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LA PRESENCIA MISIONERA DE LOS PADRES SOMASCOS EN SUDESTE ASIA

I. Historia general de la Orden

Los padres Somascos, conocido también como “Orden de los Clérigos Regulares de Somasca”
es una congregación formado por los consagrados, es decir, religiosos o sacerdotes que profesan votos
(Pobreza, Obediencia y Castidad) y viven en comunión fraterna como una familia en la fe.
Prácticamente desempeñan un apostolado activo según la regla inspirada en la figura de su fundador,
San Jerónimo Emiliani. Históricamente, fue establecida en 1568, sobre la base de la llamada
“Compañía de los Siervos de los Pobres” de 1534, un grupo iniciado por San Jerónimo. El grupo
consistió por los sacerdotes y laicos que profundamente inspirados por la vida de este santo, y
abandonaban el mundo para practicar las virtudes evangélicas, dedicándose al servicio de los
necesitados en particular los huérfanos. A hora conocido como los somascos, tomado del nombre de
la localidad “Somasca”, donde descansa el fundador y sitúa la sede de la congregación.

1.1 La vida del fundador: San Jerónimo Emiliani

Como hemos indicado arriba que la Orden fue fundada por Jerónimo Emiliani, quien nació en
el año de 1486, en Venecia, de familia patricia, y que con poco más de veinte años se encauzó en la
carrera administrativa de la Republica. Durante la guerra de la Liga de Cambray y mientras era alcaide
en Castelnuovo de Quiero, en 1511, fue hecho prisionero por los alemanes. Fue liberado después de
un mes, de una manera que Emiliani atribuyó siempre a una prodigiosa intervención de la Virgen
María, a la cual había hecho un voto. Su experiencia no lo impide a dedicarse otros años más a la
servicio de Republica y en otros cargos hasta 1527.
Antes que se fue renacido, vivió una vida bastante libre. Sin embargo, hacia 1525, marcó su
nueva vida, surgiendo en él una profunda transformación. En aquellos años se había acercado a la
Compañía del Divino Amor, fundada en Venecia por San Cayetano Thiene, la cual agrupaba, alrededor
de un hospital de los incurables, las altas nobleza venecianas con algunos patriarcas. Su contacto con
este grupo encendió en él, el espíritu del servicio, y mantiene que el amor supera todas las cosas del
mundo. Además, su encuentro con Pedro Carrafa y otros Teatinos de Roma hizo en Jerónimo a pensar
y tomó plenamente de su alma, abandonado totalmente su participación en la vida pública. De ahí
comienza Jerónimo su actividad en favor de los pobres.
Dice que en este momento había una gravísima carestía en Italia que causa a mucha gente
murieron de hambre. Pero habiéndose esparcido la noticia que en Venecia había una mayor
posibilidad de sustento, turbas de pobres se precipitaron allí. La situación empuja los hermanos de
Divino Amor, entre los cuales sobresalido la figura de Emiliani, alimentaba, vestía y hospedaba a los
pobres en su casa, confortaba los enfermos, de noche llevaba a sepultar los cadáveres abandonados
en la ciudad, mientras en la casa se hacía el pan y por la mañana los distribuiría. No solo alimenta a la
gente pobre, sino también fundó hospital para los enfermos. Su atención fue atraída, el modo
particular, por los muchachos huérfanos y desamparados. No se conformó con acogerlos en el
hospital, sino que comenzó a salir a buscarlos. Pensando en su futuro y para sacarlos de la confusión
del hospital, abrió talleres artesanales, encontró maestros que se le unieron y organizo el trabajo.
También él mismo trabajaba con ellos.
Además de estas condiciones, una enfermedad de naturaleza pestífera difunda la ciudad. Así
al asistir a los enfermos, él contrajo también la peste. Pero se mejoró y comenzó de nuevo a servir a
los suyos. Esta obra de caridad se extendió en Bérgamo, Padua, Vicenza, Verona y Brescia.
Más que esto, San Jerónimo también ha convertido un buen número de mujeres de la calle
y a cambiar de vida se reunió en una casa, confiando su cuidado a unas damas.
Con esta situación Jerónimo sintió la necesidad de dar una organización al movimiento que
había promovido. Así algunos de los suyos presentan el trabajo de la Caridad de Jerónimo a la diócesis
de Bérgamo. Surgió así la primera de las compañías de los huérfanos, las cuales se difundieron después
por diferentes ciudades de Lombardía, del Véneto y en Génova, y que escribieron páginas
conmovedoras de cristiana caridad en este siglo de la Reforma católica.
Finalmente en poco tiempo se había ido reuniendo en torno a Miami, un notable grupo de
colaboradores. Con esto ya había la necesidad a encontrar un centro unificador para estas fuerzas,
distribuidas en distintas ciudades de Lombardía. Así es indio Gerónimo a elegir un lugar que fuese
como el corazón de todas las obras, un refugio para estos hombres lanzados en una actividad sin
pausa. Escuchar un Somasca, una pequeñísima aldea, en el límite entre la República de Venecia y el
Ducado de Milán. Jerónimo Emiliani se estableció allí; nació así la Compañía de los Siervos de los
Pobres.
La vida de este hombre era ya un continuo peregrinar. Sin embargo al final el año de 1536 una
epidemia había invadido el vale de San Martín, dónde se encuentra Somasca. Como ya había hecho,
Jerónimo no paraba de ayudar, prestando su servicio a todos. Lamentablemente como ocho años
antes, contrajo la peste. En 4 hora y febrero se retiró sobre un camastro, en un pequeño cuarto de
unos amigos, en Somasca: antes de acostarse había trazado con un ladrillo, sobre la pared que tenía
enfrente, una cruz. Y finalmente 4 días después, en la noche entre el 7 y el 8 de febrero, moría.

1.2 Carisma de los padres somascos


Evidentemente, para configurar una Orden en Iglesia es necesario a determinar que lo típico
de ese movimiento, es decir el fruto o don del espíritu que pueda aportar la misión de la Iglesia en el
mundo. Esto se puede ver claramente en la obra que ya había comenzado por Jerónimo Emiliani.
Básicamente podemos decir que Jerónimo no se movió solo para reproducir un modelo preferente, ni
para realizar un diseño fruto de reflexiones teóricas, sino que dio inicio a un proyecto original
estimulado por la urgencia de los acontecimientos y la continua confrontación con la realidad,
sostenido por una profunda vida religiosa, y por una riqueza común de calidad humana. Esto dio a sus
opciones una posibilidad de respuestas concretas a las necesidades, mientras la constante inspiración
en los principios del Evangelio las salvaron disoluciones fragmentarias y provisionales.
Es claro que el problema que se le había presentado y a cuya solución él se dedicó, fue aquel
de los muchachos privados de padre y madre, sin casa y sin personas que cuidarse de ellos.
Evidentemente, podemos decir que para estos muchachos no existía otra solución, sino vivir en la calle
o el ser recibidos en cualquier lugar sin recursos y apropiados para ellos.
De esta situación, como hemos dicho, Jerónimo abrió sus ojos y reconstruir para ellos un hogar
donde pudiesen vivir como en una familia y recibir aquello que la familia, pérdida, ya no podía
ofrecerles. En esta terrible situación Jerónimo se ha hecho padre a ellos y en verdad era así. Como un
padre amoroso, resolvió todos los problemas de los muchachos. Es decir cuidar sus enfermedades,
conseguir la comida para alimentarlos, educarlos cristianamente, hacerle ellos hombres honestos y
listos para afrontar la vida, instruirlos y enseñarles un oficio que los introdujese dignamente en la
sociedad. Además, quiere que los niños logran sus sueños de ser mejores de lo que ellos habían vivido.
Así para este hombre de Dios, la vida se encuentra su significado en servicio de estos olvidados y
excluidos de la sociedad. Por supuesto, para llevar esto a cabo, Jerónimo encontró algunas personas
que quieren colaborar con él. Todo era en forma de caridad. En el fondo para Jerónimo Emiliani los
huérfanos eran la razón de todo.
De esta vida entrega a los pobres especialmente a los muchachos huérfanos Jerónimo se
convirtió a un santo de la Iglesia y proclamado como universal patrón de los huérfanos y juventud
desamparada. Recientemente en el año de la Misericordia que hemos celebrado, Jerónimo fue elegido
como un santo de misericordia a los niños.
En conclusión podemos decir que el carisma que los Padres Somascos en la Iglesia, que ha
recibido de su fundador San Jerónimo Emiliani como un don de Dios, para el bien de la Iglesia, es
cuidado de los huérfanos y la juventud desamparada.

1.3 Los padres somascos

Ciertamente la razón de existencia de los Padres Somascos se entiende sólo de la vida de su


fundador. La obra de caridad y la santidad de Jerónimo son indudablemente consideradas como punto
de la partida de su servicio en la Iglesia. En una de sus cartas a sus compañeros, Jerónimo escribía que
“el trabajar, la devoción y la caridad son el fundamento de la obra”. Y en las Ordenes Generales para
las obras afirma también que: “Los superiores deben buscar con diligencia dar a cada uno, según su
vocación y aptitud, dirección en su adolescencia, considerando el fin para cual son hechas estas obras,
esto es, para ayudar a las criaturas a salir de la miseria corporal y espiritual y, dotados de algunas
virtudes, darles buena orientación para la gloria de Dios”. Evidentemente aquí se encuentran una
síntesis de los fundamentos de la educación de los huérfanos: una educación que lleva el hombre a
Dios, promoviéndolo en su condición material y espiritual y enriqueciéndolo de virtud, según la
vocación y las aptitudes de cada uno. En otras palabras, los padres somascos siempre han sido
procurados de esto desde el principio y que esta don de Dios a la Orden pueda alcanzar a todos
especialmente los necesitados, in particular, los huérfanos y juventud desamparada. Esto se expresa
bien en su Constitución y Reglas, “la congregación, persevera con amor solicitud en esta misión,
preciosa herencia del fundador, y socorre a los huérfanos y a la juventud desamparada por medio de
obras apropiadas,…con el método apropiado que es el ejemplo de San Jerónimo, que vivió en medio
de los niños con amor y la ternura de padre, haciéndose pequeños, para conocer, educar y ayudar
mejor a cada uno de ellos en su preparación para la vida” (CR.nn.73-74).
Indica también que, la formación cristiana es el alma de esta obra de Caridad. Por eso, en
primer lugar está la educación religiosa, es decir, fomentarlos con la palabra de Dios, la educación en
la oración y la formación catequética. Todo se apunta a la educación de la voluntad y la de mente con
el fin que ellos crezcan intelectualmente y espiritualmente en el paradigma cristiana, ser hijos del
Padre en Cristo Jesús.
En conclusión podemos decir que, siguiendo el ejemplo de san Jerónimo Emiliani , los padres
Somascos se dedican a servir a los pobres y a la juventud, con una atención especial a los que están
en condiciones abandono y desamparado. Esto es la razón por la cual, en distintas partes del mundo
asumiendo múltiples tareas: asistencial, educativa, de prevención, de promoción humana y cristiana,
dando siempre la preferencia a los niños y a los jóvenes. En actual los padres Somascos han llegado
en 23 países. En Europa (Italia, España, Rumania, Polonia), en Asia (Filipinas, India, Sri Lanka,
Indonesia, Vientan), en Australia, en América (Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, Honduras,
Guatemala, México, Haití, USA), en África (Mozambique, Nigeria).

II. los somascos en sudeste Asia

2.1 Trasfondo Histórico

a. contexto interno de la Orden

b. La condición social del país


2.2 Los primeros misioneros somascos

2.3 La fundación

a. Casa de Acogida

b. colegios y parroquias

Conclusión

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