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El periodismo en

situaciones de emergencia.
La inundación de marzo de 2007
en los diarios rosarinos.

TRABAJO FINAL INTEGRADOR


2015

Fernando Javier Fantin


ÍNDICE

Proyecto

Tema……………………………………………………………………………………..4

Descripción………………………………………………………………………………4

Justificación…………………………………………………………………………….10

Interrogante……………………………………………………………………………..14

Objetivos………………………………………………………………………………..14

Introducción…………………………………………………………………………....19

Capítulo 1: Definiciones y clasificaciones

1.1 El concepto de emergencia…………………………………………………………24

1.2 Aclaración sobre las clasificaciones frecuentes…………………………………….27

1.2.1 Emergencia, desastre y catástrofe……………………………………………….. 27

1.2.2 Otras clasificaciones……………………………………………………………...28

Capítulo 2: Los indicios de una emergencia y su noticiabilidad

2.1 Indicios, advertencias y restricciones........................................................................30

2.2 El umbral de noticiabilidad: los valores/noticia.…………………………………...35

Capítulo 3: Cuando el tiempo apremia

3.1 Lunes por la madrugada, sobre la hora de cierre…………………………………...41

Capítulo 4: Las fuentes de información en una emergencia

4.1 Prevalencia de las fuentes de autoridad…………………………………………….46

4.2 Pertinencia de otras fuentes de jerarquía…………………………………………...50

4.3 Los testimonios vivenciales y las fuentes especializadas…………………………..57

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Capítulo 5: La emergencia, un escenario vertiginoso

5.1 Los pies en el barro………………………………………………………………...63

5.2 Extensión y reorganización del trabajo ……………………………………………69

5.3 Llueve sobre mojado: entre la confusión y el caos……….………………………...75

5.4 Acusaciones, polémicas y rumores…………………………………………………81

Capítulo 6: La responsabilidad social del periodismo en una emergencia

6.1 El dramatismo y la información como servicio…………………………………….88

6.2 Palabras más, palabras menos……………………………………………………...97

6.3 Consideraciones sobre la función social del periodismo en una emergencia……..100

Conclusión..…………………………………………………………………………...104

Bibliografía…………………………………………………………………………....115

Anexo………………………………………………………………………………….122

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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Proyecto de Trabajo Final Integrador (TFI)

Tema

El periodismo en situaciones de emergencia: la inundación de marzo de 2007 en los


diarios rosarinos.

Descripción

En la historia reciente de la ciudad de Rosario, debido a una combinación de diversos


factores, se registraron una serie de fenómenos que afectaron a la población y que
pueden ser catalogados como situaciones de emergencia, es decir, circunstancias que
supusieron una ruptura con respecto al curso habitual o “normal” de la vida de la
comunidad1.

Entre estos sucesos, cabe mencionar la inundación del barrio Empalme Graneros en
1986, los saqueos de 1989 y 2001, y la aparición de casos de cólera a raíz de la
epidemia de esa enfermedad en la década del noventa; las caídas de granizo en
noviembre de 2006 y febrero de 2009; la inundación de principios de 2007 y el temporal
de octubre de ese mismo año; los accidentes con víctimas múltiples en las rutas y
autopistas que comunican la ciudad con otras localidades2, además de los brotes de
dengue y la pandemia de la denominada Gripe A en 2009; sin olvidar, por supuesto, el
derrumbe del edificio de calle Salta 2141 a causa de una fuga de gas en agosto de 2013.

Como se aprecia, en el racconto precedente se omitieron al menos otros tres casos de


trascendencia nacional e internacional que ocurrieron fuera de la ciudad, pero que
igualmente merecieron un espacio significativo en los medios de comunicación locales,

1
En el libro Intervención psicológica en situaciones de emergencia y desastres, el psicólogo español Luis
De Nicolás especifica: “La emergencia es una situación que aparece cuando en la combinación de
factores conocidos, surge un fenómeno o suceso eventual, inesperado y desagradable, por causar o poder
causar daños o alteraciones en las personas, los bienes, los servicios o el medio. La emergencia supone
una ruptura de la normalidad de un sistema […]” (DE NICOLÁS, 2000: 56).
2
Algunas de las rutas de acceso a Rosario están entre las más peligrosas del país. Según el Centro de
Experimentación en Seguridad Vial (Cesvi, 2011), la ruta 9 es la segunda ruta más peligrosa, con el 11%
del total de siniestros de todo el país, mientras que la ruta 34 es la quinta más peligrosa, con el 5% de los
accidentes:
<https://www.cesvi.com.ar/SeguridadVial/Estadisticas/2011/relevamiento_rutas.htm>.

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a saber: la inundación de 2003 en la ciudad de Santa Fe, el incendio del boliche
República de Cromañón -que tuvo lugar a fines de 2004 en Once-, y la colisión de una
formación ferroviaria de la línea Sarmiento acontecida en 2012 en el mismo barrio
porteño.

El denominador común de todos estos episodios es que se caracterizan por poner a


prueba la capacidad de respuesta de la comunidad afectada y sus mecanismos para
afrontar la contingencia, generando en la población situaciones de estrés, vulnerabilidad
psicológica3 y tensiones sociales. Pero, además, desde el punto de vista profesional
implican un desafío para aquellos sujetos encargados de informar sobre tales
acontecimientos, vale decir, los periodistas. Sobre todo ante el supuesto de que
prácticamente no existe capacitación alguna en situaciones de emergencia orientada
hacia esta disciplina.

Precisamente, a raíz de la frecuencia con la que se suceden este tipo de eventos, surge
una preocupación que deriva en el interés de conocer el modo en que la prensa local
aborda las situaciones de emergencia. Para averiguarlo se tomará como caso testigo la
inundación que azotó a Rosario a fines de marzo de 2007, aunque se tendrá en cuenta el
conocimiento construido en investigaciones anteriores respecto a otros episodios
similares, algunos de los cuales han sido aludidos recientemente.

Por cierto, en un Trabajo Final Integrador (TFI) referido a la inundación que tuvo lugar
en 2003 en la capital santafesina, la periodista Alejandra Busiemi destaca que en esa
oportunidad “los medios de comunicación se convirtieron en portadores de información
esencial para transmitir las acciones impulsadas por las autoridades y la situación de los
barrios anegados y de los afectados” (BUSIEMI, 2005: 3).

No obstante -y sin soslayar la importancia del rol desempeñado por los medios de
comunicación-, uno de los supuestos del presente estudio respecto a la inundación de

3
En un artículo de la revista Actualidad Psicológica, el psicoanalista argentino Edgardo Grinspon
sostiene: “La característica esencial de las neurosis traumáticas es la aparición de síntomas luego de la
exposición a un acontecimiento estresante y extremadamente traumático donde el individuo se ve
envuelto en hechos que representan un peligro o amenaza para su vida e integridad. El cuadro sintomático
incluye la presencia […] de embotamiento de la capacidad de respuesta […]. A su vez, esta imposibilidad
de procesamiento será inferida a partir de una situación económica particular […]” (GRINSPON, 2008:
8).

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2007 es que, ante la vorágine que implican este tipo de situaciones críticas, los
periodistas reproducen –o se hacen eco de- acusaciones cruzadas, informaciones
contradictorias e incluso rumores.

El supuesto fundamental radica en que un escenario de emergencia, como en este caso


la inundación de marzo de 2007, influye en las condiciones de producción de la noticia,
ya que la información sobre el evento cambia constantemente. Por ejemplo, en cuanto al
número de evacuados y autoevacuados; a las distintas versiones sobre las causas y las
consecuencias del episodio; a la situación de los arroyos, ríos y canales; a la crecida y la
bajada del agua; las condiciones climáticas; las acciones y omisiones de las autoridades
y de los mecanismos de contención; etcétera.

A priori, el carácter fluctuante de todas estas circunstancias pone a prueba la


responsabilidad social4 de los profesionales a la hora de obtener, cotejar y publicar la
información, como así también al momento de rectificar los datos inexactos. De esta
manera, entran en juego los criterios de selección de las fuentes de información y el
status5 que se les otorga en las noticias.

En este sentido, la investigación versará acerca de las características que adquirieron la


recolección, la selección y la presentación de la información sobre la inundación en los
diarios impresos locales, en el contexto específico de esa situación de emergencia.
Debido a que por motivos de factibilidad el estudio se delimitará en las noticias y las
crónicas que publicaron La Capital, El Ciudadano y Rosario 12 en torno a ese suceso
durante un determinado período de tiempo, las prácticas periodísticas contempladas
implican principalmente a los cronistas que recogieron, seleccionaron, editaron y
redactaron la información referida a dicho acontecimiento.

4
En lo que compete a la responsabilidad social del periodismo, el Código latinoamericano de ética
periodística elaborado por la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap), subraya: “El periodismo
debe ser un servicio de interés colectivo, con funciones eminentemente sociales dirigidas al desarrollo
integral del individuo y de la comunidad. El periodista debe participar activamente en la transformación
social […]” (FELAP, 1979: Art. 1º).
5
En el artículo “Comunicación de masas, gusto popular y acción social organizada”, los sociólogos
norteamericanos Paul Félix Lazarsfeld y Robert King Merton indican: “Los mass-media confieren
categoría, status, a cuestiones públicas, personas, organizaciones y movimientos sociales”
(LAZARSFELD y MERTON, 1977: 30).

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Estos profesionales suelen ser periodistas o comunicadores con experiencia previa en su
profesión que, de acuerdo a la empresa para la cual trabajan, disponen de diferentes
recursos. Así, La Capital es el diario con mayor infraestructura y tirada, y cuenta
además con el soporte de los movileros de los programas de las radios La Ocho y LT 3,
pertenecientes al mismo multimedio (Uno Medios), más un equipo de fotógrafos. En
tanto, El Ciudadano se caracteriza por contener menos cantidad de páginas, y durante el
año de los sucesos que motivan este estudio su personal enfrentaba una situación de
inestabilidad y precarización laboral casi permanente.

En cuanto a Rosario 12, los días de semana sólo consta de ocho páginas, y su plantel
está compuesto por unos pocos periodistas fijos y varios colaboradores. Su
particularidad es el énfasis en los derechos humanos y en las cuestiones político-
sociales. Asimismo, tal como ocurre con El Ciudadano, parte de su staff tiene una
presencia activa en el Sindicato de Prensa Rosario (SPR).

Los tres medios gráficos recién aludidos comparten varias cualidades. Por un lado, al
ser de tirada diaria elaboran productos similares, principalmente bajo el formato de
noticias y crónicas, aunque también incluyen columnas editoriales, humor gráfico y
notas de opinión. El material que presentan está dividido en secciones diferenciadas en
función de su respectivo contenido informativo: de índole local, nacional, regional o
mundial; información general, deportiva, política y de espectáculos.

Pero, sobre todo, al ser diarios locales están estrechamente ligados a un público lector
que comparte no sólo un mismo espacio geográfico, sino también intereses e
inquietudes vinculadas al devenir de su ciudad y su región. Por ende, los profesionales
de La Capital, El Ciudadano y Rosario 12 seleccionan principalmente ciertos asuntos
que hacen a la agenda temática6 local.

A propósito, si se tiene en cuenta que la inundación sucedió un 26 de marzo de 2007 y


que su repercusión en la prensa gráfica de la ciudad se prolongó -al menos- hasta finales

6
En un célebre estudio acerca de la agenda de la prensa, los catedráticos Maxwell Mc Combs y Donald
Shaw apuntan: “Cada día los editores y los directores de noticias –los porteros en los sistemas de medios
informativos- deben decidir qué ítems deben pasar y cuáles rechazar. Además, los ítems que pasan por la
puerta no son tratados de manera igual cuando se los presenta al público. Algunos son usados
extensivamente, otros reducidos severamente” (MC COMBS y SHAW, 1986: 89).

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de ese año, resulta pertinente la exploración de aquellos aspectos derivados de esta
emergencia a los cuales los matutinos les otorgaron relevancia, y que hacen a la
construcción de la agenda por parte de los profesionales7. Esta operación incluye, entre
otras variables, el tiempo y el espacio que ocuparon en los diarios las diversas noticias
relacionadas al tema8.

En términos generales, ante circunstancias críticas como las que motivan la


investigación, algunos periodistas y algunos diarios se distinguen por dotar a los sucesos
de un tinte un poco más trágico o espectacular, mientras que otros intentan ponderarlos
convenientemente para no sobresaltar los ánimos ni lanzar acusaciones apresuradas. A
su vez, las fuentes de información también oscilan entre aquellas que magnifican los
hechos y aquellas que intentan transmitir calma. En ambas variantes está latente la
posibilidad de que tanto las fuentes como los periodistas omitan datos significativos
(por ejemplo, respecto a la cantidad de damnificados confirmados o la magnitud
concreta del episodio)9, ya sea porque está en juego la paz social, o tal vez porque
subyacen intereses privados o gubernamentales.

En este marco, el caso de la inundación de 2007 resulta paradigmático. En aquella


oportunidad, durante la noche del lunes 26 de marzo, los habitantes del barrio Nuevo
Alberdi debieron ser evacuados, tal como habían solicitado por la tarde a las autoridades
de Defensa Civil de la Municipalidad, quienes desestimaron el pedido preventivo de los
pobladores e intentaron transmitirles tranquilidad10.

Sin embargo, la evacuación finalmente se prolongó por una semana, extendiéndose –


asimismo- a los moradores de otros asentamientos de la ciudad. Los reclamos de los
vecinos y de los referentes barriales, sumados al impacto social de la inundación,

7
Al respecto, la académica española Raquel Rodríguez Díaz advierte: “Muy unido a los issues o temas
constantes, pero distintos de ellos, existen otros colaterales denominados events o acontecimientos que,
según el momento y las circunstancias, aparecerán conjuntamente en las portadas de los medios como si
fueran issues. Estos events o acontecimientos noticiosos son aquellos relacionados con accidentes, entrega
de premios o desastres naturales” (RODRÍGUEZ DÍAZ, 2004: 30).
8
MC COMBS, Maxwell, y SHAW, Donald, op. cit, p. 89.
9
Por cierto, en su libro La construcción de la noticia, Miguel Rodrigo Alsina (2005: 47) alude a “la
construcción selectiva del conocimiento social”, una de las funciones ideológicas de los mass media
identificadas por Stuart Hall (1981: 134-386).
10
Rosario 12, miércoles 28 de marzo de 2007, págs. 2 y 3, en Anexo, págs. 325 y 326.

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dotaron al tema de relevancia mediática a nivel nacional11. En la prensa gráfica local, en
tanto, las repercusiones del anegamiento se divulgaron a lo largo de todo el año, aunque
con un impulso distinto de acuerdo a los diferentes momentos que pueden desprenderse
del acontecimiento.

A priori, se identifican tres etapas sucesivas que tuvieron su correlato en los diarios
rosarinos: la primera contemplaría desde la inundación propiamente dicha –con la
consiguiente evacuación de miles de personas- hasta el regreso de los evacuados a sus
hogares; la segunda estaría dada por los reclamos posteriores, tendientes a obtener un
resarcimiento económico para los inundados12; y la última, más lejana a la inundación,
correspondería a una serie de denuncias y manifestaciones contra la supuesta
especulación inmobiliaria de la que habrían sido objeto algunos territorios ubicados
sobre el extremo noroeste de la ciudad, una de las zonas más castigadas por el
temporal13. Estas etapas resultan de utilidad para marcar un límite posible en el
relevamiento de los diarios y, en este sentido, al menos la primera de ellas se torna
fundamental en el presente estudio.

Por último, con la inundación de 2007 también emergieron a la superficie mediática


actores sociales hasta ese momento prácticamente desconocidos, como el Grupo
Independiente Rosarino Organizado Solidariamente (Giros) y el sacerdote Daniel
Siñeriz, párroco de la capilla San Joaquín y Santa Ana. Estos, junto al personal del
Centro de Salud Salvador Mazza, del Centro Territorial de Referencia Nº 4 de la
Municipalidad (centro Crecer) y del Centro Comunitario Pachamama, hacía dos años
que realizaban asambleas donde debatían los problemas que afrontaban las personas
afincadas en la periferia noroeste de la ciudad. A partir de entonces, Siñeriz, Giros y
hasta el propio barrio Nuevo Alberdi siguieron teniendo cierto protagonismo en los
diarios rosarinos.

11
Clarín, jueves 29 de marzo de 2007, El temporal en Rosario provocó más cortes de luz e inundaciones.
“Hubo 4.000 evacuados en el tercer día consecutivo de lluvias”:
<http://edant.clarin.com/diario/2007/03/29/sociedad/s-03601.htm>.
12
Rosario 12, domingo 20 de mayo de 2007, p. 1 (portada), El nuevo Alberdi. “Los vecinos de Nuevo
Alberdi se autoconvocaron después de las inundaciones de fines de marzo para reclamar obras y
resarcimiento por las pérdidas”:
<http://www.pagina12.com.ar/visor/fotos/rosario/20070520/tapa_o/070520.JPG>.
13
La Capital, miércoles 5 de septiembre de 2007, Piden defender a Nuevo Alberdi Oeste de la
especulación inmobiliaria: <http://archivo.lacapital.com.ar/2007/09/05/ciudad/noticia_414923.shtml>.

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Justificación

La relevancia social de estudiar la práctica profesional periodística en situaciones de


emergencia está dada por la importancia que tendría la transmisión de informaciones
claras y no contradictorias frente a estas circunstancias, a fin de optimizar la respuesta
de los servicios de contención y contribuir al afianzamiento de los lazos sociales y de la
solidaridad entre los miembros de la comunidad afectada. En este sentido, de algún
modo se apunta a la responsabilidad social de los medios de comunicación, concibiendo
a la información como un bien público14.

En lo que respecta al ámbito académico, a lo largo de los últimos años el periodismo se


fue ramificando en una multiplicidad de especializaciones y orientaciones vinculadas a
la práctica profesional. De esta manera surgieron capacitaciones específicas en
periodismo deportivo, de investigación, judicial e internacional, como así también las
especializaciones en medios digitales. Sin embargo, no existe capacitación profesional
en situaciones de emergencia para los periodistas; al menos no en la ciudad de Rosario.

Esta carencia genera que, ante la irrupción de eventos críticos, la valoración de los
hechos quede librada a las impresiones y los criterios personales de los periodistas,
resultando ajena a cualquier tipo de capacitación o fundamento teórico respecto a la
cobertura de emergencias y al tratamiento informativo del dolor. Así, desde un habitual
accidente de tránsito con víctimas fatales hasta la explosión de una fábrica militar, la
inundación de una localidad o un estallido en una central de energía nuclear suelen ser
igualmente calificados como “desastre” o “tragedia”, aunque se trate de incidentes de
diferente magnitud y relevancia social, y derivados por circunstancias disímiles.

Cabe acotar aquí que frecuentemente se realizan talleres destinados a la elaboración


anímica de situaciones traumáticas, pero que el abordaje de los mismos parte de la
psicología, una disciplina que cuenta con su propio soporte teórico y con capacitaciones
profesionales tendientes a la contención emocional de los damnificados por este tipo de
circunstancias.

14
Según se desprende del Código de Ética del Foro de Periodismo Argentino (Fopea), el periodista sirve
“al interés público, nunca a objetivos sectoriales ni personales, y se debe considerar a la información
como un bien social” (FOPEA, Código de Ética, Art. 25).

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Aunque desde un enfoque eminentemente práctico, también existen técnicas para
abordar la comunicación en situaciones de emergencia 15, e incluso se puede hallar
material de divulgación producido por organismos vinculados al área sanitaria -como la
Organización Panamericana de la Salud (OPS)-, donde se brinda una serie de
recomendaciones para los periodistas y los medios de comunicación encargados de
elaborar y difundir los mensajes en contextos de desastre16.

Ya desde un ámbito propiamente periodístico, y en lo que concierne al plano local, en


una oportunidad la Asociación de Cronistas Parlamentarios del Concejo Municipal
realizó una jornada denominada “La comunicación en tiempos de emergencia” 17, pero
sólo se trató de un episodio aislado que revela el vacío señalado en cuanto a la
capacitación.

En tanto, el conocimiento teórico producido hasta el momento con relación al


tratamiento de las situaciones de emergencia por parte de los profesionales de los
medios es bastante escaso. Esto habilita la posibilidad de abordar las problemáticas
dejadas de lado y, a su vez, profundizar el saber expuesto.

A modo de ejemplo, el TFI denominado “Santa Fe, la inundación y los medios gráficos
de Rosario” omite la delimitación semántica de los conceptos reproducidos por los
periódicos para calificar el suceso, y tampoco analiza algunos aspectos vinculados a la
presentación de la información que este estudio pretende abordar, como la posible
magnificación del acontecimiento y el status18 otorgado a los actores sociales.

De la misma manera, la autora del citado TFI menciona que la capacitación profesional
en catástrofes naturales minimizaría rasgos negativos de la cobertura periodística, tales
como la confusión de conceptos y el otorgamiento de entidad a rumores, aunque nunca
desarrolla dicha proposición, que puede ser profundizada. Otra diferencia sustancial es

15
<http://www.slideshare.net/marketingpolitico/tcnicas-de-comunicacin-para-abordar-situaciones-de-
emergencia-1304925>
16
Guía práctica de salud mental en situaciones de desastres, Cap. IX, “La comunicación social en el
manejo de los problemas psicosociales en situaciones de desastres”, Organización Panamericana de la
Salud (OPS), 2006, págs. 169-183.
17
<http://seminariosiset18.blogspot.com.ar/2009/09/la-comunicacion-en-tiempos-de.html>
18
LAZARSFELD, Paul, y MERTON, Robert, op. cit, p. 30.

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que ese trabajo analiza el tratamiento mediático de un hecho ocurrido en otra ciudad –
Santa Fe- por parte de los diarios rosarinos.

Los argumentos expuestos, sumados a la falta de capacitación profesional en situaciones


de emergencia, tornan pertinente el aporte de conocimiento teórico respecto al
tratamiento periodístico de estos fenómenos críticos. Sobre todo si se tiene en cuenta
que se trata de circunstancias particulares, dado el impacto social, económico y político
que suelen traer aparejado.

Puesto que sería prácticamente inabordable estudiar la cobertura periodística local de


una multiplicidad de situaciones de emergencia, se tomó la decisión de realizar un
estudio de caso. La elección de la inundación de marzo de 2007 en Rosario responde a
diversos factores. Uno de ellos es la proximidad geográfica del acontecimiento, a saber,
determinadas zonas de la ciudad. Esta cercanía facilita el contacto con los actores
sociales implicados y el acceso a los informantes o fuentes requeridas. Como
contrapartida, la distancia temporal favorece una perspectiva más amplia del caso.

Por otra parte, se trata de un evento cuyo tratamiento periodístico no fue previamente
investigado en un marco académico. Además, esta investigación presupone el abordaje
de los medios gráficos locales sobre una situación de emergencia acontecida en la
misma ciudad a la que éstos pertenecen. En este sentido, la sucesión de diversos
episodios de crisis que golpearon a los rosarinos –brevemente señalada en la descripción
introductoria- también amerita abocarse, al menos, a uno de ellos.

Por otro lado, la inundación de 2007 tuvo desde sus inicios implicancias sociales y
políticas que dotaron al acontecimiento de relevancia periodística. Hubo evacuados,
acampes y piquetes. Algunos actores sociales, como Giros y el sacerdote Daniel Siñeriz,
cobraron notoriedad19. A propósito, un tiempo después de bajadas las aguas
denunciaron públicamente que Nuevo Alberdi era motivo de especulación inmobiliaria.

En rigor, advertían sobre la presencia de emisarios de empresas de barrios privados que


ofrecían algo de dinero a los vecinos de la zona rural de ese asentamiento a cambio de

19
Rosario 12, lunes 20 de agosto de 2007, El rol del cura Daniel Siñeriz en el barrio:
<http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/subnotas/9917-1286-2007-08-20.html>.

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- Fernando Fantin - 12
que abandonaran sus hogares, deteriorados por la inundación de marzo 20. De esta
manera, los emprendimientos inmobiliarios se apoderarían de los terrenos del barrio
comprando a un costo escaso tierras inundables que luego el Estado sanearía para que,
en definitiva, estas firmas hicieran countries y las vendieran a costos altos21.

Tal vez por el calibre de sus denuncias o por su trabajo territorial, estos actores sociales
continuaron teniendo un espacio en la prensa. Más aún cuando aquellos terrenos
siguieron en disputa, dando lugar a situaciones conflictivas con diversas autoridades
públicas y con representantes de intereses económicos privados22.

El acceso a los actores sociales mencionados hasta aquí, quienes, a su vez, establecieron
vínculos con los periodistas que recolectaron, seleccionaron, editaron y presentaron las
noticias derivadas de la inundación, facilita la posibilidad de entrevistar a los
profesionales de los diarios locales que intervinieron en el acontecimiento. De este
modo, el estudio del caso planteado se hace factible.

Entre las motivaciones personales que determinaron la elección del tema, no se puede
soslayar que el autor de esta investigación se desempeña en un área del Estado que se
ocupa de acoger, evaluar, asistir y canalizar la demanda de emergencias y urgencias
médicas dentro de Rosario y su región. Se trata de un ámbito en el que se trabaja en un
contexto de tensión y estrés que da lugar a reclamos, acusaciones y amenazas, y donde
fundamentalmente se comprueban las complicaciones que generan los malentendidos,
los rumores, las informaciones inexactas o contradictorias y la entidad y credibilidad
que se les otorga a ciertos actores.

20
Rosario 12, lunes 20 de agosto de 2007, p. 1 (portada), Pinta otra Aldea:
<http://www.pagina12.com.ar/visor/fotos/rosario/20070820/tapa_o/tapagr.jpg>.
21
El Ciudadano, sábado 28 de noviembre de 2009, El municipio dio permiso de obra en zona no
urbanizable: “El secretario General municipal, José Garibay, admitió ayer ante los propios vecinos de
Nuevo Alberdi y la ONG Giros que las obras de gas que se iniciaron en la zona no urbanizable de ese
barrio se hicieron con permisos municipales”:
<http://www.elciudadanoweb.com/el-municipio-dio-permiso-de-obra-en-zona-no-urbanizable/>.
22
La Capital, jueves 18 de diciembre de 2008, Piden que el municipio frene al avance de un barrio
privado en Nuevo Alberdi: <http://www.lacapital.com.ar/contenidos/2008/12/18/noticia_0046.html>.

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Por lo tanto, este estudio intenta brindar un aporte para que a partir del compromiso con
la información y sus destinatarios, es decir, el público23, ante situaciones de emergencia
se sorteen o se mitiguen ese tipo de dificultades.

Interrogante

El interrogante que guiará el estudio es el siguiente:

 ¿En qué modificó el escenario de emergencia suscitado a raíz de la inundación de


marzo de 2007 el proceso de producción de la noticia sobre esa situación en los diarios
rosarinos?

Objetivos

Objetivo general:

- Indagar el modo en que la prensa local construye la noticia ante situaciones de


emergencia.

Objetivos específicos:

- Develar cómo influyó la inundación de marzo de 2007 en la recolección,


selección, verificación y presentación de la información sobre esa situación de
emergencia en los diarios rosarinos.

- Analizar los criterios utilizados por los periodistas de La Capital, El Ciudadano y


Rosario 12 en la selección y otorgamiento de status a las fuentes.

- Reconocer los temas o aspectos en los que hicieron mayor hincapié los diarios
rosarinos para presentar las noticias sobre la inundación de 2007.

23
Entre sus valores, la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (Fnpi) destaca al periodismo
entendido como servicio público: “Entendemos al periodismo como un servicio público que, por tanto,
debe ser responsable y útil ante la sociedad”: <http://www.fnpi.org/fnpi/mision-y-valores/>.

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- Identificar la relación que guardan los términos utilizados por los diarios para
calificar la inundación con sus respectivas delimitaciones semántico-
conceptuales.

- Reflexionar acerca de la relación entre la capacitación profesional en periodismo


de emergencias y la responsabilidad social del periodismo al momento de
informar sobre estas situaciones.

Planificación

Recolección del material: En primer lugar se hará un relevamiento hemerográfico de las


noticias acerca de la inundación de marzo de 2007 y sus consecuencias inmediatas
publicadas en La Capital, El Ciudadano y Rosario 12. La elección de estos periódicos
no es caprichosa, sino que responde a que están vinculados a un mismo espacio
geográfico y a un mismo público lector y, por ende, abordan aquellos asuntos que hacen
a la agenda de noticias locales, como la inundación de determinados sectores de la
ciudad. Este relevamiento se intentará realizar durante los últimos días de diciembre, a
fin de disponer de esos productos para su lectura minuciosa en enero.

La observación del material de prensa recopilado permitirá identificar algunos


parámetros comunes en lo que hace a la recolección, la selección y la presentación de la
información, a la vez que posibilitará distinguir las diferencias más sobresalientes entre
los matutinos. Asimismo, ayudará a individualizar a los profesionales que intervinieron
en la elaboración de las noticias sobre la inundación e hicieron un mayor seguimiento
del tema.

Entre enero y febrero también se procurará obtener el material teórico destacado como
de posible mayor utilidad de acuerdo al relevamiento bibliográfico expuesto en los
antecedentes. Este material será leído, discriminado, ordenado y ampliado según su
pertinencia durante el receso de verano y hasta el mes de marzo, lo que permitirá dotar
de un abordaje teórico a la investigación. Por otra parte, el estudio ya contará con la
evidencia empírica proporcionada por las páginas de los periódicos relevados con
anterioridad.

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La observación del material publicado por los diarios y el soporte teórico-bibliográfico
permitirán pulir la elaboración de las preguntas a los entrevistados. De esta manera se
evidenciarán aquellos aspectos inherentes al proceso de producción de la noticia sobre
los cuales conviene indagar en profundidad. Toda esta etapa demandará de enero a
febrero.

Trabajo de campo: En el primer encuentro presencial se procurará presentar las


preguntas a la cátedra. Tras ese primer encuentro se pautarán las entrevistas. Se estima
que sería necesario, al menos en principio, elegir cuatro entrevistados, tres de ellos con
desempeño como redactores, jefes de Sección o secretarios de Redacción en cada uno
de los periódicos elegidos. La idea es obtener una descripción y una reflexión crítica de
la práctica profesional por parte de aquellos periodistas implicados en la construcción
noticiosa acerca de la inundación de marzo de 2007 y sus consecuencias.

En las entrevistas se intentará que los profesionales describan sus prácticas: las tareas
que llevan adelante habitualmente, cómo cotejan la información y los criterios más
frecuentes a la hora de seleccionar las fuentes, los informantes y los temas; las
singularidades de la noticia como formato, la valoración que tienen de su trabajo, etc.
Pero fundamentalmente se indagará respecto a la influencia de un contexto de
emergencia (la inundación de 2007) en la construcción de la información.

Es oportuno señalar que resultaría provechoso desgrabar y editar las entrevistas a


medida que se van concretando, para poder asimilar debidamente la información
obtenida en cada una de ellas y tener una base más sólida al momento de realizar las
siguientes. Con todo, en el caso de los informantes más accesibles se evaluará si es
conveniente repetir el encuentro. En estos casos también sería interesante acceder a la
redacción de los diarios relevados -o a la de alguno de ellos- y observar cómo se trabaja
en la práctica cotidiana concreta.

Para reflexionar acerca de la relación entre la capacitación en periodismo de


emergencias y la responsabilidad social de los medios a la hora de informar sobre estas
situaciones, parecería valioso el aporte del encargado de prensa de la Dirección
Provincial de Accidentología y Emergencia Sanitaria (Dipaes). Se trata de un periodista
que se desempeña desde hace varios años en esa dependencia, por lo que conoce la

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 16
dinámica de las situaciones de emergencia y cuenta con experiencia en el tratamiento
periodístico de este tipo de sucesos. En efecto, estos atributos lo convierten en un
informante clave.

Asimismo, algunos integrantes del movimiento Giros –tantas veces mencionado en este
proyecto- son estudiantes avanzados de la carrera de Comunicación Social, mientras que
otros ya están graduados, de modo que podrían aportar al menos una mirada inicial
sobre el tratamiento periodístico-mediático de la inundación de 2007, situación de
emergencia en la que intervinieron y en la que, además, fueron consultados como
fuentes de información. De hecho, el estudiante ya cuenta con una entrevista pretérita a
uno de sus integrantes.

Se estima que el proceso de pautar, preparar, realizar y editar las entrevistas llevará
aproximadamente un mes entero –marzo-, dependiendo de la disponibilidad de las
fuentes y del estudiante.

Análisis y conclusiones: Una vez editado y organizado el material obtenido en las


entrevistas, se procederá al entrecruzamiento de esos datos con el material publicado
por los diarios y la teoría, instancia que requerirá aproximadamente un mes (abril). Este
análisis permitirá ir elaborando, relacionando y redactando las conclusiones.

Redacción: Como esta instancia también será evaluada e implica reunir todo el material,
darle coherencia global y local a cada ítem y citar correspondientemente las fuentes,
abarcará dos meses (mayo y junio).

Como se aprecia, a lo largo del estudio se empleará fundamentalmente una metodología


cualitativa, ya que se recurrirá a una indagación acerca de prácticas que implican
acciones humanas concretas pero subjetivas, y a la observación e interpretación del
material –bibliográfico, de prensa y de las entrevistas- relevado. Estas estrategias
suponen un posicionamiento interpretativo.

Sin embargo, al momento de recopilar los términos utilizados por los diarios para
calificar la emergencia y de establecer la frecuencia con la que aparecieron publicados,
se aplicarán herramientas propias del método cuantitativo, aunque en vistas a una

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 17
posterior interpretación de los datos obtenidos. De hecho, se analizará la relación -
razonable o arbitraria- de estos términos con respecto a su delimitación semántico-
conceptual.

Por lo demás, se estudiará desde una perspectiva inductiva, esto es, con datos
particulares -y a partir de un caso particular-, pero a fin de integrarlos y de aportar
conocimiento sobre la incidencia de los escenarios de emergencia en las condiciones de
producción de la noticia.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 18
Introducción

En noviembre de 2006 Rosario fue golpeada por un granizo inusual. Unos meses
después, durante la última semana de marzo de 2007, cayeron 487 milímetros de agua.
La marca superó un récord de 40 años y también la capacidad de los canales Ibarlucea y
Salvat. Como si fuera poco, los arroyos Ludueña y Saladillo pusieron en vilo a vastos
sectores de la ciudad, mientras que el Paraná erosionó algunos tramos de la zona de
barrancas con un desenlace fatal.

En octubre de 2012 el canal Salvat volvió a desbordar, forzando la evacuación de


decenas de familias de Nuevo Alberdi y anegando los barrios San Eduardo, Tango y
Aldea24, sin contar los cientos de evacuados que dejó el temporal en Funes, Roldán y el
cordón industrial25. A sólo dos meses, en diciembre, la historia se repitió con mayor
intensidad26. En esa oportunidad el aluvión alcanzó sitios que solían permanecer
indemnes, como el centro urbano de Fisherton27. Además, la ciudad enfrentó un
contexto de vulnerabilidad y tensión social que derivó en protestas y saqueos28.

Esta breve reseña muestra que las situaciones de emergencia, aún considerando
solamente las relacionadas a las vicisitudes climáticas, poco a poco se fueron
incorporando casi al orden de lo habitual. Evidentemente, la frecuencia de este tipo de
sucesos parecería todavía mayor si también se mencionaran los eventos que no
responden a causas naturales, o bien aquellos acontecidos fuera de la ciudad: incendio
del local República Cromañón (2004); tragedia del tren Sarmiento (2012); explosión de
calle Salta 2141 (2013); incendio y derrumbe en Barracas (2014); inundaciones en Santa

24
Redacción Rosario, lunes 22 de octubre de 2012, Otra vez el agua en Nuevo Alberdi:
<http://www.redaccionrosario.com/nuevo/2012/10/22/otra-vez-el-agua-en-nuevo-alberdi/>; La Capital,
martes 23 de octubre de 2012, Nuevo Alberdi fue afectado por el desborde del canal Salvat:
<http://www.lacapital.com.ar/ed_impresa/2012/10/edicion_1448/contenidos/noticia_5150.html>.
25
Rosario 12, martes 23 de octubre de 2012, La tormenta sacudió a toda la región:
<http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/10-36118-2012-10-23.html>; La Capital,
martes 23 de octubre de 2012, Roldán sufrió una implacable lluvia de 150 milímetros:
<http://www.lacapital.com.ar/ed_impresa/2012/10/edicion_1448/contenidos/noticia_5300.html>.
26
La Capital, viernes 21 de diciembre de 2012, En pocas horas, el Gran Rosario padeció el peor
temporal en décadas:
<http://www.lacapital.com.ar/ed_impresa/2012/12/edicion_1506/contenidos/noticia_5320.html>
27
La Capital, viernes 21 de diciembre de 2012, La tormenta castigó a Fisherton, que quedó cubierto por
un metro de agua:
<http://www.lacapital.com.ar/ed_impresa/2012/12/edicion_1506/contenidos/noticia_5170.html>
28
La Capital, viernes 21 de diciembre de 2012, Rosario vivió un día signado por la tensión:
<http://www.lacapital.com.ar/ed_impresa/2012/12/edicion_1506/contenidos/noticia_5300.html>.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 19
Fe (2003 y 2007), Tartagal (2009), Buenos Aires (2001 y 2013), La Plata (2013),
provincia de Córdoba (2014 y 2015), Luján (2012, 2014 y 2015), Reconquista (2015) y
Sanford (2015); etcétera.

Como se aprecia, en esta seguidilla de eventos críticos cada episodio va sepultando


periodísticamente al anterior de un modo imperceptible y paulatino. En este marco, la
inundación de 2007 representó uno de los primeros casos de ese tipo dentro de la serie
de sucesos adversos que comenzaron a darse con cierta asiduidad; de ahí el interés en su
estudio y la curiosidad que pretende rescatarlo de un posible olvido. Aparte, conviene
hacer notar que una multiplicidad de factores –climáticos, ecológicos, productivos,
políticos, culturales, etc.- está llevando a que las crisis hídricas sean usuales, tanto en
Santa Fe como en otras provincias.

En suma, la frecuencia de estos fenómenos hace que los cronistas estén cada vez más
expuestos a tener que abordar situaciones de emergencia. Como sostiene la periodista
Sibila Camps “[…] las catástrofes ocurren en cualquier lugar. En función de una
cobertura periodística, le toca cubrirlas tanto a un diario de tirada nacional, como a una
FM de un pueblo, como al corresponsal en provincia de un canal de aire de la Capital
Federal. […] Dicho en otras palabras, ningún medio, por más pequeño que sea, está
exento de cubrir una catástrofe” (CAMPS: 1999: 18).

En lo que compete a la inundación de 2007, su dimensión hizo que este acontecimiento


no sólo fuera seguido por los diarios locales, sino también por algunos medios de
alcance nacional que, incluso, enviaron corresponsales a la ciudad. En cuanto a los
periódicos rosarinos, la cobertura del episodio estuvo justificada, además, por razones
de proximidad.

No obstante, el espacio privilegiado que ocupó el tema en los matutinos locales también
puede explicarse por otras motivaciones que lo dotaban de una inusual noticiabilidad.
Basta pensar que la inundación, como situación de emergencia, suscitó una infinidad de
complicaciones que modificaron la rutina de la ciudad, alterando la vida de miles de
personas: hubo evacuados, autoevacuados, barrios anegados, viviendas estropeadas,
escuelas y organismos públicos cerrados, suspensión de actividades recreativas, calles y

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 20
avenidas intransitables, interrupciones y desvíos en el transporte, extendidos cortes de
luz y agua, etcétera.

Por ende, si como postula el sociólogo Mauro Wolf (2004: 126), en primer lugar son
noticiables los acontecimientos que constituyen y representan una ruptura con respecto
al curso habitual de las cosas –es decir, “lo que altera la rutina”-, la noticiabilidad de la
inundación resultaba entonces inapelable. Aclarado el interés periodístico del caso, es
oportuno subrayar que ese mismo escenario disruptivo planteaba algunos desafíos para
los cronistas.

En este sentido, el presente estudio ofrece un acercamiento a las peculiaridades que


adquiere una cobertura periodística en circunstancias críticas, puesto que la inundación
se abordó a partir de la indagación de las situaciones de emergencia como noticia. Para
ello fue fundamental el aporte de los profesionales de los diarios locales y el análisis del
material de prensa publicado, ya que estas instancias posibilitaron el reconocimiento de
ciertas prácticas comunes durante la crisis hídrica. Asimismo, para reflexionar acerca
del proceder de los cronistas en ese contexto, se recurrió tanto a material bibliográfico
específico como a prestigiosos autores que han investigado y sistematizado las rutinas
productivas de los medios masivos.

A propósito, si bien hay estudiosos que, como Camps, identifican las características
genéricas que se derivan de todas las situaciones de emergencia, aquí sólo cabe
mencionar aquellas que sobresalieron durante la inundación, influyendo en su cobertura
periodística; a saber: que la irrupción del evento tuvo repercusiones de índole muy
diversa (sanitaria, económica, política y social, entre otras); que sus consecuencias
cambiaban de forma constante, agravándose, atenuándose y prolongándose; que se
presentaron dificultades para acceder a los lugares afectados; que acarreó un ámbito de
caos, urgencia, drama y estrés -para los damnificados y para los cronistas-; que el
trabajo se tornó extenuante porque el suceso demandaba una gran exigencia; etcétera.

En rigor, la aproximación más precisa a las particularidades que presenta el desempeño


profesional en escenarios de emergencia aparece legitimada mediante una combinación
equilibrada de los testimonios de los entrevistados, de la observación de los diarios, y de
los conocimientos disponibles respecto al proceso de elaboración de la noticia en

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 21
general, y de la cobertura periodística de estos episodios en particular. Ese fue,
básicamente, el camino seguido para intentar cumplir con los objetivos.

Por otro lado, cabe aclarar que inicialmente este estudio se había delimitado en el barrio
Nuevo Alberdi de la periferia noroeste de la ciudad, la zona más afectada por el
temporal de 200729. Sin embargo, al repasar los periódicos se comprobó que otros
asentamientos también habían resultado anegados, perjudicados o amenazados 30, e
incluso que se trató de una emergencia provincial que mereció una declaración
homónima por parte de la Legislatura santafesina31.

Por esta razón, luego se procedió a un relevamiento más amplio, contemplando la


información regional publicada por los diarios rosarinos, y en especial por la sección La
Región de La Capital, donde la inundación ya estaba instalada. De hecho, allí se
utilizaba el cintillo “Inundación” antes de que Rosario se viera desbordada por el agua
(lo cual se explica en función del recorrido de la masa hídrica, que primero invadió los
campos de la zona y después fue bajando a través de canales y arroyos hasta llegar a la
ciudad, para desembocar en el Paraná).

Pero mediante esa estrategia la tarea se tornaba prácticamente inabordable a causa de la


gran cantidad de información disponible. Es más, no debe perderse de vista que una vez
que el agua produjo anegamientos y evacuados en Rosario, la inundación acaparó las
secciones locales de los diarios, sin soslayar que el aluvión adquirió tal magnitud que
llegó a permear hasta las secciones dedicadas a deportes32 y espectáculos33.

De este modo, al advertir las múltiples ramificaciones del acontecimiento, y al constatar


la variedad de hechos noticiosos que generó principalmente en la ciudad, para una
delimitación viable y conveniente luego se optó por recopilar sólo las noticias locales y
analizarlas en profundidad. La exploración meticulosa de la información de índole local

29
<http://wikimapia.org/4176082/Barrio-Nuevo-Alberdi>.
30
Ver Anexo, “Recurrencia de barrios y asentamientos de la ciudad”, págs. 169-170, 178-179 y 186-187.
31
Rosario 12, viernes 6 de abril de 2007, p. 3, en Anexo, p. 350: “En pleno Jueves Santo, la Legislatura
aprobó ayer en un trámite express el mensaje del gobernador Jorge Obeid, a través del cual se declara en
situación de emergencia y zona de desastre a doce departamentos de la provincia […]”.
32
La Capital, viernes 30 de marzo de 2007, Se suspendió el fútbol en Santa Fe:
<http://archivo.lacapital.com.ar/2007/03/30/ovacion/noticia_377389.shtml>
33
Rosario 12, miércoles 28 de marzo de 2007, Por culpa de la lluvia, se suspendió el festival de rock:
<http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/12-7910-2007-03-28.html>.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 22
publicada desde el comienzo de la emergencia hasta el cierre del último centro de
evacuados hizo posible reconocer similitudes, tanto en los criterios empleados para
seleccionar a las fuentes como en el modo de presentar las noticias. Por cierto, estas
apreciaciones fueron posteriormente ampliadas y cotejadas entrevistando a los cronistas
de los matutinos rosarinos.

Es menester acotar que, por razones de factibilidad, algunos de los propósitos


delineados en el proyecto no pudieron ser abordados con la profundidad deseada; sin
embargo, con vistas a responder al interrogante, se procuró la mayor hondura y
minuciosidad posible en los ítems que, en definitiva, dan forma a las páginas siguientes.

En resumidas cuentas, las líneas que siguen son el corolario de una indagación que
procura examinar, a partir de un caso concreto y desde la especificidad del campo
profesional, un ámbito poco estudiado dentro del periodismo: la incidencia de los
escenarios de emergencia en la construcción de la noticia. Cada uno de los capítulos
trazados intenta brindar algún tipo de saber válido en ese sentido.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 23
Capítulo 1: Definiciones y clasificaciones

1. 1 El concepto de emergencia

Podría afirmarse que existen tantas conceptualizaciones de emergencia como


situaciones de este tipo. En buena medida se trata de definiciones escuetas y basadas en
criterios cuantitativos relacionados con los efectos del evento acaecido. De este modo,
de acuerdo a la magnitud del fenómeno –es decir, según la cantidad de personas
involucradas en el acontecimiento- se estaría frente a una emergencia o, por el contrario,
ante un accidente, un desastre o una catástrofe34.

Otras definiciones, en cambio, establecen en principio un denominador común para


todos estos términos, englobándolos genéricamente como “períodos de crisis” para
luego sí diferenciarlos en función del alcance de sus consecuencias. Algunas de estas
enunciaciones hacen referencia a una ruptura “de los procesos sociales”, “de la
normalidad de un sistema” o “del normal funcionamiento de una sociedad”, mientras
que otras introducen además el factor traumático, ya sea priorizando el plano individual,
el ámbito colectivo, o bien considerando ambas dimensiones 35.

No obstante, a pesar de la variedad de definiciones y enfoques se identifican algunas


coincidencias. De hecho, aún desde el punto de vista del psicoanálisis es recurrente la
referencia acerca de que estos sucesos alterarían “un orden supuestamente regular”, de
modo que representarían una ruptura de la cotidianeidad, de “lo rutinario” (MUSSO y
SARMIENTO, 2003: 1).

Si bien la concurrencia conceptual sobre este rasgo de excepcionalidad parece


adecuada, también suele reiterarse que se trata de fenómenos imprevisibles, lo cual
resulta sumamente impreciso, debido a que con frecuencia estas situaciones son
advertidas por la población amenazada, expertos, organismos oficiales o entidades

34
Para ampliar, véase “Comunicación en emergencia. Delimitación conceptual”, entrada publicada en el
blog Comunicación en Emergencia por el periodista, psicólogo social y profesor Fabio Montero en mayo
de 2011, en el marco del curso homónimo dictado en el Iset Nº 18 entre mayo y julio de ese año
<http://comunicacionenemergencia.blogspot.com.ar/>.
35
Ídem.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 24
privadas36. Por ende, más allá de que tales advertencias logren o no una oportuna
repercusión en los medios de comunicación, se torna apropiado comprender que no es lo
mismo señalar que estos eventos son excepcionales que determinar que no son
susceptibles de previsión, aún cuando tienen un desenlace usualmente repentino.

Asumir la imprevisibilidad de las situaciones de emergencia -amén de consentir una


apreciación objetable-, acentuaría la pasividad y la vulnerabilidad de la población,
puesto que carecería de sentido que ésta se preparara para prevenir lo inevitable o
procurase impedirlo. En consecuencia, la prevención sugerida por los especialistas
perdería valor y, por lo tanto, adoptar esta noción atentaría directamente contra lo
postulado por los estudiosos del tema37.

Como se aprecia, coexisten múltiples concepciones que resultan más o menos


fragmentarias, atinadas, coincidentes o complementarias. En este estudio se procuró
optar por una que fuera lo más completa posible, que tuviera sustento teórico y práctico,
y que además contemplara la dimensión social propia de estos fenómenos críticos. Al
respecto, la psicóloga social Ana Pampliega de Quiroga brinda un concepto que se
ajusta a estos requisitos, pues está expresamente basado en su experiencia
interdisciplinaria de trabajo y en su especialidad –la psicología-, a partir de la línea de
pensamiento de su maestro, el psiquiatra Enrique Pichon-Rivière.

En síntesis, puede decirse que Pampliega caracteriza a la emergencia como aquella


modificación “súbita y significativa de las condiciones materiales y sociales de
existencia de una comunidad” que genera impacto emocional y consecuencias en la
salud mental de la población. “La situación de emergencia [sostiene la autora] coloca a
los integrantes de la comunidad ante una circunstancia de cambio agudo, frente a la cual
las formas habituales de organización y respuesta resultan insuficientes o inadecuadas,
ya que se ha producido una ruptura de la cotidianidad” (PAMPLIEGA, 1986: 233-234).

36
Según consta en la portada de Rosario 12 correspondiente al domingo 8 de abril de 2007, un parte
meteorológico emitido el 25 de marzo por la empresa Weather Watch había alertado sobre precipitaciones
abundantes “con peligro de inundaciones locales”. Efectivamente, al día siguiente –el lunes 26-
comenzaron a inundarse algunos sectores de Rosario y de otras localidades de la provincia de Santa Fe.
37
En una noticia institucional publicada en el portal de la UNR, la psicóloga y magíster en Salud Mental
Susana Sainz sostuvo que “lo fundamental en las situaciones de emergencia es la preparación previa de
las personas”: <http://unr.edu.ar/noticia/4699/curso-sobre-salud-mental-en-situaciones-de-emergencia>.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 25
El aporte fundamental de esta definición consiste en que no sólo hace referencia a una
situación objetiva (a saber, la alteración drástica de las condiciones de vida de las
personas, la ruptura de sus rutinas cotidianas a raíz de un hecho particular), sino que
también destaca el embate anímico que esa perturbación suscita en los miembros de la
comunidad, es decir, sus repercusiones subjetivas. En congruencia, Susana Sainz,
magíster en Salud Mental y representante de la Facultad de Psicología (UNR) en la Red
Latinoamericana de Psicología en Emergencias y Desastres, advirtió que la ruptura
inherente a las situaciones de emergencia provoca un impacto que se evidencia “en las
distintas formas de registro del hecho y en las diferentes reacciones que promueve” 38.

En este sentido, Sainz consideró que toda situación de emergencia se caracteriza por
ocasionar un golpe emocional que se traduce en una gama de manifestaciones tanto
individuales como colectivas39. A propósito, apuntó que la Organización Panamericana
de la Salud (OPS) adoptó la expresión psicosocial “para dejar en claro que el impacto
[que provoca una emergencia] no es únicamente de índole subjetivo ni solamente
social”, sino que, precisamente, se da “en la articulación entre los procesos internos de
las personas y la interacción social de los sujetos”. A modo de ejemplo, Sainz mencionó
la pérdida de viviendas y de puestos de trabajo, dos circunstancias hipotéticas derivadas
de una emergencia que permiten inferir las repercusiones tanto psicológicas como
sociales que conllevaría semejante modificación en las condiciones de vida40.

El otro aspecto insoslayable contemplado en la proposición de Pampliega es que ante la


irrupción de una emergencia las formas usuales de organización y respuesta de la
comunidad resultan inadecuadas o insuficientes. Esto significa que la perturbación que
padece la población de algún modo excede su capacidad de manejo de la situación, ya
que, como aseveró Sainz, “en general no está preparada”41. En este marco, “la población
queda sometida a una exigencia adaptativa masiva, a una redefinición inmediata de sus
pautas de conducta” (PAMPLIEGA, 1986: 234).

Por otra parte, es preciso señalar que las cualidades consideradas en esta definición
concuerdan con los atributos presentes en la inundación de marzo de 2007, a la vez que

38
Entrevista a Susana Sainz, Anexo, p. 123.
39
Exposición de Susana Sainz en el curso “Comunicación en Emergencia”, Iset Nº 18, junio de 2011.
40
Entrevista a Susana Sainz, Anexo, p. 124.
41
Ídem.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 26
coinciden con los rasgos principales de una pluralidad de eventos diferentes. Por
añadidura, se trata de una conceptualización válida para abordar ese caso, pero también,
dada su versatilidad, permite pensar en un terremoto, un atentado, una epidemia, un
escape radiactivo, un tsunami, un huracán, una pandemia, una erupción, una explosión,
etcétera.

1.2 Aclaración sobre las clasificaciones frecuentes

1.2.1 Emergencia, desastre y catástrofe

Al aproximarse a la indagación de estas situaciones se presentan algunas curiosidades


que pueden dar lugar a confusiones. Tanto en la bibliografía específica como en los
periódicos, los términos emergencia, desastre y catástrofe por momentos son utilizados
de manera indistinta, mientras que a veces son discriminados entre sí, evitando su
sinonimia.

En rigor, pese a sus peculiaridades, todas estas eventualidades comparten las


características comunes a la emergencia expuestas precedentemente. Según esclareció
Sainz, lo que varía es “la magnitud del problema” y, por ende, los recursos que se
requieren para afrontarlo 42.

En particular, se considera que en una emergencia propiamente dicha los recursos


locales, a pesar de experimentar cierta sobrecarga, pueden por sí mismos responder a las
demandas que plantea la situación. En cambio, la magnitud de un desastre es tan grande
que los recursos de la comunidad afectada son insuficientes o se encuentran averiados.

Una catástrofe, en tanto, acarrea un número de víctimas y daños aún más elevado,
superando la capacidad de respuesta ya no sólo de la localidad involucrada, sino del
país. Como se ve, un desastre y una catástrofe requieren “un despliegue extraordinario
de medios materiales y humanos”43.

42
Entrevista a Susana Sainz, Anexo, p. 124.
43
Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, Guía para la cobertura
periodística responsable de desastres y catástrofes, “Definición y clasificación de desastres y
catástrofes”: <http://www.defensadelpublico.gob.ar/sites/default/files/guiacatastrofes_0.pdf >.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 27
Sin embargo, en todos estos casos se está haciendo alusión a circunstancias con
propiedades sustancialmente similares, que son las estipuladas en la definición de
emergencia desarrollada por Pampliega. Por tal motivo, la adopción de ese concepto se
presenta como la alternativa más adecuada a la hora de abordar la temática. De hecho,
se trata de una conceptualización que toma en cuenta una serie de cualidades y
consecuencias genéricas que, por una parte, también están presentes en un desastre o
una catástrofe y, por otra parte, son compatibles con los pormenores a partir de los
cuales se pueden deducir dichos sucesos.

Por lo demás, ubicar un acontecimiento determinado dentro de estas categorías parciales


puede dar lugar a una tarea bastante ambigua. En ocasiones, ante una inundación, un
derrumbe, un temporal o una fuerte caída de granizo, una comunidad recibe ayuda de
otros niveles del Estado no porque sus recursos no den abasto, sino porque existe la
voluntad de colaborar en su reposición en función de una variedad de motivaciones.
Debe advertirse entonces lo inconveniente que sería acoger una definición encasillada
en este tipo de clasificaciones exiguas.

1.2.2 Otras clasificaciones

También es habitual la tipificación de las emergencias, las catástrofes y los desastres


según su origen. En general se distingue entre los acontecimientos de procedencia
natural y aquellos provocados por la acción -voluntaria o involuntaria- o la omisión del
hombre. Con todo, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (Unesco) recientemente incorporó las causas biológicas en su
clasificación44.

Si bien en lo que atañe al desempeño profesional es importante discernir la participación


del factor humano, ya que la existencia de dolo, negligencia o culpa suscita derivaciones
judiciales y policiales que un periodista no debería ignorar, cabe aclarar que por
diversos motivos estas clasificaciones no son significativas en el presente estudio.

44
Unesco, Manual de gestión de riesgos de desastre para comunicadores sociales, 2011, p. 11.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 28
Por un lado, es evidente que la indagación de las causas de la inundación y la búsqueda
de responsabilidades exceden los objetivos de esta investigación. Por otro lado, debe
advertirse que asumir rígidamente las distinciones mencionadas implicaría el riesgo de
pasar por alto que muchas situaciones adversas de origen aparentemente natural son
potenciadas o facilitadas por la acción u omisión humana. Por cierto, la periodista Sibila
Camps aclara que los expertos en protección civil tienden cada vez más “a no
diferenciar entre las catástrofes naturales y las que obedecen a causas humanas”
(CAMPS, 1999: 31).

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 29
Capítulo 2: Los indicios de una emergencia y su noticiabilidad

2.1 Indicios, advertencias y restricciones

Aunque por sus propios atributos es imposible saber cuándo va a suceder una
emergencia, con frecuencia existen indicios que permiten avizorar su posible desenlace,
de modo que la prensa puede desestimarlos o valorarlos. Así, pese a que sus
advertencias no lograron una oportuna repercusión, las personas damnificadas por la
inundación declararon en los periódicos que ellas mismas ya habían presagiado y
anunciado su destino de bienes estropeados y evacuación.

Esto quedó expuesto en los diarios a través de una variedad de testimonios vivenciales
que, sin embargo, cobraron notoriedad recién una vez acontecida la emergencia. Para
ejemplificarlo basta citar dos fragmentos donde se evidencia que algunos rosarinos
convivían con circunstancias concretas que los enfrentaban a la amenaza recurrente de
sufrir inundaciones: “Viven en barrio Industrial hace 20 años y cada vez que llueve
mucho se codean con el agua. <<Porque no tenemos desagües>>, explica la mujer.
<<Hace un mes hicimos un piquete de once días en las vías para que limpiaran las bocas
de tormenta que la gente llenó de escombros y basuras, pero no pasó nada>>, relató […]
recordando la inundación que sufrieron un mes atrás”45. “[…] esta zona hace añares que
se inunda, así que no es posible que esta persona [el responsable de Promoción Social
del Distrito Norte] venga a las dos de la tarde del lunes y la propia gente le avise que se
va a desbordar el canal [Ibarlucea] y él rechace trasladarlos”46.

A priori, de los pasajes citados se desprende que estas señales consistían en condiciones
específicas que habían sido advertidas principalmente por quienes habitaban los
territorios amenazados, en función de sus experiencias de vida. En tal sentido, la
periodista Silvia Carafa consideró: “Los vecinos siempre te van a contar desde la
demanda insatisfecha, y aparte ellos están en el terreno, se la ven venir. Si el agua no
tiene por dónde salir, si no hay caída, si no tienen esto ni aquello, se la ven venir”47. El
testimonio de una abuela evacuada corrobora las palabras de Carafa: “Mi casa tiene

45
La Capital, miércoles 28 de marzo de 2007, p. 4, en Anexo, p. 196.
46
Rosario 12, miércoles 28 de marzo de 2007, págs. 2 y 3, en Anexo, págs. 325 y 326.
47
Entrevista a Silvia Carafa, Anexo, p. 140.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 30
barro y agua, no hay zanjas ni cunetas, no hay nada, hace tres días que está todo
mojado”48.

Precisamente, al definir y caracterizar la emergencia, Ana Pampliega hace referencia a


un período de amenaza, inminencia o pródromo, constituido por los indicios y los
hechos que permiten preanunciar la situación. Según la autora, en las inundaciones
dichas señales están dadas “por la información previa de crecientes, avisos de lluvia, y
cambios en el color y el olor de las aguas”. Y con buen tino, agrega que “[…] frente a
esta información, que suele ser fragmentada y distorsionada, surge el miedo, la
ansiedad, la vivencia de estar a merced de acontecimientos que no podemos controlar,
surge la impotencia” (PAMPLIEGA, 1986: 234-235).

En rigor, en el caso estudiado se produjeron determinados hechos que se condicen con


lo desarrollado por Pampliega. Durante la tarde del lunes 26 de marzo, al observar la
constante crecida del canal Ibarlucea, los vecinos de Nuevo Alberdi pidieron ser
evacuados, pero recibieron una información vaga y errónea: “Ayer (por el lunes) a las 2
de la tarde llamamos a la gente de la Municipalidad y nos dijeron que no había
necesidad de evacuar, y finalmente a las 11 de la noche se concretó con los vecinos ya
instalados en el centro de salud”49. Al día siguiente los pobladores del barrio Stella
Maris habrían obtenido una respuesta similar: “La gente de la Municipalidad no nos
escuchó. Tuvimos una reunión el martes y les advertimos que nos íbamos a inundar.
Pero ellos nos dijeron que nos quedáramos tranquilos. Ahora es un desastre”50.

Para la especialista Susana Sainz, la desestimación de las advertencias que formulan los
vecinos amparándose en sus experiencias de vida es “el guión típico de las situaciones
de emergencia. En general la población advierte que algo va a suceder, en Santa Fe pasó
lo mismo y en la inundación del 86 también”51. Por lo tanto, lejos de ser una
particularidad exclusiva del caso, existen antecedentes y voces calificadas que dan

48
La Capital, miércoles 28 de marzo de 2007, p. 4 en Anexo, p. 196.
49
Testimonio del párroco Daniel Siñeriz, Rosario 12, miércoles 28 de marzo de 2007, p. 2, en Anexo, p.
325.
50
La Capital, sábado 31 de marzo de 2007, p. 8, en Anexo, p. 216.
51
Entrevista a Susana Sainz, Anexo, p. 125.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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cuenta de este fenómeno por el cual ciertos indicios que preavisan una emergencia son
desatendidos hasta que, finalmente, llega el desenlace52.

En lo que compete a la prensa, una vez que varios sectores de la ciudad se encontraban
inundados, los tres diarios locales se hicieron eco del temor que tenían los vecinos de
los barrios 7 de Septiembre, Empalme Graneros, Hostal del Este, Lisandro de la Torre,
Sarmiento y Stella Maris acerca de la posibilidad de que el arroyo Ludueña colapsara en
sus distintos tramos, ya sea a cielo abierto o entubado53. En cambio, una suerte muy
distinta corrieron los llamados de atención previos a la emergencia, como los llevados
adelante por los pobladores que habían anticipado los desbordes de los canales Ibarlucea
y Salvat.

Entre las razones que permitirían dilucidar este cambio de actitud -al parecer,
compartido por la prensa y las autoridades-, Sainz aseguró que la problemática de las
emergencias “no es convocante” antes de su ocurrencia: “Sí después de que pasa algo
[…], pero eso dura como la espuma”. Y, basándose en su trayectoria, la especialista
brindó una interpretación crítica sobre el desempeño de los medios de comunicación en
situaciones de crisis: “El periodismo amarillista tiene que mostrar la catástrofe, el
desastre. Llevo desde el 82 con todo esto […] y siempre veo lo mismo, incluso como
docente de estas cuestiones: que no da rédito aquello que no es sensacionalista”54.

Más allá del tratamiento que se le dé a la información, no debe perderse de vista que la
prensa se nutre fundamentalmente de los hechos que ya sucedieron o que están
sucediendo, y no de aquello que es probable que suceda. No es sino frente al

52
Según manifestó Sainz en la noticia institucional de la UNR citada en p. 25, Nota 37, en la inundación
que padeció la capital provincial en 2003 las autoridades desestimaron los conocimientos y advertencias
de los habitantes de la ribera, y eso impidió que la ciudad se preparara para afrontar la emergencia: “Los
pescadores sabían que los caracoles ponen sus huevos a una cierta distancia del cauce del agua que indica
hasta dónde va a llegar la crecida ese año. En ese momento los caracoles habían desovado muy lejos del
cauce, entonces los oriundos avisaron a las autoridades pero éstas no lo tomaron como un signo de
posible desastre”:
<http://unr.edu.ar/noticia/4699/curso-sobre-salud-mental-en-situaciones-de-emergencia>.
53
El jueves 29 de marzo El Ciudadano mostró en su foto de portada la embocadura del arroyo Ludueña,
mientras que La Capital hizo lo propio con la desembocadura, junto a un pequeño cuadro que decía:
“Punto crítico. El Ludueña puso en vilo a todo un barrio” (Anexo, págs. 274 y 198). Rosario 12, por su
parte, incluyó en su interior el título “Todas las miradas puestas en el arroyo Ludueña” y lo acompañó con
una foto (Rosario 12, Jueves 29 de marzo, p. 3, en Anexo, p. 329). El sábado 31 de marzo se utilizaron
títulos como “El Ludueña desbordó desesperación” y “Todos los ojos en el Ludueña” (La Capital, sábado
31 de marzo, p. 8, en Anexo, p. 216; El Ciudadano, sábado 31 de marzo, p. 3, en Anexo, p. 286).
54
Entrevista a Susana Sainz, Anexo, p. 125.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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acontecimiento consumado -o durante su desarrollo- que el cronista recoge las distintas
versiones acerca de lo que pasó -y, eventualmente, de las causas que lo motivaron- para
construir una narración: “Lamentablemente llegamos tarde, pero también hay que
pensar que todos los días pasan cosas, y ese periodismo previsor no lo llegás a hacer”,
alegó la periodista María Laura Favarel55.

Cabe acotar que 17 días antes de la inundación, La Capital publicó una noticia que
aludía a los inconvenientes que enfrentaban los vecinos de barrio Industrial cada vez
que llovía. Sin embargo, la mención a “los problemas derivados de la lluvia” aparecía
recién a partir del tercer párrafo, puesto que el evento noticiable destacado en el titular y
en los dos primeros párrafos consistía en la orden judicial de desalojar los piquetes que
los pobladores llevaban adelante en señal de protesta56.

Es más, la nota enfatizaba que la zona estaba siendo afectada “por piquetes”, cuando
resultaba evidente que allí el problema de fondo eran las constantes inundaciones. En
definitiva, los elementos preponderantes de la noticia fueron la orden de acabar con el
corte de Juan José Paso y la vía, y las múltiples dificultades que el piquete generaba,
mientras que el peligro manifiesto de que ocurrieran nuevas inundaciones pasó a un
segundo plano.

Es pertinente entender que, como postula el sociólogo Mauro Wolf respecto a “la
ideología de la noticia”, la propia organización del trabajo periodístico se enfoca hacia
la recolección de episodios puntuales y, fundamentalmente, llamativos o negativos: “La
misma organización del trabajo periodístico está estructuralmente orientada a recoger
los acontecimientos puntuales, más que las tendencias constantes o los procesos sociales
emergentes” (WOLF, 2004: 126).

Por consiguiente, la cobertura informativa tiene una naturaleza fragmentaria. Tanto es


así que los indicios y las advertencias, al no constituir sucesos concretamente puntuales
ni nocivos, no adquirieron una franca notoriedad en los matutinos sino a partir de
acontecida la emergencia.

55
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, p. 132.
56
La Capital, viernes 9 de marzo de 2007, Ordenan desalojar los piquetes de Juan José Paso y liberar la
vía: <http://archivo.lacapital.com.ar/2007/03/09/ciudad/noticia_372045.shtml>.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 33
Para ahondar en lo que concierne a la fragmentación de los contenidos, Wolf cita al
investigador escocés Philip Schlesinger, quien en un estudio sobre la cadena británica
de noticias BBC sostiene que la producción informativa está organizada de tal forma
que enfatiza lo perecedero de las historias. Según Schlesinger, el corolario de poner
siempre en un primer plano lo efímero y actual es que los acontecimientos tienden a ser
enmarcados de forma discontinua y ahistórica, lo que implica una estrangulación del
contexto en el cual se desarrollan y una reducción de significatividad (SCHLESINGER,
1978a, citado por WOLF, 2004: 134).

Como prueba de ello, en el artículo citado se ponía en relieve el inminente desalojo del
piquete y el estorbo que el corte ocasionaba, pero se dejaba considerablemente de lado
su trasfondo. Es decir que se postergaba o se le otorgaba menor relevancia al reclamo de
los vecinos, quienes pedían nada más y nada menos que una solución para dejar de
inundarse con cada tormenta, de modo de no volver a perder sus pertenencias 57.

Otro de los autores referenciados por Wolf también toma nota de esta tendencia a la
fragmentación de la información y -por ende- de la imagen de la sociedad ofrecida por
los medios. Se trata del periodista y escritor Edward Epstein, quien a propósito de la
selección de las noticias considera que en los medios de comunicación el centro de la
atención está puesto sobre lo que ocurre, y no sobre el porqué ocurre o sobre sus causas
profundas. Como correlato, Epstein asegura que esa limitación provoca “[…] la imagen
de una sociedad inestable” (EPSTEIN, 1981, citado por WOLF, 2004: 118).

Por su parte, Wolf agrega que estas características inherentes a la fragmentariedad


pueden explicarse a partir de las modalidades productivas de la información: “El
conjunto de factores que determina la noticiabilidad de los acontecimientos permite
realizar cotidianamente la cobertura informativa, pero obstaculiza la profundización y la
comprensión de muchos aspectos significativos en los hechos presentados como
noticias” (WOLF, 2004: 118).

57
El sociólogo Herbert Gans nota que aquellos que no poseen poder económico o político sólo son
buscados por los periodistas cuando generan acontecimientos de carácter moral o socialmente negativo,
por lo que sus posibilidades de convertirse en fuentes de información se ven reducidas (GANS, 1979,
citado por WOLF, 2004: 135).

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 34
De acuerdo a lo expuesto, todo indica que los imperativos organizativos que rigen el
quehacer de los profesionales de los medios masivos constituyen una de las razones
principales que atentan contra el desarrollo de un periodismo profundo y previsor. En
consecuencia, los indicios y las advertencias que vaticinan una emergencia pueden pasar
a un segundo plano o quedar directamente relegados, ya que, como afirmó Favarel:
“Casi siempre estás cubriendo el hecho cotidiano, que te va consumiendo”58.

No sorprende entonces que su colega Silvia Carafa expresara en modo potencial que se
debería hacer “periodismo de prevención”, y que “si fuese por mí [por ella], lo haría”59.
El condicional de esta última frase deja entrever la existencia de algunas limitaciones
que, con todo, Wolf no las atribuye a violaciones deliberadas de la autonomía
profesional, sino “más bien a la forma en la que está organizado, institucionalizado y
desarrollado el oficio del periodista”. Más aún si se tiene en cuenta que “[…] la
profesionalidad, con sus valores y rutinas, añade en sí misma importantes restricciones a
la información producida” (WOLF, 2004: 112-113; GOLDING-ELLIOTT, 1979, citado
por WOLF, 2004: 113).

2.2 El umbral de noticiabilidad: los valores/noticia

En este punto entran en juego los denominados valores/noticia, ya que ocupan un lugar
privilegiado en la cultura profesional de los periodistas y, por ende, en sus rutinas
productivas cotidianas, también aludidas precedentemente. Por tal motivo, resultan de
suma utilidad para comprender por qué tanto los indicios de posibles inundaciones
como las advertencias de los vecinos tuvieron una escasa o nula relevancia en los
diarios antes de la emergencia hídrica.

De hecho, a partir de los valores/noticia se pueden interpretar las operaciones y las


decisiones adoptadas en las redacciones: “Los valores/noticia son […] reglas prácticas
que incluyen un corpus de conocimientos profesionales que implícitamente, y a menudo
explícitamente, explican y dirigen los procesos de trabajo en la redacción” (GOLDING-
ELLIOTT, 1979, citado por WOLF, 2004: 120).

58
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, p. 132.
59
Entrevista a Silvia Carafa, Anexo, p. 140.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 35
En efecto, los valores/noticia son criterios de importancia que se aplican a lo largo de
todo el proceso de producción de la información con vistas a seleccionar aquellos
acontecimientos considerados lo suficientemente interesantes, significativos o
relevantes y transformarlos en noticias. Dichos criterios son utilizados para escoger,
entre la totalidad del material disponible en la redacción, sólo los sucesos que ameritan
ser incluidos en el producto final. A la vez, sugieren qué rasgos enfatizar, cuáles omitir
y qué aspectos priorizar en la presentación de las noticias (GOLDING-ELLIOTT, 1979,
citado por WOLF, 2004: 120).

Uno de los criterios empleados para valorar la noticiabilidad de cada acontecimiento -es
decir, su aptitud para ser transformado en noticia- es el interés que, según se presume,
puede suscitar en el público. En tal sentido, el valor/noticia capacidad de
entretenimiento se torna fundamental a la hora de evaluar el interés de una historia
(WOLF, 2004: 125).

En este contexto, desde el punto de vista del interés puede pensarse que la inundación,
como situación de emergencia, poseía las cualidades necesarias para captar y mantener
la atención del público, cumpliendo con el valor/noticia capacidad de entretenimiento.
En cambio, los meros indicios vinculados a la posibilidad de que el evento ocurriera
parecerían mucho menos interesantes, cuando no aburridos, lo cual explica su menor o
nula trascendencia en los periódicos a pesar de ser importantes60.

Precisamente, Wolf observa que el requisito de atraer el interés del público introduce
elementos de contradicción respecto a la importancia intrínseca de los acontecimientos.
Para justificar esta proposición recurre a Peter Golding y Philip Elliott, quienes al
distinguir que la capacidad de entretener es un valor/noticia de jerarquía elevada, se
percatan de que no tiene demasiado asidero llevar adelante un periodismo profundo y

60
Si bien los indicios acerca de la probabilidad de que suceda una emergencia pueden estimarse poco
interesantes, no dejan de ser importantes; sobre todo si se considera la incidencia de estas señales en la
evolución de la situación advertida. De hecho, uno de los factores que determina la importancia –el
valor/noticia importancia- de un acontecimiento es su significatividad para la evolución futura de una
situación determinada (WOLF, 2004: 124). Conforme a este factor, las diversas circunstancias advertidas
por los vecinos que solían inundarse serían importantes pese a que, lógicamente, todavía no podía
conocerse con certeza su desenlace. En otras palabras, si en un contexto de lluvias abundantes quienes se
inundan con frecuencia piden ayuda al percatarse de algunos anegamientos y de la crecida de los cauces
cercanos a sus hogares, estas contingencias son importantes en el desarrollo de la situación, aún cuando
se desconoce su resolución.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 36
meticuloso si la audiencia manifiesta desinterés o aburrimiento (GOLDING-ELLIOTT,
1979, citado por WOLF, 2004: 125).

De lo antedicho se desprende que ciertos criterios de noticiabilidad (como el interés y el


entretenimiento) conspiraron para que la prensa no se abocara a cubrir, pese a su
importancia, los indicios y las advertencias de la situación de emergencia. Sobre todo
porque estas pautas privilegian los episodios puntuales y llamativos, que devienen más
entretenidos. En este marco, entonces, se comprenden mejor las siguientes palabras de
Favarel: “Si se sabía antes [que se necesitaban obras para evitar desbordes], como se
saben tantas cosas que faltan, lamentablemente se convierte en noticia cuando pasa una
desgracia”61.

Por su parte, José Maggi, periodista de Rosario 12, adujo que “a veces […] se peca de
no ser dramático hasta que pase, hasta que la sangre llegue al río y, finalmente, la sangre
llegó al río”62. En una sintonía similar, Favarel ratificó su apreciación sobre porqué, a
pesar de que la necesidad de reforzar canales y reubicar viviendas era conocida por la
prensa63, estos señalamientos cobraron virulencia sólo recién una vez acontecida la
emergencia: “Es verdad que nosotros [los periodistas] sabemos un montón de cosas
[…]. Si te ponés a pensar en las cosas que faltan en esta ciudad, que se pueden evitar
tragedias, se pueden evitar. Hoy por hoy ves un gran pozo en una calle y decís: <<En
cualquier momento un auto se cae adentro>>, pero eso no es noticia hasta que el auto se
cae”64.

No obstante, aunque los indicios y las advertencias de una emergencia pueden


resultarle al público menos atractivos, esto no significa que sean periodísticamente
irrelevantes, ya que suponen la necesidad de prevenir un daño humano. En este sentido,
cabe destacar que Wolf considera que las noticias que intentan dar una interpretación de
los acontecimientos desde la perspectiva “del interés humano” son “interesantes”. A
propósito, el sociólogo italiano desliza que la selección de un asunto a menudo tiene que
61
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, p. 132.
62
Entrevista a José Maggi, Anexo, p. 157.
63
Según Favarel, la prensa sabía que la situación de algunas zonas era preocupante, ya que vecinos y
referentes barriales habían reclamado al respecto (Anexo, p. 131). Por su parte, Ernesto Ávila, periodista
de El Ciudadano, explicó que debido a que la sección Ciudad se ocupa de las problemáticas de los
barrios, sus cronistas conocían las advertencias de los vecinos y los especialistas sobre el riesgo que
corrían los asentamientos linderos a los canales (Anexo, p. 149).
64
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, p. 132.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 37
ver con la atribución “de un particular corte o punto de vista desde el que puede ser
referido, noticiado” (WOLF, 2004: 125 y 146).

Por lo tanto, la decisión de tomar u obviar los indicios -vale decir, la pertinencia
periodística de estos signos- depende, entre otros factores, de la manera de presentarlos
y de la estimación que se efectúe sobre el interés de la historia, puesto que este criterio
“da lugar a una valoración compleja, más abierta a las opiniones subjetivas […]”
(WOLF, 2004: 125).

Ya que se hizo una ligera alusión a la confección de la información, es oportuno señalar


que otro aspecto decisivo es el formato65. De acuerdo a este factor, las noticias sólo son
idóneas cuando en su estructura narrativa constan de una apertura, un desarrollo y una
culminación (GANS, 1979, citado por WOLF, 2004: 129).

Sin embargo, en contraposición a lo que indica el valor/noticia formato, los indicios y


las advertencias respecto a la posibilidad de la inundación eran historias inconclusas,
inciertas en cuanto a su culminación, y tal vez pudieron considerarse inapropiadas por
esa misma razón. Por cierto, en un estudio llevado a cabo en las redacciones de las
cadenas televisivas norteamericanas NBC y CBS, y de las revistas Time y Newsweek,
el sociólogo Herbert Gans sostiene que las noticias que no se adaptan a los parámetros
del formato, como las historias que no tienen una conclusión, pueden ser excluidas o
relegadas con las de breve duración (GANS, 1979, citado por WOLF, 2004: 129).

En rigor, los acontecimientos que -como los indicios de una emergencia o las
advertencias sobre su probable ocurrencia- no se ajustan fácilmente a los criterios de
noticiabilidad, no se corresponden ni con las rutinas cotidianas que hacen a la
producción informativa de los medios, ni con los modelos y preceptos inherentes a la
cultura profesional de los periodistas. En consecuencia, no obtienen estatuto de noticias,
quedando al margen “de los conocimientos sobre el mundo adquiridos por el público a
través de la comunicación de masas” (WOLF, 2004: 116-117).

65
En síntesis, puede decirse que el formato no sólo impone los límites de espacio o de tiempo
correspondientes al producto informativo (según se trate de un noticiero, un diario o un programa de
radio), sino también, como se desprende de Wolf, la necesidad de recontextualizar el contenido –es decir,
los acontecimientos- respetando los elementos de composición, estilísticos y formales que se ajustan a las
expectativas del público (WOLF, 2004: 129 y 150).

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 38
Evidentemente, los valores/noticia ayudan a comprender la paradoja de que los indicios
y las advertencias no lograran repercusión sino una vez acaecida la emergencia, con sus
múltiples derivaciones y consecuencias. Es que, como si fuera una metáfora, sólo
consiguieron superar el umbral de noticiabilidad cuando los límites de algunos cursos
de agua se vieron desbordados. Para ese momento distintos barrios de la ciudad ya se
encontraban anegados o inundados, y miles de habitantes, por su parte, evacuados66.

De todas maneras, consultada acerca de este fenómeno por el cual la prensa se hizo eco
de las circunstancias y los avisos que preanunciaban la emergencia -o que permitían
inferirla- recién cuando la inundación devino en el evento local por excelencia, Silvia
Carafa instó a reflexionar respecto a la noticia y sugirió el ejercicio de un periodismo
preventivo: “¿Qué es un periodista? ¿Un megáfono que amplifica las cuestiones que
pasan y se convierten en noticia, o puede ser un ojo atento y decir: <<Esta gente no
puede seguir viviendo así, démosle voz>>?”67.

Como cronista experimentada, en alguna medida consciente de que los criterios de


noticiabilidad están orientados hacia la eficiencia y que, por ende, las rutinas y los
valores profesionales importan restricciones a la información que producen los medios

66
De acuerdo a los diarios relevados, la publicación de los indicios y las advertencias estuvo supeditada
al advenimiento de la emergencia. A modo de ejemplo, el miércoles 28 de marzo La Capital abrió la
sección La Ciudad con la noticia titulada: “La intensa lluvia desbordó canales y ya hay más de dos mil
evacuados”. Recién a partir de entonces –es decir, con la emergencia a cuestas-, el decano puso en
evidencia la demora que presentaban los trabajos de profundización de los cauces rebalsados,
indispensables para prevenir inundaciones, a través del título “Obras en canales desbordados” (La Capital,
miércoles 28 de marzo de 2007, págs. 3 y 4, en Anexo, págs. 195 y 196); además, un recuadro adjunto
apuntó que “[…] la utilización de un sistema de alerta hubiera evitado la inundación”. En la misma
sección, la edición del domingo 8 de abril advirtió a los lectores acerca del cambio climático y sus
derivaciones catastróficas mediante el inquietante titular “El futuro llegó” (La Capital, domingo 8 de abril
de 2007, p. 12, en Anexo, p. 266).
No es un dato menor comprobar que una actitud idéntica se repitió en los otros diarios estudiados, donde
la trascendencia de los indicios y las advertencias también se subordinó al embate de la emergencia. Así,
una vez que ya había “Más de 2.200 evacuados […]” –según redondeó-, El Ciudadano se valió de un
recuadro titulado “Para que no vuelva a ocurrir, una obra fundamental que llega con tardanza” (El
Ciudadano, miércoles 28 de marzo de 2007, págs. 2 y 3, en Anexo, págs. 272 y 273, respectivamente). En
tanto, el lunes 2 de abril este medio advertía sobre “Los perjuicios del monocultivo” y sugería que era
“Hora de actualizarse”, puesto que “[…] los estudios hidrológicos sobre los que se planifican las obras
contra inundaciones quedaron viejos debido al cambio climático” (El Ciudadano, lunes 2 de abril de
2007, p. 4, en Anexo, p. 298).
Por su parte, Rosario 12 publicó quejas de algunos referentes de los barrios anegados en virtud de “las
demoras de la burocracia para canalizar el Ibarlucea […]” y porque sus pedidos de evacuación previos a
la inundación habían sido desestimados (Rosario 12, Miércoles 28 de marzo de 2007, págs. 2 y 3, en
Anexo, págs. 325 y 326). En consonancia con los otros matutinos, unos días después este periódico
incluyó notas referidas al cambio climático y a la tardanza en la ejecución de las obras hídricas (Jueves 5
de abril de 2007, p. 2, en Anexo, p. 347).
67
Entrevista a Silvia Carafa, Anexo, p. 140.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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de comunicación, sopesó: “Es probable que en cualquier redacción del mundo te digan:
<<¿Y cuál es la noticia? ¿Se cayeron al río por la erosión de la barranca o no?>>.
Entonces llegamos al corazón de la cuestión, que implica un debate complejo”68.

Para finalizar este capítulo sólo resta citar la posición asumida por la periodista de La
Capital, ya que se torna fundamental a la hora de repensar la práctica profesional, tanto
en términos generales como, específicamente, ante los indicios y las advertencias de
eventuales escenarios de crisis: “Un periodista no es solamente una noticia. […] En mi
caso yo no privilegio la noticia por sobre todas las tareas; la noticia es el emergente, a
mí me interesan las historias que las generan”69.

68
Entrevista a Silvia Carafa, Anexo, p. 140.
69
Ídem.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 40
Capítulo 3: Cuando el tiempo apremia

3.1 Lunes por la madrugada, sobre la hora de cierre

Durante la noche del lunes 26 de marzo de 2007 la ciudad de Rosario enfrentó, una vez
más, una inundación. El episodio comenzó a desarrollarse aproximadamente en el
mismo horario en el que los diarios locales suelen cerrar sus ediciones, agravándose por
la madrugada, cuando los canales por donde drenan las aguas provenientes de los
campos de la región se vieron desbordados70.

El dato precedente permite comprender la escasez de información que presentaron al


respecto los tres matutinos rosarinos al día siguiente, es decir, el martes 27 de marzo.
De hecho, si no fuera por el horario inhóspito de su desenlace tampoco se entendería por
qué la inundación no fue el titular principal en las portadas de ninguno de esos
periódicos71.

En efecto, Claudio González, periodista de La Capital, explicó que esa carencia


informativa se debió a que el suceso ocurrió “sobre el cierre de la edición”. “Hay un
cierre, hay tiempos que respetar: a las seis, siete, ocho o nueve de la noche algunas
páginas se van cerrando, es una característica del diario de papel”72.

Evidentemente, el apremio les jugó una mala pasada a las redacciones. Basta mencionar
que la primera noticia sobre este tema publicada por La Capital ocupó sólo 49 líneas y
se valió de una sola fuente, a pesar de que la propia nota ya daba cuenta de la existencia
de evacuados y, por lo tanto, de un acontecimiento sumamente trascendente en el
ámbito local73. En contraste, la licitación de las obras de refacción de los muelles del
Parque España obtuvo más del doble de líneas (116), siendo la noticia de apertura de la
misma sección (La Ciudad) del diario74.

70
En este sentido, el martes 27 de marzo el diario Rosario 12 publicó que al cierre de esa edición el
responsable de Defensa Civil, Marcos Escajadillo, vaticinaba un pico de crecida del canal Ibarlucea para
la madrugada (Anexo, p. 323).
71
Ver Anexo, págs. 190-193, 269-270 y 322-323.
72
Entrevista a Claudio González, Anexo, p. 143.
73
Como parámetro de la brevedad de esa primera noticia, cabe acotar que la mitad de la página que se le
asignó estuvo destinada a mensajes publicitarios y a la columna “Sociales”, que contó con 30 líneas.
74
La Capital, martes 27 de marzo de 2007, págs. 4 y 6, en Anexo, págs. 192 y 193.

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La periodista María Laura Favarel, quien se desempeña en la sección aludida, también
relacionó este exiguo tratamiento inicial que recibió la inundación con el
condicionamiento de tiempo que implica el horario de cierre de los periódicos: “El
diario [por La Capital] cierra como máximo a las doce de la noche; a las diez se trata de
que la sección esté cerrada. Si se publicó algo tan pequeño fue porque no hubo tiempo y
el diario ya estaba en la planta [de impresión]. Cuando algo pasa a última hora no tenés
la gente ni la capacidad para producir. En este caso, al otro día [por el miércoles 28]
saltó todo”75.

Las ediciones de La Capital, El Ciudadano y Rosario 12 correspondientes al miércoles


28 de marzo confirman las palabras de Favarel, puesto que la inundación fue el tema
preponderante en las portadas de estos tres diarios que, en congruencia, abrieron sus
respectivas secciones locales resaltando que había más de 2 mil evacuados. Así, en El
Ciudadano y en La Capital la temática pasó de ocupar la página 6 a ubicarse en la 2 y en
la 3, respectivamente, y en todos los matutinos aumentó de forma ostensible la cantidad
de líneas y el espacio asignado a las fotografías76.

La diferencia exhibida por los periódicos entre sus ediciones del martes y del miércoles
también se explica por el hecho de que, en un principio, los periodistas desconocían la
magnitud de lo que estaba pasando. “Si no se dispone de mucha información [sobre el
suceso] y no se sabe la dimensión que tiene, no se le puede dar una tapa de sección,
porque a lo mejor es una lluvia más”, señaló Favarel77. En tanto, González comentó: “A
veces, a pesar de haber estado en el lugar, hasta que no ves una foto aérea no sabés qué
fue lo que pasó”78.

En otras palabras, resultaba difícil que el alcance de la emergencia se viera reflejado en


los diarios cuando los periodistas todavía lo ignoraban. A propósito, no debe perderse
de vista que, como sostiene Sibila Camps, una catástrofe es noticia –entre otros
factores- según su magnitud (CAMPS, 1999: 21).

75
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, p. 134.
76
Esto puede apreciarse revisando en el Anexo las ediciones de La Capital, El Ciudadano y Rosario 12 de
ese día (págs. 194-197, 271-273 y 324-326) y la “Tabla analítica” (págs. 161, 172 y 182).
77
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, p. 133.
78
Entrevista a Claudio González, Anexo, p. 147.

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En estas condiciones no resulta extraño que los periódicos priorizaran aquellos asuntos
sujetos a una programación previa y que, por lo tanto, podían ser abordados con más
tiempo. Entre ellos cabe citar las noticias tituladas “Una nueva propuesta para los
maestros”79, donde se exponían los resultados de una reunión convenida con prelación
entre la Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafé) y autoridades del Ministerio de
Educación de la provincia, y “Licitan la reparación de los muelles del parque España” 80,
una información obtenida del Boletín Oficial conforme al cronograma licitatorio que
había divulgado el Ministerio de Planificación Federal y anunciada un mes antes por el
presidente Néstor Kirchner.

Al respecto, el sociólogo Mauro Wolf considera que los medios de comunicación tienen
una continua necesidad de cubrir acontecimientos programados con anterioridad, ya que
esto les permite organizar racionalmente la distribución de sus recursos. Además, tal
como se desprende del párrafo precedente, el investigador italiano afirma que el
suministro de informaciones fiables sobre los eventos susceptibles de planificación es
un requisito que satisfacen las instituciones, los órganos oficiales y los grupos de poder
(WOLF, 2004: 136).

Por lo visto, al momento de iniciarse la emergencia los periódicos rosarinos ya tenían


otros temas preestablecidos para publicar en la sección local. De hecho, las redacciones
llevan un registro de aquellos acontecimientos previamente notificados o previstos con
tiempo y que ameritan ser cubiertos “debido a su indudable importancia pública”, lo que
les permite estructurar su trabajo “con cierta antelación”. Este procedimiento tendiente
a programar la actividad informativa se denomina dietario, diario o agenda, y reúne
cuestiones que, en su mayoría, pertenecen “a la esfera político-institucional-
administrativa o judicial” (WOLF, 2004: 143).

En este contexto, para la edición correspondiente al martes 27 de marzo los


profesionales de los diarios rosarinos contaban con al menos dos sucesos de dietario
significativos, uno de ellos referido a una obra de envergadura para la ciudad, y el otro a

79
Rosario 12, martes 27 de marzo de 2007, p. 3, en Anexo, p. 323.
80
La Capital, martes 27 de marzo de 2007, p. 4, en Anexo, p. 192.

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una negociación salarial entre la Provincia y el gremio docente 81. Sin embargo, sobre el
cierre de la edición debieron rebuscárselas para que la reciente inundación apareciera de
alguna manera en los matutinos.

En tales circunstancias, y al recordar que el agua irrumpió en Rosario entrada la noche,


Favarel admitió: “Cuando pasan estas cosas a última hora y con el diario ya casi
armado, se hace lo que se puede, y al día siguiente se ve qué fue lo que pasó y qué tan
grave fue”82. Asimismo, su compañero González sugirió que frente a estos fenómenos
“dinámicos y repentinos” hay que informar “con lo que se tiene, tratando de ser
riguroso, y después se va ampliando si el problema se profundiza”83.

En coincidencia, Camps observa que cuando una catástrofe ocurre “sobre la hora de
cierre”, el despliegue que se le da al tema en los medios gráficos se ve reducido “por la
imposibilidad periodística de cubrir el hecho con amplitud”. “De todos modos, con los
periodistas y fotógrafos disponibles se realiza la cobertura más profunda posible,
pensando en la edición del segundo día” (CAMPS, 1999: 266).

Sumado a esto, al repasar los periódicos de esa fecha se encuentran signos de que
durante el advenimiento de la emergencia las secciones de los diarios ya estaban
prácticamente diagramadas y compaginadas de una manera determinada. De ahí que en
Rosario 12 la primera noticia acerca de la inundación fuera publicada en una página
destinada a la ciudad de Santa Fe, y debajo de la información vinculada a la propuesta
formulada por el gobierno provincial a los representantes de los docentes84. A su vez, en
La Capital y en El Ciudadano la novedad apareció recién en la página 6, pese a que
ambas publicaciones dedicaron sus fotos de portada a las consecuencias del diluvio85.

Como se aprecia, aunque inicialmente los acontecimientos de dietario tuvieron


prioridad, desde el comienzo mismo de la emergencia los periódicos abrieron paso a la
inundación, mostrando cierta flexibilidad en su diagramación. El caso de Rosario 12,

81
Según la portada de ese día, Rosario 12 presentó una noticia de dietario más: la decisión formal de la
Convención Provincial de la Unión Cívica Radical de incorporarse al Frente Progresista Cívico y Social.
82
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, p. 134.
83
Entrevista a Claudio González, Anexo, p. 143.
84
Rosario 12, martes 27 de marzo de 2007, p. 3, en Anexo, p. 323.
85
Véanse las ediciones de La Capital y El Ciudadano del martes 27 de marzo de 2007 (Anexo, págs. 190-
193 y 269-270).

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donde esta noticia apareció en una página explícitamente asignada a la ciudad de Santa
Fe, pone en todo su relieve la metáfora que compara el proceso de selección de las
noticias a un acordeón: “[…] algunas noticias son añadidas, cambiadas de sitio,
incorporadas en el último momento” (WOLF, 2004: 146).

Resulta que, a diferencia de lo que ocurre con los asuntos de dietario, las situaciones de
emergencia se definen –entre otras cosas- por la ruptura y la excepcionalidad86. En
consecuencia, ante una contingencia de estas características el tiempo del que disponen
los periodistas para reunir la información y publicarla es escaso, a la vez que existen una
diagramación y una compaginación relativamente planificadas en función de otros
temas menos vertiginosos. En esta línea, la periodista Silvia Carafa aseveró: “Las cosas
que hacés tranquilo todos los días, en una emergencia las tenés que hacer en un
segundo. Una emergencia siempre te plantea cosas perentorias […]; no podés planificar.
Es todo al toro”87.

Por ende, podría decirse que las situaciones de emergencia son la contrapartida exacta
de los acontecimientos de dietario. Dicho de otro modo, la cobertura de una emergencia
no se puede programar con antelación, como sí sucede cuando el Estado convoca a un
sindicato para gestionar un acuerdo salarial, se formaliza la licitación de una obra
pública o se desarrolla un cónclave partidario, que son ocasiones donde hay fechas y
hasta horarios estipulados.

En síntesis, la escasa información ofrecida en las primeras noticias respecto a la


inundación se debió a que el aluvión aconteció sobre la hora de cierre de los diarios, por
lo que los periodistas trabajaron a contrarreloj y, además, ya había otros temas –como
los de dietario, susceptibles de programación- listos para ser publicados. Por otro lado,
más allá de que en estos casos pueden existir indicios que anticipen la emergencia, no es
factible saber a ciencia cierta en qué momento sucederá ni qué dimensión tendrá, lo que
impide o dificulta la planificación de su cobertura periodística; de modo que, cuando
irrumpe, se realiza el mayor abordaje posible con los recursos y la información
disponible.

86
Para ampliar, ver 1.1.
87
Entrevista a Silvia Carafa, Anexo, p. 136.

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Capítulo 4: Las fuentes de información en una emergencia

4.1 Prevalencia de las fuentes de autoridad

Para cumplir con su labor, los periodistas necesitan recabar información, un requisito
que es satisfecho por fuentes de diversa índole, y con distintos grados de autoridad,
institucionalidad, jerarquía y credibilidad. En tal sentido, Wolf reseña ciertas razones o
criterios que explican la elección de las fuentes habitualmente utilizadas por la prensa:
la oportunidad o conveniencia, la productividad, la fiabilidad, la credibilidad y la
autoridad que detentan (WOLF, 2004: 136).

A partir de estos factores, entonces, es posible comprender mejor la consulta recurrente


a fuentes de Defensa Civil en las primeras noticias acerca de la inundación publicadas
por los periódicos locales. De hecho, puede decirse que la elección del jefe de
Operaciones de Defensa Civil como fuente exclusiva –al menos explícita- de la primera
nota que publicó La Capital respecto a la inundación fue oportuna y conveniente, ya que
posibilitó que sobre el cierre de la edición el diario elaborase la noticia, a pesar de la
prisa y de contar con medios escasos a su disposición88.

Asimismo, frente al contexto de emergencia los responsables de Defensa Civil


aparecían desde un primer momento como fuentes de autoridad sumamente productivas.
En efecto, este tipo de fuentes institucionales suelen prevalecer en virtud de su
productividad: “[…] suministran suficientes materiales para confeccionar las
noticias, permitiendo así a los aparatos no tenerse que dirigir a demasiadas fuentes para
obtener los datos o los elementos necesarios” (WOLF, 2004: 136).

Es preciso señalar que, según Wolf, la productividad de una fuente va unida a dos
aspectos relacionados: a la calidad del material que está en condiciones de ofrecer, y a la
necesidad del medio de comunicación de limitar la cantidad de fuentes por consultar, de
modo de no tener costos elevados ni tiempos dilatados (WOLF, 2004: 136). En otras
palabras, una fuente es productiva cuando es capaz de suministrar suficiente

88
A propósito de la escasez de recursos, la periodista María Laura Favarel contó que en ese momento la
mayor parte del staff de La Capital trabajaba por la mañana, quedando unos pocos cronistas durante la
tarde y la noche (Anexo, p. 134).

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información de calidad, lo que permite ahorrar recursos en el proceso de elaboración de
la noticia.

En el escenario de emergencia que afrontaba la ciudad, debido a su cargo y a su rol, el


jefe de Operaciones de Defensa Civil devenía uno de los funcionarios más indicados
para brindar información de calidad sobre el acontecimiento (por ejemplo, en cuanto a
las zonas anegadas y las que corrían riesgo, los operativos de evacuación, el número de
evacuados y su destino, etc.). Precisamente, mediante la consulta a este único
funcionario La Capital pudo confeccionar la primera noticia acerca de la inundación
sobre su hora de cierre, evitándose acudir a una variedad de fuentes cuando el tiempo
apremiaba.

En virtud de su productividad, durante la inundación los responsables de Defensa Civil


se convirtieron en fuentes recurrentes de todos los diarios rosarinos puesto que, al
disponer de información relevante, propiciaban un ahorro de los costos y los tiempos en
la recolección del material informativo. “Las fuentes oficiales tendencialmente cubren,
mejor que las demás, dichas necesidades organizativas de las redacciones” (WOLF,
2004: 136).

En esta sintonía, no es casual que la única fuente utilizada en aquella primera noticia
publicada por La Capital haya sido la autoridad encargada de la logística de Defensa
Civil: “[…] en igualdad de condiciones, los periodistas prefieren hacer referencia a
fuentes oficiales o situadas en posiciones institucionales de autoridad […]” (WOLF,
2004: 137).

Consecuentemente, ante la irrupción de la emergencia los otros matutinos se valieron de


esa misma fuente, o bien acudieron al titular del organismo, añadiendo al vocero de la
Empresa Provincial de la Energía (EPE) y a la Policía, que también eran fuentes de
autoridad89.

89
En este sentido, Silvia Carafa contó que, pese a que era prácticamente imposible planificar la cobertura,
sí se definía la necesidad de acudir a quienes tenían responsabilidad sobre los centros de evacuados, ya
que estos funcionarios aportaban precisiones sobre cómo se estaban distribuyendo los damnificados, su
estado de salud y otros datos relevantes.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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En este marco, el notorio predominio de las fuentes gubernamentales fue el
denominador común de todos los periódicos90. En concordancia, un análisis exhaustivo
arrojó que la fuente más consultada fue el intendente de la ciudad; en tanto, entre las
instituciones y los organismos mencionados con mayor frecuencia se destacaron los tres
niveles del Estado y algunas de sus dependencias, como Defensa Civil y las secretarías
de Salud, Hacienda, Promoción Social, Promoción Comunitaria, la EPE y el Ejército91.

Al respecto, Wolf entiende que la superrepresentación de la esfera político-


institucional radica “en los procesos rutinizados de recogida de los materiales” (WOLF,
2004: 133). Por cierto, los periodistas entrevistados coincidieron en que la consulta a las
fuentes oficiales forma parte de sus rutinas de trabajo cotidianas y, en congruencia, eso
fue lo que hicieron ante la inundación ya que, además, no tenían tiempo para planificar
una cobertura peculiar: “En una emergencia es todo muy rápido. No tenés mucho
tiempo de pensar a quién le vas a preguntar. En general está muy claro a quién: en
primer lugar a los protagonistas del hecho, y después a los funcionarios a los que les
compete la situación”92.

En rigor, los profesionales manifestaron que cuando sobrevienen eventos críticos en la


ciudad, siempre se procura recoger in situ el testimonio de las personas damnificadas, a
la vez que se torna imprescindible consultar a las autoridades competentes. Esta
dinámica de trabajo, donde se aprecia la gravitación que, indefectiblemente, adquieren
las fuentes oficiales, fue resumida por Ernesto Ávila, periodista de El Ciudadano: “Está
el que sale a la calle con la misión de acercase lo más posible al suceso, pero el que se
queda acá [en la redacción del diario] tiene que ir chequeando telefónicamente la
situación con fuentes gubernamentales y de Defensa Civil, o también con testimonios de
especialistas que ayudan a comprender qué pasó”93.

La modalidad de trabajo descripta hasta aquí goza de soporte teórico. Así, de Wolf se
desprende que las fuentes en posiciones de autoridad formal están en condiciones de
proveer información fiable, lo que reduce el número de controles necesarios para

90
Ver Anexo, “Recurrencia de las fuentes utilizadas por La Capital, El Ciudadano y Rosario 12”, p.160.
91
Ver Anexo, “Recurrencia de instituciones, organismos estatales y otras instituciones”, págs. 170-171,
179-181 y 187-188.
92
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, p. 129.
93
Entrevista a Ernesto Ávila, Anexo, p. 149.

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chequear el material y, en definitiva, genera que la esfera político-institucional obtenga
en las noticias un protagonismo elevado. Es más, las fuentes oficiales o en posiciones
institucionales de autoridad, según Gans, son asumidas como más creíbles en virtud de
que sus acciones y opiniones representan el punto de vista oficial, por lo que –entiende
el autor- no pueden permitirse mentir deliberadamente (WOLF, 2004: 136; GANS,
1979, citado por WOLF, 2004: 137).

Por consiguiente, recurrir a este tipo de fuentes es una práctica tan habitual como
conveniente a la hora de recolectar la información. A su vez, resulta apropiada para
cotejar los demás datos y testimonios reunidos. De ahí que, como expresó Claudio
González, la información recogida sea chequeada con las autoridades: “[…] cotejar toda
esa información que tenés y verificar que los datos sean precisos, generalmente se hace
con una fuente oficial. El dato más preciso seguramente te lo van a dar las
autoridades”94.

A partir de lo antedicho se comprende la necesidad de corroborar la información


sensible95 con fuentes de autoridad: “[…] la fuente oficial confirma el deceso, la muerte,
el herido o el estado de salud”, subrayó el cronista. Además, el punto de vista oficial es
indispensable para conocer las medidas de contención y reparación que se llevan
adelante desde el Estado, al tiempo que permite brindar un panorama más completo y
equilibrado de la situación, ya que, como bien redondeó este periodista: “[…] está la
víctima y el funcionario que se encarga del tema”96.

En este sentido, para María Laura Favarel durante la inundación la selección de las
fuentes estuvo determinada por dos criterios diferentes pero complementarios, a saber,
la cercanía y la autoridad: “Las autoridades te aportan un dato más frío en cuanto a
números, o la respuesta de por qué sucedió la emergencia o el desastre, mientras que la
gente que lo padeció, que estuvo ahí [por su cercanía respecto al suceso], te dice cómo
lo vivió […]. Uno sabe lo que necesita y a quién preguntárselo, son dos cosas distintas
que se complementan”97.

94
Entrevista a Claudio González, Anexo, p. 143.
95
Según el artículo 2 de la Ley 25.326 de Protección de Datos Personales se entiende por datos sensibles,
entre otros, a la información referente a la salud de las personas.
96
Entrevista a Claudio González, Anexo, págs. 143 y 145.
97
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, p. 130.

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En realidad, en la selección de las fuentes, al igual que en las demás instancias del
proceso de producción de la información, intervienen los criterios de noticiabilidad que
los periodistas interiorizan y practican, de modo que, normalmente, terminan
prevaleciendo aquellas fuentes que más satisfacen dichos requisitos: “[…] los canales
de recogida del material están profundamente estructurados en función de valoraciones
sobre su noticiabilidad, y en su funcionamiento acaban subrayando y reforzando los
criterios de importancia […]” (WOLF, 2004: 133).

Por lo visto hasta el momento, en el caso estudiado las autoridades estaban en


condiciones de satisfacer, entre otros, los valores/noticia de la conveniencia, la
productividad, la autoridad, la fiabilidad, la credibilidad, la exhaustividad y el
equilibrio. Por su parte, dada su evidente cercanía o proximidad con relación al lugar de
los hechos, y en tanto víctimas del desastre, los damnificados podían brindar respuestas
sobre qué había pasado y cómo había ocurrido.

Con todo, en razón de la superrepresentación de la esfera político-institucional antes


aludida, el grado y nivel jerárquico de los sujetos implicados en el acontecimiento fue
un factor que adquirió una incidencia significativa a la hora de ponderar la
noticiabilidad de los sucesos. En caso contrario no se explicarían las recurrentes
menciones a destacadas fuentes institucionales y gubernamentales, ni la presencia
constante de informaciones basadas en las iniciativas y las declaraciones de
representantes de diversas instituciones y funcionarios estatales. De hecho, la
importancia de un evento es valorada, entre otros elementos, de acuerdo a la jerarquía
de aquellos a los que involucra, “[…] tanto en lo concerniente a las instituciones
gubernativas como a los demás organismos y jerarquías sociales” (WOLF, 2004: 123).

4.2 Pertinencia de otras fuentes de jerarquía

Si bien no es un rasgo que deba circunscribirse sólo a las situaciones de emergencia, los
entrevistados señalaron que ante estos episodios críticos es pertinente valerse de fuentes
que gocen de cierto reconocimiento o jerarquía en la comunidad afectada. Sobre este
punto, la especialista Susana Sainz resaltó: “Para los periodistas es muy importante ir a
los referentes por su cercanía [respecto al suceso] y por la confianza que las personas
ponen en ellos, porque si el informante […] es alguien valorado y reconocido por la

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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comunidad, la información ya viene con una valoración que predispone a recibirla
mejor y la gente se puede sentir identificada”98.

De igual manera, la credibilidad de las fuentes que poseen algún grado de


reconocimiento en su entorno social también puede ser más fácilmente valorada por los
periodistas, lo que no ocurre con las personas totalmente desconocidas. En esta sintonía,
Favarel indicó: “Nosotros vamos a los referentes, los conocemos de otras coberturas
previas, entonces eso te da más confianza que cualquiera que me encuentro desesperado
por la calle porque se le inundó la casa: yo no puedo tomar como fuente primaria a esa
persona”99.

Tal como plantea Wolf, las fuentes que en otras oportunidades han suministrado
materiales fiables tienen “buenas probabilidades de volver a ser utilizadas” o, en otras
palabras, resultan convenientes (WOLF, 2004: 136). En efecto, durante la emergencia
aquellas fuentes que gozaban de reconocimiento en la comunidad -y que, a su vez, eran
conocidas por los periodistas- podían aportar información fidedigna sobre los problemas
que se vivían en los barrios donde desarrollaban su labor: “[…] a través de nuestro
trabajo, y por diferentes motivos, nosotros sabemos quiénes son los actores sociales que
están en el terreno; se trata de personas que están en contacto con la realidad o con lo
que pasó. Aparte hay una confianza que se establece con esas fuentes a partir del trabajo
que hacemos”, afirmó Claudio González100.

En el caso estudiado, debido a la carencia de infraestructura y a las precarias


condiciones de vida que se desarrollaban en los sectores asediados por el agua, ya
existían organizaciones, dirigentes barriales y otras personalidades que llevaban años
trabajando en las diversas problemáticas que se presentaban en esos territorios.

Precisamente, por su labor territorial, el sacerdote Daniel Siñeriz, la monja María


Jordán, el Grupo Independiente Rosarino Organizado Solidariamente (Giros) y
Leonildo Foresto –de la agrupación Nunca Más Inundaciones (Numain)- eran
reconocidos por los vecinos y conocidos por los periodistas, de modo que devinieron en

98
Entrevista a Susana Sainz, Anexo, págs. 126 y 127.
99
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, p. 131.
100
Entrevista a Claudio González, Anexo, págs. 143 y 144.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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una referencia necesaria para recabar información sobre qué estaba pasando y cómo se
vivía en esos asentamientos: “Giros, la hermana [María] Jordán, [el sacerdote Daniel]
Siñeriz, están ahí, conocen lo que pasa y a la gente, te dicen con quiénes podés hablar -
ilustró Favarel- […] nosotros sabíamos lo que hacían, entonces acudimos a ellos sin
dudarlo”101.

A su vez, en función de las iniciativas y las tareas que emprendieron a partir de la


inundación, algunos de estos informantes se fueron transformando en fuentes estables,
pasando a ser, incluso, el sujeto de la noticia. Así, la nota titulada “Hubo barrios que
generaron sus propios espacios de contención”102 estuvo dedicada a los sitios que la
agrupación Giros y los religiosos Siñeriz y Jordán improvisaron para alojar a los
autoevacuados y a los varones mayores de 14 años, quienes no podían acceder a los
centros de evacuación oficiales. En tanto, El Ciudadano se hizo eco de la intervención
de otras organizaciones políticas y sociales, como la Federación de Tierra y Vivienda
(FTV), la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y Barrios de Pié, tomando como
fuentes a sus respectivos coordinadores y resaltando que “[…] están en relación directa
y cotidiana con los sectores más desprotegidos de Rosario”103.

Según Wolf, los movimientos que se cohesionan en la sociedad civil en torno a


problemas particulares empiezan a superar el umbral de noticiabilidad cuando se
vuelven lo suficientemente significativos como para atraer el interés del público, o bien
cuando generan acontecimientos congruentes con los criterios de noticiabilidad de los
medios masivos: “[…] a nivel comunicativo, estos movimientos producen todo aquello
de lo que los media <<se alimentan>> (documentación que puede ser objeto de
controversia, materiales informativos para ser utilizados, figuras de líder,
manifestaciones, a veces enfrentamientos en la calle y por tanto material visual, etc.)”
(WOLF: 2004: 121-122).

Cabe destacar que la notoriedad y la relevancia de Giros y de Siñeriz fueron


ampliándose desde el comienzo mismo de la inundación, justamente, a partir de sus
reclamos, de la información que aportaban, de la controversia que suscitaban sus

101
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, págs. 130 y 131.
102
La Capital, viernes 30 de marzo de 2007, p. 8 en Anexo, p. 209.
103
El Ciudadano, jueves 29 de marzo de 2007, p. 4, en Anexo, p. 277.

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propuestas y de una serie de manifestaciones que, vale recordar, incluyeron acampes
frente a la Municipalidad104. La noticiabilidad de este tipo de acontecimientos –explica
Wolf- hace que los medios se vean obligados a hablar de los movimientos que los
promueven, lo que aumenta su importancia, acelerando el proceso hacia su
institucionalización: “Dichos movimientos acaban convirtiéndose, por tanto, en fuentes
estables (y no ya ocasionales y controvertidas) de los aparatos de los media” (WOLF:
2004: 122).

Recapitulando, por razones de credibilidad es aconsejable acudir a las fuentes que


poseen cierta jerarquía o reconocimiento en la comunidad, ya que no sólo están en
contacto con los problemas del lugar, sino que, además, los periodistas suelen
conocerlas, pudiendo evaluar su fiabilidad con mayor facilidad. A propósito, la Guía
para la cobertura periodística responsable de desastres y catástrofes (2013) insiste en
la importancia de conocer y cultivar a las fuentes antes de ser sorprendidos por una
situación de emergencia. De acuerdo a la Guía, el conocimiento previo de los
informantes se torna fundamental puesto que, una vez en medio de la emergencia, “[…]
la velocidad del flujo informativo obstaculiza la posibilidad de generar vínculos eficaces
con las fuentes”105.

En este sentido, Favarel se refirió a las desventajas que supone el desconocimiento de


los referentes del lugar afectado por una emergencia: “Me parece que si uno sería de
afuera no sabría bien con quién hablar, si su fuente es confiable o no, si realmente sabe
de lo que habla o le empieza a decir cualquier cosa”106. Por su parte, Ernesto Ávila
remarcó: “Cuanto más conocés a las fuentes, mejor. Si te toca un terreno desconocido
estás más complicado. En esta sección, quien más, quien menos, tiene un conocimiento
previo de los referentes. Y si no lo hay, hay que tener mucho cuidado –advirtió-, porque

104
El sábado 19 de mayo de 2007 Rosario 12 tomó nota de uno de esos acampes; según la bajada de la
noticia, la protesta era llevada adelante por un grupo de vecinos “con el padre Daniel Siñeriz y la
agrupación civil Giros como referentes”: <http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/9-
8609-2007-05-19.html>. Un mes antes, el jueves 19 de abril, la portada de ese diario ya había identificado
en la figura del cura Siñeriz a “quien lidera el reclamo [de indemnización] de los inundados”:
<http://www.pagina12.com.ar/visor/fotos/rosario/20070419/tapa_o/070419.JPG>.
105
Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, Guía para la cobertura
periodística responsable de desastres y catástrofes, “Buenas prácticas para el tratamiento informativo de
desastres y catástrofes”: <http://www.defensadelpublico.gob.ar/sites/default/files/guiacatastrofes_0.pdf >.
106
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, p. 131.

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por más que sea necesario tener información de primera mano, en estos casos es difícil
chequearla”107.

Para Ávila, el periodista que no conoce a los referentes de los lugares donde golpea una
emergencia, ni los intereses que allí hay en juego, se enfrenta al riesgo de verse
avasallado por información tendenciosa y difícil de corroborar: “Si no tenés en claro
cuáles son las disputas, las fuentes te pueden llegar a convencer de una bomba que sería
un notición en caso de ser cierta. A veces el periodista que no está ducho mete la pata y
da como noticia una información muy parcial y equivocada”108.

Al respecto, en base a un artículo de la revista académica Palabra Clave, el TFI


Cobertura periodística de la Gripe A en los diarios de Rosario plantea que cuando se
trabaja con fuentes “desconocidas y diversas”, la labor de la prensa queda expuesta “a la
tergiversación y a la manipulación que produce la información inadecuada de los hechos
[…]” (NARDONE, 2010: 8).

Es más, en la investigación citada en dicho TFI, el catedrático colombiano Jesús Erney


Torres considera que las fuentes poco fiables, al igual que la falta de rigor y las
informaciones falsas, desembocan en equivocaciones que menoscaban la credibilidad
del medio y del propio cronista. Asimismo, apunta que la falta de análisis, de
confrontación de fuentes, documentación e investigación llevan a que los periodistas
actúen “con ignorancia y con vaga inmediatez frente a los hechos que atañen a
sociedades enteras” (TORRES, 2004).

Es por ello que el periodista y profesor de la Universidad de La Sabana insiste en


la necesidad de cotejar la información, sobre todo cuando se trata de acontecimientos
que involucran a buena parte de la sociedad (como, por ejemplo, una situación de
emergencia): “Al enfrentarse al cúmulo de información que se deriva de un hecho, es
deber del reportero valorar esos datos, contrastarlos en las fuentes y si es posible
verificarlo de manera personal” (TORRES, 2004). En una sintonía similar, Ávila

107
Entrevista a Ernesto Ávila, Anexo, p. 149.
108
Entrevista a Ernesto Ávila, Anexo, págs. 149 y 150.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 54
observó: “Es un ejercicio interesante procurar tener equilibrio para no dejarse avasallar
por información que no pueda ser chequeada”109.

Según se desprende de Wolf, los profesionales más expuestos a brindar interpretaciones


erróneas y a informar con cierta ligereza y descuido serían los periodistas genéricos –es
decir, no especializados-, ya que no conocen bien a las fuentes a las que se dirigen ni los
temas que abordan. El sociólogo italiano nota que, al ocuparse diariamente de asuntos
muy disímiles, estos periodistas mantienen con las fuentes un contacto “casual y
episódico” que incide “sobre su forma de observar los acontecimientos, sobre la
información que solicitan de las fuentes, sobre las noticias que de ellas extraen”
(WOLF, 2004: 138).

Por su parte, Gans entiende que, a raíz de la falta de conocimientos relativos a los
asuntos que deben indagar, como así también de las personas que se ocupan
específicamente de esas cuestiones, los periodistas genéricos suelen acudir a las fuentes
de autoridad, “cuya productividad y credibilidad es asumida [...]” (GANS, 1979, citado
por WOLF, 2004: 138).

Como la consulta a las fuentes de jerarquía o autoridad previene –al menos


parcialmente- la divulgación de impresiones inmediatas y datos tendenciosos, algunas
guías y manuales sugieren adoptar ese hábito frente a escenarios críticos. Sobre todo
porque cuando sobrevienen contingencias que involucran a gran parte de la sociedad, se
vuelve fundamental acercar a la población informaciones precisas, de manera que todo
lo que se dé a conocer esté debidamente acreditado. Además, no debe perderse de vista
que “[…] fuentes extrañas a lo mejor suministran informaciones que no pueden ser
comprobadas, creando por tanto incertidumbres” (GANS, 1979, citado por WOLF,
2004: 138).

De ahí que, con el fin de sortear las imprecisiones, la Guía para la cobertura
periodística responsable de desastres y catástrofes subraye la importancia de ofrecer
datos precisos y verificados “en fuentes de información jerarquizadas y fehacientes”.
Para ello promueve la creación de una “Sala de situación” integrada al Centro de

109
Entrevista a Ernesto Ávila, Anexo, p. 149.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 55
Operaciones de Emergencia, donde aquellos que trabajan en la gestión de un desastre
brindarían sus conferencias, “permitiendo canalizar y unificar la información”110.

Si bien en este punto la Guía hace alusiones explícitas a los funcionarios públicos,
también recomienda identificar cuáles son las principales fuentes no gubernamentales
vinculadas con la gestión de los desastres. En este sentido, hay que tener en cuenta que a
veces la propia magnitud de la emergencia exige que las organizaciones y los referentes
barriales trabajen en forma mancomunada con los organismos estatales. Así, en la
inundación de 2007 existieron espacios de contención -como la capilla San Joaquín y
Santa Ana y un galpón de una iglesia evangélica- que fueron coordinados de manera
conjunta por religiosos, organizaciones sociales y la Municipalidad. Además, el Centro
de Ex Combatientes de Malvinas de Rosario formó parte de los comités de emergencia
de la Provincia y el Municipio, por lo que intervino en los centros de evacuación
oficiales111.

La pertinencia de la información centralizada y respaldada en fuentes jerarquizadas que


propone la Guía también se justifica porque, siguiendo a Gans, debido a los escasos
conocimientos que poseen los periodistas genéricos respecto a las temáticas que tratan –
en este caso en lo concerniente a las situaciones de emergencia-, el exiguo repertorio
interpretativo de estos cronistas no especializados podría sucumbir fácilmente bajo un
exceso de informaciones contradictorias que, además, no tienen tiempo de ponderar
(GANS, 1979, citado por WOLF, 2004: 138).

En este marco, para concluir el presente apartado resulta propicio poner de relieve la
siguiente afirmación del sociólogo norteamericano Mark Fishman, quien en un estudio
sobre el proceso de elaboración de las noticias observó que los organismos y los grupos
formalmente constituidos siempre forman parte de la rutina de recogida de la
información: “Tanto si son asociaciones de vecinos como agencias federales, el cronista

110
Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, Guía para la cobertura
periodística responsable de desastres y catástrofes, “Buenas prácticas para el tratamiento informativo de
desastres y catástrofes”: <http://www.defensadelpublico.gob.ar/sites/default/files/guiacatastrofes_0.pdf >.
111
En la edición de El Ciudadano correspondiente al Martes 3 de abril de 2007, Juan Carlos Rodríguez,
quien era identificado como referente de la Federación de Tierra y Vivienda (FTV), declaraba: “Estamos
trabajando en conjunto y de manera coordinada con el Municipio, el Padre Siñeriz y los chicos del grupo
Giros”. En tanto, el sábado 31 de marzo el presidente del Centro de Ex Combatientes de Rosario, Rubén
Rada, explicaba al mismo diario que la entidad que presidía pertenecía a los comités de emergencia
(Anexo, págs. 300 y 287, respectivamente).

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 56
se remite a una estructura de actividades y de información ya constituida y
sistemáticamente organizada” (FISHMAN, 1980, citado por WOLF, 2004: 138).

4.3 Los testimonios vivenciales y las fuentes especializadas

Aunque hasta el momento se hizo hincapié en diversas razones o criterios que avalan la
presencia –e incluso la prevalencia- de aquellas fuentes con cierto grado de autoridad o
jerarquía, esto de ningún modo significa que los testimonios vivenciales deban ser
marginados del proceso de producción de la noticia. De hecho, la propia Guía para la
cobertura periodística responsable de desastres y catástrofes 112 aconseja diversificar las
fuentes (para proporcionar una variedad de perspectivas acerca del suceso) y dar a
conocer, respetuosamente, los casos representativos de la situación, contextualizando
los relatos de las víctimas.

A propósito, al ser consultados por el método de recolección del material informativo en


contextos de emergencia, los entrevistados describieron una dinámica de trabajo donde,
por un lado, se intenta tomar nota de los casos testigos y, por otro lado, obtener datos
duros113 y cotejar la información mediante fuentes oficiales o de autoridad. “Una cosa
es la cobertura en el lugar para ver cuáles fueron los daños y las víctimas, o para reflejar
casos testigos y cosas de color: cómo se inundó, cuándo entró el agua, hasta dónde lo
afectó, si lo evacuaron o no, si se autoevacuó”, detalló Claudio González. “Y, por otro
lado, tenés el trabajo de datos desde la redacción, que lo puedo hacer yo o lo puede
hacer un compañero –prosiguió-: afectó a tantos lugares, hubo tantos evacuados”114.

En esta sintonía, en su libro Periodismo sobre catástrofes Sibila Camps manifiesta que
la búsqueda de la información debe ir de lo particular a lo general, y viceversa, de modo
que el material global proporcionado por las autoridades y los testimonios de los

112
Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, Guía para la cobertura
periodística responsable de desastres y catástrofes, “Buenas prácticas para el tratamiento informativo de
desastres y catástrofes”: <http://www.defensadelpublico.gob.ar/sites/default/files/guiacatastrofes_0.pdf >.
113
A partir de las entrevistas realizadas y del material de prensa recopilado se desprende que estos datos
contemplarían, por ejemplo, las cifras de evacuados y la cantidad de heridos, fallecidos, agua caída,
escuelas sin clases y personas sin energía eléctrica; el monto económico de las pérdidas, el nivel de ríos y
arroyos, etc. Es más, según un escrito publicado por una de las cátedras de Metodología y Técnicas de
Investigación Social de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires
(UBA), los datos duros equivalen a los datos numéricos y se rigen por técnicas estadísticas, por lo que se
relacionan con factores cuantitativos.
114
Entrevista a Claudio González, Anexo, p. 143.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 57
damnificados puedan ser compatibilizados y equilibrados. De esta forma, para la
periodista -de reconocida trayectoria en la cobertura de desastres-, las personas “dejan
de ser un número en la lista de víctimas y adquieren nombre y apellido, un rostro, una
edad, un pasado, afectos y sentimientos. De la misma manera, de entre los testimonios
habrá que buscar los puntos en común, que muchas veces generarán nuevas preguntas a
las autoridades” (CAMPS, 1999: 192).

En efecto, a la hora de valorar el aporte de los testimonios vivenciales en escenarios de


crisis, Favarel se expresó en un sentido similar: “Hay que hablar con las autoridades y
con especialistas, pero también con la gente que vivía ahí o que perdió un familiar,
porque ellos lo vivieron, ellos lo sintieron, ellos lo pasaron” 115. En tanto, Ávila destacó:
“El contacto con la gente tenía la riqueza que te brindaba conocer la forma de vida y el
pensamiento de estos sectores sociales postergados que, de otra manera, no salen ni son
protagonistas”116.

En rigor, a través del trato con los damnificados los periodistas no sólo pueden conocer
y disipar algunas de las incertidumbres que aquejan a las personas que padecen la
emergencia, orientándolas, sino que el testimonio de estas fuentes les permite además
divulgar cuáles son las necesidades que les plantean, lo que contribuye a canalizar la
ayuda de la población. Al respecto, la Guía sugiere escuchar las necesidades
informativas que exponen los afectados, a fin de brindarles “una respuesta inmediata o
mediata que al mismo tiempo pueda orientar el accionar de la audiencia” 117.

Cabe acotar que, tal como postula Gans, tanto las noticias de servicio como las que
motivan una identificación por parte del espectador tienen la capacidad de despertar el
interés del público (GANS, 1979, citado por WOLF, 2004: 130). Por lo tanto, no debe
perderse de vista que la inclusión de testimonios vivenciales en una crónica sería crucial
para promover la identificación de los lectores con los damnificados, propiciando
asimismo su cooperación.

115
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, p. 130.
116
Entrevista a Ernesto Ávila, Anexo, p. 151.
117
Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, Guía para la cobertura
periodística responsable de desastres y catástrofes, “Buenas prácticas para el tratamiento informativo de
desastres y catástrofes”: <http://www.defensadelpublico.gob.ar/sites/default/files/guiacatastrofes_0.pdf >.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 58
Para remarcar la importancia que adquieren los testimonios de las víctimas y la empatía
que suscitan, González enfatizó: “Yo encuentro muchas veces la realidad de las cosas
hablando con las personas que las sufrieron. […] A veces es muy valioso
periodísticamente contar las vivencias de quienes sufrieron la catástrofe”. Luego, el
cronista de La Capital completó: “Me parece que hay que saber tener esa mirada, de ir
en busca del relato por ahí más pequeño pero que te puede aportar mucho”118. En este
sentido, Camps considera que, cuando está bien elegida y compaginada, la historia de
vida de una persona o de una familia puede sintetizar lo que le sucede a toda una
comunidad (CAMPS, 1999: 192).

Quizás por eso los testimonios de evacuados, testigos, vecinos y familiares de las
víctimas tuvieron una presencia significativa en todos los periódicos relevados, sólo
superada por aquellas fuentes que respondían a diversos organismos gubernamentales.
En cambio, la consulta a especialistas, investigadores y catedráticos fue menor y
excepcional.

Tabla 1. Recurrencia de las fuentes utilizadas por La Capital, El Ciudadano y Rosario 12.
Cuadro comparativo:

FUENTES LA CAPITAL EL CIUDADANO ROSARIO 12

Oficiales-
115 118 62
Gubernamentales
Vivenciales 90 34 22
Institucionales 27 23 16
Especializadas 5 6 5
“Off the record” 7 9 2
Otros medios 1 9 10

TOTAL 245 199 117

Dejando de lado las declaraciones de funcionarios de áreas específicas -como Defensa


Civil, la Dirección de Hidráulica o el Ministerio de Asuntos Hídricos-, las voces
especializadas no pertenecientes a la órbita gubernativa fueron requeridas unas pocas
veces: en seis oportunidades por El Ciudadano, y en cinco por Rosario 12 y La Capital.
Entre ellas se distinguieron los testimonios de psicólogos, climatólogos, ingenieros

118
Entrevista a Claudio González, Anexo, p. 145.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 59
agrónomos, arquitectos y epidemiólogos, que fueron publicados, sobre todo, los
domingos.

La coincidencia no es casual, sino que responde a que los domingos las ediciones de
estos periódicos cuentan con más páginas y, por ende, con más espacio, lo que favorece
el desarrollo de notas tendientes a un abordaje más profundo de los acontecimientos de
mayor trascendencia de la semana. Estas publicaciones, no obstante, aparecieron recién
al final de las secciones locales. En cuanto a su contenido, estuvieron referidas al
cambio climático, los perjuicios del monocultivo y las secuelas psicológicas de una
situación de emergencia119.

Como se aprecia, los testimonios de los estudiosos pasaron a un segundo plano, ya que
los periódicos priorizaron la consulta a funcionarios, representantes de una variedad de
instituciones, y el relato de los protagonistas y testigos de la emergencia. Por cierto, esta
escasez de voces especializadas contradice las recomendaciones que brindan algunas
guías y manuales elaborados por la OPS, la Unesco y la Defensoría del Público de
Servicios de Comunicación Audiovisual para fomentar el tratamiento responsable de la
información en contextos de desastre, donde –precisamente- se resalta la contribución
de los especialistas en la divulgación de información útil y preventiva.

En términos generales, de estas guías se desprende que el testimonio de los expertos se


torna fundamental para que la población comprenda la dimensión concreta del
fenómeno acaecido y los riesgos que acarrea, las medidas necesarias para prevenir
nuevos daños y también las formas adecuadas de enfrentarlo. A modo de ejemplo, la
Guía práctica de salud mental en situaciones de desastres (2006: 178) sugiere que los
voceros de las instituciones oficiales estén acompañados de profesionales especializados
y que estén trabajando en la respuesta a la emergencia, para poder despejar así dudas
específicas.

En tanto, la Guía para la cobertura periodística responsable de desastres y catástrofes


objeta que en oportunidad de las inundaciones que azotaron a las ciudades de La Plata y

119
En este último caso los especialistas vertieron conceptos idénticos a los esgrimidos por la
investigadora Susana Sainz, incluidos parcialmente en 1.1. La nota en cuestión se tituló Cubrir las
necesidades profundas y fue publicada por Rosario 12 el domingo 1º de abril de 2007 en la página 5
(Anexo, p. 338).

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 60
Buenos Aires en 2013 hubo una reducida aparición de voces de especialistas que
orientaran “el accionar responsable de la población y que brindaran información
preventiva […]”. Paralelamente, invita a buscar “fuentes que faciliten información sobre
avances científicos y tecnológicos que permitan pronosticar fenómenos de orden
natural, advertir sobre los riesgos a los que puede estar expuesta la población y sobre las
medidas preventivas a ejecutar”120.

Por su parte, el Manual de gestión de riesgos de desastre para comunicadores sociales


(2011: 25) señala la importancia de identificar y establecer vínculos “con expertos e
instituciones especializadas en los diversos temas relacionados con la gestión de riesgos
de desastre […]”. En concordancia, la Guía práctica de salud mental en situaciones de
desastres (2006: 170) da cuenta de que mediante el trabajo coordinado entre científicos,
autoridades y medios de comunicación es factible reducir la cantidad de muertes.

Por lo tanto, resulta evidente que un enfoque preventivo y tendiente a acercar a la


comunidad información relevante para hacer frente a una situación de emergencia
requiere de la consulta a fuentes especializadas. En el caso estudiado, si bien los diarios
acudieron a las autoridades competentes, la presencia de testimonios de expertos o de
profesionales ajenos a la jerarquía gubernativa fue exigua y secundaria, tal vez porque
la recolección de la información no estuvo orientada –al menos en un primer momento-
a un abordaje profundo del evento, sino más bien a responder las preguntas básicas del
periodismo. “[…] Primero está la víctima, primero está la persona, primero está el daño;
primero está contar qué sucedió ahí, qué fue lo que pasó. Primero están el qué, el quién,
el cómo, el cuándo y el dónde. Y después viene el por qué”, aseguró González121.

Bajo esta premisa –propia de los criterios de noticiabilidad y de la fragmentación de la


información que los periodistas practican-, es comprensible que el análisis de los
especialistas haya quedado relegado, postergándose el encuadre reflexivo y preventivo
de la situación. Es oportuno apuntar entonces que, según el sociólogo argentino Silvio
Waisbord, la ampliación de las áreas temáticas que incumben a la prensa demanda la

120
Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, Guía para la cobertura
periodística responsable de desastres y catástrofes, “Introducción” y “Buenas prácticas para el
tratamiento informativo de desastres y catástrofes”:
<http://www.defensadelpublico.gob.ar/sites/default/files/guiacatastrofes_0.pdf >.
121
Entrevista a Claudio González, Anexo, p. 144.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 61
necesidad “de ensanchar el espectro de fuentes consultadas”, ya que se hace imposible
cubrir “de un modo cuidadoso y en profundidad” ciertos temas si se los aborda, sobre
todo, a partir “de las mismas fuentes oficiales típicas en áreas tradicionales de cobertura
[…]” (WAISBORD, 2001: 87).

Para terminar, y en coincidencia con lo señalado por Wolf, a lo largo de este capítulo
pudo comprobarse que durante la inundación prevalecieron aquellos procedimientos de
recolección de la información que satisfacían simultáneamente varios requisitos: la
racionalización del trabajo, la reducción de los costos y de los tiempos, la fiabilidad y la
oficialidad de las fuentes, etc. Pero, además, la recurrencia de los testimonios
vivenciales evidenció que el predominio de las fuentes oficiales, institucionales y
estables se haya mitigado “por procesos que paulatinamente «reajustan» la tendencia
principal, modificándola o equilibrándola” (WOLF, 2004: 134 y 137).

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 62
Capítulo 5: La emergencia, un escenario vertiginoso

5.1 Los pies en el barro

Conforme a su definición, una situación de emergencia se caracteriza por modificar


abruptamente la rutina cotidiana de la comunidad afectada, colocando a sus integrantes
frente a una circunstancia de cambio agudo. A su vez, en el caso estudiado ese escenario
disruptivo repercutió en determinados aspectos del proceso de elaboración de la noticia,
es decir, en las rutinas productivas que llevaron adelante los periodistas para dar cuenta
de la inundación.

En primer término, el contexto de emergencia conspiró contra uno de los rasgos


característicos de la fase de recogida de la información, a saber, la planificación. “Esa
sensación de la inmediatez que te da una emergencia se trasladaba a cosas fácticas, que
tenías que hacer. […] Una emergencia siempre te plantea cosas perentorias –explicó
Silvia Carafa-, no te ponés a pensar <<A ver, cómo voy a cubrir la nota>> o <<Voy a
ver mi agenda, a ver a quién tengo allá [en el lugar del acontecimiento] de contacto>>;
no podés planificar. […] además mueve toda la cotidianeidad de la redacción”122.

Tras brindar un breve panorama de su desempeño durante una jornada de trabajo


habitual, el periodista Ernesto Ávila, por su parte, se manifestó en un sentido similar:
“En esta sección uno va siguiendo la agenda de los temas de la semana, cubriendo
conferencias de prensa, presentaciones de un plan o programa de gobierno, algunas
situaciones cotidianas, haciendo algunos llamados telefónicos, y cada tanto ocurre,
lamentablemente, algún tema de conmoción que hace trastabillar toda la cotidianeidad
de la sección”123.

A partir de lo expresado por Ávila respecto a la agenda de la semana, cabe recordar que
en este trabajo se hizo alusión a mecanismos como el dietario, que ayudan a programar
la recogida de los materiales noticiables (entre ellos las conferencias de prensa y los
actos gubernamentales) y que revelan –en palabras de Wolf- “la enorme importancia de
la planificación” en la actividad informativa de cada día. De hecho, Wolf expone los

122
Entrevista a Silvia Carafa, Anexo, p. 136.
123
Entrevista a Ernesto Ávila, Anexo, p. 148.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 63
resultados de los estudios sobre cómo se programa con antelación la cobertura
informativa cotidiana, dejando en claro que, tal como sintetiza Philip Elliott, “el
periodismo se parece más a la agricultura intensiva que a la caza o a la recolección”
(WOLF, 2004: 145; ELLIOTT, 1979, citado por WOLF 2004: 143).

En otras palabras, la afirmación precedente significa que el periodismo no es una


profesión tan artesanal como a menudo se pregona o, mejor dicho, que en la práctica
concreta los periodistas no salen a cazar las noticias, ya que no van a recolectar
acontecimientos noticiables por ahí, sino que más bien los recogen valiéndose de
procedimientos que son propios de una rutina laboral organizada, como las agencias de
prensa y el dietario. Sin embargo, esa rutina se ve en cierta forma modificada o
perturbada cuando en la ciudad ocurre una situación de emergencia, puesto que su
embate dificulta, sobre todo en los primeros momentos, planificar la recolección de la
información acerca del suceso: “En una emergencia automáticamente hay que ir a la
calle, al lugar. Yo me puse las botas y fui a recolectar historias y el testimonio de la
gente para ver qué había pasado”, contó Claudio González124.

Su colega Favarel se pronunció de manera coincidente, pero además puso de relieve un


factor que no es menor a la hora de llevar adelante una cobertura in situ, como lo es la
proximidad geográfica: “Cuando sucede una cosa así, lo primero que hacemos es ir
inmediatamente al lugar para ver qué pasó, cómo están los evacuados y la gente, cómo
se está resolviendo el problema”. “[…] Sobre todo porque esta sección sale todos los
días y es local, por lo que podemos acercarnos al lugar de la noticia. No estamos
hablando de Irak o de África, sino que estamos hablando de Nuevo Alberdi, de
Empalme Graneros, de Fisherton, de zona sur”125 .

Al parecer, cuando una emergencia irrumpe en la ciudad, el brusco desenlace del suceso
conspira contra la organización de su cobertura periodística; más aún si se tiene en
cuenta que la prensa local intenta llegar lo antes posible al lugar donde se desarrolla el
evento: “La consigna era salir a cubrir, no había tanta elaboración o planificación. Era
<<Rápido, Empalme>>, <<Rápido, tal lugar>>”, comentó Carafa 126. De modo análogo,

124
Entrevista a Claudio González, Anexo, p. 144.
125
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, págs. 128 y 129.
126
Entrevista a Silvia Carafa, Anexo, p. 137.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 64
Favarel consideró: “Hay que pensar que todo se hace con un tiempo muy acotado, ya.
En medio de ese marco de locura tenés que actuar rapidísimo”127.

En efecto, todo indica que una emergencia impulsa un escenario vertiginoso que suscita
ciertas modificaciones con respecto a la cotidianeidad de la redacción de un diario:
“Obviamente, [en una jornada habitual] hay más tiempo para planificar o proponer
cosas. Y se debaten los temas –contrastó Carafa-, porque hay reuniones para definir la
tapa entre los jefes de las secciones y, a su vez, en cada sección se reproduce el debate:
<<Esto puede ser>>, <<Esto sí>>, <<Esto no>>. En una situación de emergencia ya va
de suyo”. Asimismo, la cronista de La Capital sostuvo que, a diferencia de lo que
sucede cuando sobreviene una emergencia, en un día corriente se dispone de “más
espacio para reflexionar y para consultar o hablar con otros periodistas […]”128.

De acuerdo a lo expuesto, el contexto apremiante y dinámico que supone una


contingencia de la magnitud de una inundación atenta -al menos en un primer momento-
contra la planificación y el debate acerca de cómo llevar a cabo la cobertura periodística
de esa circunstancia crítica. “Básicamente, ese momento de emergencia es un gran
torbellino. Quizás a los contactos que utilizás permanentemente los llamás por teléfono
–resumió José Maggi-, pero vas al lugar y trabajás con la gente que te brinda su
testimonio, porque eso es una crónica de lo que está pasando”. Enseguida, el periodista
de Rosario 12 analizó: “No hacés un trabajo tan minucioso ni tan teórico o intelectual en
donde ves cómo seleccionar las fuentes. Hablás con todo el mundo, escuchás a todo el
mundo y trabajás con la sangre hirviendo”129.

A propósito de la recolección de la información, los profesionales consultados en este


estudio evaluaron que, frente a escenarios de crisis como la inundación de 2007, se
torna imprescindible acercase a las zonas afectadas para constatar el suceso. “Lo que
más cambia [con una emergencia] es que automáticamente hay que ir al lugar del hecho,
cuando muchas veces hay cuestiones que se cubren desde el diario, levantando el
teléfono”, remarcó González130.

127
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, p. 135.
128
Entrevista a Silvia Carafa, Anexo, págs. 136 y 139.
129
Entrevista a José Maggi, Anexo, págs. 155 y 156.
130
Entrevista a Claudio González, Anexo, p. 147.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 65
De lo antedicho se desprende que, o bien la cobertura in situ de los acontecimientos no
siempre es la regla, o que la mayor parte del tiempo de trabajo de los periodistas
transcurre en la redacción. Precisamente, a través de Carlo Marletti, Wolf deja entrever
que la profesión periodística está construida sobre una paradoja funcional: por un lado,
exige la relación más directa posible con los acontecimientos y su contexto pero, por
otro lado, la propia organización profesional conduce a la creación del pequeño mundo
de la newsroom –es decir, la sala de noticias, la redacción-, donde los periodistas pasan
casi toda su jornada laboral rodeados de sus propios colegas (MARLETTI, 1983, citado
por WOLF, 2004: 143).

No obstante, ante una situación de emergencia acontecida en la ciudad, la


significatividad del evento y su proximidad imponen que los cronistas deban ir a
recolectar parte de la información al lugar. “Cuando ocurren estas cosas […] primero se
va al lugar y se constata qué es lo que sucede”, reafirmó González. “En una inundación
es difícil porque el campo de acción se amplía a sectores que uno ni siquiera tiene
noción de que se inundaron –puntualizó-, o de golpe, de un minuto a otro, cambió ese
escenario”. Por tal motivo, luego acotó: “Si la gente de una organización social te da un
pantallazo de lo que sucede, probablemente tenga razón. Ahora, uno tiene que ir a
constatar en el lugar lo que ellos dicen para no caer en un error”131.

En medio del vértigo y el dinamismo propio de la emergencia, la cobertura in situ


deviene una forma de cotejar las distintas versiones acerca de lo que sucedió o de lo que
está ocurriendo: “Todas las veces que podemos, los periodistas tenemos que estar en el
lugar –estimó Favarel-, sobre todo cuando ocurre una emergencia así. Ir al lugar da la
certeza de saber que uno estuvo ahí y vio lo que estaba pasando, y a eso no hay con qué
darle”132.

En congruencia, Ávila aseveró que en estos casos es provechoso “estar en el lugar de los
hechos”. Para el cronista de El Ciudadano, acercarse lo más posible al lugar brinda “una
cierta tranquilidad al periodista y al editor”, porque aunque de esa manera también se

131
Entrevista a Claudio González, Anexo, págs. 142 y 144.
132
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, p. 129.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 66
pueden deslizar errores, “hay una sensación de que se estuvo allí y se vieron
determinadas cosas”133.

Ahora bien, en virtud de esta determinación de aproximarse a los sitios asediados por el
agua –vale decir, al escenario de la emergencia-, los periodistas enfrentaron algunos
problemas de accesibilidad que dificultaron la disponibilidad del material. Los cronistas
consultados refirieron que durante la noche en que comenzaron los desbordes les
resultaba complicado y riesgoso acceder a las zonas inundadas y desenvolverse allí para
desarrollar su labor. “Cuando sucedió la inundación, nuestro trabajo era ir a los lugares
[inundados], relevarlos, ver cómo estaban esas zonas. Pero había tanta agua que era todo
un tema llegar”, recordó Favarel, y más adelante añadió: “Aparte es muy difícil ingresar
de noche a sectores inundados”134.

Parece que, como bien apuntó su compañera Carafa, la emergencia tenía correlato en
cuestiones fácticas: “Salías de la redacción del diario y llegabas a un lugar adonde,
literalmente, no te podías bajar”. Entre otros inconvenientes prácticos que planteaba la
inundación, Carafa graficó: “En lo fáctico, por ejemplo, había que buscar botas, que es
una cosa disruptiva en un diario; uno no hace ese tipo de cosas. Y si ibas con una bota
corta, el agua te entraba en la bota”135.

En cuanto a las complicaciones de accesibilidad, Gonzaléz explicó que ante estos


eventos el editor intenta determinar deprisa cuál es la zona más afectada a la que se
puede llegar, debido a que “tal vez hay sectores que están muy castigados, que
periodísticamente son muy interesantes, pero inaccesibles. <<¿Abordamos la cobertura
en ese lugar?>>. <<Y, si el remís puede entrar y nosotros también, no hay problema,
después me subo a una canoa y listo>>”, escenificó136.

Con el propósito de sortear estas contrariedades y allanar el acceso a las áreas azotadas
por una emergencia, la Guía para la cobertura periodística responsable de desastres y
catástrofes propone que las autoridades faciliten los medios de transporte adecuados
para que los cronistas puedan aproximarse a las zonas de desastre de un modo seguro.

133
Entrevista a Ernesto Ávila, Anexo, p. 149.
134
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, págs. 128 y 134.
135
Entrevista a Silvia Carafa, Anexo, págs. 140 y 136, respectivamente.
136
Entrevista a Claudio González, Anexo, p. 142.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 67
En este punto la Guía considera, por un lado, que la Ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual establece entre sus objetivos la protección de la persona humana
(contemplando la vida de los sujetos que producen y transmiten la información) y, por
otro lado, que los trabajadores de prensa no sólo pueden desconocer los sitios a cubrir,
sino que, además, esos sectores suelen encontrarse modificados por la situación de
emergencia137.

En este sentido, durante la inundación las zonas anegadas sufrieron la interrupción del
servicio de energía eléctrica, lo que aumentaba el peligro de que ocurrieran accidentes a
causa de la limitada visibilidad. A la vez, aún cuando los periodistas lograron acceder a
los lugares más afectados, esta carencia planteó algunos contratiempos técnicos. Pues,
como la inundación comenzó por la noche y la luz estaba cortada, en la primera noticia
las fotos correspondieron a calles y avenidas colmadas de agua, obtenidas durante la
tarde anterior, o bien a los primeros centros de evacuados, pero no a la inundación en sí
misma ni a los barrios periféricos más hostigados por la masa hídrica138.

Como se aprecia, inicialmente existieron algunos inconvenientes en la disponibilidad


del material informativo, debido a que, por sus propias características, en un principio el
acontecimiento no resultó fácilmente accesible para los periodistas. Esto explica,
además, la escasa extensión ya señalada en la primera noticia publicada por cada
matutino acerca de la inundación.

En este marco, Sibila Camps advierte que la cobertura de emergencias es “una de las
más complejas”, entre otras razones, debido a los obstáculos que enfrentan los cronistas
“para la realización y la transmisión de las notas (problemas de transporte, para llegar al
lugar, falta de electricidad, problemas en las comunicaciones, desabastecimiento)”.
Tampoco debe perderse de vista que, según la especialista, el trabajo se dificulta aún
más “cuando la catástrofe tiene una extensión geográfica importante” (CAMPS, 1999:
17 y 25).

137
Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, Guía para la cobertura
periodística responsable de desastres y catástrofes, “Buenas prácticas para el tratamiento informativo de
desastres y catástrofes”: <http://www.defensadelpublico.gob.ar/sites/default/files/guiacatastrofes_0.pdf >.
138
Esto puede comprobarse observando las ediciones del martes 27 de marzo de 2007 de La Capital, El
Ciudadano y Rosario 12 anexadas a este trabajo (págs. 190-193, 269-270 y 322-323).

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 68
Por lo demás, durante la emergencia hídrica los editores de las secciones locales de los
diarios rosarinos consideraron imperioso que los periodistas salieran de la redacción
para recolectar la información desde los asentamientos anegados y los centros de
evacuación. “Ante un evento de esa naturaleza, el editor automáticamente reúne a la
gente de la sección y se distribuye el trabajo. […] Básicamente, el editor ve con el
material humano que cuenta y divide rápidamente la tarea. Yo me fui para el lugar
[asignado] con unas botas, un remís y un fotógrafo a ver qué pasaba”, recapituló
González139.

5.2 Extensión y reorganización del trabajo

En el ítem precedente, denominado Los pies en el barro, se dejó constancia de algunas


de las modificaciones que promueve un escenario de emergencia –en este caso una
inundación- al momento de recoger la información. Al respecto, se hizo hincapié en la
premura de los cronistas por acercarse lo más posible al lugar de la noticia. No obstante,
cabe advertir que en contextos críticos dicho empeño demanda una mayor exigencia y,
por lo tanto, también mayores recursos de los que suelen destinarse ante circunstancias
habituales.

Para comenzar, Camps aclara que el hecho de que a veces haya un solo periodista
cubriendo in situ una catástrofe, de ningún modo significa que deba ser el único que
trabaje en el tema. “Por el contrario, la tarea es tan intensa y compleja que requiere de
un apuntalamiento permanente por parte de sus editores y compañeros” (CAMPS, 1999:
234).

Tanto es así que, frente a la inundación, los periodistas de las secciones locales se
dedicaron por completo a cubrir ese acontecimiento. “Cuando hay una emergencia
grande en la ciudad, que es lo que nos compete, nos abocamos todos a cubrir esa
emergencia”, explicó Favarel. “Si no cada uno está en temas más pequeños: qué pasa en
el Concejo, qué hace la intendenta, qué pasa en determinado barrio, pero no estamos
todos abocados a lo mismo”140.

139
Entrevista a Claudio González, Anexo, p. 142.
140
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, p. 128.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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De modo similar, González expresó: “Cuando suceden este tipo de cosas, todo el mundo
se pone a trabajar sobre el mismo tema, o en los distintos temas relacionados al desastre
que ocurrió; se supone que [una inundación] es un acontecimiento que sale de la
cotidianeidad”. Además, reveló que hubo periodistas de otras secciones que brindaron
su apoyo, colaborando con los cronistas de la sección local: “Generalmente, en estos
casos hay periodistas de otras secciones que dan una mano. Eso lo decide la secretaría
de Redacción, que asigna y reasigna personal en base a lo que pide el editor de la
sección”141.

Por cierto, Camps realiza una breve descripción de las tareas que les competen a los
editores de los medios gráficos en una catástrofe. En su reseña, la especialista sostiene
que éstos envían de inmediato a un cronista al lugar del hecho y, si el evento es de
magnitud considerable, evalúan “si vale la pena llamar a la casa a uno o más periodistas
para que refuercen la tarea” (CAMPS, 1999: 258-259).

En esta sintonía, Ernesto Ávila manifestó: “En esos momentos se necesita organizar
rápidamente la cobertura, llamando inclusive a gente que está de franco, aunque a veces
no hace falta porque los periodistas se reportan solos. Pasó con la pedrea, con ésta y
otras inundaciones, y con la explosión de gas, entre los hechos más recientes. Entonces
toda la sección se focaliza en un mismo tema […]”, agregó142.

Es más, Camps entiende que cuando una catástrofe de gran magnitud sucede en la
misma localidad a la que pertenece el medio de comunicación, o bien en lugares
cercanos, se vuelven necesarias “la participación de varios periodistas y la
conformación de equipos. […] Aún en los grandes medios, intervendrán en el tema
incluso periodistas de otras secciones” (CAMPS, 1999: 26).

Por esta razón, Ávila comentó que, ante situaciones de emergencia, la mayoría de los
cronistas relegan los trabajos que estaban haciendo “y se suman rápidamente a cubrir el
acontecimiento”. En consecuencia, el periodista de El Ciudadano sostuvo que los
eventos que causan conmoción suelen ganar la atención de los integrantes de todas las

141
Entrevista a Claudio González, Anexo, p. 142.
142
Entrevista a Ernesto Ávila, Anexo, p. 148.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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secciones del diario143. Esto se explica porque, como apunta Camps, si la emergencia es
de dimensiones importantes, la información puede generarse “en varios frentes al
mismo tiempo” (CAMPS, 1999: 234).

En oportunidad de la inundación de 2007 las noticias emergían de los distintos barrios y


asentamientos afectados por el agua, lo que ameritó que, en cada diario, la cobertura de
esos diferentes sectores se dividiera entre los periodistas de las respectivas secciones
dedicadas a la ciudad. Pero, paralelamente, el temporal suscitaba consecuencias de
índole económica, política, policial, deportiva, regional y nacional, de modo que los
profesionales de las demás secciones tampoco permanecieron ajenos al acontecimiento.

De esta manera, puede afirmarse que durante la inundación de 2007 se produjo una
reorganización parcial del trabajo, ya que todos los periodistas de la sección local se
volcaron rápidamente a cubrir la emergencia, debiendo postergar los temas en los que
habían estado trabajando y siendo convocados, incluso, fuera de su horario laboral.
Como si fuera poco, el fenómeno hídrico fue de tal magnitud que por momentos
requirió reforzar la tarea con la colaboración de periodistas de las otras secciones que, a
su vez, eran permeables a las diversas derivaciones del diluvio.

Por otro lado, al principio de este apartado se mencionó que la cobertura de una
emergencia demanda una gran exigencia. Pues bien, los profesionales entrevistados
destacaron las condiciones extenuantes en las que desarrollaron su trabajo durante la
inundación, entre otros motivos, debido a que sus jornadas laborales se vieron
extendidas. “Una situación de emergencia lo primero que condiciona es la cantidad de
horas que uno puede llegar a trabajar –ponderó José Maggi-, porque hay gente en
circunstancias desesperantes y entonces uno flexibiliza su horario de trabajo”144.

Esto significa que, en cierta medida, el embate del evento no sólo sobrecarga los
recursos de la comunidad -poniendo en entredicho su capacidad de respuesta-, sino que
de algún modo también impregna y desafía la rutina de los periodistas: “Más allá de que
los diarios tienen un horario de cierre, uno termina dedicando una cantidad importante

143
Ídem.
144
Entrevista a José Maggi, Anexo, p. 155.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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de tiempo porque hay allí una situación de emergencia. Y también es de emergencia la
condición a la que uno se somete”, aseguró Maggi 145.

De hecho, Camps postula que la cobertura periodística de una catástrofe resulta tan
compleja que “puede hacer entrar en emergencia a los propios medios”. Entre otras
razones, la autora argumenta que se trabaja “a destajo” y que, como la situación de
emergencia no se interrumpe en ningún horario, su cobertura “puede llegar a ser
agotadora” (CAMPS, 1999: 24 y 26).

En esta línea, Favarel indicó: “Una emergencia te altera porque tenés que trabajar más
tiempo, más horas, y terminás reventado por el estrés. También te suma preocupación y
te exige más, más agilidad. Si bien se supone que uno debería estar preparado, no es lo
mismo una tarde tranquila que una accidentada”146. En tanto, su colega González
completó: “[…] sabés que ese día podés estar diez horas trabajando, porque hay que
chequear mucha información y muchos datos”147.

Evidentemente, en el contexto de una emergencia las condiciones de trabajo se tornan


más duras. Por eso mismo, en función de su vasta experiencia profesional, Camps
observa que la intensidad de la tarea incluso obliga a trabajar “fuera de horario y en días
francos” (CAMPS, 1999: 26).

Dicha observación fue confirmada -y ampliada- por Ernesto Ávila, quien aseveró que el
escenario de emergencia suscitado por la inundación representó una exigencia mayor:
“En ese momento el trabajo hasta dejó de ser un trabajo para ser una especie de
compromiso; son pocos los momentos en los que sucede eso. En una emergencia se da
que no importan el sueño ni las horas –fundamentó-, hasta que todo está cubierto nadie
se fija si ya es hora de irse. Y uno siente la adrenalina y la preocupación en carne
propia”148.

Es por ello que Camps insiste en las condiciones “de exigencia física y psíquica” a las
que se somete, sobre todo, quien desarrolla una cobertura in situ de una catástrofe

145
Ídem.
146
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, p. 135.
147
Entrevista a Claudio González, Anexo, p. 147.
148
Entrevista a Ernesto Ávila, Anexo, p. 148.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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(CAMPS, 1999: 280). Esa apreciación, por cierto, se condice perfectamente con el
siguiente relato del periodista José Maggi: “En la inundación de 2007 llegar al lugar fue
difícil, y ver el océano de agua en que se había convertido la avenida Bouchard suponía
un impacto fuerte […]. Eso impacta en el ánimo y también en la desesperación de la
gente; como el hecho de recorrer algunas zonas a bordo de un bote o una canoa. En ese
momento el trabajo está hecho en condiciones demoledoras149.

En efecto, Camps plantea que lo dramático de estas circunstancias implica situaciones


“de caos, urgencia y estrés” para los afectados y también para el periodista, ya que
trabaja “en medio del dolor, del pánico o, cuando menos, de la angustia generalizada”
(CAMPS, 1999: 25). Sobre este punto, la periodista y psicóloga social Silvia Carafa
razonó: “[…] en una emergencia cambian ni más ni menos que el espacio y el tiempo
sobre el cual estamos configurados. Tanto para el que va a observar la tragedia, como
para el que está inmerso en ella, ese mismo espacio y tiempo les da un zarandazo casi
imposible de sublimar, de decir: <<No me va a afectar>>”150.

Inmerso en la atmósfera descripta, el cronista que cubre una catástrofe con frecuencia
termina obsesionado por el tema sobre el cual está trabajando. “Todo lo que hace o
piensa gira en torno del asunto. Y éste impregna su vida, que pasa a estar en función de
su trabajo” (CAMPS, 1999: 286). A propósito, Carafa acotó: “Es más, uno se va y
vuelve como si estuviese en modo emergencia. Es como si uno tuviera un botoncito y
quedara en modo emergencia, porque te conmociona demasiado, entonces quedás
impregnado por el evento. Estás todo el tiempo pensando qué hacer o qué proponer”151.

Por otro lado, teniendo en cuenta que una emergencia demanda un mayor esfuerzo a los
periodistas, pero que éstos, a su vez, requieren de recursos materiales para poder llegar
al lugar del suceso y desarrollar su trabajo, Ávila mencionó que, en estas situaciones,
los medios suelen cooperar con los profesionales: “Las empresas, que por lo general son
tan reacias a colaborar poniéndonos un móvil a disposición o dándonos plata, ante este

149
Entrevista a José Maggi, Anexo, p. 155.
150
Entrevista a Silvia Carafa, Anexo, p. 139.
151
Entrevista a Silvia Carafa, Anexo, p. 136.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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tipo de acontecimientos cambian. Cuando sucede una emergencia hay cuestiones que
llegan a funcionar de manera diferente a lo que ocurre en lo cotidiano”152.

Ciertamente, en este ítem se han identificado dos modificaciones elementales que


promovió la inundación en las rutinas productivas: la extensión de la jornada laboral y
la reorganización parcial del trabajo. Debido a que esta última supuso que todos los
periodistas de las respectivas secciones locales se involucraran en la emergencia, e
incluso que algunos profesionales de otras secciones colaborasen en el proceso de
producción de la información de índole local, hubo días en que los matutinos
aumentaron el espacio asignado a las secciones destinadas a Rosario. Así, en el auge del
fenómeno hídrico, El Ciudadano y La Capital sumaron páginas a la sección dedicada a
la ciudad153.

La reorganización del trabajo a causa de una temática de gran trascendencia –vale decir,
que muchos periodistas se ocuparan de un mismo asunto- también se evidenció en el
inusual orden de compaginación que presentó El Ciudadano. Basta mencionar que
durante los primeros días de la inundación este diario abrió las ediciones
correspondientes con la sección Ciudad -y no con País-, priorizando el tema que
concentraba los esfuerzos de sus cronistas.

Esto quiere decir que la reorganización del trabajo en cierta forma se vio reflejada en los
cambios de espacio y de compaginación que se produjeron en algunos periódicos para
dar cuenta del caudal informativo concerniente a la emergencia hídrica. En particular, la
sección local de El Ciudadano pasó de la página 6 a la 2, incrementando, al igual que La
Ciudad en La Capital, la cantidad de páginas aquellos días de mayor tensión y vorágine
informativa.

Este aspecto tampoco pasa desapercibido para Camps, quien advierte que hay diarios
cuya flexibilidad admite modificaciones en el orden y la extensión de las secciones,
pudiendo incluir “uno o dos pliegos más”. “[…] por más que tradicionalmente abra con

152
Entrevista a Ernesto Ávila, Anexo, p. 148.
153
En el caso de La Capital, esto se hizo evidente en las ediciones del jueves 29 y el viernes 30 de marzo
de 2007, cuando La Ciudad contó con 7 páginas, mientras que habitualmente disponía de 5. De esta
manera el diario podía dedicar la mayor parte de esas páginas a la inundación y reservar el resto para otras
noticias locales que cerraban la sección. De modo similar, el miércoles 28, el jueves 29 y el viernes 30 de
marzo, El Ciudadano destinó una página más a Ciudad (5, cuando solía ofrecer 4).

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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Política Nacional, se acepta que ante un hecho excepcional las primeras páginas estén
dedicadas a la sección que llevará la catástrofe, o bien sólo a la catástrofe” (CAMPS,
1999: 265-266).

Cabe acotar que, si una vez conocida la amplitud de la inundación, La Capital y El


Ciudadano pudieron retocar en sus secciones locales los límites de espacio inherentes al
formato –al valor/noticia formato-, fue porque no todos los valores/noticia son
importantes de la misma manera para cada acontecimiento (WOLF, 2004: 131). De
modo que, en ciertos momentos de la emergencia, el formato, la brevedad y la
composición equilibrada del producto informativo cedieron parcialmente ante la
importancia del evento. En consecuencia, estos matutinos se permitieron una mayor
extensión en el abordaje de la inundación y en los textos, lo que se aprecia en la
cantidad de líneas que le dedicaron al tema a partir del miércoles 28 de marzo154.

De modo análogo, esta flexibilidad permitió que, a medida que la situación se


estabilizaba en la ciudad pero empeoraba significativamente en la capital provincial, los
tres periódicos incluyeran cada vez más noticias sobre Santa Fe en la sección destinada
a Rosario. “[…] frente a acontecimientos particularmente importantes, el orden de
compaginación, la duración, la composición interna del informativo pueden ser
modificados” (WOLF, 2004: 156).

En definitiva, puede afirmarse que el impacto y la trascendencia de la inundación


incidieron de distintas maneras en las rutinas productivas. Por lo visto hasta aquí, la
emergencia exigió cierta flexibilidad, tanto en los horarios laborales como en la
distribución del trabajo entre los periodistas, pero también en la compaginación y en la
extensión de la amalgama de noticias vinculadas al suceso.

5.3 Llueve sobre mojado: entre la confusión y el caos

En virtud de que una emergencia rompe con las condiciones de vida habituales de una
comunidad, propicia un escenario que puede resultar sumamente confuso y caótico para
los cronistas a la hora de proveerse de información sobre el acontecimiento. En este

154
Ver Anexo, “La inundación en sección La Ciudad del diario La Capital”, Tabla Analítica (p. 161) y
“La inundación en sección Ciudad del diario El Ciudadano”, Tabla Analítica (p. 172).

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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marco, durante los primeros días de la inundación los profesionales debieron esperar
hasta última hora para publicar las cifras de evacuados y, como eran siempre
provisorias, aclaraban que esos eran los datos con los que contaban al cierre de la
edición. Además, en ciertas ocasiones se divulgaron informaciones contradictorias.

En estos casos el dinamismo de la emergencia pareció haber jugado un papel


fundamental, presentando algunos escollos tanto al momento de recolectar la
información como a la hora de cotejarla. Al revisar los periódicos de la fecha, pudo
comprobarse que la situación cambiaba de forma constante, por lo que el número de
personas evacuadas o con servicios básicos interrumpidos era aproximado y transitorio,
configurando una característica que era advertida día tras día en las páginas de los
diarios.

A modo de ejemplo, en El Ciudadano se encontraron expresiones como “Al cierre de


esta edición se estimaba que había unas 700 personas allí alojadas”, “Estiman en más de
6 mil los evacuados en la provincia” 155, “Estiman 30.000 evacuados a lo largo de toda
Santa Fe”, o bien “[…] al cierre de esta edición quedaban 1.600 clientes sin luz […]” 156.

La referencia al cierre de las ediciones, notoriamente reiterativa, apareció también en los


otros matutinos debido a una razón sencilla. Enunciados como “Al cierre de esta edición
faltaban 18 centímetros para que el Ibarlucea desborde […]”157, “Al cierre de esta
edición el número total de evacuados trepaba a 3.058 […]” o, “Por eso, al cierre de esta
edición no se había confirmado la evacuación de más personas” 158, radican, según
Camps, en que en una catástrofe la crónica “con frecuencia debe quedar <<abierta>>
hasta última hora, a la espera de información fundamental […]” (CAMPS, 1999: 267).

Por ende, puede decirse que la cobertura de una emergencia supone asumir la
característica cambiante y dinámica inherente a esa circunstancia. “Aunque contrastás y
contrastás [información], porque tenés que saber cuántos evacuados hay en definitiva y
quién los está atendiendo, todo […] se asienta sobre un escenario móvil, que es la
situación de emergencia”, resaltó Carafa. “Entonces uno siempre contrasta, pero

155
El Ciudadano, jueves 29 de marzo de 2007, págs. 4 y 5, respectivamente, en Anexo, págs. 277 y 278.
156
El Ciudadano, sábado 31 de marzo de 2007, págs. 2 y 3, respectivamente, en Anexo, págs. 285 y 286.
157
Rosario 12, martes 27 de marzo de 2007, p. 3, en Anexo, p. 323.
158
La Capital, jueves 29 de marzo de 2007, p. 3, y sábado 31 de marzo, P. 8, en Anexo, págs. 199 y 216.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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siempre camina por el borde. A lo mejor venís [a la redacción] contento porque pudiste
saber cuántos evacuados había en cada centro y a la hora eso cambió”, ilustró 159.

En lo que compete a esta cualidad vertiginosa propia de las emergencias, González


advirtió que las inundaciones son fenómenos particularmente dinámicos: “[…] entonces
a lo mejor cuando vas al lugar o estás acá [en la redacción] la crecida tiene un pico, pero
a la noche se produce el desborde y se tiene que evacuar a un montón de familias, y la
información te sorprende al otro día”160.

Como si fuera poco, José Maggi puso de relieve otro rasgo que suma más confusión y
que, por lo tanto, exige prudencia en el manejo de la información. Según apreció el
cronista, muchas veces la población que habita los sectores inundados no está censada,
de modo que en las primeras horas puede haber “algo de indefinición sobre el número
exacto de personas que no aparecen”. “Hay que ser muy cuidadoso -sugirió-, porque
hay gente que se autoevacúa y que puede permanecer sin su domicilio registrado
durante unos días hasta que después, naturalmente, aparece”161.

En el vértigo de la emergencia, los periodistas se enfrentaban incesantemente no sólo a


informaciones inconclusas, sino también contradictorias, por lo que la provisión del
material informativo devenía una actividad enrevesada. “Una emergencia
es borderline, el trabajo va siempre por el borde. Me acuerdo que iba a los centros de
evacuados y hablaba con alguien que me decía que era el responsable, hablaba con otro
y también me decía que era el responsable; corría como loca”, describió Carafa162.

Al embrollo de que distintas personas decían estar a cargo de los centros de evacuados,
se sumaba la dificultad para ubicar a los funcionarios en medio de la emergencia, otra
contrariedad señalada por la misma profesional. Con el objeto de prevenir estos
inconvenientes, la Guía para la cobertura periodística responsable de desastres y
catástrofes aconseja elaborar una agenda de contactos integrada por las principales
fuentes gubernamentales y no gubernamentales con las cuales sea apropiado

159
Entrevista a Silvia Carafa, Anexo, p. 139.
160
Entrevista a Claudio González, Anexo, p. 143.
161
Entrevista a José Maggi, Anexo, p. 156.
162
Entrevista a Silvia Carafa, Anexo, p. 139.

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comunicarse ante una emergencia, de forma de orientar el intrincado camino de la
búsqueda de la información en escenarios críticos163.

De esta manera, tal vez se reduciría la consulta a fuentes de dudosa fiabilidad e


idoneidad, y los informantes serían seleccionados de un modo un poco más reflexivo -o
menos impulsivo-, sobre todo teniendo en cuenta las declaraciones de algunos
entrevistados: “Es muy rápida la reacción que hay que tener para saber a quién llamar.
No estás pensando: <<A ver, a quién podría preguntarle>>. No; salís al ataque, a lo que
te encontrás”, dijo, por ejemplo, Favarel164. Y en la misma línea, Ávila expresó: “El que
va a la carga va recogiendo todo lo que está a su alcance, no tiene posibilidad de ir
seleccionando”165.

No obstante, conviene aclarar que después de hablar con todo el mundo, los cronistas
cotejaron la información con fuentes oficiales e institucionales que, en definitiva, fueron
las más citadas en cada uno de los diarios. Es decir que, a pesar de ir a la carga, los
periodistas terminaron acudiendo a personas conocidas o que gozaban de
reconocimiento por su labor política o institucional. Además, la presencia recurrente de
las fuentes gubernamentales en cierto punto era ineludible, ya que ellas representaban el
punto de vista oficial, tanto en lo relativo a las cuestiones controvertidas como en los
distintos temas en general.

En tal sentido, con vistas a descartar imprecisiones, versiones tendenciosas, dudas y


errores, Camps acentúa la necesidad de reiterar algunas preguntas a varias fuentes,
especialmente cuando la información concierne a la cantidad de víctimas: “[…] en la
confusión de la catástrofe, no todas las fuentes están en condiciones de dar una
información precisa, mientras que otras intentarán reducir u ocultar la cifra” (CAMPS,
1999: 41).

A raíz de esto, durante la inundación de 2007 existieron algunos momentos de


incertidumbre en torno a la posible habilitación de nuevos centros de evacuados, puesto

163
Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, Guía para la cobertura
periodística responsable de desastres y catástrofes, “Buenas prácticas para el tratamiento informativo de
desastres y catástrofes”: <http://www.defensadelpublico.gob.ar/sites/default/files/guiacatastrofes_0.pdf >.
164
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, p. 129.
165
Entrevista a Ernesto Ávila, Anexo, p. 149.

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que en ciertas ocasiones los funcionarios no aportaban mayores precisiones al respecto,
tal vez porque no las tenían, o bien porque todavía no querían darlas a conocer. “Me
acuerdo que lo corrimos bastante a Marcos [Escajadillo, director de Defensa Civil] -
contó Favarel-, porque a veces estos funcionarios no saben si abrir o no otro centro de
evacuados, o no quieren decirlo, o no se animan a decir que no lo tienen decidido, pero
nosotros tenemos que saberlo antes de cerrar [la edición]; al otro día eso tiene que
salir”166.

Entre el apuro de los cronistas por obtener determinadas informaciones antes del horario
de cierre, las dificultades que afrontaban para proveerse de ciertos datos y el contexto
inestable inherente a la emergencia, es comprensible que se hayan publicado algunas
informaciones contradictorias. Por ejemplo, el mismo día en que Rosario 12 utilizó la
volanta “Setenta y cuatro escuelas rosarinas sin clases” para dar pié al título “Y hoy
podrían ser muchas más”, La Capital lució en su portada el número 53, también en
alusión a la cantidad de escuelas que no dictarían clases. La diferencia es aún más
considerable si se tiene en cuenta que en esa edición La Capital presentó un recuadro
donde se contabilizan, en total, 42 escuelas de la ciudad cerradas167.

Para colmo, ese mismo día se detectó otro elemento discordante. Mientras en la portada
de La Capital un ítem afirmó que “Se formó un comité de crisis […]”, y dentro del
diario una noticia se tituló “Bielsa encabezó el comité de crisis junto a Lifschitz”, El
Ciudadano expresó: “A diferencia de la pedrea, en esta oportunidad no hizo falta ningún
comité de crisis […]”168.

Precaviendo este tipo de discrepancias, en un artículo de la revista especializada


Palabra Clave, Jesús Erney Torres evoca una simple sugerencia que su colega Nubia
Camacho Bustos plasmó en el libro Manual de periodismo. La noticia; a saber, la de no
publicar afirmaciones, nombres, datos, cifras ni números cuando sobre ellos gravita
alguna duda (CAMACHO, 2001, 6, citada por TORRES, 2004).

166
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, p. 130.
167
Rosario 12, jueves 29 de marzo de 2007, p. 4, en Anexo, p. 330; La Capital, jueves 29 de marzo de
2007, portada y p. 4, en Anexo, págs. 198 y 200.
168
La Capital, jueves 29 de marzo de 2007, portada y p. 5, en Anexo, págs. 198 y 201; El Ciudadano,
jueves 29 de marzo de 2007, p. 2, en Anexo, p. 275.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 79
Por su parte, Camps entiende que durante una catástrofe la publicación de
informaciones contradictorias y guarismos dispares está relacionada con que a menudo
“un material se cierra antes [que el otro], cuando todavía no había datos sobre ese punto,
o éstos no estaban confirmados” (CAMPS, 1999: 275-276).

Quizás por eso el mismo día en que Rosario 12 brindó entre sus títulos el tranquilizador
mensaje “La presa del Ludueña cumple con su rol y trae alivio a la ciudad”, una volanta
de El Ciudadano alertó acerca de posibles desbordes del arroyo en el transcurso de la
madrugada. Esta versión, contrapuesta a la anterior, se basaba justamente en referencias
“de última hora” que indicaban que la escala del Ludueña “continuaba creciendo” 169.

Si bien los diarios presentaron este tipo de incongruencias, al día siguiente uno de esos
periódicos se hizo eco de una recomendación que, paradójicamente, resulta oportuna
para evitar la circulación de tales ambigüedades. Aunque la observación pertenece a una
psicóloga -Andrea Bordignon, quien cuenta con experiencia en situaciones de
emergencia-, merece ser valorada por los periodistas abocados a estos acontecimientos:
“[…] dar indicaciones confusas, generar rumores, generar imprecisión, colabora en el
caos. Por eso es importante ir dando la información más certera posible, y no que por
dar una respuesta rápida se generen confusiones que no propicien el armado de un
ámbito de cada vez mayor organización”170.

En plena sintonía con ese criterio, la Guía para la cobertura periodística responsable
de desastres y catástrofes admite la posibilidad legítima de reconocer “que algo no se
sabe y que se va a averiguar”. De acuerdo a la Guía, el comunicador no debería
concentrarse en ser “el primero en brindar datos”, sino más bien en que los datos que
brinda sean “los más certeros”171.

169
Rosario 12, sábado 31 de marzo de 2007, p. 2, en Anexo, p. 334; El Ciudadano, sábado 31 de marzo
de 2007, págs 2 y 3, en Anexo, págs. 285 y 286.
170
Rosario 12, Domingo 1º de abril de 2007, p. 5: Cubrir las necesidades profundas, en Anexo, p. 338.
171
Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, Guía para la cobertura
periodística responsable de desastres y catástrofes, “Buenas prácticas para el tratamiento informativo de
desastres y catástrofes”: <http://www.defensadelpublico.gob.ar/sites/default/files/guiacatastrofes_0.pdf >.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 80
5.4 Acusaciones, polémicas y rumores

Muy ligadas a las imprecisiones en el manejo de la información, aparecen otros aspectos


que añaden confusión al torbellino propio de una situación de emergencia: las
acusaciones cruzadas, las controversias subsiguientes y, fundamentalmente, la
proliferación de los rumores. De hecho, con buen tino Camps distingue que en
contextos críticos suelen arreciar, sobre todo, aquellos rumores “de carácter negativo”
(CAMPS, 1999: 191).

Respaldada en su trayectoria, la autora argumenta que debido al miedo, a la


incertidumbre y a la falta de explicaciones, los afectados por una catástrofe inventan sus
propias interpretaciones o tiñen las ajenas con sus sentimientos. Naturalmente, estas
conjeturas luego se propagan: “El boca a boca distorsiona el hecho original: agrega,
agiganta, suprime, recorta. Será preciso entonces tener presente desde dónde se expresa
una denuncia, una queja, una acusación, una justificación, una versión” (CAMPS, 1999:
191).

En lo que concierne al rumor, el episodio del arroyo Ludueña merece un párrafo aparte,
ya que durante la primera semana de la inundación aparecieron distintas versiones
acerca del estado de su cauce. Como prueba de ello, basta citar el testimonio de una
vecina de barrio Sarmiento: “Dicen que se desbordó en Olivé y que se viene el agua
[…]”172. Esta declaración formó parte de una nota en la que se reprodujo una serie de
presunciones; sin embargo, al final de la crónica se aclaró convenientemente que sólo se
trataba de especulaciones.

Bajo el título “El miedo marcado en la memoria”, esa misma jornada El Ciudadano
publicó un recuadro donde se lee: “[…] los rumores iban y venían. En el Palacio de los
Leones el asunto generó preocupación. <<El arroyo no va a desbordar, pero se nos va a
desbordar la gente si se siguen alentando versiones y miedos>>, advirtió un funcionario
municipal”173. A pesar de la advertencia, el dinamismo de la situación -vale decir, la
variación de los niveles de crecida del arroyo, a su vez asociada a las vicisitudes

172
La Capital, jueves 29 de marzo de 2007, p. 6, en Anexo, p. 202.
173
El Ciudadano, jueves 29 de marzo de 2007, p. 3, en Anexo, p. 276.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 81
climáticas- llevó a que el rumor reapareciera dos días después en la volanta: “Esperaban
para esta madrugada posibles desbordes del arroyo Ludueña”174.

Evidentemente, el escenario inestable e incierto que caracteriza a una emergencia –y


más aún a una inundación- es tierra fértil para la instalación de rumores que cobran más
o menos fuerza de acuerdo a la intensidad del contexto. “En una situación de
emergencia, como es todo tan irracional y la realidad te interpela tanto, siempre hay un
altísimo riesgo de que se les de entidad a distintas cuestiones –aseguró Carafa-, y es
muy fácil converger, engancharse y seguir dándoles entidad, porque es como asirse”175.

Tal vez algunas de las derivaciones más perniciosas de los rumores y las imprecisiones
residen en el temor, la incertidumbre y la angustia que siembran en la población. Tanto
es así que el director del centro de salud Ceferino Namuncurá declaró a La Capital que
en el asentamiento Stella Maris, situado en Fisherton, se había vivido un pico de
angustia el miércoles 29 de marzo, “cuando arreciaban los rumores sobre una posible
salida de cauce del Ludueña”176. Parece que, como afirmó la experta Susana Sainz, “en
la incertidumbre el daño se potencia”177.

En medio del temporal, los rumores en torno a la posibilidad de que el arroyo Ludueña
desbordara alimentaban la sensación de angustia y alerta que caracteriza al miedo,
inquietando a las poblaciones amenazadas por el torrente. Así, la noticia titulada
“Empalme revivió su peor fantasma” reseña que el arroyo era “el centro de las
conversaciones” y que los vecinos del barrio, además de reclamar obras, no podían
evitar “el recuerdo de la gran inundación de 1986”178.

De ahí que, teniendo en cuenta “el peso de la palabra impresa” y la necesidad de ser
“responsables con la información”, Claudio González razonó: “Ante el desastre de la
inundación, ante una catástrofe, hay que tener cuidado y afianzar la responsabilidad de
tratar de no generar fantasmas”179.

174
El Ciudadano, sábado 31 de marzo de 2007, p. 2, en Anexo, p. 285.
175
Entrevista a Silvia Carafa, Anexo, p. 138.
176
La Capital, viernes 30 de marzo de 2007, P. 8, en Anexo, P. 209.
177
Entrevista a Susana Sainz, Anexo, p. 127.
178
La Capital, jueves 29 de marzo de 2007, p. 4, en Anexo, p. 200.
179
Entrevista a Claudio González, Anexo, p. 145.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 82
En congruencia, la Guía para la cobertura periodística responsable de desastres y
catástrofes invita a los periodistas a asumir su rol de proveedores de información
socialmente necesaria, considerando indispensable “reforzar […] la transmisión del dato
preciso que genera tranquilidad”180. Como contrapartida, los rumores y las
imprecisiones profundizan la incertidumbre, el temor y el malestar de la población.

No obstante, y sin soslayar la importancia de la rigurosidad informativa, la confusión


que se vive en estos escenarios críticos contribuye en buena medida a que se deslicen
murmuraciones, relatos imprecisos e informaciones ambiguas o sin confirmar. A
propósito, no debe perderse de vista que los cronistas suelen trabajar con personas
sensibilizadas por la situación que deben afrontar –especialmente en el caso de los
damnificados, pero también en el de testigos y funcionarios-, lo que favorece la
multiplicación de testimonios atravesados por la impotencia, la conmoción, la bronca,
recriminaciones y justificaciones.

Siguiendo con esa línea de razonamiento, Camps entiende que en una catástrofe
aumentan las posibilidades de que las víctimas den información errónea, tergiversada o
de segunda mano, aún de manera involuntaria o inconsciente. “Para los afectados, su
problema siempre será el más grave. Según ellos, las autoridades jamás habrán hecho lo
que era imprescindible para evitar o atenuar la catástrofe. La ayuda casi nunca habrá
llegado a tiempo, o será insuficiente. Si se dio intervención a la justicia, ésta será
siempre morosa” (CAMPS, 1999: 191).

Sumado a esto, también está presente el punto de vista del cronista que, si bien trata de
comprender lo que le manifiestan, no está exento de equivocarse y brindar
interpretaciones desacertadas acerca del suceso, o tal vez impregnadas por su propia
conmoción. “El errar es humano, entonces a lo mejor uno quiere transmitir una cosa,
pero el otro decodifica algo diferente y escribe otra. Siempre está la subjetividad, que lo
empapa todo”, apuntó Favarel181.

180
Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, Guía para la cobertura
periodística responsable de desastres y catástrofes, “Buenas prácticas para el tratamiento informativo de
desastres y catástrofes”: <http://www.defensadelpublico.gob.ar/sites/default/files/guiacatastrofes_0.pdf >.
181
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, p. 133.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 83
Esta observación de algún modo fue completada por su colega Claudio González, quien
al notar que en circunstancias críticas el trabajo en el territorio sobreviene “un poco
anárquico”, señaló: “[…] todo depende de la mirada del periodista, de cómo está más o
menos sensible al contexto, a algunas historias, a cosas mínimas”182. En concordancia,
Silvia Carafa analizó: “En la articulación entre la interpelación de la realidad, la
necesidad de informar y lo caótico de la situación, capaz que ves una cosa o la otra y le
das entidad, pero después te das cuenta de que no era así”183.

Como si fuera poco, durante la inundación de 2007 algunos funcionarios lanzaron una
serie de acusaciones que, al obtener réplicas de la contraparte, sólo aportaron polémica
y más confusión. Incluso en el momento de mayor gravedad, el intendente disparó
contra la Provincia por las demoras en los trabajos de canalización que –según estimó-
hubieran evitado los desbordes; a la vez, el ministro de Asuntos Hídricos le recriminó a
la Municipalidad una supuesta ineficiencia de Defensa Civil y la acumulación de
suciedad por falta de zanjeo, acusando al Ejecutivo local de echarle la culpa a los
demás.

El cruce aludido apareció bajo el título “Polémica por las obras hidráulicas en las zonas
anegadas por la lluvia”, y ese día La Capital abrió la sección La Ciudad con una volanta
que exponía la disputa: “Funcionarios provinciales y municipales polemizaron sobre
obras hidráulicas”184. La controversia continuó en la edición del domingo, donde se
encuentran pasajes como “La polémica por la demorada licitación del proyecto hídrico
volvió a enfrentar al Palacio de los Leones con la Casa Gris”, con la diferencia de que
en esa ocasión también se sumaron a la contienda la vicegobernadora y el secretario de
Obras Públicas de la Municipalidad185.

Al releer esas páginas se comprueba, por un lado, lo difícil que se hace discernir la
responsabilidad que le correspondía efectivamente a cada esfera del Estado en la
confusa trama de deberes y compromisos dilatados o incumplidos. Por otro lado, en esas
líneas se evidencia que en las ediciones en que cobraron entidad las acusaciones, los

182
Entrevista a Claudio González, Anexo, p. 146.
183
Entrevista a Silvia Carafa, Anexo, p. 138.
184
La Capital, miércoles 28 de marzo de 2007, págs. 5 y 3, respectivamente, en Anexo, págs. 197 y 195.
185
La Capital, domingo 1º de abril de 2007, págs. 3 y 4, en Anexo, págs. 220 y 221.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 84
periódicos priorizaron la controversia, en detrimento de otras informaciones que podían
ser socialmente más relevantes en el contexto de crisis hídrica que golpeaba a la ciudad.

A modo de ejemplo, la citada noticia “Polémica por las obras hidráulicas […]”
ahondaba en reproches recíprocos entre funcionarios municipales y provinciales,
mientras que la información destinada a orientar la ayuda aparecía en un pequeño
recuadro anexado a la nota de forma complementaria. Asimismo, el domingo en que las
recriminaciones reaparecieron, lo hicieron en las dos primeras páginas de la sección
local (la 3 y la 4), y aunque se incluyó una columna en la cual se especificaban los
lugares para hacer llegar donaciones, el listado fue publicado recién en la página 15 de
esa sección186.

Sucede que, ante un evento adverso de gran amplitud, a menudo aparecen voces
inquisitivas con señalamientos destinados a lograr la repercusión necesaria para
desgastar a una determinada gestión, de modo que esas imputaciones suelen ganar
espacio en los medios de comunicación. “No faltará algún representante de la oposición
que se ponga a disposición de la prensa para acusar al gobierno por no haber tomado las
medidas necesarias para evitar la tragedia, o por no haber previsto que podía suceder y
así atenuar sus consecuencias, o por no haber actuado con suficiente rapidez y eficacia”
(CAMPS, 1999: 193).

Por cierto, en la emergencia de 2007 el candidato a gobernador del Frente Progresista


acusó al gobierno provincial en ejercicio de haber omitido la ejecución de una serie de
obras que podrían haber evitado o atenuado la inundación187. Como era de esperar, la
respuesta del ministro de Asuntos Hídricos recaló dos días después en las páginas de
todos los diarios de la ciudad con títulos como “Joaquín responde”, “Joaquín respondió
las críticas de Binner” y “Joaquín le contestó a Binner” 188.

Más allá de que este tipo de polémicas despiertan interés, la publicación de las
contestaciones de un funcionario a otro obedece también al valor/noticia del equilibrio
(balance), cuya forma más explícita se evidencia, según Wolf, en la información

186
La Capital, domingo 1º de abril de 2007, p. 15, en Anexo, p. 231.
187
Rosario 12, jueves 5 de abril de 2007, portada y p. 2, en Anexo, págs. 346 y 347.
188
Rosario 12, sábado 7 de abril de 2007, p. 2, en Anexo, p. 353; El Ciudadano, sábado 7 de abril de
2007, p. 9, en Anexo, p. 317; La Capital, sábado 7 de abril de 2007, p. 8, en Anexo, p. 259.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 85
vinculada a las fuerzas políticas. En virtud del equilibrio, la tensión hacia una
información plural deriva en la práctica del contrapeso, “[…] por lo que a la cobertura
informativa sobre el partido X debe corresponder la relativa al partido Y, y así con
todos” (WOLF, 2004: 127-128).

Por lo tanto, la práctica del contrapeso quedó expuesta en la publicación de las


acusaciones recíprocas entre los referentes de la gestión municipal y la provincial, ya
que la aparición de alguna de esas recriminaciones en un determinado periódico suponía
hacer lugar a la réplica de la contraparte. La búsqueda del equilibrio también se pudo
apreciar en una extensa entrevista al director de Defensa Civil, incluida en Rosario 12
luego de que durante dos días otras fuentes criticaran el operativo diseñado por la
Municipalidad189.

A todo esto, en la prisa por encontrar una explicación -que, por otra parte, puede ser
bastante compleja-, a veces los cronistas terminan más bien enfocándose en hallar a un
responsable de la situación, lo que abona la inclinación a la acusación. “Generalmente
se está buscando siempre a un culpable, una tendencia que también hace eco en la gente.
[…] Parece que todos, como sociedad, tenemos una necesidad imperiosa de encontrar
un responsable, y ya –analizó Ávila-, cuando en estos casos cuesta mucho conocer la
cadena de responsabilidades. Es como que en algún momento los periodistas tenemos
que dar un indicio de quién pudo haber sido el responsable”, especuló190.

Si, como sostuvo la psicóloga Andrea Bordignon en Rosario 12 191, lo primero que hay
que mitigar en una emergencia es el sentimiento de desorganización que enfrentan los
damnificados (ya que las actividades cotidianas se ven totalmente alteradas), está claro
que los rumores, las acusaciones y sus consecuentes polémicas sólo agudizan la
sensación de caos. En pocas palabras, la divulgación de controversias y versiones
inciertas realza la confusión, la ruptura y la fragmentación que caracterizan a una
emergencia.

189
Rosario 12, viernes 20 de marzo de 2007 p. 2, en Anexo, p. 332.
190
Entrevista a Ernesto Ávila, Anexo, p. 151.
191
Rosario 12, domingo 1º de abril de 2007, p. 5, en Anexo, p. 338.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 86
Por eso mismo, la Guía práctica de salud mental en situaciones de desastres (2006:
180) elabora una serie de recomendaciones para los periodistas y los medios de
comunicación que cubren este tipo de sucesos, entre ellas “no difundir noticias sin
confirmar (rumores o insinuaciones), ni fomentar desacuerdos o enfrentamientos entre
las instituciones que trabajan en la emergencia […]”.

Sin embargo, durante la inundación de 2007 los diarios no dejaron de lado ciertos
rumores, ni tampoco la discordia entre los funcionarios municipales y provinciales que
debían coordinar esfuerzos para revertir la crisis hídrica. Por consiguiente, estas
desavenencias entre los agentes de dos niveles del Estado aumentaban la sensación de
ruptura que define a una emergencia.

Como cierre de este capítulo es oportuno citar una observación de Ernesto Ávila donde,
precisamente, se evidencia que la complejidad y el vértigo propios de un escenario de
emergencia, además de romper con la cotidianeidad de una comunidad, suponen un
desafío para el desempeño responsable de los periodistas. “[La emergencia] altera todo,
de modo que es muy difícil mantener la calma y no dejarse llevar por lo que está en la
superficie, que siempre es la acusación, el rumor, el comentario –reflexionó-, porque
uno necesita información y recibe mucha, pero poco chequeable o verificable. Entonces
hay que tener mucho cuidado para no equivocarse o dar una información falsa: ese es el
desafío más grande en una instancia de conmoción”192.

192
Entrevista a Ernesto Ávila, Anexo, p. 149.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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Capítulo 6: La responsabilidad social del periodismo en una emergencia

6.1 El dramatismo y la información como servicio

En las primeras páginas de este estudio se definió a la emergencia como aquella


situación que produce una ruptura impetuosa y significativa en la cotidianeidad de una
comunidad, provocando así un intenso impacto emocional en los miembros de la
población afectada. Debido a esta modificación drástica de sus condiciones de vida, esas
personas sufren un profundo sentimiento de desorganización que, según se expresó
recientemente, precisa ser mitigado. Sin embargo, todavía no se dijo nada acerca de qué
puede hacer la prensa para aliviar el sufrimiento de los damnificados, si es que acaso le
corresponde intentarlo.

Para empezar, es conveniente aclarar que, lejos de menguar el dolor, al hacer hincapié
en los aspectos más dramáticos del suceso, los medios sólo refuerzan la sensación de
alteración y desamparo. Tanto es así que la Guía para la cobertura periodística
responsable de desastres y catástrofes advierte que la espectacularización del evento y
la magnificación de datos pueden incrementar el pánico193.

Ya las notas sobre los niveles de crecida del arroyo Ludueña, como “Todas las miradas
puestas en el arroyo Ludueña”, “Todos los ojos en el Ludueña”, “El temporal ya se
cobró tres vidas y el Ludueña aterrorizó a la gente” o “El Ludueña desbordó
desesperación”194, dotaban de dramatismo a la situación y ponían en alerta a los lectores
cuando, en realidad, la presa retardadora estaba conteniendo el enorme caudal que era
motivo de preocupación.

En este sentido, al caracterizar las particularidades inherentes a la cobertura de


catástrofes, Camps explica que al periodista le resultan insoslayables “las descripciones

193
Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, Guía para la cobertura
periodística responsable de desastres y catástrofes, “Decálogo para la cobertura periodística responsable
de desastres y catástrofes”:
<http://www.defensadelpublico.gob.ar/sites/default/files/guiacatastrofes_0.pdf >.
194
Rosario 12, jueves 29 de marzo de 2007, p. 3, en Anexo, p. 329; El Ciudadano, sábado 31 de marzo de
2007, p. 3, en Anexo, p. 286; La Capital, sábado 31 de marzo de 2007, págs. 3 y 8, respectivamente, en
Anexo, págs. 212 y 216.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 88
de situaciones y hechos estremecedores […], lo cual implica una tendencia hacia lo
morboso” (CAMPS 1999: 25).

En efecto, La Capital abundó en las dramáticas historias de vida de aquellos que habían
perdido casi todo. “Una vida ligada al arroyo Ludueña”, “Los olvidados y el dolor de
siempre”, “Defiendo la vida de los míos como si fuera una guerrera” y “El temporal que
azota a Rosario ya se cobró sus primeras víctimas fatales” -donde se encuentran pasajes
como “A Chuky lo vi morir […]”-, configuran una selección de crónicas de vida de
personas atravesadas por la desdicha y la marginalidad, y sacudidas por el disgusto de
una inundación que les deparaba nuevas pérdidas195.

No obstante, la Guía para la cobertura periodística responsable de desastres y


catástrofes sugiere evitar los testimonios “más dramáticos”, la información que
incrementa “la situación de pánico” y también la espectacularización, “ya que en el
nuevo paradigma de la comunicación en tanto derecho humano debe primar la función
de servicio […]”196. Por cierto, no está de más recordar que dicha concepción es la que
promueve la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual 197, a la que la Guía
pretende acompañar enfatizando el eje en la función social de la información.

Lo que antecede permite deducir que, siempre que se considere a la información como
un servicio de interés público, el periodismo debe contribuir a mitigar el sufrimiento y
el temor de la población, de modo de ser socialmente útil. Sin embargo, es evidente que
a veces no prevalece esta noción, puesto que se encuentra en una tensión directa con el
modo en que conciben a la información los intereses económicos privados.

A propósito, en un artículo denominado “El sensacionalismo y las agendas sociales”, la


docente e investigadora Stella Martini habilita a reflexionar acerca de si la información
debe perseguir el interés público, o si acaso es una manera más de entretener mediante
la espectacularización de los acontecimientos: “¿La información ha de cumplir una

195
La Capital, domingo 1º de abril de 2007, págs. 10 y 11, en Anexo, págs. 226 y 227; y sábado 31 de
marzo de 2007, págs. 6 y 7, en Anexo, págs. 214 y 215, respectivamente.
196
Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, Guía para la cobertura
periodística responsable de desastres y catástrofes, “Tratamiento de las fuentes de información”, Inciso
c); “El rol social del comunicador”, Incisos b) y c).
197
Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, Art. 3, Inciso a), y Nota a los artículos 2º y 3º.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 89
función en pro del interés público, o acaso sólo es otra forma de entretener a través de
una realidad entendida como espectáculo?” (MARTINI, 1999: 63).

Con este interrogante, la doctora en Ciencias Sociales pone de relieve la tensión aludida
entre el interés público y el interés privado; es decir, entre la información entendida
como un bien social y la información considerada como un mero entretenimiento, donde
–según la autora- la noticia pasa a ser una mercancía a la venta que, como tal, intenta
atraer consumidores presentando la realidad como un espectáculo.

Siguiendo con este razonamiento, Martini explica que los medios de comunicación “se
consolidan como un negocio altamente rentable si entretienen”. En este marco donde los
medios funcionan como un negocio, la noticia deviene en un artículo más de consumo
y, por ende, es presentada apelando a golpes de efecto. Así, la catedrática identifica una
tendencia cada vez más afianzada a informar “a través de modalidades dramáticas de la
enunciación que intentan causar impacto en el público desde la escenificación, la
impresión y las sensaciones” (MARTINI, 1999: 59 y 55).

La lectura sucesiva de los siguientes enunciados, publicados casi en forma consecutiva


por los diarios de la ciudad, constituye un buen ejercicio para comprobar algunas de las
cualidades descriptas por Martini:

Tabla 2. Enunciados dramáticos publicados por La Capital, El Ciudadano y Rosario 12:

Fecha y página
Enunciados dramáticos publicados por La Capital
de publicación
“Por el temporal ya hay más de dos mil evacuados”
“Muchos dejaron sus casas en canoa” 28/03/2007, P. 1
“Hubo cortes de luz, anegamientos y caos en el tránsito”

“Barrios enteros salieron a la calle a pedir la evacuación” 28/03/2007, P. 4

“Panorama desolador. El mal tiempo podría extenderse hasta el sábado. El


29/03/2007, P. 1
temporal golpea en toda la región”
“Los evacuados ya llegan a 3.058 y hubo que abrir otro centro”
29/0372007, P. 3
“Se formó un comité de crisis entre Municipio y Provincia”

“Empalme revivió su peor fantasma” 29/03/2007, P. 4

“Desconsuelos y reclamos” 29/03/2007, P. 4

“Cinco mil clientes de la EPE sin luz” 29/03/2007, P. 7

“El turno de los piquetes” 30/03/2007, P. 4

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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“El Saladillo volvió a asustar a todos” 30/03/2007, P. 6

“El Paraná sigue creciendo y ya hay evacuados” 30/03/2007, P. 7

“El temporal ya dejó tres muertos y un desaparecido” 31/03/2007, P. 1

“Lluvia y drama. Víctimas en Rosario y evacuación masiva en Santa Fe” 31/03/2007, P. 1

“El temporal ya se cobró tres vidas y el Ludueña aterrorizó a la gente” 31/03/2007, P. 3

“El temporal que azota a Rosario se cobró sus primeras víctimas fatales” 31/03/2007, P. 6

“Quiso hacer rafting y falleció ahogado” 31/03/2007, P. 6

“Se cayó una barranca y casi muere un bebé en La Florida” 31/03/2007, P. 7

“El Ludueña desbordó desesperación” 31/03/2007, P. 8

“Colapsaron los caños y se inundó un centro de evacuados” 31/03/2007, P. 9

“Ahora viene lo más difícil” 01/04/2007, P. 7

“Los olvidados y el dolor de siempre” 01/04/2007, P. 10

“Cuando la tragedia sucede, nadie sabe si lo peor es salir de la casa, o volver


01/04/2007, P. 12
cuando el desastre es todavía más patente”.
“Bajo el agua. Postales de los cinco días en que Rosario estuvo sumergida por la
01/04/2007, P. 13
zozobra y la improvisación”

“El drama de retornar a los hogares devastados” 02/04/2007, P. 1

“Rosario: el futuro. Las pérdidas son por varios millones” 02/04/2007, P. 1

“Volver al barro. El panorama con lo que se encuentran es verdaderamente


02/04/2007, P. 1
desolador”

“La provincia nunca antes ha pasado por una situación así” 02/04/2007, P. 4

“Preocupa al intendente el deterioro de la ciudad” 02/04/2007, P. 5

“Aún buscan a una desaparecida en el río” 02/04/2007, P. 5

“La sensación de catástrofe golpea a los inundados” 03/04/2007, P. 6

“La lluvia arruinó sus casas y ahora usurparon un Fonavi” 04/04/2007, P. 6

“La lluvia le tiró la casa y ahora vive en una carpa” 05/04/2007, P. 4

“La zona más castigada lleva 18 días a oscuras” 07/04/2007, P. 9

“Rosario bajó su nivel de protección” 08/04/2007, P. 10

“El futuro llegó” 08/04/2007, P. 12

“El temporal está matando miles de peces” 08/04/2007, P. 13

Fecha y página
Enunciados dramáticos publicados por El ciudadano
de publicación
“El diluvio no para y ya hay miles de evacuados” 28/03/2007, P. 1
“Pronóstico reservado” 29/03/2007, P. 1
“Más de tres mil evacuados y pronóstico reservado” 29/03/2007, P. 2
“La lluvia no para y el drama social se profundiza” 29/03/2007, P. 2

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 91
“Y para colmo, el pronóstico meteorológico augura un empeoramiento de la
29/03/2007, P. 2
situación […]”
“El miedo marcado en la memoria” 29/03/2007, P. 3
“El arroyo rugió, nadie durmió” 30/03/2007, P. 5
“Agua fatal y tensa espera” 31/03/2007, P. 1
“Estiman 30.000 evacuados a lo largo de toda Santa Fe” 31/03/2007, P. 2
“Fatal erosión en la barranca” 31/03/2007, P. 5
“Campo: casi 4 millones de hectáreas afectadas” 31/03/2007, P. 5
“La lluvia mermó pero todavía el panorama es desolador […]” 01/04/2007, P. 5
“Pasó el diluvio y ahora se viene lo más difícil” 02/04/2007, P. 1
“El triste regreso al hogar después de la devastación” 02/04/2007, P. 2
“El diluvio le costará a Rosario $30 millones” 04/04/2007, P. 1
“La tormenta de los sin techo” 06/04/2007, P. 6
“Pidamos que salga el sol” 07/04/2007, P. 7

Fecha y página
Enunciados dramáticos publicados por Rosario 12
de publicación
“Inundados y evacuados” 28/03/2007, P. 1
“Imágenes de una ciudad bajo el diluvio “ 28/03/2007, P. 2
“Colchones y frazadas para pasar los días “ 28/03/2007, P. 3
“ Detrás está la gente“ 29/03/2007, P. 1
“Una larga lista de daños colaterales“ 29/03/2007, P. 2
“La inundación en Nuevo Alberdi avanza sobre las casas.
29/03/2007, P. 3
Todas las miradas puestas en el arroyo Ludueña “
“Setenta y cuatro escuelas rosarinas sin clases.
29/03/2007, P. 4
Y hoy podrían ser muchas más”
“Los primeros momentos son siempre muy difíciles“ 30/03/2007, P. 1
“El agua arrastró cuatro vidas” 31/03/2007, P. 3
“Duro camino de regreso” 01/04/2007, P. 1
“El costo de la inundación” 04/0/0472007, P. 1
“Faltan obras vitales en Rosario” 05/04/2007, P. 1
“Inundaciones nunca más” 06/04/2007, P. 1
“La ciudad de la periferia” 06/04/2007, P. 3

Como se aprecia, todos estos enunciados provocan impacto y producen una sensación
angustiante, brindando un panorama dramático y complejo que llama la atención del
lector. “A ver, el diario tiene que vender títulos; o sea, la tapa tiene que ser llamativa y
los títulos tienen que ser una cosa que enganche”, admitió la periodista María Laura
Favarel198.

198
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, P. 133.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 92
Precisamente, Martini entiende que las modalidades dramáticas de la enunciación se
derivan de asemejar la información a cualquier otro artículo de consumo, y que esas
formas discursivas, por su corte sensacionalista, marcan una tendencia a la
espectacularidad en la agenda actual de la prensa. “Desde la propuesta de impresionar a
la sociedad, el modelo que se reitera en pantallas y páginas informativas conserva y
exacerba un estilo ya acuñado por un sector de la prensa popular, pero propone otra
visión del mundo. Los medios son la ventana al mundo y allí lo que hay es espectáculo
que está a la venta” (MARTINI, 1999: 59).

Por otro lado, Martini postula que la información construida para impresionar instala
defectuosamente un determinado tema, obturando o dificultando su adecuado debate y
reflexión, o bien planteando estas posibilidades “desde la conmoción” (MARTINI,
1999: 63 y 57). De hecho, puede pensarse en titulares como “El temporal ya dejó tres
muertos y un desaparecido”199, donde la afirmación del enunciado reduce las causas a
un fenómeno climático, cuando las razones de dos de esos decesos y de la desaparición
aludida podrían encontrarse más bien en la situación de abandono y exclusión de esas
personas, precariamente afincadas en una barranca sobre el margen del río. En cuanto al
restante fallecido, tampoco pereció por el temporal en sí mismo, sino por la
imprudencia de pretender practicar rafting sobre un caudaloso arroyo Saladillo.

Asimismo, el titular “Agua fatal y tensa espera”200 esconde que, en rigor, si el agua
resultó letal fue sólo porque no se había clausurado oportunamente la zona de barrancas
-medida que sí se dispuso unos días después del derrumbe de la casilla donde vivían los
dos ahogados y el desaparecido, amén de una orden de desalojo compulsivo emitida por
la Justicia tras el episodio-, o bien porque a las personas caídas al río no se les había
ofrecido una alternativa de alojamiento durante la emergencia hídrica.

De acuerdo a lo expuesto, al buscar impresionar a través de golpes de efecto, los medios


estarían lejos de llevar adelante un tratamiento de la información reflexivo y orientado
al bien común -vale decir, socialmente responsable-; más aún si se tiene en cuenta que
el sensacionalismo parece favorecer la percepción del mundo “en términos de

199
La Capital, sábado 31 de marzo de 2007, Portada (p. 1), en Anexo, p. 211.
200
El Ciudadano, sábado 31 de marzo de 2007, Portada (p. 1), en Anexo, p. 284.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 93
conmoción permanente, conmoción que, se asume, dificultaría la identificación,
conocimiento y debate sobre los conflictos […]” (MARTINI, 1999: 56).

Quizás por eso las notas que incluyeron un abordaje más profundo de la inundación
tuvieron que esperar a que la situación se estabilizara y a que cediera el vértigo inicial
impuesto por la coyuntura. Así, pasados cinco días de iniciada la emergencia, bajo el
título “Cubrir las necesidades profundas”, Rosario 12 le dedicó una página al modo de
afrontar las secuelas psicológicas del evento, mientras que luego de una semana La
Capital empezó a otorgarle más espacio a la orientación de la ayuda mediante artículos
como “Los rosarinos hacen gala de su solidaridad”201. Con el paso de los días, esta
tendencia a mostrar e incentivar las acciones solidarias se consolidó –aunque
marginalmente- en todos los periódicos, que también publicaron notas donde se
reflexionaba sobre el cambio climático.

En lo que concierne al dramatismo, la especialista Susana Sainz sostuvo que,


contrariamente a lo que sucede con aquella información que orienta la ayuda y la
solidaridad –y, por ende, de modo opuesto a la información concebida como un
servicio-, resulta totalmente inútil y perjudicial en un contexto de emergencia: “Genera
el espanto para nada, o sea, nada útil; además satura tanto que uno ya no quiere saber
más nada. A las personas afectadas les hace un daño tremendo –prosiguió- porque no
orienta: no encauza la ayuda, no aclara qué está pasando ni qué se está haciendo, ni qué
va a seguir pasando […]”202.

En concordancia, Camps observa que un enfoque demasiado crudo puede resultar


“contraproducente”, llevando al público “a no querer continuar interiorizándose acerca
de lo ocurrido”. Por eso mismo, toma para sí las palabras de su compañero, el periodista
y profesor Luis Pazos: “Conmover, sí. Horrorizar, jamás” (CAMPS, 1999: 298).

De la misma manera, en una publicación acerca del tratamiento informativo del dolor, la
doctora en Comunicación Cristina López Mañero menciona que, a raíz del abordaje
alarmista de la información, o al hacer del dolor un entretenimiento, la difusión

201
Rosario 12, domingo 1º de abril de 2007, p. 5, en Anexo, p. 338; La Capital, martes 3 de abril de 2007,
P. 5, en Anexo, p. 241.
202
Entrevista a Susana Sainz, Anexo, p. 127.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 94
espectacularizada de un acontecimiento puede generar dos derivaciones opuestas pero
igualmente perniciosas: “[…] se podría producir, de un lado, una especie de disfunción
narcotizante de la que hablarán Merton y Lazarsfeld, una preocupación superficial o una
apatía masiva que no lleva a actuar, y, de otro, un temor y una ansiedad excesivos”
(LÓPEZ MAÑERO, 1997: 132-133).

En este sentido, basta pensar en el miedo latente y en la postura de vigilia expectante


que asumieron los rosarinos afincados en las inmediaciones del arroyo Ludueña.
Alarmados, estos vecinos incluso iban a corroborar el estado del cauce o cubrían las
entradas de sus viviendas con bolsas de arena, a pesar de que la presa retardadora
funcionaba perfectamente, impidiendo que el curso de agua desbordara203.

Cabe citar, también, la proliferación de cortes de calles que hubo durante la


emergencia. Según denunciaron las autoridades, algunos piquetes eran protagonizados
por grupos que ni siquiera pertenecían a los barrios inundados, quienes, al parecer,
habrían intentado sacar provecho del contexto de zozobra y tensión social destacado por
la prensa. Otros cortes, en cambio, eran para reclamar por el estado en el que estaban
quedando algunas escuelas204. En consecuencia, los funcionarios pidieron prudencia,
puesto que estas medidas entorpecían las tareas de asistencia205.

En este marco de incertidumbre y exaltación, hubo un grupo de vecinos que ocupó


viviendas a estrenar alegando la precariedad de las suyas. Si bien esta condición no era
nueva –en todo caso el temporal la había acentuado-, el clima de descontento social que
se vivía en algunos barrios favorecía las reacciones radicales, y los diarios se hacían eco
de estos episodios que sólo sumaban más fragmentación y caos206.

No obstante, es menester acotar que, si bien hubo notas que resaltaron el drama que
atravesaban los damnificados (y, como se verá, una preeminencia de palabras con
connotaciones negativas), tampoco se puede acusar un tratamiento de la información
203
Rosario 12, sábado 31 de marzo de 2007, p. 2: La presa del Ludueña cumple con su rol y trae alivio a
la ciudad, en Anexo, p. 334.
204
La Capital, viernes 30 de marzo de 2007, p. 9, en Anexo, p. 210.
205
La Capital, sábado 31 de marzo, p. 4: Lifschitz pidió que no haya cortes de calles, en Anexo, p. 213.
206
La Capital, viernes 6 de abril de 2007, p. 5: Usurparon un Fonavi y ahora deberán irse, en Anexo, p.
256; El Ciudadano, viernes 6 de abril de 2007, portada y p. 6: La tormenta de los sin techo, en Anexo,
págs. 309 y 310; Rosario 12, jueves 5 de abril de 2007, p. 3: Toman casas del Plan Federal, en Anexo, p.
348.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 95
exageradamente dirigido a mostrar la bronca y el dolor. En este punto debe considerarse
que la situación que atravesaban los inundados era de por sí dramática y angustiante.
Por lo tanto, aunque esto no justificaba una deliberada focalización en los aspectos
dramáticos o negativos, omitirlos hubiera sido tal vez negligente.

Al respecto, consultado acerca de si es posible sortear el dramatismo cuando los


testimonios recogidos son de por sí dramáticos, el periodista José Maggi manifestó: “La
crónica tiene dramatismo porque tiene esa realidad. El tipo que tiene un metro de agua
en la casa perdió su heladera, su cama, los recuerdos de los pibes, su ropa y lo poco que
tenía, entonces es dramático pero no deja de ser periodístico”207.

Evidentemente, debido al embate material y emocional que experimentaban los


damnificados por la emergencia, no resultaba sencillo narrar lo que les sucedía sin
destacar el drama de las diversas situaciones que atravesaban, ya que solían ir ligadas a
un fuerte sentimiento de pérdida. “[…] uno se sensibiliza y queda sensibilizado como
para escribir una crónica dramática, que generalmente es lo primero que sale”, observó
Ernesto Ávila208.

Enseguida, el cronista de El Ciudadano reflexionó: “Habría que tener más equilibrio,


porque tampoco es necesario hacer una crónica dramática para describir una situación
determinada. Pero, lamentablemente, cuando ocurren emergencias la redacción se
contagia un poco de la adrenalina –agregó- y entonces se hace muy difícil no caer en ese
lugar común. Creo que por eso, ante estos eventos, lo que más prima en el periodismo
local y nacional es toda una serie de crónicas dramáticas”209.

Tal vez por esa razón la Guía práctica de salud mental en situaciones de desastres
(2006: 180) insta a los periodistas a buscar “un equilibrio informativo, aún en
momentos de crisis”. Para lograr la compensación pretendida, invita a la difusión de
“mensajes positivos (de ánimo y apoyo), que eleven la moral y hagan sentir a la
población damnificada que no está sola”. De esta forma, la guía publicada por la OPS
propende a atenuar el temor, la desorganización y el sufrimiento de las personas.

207
Entrevista a José Maggi, Anexo, p. 156.
208
Entrevista a Ernesto Ávila, Anexo, p. 150.
209
Ídem.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 96
6. 2 Palabras más, palabras menos

Al repasar los periódicos relevados, se encontraron titulares con palabras como alerta,
amenaza, crisis, catástrofe, drama, desesperación, desolador, devastación, dolor, fatal
o tragedia. Evidentemente, la utilización de estas expresiones buscaba llamar la
atención de los lectores, apelando a la dramatización de la situación. En efecto, durante
la inundación de 2007 no sólo abundaron los titulares y las crónicas de tonalidad
dramática, sino que también prevalecieron los términos que compartían esa misma
característica, utilizados por los cronistas para describir la emergencia hídrica.

Conforme a un registro meticuloso, en conjunto, se publicaron 1.853 palabras que


hacían referencia a problemas, sufrimiento, miedo, precariedad, gravedad, protestas,
preocupación, crisis, daños, muertes, pérdidas y empeoramiento –por citar sólo algunos
vocablos-, mientras que los términos que podían difundir una sensación de amparo,
cohesión y contención tuvieron, en comparación, una presencia mucho menor. Así, las
expresiones con un sentido positivo (como ayuda, mejoría, optimismo, tranquilidad y
alivio, entre otras) aparecieron sólo en 461 ocasiones. Lógicamente, esta tendencia se
dio en cada uno de los diarios analizados210.

La marcada prevalencia de los términos con significados negativos muestra una


inclinación a dramatizar que puede explicarse a través de uno de los lemas más
difundidos en el periodismo: bad news is good news (malas noticias son buenas
noticias). De acuerdo a esta consigna, cuanto peores sean las consecuencias de un
acontecimiento, más probabilidades tiene de llegar a constituirse en noticia
(GALTUNG-RUGE, 1965, citado por WOLF, 2004: 126).

Por consiguiente, si bien la inundación produjo una multiplicidad de consecuencias


negativas, a la hora de describirlas los periodistas se valieron de enunciados y palabras
que no sólo tenían una significación acorde, sino también, en muchos casos, dramática.
Basta mencionar vocablos como desastre, infierno, maldición, castigo, caos, desgracia,
clamor, suplicio, ruego, pánico o sombrío.

210
Ver Anexo, 3.1, “Recurrencia de palabras con connotaciones positivas y negativas”, Págs. 167-169,
177-178 y 185-186.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 97
Por cierto, la elección de estos términos acentuaba una perspectiva de gravedad en torno
al acontecimiento. La razón de su empleo puede hallarse entonces en la siguiente
afirmación del periodista estadounidense Herbert Brucker, ya que se enmarca en la
noticiabilidad de los aspectos nocivos de los sucesos: “evidentemente es un principio
fundamental del periodismo, que cuanto mayor, más insólito o más cruento es el
espectáculo, mayor es el valor/noticia” (BRUCKER, 1973, citado por WOLF, 2004:
126).

De todos modos, también hay que tener en cuenta que las expresiones impetuosas o
contundentes intentaban acercarle al lector un panorama de la magnitud de la situación.
“Si uno estuvo en el lugar, transmite el drama que vivió”, dijo María Laura Favarel, e
inmediatamente amplió: “Uno tiene la urgencia de hacer llegar lo que está pasando ahí
de un modo más cercano, porque no todo el mundo va al lugar, entonces nuestra tarea es
un poco acercar, para que los lectores del diario puedan entender mejor por qué es una
emergencia, por qué es un desastre”211.

Aunque la búsqueda de la verosimilitud es valiosa, Sibila Camps advierte que en ese


empeño por describir lo ocurrido, el periodista con frecuencia termina “abusando de los
adjetivos calificativos, en desmedro de la información”. Para la autora, el grado de dolor
que conllevan algunas catástrofes hace difícil referirse a ellas “sin impresionar”, ya que
el periodista “suele ser el primero en estar conmovido”. Aún así, también aclara que un
distanciamiento absoluto, como contrapartida, haría imposible “comunicar las
dimensiones de lo sucedido y transmitir lo que sienten las víctimas” (CAMPS: 1999:
203).

Por lo tanto, no está de más poner de relieve la apreciación de José Maggi, quien se
mostró concluyente: “Si vas a una zona inundada donde convivís un día entero con
gente que perdió todo y no ponés una cuota de angustia, hacé la nota desde un
escritorio, hablá por teléfono con el vecinalista y no vayas, no tenés que ir. No quiere
decir que la crónica sea de punta a punta dramática –añadió-, pero en este caso había
especulaciones en torno a lo que podía crecer el Ludueña […], entonces todos iban a
mirar cómo estaba el arroyo: ¿cómo no transmitir dramatismo?”212.

211
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, p. 132.
212
Entrevista a José Maggi, Anexo, p. 156.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 98
Más allá de la valoración que se haga sobre ese punto de vista, no puede dejar de
señalarse que la prensa sería complaciente, además de irresponsable, si omitiera adrede
ciertos aspectos dramáticos o negativos que permiten comprender la dimensión de un
acontecimiento. Wolf toma nota de que eso es, precisamente, lo que sucedía en el
bloque soviético, donde a raíz del sistema político imperante regía la máxima good
news is news; bad news is not really news at all (buenas noticias son noticias; malas
noticias no son del todo noticias). Por eso mismo, en los países del Este “[…] la
noticiabilidad de los sucesos negativos (accidentes, terremotos, desastres naturales, etc.)
es [era] muy limitada o nula” (WOLF, 2004: 153-154).

En lo que compete a los criterios de noticiabilidad vigentes, es preciso hacer notar que
se identificaron elementos contrapuestos entre tales pautas y lo postulado por los
especialistas en situaciones de emergencia. Por un lado, de acuerdo a una ideología de
la noticia donde las malas noticias son buenas noticias, se demanda enfatizar los rasgos
más dramáticos, llamativos y negativos de las historias; al tiempo que, por otro lado, las
guías para abordar catástrofes y los expertos en la materia recomiendan no acentuar los
aspectos desalentadores.

Por lo tanto, se produce una tensión entre la propuesta de los especialistas, quienes
pretenden una cobertura de las emergencias enfocada en la responsabilidad social de los
medios de comunicación (de modo de reducir o atenuar el impacto del evento, es decir,
el riesgo físico y anímico de la comunidad), y algunos de los valores/noticia que guían
las rutinas profesionales. A propósito, Ernesto Ávila consideró: “El lugar común es el
del drama, el del impacto. Seguramente ya hay un editor que está imaginando una tapa
dramática. Y muchas veces, cuando no es tan dramática la situación, le estás arruinando
la tapa a tu jefe. Es todo una complicación”213.

Dicho esto, es comprensible que durante la inundación de 2007 hayan predominado los
términos inquietantes y de acepciones negativas. Sobre todo cuando la cobertura de los
diarios pareció enfocarse más en describir el drama de los inundados, lo caótico de la
situación y los problemas derivados del temporal, que en orientar a la población y la
ayuda social.

213
Entrevista a Ernesto Ávila, Anexo, p. 150.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 99
En este contexto, las consideraciones de los especialistas, las palabras con
connotaciones positivas y las recomendaciones para actuar ante la emergencia -que,
entre otras cosas, suscitó cortes de luz y del suministro de agua potable- tuvieron una
presencia menor y secundaria. Sería oportuno, entonces, propender a un mayor
equilibrio, tanto en los enunciados como en los términos utilizados: “Hay que tratar de
poner las cosas en un lugar más o menos justo con las palabras –evaluó Claudio
González-, porque es con lo que trabajamos nosotros. Y lo que contamos, tratar de
contarlo de una manera ajustada y sin caer en amarillismo o sensacionalismo”214.

Ahora bien, para alejarse del dramatismo y asumir un mayor compromiso con la
función social del periodismo, probablemente se requiera de un mínimo espacio que
permita no sólo procesar lo vivido en la emergencia, sino también reflexionar acerca de
las necesidades que plantea ese escenario. Parafraseando a Gabriel García Márquez, en
esta profesión debería haber un minuto de silencio para que los periodistas reflexionen
sobre su enorme responsabilidad215.

De acuerdo a lo desarrollado a lo largo de este trabajo, uno de los mayores escollos para
tomarse ese minuto estaría en la perentoriedad que plantean estas situaciones. Sin
embargo, Camps apunta que, a diferencia de lo que ocurre con los cronistas de radio y
televisión, a los reporteros gráficos les puede resultar más fácil “buscar los términos
adecuados para describir lo que vieron, sin recurrir a palabras literales o crudas”
(CAMPS, 1999: 298). En tal sentido, Favarel precisó: “Si bien hay vértigo de
información, el papel te da la posibilidad de un tiempo, cosa que no sucede con la
inmediatez de la Web, la radio o la televisión. Tenés hasta un tiempo de reflexión para
pensar cómo vas a enfocar la nota […]”216.

6.3 Consideraciones sobre la función social del periodismo en una emergencia

Si, como se ha señalado, la modificación contundente que produce la irrupción de una


emergencia acarrea un fuerte impacto emocional en la comunidad, cabe preguntarse qué

214
Entrevista a Claudio González, Anexo, p. 145.
215
Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (Fnpi), “Diez reflexiones de Gabo sobre el mejor
oficio del mundo”, Punto 6: <http://www.fnpi.org/premioggm2014/el-premio/gabo-periodista/diez-
reflexiones-de-gabo-sobre-el-mejor-oficio-del-mundo/>.
216
Entrevista a María Laura Favarel, Anexo, págs. 129 y 130.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 100
puede hacer el periodismo para contrarrestar el sufrimiento, la confusión y el
sentimiento de desorganización que invaden a la población. A priori, parece evidente
que la intención de cooperar requiere necesariamente poner el eje en la función social de
la profesión. En este sentido, no debe perderse de vista que las sugerencias de los
especialistas pueden resultar muy productivas a la hora de colaborar con la comunidad,
en especial para morigerar la ruptura y el dolor propios de esa situación.

Según la experta Susana Sainz, para lograr ese propósito se necesita que cada uno de los
sectores que trabaja en torno a la emergencia –incluida la prensa- acompañe “la
organización activa de las personas y la respuesta del Estado”. En lo que concierne
específicamente al periodismo, destacó que las pautas claras, breves y concisas
“colaboran y disminuyen el daño”. “Las consignas claras y concisas que impulsan la
participación activa y la organización son importantes –explicó-, porque está
comprobado que la participación protagónica con los otros contribuye en la
recuperación de las personas”217.

Respecto a la claridad de los enunciados, cabe acotar que Wolf relaciona dos
observaciones interesantes. En primer lugar, que los periodistas se valen de la imagen
que poseen del público para evaluar si éste puede comprender los términos utilizados en
las noticias y, en segundo lugar, que de esa manera se refuerza “no sólo la necesidad de
ser claros y simples, sino también la imagen <<pedagógica>> de la profesión (y por
tanto la utilidad social de la misma)” (WOLF, 2004: 149).

Por su parte, además de subrayar la importancia de los mensajes “claros y orientadores”,


Sainz consideró que “la información verificada” y una “actitud responsable” también
hacen “una gran diferencia” en el contexto de una emergencia. “Es muy valioso dar
información alentadora y orientadora de la participación, la ayuda y la colaboración; por
ejemplo, sobre qué cosas se necesitan y dónde, y cuáles ya no –indicó-, porque si hay
algo que caracteriza a una situación de emergencia es que está todo roto, entonces es
muy difícil saber qué hacer, cuándo hacerlo y cómo”218.

217
Entrevista a Susana Sainz, Anexo, págs. 126 y 127.
218
Ídem.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 101
Es preciso señalar que las guías y los manuales publicados por organismos como la
OPS, la Unesco o la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual
ofrecen una serie de pautas que, si son seguidas por los cronistas, pueden reducir la
vulnerabilidad de la comunidad, ya que apelan al desarrollo de capacidades esenciales
para incrementar los niveles de organización y resistencia que demandan los eventos
adversos. Es más, la importancia de trabajar para afianzar los conocimientos, las
capacidades y los recursos se desprende de la misma Guía para la cobertura
periodística responsable de desastres y catástrofes (2013) y del Manual de gestión de
riesgos de desastre para comunicadores sociales (2011: 12).

De ahí que la Guía para la cobertura responsable de desastres y catástrofes fomente:


centrarse en ofrecer la información necesaria para que la población pueda participar de
un modo prudente en las medidas de evacuación y rescate; procurar que las
recomendaciones de los expertos y los organismos de salud lleguen a toda la
comunidad; informar cuáles son las necesidades prioritarias y los sitios de traslado y
refugio; especificar cómo prevenir accidentes, enfermedades y problemas sanitarios; dar
a conocer los lugares y los números telefónicos para recibir asistencia, etcétera219.

Detrás de estas consignas que, como se ve, tienden a “promover la solidaridad”,


“orientar la respuesta de la población y diminuir el impacto emocional” –esta vez,
conforme a la Guía práctica de salud mental en situaciones de desastres (2006: 180-
181)-, la razón de ser de tales proposiciones tiene que ver con que en circunstancias
críticas la comunidad necesita de información socialmente relevante para su
recuperación. “Los damnificados necesitan información tanto como agua, alimentos,
medicamentos o refugio. La información puede salvar vidas, recursos y medios de
subsistencia”220.

En efecto, al reflexionar sobre cuál es la función que debe cumplir el periodismo en una
catástrofe, Camps invita a preguntarse acerca de qué es lo que espera y necesita del

219
Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, Guía para la cobertura
periodística responsable de desastres y catástrofes, “Buenas prácticas para el tratamiento informativo de
desastres y catástrofes”: <http://www.defensadelpublico.gob.ar/sites/default/files/guiacatastrofes_0.pdf >.
220
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, Informe mundial sobre
desastres (2005), “¿Datos o diálogo? El papel de la información en casos de desastre”: <www.disaster-
info.net/lideres/spanish/peru2006/Docs/materialprevio/11_Informe%20Mundial%20sobre%20Desastres.p
df>.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 102
periodista la población: “Aunque parezca una obviedad, lo primero que espera de él la
comunidad, es que la informe. […] Necesita información para tomar las decisiones
apropiadas y/o para sentirse más segura. Cosas diferentes de las que espera y necesita de
otras personas que intervienen tras la catástrofe, quienes nunca podrán cumplir la
función socialmente asignada a los medios” (CAMPS, 1999: 297-298).

En rigor, la ciudadanía demanda información porque suele haber mucha incertidumbre,


sobre todo si se considera el contexto de confusión que depara la vorágine propia de un
escenario de emergencia. Por ende, la información que se dé, debe ser responsable y
precisa, de modo de no aumentar el desconcierto. “Es fundamental que el periodista
tenga conciencia de que, en la cobertura de una catástrofe o de una emergencia, la
prensa cumple una importantísima función social, que debe ejercer con la mayor
responsabilidad. Los medios constituyen uno de los principales sitios a los que recurre
la población en busca de información que pueda significar un alivio a su situación […]”
(CAMPS, 1999: 26).

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 103
Conclusión

En el desarrollo de este trabajo se intentó dilucidar cómo influyó el escenario de


emergencia suscitado a raíz de la inundación de 2007 en el proceso de producción de la
noticia. Luego de examinar el material de prensa recopilado, de entrevistar a cronistas
de los diarios correspondientes y analizar bibliografía afín a la temática, puede
afirmarse que, efectivamente, existen fundamentos para concluir que la modificación
súbita y significativa que define a una emergencia tuvo correlato en las condiciones de
producción de la noticia de diversas maneras.

En un primer momento, la irrupción de la inundación supuso un importante


condicionamiento de tiempo, ya que ocurrió sobre la hora de cierre de los periódicos,
cuando los cronistas tenían poco margen para recolectar la información y publicarla.
Paralelamente, si se considera que esa noche ya había otros temas listos para ser
publicados, también representó un contratiempo, puesto que en las redacciones debieron
rebuscárselas para incluir la novedad entre las páginas de los diarios, que ya estaban
prácticamente diagramadas. Como corolario, en cada matutino la mayor parte del
espacio la ocuparon los acontecimientos que habían sido previamente planificados y
abordados, mientras que la noticia respecto a este evento tuvo una extensión escasa con
relación a la envergadura del suceso.

Las razones de esa exigüidad inicial también se hallaron en la propia definición de


emergencia. Resulta que, a diferencia de lo que ocurre con los acontecimientos
susceptibles de programación (como los que gozaron de un mayor desarrollo cuando
recién había comenzado el aluvión), estas situaciones se definen por su desenlace
súbito, por provocar una ruptura. Esto significa que no era posible saber –al menos con
certeza- en qué momento sucedería la inundación ni cuál sería su dimensión, de modo
que se hacía muy difícil panificar o programar con antelación su cobertura periodística.
Por lo tanto, frente al torrente, los cronistas realizaron el abordaje que podían con los
recursos, el tiempo y la información que tenían.

Sin embargo, todo cambió en las ediciones siguientes. Una vez que los periodistas
pudieron conocer mejor la magnitud de la inundación, y ya sin la presión inicial del
cierre, fueron las vicisitudes de este gran tema las que desplazaron, en cambio, a los

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 104
acontecimientos programados. De esta manera, durante más de una semana la crisis
hídrica pasó a ser el asunto de mayor relevancia en las secciones locales de los diarios.

Entre las modificaciones sustanciales que produjo la situación de emergencia analizada


en las rutinas productivas se destacaron la extensión de la jornada laboral y la
reorganización parcial del trabajo. Esta última supuso que todos los periodistas de las
respectivas secciones locales se abocaran a la emergencia, e incluso que algunos
profesionales de otras secciones colaboraran en el proceso de producción de la
información de índole local. Por cierto, tanto la reasignación del personal disponible
como la necesidad de exceder el horario de trabajo habitual fueron atribuidas por los
cronistas a la gran exigencia que entrañó el escenario derivado de la inundación.

De estos reajustes se desprendieron dos variaciones más, íntimamente relacionadas a la


trascendencia del acontecimiento. Una de ellas estuvo dada por el aumento del espacio
asignado a las secciones destinadas a Rosario, con El Ciudadano y La Capital sumando
páginas a la información local en los momentos de mayor vorágine informativa. La otra
se evidenció en el inusual orden de compaginación que presentaron los diarios, puesto
que durante los primeros días de la inundación fueron las secciones dedicadas a la
ciudad –en los casos de La Capital y El Ciudadano- las que abrieron las ediciones
correspondientes, dándole preponderancia al tema.

En otras palabras, el escenario de emergencia fue de tal amplitud que, para poder dar
cuenta del fenómeno hídrico y su consecuente caudal informativo, las redacciones
debieron reorganizar sus recursos. Además, los periódicos adoptaron cierta flexibilidad,
tanto en su compaginación como en la cantidad de páginas correspondientes a la sección
local.

En cuanto a la reasignación del personal, conviene hacer notar que estuvo directamente
ligada a las características que adquirió la recolección de la información durante la
inundación. De hecho, los periodistas dedicados a los asuntos locales debieron dejar las
tareas que estaban desarrollando para volcarse de inmediato a cubrir la emergencia,
fundamentalmente desde los lugares azotados por el temporal.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 105
En efecto, los cronistas coincidieron en que cuando irrumpen eventos de gran magnitud
en la ciudad, se torna indispensable acercarse de manera urgente al epicentro del suceso
o a las zonas afectadas y realizar una cobertura in situ para constatar qué fue lo que pasó
y qué está ocurriendo. Evidentemente, en el caso de los diarios locales este requisito era
ineludible por razones de proximidad, tal como argumentaron los entrevistados.

Lo que antecede permite deducir que, frente a escenarios de crisis, al momento de


recoger la información se impone –siempre que sea posible-, ir hasta los sitios donde se
desarrollan los acontecimientos, sobre todo si ocurren en la misma localidad a la que
pertenece el medio. Tanto es así que, durante la inundación, la cobertura de los distintos
barrios anegados y de los centros de evacuados -oficiales y extraoficiales- fue
rápidamente distribuida entre los periodistas de las secciones dedicadas a la ciudad.

Ahora bien, la aproximación al escenario de emergencia –incluso a borde de un bote- y


el contacto con los damnificados acarreó un fuerte impacto emocional en los cronistas.
Precisamente, entre la conmoción que les producía comprobar in situ la situación, la
vorágine informativa derivada de las múltiples consecuencias del suceso, la necesidad
de esperar hasta el horario de cierre para publicar datos actualizados y las dificultades
para obtenerlos o chequearlos, por momentos se deslizaron errores y contradicciones en
ciertas cifras e informaciones.

En tales circunstancias, no sorprende que las incongruencias se hayan presentado, sobre


todo, durante el auge de la inundación, cuando mayor era la embestida del agua, la
incertidumbre y también la consternación. Encima, como se ha afirmado
oportunamente, la divulgación de estas imprecisiones sólo agregaba confusión al
contexto inestable y vertiginoso propiciado por la emergencia.

Sin embargo, más allá de que se identificaron algunas contradicciones, la incidencia de


las “demoledoras” condiciones de trabajo que impuso la emergencia se tradujo más bien
en una clara tendencia a centrar buena parte de la cobertura en las dramáticas historias
de los inundados. A saber, los propios periodistas admitieron que las crónicas que
tomaban como eje los testimonios de los damnificados intentaban describir el drama
que experimentaban al recorrer los barrios anegados y los centros de evacuados. Por
cierto, esto conspiró en detrimento del espacio asignado a la información preventiva y

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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en perjuicio de los testimonios y sugerencias de los voceros de los organismos de salud
y de los especialistas.

En lo que compete específicamente a la recolección de la información, a partir de un


análisis cuantitativo se verificó una marcada preeminencia de las fuentes oficiales en
todos los diarios, seguida por los relatos –tristes o indignados- de las víctimas y los
testigos. Por ende, esa modalidad de selección de los informantes pareció haber influido
para que tanto las recomendaciones como la perspectiva de los expertos tuvieran una
escasa presencia en las páginas de los matutinos.

A su vez, esto explica -al menos en parte- por qué la información necesaria para afrontar
la inundación obtuvo en los periódicos un lugar reducido, secundario o complementario,
mientras que las declaraciones de los funcionarios y las historias de vida de los
damnificados ocuparon un espacio notoriamente mayor. Por este motivo, y para
propender a un mayor equilibrio, la Guía para la cobertura periodística responsable de
desastres y catástrofes insiste en la importancia de conocer y cultivar el contacto con
aquellas fuentes idóneas en la materia –también extraoficiales- antes de ser sorprendidos
por una emergencia.

Por su parte, en cuanto al trabajo en el lugar del acontecimiento, los cronistas destacaron
la ventaja que representa conocer y acudir a las fuentes que gozan de cierta jerarquía en
los sitios castigados por este tipo de eventos. La pertinencia de estos informantes radica
tanto en virtud de su credibilidad y de su valoración social, como del conocimiento que
poseen respecto a los asentamientos donde desarrollan su labor.

A propósito, si bien los entrevistados declararon que la vorágine de la situación no les


dejaba tiempo para planificar la cobertura y seleccionar a las fuentes, en este punto no
debe soslayarse que muchas de las personas que finalmente cobraron notoriedad –como
los religiosos Siñeriz y Jordán, o los portavoces de Giros- les resultaban lo
suficientemente fiables: según dijeron, las conocían de coberturas anteriores y, además,
gozaban de cierto reconocimiento en su comunidad.

Esto significa que, por razones de credibilidad y fiabilidad, luego de hablar “con todo el
mundo”, los periodistas terminaron acudiendo a fuentes que les resultaban conocidas y

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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que, a su vez, eran reconocidas en su medio social. Es más, los profesionales
manifestaron que incluso intentaban evaluar la fiabilidad de las fuentes vivenciales; que
no consultaban ni a cualquiera que se cruzaban, ni a personas excesivamente
desesperadas.

En este marco, al reproducir los testimonios de quienes, por su actividad política,


religiosa o social, poseían algún grado de reconocimiento o jerarquía en los barrios
anegados, los periódicos les otorgaron aún más relevancia. Eso es lo que ocurrió con
algunos movimientos sociales que, como en el caso de Giros, hasta ese momento eran,
sino incipientes, prácticamente desconocidos fuera de determinados sitios.

Dicho esto, al examinar las páginas de los diarios se comprobó que las fuentes citadas
con recurrencia cumplían, sin excepción, con algunos de los criterios de selección que
menciona Mauro Wolf: productividad, autoridad, credibilidad, fiabilidad, oportunidad
o conveniencia, etc. Así, la preferencia por las fuentes oficiales, que se verificó en el
hecho de que los cronistas consultaron con mayor frecuencia a las autoridades, se
comprende mejor si se considera –como sostiene Wolf- que tales informantes suelen
estar en condiciones de proveer suficiente material de calidad para la elaboración de las
noticias; de ahí que resultaran convenientes y productivas.

Además, las fuentes oficiales e institucionales devenían apropiadas para cotejar la


información recogida por otras vías. En efecto, durante la inundación los periodistas se
valieron reiteradamente de fuentes en posiciones de autoridad formal o institucional
para tratar de obtener precisiones sobre la cantidad de evacuados y su destino; la
búsqueda de las personas caídas al río; el nivel de los canales y los arroyos; el estado de
los servicios, las calles y las escuelas; las medidas de reparación encaradas desde el
Estado; etcétera.

Otro motivo que pareció haber abonado a esta superrepresentación de la esfera político-
institucional fue la carencia de capacitación en emergencias que se comprobó en los
cronistas que llevaron adelante la cobertura de la inundación. Sucede que los periodistas
no especializados, al carecer de conocimientos específicos sobre los asuntos que tratan,
también desconocen a las personas que se ocupan particularmente de esas materias; en
consecuencia, suelen acudir a fuentes con autoridad política o institucional, puesto que,

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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además de formar parte de las maneras habituales de abastecerse de información, se
presumen creíbles y productivas.

Como se aprecia, aquí se encuentra otra posible explicación para entender el escaso
espacio ofrecido por los diarios a los especialistas, y más aún a aquellos ajenos a la
órbita gubernativa: resultaban desconocidos para los cronistas y extraños a las rutinas
productivas.

Por otra parte, este estudio también contribuyó a esclarecer las razones por las cuales las
informaciones y las voces que advertían respecto a la posibilidad de la inundación
recién aparecieron en los diarios una vez que en la ciudad ya había miles de evacuados.
En este sentido, a partir de Wolf se pudo dilucidar que la propia organización del trabajo
periodístico atenta contra el desarrollo de un periodismo previsor, ya que se orienta a la
recolección de acontecimientos puntuales y, preferentemente, negativos (bad news is
good news).

Por lo tanto, los indicios y las advertencias que vaticinaron o preanunciaron la


emergencia, al no constituir sucesos concretamente puntuales ni nocivos, quedaron
relegados de las páginas de los diarios. Es más, los cronistas admitieron que estas
cuestiones generalmente se convierten en noticia cuando pasa una desgracia y el hecho
ya está consumado.

Esto permite inferir que, pese a que las advertencias de una inundación son importantes,
se presume que no tienen suficiente interés periodístico –excepto, quizás, si las formula
una fuente en posición de autoridad-, lo que ayuda a entender por qué fueron
marginadas de los diarios, donde se priorizaron otros asuntos de mayor impacto. De
hecho, los criterios de noticiabilidad que rigen el desempeño profesional (entre ellos los
valores/noticia interés, brevedad y entretenimiento) llevan a enfatizar la capacidad de
atraer la atención que despiertan los aspectos puntuales, efímeros y llamativos de las
historias, como lo fueron –una vez acontecida la inundación- las cifras de evacuados y
de agua caída, las noticias sobre fallecidos o el monto millonario de las tareas de
reparación.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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En definitiva, al jerarquizar los acontecimientos concretos y, a la vez, atractivos o
negativos, los criterios de noticiabilidad aplicados por los periodistas repercutieron en
una fragmentación de los contenidos, ya que aquellos episodios que –como los indicios
de la inundación- no se ajustaban fácilmente a los valores/noticia resultaron desplazados
o excluidos. De esta manera, al ocuparse de los hechos cotidianos puntuales y efímeros,
la prensa se hizo eco de las advertencias cuando la ciudad ya estaba en emergencia.

Además, los indicios y los avisos acerca de la posibilidad de la inundación constituían


historias inconclusas (con un desenlace aún incierto), por lo que eran periodísticamente
inapropiadas desde el punto de vista del valor/noticia formato, que requiere de relatos
con una culminación: “La inundación llegó al barrio Nuevo Alberdi”, “La intensa lluvia
desbordó canales y ya hay más de dos mil evacuados”, “El temporal ya dejó tres
muertos y un desaparecido”, “Se formó un comité de crisis”, etc. De modo que,
paradójicamente, las advertencias pasaron a estar presentes en los diarios una vez que
los canales Ibarlucea y Salvat ya estaban desbordados.

Por otro lado, de las entrevistas se desprende que, si bien los periodistas no sabían que
la inundación sucedería, sí conocían que había zonas en peligro por la falta de obras
hídricas. Por lo tanto, una opción válida para no llegar tarde y sólo esperar a que el
evento suceda, consistiría en informar acerca del estado de las obras necesarias para
evitar una determinada situación de emergencia. De esta manera, se advertiría sobre las
condiciones concretas que facilitan -o bien previenen- su desenlace, manteniendo el
tema presente en la agenda. En caso contrario se corre el riesgo de llegar al problema
cuando el hecho está consumado, como ocurrió en el caso estudiado.

Así pues, luego de que varios sectores de la ciudad se encontraban inundados -y miles
de rosarinos evacuados-, los periódicos no tardaron en poner en evidencia, entre otras
cosas, la carencia de zanjeo en algunos barrios, los perjuicios del monocultivo, la falta
de un sistema de alerta, el estado de los arroyos Ludueña y Saladillo y, ante todo, la
demora que presentaban los trabajos de profundización de los cauces rebalsados.
Ciertamente, fue en torno a las obras hídricas que emergieron las mayores polémicas
entre los funcionarios.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 110
Es oportuno aclarar que, si bien las acusaciones no emanaron de la prensa, los diarios sí
subrayaron esas controversias entre quienes respondían a distintos signos políticos. Por
ende, en algunas ediciones los matutinos también contribuyeron a acentuar la
fragmentación –en este caso, entre dos niveles del estado-, cuando una emergencia
requiere -según consta en manuales y guías-, de la mayor coordinación posible para
ayudar a las víctimas.

Por lo visto hasta aquí, ni la información que podía aquietar las aguas, ni la consulta a
los especialistas, ni los mensajes preventivos fueron prioritarios en las páginas de los
diarios. Por el contrario, podría objetarse que, así como la inundación –en tanto
escenario de emergencia- rompió con la cotidianeidad, por momentos la prensa enfatizó
los aspectos disruptivos derivados de esa situación. O, también, que cuanto más grave
devino el aluvión, más se remarcó el drama y la sensación de fragmentación.

Del análisis de bibliografía específica y de la entrevista a Susana Sainz surge que, si los
periodistas trabajarían en conformidad con las recomendaciones que ofrecen una serie
de manuales y guías (elaboradas tanto por especialistas en emergencia como por
cronistas con experiencia en esos escenarios), podrían contribuir a potenciar las
aptitudes, los conocimientos y los recursos de la comunidad. De ese modo, la prensa
ejercería un importantísimo rol social, ya que ayudaría a incrementar la capacidad de
organización y recuperación de la población, cooperando en la reducción de su
vulnerabilidad.

En cambio, se ha sostenido que el dramatismo, las polémicas, las acusaciones, los


rumores y las informaciones imprecisas aumentan la sensación de confusión y ruptura
que caracteriza a una emergencia, contraponiéndose a la información socialmente
relevante o concebida como un servicio. Por añadidura, puede afirmarse que, cuanto
más hincapié se hace en los aspectos dramáticos y en las versiones controvertidas o
tendenciosas, más disminuye el ejercicio socialmente responsable de la profesión y, por
ende, la calidad de la información.

A propósito, de acuerdo a lo desarrollado en este estudio, el ejercicio de la función


social de la prensa en una emergencia requiere, lejos de las polémicas y el dramatismo,
que los periodistas le brinden a la población la información necesaria para afrontar y

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 111
revertir la situación que atraviesa. Y aunque se advierte una tensión entre ese postulado
y el lema profesional que demanda resaltar los aspectos más negativos de los
acontecimientos -bad news is good news-, hay elementos que permiten inferir que, a la
hora de informar acerca de estos escenarios, la prioridad bien podría dejar de recaer
sobre esos rasgos; atributos que, pese a resultar llamativos, dotan a los sucesos de
espectacularidad y dramatismo.

En rigor, la noticiabilidad de los episodios negativos, las polémicas y el


sensacionalismo constituye sólo una de las opciones, puesto que existe sobrada
evidencia acerca de que los valores/noticia son dinámicos. Al respecto, en este trabajo
se mencionó una anécdota que da cuenta de ese carácter variable; a saber, que en los
países del bloque soviético, a diferencia de lo que ocurre habitualmente, la
noticiabilidad de los asuntos negativos era prácticamente nula.

Más aún, como se trata de pautas que operan de forma complementaria, para sortear el
dramatismo también podría ponderarse el valor/noticia de la protección, que alude a la
no-noticiabilidad de aquellos hechos, detalles e historias cuya cobertura informativa, se
presume, podría resultar potencialmente traumática, herir la sensibilidad del público o
provocarle ansiedad (WOLF, 2004: 130). En consecuencia, a pesar de la tensión
advertida, sería factible que la prensa relegara el dramatismo y las polémicas para
adoptar otros criterios, como aquellos orientados hacia una cobertura socialmente
responsable de las situaciones de emergencia.

Precisamente, para incorporar esos preceptos y reafirmar el compromiso con la


responsabilidad social de la profesión en contextos de crisis, tal vez sería conveniente la
existencia de una instancia de capacitación en periodismo de emergencias. De hecho,
los cronistas de los matutinos rosarinos dieron cuenta de las modificaciones y los
desafíos que conllevó la situación de emergencia analizada –la inundación- en sus
rutinas laborales, pero al mismo tiempo negaron haber recibido capacitación o, por lo
menos, ciertos lineamientos tendientes a priorizar la información socialmente más
relevante en esa circunstancia crítica.

En efecto, el presente estudio permitió comprobar que en los diarios de la ciudad la


cobertura periodística de emergencias, pese a tener implicancias singulares, es

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 112
desarrollada por profesionales genéricos, lo que hace evidente la ausencia de
capacitación señalada entre los supuestos del proyecto de investigación.

Esta carencia resulta significativa, puesto que en momentos de gran vulnerabilidad se


torna imprescindible que la prensa no pierda de vista su rol social y que, bajo la premisa
del interés público, brinde -con la mayor seriedad y rigurosidad posibles- aquellas
informaciones que la población necesita en ese contexto, poniéndose así al servicio de la
comunidad. Esa es, justamente, la razón de ser de las guías y los manuales citados a lo
largo de este trabajo.

En tal sentido, podría argumentarse que la pertinencia de la capacitación radica en que


los criterios empleados para cubrir un tema -y, por ende, las prácticas periodísticas que
se manifiestan en su abordaje- varían según el grado de especialización profesional.
Tanto es así que, según Wolf, entre los periodistas genéricos y aquellos especializados
se evidencian diferencias no sólo en la forma de observar los acontecimientos, sino
también en la selección de las fuentes, en la información que les solicitan y en las
noticias que de ellas extraen (WOLF, 2004: 138).

Por lo tanto, una capacitación en situaciones de emergencia sería una alternativa


adecuada y razonable para contribuir a mejorar la calidad de la información en
contextos de crisis. Sólo basta observar que, probablemente, influiría en todo el proceso
de elaboración de la noticia; tanto en la selección de las fuentes y del material obtenido
como en el modo de presentarlo, atenuando así el uso de términos y enunciados
espectaculares y dramáticos. En otras palabras, no parecería exagerado afirmar que la
formación favorecería a la calidad de la información.

Por otro lado, si se considera que los cronistas destacaron el impacto emocional que les
generaba el escenario presenciado, la mención a la capacitación también se fundamenta
en la convicción de que aportaría una serie de conocimientos y herramientas sumamente
valiosas para que los periodistas pudieran abordar una emergencia, sobre todo, sin verse
desbordados por la conmoción y la confusión que caracterizan a la situación.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 113
Por último, sólo cabe agregar que la adquisición de saberes acordes a los postulados de
los especialistas, los manuales y las guías aquí referidas promovería la construcción de
narrativas socialmente útiles en circunstancias críticas.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 114
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Sólo contempla las revistas especializadas consultadas en versión impresa. Aquellas consultadas en
línea están incluidas dentro del apartado “Recursos tomados de la Web”.

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<http://www.infojus.gob.ar/26522-nacional-ley-servicios-comunicacion-audiovisual-
lns0005540-2009-10-10/123456789-0abc-defg-g04-55000scanyel>

- LÓPEZ MAÑERO, Cristina, 1997, “Ética y televisión. El tratamiento informativo del


dolor”, Palabra Clave, Nº 2, entrada consultada en agosto de 2015:
<file:///C:/Documents%20and%20Settings/Administrador/Mis%20documentos/Downlo
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- MARTINI, Stella, 1999, “El sensacionalismo y las agendas sociales”, Diálogos de la


Comunicación, Nº 55, entrada consultada en agosto de 2015:
<http://dialogosfelafacs.net/wp-content/uploads/2012/01/55-revista-dialogos-el-
sensacionalismo-y-las-agendas-sociales.pdf>.

- MONTERO, Fabio, Comunicación en Emergencia, blog creado en marzo de 2011,


última actualización julio de 2011, consultado en marzo de 2015:
<http://comunicacionenemergencia.blogspot.com.ar/>

- SCHMUCK, Victoria, “Curso sobre salud mental en situaciones de emergencia”,


noticia institucional publicada en el portal de la UNR el 23 de marzo de 2012 y
consultada en octubre de 2014:
<http://unr.edu.ar/noticia/4699/curso-sobre-salud-mental-en-situaciones-de-
emergencia>

- TORRES, Jesús Erney, 2004, “El rigor, garantía para los periodistas, credibilidad para
los medios y esperanza para los ciudadanos”, Palabra Clave, Nº 11, entrada consultada
en mayo de 2015:
<http://palabraclave.unisabana.edu.co/index.php/palabraclave/article/view/1301/1440>

- WAISBORD, Silvio, 2001, “Nuevas tendencias y escenarios futuros en el periodismo:


oportunidades para el periodismo en salud”, Diálogos de la Comunicación, Nº 11,
entrada consultada en junio de 2015:

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 118
<http://dialogosfelafacs.net/wp-content/uploads/2012/01/62-revista-dialogos-nuevas-
tendencias-y-escenarios-de-periodismo.pdf>

Trabajos Finales Integradores:

- BUSIEMI, Adriana Alejandra, 2005, Santa Fe, la inundación y los medios gráficos de
Rosario, Licenciatura en Periodismo (UNR).

- MAGGI, María Soledad, 2009, El trabajo periodístico de los profesionales del diario
La Capital en el seguimiento de la tragedia de República de Cromañón, Licenciatura en
Periodismo (UNR).

- NARDONE, Noel, 2010, Cobertura periodística de la gripe A en los diarios de


Rosario, Licenciatura en Periodismo (UNR).

Artículos de diarios consultados en línea:

“El temporal en Rosario provocó más cortes de luz e inundaciones”, Clarín, jueves 29
de marzo de 2007:
<http://edant.clarin.com/diario/2007/03/29/sociedad/s-03601.htm>.

“El Nuevo Alberdi”, Rosario 12, domingo 20 de mayo de 2007:


<http://www.pagina12.com.ar/visor/fotos/rosario/20070520/tapa_o/070520.JPG>.

“Piden defender a Nuevo Alberdi Oeste de la especulación inmobiliaria”, La Capital,


miércoles 5 de septiembre de 2007:
<http://archivo.lacapital.com.ar/2007/09/05/ciudad/noticia_414923.shtml>.

“Receptor de la angustia”, Rosario 12, lunes 20 de agosto de 2007:


<http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/subnotas/9917-1286-2007-08-
20.html>.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 119
“Pinta otra Aldea”, Rosario 12, lunes 20 de agosto de 2007:
<http://www.pagina12.com.ar/visor/fotos/rosario/20070820/tapa_o/tapagr.jpg>.

“El municipio dio permiso de obra en zona no urbanizable”, El Ciudadano, sábado 28


de noviembre de 2009:
<http://www.elciudadanoweb.com/el-municipio-dio-permiso-de-obra-en-zona-no-
urbanizable/>.

“Piden que el municipio frene al avance de un barrio privado en Nuevo Alberdi”, La


Capital, jueves 18 de diciembre de 2008:
<http://www.lacapital.com.ar/contenidos/2008/12/18/noticia_0046.html>.

“Otra vez el agua en Nuevo Alberdi”, Redacción Rosario, lunes 22 de octubre de 2012:
<http://www.redaccionrosario.com/nuevo/2012/10/22/otra-vez-el-agua-en-nuevo-
alberdi/>.

“Nuevo Alberdi fue afectado por el desborde del canal Salvat”, La Capital, martes 23 de
octubre de 2012:
<http://www.lacapital.com.ar/ed_impresa/2012/10/edicion_1448/contenidos/noticia_51
50.html>.

“La tormenta sacudió a toda la región”, Rosario 12, martes 23 de octubre de 2012:
<http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/10-36118-2012-10-23.html>

“Roldán sufrió una implacable lluvia de 150 milímetros”, La Capital, martes 23 de


octubre de 2012:
<http://www.lacapital.com.ar/ed_impresa/2012/10/edicion_1448/contenidos/noticia_53
00.html>

“En pocas horas, el Gran Rosario padeció el peor temporal en décadas”, La Capital,
viernes 21 de diciembre de 2012:
<http://www.lacapital.com.ar/ed_impresa/2012/12/edicion_1506/contenidos/noticia_53
20.html>

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 120
“La tormenta castigó a Fisherton, que quedó cubierto por un metro de agua”, La
Capital, viernes 21 de diciembre de 2012:
<http://www.lacapital.com.ar/ed_impresa/2012/12/edicion_1506/contenidos/noticia_51
70.html>

“Rosario vivió un día signado por la tensión”, La Capital, viernes 21 de diciembre de


2012:
<http://www.lacapital.com.ar/ed_impresa/2012/12/edicion_1506/contenidos/noticia_53
00.html>

“Se suspendió el fútbol en Santa Fe”, La Capital, viernes 30 de marzo de 2007:


<http://archivo.lacapital.com.ar/2007/03/30/ovacion/noticia_377389.shtml>

“Por culpa de la lluvia, se suspendió el festival de rock”, Rosario 12, miércoles 28 de


marzo de 2007:
<http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/12-7910-2007-03-28.html>

“Ordenan desalojar los piquetes de Juan José Paso y liberar la vía”, La Capital, viernes
9 de marzo de 2007:
<http://archivo.lacapital.com.ar/2007/03/09/ciudad/noticia_372045.shtml>.

“Se fueron y vuelven el domingo”, Rosario 12, sábado 19 de mayo de 2007:


<http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/9-8609-2007-05-19.html>.

“Daños y perjuicios”, Rosario 12, jueves 19 de abril de 2007:


<http://www.pagina12.com.ar/visor/fotos/rosario/20070419/tapa_o/070419.JPG>

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 121
ANEXO

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 122
Entrevistas

Entrevista a Susana Sainz


Trayectoria:

- Psicóloga, egresada de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).


- Representante de la Facultad de Psicología (UNR) en la Red Latinoamericana de Psicología en
Emergencias y Desastres.
- Docente de Trabajo de Campo Área Salud en la Facultad de Psicología (UNR).
- Docente de la Escuela de Psicología Social (Asociación Civil fundada en 1979 por Enrique Pichon-
Rivière).
- Docente de la Escuela de Psicología Social de Rosario, Instituto Dr. Enrique Pichon-Rivière (IRDES).
- Magíster en Salud Mental por la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Entre Ríos
(UNER). En dicha institución se desempeñó como evaluadora de proyectos de Tesis, directora de
Tesis y jurado de Tesis y Defensas de la Maestría en Salud Mental.
- Durante la Guerra de Malvinas (1982), junto a otros colegas de la Escuela de Psicología Social y de la
Asociación de Psicólogos, abordó el impacto emocional que producían las consignas que emitía
Defensa Civil a través de los medios de comunicación y el modo de transmitir los mensajes en una
situación de emergencia. Su experiencia continuó -siempre como miembro de la Escuela de
Psicología Social- en ocasión de conformarse el primer Centro de Ex Combatientes de Malvinas, y
luego intervino en distintos centros de evacuados de Rosario ante las inundaciones de 1986 y 2007, y
en Santa Fe y Paraná frente a la inundación de 2003. Asimismo, trabajó con los damnificados por los
saqueos de 1989 y 2001 e integró el primer Equipo Interdisciplinario de Defensa Civil (1989-1992),
conformado por Radioaficionados, Bomberos Voluntarios y Zapadores, Scouts, Grupos Especiales de
Socorros, la Escuela de Psicología Social y la filial rosarina de la Cruz Roja.

¿Cómo se define una situación de emergencia desde un enfoque social?

La definición que uso yo es la de Ana Quiroga, desde la psicología social 221, que incluye
no solamente la situación en sí, sino las repercusiones subjetivas que eso tiene, porque
si no tiene impacto en las personas no es social. Lo que rompe y destruye la situación
de emergencia son las condiciones de vida de las personas, y eso tiene un impacto en
las distintas formas de registro del hecho y en las diferentes reacciones que promueve.
O sea, tiene un impacto con distintas formas de registro y de reacciones. Una situación
de emergencia es una modificación o ruptura súbita y significativa de las condiciones
materiales y sociales de la vida de una comunidad que genera impacto emocional y
consecuencias en la salud mental de la población; esa modificación provoca un
impacto en las formas de registro subjetivo del hecho y promueve reacciones. Esa
definición incluye todo. Fuera de contexto, esas reacciones pueden ser consideradas
como patológicas, pero este no es un concepto patologizante como otros que usan,
desgraciadamente, muchos colegas.

221
Ana Pampliega de Quiroga es directora de la Primera Escuela Privada de Psicología Social, institución
fundada por el psiquiatra Enrique Pichon-Rivière, de quien fue compañera y discípula.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 123
En un curso usted mencionó varias veces la perturbación psicosocial que implica una
situación de emergencia…

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) fue diseñando la expresión de


psicosocial precisamente para dejar en claro que el impacto no es únicamente de
índole subjetivo ni solamente social, sino en la articulación entre los procesos internos
de las personas y la interacción social de los sujetos, es decir, sus condiciones de vida
en la sociedad: el trabajo o el modo de ganarte la vida que perdiste, la casa que se te
destruyó.

Según la bibliografía y lo que aparece en distintos cursos, ese impacto o perturbación


supuestamente excede la capacidad de manejo de la población afectada. ¿Es así?

Sí, claro, porque en general la población no está preparada para eso. En algunos casos
sí está preparada, como en el caso de los sismos en San Juan y en Mendoza, porque
desde la primaria tienen bien claro qué hacer, entonces la cosa es diferente.

Con frecuencia se habla indistintamente de emergencia o desastre. ¿Existe alguna


diferencia entre estos términos?

Estamos hablando de lo mismo, lo que cambia es la magnitud del problema. Y se


diferencian principalmente en que en una situación de emergencia los recursos
locales, de la ciudad, pueden dar respuesta ante la situación. En una situación de
desastre, como por ejemplo la inundación de Santa Fe, los recursos locales no son
suficientes debido a que la magnitud de la catástrofe es tan grande que no se puede
responder con los recursos locales, o porque esos mismos recursos están afectados: en
Santa Fe el Hospital de Niños estaba bajo agua. En el caso de calle Salta, es y no es un
desastre. Por la magnitud podría considerarse un desastre, porque en un espacio tan
breve y un tiempo tan escaso se produjo una magnitud de daño impresionante, y la
onda expansiva del impacto emocional fue muy grande también. Pero si te atenés a la
definición precisa, los recursos locales fueron suficientes. Sí tuvieron que llamar a
especialistas en rescate, que vinieron de la Nación. Después vinieron un montón de
voluntarios, pero porque querían colaborar. En esa oportunidad –en esa- la
coordinación de Defensa Civil fue impecable.

¿En la inundación de 2007 los recursos locales fueron suficientes? ¿Podemos decir
que fue una emergencia?

Sí, hubo ayuda de la Provincia pero fue una situación de emergencia. Además en ese
caso los damnificados fueron los de siempre, los del noroeste de Rosario, y los de parte
del Saladillo y de la barranca del Paraná. Se desmoronaron las casas de la barranca,
algo que nunca había sucedido porque acá las inundaciones no son del río, en la isla sí.
La capacidad de respuesta local funcionó, y además para 2007 ya tenían organizados
refugios con cierto grado de preparación previa; estaba mucho más organizado que en
el 86 cuando la gente tenía que ir a los estadios de Newell’s o la Rural.

En una nota usted mencionó que las autoridades suelen desestimar las advertencias
de quienes habitan las zonas en riesgo de desastre, una actitud similar a la que

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 124
habría adoptado también la prensa en ocasión de la inundación de 2007. ¿Por qué
cree que la prensa y las autoridades toman cierta distancia de las advertencias que
hacen los vecinos, amparados en su experiencia de vida?

Esa es la historia de todas las emergencias. Es el guión típico de las situaciones de


emergencia. En general la población advierte que algo va a suceder, en Santa Fe pasó
lo mismo y en la inundación del 86 también. Antes, más que ahora, se desoían todas
las advertencias de la población porque “la población qué sabe”; “qué importa, total si
pasa, pasa”. En una charla en la Facultad escuché decir a un funcionario de la Provincia
que no se invertía en prevención porque no da rédito político. Porque si vos resolvés
un problema y no pasa nada, nadie lo ve. En cambio, si das respuesta ante un
desastre…Ahora eso se está reconsiderando porque sale mucho más caro arreglar todo
el desastre que prevenir; de eso se han avivado más los privados que los Estados.
Además, en general, cuando no se les da respuesta a las advertencias, suele coincidir
con que hay cosas que antes ya no resolvieron desde las distintas instancias del Estado,
o que las resolvieron para el diablo, como el famoso terraplén en Santa Fe, o el famoso
Emisario 9, que nunca más se hizo después de hacer la represa retardadora del
Ludueña. El grupo Giros sabe mucho de eso, ellos hace años que vienen trabajando en
la zona y además tienen una radio; yo los conozco porque les dirigí dos proyectos.

¿Por qué cree que la prensa le dio notoriedad a los vecinos recién una vez ocurrida la
inundación?

Porque antes no es rentable. El periodismo amarillista que tiene que mostrar la


catástrofe, el desastre. Llevo desde el 82 con todo esto, y desde 1986 trabajando de
lleno, hasta investigarlo a fondo, y siempre veo lo mismo, incluso como docente de
estas cuestiones: que no da rédito aquello que no es sensacionalista. Esta
problemática no es convocante en el antes. Sí después de que pasa algo: después de lo
de calle Salta estaba toda la facultad queriendo aprender algo, pero eso dura como la
espuma. Si no, no es un tema convocante, por distintas razones. Genera negación,
rechazo, distancia, “más vale no tomar contacto”, etcétera. Además pasa porque
tomar nota de las advertencias requeriría de una preparación previa, de un trabajo
muy grande de organización y preparación para que las consecuencias sean menores.

Un proyecto de su autoría menciona que “En situaciones de desastre […] la respuesta


no puede provenir sólo del sistema sanitario, sino de la cooperación intersectorial. El
fin último es aumentar la calidad de vida […]”. ¿Cómo puede cooperar el periodismo
en este sentido, teniendo en cuenta que la información es un servicio y que la prensa
tiene, por ende, una responsabilidad con la sociedad?

Brindando mensajes claros durante y después de la emergencia. Y si hay organización


previa, también antes. Hay que acompañar desde distintos lugares incluso el
larguísimo período de recuperación, que puede llevar como tres años y que es la parte
más difícil y a largo plazo, y que requiere de un trabajo intersectorial porque abarca
cuestiones judiciales, de vivienda, de trabajo; tenés que ir articulando con los distintos
sectores, y en esa interacción cada uno aporta lo específico. Por ejemplo, desde el
sector Salud, si la escuela está inundada y los niños están afuera de la escuela,
nosotros tenemos que trabajar articulados con Educación, porque además del desastre

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 125
se agrega que los chicos no están escolarizados ya que se rompe su rutina, como en
toda situación de emergencia. Posiblemente los padres no estén pudiendo ir a
trabajar, entonces también tenés que hacer una relación con Acción Social y Trabajo; y
con Saneamiento Ambiental, porque después esa gente tiene que volver a sus hogares.
Yo no puedo trabajar en Salud y en Salud Mental desconociendo las necesidades
básicas de esas personas. Hay que conocer las necesidades básicas de la personas,
porque primero tenés que resolver eso. Y, en cualquier caso, es necesario acompañar
la organización activa de las personas y la respuesta del Estado. En este sentido, es
importante que la prensa de mensajes claros y orientadores de la participación y la
colaboración. Los mensajes y las pautas claras, breves y concisas, colaboran y
disminuyen el daño. En Santa Fe la radio LT10 cumplió una función impecable, estaba
en comunicación permanente con el Comité de Salud Mental, especialmente con las
directoras de la Escuela de Psicología Social de allá, que fueron las que más orientaron
toda esa tarea. Entonces, con buen criterio, los periodistas de la radio iban
transmitiendo mensajes orientadores: “En tal parte se puede resolver tal cosa”; “Si
usted necesita ayuda…”; “Hay tantas canoas que se ofrecen para tal cosa, dirigirse a tal
parte…”. O sea, mensajes claros, oportunos y orientadores. Por otra parte, si conocés o
tenés contacto con personas que trabajan o viven ahí, vas a tener ganado mucho
tiempo porque conocés qué costumbres tienen, su cultura predominante, qué modos
de vida y de resolver los problemas tienen, y todo eso facilita que los mensajes sean
transmitidos en un lenguaje acorde a la población afectada; hay que conocer las
características de la población. Si no la información cae como de un laboratorio que
nada tiene que ver con la gente. Es más difícil si no conocés a nadie de ahí adentro.
Fijate que cuando viene gente de afuera a intervenir las personas la desconocen. No es
que esté desmereciendo la especialización en algo, pero si esa especialización se
aplicaría a los recursos locales y se iría capacitando a los recursos locales de todo tipo
para la población local, siempre es mejor que den respuesta los recursos locales…Por
ejemplo: tenemos un sistema de salud que tiene centros de salud dispersos por toda la
ciudad, y que trabajan cada vez más intersectorialmente, porque trabajan con las
escuelas, con los centros territoriales de referencia, con las parroquias, con las
vecinales, y si se hace un buen trabajo ahí, ya tenés la respuesta ante la emergencia. Es
más, es desde esa misma población que puede provenir la respuesta y, de hecho, es de
donde viene la respuesta más inmediata en estos casos porque ellos están ahí, y si
están capacitados es una cosa muy distinta que si no lo están; lo mismo para transmitir
cualquier información. Por eso las radios comunitarias tienen más credibilidad o más
llegada que los medios de afuera. ¿Vos prestaste atención a la diferencia en la calidad
periodística entre los periodistas locales y los de Buenos Aires con lo de calle Salta? Los
de Buenos Aires eran un asco, sensacionalistas. La información verificada, los mensajes
claros y orientadores y la actitud responsable son importantísimos y hacen una gran
diferencia. Valorarles y reforzarles eso, potencia que trabajen mejor. Y si hubo un
trabajo previo, en el antes, se va intentar llegar a todos los sectores que haya que
llegar y algún modo de comunicación ya va a estar preacordado como para que, en el
momento en que ocurra la emergencia, eso funcione. Para los periodistas es muy
importante ir a los referentes por su cercanía [respecto al suceso] y por la confianza
que las personas ponen en ellos, porque si el informante es un tránsfuga, la
información ya viene mal. Pero si el informante es alguien valorado y reconocido por la
comunidad, la información ya viene con una valoración que predispone a recibirla

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 126
mejor y la gente se puede sentir identificada, entonces también se moviliza más
fácilmente.

Como contrapartida, ¿qué genera el sensacionalismo?

Genera el espanto para nada, o sea, nada útil; además satura tanto que uno ya no
quiere saber más nada. A las personas afectadas les hace un daño tremendo porque
no orienta: no encauza la ayuda, no aclara qué está pasando ni qué se está haciendo,
ni qué va a seguir pasando, que son las cuestiones en las que los medios tienen que
colaborar. Todo el tiempo, en cada uno de los momentos, tenés que ir informando qué
está pasando y qué se está haciendo al respecto. En ese rumbo, en cada uno de los
momentos tiene que ser información verificada y certera. Nada de “me parece”; hay
que ser muy cuidadosos. Y si se da información no verificada o parcial, hay que
aclararlo, aclarar que son supuestos. Es muy valioso dar información alentadora y
orientadora de la participación, la ayuda y la colaboración; por ejemplo, sobre qué
cosas son necesarias y dónde, y cuáles ya no, porque si hay algo que caracteriza a una
situación de emergencia es que está todo roto, entonces es muy difícil saber qué
hacer, cuándo hacerlo y cómo. En la incertidumbre, el daño se potencia.

Usted ha remarcado que lo fundamental en las situaciones de emergencia es la


preparación previa de las personas. Sin embargo, los periodistas encargados de
informar estas situaciones generalmente carecen de una capacitación específica para
abordar eventos críticos. ¿Por qué sería importante capacitar a los periodistas para
el abordaje de las emergencias?

Desgraciadamente los psicólogos también [carecen de capacitación específica para


abordar eventos críticos]. Sería sumamente importante porque colaborarían
muchísimo en hacer una difusión adecuada en la forma, en los momentos y en los
contenidos que corresponde. Las consignas claras y concisas que impulsan la
participación activa y la organización son importantes, porque está comprobado que la
participación protagónica con los otros contribuye en la recuperación de las personas.
Todo lo que los periodistas hagan en ese rumbo, la facilita.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 127
Entrevista a María Laura Favarel, periodista de la sección La Ciudad
del diario La Capital
¿Podría describir en qué consistía habitualmente su desempeño como periodista en
el diario, en oportunidad de la inundación de 2007?

Ese fue un momento de cambio para mí. Yo venía de trabajar en el suplemento Salud,
haciendo notas sobre salud y me cambiaron a Ciudad, que cubre la contingencia
cotidiana. Cuando sucedió la inundación, nuestro trabajo era ir a los lugares
[inundados], relevarlos, ver cómo estaban esas zonas. Pero había tanta agua que era
todo un tema llegar. Una vez que pudimos entrar porque había bajado un poco el
agua, primero que nada tuvimos que recorrer el terreno, caminarlo, ver cómo estaba
la zona, y después hablar con la gente, con los que habían padecido la inundación y
con los que se habían salvado de la inundación, porque uno cuando está en el lugar se
encuentra con de todo un poco. Una vez que uno escucha y recoge toda esa
información, lo que hacemos siempre es volver al diario y escribir la nota para el otro
día; nuestro trabajo básicamente es eso. A su vez, muchas de las notas tienen algún
contacto con algún funcionario, por ejemplo, en este caso, la GUM. Recuerdo que en
este caso hablé con la GUM para ver si iban a acercarse al lugar. Después hablamos
con gente que estaba en movimientos sociales para ver si les iban alcanzando
donaciones, como para completar un poco el espectro, pero eso ya desde acá, por
teléfono. A veces estas cosas se pueden hacer un día después de la catástrofe o los
días posteriores y se abren en otras notas. Cuando sucede una cosa así, lo primero que
hacemos es ir inmediatamente al lugar para ver qué pasó, cómo están los evacuados y
la gente, cómo se está resolviendo el problema. Y después, uno desde acá es como un
receptor de muchas cosas que van pasando, ya sea a nivel de los movimientos sociales,
que juntaban donaciones, o de lo que estaban haciendo los bomberos, o Defensa Civil.
A nivel de los funcionarios nuestro papel es ver qué está haciendo el Estado ante esta
situación de conflicto o, más que de conflicto, de emergencia.

¿Su desempeño habitual se vio modificado o alterado ante el contexto de


emergencia que representó la inundación?

Alteró en el sentido de que todos nos abocamos a lo mismo. Cuando hay una
emergencia grande en la ciudad, que es lo que nos compete, nos abocamos todos a
cubrir esa emergencia. Si no cada uno está en temas más pequeños: qué pasa en el
Concejo, qué hace la intendenta, qué pasa en determinado barrio, pero no estamos
todos abocados a lo mismo. Pasó también con el desembarco de los gendarmes: todos,
en cada lugar de la ciudad, viendo qué pasaba.

Entonces, frente a una emergencia, ¿el diario cambia de acuerdo a las exigencias que
plantea ese escenario?

Exactamente. Sobre todo porque esta sección sale todos los días y es local, por lo que
nosotros podemos acercarnos al lugar de la noticia. No estamos hablando de Irak o de

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 128
África, sino que estamos hablando de Nuevo Alberdi, de Empalme Graneros, de
Fisherton, de zona sur.

¿Cómo influyó el escenario de emergencia a la hora de recolectar la información,


elegir las fuentes y seleccionar los datos que se obtenían de las fuentes?

En una emergencia se te complica más porque es todo muy rápido. No tenés mucho
tiempo de pensar a quién le vas a preguntar. En general está muy claro a quién: en
primer lugar a los protagonistas del hecho, y después a los funcionarios a los que les
compete la situación. Es muy rápida la reacción que hay que tener para saber a quién
llamar. No estás pensando: “A ver, a quién podría preguntarle”. No; salís al ataque, a lo
que te encontrás. También, como se trata de una emergencia, los hechos están
sucediendo: tenés el día de la inundación y los días posteriores, cuando el agua ya iba
bajando; cómo iban quedando las casas y cómo la gente volvía a su casa; cómo los
chicos andaban caminando descalzos…me acuerdo de los chicos caminando descalzos.
Había que ir viendo todo, por ejemplo, cómo se iban a reponer esas casas y la ropa
para esos chicos. Son muchos días de estar trabajando codo a codo con lo que está
pasando.

¿El vértigo informativo propio de la emergencia conspiró a la hora de cotejar los


datos y chequear la información?

Y…sí. Pero si vas a hablar con los vecinos y hablás con siete vecinos y todos te dicen lo
mismo, es raro que todos te estén mintiendo. Y en cuanto a los funcionarios u otros
actores que pueden hablar como fuentes, si te mienten, el mismo lector se va a dar
cuenta. Y uno también. Todas las veces que podemos, los periodistas tenemos que
estar en el lugar, sobre todo cuando ocurre una emergencia así. Ir al lugar da la certeza
de saber que uno estuvo ahí y vio lo que estaba pasando, y a eso no hay con qué darle.

¿Recuerda alguna anécdota o controversia respecto al tratamiento que hizo el diario


sobre las inundaciones de 2007? ¿Cree que se le dio entidad a información inexacta,
acusaciones apresuradas o rumores?

En los datos troncales de la noticia, como cuánta agua cayó, cuántas familias
resultaron afectadas, qué zonas de Rosario fueron afectadas y cómo o de qué manera
–que ya no son datos cuantitativos sino cualitativos-, es muy raro que metas la pata.
Tratás de chequear y de hablar con los funcionarios que relevan esa situación. Uno se
puede equivocar en la cantidad exacta de evacuados, pero también porque sigue
lloviendo y entonces siguen sumándose. No digo que no nos equivocamos, pero no
recuerdo que nos hayamos equivocado en cosas muy relevantes. Hoy por hoy, cuando
se está produciendo una noticia, ya hay portales de noticias con la información y estás
con la televisión permanentemente. Entonces tenés una buena cantidad de gente
trabajando en lo mismo, de forma particular cada uno. Nosotros hacemos un diario
que sale al otro día, con lo cual vos tenés hasta la noche para revisar todo lo que se
dijo al respecto. Entonces si ves que tenés datos que no concuerdan con lo que están
diciendo todos, volvés a chequear tu fuente: “¿Pero qué pasó? ¿No me dijiste tal
cosa?”, “¿Era así?, mirá que en tal portal están diciendo otra cosa. ¿Cómo es?”. Si bien
hay vértigo de información, el papel te da la posibilidad de un tiempo, cosa que no

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 129
sucede con la inmediatez de la Web, la radio o la televisión. Tenés hasta un tiempo de
reflexión para pensar cómo vas a enfocar la nota, porque todos los otros medios ya
dijeron un montón de cosas y no podés salir al otro día con lo mismo que dijo la radio a
la mañana. Y a los datos troncales después le seguís añadiendo otra información.

Por lo que usted dice, el papel impondría una tarea más reflexiva y el hecho de
volver a acudir a la fuente

A chequear. Me acuerdo que lo corrimos bastante a Marcos [Escajadillo], porque a


veces estos funcionarios no saben si abrir o no otro centro de evacuados, o no quieren
decirlo, o no se animan a decir que no lo tienen decidido, pero nosotros tenemos que
saberlo antes de cerrar [la edición]; al otro día eso tiene que salir.

Teniendo en cuenta lo que las fuentes no se animan a decir, ¿considera que hubo
información relevante que fue dejada de lado? ¿La información fue manipulada, ya
sea para preservar intereses gubernamentales, intereses privados o la paz social?

Yo creo que hicimos todo lo que pudimos. Si hubo cosas que no salieron porque las
ocultó el gobierno, yo no me enteré. A veces nos enteramos, otras veces no nos
enteramos. Nosotros los periodistas no manejamos eso, se maneja a otro nivel más
alto. Siempre tratamos de ver todos los enfoques, además somos muchos trabajando,
entonces a uno se le ocurre una cosa, a otro se le ocurre otra; a uno desde el lado
social, a otro desde el lado médico, a otro desde el lado edilicio o de la vivienda y de
obras. A lo mejor se pasaron cosas pero porque se nos pasaron a nosotros. Es muy raro
que haya una deliberada intención de no hacer algo que reclama, sobre todo porque
seguramente lo van a hacer los otros medios. Ahora, si se quiere tapar información,
puede suceder. Pero no en este caso, no recuerdo que haya pasado eso.

¿Con qué criterios fueron seleccionadas las fuentes?

El criterio que se usa es de cercanía y de autoridad. Las autoridades te aportan un dato


por ahí más frío en cuanto a números, o la respuesta de por qué sucedió la emergencia
o el desastre, mientras que la gente que lo padeció, que estuvo ahí [por su cercanía
respecto al suceso], te dice cómo lo vivió; el funcionario no lo vivió. Hay que hablar con
las autoridades y con especialistas, pero también con la gente que vivía ahí o que
perdió un familiar, porque ellos lo vivieron, ellos lo sintieron, ellos lo pasaron. El otro
no, aunque te va a explicar por qué pasó. Uno sabe lo que necesita y a quién
preguntárselo, son dos cosas distintas que se complementan.

A partir de esta inundación cobraron protagonismo mediático organizaciones y


referentes barriales prácticamente desconocidos hasta ese momento. ¿A qué lógica
respondió el otorgamiento de entidad a esas fuentes?

A que sucedía en ese lugar, a que eran los líderes de ese lugar. Eran las referencias que
nosotros teníamos desde afuera. Además uno empieza por ahí para poder llegar a la
gente. Giros, la hermana [María] Jordán, [el sacerdote Daniel] Siñeriz, están ahí,
conocen lo que pasa y a la gente, te dicen con quiénes podés hablar; ellos son los que
están ahí. El criterio es de cercanía. También es una forma de estar cerca de ellos para

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que hablen, para que cuenten todo eso. Y nosotros sabíamos lo que hacían, entonces
acudimos a ellos sin dudarlo. Me parece que si uno sería de afuera no sabría bien con
quién hablar, si su fuente es confiable o no, si realmente sabe de lo que habla o le
empieza a decir cualquier cosa. Eso te lo da un poco el hecho de ser de acá y de
conocer un poco la situación. Nosotros vamos a los referentes, los conocemos de otras
coberturas previas, entonces eso te da más confianza que cualquiera que me
encuentro desesperado por la calle porque se le inundó la casa: yo no puedo tomar
como fuente primaria a esa persona. En todo caso, trataré de hablar con alguno que
esté un poquito mejor y después sí tomaré todo lo demás, es una cuestión de tacto, te
diría, de darte cuenta quién te está hablando.

¿Y cómo se resuelve la tensión cuando la información obtenida de las distintas


fuentes es contradictoria?

Se pone lo que cada fuente dice, tal cual. “Los vecinos pedían tal cosa, Defensa Civil se
los negó”. Así, se pone tal cual. Hay que reflejar que hubo contradicción, hay que
poner lo que pasó.

¿Existió algún rasgo en el abordaje periodístico de esta inundación para que las
organizaciones barriales, los referentes barriales -e incluso determinadas zonas
periféricas- se mantuvieran en agenda?

Y, bueno, por lo pronto, Giros. Eran chicos que estaban trabajando en el barrio y lo de
ellos tomó más relevancia a partir de la inundación. Y después se siguió porque
también ellos siguieron trabajando ahí, entonces de alguna manera le dieron más
permanencia. Si ellos no se movieran, el tema muere. En realidad, por ejemplo, Nuevo
Alberdi ya venía siendo noticia porque los chicos de Giros estaban haciendo muchas
cosas ahí. A lo mejor no era la noticia, pero había un movimiento interesante en ese
barrio: había reclamos, tareas educativas que estaban haciendo ellos con la gente y se
estaba formando un Centro Cultural. Entonces había una movida de Giros interesante,
por eso nosotros llegamos a ellos. El Padre Daniel Siñeriz también; ni hablar la monja
Jordán, que hace años que está en el territorio. Por eso cobró más relevancia todavía,
porque había un conocimiento previo de lo que pasaba en esa zona y esto fue como la
gota que derramó el vaso. O sea, se estaba diciendo “ahí hay una situación
preocupante”, y ahora resulta que esa gente no tiene casa por el agua, ya es
desesperante. También pasamos a ponerlo en el tope porque sabíamos que ese lugar,
bueno, sigue estando en problemas; al día de hoy no es una cosa que se ha
solucionado. Cuando vos ya conocés eso le das mucho protagonismo porque sabés que
esa gente no solamente perdió la casa, perdió mucho más.

¿En qué aspectos cree que hizo mayor hincapié el diario, en las acciones solidarias, la
búsqueda de responsables o las fallas de los servicios? ¿En qué cree que se
fundamentó esa decisión?

Me parece que el hincapié, en general, se hace sobre quién fue el culpable. ¿Por qué
sucedió esto que se podría haber evitado? ¿Se podría haber evitado? Me parece que
es la pregunta natural que nos hacemos todos. A su vez, si se pudo haber evitado, ¿por
qué no se evitó? Ahora, ¿por qué estas preguntas?: para que no vuelva a pasar, ese es

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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el objetivo. Después surge todo lo demás, lo solidario, etc. Pero lo primero es abordar
el problema: qué pasó.

¿El diario magnificó el drama o intentó reflejar lo que pasaba y transmitir


tranquilidad?

No, ninguna de las dos cosas. Ni agrandar ni transmitir tranquilidad. Es muy difícil que
uno minimice, no te sale, y tampoco se trata, me parece a mí, de magnificar algo que
tal vez no tenga tanta entidad. Eso uno lo ve en el lugar, lo ve con la gente. Si uno
estuvo en el lugar, transmite el drama que vivió. Uno tiene la urgencia de hacer llegar
lo que está pasando ahí de un modo más cercano, porque no todo el mundo va al
lugar, entonces nuestra tarea es un poco acercar, para que los lectores del diario
puedan entender mejor por qué es una emergencia, por qué es un desastre.

¿Por qué cree que la prensa se hizo eco de las falencias recién una vez que había un
número considerable de evacuados, y no anteriormente, ni siquiera ante las
advertencias de los vecinos?

Yo creo que antes nos tapó la emergencia, el agua que subía. Después cuando empezó
a bajar el agua y a calmar el ánimo, se empieza a ver por qué pasó. Creo que es una
cuestión de proceso natural; lo mismo pasó con la inundación de Fisherton, donde los
vecinos después hicieron reuniones, vinieron al Concejo, porque ellos también
empiezan a preguntarse. Primero salvan su vida y su casa, pero después empiezan a
preguntarse y decir “esto no puede seguir pasando”, ¿qué fue lo que llevó al desborde
de los arroyos?

A pesar de que los vecinos, las autoridades y también algunos periodistas sabían que
era necesario canalizar arroyos y reubicar asentamientos, las acusaciones cobraron
virulencia sólo una vez que el hecho estaba consumado. ¿Por qué, antes de la
emergencia, las fallas de los servicios y la falta de obras no se veían reflejadas en el
diario o no cobraban notoriedad?

Si se sabía antes, como se saben tantas cosas que faltan, lamentablemente se


convierte en noticia cuando pasa una desgracia. Es verdad que nosotros [los
periodistas] sabemos un montón de cosas, pero si vos te la vas a pasar diciendo todo
lo que anda mal…Si te ponés a pensar en las cosas que faltan en esta ciudad, que se
pueden evitar tragedias, se pueden evitar. Hoy por hoy ves un gran pozo en una calle y
decís: “En cualquier momento un auto se cae acá adentro”, pero eso no es noticia
hasta que el auto se cae. Lamentablemente llegamos tarde, pero también hay que
pensar que todos los días pasan cosas, y ese periodismo previsor no lo llegás a hacer.
Casi siempre estás cubriendo el hecho cotidiano, que te va consumiendo. Lo que va
sucediendo te va consumiendo.

¿Hubo un seguimiento del caso?

Yo creo que sí. Recuerdo haber ido mucho al barrio, pasada la inundación, y ver cómo
estaba todo. Recuerdo que fue un alerta importante porque se vio la falencia del
Municipio de manera grotesca, y que después la Municipalidad se puso las pilas.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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Cuando pasa algo así empiezan a trabajar, cosa que antes…Lamentablemente después
de una tragedia, porque tendría que haber sido antes. También uno como periodista
tiene que acordarse, decir: “Che, ¿cómo sigue esto?”. Pero así como está este caso,
hay miles de cosas. Lo que está claro, por lo menos de mi parte, es que nunca
resguardamos a la Municipalidad de nada, y yo he tenido problemas por eso. No me
importa, porque yo no trabajo para ellos y creo que las cosas las tenemos que decir
como las vemos. A lo mejor se te pasa algo, a lo mejor te equivocás; te puede pasar, te
pasa todos los días en realidad. A lo mejor a veces sí, hay cosas que vienen de arriba y
las tenés que hacer así, punto.

Cuando criticó a una institución, un área o algún funcionario de donde obtuvo la


información, ¿tuvo algún pase de facturas de la fuente?

No, de la fuente no, te llaman de la Municipalidad directo. Te dicen: “¿Vos qué


problema tenés?”, “¿Por qué pusiste esto?”. A veces he tenido pase de facturas de la
fuente, pero yo trato de decirle: “Mirá, si vos no me dijiste esto, ¿quién me lo dijo?,
¿De dónde lo saqué?”. Eso acá es el pan de cada día. A veces pasa no sólo con fuentes
oficiales: si yo te hago una entrevista a vos y no te gustó, me llamás y me decís: “Che,
¿qué escribiste?”. Igual hay que tener presente que uno siempre puede equivocarse. El
errar es humano, entonces a lo mejor uno quiere transmitir una cosa, pero el otro
decodifica algo diferente y escribe otra. Siempre está la subjetividad, que lo empapa
todo. Por eso te decía que cuando uno está en el lugar es muy difícil no transmitir el
drama. A ver, también el diario tiene que vender títulos; o sea, la tapa tiene que ser
llamativa y los títulos tienen que ser una cosa que enganche.

El martes 27 de marzo en la sección La Ciudad la noticia “Rosario vivió un día pasado


por agua” ocupó sólo 49 líneas y se valió de una sola fuente, a pesar de que la propia
nota ya daba cuenta de la existencia de evacuados. En cambio, la licitación de los
muelles del Parque España obtuvo más del doble de líneas en esa misma sección. Y
ese mismo día, en la sección La Región las inundaciones en Roldán y Funes también
ameritaron el doble de líneas y tres fuentes. ¿A qué factores cree que responde la
diferencia expuesta en el tratamiento de estas noticias?

Esa inundación arrancó en Funes y Roldán y el agua bajó, entonces acá, para nosotros,
el agua llegó tarde y por eso salió tan chiquito, porque seguro que al otro día salió en
tapa.

Sí, al otro día la inundación salió en tapa y hablaba de 2000 evacuados.

Entonces es porque nosotros, Ciudad, cerramos antes, o porque los de La Región


pudieron ver antes lo que estaba pasando. Es frecuente que uno esté cerrando el
diario y pase algo…te querés matar. Si no disponés de mucha información [sobre el
suceso] y no sabés la dimensión que tiene, no le podés dar una tapa de sección,
porque a lo mejor es una lluvia más. Como evidentemente no había mucha
información quedó con poco espacio.

De hecho hubo poco texto, poca información, pero mucho apoyo en la imagen

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El diario cierra como máximo a las doce de la noche; a las diez se trata de que la
sección esté cerrada. Si se publicó algo tan pequeño fue porque no hubo tiempo y el
diario ya estaba en la planta [de impresión]. Cuando algo pasa a última hora no tenés
la gente ni la capacidad para producir. En este caso, al otro día saltó todo...Vos pensá
que en ese momento éramos catorce -ahora somos menos- y muchos trabajábamos de
mañana, entonces a las cuatro de la tarde la mayoría de la gente ya se había ido del
diario y quedaba poca gente durante la tarde y la noche. Hace un año el diario cambió,
estamos viniendo la mayoría a la tarde porque con la cuestión del online está
cambiando todo. Antes, a la mañana tenías que ser muy fuerte porque las cosas
pasaban mucho de mañana. Hoy por hoy lo cubre la web, y vos como diario tenés que
tratar de estirar todo lo que puedas por si hay una contingencia a las ocho de la noche,
por ejemplo. Cuando fue lo del granizo el diario estaba casi listo, pero hubo que
cambiar todo…Cuando pasan estas cosas a última hora y con el diario ya casi armado,
se hace lo que se puede, y al día siguiente se ve qué fue lo que pasó y qué tan grave
fue. Aparte es muy difícil ingresar de noche a sectores inundados.

En varias notas La Capital remarcó la cantidad de hijos de los damnificados, y


también se refirió a “piquetes” y “piqueteros”. Sin embargo, cuando los padres de
los alumnos del Complejo Gurruchaga cortaron calle Salta, se hizo referencia a “los
padres”, “los papás” y a un “corte”. ¿Qué explicación o reflexión se puede hacer?

Lo que pasa es que en esos barrios son familias numerosas y hay muchos chicos; de
hecho la mayoría de los evacuados eran chicos y eso agravaba la situación. No es lo
mismo que le pase a gente que se puede defender que a un montón de chicos que no
se sabe dónde ubicarlos. En realidad creo que agravaba la situación ese dato, por eso
creo que se resaltó mucho lo de los chicos. Además vos llegabas al lugar y había chicos
por todos lados. Y en el centro de evacuados ni te digo.

¿Al remarcar ese dato no se reforzaba la sensación de desamparo?

Es que los maridos o las parejas se quedaban en los techos cuidando las pertenencias,
y eso también te impresionaba un montón. Con respecto a lo del Gurruchaga, tenés
otra realidad social, es gente que cuenta con otros recursos, no digo materiales, sino
de poder llamar a alguien para que te venga a ayudar, de pensar cómo vas a hacer.
Pero a esta gente la agarró desprevenida -o no tan desprevenida-, pero sin ningún
recurso. Y lo que te mataba era ver a los chicos en esa situación.

¿Qué beneficios cree que podría aportar una capacitación orientada al tratamiento
periodístico de siniestros en el desempeño profesional?

Ayudaría un montón para cubrir mejor la noticia. Y en el sentido de plantear cómo


debería actuar una ciudad ante una emergencia. Entonces cuando te toca hacerlo,
podés comparar y decir: no tenían botes para sacar a la gente, aunque la ciudad debía
tenerlos. También para saber cómo abordar a la gente en una situación traumática,
para saber cómo enfrentar a una persona a la que se le acaba de caer la casa o se le
murió un familiar; nosotros nos encontramos todo el tiempo con eso. Ayudaría a tener
parámetros de cómo actuar en esas situaciones. Uno no se tiene que olvidar que está
tratando con gente que la está pasando muy mal. Vos no, pero esa gente sí. También

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para manejarte a nivel de seguridad personal. Hoy nos pasa que nos preguntamos si ir
o no a un barrio, si meternos o no en una villa, qué clase de seguridad tenemos, cuánto
le exige a uno la noticia, si tiene que hacerlo o no. Todo eso se nos plantea
permanentemente y no está resuelto. Creo que sería algo fantástico una capacitación,
porque la verdad es que uno hace lo que puede y de la mejor manera. Pero con más
herramientas seguro lo haríamos mejor, no lo dudo. Hay que pensar que todo se hace
con un tiempo muy acotado, ya. En medio de ese marco de locura tenés que actuar
rapidísimo. Una emergencia te altera porque tenés que trabajar más tiempo, más
horas, y terminás reventado por el stress. También te suma preocupación y te exige
más, más agilidad. Si bien se supone que uno debería estar preparado, no es lo mismo
una tarde tranquila que una accidentada. Claro que es un trabajo en el que ya sabés
que pueden pasar cosas así, y cuando pasan te activás para poder responder de la
mejor manera posible.

¿Qué cree que hubieran aportado Facebook y Twitter a los periodistas para cubrir la
emergencia?

Para mí son fuentes de información, como si fuera otro portal de noticias. Lo que pasa
es que es una información que sí o sí tenés que rechequear. En Twitter hay mucha
gente que reporta emergencias, un choque, un herido, pero vos después vas y te das
cuenta que no pasó nada, sólo un roce. Creo que hubiera servido, seguro, por lo
pronto para saber en el instante qué estaba pasando, que es lo que te da Twitter. Pero
sabiendo que tenés que chequear siempre. Imaginate si vos ponés en el celular una
cosa que en realidad es para un amigo, lo terminás mandando a Twitter y el que lo lee
no lo chequea. Es muy fácil confundirse en el apuro.

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Entrevista a Silvia Carafa, psicóloga social y periodista de la sección
La Ciudad del diario La Capital
¿Cómo se vio modificado su desempeño habitual en la sección ante el contexto de
emergencia que representó la inundación?

En aquél momento la agenda de la sección estaba absolutamente tomada por las


circunstancias. Pero absolutamente. La inundación duró varios días. El primer día la
reacción fue muy rápida, para ir a cubrir. Y los días siguientes estuvo absolutamente
tomada la agenda de la sección por ese tema. En lo fáctico, por ejemplo, había que
buscar botas, que es una cosa disruptiva en un diario, uno no hace ese tipo de cosas. Y
si ibas con una bota corta, el agua te entraba en la bota. Y había que ir a buscarlas,
porque “las tiene tal”, “las tiene cual”, “¿y quién las tiene ahora?”, “están en
fotografía”, “bueno, salimos para allá”. Esa sensación de la inmediatez que te da una
emergencia se trasladaba a cosas fácticas, que tenías que hacer. Las cosas que hacés
tranquilo todos los días, en una emergencia las tenés que hacer en un segundo. Una
emergencia siempre te plantea cosas perentorias, no te ponés a pensar: “A ver, cómo
voy a cubrir la nota” o “Voy a ver mi agenda, a ver a quién tengo allá de contacto”; no
podés planificar. Es todo al toro. Eso se traslada a la agenda, porque la copa, pero
además mueve toda la cotidianeidad de la redacción.

¿Y cómo era un día habitual?

Obviamente hay más tiempo para planificar o proponer cosas. Y se debaten los temas,
porque en esta mesa hay reuniones para definir la tapa entre los jefes de las secciones
y, a su vez, en cada sección se reproduce el debate de los temas: “Esto puede ser”,
“Esto sí”, “Esto no”. En una situación de emergencia ya va de suyo. Es más, uno se va y
vuelve como si estuviese en modo emergencia. Es como si uno tuviera un botoncito y
quedara en modo emergencia, porque te conmociona demasiado, entonces quedás
impregnado por el evento. Estás todo el tiempo pensando qué hacer o qué proponer.

A la hora de recolectar la información, elegir las fuentes, seleccionar los datos que se
obtenían, ¿cómo influyó el escenario de emergencia?

Las fuentes se caían de maduro. Y en mi caso privilegiaba a la gente –en mi caso-,


porque era lo que a mí más me interesaba hacer: describir las condiciones, la situación
de las personas y, por supuesto, describir el sentir de las personas. Eso era lo que a mí
más me interesaba. Era muy difícil el tema de las fuentes, porque el funcionario podía
estar en cualquier centro de evacuados o en cualquier otro lado trabajando en el tema,
era complejísimo. Ubicar a un funcionario en una situación de emergencia es muy
complejo. Lo que a mí me interesaba era ver in situ cómo esa emergencia alteraba el
escenario cotidiano de la gente, que de por sí es un escenario cotidiano de altísima
vulnerabilidad en algunos casos, y sino, bastante complejo en otros. Porque
convengamos que las áreas donde fueron las inundaciones más bravas eran donde la
gente vivía muy precariamente.

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¿Esa inclinación por ir a las fuentes testimoniales, a la gente del lugar, se debió a una
indicación o decisión editorial de la sección, o fue una mera decisión personal?

La consigna era salir a cubrir, no había tanta elaboración o planificación. Era “rápido,
Empalme”, “rápido tal lugar”. La consigna era más la situación. Sí, por ejemplo, se
decidía ir a hablar con el responsable del centro de evacuados para ver cómo se estaba
haciendo la distribución, o si había enfermos, o si había niños y demás, pero eso es
otra cosa.

¿Iba a cualquier persona o procuraba los referentes barriales y otros sujetos con
cierta jerarquía dentro de la comunidad?

En esa situación no había interlocutores. Yo quería contar historias. Y recorría los


centros de evacuados. Sí, en una oportunidad, llegamos a la hermana Jordán, que tenía
muchísima parte del barrio inundado, y en esa oportunidad ella nos guió por un
senderito que estaba absolutamente anegado. Ahí te tenías que parar para sacar la
bota atascada del fango, entonces nos guió ella, pero porque necesitábamos una
referencia geográfica: era agua y barro y no sabíamos dónde estábamos. Ella se calzó
las botas y nos acompañó, entonces hablábamos con la gente que había quedado en
los lugares. Le preguntábamos cómo estaban, qué necesitaban, qué estaban haciendo,
si se pensaban ir o quedar. Pero en los centros de evacuados a la gente la elegía yo
porque quería contar las historias.

¿Estas fuentes testimoniales daban distintas versiones de lo que había pasado o se


centraban en describir su situación?

Se centraban en su situación. Sí había diferentes grados de reflexión por parte de la


gente, en relación directa con la afectación que habían tenido. Si vos ibas a Empalme,
donde había agua de cordón a cordón, anegamientos de calles y había entrado agua,
pero era más manejable, había más reflexión. Recuerdo que había un camión
desagotando un pozo ciego en medio de la inundación y la gente me contaba que
hacía 15 años que no se limpiaba. La gente decía: “Esto pasa porque este pozo…”,
“Aquella alcantarilla…”. Según lo que yo recabé, eso lo podían hacer los que estaban
en esa situación. En los centros de evacuados la cosa pasaba mucho más por la
experiencia personal, que era dolorosísima, entonces decían: “Por favor, quiero
chapas”, “Quiero tal cosa…”. En estas situaciones uno también les dice, qué se yo:
“¡Cómo te la estás bancando, qué grande!”.

¿En qué aspectos cree que hizo mayor hincapié el diario? ¿En las acciones solidarias,
en la búsqueda de responsables o en las fallas de los servicios?

En mi caso fueron las acciones solidarias, las historias de vida y los centros de
evacuados. Me parece que hicimos hincapié en eso.

¿Cómo hacía para nutrirse de testimonios que de por sí eran dramáticos y evitar el
sensacionalismo?

¿Vos leíste las crónicas? ¿Te parecieron amarillas?

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Amarillas, no. Lo que sí noté en varias notas fue cierto hincapié en la cantidad de
hijos de los damnificados y de las mujeres evacuadas.

No caer en el amarillismo es una opción desde lo profesional. Tomo la opción, siempre


que puedo sostenerla, de no caer en el amarillismo, aún estando en medio del barro y
del agua y con las botas llenas de agua. Tomo esa opción, siempre que puedo
mantenerla, y trato de mantenerla. Sí procuro la mayor hondura posible en el
testimonio de las personas, eso sí, pero no presentado de un modo amarillista. Pero
eso porque no me interesa a mí, son opciones de cada uno desde lo profesional. Se
nombraba la cantidad de hijos porque las familias que estaban inundadas eran familias
habitualmente muy numerosas, entonces estaban allí con sus niños, que les ponían
cierto condimento especial al lugar. Corrían, iban por todos lados, estaban resfriados o
engripados; eran un sujeto de mirada los niños, no pasaban desapercibidos, eran unos
actores muy presentes. También por el lío que metían, además pasaban ahí todo el
día, con los colchones en el suelo. Recuerdo perfectamente que sí hice una referencia
a los responsables al final de una nota. La nota hablaba del olor de los centros de
evacuados, que es lo primero que te recibe en un centro; un olor característico de los
cuerpos húmedos, y de que por ahí están preparando algún guiso, la leche, y se mezcla
todo. Hablaba de eso y después decía: “Y ahí quedan ellos, hasta que otra lluvia loca
los vuelva a poner en un centro de evacuados”. Era una ironía, porque la lluvia no es
loca ni tiene que ponerte en esa situación, sino por la cantidad de cosas que no se han
hecho.

Pasados los primeros días de la emergencia, ¿hubo algún tipo de reunión para
debatir cómo abordar ese contexto crítico?

No me acuerdo que haya sido dicho, tampoco hubo una reunión para tratar el tema de
determinada manera.

¿Cree que hubo información relevante dejada de lado, o que se le dio entidad a
información inexacta, acusaciones apresuradas y rumores?

En una situación de emergencia, como es todo tan irracional y la realidad te interpela


tanto, siempre hay un altísimo riesgo de que se les de entidad a distintas cuestiones, y
es muy fácil converger, engancharse y seguir dándoles entidad, porque es como asirse.
Funciona así operativamente. No es difícil que se tomen estas cuestiones y se les de
entidad, y funcionen operativamente como respuesta o como un anclaje. Esto, desde
el plano de lo inconsciente. Ahora, también desde lo consciente se pueden perpetrar
esas cuestiones, ¿me entendés lo que te quiero decir? Ahora, si vos a sabiendas
instalás y das entidad a esas cuestiones, bueno…me parece a mí que se va de bruces
con la tarea que uno tiene que hacer. Que surjan rumores y que un periodista los
compre y comience a trabajar el tema hasta que después se de cuenta de que no…En
la articulación entre la interpelación de la realidad, la necesidad de informar y lo
caótico de la situación, capaz que ves una cosa o la otra y le das entidad, pero después
te das cuenta de que no era así. Yo te puedo dar mi marco teórico, después están las
otras cosas, que adrede las hacen y eso no está bien.

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¿El vértigo informativo propio de la emergencia conspiró a la hora de cotejar los
datos y chequear la información?

Eso, en una emergencia, es borderline, el trabajo va siempre por el borde. Me acuerdo


que iba a los centros de evacuados y hablaba con alguien que me decía que era el
responsable, hablaba con otro y también me decía que era el responsable; corría como
loca. Aunque contrastás y contrastás [información], porque tenés que saber cuántos
evacuados hay en definitiva y quién los está atendiendo, todo esto que estamos
hablando se asienta sobre un escenario móvil, que es la situación de emergencia.
Entonces uno siempre contrasta, pero siempre camina por el borde. A lo mejor venís
contento porque pudiste saber cuántos evacuados había en cada centro y a la hora eso
cambió.

¿Ese escenario móvil que impulsa la emergencia, es diferente al de un día habitual?

Por supuesto. En una jornada o situación normal tenés más espacio para reflexionar y
para consultar o hablar con otros periodistas y preguntarles: “Che, ¿a ustedes qué les
parece?”. Pero en una emergencia cambian ni más ni menos que el espacio y el tiempo
sobre el cual estamos configurados. Tanto para el que va a observar la tragedia, como
para el que está inmerso en ella, ese mismo espacio y tiempo les da un zarandazo casi
imposible de sublimar, de decir: “No me va a afectar”. No sé si alguien tendrá la
capacidad suficiente para levitar, elevarse y desde ahí hacer una crónica, porque
volvés muy conmocionado.

¿Existió algún rasgo en el abordaje periodístico de este caso, o derivado del hecho en
sí, que lo distinga con respecto a la manera en que se trabajaron otras situaciones de
emergencia?

En principio, los actores sociales tuvieron mucho protagonismo. Pero siempre los
actores sociales son los que uno va a buscar porque son la cara del lugar, son los que
más están ahí. Es distinto cuando se inundan los campos, más allá de las pérdidas y
todo lo demás, que cuando vos ves a los pibes moqueando, tirados en un colchón con
dos o tres cositas y con la mirada de incertidumbre y, al mismo tiempo,
preguntándose: ¿Otra vez a mí?...Hay inundaciones que afectan a cualquiera, o
inundaciones en Buenos Aires, como en barrio Belgrano. Pero acá estamos hablando
de la confluencia de otros factores, de una zona donde directamente, por ejemplo, no
había calles -¿por qué creés que la hermana Jordán nos tuvo que guiar?-; o no había
recolección de residuos. En Empalme el sumidero estaba tapado y hacía 15 años que
no se destapaba, pero ahí ya estamos hablando de cierta infraestructura. Pero las
zonas más castigadas eran zonas donde no había infraestructura, entonces
necesariamente convergen otros factores: la vulnerabilidad de la gente en cuanto a
recursos económicos e infraestructura, y el azote del agua, por lo que se vuelve una
situación particular.

Teniendo en cuenta que el periodismo debe brindar información lo más exacta y


clara posible -más aún ante hechos de gravedad-: ¿Cómo se resuelve la tensión que
se produce cuando la información obtenida de distintas fuentes es contradictoria?

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Ponés lo que te dicen las dos fuentes, siempre. O también podés buscar una tercera, si
el tercero puede echar más luz. Pero siempre lo que dicen las dos: “Juan Pérez dijo que
tal cosa, pero Roberto, que hace 50 años vive en Empalme Graneros, dijo que jamás
apareció una pala mecánica”. Entonces confrontás en tu mismo trabajo. Los vecinos
siempre te van a contar desde la demanda insatisfecha, y aparte ellos están en el
terreno, se la ven venir. Si el agua no tiene por dónde salir, si no hay caída, si no tienen
esto ni aquello, se la ven venir.

¿Por qué cree que la prensa, tal vez al igual que las autoridades, se hizo eco de las
falencias recién una vez que había evacuados, y no anteriormente, ni siquiera ante
las advertencias de los vecinos?

Está muy mal de parte de la prensa. Habría que hacer periodismo de prevención. Si
fuese por mí, lo haría. Ahí entra a tallar la noticia: ¿Qué es un periodista? ¿Un
megáfono que amplifica las cuestiones que pasan y se convierten en noticia, o puede
ser un ojo atento y decir: “Esta gente no puede seguir viviendo así, démosle voz”?
Probablemente en cualquier redacción del mundo te digan: “¿Y cuál es la noticia? ¿Se
cayeron al río por la erosión de la barranca o no?”. Entonces llegamos al corazón de la
cuestión, que implica un debate complejo. Yo tengo mi posición al respecto.

¿Cuál es?

Un periodista no es solamente una noticia. Eso al menos a título personal, para mí. En
mi caso yo no privilegio la noticia por sobre todas las tareas; la noticia es el emergente,
a mí me interesan las historias que las generan.

¿Sería viable hacer ese periodismo de prevención al que hizo referencia?

De hecho eso se hace, a lo mejor no en una magnitud importante, pero se hace.


Porque muchas veces te llaman los vecinos y te avisan, por ejemplo, que están tapados
de basura; entonces vas, tomás nota y llamás al área correspondiente. De hecho el
diario es reflejo de los problemas que muestran los habitantes de los distintos barrios.
Aparte los vecinos van mucho al Concejo, entonces te enterás de muchísimas cosas y
las reflejás, las contás. No se puede advertir que se va a caer una barranca en tres
días, pero sí se describe cómo vive la gente, su situación.

¿Qué aspectos cree que podría mejorar una capacitación orientada al tratamiento
periodístico de emergencias en el desempeño profesional ante estos eventos?

Cuestiones fácticas, por un lado. Porque salías de la redacción del diario y caías a un
lugar donde, literalmente, no te podías bajar. Sería bueno saber cómo equiparse para
llegar a distintos escenarios de emergencia, sea una explosión, una inundación,
etcétera. Eso como cuestión técnica. Sería también importante compartir experiencias
con los periodistas que cubrieron distintas situaciones de emergencia. Porque siempre
que se ponga el sentir sobre la mesa, es interesante. El ABC, “el manual” más o menos
cualquier periodista lo sabe: a quién tenés que dirigirte y todo eso, va de suyo. Pero en
una emergencia, las cosas que hacés más tranquilo todos los días, las tenés que hacer
en un segundo: rápidamente buscar tal cosa, rápidamente buscar la fuente,

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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rápidamente todo. Me parece que sería interesante poner sobre la mesa el sentir:
cómo el periodista convierte eso que ve, en un relato donde el lector pueda percibir lo
que el periodista sintió, sin que se constituya en algo que destile amarillismo. Que el
que vaya a ver, leer o escuchar, vea, lea o escuche lo que el periodista vio, mediatizado
solamente por lo reflexivo y no por el amarillismo. Eso es lo que a mí me parece,
después cada periodista tiene su modo.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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Entrevista a Claudio González, periodista de la sección La Ciudad
del diario La Capital
¿Podría describir en qué consistía habitualmente su desempeño como periodista en
el diario, en oportunidad de la inundación de 2007?

En ese momento yo ya estaba trabajando en Tribunales; mi trabajo habitual es ir a


Tribunales. Ante un evento de esa naturaleza, el editor automáticamente reúne a la
gente de la sección y se distribuye el trabajo. Yo no fui a Tribunales, que es lo que hago
habitualmente, porque enseguida me mandaron a la zona a cubrir la inundación.
Básicamente, el editor ve con el material humano que cuenta y divide rápidamente la
tarea. Yo me fui para el lugar con unas botas, un remisse y un fotógrafo a ver qué
pasaba.

¿En la sección estaban todos abocados a lo mismo?

Cuando suceden este tipo de cosas todo el mundo se pone a trabajar sobre el mismo
tema, o en los distintos temas relacionados al desastre que ocurrió; se supone que
[una inundación] es un acontecimiento que sale de la cotidianeidad. Generalmente,
cuando suceden estas cosas, están todos en un tema u otro, pero relacionado al
desastre que ocurrió.

¿Hubo periodistas de otras secciones que tuvieron que dar una mano?

Sí. Nosotros somos diez, doce como mucho. Generalmente en estos casos hay
periodistas de otras secciones que dan una mano. Eso lo decide la secretaría de
Redacción, que asigna y reasigna personal en base a lo que pide el editor de la sección.

¿Cómo influyó el escenario de emergencia a la hora de recolectar la información,


elegir las fuentes y seleccionar los datos que se obtenían de las fuentes?

Cuando ocurren estas cosas se cumplen distintas etapas; primero se va al lugar y se


constata qué es lo que sucede. En una inundación es difícil porque el campo de acción
se amplía a sectores que uno ni siquiera tiene noción de que se inundaron, o de golpe,
de un minuto a otro, cambió ese escenario. Lo primero que se hace, según lo que me
tocó, es ir al lugar y ver qué fue lo que sucedió. En el lugar, en ese lugar que te
asignaron, encontrás personas, protagonistas, víctimas, vecinos. Hay un recorte de
parte del editor a la hora de decidir qué sector cubrir, a qué sector se va; hay un
recorte previo, subjetivo. El editor dice: “A ver, ¿cuál es la zona más afectada a la que
podemos llegar?”, porque tal vez hay sectores que están muy castigados, que
periodísticamente son muy interesantes, pero inaccesibles. “¿Abordamos la cobertura
en ese lugar?”. “Y, si el remís puede entrar y nosotros también, no hay problema,
después me subo a una canoa y listo”. Todo ese tipo de cosas se tienen en cuenta. Eso
es lo lindo e interesante de este trabajo: a mí me gusta estar en el lugar, y cuanto más
me pueda meter y producir desde el lugar de los hechos, mejor. Cuando vos trabajás
en el lugar estás recogiendo testimonios, estás recogiendo historias. Y después está el

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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dato preciso, el dato duro, que te lo dan las autoridades. Una vez que llegaste al lugar,
si se trata de una inundación que se circunscribió a una zona y tenés más o menos
acotado el espacio, los que están interviniendo te pueden decir: “Sí, hubo 20
evacuados”, y ese dato duro lo chequeás con la fuente oficial. Una cosa es la cobertura
en el lugar para ver cuáles fueron los daños y las víctimas, o para reflejar casos testigos
y cosas de color: cómo se inundó, cuándo entró el agua, hasta dónde lo afectó, si lo
evacuaron o no, si se autoevacuó. Y, por otro lado, tenés el trabajo de datos desde la
redacción, que lo puedo hacer yo o lo puede hacer un compañero: afectó a tantos
lugares, hubo tantos evacuados. Más o menos esa es la dinámica.

¿El vértigo informativo propio de la emergencia conspiró a la hora de cotejar los


datos y chequear la información?

Por ahí vos tenés un tiempo para llegar a la Redacción y empezar a llamar a las fuentes
para, precisamente, cotejar toda esa información que tenés y verificar que el dato sea
preciso, lo que generalmente se hace con una fuente oficial. El dato más preciso
seguramente te lo van a dar las autoridades. Por ahí en el trajín puede haber algún
error en el dato o también de tu parte, no digo que no, a veces se desliza
involuntariamente el error. Se trata de tener cuidado, sobre todo si hay muertos, de no
dar nombres, o de certificar que, efectivamente, la fuente oficial confirma el deceso, la
muerte, el herido o el estado de salud. Generalmente es la fuente oficial la que nos da
ese tipo de datos.

En la primera nota sobre la inundación que se publicó en la sección La Ciudad, la


única fuente era Marcos Escajadillo, el titular de Defensa Civil local por entonces, y
ocupó sólo 49 líneas. En cambio, la licitación de los muelles del Parque España
obtuvo más del doble de líneas, y en La Región las inundaciones en Roldán y Funes
tuvieron tres fuentes y el doble de espacio. ¿A qué factores responde la diferencia en
el tratamiento de estas noticias?

Las inundaciones son muy particulares, te diría que particularmente son fenómenos
dinámicos y repentinos, entonces a lo mejor cuando vas al lugar o estás acá [en la
redacción] la crecida tiene un pico, pero a la noche se produce el desborde y se tiene
que evacuar a un montón de familias y a vos la información te sorprende al otro día.
Entonces hay que informar con lo que tenés, tratando de ser riguroso, y después vas
ampliando si el problema se profundiza. Por lo que vos decís, fijate que se acude a la
fuente oficial. En ese momento fueron 40 líneas porque no había información, porque
el hecho fue reciente, fue sobre el cierre de la edición. Hay un cierre, hay tiempos que
respetar: a las seis, siete, ocho o nueve de la noche algunas páginas se van cerrando,
es una característica del diario de papel. La instantaneidad ahora está un poco cubierta
con el tema de la web.

¿Con qué criterios fueron seleccionadas las fuentes? ¿Con qué lógica se le da entidad
a determinadas fuentes?

La relevancia que se le da en un primer momento a ciertas fuentes es porque a través


de nuestro trabajo, y por diferentes motivos, nosotros sabemos quiénes son los
actores sociales que están en el terreno; se trata de personas que están en contacto

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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con la realidad o con lo que pasó. Aparte hay una confianza que se establece con esas
fuentes a partir del trabajo que hacemos. Si la gente de una organización social te da
un pantallazo de lo que sucede, probablemente tenga razón. Ahora, uno tiene que ir a
constatar en el lugar lo que ellos dicen para no caer en un error o publicar algo que no
sucede. Te dicen: “Se desbordó de calle Génova para el oeste tantas manzanas”; vos
tenés que ir y constatar.

¿Recuerda alguna anécdota o controversia respecto al tratamiento que hizo el diario


sobre las inundaciones de 2007? ¿Hubo acusaciones apresuradas hacia funcionarios,
información relevante dejada de lado, o se le dio entidad a información inexacta y
rumores?

La entubación del canal Salvat había sido una obra incompleta y ahí se generó una
controversia. Los vecinos de Empalme, que históricamente se inundaban, dijeron:
“Bueno, pero acá esta obra está incompleta, nosotros la venimos reclamando hace
rato, esto iba a suceder”. La controversia me parece que se dio por ese lado en ese
momento.

¿En qué aspectos cree que el diario hizo mayor hincapié? ¿En la búsqueda de
responsables, en las acciones solidarias o en las fallas de los servicios?

No hice un repaso de la cobertura de ese hecho. Más que en la búsqueda de


responsables, me parece que en el trabajo cotidiano vamos al perjuicio de la víctima
del suceso; nos centramos más en eso. Lo primero que hacemos es ir al lugar. Decimos,
“Muchachos, ¿cuántos somos? ¿Siete, ocho? ¿Viene Fulano a la mañana?” “Andate
para allá, fijate si podés llegar”. En una emergencia automáticamente hay que ir a la
calle, al lugar. Yo me puse las botas y me metí a recolectar historias y el testimonio de
la gente para ver qué había pasado. Nosotros tenemos un par de preguntas –qué pasó,
cuándo, dónde, cómo, por qué-; bueno, el por qué es la última. A lo mejor en la
inundación de Santa Fe el tema de las responsabilidades políticas era muy evidente.
Pero antes de que salten las responsabilidades políticas salta el qué sucedió, contamos
el sufrimiento de la gente. Primero está la víctima, primero está la persona, primero
está el daño; primero está contar qué sucedió ahí, qué fue lo que pasó. Primero está el
qué, el quién, el cómo, el cuándo y el dónde. Y después viene el por qué. Después
viene el tema de la entubación del canal Salvat, las quejas de los vecinos, que ya las
venían haciendo, y ese tipo de cosas. Pero hay que buscar el relato de la víctima, el
relato pequeño, porque puede aportar mucho. Después uno evalúa si sirve o no. Uno
semblantea a la persona, eso es parte de nuestro trabajo. Le preguntás adónde vive y
ahí te das cuenta que tiene la casa con el agua hasta el techo: ¿Qué engaño puede
haber en esa charla con una persona en esas condiciones? Puede dramatizar más o
menos la situación, pero si el agua le llega a los zócalos y no le llegó al techo yo lo
estoy viendo, si me dice que tuvo el agua hasta el techo y veo la marca probablemente
le crea, y aparte tenemos maneras de certificar eso. Por lo menos ir a sondear, ir a ver,
preguntar, no está demás: podés tener un hallazgo interesante.

¿Hubo alguna reunión en la sección para definir cómo abordar la emergencia, en qué
tono presentarla?

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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Eso es tácito. En el diario de papel, el peso que tiene la palabra impresa es muy
importante, entonces ante el desastre de la inundación, ante una catástrofe, hay que
tener cuidado y afianzar la responsabilidad de tratar de no generar fantasmas.
Después se charla con el editor de acuerdo al tema que vos tengas, de acuerdo a lo
que tenga tu compañero, y una nota se complementa con la otra, tratando de ser
responsables con la información.

El modo en que se trabajó periodísticamente la inundación de 2007, ¿se distinguió


con respecto a la manera en que se abordaron otras inundaciones u otras situaciones
de emergencia?

Nosotros hablamos con la gente. En este caso había organizaciones sociales, pero si no,
igual hablábamos con la gente, con los que habitan el lugar afectado. Puede ser la
gente, Giros o el Movimiento Evita. Mientras estén trabajando en el territorio, para
nosotros son fuentes, que pueden ser más o menos importantes de acuerdo a lo que
se evalúa en el marco de la producción de la nota. Si no hay referentes sociales,
generalmente en estos casos se autoconvocan; siempre alguna manera de reunirse
para pedir ayuda hay.

¿Cómo se hace, nutriéndose de testimonios que de por sí son dramáticos, para no


terminar publicando una crónica dramática?

Hay que tratar de poner las cosas en un lugar más o menos justo con las palabras,
porque es con lo que trabajamos nosotros. Y lo que contamos, tratar de contarlo de
una manera ajustada y sin caer en amarillismo o sensacionalismo. Lo de calle Salta fue
un desastre, un drama, una catástrofe, un estrago, una tragedia, y la gente lo que hizo
fue manifestar eso. Yo encuentro muchas veces la realidad de las cosas hablando con
las personas que las sufrieron. Si lo estoy contando de una manera ajustada no me
parece mal. A veces es muy valioso periodísticamente contar las vivencias de quienes
sufrieron la catástrofe, muy valioso. Después hay que complementarlo con lo que
corresponde: está la víctima y el funcionario que se encarga del tema. Me parece que
hay que saber tener esa mirada, de ir en busca del relato por ahí más pequeño pero
que te puede aportar mucho.

Cuando el suceso es dramático, ¿qué espacio queda en el diario para las acciones
solidarias?

Las acciones solidarias surgen de manera natural. Siempre, vaya a saber por qué, pero
calculo que es una condición humana, un valor humano, la solidaridad surge al
momento, y nosotros lo que hacemos es contar esas acciones. No hace falta que
andemos buceando, buscándola u olvidándola: la solidaridad emerge y se hace visible
rápido, y nosotros lo que tenemos que hacer es transmitirla.

¿Por qué cree que la prensa se hizo eco de las falencias de los servicios y de las
quejas y advertencias de los vecinos sobre todo cuando hubo un número
considerable de evacuados?

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 145
Porque es una lógica política, siempre pasa así. Muchas veces no se le dan relevancia ni
importancia, y se subestiman algunas advertencias. Nosotros podemos publicar que,
por ejemplo, hay olor a gas, pero después hay que ver si la autoridad se hace eco.

¿Qué beneficios cree que podría aportar o mejorar una capacitación orientada al
tratamiento periodístico de emergencias?

La seguridad. La seguridad y tal vez algún protocolo de procedimiento, como para


tomarlo o mirarlo como referencia. Pero como nuestro trabajo en el territorio es a
veces un poco anárquico, hay que tener en cuenta que todo depende de la mirada del
periodista, de cómo está más o menos sensible al contexto, a algunas historias, a cosas
mínimas. Si yo soy muy protocolar a la hora de ir a cubrir: “Hay que entrar por acá”,
“Hay que salir por acá”, “Hay que respetar el acordonamiento”…Si hay un
acordonamiento y no podemos pasar, obviamente vamos a respetar todas las
condiciones de seguridad, pero muchas veces uno no se puede atar a un protocolo de
procedimiento para cubrir cuestiones de emergencia porque nuestro trabajo en el
territorio es así, un poco anárquico.

¿Cómo puede cooperar el periodismo en estos casos, teniendo en cuenta que la


información es un servicio y que la prensa tiene, por ende, una responsabilidad con
la sociedad?

Nosotros tenemos que ser rigurosos con la información, dar información precisa. No
caer en banalidades, no caer en cuestiones que no aporten para comprender la
magnitud de lo que pasó. Me parece que ser responsable, riguroso y responder a los
preceptos del periodismo es lo que tenemos que hacer. Yo no le veo mucho secreto a
eso. En cualquier trabajo, si sos responsable con la tarea que te asignaron y la tomás
con profesionalismo, seriedad y responsabilidad, pasa lo mismo que en el periodismo.
Nosotros sabemos qué tipo de actores somos en la sociedad, entonces a la hora de
publicar algo tenemos que hacer lo mejor. Yo hablo desde lo nuestro, el diario tiene un
perfil más bajo, un relato distinto al de la televisión.

¿Queda lugar para orientar la ayuda?

Sí, claro, siempre. Siempre cuando pasan estas cosas damos los teléfonos, las páginas
Web, el mail, el lugar, la dirección, qué es lo que hace falta y qué es lo que no hace
falta, porque muchas veces la gente lleva un montón de cosas y las capacidades se
desbordan. Decir que no hacen falta más colchones, por ejemplo. Siempre queda lugar
para eso.

En algunas notas se remarcó la cantidad de hijos de las mujeres damnificadas, y


también se hizo referencia a “piquetes” y “piqueteros”. Pero cuando cortaron calle
Salta los padres de los alumnos del Complejo Gurruchaga, se hizo referencia a “los
padres”, “los papás” y a un “corte”. ¿Qué reflexión se puede hacer?

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Eso es una categoría que describe un poco al medio, describe la dualidad del medio, el
pensamiento ideológico del medio, del que yo no me puedo hacer cargo. Yo no me
puedo hacer cargo si un redactor en un momento puso “piqueteros” y en otro “padres
cortan la calle”. Al charlar la nota con tu editor aparecen ciertas contradicciones. Y con
tu mirada también: si cuando fuiste ahí los que estaban cortando la calle eran padres, y
fuiste a Circunvalación y Baigorria y viste gente que se caracteriza por hacer piquetes,
son piqueteros. Muchas veces, yo lo he visto, trabajan de eso, y no por
menospreciarlos. Por ahí está instalada la categoría de “piquetero” en el lenguaje
periodístico, como la de “motochorro”, mal instalada por la patria zocalera de TN, que
un día no le entraban las dos palabras y puso “motochorros” y quedó.

¿Qué es lo que más modifica una emergencia en tu rutina habitual de trabajo?

Lo que más cambia es que automáticamente hay que ir al lugar del hecho, cuando
muchas veces hay cuestiones que se cubren desde el diario, levantando el teléfono. Es
eso lo que cambia. No tanto en mi caso, porque yo voy todos los días a Tribunales a
buscar la información, siempre al mismo lugar. En una emergencia automáticamente
hay que ir al lugar. Te cambia la dinámica de que sabés que ese día podés estar diez
horas tabajando, porque hay que chequear mucha información y muchos datos. A
veces, a pesar de haber estado en el lugar, hasta que no ves una foto aérea no sabés
qué fue lo que pasó. Por ejemplo, que implotó un edificio. Y nosotros preguntando
¿qué pasó?, una y otra vez. “Che, volaron las dos torres, y en el medio se ve que había
un edificio de cuatro pisos, ese también voló, lo que pasa es que no se veía”; “No, no
había uno de cuatro pisos”…

¿Cómo se manejan los rumores en estos casos?

Se manejan porque nosotros tenemos más tiempo que el periodista que está saliendo
en vivo por la radio o la televisión y, encima, tiene esa presión a cuestas de ser
responsable con lo que se dice y atribuirlo a la fuente.

¿Hubo un seguimiento del caso?

Sí, hubo seguimiento sobre las obras y el loteo de las tierras que se habían inundado
en Nuevo Alberdi; incluso un año después. Ahora hace mucho que no voy, pero hay
una causa judicial incluso por el tambo de Giros, que creo que le dieron el okey, un año
para funcionar.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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Entrevista a Ernesto Ávila, periodista del diario El Ciudadano
¿En qué consistía su desempeño o método de trabajo habitual en el diario y cómo se
vio modificado o alterado ante el contexto de emergencia que representó la
inundación?

La sección Ciudad es una sección acostumbrada a tener algunos sobresaltos. En esta


sección uno va siguiendo la agenda de los temas de la semana, cubriendo conferencias
de prensa, presentaciones de un plan o programa de gobierno, algunas situaciones
cotidianas, haciendo algunos llamados telefónicos, y cada tanto ocurre,
lamentablemente, algún tema de conmoción que hace trastabillar toda la
cotidianeidad de la sección. Generalmente en esos casos la mayoría de las personas
dejan de hacer los trabajos que estaban haciendo y se suman rápidamente a cubrir el
acontecimiento. En esos momentos se necesita organizar rápidamente la cobertura,
llamando inclusive a gente que está de franco, aunque a veces no hace falta porque los
periodistas se reportan solos. Pasó con la pedrea, con ésta y otras inundaciones, y con
la explosión de gas, entre los hechos más recientes. Entonces toda la sección se
focaliza en un mismo tema; eso es lo que más se modifica [con una emergencia].

Aunque toda la sección estaba abocada al mismo tema, ¿tuvieron que dar una mano
periodistas de otras secciones?

Cuando sucede un evento que conmociona, todos están muy atentos aunque estén en
otras secciones. En general han participado periodistas que son de otras secciones y
que se sumaron.

¿Representó una mayor exigencia?

Sí, por supuesto. En ese momento el trabajo hasta dejó de ser un trabajo para ser una
especie de compromiso; son pocos los momentos en los que sucede eso. En una
emergencia se da que no importan el sueño ni las horas, hasta que todo está cubierto
nadie se fija en el reloj si ya es hora de irse. Y uno siente la adrenalina y la
preocupación en carne propia.

¿Hubo que disponer de recursos extra?

Todo lo que esté al alcance de la mano sirve. Las empresas, que por lo general son tan
reacias a colaborar poniéndonos un móvil a disposición o dándonos plata, ante este
tipo de acontecimientos cambian. Cuando sucede una emergencia hay cuestiones que
llegan a funcionar de manera diferente a lo que ocurre en lo cotidiano.

A la hora de recolectar la información, elegir las fuentes y seleccionar los datos que
se obtenían de esas fuentes, ¿cómo influyó el escenario de emergencia?

[La emergencia] altera todo, de modo que es muy difícil mantener la calma y no
dejarse llevar por lo que está en la superficie, que siempre es la acusación, el rumor, el

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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comentario, porque uno necesita información y recibe mucha, pero poco chequeable o
verificable. Entonces hay que tener mucho cuidado en ese momento para no
equivocarse o dar una información falsa: ese es el desafío más grande en una instancia
de conmoción.

¿El vértigo informativo propio de la emergencia conspiró a la hora de cotejar los


datos y chequear la información?

Sí, por supuesto. Por eso lo mejor es estar en el lugar de los hechos. Ir al lugar más
cercano posible da una cierta tranquilidad al periodista y al editor, porque aunque uno
se puede equivocar, hay una sensación de que se estuvo allí y se vieron determinadas
cosas.

¿Con qué criterios fueron seleccionadas las fuentes? ¿Hubo tiempo para pensar a
qué fuentes acudir o la cuestión era ir al lugar y charlar con el primero que se
cruzaba?

El que va a la carga va recogiendo todo lo que está a su alcance, no tiene posibilidad de


ir seleccionando. Después viene el momento de elegir o, en el momento, también
existe el ojo clínico para ver dónde puede estar el testimonio que pueda ser el eje del
drama o de la información. El que va a hacer la selección un poco más fina de la fuente
es el que se quedó acá [en la redacción del diario], que también tiene su tarea. Está el
que sale a la calle con la misión de acercarse lo más posible al suceso, pero el que se
queda acá [en la redacción] tiene que ir chequeando telefónicamente la situación con
fuentes gubernamentales y de Defensa Civil, o también con testimonios de
especialistas que ayudan a comprender qué pasó. Generalmente nosotros en la
sección Ciudad venimos trabajando las problemáticas; ya veníamos trabajando con
vecinos y especialistas que advertían que esa zona seguía siendo inundable, entonces
el evento tiene una trayectoria en la que uno puede volver para atrás y decir: “Algo me
había dicho tal persona, alguien había expuesto sobre esta problemática o posibilidad,
de la edificación en esos barrios o de los cursos de agua en el lugar”.

¿Le daba entidad a fuentes desconocidas o iba más a los referentes barriales y otros
sujetos con cierta jerarquía?

Cuanto más conocés a las fuentes, mejor. Si te toca un terreno desconocido estás más
complicado. En esta sección, quien más, quien menos, tiene conocimiento previo de
los referentes; hay un conocimiento previo. Y si no lo hay, hay que tener mucho
cuidado, porque por más que sea necesario tener información de primera mano, en
estos casos es difícil chequearla. Es un ejercicio interesante procurar tener equilibrio
para no dejarse tampoco avasallar por información que no pueda ser chequeada. Suele
pasar y han pasado grandes metidas de pata de periodistas reconocidos de nuestra
ciudad con este tipo de temas. Porque a lo mejor una cosa es estar en una radio y
hablar con la gente, y otra cosa es el recorrido del cronista que va escuchando y viendo
el movimiento barrial, cómo se expresa la gente y cuáles son los intereses que hay
entre ellos mismos; es una tarea difícil. Si no tenés en claro cuáles son las disputas, las
fuentes te pueden llegar a convencer de una bomba que sería un notición en caso de
ser cierta. A veces el periodista que no está ducho con eso mete la pata y da como

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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noticia una información muy parcial y equivocada. En esta sección, por lo menos antes,
se hacía mucho hincapié en el contacto con los barrios; en una época había una
sección destinada a los barrios y aparecían fuentes de información muy interesantes.

¿Cómo hace para nutrirse de testimonios que de por sí son dramáticos y no terminar
publicando una crónica dramática o sensacionalista?

Es difícil, porque uno se sensibiliza y queda sensibilizado como para escribir una
crónica dramática, que generalmente es lo primero que sale. Habría que tener más
equilibrio, porque tampoco es necesario hacer una crónica dramática para describir
una situación determinada. Pero, lamentablemente, cuando pasan estas cosas [cuando
ocurren emergencias] la redacción se contagia un poco de la adrenalina y entonces se
hace muy difícil no caer en ese lugar común. Creo que por eso, ante estos eventos, lo
que más prima en el periodismo local y nacional es toda una serie de crónicas
dramáticas.

¿Hubo alguna reunión para debatir cómo abordar ese evento crítico?

Generalmente cuando se da una cosa así se hace una reunión, aunque sea un
delineamiento previo: “Vos andá allá, vos allá, ustedes se quedan”, se hace un dibujo,
digamos.

¿Y para definir si darle una tonalidad un poco más dramática o, por el contrario,
bajar los decibeles?

Generalmente se va definiendo a medida que van pasando las horas, no hay una
definición en el momento. Lamentablemente se produce una especie de contagio
cuando ocurren situaciones dramáticas, la redacción se contagia un poco de esa
adrenalina. Se va viendo hora a hora, porque están todos siguiendo muy de cerca la
situación. El lugar común es el del drama, el del impacto. Seguramente ya hay un
editor que está imaginando una tapa dramática. Y muchas veces, cuando no es tan
dramática la situación, le estás arruinando la tapa a tu jefe. Es todo una complicación.

¿Recuerda alguna anécdota o controversia en torno a este caso? ¿Cree que hubo
acusaciones apresuradas, información relevante dejada de lado o que se le dio
entidad a rumores o informaciones inexactas?

No recuerdo que haya surgido algo así en este diario. Tratamos de mantener el
equilibrio y si alguna vez no lo hemos tenido no debe haber sido muy grave, por lo que
yo recuerdo. Lamentablemente sí me ha pasado de darme cuenta que otros colegas
han publicado cosas totalmente inexactas. El papelón más grande de los últimos años
tuvo que ver con la explosión de gas, cuando María Herminia Grande, periodista de
LT3, salió a decir en un programa radial que tenía la versión de que había no sé
cuántos cadáveres. Después tuvo un problema, creo que después la suspendieron. Y
ella se defendía diciendo que era una periodista de muchos años de laburo; no sé qué
le pasó. Pero puede pasar. Puede pasar, porque si perdés de vista cuáles son las
disputas y los intereses que hay en juego, a lo mejor las fuentes te convencen de cosas
que no son ciertas o que son muy difíciles de comprobar.

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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¿En qué aspectos cree que hizo mayor hincapié el diario? ¿En la búsqueda de
culpables, en las acciones solidarias o en las fallas de los servicios?

Generalmente se está buscando siempre a un culpable, una tendencia que también


hace eco en la gente. No sé bien si son los periodistas los que asumen por sí mismos
esa postura o si es la misma gente que está todo el tiempo, cuando pasan tragedias,
buscando al culpable. Parece que todos, como sociedad, tenemos una necesidad
imperiosa de encontrar un responsable, y ya, cuando en estos casos cuesta mucho
conocer la cadena de responsabilidades. Es como que en algún momento los
periodistas tenemos que poner un indicio de quién pudo haber sido el responsable.

¿Cómo se hace para tener un enfoque novedoso y no reiterar situaciones o


informaciones cuando la cobertura de la catástrofe se prolonga por varios días?

Es difícil. Vas repitiendo la situación. Me parece que lo que no se agota nunca es el


contacto con la gente, las miles de experiencias de vida que afloran en esa
circunstancia, que de otra forma uno nunca hubiera escuchado o compartido. En ese
sentido para el periodista el trabajo se hace interesante porque ve en primera persona
dramas, historias de vida de sectores sociales muy postergados, como en el caso de la
inundación de 2007. El contacto con la gente tenía la riqueza que te brindaba conocer
la forma de vida y el pensamiento de estos sectores sociales postergados que, de otra
manera, no salen ni son protagonistas.

¿Cómo se maneja la escasez o la abundancia de información cuando la cobertura del


hecho se mantiene en agenda durante varias semanas?

Es difícil porque hay que ir buscándole la vuelta. Pero en este caso la verdad es que
había mucha información. De tantas horas de ir y de ver cosas, siempre algo te
quedaba afuera de la nota y vos lo guardabas, o sea que no es que faltaba información
o un tema, sobre todo por las historias de vida que había. Sí llegó un momento en que
ya era cansador para todos incluir el problema de las inundaciones en la sección
porque estuvo en agenda como un mes.

El modo en que se trabajó periodísticamente la inundación de 2007, ¿se distinguió


con respecto a la manera en que se abordaron otras inundaciones u otras situaciones
de emergencia?

Fijate que toda esa zona hoy está beneficiada por la atención que se le dio después de
la inundación, por las obras que se han hecho. Y también muchas de las personas que
participaron en esas inundaciones como solidarios o como grupos de asistencia social
se fueron quedando, inclusive hay grupos políticos que surgieron. Eso es muy común
en Rosario, que cuando ocurren determinadas catástrofes la gente se una, participe y
sea motor del cambio social. En la inundación de Empalme Graneros [1986] han
pasado cosas parecidas, por todo lo que significó. Una inundación moviliza mucho, y
moviliza a sectores que a lo mejor están divididos o contrapuestos: pibes que viven en
el centro y se empiezan a interesar en lo que le pasa al otro. En este caso había
referentes que siguen hoy estando ahí. Tenía su particularidad, que estaba dada por
ser una zona de Rosario postergada. Años atrás, cuando trabajaba en un programa de

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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televisión, yo había hecho unos informes sobre las inundaciones y realmente esa era
una zona muy abandonada, con mucha pobreza y con mucho abandono respecto al
control de las tierras: a nadie le interesaba ese lugar; fijate cómo eso cambió. Era una
miseria muy espantosa la que se veía en la zona de Nuevo Alberdi, aparte de ser una
zona de Rosario muy aislada y abandonada: no veíamos presencia de nadie, en ese
momento no había presencia del Estado.

¿Por qué cree que, en general, la prensa se hizo eco de las falencias de los servicios
recién una vez que hubo un número considerable de evacuados, y no anteriormente,
ni siquiera ante las advertencias de los vecinos?

Sobre esa zona había información de que estaba en riesgo, no sólo de inundaciones,
sino social; de que había un serio abandono del Estado en todo sentido. No es extraño
que se viera reflejado en ese momento, cuando ya la cosa se había desmadrado, como
sucede en otras catástrofes. No sé si eso ha mejorado mucho. En Rosario hubo un
montón de catástrofes seguidas; en Santa Fe ni hablar. Ahora parece que hay un nivel
de previsibilidad un poquito mayor, porque eso fue muy duro, estas inundaciones
fueron muy duras, sobre todo, quizás, para la clase política…No sé si la clase política
tomó nota del reclamo de la gente, en el sentido de que son catástrofes donde tiene
mucha responsabilidad la prevención. Sí se han implementado sistemas de alerta.

¿No hizo, posteriormente, un seguimiento del caso?

No, porque después me fui yendo de esa sección; ahora trabajo en Internacionales.

¿Qué beneficios cree que podría aportar al desempeño profesional una capacitación
en emergencias?

Creo que sería muy bueno. Después de una de las últimas tragedias –no recuerdo cuál-
salieron algo así como manuales, casi seguro de parte de una organización relacionada
al gobierno nacional, porque lo vi por Télam; empezó a circular una especie de guía
para los periodistas en situación de catástrofe.

Sí, después de las inundaciones en La Plata y Buenos Aires se hicieron una serie de
reuniones en la universidad platense y surgió una guía para la cobertura responsable
de catástrofes.

Exacto. Eso acá no tuvo mucha difusión. Vos fijate que acá con el tema de la explosión
de calle Salta muchos compañeros quedaron con secuelas psicológicas. Hubo
compañeros que vivían muy cerca y se compenetraron mucho, y después no podían
dormir, tenían pesadillas y depresión. Entonces saltó en el sindicato, aunque después
no se profundizó, que era necesario que por lo menos los movileros tuvieran una
especie de ayudante para no cometer barbaridades ni errores, y para saber cómo
tratar a la gente; para no tener permanentemente la atención puesta en tratar de
sacarle un testimonio dramático o una primicia, sino hacer una cosa un poquito más
humana. Y también para tomar una situación grave de una manera en la cual uno no se
viera tan afectado, lo cual no es fácil y requiere de un método y de una pequeña
práctica.

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¿Cree que esos preceptos o ese método serían aplicables en medio de la catástrofe y
la vorágine informativa?

Creo que sí, que se pueden aplicar. Cuando uno ve cómo salen las cosas cuando hay
una tragedia o una catástrofe, tiene que ver con que no hay una preparación, entonces
la gente está cruda y los periodistas también. Eso estaría bueno. No sé qué pasó ni por
qué no se hace, porque sería vital. Aparte hay que tener en cuenta que cada vez hay
más catástrofes porque las ciudades están de alguna manera colapsadas, tenemos
problemas climáticos y es muy común, en la época en que nos toca vivir, de vez en
cuando tener que enfrentar como periodistas una catástrofe.

¿Cómo puede cooperar el periodismo en estos casos, teniendo en cuenta que la


información es un servicio y que la prensa tiene, por ende, una responsabilidad con
la sociedad?

Eso está buenísimo, lo que pasa es que no hay conciencia ni una institucionalización de
eso en las empresas. Se puede hablar en lo teórico, lo podemos hablar acá tomando un
café, pero ni esta empresa, ni una institución estatal se ocupan de eso. Una institución
estatal podría proponer simulacros de coberturas de catástrofes para tratar de tirar la
información de una manera responsable. Pero también existe el temor, que por otro
lado está justificado, de que haya mucho control y entonces el periodista a veces
quede atrapado en una relación con los estamentos del Estado y no pueda despegarse
del compromiso; que no pueda tirar una noticia en contra de esos intereses [del
Estado]. O sea que no es fácil de resolver. No sé quién lo tendría que tomar, a lo mejor
una organización sindical, el Sindicato de Prensa, y hacer un curso...como para
protegerse a sí mismo también, para proteger al periodista. Ahora, la pata que falta es
la empresa; la empresa no tiene responsabilidad, ellos van rápidamente a lo que
consideran el negocio de la información.

Por lo que usted dice, habría una oposición muy marcada entre el interés público y el
interés privado

Exacto. Y eso es lo más difícil de establecer internamente.

¿En qué aspectos concretos puede contribuir un periodista para brindar una
información responsable y ayudar a la comunidad afectada? ¿Queda espacio para
orientar la ayuda o se trata de ir urgente al testimonio de quien está padeciendo un
drama?

Y…muy poco, muy poco. No queda mucho espacio. Es cierto que los medios a veces
ocupan un lugar importante cuando surge una necesidad, y como la población está
sensibilizada, se produce una conexión: uno reflejando esas cuestiones puede
conseguir alguna donación o alguna acción inesperada de algún grupo empresario, ha
pasado. Inclusive ante inundaciones en otros lugares del país, donde empresarios de
Rosario se enteraron por el diario y han donado, qué se yo, un camión con comida. O
sea que siempre hay que estar atento, porque queda poco margen pero uno puede ser
vehículo; siempre hay un lugar para que aparezcan estas cosas y uno se transforme en

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un vehículo de ayuda, por lo menos, para unir voluntades de gente que quiere
colaborar, ayudar y ser solidaria.

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Entrevista a José Maggi, periodista de Rosario 12
¿Cómo modificó el contexto de emergencia que representó la inundación de 2007 su
desempeño habitual en el diario?

Una situación de emergencia lo primero que condiciona es la cantidad de horas que


uno puede llegar a trabajar, porque hay gente en circunstancias desesperantes y
entonces uno flexibiliza hasta su horario de trabajo. Más allá de que los diarios tienen
un horario de cierre, uno termina dedicando una cantidad importante de tiempo
porque hay allí una situación de emergencia. Y también es de emergencia la condición
a la que uno se somete. En situaciones de emergencia, como por ejemplo en los
saqueos de 2001, cada compañero contaba desde su barrio lo que estaba pasando,
más allá del rol que le tocaba jugar, entonces cada sector de la ciudad fue abordado
por el propio vecino, que era un compañero que trasuntaba la angustia, la inquietud, y
también iba contando los hechos. En las inundaciones de 2007 llegar al lugar fue difícil,
y ver el océano de agua en que se había convertido la avenida Bouchard suponía un
impacto fuerte, porque uno ya había estado allí en otros momentos y veía que la zona
de hornos de ladrillos se había convertido en un mar. Eso impacta en el ánimo y
también en la desesperación de la gente; como el hecho de recorrer algunas zonas a
borde de un bote o una canoa. En ese momento el trabajo está hecho en condiciones
demoledoras.

¿Tuvieron que colaborar periodistas de otras secciones del diario?

No. Nos repartimos el trabajo entre los redactores, que somos unos pocos.

¿Cómo influyó el escenario de emergencia a la hora de recolectar la información,


elegir las fuentes y seleccionar los datos que se obtenían de las fuentes?

No seleccionás fuentes. Trabajás a full. Escuchás a todos los que se te cruzan, desde el
bombero hasta el vecino, pasando por el vecinalista o el dirigente barrial que desde
hacía tiempo venía reclamando obras que no se hacían; el baqueano que te dice: “Vení
que te llevo para que veas cómo está el canal desbordado”, el dueño de la casa que
albergaba a vecinos porque no se había inundado; o sea, no seleccionás fuentes.

¿Conocía a esas fuentes, a las cuales les daba cierta entidad?

Por momentos. Por ejemplo, en Nuevo Alberdi uno siempre acudía al Padre Daniel
Siñeriz por una cuestión de referencia. Y con el paso de los días, como la capilla
también albergó a gente, uno siempre los iba ubicando para analizar cómo venía la
situación de los evacuados. Pero básicamente, ese momento de emergencia es un gran
torbellino. Quizás, a los contactos que utilizás permanentemente, los llamás por
teléfono, pero vas al lugar y trabajás con la gente que te brinda su testimonio, porque
eso es una crónica de lo que está pasando. Y te subís a una balsa para poder ir a un
centro de evacuados que está en otro lugar o cruzando el arroyo. No hacés un trabajo
tan minucioso ni tan teórico o intelectual en donde ves cómo seleccionar las fuentes.

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Hablás con todo el mundo, escuchás a todo el mundo y trabajás con la sangre
hirviendo.

¿Ese torbellino propio de la emergencia conspiró a la hora de cotejar los datos y


chequear la información?

Te mete presión pero, al menos en lo personal, trabajar bajo esa presión a veces te
hace optimizar tus recursos. Trabajar bajo la presión del cierre, trabajar bajo la presión
de contar lo que está pasando en serio, sin minimizarlo, también te da mejores
resultados. Al menos en lo personal, trabajar bajo presión nos dio –me dio- buenos
resultados.

¿Cómo se hace para no terminar publicando una crónica dramática cuando uno se
nutre de testimonios que de por sí son dramáticos?

La crónica tiene dramatismo porque tiene esa realidad. El tipo que tiene un metro de
agua en la casa perdió su heladera, su cama, los recuerdos de los pibes, su ropa y lo
poco que tenía, entonces es dramático pero no deja de ser periodístico. Si vas a una
zona inundada donde convivís un día entero con gente que perdió todo y no ponés una
cuota de angustia, que es lo que obviamente mamás en el lugar, hacé la nota desde un
escritorio, hablá por teléfono con el vecinalista y no vayas, no tenés que ir. No quiere
decir que la crónica sea de punta a punta dramática, pero en este caso había
especulaciones en torno a lo que podía crecer el [arroyo] Ludueña en el día posterior,
porque la lluvia barre el agua de los campos y demora 24 horas en llegar al cauce,
entonces todos iban a la noche a mirar cómo estaba el Ludueña: ¿cómo no transmitir
dramatismo? Lo que no quiere decir que seas amarillo.

¿Recuerda alguna anécdota o controversia respecto al tratamiento que hizo el diario


sobre las inundaciones de 2007? ¿Considera que hubo acusaciones apresuradas hacia
funcionarios, información relevante dejada de lado o que se le dio entidad a
información inexacta y rumores?

En estos casos hay que ser cuidadoso porque siempre hay alguien que asegura que hay
una víctima, que finalmente no es tal, o que dice que no se encuentra a determinada
persona; no se inunda Córdoba y Corrientes, donde la población está contabilizada.
Muchas veces, en sectores tan desprotegidos y humildes, con la gente viviendo en
condiciones paupérrimas, ni siquiera está censada la cantidad de vecinos y puede que
en las primeras horas haya algo de indefinición sobre el número exacto de personas
que no aparecen. Hay que ser muy cuidadoso en eso, porque hay gente que se
autoevacúa y que puede permanecer sin su domicilio registrado durante unos días
hasta que después, naturalmente, aparece. Pero como el agua por ahí invade de golpe
y puede arrasar, las personas que no se pueden movilizar por sí mismas terminan, a
veces, siendo victimas. Por eso hay que ser prudente, real con la información, y
también dejar pasar un par de días para ver si esa gente aparece.

¿En qué aspectos cree que el diario hizo mayor hincapié? ¿En la búsqueda de
responsables, en las acciones solidarias o en las fallas de los servicios?

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No me gusta cuando se ponen premisas, no sé en cuál de las tres se hizo más hincapié.
Periodísticamente cada uno lo juzgará en función de los diarios de la época. La
situación es clara en torno a que se va relatando cómo entra el agua, se van recreando
cuáles son las denuncias de los vecinos sobre las obras que no se hicieron bien o que
se hicieron demoradas y, al mismo tiempo, el diario también refleja los gestos de
solidaridad. Obviamente, no me parece que no se puedan hacer las tres cosas a la vez.
Pero no me gusta poner pautas en torno a si se hizo más esto o aquello, que está en
los diarios de la época.

¿Hubo alguna reunión para definir cómo abordar la emergencia, si darle una
tonalidad más o menos dramática?

Eso se da antes de entregar tu material, cuando dialogás con el secretario de


Redacción. En el diario, por el tamaño que tiene, no hay una reunión de producción
sino criterios que discutís directamente, cara a cara, con el secretario de Redacción.

¿Cómo se hace para tener un enfoque novedoso y no reiterar situaciones o


informaciones cuando la cobertura se prolonga por varios días, como ocurrió con
esta inundación?

Hay un actor preponderante en este caso que es el Movimiento Giros, que ha


trabajado y ha tenido continuidad, generando episodios nuevos, movilizaciones,
protestas, estudios sobre territorio y estudios de profesionales universitarios. Eso
ayudó porque uno terminaba cubriendo lo que este actor estaba protagonizando, sin
necesidad de generar nada porque ya se estaba gestando en el territorio, entonces vos
ibas y recreabas lo que los mismos actores hacían. Eso es importante porque ayuda a
sostener el tema. La situación quedó extendida en el tiempo porque existía y sigue
existiendo una organización territorial con jóvenes universitarios que continuaron
manteniendo el tema con vida. Podés chequear o revisar la historia de otras
inundaciones en otros lugares de la ciudad donde no hubo un fuerte reclamo territorial
con organizaciones y el tema se ha disuelto en el tiempo, se ha desvanecido.

¿Por qué cree que la prensa se hizo eco de las falencias de los servicios y de las
quejas de los vecinos sobre todo una vez que hubo un número considerable de
evacuados?

Eso sería un juzgamiento de los pares, prácticamente. Para explicar por qué la prensa
no se hizo eco de esos reclamos tendríamos que tener una discusión acerca de cómo
se ejerce el periodismo en la ciudad de Rosario, que es bastante más amplio que este
trabajo. A veces, a lo mejor en el mismo recelo de no ser dramático en la nota,
también se peca de no ser dramático hasta que pase, hasta que la sangre llegue al río
y, finalmente, la sangre llegó al río.

¿Qué beneficios cree que podría aportar al desempeño profesional una capacitación
orientada al tratamiento periodístico de emergencias?

Nadie te enseña, por más que vayas a una universidad, el sentido común. Habrá
colegas que no tienen el menor tino, el menor criterio, y lo desnudan al momento de

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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hacer una nota. Tiene que ver con las condiciones en que se trabaja y con los que
quieren trabajar así. Me parece que la capacitación siempre es buena. Pero, además,
es bueno el hecho de poder decir: “No, esto no lo hago”. Una cosa es un diario chico,
una radio pequeña, y la situación de defensa sindical que podés tener en Rosario,
donde, si te someten a algún tipo de situación que no querés cumplir, hay un sindicato
que te defiende. Yo no sé, creo, por lo que conozco, muy poco puede salir a
defenderte la Utpba [Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires] si como
cronista no querés hacer una nota amarillista en un rancho inundado, porque a lo
mejor muchas veces también deciden que no trabajás más. Me parece que no hay que
ser liviano en el análisis de las condiciones en que se trabaja, y creo que hay una
realidad en Rosario y otra en el resto del país. También creo que hay que tener una
defensa cerrada, no sólo hay que ir por la excelencia profesional, sino por los
organismos que nos defienden, las instituciones que nos bancan y los sindicatos que
nos contienen. Todo esto que estamos analizando, de la primera a la última pregunta
que me hacés, está teñido de la defensa que podamos hacer en forma seriamente
cooperativa los periodistas, sino terminamos siendo llaneros solitarios que podemos
aplicar nuestro buen criterio y nuestro código de ética personal cagándonos en el
resto. No se trata de ser iluminados, sino de forzar los límites que las empresas a veces
nos imponen, para ejercer nuestro derecho a expresarnos con libertad. Y eso se
construye, y no se construye solamente estudiando, se construye militando, que es lo
que verdaderamente tenemos que lograr: la defensa de las condiciones en que
laburamos, no siendo un esclarecido, sino un militante. Hay que militar por estas
cuestiones y también hay que capacitarse. Pero yo no entiendo al periodismo como el
libre ejercicio profesional de decir lo que me gusta cagándome en todo, porque así
duro dos días en el ejercicio de la profesión, y eso me gustaría que se entienda
claramente: uno es la espalda que tiene y también la que construye con el resto de los
pares. De esa manera se trabaja mejor. Porque si hubiésemos tenido a lo mejor esa
referencia, si hubiésemos tenido un ejercicio común y una defensa cerrada, a lo mejor,
también hubiese habido cosas que pudiéramos haber mostrado, por ejemplo, en la
tragedia de calle Salta, y que no se mostraron porque la orden cerrada fue que se
bajaran todos los camarógrafos de los lugares donde estaban y que no se mostrara
nada. Yo te pregunto: ¿Es justo eso, o es injusto? No se discutió, lo decidió el gobierno
de la Provincia y no se mostró nada. ¿Por qué? ¿Por qué yo no puedo pensar que no se
mostró nada porque cada objeto destruido que tenía que ver con la historia de cada
uno de los 22 muertos era un voto menos, o que alguien pensó que sería un voto
menos?

¿Cómo puede cooperar el periodismo en estos eventos, teniendo en cuenta que la


información es un servicio y que la prensa tiene, por ende, una responsabilidad con
la sociedad?

Creo que en estos casos hay distintas etapas: primero mostrás, reflejás; después
empezás a advertir cuáles fueron las fallas, y después hacés la historia del tema.
Incluso después podés ver, como en la inundación, quiénes son los beneficiarios de esa
catástrofe, por qué pasó y a quiénes terminaron beneficiando las obras posteriores
que se hicieron para menguar un fenómeno que fue tapa de los diarios. Entonces
podés hacer que el otro empiece a pensar por qué pasan las cosas; si en realidad no se

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deja que sucedan algunas cuestiones para que sobrevengan otras y de esa manera
usarlas. Te cambio de tema: la Emergencia en Seguridad llega [a la Provincia] después
de un gran reclamo popular de condiciones de inseguridad enormes. El gobierno
[provincial] logra una [declaración de] Emergencia en Seguridad y después veta un
montón de artículos que eran beneficiosos y se queda sólo con la parte para comprar
los carros hidrantes. ¿Por qué yo no puedo pensar que hay algunas cuestiones que se
deja que sucedan para después aprovechar otras? Lo mismo pasa con las inundaciones
y con otras situaciones de emergencia que, en el peor de los casos, como pasó en lo de
calle Salta, también son utilizadas políticamente.

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- Fernando Fantin - 159
Recurrencia de las fuentes utilizadas por La Capital, El Ciudadano y
Rosario 12

Cuadro comparativo222

FUENTES LA CAPITAL EL CIUDADANO ROSARIO 12

Oficiales-
115 118 62
Gubernamentales
Vivenciales 90 34 22
Institucionales 27 23 16
Especializadas 5 6 5
“Off the record” 7 9 2
Otros medios 1 9 10

TOTAL 245 199 117

222
La confección del cuadro está basada en un análisis de todas las noticias alusivas a la inundación
publicadas durante la emergencia en las secciones que esos diarios dedican a la ciudad, bajo la
denominación La Ciudad, Ciudad y Rosario. Comprende el período del martes 27 de marzo al domingo 8
de abril de 2007.

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La inundación en la sección “La Ciudad” del Diario LA CAPITAL

1. TABLA ANALÍTICA:

FOTO(s) EN PRESENCIA FOTO EN


FECHA NOTICIA/ TEMA LÍNEAS “LA CIUDAD” EN TAPA TAPA

Martes
“Rosario vivió un día pasado por agua” 49 3 Sí Sí
27/03/07
“La intensa lluvia desbordó canales y ya hay
162 3 Sí Sí
más de dos mil evacuados”
“En dos días llovió más que la media mensual” 26 0 No No
“Barrios enteros salieron a pedir la evacuación” 76 1 No No

Miércoles “Obras en canales desbordados” 51 1 No No


28/03/07 “Fueron suspendidas las clases en ocho
57 0 Sí No
escuelas”
“Unos 1.700 clientes de la EPE sin luz” 39 0 Sí No
“Polémica por las obras hidráulicas…” 82 0 No No
“Ayuda” (recuadro) 10 0 Sí No
“Los evacuados ya llegan a 3.058 y hubo que
167 1 Sí Sí (dos).
abrir otro centro”
“Empalme revivió su peor fantasma” 146 2 Sí No
“Barrio Toba entre el lodo y el agua” 32 1 Sí No
“Entregan subsidios” 30 0 No No
“Bielsa encabezó el comité de crisis junto a
55 0 Sí No
Lifschitz”

Jueves “Trabajos conjuntos en saneamiento” 22 0 No No


29/03/07 “El lunes ya teníamos agua pero ahora nos llega
60 1 Sí No
hasta las rodillas”
“El Ludueña se estabilizó pero asustó a todos” 98 1 Sí No
“Donan ropa, calzado y colchones” 29 0 No No
“La lluvia también anegó varias zonas
33 1 No No
residenciales”
“No se suspenderá la asamblea a pesar del
75 0 No No
pedido de Amsafé Rosario”
“Cinco mil clientes de la EPE sin luz” 44 0 No No
“Obeid vuelve de Venezuela traído por la crisis
167 1 Sí No
hídrica”
“Con lo puesto (recuadro)” 12 0 No No

Viernes “Destinan dos millones para paliar los efectos


104 1 No No
30/03/07 del temporal”
“El turno de los piquetes” 89 1 No No
“El Saladillo volvió a asustar a todos” 110 2 No No
“Comienza a descender el nivel de los canales” 54 1 Sí No

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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FOTO(s) EN PRESENCIA FOTO EN
FECHA NOTICIA/ TEMA LÍNEAS “LA CIUDAD” EN TAPA TAPA
“El Paraná sigue creciendo y ya hay evacuados” 112 1 No No
“Hubo barrios que generaron sus espacios de
169 1 No No
contención”
“El temporal dejó al desnudo la precaria
96 1 No No
condición edilicia de muchas escuelas”
“Filmus se mostró preocupado” 57 0 No No
“Hay clases, y no computan las faltas por la
21 0 No No
crisis”
“El temporal ya se cobró tres vidas y el Ludueña
163 2 Sí No
aterrorizó a la gente”
“La Nación desembarcó con ayuda” 136 1 No No
“Lifscchitz pidió que no haya cortes de calles” 26 0 No No
“Disponen un severo control epidemiológico” 26 0 No No
“El temporal que azota a Rosario ya se cobró
153 3 Sí No
sus primeras víctimas fatales”
“Quiso hacer rafting y falleció ahogado” 66 0 Sí No
“Se cayó una barranca y casi muere un bebé en
103 1 No No
Sábado La Florida”
31/03/07
“El Ludueña desbordó de desesperación” 120 1 No No
“El torrente fue un detonador de malos
72 1 No No
recuerdos para los vecinos de la zona norte”
“Colapsaron los caños y ayer se inundó un
64 1 No No
centro de evacuados”
“Lanzan una movida solidaria” 31 0 No No
“Múltiples anegamientos de calles complicaron
103 1 No No
a barrios de la zona sur”
“El Mangrullo, un barrio con una historia de
16 1 No No
gatos y TV”
“Rosario respiraba más tranquila con el 1 foto,
139 Sí No
retroceso evidenciado por el agua” 1 infografía
“Obras hídricas que no son suficientes” 60 1 Sí No
“Ya son dos los cuerpos rescatados tras la caída
86 1 Sí No
de una casilla al Paraná”
“Ahora viene lo más difícil” 40 0 Sí No
“Hubo nuevas protestas en tres puntos de la
Domingo ciudad” 45 0 No No
01/04/07
“Consejos para después de las lluvias” 24 0 No No
“Vi una respuesta sanitaria buena” 74 1 No Sí
“Cuidamos la higiene de baños y biberones” 26 0 No No
“Unos mil evacuados ya regresaron a sus casas” 103 1 Sí Sí
“Advertencia (recuadro)” 14 0 No No
“La salud se convirtió en una prioridad” 33 0 No No

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- Fernando Fantin - 162
FOTO(s) EN PRESENCIA FOTO EN
FECHA NOTICIA/ TEMA LÍNEAS “LA CIUDAD” EN TAPA TAPA
“Una vida ligada al arroyo Ludueña” 95 1 No No
“Los olvidados y el dolor de siempre” 43 0 No No
“Apareció el sol y auguró menos agua” 40 0 No No
“Defiendo la vida de los míos como si fuera una
77 1 No No
guerrera”
“El nivel del Ludueña bajó y cesó el alerta” 100 1 Sí No
“El Ibarlucea mantiene a tres barrios
20 0 Sí No
inundados”
“La terminal mostró los efectos de la tormenta” 51 1 No No
“A Santa Fe se viajaba por Victoria” 38 0 No No
“Los evacuados comenzaron a volver hacia sus
152 2 Sí No
hogares a pesar del barro”
“Quedan 1.910 personas en los centros” 76 1 No No
“La provincia nunca antes ha pasado por una
120 1 No No
situación así”
“Rutas anegadas e intransitables” 51 0 No No
Lunes
“Aún buscan a una desaparecida en el río” 59 0 No No
02/04/07
“Preocupa al intendente el deterioro de la
58 0 Sí No
ciudad”
“Dos facultades de la UNR no tendrán clases” 103 0 No No
“El Instituto de Biología Molecular se inundó” 42 1 No No
“Las lluvias afectaron a unas 116 escuelas de la
88 1 No No
Región VI”
“Estiman que las lluvias afectaron a más del 60
121 1 Sí Sí
por ciento del pavimento”
“Pérdidas que se suman por varios millones” 57 0 Sí No
“En el extremo noroeste de Rosario aún quedan
140 2 No No
hasta 70 centímetros de agua”
“Una anciana cayó a un pozo ciego y fue
Martes 63 1 Sí No
rescatada ilesa”
03/04/07
“Los rosarinos hacen gala de su solidaridad” 98 2 No No
“La sensación de catástrofe golpea a los
150 1 No No
inundados”
“Censuran un acto a héroes de Malvinas en el
136 2 Sí No
Batallón 121”
“Refuerzan plan de limpieza” 70 0 No No
“Lifschitz pidió $30 millones por la tormenta y 1 Foto
112 Sí No
Obeid anuncia medidas” 1 Infografía
“Un gasto casi cuatro veces mayor que el
Miércoles granizo” 42 0 No No
04/04/07
“Reparar las escuelas saldrá 2 millones” 55 1 Sí No
“Sigue el éxodo de evacuados: quedan
108 1 No No
solamente 382 personas en el Batallón”

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 163
FOTO(s) EN PRESENCIA FOTO EN
FECHA NOTICIA/ TEMA LÍNEAS “LA CIUDAD” EN TAPA TAPA
“En 10 días finalizarían los trabajos de limpieza” 86 1 No No
“La lluvia inundó cementerios” 96 1 No No
“La lluvia arruinó sus casas y ahora usurparon
88 1 No No
un Fonavi”
“Habrá 620 millones para las zonas afectadas
149 1 Sí No
por la lluvia”
“Justicia” (Recuadro) 12 0 No No
“Más vale pájaro en mano…” 64 0 No No
Jueves “Los evacuados vuelven a sus casas y crecen los
127 1 No No
05/04/07 reclamos”
“La lluvia le tiró la casa y ahora vive en una
39 0 No No
carpa”
“Las escuelas siguen con problemas” 58 1 No No
“El fútbol se sumó a la movida solidaria” 34 1 Sí Sí
“Rosario recurre a la Nación para terminar con
158 1 Ilustración Sí No
las inundaciones”
“El senado dio el okey a 300 millones del fondo
30 0 No No
hídrico”
Viernes
“Clausuran Costa Alta por un derrumbe de la
06/04/07 96 1 No No
barranca que arrasó la boletería”
“Usurparon un Fonavi y ahora deberán irse” 105 1 No No
“Mollaghan llamó a prevenir las consecuencias
59 1 No No
del temporal”
“La Cruz Roja profundiza un control sanitario de
82 1 No No
vecinos de barrio Toba”
“Objetan los mecanismos de ayuda” 76 0 No No
Sábado
“Joaquín le contestó a Binner” 54 0 No No
07/04/07
“Ahora los enemigos del retorno son los
103 1 No No
bichos”
“La zona más castigada lleva 18 días a escuras” 56 0 No No
1 Foto
2 recuadros
“Una catástrofe que sacó a la luz la solidaridad
168 (“Lo donado” Sí Sí
y el compromiso de la gente”
y “Dónde
ayudar”)
“Una joven sensible a los más necesitados” 49 1 Sí Sí
Domingo “Un scout que hizo suyo el Batallón 121” 49 1 Sí Sí
08/04/07
“Rosario bajó su nivel de protección” 200 1 No No
“El futuro llegó” 123 1 No No
“El temporal está matando miles de peces” 76 1 No No
“Un curso de agua propicio para pescar” 30 0 No No
“Obeid hace mañana un anuncio de más ayuda” 43 0 No No
MARTES 27 DE MARZO A 8.732 81 37 11

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 164
FOTO(s) EN PRESENCIA FOTO EN
FECHA NOTICIA/ TEMA LÍNEAS “LA CIUDAD” EN TAPA TAPA
DOMINGO 8 DE ABRIL DE 2007 LÍNEAS FOTOS EN “LA PRESENCIAS FOTOS EN
CIUDAD”. EN TAPA TAPA
2 infografías
1 ilustración

2. RECURRENCIA DE LAS FUENTES UTILIZADAS POR LA CAPITAL

 FUENTES OFICIALES – GUBERNAMANTALES:

 Bomberos Zapadores: 2
 Central de Operaciones de Emergencias: 2
 Coordinador local de la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo, Marcelo Molina: 1
 Coordinadora de los centros de desarrollo zonal de Promoción Comunitaria de la provincia, Marcela
Donatti: 1
 Defensa Civil (Marcos Escajadillo/Guillermo Bernardello/Alfonso Apardo): 7
 Delegado local del Ministerio de Educación, Humberto Cancela: 3
 Dirección de Control de Vectores de la Municipalidad: 1
 Dirección Nacional de Vialidad: 1
 Director de Control Urbano de la Municipalidad, Osvaldo Laffatigue: 1
 Director de Hidráulica municipal, Alberto Daniele; vicedirector, Alfredo Manavella: 9
 Director de Seguridad Comunitaria, Sergio Druetta: 1
 Director del Centro de Salud Ceferino Namuncurá, Esteban Ferrandini: 1
 Director del Hospital Centenario, Carlos Prada: 1
 Directora del cementerio El Salvador, Graciela Ramos: 1
 Directora General de Cementerios de la Municipalidad, Arminda Jollei: 1
 EPE: 4
 Gendarmería Nacional: 1
 Gobernador Jorge Obeid: 6
 Intendente Miguel Lifschitz: 16
 Ministra de Educación de la Provincia, Adriana Cantero: 2
 Ministra de Desarrollo Social de la Nación, Alicia Kirchner: 1
 Ministro de Salud de la provincia: 1
 Ministro de Asuntos Hídricos de la provincia, Alberto Joaquín: 4
 Ministro de Educación de la Nación, Daniel Filmus: 2
 Ministro de Salud de la Nación, Ginés González García: 1
 Policía: 3
 Prefectura Naval Argentina/prefecto principal Jorge Blati: 5
 Presidente del bloque socialista del Concejo, Horacio Ghirardi: 1
 Presidente del Concejo, Miguel Zamarini: 1
 Secretaría de Cultura municipal (su vocera Alejandra Mattheus): 1
 Secretaría de Promoción Social de la Municipalidad (Daniel Catania/Pedro Pavicich): 8
 Secretaría de Salud Pública municipal, Mónica Fein: 1
 Secretaría de Servicios Públicos de la Municipalidad: 1
 Secretaría General de la Municipalidad, Mónica Bifarello: 2
 Secretario de Hacienda municipal, Fernando Asegurado: 1
 Secretario de Medio Ambiente de la provincia de Santa Fe, Marcelo Terenzio: 1
 Secretario de Obras Públicas del municipio, José León Garibay: 2
 Secretario de Promoción Comunitaria de la Provincia, Juan Carlos Forconi: 2

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 165
 Servicio Meteorológico Nacional: 4
 Subsecretaria de Obras Públicas de la Municipalidad, Alicia Pino: 1
 Subsecretaria de Promoción Social de la Municipalidad, Laura Alfonso: 1
 Subsecretario de Derechos Humanos de la provincia, Alfredo Vivono: 1
 Subsecretario de Medio Ambiente de la Municipalidad de Rosario, César Mackler: 1
 Titular de la Zona VIII de Salud, Miguel Rabbia: 1
 Vicegobernadora María Eugenia Bielsa: 6

TOTAL: 115 CONSULTAS (EXPLÍCITAS) A FUENTES OFICIALES O GUBERNAMENTALES

 FUENTES ESPECIALIZADAS (ESPECIALISTAS):

 Carla Piccioni, psicóloga: 1


 Climatólogo José Luis Aiello: 1
 Ingeniero Hugo Orsolini: 1
 Otros: 2

TOTAL: 5 CONSULTAS A FUENTES ESPECIALIZADAS

 FUENTES INSTITUCIONALES:

 Amsafé Rosario/secretaria General Sonia Alesso: 4


 Arzobispo José Luis Mollaghan: 1
 Barrios de Pié/Aldo Villalba: 1
 Cáritas Rosario (su vicepresidente, Osvaldo Bufarini y su directora diocesana, Marta Marchetti): 2
 Centro de Ex Combatientes de Rosario, su titular Rubén Rada: 1
 Cruz Roja (Isabel Batistoni, técnica local del Programa de Salud Comunitaria para el Litoral Sur, y
Marcelo Molina): 2
 Decana de la Facultad de Bioquímica, Claudia Balagué: 1
 Decana de la Facultad de Medicina, Raquel Chiara: 1
 Decano de la Facultad de Ciencia Política, Fabián Biciré: 1
 Decano de la Facultad de Ingeniería, David Asteggiano: 1
 Diputado nacional por el socialismo, Hermes Binner: 1
 Director del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario, Diego de Mendoza: 1
 Federación Universitaria de Rosario (FUR), su presidenta Andrea Silva: 1
 Juan Monteverde, militante de Giros/otros integrantes de Giros: 2
 Padre Alberto Murialdo, párroco de la iglesia San Vicente de Paul: 1
 Padre Cristian, párroco de la Capilla Dios Padre: 1
 Presidente del Club Atlético Central Córdoba, Carlos Vitta: 1
 Scouts (Alejandro Carrasco): 1
 Secretario de Asuntos Sociales de Amsafé, Daniel Couselo: 1
 Senadora provincial Alicia Gutiérrez: 1
 Subdirector de Política Edilicia de la UNR, Marcelo Gallione: 1

TOTAL: 27 CONSULTAS A FUENTES INSTITUCIONALES

 FUENTES “OFF THE RECORD” (CON RESERVA DE IDENTIDAD):

TOTAL: 7 FUENTES “OFF THE RECORD” UTILIZADAS

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 OTROS MEDIOS:

 Canal del Tiempo: 1

TOTAL: 1 CITA A OTRO MEDIO DE COMUNICACIÓN UTILIZADO COMO FUENTE

 FUENTES TESTIMONIALES/VIVENCIALES:

 Evacuados: 22
 Familiares y allegados de víctimas: 5
 Monja María Jordán: 2
 Pescadores: 3
 Sepulturero Oscar Vallejos: 1
 Sobreviviente: 1
 Testigos: 4
 Vecinos: 50
 Voluntarios/colaboradores: 2

TOTAL: 90 CONSULTAS A FUENTES TESTIMONIALES O VIVENCIALES

3. RECURRENCIA DE LAS PALABRAS UTILIZADAS PARA CALIFICAR EL


ACONTECIMIENTO:

 Catástrofe(s): 16
 Diluvio: 5
 Emergencia: 44
 Temporal: 83
 Tragedia/trágica/o: 12
 Tormenta: 24

3. 1. RECURRENCIA DE PALABRAS CON CONNOTACIONES POSITIVAS Y NEGATIVAS:

CON CONNOTACIONES NEGATIVAS CON CONNOTACIONES POSITIVAS


Abatidos: 1 Alegría 1
Adversidad: 1 Aliento/alentó: 1
Agobiados: 1 Alivio/aliviar: 4
Alarma: 1 Apoyo: 5
Alerta(s)/alertó: 22 Asistencia/asistir: 8
Amargura: 1 Auxilio: 6
Amenaza(s)/amenazante/amenazó: 5 Ayuda/ayudar: 78
Anegamiento/anegación/anegadas/anegados: 50 Colabora(r)/colaboración: 8
Angustia/angustiante/angustiado: 13 Consuelo: 1
Asoló/Desolación: 1 Contención: 4
Azotar/azote/azotó: 7
Donar/donaciones/donan/donativos: 32
Bronca: 1
Caos: 1 Esperanza: 2
Carencia: 2 Mejora/mejor/mejorando: 8

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 167
CON CONNOTACIONES NEGATIVAS CON CONNOTACIONES POSITIVAS
Caridad: 1 Milagro/milagrosamente: 4
Castigo/castigó/castigadas: 9 Optimismo/optimista: 5
Clamor/clamó/clamaron/clamaban: 4 Paciencia: 1
Colapso/colapsado/colapsó/colapsaron: 7 Prevención/prevenir: 3
Complicación/complica/complicado: 8 Solidaridad/solidaria: 24
Conflicto: 2 Tranquilidad/tranquilo/tranquila: 6
Conmoción/conmovió/conmovido: 4
Corte/s (como sinónimos de “piquete”): 7
Crisis/crítica (situación): 24
Crudeza: 2
Culpa/culpó/culpa: 3
Daño(s): 27
Delicado (estado): 1
Desalentador: 3
Desamparo: 1
Desaparecido/a: 15
Desarraigo: 1
Desastre/desastrozos: 10
Desconsuelo/desconsolada: 3
Desesperación/desesperados: 13
Desgracia: 3
Desolador: 5
Destrozos/destrucción: 7
Deterioro(s)/arruinó: 9
Devastado(s): 4
Difícil/dificultades/obstáculos: 16
Dolor/dolencias: 9
Drama/dramático: 9
Duro(s): 4
Enlutar: 1
Enojados: 1
Errores: 2
Escasez/poco: 7
Estremeció: 1
Falencias: 3
Fatalidad/fatal: 3
Flagelo: 2
Golpea/golpeada/golpean/golpea/golpeó: 10
Gravedad/grave/agravaron: 8
Impacto(s): 7
Implacable: 1
Imprevisión: 1
Imprudencia: 1
Incertidumbre: 1
Incidentes: 1
Inconvenientes: 9
Indignación/indignados: 5
Infierno: 1
Inquietud: 1
Lacustre: 1
Llanto/lágrimas/llorar/llora/lloraba: 9
Mal/malestar: 5
Maldición: 1
Muerte/Muerto(s)/
murió/falleció/fallecieron/cadáver/víctimas fatales: 30
Nerviosismo/intranquilidad: 3
Padecimiento: 1
Pánico: 2
Pedido/piden/pedir/pidiendo: 17
Peligro/peligrosamente: 10
Peor/peores/pésimas: 14

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CON CONNOTACIONES NEGATIVAS CON CONNOTACIONES POSITIVAS
Pérdida(s)/perdieron/perdió: 18
Perjuicios/perjudicial: 3
Pidieron/pedido/pedir/pedido/pidió/solicitó: 17
Piquete(s)/piquetero: 123
Pobreza: 2
Polémica/polemizaron: 3
Precariedad/precario/a/humilde(s): 17
Precaución/precauciones: 3
Preocupación/preocupado/preocupa: 14
Problema(s)/problemática: 51
Protesta(s): 7
Queja/se quejaron: 6
Reclamo/reclamaron/reclamó: 30
Riesgo(s): 16
Ruego: 1
Socorro: 1
Sombrío: 1
Sufrir/sufrimiento/sufran/sufrieron: 25
Suplicio: 1
Temor/temer/miedo/terror/aterrorizó(s)/asustados/sus
to/aterra: 16
Tensión(es): 2
Terrible(s): 6
Tristeza: 2
Urgencia/urgente: 7
Vulnerabilidad: 1
Zozobra: 1
TOTAL: 851 TOTAL: 201

4. RECURRENCIA DE BARRIOS Y ASENTAMIENTOS DE LA CIUDAD:

 7 de Septiembre: 5
 Alberdi: 1
 Aldea: 5
 Arroyito: 2
 Cabín 9: 1
 Cristalería: 13
 El Country del Lago: 2
 El Mangrullo: 8
 Empalme Graneros: 24
 Fisherton: 4
 Flamarión Sur: 1
 Fuerte Apache: 1
 Hostal del Este: 2
 Hostal del Sol: 2
 Industrial: 9
 La Florida: 2
 Las Flores: 2
 Las Palmeras: 2
 Lisandro de la Torre: 2
 Los Pumitas: 2
 Los Unidos: 1
 Ludueña: 4

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 169
 Magnano: 2
 Matheu: 5
 Molino Blanco: 2
 Municipal: 19
 Nuevo Alberdi: 39
 Puente Gallego: 7
 San Eduardo: 2
 San Francisquito: 4
 Santa Lucía: 2
 Sarmiento: 2
 Stella Maris: 16
 Tango: 1
 Tiro Suizo: 1
 Toba (de Travesía y Juan José Paso): 22
 Villa Banana: 5
 Villa Honda: 1

5. RECURRENCIA DE INSTITUCIONES, ORGANISMOS ESTATALES Y OTRAS


ORGANIZACIONES:

 Aguas Santafesinas: 1
 Arzobispado de Rosario: 1
 Asociación Bancaria: 1
 Asociación de Trabajadores del Estado (ATE): 1
 Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafé): 1
 Banco Mundial: 1
 Bomberos: 2
 Cámara de Diputados de la Nación: 1
 Cámara de Senadores de la provincia de Santa Fe: 1
 Capilla/Parroquia San Joaquín y Santa Ana: 2
 Cáritas Rosario: 1
 Casa de Santa Fe en Buenos Aires: 1
 Centro Crecer de Nuevo Alberdi: 1
 Centro de Ex Combatientes de Malvinas de Rosario/Veteranos de Malvinas: 11
 Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC): 5
 Centro de Salud Salvador Mazza: 9
 Centro Municipal de Distrito Norte “Villa Hortensia”: 1
 Centro Municipal de Distrito Oeste “Felipe Moré”: 1
 Centro/Central de Operaciones de Emergencias: 4
 Coad (Asociación Gremial de Docentes e Investigadores de la UNR): 1
 Colegio de Arquitectos de Rosario: 9
 Colegio de Psicólogos: 3
 Comité de Crisis: 5
 Comité de Emergencia: 1
 Comité de Solidaridad y Justicia de Santa Fe: 4
 Concejo Municipal: 2
 Congreso de la Nación: 1
 Defensa Civil: 11
 Dirección de Salud Mental de la Municipalidad de Rosario: 1
 Dirección de Salud Mental de Provincia de Santa Fe: 1
 Dirección General de Hidráulica municipal: 2
 Dirección Nacional de Emergencia Sanitaria (Dinesa): 1
 Dirección Nacional de Vialidad (DNV): 3
 Dirección Provincial de Vialidad (DPV):2

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 170
 Ejército: 6
 Empresa especializada en pronósticos meteorológicos Weather Watch: 1
 EPE: 5
 Facultad de Ciencia Política (UNR): 2
 Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (UNL): 1
 Facultad de Medicina (UNR): 1
 Facultas de Ciencias Económicas (UNR): 2
 Federación de Tierra y Vivienda (FTV):1
 Fuerzas Armadas. 2
 Gendarmería: 5
 Gobierno Nacional/Nación: 16
 Guardia Urbana Municipal: 1
 Justicia/Poder Judicial de la provincia de Santa Fe: 1
 Legislatura de la provincia de Santa Fe: 8
 Ministerio de Asuntos Hídricos de la Provincia: 5
 Ministerio de Coordinación de la Provincia: 3
 Ministerio de Desarrollo Social de la Nación: 4
 Ministerio de Educación: 3
 Ministerio de Gobierno de la provincia de Santa Fe: 1
 Ministerio de la Producción de la provincia de Santa Fe: 1
 Ministerio de Planificación Federal de la Nación: 1
 Ministerio de Salud de la Nación: 6
 Ministerio de Salud de la Provincia: 3
 Multisectorial Rosario: 1
 Municipalidad de Rafaela: 1
 Municipalidad de Rosario/municipio/Intendencia: 51
 Municipalidad de Santa Fe/Intendencia de Santa Fe: 16
 Policía/Comisarías: 3
 Prefectura Naval: 10
 Provincia/Gobierno provincial/gobernación/vicegobernación: 96
 Secretaría de Cultura de la provincia de Santa Fe: 1
 Secretaría de Gobierno: 1
 Secretaría de Hacienda de la Municipalidad: 11
 Secretaría de Obras Públicas de la Municipalidad: 5
 Secretaría de Planeamiento de la Municipalidad de Rosario: 1
 Secretaría de Promoción Comunitaria de la provincia de Santa Fe: 1
 Secretaría de Promoción Social de la Municipalidad de Rosario: 8
 Secretaría de Salud Pública de la Municipalidad de Rosario: 4
 Servicio Meteorológico Nacional: 2
 Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (Sies): 3
 Universidad Nacional de Rosario (UNR): 4
 Universidad Nacional del Litoral (UNL):1
 Universidad Tecnológica Nacional (UTN): 1

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La inundación en la sección “Ciudad” del Diario El Ciudadano

1. TABLA ANALÍTICA:

FOTO(s) PRESENCIA FOTO


FECHA NOTICIA/ TEMA LÍNEAS EN “CIUDAD” EN TAPA EN TAPA

Martes
“Trescientos evacuados…” 108 1 Sí Sí
27/03/07
“Más de 2.200 evacuados…” 139 1 Sí Sí (dos)
“Ministerio que hace agua” 38 1 No No
Miércoles
28/03/07 “Más al noroeste, más agua” 81 1 Sí Sí
“Una obra fundamental que llega con tardanza”
40 0 No No
(Recuadro)
“Más de tres mil evacuados y pronóstico
171 2 Sí Sí
reservado”
“Para donaciones” (Recuadro) 19 0 No No
“La emergencia vuelve a unir a provincia y
46 1 No No
municipio”
Jueves “Los niveles de crecida del Ludueña…” 84 0 Sí No
29/03/07
“El miedo marcado en la memoria” 88 0 No No
“Inundados a la espera de que salga el sol” 102 1 Sí No
“Náutico Avellaneda, con 700 personas 51 1 Sí No
“Rutas cortadas y tormentas a lo largo de toda
158 1 Sí No
Santa Fe”
“Ahora Santa Fe: ya hay más de 10 mil
103 1 Sí No
evacuados””
0 Foto
“Cierto alivio en la ciudad” 131 Sí No
1 Infografía
Viernes “Edificios públicos que no resistieron el
30/03/07 aguacero” 124 1 Sí No

“Dos millones para la emergencia” 53 0 Sí No


“El arroyo rugió, nadie durmió” 100 2 Sí No
“Desprendimientos en la barranca del Paraná” 52 1 No No
“Estiman 30.000 evacuados a lo largo de toda
113 1 Sí Sí (tres)
Santa Fe”
“La capital provincial y el fantasma de abril de
72 0 Sí No
2003”
“Lugares donde brindar una mano” 21 0 No No
Sábado “Todos los ojos en el Ludueña” 104 2 Sí Sí
31/03/07
“La situación sanitaria estaba bajo control” 42 1 No No
“Ex Combatientes, solidarios con los chicos
84 1 No No
inundados”
“Refuerzan la seguridad en Rosario y Santa Fe” 66 1 Sí No
“Fatal erosión en la barranca” 108 1 Sí Sí

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 172
FOTO(s) PRESENCIA FOTO
FECHA NOTICIA/ TEMA LÍNEAS EN “CIUDAD” EN TAPA EN TAPA
“Campo: casi 4 millones de hectáreas 72
1 No No
afectadas”
“Ya son 28 mil los evacuados en la ciudad de
140 1 Sí No
Santa Fe”
“Rutas intransitables en la región” 20 0 No No
“El Ludueña bajó un metro” 126 1 Sí No
Domingo
“Piquetes de protesta para pedir asistencia” 24 1 Sí No
01/04/07
“El lado oscuro de la tierra” 116 1 Sí No
“Artículos de limpieza, indispensables para
22 0 No No
volver a casa tras la lluvia”
“Donde el barro se subleva” 95 3 No No
“El triste regreso al hogar después de la
102 1 Sí No
devastación”
“El número de evacuados continúa
38 2 Sí No
retrocediendo”
Lunes “Apoyo en lo material, pidió Lifschitz a Obeid” 50 0 Sí No
02/04/07
“La represa, punto de convocatoria turística”
10 1 No No
(Recuadro)
“Hora de actualizarse” 111 1 No No
“Los perjuicios del monocultivo” 29 0 No No
“Lento regreso a casa en Nuevo Alberdi y
126 1 Sí No
Cristalería”
“Al menos 16 escuelas sin clases en la región” 57 2 No No
Martes “Las bombas ayudan y la laguna desciende” 44 1 Sí Sí
03/04/07
“Santa Fe: las aguas bajan pero la bronca sigue
147 1 Sí No
en alza”
“El campo pide sol y varias rutas siguen
44 0 No No
cortadas”
“Obeid pidió ayuda nacional” 130 1 Sí No
“Varias rutas todavía siguen cortadas” 54 0 No No
“La EPE pide solidaridad en el consumo
54 0 No No
Miércoles energético”
03/04/07 “Según Lifschitz, el temporal dejó daños por 30
143 1 Sí No
millones”
“El agua afectó a dos mil tambos” 44 0 No No
“Reclamo frente a la Municipalidad” 10 1 No No
“Tras la lluvia, manos a la obra” 96 1 Sí Sí
“El agua en retirada, pero la bronca sigue” 106 1 No No
Jueves “Se destinarán 620 millones para paliar la
109 1 No No
05/04/07 devastación”
“Binner pide apoyo y que actúe la Justicia” 17 0 No No
“Siguen cortadas numerosas rutas” (recuadro) 46 0 No No

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 173
FOTO(s) PRESENCIA FOTO
FECHA NOTICIA/ TEMA LÍNEAS EN “CIUDAD” EN TAPA EN TAPA
“Se complicó la situación en la capital
48 0 No No
provincial”
“La tormenta de los sin techo” 98 1 Sí Sí
“Rosario se arregla con el 20% de los 620
50 1 No No
millones”
“Se mantiene la tensión en Santa Fe” 147 1 Sí No
Viernes
06/04/07 “Se habilitó un tramo de la autopista a Santa 66 1 No No
Fe”
“Son días de gran inquietud” 148 1 No No
“A pesar del temporal, los turistas igual visitan
100 1 No No
Rosario”
“Pidamos que salga el sol” 100 2 Sí Sí
“Sobre llovido, más mosquitos” 94 1 No No
“Siguen evacuados 50 vecinos” 72 1 No No
Sábado
07/04/07 “Menos evacuados a pesar de que la lluvia no 108 1 No No
para”
“Joaquín respondió las críticas de Binner” 58 0 No No
“Carta abierta de los voluntarios expulsados” 58 0 No No
“Lenta vuelta a la normalidad” 130 1 Sí No
Domingo “Santa Fe: desciende el número de evacuados” 56 1 Sí No
08/04/07
“Preocupación por posible desalojo en barrio
176 1 Sí Sí
Matheu”

MARTES 27 DE MARZO A 6.125 60 37 14


DOMINGO 8 DE ABRIL DE 2007 LÍNEAS FOTOS EN PRESENCIAS FOTOS EN
“CIUDAD”, EN TAPA TAPA
1 infografía

2. RECURRENCIA DE LAS FUENTES UTILIZADAS POR EL CIUDADANO

 FUENTES OFICIALES – GUBERNAMANTALES:

 Adrián Ghiglione, encargado municipal del centro de evacuados del estadio cubierto de Newell’s: 1
 Bomberos Zapadores: 1
 Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT): 1
 Defensa Civil municipal (Marcos Escajadillo o Guillermo Bernardello): 7
 Dirección de Hidráulica de la Municipalidad (Alfredo Manavella o Alberto Daniele): 4
 Dirección de Vialidad Provincial (DPV) /administrador general de Validad provincial, Rubén Pirola: 4
 Dirección Nacional de Vialidad (DNV): 2
 Director de la Maternidad Martin, Guillermo Carroli: 1
 Director de Promoción y Prevención de la Salud, Guillermo Kertz: 1
 Director de Unidad de Planificación y Gestión de la Municipalidad, Hugo Orsolini: 1
 Director General de Análisis de la Producción Agropecuaria de la provincia, Modesto Malvasio: 1
 Director municipal de Control de Vectores, Jorge Dañil: 1
 Director provincial de Seguridad Comunitaria, Sergio Druetta: 1

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


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 Directora Técnica del Ente Turístico de Rosario (Etur), Adriana Giromini: 1
 Ejército (comandante del II Cuerpo, general Fernández): 1
 EPE (vocero, responsable de Relaciones Institucionales/Comunicados): 8
 Gobernador Jorge Obeid: 7
 Intendente de Carcarañá, Mauro De Cándido: 1
 Intendente de Esperanza, Rafael De Pace: 1
 Intendente de Rosario, Miguel Lifschitz: 14
 Intendente de Santa Fe, Martín Balbarrey: 2
 Ministerio de Educación (su delegado/director de la Región VI de Educación, Humberto Cancela): 4
 Ministra de Salud de la provincia, Silvia Simoncini: 1
 Ministro Coordinador de la Provincia, Rubén Michlig: 2
 Ministro de Asuntos Hídricos de la provincia, Alberto Joaquín: 2
 Ministro de Gobierno de la provincia de Santa Fe, Roberto Rosúa: 2
 Ministro del Interior, Aníbal Fernández: 1
 Ministro de Salud de la Nación, Ginés González García: 1
 Policía/jefe de la Policía de la provincia: 5
 Prefectura Naval: 1
 Presidente comunal de Gobernador Crespo, Oscar Ceschi: 1
 Secretaría de Agricultura de la provincia de Santa Fe/Daniel Costamagna: 2
 Secretario de Asuntos Hídricos de la Municipalidad de Santa Fe, Horacio Ruiz: 1
 Secretario de Promoción Social de la Municipalidad, Pedro Pavicich: 3
 Secretaria de Salud Pública de la Municipalidad, Mónica Fein: 5
 Secretaria General de la Municipalidad, Mónica Bifarello: 1
 Secretario de Obras Públicas de la Municipalidad de Rosario, José León Garibay: 2
 Secretario de Promoción Comunitaria de la provincia, Juan Carlos Forconi: 3
 Servicio Meteorológico Nacional (SMN): 7
 Subsecretaria de Acción Social de la Municipalidad, Laura Alonso: 1
 Subsecretario de Asuntos Hídricos de Santa Fe, Pablo Casic: 2
 Subsecretario de Gestión de Riesgo de la Municipalidad de Santa Fe: 1
 Subsecretario de Gobierno de la Municipalidad de Rosario, Fernando Asegurado: 2
 Subsecretario de Gobierno municipal de Santa Fe, Darío Giménez: 1
 Subsecretario de Promoción Comunitaria de la provincia, Alejandro Goldberg: 1
 Subsecretario de Seguridad Pública de Santa Fe, G. Peters: 1
 Vicegobernadora María Eugenia Bielsa: 4

TOTAL: 118 CONSULTAS (ESPECIFICADAS) A FUENTES OFICIALES O


GUBERNAMENTALES

 FUENTES ESPECIALIZADAS (ESPECIALISTAS):

- ESPECIALISTAS: 6

TOTAL: 6 CONSULTAS A FUENTES ESPECIALIZADAS

 FUENTES INSTITUCIONALES:

 Arzobispo José Luis Mollaghan: 2


 Asociación Civil Canoa/ONG Canoa: 3
 Barrios de Pié (Aldo Villaba, coordinador): 1
 Carpa Negra de la Memoria y la Dignidad: 1
 Centro de Ex Combatientes de Rosario (su presidente Rubén Rada): 1
 Corriente Clasista y Combativa (CCC), Romina Mazzola, Eduardo Del Monte y referentes: 3
 Facultad de Ciencias Agrarias de la UNR: 1

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 175
 Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la UNL: 1
 Federación Agraria Argentina (FAA), secretario general Omar Barchetta: 1
 Federación de Tierra y Vivienda (FTV), coordinador Juan Carlos Rodríguez: 1
 Grupo Independiente Rosarino Organizado Solidariamente (Giros), Antonio Salinas: 1
 Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA): 1
 Nunca Más Inundaciones (Numain), Leonildo Foresto, uno de sus fundadores: 1
 Padre Alberto Murialdo: 1
 Padre Daniel Siñeriz: 1
 Presidente del Centro Comercial de Santa Fe: 1
 Proyecto de Resolución del diputado nacional Hermes Binner: 1
 Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), delegado Eduardo Temperini: 1

TOTAL: 23 CONSULTAS A FUENTES INSTITUCIONALES

 FUENTES “OFF THE RECORD” (CON RESERVA DE IDENTIDAD):

Generalmente se las menciona como “fuentes gubernamentales” o “voceros gubernamentales”.

TOTAL: 9 FUENTES “OFF THE RECORD” UTILIZADAS

 OTROS MEDIOS:

 Radios: 6 (3 veces LT 10, Radio Universidad del Litoral)


 Diarios: 2
 Internet: 1 (Rosario 3)

TOTAL: 9 CITAS A OTROS MEDIOS DE COMUNICACIÓN UTILIZADOS COMO FUENTES

 FUENTES TESTIMONIALES/VIVENCIALES:

 Evacuados: 9
 Manifestantes: 1
 Padres de la escuela Gurruchaga: 1
 Vecinos: 22
 Voluntarios: 1

TOTAL: 34 CONSULTAS A FUENTES TESTIMONIALES O VIVENCIALES

3. RECURRENCIA DE LAS PALABRAS UTILIZADAS PARA CALIFICAR EL


ACONTECIMIENTO:

Catástrofe: 3
Diluvio: 20
Emergencia: 45
Temporal: 50
Tormenta: 9
Tragedia/trágica/o: 7

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 176
3. 1. RECURRENCIA DE PALABRAS CON CONOTACIONES POSITIVAS Y NEGATIVAS:

CON CONNOTACIONES NEGATIVAS CON CONNOTACIONES POSITIVAS


Acuciante 1 Alentador: 1
Alarma: 3 Alivio/aliviar: 2
Alerta(s): 12 Apoyo: 9
Amenaza(n)/amenazante: 4 Asistencia: 29
Anegamiento/anegación/anegado(s): 43 Auxilio/socorrer: 1
Angustia: 2 Ayuda/ayudar/ayudan: 44
Azote/azotó: 3 Calma: 1
Bronca: 12 Colaborar: 2
Calamidad: 1 Contención: 5
Caos/caótico/a: 3 Donación(es): 19
Carenciados: 1 Mejorar/mejoraría/mejoría/mejoramiento: 13
Castigo/castigados/castigada: 8 Optimismo/optimista(s): 6
Clamó: 2 Prevención/prevenir: 4
Colapso/colapsado: 2 Solidaridad/Solidarios/solidaria: 11
Complicación/complicarse/complicó/complicada: Tranquilidad/tranquilizador/tranquilizó: 6
17
Conflicto/conflictivo: 2
Corte(s) de calle: 15
Crisis: 11
Crítica (situación): 6
Daño(s): 21
Delicada (situación): 1
Deplorable: 1
Desamparo: 2
Desaparecido/desaparición: 6
Desastre/desastrozo(s): 12
Desesperación/desesperante: 5
Desgracia: 1
Desolación/desolador/desolados: 5
Destrucción/Destruyó: 3
Deterioro: 1
Devastación: 3
Dificultades/difícil: 8
Dolores: 1
Drama/dramática: 11
Dureza/dura (situación)/duro: 4
Enojo: 1
Errores: 4
Estrago(s): 2
Fatal/fatalmente: 3
Flagelo: 1
Golpeados/golpeó duro: 3
Gravedad/grave/agravó: 27
Impaciencia: 1
Impacto: 3
Implorar/imploró: 1
Impotencia: 1
Incidente: 1
Inclemencias: 1
Inconvenientes: 13
Infortunio(s): 1
Inquietud: 4

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 177
CON CONNOTACIONES NEGATIVAS CON CONNOTACIONES POSITIVAS
Ira: 1
Lamento/lamentable: 1
Llanto/lágrimas: 1
Mal/es: 7
Manifestación/manifestantes: 3
Muertos/Muerte/murieron/Víctimas fatales: 7
Nervios/nerviosismo: 2
Pedir/pidiendo/pedido/pedía: 23
Peligro: 3
Peor/Empeoró/Empeoramiento/Pésimo: 14
Perder/pérdida/perdieron: 18
Perjuicio(s)/perjudica: 6
Pesaroso: 1
Piquete(s)/piqueteros: 31
Pobreza/pobres: 3
Precariedad/precario/a(s): 47
Precaución/precauciones/cautela: 11
Preocupación/preocupante/preocupaba
/preocupó: 25
Problema(s): 43
Protesta(s)/protestaron: 21
Queja(s)/se quejó: 4
Reclamo(s)/reclamaban/reclamando/reclamó: 33
Riesgo(s): 8
Sufrir /sufrieron/sufrió/sufriendo/sufrirá/sufrió:
17
Temor/miedo/temido: 26
Tensión/tensa: 15
Trastorno(s): 1
Traumático: 1
Triste/tristeza: 4
Urgente(s)/urgencia: 5
Violencia: 1

TOTAL 683 TOTAL 153

4. RECURRENCIA DE BARRIOS Y ASENTAMIENTOS DE LA CIUDAD:

 Acindar: 1
 Aldea: 1
 Arroyito: 1
 Bella Vista: 1
 Cabín 9: 1
 Cristalería: 11
 El Mangrullo: 5
 El Terraplén: 3
 Empalme Graneros: 11
 Fisherton: 4
 Fuerte Apache: 1
 Hostal del Sol: 2
 Industrial: 7

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 178
 La Florida: 1
 Las Flores: 1
 Las Palmeras: 2
 Lisandro de la Torre: 1
 Los Pumitas: 4
 Matheu: 2
 Municipal: 4
 Nuevo Alberdi: 45
 Puente Gallego: 3
 Rucci: 1
 Saladillo: 1
 Santa Lucía: 1
 Stella Maris: 1
 Tango: 1
 Toba: 11
 Vía Honda: 3
 Villa Banana: 2
 Villa Moreno: 8

5. RECURRENCIA DE INSTITUCIONES, ORGANISMOS ESTATALES Y OTRAS


ORGANIZACIONES:

 Aguas Santafesinas: 3
 Área de Política Ambiental de la Municipalidad de Rosario: 1
 Área de Servicios Urbanos de la Municipalidad de Rosario (ASU): 2
 Arzobispado de Rosario: 3
 Asociación Civil Canoa/ONG Canoa: 6
 Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (Atsa): 1
 Barrios de Pié: 2
 Bomberos Voluntarios: 1
 Bomberos Zapadores: 1
 Cámara de Diputados de la Nación: 2
 Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe: 1
 Capilla/Parroquia San Joaquín y Santa Ana: 3
 Cáritas Rosario: 1
 Casa de Santa Fe en Buenos Aires: 2
 Centro Comunitario Madre de la Esperanza, de María Jordán: 1
 Centro Crecer de Nuevo Alberdi: 1
 Centro Cultural Qadhuoqte: 1
 Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC): 5
 Centro de Salud Ceferino Namuncurá: 1
 Centro de Salud Juana Azurduy: 2
 Centro de Salud Salvador Mazza: 7
 Centro de Salud San Vicente de Paul: 2
 Centro/Central/Comando de Operaciones de Emergencia: 6
 CGT Rosario: 1
 Comité de Cascos Blancos: 1
 Comité de Emergencia la provincia: 1

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- Fernando Fantin - 179
 Comité de Solidaridad y Justicia: 2
 Concejo Municipal: 7
 Congreso de la Nación: 1
 Control de Vectores de la Municipalidad de Rosario: 1
 Cooperativa Láctea Milkaut: 1
 Corriente Clasista Combativa (CCC): 1
 Defensa Civil municipal: 12
 Dirección de Control de Vectores de la Municipalidad: 2
 Dirección de Control Urbano: 1
 Dirección de Hidráulica de la Municipalidad: 6
 Dirección de Obras Particulares de la Municipalidad: 1
 Dirección de Política Ambiental de la Municipalidad: 2
 Dirección de Promoción y Prevención de la Salud de la provincia: 1
 Dirección de Vecinales de la Municipalidad: 1
 Dirección Nacional de Vialidad (DNV)/ Vialidad Nacional: 4
 Dirección Provincial de Vialidad (DPV): 7
 Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo: 5
 Ejército de Salvación: 1
 Ejército: 13
 Ente Turístico de Rosario (Etur): 5
 EPE: 21
 Ex Combatientes/Veteranos de Malvinas/Centro de Ex Combatientes de Rosario: 11
 Facultad de Ciencia Política (UNR): 1
 Facultad de Ciencias Económicas (UNR): 1
 Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la UNR: 2
 Facultad de Ciencias Sociales de la UBA: 1
 Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la UNL: 1
 Federación Agraria Argentina (FAA): 2
 Federación de Tamberos de la Provincia de Santa Fe: 1
 Federación de Tierra y Vivienda (FTV): 2
 Gendarmería: 16
 Grupo Independiente Rosarino Organizado Solidariamente (Giros): 2
 Guardia Urbana Municipal: 2
 Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA): 2
 Jefatura de Gabinete de la Nación: 1
 Justicia/Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe: 7
 Legislatura de la provincia de Santa Fe: 3
 Marcha de las Antorchas: 1
 Ministerio Coordinador de la provincia de Santa Fe: 2
 Ministerio de Asuntos Hídricos de la provincia: 9
 Ministerio de Desarrollo Social de la Nación: 8
 Ministerio de Educación de la provincia: 8
 Ministerio de Gobierno: 1
 Ministerio de la Producción de la provincia: 2
 Ministerio de Planificación Federal: 2
 Ministerio de Relaciones Exteriores: 1
 Ministerio de Salud de la Nación: 2
 Ministerio de Salud de la provincia: 3
 Ministerio del Interior de la Nación: 3
 Municipalidad/Intendencia/gobierno municipal de Santa Fe: 17

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 180
 Municipalidad/Intendente de Villa Gobernador Gálvez: 2
 Municipalidad/Palacio de los Leones/Intendencia/Municipio: 73
 Nación/gobierno nacional/Presidencia de la Nación/Poder Ejecutivo Nacional: 22
 Parroquia San Vicente de Paul: 1
 Partido Socialista: 1
 Policía: 11
 Prefectura: 17
 Provincia/Gobernación/gobernador/gobierno provincial: 69
 Secretaría de Agricultura de la provincia de Santa Fe: 5
 Secretaría de Asuntos Hídricos de la Municipalidad de Santa Fe: 1
 Secretaría de Cultura de la Provincia: 1
 Secretaría de Hacienda de la Municipalidad: 2
 Secretaría de Promoción Comunitaria de la provincia: 12
 Secretaría de Promoción Social de la Municipalidad: 3
 Secretaría de Salud Pública municipal: 12
 Secretaría de Seguridad Comunitaria de Santa Fe: 3
 Secretaría General de la Municipalidad: 4
 Secretaría General de la Presidencia de la Nación: 1
 Servicio Meteorológico Nacional (SMN): 3
 Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (Sies): 3
 Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda: 2
 Subsecretaría de Gestión de Riesgo de la Municipalidad de Santa Fe: 1
 Subsecretaría de Promoción Comunitaria de la provincia: 1
 Universidad de Buenos Aires (UBA): 1
 Universidad Nacional de Rosario (UNR): 6
 Universidad Nacional del Litoral (UNL): 1
 Vecinal Empalme Graneros: 1

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 181
La inundación en la sección “Rosario” del diario Rosario 12

1. TABLA ANALÍTICA:

FOTO(s) EN PRESENCIA EN FOTO EN


FECHA NOTICIA / TEMA LÍNEAS “ROSARIO” TAPA TAPA
Martes
“El Ibarlucea a punto de desbordar” 85 1 Sí No
27/03/07
“La inundación llegó al barrio Nuevo Alberdi” 174 1 Sí Sí
“Colchones y frazadas para pasar los días” 96 1 No No
Miércoles
28/03/07 “Imágenes de una ciudad bajo el diluvio” 70 0 No No
(recuadro)
“Escuelas sin clases” (recuadro) 44 0 No No
“Cuando la lluvia todo lo complica” 114 1 Sí Sí
“Una larga lista de daños colaterales” 30 1 No No
Jueves Todas las miradas puestas en el arroyo
102 1 No No
29/03/07 Ludueña”
“Pedido desde el Congreso” 44 0 No No
“74 escuelas rosarinas sin clases” 98 0 No No
“Todas las referencias indican que los canales
145 2 Sí No
están en baja”
“Fondos para la Terminal” (recuadro) 55 0 No No
Viernes
“Un gran operativo desplegado” 138 2 Sí No
30/03/07
“El estado de las rutas” (recuadro) 23 0 No No
“Inundación y candidatos”
41 0 No No
(recuadro)
“La presa del Ludueña cumple con su rol y trae
141 1 No No
alivio a la ciudad”
“Un millón de pesos y 650 efectivos de la
102 1 No No
Sábado Nación”
31/03/07
“Camionetas en la mira” (recuadro) 19 0 No No
“El agua arrastró cuatro vidas” 122 1 No No
“Travesura y tragedia” (recuadro) 26 0 No No
“Hay menos evacuados pero comenzaron los
108 1 Sí Sí
piquetes”

Domingo “Derrumbe en la barranca” 48 0 No No


01/04/07 “La ciudad mostró toda su solidaridad”
21 1 No No
(recuadro)
“Cubrir las necesidades profundas” 205 1 No No

Lunes “Otros 900 volvieron al hogar” 112 1 Sí No


02/04/07 “Se cortó la ruta 9” 58 0 No No
“El episodio del Batallón 121” 91 1 Sí Sí
Martes
“Esperamos que haya más aportes” 103 1 No No
03/04/07
“Achicando el agua” (recuadro) 31 0 No No

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 182
FOTO(s) EN PRESENCIA EN FOTO EN
FECHA NOTICIA / TEMA LÍNEAS “ROSARIO” TAPA TAPA
“Facultades sin clases” (recuadro) 25 0 No No
“Lifscchitz, por una ayuda y distribución
135 1 Sí Sí
equitativa”
Miércoles
04/04/07 “Por lo menos, un día de sol pleno” 108 1 No No
“Bajó el agua y la bronca sigue” 141 0 Sí No
“El cambio climático sugiere una nueva manera
32 2 No No
de construir casas”
Jueves “Obras y planes de contingencia” 69 0 Sí No
05/04/07
“La reconstrucción comenzó” 185 1 Sí Sí
“Ocupación de inundados” 43 0 No No
“La ciudad de la periferia” 103 1 Sí Sí

Viernes “Mollaghan” (recuadro) 50 0 No No


06/04/07 “La Legislatura dio su aval a Jorge Obeid” 112 0 Sí No
“Precaución en la autopista” 42 1 No No
“Podrían clausurar parques” 93 1 Sí Sí
Sábado
07/04/07 “Roban una bomba que extrae agua de las 56 0 No No
inundaciones”
“Ayer se fue el último evacuado de Rosario y
107 1 Sí No
cerró el batallón”
Domingo
08/04/07 “Sin alarma, pero con atención” 128 1 No No
“Pozo ciego y lleno” 54 0 No No

MARTES 27 DE MARZO A 3.929 29 16 7


DOMINGO 8 DE ABRIL DE 2007 LÍNEAS FOTOS EN LA PRESENCIAS FOTOS EN
SECCIÓN EN TAPA TAPA
“ROSARIO”

2. RECURRENCIA DE LAS FUENTES UTILIZADAS POR ROSARIO 12:

 FUENTES OFICIALES-GUBERNAMANTALES:

 Central de Operaciones de Emergencias, su coordinadora Gabriela Rey: 2


 Defensa Civil Municipal (Marcos Escajadillo o Guillermo Bernardello): 9
 Dirección General de Bromatología y Química: 1
 Dirección General de Hidráulica de la Municipalidad (Alfredo Manavella o Alberto Daniele): 3
 Dirección Nacional de Vialidad (DNV): 3
 Dirección Provincial de Vialidad (DPV): 1
 EPE, su vocero Marcelo Becelio: 3
 Fiscal de Cámara de Rosario José María Peña: 1
 Gobernador Jorge Obeid: 3
 Intendente Miguel Lifschitz: 6
 Ministro de Asuntos Hídricos, Alberto Joaquín: 2
 Ministro Coordinador de la Provincia, Rubén Michlig: 2
 Ministra de Desarrollo Social de la Nación, Alicia Kirchner: 1
 Ministerio de Educación (su delegado ministerial, Humberto Cancela): 3

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 183
 Ministro de Gobierno, Roberto Rosúa: 1
 Ministro de Salud de la Nación, Ginés González García: 2
 Municipalidad de Rafaela: 1
 Municipalidad de Rosario: 1
 Secretaría de Cultura de la provincia de Santa Fe: 1
 Secretario de Hacienda de la Municipalidad de Rosario, Fernando Asegurado: 2
 Secretario de Obras Públicas de la Municipalidad de Rosario, José León Garibay: 2
 Secretaria de Planeamiento de la Municipalidad de Rosario, Mirta Levin: 1
 Secretario de Promoción Comunitaria de la provincia, Juan Carlos Forconi: 2
 Secretario de Promoción Social de la Municipalidad de Rosario, Pedro Pavicich: 2
 Secretaría de Salud Pública de la Municipalidad de Rosario: 1
 Policía/comisarios: 1
 Prefectura Naval o prefecto principal Jorge Blati: 3
 Vicegobernadora María Eugenia Bielsa: 2

TOTAL: 62 CONSULTAS (ESPECIFICADAS) A FUENTES OFICIALES O GUBERNAMENTALES

 FUENTES ESPECIALIZADAS (ESPECIALISTAS):

 Arquitecto/a(s): 1
 Climatólogo/a(s): 1
 Epidemióloga y docente titular de Epidemiología de la Facultad de Medicina (UNR), Mónica Liborio: 1
 Psicólogo/a(s): 1
 “Especialistas de distintas unidades académicas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL)”:1

TOTAL: 5 CONSULTAS A FUENTES ESPECIALIZADAS

 FUENTES INSTITUCIONALES:

 Asociación Bancaria: 1
 Asociación del Magisterio de Santa Fe, sede Rosario (Amsafé Rosario): 1
 Centro de Ex Combatientes de Malvinas de Rosario, su presidente Rubén Rada: 1
 Colegio de Arquitectos de Rosario, su presidente Aureliano Sarúa: 1
 Colegio de Psicólogos, Andrea Bordignon, miembro del directorio: 1
 Comité de Solidaridad y Justicia de Santa Fe: 2
 Concejal socialista Juan Rivero: 1
 Diputado nacional Hermes Binner: 1
 Diputado provincial Sergio Liberati: 1
 Vecinalista Leonildo Foresto, de Nunca Más Inundaciones (Numain): 1
 Red Rosarina para el Cambio: 1
 Padre Daniel Siñeriz, párroco de la Capilla San Joaquín y Santa Ana de Nuevo Alberdi: 2
 Proyecto de Resolución del presidente del bloque de diputados nacionales del Frente Para la Victoria
(FPV), Agustín Rossi: 1
 Proyecto de Resolución del diputado nacional Hermes Binner: 1

TOTAL: 16 CONSULTAS A FUENTES INSTITUCIONALES

 FUENTES “OFF THE RECORD” (CON RESERVA DE IDENTIDAD): 2

TOTAL: 2 FUENTES “OFF THE RECORD” UTILIZADAS

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 184
 OTROS MEDIOS:

Diarios:
 Diario El Litoral: 1
Internet:
 Rosario 3: 3
Radios:
 LT 8: 3
 LT 9: 1
 Radio 2: 1
Televisión:
 Canal 3: 1

TOTAL: 10 CITAS A OTROS MEDIOS DE COMUNICACIÓN UTILIZADOS COMO FUENTES

 FUENTES TESTIMONIALES/VIVENCIALES:

 Colaboradores y/o voluntarios: 3


 Estela Roldán, administrativa del Centro de Salud Salvador Mazza: 1
 Evacuados: 3
 Familiares y allegados de víctimas fatales: 2
 Mónica Borrás, colaboradora de la Parroquia San Joaquín y Santa Ana: 1
 Testigos: 1
 Vecinos: 11

TOTAL: 22 CONSULTAS A FUENTES TESTIMONIALES O VIVENCIALES

3. RECURRENCIA DE LAS PALABRAS UTILIZADAS PARA CALIFICAR EL


ACONTECIMIENTO:

 Catástrofe: 4
 Diluvio: 4
 Emergencia: 56
 Temporal: 25
 Tormenta(s): 3
 Tragedia/trágico/a: 4

3. 1. RECURRENCIA DE PALABRAS CON CONNOTACIONES POSITIVAS Y NEGATIVAS:

CON CONNOTACIONES NEGATIVAS CON CONNOTACIONES POSITIVAS


Abandono: 2 Alegría/alegró: 1
Alerta: 7 Alentador/aliento: 4
Anegamiento/anegación: 8 Alivio/aliviar: 3
Angustia: 4 Aporte(s): 1
Azote/azota/azotaron: 6 Apoyo: 3
Bronca: 4 Asistencia: 14
Caos: 2 Auxilio/auxiliar/socorrer: 3
Castigo/castigó/castigada/castigados: 8 Ayuda/ayudar/ayudó: 30
Colapso/colapsado: 2 Calma: 1
Complicación/complicado/complicaciones: 7 Colaborar/colaboraciones. 4

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 185
CON CONNOTACIONES NEGATIVAS CON CONNOTACIONES POSITIVAS
Conflicto: 1 Contención/contener: 12
Corte(s) de calles: 6 Donaciones: 9
Crisis/situación crítica: 13 Mejor/mejoró/mejorando/mejoría: 4
Crítica(s) –del verbo criticar-: 3 Optimismo/optimista: 4
Daño(s): 16 Prevenir: 3
Delicada (situación): 2 Solidaridad/solidarios/solidariamente: 13
Desaliento/desalentador: 1
Desaparecido/a(s): 2
Desastre: 4
Desgracia: 2
Destrucción/destruidas/destrozos: 6
Deterioro: 2
Devastación/devastados: 2
Dificultades/difícil/difíciles: 12
Drama/Dramática: 2
Duro/dureza (situación dura): 3
Errores: 2
Flagelo: 1
Grave/gravedad: 7
Impacto: 3
Inconveniente(s): 7
Indignante: 1
Lágrimas: 1
Lamento/lamentable/lamentar: 4
Mal/malestar: 1
Muerte: 1 / Víctima(s) fatal/es: 3
Padecimiento/padecido: 1
Pedido/pidieron/exigieron: 13
Peligro: 12
Peor/peores/empeoró/empeoramiento: 5
Pérdida(s)/perdido: 8
Piquete(s)/piqueteros: 14
Precariedad/precario/a: 5
Preocupación: 4
Precaución: 9
Problemas/problemática: 34
Protesta(s): 3
Reclamo(s)/reclamar: 15
Resignación/resignado: 2
Riesgo(s): 8
Temor: 3
Tensión: 1
Terrible: 1
Tristeza/triste: 3
Queja(s)/quejarse: 3
Sufrimiento/sufren/sufrido/sufrieron: 15
Urgencia: 2
TOTAL 319 TOTAL 107

4. RECURRENCIA DE BARRIOS Y ASENTAMIENTOS DE LA CIUDAD:

 Cabín 9: 1
 Cristalería: 6
 El Mangrullo: 7
 Empalme Graneros: 4
 Fisherton: 1

El periodismo en situaciones de emergencia. La inundación de marzo de 2007 en los diarios rosarinos.


- Fernando Fantin - 186
 Hostal Este: 1
 Industrial: 3
 Lisandro de la Torre: 1
 Los Pumitas: 1
 Ludueña: 1
 Matheu: 1
 Municipal: 5
 Nuevo Alberdi: 27
 Santa Lucía: 1
 Stella Maris: 2
 Toba (de Travesía y Juan José Paso): 2
 Villa Banana: 1

5. RECURRENCIA DE INSTITUCIONES, ORGANISMOS ESTATALES Y OTRAS


ORGANIZACIONES:

 Aguas Santafesinas: 1
 Arzobispado de Rosario: 1
 Asociación Bancaria: 1
 Asociación de Trabajadores del Estado (ATE): 1
 Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafé): 1
 Banco Mundial: 1
 Bomberos: 2
 Cámara de Diputados de la Nación: 1
 Cámara de Senadores de la provincia de Santa Fe: 1
 Capilla/Parroquia San Joaquín y Santa Ana: 2
 Cáritas Rosario: 1
 Casa de Santa Fe en Buenos Aires: 1
 Centro Crecer de Nuevo Alberdi: 1
 Centro de Ex Combatientes de Malvinas de Rosario/Veteranos de Malvinas: 11
 Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC): 5
 Centro de Salud Salvador Mazza: 9
 Centro Municipal de Distrito Norte “Villa Hortensia”: 1
 Centro Municipal de Distrito Oeste “Felipe Moré”: 1
 Centro/Central de Operaciones de Emergencias: 4
 Coad (Asociación Gremial de Docentes e Investigadores de la UNR): 1
 Colegio de Arquitectos de Rosario: 9
 Colegio de Psicólogos: 3
 Comité de Crisis: 5
 Comité de Emergencia: 1
 Comité de Solidaridad y Justicia de Santa Fe: 4
 Concejo Municipal: 2
 Congreso de la Nación: 1
 Defensa Civil: 11
 Dirección de Salud Mental de la Municipalidad de Rosario: 1
 Dirección de Salud Mental de Provincia de Santa Fe: 1
 Dirección General de Hidráulica municipal: 2
 Dirección Nacional de Emergencia Sanitaria (Dinesa): 1
 Dirección Nacional de Vialidad (DNV): 3
 Dirección Provincial de Vialidad (DPV):2
 Ejército: 6
 Empresa especializada en pronósticos meteorológicos Weather Watch: 1
 EPE: 5
 Facultad de Ciencia Política (UNR): 2
 Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (UNL): 1

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 Facultad de Medicina (UNR): 1
 Facultas de Ciencias Económicas (UNR): 2
 Federación de Tierra y Vivienda (FTV):1
 Fuerzas Armadas. 2
 Gendarmería: 5
 Gobierno Nacional/Nación: 16
 Guardia Urbana Municipal: 1
 Justicia/Poder Judicial de la provincia de Santa Fe: 1
 Legislatura de la provincia de Santa Fe: 8
 Ministerio de Asuntos Hídricos de la Provincia: 5
 Ministerio de Coordinación de la Provincia: 3
 Ministerio de Desarrollo Social de la Nación: 4
 Ministerio de Educación: 3
 Ministerio de Gobierno de la provincia de Santa Fe: 1
 Ministerio de la Producción de la provincia de Santa Fe: 1
 Ministerio de Planificación Federal de la Nación: 1
 Ministerio de Salud de la Nación: 6
 Ministerio de Salud de la Provincia: 3
 Multisectorial Rosario: 1
 Municipalidad de Rafaela: 1
 Municipalidad de Santa Fe/Intendencia de Santa Fe: 16
 Municipalidad de Rosario/municipio/Intendencia: 51
 Policía/Comisarías: 3
 Prefectura Naval: 10
 Provincia/Gobierno provincial/gobernación/vicegobernación: 96
 Secretaría de Cultura de la provincia de Santa Fe: 1
 Secretaría de Gobierno: 1
 Secretaría de Hacienda de la Municipalidad: 11
 Secretaría de Obras Públicas de la Municipalidad: 5
 Secretaría de Planeamiento de la Municipalidad de Rosario: 1
 Secretaría de Promoción Comunitaria de la provincia de Santa Fe: 1
 Secretaría de Promoción Social de la Municipalidad de Rosario: 8
 Secretaría de Salud Pública de la Municipalidad de Rosario: 4
 Servicio Meteorológico Nacional: 2
 Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (Sies): 3
 Universidad Nacional de Rosario (UNR): 4
 Universidad Nacional del Litoral (UNL):1
 Universidad Tecnológica Nacional (UTN): 1

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Diario La Capital
Relevamiento del martes 27 de marzo
al domingo 8 de abril de 2007
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Diario El Ciudadano
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al domingo 8 de abril de 2007
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Diario Rosario 12
Relevamiento del martes 27 de marzo
al domingo 8 de abril de 2007
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