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Martín
Chambi tiene origen campesino, proviene de los Andes Peruanos, de un pueblo llamado Coaza,
distrito de Carabaya cercano al lago Titikaka en el departamento de Puno. Nace el 5 de
noviembre del año 1891.
Luego de su primer contacto con la fotografía en la mina de oro donde trabajaba su padre, la
Santo Domingo Mining Company, viaja a Arequipa donde aprende el oficio de su maestro y
guía Don Max T. Vargas, luego del aprendizaje y práctica en los talleres del Portal de Flores de
la Plaza de Armas, finaliza su estadía en Arequipa exponiendo, gracias al patrocinio de su
maestro en el Centro Artístico de aquella ciudad el 12 de octubre de 1917.
En los siguientes meses viaja acompañado de su esposa Manuela López Visa y sus hijos Celia y
Víctor a la ciudad de Sicuani donde instala su propio y primer Estudio y taller. Sicuani, capital de
la provincia de Canchis, es un lugar próspero en ese entonces por el desarrollo en la explotación
de las lanas de alpaca y llama y su industrialización textil; durante su permanencia allí nace su
única hija fotógrafa Julia Chambi.
Se establece profesionalmente y luego decide trasladarse al Cusco, ciudad a la que llega en 1920
atraído por su esplendor e historia, es en esta ciudad en la que desarrolla su trabajo más
importante y deslumbrante hasta su muerte. Es aquí también donde nacen sus hijos Angélica,
Manuel y Mery y es desde el Cusco que logra dimensión nacional e internacional por su trabajo.
En vida y en persona, expone en diversas Salas y Galerías de Lima y Arequipa, también muestra
sus obras en La Paz, Bolivia en 1925 y en Santiago de Chile en 1936.
Es interesante mencionar su paso como reportero gráfico, por el Diario peruano La Crónica y las
revistas Variedades y Mundial y finalmente por La Nación de Buenos Aires durante los años de
1918 a 1930. También publica su obra fotográfica en la revista norteamericana National
Geographic en febrero de 1938.
El archivo cuenta felizmente con la protección y cuidado de sus herederos, en especial por su
hija Julia, lamentablemente fallecida en el año 2003, a la que deja su Archivo en su lecho de
muerte el 13 de septiembre de 1973, confesándole que le entrega una mina la cual ella sabrá
explotar.
Pero si los retratados por Sander lucen abominables en la dureza de sus rostros que anuncian la
demencia del nazismo cercano, los rostros fotografiados por Martín Chambi reflejan la dignidad
de un pueblo refugiado en sí mismo, incómodo en las impuestas vestimentas, sometido, pero
nunca humillado.
La obra de Martín Chambi adquiere mayor significación a medida que el estudio sobre ella se
extiende y profundiza en muchos lugares del mundo. A su valor intrínseco, se van agregando los
efectos benéficos que su presencia provoca en las sociedades en la que es mostrada.
Un altísimo nivel técnico, un magistral manejo de la luz y una mirada excepcional caracterizan e
este creador y fotógrafo clásico que bien podría llamársele como uno de los PERUANOS MÁS
UNIVERSALES DEL SIGLO XX
EVENTOS
2012
2013
2014
En 1920 viajó al Cuzco, la vieja capital del imperio incaico, donde tendrá contacto con los
indigenistas, gracias a cuya influencia reorientará su actividad de tal modo que un valor
intri ́nseco y un valor comercial tuvieron una incidencia y una capacidad de irradiación sobre el
entorno sociocultural. Chambi no sólo retratará su gente y sus costumbres sino que se convertirá
en el retratista oficial del Cuzco. Instalará su estudio primero en la calle Santa Teresa y más tarde
en la calle Márquez (1925), donde naceri ́a el Instituto Americano de Arte, del cual Chambi seri ́a
cofundador (1927-1928). Publicó sus fotos en los diarios La Nación y La Prensa de Argentina. En
1948 Irving Penn alquiló el estudio de Chambi y con él comenzari ́a el reconocimiento
internacional de su obra. Posteriormente, el antropólogo y fotógrafo norteamericano Edward
Ranney interesará a la Ertwatch Expedition de los EE.UU. para organizar el viaje al Perú de un
grupo de expertos, quienes durante dos meses revisaron y clasificaron las 14 mil placas de vidrio
del archivo de Chambi, con la colaboración de Vi ́ctor y Julia Chambi, hijos de Marti ́n y también
fotógrafos. La investigación y el interés de Ranney concluyeron en una gran muestra en el Museo
de Arte Moderno de Nueva York. El 21 de mayo de 1950 un terremoto sacude el Cuzco; Chambi,
a sus sesenta años, era una figura familiar que recorri ́a las calles cuzqueñ as buscando detalles
que su cámara aún no habi ́a logrado captar. Luego del terremoto decide retirarse del ejercicio
comercial de su oficio, delegando en sus hijos Vi ́ctor y Julia la conducción de su estudio situado
en la calle Márquez. La pasión de Chambi por las artes lo lleva a fundar la Academia de Artes
Plásticas del Cuzco en 1971.
Pese a haberse retirado del ejercicio comercial se distrai ́a haciendo retratos a parejas de
casados, niños en su primera comunión y escolares. Una fatal enfer medad lo acosó durante los
últimos añ os de su existencia; sin embargo, en su lecho de enfermo, Chambi se las ingeniaba
para fotografiar las piruetas que haci ́a “Inti”, el cachorro de uno de sus nietos. Falleció en el
Cuzco en 1973, a los 82 añ os de edad. Después de su muerte se valorizó su obra a través de
exposiciones a C escala regional, nacional e internacional. En el Perú se le considera el padre de
la fotografi ́a nacional por la calidad arti ́stica y documental de su obra, a la que el cineasta José
Carlos Huayhuaca ha dedicado un libro: Marti ́n Chambi, fotógrafo (1991). Para Liliana
Peñ aherrera el trabajo fotográfico de Chambi “es un vasto documento para reconstruir la
historia del Cuzco. Ahi ́ están los restos arqueológicos incas, la arquitectura colonial, las danzas
folklóricas, los paisajes rurales, el trabajo del campo, las bodas de los grandes señores, las fiestas
plenas de música y chicha de los campesinos; funerales, retratos de hacendados, de obreros, de
indios. Chambi fotografiaba tanto a familias ricas cuzqueñ as como a campesinos indi ́genas,
rescatando de estos últimos una imagen que se alejaba del costumbrismo para presentar una
imagen más auténtica”.
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