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¿Qué es una teoría? ¿Qué es teorizar?

María José Juárez Becerra

¿Qué es una teoría?


Una teoría es un “sistema lógico-deductivo constituido por un conjunto de

hipótesis, un campo de aplicación (de lo que trata la teoría, el conjunto de cosas que

explica) y algunas reglas que permitan extraer consecuencias de las hipótesis de la

teoría” (Morín, 2002:20). No obstante para explicar la teoría desde las relaciones

internacionales, es necesario primero hablar sobre la teoría en términos de la ciencia

política, dado que las relaciones internacionales son sólo una rama de la ciencia política.

En todas las ciencias, el propósito fundamental de la teoría se basa en ampliar el

campo explicativo de la ciencia buscando la comprensión, interpretación y explicación

de la realidad. A través de la observación y un proceso de estructuración determina los

elementos más importantes del fenómeno. La teoría es una guía que permite organizar

el conocimiento y a la vez abre el camino para generar nuevo conocimiento siguiendo

una metodología establecida. Como menciona Gerry Stoker (2005): “la ciencia política,

como cualquier otra disciplina del conocimiento, no puede basarse únicamente en la

observación” (27) es por ello que ha creado todo un engranaje teórico que le permita

consolidarse como una ciencia.

Es necesario revisar los antecedentes de la ciencia política para comprender bajo

qué características la teoría política se ha ido construyendo. Autores como Wright Mills

y Fernando Harto de Vera dividen al pensamiento de la política en dos grandes fases. La

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artesanía política y la ciencia política. La primera, en donde las teorías, si es que se les

puede denominar así, eran meramente normativas e ilustrativas (no eran sistemáticas

con la información). Además, en tiempos pre modernos, “la identidad y el ámbito de la

política aparecía como un campo de actividad intelectual subordinado” (De Vera, 2005:

19) por cuestiones filosóficas, morales o teológicas. La frontera que marca estas

divisiones, según De Vera, fue Maquiavelo durante el Renacimiento. “Maquiavelo

afirma que la política tiene sus leyes propias, diferente de los imperativos éticos y

religiosos, y que el político debe regirse por aquellas (…) con Maquiavelo, la política

adquiere autonomía”. (De Vera, 2005: 19). Éste sólo fue el primer paso de la larga

transformación de la artesanía política a la ciencia política.

Una vez obtenida la autonomía de la política con respecto a la religión y a la

moral, hacía falta la distinción entre Estado y sociedad, “para poder reclamar como

ámbito propio de la política la esfera del Estado”. (De Vera, 2005: 21). Para este

segundo paso, autores como Locke permitieron construir la idea de la sociedad, pues él

a finales del siglo XVIII, teorizó sobre el derecho y la regla de la mayoría planteando la

sociedad no como una parte que se opone al soberano, sino como un “contrato con el

soberano estipulando en nombre de un contrayente llamado <<societario>>”. (De Vera,

2005: 22). Otro factor influyente fue el sistema económico del siglo XVIII pues, como

Sartori señala, con su metáfora de la mano invisible aumenta la idea del Estado

limitado, dando más espacio de acción para la sociedad. No obstante, después de los

esfuerzos de autores como Hobbes, Montesquieu, Durkheim y Weber, fue hasta finales

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del siglo XIX que se pudo hablar de una ciencia política como tal, con una metodología

más sólida.

Las características de la artesanía política o teoría política clásica, se basaban en

“una reflexión sistemática sobre la naturaleza y los propósitos del gobierno; una

comprensión de las instituciones políticas; una propuesta sobre cómo las instituciones

políticas deben ser conformadas”. (Marsh & Stoker, 2005: 157). El parteaguas de la

teoría política clásica y la teoría política contemporánea fue la llegada del positivismo.

Hume sentó las bases para el positivismo afirmando “la causación como secuencia

meramente regular, la unidad del método y la distinción entre valor y hecho” (Marsh &

Stoker, 2005: 79). Que fue clave para que tanto Stuart Mill y Auguste Comte

consolidaran los fundamentos del positivismo desde finales del siglo XIX. Dentro del

método científico, definido por el positivismo, a las teorías las definen como: “sistemas

interrelacionados de leyes que poseen potencia explicativa” (Marsh & Stoker, 2005:

80) trayendo cambios a la teoría política contemporánea: criticaba a su predecesora

por carecer de contenido científico y esta nueva teoría política buscaba explicar los

fenómenos políticos desde argumentos empíricos.

Siguiendo la línea de la nueva teoría política, de acuerdo con Marsh y Stoker, la

teoría en la ciencia política cuenta con las siguientes características: primeramente,

“Coloca en primer plano ciertos aspectos del mundo y orienta sobre qué investigar” es

decir nos permite acotar la realidad al centrarnos en sólo ciertos puntos. Segundo,

“sirve como un sistema de clasificación, un marco en el que sitúa la observación de la

realidad”. Tercero, “posibilita el desarrollo de modelos. Se enuncian generalmente en


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una forma abstracta, que condensa y sistematiza la experiencia, permitiéndonos que

demos una cierta congruencia a informaciones dispersas. Tiene coherencia lógica y

profundidad. Combina un conjunto de ideas e hipótesis.” Finalmente, la teoría fomenta

y “facilita el debate, el intercambio y el aprendizaje” (Marsh y Stoker. 2005: 28) dentro

de la ciencia política.

¿Qué es teorizar?

El teorizar implica un laborioso proceso; la fijación de un objeto de estudio,

observación y categorización de los hechos, un análisis e interpretación sistemática de

los datos obtenidos, para dar lugar a un conjunto de conceptos y enunciados que

pretenden comprender y explicar la realidad. Dentro de la ciencia política la teorización

toma diversas formas. Stoker (2005) menciona que la primera distinción está entre las

teorías normativas que tratan de cómo debería ser el mundo: “el teórico presenta un

conjunto de situaciones deseables e indica por qué este conjunto es preferible. Le

interesa mantener o promover normas, entendidas éstas como valores” (29). Por otro

lado, está la teoría empírica que se ocupa de desarrollar una explicación que se base en

los hechos. “Pretende establecer relaciones causales: qué factores (variables

independientes) explican un fenómeno dado (variables dependientes)”. Al buscar

comprender la realidad “la teoría empírica pretende entender la realidad y así puede

manifestarse como un modelo*1 o marco conceptual*2” (Stoker. 2005: 29).

Por último, es importante tomar en cuenta que la teorización dentro de la

ciencia política, y sobre todo de las relaciones internacionales, está en un debate: ¿es

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posible o no teorizar en estas ciencias? Autores como Víctor Toledo (2007) mencionan

que “lo esencial de las teorías no está en la verdad de sus postulados, sino más bien en

la ordenación de los fenómenos observados en un complejo que establezcan relaciones

e independencias identificando los factores o variables que se presentan” (90). Por

otro lado hay autores postmodernos que rechazan “la posibilidad de conocer el mundo

y por lo tanto de “teorizar” sobre él en sus términos, de elaborar meta-narrativas (…)

desconfían de todos los intentos de clasificación, de todas las categorizaciones y de

todos los esfuerzos dirigidos a encontrar verdades universales” (Salomón, 2002: 37).

1
Modelos: son representaciones o descripciones estilizadas y simplificadas de esa realidad que
identifican los componentes importantes de un sistema pero no contemplan las relaciones entre
variables.
2
Marcos conceptuales: aportan una terminología general y un método e referencia con los que puede
analizarse la realidad, mientras que, por lo que respecto a la interpretación de las relaciones entre
variables van más allá que los modelos y alcanzan una mayor profundidad y amplitud. (Marsh
&Stoker:2005, 29).

5
Referencias:

Marsh, D. & Sotker, G. (1995). Teoría y métodos de la ciencia política. Madrid, España:
Alianza.

Harto de Vera, F. (2005). Ciencia política y teoría política contemporáneas: una relación
problemática. Madrid, España: Trotta.

Toledo, V. (2007). Introducción al estudio de las Relaciones Internacionales. Recuperado


el 7 de febrero de 2013, de
http://books.google.com.mx/books?id=Ejxb5aHfLMwC&pg=PA89&lpg=PA89&dq=teori
zar+relaciones+internacionales&source=bl&ots=nXg0e_Ry3W&sig=rDalX4EA4rrX3ZKR
VMOqrSkEfKI&hl=es&sa=X&ei=5vkKUZDRO8XaygHv7ICQBg&ved=0CGEQ6AEwBg#v=o
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Morin, E., Roger, E. & Domingo, R. (2002). Educar en la era planetaria. El pensamiento
complejo como método de aprendizaje en el error y la incertidumbre humana.
Recuperado el 9 de febrero de 2013 en http://es.scribd.com/doc/46698494/Era-
Planetaria-to-Complejo-Part-I

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