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Título: “Las oportunidades no esperan”

Autora: Clara Pérez

4 personajes:

1. Marina: Chica impuntual.


2. Andrea: Chica puntual.
3. Mesonero: Atiende a Andrea mientras espera Marina.
4. Productor: Es quien da la oportunidad a Andrea.

Ambientación: Cafetería de un canal de televisión.

Introducción: Andrea espera a Marina en la cafetería para presentarse en un


casting para participar en una telenovela. Al ver que no llega la llama por teléfono.

Andrea (Tomando su teléfono y marcando el número de Marina): ¿Marina, donde


estás? Ya casi es la hora y aun no llegas, entraré sin ti, no quiero perder esta
oportunidad.

Marina (Respondiendo desde la calle, muy distraída y sin prisa): Ya estoy cerca,
deja el estrés, esas cosas siempre tardan, ya verás que tendremos que esperar
mucho, tomate un café que yo ya voy llegando.

Andrea (Molesta): Oportunidades como estas se dan poco Marina, si no llegas


pronto, entro sin ti aunque te moleste, siempre tan impuntual.

Marina (Irónica): Tú siempre llegas antes de la hora y aún no he visto que te


suceda algo bueno por eso, cálmate que ya estoy cerca, hablamos al llegar, besos
amiga.

Mesonero (Acercándose a la mesa donde este Andrea): ¿Quiere algo más?

Andrea (Acomodándose en el asiento): Si por favor ¿me trae otro café?

Mesonero: Con gusto señorita.

El mesonero se va por el café y Andrea sigue hablando sola


Andrea (Hablando en voz alta pero para sí misma): No sé qué tiene Marina en la
cabeza es tan irresponsable, pero lo siento por ella, yo este casting no lo voy a
perder, si no llega a tiempo, es su problema.

Mesonero (Acercándose con el pedido): Aquí está el café señorita ¿le pasa algo?

Andrea (Con cara de decepción): No, nada importante, gracias.

Andrea vuelve a ver la hora en su teléfono y golpea la mesa con los dedos de la
impaciencia.

En ese momento entra un hombre con un atuendo algo estrambótico, mirando a


todos lados.

Productor (Algo exaltado): ¡Dios! Necesito dos chicas para hacer de extra en una
escena y es urgente.

Sigue mirando a todos lados y fija su vista en Andrea, acercándose a ella.

Productor (Señalándola): A ver chica, tú, levántate, necesito dos extras y supongo
que tú estás aquí buscando una oportunidad, o… ¿me equivoco?

Andrea (Gratamente sorprendida): ¿yo?

Productor: Si niña ¿Quién más? Tú, levántate ¿o no quieres?

Andrea: Claro, si quiero, vamos.

Andrea se levanta y comienza a caminar detrás del productor, pero se detiene

Andrea (Tocando el hombro del productor) Deme un segundo, ya le alcanzo.

Andrea se dirige al mesonero, hablando con el rápidamente y sale de nuevo


detrás del productor. En el instante que se van, Marina entra a la cafetería,
sentándose en una mesa.

Mesonero: ¿Es usted la señorita Marina?

Marina (Extrañada): Si, soy yo


Mesonero: La señorita Andrea le dejo dicho que gracias a que no llego a tiempo
perdió la oportunidad de participar en una escena que graban, que fue escogida
para extra y que la llama cuando este desocupada, que es una lástima que no
llegara a tiempo.

Marina (Boquiabierta): ¿Qué se fue a dónde? Bueno, bueno, gracias ¿usted que
puede saber?

Mesonero: Por nada señorita, permiso

El mesonero se aleja y Marina queda apoyando su cabeza sobre su mano rabiosa.

Marina (Hablando en voz alta): ¡Ay Marina, Marina! Esto te pasa por relajada,
incumplida e impuntual, acabas de perder una oportunidad por esa manía de
siempre llegar tarde, ¡necia!

Marina se levanta de la mesa y sale molesta de la cafetería.

FIN
Título: “Por el bien de nuestro hijo”
Autora: Silvina Carrasco

4 Personajes:

1. Agustín: Es un nene de 6 años.


2. Alicia: Mamá de Agustín.
3. Manuel: Papá de Agustín.
4. Pediatra: Mujer de unos 46 años. Es un poco intimidante por su forma seria y
directa de hablar.

ACTO I

Personajes que intervienen en este acto: Alicia, Manuel y Agustín.

Escenario: Entrada de una casa.

Introducción: Los padres de Agustín están divorciados hace muchos años. Aún
así, la relación entre ambos sigue siendo muy tensa y con muchos rencores de por
medio y eso afecta mucho al niño.

Durante la escena Agustín no dice nada. Solo escucha triste mientras sus padres
hablan.

(Alicia abre la puerta, Manuel entra y los tres se quedan en la entrada.)

–Alicia: Otra vez tarde Manuel, una hora tarde.

–Manuel: Tuve un problema en el trabajo.

–Alicia: Sí, claro, el cuento de siempre. Hace seis años que te surgen problemas
para venir a buscar a tu hijo a tiempo.

–Manuel: Hace seis años que escucho tus reclamos y todavía no me acostumbro.
¿Cómo haces para vivir siempre tan amargada, mujer?.

–Alicia: Eso ya no es asunto tuyo. Mejor ocúpate de cumplir con lo que te


corresponde.
–Manuel: ¡Gracias a Dios que ya no tengo que soportarte!

–Alicia: Hijo, por favor, recuérdale a tu padre que tienes que regresar a las 8.
Seguramente se le olvida, como se le olvida todo.

(Agustín agacha la cabeza.)

–Manuel: Vamos hijo, por hoy vas a descansar del mal humor de tu madre.

(Manuel y Agustín salen por la puerta.)

ACTO II

Personajes que intervienen en este acto: Alicia, Manuel y la Pediatra.

Escenario: Consultorio de la pediatra: un escritorio con una silla de un lado y dos


sillas del otro lado, una camilla y juguetes en un rincón.

(La Pediatra está sentada en su silla, enfrentada a ella, está sentada Alicia.
Manuel golpea la puerta y se asoma al consultorio.)

–Manuel: Permiso, disculpe, vine apenas pude.

–Pediatra: ¿El papá?

–Manuel: Sí.

–Pediatra: Tome asiento por favor.

(Manuel se sienta.)

–Pediatra: Bueno, entonces, ¿Agustín estaba en su casa cuando se descompensó?

–Alicia: (Acelerada, hablando a toda velocidad) No, estaba en el colegio. Me


llamaron del colegio, me avisaron que se había desmayado y lo habían traído para
acá, vine urgente para acá, me dijeron que estaba bien pero le estaban haciendo
estudios, llamé al padre que, vino cuando pudo, porque, como usted verá, es un
hombre muy ocupado.
–Manuel: Estaba trabajando, no estaba de paseo.

–Pediatra: Está bien. Los estudios están bien, pero me parece empezar a entender
la situación. ¿Ustedes están separados?

–Manuel: Sí.

–Alicia: Divorciados… Legalmente divorciados.

–Manuel: Felizmente divorciados.

–Pediatra: Entiendo. Bueno, la situación es ésta: Según el informe de la psicóloga


y los síntomas que presenta, lo que veo es que Agustín está sometido a niveles muy
altos de estrés y eso es algo malo en un niño de su edad. Cuando somos adultos,
desarrollamos herramientas para sobrellevar situaciones estresantes, pero a su
edad, Agustín no tiene esas herramientas, (con rostro grave) y no tiene por qué
tenerlas.

(Alicia y Manuel escuchan, apenados)

–Pediatra: Es responsabilidad de ustedes, como padres, y como adultos, darle a


su hijo una atmósfera sana para
crecer.
Les diré esto como pediatra que ha visto pasar por su consultorio a cientos
de niños con estrés: una de las cosas más importantes para los niños es ver entre
sus padres una relación de respeto, estén juntos o
divorciados. Ver
que sus padres se llevan mal los desestabiliza enormemente.

(Alicia seca disimuladamente una lágrima de su


rostro)

–Manuel: (Apenado) Entiendo doctora.

–Alicia: (Apenada también) Si, entendido. Muchas gracias.

ACTO III
Personajes que intervienen en este acto: Agustín, Alicia y Manuel.

Escenario: Una plaza.

Agustín intenta remontar una cometa, corriendo de un lado a otro; a una cierta
distancia, Manuel lo observa, sentado en un banco de cemento; bastante alejada
de Manuel, Alicia también mira jugar al niño.

(Alicia mira a Manuel, se dirige unos pasos en dirección a él y se queda parada.


Sigue observando jugar a su hijo. Vuelve a caminar hacia Manuel y se frena otra
vez. Finalmente, se acerca y titubeando le habla)

– Alicia: ¿Po…demos…hablar?

– Manuel: (Tímidamente) Si. (Corre su abrigo para que Alicia se siente a su


lado)

– Alicia: (Se sienta) Porque obviamente tenemos que hablar. Pero inicio la
conversación yo, porque si espero que lo hagas tú… (se queda mirándolo, como
esperando que le diga algo).

(Manuel solo agacha la cabeza.)

– Alicia: (Más frustrada que enojada) ¡Ay Dios, cuándo vas a solucionar tus
problemas de comunicación!

(Manuel solo mantiene la cabeza gacha. Alicia suspira.)

– Alicia: El caso es el siguiente: tú no me soportas, yo no te soporto y eso no va a


cambiar, pero vamos a ser los padres de Agustín para siempre, y si un día vuelven
a llamarme del colegio para decirme que se desmayó… (empieza a llorar,
tapándose la cara con las manos)

(Manuel hace ademán de abrazarla pero finalmente se queda inmóvil en su sitio)

– Alicia: Además… aunque hayas sido un desastre de marido, eres un buen padre
y Agustín te quiere mucho.

– Manuel: Tú también eres una buena madre y yo me siento tranquilo de que


Agustín viva contigo, yo no podría cuidarlo mejor.
– Alicia: No vamos a ser amigos, pero por el bien de nuestro hijo intentemos dejar
nuestras diferencias de lado.

– Manuel: Sí, claro. Lo haremos por el bien de nuestro hijo.

(Se acerca Agustín corriendo, saltando, feliz.)

– Agustín: ¡Mamá, mamá, descubrí un hormiguero con forma de montaña!

– Alicia: ¡Qué buen descubrimiento mi amor!

– Manuel: Se está haciendo tarde y por aquí cerca preparan unas hamburguesas
deliciosas.

– Alicia: ¡Manuel! ¡Las hamburguesas no son bue…! (se frena). Bueno aunque
una de vez en cuando no le hará daño.

– Manuel: Podríamos ir los tres.

– Agustín: ¡Mamá, ¿tú irás con nosotros?!

– Alicia: (Lo mira enternecida) Si mi amor, claro.

– Agustín: ¡Si! ¡Bravo! ¡Mamá irá con nosotros! ¡Mamá irá con nosotros!

Empiezan a caminar los tres en la misma dirección. Manuel sube a Agustín en sus
hombros. Agustín, feliz se va cantando:¨Voooy volando… aaal espacio
sideral¨ ¨Voooy llegando… aaal espacio sideral¨

FIN

Título: “El profesor sustituto”


Autor: Manuel Martínez

4 personajes:
 VALENTIN.- 38 años, profesor sustituto. Llega con miedo al Instituto, pero
pronto hace valer su autoridad.
 EZEQUIEL.- 17 años, repetidor, es un mal estudiante que no teme a ninguna
autoridad.
 SOFÍA.- 40 años, profesora más veterana del Instituto.
 DIRECTOR.- 56 años, director del Instituto.

ACTO I

Pasillo del Instituto Félix Valoir. Las clases están a punto de empezar, los
alumnos ya están en las clases esperando a que cada profesor entre en el aula.

Valentín, camina junto con Sofía una profesora compañera de Instituto. Hasta
que se detienen en la puerta de un aula.

SOFÍA: Bueno, pues ya hemos llegado.

VALENTÍN: ¿No era Segundo A?

SOFÍA: Sí, esta es segundo A

VALENTÍN: Ah, vale, pensé que los de segundo estaban en la planta de arriba.

SOFÍA: Bueno, no te preocupes, tu tranquilo y sobretodo no entres al trapo con


ellos.

VALENTÍN: ¿Son muy rebeldes?

SOFÍA: Son un curso difícil. Pero si te muestras fuerte te los puedes ganar.

VALENTÍN: ¿Cómo fuerte?

SOFÍA: Sí, que no dudes, que estés muy seguro de ti mismo, cómo dudes hacen
contigo lo que quieras.

VALENTÍN: Joder, me estás poniendo más nervioso, jeje.

SOFÍA: Pues no, tienes que estar muy tranquilo.


VALENTÍN: ¿Tengo que tener cuidado especial con algún alumno?

SOFÍA: No te ha dicho nada Enrique.

Valentín se muestra confuso.

SOFÍA: Enrique el jefe de estudios.

VALENTÍN: No, ¿qué tendría que saber?

SOFÍA: Supongo que a los profesores sustitutos no se os cuenta todo, Ezequiel, un


chaval que ha repetido un par de veces, hoy lo tendrás el primer día en primera fila
y créeme que te la va a jugar.

VALENTÍN: ¿Y por qué tengo que tener especial cuidado?

SOFÍA: Supongo que no te han dicho nada. Entonces mejor que sea así, tú
simplemente vigílalo.

VALENTÍN: Bueno pues tendré cuidado.

SOFÍA: Ya verás cómo pasados cinco minutos todo va bien.

ACTO II

Clase de segundo A, Valentín entra en la clase ante la atenta mirada de los


alumnos. Sentado en primera fila está Ezequiel. Valentín deposita en su mesa su
maletín y saca una lista de su interior.

VALENTIN: Buenos días chicos.

EZEQUIEL (Irónico): Buenos días señor profesor.

VALENTÍN: Será mejor que me presente. Mi nombre es Valentín…

EZEQUIEL: Que valiente.

VALENTÍN: ¿Cómo dices?


EZEQUIEL: Que, qué bonito nombre.

VALENTIN: Gracias. Por donde iba, soy Valentín, profesor titulado desde hace
cinco años, me han llamado para que venga a cubrir la baja de vuestro profesor
Mariano.

EZEQUIEL: Pobrecillo, ese ya no vuelve.

VALENTIN: Esperemos que sí, ¿no?

EZEQUIEL: Sí, sí. Ojalá vuelva.

VALENTIN: Eso.

EZEQUIEL (Susurrando):Con él sí que era fácil copiar.

Valentín mira fijamente a Ezequiel

VALENTIN: Quería que os presentarais, pero ya me queda claro quién es el


gracioso de la clase.

EZEQUIEL: ¿Quién profesor?, ¿quién señor profesor?

VALENTIN: Le preguntamos a la clase o te das ya por aludido.

La mayoría de la clase se ríe ante el último comentario del profesor. Ezequiel


empieza a mirar seriamente hacía atrás para acallar las risas.

EZEQUIEL: Se está usted pasando y no me conoce.

VALENTIN: ¿Qué debería conocer?

EZEQUIEL: Que no me está usted tomando en serio.

VALENTIN: Te tomo en serio como a cualquier compañero, ahora si no quieres


dar tú la clase, déjame hacer mi trabajo y seguir con la clase, sino por mí, al menos
por tus compañeros.

EZEQUIEL: No sabes lo que le paso a Mariano, ¿verdad?


VALENTIN: No, pero seguro que tú me lo vas a contar.

EZEQUIEL: Sólo te digo que él también vino muy chulito y acabo pidiendo la
baja.

VALENTIN: ¿Y después de esta apasionante historia podemos seguir con la clase?

Valentín se agacha en su mesa para sacar del cajón el borrador de la pizarra


cuando un libro pasa a pocos centímetros de la cabeza de Valentín impactando en
la pared. Valentín sorprendido se incorpora mira a Ezequiel.

VALENTIN (En un tono severo): Ezequiel sal conmigo.

Ezequiel y Valentín salen de la clase.

ACTO III

Pasillo del Instituto, vacío y en silencio, todos los alumnos se encuentran en sus
clases. Valentín y Ezequiel están fuera de su aula, cerca de la puerta.

VALENTIN: Escúchame bien, a mí me da igual todas las tonterías que quieras


comentar en mi clase. Doy por hecho que siempre voy a tener un payaso en ellas.

EZEQUIEL: Un momento, a mí nadie me llama payaso.

VALENTIN: No te estaba llamando payaso.

EZEQUIEL: Cómo que no, si acabo de oírlo perfectamente.

VALENTIN: Déjame hablar, por favor. No te estaba llamando payaso.

EZEQUIEL: ¿Entonces?

VALENTIN: Déjame hablar. A mí me da igual si tienes que decir o hacer gracietas.


Yo tengo tres opciones o te mando al director y a la larga te acabamos expulsando,
o te ignoro y aguanto tus tonterías, o consigo que te involucres un poco y aprendas
algo.

El Director del instituto se acerca a los dos sin que estos adviertan su presencia
EZEQUIEL: Yo tengo otra opción. Te la lío muy gorda y acabo consiguiendo que
te vayas a tomar por…

DIRECTOR: ¿Cómo dice alumno?

Ezequiel se gira sorprendido. Acompáñeme anda y usted Valentín vuelva a su


clase.

VALENTIN: Disculpe, director es culpa mía.

DIRECTOR: ¿Y cómo es eso?

VALENTIN: Le había pedido al alumno Ezequiel que me acompañara fuera para


que saliera a ver si me había dejado el coche abierto, pero creo que me he
extralimitado.

DIRECTOR: Pero cómo se le ocurre. Que no vuelva a repetirse, no haga que me


arrepienta de haberlo contratado. Vuelvan a su clase inmediatamente.

EZEQUIEL: Sí señor director

VALENTIN: Ahora mismo.

El director continúa su camino por el pasillo.

VALENTIN: ¿Continuamos la clase?

EZEQUIEL: Sí, estaba usted presentándose, puede continuar.

FIN
Título: “En los zapatos del otro”
Autora: Silvina Carrasco

4 Personajes:

1. Mateo: Adolescente de 17 años. Apasionado por el fútbol. Tiene una gran


necesidad de recibir atención de su padre, pero no lo consigue.
2. Horacio: Padre de Mateo. Trabaja todo el tiempo y siente que Mateo no valora su
esfuerzo.
3. Viviana: Madre de Mateo y esposa de Horacio. Trata de intervenir para suavizar la
relación entre Mateo y Horacio.
4. Nené: Abuela de Mateo, mamá de Horacio. Es determinante en la resolución del
conflicto.

ACTO I

Personajes que intervienen en este acto: Mateo, Horacio y Viviana.

Escenario: Cocina de una casa con la mesa dispuesta para desayunar. Es


importante que haya comida o algo que simule comida en la mesa.

(Mateo desayuna con su mamá Viviana.)

Mateo está por jugar la final del campeonato interzonal con el equipo de su ciudad.
Es muy importante para él que su padre este ese día pero nunca tiene la posibilidad
de hablar con él.

–Mateo: (muy entusiasmado) El domingo arranco de titular. Estamos listos. ¡Este


año el campeonato es nuestro! (se frota las manos enérgicamente).

(Entra Horacio a la cocina. Se sienta. Le suena el celular. Lo mira, lee, se para y


se vuelve a ir).

(El entusiasmo de Mateo se desvanece. Su cara se pone seria)

– Viviana: (lo mira con ternura) ¿Ya le preguntaste?


– Mateo: ¿Para qué, si no va a ir?

–Viviana: ¿cómo no va a ir, si sabe lo importante que es este campeonato para


vos?

–Mateo: No, no sabe. No sabe nada de mí.

(trata de disimular su tristeza tras un rostro de dureza). Pero no importa, me


alcanza con que estés vos, la abuela y los chicos.

(Horacio vuelve a entrar en escena. Se sienta y empieza a desayunar)

–Horacio: ¡Qué linda quedó la casa de Estela!, no la habìa visto.

–Mateo: (irónico) Si en algún momento levantaras la vista del celular o tu


computadora, ¡verías tantas cosas!.

–Horacio: Si tengo que mirar tanto el celular o la computadora es porque tengo


que trabajar para comprar eso que estás comiendo.

–Mateo: Solo digo que es increíble las cosas de las que se entera uno cuando deja
de mirarse el ombligo. (Irónico) El hombre llegó a la Luna, ¿te enteraste?

–Viviana: (con tono conciliador) Bueno, bueno, ¿desayunamos en paz?.

(a Horacio) Amor, ¿el domingo…?

(Horacio se acuerda de algo súbitamente. Se lleva la mano a la frente


preocupado)

–Horacio: (hablando para sí mismo) ¡Huy!, me olvide de mandarle el mail a este


muchacho…

(Agarra su computadora y empieza a escribir)

–Mateo: (muy enojado y tratando de esconder su malestar, se para y se va


hablando con ironía. Su voz se va haciendo cada vez más baja hasta que
desaparece de escena y no se escucha más) El hombre llegó a la Luna, derribaron
las torres gemelas, Uruguay le ganó a Brasil en el Maracaná, Trump fue elegido
presidente…
(Después de un momento, Horacio termina de escribir)

–Horacio: (a Viviana) ¡¿Qué le pasa a este chico?! ¿Cómo espera que pague las
comodidades con las que vive?

– Viviana: (le toma la mano con ternura) Es que quizás no necesita tantas
comodidades…

(la cara de Horacio se pone triste, pero inmediatamente pone el mismo rostro
orgulloso de dureza que pone Mateo cuando quiere ocultar sus sentimientos).

–Horacio: Me voy amor, se me hace tarde

(le da un beso y sale de escena)

ACTO II

Personajes que intervienen en este acto: Mateo y Nené

Escenario: Sala de estar de una señora anciana. Tejidos de crochet sobre las
mesas y adornos antiguos.

(Mateo y Nené sentados en un sofá)

–Nené: Que bueno que viniste a verme, ya te estaba extrañando.

–Mateo: Pasé un ratito nomás. Vine a invitarte para el domingo….

–Nené: ¡A la gran final del campeonato!

–Mateo: ¡Ha!, ¿Ya te avisó mamá?. No me dijo nada.

–Nené: No. Me avisó tu padre. Hace un mes que no habla de otra cosa que del
campeonato. Anda como un loco tratando de terminar no sé qué proyecto el
sábado, para poder ir tranquilo el domingo a verte.

(Mateo asombrado mira para abajo como tratando de entender)

Nené sabe muy bien lo que está pensando su nieto.


–Nené: Tu padre está muy orgulloso de vos. ¿De dónde pensás que sacaste esa
pasión por el fútbol?

Desde que eras un bebito miraba los partidos con vos.

–Mateo: (conteniendo la emoción) Pero…entonces… ¿Por qué hay días en los que
ni siquiera me habla?

–Nené: Porque quiere que tengas la vida que él no tuvo y piensa que trabajando
todo el día puede darte lo que necesitas. ¡Son tan parecidos ustedes dos!

(Mateo se queda pensativo…)

ACTO III

Personajes que intervienen en este acto: Mateo y Horacio

Escenario: la misma cocina del Acto I, esta vez, sin nada sobre la mesa.

(Mateo y Horacio están sentados a la mesa)

–Mateo: Quería pedirte disculpas por mi comportamiento. Me di cuenta de que no


valoro las cosas buenas que hacés por mí.

–Horacio: Perdoname hijo, pensé que con plata podía darte el amor que no sé
demostrar de otra manera.

–Mateo: Te quiero papá.

–Horacio: Yo también te quiero hijo.

FIN
Título: “¿Te puedo ayudar?”
Autora: Clara Pérez

4 personajes

Santiago: Chico amable y de buen carácter.

Amigo: De actitud egoísta y despreocupado por los demás.

Alma: Mujer que sufre un percance.

Enfermera: Encargada de dar noticias a Santiago.

ACTO I

Ambientación: Entrada de un hospital.

Introducción: Santiago y su amigo se encuentran en la entrada de un hospital


cuando de lejos ven una mujer que se acerca herida y golpeada.

Santiago (Impresionado al ver la mujer): Mira ¿Qué le habrá sucedido a esa


mujer?

Amigo (despreocupado): ¿Quién sabe? Pero la pobre se ve muy mal, trata de llegar
aquí y viene tan lento que llegará mañana.

Santiago (preocupado): Vamos a ayudarla

Amigo (con gesto de obstinación): No amigo, que ganas de meterte en problemas;


no sabes que le paso a esa mujer ni en los líos en que puedes meterte, deja que se
arregle sola.

Santiago (Molesto): Eres un burro amigo, quédate yo iré a ayudarla.

Santiago camina apresurado a donde se encuentra la mujer recostada de una


pared tomando fuerzas para intentar llegar al hospital, llega hasta ella y
tomándola del brazo le habla.
Santiago (amablemente): ¿Te puedo ayudar?

Alma (hablando entre quejidos): Si gracias, acaban de asaltarme, me han


golpeado, se llevaron todo, mi auto, mis documentos, dinero, teléfono ¡todo!

Santiago (tratando de apoyarla sobre él): No te preocupes, si tienes que llamar a


alguien te presto mi teléfono, pero déjame llevarte hasta el hospital te ves muy mal;
mi madre está hospitalizada ahí y podré acompañarte hasta que logres que alguien
venga por ti.

Alma (apoyándose en él y tratando de caminar): Gracias, hoy en día la gente es


muy insensible, por miedo a meterse en problemas evita ayudar a los demás, ya no
existe la amabilidad.

ACTO II

Ambientación: Sala de espera del hospital

Introducción: Santiago y Alma llegan a la sala de espera del hospital Santiago


logra sentar a Alma y llama la atención de la enfermera.

Santiago (dirigiéndose a la enfermera): Señorita disculpe, esa mujer fue asaltada y


se siente muy mal; la golpearon y está herida ¿Puede hacer que la atiendan por
favor?

Enfermera: Si espere un momento voy a avisarle al médico y ya vengo por ella.

Santiago (acercándose a Alma): Ya vienen por ti para atenderte, puedes llamar a


tu familia, toma mi teléfono.

Alma (extendiendo la mano para tomar el teléfono): Gracias, eres muy amable…

Santiago (dándose cuenta que aún no se había presentado): Santiago, así me


llamo

Alma (tratando de sonreír un poco): Gracias Santiago, soy Alma.

Alma logra conseguir qué respondan su llamada y Santiago se aleja mientras ella
habla, una vez que finaliza, regresa al lado de la mujer, mientras la enfermera se
acerca junto al amigo.
Amigo (señalando a Santiago): Es él señorita.

Santiago (intrigado): ¿Soy qué? ¿Van a atender a la señora?

Enfermera (extendiendo una hoja): Si en un momento el médico la va a atender.


Esta es la cuenta de los gastos de su madre en una hora más o menos la daremos de
alta, debe ir cancelando.

Santiago (abriendo la cuenta y levantándose de la silla pasando su mano por la


cabeza en señal de preocupación): Dios ¿y ahora?

Amigo (acercándose y tomando el papel): ¿Qué pasa?

Santiago (preocupado): Mira el monto, no tengo tanto dinero, y solo una hora
para conseguirlo ¿ahora qué hago?

Enfermera (Acercándose nuevamente y dirigiéndose a Alma): Sra. Acompáñeme,


el médico va a atenderla.

Alma se levanta y va detrás de la enfermera volteando y sonriendo a Santiago


quien a pesar de la preocupación le devuelve la sonrisa.

Amigo (intrigado): ¿Qué vas a hacer? Es mucho dinero y si no lo tienes no podrás


sacar a tu mamá de aquí y la cuenta ira aumentando.

Santiago (golpeando la pared): Lo sé y no tengo idea de que puedo hacer, vamos a


ver a quien llamo o como consigo ese dinero.

Santiago sale de la sala de espera y su amigo lo sigue.

ACTO III

Ambientación: Sala de espera del hospital.

Introducción: Santiago y su amigo regresan con la misma preocupación con la


que habían salido antes del lugar.

Santiago (Molesto y desesperado): Nadie, nadie puede ayudarme.


Amigo (Tratando de calmarlo): ¿Y si pides que te den un crédito, pagar por partes
o algo así?

Santiago (pensando un momento): ¿Crees que me dejen hacer eso? sería la


solución.

Enfermera (acercándose nuevamente con una hoja en su mano): Disculpe, la Sra.


Del asalto salió con intenciones de despedirse pero ustedes no estaban aquí, su
esposo vino por ella, le dejó esta nota.

Santiago (tomando la nota): Por un momento pensé que era otra factura, gracias
señorita.

La enfermera se aleja y Santiago lee la nota, una sonrisa aparece en sus labios.

Amigo (Curioso): ¿Que pasa amigo?

Santiago (leyendo la nota a su amigo): Escucha: “¿Te puedo ayudar? Gracias por
tu solidaridad y amabilidad, ya me revisó el médico y afortunadamente todo está
bien, ojala hubiese más gente como tú en el mundo, te agradezco tu ayuda. Ah lo
olvidaba, la cuenta de los gastos de tu mamá ya están pagos, corren por mi cuenta,
gracias y mucha suerte. Alma”

Amigo (sorprendido): Amigo, pago la cuenta, es increíble y todo porque la


ayudaste a llegar al hospital.

Santiago (Sonriendo): Dios le pague este favor. No seas bobo, me ayudo porque
yo la ayude a ella ¿captas que ser amable y solidario si da frutos?

Amigo (molesto por el regaño): Bueno ya, tienes razón, hiciste bien en ayudarla.

Santiago (caminando hacia la salida): Vamos por mi mamá y salgamos ya de este


hospital antes que nos cobren por respirar.

Ambos amigos salen sonrientes en busca de la mamá de Santiago

FIN
Título: “Amigas, comidas y amores”
Autora: Silvina Carrasco

3 Personajes:

1. Naty: Joven de 24 años. Está muy triste porque se separó de su novio con el que
estuvo muchos años.
2. Vero: Joven de 24 años. Es muy buena amiga y con su cordura logra consolar a su
amiga.
3. Luli: Joven de 24 años. Tiene las mejores intenciones, pero sus aportes no siempre
son los más adecuados.

ACTO ÚNICO

Personajes que intervienen en este acto: Naty, Vero y Luli.

Escenario: Cocina de la casa de Naty. Utensilios de cocina, ollas, envoltorios de


ingredientes para cocinar, y sobre todo: comida por todas partes. Bocados, tartas,
postres y pizzas por todos lados.

Introducción: Naty está muy triste porque se ha separado de su novio y cómo


cada vez que se deprime, se ha puesto a cocinar compulsivamente. Sus amigas
incondicionales Vero y Luli han llegado en su auxilio para levantarle el ánimo.

(Están las tres amigas sentadas. Durante toda la charla, Naty les sirve comida y
las tres comen de los distintos platos que hay en la mesa)

–Naty: Es así como les cuento chicas, dijo que ya no sentía lo mismo y se fué, así
de simple. Ocho años juntos, y un día se levantó y se dió cuenta de que ¨ya no
sentía lo mismo¨.

–Vero: Naty, no digas así. Seguro que para él también fue difícil y sabes que pase
lo que pase te quiere mucho. Las relaciones se desgastan, es doloroso, pero son
cosas que pasan.

–Naty: ¡Es que me duele tanto!. Ayer, cuando se llevó sus cosas, me dolía acá (se
toca el corazón), me sentía tan mal. Así que me puse a cocinar unas cositas, porque
no sabía qué hacer.

–Luli: (Mirando a su alrededor) Si, ¨algunas cositas¨


–Naty: Es que no sé cómo voy a seguir sin él, Es… es como el chocolate (agarra
una tableta de chocolate y empieza a comerla)… es necesario en mi vida.

–Luli: Ay, no, que el chocolate daña el hígado.

(Vero mira a Luli con una mirada reprobatoria, como diciéndole que se calle)

–Luli: Quiero decir, en algún punto los amores son como la comida, hay que
encontrar el que te haga bien… Y los nutricionistas recomiendan no comer siempre
lo mismo. El secreto está en la variedad.

–Vero: ¡Luli!, ¡no la estás ayudando!

–Luli: Bueno, solo digo. Amiga, no te preocupes, vas a ver que todo va a estar bien.

–Naty: Ay chicas, de verdad, no sé si voy a poder. ¿A quién le voy a cocinar ahora?


¿Con quién voy a desayunar? ¿Con quién voy a almorzar? ¿Con quién voy a cenar?

–Vero: Claro que vas a poder, la vida continúa. Te vas a sentir mal un tiempo, es
lógico, fueron muchos años juntos. Pero va a pasar, y nosotras vamos a estar aquí
cada vez que quieras llorar y ponerte a cocinar como loca.

–Luli: Es como cuando yo voy a mi restaurante favorito; como muchísimo y


después me siento fatal. Por unos días me siento muy mal sin importar lo que haga,
pero poco a poco me voy recuperando. Un día me despierto y me doy cuenta de que
ya me siento bien y puedo seguir con mi vida normalmente.

(Las tres se quedan calladas)

–Vero: (confundida) Bueno… esa comparación no estuvo tan mal.

–Luli: (Sorprendida de sí misma) Si, no estuvo tan mal.

–Naty: (Conmovida por el apoyo de sus amigas) Gracias Luli. (las toma de la
mano) Gracias amigas, no sé qué haría sin ustedes.

–Vero: Bueno, arriba ese ánimo. Ahora nos vamos de aquí para cambiar el aire,
distendernos, hacer otra cosa… Cuando volvamos, limpiamos todo ésto.
(Las tres se paran y se dirigen a la salida conversando hasta que salen de escena
y sus voces dejan de escucharse)

–Naty: ¿A dónde vamos?

–Vero: ¡Vamos al cine!

–Luli: ¡Sí, están dando una de Julia Roberts! Se llama ¨Comer, Rezar, Amar¨. En
una parte, ella se vá a Italia ¡y come unos spaghettis, unas pizzas!…

–Vero: Mmmm, basta de comida por hoy. Mejor caminemos un poco en el parque
así bajamos todo lo que comimos.

FIN
4 personajes:

1. MIGUEL.- 10 años, niño alegre e introvertido. Está pasando el verano sólo sin
ningún amigo del colegio cerca.
2. RAMÓN.- 35 años, padre de Miguel, acaba de volver de un viaje de negocios de
Japón.
3. ZAIDA.- 33 años, madre de Miguel, intenta animar a su hijo durante el verano.
4. ROBOT.- Un robot de limpieza de hogar de aspecto infantil.

ACTO I

Casa de la familia Léndinez. El pequeño Miguel y su madre Zaida están sentados


en el salón de la casa, esperan a Ramón, el padre de familia.

Ramón entr a en el salón con una caja de grandes dimensiones.

MIGUEL: ¡Papá!

Miguel se abalanza sobre los brazos de su padre, este deja la caja en el suelo y
coge a su hijo para abrazarlo.

RAMÓN: Sí que me has echado de menos.

ZAIDA: Hola cariño.

Zaida y Ramón se dan un beso.

RAMÓN: Mira Miguel he traído una cosa que está revolucionando Japón.

MIGUEL: Calma, calma. ¿Tú no querías un hermanito?

Zaida mira extrañada.

ZAIDA: ¿Qué has traído cariño?

RAMÓN: Ahora veréis.


Ramón abre la caja y de esta aparece la figura de un robot con la misma estatura
de un niño inmóvil. Ramón levanta la camiseta del niño, toca detrás de este cómo
si trasteara un teclado. El robot abre los ojos.

MIGUEL: ¿Es mi hermano?

RAMÓN (Deja soltar una carcajada): No, era una broma. Esto es un genio de la
limpieza como lo llaman en Japón.

Miguel y Zaida lo miran sorprendidos.

ZAIDA: Pero, ¿qué es?

RAMÓN: Es un robot de limpieza, que tiene una apariencia parecida a un niño.

MIGUEL: ¿Pero es un niño?

RAMÓN: Lo parece, pero está diseñado para limpiar, es como el hijo perfecto.

MIGUEL: Ehh. ¿Pero sabe hablar?

RAMÓN: Sí. (Refiriéndose al robot) Hola, saluda a tu familia.

El robot mira a Miguel y Zaida.

ROBOT: Saludos, familia.

ZAIDA: Yo no sé si me voy a acostumbrar a una cosa así, pero bueno.

RAMÓN: Bueno Miguel, ¿quieres enseñarle la casa?

MIGUEL: Sí, papá. (Refiriéndose al robot) Ven conmigo Robotin.

Miguel tiende la mano al robot, este la coge y salen juntos de la habitación.

ACTO II
Tres semanas después. En la cocina de la casa de Miguel. Zaida está fregando la
encimera, resopla cansada.

Miguel y el robot entran en la cocina corriendo y jugando.

ZAIDA: Si por lo menos no vais a ayudar a fregar no molestéis.

MIGUEL: Pero es que la casa es muy pequeña mamá.

ZAIDA: ¿Y por qué no os quedáis en la habitación?

Ramón entra en la habitación.

RAMÓN: Y porque no te quedas Miguel jugando en la habitación con la consola,


que tanto me insististe para que te comprara, y dejas al robot que se quede con
mamá limpiando.

MIGUEL: Pero es que Robotin es mi amigo, no puedo hacerle eso.

RAMÓN: Pero tú déjale que ayude a mamá, si a él no le importa.

MIGUEL: Claro que le importa, él es como yo no quiere limpiar, se lo pasa mejor


jugando conmigo.

RAMÓN: A ver Miguel, él no es cómo tú. Lo compré para que ayudara a tu madre
y así va a ser, después si eso puede jugar contigo.

MIGUEL (Gritando): Pero es que eso no es justo.

RAMÓN:Se acabó. (Dirigiéndose al robot) Recoge ahora mismo todo lo que hay en
la encimera y límpiala.

ROBOT: Ahora mismo.

Zaida sale de la cocina, el robot se pone a limpiar la encimera, coge la tostadora


que aún permanece enchufada. Miguel de puro cabreo le da una patada al cubo
de agua que está en la cocina, este sale despedido lanzando agua por todas parte
e impactando en el robot, un chispazo sale de este y el robot cae al suelo.

MIGUEL: ¡Noooo!, Robotin.


RAMÓN: Pero Miguel, ¿qué has hecho?

Zaida entra en la cocina alarmada.

ZAIDA: ¿Qué ha pasado?

RAMÓN: Nada, que ya no hay robot.

Miguel se marcha de la cocina llorando desconsoladamente.

ACTO III

Dormitorio de Miguel. Miguel acostado en la cama mira la ventana con el


semblante triste cuando Zaida asoma por el marco de la puerta.

ZAIDA:¿Se puede?

Miguel asiente con la cabeza.

ZAIDA: ¿Sigues sin ganas de comer?

Miguel asiente con la cabeza.

ZAIDA: Pues deberías bajar a comer. ¿Qué te tengo yo dicho?

MIGUEL: Que con el estómago lleno las cosas se ven mejor.

ZAIDA: Eso mismo. Entonces, ¿vienes a comer?

MIGUEL: No quiero, mami.

ZAIDA: Sigues así por lo del robot.

MIGUEL: (Con el rostro apenado) Sí. Era mi amigo.

ZAIDA: Ya Miguel, pero fue un accidente. Tu padre ha intentado arreglarlo y no


ha podido.
MIGUEL: Ya.

ZAIDA: Ya verás cómo pronto se acaba el verano, vuelves al colegio y te


encuentras con todos tus amigos.

Ramón aparece en la habitación, se queda en el marco de la puerta

RAMÓN: ¿Todavía sigues triste campeón?

Miguel asiente con la cabeza.

RAMÓN: Ya lo siento chico. Pero es que con carísimos y no puedo permitirme


comprar otro.

MIGUEL: Yo no quería otro, yo lo quería a él.

RAMÓN: Por lo menos ahora, espero que la próxima vez que te digamos algo nos
hagas caso y no te pongas a darle patadas a las cosas.

Miguel con el semblante triste asiente.

RAMÓN: Entonces si te decimos que bajes a comer. ¿Bajas?

MIGUEL: Sí.

RAMÓN: Estupendo, así puedes ayudar a llegar al comedor al Robot.

Ramón se aparta y detrás de él está la figura del robot. Miguel sale corriendo a
abrazarlo.

FIN

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