Professional Documents
Culture Documents
De Oscar Viale
UNO
AGUSTIN: (SIN LEVANTAR LA VISTA) Te avisé que iba a estar ocupado. No me vengas con
preguntas estúpidas.
ROBERTA: Yo no te pregunté nada.
AGUSTIN: Entonces salí que me distraés.
ROBERTA: ¿Pero no puedo mirarte siquiera?
AGUSTIN: ¡No!
ROBERTA: ¡No hago nada! ¡Ni me muevo!
AGUSTIN: Hace un año que sabés que cuando trabajo tus movimientos están limitados. Te
avisé, quisiste venir igual, perfecto. Ahora aguantátelas (SECO) Chau. (SE ZAMBULLE EN
LOS TEXTOS)
ROBERTA: (AL PUBLICO) ¿Alguien oyó decir te quiero? Porque a lo mejor se dijo y yo lo
borré. No. Nadie lo oyó porque nadie lo dijo. Okey bárbaro. Para mí que se perdió la
costumbre. Ya nadie dice te quiero. No se usa, la gente está en otra cosa. O estará
prohibido, andá a saber. Y ojo que no sangro por la herida. El es mi novio. No mi marido,
como más de uno habrá pensado. Novio y gracias. Por suerte, porque si fuera mi marido y
me tratara así, estaría muy deprimida. Y yo estoy fenómena. Bueno, fenómena no. Me las
rebusco, estoy pasable. Una piltrafa unos veinte días por mes, que es un buen promedio
para éste país. Aunque no debería sentirme así, porque hay problemas que no tengo. Por
ejemplo, problemas económicos. Y en épocas como ésta, eso es solo posible si se sabe
administrar. Y yo administro muy bien. Por eso tengo de todo no me falta nada. Soy
ahorrativa, económica. Como seré de ahorrativa que todavía soy virgen. ¿Increíble, no? A
través de los años conseguí mantener intacto ese pequeño capital. Y no lo hice aumentar
porque las veces que lo quise colocar, no me lo tomaron. Claro, todo empezó con papá. El
viejo tenía una forma jorobada de manejar la economía de la casa...
ROBERTA: (AL PUBLICO) ¡Pobre viejo! Del sexo femenino digamos que sabía lo
indispensable. Donde estaba ubicado ese dichoso lugar donde vos sabés. Siempre pensé
que para concebirme, mis viejos cerraron los ojos, se confiaron al instinto... ¡y el resultado
fuí yo! El viejo nunca terminó de arrepentirse, y viéndome crecer, se sentía pasando de
peligro en peligro...
PAPA: Porque el peligro mayor es quedar gruesa. Vos dejás que te toquen ahí donde vos
sabés y el peligro empieza a crecer...
ROBERTA: ¿Es una vergüenza eso? ¿Acaso todas las mujeres no quedan embarazadas
alguna vez?
PAPA: ¡Pero mi hija no! ¡Mi hija no tiene que embarazarse!
ROBERTA: ¿Por qué?
PAPA: Porque después es un lío. ¡Flor de quilombo se arma! Se lo digo yo que soy hijo de
gente embarazada. Hágame caso, una mujer nunca debe quedar embarazada, si no es en
defensa propia...
ROBERTA: ¿Y eso cuando viene a ser?
PAPA: ¡Cuando el padre ya está muerto y no se puede amargar!
ROBERTA: El ya murió... pero yo (será un maleficio no sé) sigo haciéndole caso. El quiso
arreglarlo en su lecho de enfermo... Me llamó a su lado y me habló en secreto.
PAPA: Roberta, hija... ya está grande... y me parece que... una vuelta nosotros hablamos
del embarazo, ¿te acordás?
ROBERTA: No te preocupes, yo sigo sin novedades.
PAPA: No, yo digo por...
ROBERTA: Te lo juro, pá. Estoy igual, no me tocaron, nadie me tocó.
PAPA: Justamente, nadie te tocó. Ahí está la madre del borrego. No te tocaron. ¿Y por qué
no te tocaron?
ROBERTA: Porque no hubo... ¡Porque yo no dí ocasión!
PAPA: ¿Y por qué no diste ocasión? Porque lo tenías prohibido. ¿Y quién te lo prohibió? El
suscripto. ¿Y qué es lo que piensa ahora el suscripto? Que retira lo dicho.
ROBERTA: ¿Cómo?
PAPA: Que me retrato, que doy marcha atrás. Lo que dije aquella vez... ya no corre. Podés
hacerlo. No me enojo si... si ahora hay ganas y se anima. Es bueno el embarazo. Porque si
usted se embaraza... ¿Cuál es la consecuencia directa? Un nieto. ¿Y qué es un nieto?
(EMOCION) Una necesidad. (PAUSA) Vamos apúrese. Perdimos mucho tiempo.
2
LA LUZ SOBRE EL PAPA LANGUIDECE EN FORMA DEFINITIVA SOBRE SU FIGURA.
ROBERTA: Hasta último momento pensó que había tomado al pie de la letra su
prohibición... Siento desengañarte, papá. Soy una chica traviesa y estuve intentando
muchas veces que alguien me tocase ahí donde vos sabés... (VA HACIA AGUSTIN, LO
SEÑALA) Y con él ahora, también. Pero no nos ponemos de acuerdo. Cuando él tiene ganas,
yo no. Y al revés. Bueno, la verdad es que siempre es al revés. ¡Es un muchacho tan
ocupado!
Una tarde de fracaso total, como ésta, me acordé de Gaby, una ex compañerita de la
primaria y la secundaria. Era todo lo contrario a mí. A los 10 años se puso de novia y a los
12 ya lo había hecho; a los 16 ya se había casado por primera vez. ¡Esa es la persona, que
estás esperando! Esa debe tener resueltos todos los problemas que a vos te preocupan.
¡Andá a consultarla, nena! ¡A ver si te desasnás!
GABY: (DETRAS DEL SILLON, NO VISIBLE) Hola. Si, habla Gaby. ¿Quién es? ¿Quien? No
te ubico, no sé quien sos. Bueno, no importa. ¿Qué querés? ¿Ahora? No, en este momento
no puedo. Me es imposible, estoy muy ocupada. Bueno, de acuerdo. Chau.
Tenemos que apurarnos, Billy. Voy a recibir gente dentro de un rato. A ver si te concentrás.
Concentrate, vamos. ¡Concentrate, te digo!...
(CON DESDEN, MUY DESPRECIATIVA) Está bien, es inútil. Podés irte. ¿Eso es lo que
querés, no es cierto? ¡Podés irte!
Claro, muy lindo. Te vas sin saludar. Encima la descortesía. Dejás el hogar, abandonás a
tu esposa por ocho horas y no te despedís...
No, ahora no tiene gracia, andate. (BILLY VUELVE A GIRAR PENOSAMENTE, PERO SE
DETIENE AL OIRLA) ¡Con que facilidad te convencés, eh! Ya ni siquiera sentís culpa. La
culpa de un marido en falta. (DESESPERANZADA) ¿Qué te pasa, Billy? ¿Qué problema
tenés? (EL HACE UN GESTO COMO DICIENDO NO SABERLO) ¡Yo si sé! ¿Sabés lo que te
pasa? Que ya no sentís nada por mí. ¡Que ya no te inspiro nada! (BILLY NIEGA
FERVOROSAMENTE) ¿Ah no, ah no? ¿Estás seguro? (BILLY VUELVE A ASENTIR) ¿Y
entonces como explicás lo que pasó recién? (BILLY SE ENCOGE DE HOMBROS) ¿No sabés?
3
¿Cómo que no sabés? (VA FURIOSA HACIA EL Y LO ZAMARREA COMO A UN PELELE)
¡Tenés que saberlo! ¡Seguro que lo sabés! ¡Me estás engañando con otra, confesalo! Con tu
secretaria, con la mucama, ¡con una cualquiera! (LO SUELTA Y BILLY CAE
DESPATARRADO AL SUELO) ¡Pero yo sé lo que tengo que hacer!
¿Sabés lo que te voy a hacer? ¡Una operación! ¿Y sabés de qué? (BILLY SE PONE
RAPIDAMENTE LAS MANOS SOBRE LA PELVIS) ¡Como adivinaste enseguida! ¡Que vivo que
sos! ¡Quiere decir que tenés cola de paja! ¡Que efectivamente estás saliendo con otra! ¡Yo no
estoy acostumbrada a conformarme con las migas de nadie! ¡Ah, no! ¡Por eso te opero!
¡Aunque antes de la operación, vas a tener que cumplir! (AVANZA OTRA VEZ CON EL
CUCHILLO EN RISTRE. BILLY RETROCEDE HACIA DETRAS DEL SILLON) ¡No me digas
que no! ¡Cumplí, Billy! ¡Tenés que cumplir! (EL PONE SUS MANOS EN SUPLICA) ¡Nada!
¡Vamos! ¡Vamos!
BILLY CAE TRAS EL SILLON Y ELLA SE ZAMBULLE DETRAS DE EL. AMBOS QUEDAN
FUERA DE LA VISTA DEL PÚBLICO. EN EL OTRO SECTOR, ROBERTA SE PARA, VA
HACIA AGUSTIN Y LE ACARICIA LOS HOMBROS SUAVEMENTE POR DETRAS. EL GIRA
HACIA ELLA, MIRANDOLA CON ODIO.
ROBERTA: ¿Te molesto? Es una caricia. Hace tres horas que estoy aqui. ¿No puedo hacerte
una caricia?
AGUSTIN: Hay momentos para cada cosa.
ROBERTA: ¡Claro que si! ¡Pero vos nunca los usás!
AGUSTIN: Ahora estoy meditando, ¡ufa! Es mi trabajo, meditar. Cuando termine, nos
podemos juntar a hacer cualquier cosa.
ROBERTA: ¿Cualquier cosa? ¿Puede ser...? ¿Eso también? ¿Me lo prometés? ¿Espero
confiada?
AGUSTIN: Vamos a ver.
ROBERTA: ¿No ves? ¡Ya te echás atrás! Oime, Agustín (SE SEÑALA EL ROSTRO) Mirá como
estoy quedando... ¡Consumida por los malos pensamientos!... Yo quiero estar con vos.
¿Juntos, entendés? ¡Juntos! A ver si alguna vez nos equivocamos y hacemos alguna cosa
divertida.
AGUSTIN: Para mí no hay nada mas divertido que meditar, y la meditación es un acto
solitario, como la masturbación. Cuando Einstein pensaba sus ecuaciones, se quedaba
solito, dale que dale.
ROBERTA: ¿Cómo? ¿Einstein se...? ¿No estaba casado? (EL LA FUSILA CON LA MIRADA)
¿Qué me mirás así? ¿Para qué salís con Einstein? ¿Qué tiene que ver Einstein con lo que
estamos hablando?
AGUSTIN: Estaba metaforizando...
ROBERTA: No, me lo refregaste por la cara, para demostrarme lo culto que sos. Porque yo
para vos soy una bruta. No tengo cerebro, soy una bestia. ¿No es verdad? ¿Miento yo? (EL
CALLA OTORGANDO) Claro, no soy inteligente, no entiendo nada. ¿Para qué perder el
tiempo con la bestiuna ésa? ¡Eso es lo que vos creés! A ver, ¿por qué no puedo entender lo
que estás leyendo? ¿Es algo tan profundo, tan difícil para mí?
AGUSTIN: (ASTUTO) Probemos, a lo mejor no. A ver, te leo: (TOMANDO EL LIBRO) “El
camino de la metafísica occidental, que comienza en Platón y se afirma definitivamente en
Aristóteles, consiste en salvar la identidad de las cosas. Cada cosa, para serlo, necesita ser
UNA idéntica a si misma por siempre jamás. Esta afirmación casi tautológica, deja
subyacer la idea, mutante y esquiva, de que se está pasando de la cáustica realidad a los
mitos de sensación a la desdichada idea de un mundo tangible y controlable a partir del
pensamiento” (DEJA DE LEER Y LA MIRA INTERROGANTE)
Un día harta de que me pasaran estas cosas, me convencí que la única solución era Gaby,
mi amiguita de la infancia. Hacía mucho que no la veía, pero estaba segura que, sobre el
tema, sabía todo lo que una mujer puede llegar a saber.
GABY: ¿Pero cómo puede ser? ¡¿Cómo es posible que no puedas?! ¡Si ya hace como cuatro
horas que hicimos el amor por última vez!
SE PASEA FUERA DE SI. BILLY SALE DE DETRAS DEL SILLON. TODAVIA MAS DEBIL
QUE ANTES, SI ESO ES POSIBLE. YA SE ARRASTRA, DIRECTAMENTE.
Antes vos podías. Cuando recién nos casamos podías todo el tiempo, en cualquier lugar.
¿Ahora qué pasa? (BILLY DICE NO EXPLICARSELO) ¿Estarás cansado de mi? (BILLY DICE
QUE NO LO MAS FERVIENTEMENTE POSIBLE) Tal vez aburrido, entonces, un poquitín
saturado... ¿Puede ser? (BILLY HACE UN GESTO DIFUSO, NO COMPROMETIDO) ¿Sí o no?
¡A mi venime con cosas concretas! (BILLY ASIENTE VIVAMENTE) ¿Pero por qué estás
saturado? (BILLY HACE UN GESTO COMO DICIENDO ¨ANDAR A SABER¨) No es razonable,
no tenés motivos. ¿Tenés motivos? (BILLY NIEGA PRECAVIDO) Pero a lo mejor hace falta
un descansito, no muy largo, una cosa aceptable. ¿Descansar un día te parece bien? (EL
CONTESTA DUBITATIVO) ¿Es mucho, no? (EL DICE QUE SI) ¿Medio día estará bien?
¿Doce horas es poco? (EL DICE QUE SI) Pero escuchame, ¡ponete de acuerdo! ¡Un día es
mucho, doce horas es poco! Hagamos tu horario de oficina, así nos organizamos mejor.
Ocho horas de descanso. ¿O vos trabajás seis horas? (EL LE DICE QUE OCHO,
MOSTRANDOLE LA SUMA CON LOS DEDOS) Mirá, mejor hagamos media jornada. Cuatro
horas. Toda esta mañana. En el trabajo vos tratá de hacer fiaca, relajate bien, así cuando
volvés yo tengo preparada una comidita erótica a base de mariscos, quesos y alguna hierba
picara que tengo por ahí. Comemos y nos vamos a la cama. (BILLY LA MIRA ATRIBULADO)
O no. Almorzamos directamente en la cama. O mejor todavía, no almorzamos. O mejor aún,
dejamos que...
Ah, ¿preferís quedarte a descansar aquí? Perfecto, hacés muy bien. En la oficina no te van
a extrañar. (VA HACIA LA SALIDA) Voy a ver quien es y terminamos de combinar todo. Pero
andá pensando que si te quedás aqui en casa, las cosas van a ser distintas...
GABY HACE MUTIS. BILLY, DESESPERADO, SE INCORPORA Y AMAGA TRES O CUATRO
FALSOS MUTIS EN DISTINTAS DIRECCIONES. FINALMENTE APARECE ANTE EL UN
VENTANAL TRUNCADO (CON TRAMPA O PARA ROMPER). SE TIRA POR EL EN PALOMITA.
HAY RUIDO DE CRISTALES Y UN FINAL MUSICAL DEL TIPO ¨CHAN-CHAN¨ DEL TANGO.
REGRESA GABY ANTECEDIENDO A ROBERTA, YA CAMBIADA.
GABY: (MIENTRAS BUSCA A BILLY) Adelante, pasá. Tomá asiento. La verdad es que te
tengo algo borrada. ¿Cuántos años hace que no nos vemos?
ROBERTA: Desde la secundaria. Soy Roberta Spada, hacé memoria. Hasta tuvimos un
novio a medias, el Adriancito, cuando éramos chiquilinas. Éramos muy compinches hasta
que te casaste, en cuarto año, y largaste todo. ¿Te acordás cuando te casaste?
GABY: Si, si, me acuerdo. Era con aquel tipo.
ROBERTA: ¿Como aquel? ¿Qué pasó, te divorciaste?
GABY: No, se murió.
ROBERTA: Ay, cuanto lo siento. Perdoname el mal recuerdo.
GABY: No tiene importancia. Después me casé otra vez y también se murió. Ahora estoy
casada con el tercero. ¿No lo viste? Recién estaba aquí en el suelo... No sé qué pasa con los
hombres últimamente. Vienen frágiles, debiluchos. Se volatilizan. Se esfuman. Como Billy
ahora. ¿Me querés decir dónde está? ¿Dónde se metió? Lo dejo en el suelo y cuando vengo,
no lo encuentro más. Dale, contame que te trae por aquí, mientras yo sigo buscándolo...
5
GABY SE PONE A BUSCAR A SU MARIDO POR LOS LUGARES MAS INSOLITOS,
MIENTRAS ROBERTA LE HABLA.
ROBERTA: Podrá parecerte estúpido, que después de tanto tiempo, venga a pedirte un
consejo.
GABY: Mirá que yo puedo dar consejos solamente sobre una cosa...
ROBERTA: ¡Justamente, yo vengo a consultarte sobre esa cosa!
SUENA EL TIMBRE.
PORTERO: La ostia, no sabía que está usted con... No quería molestar, pero... Tengo que...
Mire, resulta que su marido...
GABY: (CONTENTA) ¿Lo vió? ¿Sabe dónde está mi marido?.
PORTERO: (CORTADO) De eso venía a hablarle. Está abajo.
GABY: ¿Que está haciendo abajo? Recién me dijo que se quedaba, que no se iba.
PORTERO: Pues no, ahora está abajo. Y no creo que se quiera ir a ningún lado.
GABY: (A ROBERTA) Viste, ¿qué te decía recién? Hoy en día no se puede confiar en los
hombres. ¡Yo creo que está aquí y el señor ya está abajo!
PORTERO: En la vereda.
GABY: ¿En la vereda? ¿Se va caminando? ¿No lleva el coche?
PORTERO: No señora, está en la vereda, pero no caminando.
GABY: ¡Ah, no! ¡Que camine, que mueva las patitas! Tiene que ir rápido a la oficina, porque
debe volver sin falta al mediodía... Dígale que se apure, Ramón.
PORTERO: Lo siento, no puedo decirle nada. No sé si usted me entiende.
GABY: De parte mía, dígale que yo se lo pedí.
PORTERO: Aunque me lo pida Dios. ¡No puedo decírselo!
GABY: ¡¿Pero por qué es tan cabezón, Ramón?!
PORTERO: ¡Joder, porque no va a escucharme!
GABY: (EMPUJANDOLO) ¡Vaya y dígaselo, por favor!
PORTERO: ¡Pero oiga, señora, que no es posible!
GABY: (SACANDOLO DE ESCENA) ¡Váyase, por Dios! (VOLVIENDO HACIA ROBERTA) ¡Que
tipo pesado, que cascote! ¡Empeñado en negarse! ¿En que estábamos?
ROBERTA: ¿No querés ocuparte de tu marido? Hacé lo tuyo, yo espero.
GABY: No, dejá, contame. ¿Cuál es tu problema?
ROBERTA: Que estoy de novia.
GABY: ¡Ah, qué bueno! Te felicito.
ROBERTA: No quiero felicitaciones, preciso ayuda.
GABY: Entre un hombre y una mujer...los de afuera, sobran.
ROBERTA: Yo pensaba lo mismo...pero ahora pienso que la que sobra soy yo. No sirvo, no
funciono. No consigo ser una novia como la gente.
GABY: ¿Pero por qué? ¿Qué pasa?
APARECE EL PORTERO.
6
GABY VUELVE HACIA ROBERTA.
DOS
9
ROBERTA: No tenés derecho a deprimirte... ¡Porque vos siempre le ganaste a los machos!
Yo, por ejemplo, siempre quise ser como vos, usar tu estilo.
GABY: Si, mi estilo... (OTRO ESTALLIDO DEPRESIVO) ¡Yo enterré tres maridos! ¿Te pensás
que no los conté? ¡Tres! ¡Los llevé alegremente a la tumba!
ROBERTA: ¿Cómo alegremente? ¿Qué hiciste?
GABY: Los estrujé, los consumí, los...
ROBERTA: Que barbaro, fantástico. No hay mejor muerte que esa para un marido. Yo no
hago lo mismo porque me falta suerte. ¡Si hubiese podido sacarme de encima el clavo éste
de la virginidad, yo también estaría meta bajar maridos!
GABY: (SORPRENDIDA) ¿Pero cómo...? ¿Vos nunca...?
ROBERTA: (ASINTIENDO CEREMONIOSAMENTE) Nunca.
GABY: ¡No puede ser! ¡En esta época eso no es cierto! No puede ocurrir, salvo que haya
impedimentos... (SE DETIENE, LA MIRA COMICAMENTE DRAMATICA) Que tengas
inconvenientes... ¿Vos estás, quiero decir, vos tenés...estás completa? ¿Estás clínicamente
potable?
ROBERTA: Potabilisima. ¡Te dije que fué falta de suerte, nena, y nada más!
GABY: ¡Entonces eso es lo primero que hay que solucionar! ¿Cómo es posible seguir
viviendo en esas condiciones? ¿Te faltaron oportunidades?
ROBERTA: No, tuve miles. Bah, miles no. Pero unas cuantas, si. Otra tipa, con las mismas
chances, ya estaría liberada del problema.
GABY: ¿Y vos por qué no?
ROBERTA: Porque al principio estaba encaprichada. Cuando sentí las primeras
necesidades... me puse a elegir mucho. Quería que el hombre que se llevase el primer
premio fuese un príncipe azul... ¡Roberta Spada no podía perder el invicto con cualquiera!
No, había que buscar algo especial. Y me lo busqué.
Yo tenía 17 y estaba derritiéndome por dentro. Fuego puro. Y él era divino. Tenía todo lo
ideal para apagar ese fuego de la forma más hermosa.
GABY: Fuertón el tipo, eh. ¡Hay mucha vitamina, mucha polenta ahi! ¿Y qué pasó?
ROBERTA: Fué algo rapido. Ya te dije que estaba ansiosa. Apenas unos tanteos, un par de
mimos... ¡y me fuí al humo! (VA HACIA EL Y LE TOMA LA PELOTA) ¿Me la prestás un
poquito, Hernán?
GABY: ¿Agarró viaje? ¿Qué te dijo?
HERNAN: (UN MARICA CON TODAS LAS PLUMAS) ¡Devolveme la pelota, yegua!
GABY: ¡Que fracaso, pobre! ¡Esas cosas son impactantes, y mucho más en el debut! Y
claro, ahora me lo imagino, después de eso te desanimaste, te tiraste a chanta.
ROBERTA: ¡No, yo seguí insistiendo! ¡Tengo sangre tana, querida! Lo que si pasó, es que me
fuí haciendo menos exigente. Abandoné la idea del príncipe azul, me olvidé de los atletas,
dejé de soñar con Robert Redford... Hoy en día, por ejemplo, me conformo con mi novio.
GABY: ¿Es feo?
ROBERTA: Es...un hombre. Bueno, creo que es un hombre.
GABY: ¿Como ¨creo¨? ¿Tiene el mismo problema que el primero?
ROBERTA: ¡No! ¡Quiero decir que no me deja averiguar si es hombre o no!
¡Bien, bien! ¡Eso! ¡Así hay que hacer! ¡Dale, adelante, seguí!
ROBERTA: ¿Y ahora qué hago? (AGUSTIN SIGUE BAJO ELLA)
GABY: ¡Ponéte en sátira! ¡Violalo!
ROBERTA: ¿Así, de golpe, sin avisarle siquiera?
GABY: ¡Sin avisarle no! Ya sabés que los hombres necesitan un poquito de tiempo para...
Convrsalo un poco, dale.
ROBERTA: Agustín, no sé lo que estarás pensando, pero yo quería decirte que...
GABY: (GRITANDO) ¡No, así no! ¡Feroz! ¡Como una tigresa! ¡Mostrale los colmillos!
(ROBERTA VA PONIENDO LA CARA QUE GABY VA ARMANDOLE) ¡Echá chispas por los
ojos! ¡Abrí tus garras! ¡Poné la voz aguardentosa y hablale!...
ROBERTA: (CON VOZ GRAVE) ¡De aqui no te vas hasta que lo hagamos! ¿Entendiste?...
AGUSTIN: ¡Está bien, está bien! ¡Ya entendí!
GABY: ¿Viste que dá resultado?
AGUSTIN: ¿Pero no podríamos charlarlo un poco, antes?
ROBERTA: ¿Ves? ¡Ya empieza con sus mecanismos!
GABY: ¡Imponete! ¡Rigor! Nada de charlas ahora, ¡decile!
ROBERTA: (FEROZ) ¡Nada de charlas ahora!...
AGUSTIN: Está bien, perfecto. Acepto las leyes del juego... ¡pero antes habría que poner en
claro algunos ítems!
ROBERTA: ¡Ahora solamente hay que poner en claro una cosa!
AGUSTIN: Depende bajo que prisma sea analizado.
ROBERTA: ¿Que prima ni prima? ¡Aquí no corre ninguna prima!
GABY: ¡Bien, macha! ¡Así me gusta! ¡Hacele sentir el rigor a ese!
AGUSTIN: (TRATANDO DE EVADIRSE DE LA SITUACION) Lo que quiero es que
intercambiemos impresiones...
ROBERTA: ¡Aquí lo único que se puede intercambiar, ya sabés lo que es!...
AGUSTIN: Depende. Si pensás en tu rol sexual y su incidencia histórica...
ROBERTA: ¡Pienso en cualquier cosa, menos en la inclemencia histórica!
AGUSTIN: Incidencia, dije incidencia. Porque la conducta sexual dimana del pasado. Somos
un avatar histórico. En momentos tan cruciales como este, es importante convalidar lo que
intelectualmente nos viene impuesto por la cultura...A ver si podés seguirme. Nosotros
sabemos hacer el amor porque dominamos morfológicamente el rito sexual, tenemos claros
los roles. Yo tengo un rol, vos tenés el tuyo. ¿Lo sabías? ¿Vos conocés tu rol?
ROBERTA: Si.
AGUSTIN: ¿Cuál es?...
ROBERTA: ¡Es muy distinto al tuyo!
AGUSTIN: ¡Lo que estoy preguntando es cómo es!
11
ROBERTA: ¡Es...es...es...femenino! ¿No sabés como son las mujeres?...
AGUSTIN: No, ¿cómo son?
ROBERTA: (INCORPORANDOSE HARTA) ¡Ah, no! ¡Yo abandono!
GABY: ¡Pero no! ¡Seguí! ¡Si lo querés vencer, tenés que seguir!
ROBERTA: ¿Pero qué se le contesta a un tipo que dice algo así? ¿Cómo no va a saber como
están hechas las mujeres?
GABY: (RETENIENDO A AGUSTIN Y OBLIGANDO A ROBERTA) Volvé. ¡Apretalo que se
escapa! ¡Te está queriendo envolver, no se lo permitas!...
AGUSTIN: (TRATA DE LIBERARSE Y LO CONSIGUE) ¡Soltá! ¿Pero por que hay que hablar
estas cosas en este nivel?
ROBERTA: (CERCANDOLO, CORRIENDOLO POR ENTRE LOS MUEBLES) Vení, Agustín,
¡vení! ¡No te vayas que yo te voy a ensñar como son las mujeres!
AGUSTIN: ¡Eso ya lo sé! Yo me refería al rol sexual, al funcionamiento
ROBERTA: ¡Es que si sabés como son los sexos, ya sabés como funcionan!
AGUSTIN: ¡Hablo del sexo dentro de la sociedad! ¿Qué hacemos con el sexo, pregunto, lo
convertimos en un privilegio ocasional o en un bien de consumo?
ROBERTA: Eso también me lo pregunto yo. ¿Qué hacemos? (A GABY) ¿Qué hacemos?
¡Ayudame, dame una manito!
GABY: ¡No puedo ayudarte, querida! ¡Porque en ese momento vos vas a estar a solas con él!
ROBERTA: ¡Es que se me escapa! ¿No ves?
GABY: ¿No sabés algún golpe tipo Kung-Fú?
AGUSTIN: ¡Dije que nada de violencias! ¡Y lo repito!
ROBERTA: ¡Bueno, está bien! ¡Nada de violencia! ¿Por las buenas, eh?
GABY: ¡Eso! ¡Muy bien! ¡Hacele otro tipo de ablande! Llegale al corazón. ¡Usá tus palabras
más sentidas! Ponete sentimental. ¡Llorale un poquito!
ROBERTA: Agustín, querido, ya que no querés poner en jugo el sexo, pongamos en juego el
corazón... (SENTIDA) Hace bastante tiempo que salimos, que nos frecuentamos, que nos...
Pero vení, acercate. No puedo hablarte con el corazón en la mano si estás tan lejos.
AGUSTIN: ¿Por que no?
ROBERTA. Porque las cosas del corazón exigen el juego corto, el téte a téte, el mano a
mano... Vení, sentí mis latidos... Acercate. (AGUSTIN SE ALEJA)
AGUSTIN: Yo te tengo que escuchar, no que operarte... No soy Favarolo.
ROBERTA: Es increíble viste.
GABY: No quiere y no quiere. A ver, insistí un poquito más...
ROBERTA: No es solo el sexo lo que te estoy pidiendo, mi amor... busco un poco de
simpatía, aparte de sabiduría. Quiero entretenerme, disfrutar, pasar el rato de la mejor
manera posible... Necesito algo distinto cada hora que pasa...
AGUSTIN: Para eso no necesitás un hombre. Un aparato de televisión es mejor.
(SALIENDO) Si querés compralo a plazos, yo te salgo de garante...
GABY: Y, claro... con un tipo así es bastante difícil que puedas conseguir algo.
ROBERTA: Merecería ser ladrón, por lo escurridizo. ¿Viste que hábil es?
GABY: Es un estúpido, callate. Anda escapando porque le tiene miedo a tu virginidad...
ROBERTA: Como todos los hombres...
GABY: ¡Como todos los hombres, no!
ROBERTA: Como todos los hombres que me tocaron a mí, quiero decir.
GABY: No generalicemos. Cuando yo tuve tu mismo problema, lo resolví fácilmente. Las
cosas fueron muy distintas. Al primero que busqué con el primero que me lo propuse...
pasó. Y eso que era una nenita. A ver, ¿cuántos años tenía en esa época?
12
TRES
CUATRO
ROBERTA: ¡Que fácil le fue todo! ¡Qué envidia! ¡Y todo por haber buscado un tipo grande!
En cambio yo... un desastre. Con César, por ejemplo, un chico que me llevaba siete años.
Yo me dije: es suficiente. Con siete años más, éste sabe todo...
ROBERTA: (SE SACA LAS MANOS DEL OTRO) Escuchame, Cesar, así no podemos seguir.
CESAR: ¿Desvelándonos? A mí nunca me pasa.
ROBERTA: ¡A mi si! ¡Yo estoy que reviento! ¿Y sabés por qué? ¡Porque no concretamos!
¡Nosotros tenemos que acostarnos de una vez por todas!
CESAR: Ahora no tengo sueño...
ROBERTA: ¡Acostarnos juntos! ¡Vos y yo! ¡Y no ahora, en cualquier momento! ¡Compartir
una cama!
CESAR: ¿La tuya se te rompió?
ROBERTA: ¡No, está como siempre! ¿Vos no sabés lo que hacen las parejas cuando están
juntos en una cama? Sí que lo sabés. No tengo que explicártelo, ¿no es cierto? (PAUSA, EL
NO DICE NADA) Entonces no te lo explico. ¿Pero qué te parece la idea? ¿Podemos
intentarlo?
CESAR: Esta semana la tengo copadísima. El lunes rindo.
ROBERTA: ¿Y el martes?
CESAR: Tengo dentista.
ROBERTA: ¿Después del dentista?
CESAR: Me está tratando conductos y siempre quedo dolorido.
ROBERTA: Lo dejamos para el miércoles.
CESAR: ¡Uy, no! ¡Los miércoles son siempre un lío!
ROBERTA: Todos los días lo son, si te ponés a analizarlo.
CESAR: Es que es mitad de semana, uno siempre deja para el miércoles las cosas que fue
postergando lunes y martes.
ROBERTA: ¡Nosotros hace mucho que venimos postergando! Pensá cuando... a ver.
CESAR: Mejor el jueves.
14
ROBERTA: (ENTUSIASTA) ¡Hecho! ¡Te tomo la palabra! ¡Quedamos en el jueves!
CESAR: ¡No, no borralo! El jueves tampoco puedo, tengo mi clase de karate.
ROBERTA: ¡Vos tenés una clase de carácter desabrido! ¿Que tenés, leche en vez de sangre?
CESAR: Karate, dije, no carácter. (ELLA LO MIRA SIN ENTNDER) Tae kwon do. Fun Fú.
(HACE LA GUARDIA) Exije mucha concentración.
ROBERTA: (TENAZ) ¿Y hoy, Cesar? ¿Qué tenés que hacer hoy?
CESAR: Pensaba lavarme la cabeza.
ROBERTA: Ahora, digo. En este momento. ¿Qué tal si vamos a mi casa?
CESAR: Bueno, está bien. ¿Qué marca de champú usás?...
ROBERTA: (EXPLOTANDO INDIGNADA) ¡Que champú, imbecil! ¡Hablaba de la cama!
CESAR: Aj, volviste a lo mismo. Me distraje, perdón.
ROBERTA: ¡Vos me vas a sacar una úlcera, Cesar!
CESAR: Es que no entiendo como... ¿Es tan urgente?
ROBERTA: ¡Es más que urgente! Yo necesito dejar de ser virgen, ¿entendés?
CESAR: ¿Cómo?
ROBERTA: No puedo seguir así. Estoy nerviosa, intratable, de mal humor. Si no me meto
ya mismo con vos en una cama, reviento.
CESAR: (EMPEZANDO A VACILAR Y TARTAMUDEAR) No, yo...po po por favor, no.
ROBERTA: No te asustes, la virginidad no es problema para mí. La quiero perder.
CESAR: Yo, yo...no voy a poder.
ROBERTA: Vas a poder, es fácil. No tiene ninguna complicación. Yo me estudié todo, sé
como hay que hacerlo...
CESAR: Pero como, como...
ROBERTA: Desde que el mundo es mundo siempre pasó. En este mismo momento, debe
haber millones de chicas que la están perdiendo...y nadie se hace problemas por eso.
CESAR: Pero, pero, pero no está bien.
ROBERTA: ¡Si que está bien! ¡Lo necesito! ¡Quiero dejar de ser virgen!
CESAR: ¡Pero yo no!
APAGON EN EL SECTOR.
CINCO
GABY: Mala suerte. Que puntería tenés. Tendrías que haber buscado a un tipo canchero.
ROBERTA: Ah, eso...es lo que hice inmediatamente después.
CACHULO: De queruza, piba. Cachá el zobra del quía y dejate hamacar en el moisés de su
ternura. ¡Quía no recula, quía le mete avanti siempre!
SEIS
DUQUE: Está bien, está bien. Si a papito le piden algo, papito hace lo imposible pero lo
consigue.
ROBERTA: Yo no pido imposibles.
DUQUE: Es un decir.
ROBERTA: Solo quiero que dejes de dar vueltas y empecemos de una vez... (SE SIENTA EN
LA CAMA) ¿Me desnudo?
DUQUE: ¡Está bien, que ímpetus! Eso sí, la ropita bien colgadita en el placard. Nada de
dejar tiradas las cosas por el suelo. ¿No es cierto que la nenita va a hacer lo que papito le
pide?
ROBERTA: Si.
DUQUE: ¿Si, qué? Vamos, decilo que me gusta. ¿Si, qué?
ROBERTA: Si, papito.
DUQUE: (CON UN ESTREMECIMIENTO DE TIPO ORGASMICO) ¡Si, sí, eso mismo! ¡Que
lindo! Lo único que se le pide a la nenita es orden, prolijidad. Los zapatitos en el placard,
nada de dejarlos en el suelo, que uno los pisa sin querer ¿Entendiste?
ROBERTA: Si, te entendí. Pero apurate, por favor.
DUQUE: No, pedímelo bien. Vamos, decilo con todas las palabritas.
ROBERTA: Apurate papito, por favor...
DUQUE: ¡Si, si, si! ¡Ay me muero! (NUEVO ESCALOFRIO) ¡Como me gusta oírtelo decir! Si
te bañás, corré la cortina para que no se moje el piso. Y la toalla dejala a un costadito.
ROBERTA: ¡Pero Patricio, por favor! Terminemos con los consejos. ¡Empecemos de una vez!
DUQUE: Primero pedímelo como a mi me gusta...
ROBERTA: (YA HARTA) Empecemos de una vez, papito...
DUQUE: (NUEVO ESTREMECIMIENTO, MAYOR QUE LOS OTROS) ¡Si, si, si!
ROBERTA: ¿Te sentís bien, Patricio?
DUQUE: Me siento perfectamente bien.
ROBERTA: ¿No estás débil, no te sentís un poco…?
DUQUE: (CORTANDOLA) Mi única debilidad es el orden, la prolijidad. Quiero saber si mi
muñeca está bien educada. ¿Está bien educada, mi muñequita?
ROBERTA: Si, lo estoy.
17
DUQUE: ¡No, así no! ¡Con todas las palabritas! ¡Vamos, dale el gusto a su papito! Dígale
todas las palabritas...
ROBERTA: Estoy educada, papito...
DUQUE: (UN ESTREMECIMIENTO YA GRAVE) ¡Ay, aummm, ujum, jaji!...
ROBERTA: (ASUSTADA) Papito, ¿qué te pasa?
DUQUE: 1Ay, ay, si, si! ¡Como me dice papito, señor!
ROBERTA: ¿Estás bien?
DUQUE: Estoy perfectamente. (NO ES VERDAD). Pero por cualquier cosa, (SACA ALGO DE
SUS BOLSILLOS) aquí tenés mi agenda. En número de mi abogado está en la hache. Se
llama Hortelano. Si me pasa algo, llamalo.
ROBERTA: ¡Si te pasa algo tengo que llamar a un médico no a un abogado!
DUQUE: ¡No, vos llamá a mi abogado! El se ocupa de todo, arregla todo. Es muy eficiente. Y
silencioso. Está para lo que sea para el médico, la policía, la morgue, lo que venga...
ROBERTA: ¡Pero entonces te puede pasar algo!
DUQUE: ¡No, quedate tranquila! No te asustes, es siempre una cuestión de organización.
Tengo que saber que todo queda en orden. Además, ¿por qué me tiene que pasar algo? Un
infarto, una embolia, un surmenage, una paralisis, ¡lo que pueda dar a cualquiera!
ROBERTA: ¡No, no, ahora no! ¡Te puede hacer mal!
DUQUE: ¡Hagamoslo, te digo! Vos sos mi muñeca, tenés que hacerme los gustos.
Empecemos. ¿Está lista mi muñequita? Entonces...uno, dos, ¡tres!
LOS DOS COMIENZAN A CANTAR ¨TENGO UNA MUÑECA VESTIDA DE AZUL¨. APAGON.
SIETE
GABY: Bueno, esto ya fué el colmo, pero... ya es pasado. Eso borralo. Ahora tenemos que
empezar una nueva etapa. Para eso me viniste a buscar, ¿no es cierto? ¿Querés que te
ayude, no es cierto?
ROBERTA: (DESCONSOLADA, INDEFENSA) No sé que hacer. Todo esto parece un chiste.
Hasta le puede caer gracioso a la gente. A la gente, pero a mi no. Ya no se trata únicamente
de perder la virginidad...
GABY: Ya sé, claro que no es eso solamente.
ROBERTA: Una es mujer esté como esté.
GABY: Claro.
ROBERTA: Lo que yo siento, lo que me apena en este momento...es el tiempo perdido. ¡Todo
lo bueno que no he podido dar! ¡Y todo lo bueno de los demás que no he podido recibir!
GABY: Eso vamos a arreglarlo, dejalo en mis manos.
ROBERTA: No quiero convertirme en una resentida social, viste.
GABY: No vas a tener tiempo. No te voy a dejar. Ya organicé una reunión en casa. Para hoy,
hoy mismo. Te voy a llenar la casa de tipos. Así vas hasta poder elegir.
ROBERTA: Yo no vine para que me presentaras tipos, Gaby.
GABY: Por supuesto que no. Pero las cosas se plantearon así. Hasta que llegue el momento
podés pensarlo. Son chicos muy abiertos a las experiencias excitantes... y si regamos bien
la velada... ya hice un buen pedido al supermercado.
ROBERTA: No sé si está bien… es jugar sucio. Es organizar las cosas con segunda
intención.
GABY: Los hombres hacen lo miso, no te preocupes. Pensalo, si querés, pero me parece
inútil.
Pasá te dije. Llevá todo para allá, para la cocina. (ANUCAVITO LA OBSERVA INMOVIL) ¿No
me entendés? ¡Pasá! ¡Para allá, allá!
GABY: ¡Oíme rico, vení! ¡Traé la canasta, por favor, que la necesito! ¡Traéla
desgraciado...Que me arruinás una reunión! (VUELVE DESESPERANZADA) Se fué. Mirá lo
que hiciste. Los chicos van a venir y no tenemos bebidas...
ROBERTA: ¡Me asusté, que sé yo! ¡Le tuve miedo desde que lo vi! Es muy feo, muy... ¿Es
medio-medio, no? ¡Le tengo miedo a la gente así!
GABY: ¿Miedo de qué? ¡No son peligrosos! Bueno, salvo en la cama.
19
vos te vas a dar cuenta que conmigo no vas a poder contar más! (NERVIOSA, SE MUERDE
LOS PUÑOS)
GABY: ¡Tranquila, calmate! ¡No se van a dar cuenta de nada! Vos andá, ponete linda,
arrebatadora y dedicate a lo tuyo.
ROBERTA: ¿Y qué es lo mío?
GABY: ¡Tu problema! ¡La molestia!
ROBERTA: ¡Ah! ¡Qué bien! (VA A HACER MUTIS, PERO VUELVE) Pero oíme, ¿todo tiene
que pasar hoy? Es decir, ¿el levante, el chamuyo, y todo lo demás?
GABY: Cuando más pronto mejor.
ROBERTA: ¡Ah, no! ¡Yo no puedo! ¡No tengo costumbre!
GABY: ¡Ya sé que no tenés costumbre! ¡Por eso, a la edad que tenés, todavia estás así!...
ROBERTA: ¡No, vení! Esperá! ¡No abras todavia! ¡Primero explicame como se hace!
GABY: ¿Cómo se hace qué?
ROBERTA: ¡Conocer a un tipo, insinuarte y al rato estar en la cama con él!
GABY: ¡Es lo más fácil!
ROBERTA: ¡Yo soy una fiel demostración de que eso es una mentira!
GABY: Mirá, lo importante, lo único que tenés que hacer, es decir siempre que si...
ROBERTA: ¡Que viva! ¡Estúpida no soy! ¡Digo como se hace para aceptarlo, para que no te
moleste aqui! (SE TOCA LA SIEN)
GABY: (PESIMISTA) ¡Siempre te va a molestar... porque una parte oscura de una se pone
en marcha y, si estás muy consciente de eso, siempre te va a molestar! (SONRIE) ¡Pero a
vos hay otra molestia que te tiene a mal traer! Y esa es la vida, flaca, estar siempre
incomoda, estés donde estés...
OCHO
ROBERTA: A ver, razonemos. No dejarse llevar por el desanimo, no entrar en picada otra
vez. Saquemos conclusiones, analicemos las circunstancias... ¿Qué pasó aquí? Éramos dos
chicas y tres tipos. Muy bien. ¿Los tipos quiénes eran? Amigos de ella. ¿Quién los había
invitado? Ella. ¿En quién estaban interesados, a quién pretendían? A ella, por supuesto. ¿Y
quién se los levantó, en definitiva? ¡Ella! ¡Entonces todo está en orden! Todo coincide, todo
encastra perfectamente, matemática pura. Ella no me traicionó, pobrecita, no puedo
reprocharle nada. Era lo que tenía que pasar y punto. ¡La estupidez fue no haberse avivado
antes! Ella hizo lo que hace siempre, ganar. ¿Quién soy yo para impedírselo? Es lo normal,
ella gana, yo pierdo. Está aceptado y entendido... Entonces, ¿por qué me siento mal? ¡Qué
tonta! Si tendría que estar fulgurante, diez puntos, hecha una… hecha una… hecha una...
¿O estaba dentro de lo lógico que me tendría que sentir así?
ROBERTA: ¡Ay, estos se agarran! ¡Estos se trenzan! (SE PERSIGNA) ¡Que no pase nada,
Dios mío! ¡Que no pase nada! Yo los quiero a los dos. ¡Mi novio y mi mejor amiga no pueden
odiarse! ¡Tienen que ser amigos! ¡La culpa es mía, hice que se odiaran! ¡¿Por qué seré tan
estúpida, digo yo?! ¿Dónde estarán? ¿Donde se metieron? ¿Siguen los gritos? Chicos, por
favor... (MARCA EL MUTIS) ¡Chicos, háganlo por mí, no se peleen! ¡Haya paz! ¡Haya paz!
(SALE)
¡Muy bien! ¡Muy bien! ¡Qué buena idea, así se hace! ¡Qué astuta es esta Gaby! ¡Como se dió
cuenta enseguida de cual era el lado flaco de Agustín! ¡Y como había que tratarlo! ¡Lo
descubrió enseguida! No hizo falta que nadie le dijese que... y lo está ayudando. Ahora
Agustín va a saber cómo me tiene que... (ESTA A PUNTO DE LLORAR) Porque él es muy
inteligente, muy vivo, tiene palabras lindas para todo, pero hay cosas que no que no... Y
cuando salga de ahí va a ser un hombre completo. Va a querer casarse. Y nos vamos a
mudar a un... Quiero que tengamos un juego de toallas para cada uno, si es posible de esas
que dicen ¨Ella y El ¨. Claro, nada de toallas deshilachadas... Una cama enorme, de dos
plazas y media, de esas que parecen una pileta de natación, y un juego de cubiertos. Nada
de robar tenedores en los banquetes, eso ya pasó. Es cosa de chica soltera, de chica... una
mujer casada es otra cosa. Es una mujer que sabe con quien... con quien... (ESTA
LLORANDO, MUY ABATIDA, PERO QUEDAMENTE) ¿Con quién? ¿Con quién será? ¿Que
cara tendrá el hombre que...?
NUEVE
25