Juan Antonio García Estrella Yaribeth Noriega FRESQUERAS ¿Te has preguntado alguna vez como le hacían los antiguos para que los alimentos no se les echaran a perder, sin contar con nuestro ahora imprescindible refrigerador? En esta exposición les vamos a hablar sobre unos sencillos sistemas de refrigeración de alimentos que se usaban desde hace mucho tiempo: las vasijas refrigerantes y la fresquera. Hoy es casi imposible pensar en no tener un refrigerador pero se sabe que los egipcios utilizaban ya desde el 2500a.C.
En tiempos antiguos, cuando no se contaba con los
novedosos sistemas frigoríficos o ni siquiera con la energía eléctrica, la fresquera era el sistema más utilizado, al igual que la despensa, para a conservación de los alimentos. 1.- Vasijas refrigerantes: consiste en dos vasijas de diferente tamaño, una dentro de la otra y en el espacio que queda entre las dos colocan arena empapada de agua, de esta manera por efecto de la evaporación la vasija de adentro siempre está fría. Allí se colocan las frutas o las verduras conservándose hasta por 3 semanas. VASIJAS REFRIJERANTES EJEMPLOS: 2.- Fresqueras o cámaras de conservación de alimentos: Las fresqueras son habitaciones a modo de alacena, con divisiones para poner los alimentos. Se ubicaban siempre al norte para evitar el sol y con muros gruesos que evitaban el paso del calor al interior, además se colocaban dos entradas de aire en la parte superior e inferior para que hubiera un flujo continuo de aire que mantenía una baja temperatura en el interior de la cámara. Se puede lograr temperaturas de 12 a 16°C, suficientes para conservar los alimentos en buen estado por un período de tiempo. Ante la ausencia de neveras, las fresqueras servían para guardar en su interior alimentos como la carne, el pescado, el queso, los huevos, la mantequilla, e incluso alimentos ya preparados para que estuvieran frescos. En su exterior estaba recubierta por una tela metálica. De esta manera se encontraba protegida del ataque de los insectos. Dicha malla o tela metálica era muy tupida. La fresquera y el botijo eran elementos fundamentales del confort familiar a la hora de mantener frescos tanto los alimentos como el agua. A pesar de que se construyeron una gran cantidad de formas y tamaños distintos de este tipo de cámaras, las cuales eran añadidas a las edificaciones, hay factores comunes o características generales de las fresqueras, entre ellas se encuentran las siguientes: 1. La forma de acceder a ellas era con las manos. 2. En su exterior era cubierta por una tela metálica. 3. El lugar era diseñado exclusivamente para esta función. 4. Tenían proximidad con la cocina. 1. La forma de acceder a ellas era con las manos. La manera en que se tomaban o depositaban artículos en su interior era por medio de una ventanilla pequeña, ventanuco o trampilla, o a través de una puerta que solía tener en general dos hojas, lo cual hacia aun más cómoda la manipulación de las fresquera. Dicha puerta era construida lo más cerca posible del suelo pero sin tocarlo. Cuando era una ventanilla, era frecuente que la forma de la misma fuera apaisada y con basares. 2. En su exterior era cubierta por una tela metálica. De esta manera se encontraba protegida del ataque de los insectos. Dicha malla o tela metálica, tenía una gran densidad. 3. El lugar era diseñado exclusivamente para esta función. Esto se debe a que las fresqueras se colocaban en un sitio en que pudieran resguardarse del calor del sol. Siempre se perseguía que su ubicación fuera hacia el Norte o al menos al Este. De cualquier modo debían tener algún tipo de comunicación con el exterior. 4. Tenían proximidad con la cocina. Pues así era más fácil y cómodo servirse de ellas. TIPOS DE FRESQUERAS
Podemos distinguir 3 principales tipos de fresqueras:
TIPO NO. 1 Las que se encuentran integradas dentro de la estructura de la vivienda, pero con comunicación con el exterior. TIPO NO. 2 Las que se hallan en el exterior del edificio pero próximas al mismo. TIPO NO.3 Y aquellas que se limitan a una especie de caja, más o menos grande, por lo general de madera, u otro material, y que pueden ser trasladadas de un lugar a otro En la actualidad, la gente considera que los buenos pisos son los orientados a mediodía, para que la luz del sol llegue hasta todas las habitaciones, pero antes los más estimados eran los que miraban al nordeste, ese punto del horizonte que traía los vientos fríos que permitían que las sobras de la comida se conservasen perfectamente en la fresquera. La fresquera solía estar en la cocina, en la bodega, en los cuartos más frescos e incluso en la escalera. En las casas grandes, en la planta baja se hacía una pequeña habitación ahondando dos ó tres escalones. En esta habitación, orientada al norte, había una pequeña ventana cubierta con una malla. Las fresqueras de obra debían estar en un sitio especialmente diseñado, resguardadas de la luz y del calor del sol, y a tal efecto habían de hallarse orientadas al Norte y, de no ser esto posible, al Este. En cualquier caso en comunicación con el exterior; para servirse de ellas también debían estar cerca de la cocina para que su servicio fuera más cómodo. Aún hoy en día, en muchas casas de antigua construcción, se pueden contemplar las fresqueras, si bien en muchos casos los huecos en los que estas se encontraban, han pasado a ser el alojamiento de modernos aparatos de aire acondicionado. Por el contrario, las fresqueras portátiles se limitaban a ser una especie de cajón de tamaño variable, según las necesidades, que se colocaba en la parte norte de la casa. O en algunos casos una especie de mueble más o menos decorado; dependiendo del gusto y poder adquisitivo del propietario. La fresquera contenía en su interior una o más baldas para guardar los alimentos crudos, o ya cocinados, en sus cazuelas. La puerta, y en muchos casos también todo su perímetro, estaba cubierta con una malla pequeña para que no entrase ningún bicho. En ocasiones, presentaban una especie de gancho del que se colgaban las viandas para que se oreasen por todas partes.
Las usaban también en verano en las bodegas para
mantener los alimentos frescos y parte de la matanza, como por ejemplo: el tocino salado. Dentro de las fresqueras móviles, las hay de muchos tamaños y formas, pero las más comunes, por lo que podemos apreciar por las imágenes que aparecen en internet, parecen ser las que son similares al modelo que aparece al principio de este post; es decir, de forma ovalada y cubiertas, como ya hemos dicho, por una malla metálica de trama fina en todo su contorno. Diferencias entre el nivel urbano y arquitectónico:
Desde el punto de vista arquitectónico, podemos
observar que algunos tipos de fresqueras se involucran con la construcción lo cual es el caso de las fresqueras empotradas o adaptadas en la obra misma. También se muestra el ejemplo de los otros tipos de fresqueras que pueden ser portátiles y también independientes del edificio en el exterior. Ventajas, desventajas y limitaciones:
Hoy en día ya no es necesario este tipo de
soluciones, puesto que gracias a la tecnología ahora tenemos electrodomésticos que suplen estos métodos, más sin embargo siguen siendo de gran utilidad ecológicamente hablando, además que nos sirven como soluciones rápidas y un método de enfilación a bajo costo. Situación acerca del tema en México y en el mundo:
Se sabe que éste sistema utilizaban los
europeos en la Edad Media, aunque se cree que su origen sea más antiguo, se han encontrado unas cámaras semienterradas junto a las cocinas que sirvieron para conservar frescos los alimentos, incluso podemos ver que algunas casas del virreinato cuentan con esta cámara. ¿Se puede reciclar, reutilizar, se descompone o se desarma?
Todo dependiendo del tipo de fresquera, en el caso
de la fresquera de barro no se descompone está hecho por elementos naturales, y se pueden reciclar un ejemplo sería utilizando las grandes vasijas como masetas. Otro es el caso de las hechas por madera y malla mosquitera, la madera también es un elemento natural y claro que se puede reciclar y la malla la podemos reutilizar. En el caso de las cámaras que están adaptadas al edificio pues la única forma de reutilizarlo sería cambiar la función del cuarto y se podría utilizar como almacén, o en todo caso se rellena el espacio y no hay ningún problema. ¿Cómo se podría realizar una fresquera casera?
Se coge una caja (una de la fruta puede servir) y se
envuelve con tela de saco cortando la parte delantera para que sirva como "puerta/cortina.
Hecho esto se ata con cuerdas de modo que se
pueda colgar y quede vertical. Esas cuerdas lo ideal es que sean de materiales naturales y que se unan en un único nudo del que se colgará la fresquera fuera del alcance de la fauna. Un detalle, antes de colgarla puedes meter una lata agujereada por el fondo (una de atún o tomate grande a poder ser) encajada en el nudo.
Si llenamos la lata con agua esta va empapando a
través de la cuerda el saco (por eso los materiales naturales que comentaba antes, para que empapen) y por evaporación refresca el interior. El aspecto final sería algo así: