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ORIGEN

Los psicogenealogistas, desarrollan una teoría que tiene en cuenta los lazos
contextuales y transgeneracionales, sin olvidarse de la singularidad del individuo.
Así como la medicina china como la africana contemplan la enfermedad dentro de
un contexto familiar y genealógico. La relación con los antepasados define en gran
parte los lazos, los derechos, los deberes y las identidades que estructuran al ser
humano en su cultura y su biografía. Un acontecimiento del pasado, ya sea bueno
o malo, puede tener consecuencias varias generaciones más tarde.

ANNE ANCELIN, psicoanalista y colaboradora Jacques Lacan y Margaret Mead es


una de las figuras principales de este movimiento. Ella introdujo la importancia
transgeneracional al descubrir lo que llamó el “síndrome del aniversario”.
En sus trabajos durante muchos años con enfermos de cáncer, empezó a ver en
sus biografías unos sorprendentes fenómenos de repetición, idénticos a los que
habían sufrido seres queridos y desaparecidos.

Incluyó el árbol genealógico en su terapia, priorizando sobre todo los


acontecimientos sorprendentes o chocantes, tanto para bien como para mal:
enfermedades, nacimientos, accidentes, muertes precoces o injustas, matrimonios,
segundas nupcias, viajes lejanos, cambios de clase social, quiebras económicas,
participación en alguna guerra, alcoholismo, ingresos en hospitales psiquiátricos o
en la cárcel…teniendo en cuenta las edades y las fechas en las que se produjeron
estos sucesos.
Estos árboles genealógicos tan extensos revelaron algunas repeticiones
sorprendentes:

 Una familia donde durante tres generaciones, las mujeres morían de


leucemia en el mes de mayo
 Una serie de cinco generaciones donde las mujeres caían en bulimia a los
trece años.
 Una familia donde los hombres eran víctimas, sistemáticamente, de un
accidente de tráfico el primer día de colegio de su hijo mayor.
 Repeticiones de fechas de nacimiento y muerte en una misma familia, el
mismo número de matrimonios en hombres o en mujeres, el mismo número
de hijos ilegítimos o naturales, de mortinatos, de muertes trágicas precoces
y siempre a la misma edad.

Repetir las acciones, las fechas o las edades que han conformado la novela familiar
de nuestra línea sucesoria es una manera de mantenernos fieles a nuestros padres,
abuelos y demás antepasados, una manera de seguir la tradición familiar y de vivir
conforme a ella. Mantenemos, literalmente una poderosa e inconsciente fidelidad a
nuestra historia familiar y nos da muchísimo miedo inventar algo nuevo en la vida.

Estas repeticiones principalmente se dan cuando por vergüenza, por conveniencia,


por dolor o por proteger a nuestros hijos o a nuestra familia, no hablamos del incesto,
de la muerte sospechosa o de los fracasos. Es este silencio el que creará una zona
de sombras en la memoria de un descendiente para llenar el vacío y las lagunas y
repetirá en su cuerpo o en su vida el drama que han intentado ocultarle.
La terapia psicogenealogista, tendría como objetivo desenmascarar nuestras
lealtades invisibles y nuestras identificaciones inconscientes repetitivas (alegres o
trágicas) que nos obligan a pagar deudas a nuestros antepasados, lo queramos o
no, lo sepamos o no y a repetir las tareas interrumpidas porque no están terminadas
o duelos no realizados. Es decir para evitar la repetición, es necesario tener
conciencia de ella.

Aun no existe una investigación seria que nos explique esta memoria
transgeneracional. Es como una comunicación de inconsciente a inconsciente,
quizás por el inconsciente familiar y de grupo, quizás por las ondas morfogenéticas
de las que habla Rupert Sheldrake.

La teoría de los campos morfogenéticos de Rupert Sheldrake, puede ayudar a


comprender mejor este fenómeno. Esta teoría defiende que un saber colectivo es
accesible a cualquier individuo.

Este movimiento incluye terapeutas que vienen de distintas escuelas de la


psicología humanista: terapia gestalt, terapia transaccional, terapia Rogeriana y
también psicoanalistas y de la terapia familiar sistémica.

Pero es BERT HELLINGER quien descubre, hace unos treinta años, quizás el
método más eficaz para trabajar estas identificaciones inconscientes con los
antepasados: las constelaciones familiares.

Las constelaciones revelan de una manera extraordinariamente sencilla y dolorosa


como estamos inconscientemente ligados a nuestros grupos de referencia,
empezando por la familia y también proponen una forma totalmente inédita de
liberarnos sin separarnos.
BERT HELINGER, SU BIOGRAFÍA
Filósofo y psicoanalista alemán, Bert Hellinger creó su propia herramienta, Las
Constelaciones Familiares, al principio método de psicoterapia fenomenológica y
sistémica, dentro del enfoque de las terapias humanistas breves y del
existencialismo, desde los principios de los 2000 la psicoterapia se ha transformado
en ejercicio de filosofía aplicada al servicio de la vida.

Bert Hellinger nace el 16 de diciembre de 1925 en Leimen, Baden, Alemania. En


Colonia hasta los 17 años, vivió la Alemania nazi durante su infancia y juventud.

Desde los 5 años quería ser sacerdote y a los 10 años ingresa en un seminario.
Pertenece a una familia católica, intelectual y opuesta al orden establecido por
Hitler. Desde muy joven vibra con el respeto a la libertad humana, viviendo a contra
corriente para seguir su propio criterio. Forma parte de una organización católica no
afín al nacionalsocialismo por lo que fue declarado “Sospechoso de Ser Enemigo
del Pueblo” en 1942.

A los 17 años, todos los de su quinta son llamados al frente, le mandan a Francia
dónde sufre la vida de soldado. En 1945, es hecho prisionero por los americanos, y
padece los rigores, (el hambre, las celdas de castigo) de un campo de presos
alemanes, supuestos nazis, en Bélgica. Consigue escapar del campo. Descubre
que su hermano ha muerto en el frente. La guerra ha terminado y se hace sacerdote.
Estudia entonces Filosofía, Teología y Pedagogía en la Universidad de Würzburg.

Unos años más tarde es enviado como misionero a Sudáfrica dónde va a dirigir un
gran internado de jóvenes zulúes. Sigue estudiando. Descubre la cultura zulú, de la
que recoge la importancia vital del respeto a los mayores. Observa también el
proceso de adaptación de estos jóvenes, por su necesidad de integrarse a la cultura
occidental, viviendo la relatividad de los valores y rituales establecidos por cada
cultura.

Sigue formándose, a menudo enfrentado con las autoridades eclesiásticas. Su


decisión de dejar el sacerdocio se gesta a finales de los 60, y en ella parece que fue
decisiva su asistencia a un cursillo ecuménico organizado por unos anglicanos que
se aplicaban a desarrollar una actitud fenomenológica para reconciliar contrarios y
dejaron una profunda huella en Hellinger. En un grupo de trabajo entre religiosos,
Bert relata que un ponente hizo una pregunta sin respuesta al grupo “¿Qué es más
importante para ti, tus ideales o la gente? ¿Si tuvieses que elegir, cuál
sacrificarías?”. Bert se pasó una noche sin dormir para poder responder, con todas
las consecuencias. Importa recalcar el necesario recelo hacia toda obediencia
incondicional y adhesión sin fisuras a unas ideas que había sido la actitud de
Hellinger desde su niñez.

Con 45 años vuelve a Alemania. Trae consigo una profunda actitud fenomenológica,
una honda impresión del contraste entre la fuerte cohesión familiar africana y la
situación europea, y el deseo de seguir resolviendo problemas humanos. Se orienta
hacia la psiquiatría. Se traslada a Viena; allí estudia psicoanálisis y se casa con
Herta, su primera esposa, psicoterapeuta como él.

En 1973, abandona Alemania y viaja a EE. UU para seguir la formación de Arthur


Janov (creador de la terapia del grito primal) en California. A partir de entonces
existirán muchas influencias importantes en la formación de Bert hellinger. Uno de
los más significativos fue Eric Berne y el Análisis Transaccional con el
descubrimiento que el guión de vida refleja los traumas familiares de varias
generaciones anteriores. También desarrolló interés por la terapia Gestalt, terapia
de la fenomenología del aquí ahora, a través de Ruth Cohen y Hilaron Perzold.

Junto con su esposa Herta, integró lo que ya había aprendido de la dinámica de


grupos y del Psicoanálisis con la Terapia Gestalt, Terapia Primal y Análisis
Transaccional. Durante este periodo, fue dándose cuenta de las dinámicas de
identificación dentro del sistema familiar. Contribuyó a ello el libro de Ivan
Boszormenyi-Nagy, Las lealtades invisibles. El equilibrio entre el dar y el tomar en
las relaciones familiares también fue un hallazgo importante en su trabajo. Se formó
en Terapia Familiar con Ruth McClendon y Leslie Kadis y fue ahí donde por primera
vez contactó con las Constelaciones Familiares.
Bert Hellinger cuenta: “Yo estaba muy impresionado por su trabajo, pero no podía
entenderlo. Un año después pensé de nuevo en eso, y me sorprendí al descubrir
que estaba trabajando ya de una manera sistémica”.

Leer el artículo de Jay Haley El triangulo perverso le permitió descubrir la


importancia de la jerarquía y el orden en las familias. Continuó el trabajo en la
Terapia Familiar con Thea Schönfelder y en Hipnoterapia y Programación
Neurolingüística (NPL) con Milton Erickson, del que tomó el uso de los cuentos en
sus terapias. Ambos fueron de gran influencia para él, junto con Frank Farelly y su
Terapia Provocativa. Así como también La Terapia de la Contención desarrollada
por Irina Procop.
Junto con su mujer, tiene su propia consulta en la que va experimentando y
condensando su saber hacer. Su elección es decididamente a favor de una terapia
breve, nuclear; buscando la terapia que devuelva, de un modo radical, a la persona
su fuerza y dignidad. A través de la experimentación y la integración de todas las
terapias a las que se había acercado, en 1980, empezó a desarrollar su propia
terapia familiar sistémica: las Constelaciones familiares.

Esta terapia es la consecuencia práctica de su reflexión filosófica - él es ante todo


un filósofo - y sobre todo consecuencia de su observación y disciplina
fenomenológica. Sus comprensiones y su libertad de pensamiento le permiten
descubrir la riqueza de la fórmula de representar al sistema familiar por otras
personas, técnica que estaba ya en uso cuando la empezó a practicar.

Gracias a su percepción fenomenológica, va tomando conciencia de lo que hay


detrás de la realidad aparente, detrás de la buena consciencia y del sentimiento de
culpa, detrás de los conflictos y del sufrimiento, detrás de la paz y de la felicidad.
Trabaja en y con los campos morfogenéticos, descubriendo las leyes sistémicas del
amor, a las que llama "los órdenes del amor", el papel de la conciencia moral y la
dinámica profunda del movimiento sanador.

Bert Hellinger ha penetrado, con rigor, en el campo del conocimiento, lo que le


permite elaborar una nueva filosofía, una nueva visión coherente de todos los
aspectos de la vida. Entre ellos, una nueva visión sobre la felicidad, el éxito, el amor.
La era renacentista del Individuo, solo frente a su destino, frente a sus decisiones
individuales y su "cogito ergo sum" ha muerto; está naciendo – desde principios del
siglo XX – la era del Campo, que se llame cuántico, morfogenético, sistémico,
Conciencia familiar o Conciencia del espíritu.

Junto con su primera mujer elabora la hipótesis de los órdenes del amor, que se
irán precisando a lo largo de los años.

Uno de sus mayores descubrimientos ha sido entender el rol de la conciencia moral.

Es tan desestabilizador que estuvo varios años observando una y otra vez la
presencia de la buena conciencia detrás de los conflictos y agresiones, tanto entre
individuos como entre grupos y países, antes de sacar a la luz sus conclusiones.
Descubrió que la buena conciencia es un órgano fisiológico que sirve de cemento
social, evitando las singularidades, separaciones y tomas de autonomía. Uno tiene
mala conciencia cada vez que actúa de forma independiente de alguien o de un
grupo, por lo contrario siente buena conciencia siempre que refuerza su pertenencia
a un vínculo, bien sea de amistad, amor o solidaridad.

De hecho, observó que usamos la justificación moral "estoy en mi derecho" "es mi


deber" "eso es bueno, lo otro es malo" cada vez que estamos actuando sin amor
con alguien, o sea cada vez que hacemos daño a alguien…
Su método está en continua evolución. En el año 1999, gracias a su observación
fenomenológica, Hellinger toma conciencia del significado de los movimientos de
los representantes. Al principio, los llama, junto con su segunda mujer Sophie,
movimientos del alma, o movimientos de la Conciencia Colectiva Inconsciente
Familiar.

Las Constelaciones familiares dejan de ser una psicoterapia dirigida por el


constelador para devenir en un servicio a la vida dirigido por una fuerza que viene
de fuera del sistema familiar.

A partir de 2004, distingue entre movimiento del alma y movimiento del espíritu.

Los movimientos del alma son los movimientos inherentes al campo que producen
todo el sufrimiento que conocemos, consecuencia de las transgresiones de los
órdenes del amor. Este movimiento del alma es la dinámica de la compensación
arcaica.

El movimiento del espíritu es el movimiento hacia la sanación, hacia la vida, es la


compensación adulta, mientras que el movimiento del alma es un movimiento de
muerte.

El movimiento del espíritu es la conexión con una energía en movimiento, una


energía de amor que procede de fuera, de más allá de lo sistémico y que hace fluir
la fuerza sanadora en la Constelación a través de un movimiento de reconciliación.

El campo morfogenético sólo da información y, el cambio, la creatividad y la


sanación provienen de un campo energético externo al que accedemos al estar en
la aceptación a todo como es. Ese campo es el gran campo del espíritu o conciencia
creadora.

En una constelación, se despliegan varios campos de fuerzas además de la


resonancia de todos los campos morfogenéticos existentes. El primer movimiento
de los representantes nos revela la compensación arcaica que atrapa a la persona,
se trata del movimiento del alma, una vez que este movimiento ha mostrado los
desórdenes y desequilibrios existentes, puede entrar en liza el movimiento del
espíritu y su sanación. Dependerá del grado de conciencia de la persona: en cuanto
la persona acepta su situación, el movimiento del espíritu se despliega.

Hellinger aporta entonces una nueva comprensión: la del amor del espíritu, que lo
piensa y lo mueve todo con el mismo amor. Conectar con este amor es asentir a
todo como es y es entrar en la fuerza sanadora del movimiento del espíritu.
Sus observaciones fenomenológicas, por ejemplo sobre la relación terapéutica y la
contratransferencia, aportan mucha luz y eficacia a la psicoterapia, a la vez que
desestabilizan y levantan polémica. También se le reprocha su capacidad de
evolución…

Su última evolución le lleva a elaborar un nuevo corpus científico "la Hellinger


Sciencia".

Es la ciencia de la organización de la vida humana, fruto de complejas


intrincaciones, solapamientos y fidelidades, siempre movidas por el amor, resultado
de las fuerzas sistémicas de los distintos campos a los que participamos. Son
campos a los que pertenecemos todos por igual, vivos y muertos, conocidos y
desconocidos. Tal como lo explica la física cuántica, todos estamos
interconectados.

La Hellinger Sciencia descubre y describe los principios sistémicos que permiten


que fluya el éxito en todos los aspectos de la vida.

En la Revista Hellinger de marzo 2007, Bert Hellinger escribe:

"La Hellinger Sciencia lleva consigo una dimensión suplementaria, la dimensión


espiritual que nos empuja más allá de los conocimientos directamente
comprensibles respecto a los órdenes y desórdenes en nuestras relaciones.
Únicamente a través de aquella dimensión se puede percibir su sentido universal y
los efectos que de ella emanan en todos los ámbitos de la existencia.

¿Qué es este conocimiento del espíritu y cuáles son sus dimensiones? La


observación es la herramienta para descubrirlo y detectar sus efectos: nada de lo
que existe se mueve por sí solo. Todo es movido por algo que viene de más lejos.
Aún si aparentemente algo se mueve por iniciativa propia, al igual de todo lo que
vive, su movimiento no puede originarse en sí mismo. Cada movimiento, tratándose
de todos los seres vivos, se inicia en un movimiento de afuera y sigue movido por
él ininterrumpidamente a lo largo de lo que dure su vida.

Algo más pide un instante de reflexión.

Cada movimiento, sobre todo cada movimiento vivo, es un movimiento consciente.


Esto presupone una conciencia presente dentro de aquella fuerza que lo mueve
todo. En otros términos: cada movimiento es un movimiento intencional. El
movimiento se mueve por ser así la intención de aquella fuerza, obedeciendo al
modo como esta fuerza lo pide.
¿Entonces, qué hay en el origen de todo movimiento?

Un pensar, que lo piensa todo tal como es."

En ese pensar está el origen de toda sanación.

Y reconocer las cosas como son y asentir a todo como es permite sintonizar con
ese pensar y su fuerza sanadora.

Habla, sin nombrarlo, del movimiento del espíritu desde el año 2002: el campo está
movido por campos de fuerzas dirigidas por el gran Alma, el constelador no debe
hacer nada, ni querer nada, sino permitir que actúen estas fuerzas. Una y otra vez
repite la necesidad de dejar hacer y del peligro que representa para el constelador
actuar demasiado. Habla de las Nuevas Constelaciones o Constelaciones del
Espíritu más o menos desde el 2007, constelaciones en las que la fuerza sanadora
viene del Movimiento del Espíritu y no del constelador.

Sin embargo, no conseguirá ponerlo suficientemente en práctica, ya que en 2009


tiene un pequeño accidente que le origina un corte en la frente, del que hace la
lectura “el corte entre hacer y dejar hacer”.

Unos meses más tarde, el mensaje se vuelve contundente: a finales de 2010, tras
varias enfermedades graves que le impiden constelar durante varios meses,
comprende ya con claridad lo que se le pide: dejar de USURPAR el papel del
movimiento del espíritu durante el desarrollo de las constelaciones.

En 2013 da un nuevo nombre a las constelaciones del “dejar hacer”: Constelaciones


Familiares Mediales. En ellas, el centramiento del constelador es lo decisivo: está
conectado con algo más grande, no pregunta, no necesita tema para tratar. Al
sentarse la persona a su lado, a menudo recibe la información, todo está ahí, no se
necesita desarrollo, sólo lo que el instante presente muestre: salen algunos
representantes, sin identificar la mayoría, se dejan mover en silencio, y al cabo de
un tiempo el constelador siente que es suficiente, que la energía se retira. La
constelación se detiene aun cuando aparentemente no se ha resuelto nada todavía.
Y la potencia de los resultados está ahí.
SUS PRINCIPALES INFLUENCIAS

Bert Hellinger considera a sus padres y a su niñez en casa como la primera y


principal influencia en todo su trabajo. Una fé muy personal y una gran cultura alejó
a toda su familia de las creencias del Nacional Socialismo. Debido a sus repetidas
ausencias a las reuniones de la organización de Hitler para la juventud y su
participación en una organización ilegal católica para la juventud, Bert Hellinger fue
clasificado por la Gestapo como "Sospechoso de ser un enemigo del pueblo ". Su
salvación de caer en manos de la Gestapo fue paradógicamente posible cuando fue
reclutado por las fuerzas armadas. Con tan sólo 17 años, se hizo soldado, donde
vivió la realidad del combate durante un año, luego fue prisionero de guerra en un
campo americano de prisioneros en Bélgica.

La segunda influencia importante es que ya en su niñez con certeza deseaba ser


sacerdote. A los 20 años, inmediatamente después de escapar del campo de
prisionero, entró en una orden religiosa católica y empezó un nuevo y largo proceso
de purificación silenciosa de cuerpo, mente y espíritu; estudiando, contemplando y
meditando.

Sus 16 años en Sudáfrica como misionero entre los Zulú también dejaron huellas
profundas en su trabajo. Allí dirigió un gran internado donde enseñaba también y al
mismo tiempo era el cura de una parroquia. Dice con satisfacción que el 13% de
todos los negros sudafricanos, que asistian a la universidad en Sudáfrica en ese
tiempo, habían sido estudiantes de esta escuela misionera. Aprendió la lengua Zulú
lo suficiente como para dar clases y dirigir la escuela. También cuenta divertidas
anécdotas acerca de la cortesía y dignidad de los Zulú como p.e. cuando dijo algo
grosero sin saber lo que decía. Con el tiempo empezó a sentirse como en casa con
ellos, hasta donde es posible para un europeo. El proceso de dejar una cultura para
vivir en otra, formó sus conocimientos en la relatividad de muchos valores culturales.

En esos años Hellinger ya hizo notar su gran capacidad de percibir sistemas de


relaciones interpersonales. Asi llegó al enfoque de su trabajo posterior, al
descubrimiento que a pesar de la diversidad cultural hay una gran concordancia en
las experiencias profundamente humanas. Vio que muchos de los rituales Zulú y
sus costumbres tenían una estructura y una función similar a los elementos de la
misa católica, señalando las experiencias comunes humanas, por eso logró integrar
la música Zulu y su ritual dentro de la misa católica. De esos años quedó la
comprensión de ideas fundamentales: “Hay diferentes maneras equivalentes de
hacer las cosas”. y “Lo Sagrado es omnipresente”.

Otra influencia importante fue su participación en un curso inter-racial y ecuménico


de dinámica de grupo, dirigido por Clérigos Anglicanos. Ellos trajeron de América
una nueva forma de trabajar en grupos, la Dinámica de Grupo, que valoraba el
dialogo, la fenomenología y las experiencias individuales humanas.

Bert Hellinger experimentó por primera vez una nueva dimensión de cómo cuidar
de las almas. Cuenta como uno de los instructores le preguntó en el grupo, "¿Qué
es más importante para ti, tus ideales o la gente? ¿Cuál sacrificarías?" Hellinger
pasó la noche sin dormir, debido a la profundidad de la pregunta. Hoy dice, "Le estoy
muy agradecido por haberme hecho esa pregunta. De alguna forma esta pregunta
cambió mi vida. Pues esa orientación fundamental hacia los hombres ha dirigido
todo mi trabajo desde entonces. Una excelente pregunta digna de todo."

Su decisión de dejar la orden religiosa después de 25 años fue en común y amistoso


acuerdo. Describe cómo gradualmente se dio cuenta de que ser sacerdote no era
la expresión más apropiada para su crecimiento interno. Volvió a Alemania y
empezó su formación psicoanalítica en Viena, conoció a su primera esposa, Herta.

El Psicoanalisis fue entonces otra influencia importante. Asi como lo hacía con todo,
se metió de lleno en su estudio psicoanalítico, leyendo la obra completa de Freud y
mucha literatura relevante. Pero cuando su instructor le dio una copia de Janov's
Primal Scream se dio cuenta de que un libro no era suficiente y que quería saber
más de esto, no le bastó sólo leerlo sino que también quería llegar más lejos . Visitó
a Janov en los Estados Unidos, y luego terminó un entrenamiento completo. La
comunidad psicoanalítica en Viena estuvo menos entusiasmada con respecto a esta
manera de incluir una terapia con enfoque corporal que él había aprendido, y de
nuevo se preguntó : ¿Qué es más importante, lealtad a un grupo o el amor a la
verdad o a la pregunta? El amor a preguntar con libertad ganó, y una separación
del Psicoanálisis se hizo inevitable, no obstante se calificó más tarde para entrar en
un instituto diferente. Su habilidad en la psicoterapia con enfoque corporal le recordó
de una u otra manera que debía permanecer como un elemento esencial en su largo
trabajo que después de su asociación con Janov empezó a dar frutos.

Así muchas escuelas terapéuticas tuvieron una gran influencia en su trabajo. Entre
ellas se puede contar la orientación fenomenológica de la Dinámica de Grupo de los
Anglicanos, la necesidad fundamental de los seres humanos de alinearse con las
fuerzas de la naturaleza que aprendió de los Anglicanos y de los Zulú en Sudáfrica;
el Psicoanálisis que aprendió en Viena, y el trabajo del cuerpo que aprendió en
América.

Desarrolló un interés especial por la Terapia Gestalt a través de Ruth Cohen y


Hilaron Perzold. Conoció a Fanita English durante este periodo, y a través de ella y
con el trabajo de Eric Berne, se introdujo en el Análisis Transaccional. Junto con su
esposa Herta, integró lo que él ya había aprendido de la Dinámica de Grupo y el
Psicoanálisis con la Terapia Gestalt, Terapia Primal y Análisis Transaccional. Su
trabajo con el análisis de « guiones » le permitio descubrir que algunos de esos
guiones pasan de generación en generación y se manifiestan en las familias. Las
dinámicas de identificación también se hicieron más notables durante este periodo.
El libro de Ivan Boszormenyi-Nagy - Invisible Bonds (Vínculos Invisibles), su
reconocimiento de las lealtades ocultas y su necesidad de mantener un equilibrio
entre dar y tomar en familias, también han sido importantes.

Se capacitó en Terapia Familiar con Ruth McClendon y Leslie Kadis. Ahí fué donde
por primera vez conoció las constelaciones familiares. "Yo estaba muy
impresionado por su trabajo, pero no podía entenderlo. Sin embargo, decidí que yo
quería trabajar sistémicamente. Después empecé a pensar en el trabajo que había
estado haciendo y me dije, también es bueno. No voy a renunciar a eso antes de
que realmente haya entendido la Terapia Sistémica Familiar. Asi que seguí
haciendo lo que había hecho. Un año después pensé de nuevo en eso, y me
sorprendí de descubrir que estaba trabajando ya de una manera sistémica."

Tiene una capacidad natural de lanzarse a situaciones totalmente nuevas, y de


sumergirse en ellas, además de eso aprendió que cuando algo ya lo tiene dominado,
tiene que entrar en otras cosas. Ciertamente tiene sus experiencias tempranas, pero
no se fija en nada sin vérificación empírica. Esa es la única protección ante la
seducción de falsas autoridades. Su insistencia en ver lo que realmente es, es lo
opuesto a aceptar ciegamente lo que se nos ha dicho, combinado con la constante
lealtad y confianza en su propia alma; todo esto es el fundamento en la construcción
de este gran trabajo.

En conclusión, él es el “último empírico”.

Su compañero filosófico en este largo camino ha sido Martin Heidegger: la


búsqueda profunda de Heidegger por las verdaderas palabras que resuenan en el
alma, tiene su correspondencia cuando los clientes tienen que decir frases en las
constelaciones que anuncian el cambió para algo mejor, señalando el flujo renovado
del amor.

La última influencia o quizás su mejor compañero es el amor por la música alemana.


Especialmente la ópera, y dentro de ella Wagner.

http://www.insconsfa.com/art_biografia_hellinger.php
http://www.insconsfa.com/hellinger_biografia.php

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