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Tribuna Popular

El Socialismo no es una doctrina, ni una ideología


Contribuido por David Hernández Oduber
08.08.2007

El Socialismo no es una doctrina, ni una ideología En el siglo XXI las clases existen y están enfrentadas a pesar de los
deseos de la pequeña burguesía.Por: David Hernández OduberCuando Ud. sube en el microbús, en el metro usted
encuentra a las mayorías que no tienen poder, que no deciden. Que son movidas de un lado a otro en la búsqueda
incesante de satisfacer sus necesidades. Cuando Ud. recibe su sueldo semanal o mensual y Ud. Compara con todo lo
que trabajó y produjo en ese lapso, Ud. se da cuenta que a Ud. lo han robado y alguien se ha quedado con gran parte de
su tiempo de trabajo. Ud. a pesar de eso, cuando queda sin trabajo tiene que ir de portón en portón procurando encontrar
quien continúe robando gran parte de su tiempo de trabajo, con tal que le de un sueldito para comer. Ud. como la
mayoría de los venezolanos, para poder satisfacer necesidades básicas tiene que venderse. Pero, quien decide, sobre
su trabajo, sobre lo que Ud. produce, sobre las condiciones para satisfacer sus necesidades y las de toda la nación
venezolana. ¿Quién se apropia de su trabajo? ¿Quién es ese pequeño grupo de controladores de la vida de las
mayorías, que acumula los excedentes de la producción? Existen, tienen nombre y apellido, tienen mecanismos para
mantenerse con todo su poder, tienen sus medios para difundir sus ideas y hacernos pensar como ellos quieren. Tienen
mecanismos para infiltrar los diversos estamentos del gobierno y continúan manejando el Estado según sus intereses
a través de innumerables presiones y controles. Esa clase organizada que controla nuestras vidas es la clase capitalista
y esos que no podemos decidir y que no podemos resolver el conjunto de nuestras necesidades es la clase de los
productores, de los trabajadores. Si Ud. constata que esto existe y los interesados en cambiarlo somos los afectados, los
explotados y marginados del poder económico y de la capacidad de decidir sobre las relaciones de toda la sociedad,
estamos ante los hechos cotidianos e históricos que existen desde que se instrumentó sobre la tierra la explotación de la
mayoría de la humanidad por una minoría, no era un problema ni del siglo XX, ni del XXI, era un problema de la evolución
de la expropiación y control de una clase minoritaria sobre la otra ampliamente mayoritaria, dueña del trabajo. No
estamos pues, ni ante un dogma, ni ante una doctrina, estamos ante hechos que palpamos toda la vida y los
expropiados de nuestro trabajo somos los que podemos impulsar ese cambio, ya que es claro que los que se benefician
de esta situación no lo impulsarán, no se trata por tanto de proclamar a una vanguardia, sino de constatar quienes
somos los interesados en cambiar la sociedad y que además somos los únicos que tenemos la posibilidad de hacerlo,
porque somos los propietarios del trabajo, sea manual, informático o telemático, que genera todo lo que se produce en
esta sociedad. Adam Smith, Ricardo (liberales) sistematizaron la procedencia de las riquezas en las sociedades a partir
del trabajo y después Marx y Engels constataron y concluyeron en la existencia de leyes históricas que condicionan las
relaciones sociales y la posibilidad de emancipación de la humanidad. No son creadores, ni de doctrinas, ni de partidos, ni
de modelos sino que ayudaron a esclarecer lo que vivimos en nuestra cotidianidad y a develar que en las
contradicciones de ese sistema que vivimos y en la organización de los explotados está la única posibilidad de
cambiarlo y la sociedad que puede reemplazarlo es, lo que ya llamaban desde mucho antes que ellos, el Socialismo.
Basado, centralmente en la propiedad social de los medios de producción, en el ejercicio de la democracia real, a través
de la participación protagónica de todos los productores y consumidores en la toma de decisiones de lo que afecta la vida
de todos. Estamos en un debate nacional sobre como empezar a transitar hacia el Socialismo. Es por tanto el momento
en que la oligarquía, el reformismo y la pequeña burguesía generan toda una carga de elementos de distracción para
impedir centrar la discusión en los elementos fundamentales que deciden las condiciones y posibilidades del cambio.
Entrar en todas estas maniobras distractivas y en sus disputas, no es más que hacer el juego a aquellos que aspiran a
mantener la situación de explotación, a disfrazar cambios para que nada cambie, o la aspiración de la pequeña burguesía a
sustituir a la vieja oligarquía a fuerza de acumular, medrando del gobierno, como ha creado su riqueza la oligarquía
venezolana en el siglo XIX y más directamente de la renta petrolera en el siglo XX y lo que va del XXI. Siendo el tiempo
un continuo, base de la historia, no son los números romanos que pongamos al lado de cada siglo lo que modifica la
realidad de fondo de las relaciones sociales y el proceso de expropiación de los bienes públicos, es decir de la propiedad
social o el proceso de reapropiación de sus medios de producción por parte de la sociedad. Que si el Socialismo a
desarrollar en Venezuela es Bolivariano, Robinsoniano, Cristiano, Indoeuropeo, no marxista, ni leninista… El
socialismo no es una doctrina, es el establecimiento de unas nuevas relaciones de producción. Reemplazar el
capitalismo, es decir la economía de mercado, basado en el lucro y la explotación del trabajo para apropiarse de su
excedente, por unas relaciones de producción justas que pongan todo el esfuerzo productivo al servicio y beneficio de
toda la sociedad no es una doctrina, ni una ideología. Esas nuevas relaciones de producción expresan valoraciones,
aspiraciones, predicamentos que pueden coincidir con planteamientos Cristianos o Ateos, Bolivarianos, Robinsonianos,
Indígenas originarios, Afrodescendientes. Eso es una cosa. Pero que el Socialismo sea Cristiano, Bolivariano o Marxista
no pasa de ser una alusión metafórica y cuando se toma como una expresión realista no pasa de ser una mixtificación. El
mismo Marx señala que la ideología es la justificación encubridora y deformadora de la realidad. Desenmascarar la
ideología capitalista que predica la primacía del capital, haciéndolo aparecer como independiente del trabajo es tarea
fundamental de los constructores del Socialismo. Mostrar y ejercer la realidad de que toda generación de riqueza
proviene del trabajo es mostrar la realidad tal cual es, sin velos ideológicos. Es por lo tanto el momento para que los
trabajadores hagamos valer nuestra realidad como productores, como generadores de riqueza, para poder decir como
se debe gestionar y distribuir el excedente para toda la sociedad. Somos los trabajadores hoy los que deberíamos estar
diciendo que es lo que en este período de transición debe pasar a ser economía social, y cuales deben ser sus
características y condiciones, como hacer que la empresa y la economía estatal sea realmente social, cuales son las
condiciones a colocar a la propiedad privada de los medios de producción para que progresivamente sirva al conjunto de
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la sociedad y a los trabajadores que allí producen. Es este el debate de la Clase Trabajadora hoy. Limitarse a
reivindicaciones transitorias, en elecciones y recomposición de los sindicatos, cuando debemos asumir la discusión de los
planteamientos que debe hacer la Clase Trabajadora en este momento, que va a marcar el rumbo y el ritmo del cambio
del capitalismo al socialismo es una traición a los intereses generales de la nación, o una distracción interesada, o al menos,
una impertinencia histórica. Es necesario que concertemos todas las fuerzas de la Clase Trabajadora, para colocar sobre
el tapete nuestra propuesta de un programa concreto para la transición actual. Y esta tiene que ser la materia que
pongamos en la mesa de discusión del PSUV y el contenido de toda la discusión sobre Moral y Luces y el Poder Popular.
Dejar estas definiciones y tareas en manos de la pequeña burguesía es el camino de la claudicación y la frustración del
proceso revolucionario, es la mayor concesión que podemos hacer hoy al imperialismo, es matar la esperanza que ha
alentado a las mayorías de nuestro pueblo y destruir el liderazgo del Presidente Chávez. daherove@gmail.com

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