You are on page 1of 9

 Introducción

Conocemos el Renacimiento como el período histórico y artístico que se desarrolla


durante los siglos XV y XVI en la Europa Occidental. Durante este período, se
produjeron una serie cambios fundamentales en la cultura y la sociedad que
señalaban el paso de la Edad Media a la Edad Moderna, de la vieja cultura
teocéntrica medieval a un nuevo orden intelectual menos sagrado, centrado en el
hombre y la naturaleza, aunque siempre enmarcado en un ámbito plenamente
cristiano.

 Renacimiento
Se denomina Renacimiento al fenómeno cultural o movimiento de revitalización
cultural que surge inicialmente en Italia en el siglo XV, y que se va desarrollando y
extendiendo en los siglos XV y XVI al resto de Europa Occidental.

El término Renacimiento deriva de la expresión italiana “rinascita”, vocablo usado


por primera vez por el literato Petrarca y muestra como característica esencial su
admiración por la antigüedad grecorromana, considerando las culturas clásicas
como la realización suprema de un ideal de perfección. Se trata de un renacer, de
un volver a dar vida a los ideales que habían inspirado aquellos pueblos, a la
contemplación libre de la naturaleza tras siglos de predominio de un tipo de
mentalidad más rígida y dogmática establecida en la Europa de la Edad Media.

Esta nueva etapa planteó una nueva forma de ver el mundo y el ser humano, con
una renovación en todos los aspectos de la cultura humana, en los campos de las
artes, la política, la filosofía y las ciencias. Una característica destacable de esta
época es la separación entre lo cívico y lo religioso y la sustitución el teocentrismo
medieval por un cierto antropocentrismo.
La educación empieza a cobrar una importancia primordial y, como las normas
medievales no funcionan, se acude a los clásicos de la Antigüedad, quienes actúan
como modelos y estímulo. La recopilación de los códices antiguos, el análisis y
asimilación del espíritu que animaba a griegos y romanos constituye el movimiento
denominado Humanismo.

El vehículo de expresión de esos saberes que hemos mencionado ha sido


fundamentalmente la lengua, que fue plasmada por escrito gracias al invento la
escritura alfabética, perfeccionada por los griegos y adaptada por los romanos, que
permitió la alfabetización de una porción de la población inimaginable con otros
sistemas de escritura más complejos y, por ende, y la divulgación de los
conocimientos y las artes.

Para muchos autores el Renacimiento empieza a partir de 1453 con la conquista


turca de Constantinopla. Según otros es un nuevo periodo que surge desde el
descubrimiento de la imprenta, e incluso se considera que no se produce hasta que
Copérnico descubre el sistema heliocéntrico; pero la fecha tope considerada como
su inicio es 1492, cuando ocurre el descubrimiento de América.

Durante buena parte del siglo XV, se mantienen las formas de arte medieval,
iniciándose una convivencia entre los clasicismos, que poco a poco van a ir
imponiéndose a los elementos góticos en autores como Brunelleschi o Fra Angelico
que ensayan movimientos que posteriormente se van a desarrollar. Esta serie de
fenómenos nos dan a entender que hablar de ruptura no es del todo correcto, es
quizá más una evolución que nos permite comprender mejor ciertas
manifestaciones de este siglo.

A causa de la caída de Constantinopla,


muchos sabios emigran a Italia
aportando sus textos y cultura de la
Grecia Antigua. Por este motivo es allí
donde se enriquecería este movimiento
humanístico de renovación cultural,
tomando la Antigüedad como
referencia para afrontar los nuevos
tiempos que vivía el mundo. Se
descubrían nuevas tierras, la imprenta
difundiría a gran velocidad, cualquier
conocimiento, entre otros la obra de
los clásicos Virgilio y Homero, y a los
primeros humanistas italianos.
Lorenzo de Médici, protector de artistas y pensadores en la Florencia del siglo XV,
proclama que los tiempos cambian y se hacen viejas verdades medievales que se
habían prolongado durante casi mil años. Así, este estilo artístico renacentista
recuperaba las medidas y proporciones de las obras de arte clásicas.
Algunos arquitectos, como Alberti o Palladio, publicaban libros de Arquitectura que
recogían los cálculos y realizaciones de autores como Vitruvio. Otros, como
Brunelleschi, encontrarán en las ruinas romanas del foro la solución al problema
que tenía paralizadas las obras de la catedral florentina.

Algunos humanistas, como Lorenzo Valla, inventarán la crítica filológica poniendo


al descubierto mentiras comúnmente creídas como la llamada “Donación de
Constantino”, que se hacía remontar al siglo IV cuando en realidad era un falso
documento del siglo VIII.

Los científicos publicarán sus documentos en latín, y en esta lengua los botánicos
clasificarán las especies vegetales traídas del nuevo mundo. Hasta los
descubridores y los cartógrafos recurren a la mitología para nombrar a nuevas
tierras, como la selva del Amazonas. El latín, igualmente, seguirá siendo la lengua
de la Iglesia y así la utilizará en la liturgia o en sus documentos.
La mitología constituirá una de las principales
fuentes de inspiración para los artistas de Francia,
Italia, Holanda o los Países Bajos. Girardon,
Bernini, Rembrandt o Rubens, entre otros,
plasmarán en sus obras miles de escenas con esta
temática. Las metamorfosis de Ovidio inspiró a
múltiples artistas, renacentistas.

Hasta en España, cuya cultura estaba controlada


por el tribunal de la Inquisición, escritores como
Góngora, Lope de Vega o Quevedo recurrirán a
escenarios y temas mitológicos. Además, los
estudios de filología griega y latina alcanzarán un
gran nivel, sobre todo, en Salamanca y Alcalá de
Henares. Aunque con el contacto con el
cristianismo y con otras culturas como la árabe y la
oriental, la cultura clásica se fue modificando, sigue constituyendo el saber que nos
legaron los griegos y romanos. El Mundo Clásico está vivo en nuestra sociedad
actual y seguirá vivo mientras perdure nuestra civilización.

Al analizar esta etapa histórica, podemos apreciar que se produjeron importantes


cambios económicos, políticos, sociales, intelectuales, etcétera, que trajeron
consigo el surgimiento de una nueva concepción del ser humano. El hombre pasó a
ser el centro de la investigación científica y desplazó, en cierta medida, a Dios de la
posición central que ocupaba en la concepción de la vida.

Estos profundos cambios provocaron un sacudida en la sociedad medieval. Como


consecuencia de todas estas transformaciones, se ensanchan la mayoría de los
aspectos de la vida de los seres humanos. El ser humano contará, a partir de ahora,
con horizontes más amplios y menos ligados a las directrices religiosas.
Ante estos profundos cambios, que conllevan una visión más amplia del ser
humano y del Universo, se reduce la importancia de los dioses y las bestias en la
vida de los hombres. Ahora, el ser humano tiene autoconciencia de si mismo, se
sitúa como principio y como centro, lo que conocemos como antropocentrismo.
Como consecuencia de esta nueva perspectiva, se comienza a pensar en una plena y
más autónoma libertad individual. La libertad individual se presenta como un
principio básico de cada individuo para dirigir legítimamente su propia vida,
dejando de lado las obligaciones y ataduras del mundo medieval.
Los individuos empeizan a tomar conciencia de que son dueños de sí mismos.
Comienzan a cuestionar, de un modo más generalizado, los dogmas y códigos
morales impuestos por la Iglesia. Se origina una corriente que considera la libre
interpretación de las escrituras sagradas, defendida por la Reforma de Lutero,
siendo un claro ejemplo de la nueva concepción del ser humano. Este principio
significa una ruptura con la tradición, además de un ensalzamiento de la capacidad
individual.

En la mentalidad renacentista podemos ver una férrea defensa de la dignidad del


ser humano. Esta dignidad es producto del intelecto y la técnica, no del alma
racional como se consideraba en época medieval. El cuerpo humano deja de ser
sombra, signo y causa de pecado, y se da paso a una visión optimista, abierta y
entusiasta del ser humano.

En definitiva, podemos decir que los renacentistas están convencidos de que ha


nacido una nueva época, que
supone una ruptura con el mundo
medieval. Hacen del hombre el
protagonista de todas las cosas.
De este modo, descubren que el
hombre es libertad, entendida
sobre todo como capacidad de
infinitas alternativas. Esta
libertad es la que permite al hombre realizar sus facultades esenciales. La
inteligencia y el trabajo son los medios de los que dispone el hombre para llegar a
ser lo que quiera, para culminar su libertad, para crear y crearse a sí mismo.

 Arte del Renacimiento


El arte renacentista fue una manifestación cultural que se va desarrollar a lo largo
del siglo XV en ciudades de Italia como Florencia y Roma, pero también tuvieron
mucha importancia escuelas del norte de dicho país, como las de Venecia, Padua y
Ferrara.

Un hecho fundamental en este periodo es la lucha que se produjo entre Francisco I


de Francia y Carlos I de España y V de Alemania, ya que sus continuas luchas
convirtieron Europa en un campo de batalla. Esta lucha también afectó a Italia
pues el papado apoyaba al monarca francés y este apoyo provocó que las tropas
imperiales asaltaran la ciudad de Roma en 1527, conociendo esa fecha como el Saco
de Roma. Este hecho provocaría una decadencia del papado y favorecería a una
posterior dispersión de pintores, escultores y arquitectos por toda Europa.

El siglo por excelencia de mayor extensión del renacimiento fue en el siglo XVI por
los conocidos como artistas vagi (artistas viajeros) y por muchos artistas europeos
que van a viajar a Italia. De este modo se desarrollan varias escuelas como la
alemana, la francesa, la española, la flamenca, etc.

El arte renacentista presenta una cronología interna formada por dos periodos que
son el Quattrocento que se desarrolló en el siglo XV y el Cinquecento que se
desarrolló en el siglo XVI pero juntamente con el Manierismo que se caracteriza
por ser una reacción en contra del ideal de belleza clasicista y proponer una
exageración de los movimientos.

 Características generales

Desde una perspectiva ideológica el renacimiento busca una recuperación de la


antigüedad y la desaparición de lo medieval por la influencia cultural de Roma. En
este sentido influyó mucho el humanismo, que fue una corriente ideológica,
filosófica y cultural que se impuso en esta época y una de sus principales
características es la valoración del arte clásico de la antigua Grecia y Roma.

Se produce una renovación de los sistemas de representación: aplicación de la


perspectiva artificial en las representaciones plásticas, utilización de los módulos,
transformación de los espacios arquitectónicos en función del ser humano, y todo
ello dio lugar a una nueva concepción del mundo con el antropocentrismo, es decir
ahora el hombre es el centro y medida de todas las cosas.

La plástica se fijó en los modelos de la arquitectura de las ruinas y en los relieves de


arcos y columnas conmemorativos. Cabe mencionar Los diez libros de arquitectura
de Vitrubioque se volvió a utilizar como referencia por los renacentistas para
conocer las obras arquitectónicas de la cultura greco-latina, y también fue
importante la teorización de Alberti en sus tres tratados sobre La Pintura, La
Escultura y La Arquitectura, obras que fueron fundamentales para difundir y
asimilar este nuevo estilo.
También se produce un cambio en la visión del artista, ya que se pasó de un artista
artesano a un artista creador y responsable absoluto de su obra. Pero también
aparece la figura del mecenas, que además de fomentar el arte se sirvió de él para
sus propios fines, ya fueran políticos, económicos o de prestigio social.

Estos principios permanecieron vigentes en el siglo XVI pero va surgir al mismo


tiempo un arte que rompe con estos cánones y busca nuevas formas de expresión,
es el manierismo.
El manierismo es considerado como un periodo artístico que se encuentra entre el
Renacimiento y el Barroco. El origen se encuentra en las obras escultóricas finales
de Miguel Ángel y de sus discípulos, se caracteriza por dotar de una distorsión de
las figuras, la creación de espacios irreales y la utilización de colores muy claros o
muy vivos. Sus temas son fantásticos o esotéricos, pero también eran eróticos y
cortesanos. El público hacia el que iba destinado era la aristocracia que busca en las
obras la elegancia formal, el virtuosismo y la búsqueda de una belleza artificiosa.

 Arquitectura renacentista

El Quattrocento

Durante el siglo XV podemos destacar la Toscana y su principal ciudad que fue


Florencia, en donde el Renacimiento rompió con el estilo gótico y tomó como
modelo el arte de la antigua Roma y empleó los mismos cánones clásicos.

Habitualmente se utilizaban como


elementos sustentantes, los tres órdenes
griegos que son el dórico, jónico y
corintio; pero se añadieron también los
romanos que estaban formado por el
toscano y compuesto.

Además se utilizaron otros elementos de


cubrimiento como el arco de medio
punto, la bóveda de cañón y la cúpula de
media naranja.

El Cinquecento

En el siglo XVI para decorar las edificaciones los artistas crearon monstruos, mitad
animal y mitad humanos, así como también vegetales, a los que dieron nombre de
grutescos.

En esta época los arquitectos seguían teniendo un gran interés por la normativa
clásica y se van a escribir muchos tratados sobre arquitectura. Una característica
muy importante fue la inclusión de imágenes que complementan las descripciones
escritas.

En definitiva la arquitectura renacentista busca romper con la anarquía


organizativa de la ciudad medieval, busca una ciudad utópica o ideal. Se busca la
ciudad regular u ortogonal de la época clásica. Los edificios más comunes que se
construyen son la iglesia y el palacio, otros menos comunes son teatros, hospitales,
bibliotecas, puentes y arcos del triunfo.
La escultura
La escultura del Quattrocento seguía evolucionando pero siempre inspirándose en
los modelos clásicos. El primer ejemplo de escultura renacentista es la Puerta del
Paraíso del baptisterio de Florencia, realizado por Ghiberti.

Lorenzo Ghiberti: Puerta del Paraíso,


Florencia. Es la tercera puerta del
Baptisterio y consta de dos hojas de
bronce con diez escenas en bajorrelieve
con temas del Antiguo Testamento.

La escultura renacentista se caracteriza


por la proporcionalidad, retomando un
canon de nueve cabezas que se utilizó
en el final del periodo clásico griego, se
usa el contrapposto y las piernas
abiertas en compas.

Las temáticas seguían siendo la tradición, con representación de santos y temas


bíblicos, pero se añadieron el desnudo, los temas mitológicos, el retrato del busto y
el retrato ecuestre. También adquirieron importancia los monumentos funerarios.

Los materiales utilizados podemos destacar el mármol, el


bronce, la madera, la piedra, el yeso y la terracota vidriada y
policromada.

En el Cinquecento sigue con la línea clásica del


Quattrocento, pero ahora se interesa por el naturalismo y
por el hombre, con una clara tendencia al monumentalismo.
Predominan las líneas curvas, que recuerdan a la escultura
griega y la utilización de la forma serpentinata que refuerza
el dinamismo. Se defiende un punto de vista y es el frontal,
podemos destacar el David de Miguel Ángel, que se
encuentra en Florencia y está hecha para ser vista de frente.
En cambio los manieristas por el contrario realizan obras
que tienen varios puntos de vista. Podemos destacar el
Rapto de las Sabinas de 1583 realizado por Giambologna y
que muestra esa característica.
La pintura

El introductor de la pintura
renacentista fue el florentino Masaccio
quien adopta una actitud opuesta a la
tradición gótica. Ahora se representan
cada vez más el cuerpo humano, los
rostros, un gran interés por la
naturaleza y el paisaje. Adquiere
importancia la perspectiva y los
volúmenes, los ropajes son más
elegantes, todo esto se enmarca en un
contexto clásico y existe una
organización geométrica,
especialmente de forma triangular. Podemos destacar La Primavera de 1477 que es
una obra de Sandro Botticelli y que se encuentra en Florencia.
Las temáticas eran religiosas pero adquirieron importancia los temas paganos. Las
técnicas utilizadas son el fresco y temple, ya en el siglo XVI en el Cinquecento se
utilizó el óleo y adquirió mucha importancia el claroscuro, en el que se define el
contorno de las figuras a través de zonas iluminadas y otras sombreadas.

 Conclusión
El Renacimiento, es la consecuencia de un interés por el pasado grecorromano, con
el cual se buscaba volver a dar vida a los ideales que habían inspirado a aquellos
pueblos. De este movimiento surgieron las grandes figuras como Leonardo da Vinci
, Rafael y Miguel Ángel, que son los que mantienen viva nuestra admiración a
través de los tiempos.

Italia es donde surge el Renacimiento en los siglos XIV, XV y logra su mayor


apogeo a principios del siglo XVI. Este se extiende por Europa lentamente gracias a
la creación de universidades, escuelas y de las grandes construcciones como El
Escorial o El Louvre.

Cuando entre en Italia el Renacimiento, se trata de buscar la forma tridimensional


y desechar el arte puramente lineal. En el quattrocento, en Florencia la pintura se
vivió en un momento culminante con la aparición de los primeros artistas y de las
distintas escuelas. El cinquecento representa la época más brillante del arte
universal, donde aparecen todos los grandes artistas.

You might also like