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Los hombres anoréxicos y sus primos bulímicos

A través de estos aspectos es que el enemigo logra neutralizar a la mayoría de los hombres cristianos.
Utiliza esta tercera estrategia con eficacia mortífera alejando al hombre de las disciplinas espirituales que
lo mantendrán preparado y en guardia para la batalla espiritual, es aquí donde Satanás trata de impedir
que el hombre alcance todo su potencial. Si no ponemos atención a estos dos aspectos, nuestro impacto
será insignificante, en el hogar y en la iglesia, al enemigo no le preocupa que tú seas espiritualmente
activo. Lo que no quiere es que seas espiritualmente efectivo, la actividad espiritual no es sinónimo de
efectividad espiritual.

Los hombres anoréxicos y sus primos bulímicos parte dos

La anorexia nerviosa es el enriquecimiento excesivo del cuerpo causado por la repugnancia emocional o
psicológica a comer y beber esta afección se da predominantemente en mujeres cuyo peso corporal
puede reducirse la mitad de lo normal, pero también existe lo que podríamos llamar anorexia espiritual y
el enemigo ha tenido un éxito increíble propagándola en el reino espiritual.

Miles de hombres cristianos sufren de anorexia espiritual y esta es la razón por la por la que son nulos en
cuanto a liderazgo en el hogar. La anorexia espiritual es la versión a leer la palabra de Dios. Las palabras
de Jesús en Mateo 4:4 lo confirman: no sólo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la
boca de Dios.

George Gallup el famoso encuestador, fue entrevistado por la revista leadership y le preguntaron si
alguna de las encuestas que había hecho lo había sorprendido. Su respuesta fue Sí, me sorprende el
escaso nivel de conocimiento bíblico. Comprobar que sólo el 42% las personas saben que Jesús fue quien
pronunció el sermón del monte, no hay duda que la Biblia no está siendo leída, es reverenciada pero no
leída. ¿Será posible que casi la mitad de los hombres cristianos que están llamados a guiar a sus familias
sean anoréxicos espirituales? probablemente todos le dirán que reverencian la palabra de Dios pero al
enemigo no le importa que tu reverencias la Biblia siempre y cuando no te alimentes de ella

Por varios años fui un anoréxico espiritual no crecía en mi vida espiritual y mi consumo de la palabra era
esporádico. Como resultado de esto hice el compromiso personal de comenzar cada día con la lectura de
la biblia y he venido haciendo esto desde hace ya varios años.

Yo conceptuó mi tiempo de lectura de la biblia cada mañana como un tiempo de recibir instrucciones,
antes de enfrentar el día necesito orientación del señor y este tiempo con la Biblia cumple varios
propósitos: 1. me recuerda que Dios te gobierna los asuntos de mi vida, 2. necesito recordar que es la
verdad y 3 la cita matinal fortalece mis convicciones.

Al leer y meditar en las escrituras nos obligamos a pensar en nuestras convicciones, quizás alguna de
ellas no concuerdan con la palabra de Dios y necesitan ser corregidas o tal vez hacemos concesiones en
las convicciones que hemos mantenido. Al acudir a las escrituras encontramos aliento para permanecer
firmes en la verdad y para no ceder en cuanto lo que la Biblia enseña. Cada día tenemos tomamos
decisiones basadas en nuestras convicciones, por esta razón resulta vital no dejar de tener esta cita
diaria, necesitamos provisión de Dios para tomar siempre las decisiones correcta.

Debemos alimentarnos con la palabra de Dios cada día, teniendo una dieta de vitaminas y minerales
espirituales, si queremos estar en buenas condiciones para la batalla, no podemos permitirnos ser
anoréxicos espirituales. Un hombre mal alimentado no sirve para nada en un combate cuerpo a cuerpo,
será presa fácil para el enemigo por no tener fuerzas

La bulimia es una enfermedad que consiste en comilonas recurrentes y compulsivas, seguidas de


vómitos autoprovocados o de purgación con laxantes, este desorden ataca normalmente a las mujeres
jóvenes, pero los hombres cristianos son particularmente propensos al contagio de la bulimia espiritual.

Espiritualmente hablando la bulimia consiste en leer o escuchar negligentemente la palabra de Dios sin
hacer de ella una aplicación personal. El peligro está en escuchar una serie de enseñanzas sin aplicar a la
vida las verdades escuchadas esto es bulimia espiritual. La bulimia espiritual es la aversión de aplicar a la
vida la palabra de Dios

Santiago 1:22 describe la bulimia espiritual cuando dice: pero sed hacedores de la palabra, y no
solamente oidores, engañándonos a vosotros mismos. El hombre que escucha la palabra de Dios ha
recibido conocimiento, pero esto no es la meta. La meta es aplicar la palabra de Dios obedeciéndola. Es
una necedad escuchar la palabra de Dios y no obedecerla. Obediencia significa que aplicó la palabra de
Dios a mi vida y circunstancias. Si no lo hago, entonces lo que hago es hartarme y vomitar, lo que estoy
haciendo es comer la palabra e ir corriendo después a un baño para vomitar las verdades espirituales
que acabo de escuchar

La alternativa a la anorexia y la bulimia


El salmo uno habla de la anorexia espiritual, el versículo 2 dice: Más bien, en la ley de Jehová está su
delicia, y en ella medita de día y de noche. Se establece un contraste entre el hombre justo y el hombre
impío.

El hombre justo no es anoréxico, sino que se deleita en recibir dirección clara de la palabra de Dios y esta
dirección divina le produce satisfacción.

La meditación requiere la lectura, pero es posible leer sin meditar, el énfasis aquí es leer con
entendimiento, reflexionar en el significado de lo que Dios dice en su palabra. El hombre que lo hace
entiende que la palabra de Dios es su fuente de instrucción y nutrición espiritual, rebosante de vitaminas
y minerales espirituales.

El antídoto contra la anorexia y la bulimia espiritual es la meditación bíblica, esta nos capacita para
digerir las verdades de la palabra de Dios. Algunas sugerencias de prácticas cuyo objetivo es darnos
tiempo para escudriñar la palabra de Dios y disfrutar de una ración alimenticia de sabiduría divina son: 1.
Leer toda la Biblia en un año. 2. Escuchar la biblia. 3. Comenzar un programa de memorización de las
escrituras. 3. Involucrarse en un grupo de estudio bíblico. 4. Formar un pequeño grupo para informar

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