 quintales...'
(cfr.f.75), haciendo con ello evidente alusión a quintales de arroz, que comprenden la cantidad pignorada
(una equivalencia de hasta 28,500 quintales de arroz nacional). Siendo el arroz nacional aquel que en virtud
del contrato de prenda se pignora, se explica que el levantamiento del secuestro afecte específicamente a
este tipo de arroz depositado en el silo de metal de Molino Santa Isabel, S.A., aun cuando el contrato en sí no
haga alusión a su ubicación dentro de dicho molino.
Por último, plantea el recurrente que el Contrato de Prenda suscrito entre Primer Banco del Istmo, S.A.
(Banistmo) y Piladora Las Mercedes, S.A. no cumple con el requisito de validez establecido en el artículo
1548, numeral 2, ...; sin embargo, tal argumento carece de efectividad a fin de evitar el levantamiento de la
medida cautelar que pesa sobre los bienes pignorados, toda vez que la validez del mencionado acuerdo no
es objeto de debate en este proceso."
Es contra esta Resolución de segunda instancia que el secuestrante-incidentado ha formalizado el Recurso
de Casación que conoce en esta ocasión la Corte, y en consecuencia, procede a examinar las Causales
invocadas y los Motivos que las sustentan.
CONTENIDO DEL RECURSO DE CASACIÓN
El Recurso de Casación presentado por REINMAR ALBERTO TEJEIRA ROBINSON es en el fondo y consta
de dos Causales: 1. Infracción de normas sustantivas de derecho por concepto de violación directa, que
influyó sustancialmente en lo dispositivo de la Resolución recurrida; y 2. Infracción de normas sustantivas de
derecho, por concepto de error de derecho en cuanto a la apreciación de la prueba, que influyó
sustancialmente en lo dispositivo de la Resolución recurrida.
Conforme lo dispuesto en el artículo 1192 del Código Judicial, esta Sala procederá al análisis de las
Causales propuestas por separado y de acuerdo al orden en que aparecen en el libelo.
PRIMERA CAUSAL
La Causal de infracción de normas sustantivas de derecho por concepto de violación directa que, según la
recurrente ha influido sustancialmente en lo dispositivo de la Resolución recurrida, es sustentada en los
Motivos que se transcriben a continuación:
"PRIMER MOTIVO: Cuando la sentencia cuestionada confirmó el auto que ordena el levantamiento del
secuestro, teniendo por intrascendente la circunstancia de que en el Acuerdo de Constitución de Prenda
aportado por el incidentista no involucra a las partes que fueron objeto del secuestro (fs.185) y asumiendo
que Piladora Las Mercedes, S.A. era la propietaria del arroz que se encontraba depositado en los silos de
metal de propiedad de la sociedad Coclé Agrícola, S.A. y de Molino Santa Isabel, S.A, contravino el precepto
de derecho sustancial con arreglo al cual nadie puede contratar a nombre de otro sin estar autorizado para
ello. La desatención de la circunstancia o situación jurídica mencionada influyó en lo dispositivo de la
sentencia recurrida, puesto que de haberla atendido, tendría que haber concluido que Piladora Las
Mercedes, S.A. no podía contratar en nombre de las sociedades Coclé Agrícola, S.A. y Molino Santa Isabel,
S.A., ni disponer de sus bienes.
SEGUNDO MOTIVO: Al confirmar el auto que ordenó el levantamiento del secuestro, la sentencia recurrida
reconoció que los efectos propios del contrato solo atañen a las partes que en él intervienen y que no afectan
a terceros, pero, a continuación, sostuvo que el principio de relatividad contractual que consagra el estatuto
civil no impide que los efectos del contrato sean oponibles a terceros (fs.186), postulado que es contrario al
precepto legal que limita los efectos jurídicos de los contratos a las partes contratantes y que nada dispone
acerca de la oponibilidad de sus efectos a los terceros. Si el Tribunal Superior no hubiera desconocido la
regla de derecho sustantivo que limita los efectos de los contratos a las partes, no hubiera concluido que
estos son oponibles a los terceros no involucrados en la relación jurídica contractual. La infracción a dicha
norma sustantiva influyó en lo dispositivo del fallo impugnado.
TERCER MOTIVO: La sentencia recurrida reconoció que Coclé Agrícola, S.A., y Molino Santa Isabel, S.A., al
momento de celebrarse el contrato de prenda, eran objeto de un secuestro sobre su administración; sin
embargo, también estableció que esa situación no impide que el contrato de prenda sea oponible a dichas
empresas (fs.187), lo que contradice el mandato de derecho sustancial que únicamente permite, como objeto
del contrato, las cosas que no estén fuera del comercio de los hombres. Si la administración y los bienes de
aquellas empresas estaban secuestrados, quedan fuera del comercio de los hombres y no podían ser objeto
del contrato de prenda que sirvió de fundamento para el levantamiento del secuestro. Por haber inobservado
los efectos jurídicos materiales del secuestro, concluyó que el contrato de prenda era oponible a esas
empresas, lo que influyó en la parte dispositiva del fallo.
CUARTO MOTIVO: Cuando la sentencia recurrida estableció que los bienes dados en prenda por la empresa
Piladora Las Mercedes, S.A, en virtud del Contrato de Prenda Mercantil suscrito con Primer Banco del istmo,
S.A., no tienen que ser entregados al acreedor, sino que pueden ser utilizados por el deudor (fs.188),
contravino las reglas de derecho sustantivo que tienen previsto, como requisito esencial de
perfeccionamiento de los contratos de prenda, incluidos los bancarios, que el acreedor tenga la tenencia y,
además, que medie entrega efectiva de la cosa al acreedor o a un tercero designado por las partes
contratantes. La contravención a dichas reglas elementales de derecho sustantivo, atinentes a la naturaleza
jurídica del contrato de prenda, influyó en lo dispositivo de la sentencia recurrida.
QUINTO MOTIVO: Cuando la resolución impugnada concluyó que carecía de efectividad la exigencia legal
de que la cosa pignorada o hipotecada pertenezca en propiedad a la persona que la empeña o hipoteca,
como argumento atendible para evitar el levantamiento de la medida cautelar que pesa sobre los bienes
pignorados (fs.189), infringió la regla de derecho sustantivo conforme a la cual es presupuesto esencial de
todo contrato de prenda que la cosa pignorada pertenezca en propiedad a la persona que la empeña. El
desconocimiento y desatención de este presupuesto elemental de derecho sustantivo influyó en lo dispositivo
de la sentencia recurrida, pues de haberlo tenido en cuenta, hubiera fallado de manera distinta.
SEXTO MOTIVO: La sentencia sometida a la censura de legalidad incurrió en violación de los preceptos de
derecho sustantivo que sancionan con nulidad absoluta los actos o contratos que carecen de las condiciones
esenciales para su formación y que, además, imponen a los jueces el deber de declarar la nulidad de oficio,
cuando sostuvo que toda consideración en torno a los requisitos de validez del contrato de prenda mercantil
presentado como fundamentación para el incidente de levantamiento del secuestro no era objeto del debate
en este proceso (fs.189); por lo que, de paso, rehusó administrar justicia, olvidando que el objeto del proceso
es el reconocimiento de los derechos substanciales. Por desatender estos mandatos legales, no se pronunció
acerca de los requisitos esenciales de validez del acuerdo, lo que tuvo influencia manifiesta en la parte
dispositiva del fallo." (f.255)
Las disposiciones legales presuntamente violentadas, según los cargos de injuridicidad contenidos en los
Motivos transcritos, son los artículos 1110, 1108, 1122, 1112, 5, 1554, 1548, 1141 y 1143 del Código Civil, el
artículo 814 del Código de Comercio, y el artículo 469 del Código Judicial.
CRITERIO DE LA SALA
Tal como viene expuesto, la primera Causal en el fondo invocada en el presente Recurso es la infracción de
normas sustantivas de derecho por concepto de violación directa que, según el recurrente, ha influido
sustancialmente en lo dispositivo de la Resolución recurrida.
A través del Primer Motivo, el Recurrente en Casación alega que la Resolución proferida por el Primer
Tribunal Superior contraviene el precepto de derecho sustancial según el cual, nadie puede contratar a
nombre de otro sin estar autorizado para ello.
En ese sentido, explica que PILADORA LAS MERCEDES, S.A. no podía contratar en nombre de COCLÉ
AGRÍCOLA, S.A. y MOLINO SANTA ISABEL, S.A. ni disponer de los bienes de ésta.
Y en la explicación de la infracción al artículo 1110 del Código Civil, que consagra el precepto que dice
vulnerado, el Recurrente advierte que "toda estipulación derivada del acuerdo de constitución de prenda
celebrado sin autorización de las empresas afectadas, es sancionada de nulidad por la ley sustantiva, lo que
es jurídicamente trascendente y no puede ser desestimada (sic) en la resolución impugnada."
Luego de analizar el cargo endilgado, a la luz de las constancias en autos, la Sala debe concluir que no le
asiste la razón a la parte recurrente en cuanto al mismo, por las razones que se exponen a continuación.
El Recurrente considera que PILADORA LAS MERCEDES, S.A., al convenir la prenda con PRIMER BANCO
DEL ISTMO, S.A., y pactar que el arroz dado en prenda se depositaría en los silos de propiedad de MOLINO
SANTA ISABEL, S.A., ubicados en la finca de propiedad de COCLÉ AGRÍCOLA, S.A., lo que hizo fue
disponer de los bienes de estas dos últimas sociedades sin su consentimiento, es decir, contratar a nombre
de las mismas.
Lo cierto es que ninguna de las cláusulas del Contrato de Prenda Mercantil de Inventario (f.30), celebrado el
20 de diciembre de 2006, comprometen u obligan en forma alguna a las precitadas sociedades.
Si observamos, sólo la cláusula tercera de dicho contrato se refiere a MOLINO SANTA ISABEL, S.A., al
establecer que "los bienes dados en prenda serán depositados" en los silos de esta última sociedad, depósito
que corre por cuenta del deudor, según la misma cláusula.
consagra así una obligación, pero no por cuenta de MOLINO SANTA ISABEL, S.A. sino a cargo de
PILADORA LAS MERCEDES, S.A.
En cuanto a la consideración de que PILADORA LAS MERCEDES, S.A. dispuso de arroz de propiedad de
MOLINO SANTA ISABEL, S.A. o de COCLÉ AGRÍCOLA, S.A., la Sala debe señalar que el Primer Tribunal
Superior dio por probado que PILADORA LAS MERCEDES, S.A. depositó arroz nacional en los silos de
MOLINO SANTA ISABEL, S.A. antes de la práctica del secuestro en contra de esta última, además, este
extremo relativo a si la propiedad del arroz quedó o no demostrada, no puede ser examinado a través de la
Causal de violación directa de la ley sustantiva.
Cabe advertir también que la contratación a nombre de otro, sin autorización, constituye una causal de
nulidad relativa del contrato, a tenor de lo dispuesto en el artículo 1110 del Código Civil, la cual, sólo puede
ser reclamada por la persona a quien afecta, según establece el artículo 1144 del mismo Código.
De allí que, de aceptarse que al convenir la prenda con PRIMER BANCO DEL ISTMO, S.A., PILADORA LAS
MERCEDES, S.A. contrató en nombre y representación de COCLÉ AGRÍCOLA, S.A y MOLINO SANTA
ISABEL, S.A., sin su autorización, la nulidad de tal convenio sólo puede ser reclamada por COCLÉ
AGRÍCOLA, S.A. y MOLINO SANTA ISABEL, S.A., lo cual no ha ocurrido.
Por lo anterior, no es atendible la disconformidad de la parte recurrente en relación con este tema, al no estar
legitimada para formular la reclamación de nulidad relativa del Contrato de Prenda que propició el
levantamiento parcial del secuestro decretado a su favor.
En el Segundo Motivo que sustenta la Causal de fondo alegada, el Recurrente en Casación sostiene que el
fallo impugnado infringió el principio de relatividad de los contratos, al concluir que el Contrato de Prenda
Mercantil de Inventario celebrado entre PRIMER BANCO DEL ISTMO, S.A. y PILADORA LAS MERCEDES,
S.A. es oponible a terceros.
En ese sentido, al explicar la infracción al artículo 1108 del Código Civil, que contiene el referido principio, el
Casacionista indica que el Ad quem violenta la norma al permitir que en el Contrato de Prenda Mercantil de
Inventario, las partes acordaran estipulaciones que afectan a terceras personas.
En cuanto a este cargo, la Sala estima que tampoco le asiste la razón al Recurrente, por las razones que se
explican a continuación.
Por el principio de relatividad de los contratos, consagrado en el artículo 1108 del Código Civil, los contratos
sólo producen efectos entre las partes que los otorgan. Los contratos sólo obligan a los contratantes, por lo
que ningún tercero puede resultar obligado por un contrato en el que no ha participado personalmente o a
través de representante debidamente constituido.
Como se indicó con anterioridad, el Contrato de Prenda Mercantil de Inventario, celebrado entre PRIMER
BANCO DEL ISTMO, S.A. y PILADORA LAS MERCEDES, S.A., no contiene una sola cláusula de la cual se
derive obligación alguna para COCLÉ AGRÍCOLA, S.A. o MOLINO SANTA ISABEL, S.A.
Es a esos "efectos" a que se refiere el artículo 1108 del Código Civil, los relativos a derechos y obligaciones y
a favor de quién y por cuenta de quién, respectivamente, surgen los mismos a consecuencia de la
celebración del contrato.
La norma permite establecer derechos a favor de terceros, mas no admite obligaciones a cargo de quien no
es parte contratante.
Lo cierto es que, en la presente causa, no se ha determinado la existencia de obligación alguna a cargo de
COCLÉ AGRÍCOLA, S.A. o MOLINO SANTA ISABEL, S.A. por razón del Contrato de Prenda Mercantil de
Inventario que propició el levantamiento parcial del secuestro decretado a favor del Recurrente en Casación.
Lo que ocurre es que la representación judicial de este último confunde el principio de relatividad de los
contratos con el tema de la oponibilidad de los contratos.
En la Resolución de 26 de enero de 2009, objeto del presente Recurso de Casación, el Primer Tribunal
Superior explicó lo siguiente:

"... observa esta Sede Colegiada que el Acuerdo de Constitución de Prenda aportado por la incidentista
ciertamente no involucra a las partes que fueron objeto del secuestro cuyo levantamiento se pretende; si
embargo, tal circunstancia deviene intrascendente al momento de evaluar la procedencia de tal solicitud, así
se desprende del artículo 537 del Código Judicial que le sirve de sustento.
...
Nótese que la norma hace referencia a un tercero, esto es, a un sujeto distinto a aquellos que intervinieron en
el documento constitutivo de la prenda pero que no por ello puede desconocer el derecho que le asiste
exclusivamente al acreedor prendario para secuestrar o embargar el bien mueble pignorado y para oponerse,
previa satisfacción de los requerimientos legales, a toda acción de terceros que persiga idéntica finalidad.
Ciertamente, los efectos propios del contrato, por lo general, sólo atañen a las partes que en él intervienen, y
no afectan a terceros (res inter alios acta); sin embargo, este principio de relatividad contractual consignado
en el Estatuto Civil no impide que los efectos del contrato sean oponibles a terceros, previa satisfacción en
este caso de los supuestos contenidos en la disposición 814 del Código de Comercio."
De lo transcrito se desprende con facilidad que lo decidido por el Ad quem en forma alguna vulnera el
principio de relatividad de los contratos, al contrario, responde al mismo, pues lo dictaminado se da en
reconocimiento de los derechos del acreedor prendario, quien, por razón del Contrato de Prenda, puede
perseguir los bienes pignorados, siempre que cumpla los requisitos de ley para ello.
Así lo disponen las siguientes normas:
Artículo 537 del Código Judicial:
"...
Si un tercero pretendiese secuestrar o embargar un bien mueble pignorado, la medida no se practicará si el
acreedor prendario presenta documento constitutivo de la prenda, que tenga fecha cierta, anterior al
respectivo auto. Se procederá en igual forma si el secuestro o embargo se hubiere practicado."
Artículo 814 del Código de Comercio:
"La prenda mercantil deberá constituirse con las mismas formalidades que el contrato a que sirve de
garantía.
Sin embargo, en los préstamos bancarios la prenda mercantil será válida cuando ha mediado entrega de la
cosa al acreedor o a un depositario elegido por el acreedor y el deudor, y el contrato se ha hecho constar en
cualquier forma escrita. Tal contrato producirá efecto contra tercero desde la fecha del respectivo documento
sin necesidad de autenticación ni formalidad especial alguna.
..."
Artículo 818 del Código de Comercio:
"El contrato de prenda confiere al acreedor el derecho de hacerse pagar con el valor de la cosa empeñada
con preferencia a los demás acreedores."
Artículo 4 de la Ley 22 de 1952, sobre Prenda Agraria:
"El contrato de prenda agraria podrá constituirse por escritura pública o privada; pero en ningún caso
producirá efecto con relación a terceros, sino desde la fecha de su inscripción..."
Artículo 1556 del Código Civil:
"No surtirá efecto la prenda contra tercero si no consta la certeza de la fecha en instrumento público o de la
manera que establece el artículo 882 del Código Judicial (actual artículo 859)."
Así las cosas, no puede reconocerse el cargo contenido en el Segundo Motivo que sustenta la Causal de
fondo propuesta.
A través del Tercer Motivo, el Recurrente expone que, al reconocer que la prenda es oponible a COCLÉ
AGRÍCOLA, S.A. y MOLINO SANTA ISABEL, S.A., el Tribunal Superior contradice el mandato según el cual
sólo pueden ser objeto de contrato las cosas que no están fuera del comercio de los hombres.
En ese sentido, el Casacionista explica que, cuando se celebró el Contrato de Prenda, los bienes y la
administración de COCLÉ AGRÍCOLA, S.A. y MOLINO SANTA ISABEL, S.A. estaban secuestrados, razón
por la cual no podían ser objeto de dicho contrato de garantía.
La Sala considera nuevamente equivocado el planteamiento del Casacionista, primero, porque como explicó
con anterioridad, la oponibilidad del Contrato de Prenda está determinada por ley, y segundo, porque el
objeto del Contrato de Prenda lo es una equivalencia de 28,500 quintales de arroz nacional que fue
entregada, según consideró demostrado el Ad quem, por PILADORA LAS MERCEDES, S.A. a MOLINO
SANTA ISABEL, S.A. Es decir, no hay en la Resolución impugnada consideración alguna referente a que la
prenda recayera sobre bienes de propiedad de COCLÉ AGRÍCOLA, S.A. o MOLINO SANTA ISABEL, S.A.
A través del Cuarto, Quinto y Sexto Motivo, el Recurrente en Casación censura que el Primer Tribunal
Superior no haya tomado en consideración que el Contrato de Prenda Mercantil de Inventario, que justifica el
levantamiento parcial del secuestro, adolece de una serie de defectos que producen su nulidad, y que no
haya decretado de oficio dicha nulidad.
Al explicar los pretendidos vicios, sostiene que la prenda no fue entregada al acreedor prendario, como
requieren el artículo 814 del Código de Comercio y el artículo 1554 del Código Civil, y que no pertenece en
propiedad a la sociedad que la empeñó.
De la atenta lectura de la Resolución cuestionada por el Recurrente en Casación, se desprende claramente
que no le asiste la razón en lo alegado. Veamos por qué.
Según la parte recurrente, la Resolución impugnada "estableció que los bienes dados en prenda por la
empresa Piladora Las Mercedes, S.A., en virtud del Contrato de Prenda Mercantil suscrito con Primer Banco
del Istmo, S.A., no tienen que ser entregados al acreedor".
Lo cierto es que el Tribunal Superior no formuló tal aseveración.
En la Resolución impugnada, el Ad quem expuso lo siguiente:
"Observa este Tribunal Superior que la sociedad incidentista, Primer Banco del Istmo, S.A., aportó como
prueba dos Contratos de Línea de Crédito ... suscritos con Piladora Las Mercedes, S.A., garantizados por
Contrato de Prenda Mercantil de Inventario .., en el que también se aprecia constancia de entrega y acuerdo
de constitución de prenda, que da fe de la entrega al depositario de veintiocho mil quinientos (28,500)
quintales de arroz nacional...
La revisión de las copias cotejadas por Notario Público de los tiquetes expedidos por Molino Santa Isabel,
S.A. a Piladora Las Mercedes, S.A. en los meses de mayo, noviembre, diciembre del año 2007 y en los
meses de enero y febrero de 2008 permite a este Tribunal Superior verificar el depósito por parte de Piladora
Las Mercedes, S.A. de arroz en cáscara húmedo en los silos de Molino Santa Isabel, S.A. durante el
mencionado período. Y es que, aún cuando pretenda el recurrente señalar que estos documentos sólo dan
cuenta del servicio de pesaje que se le dispensó a Piladora Las Mercedes, S.A. dicho servicio encuentra
justificación en el posterior depósito del arroz en los silos de la empresa que lo realiza ...
No ignora esta Magistratura el hecho de que el informe de visitas a clientes suscrito por el depositario
establece que el inventario de arroz nacional que, al día 13 de mayo de 2008, mantenía Piladora Las
Mercedes en el Silo No.1 de metal de propiedad de Molino Santa Isabel era de 16.500.00 (sic) quintales ...,
es decir, una cantidad inferior a la pignorada, sin embargo, esta circunstancia, no es óbice para que se
reconozca a la entidad bancaria el derecho que tiene sobre la totalidad del grano pignorado, puesto que se
ha acreditado que el Contrato de Prenda suscrito ... recae sobre el inventario de un bien mueble fungible
(arroz nacional) que, como tal, puede ser sustituido por otro de la misma calidad, especie, clase y valor y que
no son entregados al acreedor antes bien son utilizados por el deudor, previo cumplimiento de ciertas
formalidades (así se desprende de la cláusula quinta literal b, punto 3), para continuar con su actividad
agrícola y así obtener los ingresos necesarios para hacerle frente a la obligación contraída con la entidad
bancaria." (fs.186-189)
Como vemos, el Primer Tribunal Superior estableció, en primer lugar, que hubo entrega del bien dado en
prenda al depositario designado por las partes en el Contrato de Prenda. Lo que contradice lo afirmado por el
Recurrente.
Luego, al explicar por qué en determinada fecha se mantenía, en el Silo No.1 de metal de MOLINO SANTA
ISABEL, S.A., una cantidad de arroz nacional inferior a la dada como garantía, el Ad quem indicó que ello
obedecía a lo pactado en la cláusula quinta, literal b, punto 3, del referido Contrato, según la cual, el deudor
podía vender, previo consentimiento del Banco, el arroz dado en prenda, con la obligación de abonar el 100%
del precio estipulado a la deuda que mantiene con el mismo.
Como vemos, en ningún momento el Ad quem consideró que PILADORA LAS MERCEDES, S.A. podía
mantener la tenencia del arroz dado en prenda, y tampoco consideró acreditado tal extremo, por lo que su
decisión no puede en forma alguna infringir lo dispuesto en los artículos 814 del Código de Comercio y 1554
del Código Civil.
En cuanto al tema de la propiedad del arroz dado en prenda, el Ad quem manifestó lo siguiente:
"Por último, plantea el recurrente que el Contrato de Prenda suscrito entre Primer Banco del Istmo, S.A.
(Banistmo) y Piladora Las Mercedes, S.A. no cumple con el requisito de validez establecido en el artículo
1548, numeral 2, del Código Civil y que consiste en que la cosa pignorada o hipotecada pertenezca en
propiedad al que la empeña o hipoteca; sin embargo, tal argumento carece de efectividad a fin de evitar el
levantamiento de la medida cautelar que pesa sobre los bienes pignorados, toda vez que la validez del
mencionado acuerdo no es objeto de debate en este proceso."
Como vemos, el Ad quem no formuló planteamiento alguno en torno a la propiedad del arroz dado en prenda,
ya que, como bien indicó, la validez del Contrato no es el objeto de debate en la incidencia.
Y la reclamación del Recurrente en Casación, en cuanto a que no decretó la nulidad de oficio, debe también
ser desestimada, pues no puede la Sala, en atención a la Causal de violación directa de la ley, entrar a
establecer si en el proceso obran pruebas manifiestas y suficientes que acrediten la reclamada nulidad
absoluta del Contrato de Prenda.
En virtud de lo expuesto, la Sala considera que no se ha acreditado la Causal en el fondo propuesta, así
como tampoco la infracción de las normas que sustentan esta Causal, por lo que procede al análisis de la
Segunda Causal invocada en el presente Recurso de Casación.
SEGUNDA CAUSAL
La Segunda Causal en el fondo alegada es la infracción de normas sustantivas de derecho por concepto de
error de derecho en cuanto a la apreciación de la prueba que, según el recurrente, ha influido
sustancialmente en lo dispositivo de la Resolución recurrida, y se sustenta en los Motivos que se transcriben
a continuación:
"PRIMER MOTIVO: La resolución impugnada incurrió en error de derecho en la apreciación de las pruebas
visibles desde las fojas 82 a 117 del cuadernillo del incidente, que corresponden a las copias de los tiquetes
expedidos por Molino Santa Isabel, S.A. a Piladora Las Mercedes, S.A., y de las fojas 30-34 y 36-37, del
mismo cuadernillo, que corresponden al Contrato de Prenda Mercantil de Inventario y la Constancia de
Entrega y Acuerdo de Constitución de Prenda, respectivamente. El error en la valoración ocurrió porque, a
partir de los primeros documentos mencionados, el Tribunal pudo verificar que el depósito del arroz tuvo
lugar durante el periodo que comprende los meses de mayo, noviembre y diciembre de 2007 y en los meses
de enero y febrero de 2008 (fs.187-188); y, en contraste, a partir de los segundos documentos en mención,
concluyó que la prenda mercantil se encontraba válidamente constituida y que exhibía fecha cierta, el día 9
de febrero de 2007 (fs.186). El error evidente en la apreciación conjunta de documentos contradictorios y no
concurrentes entre sí, influyó en lo dispositivo del fallo, porque dio por constituida la prenda en dos fechas
distintas, las que le sirvieron de fundamento para ordenar el levantamiento del secuestro.
SEGUNDO MOTIVO: La sentencia censurada incurrió en error de derecho en la apreciación de la prueba al
desfigurar, por cercenamiento y fragmentación, las copias de los tiquetes expedidos por Molino Santa Isabel,
S.A. a Piladora Las Mercedes, S.A., visibles desde el folio 82 al 144 del cuadernillo del levantamiento de la
medida cautelar, pues concluyó que si los recibos de las fojas 118 a 144 se relacionan con la compra de
arroz de importación, luego entonces, el resto de los recibos debían referirse necesariamente a la compra de
arroz nacional (fs.188); y, además, por suposición, al desprender de ellos información que no contienen, ya
que tales documentos solo dan cuenta del servicio de pesaje de arroz y no de la constitución de la prenda
mercantil. Si el juzgador no hubiera desfigurado la prueba documental, no habría podido concluir que con ella
se daba por constituida la prenda sobre arroz nacional que sirvió para el levantamiento del secuestro." (f.263)
Las disposiciones legales presuntamente infringidas, según los cargos de injuridicidad contenidos en los
Motivos transcritos, son los artículos 886, 781, 537 y 885 del Código Judicial, el artículo 1556 del Código
Civil, y los artículos 814 y 815 del Código de Comercio.
CRITERIO DE LA SALA
Tal como viene expuesto, la segunda Causal en el fondo invocada en el presente Recurso es la infracción de
normas sustantivas de derecho por concepto de error de derecho en cuanto a la apreciación de la prueba
que, según el recurrente, ha influido sustancialmente en lo dispositivo de la Resolución recurrida.
A través del Primer Motivo, el Recurrente en Casación expone que el Tribunal Superior valoró
incorrectamente documentos que resultaban contradictorios, lo que le llevó a establecer dos fechas distintas
de constitución de la prenda que el banco incidentista pretende hacer valer.
En ese sentido, y al explicar la infracción a los artículos 781 y 886 del Código Judicial, el Casacionista
advierte que el Ad quem le reconoció "fuerza probatoria a documentos contradictorios entre sí, sin más apoyo
en el material fáctico gravitante en el cuadernillo del incidente".
La Sala considera que no le asiste la razón al Recurrente en cuanto al cargo endilgado, por las razones que
se exponen a continuación.
Según el Casacionista explica, del Contrato de Prenda Mercantil de Inventario, visible de fojas 30 a 34, y la
Constancia de Entrega y Acuerdo de Constitución de Prenda, visible de fojas 36 a 37, el Tribunal Superior
estableció una fecha de constitución de la prenda; y de las copias de los tiquetes expedidos por MOLINO
SANTA ISABEL, S.A. a PILADORA LAS MERCEDES, S.A., visibles de fojas 82 a 117, estableció otra fecha
de constitución de la prenda.
Lo cierto es que la Resolución impugnada estableció como fecha cierta de constitución de la prenda,
entendiendo por tal, en atención al artículo 859 del Código Judicial, la fecha desde cuando puede el
documento contentivo del contrato contarse respecto de terceros, el 9 de febrero de 2007, y no dos fechas
distintas, como señala el Casacionista.
Veamos lo expuesto a partir de la foja 186 del presente cuadernillo por el Ad quem:
"Observa este Tribunal Superior que la sociedad incidentista, Primer Banco del Istmo, S.A., aportó como
prueba dos Contratos de Línea de Crédito ... suscritos con Piladora Las Mercedes, S.A., garantizados por
Contrato de Prenda Mercantil de Inventario que reposa a fojas 30-34 del cuadernillo, en el que también se
aprecia constancia de entrega y acuerdo de constitución de prenda, ... Estos documentos, a juicio de la Sala,
permiten afirmar que la prenda mercantil, que sustenta la petición de levantamiento de secuestro y exclusión
de bienes pignorados, se encuentra válidamente constituida y además exhibe fecha cierta siendo ésta, de
acuerdo a lo dispuesto en el artículo 859 del Código Judicial, el día 9 de febrero de 2007 (fj.34), por lo que
constituye un contrato que, al tenor del artículo supra citado, es oponible a terceros."
Como puede verse, el Tribunal Superior, luego de examinados los documentos visibles de fojas 30 a 34 y 33
a 37, estableció como fecha cierta de constitución de la prenda el 9 de febrero de 2007 (fecha que aparece
en el sello de autenticación de firmas estampado por el Notario Público Primero del Circuito de Veraguas.)
Con posterioridad, al entrar al análisis relativo a si los bienes objeto del secuestro practicado por el
Recurrente en Casación son los mismos que fueron pignorados por PILADORA LAS MERCEDES, S.A. a
favor de PRIMER BANCO DEL ISTMO, S.A., el Primer Tribunal Superior manifestó lo siguiente:
"Ahora bien, arguye la recurrente que no se acreditó que los bienes objeto del secuestro sean aquellos
pignorados (28,500 quintales de arroz nacional) ...
La revisión de las copias cotejadas por Notario Público de los tiquetes expedidos por Molino Santa Isabel,
S.A. a Piladora Las Mercedes, S.A. en los meses de mayo, noviembre, diciembre del año 2007 y en los
meses de enero y febrero de 2008 permite a este Tribunal Superior verificar el depósito por parte de Piladora
Las Mercedes, S.A. de arroz en cáscara húmedo en los silos de Molino Santa Isabel, S.A. durante el
mencionado período" (f.187)
De lo anterior se colige que el análisis probatorio de los documentos visibles de fojas 82 a 117 estuvo
orientado a establecer, no la fecha de constitución de la prenda a favor del banco incidentista, como sugiere
el Casacionista, sino la recepción por parte de MOLINO SANTA ISABEL, S.A. del arroz dado en prenda por
PILADORA LAS MERCEDES, S.A. A través de dicho análisis, el Tribunal de la Alzada logró determinar que
en un periodo posterior al de constitución de la prenda (de mayo a diciembre de 2007 y de enero a febrero de
2008), y anterior a la práctica del secuestro solicitado por el hoy Recurrente en Casación (21 de julio de
2008), el molino recibió efectivamente de la piladora arroz nacional que, a su vez, había sido dado en prenda
por esta última a favor de la entidad bancaria incidentista.
Lo anterior no contradice lo ya expresado por el Tribunal Superior en cuanto a la fecha de constitución de la
prenda, ni tampoco afecta la validez del Contrato de Prenda Mercantil o de la Constancia de Entrega y
Acuerdo de Constitución de Prenda, ambos de 9 de febrero de 2007, toda vez que, como el Ad quem explicó
también, la cláusula quinta, literal b, numeral 3, del Contrato de Prenda Mercantil de Inventario celebrado
entre PILADORA LAS MERCEDES, S.A. y PRIMER BANCO DEL ISTMO, S.A., permitía a la piladora, previo
el cumplimiento de ciertas formalidades, disponer del arroz para obtener los ingresos necesarios para hacerle
frente a la obligación contraída.
Por lo expuesto, la Sala considera que no se ha acreditado la ocurrencia del yerro probatorio expuesto en el
Primer Motivo que sustenta la Segunda Causal de fondo alegada por el Recurrente en Casación.

Corresponde ahora el análisis del Segundo Motivo, a través del cual el Casacionista alega que el Tribunal de
Segunda Instancia desfiguró el valor probatorio, por cercenamiento y fragmentación, de las copias de los
tiquetes expedidos por MOLINO SANTA ISABEL, S.A. a PILADORA LAS MERCEDES, S.A., visibles de fojas
82 a 144, al concluir que si los mismos se relacionan con la compra de arroz de importación, luego entonces,
el resto de los recibos se refieren necesariamente a la compra de arroz nacional; y por suposición, al
desprender de ellos información que no contienen, todo lo cual le llevó a dar por probada la constitución de la
prenda que sirvió para el levantamiento del secuestro.
La Sala observa que el Casacionista reincide en el error advertido con anterioridad, pues, como ya se
explicó, el análisis probatorio efectuado por el Tribunal Superior de las copias de los tiquetes, visibles de fojas
82 a 144, no tuvo que ver con la probanza de la constitución de la prenda, ya que para ello, examinó el
Contrato de Prenda y la Constancia de la Entrega y Acuerdo de Constitución. Las referidas copias fueron
examinadas con el fin de establecer la recepción por parte de MOLINO SANTA ISABEL, S.A. del arroz dado
en prenda.
Con relación a dichas copias, el Ad quem señaló en la Resolución impugnada lo siguiente:
"... arguye la recurrente que no se acreditó que los bienes objeto del secuestro sean aquellos pignorados
(28,500 quintales de arroz nacional) ..., que los tiquetes aportados por el depositario Rigoberto Delfín Peña
Ríos no distinguen si se trata de arroz importado o nacional o si este (sic) reposaba en silos de metal o de
concreto, destacando que el contrato hace alusión expresa al arroz nacional.
La revisión de las copias cotejadas por Notario Público de los tiquetes expedidos por Molino Santa Isabel,
S.A. a Piladora Las Mercedes, S.A. ... permite a este Tribunal Superior verificar el depósito por parte de
Piladora Las Mercedes, S.A. de arroz en cáscara húmedo en los silos de Molino Santa Isabel, S.A... Y es
que, aún cuando pretenda el recurrente señalar que estos documentos sólo dan cuenta del servicio de pesaje
que se le dispensó a la Piladora Las Mercedes, S.A., dicho servicio encuentra justificación en el posterior
depósito del arroz en los silos de la empresa que lo realiza y para lo cual resulta fundamental precisar su
peso ... Ciertamente, los recibos en comentario no refieren que el arroz depositado en los silos de Molino
Santa Isabel, S.A. es nacional, sin embargo, se observa que los recibos que reposan de folios 118 a 144 del
cuadernillo, relacionados con la compra de arroz de importación, omiten detallar la persona a la que se le
adquiere dicho grano, lo que permite concluir que aquellos recibos que presentan esta información refieren la
compra de arroz nacional.
No ignora esta Magistratura el hecho de que el informe de visitas a clientes suscrito por el depositario
establece que el inventario de arroz nacional que, al día 13 de mayo de 2008, mantenía la Piladora Las
Mercedes en el Silo No.1 de metal de propiedad de Molino Santa Isabel era ..., una cantidad inferior a la
pignorada, sin embargo, esta circunstancia, no es óbice para que se reconozca a la entidad bancaria el
derecho que tiene sobre la totalidad de grano pignorado, puesto que se ha acreditado que el Contrato de
Prenda suscrito ... recae sobre el inventario de un bien mueble fungible (arroz nacional) que, como tal, puede
ser sustituido por otro de la misma calidad, especie, clase y valor ..." (f.187)
Las copias de los tiquetes, cuyo valor probatorio se examina, fueron aportadas al Incidente, durante la
Audiencia celebrada el 12 de septiembre de 2008 (f.66), por Rigoberto Peña, depositario designado en el
Contrato de Prenda Mercantil de Inventario celebrado entre la entidad bancaria incidentista y PILADORA LAS
MERCEDES, S.A.
En su declaración testimonial, el señor Peña manifestó que el arroz pignorado ingresó a los silos de MOLINO
SANTA ISABEL, S.A. y que en sus visitas periódicas al molino verificó la existencia del inventario ingresado,
la cual se corrobora "con un tiquet de recibo de entrega que mantenemos en custodio (sic) desde el 2006, los
cuales constan en numeraciones de la compra del arroz., para saber en realidad el desembolso de la compra
de arroz, mediante la pignoración" y para probar lo dicho aportó las copias de los referidos tiquetes,
aclarando que los originales eran entregados a PILADORA LAS MERCEDES, S.A. para efectos contables.
Luego de analizar la documentación presentada, el Primer Tribunal Superior concluyó que los tiquetes, no
sólo daban cuenta del pesaje del arroz de PILADORA LAS MERCEDES, S.A., sino también de su entrega y
depósito en MOLINO SANTA ISABEL, S.A., conclusión con la que coincide esta Sala, pues, si fuese de otra
manera, no se justificaría que el depositario del arroz dado en prenda mantenga en custodia esta
documentación.
Ahora bien, lo que el Recurrente censura es que el Ad quem haya entendido que los recibos que no se
relacionan con la compra de arroz de importación, refieren, entonces, la compra de arroz nacional.
Para establecer si, en efecto, como el Casacionista asegura, se desfiguró el medio probatorio bajo análisis, la
Sala debe referirse a la declaración testimonial de Rigoberto Peña, depositario del arroz pignorado a favor de
la entidad bancaria incidentista.
En ese sentido, tenemos que, a pregunta sobre si conocía qué tipo de arroz nacional o extranjero ingresó a
los silos ubicados en la Finca No.10769, el señor Peña manifestó que a los silos habían ingresado tanto arroz
nacional como importado (f.72, cuarta pregunta). Es decir, el testigo se refiere a la entrega tanto de arroz
nacional como importado y presenta la documentación para demostrar la entrega en depósito.
En el cuadernillo no se observa prueba alguna que contradiga lo aseverado o que demerite el valor
probatorio de las copias aportadas por el depositario.
Recordemos que nuestro ordenamiento jurídico establece el deber de cada parte de probar los hechos o
datos que constituyen el supuesto de hecho de las normas que les son favorables, y lo cierto es que no se ha
demostrado en forma alguna que el arroz dado en prenda no se encuentra en los silos de propiedad de
MOLINO SANTA ISABEL, S.A.
Además, cabe advertir que ni MOLINO SANTA ISABEL, S.A., propietaria de los silos, ni COCLÉ AGRÍCOLA,
S.A., propietaria de la finca donde se encuentran ubicados los mismos, han alegado ser las propietarias del
arroz cuyo secuestro pretende levantarse.
De esta manera, la Sala considera que la valoración probatoria de los recibos o tiquetes visibles de fojas 82 a
144 del presente cuadernillo, realizada por el Tribunal de Segunda Instancia, encuadra dentro de los
parámetros establecidos en el artículo 781 del Código Judicial que consagra el principio de la sana crítica,
pues dicho Tribunal Colegiado ha expuesto razonadamente el examen del elemento probatorio.
En consecuencia, esta Sala debe resolver que no se han configurado los cargos de injuridicidad ni las
violaciones a las normas de los Códigos Civil, de Comercio y Judicial endilgadas por el Casacionista a la
Resolución recurrida, por lo que procede desestimar también por infundada la Causal de infracción de
normas sustantivas de derecho, por concepto de error de derecho en cuanto a la apreciación de la prueba,
objeto del presente Recurso de Casación.
En virtud de lo anterior, la Corte Suprema, SALA DE LO CIVIL, administrando justicia en nombre de la
República y por autoridad de la Ley, NO CASA la Resolución de 26 de enero de 2009, dictada por el Primer
Tribunal Superior del Primer Distrito Judicial de Panamá, dentro del Incidente de Levantamiento de Secuestro
incoado por PRIMER BANCO DEL ISTMO, S.A. dentro de la Medida Cautelar de Secuestro propuesta por
REINMAR ALBERTO TEJEIRA ROBINSON contra DISTRIBUIDORA PALO ALTO, S.A., TESKO, S.A.,
MOLINO SANTA ISABEL, S.A., COCLÉ AGRÍCOLA, S.A., BORIS REINMAR TEJEIRA AROSEMENA,
JAVIER FILEMÓN TEJEIRA PULIDO y JAVIER TEJEIRA MUÑOZ.
, se Las costas del Recurso de Casación, tal como dispone el artículo 1196 del Código Judicial fijan en la
suma de setenta y cinco balboas (B/.75.00).
Notifíquese y Devuélvase,
OYDÉN ORTEGA DURÁN
ALBERTO CIGARRUISTA CORTEZ -- HARLEY J. MITCHELL D.
SONIA F. DE CASTROVERDE (Secretaria)
ANEXOS

El fiador puede ser compelido a pagar al acreedor desde el momento en que el


deudor esta en mora, de conformidad con las reglas del artículo 985.”(Artículo
1520 del CC.PANAMEÑO).

ARTICULO 2361. <CONCEPTO DE FIANZA>. La fianza es una obligación


accesoria, en virtud de la cual una o más personas responden de una obligación
ajena, comprometiéndose para con el acreedor a cumplirla en todo o parte, si el
deudor principal no la cumple (Código Civil colombiano).

ARTICULO 2376. <REQUISITOS DEL FIADOR Y SUFICIENCIA DE LOS


BIENES>. El obligado a prestar fianza debe dar un fiador capaz de obligarse como
tal; que tenga bienes más que suficientes para hacerla efectiva, y que esté
domiciliado o elija domicilio en algún Estado o territorio de la Unión.
Para calificar la suficiencia de los bienes sólo se tomarán en cuenta los inmuebles,
excepto en materia comercial, o cuando la deuda afianzada es módica.
Pero no se tomarán en cuenta los inmuebles embargados o litigiosos, o que no
existan en el territorio, o que se hallen sujetos a hipotecas gravosas o a
condiciones resolutorias.
Si el deudor estuviere encargado de deudas que pongan en peligro aún los
inmuebles no hipotecados a ellas, tampoco se contará con éstos.

Artículo 2382. <REQUERIMIENTO DEL ACREEDOR POR EL FIADOR>. Aunque


el fiador no sea reconvenido, podrá requerir al acreedor, desde que sea exigible la
deuda, para que proceda contra el deudor principal; y si el acreedor después de
este requerimiento, lo retardare, no será responsable el fiador por la insolvencia
del deudor principal, sobrevenida durante el retardo. (Código Civil Panameño).
CONCLUSIÓN

En esta rama del derecho que nos ocupa hemos podido estudiar las garantías
personales y reales como como parte del contrato del derecho civil, puesto que es
necesario conocer como estudiantes derecho, ahora bien, nos hemos percatado
como el mundo del derecho en específico los contratos tienen ciertas cualidades,
pasos y procedimiento que son necesario para ejecutar una obligación como es la
del contrato de garantías personales y reales, consagrada en nuestra legislación y
que la corte Suprema de Justicia en su pronunciamiento nos da luces de que
entendemos por el mismo y como se procede de esa manera poder ejecutar
conforme la ley estos contratos y a la vez que no se vulnere el derecho de
aquellos fiadores que lo hacen de buena fe .
De igual manera pudimos estudiar el ben jurídico afectado y lo que buscan este
contrato y que la personas que realizan el mismo de no cumplir con su obligación
deben responder con el bien puesto como respaldo a la deuda; de igual manera
vemos, de igual manera se dice que la deuda tiene una garantía personal, cuando
la responsabilidad, ya del deudor solamente es, o de este y de un tercero, es
simplemente personal; pues que se asegura el pago por otra persona como vemos
en el caso de préstamos que muchas veces los bancos exigen un fiador que se
responsabilice por el incumpliendo de un compromiso adquirido por el titular de
derecho; bien como hemos mencionado entonces como garantía personal, entra el
rol de la fianza pues, es, lo que garantizará el cumplimiento de una deuda o de
una obligación a través de la existencia de la figura del fiador, quien es una tercera
persona ajena a la deuda, es decir, que no se encuentra involucrada ni con la
parte que prestó el dinero, ni con aquella que lo recibió.
BIBLIOGRAFIA

VALENCIA ALEXANDER………………..……………….Principales contratos civiles.


CASTAN JOSÉ……………………………………Sistema jurídicos contemporáneos.
REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA………...…...…Conceptos jurídicos
CÓDIGO CIVIL PANAMEÑO……………………………………………......Contratos.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA PANAMÁ……………………... Fallos Generales.
CASTAN JOSÉ………………………….…….....Sistema Jurídicos Contemporáneos.
JOSÉ LUIS LA CRUZ BERDEJO……… …………….Elementos del Derecho Civil.

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