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Primer cantar:
Cantar del destierro.
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Segundo cantar:
Cantar de las bodas.
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Tercer cantar:
Cantar de la afrenta de Corpes.
3. CONTENIDO:
El Rey de Castilla, Alfonso VI, envía al Cid a Andalucía a cobrar
los tributos de los reyes moros de Córdoba y Sevilla; sus
enemigos envidiaban la confianza del Rey depositada en él, y
el Conde García Ordoñez lo acusa de apropiarse parte de los
tributos, por lo cual, el Rey lo destierra y le priva de sus
posesiones.
Los Infantes de Carrión que ven que el Cid se hace rico quieren
casarse con sus hijas, hablan con el Rey Alfonso, y este le dice arreglen
una cita con el Cid, en estas vistas acuerdan que se casen, pero el Cid
no confía en ellos.
"No solo os daré a mis hijas, sino algo de lo que tengo dijo, vosotros
les disteis por arras unas villas en tierras de Carrión,
yo quiero darles como ajuar tres mil marcos; os daré muías y
palafrenes andadores y fuertes caballos para montar ágiles y
corredores, muchas vestiduras, paños y telas de seda y además las
dos espadas Colada y Tizón, ya sabéis que las gané como lo hacen los
hombres; mis hijos sois ambos, pues que mis hijas os doy; con ellas
os lleváis las telas de mi corazón. Que lo sepan en Galicia, en Castilla
y en León, que envío colmados de riquezas a mis yernos. Servid a mis
hijas, pues son vuestras esposas, y si las servís bien, yo bien os lo
pagaré". A todo asintieron los infantes de Carrión. Les entregan las
hijas del Cid Campeador.
Tercer Cantar
Cantar de la Afrenta de
Corpes
El león que tenía el Cid se escapó, los Infantes se asustaron y se
escondieron, y el Cid se enfrentó al león y lo acobardó. Los
Infantes fueron objeto de risas y de bromas. Para vengarse,
decidieron ir a Carrión con sus esposas y al llegar al robledo de
Corpes, las azotan y abandonan dejándolas desfallecidas y Felez
Muñoz las auxilió.
Cuando el Cid se enteró, avisó al Rey Alfonso y le dijo que quería
acordar una corte para retar a los Infantes de Carrión, y así vengar
a sus hijas. El rey acepto, y el Cid llegó y pidió a los Infantes que le
devolvieran las espadas, Colada y Tizón, y los tres mil marcos que
les habían dado.
Entran en la corte los Infantes de Navarra y Aragón, que piden al
Cid la mano de sus hijas, y este las acepta. El juicio culmina con el
duelo en el que los representantes de la causa del Cid vencen a los
infantes. Los del Cid vuelven a valencia con la cabeza alta y el Cid
casa a sus hijas con los Infantes de Aragón y Navarra, están muy
felices. Y así se termina el tercer canto.
Fragmento del canto del Mío Cid (Los infantes de
Carrión deciden afrentar a las hijas del cid)