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CUIDADO CON EL SINDROME DE GEDEÓN

JUECES 6:14
14
Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas.
¿No te envío yo?

INTRODUCCION:
A cierta distancia en la frontera suroeste de Manasés, cerca de los límites de Efraín, había la
pequeña aldea de Ofrá,(aldea) de la familia de Abiezer (mi padres es ayuda), en apariencia uno de los
más pequeños clanes de Manasés. Su jefe o capitán era Joás, «fuerza de Jehová», o «firmeza». Así era
el Señor de Ofrá. En estos nombres parece que la antigua fe espiritual de Israel seguía presente en
medio de la decadencia circundante.
Y ahora, bajo la encina junto a Ofrá, de repente, se apareció un desconocido celestial. Era el
Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, quien había visitado a Abraham de modo parecido en Mamré.

El síndrome de Gedeón produce:


1. DESANIMO
JUECES 6:12-13 12Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado
y valiente. 13Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha
sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado,
diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en
mano de los madianitas.
Me desanimo porque sé que Dios puede hacer cualquier cosa... pero no lo hace cuando yo
quiero.
Cerca de la encina había el lagar de Joás, y allí su hijo Gedeón (el que corta y hacer caer, un
guerrero) estaba sacudiendo el trigo con un palo.
Tanto el lugar como el modo de trillar eran bastante anormales, y sólo explicables por la
necesidad de esconderse, y la constante aprehensión que en un momento inesperado alguna banda
salvaje de madianitas se precipitara sobre él.
La historia comienza con un Gedeón escondido, desanimado y apesadumbrado. El sabe lo
que Dios ha hecho en el pasado. Sabe lo que Dios podría hacer en ese mismo momento, pero está
atrapado en ese espacio entre “saber” y “ver”, entre recordar y poner en acción la fe.
No solamente el resplandor de su rostro y forma del mensajero, sino también el tono con el
que hablaba, y aún más sus palabras, impresionaron inmediatamente las cuerdas del corazón de
Gedeón.
«Jehová sea contigo, varón esforzado.» Gedeón era uno de los pocos que miraba a Jehová
como un ayudador; y expresaba tanto creencia como confianza.
A veces el desánimo llega cuando nos empeñamos en que Dios tiene que hacer las cosas a
nuestra manera y en nuestro tiempo. Debemos confiar no solamente en el poder de Dios, sino en que
la forma y el momento que Él escoge para hacer las cosas son perfectos.
¿Por qué dudamos cuando las cosas no llegan? Recuerda lo que Dios ha hecho en tu propia
vida en el pasado, cómo Dios ha obrado en situaciones de todo tipo y descansa en Su poder y en Su
voluntad para ti.
El síndrome de Gedeón produce:
2. DEBILIDAD ANTE LOS PROBLEMAS
JUECES 6:14-15 14Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de
los madianitas. ¿No te envío yo? 15Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel?
He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.
Vemos el problema... pero soy muy débil para resolverlo.
Con la llegada del ángel, se hizo claro que el Señor pretendía salvar a Israel una vez más y
que su instrumento escogido en esta ocasión era Gedeón, cuyo llamamiento siguió el mismo modelo
del de Moisés en Éxodo 3.
a) Como Moisés, él recibió su llamamiento mientras, escondido del enemigo, hacía labor de peón
para mantener viva a su familia (11).
b) Como a Moisés, se le dijo que el Señor lo estaba enviando en una misión (14).
c) El protestó, como lo hizo Moisés, que era inadecuado para la tarea (15).
d) Recibió la misma promesa que Moisés: “Yo estaré contigo” (16) y,
e) como Moisés, recibió una señal para confirmar su llamamiento (17).
f) Finalmente, un fuego milagroso rubricó la presencia de Dios (21), como en el llamamiento de
Moisés.
Así el mensaje es claro: Gedeón iba a ser usado por Dios para salvar a Israel de los madianitas,
como Moisés fue usado para salvar a Israel de los egipcios. El Dios del éxodo ha venido al rescate de
Israel una vez más, y quiere usarte a ti como libertador de la esclavitud de Satanás a su pueblo hoy,
¿Estamos dispuestos a creer en este llamado?
Tú y yo somos débiles para resolverlos pero Dios no.
JUECES 6:16 16Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un
solo hombre.
El apóstol Pablo dijo:
2 CORINTIOS 12:9 (DHH) pero el Señor me ha dicho: "Mi amor es todo lo que necesitas; pues mi
poder se muestra plenamente en la debilidad." Así que prefiero gloriarme de ser débil, para que repose
sobre mí el poder de Cristo.
Cuando más débiles somos es precisamente, cuanto más puede obrar Dios en nosotros y en
las situaciones que nos rodean.

El síndrome de Gedeón produce:


3. INCERTIDUMBRE
JUECES 6:21-22 21Y extendiendo el ángel de Jehová el báculo que tenía en su mano, tocó con la punta
la carne y los panes sin levadura; y subió fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin
levadura. Y el ángel de Jehová desapareció de su vista. 22Viendo entonces Gedeón que era el ángel de
Jehová, dijo: Ah, Señor Jehová, que he visto al ángel de Jehová cara a cara.
Pedimos una señal de parte de Dios... pero cuando me la da parece no ser suficiente.
Gedeón desea ver confirmada su fe tocante a esta comisión y pide humildemente al Ángel de
Jehová:
a) Una señal (v. 17). En la presente dispensación, no hemos de esperar tales señales ante
nuestros ojos, como pidió Gedeón
JUECES 6:36 36Y Gedeón dijo a Dios: Si has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho, 37he aquí
que yo pondré un vellón de lana en la era; y si el rocío estuviere en el vellón solamente, quedando seca
toda la otra tierra, entonces entenderé que salvarás a Israel por mi mano, como lo has dicho.
JUECES 6:39-40 39Mas Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez;
solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego que solamente el vellón quede seco, y el rocío
sobre la tierra. 40Y aquella noche lo hizo Dios así; sólo el vellón quedó seco, y en toda la tierra hubo
rocío.
Necesitamos hoy orar a Dios, por medio del Espíritu Santo, con todo afán que, si hemos
hallado gracia a sus ojos, nos muestre una señal en lo íntimo del corazón, mediante la poderosa acción
del Espíritu Santo, que complete y perfeccione la obra de la fe.
No necesitamos señales para saber qué tenemos que hacer.
Necesitamos conocer más a Dios y Su Palabra para saber cómo vivir bien, cómo vivir de la
manera que a Dios le agrada.
b) Gedeón pide también que le dé una oportunidad más amplia de conversar con él (v. 18).
Ante la promesa del ángel de quedarse con él para aceptar su ofrenda, está deseoso: Primero, de
ofrecer sus agradecidos y generosos respetos a este extraño personaje y, en él, a Dios que le ha
enviado. Segundo, de investigar más a fondo quién era este personaje extraordinario. Lo que le
presentó fue una ofrenda (v. 18), y el término usado es el mismo que el empleado para la oblación de
Lv. 2:1. Si se la comía, estaría claro que era un hombre, un profeta; si no se la comía, como así
fue, es que se trataba de un ángel.
El ángel tornó la oblación en ofrenda encendida, de olor grato a Jehová (Lv. 2:2).
Sacó fuego de la roca para consumir la oblación, con lo que le dio una señal de que había
hallado gracia en sus ojos. La aceptación del sacrificio significaba la aceptación de la persona y así
confirmaba la comisión que le había dado.
Inmediatamente después, el Ángel de Jehová desapareció de su vista.
Gedeón tuvo entonces un miedo tremendo, a pesar de que su fe había sido confirmada. Por
la forma en que el ángel aceptó y consumió el sacrificio, Gedeón se percató de que había visto a Dios
en la forma del Ángel de Jehová, y pensó que iba a morir (v. 23), como lo pensó después, en ocasión
similar, el Manoa padre de Sansón:
JUECES 13:21 Y el ángel de Jehová no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces conoció
Manoa que era el ángel de Jehová.
Al que los israelitas temían ver, bajo pena de muerte, y lo vieron, ya encarnado, lo
contemplaron y lo palparon los discípulos y nosotros, que ahora andamos por fe, lo veremos y
estaremos por siempre con Él también un día como dice San Juan:
1 JUAN 3:2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser;
pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
El síndrome de Gedeón produce:
4. TEMOR
JUECES 6:27 27Entonces Gedeón tomó diez hombres de sus siervos, e hizo como Jehová le dijo.
Mas temiendo hacerlo de día, por la familia de su padre y por los hombres de la ciudad, lo hizo de
noche.
Dios me ha llamado, yo lo sé,... pero a veces ciento temor
Justo después de que Dios llamó a Gedeón, le pidió que destruyera el altar de Baal que
Israel había erigido. Gedeón lo hizo, pero tuvo temor de hacerlo durante el día y lo hizo durante la
noche.
Al salir ileso de ese trance, el tímido Gedeón fue fortalecido en su fe para la misión más
grande que le esperaba. A la vez, cobró fama como paladín de Jehová contra Baal:
JUECES 6:32 32Aquel día Gedeón fue llamado Jerobaal, esto es: Contienda Baal contra él, por cuanto
derribó su altar.
Viendo que éste dios falso no pudo hacerle nada, los israelitas seguramente dudaron de él y
transfirieron su fe al Dios verdadero.
¡Nosotros somos así! Quizás nosotros también; sabemos lo que Dios quiere que hagamos,
sabemos que somos llamados a hacerlo, pero sentimos temor en lugar de disfrutar del gozo y la libertad
de nuestro llamado.
No tengamos miedo a hacer la voluntad de Dios.
2 TIMOTEO 1:7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de
dominio propio.
Si Dios cree que eres capaz de emprender una acción...entonces lo eres. No sigas dudando.

El síndrome de Gedeón produce:


5. INSEGURIDAD (enemigos madianitas 135,000)
JUECES 7:4 7Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os
salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar.
Miro los números para tomar ánimo... pero olvido al Dios de la Victoria
Cuánto tengo – cuánto dinero, cuántos amigos, cuántas oportunidades... Parece que cuanto más
mejor. Descansamos cuando los números se incrementan y nos desesperamos cuando bajan ¡No lo
hagamos más! No confiemos en los números, no sirve de nada.
Gedeón tenía un ejército de 32.000 y Dios dijo “¡No! No es así como quiero que ganes esta
batalla”. Y redujo el número de soldados a 300 probando que la batalla es de El y que la victoria nos la
da El.
JUECES 7:2 2Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los
madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado.
Nuestros pensamientos no son los pensamientos de Dios. Los cálculos humanos que podemos
hacer a la hora de definir una situación no tienen nada que ver con lo que Dios piensa.
Pongámonos en Sus manos y hagamos el esfuerzo de conocer y reconocer la forma en la que el
Señor hace las cosas.
CONCLUSIÓN:
Dios llamó a Gedeón. Le dio señales. Le hizo superar sus miedos. Le dio la victoria.
¿Estás enfrentando una batalla difícil? ¿Vas a ser como Gedeón o vas a confiar plenamente en el
Dios que te da la victoria?

El síndrome de Gedeón produce:


1. DESANIMO
2. DEBILIDAD ANTE LOS PROBLEMAS
3. INCERTIDUMBRE
4. TEMOR
5. INSEGURIDAD

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