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IMPORTANCIA DEL INTERCAMBIO DE OPINIONES EN EL DESARROLLO

DEL APRENDIZAJE

La educación es un proceso de relación, ya que implica la transmisión de conocimientos


y de valores entre las personas, por ello el tema de las relaciones interpersonales ha
sido uno de los que ha ocupado mayor atención en el campo de la psicología de la
educación y de la psicología social, ya que los resultados dependerán de estas relaciones
y de las características de la interacción y el dialogo entre quien enseña y quien aprende.

Los procesos de enseñanza y aprendizaje en el aula se realizan en su mayor parte a


través de la interacción verbal, el lenguaje del docente dirigido al estudiante y del
mismo estudiante así como la estructura de interacción del docente.

Así pues, el aprendizaje en el aula se configura como un proceso constructivo, cultural y


comunicativo, resultado de un entramado de relaciones y pautas de interacción personal
que por ello permite la configuración de un espacio comunicativo ajustado a una serie
de reglas que facilitan la comunicación y el logro de los objetivos.

El intercambio de opiniones –sean aceptadas o rechazadas– forma representaciones que


los demás proponen de sí mismos y de otras personas. La comprensión que se propone
desarrollar la escuela al poner en contacto personas con diferentes capacidades es que el
aprendiz aprenda a partir y exclusivamente de su propia actividad y experiencia, más o
menos directa, en el nivel de la experiencia concreta, mientras que el pensamiento del
experto construye la comprensión a partir de principios ajenos a las prácticas inmediatas
que regulan las relaciones entre las cosas (por ejemplo, el matemático que crea teorías
desligadas de la realidad).

En este contexto el proceso de la conversación empleado dota de sentido a cuanto es


tratado, orientando las participaciones hacia un punto entre varios, ya que en ocasiones
bien pueden coexistir dos marcos de referencia que validan y valoran perspectivas
diferentes de un mismo acontecimiento, que incluso pueden ser contradictorias. A partir
de esto cabe decir que una clase es un esfuerzo conjunto del maestro y los alumnos por
mantener un foco de atención común y estructuras de actividad compartida durante el
mayor tiempo posible, con la idea de lograr el cambio intraindividual.

La interacción se verifica a través de la comunicación, las barreras que la estorban


pueden explicar la dificultad de una clase en resolver sus problemas internos, en hallar
sus normas de comportamiento y en establecer el debido contacto con el maestro.
Conviene, por consiguiente, crear en el seno de la clase una buena red de
comunicaciones.

En las escuelas tradicionales solía haber comunicación en un solo sentido, a saber, del
maestro hacia el alumno, pero no a la inversa. Esto no solamente engendraba apatía y
temor en los alumnos, sino que privaba al maestro de información sobre el modo como
eran captados sus mensajes por los alumnos receptores. Cuando hay retroacción
(posibilidad de que los alumnos emitan, a su vez, informaciones al maestro) se dan
efectos positivos, como son un aumento de atención en los alumnos y de su interés por
la tarea que se les propone.

En el terreno afectivo los efectos son todavía más notables. Si el maestro adopta una
actitud que no es grata a los alumnos y éstos tienen la posibilidad de decírselo, esta
comunicación resulta catártica y, por tanto, descarga la hostilidad de los alumnos, los
cuales, por este mismo hecho, se sentirán ya más tolerantes con respecto al maestro.
Siempre resultará negativo el privar a los alumnos de toda posibilidad de expresión.

Cuanto más numerosa es una clase, menos posibilidades de intervenir tienen los
alumnos, disminuyendo con esto su gusto no solo por las discusiones comunes, sino
también por el grupo mismo. En dichas clases hay alumnos que se sienten inhibidos
para expresarse, con esto disminuye la cohesión del grupo que se escinde en subgrupos.

La interacción aumenta cuando los alumnos pueden verse entre sí. Por tanto, la clásica
disposición de asientos en nuestras escuelas favorece el trabajo individual, pero no el
trabajo en equipo ni la interacción. Los alumnos tímidos se expresarán más fácilmente
si se hallan situados en primera fila.

Comentario:

La interacción en el aula, como en el resto de las situaciones de la vida humana, es la


capacidad comunicativa de los actores para compartir los contenidos culturales y
curriculares, porque su fin es por una parte la enseñanza y, por la otra, el aprendizaje.

La condición fundamental de todo intercambio es comunicar, entender y ser entendido,


este objetivo es que el maestro esté familiarizado con el mundo social y personal de los
estudiantes.

En un grupo grande como es la clase, los esquemas de interacción son muy complejos,
pero es relativamente fácil apreciar la cantidad existente de la misma. Convienen que
ella sea lo mayor posible, pues con un aumento de interacción se acrecienta la simpatía
mutua de los alumnos y su concordancia en actividades y sentimientos.

Sus expresiones de control se centran en la necesidad de respeto entre sus compañeros


para lograr, a partir de escuchar y comprender al otro, una buena comunicación y
colaboración genuina. Todo aporte –comentario, interacción, pregunta, solución de un
problema- debe ser retomado y valorizado por el docente quien señala a los demás el
interés de esas contribuciones y su valor para el trabajo de grupo,

Referencias:

http://belenycopi.wordpress.com/las-relaciones-interpersonales-y-el-aprendizaje/
http://tecnologiaedu.us.es/cursos/34/html/cursos/melero/4-2.htm
http://psicolatina.org/Seis/maestro.html
http://www.quadernsdigitals.net/datos_web/hemeroteca/r_1/nr_17/a_212/212.htm

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