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El 2 de mayo del año 1866, es una fecha muy recordada por todo el Perú, ya que

en aquel día, se realizó el último acontecimiento bélico contra las fuerzas


colonialistas españolas, que fueron derrotadas en el puerto del Callao, siendo una
gran victoria peruana y latinoamericana, en favor de la libertad del continente
americano, del yugo español.
Esta fecha fue establecida por los españoles para bombardear el puerto chalaco, y
pasado el mediodía, la fragata española Numancia, que enarbolaba la insignia de
Méndez Núñez, hizo los primeros disparos, intercambiando el fuego por ambas
partes, extendiéndose el combate hasta las 5 de la tarde, cuando todos los buques
españoles ya habían abandonado la línea de ataque con averías de diversa
magnitud, y con muertos y heridos a bordo, incluyendo al brigadier Méndez Núñez.
Las defensas peruanas, sufrieron un gran golpe en la torre de la Merced, a
consecuencia de una explosión, con la lamentable pérdida de todos los que allí se
encontraban, incluyendo al Ministro de Guerra y Marina, don José Gálvez, quien
desde allí había dirigido el combate, encarnando el espíritu de heroicidad, valor y
arrojo que mostraron los peruanos aquel día.
La pequeña fuerza naval peruana, al mando del capitán de navío Lizardo Montero,
se acercó en dos oportunidades a atacar a los buques enemigos, y fueron los
artilleros del Tumbes los que hicieron los últimos disparos de aquella larga y gloriosa
jornada. El final de esta infructuosa aventura española sobre costas sudamericanas
no se hizo esperar, puesto que luego que los buques españoles se retiraran a la isla
San Lorenzo para enterrar a sus muertos y reparar los daños recibidos, el 10 de
mayo, zarparon en forma definitiva de costas peruanas.
Cabe destacar que numerosos marinos conjuntamente con los oficiales del Ejército,
contribuyeron con su experiencia en la dirección de las piezas de grueso calibre
instaladas en la ribera y tuvieron a su cargo la interpretación de los mensajes
correctivos en clave de los señaleros de los buques.
Así, oficiales de marina, personal subalterno y de marinería, resaltaron en la defensa
del honor nacional, conjuntamente con los miembros de otras fuerzas y con la
ciudadanía entera, que, al frente del ocasional adversario, escribieron una página
de gloria de nuestra historia republicana.

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