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ACTAS DE LA VI REUNIÓN

LOS CAMINOS DE LA MIGRACIÓN DEL ACORDEÓN A


COLONIA PASTORIL CUSHAMEN, CHUBUT.
MARTA G. ANDREOLI
INSTITUTO NACIONAL DE MUSICOLOGÍA CARLOS VEGA

Introducción
Este trabajo nació en ocasión de estar realizando el Proyecto de Investigación ”Encuentros
en la música” para el INMCV, en la Escuela Hogar Rural Nª69 Ñankuche Nahuelquir, ubicada en la
Comuna Rural Cushamen, Provincia de Chubut, Argentina. Una de las preguntas realizadas a los
chicos fue ¿Qué instrumento musical se toca en tu casa? Y algunos de los chicos o sus familiares
tocaban guitarra y el acordeón a piano o a botones en el ámbito hogareño. Al mismo tiempo en los
certámenes Nacionales Evita, fue elegido representante de Chubut un niño acordeonista de la meseta
patagónica. Este aspecto desconocido para mi pero culturalmente desarrollado en la zona de
Cushamen y por extensión en toda la región de la comarca andina de Rio Negro y Chubut me llevó a
entrevistar, escuchar y observar cuáles habían sido las motivaciones que llevaron a introducir el
acordeón en la vida de un sector de los habitantes de las provincias citadas. Para presentar el trabajo
decidí primero establecer como punto de referencia el espacio geográfico de la Comuna Rural
Cushamen porque es allí dónde nació la pregunta que inició esta investigación. Y segundo ampliar las
entrevistas a músicos de otras localidades porque comparten parentescos e historias similares con
los pobladores de Cushamen. La comparación de los testimonios me permitió profundizar en las
conclusiones.

Colonia Pastoril Cushamen


La colonia Pastoril Cushamen se extiende sobre un territorio de 125.000 hectáreas,
respetando el trazado original de 200 lotes con 625 hectáreas cada uno. Limita con propiedades de
latifundistas y ganaderos menores cuyas hectáreas oscilan entre 5.000 a 200.000.
La Colonia fue creada en 1903 como parte del proyecto del entonces gobierno nacional de
Julio A. Roca en el marco general del poblamiento del “Oeste” cordillerano de las provincias de
Chubut y Río Negro. Formó parte del entramado de reubicación y asentamiento en diferentes
comunas organizadas en la región para resolver el “vacio” poblacional en ese espacio geográfico.
Pertenece a la región también llamada de la Línea Sur, situada a escasos 10 km del
Paralelo 42º, sobre el Noroeste de la provincia de Chubut. (Finkelstein, 2005)
Cushamen Centro complementa sus actividades con otros parajes rurales como Gualjaina,
Ñorquinco, Fofocahuel, Ranquilhuao. La ciudad más cercana, a 100 km, es El Maitén. La misma
conforma a su vez parte de la Comarca Andina ubicada entre la ciudad chubutense de Esquel y la
ciudad rionegrina de El Bolsón. Por lo tanto, la colonia pastoril Cushamen tiene historias en común
con los demás parajes, pueblos y ciudades de la Comarca andina. Si bien en su origen fue destinada
a pobladores de la etnia mapuche liderados por el Cacique Nahuelquir, luego como todos las otras
comunidades, pueblos, parajes y ciudades recibió el afluente migratorio de diverso origen
principalmente chileno, pampeano, litoraleño y porteño.
Desde la organización inicial de la Comuna de Cushamen los obstáculos para relacionarse
con las otras localidades han sido muchos. Entre ellos las inadecuadas rutas, la falta de energía
eléctrica, los escasos medios de transporte público y las condiciones del tiempo que sobre todo en
invierno complican las comunicaciones. Los habitantes de esta localidad se han vinculado a los
demás habitantes de la región en forma virtual a través del espacio sonoro creado por la Radio
Nacional Esquel, Radio Nacional El Bolsón y Radio Nacional Trelew por un lado y por otro lado al
espacio concreto que se establece en señaladas, festivales y fiestas locales.

La cordillera no nos separa, nos une


Las edades de los músicos entrevistados y observados en campo, es decir las fiestas
regionales, oscilan entre los 10 y 50 años. Son además intérpretes o compositores de las canciones
también presentadas como testimonio, en este texto.
Las personas que han migrado a la región llevan entre otras pertenencias patrimoniales
géneros e instrumentos musicales. Angel Hechenleitner dijo que la polca tuvo su arraigo a un lado y

María de la Paz Jacquier y Alejandro Pereira Ghiena (Editores) Música y Bienestar Humano. Actas de la VI
Reunión de SACCoM, pp. 185-189
© 2007 - Sociedad Argentina para las Ciencias Cognitivas de la Música - ISBN 978-987-98750-4-9
ANDREOLI
otro de la cordillera por los alemanes que antes habían migrado desde Europa a Chile. Narró que su
propio abuelo proveniente de Chile se había establecido en Maquinchao:
“El flujo cultural entre chilenos y argentinos siempre existió. Tanto en acordeón como en
guitarra se escuchaban rancheras y polcas a un lado y otro de la cordillera”.
Los hermanos Rivero, que conforman el conjunto Los Rancheros, confirmaron con sus
declaraciones que ellos prefieren al grupo chileno Los Fronteras.
Lito Calfunao ratificó: “Es lo que le decía hoy acá las fronteras se borran, ellos les gusta
nuestra música y a nosotros las de ellos. A nosotros no nos separa la cordillera, nos une!!!”
Omar Tapia ratificó que el flujo migratorio es aún constante:
“Acá gusta mucho el chamamé desde que entró uh y en Chile también tiene la misma
polenta que acá y que la cueca de ellos. Le manda una cueca y a todos les gusta bailar y le manda
un chamamé y se vuelven locos y la cumbia con acordeón y guitarra, y sobre todo la cumbia vieja,
la música suena más ranchera estilo mexicana.”
Sandro Kusnica se sumó a este comentario diciendo: “Eso entra mucho por radio de Chile,
cuando yo escucho radio en el campo va junto la música mexicana, con la chilena y el chamamé.”
También desde el norte de Argentina las migraciones se hicieron efectivas no sólo con los
géneros musicales traidos por los nuevos habitantes sino a través de las casas de músicas instaladas
en los centros urbanos más importantes Esquel, El Bolsón o El Maitén.
El testimonio recogido por Chele Díaz nos informó que en Esquel durante la década del 60
se vendían acordeones, verduleras y guitarras por docenas.
“Verduleras vendíamos cinco o seis por día. Siempre los compradores de esos
instrumentos eran gente de campo, lo mismo que de la guitarra, aunque en este instrumentos
estaba más mezclada la clientela…y después los discos, los aparatos de radio y los acumuladores
de energía, de esos de 500 horas. Victrolas de la RCA Victor se vendieron a carradas, lo mismo
que discos y púas. Un día llegaron a vender ochenta discos de la famosa ranchera ’Mate amargo’”
(Díaz, 2003).
La presencia de músicos litoraleños es hoy recordada por Omar Tapia, Ugarte y Kusnica
cuando la empresa Techint finalizó la represa de Futaleufú en el año 1974. El evento atrajo artistas de
todo el país entre ellos de Corrientes.

Músicos acordeonistas en las señaladas


Uno de los espacios donde se concretan los vínculos es el de las marcaciones o señaladas.
Las marcaciones de animales se realizan en la región desde fines de diciembre a mediados de
marzo. Las familias y vecinos se van turnando para colaborar con las tareas pertinentes a las
marcaciones. Los músicos también están incluidos dentro de una de las tareas más importantes de
cada señalada: armar el baile.
Lito Calfunao dijo: “Todos los que vivimos en las ciudades estamos ligados a esa parte del
campo porque quien mas quien menos ha estado en una señalada que hacía algún tío o amigos”.
Muchos de los músicos describen momentos de esos encuentros en algunas de sus
composiciones:
Eduardo Paillacán y Marisa Serrano en la Ranchera La señalada precisaron:
Balan los corderos
Llamando a la madre
Que buscando las lomas
Se van de los corrales
Cansado el sol se ha ido
A dormir tras de los andes
Despuntando estrellas

También se va la tarde
Atada en el palenque
Está la caballada
Esperando a sus dueños
Hasta la madrugada
De lejos ha venido
La gente invitada
Costumbres campesinas
Pal tiempo e señalada

Se encienden los candiles


El piso han regado
Después de la tabeada
El baile ha empezado

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LOS CAMINOS DEL ACORDEON
Se armaron las parejas
Están remolineando
Un viento de alegría
a todos va llegando
En un banco pusieron
Matras laboreadas
Con cara poco alegre
Las viejas sentadas
De vez en cuando miran
Pero disimulando
Donde están sus muchachas
Con quien están bailando

Cinchando dos guitarras


Cuarteando una bordona
La dueña e casa dice
Que lindo que está el baile
Vecina tenga al nene
Y bailemos compadre
En un rincón dos viejos
Cuando se dieron cuenta
Que andaban molestando
Buscaron compañera
Y también salen tranqueando
Valeriano Avilés en una estrofa de la Ranchera de los coihueros escribió:
Esta ranchera que canto
Es de allá de los coihueros
Todos los años señalan
Comen asado con cuero
Luisa Calcumil interpreta la polca Musiquero acordeonista donde destaca la figura del
músico:
La fiesta campera
Llega tu sonido
Como una bandera afirma la tierra
La fiesta campera
Solo tu afán de aprender
Jornalero sin descanso
En el llano y en la meseta
Al escuchar tu ranchera
Trabajador del campo
Al sur de los vientos
Tu música suena
Jóvenes y viejos
Libres en la danza
De olvidos añejos
Siga siga musiquero
En la versión de los Hermanos Pachano del tema Bajando La Chapital de Pascual Nito Saiz:
En aquellas señaladas
trajinando los corrales,
Don Lorenzo con su gente…
En las cocinas del campo
recordando aquellos bailes
y el acordeón de Aldasoro
Al testimonio que las poesías brindaron sumo las palabras de L Rivera quien señaló: “Mi
papá Pascasio Rivera(86) quien había venido de Chile armaba bailes en las señaladas tocando en
guitarra y acordeón, valsecitos, y rancheras.Y nosotros hacemos ahora también cumbia, ranchera y
corridos”.
Oscar Oyarzo recordó que:
“A los doce años ya estaba tocando en marcaciones y señaladas donde se hacían los
bailes porque en ese tiempo no había equipos de audio,…se festejaba mucho!!!Toda la familia
amanecía bailando, eran dos días de joda. No había baile si no estaba el acordeonista. Antes de
mi se hacía a pura guitarra y flauta (armónica)”.
Sandro Kusnica relató que tocaba en su acordeón:

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ANDREOLI
“polkitas, rancheras, pedacitos de chamamé porque no los sabíamos todos. Si habia
que improvisar, también, si alguien pedía ranchera se tocaba las rancheras que se sabían y si no
se improvisaba nomás, y a veces eran dos días, uno queda con el zumbido del acordeón, queda
todo metido en la cabeza. Alguna vez yo agarre la guitarra un poquito porque en el campo como
todos saben el acordeón se va pasando para que uno no toque toda la noche, se cambia porque el
guitarrero también sabe tocar el acordeón. Parece que es una necesidad porque a veces como no
hay electricidad no se pueden contratar orquestas y si no hay orquesta se invita a los
acordeonistas a tocar”.
Carlos Namuncura de El Maitén siempre participó de las señaladas como músico invitado y
hasta contratado para animar la fiesta. Y actualmente tanto en Gualjaina como en Cushamen se
realiza la Fiesta de la Señalada, allí son contratados para participar los diferentes conjuntos: La
Juventud Chamamecera, Oyarzo y su conjunto, Los chamameceros de Gualjaina, El Chango
Nahuelquir y su conjunto, entre otros.
Sandro Kusnica agregó: “Nosotros eramos muy convocados, a nosotros nos paso que ya
habiamos estado en la radio acá en la región y nos contrataban, nos pagaban para actuar, era para el
baile no era como la peña solo la noche, se arranca a la tarde y hay que estar al otro día a la
mañana”.

Mi música predilecta
La inclusión de la radio en la cotidianeidad de la vida rural llevó a interesar a algunas
personas a desear tocar el acordeón porque les gustaba la música que pasaban.
Lito Calfunao remarcó:
“Hay cosas que la entendemos nosotros los pobleros, que por ahí la gente por adopción
puede llegar a entender pero nosotros ya lo tenemos. La radio misma, la radio nacional para los de
afuera es una radio más pero nosotros crecimos con la radio, hoy nos despertamos porque mi
abuela escuchaba la radio, estabamos escuchando los mensajes al poblador, la misma música”.
Oscar Oyarzo dijo: “A los 9 años escuchaba la radio, de la radio el primer tema que aprendí
era Se quema el rancho, un rancherita, y empecé a sacar, y después un valse y otra rancherita Mate
Amargo”.
Sandro Kusnica y Omar Tapia recordaron:
“Escuchabamos por la radio en un programa “su música predilecta” y siempre pasaban
los mismos temas que la gente pedía a su vez, entonces hay temas como Se quema el rancho que
son de los más tocados. Estaba los viernes a la noche, la gente mandaba cartas para pedir. Era
una mezcla de mensajes al poblador y música”.
Oscar Oyarzo da cuenta que a través de su programa de radio Los sin sello, los paisanos le
piden a sus propios músicos, esos que tocan en las fiestas y que arman el baile.
Personalmente pude observar en diferentes festivales y fiestas regionales cómo al primer
enlace armónico e introducción tocado en acordeones las parejas asistentes se acercaban a la pista y
comenzaba el baile. Cada uno tenía su estilo para bailar y era indistinto si sobre el escenario había un
dúo de Futaleufú o el niño Amonancea o un conjunto con dos acordeones, guitarras y bajo más el
recitador. Los géneros podrían ser chamamé, ranchera, ranchera mexicana, valseado, polca. Todos
invitaban al baile siempre y cuando estuviera el acordeonista.

Los caminos que llevan al baile


Al llegar a las conclusiones de esta ponencia he arrivado a algunas respuestas que
contestan la pregunta que determinó este escrito. ¿Cómo habían llegado los acordeones a
Cushamen?
Para poder responderla viajé con el relato de los músicos por los caminos que antes ellos
mismos habían recorrido.
El aprendizaje en su primera infancia fue que la música aparecía en el encuentro familiar
como una construcción de todos. Ese encuentro se daba dentro de una situación socioeconómica
particular en la región: la señalada. En lo parajes rurales la falta de electricidad no era un bien dado,
por lo que la música en vivo era indispensable y debía extenderse hasta el amanecer. Por lo tanto los
músicos debían ser muchos para poder reemplazarse unos a otros.
La forma de acceder a los instrumentos era adquiriéndolos en las casas de música y la
manera de acceder a la música era escuchando la radio que repetía los mismos temas que a su vez
la gente elegía una y otra vez.
De acuerdo a la edad de los entrevistados se ordena cronológicamente la migración de los
géneros, así fueron apropiados la polca, la ranchera, la ranchera mexicana, el valseado y el
chamamé.

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En estos géneros ya fueran traidos por los migrantes o adquiridos a través de la radio, se
expresaban con acordeones y guitarras.
Si las guitarras sostienen la estructura rítmica-armónica, los acordeones sostienen la
estructura armónica y la estructura melódica.
Al observar a los bailarines y escuchar la música vemos como se coordinan la marcación de
los pasos con las frases musicales.
Entonces todos los caminos recorridos llevan al baile. El baile que se evoca en soledad
desde la radio. Y que motiva al niño o al joven a aprender a tocar el acordeón para que en la próxima
señalada pueda formar parte de la ronda de músicos.
La motivación lleva desde un aprendizaje individual a la ejecución comunitaria.

Aporte de este estudio de caso a la cognición musical


He planteado en esta ponencia aspectos de estudios de caso que conducen a resaltar la
motivación como factor preponderante en el proceso de aprendizaje. La motivación en cada músico lo
hace responsabilizarse de sus futuras manifestaciones musicales. A través de su responsabilidad se
va a hacer cargo de construir su propio aprendizaje. Se han integrado en el mismo individuo ¿qué
hacer?, ¿para qué hacerlo? y ¿cómo hacerlo? Por último, ha encontrado herramientas de evaluación
apropiadas para continuar con nuevos aprendizajes. Esta lectura abre otras preguntas: ante un niño o
joven que desea aprender música podemos como docentes detenernos a preguntarnos ¿cuál es la
motivación que lo trajo a aprender? ¿No habrá que tratar de explicitarla para que podamos
mantenerla juntos en el proceso cognitivo? ¿No será que en muchas ocasiones desviamos la
motivación y por lo tanto el hacerse cargo del aprendizaje se diluye?

Referencias
Andreoli, M. (2004) Folklore de adscripción patagónica: articulación entre el discurso musical y las
ideologías contrastantes, en Actas IASPM.
Calcumil, L. (2003) La Barda. Cultura y sociedad. En Ülkantun. General Roca
Díaz, C. (2003) Los que cantaron antes. Apuntes sobre la música y el canto en Esquel. Esquel.
Editorial Musiquel.
Finkelstein, D. y Novella, M.M. (Ed) (2005) Poblamiento del Noroeste del Chubut. Aportes para su
historia. Esquel. Fundación Ameghino.
Gonzalez R., J. (2000) El canto mediatizado: breve historia de la llegada del cantante a nuestra casa.
Rev. music. chil., vol.54, no.194, pp.26-40. ISSN 0716-2790.
Pachano, H. (1998) Hermanos Pachano. Con la fuerza del viento. Comodoro Rivadavia. Chacay
Producciones
Patagonia Epú (2006) Utopías Rupestres II. Esquel. UR.
Ulanovsky, C. y otros (2000). Días de radio. Historia de la radio argentina. Buenos Aires. Espasa
Calpe.

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