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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior

Universidad Católica del Táchira

Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas

Responsabilidad de los funcionarios de la


administración
(Sala de casación político-administrativa / Sala Constitucional).

SUAREZ JUAN JOSE

ROSALES GENESIS

ROZO ANGIE

ZAMBRANO ELVIS

2”C”

TERORIA DE LA INTERPRECION JURICA II.

PORF. RODOLFO PERNIA.


Corría el mes de Julio, y Venezuela estaba en plena fiesta de campaña electoral.
Ya habían transcurridos tres meses de la muerte trágica y también extraña, del
conocido animador y candidato a la presidencia por el (MIN) señor Renny Ottolina.
Todo parecía normal en el país, eran posiblemente las 2:10 de la tarde de un día
viernes, 28 de julio del año 1978, un auto se desplazaba por una avenida en
Caracas, y de pronto es interceptado en la Avenida Andrés Bello, a la altura de la
Cruz Roja, en el sector de Maripérez, rápidamente tres individuos tratan de hacer
bajar al sorprendido conductor del auto, y al este oponer resistencia uno de los
individuos descarga su ametralladoras contra la humanidad del conductor, quince
Balas impactaron al desafortunado hombre.

Su esposa, Gladys de Carmona, no pierde el tiempo y aparece en las pantallas de


la televisión nacional, y les exige valientemente y de manera directa, a Manuel
Molina Gásperi Director de la Policía Técnica Judicial, que quiere vivos a los
asesinos de su esposo. Ella sabía muy bien lo que estaba diciendo, tenía la
certeza de que Molina y sus policías, conocían a los asesinos de su conyugue.
Rápidamente se escucharon nombres que arrojaron las primeras investigaciones,
la cual recayeron sobre "Anoel Pacheco" como autor material del crimen. Este
Señor, era funcionario del cuerpo de la policía técnica judicial, y miembro
del Grupo de Apoyo Táctico Operativo, mejor conocido como el grupo G.A.T.O,
cuyo fundador y comandante era el propio Molina Gásperi, que con el correr de las
investigaciones, se determinó que el autor intelectual del crimen de Carmona, fue
el propio Molina Gásperi, y el funcionario Pacheco actuó con cooperación de
varios miembros del grupo G.A.T.O.

En tal sentido se corresponde una serie de elementos probatorios suficientes para


poner en evidencia la conducta de terceros en el hecho punible, llevado a cabo por
agentes policiales, en este caso (PTJ) que son imputables personalmente a estos
agentes en cuanto a la responsabilidad patrimonial, es decir, que los daños
causados serian atribuidos a los funcionarios en cuanto a sus hechos delictivos
que se originaron con condición personal hacia el occiso el Abg penalista Oscar
Carmona de 36 años de edad. Las evidencias de todo este trabajo sucio y cobarde
que involucraba al grupo G.A.T.O, fueron evidenciadas por un grupo de abogados
encabezados por Raymond Aguiar Guevara, que más tarde, aparecería asesinado
en extrañas circunstancias aún no claras.
Evidentemente los derechohabientes demandaban al Estado en fin de que este
resarciera los daños ocasionados, señalando entonces que este era quien ejercía
una responsabilidad por lo sucedido, los abogados de los demandantes exigían
una remuneración y el encarcelamiento de los hombres al mando del hecho
delictivo. La Sala político- administrativo en lo correspondiente al año 1998 dio sin
lugar a la demanda en contra de la república, pues los señalamientos eran claros,
y alegaban que los hombres no se encontraban en servicios de sus funciones
públicas, si no que el hecho punible fue cometido con fines personales en
seguimiento de asuntos íntimos entre el abogado y los presuntos delincuentes,
pues la Sala tiene una postura firme de que lo sucedido esta tarde del 28 de julio
fue un episodio de un delito fuera de los límites del Estado y que el mismo no
podía liquidar los daños de la víctima a sus familiares.

Se explica entonces que, por una parte la constitución del año vigente (1961) en
que sucedió el crimen señalaba con algo de rigidez, en su artículo 47 cuanto a que
ningún extranjero o venezolano podría pretender la remuneración de un daño,
expropiación que no hayan sido causados por los por las autoridades e ejercicio
de la función pública, al igual que el mismo texto constitución en su artículo 206,
que nos indicaba que la competencia de anulación de los actos administrativos
estaba sujeta a los órganos mismos, que contraríen el derecho desvíen su poder,
viendo así posible la remuneración de los daños y perjuicios emanados de la
responsabilidad administrativa y haciendo posible la reparación de daños por parte
de la actividad administrativa.

De este moda la sala político-administrativa anula la sentencia dictada el 15 de


mayo del 2001, por ser contarías a los derechos y principios fundamentales que
consagra la actual constitución que sin lugar a dudas en sus artículos 30 y 141,
consagran la responsabilidad integral del estado que es reflejada en garantías de
los ciudadanos frente a las acciones dañosas de la administración pública, siendo
así revisada por la Sala constitucional, y dictaminando de tal modo
responsabilidad del Estado Venezolano el homicidio del ciudadano Ramón
Carmona, a cargo de agentes policiales. Se le otorgo a sus derechohabientes los
resarcimientos de los daños y perjuicios materialmente valorables. Decisión
tomada en noviembre del 2002.

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