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NOMBRE DE LA MATERIA: INTRODUCCION AL ESTUDIO DEL DERECHO.


NOMBRE DEL MAESTRO: LIC. CELSA JULIANA ROMANA ACEVEDO.
NOMBRE DEL ALUMNO: CONTRERAS SANTIAGO OSTYN ALFREDO.

EL MATRIMONIO.

Concepto de matrimonio
Es la unión voluntaria y libe de un hombre y una mujer con igualdad de derechos y
obligaciones con las posibilidad de procreación de hijos y de ayudarse mutuamente
en cualquier condición contraria a estas finalidades se tendrá por no puesta, es decir
que no es válida.

Evolución Histórica

Es necesario hacer en forma breve un recuento de la evolución histórica del


matrimonio, especialmente porque de ella puede apreciarse el profundo significado,
que esta institución ha tenido a través de la existencia dela Humanidad.
Sojo Bianco, divide en cuatro períodos la historia del matrimonio, y aclara que no
necesariamente ha sido exactamente igual en todas partes y hace el enfoque desde
el punto de vista del Hemisferio Occidental. Estos son: Período Primitivo; Período
del Derecho Romano, Período del Cristianismo y Período Contemporáneo.

1.- En efecto, debe admitirse, que el matrimonio, para llegar a su estructura actual,
ha debido sufrir un largo proceso de evolución y perfeccionamiento, a partir de la
época más primitiva de la humanidad, cuando parece ser que era práctica corriente
la unión del hombre con varias mujeres (poligamia), sin descartar la situación
contraria, es decir, la unión de una mujer con varios hombres (poliandria), aunque
no existen muchos ejemplos de esto último. Hoy se conserva la poligamia entre los
mahometanos, con tendencia a desaparecer. El cese de la vida nómada origina un
fenómeno de gran interés en la vida del hombre primitivo. El apareamiento del
hombre y la mujer deja de ser un hecho circunstancial y la vida de la pareja se
estabiliza en busca de soluciones a sus necesidades vitales y así surgen nuevas
formas de comportamiento que derivan en la formación del núcleo familiar, el clan,
la tribu y mucho más tarde el estado, como organizaciones que van a responder a
las cada vez más crecientes necesidades del hombre.

2.- Con el Derecho Romano el matrimonio empieza a perfilarse hacia su actual


estructura. Durante la etapa del Derecho Romano Arcaico, se conserva el
matrimonio de hecho, pero el extraordinario criterio jurídico de este pueblo, confiere
a esta unión una significación especial, desde el punto de vista espiritual. Es así que
si bien se tiene en cuenta el elemento material configurado por la deducción de la
esposa in dominis mariti, o sea, el traslado de la esposa a la casa del marido para
iniciar la cohabitación, se le da mayor relevancia al aspecto espiritual, a la intención
de quererse y permanecer unidos para toda la vida, denominada afectio maritales,
cuya importancia es tal que su extinción provocaba la disolución del vínculo
matrimonial. Así pues, el consentimiento matrimonial romano debía renovarse día a
día. En consecuencia, aunque no indisoluble y es en este sentido como debe
entenderse la definición de Modestito, que en el Digesto, señaló que el matrimonio
es “unión del hombre y la mujer; consorcio para toda la vida; comunidad de derechos
divinos y humanos”.
La expansión de Roma, la vida licenciosa a que se entregaron los conquistadores y
el contacto con otros pueblos y costumbres, hacen que cada día se relaje más el
matrimonio y aumenten el divorcio y el adulterio, al punto que las reformas religiosas
impuestas bajo Augusto, con las Leyes Julia Maritandis y Papia Popea, no son
suficientes para corregir tales vicios.
Ante esta situación, el Cristianismo emprende la tarea de reivindicar la institución
del matrimonio, llegando a imprimirle una profunda transformación, rechazando el
divorcio y dignificando a la mujer.

3.- El período del Cristianismo, dentro de la historia de la evolución del matrimonio,


puede separarse en dos etapas: la anterior al Concilio de Trento y la que sigue a
éste. La primera se inicia hacia el siglo IX, cuando comienza tímidamente a ser
regulado el matrimonio por normas cristianas, siendo de señalar que éstas no se
aplican por igual en todas partes ni son rigurosamente ordenadas. El proceso de
estructuración de estas normas hubo de ser lento y gradual, acentuándose a medida
que la iglesia va ganando adeptos para imponer sus puntos de vistas al poder
secular. Para el siglo X ya se reconoce que es la Iglesia la única fuente de autoridad
en materia de matrimonio y en el siglo XII llega a establecerse de manera uniforme
el pensamiento canónico respecto a la naturaleza del vínculo matrimonial y a la
forma de constituirlo, para culminar con el Concilio de Trento (1542-1563), por el
cual se establece que toda la materia relativa a la institución del matrimonio queda
regida por normas del Derecho canónico y se afirma que es de la sola competencia
dela Iglesia cuanto concierne al estado y condición de las personas.
El matrimonio es elevado a la dignidad de sacramento solemne, la unión de los
esposos es la imagen de la unión de Cristo con su Iglesia y como tal indisoluble “Lo
que Dios une, el hombre no lo puede separar”. Así pues si bien el vínculo nace de
la libre voluntad de los contrayentes su consagración ante la Iglesia lo eleva a la
categoría de sacramento indisoluble.

4.- Esta hegemonía dela Iglesia en lo concerniente al matrimonio, se mantiene


durante toda la Edad Media y sólo comienza a decrecer durante el Siglo XVI, sin
que pueda señalarse un momento exacto de su desaparición, ésta se acentúa a
medida que surgen los Estados Modernos aunados a la influencia del movimiento
dela Reforma, iniciada por Martín Lucero en Alemania y que pronto se extiende a
todo el mundo cristiano. Para este monje agustino, el matrimonio no es indisoluble;
puesto que no es un sacramento, “sino una cosa mundana, externa, como el
vestido, la comida y la casa” y, en consecuencia no debe estar regulado por la
Iglesia sino exclusivamente por la autoridad secular.
En Holanda, hacia 1580, ya aparece el matrimonio civil para que puedan legalizar
su unión aquellos no afiliados a la Iglesia Católica y de esta manera el Poder Civil
va reivindicando para sí lo concerniente al matrimonio, variando desde luego en los
diferentes países según varía en ellos la influencia dela Iglesia. En Francia
igualmente aparecen en el Siglo XVI Ordenanzas que atribuyen al Estado
jurisdicción sobre algunas causas matrimoniales, sustrayéndolas de los Tribunales
Eclesiásticos, para culminar con la Revolución francesa, cuando la Constitución de
1971 proclama el principio de que el matrimonio es un es un estado civil y no
religioso, cuya regulación por tanto corresponde exclusivamente al poder civil; debe
celebrarse ante la autoridad civil y registrarse en los libros correspondientes.
Se debe acotar igualmente, que ya en Inglaterra en el Siglo XVIII se había
establecido el matrimonio civil obligatorio, así como en Holanda y Alemania, pero
es, sin duda, con la Revolución Francesa, como se extiende a todo el mundo
católico el matrimonio civil.

Derechos y deberes de los cónyuges:


A). Deber de fidelidad (aspecto civil porque es castigado por la ley y moral porque
va en los principios de cada persona)
B). Deber de cohabitación (debe tenerse una vida matrimonial normal tal que siendo
el marido el que se traslada, por Ejemplo, la mujer debe seguirlo).
C). Elección de domicilio conyugal (antes se realizaba solo por parte del hombre
pero en la actualidad se hace conjuntamente).
D). Deber de asistencia (los cónyuges se deben auxilio, solidaridad y tolerancia
Mutua)
E). Deber de protección (los cónyuges se deben solidaridad y protección tanto moral
como física).
F). Contribución a los gastos del hogar (antes los gastos eran pagados por el
hombre pero desde que la mujer comienza a trabajar se compensa con el
Cuidado a los hijos y al hogar)
G). Apellido del marido (no es obligación en la actividad la firma con el apellido del
marido sino optativo, se puede seguir firmando con el apellido de soltera).

Requisitos de fondo para contraer matrimonio.


a) Edad: La regla general es que ambos contrayentes deben ser mayores de
edad. Las excepciones se presentan en los caso en que los contrayentes son
menores de edad, los que podrán contraer matrimonio cuando; primero,
ambos cuenten con 16 años cumplidos, y, segundo, cuando cuentan con 14
años o menos, si la contrayente si la contrayente se encuentra en estado de
gravidez.
b) Consentimiento: Consiste en la manifestación libre del acuerdo de voluntad
para contraer matrimonio, sin el cual el matrimonio invalido o inexistente.
Para los mayores de edad, basta con hacer expresa su voluntad de contraer
matrimonio libre de violencia y vicios en el consentimiento.
Sin embargo, cuando se trata de menores de edad, siempre y cuando
cuenten con 16 años cumplidos, estos deberán obtener el consentimiento de
los que ejerzan la patria potestad o de su tutor, y a falta del consentimiento
de estos, deberán contar con el consentimiento del juez de la familia, el que
decidirá atendiendo a las circunstancias de cada caso.
c) Diferencia de sexos: Aun cuando no se haga de manera expresa, la ley exige
que el matrimonio sólo se dé entre un hombre y una mujer, ya que esa es
una institución creada precisamente para regular la relación sexual entre
personas de distinto sexo. Así en nuestro sistema social y jurídico no caben
las especulaciones dadas en otras latitudes sobre la posibilidad del
matrimonio entre personas del mismo sexo, pues la procreación ha sido
considerada como uno de los fines principales del matrimonio. Aunque la
capacidad para procrear no sea indispensable -piénsese en personas de
edad avanzada que efectúan el acto matrimonial- aquel fin en ningún caso
podría alcanzarse entre personas del mismo sexo, aunque tuviera lugar la
comunidad de vida íntima, típica del matrimonio. Los individuos que por
malformaciones fisiológicas no son aptos para la relación sexual, tampoco lo
son para contraer matrimonio; tal ha sido la opinión de la jurisprudencia y la
doctrina.

Requisitos de forma para contraer matrimonio.


a) Los contrayentes deben presentarse y celebrar el matrimonio ante el juez del
registro civil, que es la autoridad administrativa competente para celebrar los
matrimonios.
b) Los contrayentes deben presentar, al juez del registro civil, un escrito que
debe contener:

1) Los nombres, apellidos, edad, ocupación y domicilio de los pretendientes,


así como el nombre y apellido de sus padres.
2) Los nombres, apellidos, edad, ocupación y domicilio de los testigos,
quienes declararan conocer a los contrayentes y que no conocen ningún
impedimento para que contraigan matrimonio.
3) Declaración de no tener impedimento para contraer matrimonio.
4) Manifestación de su voluntad para contraer matrimonio.
5) El escrito deberá estar firmado por los solicitantes y además tener impresa
su huella digital.
c) A la solicitud o escrito presentado por los contrayentes, estos deberán
anexar:

1) El acta de nacimiento o cuando no cuenten con estas, el certificado


médico que certifique su edad cuando sea notorio que son menores de
16 años.
2) Si son menores de 16 años o menores de 14 años deberán anexar la
constancia de que otorgan el consentimiento para celebrar el matrimonio
por parte de quien tiene la patria potestad.
3) Un documento público que identifique a cada uno de los contrayentes.
4) Las capitulaciones matrimoniales y el convenio que los contrayentes
celebraran respecto a sus bienes presentes y los que se adquieran:
sociedad conyugal o separación de bienes.
5) Acta de defunción del conyugue fallecido, si alguno de los contrayentes
es viudo.
6) En su caso, copia de la resolución de la sentencia de divorcio o de nulidad
de matrimonio, en caso de que alguno de los contrayentes hubiese sido
casado con anterioridad.
7) El certificado médico de salud.
8) Copia de la dispensa de impedimentos, si los hubo.
d) El juez del registro civil elaborara y levantara, de inmediato, el acta de
matrimonio.
Impedimentos.
a) La falta de edad.
b) La falta de consentimiento.
c) El parentesco pos consanguinidad directa.
d) El parentesco por afinidad en línea recta sin límite de grado.
e) El parentesco en línea colateral.
f) El adulterio entre las personas que quieren contraer matrimonio, siempre que
el adulterio se haya comprobado judicialmente.
g) El atentado contra la vida de uno de los miembros de un matrimonio
preexistente para contraer nupcias con otra persona o con el que quede libre.
h) La impotencia incurable para la copula.
i) Padecer una enfermedad crónica e incurable, que sea además, contagiosa
o hereditaria.
Régimen de sociedad conyugal.
Es aquella sociedad de bienes que se forma entre los conyugues por el solo hecho
del matrimonio y a falta de pacto de régimen de separación total de bienes o de
participación en las gananciales.
Este es el régimen de aplicación general en nuestra legislación, es decir, si los
contrayentes no pactan un régimen distinto al momento de la celebración de
matrimonio, se entiende que se adquiere por el solo hecho de celebrarse el
matrimonio.
En términos prácticos la sociedad conyugal consiste en la fusión de los patrimonios
del marido y de la mujer en uno solo y que administra el marido. Desaparece la
mujer como propietaria y administradora de sus bienes, a no ser que ejerza una
industria, profesión o empleo separada de su marido, caso en el que se entiende
que tiene un patrimonio reservado.
Este régimen se compone, en términos generales, de lo siguiente:
- Todos los dineros que cualquiera de los conyugues aporten al matrimonio o
que durante la vigencia del matrimonio estos adquieran.
- El aporte de bienes muebles adquiridos antes del matrimonio.
- Todos los bienes raíces que cada conyugue adquiera dentro del matrimonio
mediante una compraventa con dineros propios.

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