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“El diagnóstico y manejo del duelo en niños y adolescentes en la práctica pediátrica

Reconocimiento y manejo”.

Apa:

Lozano, L. M. (2008). El diagnotico y manejo del duelo en niños y adolescentes en la practica


pediatrica Reconocimiento y manejo. CCAP Volumen 8 Número 3.

Síntesis:

La muerte de un padre es una pérdida traumática que puede poner en riesgo el sentido de
seguridad del niño y tener efectos adversos como quejas somáticas, problemas en el rendimiento
académico, conflictos sociales por aislamiento y expresiones psicológicas como depresión,
ansiedad, síntomas de estrés postraumático, duelo traumático y autoestima baja. Estas son
señales de un duelo en elaboración o un duelo mal elaborado.

Los niños expresan inicialmente temor, confusión y escepticismo, pero no todos los niños se
expresan de la misma forma, ya que según su comprensión de la muerte y su nivel de desarrollo
pueden tener manifestaciones distintas.

Duelo no complicado:

Proceso por el cual niños y adultos se ajustan a la pérdida de lo amado. Tiene mucho en común
con la depresión (tristeza, dificultades de sueño, pérdida del apetito, ausencia de interés en las
actividades normales y falta de concentración).

Duelo complicado:

a) Estrés por la separación afectiva que conlleva la muerte.


b) Estrés por el trauma psíquico que supone la muerte.
c) Sintomatología presente, aun seis meses después del deceso.
d) Importante deterioro de la vida social, laboral u otras actividades significativas de la
persona en duelo.

Comprensión de la muerte en niños entre los 6 y 8 años: la muerte se personifica y aparece como
algo externo, con causas determinadas, aunque al niño le resulta difícil imaginar su muerte o la de
sus padres.

Comprensión de la muerte en niños entre los 9 y 10 años: los niños saben que la muerte es
inevitable y que puede sucederles a ellos. Presentan sentimientos de fragilidad

Comprensión de la muerte en niños de los 11 años en adelante: los niños desarrollan su propia
filosofía de la vida y, en consecuencia, cambian su actitud frente a la muerte. El adolescente ya
comprende lo que significa la muerte para su vida futura, pero puede angustiarlo y obsesionarlo,
provocando conductas agresivas e inadaptadas en un intento de negación de la realidad.

Manifestación del duelo entre los 9 y 10 años: Las preguntas acerca de la muerte pueden reflejar
curiosidad o señalar ansiedades acerca de la “responsabilidad” por la muerte de la persona
cercana. Puede presentarse ansiedad por separación y preocupaciones acerca de la vulnerabilidad
de los otros miembros de la familia.
Duelo traumático complicado: Se ha descrito como una condición en la cual los niños pierden al
ser amado bajo circunstancias traumáticas, desarrollando síntomas que chocan con su habilidad
normal para negociar el proceso normal de duelo. Los síntomas asociados son similares a los que
se ven en el trastorno de estrés postraumático (reexperimentación de muerte traumática,
recuerdos intrusivos, evitación de los recuerdos del trauma y/o hiperalertamiento fisiológico y
psicológico). En cuanto al tratamiento, se han planteado dos enfoques que han mostrado
resultados similares en la práctica: Intervención enfocada en el trauma

Aportes teóricos clásicos a la conceptualización del duelo:

Jhon bowlby (1960): La ansiedad se debe a que el niño teme sufrir una nueva pérdida, lo que lo
hace más sensible a toda separación de la figura que desempeña las funciones maternales. Por
esto, destacó la importancia de asesorar a los padres con el fin de que puedan ayudar a sus hijos
en la elaboración del duelo.

Margaret Mahler (1961): Consideró el proceso del duelo como una parte integral del desarrollo
del “yo”, concibiéndolo como una “reacción básica” y explicando que el “yo” emerge desde la fase
indiferenciada a la de diferenciación.
Especificidad del duelo en la infancia

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