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Héctor Samour
Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas"
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All content following this page was uploaded by Héctor Samour on 23 October 2017.
E
n el campo de la ciencia eco- de los resortes fundamentales que
nómica, Marx es considerado mueven la historia humana. Cierta-
parte de la gran tradición clá- mente Marx se equivocó en algunas
sica de la economía política inglesa, cosas, pero ese hecho no quita a
que va desde Petty hasta Ricardo, e sus teorías económicas el carácter
introdujo en el acervo intelectual de ciencia, aunque sí es incompa-
de la humanidad —a pesar de sus tible con una idea del marxismo
ambigüedades— otro concepto como revelación o como dogma
de ciencia, más general y realista infalible.6
que el del positivismo filosófico, El paradigma económico mar-
con una capacidad incomparable xista supera a la economía política
de aprehender y comprender uno clásica en cuanto llega al fondo de
P
recisamente por la búsque- recuperar, reformular, enriquecer
da de herramientas teóri- y transformar aquellos aportes del
cas que nos permitan dar marxismo que puede ser insumos
cuenta de los problemas que valiosos para configurar instrumen-
hoy confrontamos en la búsque tos teóricos y políticos críticos y
da de una nueva civilización más transformadores, y dejar atrás todas
equitativa, democrática y ambiental- aquellas formulaciones, propuestas
mente sustentable, se hace necesa- y perspectivas que están inevitable-
ria una crítica al marxismo a partir mente enraizadas en la matriz de la
de los debates epistemológicos y modernidad eurocéntrica, que hoy
políticos actuales, y de los proble- está en crisis.
mas y retos que hoy confrontamos. Marx construye su elaboración
Solo así estaremos en situación de teórica apelando preponderamente
L
a crisis que enfrenta actual- tuación en que las expectativas de
mente la sociedad capitalista la mayoría no pueden satisfacerse
contemporánea abre posibi- en virtud de la lógica del sistema.
lidades para implementar un pro- Ahora bien, afirmar esto no implica
yecto humanista y alternativo a la necesariamente crisis del capitalis-
globalización neoliberal, que supere mo, que es algo muy distinto. Esta
el “mal común” que la caracteriza y expresión carece de sentido hasta
promueva la construcción histórica que llegue el momento en que las
de una nueva civilización, ya no fuerzas antisistémicas dispongan de
regida por las leyes del capital, que proyectos alternativos coherentes y
incluya a todos en sus beneficios, factibles32.
garantice de modo estable la satis-
Según esto, la transformación
facción de las necesidades básicas
de la sociedad mundial actual hacia
y haga posible las fuentes comunes
otra distinta que la sustituya puede
de desarrollo personal y las posibi-
ir en direcciones imprevisibles. Se
lidades de personalización. Se trata
puede salir de la transición del ca-
de pasar de una civilización que
pitalismo histórico a otro sistema,
hace de la acumulación del capital
con un nuevo sistema igualmente
el motor de la historia, de su pose-
asimétrico e inequitativo, o bien
sión y disfrute elitista el principio
con un sistema realmente equitati-
de humanización, y del derecho
vo y democrático. Pero el que esto
de todos a derecho de unos pocos,
último se dé dependerá, en parte,
a una civilización de la austeridad
de que surjan fuerzas antisistémicas
compartida, una “civilización de
capaces de organizar una estrategia
la pobreza” o del trabajo, como la
significativa y relevante de cambio y
llamaba I. Ellacuría.31
se elabore, asimismo, un renovado
La tarea hoy es la tarea de ima- pensamiento crítico que, partiendo
ginar, y tratar de crear, esa nueva de la negatividad de la situación y
civilización, porque, como ya lo de la necesidad de superarla, posi-
apuntamos, no hay ninguna certeza bilite la generación de soluciones,
de que el paso de una totalidad his- tanto coyunturales como estructu-
tórica a otra distinta traiga otra me- rales, en todos los ámbitos de la
jor en términos humanos y liberado- realidad histórica. De lo que se trata
res. Según Samir Amin, la sociedad es de contribuir a diseñar y a reali-
capitalista está claramente en crisis, zar históricamente las instituciones
si definimos “crisis” como una si- concretas por medio de las cuales
NOTAS
4
1
Cf. N. Lechner, “Un desencanto lla- J. A. Estrada, “¿Crisis del marxis-
mado postmodernismo”, en AAVV, mo?: crisis de la Ilustración”, Pensa-
Debates sobre Modernidad y Post- miento (150), 1982.
modernidad, Editores Unidos Nariz 5
Cf. I. Ellacuría, “La desmitificación
del Diablo, Quito, 1991, pp. 31-55; del marxismo”, en Escritos Políticos,
S. Castro-Gómez, “Los desafíos
2ª edición, UCA Editores, San Sal-
de la postmodernidad a la filosofía
vador, 2005, pp. 282-292.
latinoamericana”, Disenso, No. 1,
6
Tübingen, 1995, pp. 270-286. L. de Sebastián, “Karl Marx econo-
2 mista”, revista ECA (421-422), 1983,
Cf. J. A. Nicolás, “Alternativas
pp. 934-935.
actuales a la crisis de la metafísica
moderna”, Realidad. Revista de 7
J. Schumpeter, Diez grandes econo-
Ciencias Sociales y Humanidades, mistas, Alianza Editorial, Madrid,
No. 96, UCA, San Salvador, 2003, 1971, pp. 49 ss.
pp. 765-787. 8
Cf. E. Menéndez Ureña, Karl Marx,
3
Cf. H. Foster (editor), La posmoder- economista, Madrid, 1977, p. 34.
nidad, Editorial Kairós, Barcelona, 9
1985; G. Vattimo y otros, En torno Cf. R. Rosdolsky, Génesis y estructu-
a la posmodernidad, Anthropos, ra de El capital de Marx, 2a edición,
Barcelona, 1994; M. Berciano V., Siglo XXI Editores, México, 1979,
Debate en torno a la posmodernidad, pp. 336 ss.
Editorial Síntesis, Madrid, 1998, J. 10
Cf. J. Schumpeter, ob.cit, pp. 103-
A. Nicolás y María J. Frápolli (edi- 104.
tores), Evaluando la modernidad,
11
Editorial Comares, Granada, 2001; Cf. L. de Sebastián, ob.cit., p.944;
J. L. Rodríguez G., Crítica de la ra- R. Rosdolsky, ob.cit., p. 343ss; P.
zón postmoderna, Biblioteca Nueva, Sweezy, “La revolución permanen-
Madrid, 2006. te”, El País, 13 de marzo de 1983,